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in 2014
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JULIO NAVARRO MONZÓ
EL PADRE
NUESTRO MEDITACIONES
EL PADRE
NUESTRO MEDITACIONES
JAN 21 1993
ECLESIASTES.
INTRODUCCION
12 HL PADRE NUESTRO
CAPITULO I
i
Señor, líbranos del mal !
CAPITULO II
Lo primero que
se hace con todo recién na-
cido, es lavarloy purgarlo. De igual manera,
aquel arrepentimiento, del cual hablamos en
el capítulo anterior, tiene que expresarse en
una buena confesión. confesamos nues-
« Si
tros pecados. Dios es justo y fiel para perdo-
narnos nuestros pecados y limpiarnos de toda
iniquidad». Así dice la primera Epístola de
San Juan. No basta que un alma crea que se
ha arrepentido. Es menester que lo demues-
EL PADRE NUESTRO 33
CAPITULO III
CAPITULO IV
en todo lo malo.
Una
oración del gran humanista español
Luis Vives, del siglo XVI, nos servirá para
terminar esta meditación.
« Dános
gracia. Dios Nuestro, para escuchar
Tu llamado, obedecer a Tu voz y seguir Tu
dirección. Tii nos conduces a goces que nunca
terminan, a riquezas que ni la herrumbre ni
54 EL PADRE NUESTRO
CAPITULO V
« Oh
Señor, autor e inspirador de paz, amor
y buena voluntad, ablanda nuestros corazo-
nes, duros como el acero, calienta nuestros
corazones, helados y tullidos, a fin de que po-
damos querernos bien los unos a los otros y
ser verdaderos discípulos de Jesucristo. Da-
nos gracia para empezar a vivir desde ahora
aquella vida celestial en la cual no hay disen-
siones ni odios, sino paz y amor en todas las
almas, del uno hacia el otro. Si, Señor, haz
que alcancemos ya, desde aquí, el reino de
EL PADRE NUESTRO 63
CAPITULO VI
Ya
dijimos antes que hay tres clases de ora-
ción de petición, de meditación y de adora-
:
« Yo
soy el pan de vida el que \ iene a mi no
;
CAPITULO VII
« Hágase tu voluntad »
CAPITULO VIH
De
cualquier forma, la santidad, iniciada en
el esfuerzo y la lucha, se termina de la misma
manera. A lo menos, aquí en la Tierra, no hay
reposo para el santo. Al contrario, cuanto
más avance en la perfección, más motivos
tiene para sufrir.La razón es obvia cuanto :
Señor. Amén. »
EL PADRE NUESTRO 93
CAPITULO IX
de la hora de la siesta.
fería a las tentaciones
Pero las hay también características de la
edad madura. Mujeres, cuya virtud había re-
sistido durante toda la juventud, sucumben
cuando ésta da la señal de despedida, con las
primeras canas. Hombres de negocios, profe-
sionales o empleados que se habían mostrado
honestos hasta allí, no resisten a la tentación
de hacerse ricos, precisamente cuando la ri-
queza menos falta les haría.
El orden religioso no podía ser una excep-
ción a esta regla, Al llegar a esta etapa, hay
una tentación especial que se manifiesta bajo
la forma del aburrimiento, producido por la
rutina. Los grandes entusiasmos de la conver-
sión han cedido el lugar al hábito. Los fervo-
res con que antes se recibían los sacramentos,
se transformaron en indiferencia. El culto, a
96 EL PADRE NUESTRO
a la perfección.
Amén.
EL PADRE NUESTRO 101
CAPITULO X
Aunque es de noche.
Bien sé que suelo en ella no se halla,
Y que ninguno puede vadealla.
Aunque es de noche.
Su claridad nunca es oscurecida
Y sé que toda luz de ella es venida,
Aunque es de noche.
Sé ser tan caudalosas sus corrientes
Que infiernos, cielos riegan y a las gentes.
Aunque es de noche.
EL PADRE NUESTRO 107
CAPITULO XI
« Oh Creador j
soberano uni\ ersal Ser su-
!
« Alabado
seas, Señor, por todas tus cria-
turas,en especial por el hermano Sol, quien
nos da el día, y con el cual nos alumbras a
EL PADRE NUESTRO 119
NOTAS
1. Es esta también la opinión de Kant en su Critica de la
tuado tal elección, las posibilidades futuras son por eso mismo
reducidas, pero, por otra parte, perfectamente determinadas. »
« Esto lo cita Rougés en la pág. 94 de su libro. Más adelante,
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INTRODUCCION 9
NOTAS 121
ACHEVÉ D'IMPRIMER
LE 30 NOVEMBRE 1948
SUR LES PRESSES
D'HENRI FRANgOIS
IMPRIMEUR ÉDITEUR
A PARIS
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4-14-94 32180