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1.

El último viaje
En la estación de subte de la línea “A” de Carabobo, la gente sube al último tren de la
noche. En la puerta del conductor, está parado Hernán, un hombre morocho de piel,
pelo cano, cara arrugada y de pícaro. Edgardo está al lado de Hernán señalando a un
joven delgado que viene de espaldas a la imagen con la ropa de metrovías, es un
muchacho flaco de pelo corto negro. (1)

CUADRO
Estación Carabobo.

EDGARDO
Hernán, ese pibe es nuevo. Enseñale cómo manejar el
coche, no lo jodas, su primer día.

HERNÁN
Edgar, me meten en el último viaje y me acusan de
jodón, es mucho.

Edgardo lo mira sonriente y Hernán se ataja. (2)

EDGARDO
A mí me hiciste cagar todo con la historia del horcado
del baño.

HERNÁN
Venías acomodado, había que despabilarte. Además,
esa es historia real, leyenda urbana.

EDGARDO
Listo, frena que ahí viene.

Marcos tiene veinte años, su rostro está plagado de acné y lleva unos lentes culo de
botella, la camisa está debajo del pantalón pero esté está por encima del pupo. Edgardo
le da la mano mientras que Hernán lo mira conteniendo la risa pero con una sonrisa
burlona. (3)

EDGARDO
Hola, Marcos, él es Hernán Santomé, quien te va a
mostrar el manejo de lo que estudiaste.

MARCOS
Gracias.

Marcos le da la mano a Hernán que lo carga y Edgardo le da una piña en el hombro. (4)

MARCOS
Un gusto.

HERNÁN
El gusto es mío con esa pinta vamos a levantar
veteranas.
2.

EDGARDO
(Susurro) No seas hijo de puta y compórtate que es un
nene.

Marcos está por ingresar a la cabina de conductor y Hernán está detrás de él mirando a
Edgardo que se está por ir con el silbato en la mano que le colgaba del cuello (5).

HERNÁN
Entra, nene. Vos, Edgar, encargate de tocar el pito
como siempre

EDGARDO
Dale, animal. Vayan subiendo que yo hago lo mío y
después vemos quién toca pitos.

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Hernán entra a la cabina y Marcos está parado a un costado de la silla del conductor
mirando serio a Edgardo. (6)

HERNÁN
Bienvenido a la hermosa Brugeoise, grandes fierros
pa‘ museos más que pa‘ andar, pero es lo que hay.

MARCOS
Sí, un verdadero patrimonio, las brujas le dicen ¿no?

Hernán se sienta y lo mira como sorprendido mientras que el pibe muestra cara de
satisfacción y de duda. (7)

HERNÁN
Bien, aunque te vestís para el traste, pareces
inteligente. Sabes por qué brujas.

MARCOS
Porque la constructora fue la empresa belga de Brujas
que la nombró: La Brugeoise.

La cara de Hernán muestra una seriedad pícara, mientras que Marcos se acerca para
escucharlo asustado. (8)

HERNÁN
Esa es la oficial. La posta es que en un vagón, unas
umbandas en el último viaje sacrificaban perros para
santificar a los muertos.

MARCOS
¿Cómo?

Hernán sigue serio y Marcos mira con terror ya un costado de la cabeza de éste se
dibuja su imaginación que ve a un grupo de muertos colgados en los vagones. (9)
3.

HERNÁN
Claro, en estos vagones, a la noche, la Muerte lleva
sentadas almas y cuerpos de los difuntos del día y si
la ves a los ojos estás frito.

Exterior de la estación, la puerta del conductor está cerrada y en la primera puerta está
Edgardo haciendo sonar el silbato. Y algunas puertas se están cerrando. No se ve a
nadie en la estación parado (10)

MARCOS
¿Pero este no es el último viaje?

HERNÁN
Sí, pero no te vas a asustar que estás conmigo.

EDGARDO
Piiiiiiiiiiiiiiiii.

El tren sale de la estación una sombra con una guadaña queda parada en la estación
(11).
Se va el último coche y no se ve a nadie en el mismo lugar donde antes estaba la
sombra con la guadaña (12).

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INTERIOR- CABINA DEL CONDUCTOR- NOCHE

Hernán está conduciendo mirando para adelante y habla como gritando, Marcos está
muy pegado para escucharlo. (13)

HERNÁN
Bue, más o menos vas entendiendo. Por último, ¿por
qué mantengo el botón del extremo de la palanca
selectora de velocidad?

MARCOS
Porque si le pasa algo grave y lo deja de presionar se
paran los coches. El botón del muerto se llama

HERNÁN
Bien, pibe, bien.

Marcos se le acerca curioso. (14)

MARCOS
¿Usted vio alguna vez a la Muerte o algo parecido?

HERNÁN
Sí, algo parecido. Hay veces que se corta la luz y se
ven cosas raras. Una vez vi un horcado a mi lado y
desapareció.

Baja la tensión de la formación y Marcos se tira para atrás y Hernán gira un poco
sonriente (15).
4.

MARCOS
¡La puta!

HERNÁN
¡Epa! Bajó la tensión nomás. Cuidado con las
umbandas… ja, ja, ja.

La Luz se corta y se ve que donde tendría que estar Marcos, algo como sus lentes brilla
fuertemente y se escucha que el tren frena de golpe (16).

HENÁN
¡La concha de la lora! ¡Qué pasó, no solté el botón!

Se ve de frente, en medio del túnel frenar la formación y prenderse unas luces de


emergencia tenues se ve a Hernán dentro de la cabina pero no a Marcos (17).

HERNÁN
¡Pibe, estás bien! ¡Pibe!

Hernán voltea alarmado dentro de la cabina y no ve a nadie en ella y la puerta que


conecta con los vagones está cerrada (18).

HERNÁN
¡Pibe, pibe, no me digas que te asustaste! ¡Esto suele
pasar!

Hernán se levanta y va a abrir la puerta que conecta los vagones un poco nervioso pero
con cara todavía de burla hacia Marcos (19).

HERNÁN
Che, Edgar, ¿el pibe está abrazado a vos o a alguna
veterana?

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Empuja la puerta y de frente se ve una gran cara de pánico en Hernán que se lleva las
manos a la boca como para vomitar (20).

HERNÁN
¡Pero qué mierda...!

El vagón está lleno de muertos sentados, mujeres, hombres y niños, que con los ojos
blancos y ropas sucias de sangre miran a Hernán que se sostiene con las dos manos en
uno de los marcos de la puerta. En el medio se ve a Marcos que lo mira sonriendo y
fascinado ante tal panorama, sus lentes muestran esa luz resplandeciente que tenían
antes de desaparecer, detrás del muchacho está la sombra con la guadaña. (21)

MARCOS
Tenía razón, señor Santomé, este es un viaje
mortalmente especial. Si mira a su costado podrá ver
a su amigo con unas viejas conocidas.
5.

Hernán mira en el asiento que está pegado a la cabina totalmente cagado en las patas y
ve a Edgardo sentado con los ojos blancos frente a dos negras umbandas que le ofrecen
con las manos ensangrentadas el cuerpo de un perro muerto (22).

NEGRA UMBANDA
¡Gran diosa muerte, aquí su sacrificio!

Hernán se agarra empieza a zamarrear del hombro a Edgardo que se mueve como un
zombi. (23)

HERNÁN
¡Che, qué es esta mierda! ¡Cuánto gastaron para
hacerme esta joda! ¡Es mi cuento, es mentira!
¡Déjense de embromar!

El cuerpo de Edgardo cae para el costado del pasillo y las negras lo miran con odio a
Hernán que se separa de ellas (24).

NEGRA UMBANDA
Blasfemo, no toqué lo que no debe, este es el último
viaje.

HERNÁN
¡Cállese, loca, esto no es real!

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Marcos se ha acercado a Hernán y lo mira sonriente, todos los muertos giran la cabeza
hacia Hernán y detrás de Marcos sigue la sombra (25).

MARCOS
¡Vean al señor!, se ríe asustando a los nuevos con sus
cuentos y ahora los niega.

Hernán se arroja hacía Marcos y lo toma de las solapas de la camisa y el pibe se ríe
echando la cabeza para atrás y se ve la cabeza de la sombra con capucha negra. (26)

HERNÁN
¡Mira pendejo, no sé a quién le anduviste tocando el
culo para armar todo esto, pero no me jodas!

MARCOS
¿Todavía no reconociste a mi amiga de atrás?

Se ve el cuadro de espaldas a Hernán que suelta a Marcos y este corre la cabeza y se ve


la figura de la muerte pero la capucha no deja ver el rostro. Se nota que el pantalón de
Hernán se comienza a mojar. (27)

MARCOS
No te mees, chancho. Ella no se va a presentar, es
algo parca para hablar. Te presento a…
6.

Marcos se corre para un costado y la Muerte se aproxima a Hernán que se arrodilla


totalmente asustado y paralizado los muertos que están cerca se comienzan a levantar
detrás se ve que se levanta Edgardo. (28)

MARCOS
La Muerte, tené cuidado con su mirada.

La Muerte de espaldas se saca la capucha y se ve la parte de atrás de una calavera, la


cara de Hernán está desfigurada de pánico debajo de él hay un río de pis y los muertos
están sobre él con los brazos extendidos para agarrarlos, se ve a Edgardo. (29)

El rostro de Hernán está desencajado y tapado de sombras y algunos dedos y la punta


de la guadaña entre sus ojos. (30).

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Marcos está sentado en la cabina del conductor, a su costado están las dos negras
umbandas, detrás de él la puerta está abierta y se ve un tumulto de muertos tirados
encima de Hernán que ya ni se ve y a la muerte parada de frente con su guadaña
clavada en el tumulto. (31).

MARCOS
Arrancamos el último viaje, señoras.

INTERIOR-ESTACIÓN PLAZA DE MAYO –NOCHE

Dos empleados ven llegar la formación a la estación mientras caminan para la salida.
Se ve que los vagones están totalmente vacíos. Uno es Ramiro, un joven de 28 años,
pelo largo, barba y flaco y el otro es Carlos, un hombre de unos cincuenta años
colorado y con candado algo gordo (32).

CUADRO
Estación Plaza de Mayo.

RAMIRO
Che, Carlos, ¿por qué siempre mandan esta formación
sin pasajeros ni conductores?

CARLOS
Para ver si todo funciona bien. Aunque según Hernán
es el viaje de los muertos…

El subte se frena, se puede apreciar la cabina del conductor vacía y los vagones con las
puertas cerradas, los dos hombres siguen caminando hacia la salida, se los ve de
espaldas, el plano sigue siendo siempre el mismo. (33).

RAMIRO
No jodas que me enteré que murió hoy en el hospital.
¡Pobre viejo, cómo nos asustaba!

CARLOS
Era un buen tipo dentro de todo, algo cargoso, se
merecía un último viaje de despedida ¿no?
7.

La imagen sigue siendo la misma ya Ramiro y Carlos han desaparecido de ella y en la


cabina de conductor aparece Marcos en medio de las negras y todos los vagones
repletos de muertos y la muerte parada fuera. (34)

RAMIRO
Sí, qué sé yo mal tipo no era, contaba cada leyenda
que te la creías.

Última imagen de la estación vacía. (35)

FINAL

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