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El Simposio NACIONAL E INTERNACIONAL “TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA ARQUEO-

ISSN: 2250-866X

Año I, Volumen I. Invierno de 2012


LOGÍA HISTÓRICA LATINOAMERICANA” tuvo por finalidad exponer y difundir in- La Arqueología Histórica es
un campo disciplinario de
vestigaciones especializadas en Arqueología Histórica, debatir resultados y pers- cada vez mayor
pectivas de investigación arqueológica, histórica y etnohistórica, y definir avances convocatoria. Su inserción
universitaria es reciente y
en la teoría y práctica de la Arqueología Histórica. Este campo disciplinar tiene cada
refleja los desafíos del
vez más adeptos en la Argentina no solamente porque enlaza de una manera urbanismo contemporáneo,
simétrica la arqueología con las ciencias sociales y con la historia sino porque de una historiografía que
comienza a dar importancia
consiste en una perspectiva provocadora en el examen del pasado: la de la cultura a la cultura material y a la
material y las huellas de mundos pretéritos. vida cotidiana y de una
nueva profesionalidad
arqueológica.
El Centro de Estudios de
Arqueología Histórica,
Cooperadora José Pedroni Facultad de Humanidades y
Artes de la Universidad
Instituto Superior Particular Incorporado No. 9123, San Bartolomé, Rosario
Nacional de Rosario ha
reunido en este volumen

Teoría y Práctica de la Arqueología Histórica Latinoamericana


destacados especialistas y
lo seguirá haciendo a través
de este órgano de
publicación.

Colaboradores en este Número


Adrián Ángel Pifferetti. Juan B. Leoni Teoría y Práctica
Aldo Giacardi. Lucas H. Martínez. de la
Ana María Rocchietti
Aniela R. Traba
Lucía Rangone
María Elena Lucero. Arqueología Histórica Latinoamericana
Arno Alvarez Kern. María Belén Risso
Año I, Volumen I. Invierno de 2012
Bárbara Magnabosco. María Soledad García.
Carlos Ceruti. Marianela Biscaldi.
David Aguilera Nélida De Grandis.
Ernesto Olmedo Nidia R. Areces.
Fátima Solomita Banfi Paula del Rio
Federico I. Coloca. Silvia Cornero
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Flavio Ribero Ulises A. Camino D
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Guillermo Sagripanti

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Centro de Estudios de Arqueologia Histórica
Universidad Nacional de Rosario
REVISTA
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA
ARQUEOLOGÍA HISTÓRICA LATINOAMERICANA

ISSN: 2250-866X
AÑO 1, VOLUMEN 1, INVIERNO DEL 2012

CENTRO DE ESTUDIOS DE ARQUEOLOGÍA HISTÓRICA


FACULTAD DE HUMANIDADES Y ARTES | UNIVERSIDAD NACIONAL DE ROSARIO
PARTICIPA EN LA RED DE ESTUDIOS INTEGRADOS SOBRE LOS PAISAJES SUDAMERICANOS
(Universidad Nacional de Rosario, Universidad Nacional de Río Cuarto,
Universidad Nacional de San Juan, Universidad de la República, Universidad Nacional de Trujillo)

AUTORIDADES DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE ROSARIO


Rector: Prof. Darío Maiorana
Vicerrector: Lic. Eduardo Seminara
Secretario general: Dr. Héctor Darío Masía
Secretario académico: Prof. Enrique Barés

AUTORIDADES DE LA FACULTAD DE HUMANIDADES Y ARTES


Decano: Prof. José Goity
Vicedecano: Arquitecto Salvador Daniel Randisi
Secretaria Académica: Dra. Liliana Pérez

AUTORIDADES DEL CENTRO DE ARQUEOLOGÍA HISTÓRICA


Directora: Dra. Ana María Rocchietti
Secretaria: Prof. Nélida de Grandis
Prosecretaria: Lic. Marianela Biscaldi

Revista del Centro de Estudios de Arqueología Histórica


Teoría y práctica de la arqueología histórica latinoamericana
Actas del Primer Simposio de Arqueología Histórica Latinoamericana
Presidente del Simposio: Prof. María Teresa Carrara
Directoras Editoras Lic. Mónica Valentini (Universidad
Ana María Rocchietti y Nélida De Grandis Nacional de Rosario)

Secretaria Evaluaron este Volumen


Irene Dosztal Dr. Daniel Olivera
Prof. Alejandro García
Comité Editor Dra. Alicia Lodeserto
Silvia Cornero, Mónica Leyría, Lic. Flavio Ribero
Elena Lucero, Adrián Pifferetti Lic. Mónica Valentini
Dr. Arno Álvarez Kern
Colaboradores Dra. María Cecilia Stroppa
Ayelén Pérez Gallo, Yanina Aguilar, Dr. Leonel Cabrera Pérez
Graciana Pérez Zavala, Flavio Ribero, Dr. Mariano Ramos
María Belén Risso, Lucía Roel, Celeste Dr. Miguel Mugueta
González Toralbo, Giorgina Fabron, Marina Lic. Juan Castañeda Murga
De Biassi, Ángeles Segovia, Roque Dra. Carmen Curbelo
Moreira, María Victoria Roca Lic. Livia Kozameh
Dr. Daniel Schávelzon
Comité Científico
Dr. Raúl Bolmaro (Universidad Nacional de Diseño de tapa
Rosario) Dra. María Elena Lucero
Dr. Luis María Calvo (Museo Etnográfico
de Santa Fe y Parque Arqueológico de Diseño interior y diagramación
Santa Fe La Vieja) Odlanyer Hernández de Lara
Lic. Carlos Ceruti (CONICET)
Dra. Dora Grinberg Curaduría
Dra. Eugenia Néspolo (Universidad Marianela Biscaldi
Nacional de Luján)
Ing. Tulio Palacios Foto de tapa: Capilla Vieja de San Javier,
Lic. Ruth Poujade (Programa Misiones Santa Fe, del texto en este número de S.
Jesuíticas – Provincia de Misiones) Cornero, L. Rangone y C. Ceruti.
Dr. Mariano Ramos (Universidad Nacional
de Luján) Propietario responsable:
Dra. Ana María Rocchietti (Universidad Facultad de Humanidades y Artes,
Nacional de Rosario) Universidad Nacional de Rosario
Dr. Daniel Schávelzon (Centro de Centro de Estudios de Arqueología
Arqueología Urbana – Universidad de Histórica
Buenos Aires) Entre Ríos 758. Rosario, provincia de Santa
Dra. Marcela Tamagnini (Universidad Fe (2000). Argentina.
Nacional de Río Cuarto) Telf.: +54 (0341) 4802670
Dra. Alicia Tapia (Universidad de Buenos E-mail: simposioarq@yahoo.com.ar
Aires)
Dr. Arno Álvarez Kern (Centro Nacional de
Pesquisas – Brasil) Decreto Ley 6422/57 de Publicaciones
Dra. Noemí Walsöe de Reca (CONICET) Periódicas
Índice
Editorial
Ana María Rocchietti…………………………………………………………. 9

La arqueología histórica y los estudios regionales.


Nidia R. Areces……………………………………………………………….. 11

Metales y tecnologías. Lo que nos dicen los metales.


Adrián Ángel Pifferetti……………………………………………………….. 25

Los sitios misioneros coloniales del Río de la Plata: reflexiones sobre las
transformaciones culturales.
Arno Alvarez Kern……………………………………………………………. 35

Cultura material, narrativas escritas y documentos judiciales: algunas ideas


para su abordaje.
María Soledad García………………………………………………………… 49

La fragmentariedad como indicio arqueológico y artístico.


María Elena Lucero…………………………………………………………… 59

Registro arqueológico afro-rioplantese en Pájaro Blanco, Alejandra, Santa


Fe: análisis e interpretación.
Silvia Cornero y Carlos Ceruti………………………………………………... 67

San José de Flores entre el pacto y el bondi. Una arqueología de pueblo y


ciudad.
Ulises A. Camino, Aniela R. Traba, Federico I. Coloca……………………… 79

Arqueología colonial: registros y metodologías.


Ana Rocchietti y Nélida De Grandis…………………………………………. 89

Emplazamiento misionero de evangelizacion en el Chaco Santafesino:


excavaciones en la Capilla Vieja de San Javier, Santa Fe.
Silvia Cornero, Lucía Rangone y Carlos Ceruti…………................................ 99

Barcos mercantes y tráfico comercial en la costa del Río de la Plata. Las


botijas de media arroba.
Nélida De Grandis…………………………………………………………….. 109

Investigaciones arqueológicas en el sitio Nakamblaisat, departamento San


Justo, provincia de Santa Fe.
Paula del Rio, Silvia Cornero y Bárbara Magnabosco……………………….. 119
Informe inicial sobre el sitio Paraje y Fortín India Muerta.
María Belén Risso y Marianela Biscaldi……………………………………... 129

Un abordaje arqueológico de la Batalla de Cepeda, 1859.


Juan B. Leoni y Lucas H. Martínez…………………………………………... 139

Arqueología de la línea militar y los pobladores fronterizos en la frontera de


las pampas. Argentina (siglos XVIII – XIX). Bases para una arqueología de
las fronteras.
Ana María Rocchietti, Flavio Ribero y Ernesto Olmedo……………………... 151

Los enterratorios I y II del sitio “Ánimas del Pantanillo” (pedanía de


Achiras, departamento de Río Cuarto, provincia de Córdoba).
Fátima Solomita Banfi………………………………………………………... 169

Exploraciones geofísicas en arqueología histórica: iglesia San Francisco


Xavier, siglo XIX, San Javier, Santa Fe.
Guillermo Sagripanti, David Aguilera, Aldo Giacardi y Silvia Cornero........... 179
UN ABORDAJE ARQUEOLÓGICO DE LA BATALLA DE CEPEDA, 1859

Juan B. Leoniy Lucas H. Martínez 

Resumen
En este trabajo presentamos las pautas generales para un abordaje arqueológico de
batalla de Cepeda (Partido de Pergamino, Provincia de Buenos Aires), ocurrida el 23 de
octubre de 1859, entre las fuerzas de la Confederación Argentina, comandadas por Justo J.
de Urquiza, y el ejército de Buenos Aires, al mando de Bartolomé Mitre, que terminó con el
triunfo del primero. Si bien la batalla ha sido objeto de numerosas investigaciones históri-
cas, que suelen tener como base los partes de los respectivos comandantes, proponemos
aquí un abordaje arqueológico que permita complementar y/o presentar interpretaciones
alternativas del desarrollo de la batalla. Presentamos las líneas generales de nuestro diseño
de investigación, evaluando las hipótesis y expectativas arqueológicas construidas en base a
la investigación documental y hallazgos de materiales efectuados hasta el momento. Dis-
cutimos también los potenciales sesgos y procesos de transformación que han afectado al
registro arqueológico del campo de batalla.
Palabras clave: arqueología de campos de batalla; Cepeda; artefactos militares.

Abstract
This paper will present a general criteria for an archaeological approach to the
Battle of Cepeda (Administrative area of Pergamino, Province of Buenos Aires), which
took place on October 23rd, 1859 between the forces of the Argentine Confederation,
commanded by Justo J. de Urquiza, and the Buenos Aires Army, commanded by Bartolomé
Mitre, and which ended with the victory of the first. Although the battle has been the object
of study of many historical researches, generally based on the reports of the respective
commanders, this paper presents an archaeological approach, which allows the comple-
mentation and/or the presentation of alternative interpretations of the development of the
battle. The general outline of our research design is presented here, assessing the hypo-
theses and the archaeological expectations which were developed based on the document-
tary research and material findings made so far. The potential biases and transformation
processes, which have affected the archaeological record of the battlefield, are also
discussed.
Key words: battlefield archaeology; Cepeda; military artifacts.

Introducción

En este trabajo se presentan los lineamientos generales para un abordaje


arqueológico de la segunda batalla de Cepeda, ocurrida el 23 de octubre de 1859.
El proyecto se encuentra actualmente en marcha y presentamos aquí los puntos
principales del diseño de investigación, así como avances en la investigación do-
cumental realizada hasta el momento. Si bien la batalla ha sido objeto de numero-


CONICET. Instituto de Arqueología, Facultad de Filosofía y Letras, UBA. Escuela de Antropología,
UNR. jbleoni@hotmail.com

Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires. martinezluc@gmail.com

139
Un abordaje arqueológico de la Batalla de Cepeda, 1859 J. LEONI y L. MARTÍNEZ

sas investigaciones históricas, que suelen tener como base los partes de los respec-
tivos comandantes, se propone un abordaje arqueológico que permita complemen-
tar y/o, eventualmente, presentar interpretaciones alternativas del desarrollo de la
batalla.

Contexto histórico

Tras la batalla de Caseros (3 de febrero de 1852) se da inicio al proceso de


construcción del estado nacional argentino, con la formulación de una constitución
nacional y el intento de construir el aparato institucional y administrativo de un
estado federal, bajo el liderazgo del presidente Justo J. de Urquiza. Sin embargo, ya
desde los comienzos se inicia una intensa puja de poder entre las elites político-
económicas de Buenos Aires y del resto de las provincias, disputándose el lideraz-
go de este proceso. Tras varios años de conflicto y paz inestable entre la Confede-
ración Argentina y la provincia de Buenos Aires, se produce un agravamiento de la
tensión por cuestiones económicas (disputa por derechos aduaneros, 1856) y polí-
ticas (asesinato de un dirigente federal en San Juan atribuido a la instigación por-
teña, 1858), desembocando en una guerra abierta en 1859 (Best 1983; Ruiz Moreno
2008).
Ambos bandos movilizan sus ejércitos. El de la Confederación o nacional,
compuesto por entre 12 y 13.000 hombres al mando de Urquiza, se concentró en
Rosario y luego en el sur de Santa Fe. El de Buenos Aires o porteño, compuesto
por entre 7 y 8.000 hombres al mando de Bartolomé Mitre, se concentró en Per-
gamino, en el norte de la provincia de Buenos Aires. El choque entre ambos bandos
se produjo en la Cañada de Cepeda (Partido de Pergamino, Prov. de Buenos Aires),
el 23 de octubre de 1859 (Figura 1). La batalla terminó con el triunfo de Urquiza,
quien luego avanzó con su ejército hacia Buenos Aires y negoció la firma del Pacto
de San José de Flores (10-11 de noviembre de 1859) para reincorporar Buenos
Aires a la Confederación. Sin embargo, la paz así obtenida duraría poco y desem-
bocaría en un nuevo enfrentamiento militar en 1861.

La segunda batalla de Cepeda

El conocimiento de que se dispone del desarrollo de la batalla de Cepeda


está basado fundamentalmente en un número muy reducido de fuentes primarias,
los partes oficiales redactados tras la batalla. Los mismos incluyen por el lado
nacional, el “Parte general de la batalla de Cepeda”, redactado por Benjamín
Victorica, secretario de Urquiza, y el “Parte oficial de la batalla de Cepeda”, re-
dactado por Benjamín Virasoro, jefe del Estado Mayor del ejército. Ambos fueron
escritos el 24 de octubre en el mismo campo de batalla, y describen brevemente las
alternativas del combate, presentando un claro y contundente triunfo de las fuerzas
comandadas por Urquiza. Por su parte, el “Parte del General en Jefe del Ejército
de Buenos Aires, Bartolomé Mitre” presenta la versión porteña de la batalla. En el
mismo, escrito el 8 de noviembre de 1859 en la ciudad de Buenos Aires, Mitre

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Revista del Centro de Estudios de Arqueología Histórica | Año 1. Vol. 1 | 2012

presenta una versión extensa y muy minuciosa de la batalla, cuyo resultado inter-
preta como un triunfo incompleto de su parte, contradiciendo abiertamente la ver-
sión de Urquiza. Considerado una brillante pieza literaria, el parte de Mitre consti-
tuye el relato más detallado del desarrollo de la batalla, aunque sin dudas incluye
también sesgos importantes, al intentar Mitre disimular con su probada habilidad
literaria lo que parece haber sido una contundente derrota en el campo de batalla.

Figura 1. Área general de las investigaciones, mostrando la supuesta ubicación de los campos de
batalla de 1820 y 1859

Numerosos historiadores han tratado el tema posteriormente (Beverina


1921; Best 1983; Camogli 2009; Restaíno 2009; Rottjer 1937; Ruiz Moreno 2008;
entre otros), fundamentalmente en relación a sus aspectos específicamente milita-
res, aunque en general sin trascender las fuentes primarias arriba mencionadas. De
entre estos trabajos históricos destaca el croquis de la batalla de Cepeda (Figura 2),
elaborado por el historiador militar Juan Beverina (1921) en base a las fuentes
primarias, pero aceptando en gran medida la versión de Mitre. Este croquis ha sido
repetido innumerables veces en obras posteriores, adquiriendo el carácter de ver-

141
Un abordaje arqueológico de la Batalla de Cepeda, 1859 J. LEONI y L. MARTÍNEZ

sión oficial de la batalla. Si bien constituye una buena guía para la investigación de
campo, se debe tener presente que carece de precisión exacta e incorpora numero-
sas interpretaciones subjetivas.

Figura 2. Croquis de la batalla de Cepeda, redibujado del original de Juan Beverina


(1921, Tomo IV, carta N°3 “Carta explicativa de los métodos de combate empleados en la época de
la Guerra del Paraguay”)

Según las fuentes, la batalla puede descomponerse en varios puntos princi-


pales (Figura 2):
1- Tras una serie de escaramuzas de caballería durante la mañana del 23,
inicialmente favorables al lado porteño pero luego revertidas por el ejército
confederado, Urquiza avanza con todas sus fuerzas, cruzando el Arroyo del
Medio, hacia la posición de Mitre.
2- En esos primeros choques se produce el desbande de una parte de la caba-
llería porteña, dejándola en marcada inferioridad numérica para el resto de
la batalla.

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Revista del Centro de Estudios de Arqueología Histórica | Año 1. Vol. 1 | 2012

3- Mitre plantea una batalla defensiva, para lo cual dispone su ejército de la


siguiente manera:
 Una línea de batalla con 8 batallones de infantería y artillería
intercalada.
 Los restos de la caballería ubicados en los flancos y retaguardia de
la línea de batalla.
4- El ataque principal de Urquiza comienza recién alrededor de las 17 hs, por
la demora de la infantería, artillería y parque de municiones en alcanzar, en
un terreno fangoso por lluvias previas, a la vanguardia de caballería. El
ejército avanza de la siguiente manera:
 Infantería por el centro formada en 6 columnas con baterías de
artillería intercaladas.
 Grandes contingentes de caballería por ambos flancos.
5- Desbande total de la caballería porteña en ambos flancos, casi sin ofrecer
resistencia.
6- Se produce la derrota y desbande de 3 batallones de infantería en la
izquierda de la línea de batalla porteña. El resto de la infantería de Buenos
Aires se sostiene, aunque rodeada por fuerzas nacionales de caballería, que
también toman el campamento y parque del ejército porteño.
7- Mitre se atribuye el triunfo, haciendo que las bandas de música de los bata-
llones ejecuten el Himno Nacional, pero inicia a medianoche una retirada
ordenada con los restos de su ejército, llegando tras 15 horas de marcha a
San Nicolás, cubriendo una distancia de unos 80 km.

Un enfoque arqueológico de la batalla

El abordaje arqueológico de este evento histórico se enmarca en el campo o


subdisciplina conocido como “Arqueología de Campos de Batalla” (Fox 1993;
Quesada Sanz 2008; Sutherland 2005) o en un nivel más general como “Arqueolo-
gía del Conflicto” (Carlson-Drexler 2010). Si bien este tipo de estudios es relati-
vamente reciente en la arqueología, se registran ya numerosos antecedentes, tanto a
nivel mundial como local, en los que se ha abordado exitosamente la investigación
arqueológica de variados lugares de batalla. Se destacan algunas investigaciones
paradigmáticas como las llevadas a cabo por D. Scott y R. Fox (Fox 1993; Scott y
Fox 1989) en Little Big Horn, EEUU (1876, ejército de EEUU vs. indios Sioux y
Cheyenne) o la de T. Sutherland (2005) en la batalla medieval de Towton, Inglate-
rra (1461, partidarios de York vs. Lancaster, Guerra de Las Rosas). En nuestro país
se registra el antecedente directo de las investigaciones de M. Ramos Ramos et al.
2009) en la Vuelta de Obligado (1845, fuerzas de la Confederación Argentina vs.
escuadra anglo-francesa) y las iniciadas recientemente por C. Landa, E. Montanari
y F. Gómez Romero (2009) en el sitio de la batalla de La Verde (1874, ejército
gubernamental vs. fuerzas sublevadas al mando de Mitre). La batalla de Cepeda se
diferencia de ambas en que se trató de un enfrentamiento campal entre dos ejércitos

143
Un abordaje arqueológico de la Batalla de Cepeda, 1859 J. LEONI y L. MARTÍNEZ

desplazándose sobre un amplio terreno, sin el uso de fortificaciones o posiciones


fijas, como sí ocurriera en los dos casos anteriores.
El propósito de encarar una investigación arqueológica del campo de
batalla es el de, por un lado, contribuir a llenar los vacíos y resolver las contradic-
ciones que se encuentran en los documentos, elaborados desde perspectivas sesga-
das e interesadas políticamente. Numerosos investigadores (Fox 1993:9-12; Kee-
gan 1976:35-45; Quesada Sanz 2008:28-29) han destacado ya los problemas que
suelen tener los relatos testimoniales de las batallas, especialmente aquellos elabo-
rados por los comandantes o líderes principales. Numerosos factores influyen en
este sentido. La confusión del momento, la percepción alterada tanto por las inten-
sas emociones como por el humo, ruido y polvareda, la perspectiva limitada de los
participantes en batallas extensas, se combinan para que los relatos testimoniales
suelan ser parciales y contradictorios. En el caso de los comandantes supremos, se
agregan los intereses políticos y personales, la necesidad de ocultar errores y soste-
ner o agrandar reputaciones. En este sentido, la arqueología contribuye a través del
análisis de la cultura material a complementar y modificar las narrativas tradicio-
nales de las batallas (Quesada Sanz 2008:28).
El aporte concreto que esperamos ofrecer con nuestra investigación in-
cluye:
- Determinar la ubicación precisa del lugar de la batalla o de lugares donde
ocurrieron eventos específicos de la misma.
- Obtener evidencias específicas del desarrollo del combate que permitan
reconstruir las posiciones y movimientos de las tropas antes, durante y
después del enfrentamiento.
- Establecer los tipos de armamentos empleados, algo muy poco trabajado en
los estudios históricos, determinando si existían diferencias tecnológicas
substanciales entre ambos ejércitos.
- Contribuir a la protección y puesta en valor del lugar histórico, y a la
creación de un museo en Mariano Benítez (Partido de Pergamino). En este
caso, esto surge directamente del trabajo en conjunto con las instituciones
locales, como la Municipalidad de Pergamino, la Delegación Municipal de
Mariano Benítez, así como con la comunidad local en general.

Métodos y técnicas

El abordaje arqueológico de un campo de batalla implica reconocer una


serie de particularidades específicas a este tipo de sitios, que los alejan de la
práctica arqueológica tradicional y sus métodos establecidos. Las batallas implican
una actividad muy intensa aunque de corta duración; en nuestro caso, unos 20.000
hombres combatiendo durante varias horas, desplazándose dinámicamente sobre
una gran extensión territorial, de varios kilómetros cuadrados. En términos arqueo-
lógicos, esto resulta en una escasa o nula estratigrafía en sentido tradicional y obli-
ga a emplear técnicas específicas. El campo de batalla, por otro lado, incluye diver-
sos componentes, entre ellos los siguientes:

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Revista del Centro de Estudios de Arqueología Histórica | Año 1. Vol. 1 | 2012

1- El campo de batalla propiamente dicho, o lugar/es donde se enfrentaron los


combatientes.
2- Los campamentos pre y post-batalla de uno o ambos bandos.
3- Piquetes y avanzadas de ambos bandos.
4- Tumbas y fosas comunes donde se enterró a los caídos tras la batalla.
5- Hospitales de campaña.
6- Finalmente, y no menos importante en cuanto a sus efectos arqueológicos,
la presencia de ocupaciones previas y posteriores no relacionadas directa-
mente con la batalla, fundamentalmente en este caso en la forma de esta-
blecimientos y actividades rurales.

Cada uno de estos componentes requiere el empleo de técnicas arqueoló-


gicas específicas. Así por ejemplo, para la investigación de los componentes 1, 2 y
3, se hace indispensable abordarlos con técnicas tales como las barridas con de-
tector de metales, la recolección superficial sistemática y el registro de la distribu-
ción espacial de diversas categorías de artefactos. Por otra parte, algunos compo-
nentes tales como los campamentos, hospitales y cementerios, permiten esperar el
hallazgo de contextos pasibles de ser abordados a través de la excavación (e.g.
basurales, fogones, niveles de ocupación, fosas comunes). En el caso de Cepeda, es
sabido que buena parte del ejército porteño estuvo acampada en la zona desde
varias semanas antes de la batalla, lo que brindaría la posibilidad de hallar vestigios
arqueológicos significativos, abordables mediante la excavación en área.

Información documental y expectativas arqueológicas

La investigación de fuentes escritas es esencial al desarrollo del proyecto,


en tanto aporta datos diversos para generar expectativas arqueológicas y para com-
plementar e interpretar los hallazgos de materiales. Así por ejemplo, la investiga-
ción documental nos permite determinar, entre otros aspectos, las armas empleadas
por ambos bandos, encontrando diferencias significativas.
En base a las fuentes sabemos que el Ejército de la Confederación disponía
de una artillería equipada con 28 piezas (cañones de 4 y 8 libras, obuses de calibre
no determinado y cohetes Congreve), mientras que la infantería y la caballería por-
taban fusiles, carabinas y tercerolas de chispa, así como lanzas, sables y boleadoras
Por su parte, el ejército de Buenos Aires disponía de una artillería com-
puesta por 24 piezas (cañones de 4 libras, obuses de 6 pulgadas), mientras que su
infantería y caballería estaban equipadas con fusiles, carabinas y tercerolas tanto de
chispa como de pistón o percusión (denominados en esa época “fulminantes”).
Estos últimos eran más modernos y efectivos, y se adquirieron cantidades impor-
tantes antes de la batalla, de fabricación inglesa, francesa y belga. Incluso se co-
menzó con la adquisición de modernos fusiles de cañón de ánima rayada y bala
tipo Minié (denominados “rifles”, mucho más precisos y de mayor alcance),
aunque no en número suficiente como para equipar a batallones enteros (Archivo

145
Un abordaje arqueológico de la Batalla de Cepeda, 1859 J. LEONI y L. MARTÍNEZ

General de la Nación 1859). Completaban el armamento una variedad de armas


blancas como lanzas y sables.
Lo arriba señalado es importante, ya que permite apreciar que el ejército
porteño disponía de algunos tipos de armas que poseen una “firma arqueológica”
muy distintiva. Esto permitiría, con cierta certeza, localizar en el campo los lugares
donde se ubicaron y combatieron unidades del ejército de Buenos Aires. Por ejem-
plo, la importancia de la presencia de armas de percusión está dada porque dejan
un elemento muy diagnóstico (aunque de difícil localización por su pequeño tama-
ño) para la interpretación arqueológica: las cápsulas o cebas fulminantes. La distri-
bución de las cápsulas detonadas tras el disparo podría servir para determinar la
ubicación de la línea de batalla porteña, así como para rastrear los movimientos de
su infantería sobre el terreno, toda vez que las concentraciones densas de estos
artefactos indicarían posiciones desde las que se hizo fuego sostenido. Asimismo,
si el ejército porteño contaba con fusiles de cañón rayado, sería esperable encontrar
balas de tipo ojival o Minié, disparadas por los mismos. En este caso, las concen-
traciones de estos artefactos indicarían lugares donde se ubicaban tropas nacionales
y hacia las que los soldados porteños dirigían su fuego. La distribución de proyec-
tiles de artillería también podría ser un indicador útil, al proporcionar información
general de hacia dónde se disparaba y dónde se encontraban las concentraciones
principales de tropas de ambos bandos, blanco de los disparos de la artillería. Por
otra parte, es mucho menos esperable hallar armas completas por cuanto el campo,
así como el campamento de los vencidos, habría sido “limpiado” por los vencedo-
res y por civiles oportunistas tras la batalla.

Artefactos de la batalla

Se ha comenzado con el análisis de colecciones de artefactos del lugar de


la batalla, que se hallan en poder de particulares. El propósito es evaluar el tipo de
hallazgos realizados hasta el presente, así como comenzar a obtener información
concreta acerca de la batalla, a pesar de las limitaciones inherentes a este tipo de
colecciones. Debido a que las colecciones contienen una amplia variedad de arte-
factos, nos limitamos aquí a enumerar los más destacados.
Entre los materiales relacionados con armas de fuego, destacan las partes
de fusiles y/o carabinas, especialmente de tipo de sistema de chispa, empleados por
ambos bandos. Estos incluyen martillos y platinas, así como gatillos, guardamontes
y otras piezas no determinadas (Figura 3). Destacan también grandes cantidades de
municiones esféricas de armas de avancarga y cañón liso, usadas tanto por armas
de sistema de disparo de chispa como de percusión.
Las colecciones contienen también numerosos proyectiles de artillería,
tanto de “bala rasa” (proyectiles esféricos sólidos de hierro de gran calibre y peso)
como metralla (pequeñas esferas de hierro que se disparaban como parte de tarros o
sacos) (Figura 3). Destaca también un proyectil de hierro hueco, que se empleaba
con los obuses (en servicio en ambos ejércitos), y destinado a explotar mediante un
fusible, esparciendo fragmentos y proyectiles menores que se colocaban dentro.

146
Revista del Centro de Estudios de Arqueología Histórica | Año 1. Vol. 1 | 2012

Asimismo, se han encontrado también los fragmentos o esquirlas resultantes de la


explosión de este tipo de proyectiles.

Figura 3. Artefactos militares del campo de batalla de Cepeda. Arriba izquierda, platina y martillos
de fusiles de chispa. Arriba derecha, proyectiles de artillería (bala rasa y metralla). Abajo izquierda,
moharras de lanzas. Abajo derecha, proyectil explosivo de obús

Las armas blancas están representadas en la forma sobre todo de moharras


y regatones de lanzas (Figura 3). También se registra el hallazgo de una bayoneta
de cubo, empleada con fusiles de tipo no determinado. Las bolas de boleadoras son
una ocurrencia común, de diferentes pesos, tamaños y materias primas. Si bien eran
comúnmente empleadas por los soldados de caballería, no es posible atribuirlas
todas el evento en cuestión, al ser muy común su uso entre los habitantes origina-
rios de la zona y entre los gauchos que habitaron el lugar antes y después de la
batalla.
Los elementos de uniforme están representados sobre todo por hebillas de
correajes y cinturones, aunque destaca un botón de uniforme militar con escudo
patrio y la leyenda “Urquiza – Federación o Muerte”, que hace indudable su perte-
nencia a un combatiente nacional. Espuelas y estribos de bronce, así como herra-

147
Un abordaje arqueológico de la Batalla de Cepeda, 1859 J. LEONI y L. MARTÍNEZ

duras, reflejan la presencia de fuerzas de caballería, aunque rigen para estos


materiales los mismos reparos que los expresados para las boleadoras.
En este punto ya podemos señalar una discrepancia significativa entre las
fuentes documentales y los materiales arqueológicos: no hay cápsulas fulminantes
en las colecciones particulares. Dadas las características de las colecciones mencio-
nadas -asistemáticas, sin registro de las condiciones de hallazgo y procedencia de
los artefactos- no es posible extraer conclusiones definitivas. Solo se pueden plan-
tear ciertas posibilidades tentativas. Tal vez no hayan sido encontradas al no pro-
ceder los materiales de lugares donde combatió la infantería porteña, o tal vez
simplemente no se las haya encontrado debido a su pequeño tamaño, al ser arte-
factos muy poco llamativos en comparación con materiales más grandes. Por otro
lado, las municiones examinadas son todas esféricas, si bien de variados pesos y
diámetros, indicando armas de cañón liso, aunque hemos recibido reportes no con-
firmados del hallazgo de balas tipo Minié también. En este último caso, su ausencia
es más esperable, al haber sido menor la cantidad de tropas equipadas con los fusi-
les rayados que empleaban estas municiones. En todo caso, es sólo con una investi-
gación de campo sistemática y basada en un muestreo diseñado específicamente,
que se podrán obtener conjuntos artefactuales más confiables que, a su vez, permi-
tan construir un panorama más preciso y representativo de las armas empleadas en
la batalla, así como resolver las razones de las discordancias arriba mencionadas.

Procesos de transformación del registro arqueológico

Finalmente, es indispensable tener en cuenta la multiplicidad de factores


post-depositacionales que han alterado el lugar desde 1859 hasta el presente, influ-
yendo en el registro arqueológico potencialmente recuperable de la batalla. Entre
los procesos antrópicos se destacan:
1) Actividad agrícola constante a lo largo de varias décadas: responsable de la
remoción y desplazamiento vertical y horizontal de materiales, así como de
alteraciones físicas de los mismos (marcas, roturas, etc).
2) Extracción de materiales, tanto por parte de dueños y puesteros de campos
durante su trabajo cotidiano (que es el caso de los materiales discutidos
más arriba), como por aficionados y coleccionistas, en muchos casos con
ayuda de tecnología especializada (detectores de metales). Esta última es
más perniciosa, se dirige hacia materiales específicos (piezas enteras y de
mayor atractivo estético) y constituye un factor distorsionador del registro
muy importante.
3) Efecto palimpsesto resultante de la existencia de ocupaciones y eventos pre
y post-batalla. Entre éstos hay que destacar la primera batalla de Cepeda en
1820 (aunque supuestamente su epicentro fue algunos kilómetros más al
norte; Figura 1), así como los movimientos de tropas en diversas campañas
previas y posteriores a 1859. Asimismo, las ocupaciones y estableci-
mientos rurales existentes en la zona en los siglos XIX y XX, sin duda han
contribuido a incrementar el registro arqueológico local también.

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Revista del Centro de Estudios de Arqueología Histórica | Año 1. Vol. 1 | 2012

Entre los procesos naturales, podemos mencionar: 1) la dinámica erosión-


sedimentación, que puede haber alterado el relieve significativamente en algunas
partes; 2) la acción de animales cavadores, con su efecto en el desplazamiento de
materiales; 3) los cambios ocurridos en la vegetación local, que pueden hacer
inaccesibles ciertos lugares que en el pasado no lo eran.

Consideraciones finales

La investigación arqueológica de la batalla de Cepeda posee relevancia y


potencial, y permitirá, entre otras cosas, contribuir a rescatar un evento poco recor-
dado de nuestra historia, complementando y/o modificando las narrativas tradicio-
nales de la batalla. En este sentido, se espera construir una narrativa más huma-
nizada de la batalla, al no estar hecha desde la perspectiva de los comandantes, que
rescate a actores frecuentemente olvidados y, fundamentalmente, que evite la glori-
ficación de la guerra que se desprende de muchos relatos. Finalmente, y como
aporte concreto para la comunidad, se espera contribuir a la generación de modelos
de gestión en la conservación y protección del patrimonio arqueológico recuperado
a partir de la investigación, así como a un programa de puesta en valor del campo
de batalla y manejo turístico del mismo.

Agradecimientos

Agradecemos a Raul Notta, Director de Cultura de la Municipalidad de


Pergamino; a Gustavo Pansechi, Subsecretario de Asuntos Rurales de la Municipa-
lidad de Pergamino; a Mauricio Crescimbeni, Delegado Municipal de Mariano
Benítez, por su fundamental apoyo para llevar a cabo esta investigación, así como a
Gabriel Taruselli, Edgardo Brensoni, Luis Libera Gil y Mauro Ganem por sus apor-
tes y colaboración en este proyecto.

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