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Castillo

Castillo (del latín castellum, diminutivo de castrum) es, según definición del
Diccionario de la RAE, un «lugar fuerte, cercado de murallas, baluartes, fosos y
otras fortificaciones».[cita requerida] Existe todo un conjunto de edificaciones
militares que guardan analogías con el castillo, como el alcázar, la torre, el torreón,
la atalaya, el fuerte, el palacio fortificado, la ciudadela o la alcazaba, lo que hace que
no siempre sea fácil asegurar si se trata o no de un castillo propiamente dicho. Se
tiene normalmente por tal el conjunto formado por un recinto amurallado que
encierra un patio de armas, en torno del cual se sitúan una serie de dependencias y
El castillo de Windsor es una
que dispone por lo menos de una torre habitable.
residencia oficial de lamonarca del
Reino Unido, que tiene más de 900
años de antigüedad.
Índice
Evolución
Antecedentes
Primeros castillos
Elementos del castillo
Mota castral
Cerca
Torre del homenaje
Patio de armas
Muralla cortina Castillo de Neuschwanstein,
Puerta fortificada o Casa del guarda construido por Luis II de Baviera en
Otros elementos el siglo XIX, con una finalidad más
Barbacana decorativa que defensiva.
Liza
Aljibe o pozo
Almena
Ladroneras
Matacanes o buzón matafuegos

Centro social
Castillos de España
Véase también
Referencias
Bibliografía
Enlaces externos

Evolución
Véase también: Alcazaba

Antecedentes
Ya desde el Neolítico (entre 8500 a. C. y 2500 a. C.), la población construyó castros
y fortificaciones en colinas para defenderse. Muchas de ellas, construidas de barro
(tapial) han llegado hasta nuestros días, junto con la evidencia del uso de
empalizadas y fosos. Posteriormente se fueron construyendo en piedra o en ladrillos
de barro o adobe según la disponibilidad de materiales o las necesidades defensivas.
Los romanos encontraron enemigos que se defendían en colinas fortificadas que
llamaron oppidum. Aunque primitivas, eran efectivas y requerían del uso de armas y
otras técnicas de asedio para superar las defensas, como por ejemplo en la batalla de
Alesia.
Fuerte romano en Ambleside,
Las propias fortificaciones romanas, los castrum, iban de simples obras Cumbria.
provisionales levantadas sobre el terreno por los ejércitos en campaña, hasta
construcciones permanentes en piedra, como el Muro de Adriano en Inglaterra o los
Limes en Alemania. Los fuertes romanos se construían con planta rectangular y torreones con esquinas redondeadas. El arquitecto
romano Marco Vitrubio fue el primero en señalar la triple ventaja de las torres redondas: más eficiente uso de la piedra, una mejor
defensa contra los arietes (al trabajar la muralla a compresión) y mejor campo de tiro. Hasta el siglo XIII estas ventajas no se
redescubrieron en la Europa del norte, llevadas desde la España musulmana, que mantuvo la tradición desde mucho antes.

Primeros castillos
Si bien los primeros castillos datan del IX, su origen es más antiguo y tienen
precedentes en la arquitectura militar de la Grecia clásica. En la Alta Edad Media, se
utilizaba como cerco defensivo una mera empalizada de madera, pero la evolución
del armamento y de las técnicas militares hicieron inservible este procedimiento;
más adelante, se confió en la solidez de las construcciones en piedra y en la altura de
los muros que con este material podía alcanzarse.

Aunque los castillos proliferaron durante la Edad Media, el castillo no solo cumplía
funciones puramente castrenses, sino que servía también de residencia a los señores
de la nobleza y a los propios reyes, llegando con el tiempo a ser un auténtico palacio Castillo de Turégano, provincia de
fortificado. Si bien podía estar enclavado en los núcleos urbanos, lo común es que se Segovia, España.

situase en lugares estratégicos, normalmente en puntos elevados y próximos a un


curso de agua para su abastecimiento, desde donde pudiera organizarse la propia
defensa y la de las villas que de él dependían.

A partir del siglo XVI, con el ocaso del feudalismo y la consolidación de las
monarquías absolutistas, la nobleza propietaria de los castillos los fue abandonando
a cambio de mansiones palaciegas en la corte. Por este motivo, y porque quedaron
obsoletos en su función militar, los castillos perdieron todo interés y decayeron hasta
la actual ruina de la mayor parte de todos ellos.

Castillo de Bellver en Palma de


Elementos del castillo Mallorca, España.

En la arquitectura castelar pueden señalarse los siguientes componentes como


esenciales y característicos:

Mota castral
Una mota era un montículo de tierra con una cima plana. A menudo era artificial, aunque a veces se incorporaba a una característica
preexistente del paisaje. La excavación de la tierra para hacer el montículo dejaba una zanja alrededor de la mota, llamado «foso»
(por la que deriva la palabra "mota" del "motte" en francés antiguo y "moat" como foso), indicando cómo se asociaron entre sí dichas
características interdependientes en la construcción original. Aunque la mota se asocia
comúnmente con el patio (o "bailey") para formar lo que se denominó «castillo de Mota y
Bailey», pero no fue siempre así y existen casos en los cuales existía una mota por sí misma.1

"Mota" refiere a la loma sola, pero a menudo era coronada por una estructura fortificada,
como un homenaje, y la parte superior plana estaría rodeada por una empalizada,1 Era común
que la mota fuera alcanzada por un puente levadizo (un puente sobre la acequia de la
contraescarpa del foso hasta el borde de la parte superior del montículo), como se muestra en
la descripción que hace el tapiz de Bayeux del castillo de Dinan.2 A veces, una mota cubría
un viejo castillo o un hall, cuyas habitaciones se convirtieron en áreas de almacenamiento
3
subterráneo y en prisiones bajo una nueva fortaleza.

Cerca
Muralla del Castelo dos
Todo el recinto va cercado de una alta y gruesa muralla, generalmente transitable por el Mouros, en Sintra, Portugal.
adarve, un camino que la recorre en su parte superior. De trecho en trecho, se intercalan en la
muralla cubos o torreones que permiten diversificar los ángulos de tiro y defender mejor las
cortinas. Todos los lienzos suelen estar rematados por almenas para la protección de los defensores. También es habitual disponer de
matacanes y garitas voladas para mejorar las condiciones de tiro sobre los asaltantes. Al pie de la muralla y rodeándola por el exterior
se abre a veces un foso para impedir la aproximación del enemigo; se salva con puentes levadizos. Puede haber más de un anillo
defensivo amurallado.

Torre del homenaje


Es la torre principal, la que sirve de residencia del señor y cumple con las funciones
más destacadas del castillo, albergando las estancias principales y, en ocasiones, los
almacenes de víveres. Se encuentra en la posición más abrigada en relación con un
posible ataque exterior, de forma que si sucumbiese el resto de las defensas, esta
torre proporcionase un último refugio.

Generalmente es más alta que el resto del conjunto, sus dimensiones pueden ser de
hasta 40 metros. La torre del homenaje más alta en España es la del Castillo de los
Sotomayor Zúñiga en Belalcázar (Córdoba).
Patio y torre del homenaje del
castillo de Prunn, Baviera.

Patio de armas
También llamado plaza de armas, constituye un espacio central que en algunos
casos recuerda los claustros monásticos. En torno al patio se distribuyen
determinadas estancias, como la capilla (cuando la hay), la sala de recepciones, las
naves para acuartelamiento de la tropa, la armería, etc. La entrada al castillo se
produce a través del patio de armas; desde él se accede al resto de las dependencias
como pasillos de acceso a las mazmorras o incluso a pasadizos secretos de huida,
que suelen estar reservados al señor. Se utiliza para la instrucción militar de la Castillo de los Sotomayor Zúñiga y
guarnición. Madroñiz en Belalcázar.

Muralla cortina
Los muros cortina eran las murallas que encerraban un patio. Tenían que ser lo suficientemente altos como para hacer escalar las
paredes con escaleras difíciles de construir y lo suficiente para soportar el bombardeo de máquinas de asedio que, desde el siglo XV
en adelante, incluyeron la artillería de pólvora gruesa. Una pared típica podría ser de 3 metros (10 pies) de espesor y 12 metros (39
pies) de altura, aunque los tamaños varían mucho entre los castillos. Para protegerlos de caer, los muros cortina se hacían veces con
un faldón de piedra alrededor de sus bases. Las pasarelas a lo largo de la parte superior de los muros cortina permitieron a los
defensores hacer una lluvia de misiles sobre los enemigos abajo, y las almenas les daban una mayor protección. Los muros cortinas
estaban salpicados de torres para permitir abrir fuego a lo largo de la pared.4 Las aspilleras en las paredes no se volvieron comunes
5
en Europa hasta el siglo XIII, por temor a que pudieran poner en peligro la fortaleza de la pared.

Puerta fortificada o Casa del guarda


La entrada era a menudo la parte más débil del circuito de defensas. Para superar esto, la casa del guarda fue desarrollada,
permitiendo a aquellos dentro del castillo para controlar el flujo de tráfico. En los castillos de tierra y madera, la puerta de entrada era
por lo general el primer tramo que se reconstruía en piedra. La parte frontal de la puerta de entrada era un punto ciego y para superar
esto, se añadieron torres que sobresalían a cada lado de la puerta en un estilo similar a la desarrollada por los romanos.6 La puerta de
entrada contenía una serie de defensas para hacer un asalto directo más difícil que derribar una simple puerta. Por lo general, había
uno o más rastrillos —una rejilla de madera reforzada con metal para bloquear el paso— y aspilleras para permitir a las defensas. El
paso a través de la puerta de entrada se alargó para aumentar la cantidad de tiempo que un agresor tenía que pasar bajo el fuego en un
espacio cerrado y no pudiera tomar represalias.7

Es un mito popular que los llamados meurtrière, que eran las aberturas en el techo en el paso por la puerta, se utilizaran para verter
aceite o plomo fundido hirviendo sobre los atacantes; ya que el precio del aceite y el plomo y la distancia de la puerta de entrada
demostraban que la noción es poco práctica. Pero posiblemente eran utilizados para tirar objetos sobre los atacantes, o para permitir
que el agua se virtiera durante los incendios.8 En el piso superior de la casa del guarda se dispuso un alojamiento para que la puerta
9
nunca quedara sin defensas, aunque con el pasar del tiempo el alojamiento se volvió más confortable a expensas de la defensa.

Durante los siglos XIII y XIV, se desarrolló la barbacana.10 Esta consistía en una muralla, foso, y posiblemente una torre, en frente
de la puerta de entrada,11 que podría ser utilizado para proteger aun más la entrada. El propósito de una barbacana no era solo para
12
proporcionar otra línea de defensa, sino también para dictar la única aproximación a la puerta.

Otros elementos

Barbacana
Así se llama a una fortificación de defensa adicional, en el lado más avanzado del
foso. Protegía puertas, cabezas de puente o cualquier otro lugar que fuese punto
débil. Se le llama tambiénrevellín.

Liza
El espacio más o menos ancho que uno encuentra nada más atravesar el puente
Ruinas del Castillo de Burgos, puerta
levadizo, de derecha e izquierda, entre la muralla que rodea el castillo y el edificio.
sur.
Está a ras del suelo, mientras que el adarve está en altura.

Aljibe o pozo
El aljibe o pozo es el depósito para almacenar el agua casi siempre obtenida con aportaciones de acarreo; a veces el sistema permitía
almacenar también el agua de lluvia. Generalmente estaba construido bajo tierra.

Almena
La almena, también llamada merlón, es un elemento arquitectónico típico de la arquitectura militar medieval. Se trata de cada uno de
los salientes verticales y rectangulares dispuestos a intervalos regulares que coronan los muros perimetrales del castillo, para
resguardarse en ellas los defensores.
Ladroneras
Los soldados que luchan desde la parte más alta de los abruptos muros del castillo
no pueden disparar o atacar de ningún otro modo a los enemigos situados en la base
del muro, sin exponerse a las flechas. Los castillos se mejoraron con ladroneras, que
eran cubículos que sobresalían de los muros altos, en cuyo suelo se hallaban los
matacanes y en cuyo muro frontal había aspilleras.

Matacanes o buzón matafuegos


En la parte inferior de las ladroneras se situaban trampillas denominadas matacanes. Castillo de la Atalaya (Villena,
Alicante)
Se podían abrir y los defensores podían lanzar flechas y tirar piedras, agua hirviendo
o arena muy caliente.

Orificios en el techo, por los cuales podía derramarse agua hirviendo, arena caliente
o rocas. Esos orificios también permitían a los soldados transmitir órdenes o apagar
las llamas si se prendía fuego a la puerta.

Centro social
La presencia del Señor en un castillo hacia
que se convirtiera en un centro Castillo de Chapultepec, en la
administrativo desde donde éste gestionaba Ciudad de México.
las tierras. El señor contaba con el apoyo de
personas por debajo de él, ya que sin el
apoyo de sus más poderosos inquilinos un señor podía esperar que su poder fuera socavado.
Los señores exitosos se unían a la corte con quiénes se encontraban inmediatamente debajo en
la escala social, y quiénes se ausentaban de la corte podían esperar que su poder se debilitara.
Los grandes señoríos podían ser enormes, por lo que era poco práctico para un señor visitar
todas las tierras regularmente, por lo que se nombraban diputados encargados de ello. Esto
aplicaba especialmente a la realeza, que en otros tiempos incluían propiedades en tierras
extranjeras también.13
«God Speed!» de Edmund
Blair Leighton, 1900: En el Para permitir que el señor se concentre en sus tareas relacionadas con la administración, tenía
período victoriano una visión una casa de siervos para ocuparse de las tareas como el suministro de alimentos. El hogar era
de una dama dando un dirigido por su chambelán, mientras que un tesorero se hacía cargo de las escrituras de las
favor a un caballero antes
tierras. Las casas reales tenían esencialmente la misma forma que las baronías, aunque con
de la batalla.
una escala mucho más grande y con posiciones de mayor prestigio.14 Una función importante
de los sirvientes de la casa fue la preparación de los alimentos, las cocinas del castillo eran un
lugar muy concurrido cuando se encontraba ocupado, llamando a procurar grandes comidas para todos.15 Sin la presencia del señor
en el castillo, siendo que por lo general se alojaba en otro lugar, el castillo era un lugar relativamente tranquilo, con pocos residentes
y centrado en el mantenimiento del edificio.16

Como centros sociales los castillos eran lugares ideales para exhibirse. Los constructores aprovechaban la posibilidad de aprovechar
el simbolismo, a través del uso de motivos, para evocar el sentido de caballerosidad que se aspiraba en la Edad Media entre la élite.
Las estructuras posteriores al renacimiento romántico utilizarían elementos de arquitectura propios de los castillos como las almenas
para ese propósito. Los castillos, además, son comparados con las catedrales siendo objetos de orgullo arquitectónico, y a algunos de
17 El permiso para fortificar cuando era otorgado por monarcas -aunque
ellos se les incorporó jardines como elementos ornamentales.
no siempre era necesario- era importante no solo porque permitía defender la propiedad con pertrechos asociados a los castillos sino
que también daban un prestigio al ser utilizados por la élite.18 El permiso de fotificación también era una prueba de la relación o
favor del monarca, quién era encargado de otorgar dicho permiso.19
El amor en la corte fue la erotización de amor entre la nobleza. Se hizo hincapié en la moderación entre los amantes. Aunque a veces
se expresaba a través de eventos como torneos caballerescos, donde los caballeros lucharían lleva un símbolo de su dama, que
también podría ser privado y llevado a cabo en secreto. La leyenda de Tristán e Isolda es un ejemplo de las historias de amor
cortesano en la Edad Media.20 El ideal de la noción de amor cortesano era entre dos personas solteras entre sí, aunque el hombre
podía estar casado con otra persona. No era infrecuente o poco noble para un señor que fuera adúltero —Enrique I de Inglaterra tenía
21
más de 20 hijos bastardos, por ejemplo—. Pero para una dama el ser promiscua era visto como deshonroso.

El propósito del matrimonio entre las elites medievales era asegurar la tierra. Las niñas se casaban en la adolescencia, pero los niños
no se casaban hasta la mayoría de edad.22 Hay una concepción popular de que las mujeres jugaban un papel periférico en el hogar
del castillo medieval, y que estaba dominada por el señor. Esto se deriva de la imagen del castillo como una institución marcial, pero
la mayoría de los castillos en Inglaterra, Francia, Irlanda y Escocia, nunca estuvieron involucrados en conflictos o asedios, por lo que
la vida doméstica era un aspecto en sí descuidado.23 A la dama se le daba una dote con parte de las tierras de su marido - por lo
general alrededor de un tercio -, que le pertenecerían de por vida y que heredaría a la muerte de su esposo. Era su deber de
administrarlas directamente, como los señores administraban sus propias tierras.24 A pesar de generalmente estar excluidas del
servicio militar, una mujer podría estar a cargo de un castillo, ya sea en nombre de su marido o si ella era viuda. Debido a su
influencia dentro de la casa medieval, las mujeres influenciaban construcción y el diseño, a veces a través de patrocinio directo; el
historiador Charles Coulson enfatiza el papel de la mujer en la aplicación de "un gusto aristocrático refinado" de castillos, debido a su
residencia a largo plazo.25

Véase también: Corte noble

Castillos de España
Los ocho siglos que duró la Reconquista (711-1492) llevada a cabo por los reinos
cristianos del norte para recuperar las tierras sometidas por los musulmanes
mantuvieron la Península Ibérica en permanente estado de guerra. Si se añaden a ello
las tensiones internas entre la nobleza y la monarquía, frecuentes durante la baja
Edad Media y el Renacimiento, que derivan a veces en auténtica Guerra Civil, se
comprende fácilmente el papel que jugaron los castillos y el porqué de su
abundancia en España. Sin embargo, estas luchas entre nobleza y monarca eran más
comunes en países como Francia que en España, pues en la península la defensa
Castillo de Alburquerque, provincia
contra los musulmanes hacía que los nobles tuvieran que recurrir más a su rey como
de Badajoz.
símbolo de unidad.

Véase también
Bastión o Baluarte
Feudalismo Foso Ciudadela
Castellano (cargo) Barbacana Castro
Muralla Torre del homenaje Aspillera
Puente levadizo Torre albarrana Rastrillo
Ksar Torre fortificada Poterna
Alcazaba Albacara Matacán
Fortaleza Castillo japonés Adarve
Fortificación Fuerte Cadalso
Bastión o Baluarte

Referencias
5. (Cathcart King, 1988, pp. 84)
1. (Friar, 2003, pp. 214)
6. (Friar, 2003, pp. 124-125)
2. (Cathcart King, 1988, pp. 55-56)
7. (Friar, 2003, pp. 126, 232)
3. (Barthélemy, 1988, pp. 397)
8. (McNeill, 1992, pp. 98-99)
4. (Friar, 2003, pp. 86)
(Coulson, 1979, pp. 74-76)
9. (Allen Brown, 1976, pp. 64) 18. (Coulson, 1979, pp. 84-85)
10. (Friar, 2003, pp. 25) 19. (Liddiard, 2005, pp. 9)
11. (McNeill, 1992, pp. 101) 20. (Schultz, 2006, pp. xv-xxi)
12. (Allen Brown, 1976, pp. 68) 21. (Gies y Gies, 1974, pp. 87-90)
13. (McNeill, 1992, pp. 16-18) 22. (McNeill, 1992, pp. 19-21)
14. (McNeill, 1992, pp. 22-24) 23. (Coulson, 1979, pp. 382)
15. (Friar, 2003, pp. 172) 24. (McNeill, 1992, pp. 19)
16. (McNeill, 1992, pp. 28-29) 25. (Coulson, 1979, pp. 97-299, 382)
17. (Coulson, 1979, pp. 74-76)

Bibliografía
Allen Brown, Reginald (1976). Allen Brown's English Castles (en inglés). Woodbridge: The Boydell Press. ISBN 1-
84383-069-8.
Barthélemy, Dominique (1988). Civilizing the fortress: eleventh to fourteenth century (en inglés). En «A History of
Private Life, Volume II: Revelations of the Medieval World». Belknap Press, Harvard University. pp. 397-423.
ISBN 978-0-674-40001-6.
Cathcart King, David James (1988).The Castle in England and Wales: an Interpretative History (en inglés). Londres:
Croom Helm. ISBN 0-918400-08-2.
Coulson, Charles (1979).Structural Symbolism in Medieval Castle Architecture(en inglés). En «Journal of the British
Archaeological Association». Londres: British Archaeological Association. pp. 73-90.
Friar, Stephen (2003). The Sutton Companion to Castles (en inglés). Stroud: Sutton Publishing. ISBN 978-0-7509-3994-
2.
Gies, Joseph; Gies, Frances (1974). Life in a Medieval Castle (en inglés). Nueva York: Harper & Row. ISBN 0-06-
090674-X.
Liddiard, Robert (2005). Castles in Context: Power, Symbolism and Landscape, 1066 to 1500 (en inglés).
Macclesfield: Windgather Press Ltd.ISBN 0-9545575-2-2.
McNeill, Tom (1992). English Heritage Book of Castles (en inglés). Londres: English Heritage y B. T. Batsford.
ISBN 0-7134-7025-9.
Schultz, James (2006). Courtly love, the love of courtliness, and the history of sexuality (en inglés). Chicago:
University of Chicago Press. ISBN 978-0-226-74089-8.

Enlaces externos
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Castillos de España (CastillosNet)
Castillos de España (Asociación Española de Amigos de los Castillos)
Castillos de España (Arteguias)

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