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TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DEL HUILA

Sala Plena

Neiva, mayo doce (12) del año dos mil seis (2006).

MAGISTRADO PONENTE : DR. JOSE MARCELINO TRIANA PERDOMO


ACCION : PERDIDA DE INVESTIDURA
ACTOR : LUIS GERARDO OCHOA SANCHEZ
DEMANDADO : EX–DIPUTADO ASAMBLEA, CARLOS AUGUSTO ROJAS
ORTIZ
EXPEDIENTE No. : 410012331001-2005-02302
ACTA SALA PLENA No. : 001 DE LA FECHA

I. LA DEMANDA

En ejercicio de la acción pública de Pérdida de Investidura consagrada


en la Ley 144 de 1994, el ciudadano LUIS GERARDO OCHOA SANCHEZ,
en demanda presentada al Tribunal, solicita se despoje de la
investidura de Diputado del Departamento del Huila a CARLOS
AUGUSTO ROJAS ORTIZ, –declarada nula por esta Jurisdicción– por
violar el régimen de inhabilidades al inscribirse su hermano LUIS
FERNANDO ROJAS ORTIZ para el Concejo Municipal de Pitalito por el
mismo partido y en las elecciones celebradas en la misma fecha.

II. HECHOS DE LA DEMANDA

Refiere que CARLOS AUGUSTO ROJAS ORTIZ fue elegido Diputado de la


Asamblea del Departamento del Huila para el periodo 2004–2007.

LUIS FERNANDO ROJAS ORTIZ, hermano de CARLOS AUGUSTO ROJAS


ORTIZ, se inscribió en las mismas elecciones y por el mismo partido
político para el Concejo Municipal de Pitalito.

Como resultado de la acción electoral por violación del régimen de


inhabilidades promovida por el actor en este asunto, el Tribunal
decretó la nulidad de la elección de CARLOS AUGUSTO ROJAS ORTIZ
mediante sentencia del 18 de mayo de 2004 confirmada por el
Consejo de Estado 24 de febrero de 2005.
Esta situación conlleva asimismo la pérdida de investidura de CARLOS
AUGUSTO ROJAS ORTIZ como Diputado de la Asamblea del
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Departamento de conformidad con el artículo 48, numeral 6, de la
Ley 617 de 2000.

III. NORMAS VIOLADAS

Señala que el artículo 48 de la Ley 617 de 2000 contempla la figura de


la pérdida de investidura de los disputados, sus causales y su trámite.
“En el numeral 6 del artículo citado consagra una ampliación de
dichas causales a otras normas por lo que los artículos 299 y 179 de
la Constitución Política de Colombia son también aplicables a los
diputados” . Y agrega:

“El numeral 6 del artículo 179 de la Constitución Política establece con


absoluta claridad que no podrán ser, en este caso, diputados quienes
estén vinculados entre sí por parentesco hasta el tercer grado de
consanguinidad y se inscriban por el mismo partido para elección de
cargos a corporaciones públicas que deban realizarcen (sic) en la
misma fecha.

Aunque la mencionada ley 617 no mencione específicamente esta


inhabilidad como causal de pérdida de investidura para los diputados,
resulta absolutamente claro que por así disponerlo imperativamente
el 2 inciso del artículo 299 de la Constitución Política, el régimen de
inhabilidades de los diputados no podrá ser menos estricto que el
señalado para los congresistas” (fl. 2).

IV. ADMISION Y TRAMITE

Por auto del 17 de enero de 2006 (fl. 54), se dio curso a la demanda y
se le imprimió el trámite establecido para el caso por las Leyes 136 de
1994 (arts. 8 y 55) y 144 de 1994 (arts. 4 y ss.).

Como no fue posible ubicar al demandado CARLOS AUGUSTO ROJAS


ORTIZ para notificarle y correrle traslado de la demanda, no obstante
las diligencias realizadas con tal fin, se le emplazó y el 4 de abril de
2006 se le nombró Curador Ad-litem con quien se surtió dicho trámite
V. CONTESTACION DE LA DEMANDA
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En su oportunidad, el señor Curador Ad-litem descorrió el traslado de


la demanda aceptando como ciertos los hechos 1, 2, 3 y 8; no le
consta el 6; y que el 4, 5 y 7 no son hechos sino disposiciones legales.

Al referirse a la pretensión de pérdida de la investidura de Diputado,


se opone a ella porque al declararse la nulidad de la elección de
Carlos Augusto Rojas Ortiz por el Tribunal y disponer la cancelación de
su credencial, “quedó despojado de dicha calidad mi procurado,
motivo por el cual estimo que por sustracción de materia no puede
disponerse la pérdida de una investidura que no se tiene” (fl. 78).

Además, el hecho de que Carlos Augusto Rojas Ortiz, en desarrollo del


proceso electoral mencionado, fuera despojado de la investidura de
Diputado de la Asamblea del Departamento que tenía hasta ese
momento, dice, “...podemos concluir que en forma indirecta ya se
resolvió sobre el pedimento que ahora eleva el actor con la presente
demanda, razón por la cual no existe objeto sobre el que pueda
recaer un pronunciamiento de fondo” (fl. 78).

Posteriormente el demandado se puso a derecho, contestando la


demanda a través de apoderado, sin embargo hacemos abstracción
de ella porque se presentó fuera de término (fl. 111).

VI. LA PRUEBA

Se decretaron pruebas por auto de 26 de abril de 2006 (fl. 83).

Con la demanda se adjuntaron los siguientes documentos, en


fotocopia:

- Sentencias de primera y segunda instancias de esta Corporación y


el Honorable Consejo de Estado del 18 de mayo de 2004 y 24 de
febrero de 2005, respectivamente, decretando la nulidad de la
elección del señor Carlos Augusto Rojas Ortiz como Diputado de la
Asamblea del Departamento con sus constancias de ejecutoria (fls.
4 a 52).
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A solicitud del Tribunal, se trasladó en fotocopia autenticada la
siguiente prueba documental de la acción electoral promovida por
LUIS GERARDO OCHOA SANCHEZ contra CARLOS AUGUSTO ROJAS
ORTIZ:

- Registros civiles de nacimiento de Carlos Augusto y Luis Fernando


Rojas Ortiz (fl. 90 y 91).

- Formularios electorales sobre aceptación de lista de candidatos,


lista definitiva de candidatos para la Asamblea Departamental y
Concejo Municipal de Pitalito y elección de Carlos Augusto Rojas
Ortiz como Diputado del Huila (fls. 92 a 99).

- Acta parcial de Escrutinio para Asamblea Departamental (fl. 104 a


110)

VII. AUDIENCIA PUBLICA

El 8 de mayo de 2006, a las 8:15 a. m., se llevó a cabo la audiencia


de que trata el artículo 11 de la Ley 144 de 1994, en donde
intervinieron oralmente el demandante, el señor Agente del Ministerio
Público y el apoderado del demandado quien además presentó
alegato escrito.

El actor subraya que se demostró en este asunto la elección de Carlos


Augusto Rojas Ortiz como Diputado a la Asamblea del Departamento
para el periodo 2004-2007, el parentesco de hermano con el señor
Luis Fernando Rojas Ortiz y el hecho de que ambos fueron inscritos por
el partido Conservador Colombiano para la Asamblea Departamental y
el Concejo Municipal de Pitalito, en su orden, en elecciones realizadas
el mimo día.

Sobre el fundamento jurídico, refiere que no obstante el asunto no


pareciera encuadrar en la Ley 617 de 2000 que determinó el régimen
de inhabilidades e incompatibilidades para los Diputados, si lo está
por dos razones. La primera, El Consejo de Estado en sentencia del 5
de marzo de 2002, con ponencia del Consejero Dr. Camilo Arciniegas
Andrade refirió “que la pérdida de la investidura y la acción de
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nulidad electoral, son figuras jurídicas completamente diferentes,
porque la pérdida de la investidura implica, en el fondo, una sanción
por conductas asumidas por la persona del Congresista, en ese caso,
que lo privan de esa condición que alguna vez tuvo, en tanto que la
acción de nulidad electoral lo que pretende es definir si la elección y
la condición en ese caso de Congresistas, son legítimas. Quiere decir
lo anterior que en el primer caso lo que se juzga es la ruptura del
pacto político existente entre el elector y el elegido, elemento
fundamental de la democracia representativa, porque cuando el
candidato se presenta ante el electorado hace la manifestación, bajo
la gravedad del juramento, de no estar incurso en causal alguna de
inhabilidad, en cambio, lo que se cuestiona aquí es la legalidad de los
actos que permitieron el acceso del elegido a esa condición y si éstos
se declaran nulos ello equivale a que nunca tuvo acceso
legítimamente a la referida investidura” .

La segunda, tiene que ver con la remisión constitucional del régimen


de los Congresistas a los Diputados y que de acuerdo con lo indicado
por el Consejo de Estado en sentencia del 8 de septiembre de 2005,
ponente Dra. MARIA NOEMÍ HERNANDEZ PINZON, “si bien solamente
con la expedición de la ley 617 de 2000 se puso en vigencia el
régimen de inhabilidades e incompatibilidades de los Diputados, esa
legislación conserva un ligamen con el ordenamiento constitucional
muy fuerte, en particular con el régimen de inhabilidades e
incompatibilidades previstos para los congresistas, toda vez que el
inciso segundo del art. 299 de la Constitución Política dispone que
dicho régimen no podrá ser menos estricto que el señalado para los
congresistas en lo que corresponda. De acuerdo con lo anterior
aunque hoy el régimen de inhabilidades tiene una fuente legal propia,
se caracteriza porque no puede ser menos estricto que el previsto
para los congresistas, de tal suerte que el auténtico sentido de la
causal de inhabilidad en estudio, debe buscarse en el alcance que la
causal correspondiente tiene para los congresistas” (fl. 130).

Con base en estos planteamientos solicita se acojan las pretensiones


de la demanda.
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El señor Procurador 34 Judicial Administrativo, en su condición de
Agente del Ministerio Público, solicita se denieguen las pretensiones
de la demanda, señalando como fundamentos de esa conclusión:
“A la luz de los preceptos jurídicos legales y jurisprudenciales, que inspiran
la pérdida de la investidura atrás mencionados y tratando de auscultar
dentro de un proceso de carácter disciplinario, muy especial como éste, la
conducta del demandado frente al hecho concreto que tipifica la causal de
inhabilidad o de pérdida de investidura que se juzga, este Ministerio Público
encuentra que se trata de una circunstancia externa, cual es el parentesco
entre dos personas, familiares, cercanos entre sí, que coincidieron en su
aspiración de ser elegidos para distinta Corporación Pública, pero por un
mismo partido y en un mismo evento eleccionario. En La providencia de
primera instancia proferida por este mismo Tribunal dentro del proceso de
nulidad electoral ya mencionado, se precisa que CARLOS AUGUSTO ROJAS,
fue inscrito como Candidato a la Asamblea del Huila por su partido el día 6
de agosto de 2003 a las 10:55 a. m.; y que LUIS FERNANDO ROJAS ORTIZ,
fue inscrito ese mismo día en horas de la tarde, concretamente a las 3:35 p.
m., según las pruebas arrimadas al citado proceso (fl. 9). Esta circunstancia
de orden temporal, podría ser la explicación por la cual CARLOS AUGUSTO
ROJAS hizo la manifestación bajo juramento de no encontrarse incurso en
inhabilidades de tipo legal. No estamos frente a una conducta o
comportamiento subjetivo del demandado, sino ante una circunstancia
externa a un impedimento de origen legal, a una inhabilidad como la ha
definido la jurisprudencia atrás mencionada. De lo expuesto se concluye
que si bien prosperó la nulidad electoral al encontrarse configurada la causal
por tratarse de un hecho externo, objetivo, no imputable al demandado, cual
fue la inscripción posterior de su hermano como candidato a otra
corporación, idéntica circunstancia no puede ser soporte válido, salvo mejor
criterio, para sancionar esta vez disciplinariamente al demandado mediante
la pérdida de investidura de diputado” (fl. 132).

El apoderado del demandado, en el escrito de alegatos, solicita se


rechacen las peticiones de la demanda “(i) porque la causal de
pérdida investidura invocada por el demandante no está prevista
como tal en la ley; y, en caso de que el Tribunal no admita este primer
argumento, ella debe se rechazada porque, (ii) en el presente caso, la
inhabilidad del demandante, con base en la cual fue anulada su
elección no estructuró causal de pérdida de investidura por no
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provenir de un hecho imputable al demandado, respecto del cual no
puede atribuírsele ningún tipo de culpabilidad” (fl. 136).

Al analizar la sentencia del Consejo de Estado, Sección Primera, del 15


de mayo de 2005, en virtud de la cual se indicó que el artículo 55 de
la ley 136 de 1994 sobre causales de pérdida de investidura para los
Concejales no fue derogado por el 48 de la ley 617 de 2000,
extendiendo además su aplicación a la pérdida de investidura de
Diputados, no la comparte por las razones que a continuación señala:

“a. Que el artículo 55 de la ley 134 de 1994, que contemplaba las


causales por las cuales ‘los concejales perderán su investidura’ fue
derogado por el artículo 48 de la ley 617 de 2000, cuyo objeto fue
disponer, de manera integral, las causales por las cuales ‘los
diputados y concejales municipales y distritales y miembros de juntas
administradoras locales, perderán su investidura’.

b. Que la voluntad del legislador fue la de modificar las causales de


pérdida de investidura de los concejales dejando como tales
únicamente la violación al régimen de incompatibilidades y conflicto
de intereses (que son conductas propias del ejercicio del cargo) y
excluyendo de la categoría de causal de pérdida de investidura la
violación al régimen de inhabilidades (que es una conducta atinente a
la elección y no al ejercicio del cargo).

c. Que evidentemente se trata de normas incompatibles, como quiera


que la primera se refiere a incompatibilidades, conflicto de intereses e
inhabilidades, como causales de pérdida de investidura y la segunda
sólo se refiere a las dos primeras, razón por la cual debe considerarse
que la segunda norma derogó a la primera en este punto” (fl. 139 y
140).

Refiere asimismo que resulta incoherente la sentencia mencionada


por carecer de fundamento para aplicar la jurisprudencia de la Sala
Plena, referida a los Concejales, a los Diputados, porque aún
aceptando que el numeral 2º del artículo 55 de la ley 136 de 1994
está vigente y que la violación del régimen de inhabilidades sigue
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siendo causal de pérdida de investidura, esta norma sólo es aplicable
a los concejales.

Al analizar la causal de violación del régimen de inhabilidades,


considera que no está consagrada en la ley como causal de pérdida
de investidura de los diputados.
Relata que el numeral 6º del artículo 48 de la ley 617 de 2000 dispone
lo que la doctrina denomina como una norma en blanco que contiene
un reenvío a otras normas legales. Al preguntarse cuál es la norma
que dispone que la violación del régimen de inhabilidades es causal
de pérdida de investidura de diputados, responde que ninguna, pues
las normas constitucionales mencionadas por el demandante no
consagran ninguna causal de pérdida de investidura para los
Diputados y menos indican que la violación al régimen de
inhabilidades por su parte constituye causal de pérdida de investidura.

A su juicio “[e]l demandante incurre en la confusión de considerar


que, porque el artículo 299 de la Constitución Política dispuso que el
régimen de inhabilidades e incompatibilidades de los diputados fijado
por la ley no podía ser menos estricto, en lo que corresponda, que el
de los Congresistas, las causales de pérdida de investidura de los
primeros tienen que ser similares a las de los segundos” (fl. 154),
apreciación que califica de equivocada.

Sobre el segundo punto, enunciado como subsidiario al anterior,


señala que la sola declaratoria de la existencia de una inhabilidad, así
haya acarreado la anulación de la elección, no permite concluir que el
demandado efectivamente incurrió en causal de pérdida de
investidura, pues en el derecho sancionatorio está proscrita toda
forma de responsabilidad objetiva.

Expresa que “...no puede asimilarse una causal de inhabilidad con una
causal de pérdida de investidura, pues, tal y como lo ha señalado la
jurisprudencia del Consejo de Estado, la pérdida de investidura, no
comporta un juicio objetivo de legalidad, sino que es un juicio de
carácter disciplinario, el cual requiere por ende que el diputado
demandado, haya (i) realizado en forma personal y directa el hecho
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constitutivo de la causal, para que ésta le sea legalmente imputable;
(ii) obrando con culpabilidad, pues es claro que la responsabilidad
disciplinaria no puede ser de carácter objetivo” (fl. 160).
Sin desconocer que el proceso electoral y la acción de pérdida de
investidura son compatibles porque cada uno de ellos tiene
finalidades y características distintas, recuerda que la circunstancia de
que esta última corresponda a un juicio disciplinario como lo señaló el
Honorable Consejo de Estado en sentencia de Sala Plena del 27 de
enero de 1998, “...impone la necesidad de que el hecho o la omisión
que la configuran sea imputable al demandado, esto es, que provenga
de una acción y omisión suyas y no que sea consecuencia de un
hecho o circunstancia objetiva que de ninguna manera puede
achacársele a su propia conducta” (fl. 163).

En este caso la declaratoria de nulidad de la elección de CARLOS


AUGUSTO ROJAS ORTIZ, obedeció a un hecho externo y no imputable
al demandado, como fue la inscripción posterior de su hermano LUIS
FERNANDO ROJAS ORTIZ, luego este acontecimiento no puede
soportar la pérdida de investidura deprecada.

“En el momento –refiere textualmente- en que CARLOS AUGUSTO


ROJAS ORTIZ inscribió su candidatura, momento en el cual se estima,
de acuerdo con la jurisprudencia transcrita, que hizo una declaración
implícita de no estar incurso en ninguna causal de inhabilidad, tal
declaración era absolutamente cierta pues en dicho momento su
hermano no había inscrito su candidatura. No violó entonces el pacto
político con el electorado relativo a presentarse a unas elecciones sin
estar incurso en causal de inhabilidad. Por ende, es claro que no
procede declarar la pérdida de la investidura impetrada en la
demanda.

Lo que generó la anulación de la elección de CARLOS AUGUSTO ROJAS


ORTIZ, fue la inscripción posterior de su hermano, que es un hecho
externo y ajeno a la conducta del primero, que, por lo expresado
ampliamente no proviene de su conducta y por ende no puede
acarrear como consecuencia la pérdida de su investidura” (fl. 167 y
168).
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VIII. PARA RESOLVER SE CONSIDERA

La Sala se pronuncia en primer término en relación con lo afirmado


por el Curador ad Litem al contestar la demanda cuando al referirse a
la pretensión de pérdida de la investidura se opone a ella porque al
declararse la nulidad de la elección como diputado de Carlos Augusto
Rojas Ortiz por el Tribunal y disponer la cancelación de su credencial:
“quedó despojado de dicha calidad mi procurado, motivo por el cual
estimo que por sustracción de materia no puede disponerse la pérdida
de una investidura que no se tiene” , concluyendo que: “en forma
indirecta ya se resolvió sobre el pedimento que ahora eleva el actor
con la presente demanda, razón por la cual no existe objeto sobre el
que pueda recaer un pronunciamiento de fondo” (fl. 78).

No es acertada la anterior afirmación, como quiera que existe


suficiente claridad sobre la posibilidad de tramitar tanto la acción de
nulidad de carácter electoral de un congresista, diputado o concejal y
la acción de pérdida de investidura, por tratarse de acciones de
naturaleza y objeto distintos, así, llegado el caso, se refieran a una
misma persona, se funden en unos mismos hechos y una misma
causa:

“En efecto, la pérdida de la investidura implica en el fondo una


sanción por conductas asumidas por la persona del Congresista que lo
priva de esa condición que alguna vez fue poseída por él; al paso que,
el juicio electoral lo que pretende es definir si la elección y la
condición de Congresista son legítimas o, si por el contrario, en el
caso de que existan motivos para su anulación, son ilegítimas. Quiere
decir lo anterior que en el primer caso, lo que se juzga es la ruptura
del pacto político existente entre el elector y el elegido, elemento
fundamental de la democracia representativa; cuando el candidato se
presenta ante el electorado hace una declaración, a veces implícita,
de no estar incurso en causal de inhabilidad que impida su elección; si
tal declaración no resulta cierta, el elegido, en este caso el
Congresista, viola dicho pacto político, caso en el cual procede, por
mandato de la Constitución, la pérdida de la investidura cuya finalidad
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es preservar la legitimidad de las instituciones de la sociedad política,
sin perjuicio de las consecuencias personales que el decreto de la
medida acarrea de conformidad con el artículo 179, numeral 4 de la
Constitución Política. En el segundo caso, en cambio, se cuestiona la
legalidad de los actos que permitieron el acceso del congresista a esa
condición y si éstos se declaran nulos, ello equivale a que nunca se
tuvo acceso legítimamente a la referida investidura.”1 (Negrilla fuera
de texto)

Y es concluyente la jurisprudencia citada en la inexistencia de


sustracción de materia en estos casos, porque la sanción de pérdida
de investidura puede tener efecto y cumplimiento en forma similar a
lo que acontece en el régimen común sancionatorio de los
funcionarios públicos, en el cual, la sanción de destitución es aplicable
aún a aquellos que ya no permanecen en el cargo al momento de su
imposición.

Se abre paso entonces, el estudio del fondo del asunto.

Se encuentra suficientemente acreditado en el proceso que los


señores CARLOS AUGUSTO ROJAS ORTIZ Y LUIS FERNANDO ROJAS
ORTIZ son hermanos (fls. 90 y 91).

Que el día 6 de agosto de 2003, CARLOS AUGUSTO ROJAS ORTIZ se


inscribió como candidato a la Asamblea Departamental del Huila por
el partido Conservador Colombiano a las 10:55 de la mañana, para las
elecciones a realizarse el día 26 de octubre de dicho año. Que ése
mismo día y por el mismo partido a las 3:35 de la tarde se inscribió su
hermano LUIS FERNANDO ROJAS ORTIZ, para el Concejo Municipal de
Pitalito.

Que el señor CARLOS AUGUSTO ROJAS ORTIZ, resultó electo como


diputado a la Asamblea Departamental del Huila para el periodo 2004-
2007 (fl. 110), elección que fue declarada nula por el Tribunal
Administrativo del Huila en providencia del 18 de mayo de 2004 (fls.
5 a 18), porque: “las Inscripciones sucesivas de los hermanos Rojas
1
C. E. S. P. Sentencia de 8 de septiembre de 1992. C. P. Guillermo Chaín Lizcano,
radicación AC 175.
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Ortiz a las corporaciones seccional y local en nombre del Partido
Conservador Colombiano se circunscriben dentro de la prohibición
consagrada en el tantas veces mencionado artículo 33, numeral 5° de
la Ley 617 de 2000.”

La referida providencia fue confirmada por la Sección Quinta del


Honorable Consejo de Estado, en sentencia de segunda instancia
fechada el día 14 de abril de 2005, con ponencia del Doctor FILEMÓN
JIMENEZ OCHOA (fls. 43 a 49).
El demandante invoca como causal de la presente acción de pérdida
de investidura el numeral 6 del artículo 179 de la Constitución Política
que señala que no podrán ser congresistas (para el caso diputados):
“Quienes estén vinculados entre sí por matrimonio , o unión
permanente , o parentesco dentro del tercer grado de
consanguinidad, segundo de afinidad, o primero civil, y se inscriban
por el mismo partido, movimiento o grupo para la elección de cargos ,
o de miembros de las corporaciones públicas que deban realizarse en
la misma fecha”, siendo esta norma aplicable a los diputados en
virtud de los dispuesto por el artículo 299 de la misma Carta, que
establece en su inciso segundo que “…el régimen de inhabilidades de
los diputados será fijado por la Ley. No podrá ser menos estricto que
el señalado para los congresistas en lo que corresponda”, y porque el
artículo 48 de la Ley 617 de 2000 que contempla la figura de la
pérdida de investidura de los disputados, sus causales y su trámite,
consagra en el numeral 6: “una ampliación de dichas causales a otras
normas por lo que los artículos 299 y 179 de la Constitución Política
de Colombia son también aplicables a los diputados”

El problema jurídico a dilucidar consiste en determinar si


efectivamente, la inhabilidad para ser congresista señalada en el
numeral 6 del artículo 179 de la Constitución Política es aplicable a los
diputados y si siendo aplicable a éstos, se puede erigir como causal
de pérdida de investidura en el caso que ocupa la atención de la Sala.

Dispone el numeral 6 del artículo 48 de la Ley 617 de 2000:

ARTICULO 48. PERDIDA DE INVESTIDURA DE DIPUTADOS, CONCEJALES


MUNICIPALES Y DISTRITALES Y DE MIEMBROS DE JUNTAS
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ADMINISTRADORAS LOCALES. Los diputados y concejales municipales
y distritales y miembros de juntas administradoras locales perderán
su investidura:

1…2…3. ..4…5. y.

6. Por las demás causales expresamente previstas en la ley. “

El Tribunal en varias oportunidades se ha pronunciado a favor de la


tesis de que el artículo 48 de la Ley 617 de 2000, no reguló
íntegramente las causales de pérdida de investidura, por cuanto en el
numeral citado específicamente remite a las “demás causales
expresamente previstas en la ley” y por ello, en lo que tiene que
ver con la pérdida de investidura de los concejales, ha precisado que
se encuentra vigente la señalada en el artículo 55-2 de la Ley 136 de
1994 que define como causal de dicha pérdida, la violación del
régimen de inhabilidades, incompatibilidades o de conflicto de
intereses2.

También dicho criterio se ha expresado en relación con la pérdida de


investidura de los diputados cuando se decretó la desinvestidura de
diputado del Doctor BENJAMIN ANTONIO VINAZCO AGUDELO, cuando
acogiendo jurisprudencia del H. Consejo de Estado se dijo:

“Interrogante, que fue resuelto afirmativamente por la Sala Plena del


H. Consejo de Estado en sentencia del 23 de abril de 2002, ratificada
por la Sección Primera de esa Corporación el 15 de agosto del año en
curso3.

En los referidos pronunciamientos se adujo que a partir de la vigencia


de la Ley 617 de 2000 - 9 de octubre de ese año- los diputados,
concejales y los miembros de las juntas administradoras locales
perderían su investidura si incurrían en las conductas consagradas
en el artículo 48, ibídem. Y que si bien es cierto que ese precepto no
establece como causal la violación del régimen de inhabilidades; tal

2
Ver entre otras Sentencia del 16de diciembre de 2004. Ponente Dr. JOSE
MARCELINO TRIANA PERDOMO.
3
Consejo de Estado. Sección Primera. Sent. 15 de agosto de 2002. Exp. 7751. M. P.
Dr. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo.
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supresión - que no lo es -, no fue olvido, omisión o voluntad del
legislador, ya que en el numeral 5o del citado artículo se incluyó que
como causal de dicha sanción “... las demás causales expresamente
previstas en la ley ...”, entre ellas, la violación del régimen de
inhabilidades.

Es pertinente precisar, que por disposición del artículo 86 de la


referida Ley, las inhabilidades e incompatibilidades por ella previstas,
se aplicarán a quienes sean elegidos a partir del año 2002. Como
quiera que el demandado fue ungido diputado en las elecciones
realizadas el 29 de octubre de 2000 para el periodo 2001- 2003 y
teniendo en cuenta que el artículo 299 de la Carta Política preceptúa
que “El régimen de inhabilidades e incompatibilidades de los
diputados será fijado por la ley. No podrá ser menos estricto que el
señalado para los congresistas en lo que corresponda”; es menester
acudir - por reenvío de la propia Constitución- a las inhabilidades que
han sido señaladas para los legisladores.

En efecto, el artículo 179 superior es del siguiente tenor:

“ No podrán ser congresistas:..”

Y continúa la providencia en cita:

A esta conclusión llegó la Sección Quinta del H. Consejo al desatar la


impugnación instaurada por el demandado contra la sentencia de este
Tribunal del 8 de agosto de 2001, cuando con claridad meridiana
acotó:

(...)

“Dice también el demandado que dicha sentencia, al establecer “


nuevas causales de inhabilidad” responde a una concepción ética
pero no jurídica, olvidando que precisamente las causales de
inhabilidad son prohibiciones para ser elegido o desempeñar cargos
por razones de interés público y “tienen como objetivo primordial
lograr la moralización, idoneidad, probidad e imparcialidad de quienes
van a ingresar o ya están desempeñando empleos públicos” 4, por tal
4
Corte Constitucional. Sentencia C-546 de noviembre 25 de 1993.
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razón, los aspectos éticos y jurídicos se encuentran perfectamente
compatibilizados y no es posible desligar uno del otro. Además, el
demandado, dada su condición de candidato y ejercitante de la
actividad política debió conocer las normas jurídicas que regulan
dicha actividad y probablemente la sentencia de Sala Plena del 8 de
agosto de 2000, de lo cual puede inferirse que tuvo información
oportuna sobre su posible inhabilidad para aspirar al cargo de
diputado antes de la elección ocurrida el 29 de octubre del mismo
año, no obstante lo cual, bajo su absoluta responsabilidad prefirió
continuar, en lugar de declinar su aspiración como correspondía a una
conducta ética consigo mismo y con el electorado.

(...)
“Así las cosas, el único contrato que se celebró dentro del término
inhabilitante fue el suscrito entre el municipio de Altamira (Huila) y el
señor Vinasco Agudelo, que tuvo como objeto la prestación de
servicios profesionales de éste al municipio, cuya copia obra a folios
162 y 163, toda vez que fue suscrito el día 1o de julio de 2000 y las
elecciones de diputados para el período 2001-2003 se llevaron a cabo
el día 29 de octubre de 2000; es decir, 3 meses después de la
celebración del contrato.

Observa además la Sala que dicha situaciones tuvieron lugar en la


circunscripción en la cual se efectuó la elección, dado que el
municipio de Altamira pertenece al departamento del Huila,
circunscripción electoral donde fue elegido el diputado demandado,
según consta en el acta parcial de escrutinio para Asamblea
Departamental formulario E-26 de noviembre 5 de 2000, de manera
que quedó incurso en la causal de inhabilidad prevista en el artículo
179.3 de la Constitución Nacional”5-.6

No es cierto que la Carta Política del 91 no se haya referido a la


pérdida de investidura de los diputados, puesto que como quedó
visto, además de la posibilidad de aplicar el numeral 6 del artículo
179; de manera general la consagró, en los artículos 110 y 291.
5
Consejo de Estado. Sección Quinta. Sentencia del 1o de febrero de 2002. Actor: Luis Carlos
Rosero Ortiz. M. P. Reinaldo Chávarro Buriticá.
6
T. Administrativo del Huila. Sala Plena. Sentencia de 12 de noviembre de 2000. M. P. Dr.
RAMIRO APONTE PINO
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Definido en lo anteriores términos que la causal de pérdida de


investidura de congresista señalada en el numeral 6 del artículo 179
de la Constitución Política, puede en principio ser aplicable a la
pérdida de investidura de los diputados, en concordancia con lo
dispuesto en los artículos 299 -inciso primero- y 48 numeral 6 de la
Ley 617 de 2000, corresponde dilucidar si en el caso a estudio, es
procedente decretar la desinvestidura de diputado del señor CARLOS
AUGUSTO ROJAS ORTIZ.

La pérdida de investidura ha sido definida en la doctrina y la


jurisprudencia como una sanción jurisdiccional de carácter
disciplinario, que se impone a los miembros de las corporaciones
públicas, despojándolos de su dignidad e inhabilitándolos –en
algunos casos– para ocupar cargos de elección popular 7;
distinguiéndose de la anulación que se pronuncia en procesos
electorales, caso en el cual, “se cuestiona la legalidad de los actos
que permitieron el acceso del congresista - o diputado a esa
condición”.8

Por su parte la H. Corte Constitucional al definir la naturaleza de esta


acción expresó:

“La pérdida de investidura constituye un verdadero juicio de


responsabilidad política que culmina con la imposición de una sanción
de carácter jurisdiccional de tipo disciplinario”9.

Al desestimar la afirmación del Curador Ad Litem, sobre la


imposibilidad de tramitar tanto la acción de nulidad y la de pérdida de
investidura aún en el evento de tratarse de una misma persona, unos
mismos hechos y causa, se citó la sentencia de la . Sala Plena del
Consejo de Estado del 8 de septiembre de 1992 con ponencia del
Doctor Guillermo Chaín Lizcano en la cual se señalaron nítidamente

7
Corte Constitucional. Sentencia C-319 del 14 de julio de 1994.
8
C. E. Sección Quinta Sent. de 8 de septiembre de 1992. M. P. MARIO ALARIO MENDEZ
9
Corte Constitucional. Sentencia C - 319 del 14 de julio de 1994. C-280 del 25 de junio de
1996. Gaceta de la Corte Constitucional, 1996, t. 6. págs. 350,351 y 362.
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las diferencias entre una acción y otra, por lo que a ella se remite la
Sala

Clarificado suficientemente que la pérdida de investidura se reconoce


como un juicio de responsabilidad política que culmina con la
imposición de una sanción de carácter jurisdiccional, de tipo
disciplinario que castiga la violación del código de conducta que la
Constitución o la Ley establecen, se hace necesario analizar si en la
actuación desplegada por el demandado CARLOS AUGUSTO ROJAS
ORTIZ, al inscribirse como candidato a la Asamblea Departamental del
Huila y resultar elegido, por el mismo partido y el mismo día que se
inscribió su hermano LUIS FERNADO ROJAS ORTIZ para el Concejo
Municipal de Pitalito, se puede predicar que la inhabilidad así
configurada, acarrea adicionalmente a la nulidad de su elección como
diputado, la pérdida de su investidura.
Como en el momento en que CARLOS AUGUSTO ROJAS ORTIZ (10:55
del día 6 de agosto de 2003), se inscribió como candidato a la
Asamblea Departamental del Huila no existía ninguna inhabilidad para
dicha inscripción, ni para ser elegido como diputado, en la medida en
que su hermano LUIS FERNANDO ROJAS ORTIZ se inscribió con
posterioridad, ese mismo día a las 3:35 de la tarde, mal puede
decirse que por un hecho externo que no dependió de él, pueda
imputársele responsabilidad alguna a título de culpabilidad (al menos
no aparece prueba en contrario), pues definido el carácter
sancionatorio que reviste la pérdida de investidura, efectivamente
está proscrita toda forma de responsabilidad objetiva, como
acertadamente lo han sostenido el señor Agente del Ministerio
Público y el apoderado del demandado.

La Sala Plena del Honorable Consejo de Estado en sentencia del 20


de marzo de 2001, puntualizó sobre el tema, en los siguientes
términos:

“En el proceso electoral se juzga la legalidad de los actos de


nombramiento o elección efectuados popularmente o por las
autoridades o corporaciones encargadas de realizarlos, y, en
consecuencia, mediante la sentencia, en caso de prosperar las
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pretensiones, se anula el correspondiente nombramiento o elección.
En el proceso de pérdida de investidura no se anula la elección, sino
que se juzga la situación o la conducta de un congresista
frente a unas causales consagradas en la Constitución para
concluir si incurrió o no en ellas y, en caso afirmativo,
decretar esa sanción que le impide actuar a partir de ese momento
y hacia el futuro en esa calidad”.10 (negrillas fuera de texto).

Así las cosas, las pretensiones de la demanda no tienen vocación de


prosperidad.

Como honorarios definitivos del Curador Ad-litem se fija el valor de


quinientos mil pesos ($500.000) de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 37 numeral 1, inciso 2, del Acuerdo número 518 de 2002 de la
Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura, suma que
será pagada por la parte actora.

Por lo expuesto, el Tribunal Administrativo del Huila, Sala Plena,


administrando Justicia en nombre de la República de Colombia y por
autoridad de la ley,

F A L L A :

1. Se niegan las pretensiones de la demanda.

2. Fijar en quinientos mil pesos ($500.000) los honorarios definitivos


del Curador Ad-litem en este asunto, suma que será pagada por la
parte actora.

Cópiese, notifíquese y cúmplase.

JOSE MARCELINO TRIANA PERDOMO RAMIRO APONTE


PINO

10
Radicación número: AC-12157 Ponente Dr. DARÍO QUIÑONES PINILLA
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Magistrado Magistrado

ENRIQUE DUSSAN CABRERA GERARDO IVAN MUÑOZ


HERMIDA
Magistrado Magistrado

JORGE AUGUSTO CORREDOR RODRIGUEZ


Magistrado

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