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INSTITUTO BÍBLICO BEREANO

Departamento de la Biblia

INERRANCIA DE LAS ESCRITURAS

Trabajo
Presentado como requisito de la materia Técnicas de Interpretación

Estefanía Valla

2018-2018
Indice
Introducción
Desarrollo
1.- ¿QUÉ ES LA INERRANCIA DE LAS ESCRITURAS?
2.- SU IMPORTANCIA EN LA PREDIACIÓN

3.- SU IMPORTANCIA EN LA SANTIDAD


4.- LA IMPORTANCIA DE CREER EN LA INERRANCIA

5.- NUESTRA CREENCIA EN LA INERRANCIA

Conclusión con aplicación personal


Bibliografía

INTRODUCCIÓN

Dios manda que todo cristiano busque la santidad en todas las áreas de su vida (Hebreos 12:14).
Debido a que Él utiliza la verdad para santificar (Juan 17:17), para poder estar expuestos al poder
santificador de la Biblia debemos creer en la inerrancia completa de la misma. Si cierta palabra
de la Escritura se considera falsa, entonces esa palabra se retira del arsenal del Espíritu para
transformar vidas. Y no solo eso: cuando se cuestiona una de las palabras de Dios, en ese
momento la sabiduría del hombre se pone por encima del consejo divino, así diluyendo su poder
salvífico (1 Corintios 1:21). Lo mismo aplica en la predicación. Debido a que el llamado de todo
predicador es el de “presentar perfecto en Cristo Jesús a cada hombre” (Colosenses 1:28), esto
solo es posible cuando él expone a sus oyentes a la predicación de todo el consejo de Dios

La doctrina de la inerrancia enseña que cada una de las palabras originales de la Escritura,
cuando se interpreta correctamente, es absolutamente veraz. Esta simple definición está siendo
atacada por varios frentes, y es nuestra responsabilidad defenderla. Si se pierde tan solo una
palabra, se pierde la voz de Dios. Tristemente, muchos creen que Dios solamente inspiró a los
autores humanos. Esto deja lugar para que la gente piense que los autores, aunque ‘inspirados’,
pudieron introducir errores a la hora de escribir.

Sin embargo, es imposible que haya entrado un error durante el proceso de escribir la Biblia, ya
que Dios habla de la inspiración no solo a nivel de los autores (2 Pedro 2:20-21), sino también a
nivel del texto mismo. El apóstol Pablo escribió: “toda la Escritura es inspirada por Dios” (2
Timoteo 3:16). Usted puede observar que Pablo no dice que todos los autores fueron inspirados
por Dios, sino todo el texto.
DESARROLLO

1.- ¿QUÉ ES LA INERRANCIA DE LAS ESCRITURAS?


Para Medina Juan1 (2010) la inerrancia de las escrituras se podría definir de la siguiente manera:

Cuando hablamos de inerrancia, estamos haciendo una ampliación del tema referido a la
inspiración de la Biblia. El Dr. E. A. Núñez señala que: En el concepto conservador, la inspiración
y la inerrancia son inseparables. Corroborando tal aseveración, el teólogo J. W. Montgomery
afirma que: “Hay sólo dos alternativas lógicas: o la Biblia es inspirada y sin error (o más bien sin
error por ser inspirada) o es un libro que en su calidad no difiere de otros”. Al hablar de la
inerrancia, necesitamos abordar conceptos tales como la autoridad y la suficiencia de la
escritura.

Definiciones de Inerrancia

“Inerrancia significa que cuando todos los hechos son conocidos, la Escritura en sus manuscritos
originales e interpretados con propiedad se demuestra ser totalmente verdadero en todo lo que
afirman, sea esto en cuanto a doctrina o moralidad, o con las ciencias sociales, físicas o ciencias
de la vida”. Esto se lo puede ver a través de una lectura cuidadosa de los siguientes versículos
(Sal. 119:142 “tu ley es verdad”; v. 151 “tus mandamientos son verdad”; v. 160 “tu palabra es
verdad”; Prov. 30:5-6 donde cada palabra de Dios ha probado ser verdad; y Jn. 17:17 “tu palabra
es verdad”.

El término “verdad” encierra el aspecto fundamental que todos quieren saber: LA BIBLIA NO ES
FALSA. En filosofía, el famoso Aristóteles decía: “¿Qué es verdad? Aquello que es, es y aquello
que no es; no es, es verdad”.

Esto nos lleva a una conclusión lógica. Si la inerrancia bíblica no se extiende a toda la Biblia
queda el individuo con la responsabilidad de decidir cuáles partes la posee y cuáles no la poseen.
El resultado de esto llega a ser el subjetivismo.

Pruebas de la Inerrancia

La fiabilidad del carácter de Dios (Jn 17:3; Ro 3:4)

La enseñanza de Jesucristo (Mt 5:17; Jn 10:35)

1. Credenciales de un mensajero de Dios: (Dt 13:1-5, 18:20-22)

1
MEDINA Juan (2010).Inerrancia de las escrituras.Págs.40-43
a) No podía hablar en nombre de otros dioses. En caso de que este mandato fuese violado, el
mensajero recibía la pena capital.

b) No podía hablar palabra que no fuese verdad. Es decir, había que distinguir lo que era Palabra
de Dios y aquello que era solo humano (Ti 1:2; He 6:18; Mt 4:4; Nm 23:19)

c) No podía hablar palabra que no fuese a cumplirse. La veracidad de la palabra quedaba


demostrada en el cumplimiento o fracaso de la misma.

2. Enseñanza sobre su propia autoridad:

Mateo 5:17-20 En su contexto, se habla aquí acerca de la ley como autoritativa y continua por
ser estable. Esta autoridad debe ser cumplida aún en los detalles más pequeños.

Juan 10:34-35 Claramente se señala que la Escritura no puede ser quebrantada. Vea que esto se
menciona después de una cita antiguo testamentaria (Sal 82:6)

Objeciones a la Inerrancia

Quienes pretenden poner en duda la veracidad de la Palabra de Dios argumentan que sus
escritos registrados son mera producción humana. Pero acá es donde la inspiración juega un
papel fundamental, ya que los hombres no escribieron por iniciativa propia sino impulsados por
Dios mismo. Una segunda objeción se basa en el hecho de que solo los escritos originales son
inerrantes y no así las copias posteriores de los mismos. Sin embargo, esta objeción carece de
peso porque ¿quién puede afirmar que vio los escritos originales para afirmar que las copias que
hoy tenemos no son confiables?

Una tercera objeción tiene que ver con la función del lenguaje como vehículo de la verdad. Es
decir, refieren que la verdad puede hallarse en los pensamientos de las Escrituras y no en sus
palabras. Pero, como dice Montgomery: “Aceptar la inspiración de los pensamientos pero no de
las palabras de los escritores bíblicos contradice las afirmaciones de las Escrituras”.

Por esto, todo cristiano fiel y que considera haber sido alcanzado por la gracia de Dios, no puede
menos que aceptar la inspiración e inerrancia de las escrituras

2.- SU IMPORTANCIA EN LA PREDIACIÓN

Grauman Josías 2(2015) afirma que:

2
GRAUMAN Josías (2015). Importancia en la predicación. Págs.102-105
En Hechos 20:26 leemos que Pablo declaró delante de los ancianos de Éfeso: “Yo soy inocente
de la sangre de todos”. Su conciencia estaba limpia. La pregunta es: ¿cómo podría haber llegado
a tal condición tan bendita? El versículo 27 explica: “…por que no he rehuido anunciaros todo el
consejo de Dios”. ¡Qué gran desafío! ¿Osaría alguien que niega la inerrancia declarar estas
mismas palabras? ¿Podría tal persona tener una conciencia limpia después de haber retenido
deliberadamente ciertas palabras de la Biblia?

Si un predicador se da la libertad de no creer en ciertas partes de la Biblia, es obvio que no


predicará aquellas secciones con la urgencia y autoridad que el texto demanda. Esto conduce a
sermones que contienen solo porciones de la verdad, y no la exposición de todo el consejo de
Dios. Por desgracia, si solo se proclama una parte de la verdad, el mundo solo tendrá acceso a
parte del poder de Dios para la salvación (Romanos 1:16), y la iglesia solo tendrá parte del poder
de Dios para la santificación (Juan 17:17).

Que todo predicador busque predicar fielmente cada palabra de la Biblia con el fin de que sus
oyentes sean conformados a la imagen completa de Cristo que se revela en la Escritura. Cada
palabra es inspirada, así que cada palabra debe ser estudiada, obedecida y proclamada.

3.- SU IMPORTANCIA EN LA SANTIDAD

La importancia de la santidad dentro de las escrituras según Morey Gerson3 (2015) es:

El creyente es el que anhela ser transformado a la imagen de Cristo en cada área de su vida,
sabiendo que Dios es glorificado cuando refleja a Cristo. No existe imagen más bella ni deseosa
que la de Cristo. Por lo tanto, el creyente odia su pecado y busca erradicar cualquier aspecto de
su ser que no refleje la imagen de Cristo. Si pensamos en la ilustración del alfarero, cuando un
cristiano mira su propia vida y observa que tiene un pedazo de masa que no se refleja en el
patrón de Cristo, con gusto lo corta.

No cabe duda que tenemos mucho pecado que erradicar en nuestras vidas. Ahora bien, aquel
que no cree en la inerrancia de la Biblia, ¿qué instrumento utilizará para erradicar el pecado? Si
la Palabra es la espada del Espíritu (Efesios 6:17), una Biblia con errores es una espada
defectuosa. Entonces, ¿qué van a utilizar? La sabiduría humana es, a lo más, una espada de
plástico, sin valor contra los apetitos de la carne (Colosenses 2:23). Aquellos que niegan la
inerrancia aman su intelecto tanto que no están dispuestos a pedir a Dios que utilice toda Su
espada para cortar su orgullo y crecer en santificación.

3
GERSON Morey (2015). Importancia en la santidad. Págs.156-160
La Escritura es un bisturí perfectamente afilado y preciso en el cumplimiento de su propósito. Al
alterar o cambiar una sola palabra, se desafila y disminuye su efecto salvífico y santificador. Por
esto, aquellos que anhelan la gloria de Cristo luchan sin descanso por predicar la Palabra pura,
y por utilizar la Palabra en busca de su propia pureza.

“…has engrandecido tu palabra conforme a todo tu nombre” (Salmo 138:2).

4.- LA IMPORTANCIA DE CREER EN LA INERRANCIA

Para Fermín John4 (2016) la forma correcta en cómo se debe tener un devocional familiar es la
siguiente:

La doctrina de la inerrancia bíblica es extremadamente importante, porque la verdad sí importa.


Este hecho se refleja en el carácter de Dios y es fundamental para nuestro entendimiento de
todo lo que enseña la Biblia. Estas son algunas razones por las que debemos creer
absolutamente en la inerrancia bíblica:

1. La Biblia misma declara ser perfecta. “Las palabras de Jehová son palabras limpias, como plata
refinada en horno de tierra, purificada siete veces.” (Salmos 12:6). “La ley de Jehová es perfecta,
que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.” (Salmos 19:7).
“Toda palabra de Dios es limpia;” (Proverbios 30:5). Estas afirmaciones de pureza son
declaraciones absolutas. Nótese que no dice “Casi todas las Palabras de Dios son puras” o “la
Escritura es casi perfecta.” La Biblia argumenta una completa perfección, sin dar lugar a teorías
de “perfección parcial.”

2. La Biblia se sostiene o cae como un todo. Si se descubriera que un periódico importante


rutinariamente contuviera ciertos errores, sería rápidamente desacreditado. No habría
diferencia en decir “Todos los errores fueron confinados a la página 3.” Para que un periódico
pueda ser confiable en todas sus secciones, debe ser verídico en todo su contenido. De la misma
manera, si la Biblia fuera inexacta cuando habla de geología, ¿por qué se confiaría en su
teología? O es un documento confiable, o no lo es.

3. La Biblia es un reflejo de su Autor. Todos los libros lo son. La Biblia fue escrita por Dios Mismo,
al obrar a través de los autores humanos mediante un proceso llamado “inspiración.” Segunda
de Timoteo 3:16 dice, “Toda la Escritura es inspirada por Dios” (literalmente, “es respirada por
Dios”). Ver también 2 Pedro 1:21 y Jeremías 1:2

Creemos que Dios, quien creó el universo, es capaz de escribir un libro. Y que el Dios que es
perfecto es capaz de escribir un libro perfecto. El punto no es sólo “¿Tiene la Biblia un error?”,

4
FERMÍN John (2016). LA IMPORTANCIA DE CREER EN LA INERRANCIA. Págs.32-40
sino “¿Puede Dios cometer un error?” Si la Biblia contiene verdaderos errores, entonces Dios no
es omnisciente y es capaz Él Mismo de cometer errores. Si la Biblia contiene información
errónea, entonces Dios no es veraz, sino un mentiroso. Si la Biblia contiene contradicciones,
entonces Dios es el autor de la confusión. En otras palabras, si la inerrancia bíblica no es verdad,
entonces Dios no es Dios.

4. La Biblia nos juzga, no viceversa. “Porque la palabra de Dios... discierne los pensamientos y
las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12). Nótese la relación entre “el corazón” y “la Palabra”.
La Palabra examina; el corazón está siendo examinado. El reacomodar partes de la Palabra por
cualquier razón, es voltear un verso de cabeza. Nos convertimos en los examinadores, y la
Palabra debe ser sometida a nuestro “superior escrutinio.” Sin embargo Dios dice, “Mas antes,
oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios?” (Romanos 9:20).

5. El mensaje de la Biblia debe ser tomado como un todo. No es una mezcla de doctrina sobre la
que tengamos libertad de elección. A mucha gente le agradan los versos que dicen que Dios los
ama, pero les disgustan los que dicen que Dios juzgará a los pecadores. Pero simplemente no
podemos entresacar y elegir lo que nos guste acerca de la Biblia y desechar el resto. Si la Biblia
está equivocada respecto al infierno, por ejemplo, entonces ¿quién dice que es verdadera al
hablar sobre el cielo – o sobre cualquier otra cosa? Si la Biblia no puede contener verazmente
los detalles sobre la creación, entonces tal vez los detalles sobre la salvación tampoco puedan
ser confiables. Si la historia de Jonás es un mito, entonces quizá también lo es la historia de
Jesús. Por el contrario, Dios ha dicho lo que ha dicho, y la Biblia nos presenta un cuadro completo
de quien es Dios. “Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos” (Salmos 119:89).

6. La Biblia es nuestra única norma para la fe y la práctica. Si no es confiable, entonces ¿en qué
basamos nuestras creencias? Jesús pide nuestra confianza, y eso incluye confiar en lo que Él dice
en Su Palabra. Juan 6:67-69 es un hermoso pasaje. Jesús justo había presenciado la partida de
muchos que habían afirmado que lo seguirían. Entonces Él se volvió a los doce apóstoles y les
preguntó, “¿Queréis acaso iros también vosotros? Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién
iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.” Que tengamos la misma confianza en el Señor y en
Sus palabras de vida.

Nada de lo que hemos presentado aquí debe ser tomado como un rechazo al estudio verdadero.
La inerrancia bíblica no significa que debemos dejar de utilizar nuestras mentes o aceptar
ciegamente lo que dice la Biblia. Somos exhortados a estudiar la Palabra (2 Timoteo 2:15), y
aquellos que la escudriñan son elogiados (Hechos 17:11). También reconocemos que hay
pasajes difíciles en la Biblia, así como sinceros desacuerdos sobre su interpretación. Nuestra
meta es aproximarnos reverentemente y en oración a la Escritura y cuando encontremos algo
que no entendamos, oremos más intensamente, estudiemos más, y – si aún así nos elude la
respuesta – reconozcamos humildemente nuestras propias limitaciones ante la perfecta Palabra
de Dios.

5.- NUESTRA CREENCIA EN LA INERRANCIA

Para Graham Will 5(2011) nuestra creencia en cuanto a la inerrancia de las escrituras debe ser:

1.- Dios es veraz Antes que nada, creo en la inerrancia de la Biblia porque creo en la veracidad
de Dios. La pregunta sobre la inerrancia bíblica no es tanto una cuestión de bibliología sino de
teología propia. La Biblia testifica de la veracidad de Dios (Juan 3:3; Romanos 3:4). Si la Escritura
es de Dios, razona John Frame, es “inconcebible que contenga errores”.1 El Antiguo Testamento
recalca que “Dios no es hombre para que mienta ni hijo de hombre para que se arrepienta”
(Números 23:19). Y el Nuevo Testamento confirma este testimonio aseverando que Dios no
miente (Tito 1:2) porque es imposible que engañe (Hebreos 6:18). En última instancia, dudar de
la Palabra de Dios es dudar del carácter de Dios. Como lo expresó Wayne Grudem, “La autoridad
de la Biblia quiere decir que todas las palabras de la Biblia son palabras de Dios de una manera
tal que no creer o desobedecer alguna de ellas es no creer o desobedecer a Dios”.

2.- El testimonio de la Biblia Las Escrituras nos aseguran de que han sido inspiradas por Dios.
Aunque Pablo tenía el Antiguo Testamento en mente cuando comentó que “Toda la Escritura es
inspirada por Dios” (2 Timoteo 3:16), ahora que tenemos el canon completo podemos aplicar el
mismo principio apostólico a los libros del Nuevo Testamento. Pablo, por ejemplo, escribió 2
Timoteo siendo guiado por el Espíritu. El apóstol Pedro ya reconoció que los escritos de Pablo
eran “escrituras” (2 Pedro 3:16). Además, Pablo cita el texto de Lucas 10:7 en 1 Timoteo 5:18
como un pasaje inspirado. A la hora de formar el canon del Nuevo Testamento, la iglesia no
confirió ninguna autoridad a los veintisiete libros. Simplemente reconoció la autoridad que los
libros ya tenían como inspirados por el soplo del Altísimo. Fueron todos libros escritos por un
apóstol (o alguien cercano al grupo apostólico), ya aceptados y reverenciados por la iglesia
universal y doctrinalmente congruentes con el Evangelio cristiano.

3.- El testimonio de Cristo Jesucristo es perfecto e inmaculado en todos los sentidos. Es Dios, la
segunda persona de la bendita Trinidad, por lo tanto es más inteligente y sabio que nosotros.
Como si esto fuera poco, es nuestro Señor en todo y somos llamados a seguirle fielmente. Ahora
bien, ¿qué creía Jesús acerca de la Biblia? Jesús estaba totalmente convencido de la veracidad
de las Escrituras (y no solamente los pasajes mesiánicos). De hecho, llegó a decir que, “De cierto
os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que
todo se haya cumplido” (Mateo 5:18). La palabra ‘jota’ en griego corresponde a ‘yodh’ en hebreo
(la letra más pequeña del alfabeto arameo). Es como una especie de coma. Se estima que hay
unos 66.000 yodhs en el Antiguo Testamento. Según Jesús, ¡cada yodh importa! Escribe Kevin
de Young: “Jesús no podría afirmar su creencia en las Escrituras de una manera más
contundente”.3 Jesús comía, bebía y respirada las Escrituras mientras ministraba en la tierra.
Destaca en Juan 10:35 que, “la Escritura no puede ser quebrantada”. Y el Mesías estuvo

5
GRAHAM Will (2011). Nuestra creencia en la inerrancia. Págs.200-210
consciente de que algún día sus seguidores iban a registrar sus palabras para cumplir lo dicho
en Mateo 24:35, “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. De hecho Jesús
prometió que el Espíritu Santo vendría para que los discípulos hiciesen precisamente eso: “Mas
el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las
cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Juan 14:26). Y de nuevo, “Cuando venga el
Espíritu de verdad, Él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino
que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará;
porque tomará de lo mío, y os lo hará saber” (Juan 16:14). El apóstol Juan escribió su Evangelio
con este fin, esto es, dar a conocer lo que Jesús había hecho y enseñado: “Pero éstas se han
escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida
en su nombre” (Juan 20:31). Jesús no solamente creyó en la inspiración del Antiguo Testamento
sino que se encargó de que el Nuevo fuese redactado también por la obra inspiradora del
Espíritu Santo.

4.- El testimonio de los apóstoles Como ya hemos visto, 2 Timoteo 3:16 profesa fe en la
inspiración de la Biblia: “Toda la Escritura es inspirada por Dios”. La palabra ‘inspirar’ proviene
del griego ‘Theopneustos’ que quiere decir ‘exhalada por Dios’. A veces si sales por la noche
cuando hace frío y está oscuro, soplas y puedes llegar a ver tu aliento. De la misma forma,
cuando Dios sopla, el resultado es Escritura. Los escritos apostólicos hablan sobre la autoridad
de las Escrituras. 2 Pedro 1:21 es otro pasaje poderoso que resalta que, “nunca la profecía fue
traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados
por el Espíritu Santo”. Si leemos los escritos de cualquier autor bíblico del Nuevo Pacto, aceptan
la autoridad absoluta de la Escritura. Las dos epístolas de Pedro sirven como un buen
recordatorio. En cuestión de ocho capítulos (cinco en 1 Pedro y tres en 2 Pedro), Pedro cita
libremente de cada uno de los cinco libros de Moisés, Salmos, Proverbios, Isaías y Oseas. Ningún
apóstol dudaba de la veracidad, infalibilidad o inerrancia de las Escrituras. Si la iglesia está
edificada sobre el fundamento de los profetas y apóstoles (Efesios 2:20), hacemos bien en
aceptar su autoridad apostólica en este asunto también.

5.- El testimonio de la iglesia primitiva Contrariamente a lo que proponen algunos evangélicos


confundidos en nuestros días, el concepto de inerrancia no es nuevo ni fruto del siglo XIX. Es
cierto que el vocablo ‘inerrancia’ no existía tal cual antes de la época moderna, sin embargo, el
concepto es omnipresente a lo largo de la historia de la Iglesia. En el primer siglo Clemente de
Roma (¿?-100) ya había escrito a los corintios diciendo que, “Habéis escudriñado las Escrituras,
que son verdaderas, las cuales os fueron dadas por el Espíritu Santo y sabéis que no hay nada
falso o fraudulento en ellas” (1 Clemente 45). En el segundo siglo tanto Justino Mártir como
Ireneo y Tertuliano aceptaron la inerrancia bíblica. En el tercero podemos apelar a Orígenes y
Dionisio de Alejandría. En el cuarto están Cirilo de Jerusalén, Basilio, Gregorio de Nisa y el famoso
trío de Ambrosio, Juan Crisóstomo y Agustín de Hipona. Si estudiamos los escritos de los padres
de la iglesia podemos llegar a las siguientes conclusiones: que las Escrituras no se contradicen,
son fiables, autoritativas, perfectas, inspiradas por Dios, congruentes, unidas, no contienen nada
falso, no mienten, son suficientes para declarar la verdad, son santas, veraces e irreprensibles.
La iglesia del siglo XXI haría bien en avivar este legado doctrinal tan rico.

6.- Las profecías cumplidas No hace falta mencionar todas las profecías cumplidas que contiene
la Biblia, no obstante, tales profecías son otra muestra más de la inerrancia bíblica. ¿Cómo pudo
Isaías profetizar con exactitud acerca de la vida del Mesías setecientos años antes de que éste
naciera? ¡Sólo por el poder del Espíritu de Dios! Cada profecía cumplida demuestra que la
Palabra es inerrante e infalible.

7.- La salud de la iglesia El príncipe de los predicadores, Charles Spurgeon (1834-92) En su lucha
con el liberalismo teológico en el siglo XIX, Charles Spurgeon afirmó que el calvinismo tiene “una
fuerza conservadora”. Se dio cuenta de que muchos de los que estaban negando las doctrinas
fundamentales de la fe cristiana en Inglaterra habían sido criados en iglesias con un fuerte
énfasis en la voluntad humana. Fueron las iglesias calvinistas del Reino Unido las que dieron más
importancia a la veracidad de la doctrina bíblica. Creo que si Spurgeon estuviera vivo en nuestros
días añadiría que la doctrina de la inerrancia posee “una fuerza conservadora” también. Un claro
ejemplo es nuestra realidad en España. ¿Por qué las tres denominaciones que no creen en la
inspiración plenaria de la Biblia –la Iglesia Evangélica Española, la Iglesia Española Reformada
Episcopal y la Iglesia Metodista Unida- son precisamente las más abiertas a la ordenación de
ministros homosexuales? A primera vista, uno podría decir que poco importa si decimos que la
Biblia “es” la Palabra de Dios o si simplemente “contiene” la Palabra, pero los efectos a nivel
pastoral son bien dañinos y evidentes. Esta triste realidad en España no nos sorprende. Ya hemos
visto las terribles consecuencias del liberalismo teológico en el Reino Unido. Pienso en la gloriosa
Iglesia de Escocia que revolucionó el norte del Reino Unido en el siglo XVI con el poder de la
Palabra de Dios. Ahora aquella Iglesia se ha apostado de la Escrituras porque ha permitido que
líderes liberales modifiquen su confesión de fe sobre la inspiración de la Biblia. Miles de
conservadores, tales como el reverendo David Randall, han tenido que salir de la Iglesia de
Escocia porque la denominación ya no anda en obediencia a la Palabra. John Knox estará dando
vueltas en su tumba. Cuando los líderes de una denominación empiezan a coquetear con una
bibliología liberal, los resultados son desastrosos. Además, a nivel personal, ¿cómo aconsejas a
uno de tus feligreses si crees que la Biblia está plagada de errores, contradicciones, mitos y
leyendas? ¿Cómo puede el creyente común y corriente saber qué partes de la Biblia son Palabra
de Dios y qué partes no lo son? ¿Cuáles salmos canta en su tiempo devocional si están todos
contaminados por el error humano?

8.- La autoridad del púlpito Cuando uno ya no cree en la inerrancia ni la infalibilidad de la Palabra,
desaparece la predicación expositiva. En vez de enseñar a partir de una determinada carta o
libro de la Biblia versículo por versículo, capítulo por capítulo con el fin de oír la voz de Dios, se
empieza a predicar de forma puramente temática, ética, sensacionalista y finalmente, se elimina
la Palabra por completo del púlpito. El protestantismo no puede sobrevivir sin la predicación de
la Palabra. En las grandes iglesias liberales, ya no se habla sobre la Biblia sino sobre las
vacaciones, la importancia de contratar un seguro de vida, la mascota del predicador, politiqueo
evangélico y otras estupideces indignas del nombre del Señor. Ya que no se predica desde la
Escritura, la iglesia pierde el tono de autoridad que es característico en tiempos de avivamiento
espiritual y acepta todo lo que dice la cultura del momento.

Conclusión con aplicación personal:

Como estudiante de la palabra de Dios estoy completamente segura en su inerrancia ya que la


palabra de Dios en viva y eficaz y la he podido experimentar en mi vida y por eso estoy
completamente convencida de que es verdadera.
Bibliografía de Libros
1.- MEDINA Juan (2010).Inerrancia de las escrituras.Págs.40-43
2.- GRAUMAN Josías (2015). Importancia en la predicación. Págs.102-105

3.- GERSON Morey (2015). Importancia en la santidad. Págs.156-160


4.- FERMÍN John (2016). LA IMPORTANCIA DE CREER EN LA INERRANCIA. Págs.32-40

5.- GRAHAM Will (2011). Nuestra creencia en la inerrancia. Págs.200-210

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