Vous êtes sur la page 1sur 6

Revista Dinero:

Aunque pueden ser poderosas herramientas para incentivar a determinados sectores en el corto plazo,
extenderlos más de lo debido conllevaría un retraso en la competitividad y la producción.

El subsidio, que según la Real Academia Española (RAE), es “una prestación pública asistencial
de carácter económico y de duración determinada”, también es quizás una de las herramientas
gubernamentales más utilizadas por los estados, especialmente los latinoamericanos en los últimos
años.

El objetivo de esta ayuda económica es variado. Puede ir desde servir como estímulo para el
consumo, como cuando el distrito subsidiaba la tarifa valle de Transmilenio en Bogotá para incentivar
el uso del sistema integrado; o puede también cubrir ciertos costos de producción de
determinados bienes o servicios para hacerlos más competitivos.

La otra cara de los subsidios

Sin embargo, también es propio del subsidio actuar por un periodo determinado de tiempo. Sobre
extender la duración de estos o establecerlos como permanentes puede conllevar a que en el
mediano y largo plazo los incentivos se vuelvan negativos y estos se profundicen en periodos de
crisis económica.

Un informe presentado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2013 estableció que los
efectos adversos de los subsidios pueden traer grandes consecuencias para la inversión
privada y paradójicamente afectar también al consumidor final.

Según el FMI, además de consumir los ingresos recaudados por el gobierno (política
especialmente complicada cuando hay periodos de austeridad) para desviarlos a sectores que no
son productivos, pueden llevar a un aumento excedido del consumo.

También “deprimen la inversión privada” ya que en el largo plazo los productores no ven la
necesidad de invertir en mejorar su línea de producción por estar atados a una ayuda sustancial. Para
la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) esto se argumenta desde el punto
de vista de diversas corrientes de la psicología o la sociología que afirman que el asistencialismo
estimula la improductividad e invita a no participar en los procesos productivos e innovadores.

Para estos dos organismos multilaterales, el papel de los subsidios debe ser temporal dando ciertas
“ventajas artificiales” a los sectores que lo necesitan mientras se equiparan a sus competidores. Una
vez retirado el apoyo, aunque los precios de los productos puedan ser mayores los beneficios de
la productividad y la competitividad a futuro compensaría esto con mayores ingresos para la
población.

Subsidios vs inversión

Un ejemplo puede mostrar las ventajas de gestionar correctamente los subsidios lo que resulta
en estimular la inversión privada.
El año pasado en Indonesia, el presidente electo Joko Widodo decidió cortar los subsidios a los
combustibles públicos lo que resulto en un aumento del 30% en los precios del gas en ese país.
Aunque en primera instancia fue polémica su decisión, lo que siguió en la nación del Pacifico fue un
mercado de valores en aumento y una moneda estabilizada.

Pero, ¿cómo se logró todo esto? La codirectora del Brookings Metropolitan Policy Program, Amy
Liu, explica que aunque los subsidios dieron a Indonesia uno de los combustibles más baratos de
la región, permitiendo unos costos de transporte muy competitivos y que luego de esta reforma el
incremento de los costos frenara el crecimiento en el corto plazo, “el movimiento de Widodo fue un
gran paso para colocar al país en la senda del crecimiento equitativo y sostenible en el largo
plazo”.

En una economía con un PIB de US$868,3 billones el costo de los subsidios se había incrementado
demasiado llegando a los US$20 billones anuales en 2013 (2,3% del PIB). La idea fue desviar este
ingente gasto a proyectos de infraestructura, educación y cuidado de la salud pública. “Invertir en
estos sectores, incrementará el potencial productivo y el ingreso de sus ciudadanos” afirma Liu.

“Las inversiones a largo plazo pueden no resultar tan atractivas, pero son mucho más poderosas
a la hora de beneficiar a personas y empresas por igual”, explica. En una economía post subsidios
los inversionistas están obligados a elevar su competitividad sin depender del estado y están
colocando su mirada en la innovación.

¿Qué es un subsidio?

Un subsidio básicamente es una ayuda económica que el gobierno les otorga a los ciudadanos que
viven bajo ciertas condiciones socioeconómicas.
Desde un punto de vista social, el subsidio resulta ser una de las maneras mejor intencionadas para
distribuir las riquezas de un país equitativamente. Los subsidios son generalmente destinados a las
clases pobres y son financiados por los impuestos que todos pagamos pero sobretodo de las clases
trabajadora y alta.

Todo bien hasta allí. A pesar de ser bien intencionados los subsidios de un país, estos tienen
resultados catastróficos a largo plazo. A continuación explicaré el porqué.

Lo primero que hay que considerar es que el humano en cualquier parte del mundo actúa por
incentivos. Un ejemplo sencillo sería que suponga que a usted le dan un bono mensual igual a su
salario solo por llegar temprano todos los días. Usted probablemente hará lo imposible sin importar
si comete ilegalidades para llegar temprano al trabajo solo porque el incentivo es muy grande.

Lo mismo ocurre con el subsidio. Si las personas reciben dinero solo por el hecho de tener cierta
condición socioeconómica entonces habrán personas que estarán lo suficientemente incentivadas a
buscar o quedarse en esa condición social. Por ejemplo: si dieran un subsidio por tener hijos,
habrían muchas familias enormes solo para poder recibir ese dinero.
Esto lleva a que en un país empiece a formarse una comunidad de vagos que utilizan la ley del
mínimo esfuerzo porque una parte de sus ingresos se los proporciona el gobierno mediante un
subsidio. Dado a que la población es un número más o menos fijo, la población educada empieza a
disminuir como resultado de un aumento de los vagos.

En el siguiente gráfico se puede ver está relación (para leer el gráfico, solo hay que seguir las
flechas y las palabras más o menos. En este caso sería que: más subsidio genera menos interés de
crecer y por lo tanto más vagos y menos educado)

Figura 1. Consecuencia de los Subsidios. Elaboración propia


Adicional, como hay más vagos y menos educados, existe menos mano de obra capacitada. Esto
desincentiva a empresas extranjeras establecerse en el país porque no hay mano de obra capacitada
para contratar.

Adicional, la cantidad de emprendimiento también disminuye. Como el Estado le está dando para
vivir para que matarse en crear una empresa. Esto también lleva a que haya menos compañías.

Esto se refleja en la continuación del gráfico:

Figura 2. Consecuencia de Subsidios. Elaboración propia.


Claro, existe un efecto para compensar esta baja de mano de obra local y es mediante la importación
de mano de obra extranjera, pero esto no resulta suficiente. Les resulta más caro a las empresas y en
un momento empiezan a desistir. Adicional que existe la ley para prevenir esto.
Siguiendo la línea anterior, con menos cantidad de empresas, hay un menor crecimiento económico
y menos recaudación de impuestos que se traslada en menos dinero estatal. Lo que resulta
contraproducente ya que al recibir menos recaudación, el estado no puede seguir otorgando la
misma cantidad de subsidio. Si lo hace, entonces hay menos dinero para inversiones en carretera,
educación, salud, etc.

De esta forma se cerraría el círculo.

Figura 3. Consecuencia de Subsidios. Elaboración propia.


Entonces, ¿por qué otorgan subsidios?

Existe otra variable que aún no se ha incluido, que la llamaría algo como “Felicidad de la
Población”. Dado a que en todos los países, la clase baja representa en grueso de la población, los
subsidios hacen que en general haya mayor felicidad dado a que este segmento tiene más gente.
Esto a su vez se traslada a que el gobierno recibe mayor aceptación y empieza a ganar el voto
popular.
Figura 4. Consecuencia de Subsidios. Elaboración propia.
El problema es que al final, lo que más le interesa a un gobierno que otorga subsidio es el pedazo de
la esquina izquierda del gráfico y se olvidan que existen muchas otras variables que son afectadas.
En fin, cada vez habría menos gente educada y más vagos que terminarían votando por los mismos
gobernantes solo porque reciben ciertos regalos y poco a poco el país se iría despedazando hasta
llegar a declararse en quiebra porque no tiene suficiente dinero para pagar sus obligaciones.

Los subsidios se dan porque no existe una política que ayude a crear una distribución equitativa de
las riquezas desde la base. Si no que dado a que como la desigualdad va creciendo por consecuencia
del crecimiento económico, el gobierno lo compensa otorgando subsidios que en verdad no crea un
incentivo a los más pobres sino que los vuelve parásitos.

Esto a su vez crea una división en el país, dado a que la clase trabajadora empezará a cuestionar el
porqué del uso de sus impuestos para mantener a vagos, cuando ellos tienen que trabajar
fuertemente para poder sufragar sus gastos.

Desde este punto de vista, el subsidio resulta ser como un parche al problema de distribución de las
riquezas del país.

La solución sería que estos fueran eliminados poco a poco y usar ese dinero para invertirse en
actividades que le generen un mayor retorno al país. Un ejemplo claro sería la educación. Con una
mejor educación, habría mejor mano de obra que atraería a empresas interesadas en invertir en el
país. Habría más emprendimiento y más interés en crecer por lo que los ciudadanos podrían generar
suficiente ingreso propio para sufragar sus gastos sin necesidad de una ayuda estatal.

Vous aimerez peut-être aussi