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11 Las creencias centrales Las creencias centrales, tal como se las describe en el capitulo 2, son las ideas mas dominantes acerca de uno mismo. Algunos autores se refieren a ellas como esquemas. Beck (1964) diferencia ambas categorias y sugiere que los esquemas son estructuras cognitivas propias de la mente y las creencias cen- trales son el contenido especifico de esas estructuras. Mas adelante establece la teoria de que las creencias centrales nega- tivas se pueden clasificar en dos categorias: las que se asocian con el desamparo y las que se asocian con la imposibilidad de ser amado (Beck, en prensa). Algunos pacientes tienen creencias centrales que corresponden a una sola de estas categorias y otros, de ambas. Este tipo de creencias se desarrollan durante la infancia, mientras el nifio se relaciona con las personas mas significativas y se ve expuesto a diversas situaciones. La mayoria de las per- sonas suelen mantener durante toda su vida primordialmente creencias centrales positivas (p. ¢j.: “Puedo controlar las situacio- nes”, “Puedo llevar a cabo eficazmente la mayor parte de las cosas”, “Soy un ser humano funcional”, “Puedo agradar” o “Valgo la pena”). Las creencias centrales negativas generalmente sur- gen en los momentos de distrés psicol6gico. (Sin embargo, algunos pacientes con trastornos de la personalidad suelen mantener activas, en forma casi permanente, sus creencias centrales nega- tivas.) A menudo, a diferencia de lo que ocurre con los pensamien- tos automaticos, las creencias centrales que los pacientes “cono- cen” como verdaderas acerca de ellos, no estén completamente articuladas hasta que el terapeuta comienza a desentrafiarlas investigando los significados de los pensamientos del paciente, tal 205 como se hace durante la aplicacién de la técnica de la flecha hacia abajo, que ya se ha mencionado. Los pacientes también pueden tener creencias centrales negativas acerca de otras personas y del mundo: “No es posible confiar en los demés”, “La gente va a herirme”, “El mundo es un lugar podrido”. Ademas de trabajar sobre las creencias centrales referidas al yo, también es necesario evaluar y modificar estas ideas centrales generalizadas y rigidas respecto de los otros y el mundo. Sally, tal como ya se ha descripto, se consideraba la mayor parte del tiempo una persona agradable y capaz. Sdlo en el mo- mento en que se deprimié, se activé la creencia latente “Soy incapaz”. El terapeuta determin6 que trabajarfan directamente sobre la modificaci6n de esta creencia central, no sdlo para aliviar la depresién que padecia en ese momento, sino adem4s para evitar o reducir la severidad de futuros episodios. Las creencias centrales negativas habitualmente son globa- les, generalizadas y absolutas. Cuando una creencia central se activa, el paciente procesa con facilidad la informacién que la sustenta, pero no puede reconocer o distorsiona la informacién que la refuta. Sally, por ejemplo, hasta el momento en que se deprimié, siempre habfa tenido una visién positiva y equilibrada acerca de si misma. Luego, en cambio, comenzé a creer casi por completo que era incapaz. Cualquier evidencia que contradijera estaidea, como por ejemplo su buen desempefio en algunos cursos, era ignorada o desvalorizada: “El hecho de que me vaya bien en inglés no es ningun mérito, simplemente me resulta facil”. Por el contrario, las evidencias que confirmaban su incapacidad eran procesadas répidamente y generalizadas en extremo: “La mala nota que obtuve en economia demuestra a las claras lo incapaz que soy”. Tal como se enfatiza a lo largo de toda esta obra, el terapeu- ta comienza a formular la conceptualizacin desde el primer con- tacto (incluyendo las creencias centrales). Al comienzo lo hace mentalmente 0 por escrito, pero en forma privada. En algun punto de la terapia, sin embargo, comparte con el paciente esta concep- tualizacién, presenténdosela como una hipétesis y pregunténdo- le si le “suena” como algo verdadero. Para decidir cudndo y en qué medida compartir la concep- tualizacion con el paciente, el terapeuta considera los siguientes elementos: cudn fuerte es la alianza terapéutica, cudnta credibi- lidad confiere el paciente al modelo cognitivo, cémo estan activa- 206 das sus creencias centrales en la sesién y cudnta conciencia tiene el paciente de lo que le sucede. Esto supone que, aunque el terapeuta haya estado conceptualizando las creencias centrales desde el comienzo, deberd seleccionar cuidadosamente cudndo y c6émo compartir esta informacién con el paciente. Del mismo mo- do, también intentara comenzar a modificar estas creencias. Los terapeutas suelen ensefiar a los pacientes el uso de las herramien- tas para identificar, evaluar y responder adaptativamente a los pensamientos automéaticos y las creencias intermedias antes de emplear las mismas herramientas para las creencias centrales. Sin embargo, en algunas ocasiones, el pacientey el terapeuta intentan, sin darse cuenta, evaluar al comienzo de la terapia una creencia central porque ha sido expresada como un pensamiento automatico. Generalmente estas evaluaciones no surten mucho efecto. En otros casos, el terapeuta puede intencionalmente po- ner a prueba la posibilidad de modificar una creencia central aun antes de haber hecho un trabajo significative sobre los pen- samientos automaticos y las creencias intermedias. El grado de dificultad para identificar y modificar las cre- encias centrales varia de un paciente a otro. En general, los que padecen una perturbacién emocional significativa pueden expre- sar sus creencias centrales con mds facilidad (porque esas creen- cias estén activas durante la sesién). Por otra parte, suele ser mucho més facil modificar las creencias centrales de los pacien- tes con trastornos del Eje 1, cuyas creencias centrales positivas fueron activadas a lo largo de la mayor parte de su vida. Las creencias centrales negativas que aparecen en los pacientes con trastornos de personalidad son, habitualmente, mucho mas difi- ciles de modificar (Beck et al, 1990; Young, 1990) porque estos pacientes suelen tener menos creencias centrales positivas y, en cambio, han desarrollado multiples creencias centrales negativas que se interconectan entre ellas y se apoyan unas a otras, confor- mando una red. Para identificar y modificar las creencias centrales, el profe- sional, durante el curso de la terapia, realiza las siguientes actividades (cada paso se describe mas adelante en este capitulo):

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