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SALA PRIMERA
Magistrado Relator: Dr. Macario Lahor Cortez Chávez
Acción de amparo constitucional
Expediente: 07039-2014-15-AAC
Departamento: Tarija
Por memorial presentado el 12 de mayo de 2014, cursante de fs. 54 a 65 vta., la accionante expresó
los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
Dentro del proceso penal que se le sigue a instancia de Mauricio Lea Plaza, por la presunta comisión
de los delitos de injuria, calumnia y difamación, objetó la querella interpuesta, considerando la
existencia de contradicción de los delitos atribuidos, toda vez que el querellante a pesar de
reconocer que está siendo procesado y que incluso tiene acusación en su contra, considera que la
divulgación de ello se tipifica como difamación, mientras que el atribuirle los tipos penales se ajusta
al delito de calumnia, desconociendo que este último se configura cuando la atribución es falsa;
mientras que no presenta fundamentación jurídica sobre el delito de injuria, al no explicar de qué
manera se habría cometido el ilícito denunciado, por lo que no se cumplió con lo establecido en el
art. 341.3 del Código de Procedimiento Penal (CPP).
A pesar de lo expuesto la Jueza de Sentencia en lo Penal de Tarija, ahora demandada, mediante Auto
Interlocutorio 33/2014 de 17 de febrero, declaró sin lugar la objeción planteada, considerando que
los argumentos expuestos son de fondo, por cuanto no es posible ingresar a su análisis, mismos que
deberán ser tramitados en juicio oral, en contraposición a la prueba ofrecida, señalando que la
objeción de la querella se aplica sobre aspectos de forma, sosteniendo además que no es evidente la
falta de fundamentación de delito de injuria; aspectos que violentaban sus derechos al debido
proceso, en su elemento derecho a la defensa y a la comunicación efectiva de la acusación, por los
cuales impugnó en la vía incidental, que fue resuelta por Auto de Vista 62/2014 de 16 de abril,
dictado por la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Tarija, declarando sin
lugar el recurso planteado, toda vez que, a) No toda irregularidad puede convertirse en un obstáculo
insalvable para la prosecución del proceso; b) La exigencia legal para la admisibilidad de la querella
se limita al cumplimiento de requisitos formales previstos en el art. 290 del CPP; y, c) No existe
vulneración del debido proceso ni quebrantamiento del derecho a la defensa, ni a la comunicación
con la acusación, toda vez que la querella fue puesta en conocimiento de la parte, en forma
oportuna, permitiéndole objetarla, establecer su defensa, sin limitarle su derecho a ofrecer pruebas,
plantear alegatos, excepciones u otra diligencia.
Fallo que carece de la debida fundamentación, puesto que se basa en la transcripción de solo una
parte del fundamento jurídico de la ratio decidendi de una Sentencia del Tribunal Constitucional
Español, mismo que refiere al acceso que las partes tienen a los recursos, siendo que los requisitos
para su admisión no deben ser exigentes, ya que ello impediría el acceso a la justicia lo que violaría
el derecho a la tutela efectiva, con lo que acomodan la jurisprudencia a sus intereses vulnerando los
principios de imparcialidad y fundamentación.
Estima lesionados sus derechos a la tutela judicial efectiva, al debido proceso y a la defensa, citando
al efecto los arts. 115.I y II de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Solicitó se le conceda la tutela, se deje sin efecto el Auto de Vista 62/2014, emitido por la Sala Penal
del Tribunal Departamental de Justicia de Tarija a los efectos de restituir sus derechos vulnerados.
La accionante ratificó los términos de la demanda, agregando que el cumplimiento de las formas se
encuentra previsto en los arts. 290 y 341 del CPP y son necesarias para el ejercicio de los derechos al
debido proceso y a la defensa; por lo que la acusación debe ser clara, precisa y concreta,
características que no fueron cumplidas por Mauricio Lea Plaza, en la querella interpuesta en su
contra, por lo que fue objetada, esperando que la jueza a quo se pronuncie, para luego presentar la
prueba y ejercer el derecho a la defensa.
I.2.2. Informe de las autoridades demandadas
Felix Ernesto Mur y Blanca Carolina Chamon Calvimontes, Vocales de la Sala Penal Segunda del
Tribunal Departamental de Justicia de Tarija, mediante informe escrito cursante de fs. 76 a 77,
expresaron: i) La objeción de la querella es un mecanismo procesal por el que el imputado o el fiscal
tienen la posibilidad de cuestionar solo su admisibilidad formal, o la personería del querellante, no
alcanzando al análisis de fondo, por lo que cualquier otra circunstancia debe ser debatida en el
momento procesal que corresponda, conforme a las normas que regulan el procedimiento penal en
delitos de acción privada; ii) No es evidente que el Auto de Vista 62/2014, vulnere el derecho al
debido proceso, en su vertiente derecho a la defensa, toda vez que la ahora accionante lo ejerce
plenamente y sin restricción, al haber asumido conocimiento oportuno de la querella e impugnado,
reconociendo que este derecho no impone el deber de que todo lo solicitado le sea favorable, sino
que corresponderá a la justicia resolver conforme a derecho; y, iii) La objeción de la querella admite
apelación incidental sin recurso ulterior, no implicando la apertura por si de la jurisdicción
constitucional, lo que daría lugar a una tercera instancia, que no es el rol del Tribunal de garantías, al
que no le está permitido ingresar al ámbito de la jurisdicción ordinaria, entendimiento confirmado a
través de la SCP 0939/2012.
Magalí Calderón de Alemán, Jueza de Sentencia Segunda de Tarija, en el informe escrito, cursante a
fs. 73 y vta., señaló: 1) Mediante Auto Interlocutorio 35/2014, su autoridad declaró sin lugar la
objeción de la querella interpuesta por la ahora accionante, toda vez que ésta debe ser planteada
para cuestiones de forma, como la admisibilidad y personería, evidenciándose que se cumplieron los
requisitos establecidos en los arts. 290 y 341 del CPP y que las cuestiones de fondo como la supuesta
contradicción expuesta entre la calificación jurídica de la difamación y calumnia, deben ser
verificadas en juicio, de acuerdo a la prueba, para ser resuelta a través de la Sentencia, mientras que
no se evidenció la falta de fundamentación del delito de injuria; 2) El mencionado fallo fue apelado y
confirmado por el Tribunal de alzada; y, 3) la Resolución que pronunció no vulneró ningún derecho,
al haberse dictado dentro del plazo establecido y conforme a la norma.
Mauricio Adolfo Lea Plaza Peláez, en calidad de tercero interesado, en audiencia expresó que, la
querella interpuesta por su persona cuenta con todo el respaldo documental y las pruebas
suficientes para sustentar los delitos atribuidos. Considera que la objeción, apelación y amparo son
parte de una estrategia dilatoria, adhiriéndose a todo lo expresado por las autoridades demandadas.
I.2.4. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.2. Por Decreto de 12 de febrero de 2014, la Jueza de Sentencia Segunda de Tarija, convoca a
las partes a audiencia oral para considerar la objeción de la querella, el 17 del citado mes y año,
fecha en la que mediante Auto interlocutorio 35/2014, se declara sin lugar la objeción presentada
por no tener sustento legal, disponiéndose la continuidad del proceso con costas, sobre la base de
los siguientes argumentos, 1) La objeción de la querella es un instituto jurídico cuya finalidad es
atacar la admisibilidad de la misma o la personería del querellante, regulado por los arts. 291 y 376;
2) La acusación presentada por Mauricio Adolfo Lea Plaza Pelaez, identifica claramente a la
imputada y su domicilio procesal, hace una relación precisa y circunstanciada del delito atribuido y
fundamentándose en elementos de convicción que la motivan y de los delitos que se atribuyen,
conforme a preceptos constitucionales enunciados y transcritos, por lo que carece de fundamento
jurídico válido; 3) La fundamentación realizada por la ahora accionante se refiere a cuestiones de
fondo, que serán ventiladas en juicio, en base a las pruebas que aporten las partes, con el fin de
determinar si los hechos descritos en la querella constituyen los delitos de difamación, calumnia e
injuria, o si existe contradicción entre estos; y 4) No se evidencia la vulneración de derechos de la
imputada (fs. 14 y 71 a 72 vta.).
La accionante arguye que, las autoridades demandadas vulneraron sus derechos a tutela judicial
efectiva, al debido proceso y a la defensa, toda vez que dentro de la objeción presentada contra la
querella interpuesta por Mauricio Lea Plaza en su contra, por la presunta comisión de los delitos de
injuria, calumnia y difamación, la Jueza de Sentencia Segunda de Tarija no consideró la existencia de
contradicción de los delitos atribuidos, además de falta de fundamentación; por lo que interpuso
recurso de apelación incidental, declarado sin lugar por Auto de Vista 62/2014, que ratificó la
resolución impugnada, con criterios equívocos, puesto que basan su fallo en la transcripción de solo
una parte del fundamento jurídico de la ratio decidendi de una Sentencia del Tribunal Constitucional
Español, misma que refiere al acceso que las partes tienen a los recursos, siendo que los requisitos
para su admisión no deben ser exigentes, ya que ello impediría el acceso a la justicia y violaría el
derecho a la tutela efectiva, con lo que acomodan la jurisprudencia a sus intereses, vulnerando los
principios de imparcialidad y fundamentación.
En consecuencia, corresponde en revisión verificar si tales extremos son evidentes, a fin de conceder
o denegar la tutela impetrada.
La acción de amparo constitucional, consagrada en el art. 128 de la CPE como una acción de defensa
contra actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos y personas particulares,
individuales o colectivas, que restrinjan supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos
reconocidos por la Norma Suprema y la ley; en este mismo sentido, el art. 51 del Código Procesal
Constitucional (CPCo), prevé que esta acción tutelar: “…tiene el objeto de garantizar los derechos de
toda persona natural o jurídica, reconocidos por la Constitución Política del Estado y la Ley, contra
los actos ilegales o las omisiones indebidas de las y los servidores públicos o particulares que los
restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir”.
III.2. Sobre el derecho al debido proceso y a la defensa con relación a la tutela judicial efectiva
El debido proceso entendido como: “el derecho de toda persona a un proceso justo y equitativo, en
el que sus derechos se acomoden a lo establecido por disposiciones jurídicas generales aplicables a
todos aquellos que se hallen en una situación similar; es decir, comprende el conjunto de requisitos
que deben observarse en las instancias procesales, a fin de que las personas puedan defenderse
adecuadamente ante cualquier tipo de acto emanado del Estado que pueda afectar esos derechos
reconocidos por la Constitución Política del Estado así como los Convenios y Tratados
Internacionales” (SC 0683/2011-R de 16 de mayo), se encuentra constituido por diferentes
elementos entre los cuales el derecho a la defensa; así, el art. 115.II de la CPE determina: “El Estado
garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural, oportuna, gratuita,
transparente y sin dilaciones”; entendimiento que ha sido expresado a través de la jurisprudencia
constitucional mediante las SSCCPP 0998/2014 de 5 de junio y 0380/2014, citando a las SSCC
1145/2010-R de 27 de agosto y 0952/2002-R de 13 de agosto, estableciendo que: “…todo tribunal o
autoridad que tenga como facultad juzgar o imponer una sanción, está obligado a respetar las
normas del debido proceso, entre las cuales, se encuentran el derecho a la defensa, que implica no
sólo ser citado al inicio de la acción interpuesta, sino también la notificación posterior de cada una
de las actuaciones, pues a partir de ellas, el procesado podrá presentar todas las pruebas que
considere demostrarán su inocencia, así como también podrá presentar cuanto recurso le faculte la
Ley”
En este sentido, la SCP 1076/2013 de 16 de julio determinó: “La Declaración Universal de Derechos
Humanos, adoptada y proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su resolución
217 A (III), de 10 de diciembre de 1948, en su art. 7 dispone: `Todos son iguales ante la ley y tienen,
sin distinción, derecho a igual protección de la ley´.
Por su parte, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, determina que las garantías inherentes
al debido proceso, no únicamente son exigibles a nivel judicial, sino también que deben ser de
obligatorio cumplimiento por cualquier autoridad pública, señalando que: `De conformidad con la
separación de los poderes públicos que existe en el Estado de Derecho, si bien la función
jurisdiccional compete eminentemente al Poder Judicial, otros órganos o autoridades públicas
pueden ejercer funciones del mismo tipo (...). Es decir, que cuando la Convención se refiere al
derecho de toda persona a ser oída por un «juez o tribunal competente» para la «determinación de
sus derechos», esta expresión se refiere a cualquier autoridad pública, sea administrativa, legislativa
o judicial, que a través de sus resoluciones determine derechos y obligaciones de las personas. Por la
razón mencionada, esta Corte considera que cualquier órgano del Estado que ejerza funciones de
carácter materialmente jurisdiccional, tiene la obligación de adoptar resoluciones apegadas a las
garantías del debido proceso legal en los términos del artículo 8 de la Convención Americana´.
(…)
Así, la jurisprudencia constitucional, ha establecido que el debido proceso tiene una triple vertiente,
toda vez que debe ser considerado como un principio, un derecho y una garantía.
Principio, porque está dirigido a conservar el estado de inocencia de la persona durante todo el
trámite procesal, ello supone que se convierte en una directriz de la administración de justicia que
debe ser observada por todas las autoridades y servidores públicos encargados de ejercitar la
potestad punitiva del Estado, tanto en el ámbito punitivo como en todo el sistema administrativo
sancionador.
Derecho, porque es predicable respecto de todas las personas, vincula a todos los órganos de poder
y se encuentra reconocido como un derecho humano por los instrumentos internacionales como el
Pacto de San José de Costa Rica (art. 8.2) y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art.
14.2), la Declaración Universal de los Derechos Humanos (art. 11.1), la Declaración Americana de
Derechos y Deberes del Hombre (art. 26) como en los instrumentos internacionales se encuentra
reconocido como un derecho humano” (las negrillas son nuestras).
El art. 290 del CPP señala: “La querella se presentará por escrito, ante el fiscal y contendrá:
1) El nombre y apellido del querellante;
2) Su domicilio real y procesal;
3) En el caso de las personas jurídicas, la razón social, el domicilio y el nombre de su
representación legal;
4) La relación circunstanciada del hecho, sus antecedentes o consecuencias conocidas y, si
fuera posible, la indicación de los presuntos autores o partícipes, víctimas, damnificados y testigos;
5) El detalle de los datos o elementos de prueba; y,
6) La prueba documental o la indicación del lugar donde se encuentra”.
Pudiendo ser objetada su admisibilidad y la personería del querellante por el fiscal o el imputado, en
el plazo de tres días computables a partir de su notificación, de acuerdo al art. 291 del mismo cuerpo
legal, que en el caso de los delitos de acción privada de acuerdo al art. 375 del CPP “Quien pretenda
acusar por un delito de acción privada, deberá presentar su acusación ante el juez de sentencia por
sí o mediante apoderado especial, conforme a lo previsto en este Código”.
La querella podrá ser desestimada por el Juez, cuando el hecho no esté tipificado como delito; exista
necesidad de algún antejuicio previo; o, cuando se evidencie ausencia de alguno de los requisitos
previstos en el mencionado art. 290 del CPP, pudiendo el querellante repetirla por una sola vez,
previa corrección de sus defectos, en cumplimiento al art. 376 del citado Código.
Conforme a los antecedentes desarrollados dentro del proceso penal que sigue Mauricio Adolfo Lea
Plaza Pelaez, contra la ahora accionante por la presunta comisión de los delitos de injuria,
difamación y calumnia, ésta el 11 de febrero de 2014 presentó objeción de admisibilidad a la
querella o acusación privada, al considerar el incumplimiento de lo previsto en el art. 341 del CPP,
por existir contracción y falta de fundamentación entre hechos y los delitos atribuidos, restringiendo
su derecho a la defensa; pretensión que al ser analizada por la Jueza de Sentencia Segunda de Tarija,
fue declarada sin lugar mediante Auto interlocutorio 35/2014 de 17 del citado mes y año,
disponiendo la continuidad del proceso con costas, sobre la base de los siguientes argumentos: a) La
objeción de la querella es un instituto jurídico cuya finalidad es atacar la admisibilidad de la misma o
la personería del querellante, regulado por los arts. 291 y 376; b) La acusación presentada por
Mauricio Adolfo Lea Plaza Pelaez, cumple con lo previsto en el Código de Procedimiento Penal, por
lo que la objeción presentada carece de fundamento jurídico válido; c) La fundamentación de la
objeción planteada se refiere a cuestiones de fondo, que serán ventiladas en juicio, en base a las
pruebas que aporten las partes, con el fin de determinar si los hechos descritos en la querella
constituyen los delitos de difamación, calumnia e injuria, o si existe contradicción entre éstos; y, d)
No se evidencia la vulneración de derechos de la imputada.
Fallo apelado en la vía incidental y resuelto por Auto de Vista 62/2014 de 16 de abril, declarando sin
lugar el recurso interpuesto, confirmando en su integridad la resolución impugnada, toda vez que, 1)
La tutela judicial efectiva dejaría de efectivizarse si se diere lugar a formalismos y dilaciones
tendientes a desvirtuar el objeto esencial del proceso penal, que es la averiguación de los hechos a
la luz de las pruebas de acuerdo a los arts. 180.I de la CPE y 30 de la LOJ, que apuntalan la justicia,
pronta y oportuna; 2) La objeción de la querella permite el cuestionamiento del imputado o del fiscal
de requisitos formales, reservándose el análisis de fondo para el juicio oral público y contradictorio,
en el que ambas partes debatan sus posicionamientos, en virtud a elementos probatorios, debiendo
demostrar la parte acusadora los hechos que sindica y la defensa comprobar, desvirtuar o probar
una duda razonable, que en caso de delitos de acción privada opera en juicio cuando las partes no
solucionan sus diferencias en la audiencia de conciliación; y, 3) No se evidencia la existencia de
vulneración al debido proceso, ni quebrantamiento al derecho a la defensa, ni a la comunicación
efectiva de acusación; toda vez que la misma fue oportuna en conocimiento de la ahora accionante,
permitiéndole establecer su defensa, e incluso plantear la objeción, sin limitarle el derecho a ofrecer
pruebas, plantear alegatos, formular excepciones y toda diligencia que sea pertinente, de acuerdo a
los arts. 290 y 375 del CPP.
Resoluciones por las cuales la accionante considera que las autoridades demandadas lesionaron los
mencionados derechos, al desconocer y desestimar los fundamentos expuestos en su objeción de
querella, hecho que presuntamente no le permite tener un conocimiento efectivo de los hechos que
se le atribuyen; sin embargo, de acuerdo a la notificación cursante a fs. 15 del expediente en análisis,
la Jueza de Sentencia Segunda de Tarija, puso a su conocimiento la querella interpuesta en su contra
por Mauricio Adolfo Lea Plaza Pelaez, evidenciándose de esta manera el cumplimiento de su
derecho a la comunicación efectiva de la acusación, que le permitió presentar la objeción dentro del
plazo de los tres días, que al ser analizada por la Jueza a quo fue rechazada; situación que no puede
considerarse como vulneración de su derecho a la defensa, que conforme al Fundamento Jurídico
III.2 del presente Fallo implica el conocimiento de todo lo actuado dentro del proceso, hecho que se
garantizó, permitiéndole efectuar las acciones que en derecho le correspondieran, de acuerdo a la
Norma Suprema así como a las leyes, garantizando el debido proceso y la tutela judicial efectiva a
través de una resolución fundamentada y razonable emitida por autoridad competente, sobre todos
los puntos observados.
Auto Interlocutorio que al ser analizado por el Tribunal de alzada fue confirmado, reconociendo que
la objeción de querella establece a favor del imputado o del fiscal la posibilidad de cuestionar su
admisibilidad o la personería del querellante y no así aspectos de fondo, entendimiento concordante
con la jurisprudencia constitucional desglosada en el Fundamento Jurídico III.3 de esta Sentencia
Constitucional Plurinacional, que al respecto determina que, la facultad de objetar la querella o
acusación privada refiere a cuestiones formales de admisibilidad o personería; entendiendo que las
cuestiones de fondo de acuerdo al art. 329 del CPP “…es la fase esencial del proceso. Se realizará
sobre la base de la acusación; en forma contradictoria, oral, pública y continua, para la
comprobación del delito y la responsabilidad del imputado, con plenitud de jurisdicción”,
determinando que es en ese momento procesal cuando corresponde analizar si existe o no el delito
y no antes como pretende la ahora accionante, al cuestionar la contradicción de los hechos
expuestos con los delitos atribuidos o la falta de sustento del delito de injuria, que son aspectos de
fondo; es así que la no aceptación de la objeción interpuesta sobre la base de los argumentos
expuestos no constituye suficiente sustento legal para acreditar la vulneración de los derechos
cuestionados.
Por las consideraciones precedentes, el Tribunal de garantías al denegar la tutela impetrada, evaluó
correctamente los antecedentes del proceso y las normas aplicables al mismo.
POR TANTO