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Unidad Académica.
Diplomado en Derecho Procesal Civil y Mercantil.
-Con énfasis en Procesos de Conocimiento
TEMA:
“Juicio de Alimentos”
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INTRODUCCIÓN
La familia es la base social y moral de la sociedad es por ello que el Estado de
Guatemala, se organiza para proteger a la persona y a la familia, teniendo como fin
primordial el garantizar el bien común, proteger a los menores de edad, los
ancianos, las mujeres por considerarse un sector vulnerable dentro de la población
guatemalteca.
En tal sentido en el Código Civil Guatemalteco, Decreto 106 del Congreso de la
República de Guatemala, en el artículo 278. Se establece lo que para efectos
legales en Guatemala debe utilizarse como la denominación de alimentos
comprendiendo todo lo que es indispensable para el sustento, habitación, vestido,
asistencia médica y también la educación e instrucción del alimentista cuando es
menor de edad. Sin olvidar claro está que todo ser humano, no importando la edad,
capacidad volitiva o género, necesita alimentarse durante toda su vida; por
consiguiente son indispensables los alimentos.
Siendo importante considerar que los alimentos son toda sustancia que
contribuye a la nutrición de los seres vivos; también son considerados como la
comida y bebida necesarias para la subsistencia y desarrollo de todos los hombres
y animales.
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Juicio de Alimentos
El Juicio Oral de Fijación de Pensión Alimenticia, se encuentra contemplado en
el 199 al 210 del Código Procesal Civil y Mercantil Guatemalteco, Decreto Número
107, a través de este juicio las personas que se consideren con derecho a recibir
pensión alimenticia deben exigir del obligado el cumplimiento de esta obligación
existente y dejada de cumplir. En tal sentido los diferentes casos se someten a
consideración del juez del ramo de familia, para que sea el encargado de establecer
si existe el vínculo o la obligación por parte de la persona que por derecho le
corresponde proporcionar pensión alimenticia, para determinadas personas (hijos,
padres, esposa, entre otros).
Sin olvidar que los alimentos han de ser proporcionados de acuerdo a las
circunstancias personales o posibilidades económicas del obligado o alimentista,
los alimentos se reducirán o aumentarán proporcionalmente, según el aumento o
disminución que sufran las necesidades del alimentista, y la fortuna del que hubiere
de satisfacerlos.
A) Demanda
La demanda es el escrito inicial o detonante, por medio del cual toda persona
que considere que se le está violentando un derecho, pueda hacer valer sus
pretensiones que en derecho considere que le corresponden, por lo que es
necesario analizar definiciones más concretas por lo que a continuación se anotan
las siguientes:
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“La demanda en este juicio puede interponerse verbalmente o por escrito, tal como lo dispone el
artículo 201 del CPCYM, pero tiene la característica de que el actor debe presentar con ella el título
en que se funda, que puede ser el testamento, el contrato, la ejecutoria en que conste la obligación,
o los documentos justificativos del parentesco” (artículo 212, párrafo 1º. Del CPCYM).
“Párrafo 2º. Del artículo 212 del CPCYM sobre que se presume la necesidad de pedir alimentos,
mientras no se pruebe lo contrario. En esta forma, para entablar una demanda de alimentos, hasta
la presentación de cualquiera de los títulos que se han mencionado para que el juez proceda a darle
trámite, con base en la presunción legal de la necesidad en que se encuentra el alimentista de pedir
alimentos de conformidad con el Código Civil. (GODOY, 2009, pág. 49)
B) Pensión Provisional
La pensión provisional fue objeto de nuevo tratamiento en el CPCYM, debido a
las dificultades que se habían presentado con el anterior Código. En éste establecía
que mientras se ventilaban la obligación de dar alimentos, podía el juez ordenar,
según las circunstancias, que se dieran provisionalmente, desde que en la secuela
del juicio hubiera fundamento razonable, sin perjuicio de la restitución, si la persona
de quien se demandaban obtenía sentencia absolutoria (artículo 749). Con base en
ese precepto los jueces podían fijar, a su prudente arbitrio, la pensión alimenticia en
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forma provisional; pero el problema surgía por la expresión “desde que en la secuela
del juicio haya fundamento razonable.
“Había jueces que estimaban que la pensión provisional no podía fijarse con la sola presentación de
la demanda sino hasta que se hubiera contestado ésta, por que hasta ese entonces podía hablarse
propiamente de juicio. Naturalmente que no era un criterio correcto, por la función que los alimentos
están llamados a desempeñar, pero siempre quedaba en pie el criterio legal sobre que debía de
haber un fundamento razonable”. (GODOY, 2009, pág. 50)
“En los juicios de alimentos siempre surgen discusiones respectos del monto de la pensión
provisional y a fin de evitar, en lo posible, tales controversias que entorpecen la marcha normal del
proceso, en el párrafo final del artículo 213 del Código se incluyó la norma que da facultades al juez
para qué durante el curso del proceso, pueda variar el monto de la pensión o decidir que se den en
especie o bien en otra forma. Esta disposición del Código se incluyó la norma que da facultades al
juez para que, durante el curso del proceso, pueda variar el monto de la pensión o decidir que se
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den en especie o bien en otra forma. Esta disposición del Código Procesal se compagina con lo
regulado en él artículo 279 del Código Civil, que si bien establece que los alimentos deben ser fijados
por el juez en dinero, también permite que se den de otra manera cuando, a juicio del juez, medien
razones que los justifiquen. Igualmente armoniza esa disposición procesal en el artículo 280 del
Código Civil, que antes hemos mencionado, conforme al cual los alimentos se reducirán o
aumentarán proporcionalmente, según el aumento o disminución que sufran las necesidades del
alimentista y la fortuna del que hubiere de satisfacerlos. El mismo orden de ideas se sigue con el
artículo 281 del Código Civil que establece que los alimentos sólo se deben en la parte en que los
bienes y el trabajo del alimentista no alcancen a satisfacer sus necesidades”. (LARRAÑAGA, 1961,
pág. 74)
“La persona obligada a dar alimentos contra la cual haya habido necesidad de promover juicio
para obtenerlos, deberá garantizar suficientemente la cumplida prestación de ellos con hipoteca, si
tuviere bienes hipotecables, o con fianza u otras seguridades, a juicio del juez. En este caso el
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alimentista tendrá derecho a que sean anotados bienes suficientes del obligado a prestar alimentos,
mientras no los haya garantizados. (GODOY, 2009, pág. 50).
En este tipo de juicios pude apreciarse que el juez que conoce del juicio de
alimentos tiene amplias facultades para dictar toda clase de medidas precautorias
y esas facultades, que son de carácter discrecional, se ven apoyadas por la norma
del Código Civil antes transcrita, que también lo autoriza para que exija del obligado
garantías específicas.
“Pero además de lo anterior, el nuevo Código Penal (Decreto 17-73 del Congreso de la República
de Guatemala) en el Título relativo a los delitos contra el orden jurídico familiar y contra el estado
civil, trae un capítulo especial que intitula. “Del incumplimiento de deberes compuesto de cuatro
artículos (artículos 242 a 245). En esa regulación penal, se establece, en el primero de los artículos
(artículo 242) lo siguiente: “quien estando obligado legalmente a prestar alimentos, en virtud de
sentencia firme o de convenio que conste en documento público o auténtico, se negare a cumplir
con tal obligación después de ser legalmente requerido, será sancionado con prisión de seis meses
a dos años, salvo que probare no tener posibilidades económicas para el cumplimiento de su
obligación. El autor no quedará eximido de responsabilidad penal, por el hecho de que otra persona
los hubiere prestado”. (MORENO, 1972, pág. 85)
Según el artículo 243 del Código Penal, la sanción señalador en el artículo 242,
se aumentará en una tercera parte, cuando el autor, para eludir el cumplimento de
la obligación, traspasare sus bienes a tercera persona o empleare otro medio
fraudulento. Aunque de conformidad con las disposiciones del orden civil los
alimentos comprenden también lo relativo a la educación del necesitado de ellos;
“El Código Penal en su artículo 244, tipifica como delito especial, el incumplimiento de deberes de
asistencia en este sentido. Dice esta disposición: Quien estando legalmente obligado, incumpliere o
descuidare los derechos de que tenga bajo su custodia o guarda, de manera que éstos se encuentren
en situación de abandono material y moral, será sancionado con prisión de dos meses a un año”. No
obstante drasticidad de las disposiciones anteriores, el legislador suavizó la situación del obligado,
al establecer una eximente específica para el caso de cumplimiento. Esa eximente la encontramos
en el artículo 245, el cual establece que en los casos previstos en los artículos 242, 243, y 244,
quedarán exento de sanción, quien pagare los alimentos debidos y garantizare suficientemente,
conforme a la ley, el ulterior cumplimiento de sus obligaciones.” (GODOY, 2009, pág. 51)
De manera que en la legislación procesal civil no tiene limite el juez para dictar
las medidas precautorias que a su juicio procedan; puede exigir garantías
específicas conforme al artículo 292 del Código Civil; y además, se protege al
alimentista a través de la ley penal, mediante la tipificación de delitos cuando haya
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negativa a prestarlos o se recurra a maniobras fraudulentos para aparentar que no
se tienen bienes con que responder a la obligación.
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CONCLUSIONES:
1) El Juicio Oral de Alimentos, es necesario e importante para exigir el
cumplimiento de la prestación de alimentos al obligado de acuerdo a la
ley, considerando aspectos machistas que por siglos han estado
inmersos dentro de la cultura guatemalteca y que triste y
lamentablemente ha provocado que muchos hogares se hayan
desintegrado, dejando desprotegido a los hijos e hijas menores de edad,
por lo que, en la actualidad este tipo de juicios, constituye una herramienta
básica para lograr que muchos niños, niñas y mujeres no queden
desprotegidas y sin una pensión alimenticia digna, para mantener a sus
hijos menores de edad.
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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