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Jacques Donzelot La policia de las lates Epilogo de Gilles Deleuze et PROLOGO ¢Qué habria que afiadir a una obra escrita hace mas de un cuarto de siglo para poder presentarla a nuevos lectores? ¢Una evocacién de las preocupaciones teéricas y politicas vigentes en el momento de su redaccién, y susceptibles de iluminar el sesgo de esta ultima? {Un relato de las polémicas en cuyo marco surgié? ,Un relato del desplazamiento de las lineas de reflexi6n a las que ha podido contribuir? {Una de- mostraci6n de la actualidad de su propésito desde la perspec- tiva de los debates que hoy agitan ese tema de la familia? Idealmente, es necesario, por supuesto, hacer todo esto. Pero conviene, asimismo, cuidarse de la tentacién de sustituir al lector orientando demasiado su lectura; por lo tanto, hay que hacerlo de la forma mas breve posible. En un prefacio redactado en 1979 para la edicién estado- unidense de este libro, decia yo que habia sido concebido en funcién de tres interlocutores, tres tipos de discursos que, tanto por sus alianzas como por sus antagonismos, consti- tuian la configuracién que por entonces dominaba la investi- gacion: el marxismo, el feminismo y el psicoandlisis. Con el ambicioso objetivo de refutar, a partir del ejemplo de la fami- lia, la lectura propuesta por estos discursos sobre esa socie- dad liberal avanzada en la que estébamos entrando. El discurso marxista sobre la familia era idéntico al que soste- nia con relacién a cualquier aparato de encuadramiento de individuos: en tanto subordinada al Estado burgués, la fami- lia vela por la reproduccién del orden establecido; en tanto sometida a las convulsiones del capital, se encuentra debili- tada, alienada en la calidad de sus vinculos. Esto permitiaa la vez denunciarla y asumir su defensa segiin las circunstan- 7 cias, pero no permitia iluminar la disposicién especifica de las relaciones familiares en esa sociedad liberal avanzada. 2Y si en lugar de garantizar el orden burgués o ser victima del desorden capitalista, si en lugar de ser un principio de orden o una manifestacién del desorden, ese desorden hiciera las veces de orden? {Y si la crisis de la familia tuviera valor de solucién, y no de problema? Esta hipétesis tendria la ventaja de reconciliar el espectaculo de Ia creciente fragilidad de los vinculos familiares con la constatacién de una valorizacién no menos creciente de la idea de familia. Las feministas te- nian en comin con los marxistas una representacién de la familia como lugar de imposicién de un orden, aunque mas patriarcal que capitalista, o estatal en este caso. Ahora bien, esta condena a una familia sustancialmente inmodificada desde el Antiguo Régimen {no conducia acasoa pasar por alto una transformacién tanto mas importante cuanto que con- cernia el lugar de la mujer en las relaciones familiares a partir de fines del siglo xvi, asi como el rol de apoyo que comenzaba a tener para el médico y el maestro en el seno de la familia, pero también y sobre todo el sustento que esa funcién iba a procurarle en la promocién de su condicién a través de los empleos sociales y educativos, a los que parecia estar como predestinada, promocién que por tltimo habria de servirle para impulsar el reconocimiento de sus derechos po- liticos? En cuanto al psicoandlisis, su discurso sobre la familia era el mds eminente, puesto que fundaba en ella la com- prensién tanto del psiquismo individual y de sus fallas como de las relaciones interpersonales y sus conflictos. Esta posicién prestigiosa lollevaba a operar como refuerzo del marxismo (el difunto freudo-marxismo), como contraste negativo del femi- nismo (el falocentrismo freudiano), pero asimismo como aglutinante de ambos (a través del famoso grupo llamado “psicoandlisis y politica”, que en Francia tuvo un papel hegeménico entre las filas feministas). Todo esto explica el éxito tedrico del freudismo. Ahora bien, {lo mas notablenoes, _ entonces, su éxito practico, en este caso su operacionalizacién__ _ Por los trabajos sociales, los trabajos de consejo y todo cuanto n torno a la gestién de los desvios, los conflictos, los fracasos escolares, conyugales, profesionales, los fracasos en suma de la integracién social? {Cémo no ver hasta qué punto su éxito esta ligado a su capacidad para desempajfar el papel de ‘enlace eficaz entre las aspiraciones individuales y las imposiciones sociales? 8 etek Describir, en primer lugar, la elaboracién de una formula familiar cuyo estado de crisis permanénite ofrece una solu- cidi para su adaptacion ala sociedad liberal avanzada; luego, el desarrollo de trabajos sociales que no cesan de prosperar ‘desde hace dos siglos en el entorno de esta familia, de manera proporcional a la desagregacién de sus formas anteriores; y, por ultimo, el éxito de un discurso y de las practicas psico- analiticas que proliferan y rivalizan en el arte de proponer recetas que incriminan a la familia y ala vez promueven una sobrevaloracién de su papel, dado que 1a convierten en una condicién necesaria para el pleno desarrollo de cada indivi- duo: tal era, pues, el objetivo planteado en un principio. {Como llevarlo a cabo? Un método comenzaba a imponerse a mediados de los afios setenta, inspirado en la célebre obra de Michel Foucault, Vigilary Castigar. Retomandola ensefianza de su historia de las disciplinas, varios autores se habian lanzado asu aplicacién en el Ambito dela familia.! Ahora bien, reducido a la sola investigacién de las disciplinas que abordan sutilmente a la familia desde el exterior, este método dejaba pendientes dos preguntas importantes. En primer lugar, si bien estas disciplinas innovaban, {qué venian a reemplazar? Acaso la docilidad y la buena voluntad que les son propias sustituian relaciones barbaras 0 reglas supuestamente porta- doras de la armonia de ese “mundo que hemos perdido”? En sintesis, ,c6mo caracterizar las relaciones entre la familia y el orden social o politico antes de la era de las disciplinas sociales? En segundo lugar y ante todo, ,cémo dar cuenta de la eficacia de esas “disciplinas” cuando la coercién no es uno de sus principales rasgos, puesto que se desarrollan en un contexto de progresiva liberalizacién de los comportamien- tos? Hablar de “normalizacién”, de “control social”, con la connotacién peyorativa que tifie estos términos en Francia, jacaso no significaba pasar por alto lo esencial? En lugar de investigar qué hace que las normas funcionen, gno deberia-, ‘mos tratar dé comprender “cémo funciona” con las normas, , ‘gFacias a las normas, y no a pesar de ellas? {Gracias a las ‘Isaac Joseph, Philippe Fritsch, Disciplines & domicile, Recherches, 1977. Philippe Meyer, L’Enfant_ et la raison d’Etat, Seuil, 1977. Pierre Lascoumes, Prévention et contréle social, Ginebra, Masson, 1976. ? Peter Laslett, Ce monde que nous avons perdu, Flammarion, 1969. 9

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