Vous êtes sur la page 1sur 3

Aula 4 – Cecilia Filimonchuk – DNI 34.256.

513

Comprendiendo que el reclamo de soberanía que nuestro país mantiene sobre su


segmento de Territorio Antártico es legítimo, justo y es además justificado por razones geográficas
e históricas (aunque entendiendo también que dicha soberanía debe ser negociada con Chile),
considero que es de suma importancia para el futuro de la Nación que el Estado argentino
acompañe de manera enérgica todos los esfuerzos por no minar, sino por el contrario pavimentar
el camino hacia el reconocimiento internacional y la resolución de los litigios que amenazan
nuestro territorio.

Desde mi posición de estudiante de la carrera de Nutrición, es evidente que no me


encuentro en la esfera del conocimiento mas apropiada a la hora de plantear propuestas dentro de
la cuestión antártica, o al menos eso es lo que parece dictar el sentido común. Sin embargo, como
cursante del seminario de Pensamiento Nacional, me veo en la obligación de aportar, desde mi
particular punto de vista, soluciones originales a los problemas que puedan surgir en esta tierra.

Considero importante que Argentina se mantenga dentro de los estándares que se


proponen en el Tratado Antártico. Uno de los puntos mas problemáticos es el de la logística militar,
que representa un problema para los países centrales, ya que el Tratado estipula claramente que
el Continente Antártico no debe ser utilizado con fines militares. Para Chile y Argentina este
parece ser un problema insalvable debido a logística deficiente que puedan aportar otro tipo de
entidades estatales, por no hablar de la ausencia total de proyectos privados en ese sentido.
Entendiendo que tal vez la solución a este problema escape a mi sector del conocimiento, creo
que la mejor estrategia a seguir en estos casos es la que intenta balancear la situación
demográfica, aumentando mas aun la presencia civil en la zona, y no solo específicamente en el
Continente Antártico, sino también en Tierra del Fuego, que es precisamente el territorio cabecera
de la Región.

Aumentar la “vida civil” en la Antártida no es tarea fácil, pero es una apuesta fuerte que
nuestro País puede realizar en pos de la soberanía sobre sus recursos naturales y la continuación
de su lucha diplomática por una solución a la ocupación británica de las Islas Malvinas, Georgias y
Sandwich del Sur.

Debo apoyarme en el trabajo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria Santa


Cruz, en donde se ha encarado el diseño de módulos hidropónicos que permitirán el cultivo de
vegetales de hoja verde en la Antártida. Es realmente una de las claves del futuro, no solo de la
alimentación en el mundo, sino también de las reclamaciones territoriales de Argentina. Mi
propuesta consiste en apoyar la construcción de dichos invernaderos para consumo de los
compatriotas que allí residen, realizando tareas de investigación diversas.

A su vez, es sabido que la alimentación antártica no adolece de problemas. En ocasiones


el crudo invierno no permite que accedan a nuestras bases los vehículos que transportan
alimentos, y de este modo nuestros compatriotas pueden lograr el autoabastecimiento de algunos
vegetales que de otro modo serían impensados en sus dietas. Esto no solo contribuye al bienestar
de los trabajadores allí residentes, sino también proyecta una imagen al mundo positiva acerca de
nuestra presencia física en la región, y fomentando un estilo de vida “civil” en esencia y
apariencia.

El tipo de cultivo hidropónico es, además, coherente con el Tratado Antártico en lo


referente a su aspecto ambiental. No modifica el suelo y se realiza en establecimientos creados
para tal fin, sin aportar desechos al medio ambiente continental.

Lo que digo, por supuesto, ya está en marcha y no es idea mía en su concepción. Lo que
sí creo es que nuestro País debe apoyar fuertemente el establecimiento de pequeñas
comunidades civiles, que pueden estar mas vinculadas al desarrollo de alimentos en la región que
Aula 4 – Cecilia Filimonchuk – DNI 34.256.513

a lo referente a investigaciones climatológicas, astronómicas, etc. La idea tan nefasta de la


Argentina como “El granero del mundo” puede revertirse de un modo creativo, apoyando el
desarrollo de cultivos hidropónicos en todos los territorios donde las condiciones climatológicas
hacen inviable otros métodos. El desafío de utilizar energías renovables en lo referente a
iluminación y calefacción de los cultivos es también parte de una mirada al futuro integral, en
donde nuestro país se convierta en pionera no solo en la producción de alimentos en territorio
antártico, sino también en la investigación y desarrollo de cultivos de esta índole en todo el
territorio de Tierra del Fuego, entendiendo la importancia de la misma en lo concerniente a la
“proyección” de soberanía en el Atlántico Sur y Oceano Antártico.

No se me ocurre mejor manera de hacer prosperar nuestro reclamo de soberanía que,


justamente, mantener una presencia civil firme en la región, fomentando investigaciones de interés
nacional e internacional referentes a la industria alimenticia. Si pudiésemos aumentar nuestra
presión poblacional en la zona, en la forma de microcomunidades botánicas, donde se cultiven
productos propios de nuestro territorio americano (ya existen antecedentes de bancos de semillas
en el Ártico, y científicos polacos y chilenos, trabajando en conjunto, han estado haciendo crecer
especies vegetales en territorio antártico). No podemos quedarnos atrás en lo concerniente al
desarrollo tecnológico en la región, ya que el mundo avanza a velocidades cada día mayores, la
importancia de los medios de comunicación es innegable, y todo eso puede ser aprovechado por
nuestros técnicos y científicos.

El puntapié inicial ya está dado. Mi propuesta es que vayamos mas allá, estableciendo al
menos una misión extra, concerniente al establecimiento de un invernadero con especies
autóctonas americanas, que no solo se utilice para abastecer a los habitantes de la región sino
también con fines de investigación y promoción internacional. A su vez, bajo el mismo signo y
nombre del proyecto, que se apoye economicamente la investigación y el establecimiento de
invernaderos similares o casi idénticos en el territorio de Tierra del Fuego y zona mas austral de
Santa Cruz.

Presumo que las dificultades son muchas, pero el posible beneficio es sencillamente
inconmensurable, ya que contribuiría a fortalecer todo el entramado de soberanía territorial,
respetando los tratados internacionales previamente firmados, y reduciendo al mínimo los factores
problemáticos que podrían ser utilizados en nuestra contra por las potencias centrales. Presencia
civil y respeto medioambiental, son y serán las bases de la soberanía argentina en territorio
austral.

FUENTES:

Informe del INTA Santa Cruz:

http://intainforma.inta.gov.ar/?p=38634

Científicos polacos y chilenos manteniendo el invernadero antártico:

http://www.emol.com/noticias/tecnologia/2000/12/20/41385/polonia-mantiene-primer-invernadero-
en-la-antartica.html

Vous aimerez peut-être aussi