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Agustín Tosco y su relación con el PRT.

Daniel De Santis
Revista Sudestada Nº 68. Mayo de 2008

Las resoluciones del Comité Ejecutivo del PRT, en pluma de Santucho, reunido pocos
días después del Viborazo comenzaban así: “El golpe militar que destituyó a Levingston
señala los últimos pasos de la dictadura militar... El estallido popular de Córdoba fue el golpe
de gracia para la deteriorada imagen de la dictadura. La movilización obrera y popular del
quince de marzo tuvo como características especiales la inocultable simpatía demostrada por
las masas hacia los movimientos armados, la existencia de direcciones clasistas en
importantes gremios… La creciente actividad de la vanguardia armada, que empalmó en ese
proceso, donde las masas tomaron como suyo sus emblemas, fue otra característica, tal vez la
más importante, del segundo cordobazo. La posibilidad de la concreción en un futuro
inmediato de un vuelco masivo del proletariado a la guerra revolucionaria, liderada por esa
vanguardia forzaron a las Fuerzas Armadas a dar el golpe que liquidara la política de
Levingston… ”.
Poco más de un mes después del Viborazo y un día antes de que el Dictador Lanusse
llegara a Córdoba, Agustín Tosco nuevamente fue detenido, esta vez la noche del 27 de abril
de 1971. Tosco, en carta a Susana Funes, cuenta detalladamente su detención y los hechos
inmediatos, de los cuales extractamos los siguientes: “Nos condujeron al departamento de
Policía. A las 8:00 hs. nos levantaron la incomunicación. Nos ficharon a todos. Recibimos el
desayuno y el almuerzo de ustedes. A las 12:00 hs. ingresó a la alcaidía Juan Manuel Murúa,
detenido cerca de la CGT. Me emocioné al verlo ´ya que es pollo de mi gallinero` (baterías)
y nos contó lo que había pasado y la combatiente solidaridad del gremio. El chico estaba un
poco preocupado y me preguntó cuando saldríamos. ¡Le dije que cuando asumiera el
presidente constitucional el 12 de octubre de 1973, a lo mejor daban una amnistía! Y que
mientras respiráramos no había que preocuparse. Se reía y la pasaba bien. A ratos lo aislaban
en la celda Nº 5 donde yo había estado a la noche… Antes de salir pedí hablar con Murúa: Le
dejé las cosas. Le dije que me llevaban no sabía donde…”1
¿Quién era y llegaría a ser ese pollo del gallinero de Tosco que, en aquel momento, no
pasaba los 20 años? Juan Manuel Murúa haría legendario el seudónimo con que fue conocido
en la guerrilla del ERP: El Flaco Caña, un militante del PRT, quién además de haber
participado en la lucha sindical en la Usina de la EPEC, donde compartía el manejo de una

1
Agustín Tosco y Susana Funes. Silvia Licht. Biblos. Buenos Aires. 2004.
máquina con Agustín, era un destacado combatiente revolucionario. En abril de 1975 fue
condecorado con la orden Héroes de Trelew en primer grado porque, en el copamiento del
Batallón 121 de San Lorenzo, él solo tomó un galpón en el que se habían hecho fuertes un
grupo de oficiales y suboficiales quienes impedían culminar la toma del cuartel. Gorriarán en
sus memorias dice que fue, junto a Irurzún, el mejor guerrillero que conoció.
Voy a relatar una anécdota que no le hace justicia a Murúa, noble y querible compañero,
pero que describe cabalmente la relación entre el PRT y Tosco. Contaban los militantes
cordobeses del PRT que, promediando el año 1974 en respuesta al “Navarrazo”, se estaba
preparando una jornada de lucha y que flotaba en el ambiente ese característico “olor a
Cordobazo”: Los obreros de las distintas fábricas realizan las concentraciones en sus lugares
de trabajo antes de iniciar la marcha. Los trabajadores de EPEC están listos para salir, cerca
del portón hay un patrullero vigilando, un comando del ERP al mando del Caña, movilizado
en un auto, lo ve, da la vuelta y lo aniquilan ante la euforia de los obreros que lo aclaman.
Este hecho abortó la posibilidad de una gran jornada de movilización. Al otro día Tosco lo
llamó al Caña y le hizo una durísima crítica, más que eso fue un reto a uno de los suyos que
se había mandado “un cagadón”, para decirlo en tono cordobés.
Cuando surgieron los sindicatos clasistas de Sitrac y Sitram Tosco, fiel a su concepción,
tuvo una política de impulsar acuerdos y de permanente solidaridad con estos trabajadores
que fueron duramente atacados por la dictadura de Lanusse. Varios dirigentes de Sitrac-
Sitram consideraban a Tosco un reformista y esta idea era bastante difundida entre los
militantes de la nueva izquierda. Luego de intervenidos los sindicatos, en noviembre de
1971, pese a tener una concepción que diferenciaba claramente el papel del sindicato y el
partido revolucionario y una amplia experiencia dirigiendo sindicatos de la FOTIA, el PRT
asume auto críticamente haber contribuido a la posición ultra izquierdista impulsada por la
nueva izquierda y que llevó al aislamiento político de los obreros de Fiat. Seguramente que
este debe haber sido una de los temas que conversaron largamente Tosco y Santucho cuando
compartían la Cárcel en Devoto y Rawson. Ya se conocían de Córdoba pero en la cárcel
fortalecieron una relación que los llevaría a colaborar estrechamente en la construcción de
una política revolucionaria que compartían. ¡Qué duda cabe que ellos dos fueron los
máximos dirigentes de la lucha revolucionaria en la Argentina!
Cuando se estaba por concretar la fuga del penal de Rawson Tosco fue invitado a
participar, más como un deber que como una propuesta concreta. Hay varios testimonios que
desmienten que haya dicho que a él lo sacaban las masas o que se debía a las masas. Enrique
Gorriarán cuanta con detalles ese momento: “El mismo día, a las 4 de la tarde, fuimos a verlo
Roby, Osatinsky y yo. Roby le contó de nuestros planes y le dijo que por supuesto, si quería
sumarse no tenía más que decirlo, pero que suponíamos que no le convenía y que creíamos
que lo que él hiciera siempre iba a estar bien. El Gringo se quedó unos segundos en silencio,
su puso en cuclillas, bajó un poco la cabeza, después nos miró y dijo: ‘¿Yo qué tengo que
hacer?’”2. Agustín hizo lo que los compañeros le pidieron: garantizó el orden en el pabellón
donde él estaba y en el de los presos comunes, pero hizo mucho más. “Después de la fuga, al
conocerse los asesinatos en Trelew, los presos tuvieron un ataque de bronca e impotencia,
comenzaron a golpear las puertas, los jarros contra las rejas, a amenazar cinco por uno…
hasta que de a poco la cosa se fue calmando, se fueron aplacando los gritos, hasta los guardia
cárceles apagaron sus radios, cada vez era más profundo el silencio… nos iba ganando la
tristeza, el desasosiego, cuando escuchamos que alguien comenzó: ¡Compañeros!...
¡Compañeros!... ¡Compañeros! Los quiero escuchar… compañeros no se caigan, porque si
ustedes se caen, ellos están muertos, pero está en ustedes que los hagan vivir. Agustín estuvo
veinte minutos arengando y finalizó mencionando los nombres de los compañeros asesinados
a lo que todos los presos respondían: ¡Presente!”3.
El 23 de septiembre Tosco fue puesto en libertad, multitudes lo recibieron en Rawson,
Buenos Aires y finalmente en Pajas Blancas, el aeropuerto de Córdoba. De allí el pueblo lo
acompañó hasta el Club Redes Cordobesas en el que pronunció un sentido y vibrante
discurso. Sus primeras palabras fueron para agradecer la “solidaridad combatiente de la
gloriosa Córdoba, del glorioso Cordobazo”, para luego condenar a la dictadura y volver a
recordar los nombres de los héroes de Trelew.
Tosco vuelve al sindicato de Luz y Fuerza, allí entre los muchos militantes del más
variado arco político popular están los compañeros del PRT quiénes además de integrar
distintos órganos del sindicato, como el Negro Bazán por el cuál Tosco tenía especial
consideración, según relata el Turco Roberto Habichain, médico del sindicato y militante del
PRT, participan activamente en la autodefensa del mismo dando muestras de su efectividad
cuando las bandas fascistas intentan tomar la cede el de Luz y Fuerza el 15 de junio de 1974.
Pero las coincidencias con el PRT eran fundamentalmente políticas, además de la
concepción del sindicalismo, compartían la caracterización de Perón y del peronismo
burgués y burocrático, que el ala fascistoide del peronismo tenía su hegemonía en el
gobierno, también del peronismo obrero y revolucionario. Que la lucha era por la liberación

2
Memorias de Enrique Gorriarán Merlo. Planeta. Buenos Aires. 2003.
3
Testimonio de Rubén Suárez en Tosco, grito de Piedra. Film de Adrián Jaime. Córdoba 1999. Citado en
Agustín Tosco. La clase revolucionaria. Iñigo Carrera. Grau y Martí. Ediciones Madres de Plaza de
mayo. Buenos Aires. 2006.
nacional y social. Qué era necesario combinar todos los métodos de lucha. A mediados de
1974 el PRT comienza a impulsar un frente más amplio que el FAS, un Frente
antiimperialista y democrático, la misma propuesta tiene Agustín Tosco.
De los muchos textos que verifican esos acuerdos entre el PRT y Santucho con Tosco
hemos seleccionado el pronunciamiento de Agustín luego del “Navarrazo”, golpe fascistoide
en Córdoba producido el 27 de febrero de 1974: “Reiteradamente habíamos advertido que se
aproximaba la intervención a nuestra provincia. Lo señalamos públicamente y lo planteamos
expresamente ante los más importantes funcionarios provinciales, comenzando por el Dr. R.
Obregón Cano y el compañero Atilio López. Después de la masacre de Ezeiza, después del
autogolpe del 13 de julio, o sea a partir de los principales acontecimientos que marcaban la
contraofensiva de la derecha y del continuismo, nadie podía engañarse –salvo que pecara de
notable ingenuidad política- de que Córdoba, por todo lo que significa para el campo
popular, democrático y revolucionario, podía escapar a una intentona, como en definitiva se
ha materializado… La derecha, el fascismo, siempre, en todas las instancias históricas que le
ha tocado protagonizar ha ido hasta los extremos… En la Argentina pasa lo mismo y
sufriremos las mismas consecuencias sino somos capaces de ponerle freno a tiempo… Quién
crea en las medias tintas, que sepa que la tinta del fascismo es muy espesa... Hay que
enfrentarlos y derrotarlos, hay que salvar la libertad y la democracia, hay que salvar al pueblo
y a la Patria”.
Tosco fue siempre el principal orador en los Plenarios del Movimiento Sindical de Bases
y en los Congresos del FAS. El 9 de octubre del 75 fue allanado Luz y Fuerza y debió pasar a
la clandestinidad, al lugar en que se encontraba tenían acceso tres compañeros: Américo
Melchor González por el sindicato, Roberto Habichaín por el PRT y Alberto Cafaratti por el
PC. El 5 de noviembre del mismo año Tosco falleció por una infección generalizada.
Recuerdo la admiración que me causó el día que lo escuché hablar por primera ves, fue el
14 de abril de 1974 en el II Plenario del MSB en el Córdoba Sport. Cuando llegó Tosco para
el cierre del acto lo recibimos los más de 4500 militantes al grito de ¡Tosco, Tosco, Tosco…
Tosco corazón, el pueblo te reclama para la revolución! mientras él saludaba y caminaba
hacia la tribuna que estaba del lado opuesto al portón de entrada. Finalizados los cánticos
Tosco inició su discurso así: “El futuro de Argentina, de América Latina y del mundo, no
puede ser otro que el que señalaba ese niño –mientras decía esto se dio vuelta para señalar al
niño que subido a los hombros de su padre aún mantenía el puño izquierdo en alto- con su
saludo revolucionario, proletario y socialista”.

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