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Una
❖ Latour admite que para definir ciertas realidades, la sociología de lo social sigue
sirviendo, porque ha producido conceptos valiosos. Pero hay cada vez más situaciones
que revelan que ese lenguaje es corto, escaso: allí donde proliferan las innovaciones,
donde las fronteras de los grupos son inciertas, donde aparecen nuevas entidades a
considerar, la sociología de lo social ya no es capaz de rastrear nuevas asociaciones de los
actores.
❖ La primera pista de que los objetos hacen cosas esta en los verbos. Los cuchillos cortan
carne, los martillos dan en el clavo, las barandas frenan niños, etc. Han quedado fuera
de análisis hasta este momento porque la reflexión clásica privilegió la intencionalidad
y el significado. Pero la propuesta es mantenernos en la idea de que cualquier cosa que
modifica con su incidencia un estado de cosas es un actor, y si no tiene figuración aún,
es un actante.
❖ Disparador para pensar: Rol de las nuevas tecnologías en la vida humana y como la
sociología las incorpora.
Material vs Social
❖ La división al parecer razonable entre lo material y lo social se
convierte justamente en lo que oscurece cualquier investigación
respecto a cómo es posible la acción colectiva. Al decir “colectiva”
no nos estamos refiriendo a una acción realizada por fuerzas
sociales homogéneas sino, por el contrario, a una acción que reúne
diferentes tipos de fuerzas entretejidas justamente porque son
diferentes.
❖ Por eso aquí la palabra “colectivo” tomará el lugar de “sociedad”.
Se utilizará sociedad solo para el conjunto de entidades ya
ensambladas que los sociólogos de lo social creen que están hechas
de materia social.
¿Es grande o pequeña la diferencia entre un conductor que desacelera
cerca de una escuela porque vio el cartel amarillo que indica
“velocidad máxima 30kmk/ H” y otro que desacelera, porque quiere
proteger la suspensión de su coche, que se ve amenazada por una
elevación de cemento hecha en la calzada para obligar a desacelerar?
Grande, dado que la obediencia del primero atravesó la moral, los
símbolos, las señales, la pintura amarilla mientras que el segundo
paso a través de la misma lista a la que se le ha agregado una
elevación cuidadosamente diseñada. Pero es pequeña porque ambos
han obedecido a algo: el primer conductor, un altruismo que rara vez
se manifiesta; el segundo conductor, un egoísmo ampliamente
distribuido. ¿Debemos decir que solo la primera conexión es social,
moral y simbólica, y que la segunda es objetiva y material? No.
❖ El resultado, resumiéndolo en una frase, fue que nada
extraordinario y nada "científico" estaba ocurriendo
dentro de los muros sagrados de esos templos (Knorr,
1981).
❖ ¿por que mantenerlos entonces?
Un laboratorio en París y una granja en Beauce no tienen nada en común. Nada de lo que ocurre en uno puede
resultar interesante para la otra.
Pasteur fue, desde el comienzo de su carrera, un experto en promover grupos de in- terés y
en convencer a sus miembros de que sus intereses coincidían con los de ellos. Nor-
malmente, conseguía esta fusión de intereses (Callon, 1981) a través del uso común de al-
gunas prácticas de laboratorio. Con el ántrax hace lo mismo, pero a una escala mucho
ma- yor, porque ahora está atrayendo la atención de grupos que son portavoces de
movimien- tos sociales más amplios (la ciencia veterina- ria, la higiene y, pronto, la
medicina), y trabaja en asuntos de máxima actualidad. Tan pronto como hubo realizado
vacunas en su laborato- rio, organizó una prueba de campo a gran es- cala.