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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0919/2014

Sucre, 15 de mayo de 2014

SALA PRIMERA ESPECIALIZADA


Magistrado Relator: Tata Gualberto Cusi Mamani
Acción de amparo constitucional

Expediente: 05283-2013-11-AAC
Departamento: Tarija

En revisión la Resolución 19/2013 de 6 de noviembre, cursante de fs. 98 vta. a 106, pronunciada


dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Carmen Yolanda Pérez Casasola contra
María Cristina Días Sosa y Adolfo Irahola Galarza, Vocales de la Sala Civil y Comercial Primera y
Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Tarija.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURIDICA

I.1. Contenido de la demanda

Por memorial presentado el 24 de octubre de 2013, cursante de fs. 37 a 51 y el de subsanación de 31


del mismo mes y año, corriente fs. 61 y vta., la accionante expone los siguientes fundamentos de
hechos y derecho.

I.1.1. Hechos que motivan la acción

Inició un proceso sumario de conocimiento sobre nulidad de contrato contra Lidia Gareca, Ana Rosa
Gareca y Ricardo Cabezas Gutiérrez, que fue declarado improbado por el Juez de primera instancia,
bajo el argumento que la “falta de consentimiento no es una causal de nulidad, sino de
anulabilidad”, respecto a suplantación y falsedad de los contratos “por ilícito de causa y ausencia del
consentimiento y tutela del derecho de propiedad que atenta a la garantía de legalidad, verdad
material y protección efectiva” alegada en el proceso. Esta Resolución fue confirmada por el Auto de
Vista de 27 de julio de 2011, emitido por el Juez Primero de Partido en lo Civil y Comercial del
departamento de Tarija, contra el cual, interpuso recurso de casación, que fue declarado infundado
por Auto 02/2013 de 17 de abril, emitido por los Vocales hoy demandados, dando por válida la
interpretación efectuada por los Jueces de primera y segunda instancia, siendo “totalmente
antijurídico, fundamentar el fallo, sobre un documento en el cual fue probado y demostrado la
suplantación y falsificación de firmas (…) ello implica una falta de apreciación material y objetiva…”
(sic).

I.1.2. Derecho y garantía supuestamente vulnerados

Estima vulnerados su derecho al debido proceso y la garantía a la tutela judicial efectiva; citando al
efecto los arts. 115.I y II, 117.I y 119.I de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio

Solicita la nulidad del “Auto de Casación 02/2013” (sic), dictado por los Vocales ahora demandados y
se pronuncie nuevo Auto de Vista, resolviendo el recurso de casación en respeto y garantía del
debido proceso y el acceso a la justicia.

I.2. Aspectos relevantes de la audiencia pública

La audiencia pública se realizó el 6 de noviembre de 2013, conforme consta en acta de hojas 96 a 98,
en la que se desarrollaron los siguientes actuados:

I.2.1 Ratificación de la acción

El accionante ratificó su solicitud.

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

Conforme el memorial de 6 de noviembre de 2013 cursante a fs. 70 y vta., las autoridades


demandadas señalan, en lo principal, lo siguiente: a) El “Auto de Casación” de 17 de abril de 2013,
declaró infundado el recurso de casación, “por lo que se estaría ante un proceso concluido y con
sentencia con autoridad de cosa juzgada”(sic); y, b) Revisar un proceso judicial a efectos de anular el
“Auto de Casación” no puede ser realizado, pues ello implicaría, valorar la prueba aportada por las
partes, y hacer una interpretación de la legislación ordinaria, facultad que corresponde a los jueces y
tribunales ordinarios que conocen el proceso principal.

I.2.3. Intervención de la tercera interesada

En el escrito de 6 de noviembre de 2013, cursante a fs. 71 a 73 vta., Lidia Gareca, en su calidad de


tercera interesada, señaló: 1) Se estaría intentando que, el amparo se convierta en un recurso de
revisión de fallos de la justicia ordinaria, sobre aspectos que habrían concluido; 2) Respecto a la
”…supuesta falta de consentimiento como la causa de sanción de nulidad absoluta del acto…”el
peritaje realizado no se habría introducido al proceso en la oportunidad que la ley establece, lo que
ha merecido rechazo de la autoridad; y, 3) No existen razones suficientes para casar el Auto de Vista
al no haberse verificado la violación de los arts. 453 y 554 del Código Civil (CC).

1.2.4. Resolución

La Sala Civil, Comercial, de Familia, de la Niñez y Adolescencia, de Violencia Intrafamiliar o Doméstica


y Pública Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Tarija, en su calidad de Tribunal de
garantías, emitió la Resolución 19/2013 de 6 de noviembre, cursante de fs. 98 vta. a 106, por la que
denegó la tutela, con los siguientes fundamentos: i) Dentro del trámite ordinario, las partes tuvieron
la oportunidad de asumir defensa, ofrecer y producir sus pruebas e hicieron uso de todos los
recursos que la ley les otorga; ii) No corresponde la valoración legal de la prueba ni los fundamentos
expresados en la decisión judicial, “excepto si se evidencia lesión a un derecho fundamental, es
decir, cuando dichos fundamentos estuviesen basados en una norma claramente inaplicable al
asunto, lo que no ocurre en el presente caso” (sic.); iii) El recurso de casación no invocó el art. 253
inc.3 del Código de Procedimiento Civil (CPC) “si el tribunal de casación hubiere omitido
pronunciarse sobre este caso este tribunal hubiere ingresado a analizar el fondo en este caso…”
(sic.); y, iv) La jurisprudencia ha asumido una posición muy clara de autorestricción respecto a la
valoración de la prueba y la interpretación de la legalidad ordinaria, señalando que esta última es
privativa de los jueces y tribunales de jurisdicción ordinaria; “a criterio de este tribunal no se puede
ingresar a valorar la prueba ni realizar una interpretación de la legalidad ordinaria porque eso es
labor de los jueces y tribunales ordinarios” (sic).

II. CONCLUSIONES

Del análisis de la prueba documental adjunta al expediente, se llega a las siguientes conclusiones:

II.1 Cursa en obrados el Auto de casación 02/2013 de 17 de abril (fs. 27 a 30), por el que las
autoridades ahora demandadas, declararon infundado el recurso de casación planteado por la ahora
accionante.

III. FUNDAMENTOS JURIDICOS DEL FALLO

La accionante denuncia que se vulneraron sus derechos al debido proceso y a la tutela judicial
efectiva, como consecuencia de una falta de apreciación material y objetiva de la prueba e
inadecuada interpretación de la legalidad ordinaria por parte de los Vocales del Tribunal
Departamental de Justicia de Tarija, que al emitir el “Auto de Casación” de 02/2013 de 17 de abril,
dieron por válida la interpretación efectuada por los Jueces de primera y segunda instancia que
declararon improbado el proceso sumario de conocimiento sobre nulidad de contratos, con el
argumento que el consentimiento no sería causal de nulidad.

Corresponde determinar en revisión, si los extremos denunciados son evidentes, a objeto de


conceder o denegar la tutela solicitada.

III.1. Los principios ético-morales de la sociedad plural

La Constitución Política del Estado, en su art. 8.I establece los principios ético-morales de la sociedad
plural, al señalar: “El Estado asume y promueve como principio ético-morales de la sociedad plural:
ama qhilla, ama llulla y ama suwa (no sea flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón), suma qamaña
(vivir bien), ñandereko (vida armoniosa), teko kavi (vida buena), ivi maraei (tierra sin mal) y qhapaj
ñan (camino o vida noble)”.

Cada uno de los principios establecidos por la norma constitucional emergen de nuestras propias
identidades plurinacionales; consecuentemente, responden paradigmas no universales, que forman
parte de nuestras prácticas y vivencias propias. Por ejemplo, el vivir bien o suma qamaña, es una
práctica, que forma parte de la cotidianeidad de muchas comunidades de habla aymara-quechua,
que conviven en armonía con la naturaleza y el cosmos. En este contexto, el vivir bien (suma
qamaña), es un principio aperturante y relacionador con otros principios, cosmovisiones, prácticas
correspondientes a una civilización dada.

Desde esta perspectiva, corresponde realizar un desarrollo de los principios ético morales de la
sociedad plural a partir de una “interpretación plural”; es decir, a partir de la cosmovisión, prácticas
y contenidos históricos, lingüísticos, filosóficos emergentes de una visión descolonizadora.

En este sentido, la Sala Especializada, en el marco de la pedagogía constitucional, que nos


caracteriza, tiene el objetivo de contar con nuevos elementos, que faciliten un entendimiento propio
de los principios ético-morales de la sociedad plural, respetando su esencia, con el fin de que puedan
transcender todo el ordenamiento jurídico.

III.2. Las resoluciones de los jueces, deben partir de la Constitución, atendiendo a las
características del nuevo constitucionalismo plurinacional y descolonizador

La descolonización en las prácticas judiciales, es un elemento fundamental en la construcción de un


nuevo constitucionalismo plurinacional y descolonizador, donde es imperante que los jueces
adecuen sus prácticas y motiven sus fallos conforme una interpretación plural de la ley coherente
con las normas constitucionales.

La Constitución en sí misma es plural, tiene principios y valores que emergen de diversas matrices
civilizatorias, con múltiples significaciones y contiene un cúmulo de derechos y garantías
constitucionales coherente con las demandas históricas del pueblo boliviano; lo cual permite a los
operadores de justicia, contar con elementos suficientes, para transitar hacia nuevas prácticas
judiciales, superando el positivismo formalista y los dogmatismos jurídicos.

En este sentido, los jueces están llamados, aplicar las normas contenidas en la legislación acorde con
una nueva praxis constitucional. En este sentido, su interpretación de la legalidad ordinaria, debe
estar armonizada con la Constitución Política de Estado, debiendo aplicar ambas de forma
complementaría, sirviéndose para ello de los mecanismos interpretativos (histórico, teleológico,
sistemático, gramatical, etc.) añadiendo a estas formas de interpretación, la interpretación plural,
que es interpretación descolonizadora de acuerdo con los nuevos principios ético morales de la
sociedad plural, y desmantelando progresivamente las prácticas formalistas y positivistas contrarias
a la voluntad constituyente.

III.3.Revisión de la actividad jurisdiccional de otros tribunales

En este proceso de transición hacia un constitucionalismo plurinacional descolonizador, tratándose


de la aplicación de normas legales acordes a los nuevos paradigmas y frente a la vulneración
evidente de derechos y garantías constitucionales, como resultado de una interpretación
inadecuada o restringida; la jurisprudencia constitucional, a partir de la SC 0668/2010-R de 19 de
julio, asume la tesis permisiva en cuanto a la procedencia del amparo constitucional contra
resoluciones judiciales, tratándose de decisiones judiciales arbitrarias respecto de la legalidad
ordinaria y con la finalidad de resguardar el respeto y vigencia de los derechos y garantías
constitucionales, atribución esencial de este Tribunal.

En este mismo sentido, la SC 0035/2006-R y SCP 1916/2012, establecieron que la labor


interpretativa de los jueces y tribunales debe ser desarrollada en resguardo del sistema de valores
supremos, los principios fundamentales, así como respetando o resguardando los derechos
fundamentales y garantías constitucionales, porque constituyen la base del sistema constitucional
boliviano.

Respecto a la carga argumentativa del accionante, la jurisprudencia constitucional moduló el


entendimiento de las SSCC 0718/2005-R, 0035/2006-R, 0085/2006-R, 0209/2010-R, 0182/2010-R y
0194/2011-R, a partir de la SC 0410/2011-R de 14 de abril, al señalar que ésta, no puede aplicarse
para denegar la activación de la jurisdicción constitucional en la revisión de la jurisdicción ordinaria.
Asimismo, la SCP 1461/2013 de 19 de agosto, a tiempo de sistematizar la línea jurisprudencial
respecto a este tema, señaló: “…no es exigible la argumentación númerus clausus en las demandas
de amparo constitucional, sino una precisa presentación por parte de los accionantes que muestre a
la justicia constitucional de por qué la interpretación desarrollada por las autoridades vulnera
derechos y garantías previstos por la Constitución, a saber en tres dimensiones distintas: 1) por
vulneración del derecho al debido proceso y a los derechos fundamentales que se comprometen en
función de tal determinación, 2) Por una valoración probatoria que se aparta de los marcos de
razonabilidad y equidad; 3) Por una incorrecta aplicación del ordenamiento jurídico, que más allá de
las implicancias dentro del proceso judicial o administrativo lesiona derechos y garantías
constitucionales” .

En el marco de un nuevo constitucionalismo emergente de nuestro texto constitucional, es preciso


descolonizarnos de los formalismos y positivismos que impidan un acceso igualitario a la justicia
constitucional; en este sentido, la carga argumentativa, si bien es un requisito necesario, que
permite una adecuada valoración de los derechos supuestamente vulnerados; no puede ser causal
de denegación de la tutela, frente a un evidente acto jurisdiccional vulneratorio de derechos y
garantías constitucionales, ello implica incluso, ingresar al fondo, si se advierte una incorrecta
aplicación del ordenamiento jurídico, sin que esto implique que la instancia constitucional asuma un
rol casacional o supletorio de la actividad de los jueces o tribunales.

III.4.El debido proceso y la tutela judicial efectiva en el nuevo marco constitucional

La jurisprudencia constitucional ha coincidido en señalar que el debido proceso consagrado por el


art. 115.II de CPE, a partir de la SC 2798/2010-R de 10 de diciembre, reiterando la SC 0418/2000-R
de 2 de mayo, como: “…el derecho de toda persona a un proceso justo y equitativo, en el que sus
derechos se acomoden a lo establecido por disposiciones jurídicas generales aplicables a todos
aquellos que se hallen en una situación similar, comprende el conjunto de requisitos que deben
observarse en las instancias procesales, a fin de que las personas puedan defenderse
adecuadamente ante cualquier tipo de acto emanado del Estado que pueda afectar sus derechos”.
Así, la SC 0486/2010-R de 5 de julio, estableció que: “La naturaleza de aplicación y ejercicio del
debido proceso, es parte inherente a la actividad procesal, tanto judicial como administrativa, pues
nuestra Ley Fundamental instituye al debido proceso como: 1) Derecho fundamental (…), 2) Garantía
jurisdiccional (…)”.

De donde se extrae que, el debido proceso se encuentra integrado por varios elementos; entre ellos,
la interpretación constitucionalmente válida, a partir de la cual, los jueces deben aplicar de forma
complementaria y armónica la ley y la Constitución Política del Estado, según se desarrolló en el
Fundamento Jurídico III.3 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional.

En este sentido, es parte de la vulneración del debido proceso de acuerdo a la jurisprudencia


desarrollada precedentemente, cuando la interpretación de la legalidad ordinaria es errónea e
incoherente con los postulados constitucionales señalados, que no utilizo los variados mecanismos
para interpretar adecuadamente la Ley, en casos donde la hermenéutica literal y dogmática no es
suficiente.

Respecto al acceso a la justicia o tutela judicial efectiva, la SC 1768/2011-R de 7 de noviembre,


señaló que este derecho: “…consiste básicamente en el derecho de acceso libre a la jurisdicción […]
implica en síntesis en el derecho de todo actor o demandante a obtener una resolución o sentencia
jurídicamente fundamentada sobre el fondo de lo peticionado…, [conlleva ] una exigencia de que el
fallo judicial al que se haya arribado, sea cumplido, y en consecuencia, el litigante sea repuesto en su
derecho, o en su caso compensado” (el resaltado es nuestro).

III.5. Análisis del caso concreto

Ahora, corresponde aplicar las proposiciones expuestas al presente asunto; para ello, conviene
analizar el recurso de casación que dio lugar a la acción de amparo que se dilucida.

Conforme los antecedentes del “Auto de Casación” 02/2013, la accionante, a través de su


representante recurre de casación en el fondo contra la Resolución de segunda instancia, poniendo
de manifiesto que el Auto de Vista violó cinco normas sustantivas: arts. 105, 110, 451, 452, 453, 489,
490, 485 y 521 del CC, alegando que se incurre en un error de aplicación del régimen legal de la
anulabilidad con relación a la nulidad de contratos.

En la parte fundamentativa del “Auto de Casación” referido, se estableció: a) respecto a la nulidad


demandada en relación a la causal 1) del art. 549 CC, no es evidente que en los contratos de compra-
venta de los que la parte demandante solicita su nulidad, falte objeto conforme los art. 485 y 549
inc.2 del CC; b) Respecto a la nulidad de la compra-venta por la causal 3) del citado artículo,
estableció que, los documentos de compra-venta, objeto de nulidad, no se los puede considerar
contrarios al orden público ni a las buenas costumbres, por lo que la parte actora tampoco aportó
los medios probatorios a efecto de demostrar la ilicitud de la causa y motivo; y, c) Sobre la nulidad y
anulabilidad del contrato, estableció que: “la falta de consentimiento no está enumerada entre las
causales de nulidad previstas en el art. 549 del Código Civil, sino entre las causales de anulabilidad
según texto del art. 554.1) del Código Civil” (sic). Asimismo estableció: “…en el caso que se analiza,
se argumenta de que la supuesta vendedora Luz Casasola vda. De Pérez no dio su consentimiento en
las ventas efectuadas a favor de Lidia y Rosa Gareca por haber suplantación de la vendedora y se
falsificó la firma y contenido del documento por el cual se transfirió el derecho de propiedad de los
dos inmuebles cuya nulidad se pretende, siendo ello causal de anulabilidad de acuerdo a lo previsto
por el art. 554 numeral 1) del Código Civil, y no así la nulidad pretendida por la parte actora
amparada en lo previsto por el art. 549 inc. 1) al 5) del citado Código, y pese a que el juez a-quo en
su momento advirtió a través de la resolución de fs. 207 vta. a la actora Carmen Yolanda Perez C.
que la falta de consentimiento constituye una causal de anulabilidad y no de nulidad sin que haya
sido cumplida dicha resolución, y que al no haber sido peticionada la anulabilidad en la demanda
tampoco podía hacerlo el tribunal de apelación, sin caer su resolución en la nulidad prevista por el
art. 254.4) del Código Civil, por lo que al haber demandado la nulidad con argumentos que
corresponden a la anulabilidad, resulta ser un contrasentido jurídico, por lo que tampoco existe
violación al art. 554 del Código Civil” .

De acuerdo a lo mencionado en el Fundamento Jurídico III.3 de esta Sentencia Constitucional


Plurinacional no corresponde a este Tribunal, en el presente caso, analizar los fundamentos 1) y 2)
del “Auto de Casación” señalado, ni ingresar a la valoración probatoria, en consideración a que el
fundamento que determina la decisión está vinculada a la interpretación de la legalidad ordinaria
sobre el consentimiento como causal de nulidad y anulabilidad, respecto a la supuesta suplantación
y falsedad de los contratos, interpretación que puede determinar la vulneración de derechos y
garantías constitucionales; consecuentemente, respecto a este punto, corresponde ingresar y
realizar una interpretación de la legalidad de los arts. 549 y 554 del CC, en relación al
“consentimiento” como causal de nulidad y anulabilidad, desde y conforme las normas
constitucionales.

La SC 1846/2004-R de 30 de noviembre, describió: “…que los órganos de la jurisdicción ordinaria


deben sujetar su labor interpretativa a las reglas admitidas por el derecho, con plena vigencia en el
derecho positivo, que exige que tal labor se la realice partiendo de una “interpretación al tenor de la
norma (interpretación gramatical), con base en el contexto (interpretación sistemática), con base en
su finalidad (interpretación teleológica) y los estudios preparatorios de la ley y la historia de
formación de la ley (interpretación histórica) (…). Las reglas de la interpretación aludidas, operan
como barreras de contención o controles, destinadas a precautelar que a través de una
interpretación defectuosa o arbitraria, se quebranten los principios constitucionales aludidos; de
modo que debe ser previsible, tanto en relación a los medios empleados cuanto en relación al
resultado alcanzado; pues la interpretación de una norma no puede conducir a la creación de una
norma distinta de la interpretada”. Asimismo en el Fundamento Jurídico III.2 de la presente
Sentencia Constitucional Plurinacional, se ha establecido la interpretación conforme los principios
ético-morales de la sociedad plural, entre ello, el vivir bien, aplicando la interpretación que sea
siempre la que mejor concuerde con la Constitución.

En este marco, en relación al tema del consentimiento como causal de nulidad o anulabilidad en los
casos de supuesta suplantación y falsedad de los contratos, es preciso recordar que la falsificación o
falsedad son contrarios a los principios ético-morales de la sociedad plural del art. 8 de la CPE, según
los cuales, debemos señalar que una aplicación estricta del consentimiento como causal de
anulabilidad, no puede incluir, de acuerdo al nuevo marco constitucional, la convalidación de un acto
ilícito como es la falsificación de instrumentos públicos y privados. Así lo entendió el Tribunal
Supremo de Justicia, efectuando una modulación importante con relación a la extinta Corte Suprema
de Justicia, que respecto a este tema en el Auto Supremo 275/2014 de 2 de junio, estableció el
siguiente entendimiento:

“Establecido lo anterior corresponde puntualizar que el Tribunal Supremo como administrador de


justicia no puede convalidar una transferencia originada en un hecho ilícito como causal de
anulabilidad basada en una ilegalidad, ya que en el caso de Autos se ha probado la falsedad que la
minuta de fecha 24 de junio de 1999 y protocolo N° 2450/99 de 12 de julio de 1999, con el que Felix
Bernabe Tapia Tapia obtuvo el derecho propietario, esta infracción genera alteración de los
instrumentos públicos, como se fundamentos supra entra en pugna con el interés público y los
principio y valores ético morales, consagrados en la Constitución Política del Estado.

En virtud a este razonamiento, este Tribunal Supremo no puede reconocer una transferencia que se
originó en una falsificación de documentos, ya que estaría yendo contra la ética, los principios,
valores, la moral y las buenas costumbres que rigen el Estado, desechando la posibilidad de que en
aquellos casos en que a raíz de una falsificación que evidencia un ilícito penal, este acto se subsuma
a una causal de anulabilidad, dando en consecuencia la posibilidad de la confirmabilidad del ilícito.
Esto supondría generar un caos en el ordenamiento jurídico por contravención a los principios y
valores consagrados en la Constitución Política del Estado que determinan la moralidad y las buenas
costumbres que deben regir en la convivencia social del Estado Plurinacional de Bolivia (…) siendo
una característica del acto anulable la posibilidad de operar su confirmación, resulta también
inaceptable que esta característica del acto anulable opere respecto de una acto ilícito de falsedad,
como en el presente caso que se evidencio un documentos de transferencia en el que intervendría
una persona fallecida años antes de su celebración, consiguientemente podemos concluir que la
falsedad de un acto no habilita su invalidación por vía de anulabilidad sino por vía de nulidad por su
manifiesta ilicitud. Este razonamiento modula el entendimiento asumido por la Extinta Corte
Suprema de Justicia y de este Tribunal Supremo de Justicia, en función de los postulados antes
expuestos”.

En este sentido, allí donde se demuestre manifiesta ilicitud, debido a la falsedad de instrumentos
públicos o privados, su invalidación no puede depender únicamente por la vía de la anulabilidad,
sino de la nulidad; toda vez que, desde una interpretación teleológica, la nulidad de contratos, cuyos
casos están establecidos en el art. 549 del CC, se fundamenta en la necesidad de proteger el bien
común en su dimensión objetiva, por cuya razón el acto jurídico es inconfirmable y su accionamiento
es imprescriptible; por su parte la anulabilidad, cuyas causales están establecidas en el art. 554 del
CC, tiene la finalidad de garantizar a las partes, el cumplimiento de las normas legales en la
“formación del contrato”, a causa, por ejemplo de los vicios del consentimiento, dolo o violencia,
entre otros establecidos en la norma (dimensión subjetiva).

Un entendimiento contrario tendría como efecto la convalidación de actos manifiestamente ilícitos,


que contravienen los principios ético-morales de la sociedad plural, entre ellos el vivir bien,
rompiendo la armonía y el equilibrio en las relaciones del conjunto de la sociedad (dimensión
objetiva); por lo tanto más allá de las formas y formalidades, no puede efectuarse la simple
subsunción respecto de un hecho de manifiesta ilicitud como es la “falsificación” a una causal de
anulabilidad, más aún tomando en cuenta que conforme lo entendió el Tribunal Supremo de Justicia
una característica del acto anulable es la posibilidad de operar su confirmación, situación contraria al
orden constitucional en el caso de la falsedad.

Por otra parte, desde un enfoque descolonizador si bien las normas civiles, son resultado de la
compilación de códigos europeos ajenos a la realidad boliviana, deben ser aplicadas e interpretadas
decolonialmente de forma coherente con los preceptos constitucionales; consecuentemente, entre
el principio de vivir bien o suma qamaña (art. 8.I CPE); en este sentido, el consentimiento es una
garantía sobre la que se sostiene una sociedad plural, pues sin el consentimiento no existe acuerdo,
consenso ni obligación o derecho alguno, siendo parte esencial de la autoderminación.

En consecuencia, en el asunto que nos toca revisar, el “Auto de Casación” 02/2013, no ha efectuado
una correcta interpretación de la legalidad ordinaria, lo cual vulnera el debido proceso, derecho
protegido por la presente acción. Debiendo emitirse una nueva resolución subsanando y corrigiendo
sus errores y los errores en que incurrieron los jueces inferiores.

Consecuentemente, al haberse evidenciado que en el “Auto de Casación” 02/2013 ha efectuado una


incorrecta interpretación de la legalidad ordinaria desde y conforme los principios, valores, derechos
y garantías constitucionales, corresponde conceder la tutela solicitada.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Primera Especializada, en virtud de la autoridad


que le confiere la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia y el art. 12.7 de la Ley del
Tribunal Constitucional Plurinacional; en revisión, resuelve:

1° REVOCAR la Resolución 19/2013 de 6 de noviembre, cursante de fs. 98 vta. a 106, pronunciada


por la Sala Civil, Comercial, de Familia, de la Niñez y Adolescencia, de Violencia Intrafamiliar o
Doméstica y Pública Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Tarija; y, en consecuencia,
CONCEDER la tutela solicitada.

2° Anular el “Auto de Casación” 02/2013 de 17 de abril, debiendo emitirse nueva resolución


conforme a la interpretación efectuada en el presenta fallo, y en base a ello disponer lo que
corresponda al inferior.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.

Fdo. Tata Gualberto Cusi Mamani


MAGISTRADO

Fdo. Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños


MAGISTRADA

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