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Concepto de perito
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muchas veces tanto los fiscales como los defensores cuentan con peritos distintos e
independientes. Por otra parte se señala un aspecto fundamental en la función
pericial cual es la imparcialidad en la emisión del informe, esto implica una
consideración cuidadosa del perito respecto de los principios y reglas que gobiernan
su profesión, arte u oficio, consideración que garantizaría la objetividad del peritaje
realizado, dándole además un fundamento científico, implicación que fundamenta el
aporte que realiza el perito al sistema de administración de justicia.
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que sea experto en una ciencia, arte u oficio tiene capacidad de peritación, y para
todos los efectos legales un experto es quien puede acreditar un título o grado en
una determinada área. Esto marca una diferencia respecto del antiguo sistema en el
cual el perito debía ser propuesto de un listado de peritos que era confeccionado en
las cortes de apelaciones de cada jurisdicción. Con esto queremos decir que, si bien
se requieren conocimientos específicos para que el peritaje sea idóneo, basta con
que una persona tenga un título reconocido como para que actúe como perito. Las
excepciones a esta situación están contempladas los artículos 302 y 303 del CPP y
dicen relación a incompatibilidades como el vínculo de parentesco (cónyuge,
conviviente, parientes colaterales hasta el segundo grado de consanguinidad o
afinidad, pupilo o guardador, adoptante o adoptado) y relación profesional (personas
que por su estado, profesión o función legal como el abogado, médico o confesor,
tuvieren el deber de guardar el secreto que se les hubiere confiado). Así, tanto
vínculos familiares, como vínculos terapéuticos invalidan al profesional en su rol de
perito, aunque se contempla la excepción de que el terapeuta sea relevado de su
secreto, situación en la cual no debería comparecer como perito aunque sí como
testigo y previa autorización de su paciente, persistiendo aún así consideraciones
éticas en contra de este tipo de actuaciones.
El perito cumple una labor auxiliar al sistema jurídico. Es auxiliar por tanto no
tiene parte en el conflicto y no toma decisiones jurídicas.
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Lo anteriormente mencionado hace que el rol de perito sea incompatible con el
de terapeuta. El terapeuta busca fundamentalmente la comprensión y la solución de
un determinado cuadro psicopatológico, aportando al bienestar del sujeto de atención
y respondiendo a su demanda de atención. Es por este motivo que entre ambos roles
existen incompatibilidades fundamentales, y que son contempladas en el CPP en sus
Artículos 317 y 303. Además hay que considerar que, en caso de que no exista una
relevación del secreto por parte de la persona que es sujeto de atención y aún así el
profesional declarase sobre hechos que están bajo secreto, se le puede perseguir
penalmente por el delito de revelación de secreto profesional.
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pericias a víctimas de delitos como robos, lesiones, estafas u otros. Esto es así por la
particularidad de los delitos sexuales. La conducta sexual es una conducta normal en
la esfera conductual del ser humano, sin embargo, se debe tener consideraciones
respecto a la evolución de esta conducta en forma paralela al desarrollo psicosexual
del individuo. Con esto queremos señalar que hay conductas propias a las distintas
etapas del desarrollo y otras que nos son propias o son incomprensibles en caso de
presentarse en etapas determinadas. Por ejemplo, uno esperaría que un adolescente
presentara una exploración sexual distinta a la de un infante y a la de un adulto. A
raíz de estas consideraciones y gracias al aporte de la psicología en el estudio del
testimonio de testigos es que se han ido configurando ciertas áreas de evaluación o
valoración del peritaje psicológico.
Haciendo una síntesis se puede señalar que los peritajes psicológicos se
pueden dividir en tres grandes grupos, a saber, los peritajes de veracidad o
credibilidad del testimonio, los peritajes de validez del testimonio y, los peritajes de
daño.
Respecto de los peritajes de veracidad del testimonio dicen relación con la
valoración de la veracidad, a través de metodologías cualitativas, del testimonio dado
por el testigo comparándolo con criterios. Estos criterios incluyen aspectos como: la
evaluación de las características individuales del testigo considerando aspectos
evolutivos, la evaluación de las posibles motivaciones secundarias para la
declaración y, el análisis del contenido de la declaración misma. Respecto del primer
nivel de análisis o análisis de las características individuales a la luz del desarrollo
evolutivo, para este análisis se requiere un conocimiento acabado de la psicología
evolutiva así como de sus postulados y autores más relevantes, lo anterior deberá
señalarse en el informe pericial de modo de permitir un análisis crítico de los
postulados contenidos en el informe. En cuanto a la valoración de las motivaciones
secundarias para realizar una declaración, el profesional debe prestar atención a
dinámicas familiares alteradas que promuevan este tipo de situaciones como pueden
ser la presencia de una historia de violencia intrafamiliar, la presencia de conflictos
intergeneracionales, la existencia de conflictos conyugales con relación a la tutoría o
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tenencia de los hijos entre otros factores que pueden incidir en la motivación del
denunciante. Finalmente en lo relativo al análisis del contenido de la declaración se
debe tener presente la coherencia del testimonio con respecto a los hechos que
constan en la carpeta de investigación, como son exámenes médicos, declaraciones
de otros testigos entre otros. Cabe señalar también que para la evaluación de la
validez del testimonio, se han desarrollado metodologías específicas que basan su
análisis en la comparación de el testimonio con criterios de validez. Una de las
metodologías más conocidas a este respecto es la desarrollada por el psicólogo Max
Steller, cuya metodología se conoce como Criteria Based Content Análisis (CBCA).
Este tipo de análisis requiere una explicación más profunda que no se realizará en el
presente artículo.
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disciplina, además del uso adecuado de ciertas metodologías diagnóstcas. El análisis
del conjunto de estos factores permitirá la valoración crítica del proceso pericial.
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Niños víctimas de delitos sexuales. Verde, C. et al., Anales 1er congreso Iberoamericano de Psicología Jurídica,
1995, Santiago.
3
El daño en psicopsiquiatría forense, Castex, M.N., Ed. Ad – Hoc S.R.L., 2003, Buenos Aires, Argentina., p.p. 36
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mecanismos psíquicos como anatomofisiológicos. Cuando se habla de trastorno,
debemos recurrir a la definición presente en el CIE-10 o manual internacional de
clasificación de enfermedades que señala un trastorno como la presencia de un
comportamiento o grupo de síntomas identificables en la práctica clínica que en la
mayoría de los casos se acompaña de malestar o interfieren con la actividad normal
de la persona.
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tanto por una medida objetiva de la limitación y por una explicación exhaustiva de su
expresión particular en el sujeto peritado.
4) Existencia de un nexo causal entre evento dañoso y secuela: No basta con tener
como antecedente la existencia de indicadores objetivos que den cuenta de la
ocurrencia de un evento traumático, pues puede caerse en el error de suponer que
esta es la causa sin un proceso de constatación respaldado por el análisis
psicológico. Esta constatación requiere de consideraciones del curso del cuadro
psicopatológico (período de inicio de la patología), consideraciones del nivel de
invasividad del evento traumático (profundidad, tipo de vínculo con el perpetrador,
entre otros factores). Es en este nivel en el que el perito introduce el factor de certeza
o probabilidad de que la ocurrencia del evento traumático haya ocurrido atendiendo a
los efectos observados dando cuenta de la consistencia o concordancia ideoafectiva
de la sintomatología y el evento vivenciado. En este elemento es crítico el análisis en
profundidad de antecedentes que consten en carpeta de investigación, fichas
médicas y anamnesis previas a la ocurrencia del evento, ya que este análisis
permitirá la valoración en específico de los factores preexistentes, aquellos factores
que inciden en forma concurrente y otros que pueden ser posteriores y no
necesariamente relacionados al evento traumático.
5) Irreversibilidad de lo observado: Desde el punto de vista del curso del cuadro se
hace necesario constatar su incidencia en el sujeto, dando cuenta de si se trata de un
cuadro agudo, transitorio, en evolución, cronificado, en remisión parcial o en remisión
total. En este sentido hay quienes sostienen que para que se valore como un real
daño psíquico se debe constatar la presencia de sus efectos a lo menos durante dos
años. Creo que con esta postura se limita en demasía la posibilidad de dar cuenta de
cuadros psicopatológicos que evolucionan mucho mas rápido, por lo que se aceptará
su presencia en tanto el cuadro cumpla con los criterios diagnósticos presentes en
los manuales descriptivos a este respecto.
6) Factor agresógeno con entidad suficiente: Este elemento constituyente del daño
implica la consideración de el evento traumático en su real dimensión, atendiendo a
las especificidades de cada situación traumática (tipo de agresión, vínculo con el
sujeto agresor, experiencias previas de victimización, factores protectores, etc.), en el
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sentido de poner la dimensión objetiva del evento traumático por sobre la dimensión
subjetiva del evento en el análisis de sus efectos en el individuo.
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Consideraciones éticas
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Bibliografía
2. La prueba en el proceso penal oral, Aguilar, C., Ed. Metropolitana, 2003, Santiago,
Chile.
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9. Estudio de determinación de parámetros de validación de los peritajes clínico
psicológicos en materia de delitos sexuales, Condemarin, P., Macuran, G., Antivilo,
A., Castillo, D., Informe Final de Investigación de la facultad de Ciencias Sociales
escuela de Psicología Universidad Central, 2003.
10. Niños víctimas de delitos sexuales. Diagnóstico pericial del abuso deshonesto, la
corrupción de menores y las exhibiciones obscenas. Valverde, C. et al., Anales 1er
congreso Iberoamericano de Psicología Jurídica, Santiago, 1995.
13. Abuso Sexual Daño Psiquico, Mohito, N., 2000, Manuscrito sin publicar.
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