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Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala

Unidad Académica.
Diplomado en Derecho Procesal Civil y Mercantil.
-Con énfasis en Procesos de Conocimiento

TEMA:
“Juicio de Alimentos”

Coordinador: MSc. Luis Felipe Lepe Monterroso.


Autor: Lic. Julvio Estuardo Florián Medrano
Colegiado: 22518

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INTRODUCCIÓN
La familia es la base social y moral de la sociedad es por ello que el Estado de
Guatemala, se organiza para proteger a la persona y a la familia, teniendo como fin
primordial el garantizar el bien común, proteger a los menores de edad, los
ancianos, las mujeres por considerarse un sector vulnerable dentro de la población
guatemalteca.
En tal sentido en el Código Civil Guatemalteco, Decreto 106 del Congreso de la
República de Guatemala, en el artículo 278. Se establece lo que para efectos
legales en Guatemala debe utilizarse como la denominación de alimentos
comprendiendo todo lo que es indispensable para el sustento, habitación, vestido,
asistencia médica y también la educación e instrucción del alimentista cuando es
menor de edad. Sin olvidar claro está que todo ser humano, no importando la edad,
capacidad volitiva o género, necesita alimentarse durante toda su vida; por
consiguiente son indispensables los alimentos.

Siendo importante considerar que los alimentos son toda sustancia que
contribuye a la nutrición de los seres vivos; también son considerados como la
comida y bebida necesarias para la subsistencia y desarrollo de todos los hombres
y animales.

En tal sentido el Juicio Oral de Alimentos, en Guatemala es un Juicio que ayuda


de forma significativa principalmente a las madres solteras, que por alguna razón
se han separado de sus convivientes, teniendo hijos menores de edad que deben
ser alimentados y que en la mayoría de casos quedan bajo la guardia y custodia de
la madre; y considerando los antecedentes de una cultura machista por parte de los
hombres guatemaltecos, son muy raros los casos en que los hombres de forma
voluntaria, presten pensión alimenticia, en favor de sus hijos menores de edad, por
lo que se hace necesario que a través de un Juicio Oral de Alimentos, el hombre se
ha demandado para que judicialmente se le establezca las cantidades en moneda
de curso legal, que de acuerdo a la realidad guatemalteca son necesarias para la
alimentación de sus hijos menores de edad y en algunos casos de sus cónyuges,
cuando estos son casados.

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Juicio de Alimentos
El Juicio Oral de Fijación de Pensión Alimenticia, se encuentra contemplado en
el 199 al 210 del Código Procesal Civil y Mercantil Guatemalteco, Decreto Número
107, a través de este juicio las personas que se consideren con derecho a recibir
pensión alimenticia deben exigir del obligado el cumplimiento de esta obligación
existente y dejada de cumplir. En tal sentido los diferentes casos se someten a
consideración del juez del ramo de familia, para que sea el encargado de establecer
si existe el vínculo o la obligación por parte de la persona que por derecho le
corresponde proporcionar pensión alimenticia, para determinadas personas (hijos,
padres, esposa, entre otros).

Sin olvidar que los alimentos han de ser proporcionados de acuerdo a las
circunstancias personales o posibilidades económicas del obligado o alimentista,
los alimentos se reducirán o aumentarán proporcionalmente, según el aumento o
disminución que sufran las necesidades del alimentista, y la fortuna del que hubiere
de satisfacerlos.

“El juicio de alimentos en la anterior regulación procesal o sea en el Código de Enjuiciamiento


Civil y Mercantil, Decreto legislativo 2009, se considera como un juicio sumario (artículos 791 a 799).
En el Código vigente se le incluyó dentro de los juicios orales con fundamentales variantes (artículos
212 de los juicios orales con fundamentales variantes (artículo 212 a 216.) Por otra parte, debe
tenerse presente las normas del Código Civil contenidas en los artículos 278 a 292. Este juicio se
tramita ante la Jurisdicción privativa de familia conforme al Decreto-Ley número 206 del 7 de mayo
de 1964.” (SALAVERRÍA, 1969, pág. 69)

A) Demanda
La demanda es el escrito inicial o detonante, por medio del cual toda persona
que considere que se le está violentando un derecho, pueda hacer valer sus
pretensiones que en derecho considere que le corresponden, por lo que es
necesario analizar definiciones más concretas por lo que a continuación se anotan
las siguientes:

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“La demanda en este juicio puede interponerse verbalmente o por escrito, tal como lo dispone el
artículo 201 del CPCYM, pero tiene la característica de que el actor debe presentar con ella el título
en que se funda, que puede ser el testamento, el contrato, la ejecutoria en que conste la obligación,
o los documentos justificativos del parentesco” (artículo 212, párrafo 1º. Del CPCYM).

El Código Civil establece que la denominación de alimentos comprende todo lo


que es indispensable para el sustento, habitación, vestido, asistencia médica y
también la educación e instrucción del alimentista cuando es menor de edad
(artículo 278) siendo éste un concepto bastante amplio que el juez debe tomar en
cuenta para la fijación de la pensión provisional, o la definitiva en su caso.

En el mismo Código Civil se establece que los alimentos han de ser


proporcionados a las circunstancia personales y pecuniarias de quien los debe y de
quien los recibe (artículo 279, párrafo 1º.) y que los alimentos se reducirán o
aumentarán proporcionalmente, según el aumento o disminución que sufran las
necesidades del alimentista y la fortuna del que hubiere de satisfacerlos (artículo
280). Como estas situaciones plantean problemas de prueba, especialmente
difíciles para el que necesita de los alimentos, el Código Procesal en vigor llenó un
nació que se hacía sentir en la legislación anterior, tanto civil como procesa, y es de
esa manera que se estableció la importante norma específicamente en el párrafo:

“Párrafo 2º. Del artículo 212 del CPCYM sobre que se presume la necesidad de pedir alimentos,
mientras no se pruebe lo contrario. En esta forma, para entablar una demanda de alimentos, hasta
la presentación de cualquiera de los títulos que se han mencionado para que el juez proceda a darle
trámite, con base en la presunción legal de la necesidad en que se encuentra el alimentista de pedir
alimentos de conformidad con el Código Civil. (GODOY, 2009, pág. 49)

B) Pensión Provisional
La pensión provisional fue objeto de nuevo tratamiento en el CPCYM, debido a
las dificultades que se habían presentado con el anterior Código. En éste establecía
que mientras se ventilaban la obligación de dar alimentos, podía el juez ordenar,
según las circunstancias, que se dieran provisionalmente, desde que en la secuela
del juicio hubiera fundamento razonable, sin perjuicio de la restitución, si la persona
de quien se demandaban obtenía sentencia absolutoria (artículo 749). Con base en
ese precepto los jueces podían fijar, a su prudente arbitrio, la pensión alimenticia en

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forma provisional; pero el problema surgía por la expresión “desde que en la secuela
del juicio haya fundamento razonable.
“Había jueces que estimaban que la pensión provisional no podía fijarse con la sola presentación de
la demanda sino hasta que se hubiera contestado ésta, por que hasta ese entonces podía hablarse
propiamente de juicio. Naturalmente que no era un criterio correcto, por la función que los alimentos
están llamados a desempeñar, pero siempre quedaba en pie el criterio legal sobre que debía de
haber un fundamento razonable”. (GODOY, 2009, pág. 50)

En el Código en vigor este problema desapareció, por la norma ya citada de que


se presume la necesidad de pedir alimentos, la cual evita la fórmula equivoca del
fundamento razonable para pedir los alimentos provisionales, toda vez que existe la
presunción de la necesidad de ellos. El Código es su artículo 213, trae reglas
precisas para la fijación de la pensión provisional. Estas reglas son
fundamentalmente dos:

a) La primera establece que con base en los documentos acompañados a la


demanda y mientras se ventila la obligación de dar alimentos, el juez
ordenará, según las circunstancias, que se den provisionalmente, fijando su
monto en dinero, sin perjuicio de la restitución, si la persona de quien se
demanda obtienen sentencia absolutoria (párrafo 1º. Del artículo 213). De
manera que justifiquen las posibilidades del demandado, o den idea de su
posición social, el juez fijará de acuerdo con ellos el respectivo monto;

b) Si no se acompañaren documentos justificativos de las posibilidades


económicas del demandado, el juez fijará prudencialmente la pensión
alimenticia provisional (párrafo 2º. Del artículo 213). Conforme a esta
segunda situación aunque no haya ninguna justificación documental de las
posibilidades del demandado, el juez siempre fijará la pensión provisional,
pero a su prudente arbitrio.

“En los juicios de alimentos siempre surgen discusiones respectos del monto de la pensión
provisional y a fin de evitar, en lo posible, tales controversias que entorpecen la marcha normal del
proceso, en el párrafo final del artículo 213 del Código se incluyó la norma que da facultades al juez
para qué durante el curso del proceso, pueda variar el monto de la pensión o decidir que se den en
especie o bien en otra forma. Esta disposición del Código se incluyó la norma que da facultades al
juez para que, durante el curso del proceso, pueda variar el monto de la pensión o decidir que se

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den en especie o bien en otra forma. Esta disposición del Código Procesal se compagina con lo
regulado en él artículo 279 del Código Civil, que si bien establece que los alimentos deben ser fijados
por el juez en dinero, también permite que se den de otra manera cuando, a juicio del juez, medien
razones que los justifiquen. Igualmente armoniza esa disposición procesal en el artículo 280 del
Código Civil, que antes hemos mencionado, conforme al cual los alimentos se reducirán o
aumentarán proporcionalmente, según el aumento o disminución que sufran las necesidades del
alimentista y la fortuna del que hubiere de satisfacerlos. El mismo orden de ideas se sigue con el
artículo 281 del Código Civil que establece que los alimentos sólo se deben en la parte en que los
bienes y el trabajo del alimentista no alcancen a satisfacer sus necesidades”. (LARRAÑAGA, 1961,
pág. 74)

Todas esas disposiciones relejan la realidad cambiante que ocurre en materia


de alimentos y la necesidad de ellos, por lo que es lógica la previsión del Código en
cuanto a que durante el curso del proceso pueda el juez variar el monto de la
pensión o decidir que se den en especie o en otra forma. El Código no menciona el
procedimiento para que le juez pueda llegar a esta decisión, pero es obvio que
cuando se formule una petición en ese sentido, no puede el juez resolver de plano,
puesto que tiene que atender la situación de ambas partes, y por ello, tendrá que
aplicar el procedimiento relativo a los incidentes.

C) Providencias precautorias y aseguramiento de alimentos


En esta clase de juicios, el demandante podrá pedir toda clase de medidas
precautorias, las que se ordenarán sin más trámite y sin necesidad de prestar
garantía (artículo 214 del CPCYM).
“Esta disposición concuerda con la establecida en el párrafo 2º. Del artículo 12 de la Ley de
Tribunales de Familia (Decreto-Ley número 206) que establece que cuando el juez considere
necesaria la protección de los derechos de una parte, antes o durante la tramitación de un proceso,
puede dictar de oficio o a petición de parte, toda clase de medidas precautorias, las que se ordenarán
sin más trámite y sin necesidad de prestar garantía. Por consiguiente, estas normas constituyen una
excepción a los dispuestos en el artículo 531 del CPCYM que dispone el otorgamiento de garantía
para que puedan ejecutarse una medida precautoria”. (MELGAR, 1969, pág. 36)

También el Código Civil se ocupa del aseguramiento de los alimentos, cuando


haya habido necesidad de promover juicio para obtenerlos. La disposición
respectiva se encuentra en el artículo 292 que dice:

“La persona obligada a dar alimentos contra la cual haya habido necesidad de promover juicio
para obtenerlos, deberá garantizar suficientemente la cumplida prestación de ellos con hipoteca, si
tuviere bienes hipotecables, o con fianza u otras seguridades, a juicio del juez. En este caso el

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alimentista tendrá derecho a que sean anotados bienes suficientes del obligado a prestar alimentos,
mientras no los haya garantizados. (GODOY, 2009, pág. 50).

En este tipo de juicios pude apreciarse que el juez que conoce del juicio de
alimentos tiene amplias facultades para dictar toda clase de medidas precautorias
y esas facultades, que son de carácter discrecional, se ven apoyadas por la norma
del Código Civil antes transcrita, que también lo autoriza para que exija del obligado
garantías específicas.

“Pero además de lo anterior, el nuevo Código Penal (Decreto 17-73 del Congreso de la República
de Guatemala) en el Título relativo a los delitos contra el orden jurídico familiar y contra el estado
civil, trae un capítulo especial que intitula. “Del incumplimiento de deberes compuesto de cuatro
artículos (artículos 242 a 245). En esa regulación penal, se establece, en el primero de los artículos
(artículo 242) lo siguiente: “quien estando obligado legalmente a prestar alimentos, en virtud de
sentencia firme o de convenio que conste en documento público o auténtico, se negare a cumplir
con tal obligación después de ser legalmente requerido, será sancionado con prisión de seis meses
a dos años, salvo que probare no tener posibilidades económicas para el cumplimiento de su
obligación. El autor no quedará eximido de responsabilidad penal, por el hecho de que otra persona
los hubiere prestado”. (MORENO, 1972, pág. 85)

Según el artículo 243 del Código Penal, la sanción señalador en el artículo 242,
se aumentará en una tercera parte, cuando el autor, para eludir el cumplimento de
la obligación, traspasare sus bienes a tercera persona o empleare otro medio
fraudulento. Aunque de conformidad con las disposiciones del orden civil los
alimentos comprenden también lo relativo a la educación del necesitado de ellos;

“El Código Penal en su artículo 244, tipifica como delito especial, el incumplimiento de deberes de
asistencia en este sentido. Dice esta disposición: Quien estando legalmente obligado, incumpliere o
descuidare los derechos de que tenga bajo su custodia o guarda, de manera que éstos se encuentren
en situación de abandono material y moral, será sancionado con prisión de dos meses a un año”. No
obstante drasticidad de las disposiciones anteriores, el legislador suavizó la situación del obligado,
al establecer una eximente específica para el caso de cumplimiento. Esa eximente la encontramos
en el artículo 245, el cual establece que en los casos previstos en los artículos 242, 243, y 244,
quedarán exento de sanción, quien pagare los alimentos debidos y garantizare suficientemente,
conforme a la ley, el ulterior cumplimiento de sus obligaciones.” (GODOY, 2009, pág. 51)

De manera que en la legislación procesal civil no tiene limite el juez para dictar
las medidas precautorias que a su juicio procedan; puede exigir garantías
específicas conforme al artículo 292 del Código Civil; y además, se protege al
alimentista a través de la ley penal, mediante la tipificación de delitos cuando haya

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negativa a prestarlos o se recurra a maniobras fraudulentos para aparentar que no
se tienen bienes con que responder a la obligación.

“Para el aseguramiento de los alimentos conforme al Código Civil, no se requiere


que el juicio de alimentos esté terminado, ya que el artículo 292 de dicho Código, el
único presupuesto que exige es que haya habido necesidad de “promover juicio”.
Esta disposición no señala ningún procedimiento pero se entiende que el juez
resolverá inmediatamente y sin correr audiencia al obligado, porque se trata de una
medida precautoria. Para el efecto le señalará término aplicando el artículo 143 de
la Ley del Organismo Judicial, el cual dispone que el juez debe señalar términos en
los casos en que la laye no los haya fijado expresamente”. (GODOY, 2009, pág. 53)

En cambio en el ámbito penal se necesita que se haya dictado sentencia o


celebrado convenio en documento público o auténtico y que el obligado haya sido
legalmente requerido. Este requerimiento puede hacerse en forma notarial o judicial.
Desde luego, la notificación ejecutiva equivale al requerimiento, pero éste puede
hacerse también sin necesidad de juicio.

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CONCLUSIONES:
1) El Juicio Oral de Alimentos, es necesario e importante para exigir el
cumplimiento de la prestación de alimentos al obligado de acuerdo a la
ley, considerando aspectos machistas que por siglos han estado
inmersos dentro de la cultura guatemalteca y que triste y
lamentablemente ha provocado que muchos hogares se hayan
desintegrado, dejando desprotegido a los hijos e hijas menores de edad,
por lo que, en la actualidad este tipo de juicios, constituye una herramienta
básica para lograr que muchos niños, niñas y mujeres no queden
desprotegidas y sin una pensión alimenticia digna, para mantener a sus
hijos menores de edad.

2) El Juicio Oral de Alimentos, se diligencia o tramita de acuerdo al


procedimiento establecido en el Código Procesal Civil y Mercantil
Guatemalteco, específicamente desde los artículos 199 al 210, este se
rige y base en normas sustantivas como las establecidas en el Código
Civil Guatemalteco, específicamente desde el artículo 278.

3) Ante el incumplimiento de pago de una pensión alimenticia fijada en un


Juicio Oral de Alimentos, el Juez de Familia a solicitud de parte interesada
en el proceso, certifica lo conducente a la Fiscalía de la Mujer o Niñez
Víctima por el delito de “Negación de Asistencia Económica”, establecido
en el artículo 242 del Código Penal Guatemalteco 17-73 del Congreso de
la República, como media para que el obligado a pagar pensión
alimenticia cumpla con su obligación.

4) A través del Juicio Oral de Alimentos se busca que el obligado, cumpla


con la obligación de proporcionar alimentos de acuerdo a sus
posibilidades económicas.

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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

LARRAÑAGA, J. C. (1961). DERECHO PROCESAL CIVIL . MÉXICO: PORRÚA.


MELGAR, A. P. (1969). La obligación de garantizar los alimentos. Guatemala:
Imprenta Eros. .
MORENO, O. L. (1972). PENSION PROVISIONAL DE ALIMENTOS. GUATEMALA:
PROPSA. .
Nosete, J. A. (1995). Derecho Procesal,. Madrid, España.: Trivium S.A.
SALAVERRÍA, R. B. (1969). EL JUICIO SUMARIO DE ALIMENTOS. GUATEMALA:
PHOENIX.

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