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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0413/2015-S1

Sucre, 30 de abril de 2015

SALA PRIMERA ESPECIALIZADA


Magistrado Relator: Dr. Macario Lahor Cortez Chavez
Acción de amparo constitucional

Expediente: 08770-2014-18-AAC
Departamento: Chuquisaca

En revisión la Resolución 360/2014 de 8 de octubre, cursante de fs. 206 a 216 vta.,


pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Raúl y
Erlan Paniagua Coca contra Norka Natalia Mercado Guzmán y Maritza Suntura
Juaniquina, Magistradas de la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia;
Victoriano Morón Cuellar, Mirael Salguero Palma y Zenón Rodríguez Zeballos,
Vocales de la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Santa
Cruz.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Por memoriales presentados el 17 de septiembre de 2014, cursante de fs. 125 a


134 vta. y subsanación de fs. 138 a 141 vta. de 25 de igual mes y año, los accionantes
exponen los siguientes argumentos de hecho y de derecho:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

Siendo beneficiaros con la herencia que dejó su abuela Isabel Benegas Coca, en su
condición de nietos, les correspondía en su alícuota parte el derecho sobre el inmueble
ubicado en la Av. Viedma 465 de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, grande fue su
sorpresa cuando éste apareció dado en “venta” por la nombrada abuela dos años
después de su fallecimiento, firmando una minuta de venta falsa y posteriormente
protocolizada la misma el 14 de diciembre de 2004, ante Notario de Fe Pública.

Objeto de una querella y de una conversión de acción, se sustanció el proceso penal


ante el Juez Octavo de Sentencia Penal del departamento de Santa Cruz, que luego de
concluido el mismo dictó Sentencia condenatoria el 8 de marzo de 2013, contra Erwin
Sánchez Freking por la comisión del delito de uso de instrumento falsificado y se le
impuso la benigna pena de dos años de privación de libertad, además de concederle el
perdón judicial.

Ante dicho fallo las dos partes recurrieron en apelación restringida; dictando la Sala
Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, Auto de Vista
219/2013 de 11 de diciembre, en el cual de manera inédita y desconcierta declaró
procedente el recurso del acusado, absolviéndolo de culpa y pena; es así, que ante
semejante absurdo judicial los accionantes presentaron recurso de casación, siendo el
mismo resuelto por el Tribunal Supremo de Justicia, mediante Auto Supremo 100/2014
de 7 de abril, que dispuso se deje sin efecto el Auto de Vista impugnado, y la señalada
Sala Penal Segunda pronuncie nueva resolución de acuerdo a la doctrina legal de éste
fallo emitido.

Sin embargo, el Auto Supremo 100/2014, si bien declaró procedente uno de los motivos
del Tribunal de alzada; declaró infundado el primer motivo de la casación, bajo el
argumento de que efectivamente había identidad entre los precedentes invocados por el
acusado y los hechos controvertidos en el proceso penal, ingresando a una
interpretación errónea e incongruente con lo solicitado y actuando incluso de manera
ultra petita al pronunciar criterios que revalorizaron la prueba testifical, hecho que se
encuentra prohibido, además de afectar de sobremanera a sus derechos, si se procede al
reenvió del mencionado proceso, ya que al haber tenido una duración de más de cinco
años, conllevado a gastos económicos, dedicación de tiempo, y llegando incluso a
prescribir la falsedad material e ideológica, quedando impunes los mencionados delitos
cometidos por el acusado.

I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados

Los accionantes consideran lesionados sus derechos a la tutela judicial efectiva, al


debido proceso y a los principios de seguridad jurídica, legalidad y congruencia, citando
al efecto los arts., 115.I y II de la Constitución Política del Estado (CPE).

I.1.3. Petitorio

Solicitan se conceda la tutela y en consecuencia se disponga: a) La nulidad del Auto de


Vista 219/2013 de 11 de diciembre, dictado por la Sala Penal Segunda del Tribunal
Departamental de Justicia de Santa Cruz b) La nulidad del Auto Supremo 100/2014 de
7 de abril, pronunciada por la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia; y, c) Se
ordene la reparación y restauración de los derechos conculcados, y se dicte nuevo Auto
Supremo conforme a la normativa vigente.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

La audiencia pública de la acción de amparo constitucional se llevó a cabo el 25 de


junio de 2014, según consta en el acta cursante de fs. 200 a 205, produciéndose los
siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción

Los accionantes se ratificaron en el tenor íntegro de la demanda y aclararon lo


siguiente: 1) El Auto de Vista 60/2014 de 20 de agosto, no se adjuntó al expediente
porque al momento de interponer la acción tutelar se desconocía de la existencia del
mismo; 2) El Tribunal de alzada consideró que se trataba de un documento privado y no
público, absolviendo además al imputado de culpa y pena; y, 3) El Tribunal Supremo de
justicia de manera sutil indicó lo que debe hacer el Tribunal de apelación, señalando
doctrina legal aplicable coincidente, y que la nueva resolución debe ceñirse a
determinar si es un documento público o privado y tramitarse nuevamente la causa.

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

Las Magistradas del Tribunal Supremo de Justicia, Maritza Suntura Juaniquina y Norka
Natalia Mercado Guzmán mediante informe escrito cursante de fs. 147 a 148 indicaron
que: i) La presente acción es completamente improcedente porque los recursos
ordinarios no se agotaron, ya que el Tribunal de apelación debe emitir un nuevo Auto
de Vista; ii) Raúl y Erlan Paniagua Coca, en caso de considerar prudente y necesario,
podrán interponer nuevamente el recurso de casación de acuerdo a lo estipulado en el
Código de Procedimiento Penal; iii) La parte accionante intuyó una situación de peligro
a futuro, para lo cual activó la vía constitucional siendo su accionar absolutamente
prematuro e improcedente; iv) El cuestionamiento realizado a la doctrina legal aplicable
no tiene sustento legal y en todo caso pretende desconocer las normas que regulan el
procedimiento penal; v) Se denunció que se hubiera actuado ultra petita; sin embargo, el
Auto Supremo impugnado señaló que el Tribunal de alzada de manera correcta advirtió
que las pruebas testificales no merecieron un pronunciamiento fundamentado por parte
del Tribunal de Sentencia; y, vi) El cuestionamiento relativo a que el precedente
invocado por el Tribunal de ad quem no contendría una situación fáctica similar al caso
analizado, al ser parte de la problemática en análisis fue debidamente respondida en el
acápite III.2.1. del Auto Supremo 100/2014.

Los Vocales demandados de la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de


Justicia de Santa Cruz, pese a su legal citación conforme se desprenden del exhorto
suplicatorio de fs. 157 a 176, no presentaron informe escrito alguno y tampoco se
hicieron presentes en audiencia.

I.2.2. Intervención del tercer interesado

Erwin Sánchez Freking, como tercer interesado mediante sus abogados mencionó que:
a) Los accionantes observaron que la doctrina legal aplicable no condice con el caso
concreto; sin embargo, de manera maliciosa solo señalaron una parte del Auto Supremo
679/2010 de 17 de diciembre, por lo que las autoridades demandas actuaron conforme a
derecho; y, b) La Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Santa
Cruz, cumpliendo con lo dispuesto por el Auto Supremo 100/2014 impugnado, dictaron
Auto de Vista 66/2014 de 20 de agosto; siendo coincidente con lo expuesto por Maritza
Suntura Juaniquina y Norka Natalia Mercado Guzmán Magistradas del Tribunal
Supremo de Justicia, sobre la existencia de recursos ordinarios que el impetrante de
tutela puede activar contra el mencionado Auto de Vista.

I.2.3. Resolución

La Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Chuquisaca,


constituido en Tribunal de garantías, por Resolución 360/2014 de 8 de octubre, cursante
de fs. 206 a 216 vta., concedió parcialmente la tutela solicitada, y dejando sin efecto el
Auto Supremo 100/2014, así como los actuados procesales posteriores generados a
partir de la dictación del mismo, también dispuso que sin espera de turno, sin previo
sorteo, se emita nuevo Auto Supremo, que resuelva el recurso de casación interpuesto
en el proceso de origen, en base a los siguientes fundamentos: a) Se limitó el
pronunciamiento del presente fallo a la labor efectuada por las Magistradas del Tribunal
Supremo de Justicia, por constituir la Resolución emitida de cierre y última en la
justicia ordinaria; b) En ninguna parte del Auto Supremo impugnado se realizó un
trabajo de contraste con la doctrina legal aplicable establecida en el Auto Supremo
679/2010, con los hechos que motivaron el proceso penal de origen, cuestionado en el
Auto de Vista vía recurso de casación; c) Maritza Suntura Juaniquina y Norka Natalia
Mercado Guzmán, Magistradas del Tribunal Supremo de Justicia, apartándose de su
función ingresaron a valorar prueba, aseverando que el Juez aquo no realizó una
valoración intelectivamente de los elementos de prueba aportados en el proceso penal;
situación que nunca fue puesto a discusión en el recurso de casación, habiendo actuado
de manera ultra petita y por ende excedieron sus atribuciones, además no especificaron
ni detallaron cuales serían los hechos discutidos en el citado proceso penal que dio lugar
a la presente acción de defensa; al extremo que tampoco se tomó en cuenta fue que
dicha doctrina legal se halla claramente establecido a que autoridad jurisdiccional le
corresponde el deber de determinar la calidad de documento -público o
privado- que sirve de sustento para el procesamiento de los delitos de falsificación de
documentos; d) Las autoridades demandadas incurrieron en incongruencia interna del
Auto Supremo 100/2014 emitido, ya que por una parte se reconoció que el Tribunal de
alzada no adecuó sus actos a derecho e infringió la doctrina legal aplicable al haber
revalorizado la prueba, y en base a la misma cambiaron la situación jurídica del
imputado, lo que no les está permitido, por otra parte concedieron eficacia y valor a la
actuación de los Vocales firmantes del Auto de Vista 219/2013, al indicar que “actuaron
de manera correcta al suplir una supuesta omisión en la que hubiese incurrido el Juez
A-quo” (sic); y, e) Por último, se halla “vedado al Tribunal Supremo rever los hechos
acreditados o desacreditados a través de los medios probatorios producidos en el juicio”
(sic), siendo que, dicha función es privativa de los jueces o tribunales que conocen el
caso en primera instancia.

II. CONCLUSIONES
De la minuciosa revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en el expediente,
se establece lo siguiente:

II.1. Mediante Sentencia 09/13 de 8 de marzo de 2013, el Juez Octavo de Sentencia


Penal del departamento de Santa Cruz, declaró culpable de la comisión del delito
de uso de instrumento falsificado a Erwin Sánchez Freking, imponiéndole la
pena privativa de libertad de dos años y concediéndole el perdón judicial (fs. 1 a
33 vta.).

II.2. El 2 de abril de 2013, Raúl Paniagua Coca presentó recurso de apelación


restringida en contra de la mencionada Sentencia, a lo que Erlan Paniagua Coca
el 17 de abril del mencionado año, interpuso adhesión al mismo (fs. 52 a 56 vta.).

II.3. El 11 de diciembre de 2013, la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental


de Justicia de Santa Cruz, emitió Auto de Vista 219/2013, mediante el cual se
revocó totalmente la sentencia condenatoria dictada por el Juez Octavo de
Sentencia Penal, declarando absuelto de culpa y pena al imputado (fs. 62 a 68).

II.4. Mediante memoriales idénticos formulados el 3 y 10 de enero de 2014, los


accionantes impugnaron vía recurso de casación el Auto de Vista 219/2013,
solicitando se declare nulo el mismo, disponiendo su nulidad, como un nuevo
pronunciamiento en aplicación de la doctrina legal vigente (fs. 69 a 93 vta.).

II.5. El 7 de abril de 2014, la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia dictó Auto
Supremo 100/2014 de 7 de abril, por el cual dejó sin efecto el Auto de Vista
219/2013, y dispuso que la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de
Justicia de Santa Cruz, pronuncie nueva resolución de acuerdo a la doctrina legal
establecida (fs. 116 a 122 vta.).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

Los accionantes denuncian que las autoridades demandadas lesionaron sus derechos a la
tutela judicial efectiva, al debido proceso y a los principios de seguridad jurídica,
legalidad y congruencia, primero con la emisión del Auto de Vista 219/2013 dictado
por la Sala Penal Segunda del Tribunal de Justicia de Santa Cruz, ya que el indicado
Auto de manera absurda inexplicable e ilegal absolvió de culpa y pena al acusado que
fue condenado por el delito de uso de instrumento falsificado en primera instancia.

También señalan que existió vulneración a sus derechos por parte de las Magistradas de
la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia, al emitir el Auto Supremo 100/2014,
que resolvió el recurso de casación, que si bien anula el Auto de Vista
impugnado, lo hicieron bajo fundamentos incongruentes que no condicen con lo
peticionado en el memorial de casación y que ingresaron a revalorar la prueba
generando contradicciones entre lo pedido y lo resuelto.
En consecuencia, corresponde en revisión verificar si tales extremos son evidentes, a fin
de conceder o denegar la tutela solicitada.

III.1. De la naturaleza de la acción de amparo constitucional

La acción de amparo constitucional prevista por el art. 128 de la CPE, ha sido


instituida como una acción de defensa, contra los actos u omisiones ilegales o
indebidos de los servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que
restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos
por la Constitución Política del Estado y la ley, a través de un procedimiento
judicial, sencillo, rápido y expedito.

Esta acción, constituye un medio de tutela de carácter extraordinario, regido


por los principios de subsidiariedad e inmediatez; el primero, entendido como
el agotamiento previo de los medios ordinarios de defensa, sean en la vía
judicial o administrativa, a los efectos de que las lesiones denunciadas se
reparen en la misma instancia donde se suscitaron los supuestos actos ilegales;
y el segundo, con una doble dimensión, 1) Supone que la acción de amparo
constitucional es la vía jurisdiccional para la protección inmediata, efectiva y
oportuna de los derechos fundamentales vulnerados de manera ilegal e
indebida; y, 2) Significa que esta acción debe ser planteada inmediatamente,
después de agotar las vías legales ordinarias; a ese efecto, el art. 129.II de la
CPE, ha establecido el plazo de seis meses para activar la acción, que se
computa a partir de la comisión del acto ilegal u omisión indebida o de
notificada la última decisión judicial o administrativa.

III.2. Del derecho al debido proceso en su elemento de fundamentación y


congruencia de las resoluciones

Respecto a la fundamentación de las resoluciones, la SC 2023/2010-R de 9 de


noviembre, señaló: “La garantía del debido proceso, comprende entre uno de
sus elementos la exigencia de la motivación de las resoluciones, lo que
significa, que toda autoridad que conozca de un reclamo, solicitud o dicte una
resolución resolviendo una situación jurídica, debe ineludiblemente exponer
los motivos que sustentan su decisión, para lo cual, también es necesario que
exponga los hechos establecidos, si la problemática lo exige, de manera que el
justiciable al momento de conocer la decisión del juzgador lea y comprenda la
misma, pues la estructura de una resolución tanto en el fondo como en la
forma, dejará pleno convencimiento a las partes de que se ha actuado no sólo
de acuerdo a las normas sustantivas y procesales aplicables al caso, sino que
también la decisión está regida por los principios y valores supremos rectores
que rigen al juzgador, eliminándose cualquier interés y parcialidad, dando al
administrado el pleno convencimiento de que no había otra forma de resolver
los hechos juzgados sino de la forma en que se decidió. (…) cabe señalar que
la motivación no implicará la exposición ampulosa de consideraciones y citas
legales, sino que exige una estructura de forma y de fondo, pudiendo ser
concisa, pero clara y satisfacer todos los puntos demandados, debiéndose
expresar las convicciones determinativas que justifiquen razonablemente su
decisión en cuyo caso las normas del debido proceso se tendrán por fielmente
cumplidas; (…). Así la SC 1365/2005-R de 31 de octubre, entre otras.”

Así también, la SCP 66/2015-S2 de 3 de febrero complementó: “…se concluye


que la fundamentación de las resoluciones judiciales, constituye un elemento
inherente a la garantía jurisdiccional del debido proceso, lo que significa que
la autoridad que emite una resolución necesariamente debe exponer los
hechos, la valoración efectuada de la prueba aportada, los fundamentos
jurídicos de su determinación y las normas legales que aplica al caso
concreto y que sustentan su fallo; lo que de ninguna manera implica una
argumentación innecesaria que abunde en repeticiones o cuestiones
irrelevantes al caso, sino que al contrario debe desarrollar, pero con
precisión y claridad, las razones que motivaron al juzgador a asumir una
determinada resolución, claro está con la justificación legal que respalda
además esa situación” (las negrillas nos corresponden).

En cuanto a la congruencia, la misma responde a la estructura misma de una


resolución, por cuanto la autoridad jurisdiccional está obligada a contestar y
absolver cada una de las pretensiones expuestas por las partes en su recurso y
además de ello, debe existir una armonía lógico-jurídica entre la
fundamentación y valoración efectuadas por el juzgador y el decisum que
asume.

Es así, que volviendo a la SCP 0066/2015-S2 de 3 de febrero, la misma nos


indica que: “…la congruencia abarca dos ámbitos, el primero referido a la
unidad del proceso; es decir, la coherencia y vínculo que debe existir entre una
resolución y otra dentro de un mismo proceso, y el segundo en cuanto a la
consideración y resolución de todos los puntos puestos a consideración del
juzgador, lo que significa que también debe existir coherencia y unidad de
criterio dentro de una misma resolución, dado que la misma debe guardar
correspondencia con todo lo expuesto a lo largo de su contenido, caso
contrario carecería de consecuencia, siendo inviable que luego de analizar
determinados hechos se llegue a resultados distintos, vulnerando la
construcción jurídica que toda resolución debe tener en aplicación y resguardo
del debido proceso (en ese sentido se expone el criterio mencionado las SSCC
1009/2003-R y 0639/2011-R entre otras).

Por su parte, la SCP 0632/2012 de 23 de julio, refirió: 'En este contexto, debe
señalarse que uno de los elementos del debido proceso es la congruencia en
virtud de la cual la autoridad jurisdiccional o administrativa, en su fallo, debe
asegurar la estricta correspondencia entre lo peticionado y probado por las
partes; en ese contexto, es imperante además precisar que la vulneración al
debido proceso en su elemento congruencia puede derivar de dos causales
concretas a saber: a) Por incongruencia omisiva, en virtud de la cual, la
autoridad jurisdiccional o administrativa emite una resolución sin considerar
las pretensiones de las partes, vulnerando con esta omisión el derecho a un
debido proceso y también el derecho a la defensa; y, b) por incongruencia
aditiva, en virtud de la cual, la autoridad jurisdiccional o administrativa, falla
adicionando o incorporando elementos no peticionados o no discutidos por las
partes en el decurso de la causa.

En el orden de ideas antes señalado y concretamente en lo referente a la


incongruencia omisiva, la SC 0486/2010-R de 5 de julio, establece y concatena
el debido proceso con el principio de congruencia señalando lo siguiente:

De esta esencia (es decir de la naturaleza jurídica del debido proceso), deriva
a su vez la congruencia como principio característico del debido proceso,
entendida en el ámbito procesal como la estricta correspondencia que debe
existir entre lo peticionado y lo resuelto; ahora bien, esa definición general, no
es limitativa de la coherencia que debe tener toda resolución, ya sea judicial o
administrativa, y que implica también la concordancia entre la parte
considerativa y dispositiva: sino que además, debe mantenerse en todo su
contenido, efectuando un razonamiento integral y armonizado entre los
distintos considerandos y razonamientos contenidos en la resolución. La
concordancia de contenido de la resolución y su estricta correspondencia entre
lo pedido, lo considerado y lo resuelto, conlleva a su vez la cita de las
disposiciones legales que apoyan ese razonamiento que llevó a la
determinación que se asume. En base a esas consideraciones, es que quien
administra justicia, emitirá fallos motivados, congruentes y pertinentes'”.

III.3. Respecto a la valoración integral de la prueba como elemento del debido


proceso

En cuanto a la valoración de la prueba como elemento del debido proceso, la


uniforme jurisprudencia constitucional ha establecido que esta labor se halla
reservada exclusivamente a la jurisdicción ordinaria como regla general y solo
excepcionalmente a la jurisdicción constitucional, como señala la
jurisprudencia constitucional dictada en la SCP 0929/2012 de 22 de agosto, que
expresa “… al no ser una instancia adicional o suplementaria de los procesos,
sino más bien de tutela de los derechos fundamentales; en los casos de las
acciones de defensa, no tiene atribución para la valoración de prueba sobre el
fondo del asunto de donde emerge la acción tutelar, puesto que ello es también
atribución exclusiva de los jueces y tribunales ordinarios, a menos que como
resultado de esa valoración se hayan lesionado derechos y garantías
constitucionales por apartamiento de los marcos legales de razonabilidad y
equidad o cuando se hubiere omitido arbitrariamente valorar una prueba”
(las negrillas son ilustrativas).

En tal sentido, la jurisdicción constitucional solo de manera excepcional


ingresa a verificar si se han lesionado derechos fundamentales y garantías
constitucionales en la labor de valoración de la prueba cumplida por la
autoridad judicial, determinando los alcances de esta labor, así se tiene
establecido de la jurisprudencia constitucional dictada en la SCP 1020/2013 de
27 de junio, que refiere: “En ese sentido, al ser la valoración de las pruebas un
elemento componente del debido proceso y, al ser este último un derecho
fundamental de los justiciables, le corresponde a la justicia constitucional
ejercer el control de constitucionalidad sobre las decisiones judiciales,
constatando que en ellas se cumpla a cabalidad con los cánones mínimos de su
validez. Así, la valoración de las pruebas debe ser cumplida en las
resoluciones judiciales, sin que dicha valoración pueda ser suplida con la
mera relación o enumeración de los documentos o medios probatorios llevados
al juzgador, sino que en la misma el juzgador debe efectuar las
consideraciones pertinentes respecto a cómo los elementos probatorios
demuestran los hechos denunciados o alegados durante el proceso; labor que
debe ser cumplida de forma precisa, clara y sin ambigüedades, señalando el
valor que fue otorgado a cada uno de los elementos probatorios a tiempo de
resolver la problemática llevado a su juicio, lo contrario implica que, al
carecer de este elemento fundamental la decisión genera inseguridad para los
justiciables”.

III.4. Sobre el derecho a la tutela judicial efectiva

Este derecho fundamental está debidamente reconocido por el art. 115.I de la


CPE, en el que textualmente sostiene que: “Toda persona será protegida
oportuna y efectivamente por los jueces y tribunales en el ejercicio de sus
derechos e intereses legítimos”.

Al respecto la SCP 0898/2012 de 22 de agosto, estableció que: “Este derecho


fundamental, de acuerdo con la doctrina consiste básicamente en el derecho de
acceso libre a la jurisdicción, lo que comprende el derecho de toda persona a
ser parte de un proceso y poder promover en el marco de la actividad
jurisdiccional, cualquier recurso ordinario o extraordinario, que el
ordenamiento prevea en cada caso con los requisitos legalmente establecidos,
que desemboque en una decisión judicial sobre la pretensiones deducidas por
el litigante, por lo tanto se puede deducir que lo anteriormente desarrollado
implica en síntesis en el derecho de todo actor o demandante a obtener una
resolución o sentencia jurídicamente fundamentada sobre el fondo de lo
peticionado.

Aparte de lo anteriormente señalado, este derecho implica una exigencia de


que el fallo judicial al que se haya arribado, sea cumplido, y en consecuencia,
el litigante sea repuesto en su derecho, o en su caso compensado.

La Constitución Española establece, en su art. 24.1, que la tutela judicial


efectiva implica también la prohibición de que pueda producirse en el proceso
la indefensión, por lo que también salvaguarda la defensa contradictoria de las
partes litigantes, a través de la oportunidad de alegar y probar sus derechos e
intereses en el curso del proceso, en el que imperen los principios de
bilateralidad e igualdad de armas procesales.

La jurisprudencia de nuestro Tribunal Constitucional, respecto a este derecho


fundamental, mediante su SC 0492/2011-R, estableció lo siguiente: `La
jurisprudencia constitucional contendida en la SC 0600/2003-R de 6 de mayo,
señaló que: «…según la norma prevista por el art. 8.1 del Pacto de San José
de Costa Rica, 'toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas
garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente,
independiente e imparcial, establecidas con anterioridad por la ley, en la
sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la
determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o
de cualquier otro carácter', como podrá advertirse la norma transcrita
consagra dos derechos humanos de la persona: 1) el derecho de acceso a la
justicia; y 2) el derecho al debido proceso, entendiéndose por aquélla la
potestad, capacidad y facultad que tiene toda persona para acudir ante la
autoridad jurisdiccional competente para demandar que se preserve o
restablezca una situación jurídica perturbada o violada que lesiona o
desconoce sus derechos e intereses, a objeto de lograr, previo proceso, una
decisión judicial que modifique dicha situación jurídica. Conocido también en
la legislación comparada como “derecho a la jurisdicción” (art. 24 de la
Constitución Española), es un derecho de prestación que se lo ejerce conforme
a los procedimientos jurisdiccionales previstos por el legislador, en los que se
establecen los requisitos, condiciones y consecuencias del acceso a la justicia;
por lo mismo, tiene como contenido esencial el libre acceso al proceso, el
derecho de defensa, el derecho al pronunciamiento judicial sobre el fondo de
la pretensión planteada en la demanda, el derecho a la ejecución de las
sentencias y resoluciones ejecutoriadas, el derecho de acceso a los recursos
previstos por ley. Finalmente, este derecho está íntimamente relacionado con
el derecho al debido proceso y la igualdad procesal»'” (las negrillas fueron
agregadas).

Así también, sintetizando lo expuesto, la SC 1388/2010-R de 21 de septiembre,


determino que: “La tutela judicial efectiva comprende la posibilidad de activar
o iniciar ante los órganos jurisdiccionales un proceso, en el que obtenga una
sentencia fundamentada que declare el derecho de cada una de las partes
conforme corresponda en justicia, además implica la posibilidad de poder
interponer los recursos que la ley establezca y la eventualidad de obtener el
cumplimiento efectivo de la sentencia, con el objeto de garantizar el
restablecimiento de una situación jurídica vulnerada, evitando la indefensión,
involucrando el acceso a los tribunales; la efectividad de las decisiones
judiciales; y el ejercicio del recurso previsto en la ley”.

III.5. Análisis del caso concreto

La parte accionante acusa la lesión de sus derechos a la tutela judicial efectiva,


al debido proceso en su elemento de fundamentación y congruencia además de
los principios de legalidad y seguridad jurídica, señalando que tanto los
Vocales de la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de
Santa Cruz como las Magistradas de la Sala Penal de Tribunal Supremo de
Justicia hubieran vulnerado sus derechos con la emisión del Auto de Vista
219/2013 de 11 de diciembre, y el Auto Supremo 100/2014 de 7 de abril
respectivamente.

Si bien los accionantes acusan a los Vocales de la Sala Penal Segunda del
Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, de haber absuelto al
imputado en el proceso penal de origen y de haber aplicado como doctrina
legal el Auto Supremo 679/2010 de 17 de diciembre, cuando el mismo no tenía
similitud fáctica alguna con el proceso penal de referencia; sin embargo, dicha
actuación no merece pronunciamiento alguno por parte de este Tribunal
Constitucional Plurinacional, en virtud a que son justamente las autoridades del
Tribunal Supremo de Justicia vía Auto Supremo las llamadas por ley para
conocer y en su caso modificar o suprimir lo expuesto en el Auto de Vista
impugnado, y éste fue dejado sin efecto por el Auto Supremo 100/2014,
conforme el mismo accionante reconoció en su memorial de amparo.

En cuanto a la actuación de las Magistradas del indicado Tribunal y la emisión


del Auto Supremo mencionado, se tiene que de acuerdo al Fundamento
Jurídico III.2. de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, se
determinó que la motivación y fundamentación de las resoluciones son
elementos componentes del derecho al debido proceso, a través del cual todo
fallo de las autoridades judiciales debe contener imprescindiblemente
fundamentación legal en la cual basa su decisión; por lo que, cuando no
contiene la misma, significa que el juez o tribunal tomó una decisión de hecho
y no de derecho, violentando el citado debido proceso.

Asimismo, conforme al Fundamento ut supra indicado, se evidencia que la


decisión del Tribunal de casación, debió contener una concordancia entre el
petitum de las partes y la decisión asumida; donde no podía arribar a la
conclusión de que la doctrina legal aplicable establecida en el Auto Supremo
679/2010, se hizo de manera correcta; por cuanto, no existió un trabajo de
contraste con el caso de estudio y menos una similitud fáctica, ya que se
evidencia la falta de pronunciamiento sobre cuáles serían los hechos discutidos
en el proceso penal y su relación con el Auto Supremo señalado como doctrina
legal aplicable, llegando incluso a resaltar la falta de especificación sobre si el
documento objeto de la litis en su calidad sería público o privado cuando la
fundamentación debió estar ceñida a los argumentos reclamados por las partes
realizando un análisis prolijo y minucioso de otros aspectos puestos en
consideración, situación que no se observa en el Auto Supremo 100/2014,
constituyendo aquello indudablemente una vulneración al principio de
congruencia y atentatorio al debido proceso.

Así, también es evidente la incongruencia interna en la que incurrieron las


Magistradas demandadas, que a su vez fue debidamente indicada por el
Tribunal de garantías cuando se acusó al Tribunal de Alzada de haber
revalorizado la prueba y por ende haber cambiado la situación jurídica del
imputado, y, por otra parte, haber señalado que ciertamente se infringió la
doctrina legal aplicable, entrando en contradicción concedió eficacia y valor a
la actuación de los Vocales firmantes del Auto de Vista cuestionado.

Recordemos que como se expuso en el Fundamento Jurídico III.3. de este fallo,


la valoración de prueba sobre el fondo del asunto de donde emerge la acción
tutelar, es de atribución exclusiva de los jueces y tribunales ordinarios
pudiendo ésta ser revisada de manera extraordinaria si del resultado de esa
valoración se hayan lesionado derechos y garantías constitucionales por
apartamiento de los marcos legales de razonabilidad y equidad o cuando se
hubiere omitido arbitrariamente valorar una prueba, situación que no aconteció
en el caso de análisis.

Finalmente se tiene sobre la tutela judicial efectiva que conforme al


Fundamento III.4 de esta Sentencia Constitucional Plurinacional, es evidente la
falta de respuesta judicial a las cuestiones planteadas por los accionantes en su
recurso de casación, por lo que claramente se advierte una vulneración al
derecho aludido, por lo que es necesario conceder la tutela solicitada,
determinando que las autoridades demandadas del Tribunal Supremo de
Justicia, pronuncien un nuevo Auto Supremo ciñéndose estrictamente en los
lineamientos jurisprudenciales del Fundamento Jurídico del presente fallo.

Por todo lo expuesto, el Tribunal de garantías al haber concedido parcialmente la


tutela solicitada, efectuó una correcta compulsa de los antecedentes del caso.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Primera Especializada; en virtud de


la autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia
y el art. 12.7 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional; en revisión, resuelve:
CONFIRMAR la Resolución 360/2014 de 8 de octubre, cursante de fs. 206 a
216 vta., pronunciada por la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia
de Chuquisaca; y, en consecuencia, CONCEDER la tutela solicitada, conforme lo
expresado en la presente Sentencia Constitucional Plurinacional.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional


PlurinacionalFdo. Dr. Macario Lahor Cortez Chavez
MAGISTRADO

Fdo. Tata Efren Choque Capuma


MAGISTRADO

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