La causa más frecuente es la obstrucción arterial por embolía trombótica o por
trombosis. La embolía trombótica es con mucho la causa más frecuente de los infartos pulmonares, renales y esplénicos. A la inversa, la inmensa mayoría de los infartos del miocardio se debe a trombosis. En los infartos cerebrales la embolía trombótica es más frecuente que la trombosis, pero ésta no es rara.
Existen, sin embargo, infartos sin oclusión arterial (obstrucción arterial
completa). Los factores más importantes que condicionan estos infartos son la estenosis arterial y la hipotensión. Otro factor importante en el corazón es una brusca demanda de trabajo que exija un aumento de flujo mayor que la reserva coronaria. En estos infartos se compromete el sector que tiene mayor riesgo de que la irrigación se haga insuficiente. Estos sectores son los territorios terminales y los limítrofes; territorios terminales son, en el intestino, la mucosa; en el miocardio, las capas subendocárdicas. Es probable que en algunos territorios limítrofes, como en los cerebrales superficiales, puedan producirse infartos por insuficiencia circulatoria periférica, como en el shock, sin que medie otro factor, aparte el dado por la disposición particular del árbol arterial y la hipotensión (figura 3.12). Figura 3.12. Territorios limítrofes del cerebro: arriba, entre arteria cerebral media y anterior; abajo, entre arteria cerebral media y posterior.