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El grupo como fenómeno dinámico

Los grupos evolucionan. En primer lugar se forman y después van pasando por etapas
que pueden desembocar en la ruptura del grupo o en su renacimiento desde nuevos
planteamientos. También la situación de los individuos dentro del grupo va cambiando.
Lo que ocurre en los grupos y entre los grupos está muy determinado por el momento
concreto en que se encuentra un grupo dentro de su desarrollo.
Motivaciones en la formación y desarrollo de los grupos.

Impuesta a determinados grupos o categorías sociales desde el nacimiento (familia,


grupo étnico…), los individuos buscamos voluntariamente formar parte de grupos
concretos. Parece existir una motivación en el ser humano a formar vínculos con otros
congéneres. La hipótesis de la "necesidad de pertenencia" propuesta por Baumesteir y
Leary sostiene que todas las personas necesitan formar parte de grupos sociales. Es
un mecanismo innato formado durante nuestra historia evolutiva como especie por las
ventajas que confería la vida en grupo para la supervivencia y la reproducción. Según
estos autores, la pertenencia tiene fuertes efectos emocionales y cognitivos, y su falta
acarrea trastornos en la salud, el bienestar y el funcionamiento de las personas.
Uno de estos efectos tiene que ver con la autoestima. Cuando existe algún indicio de
rechazo o exclusión por parte del grupo, nuestra autoestima baja y buscamos la cuál
ha sido el problema para corregirlo. Un nivel alto o bajo de autoestima depende de que
consigamos mantener la pertenencia a grupos sociales.
La motivación básica que nos impulsa a formar vínculos con otras personas coexiste
con la necesidad de mantener nuestra propia independencia y distintividad como
individuos. Estas tendencias no son incompatibles, incluso se puede buscar la
pertenencia a ciertos grupos precisamente para conseguir una mayor distintividad
como ocurre en el caso de muchos grupos minoritarios (los “punkies”). Por otra parte,
si lo que se busca es independencia, más que diferenciación de otros la pertenencia a
un grupo grande puede ser más conveniente porque tiene las ventajas que supone
ser miembro de un grupo sin los inconvenientes del excesivo control propio de los
grupos pequeños. En este sentido la formación de grupos no sólo no es incompatible
con la individualidad, sino que muchas veces es un medio para conseguirla.
Condiciones necesarias para la formación de un grupo.

El factor que diferencia un grupo social de un mero agregado de individuos es la


relación de interdependencia que se establece entre los miembros. Esta
interdependencia percibida por los miembros es la condición necesaria para la
formación de un grupo.
En los 70 surge una postura que se opone a este planteamiento: la Teoría de la
identidad social de Tajfel y Turner. Emplearon el paradigma de "grupo mínimo" y
pusieron de manifiesto que la simple designación externa de los sujetos a un grupo
apelando a una supuesta característica común hacía que se comportaran como
miembros de ese grupo. Concluyeron que la interdependencia percibida no es una
condición necesaria para la formación de un grupo. Basta con que se produzca una
categorización, es decir, que se agrupe a una serie de individuos dentro de una
categoría en función de su semejanza en algún aspecto para que ellos se perciban a
sí mismos como miembros de esa categoría y esa percepción transforme su
comportamiento de individual a colectivo.
Relacionada con esta controversia está la distinción entre grupos y categorías
sociales. Una cosa serían los grupos considerados como sistemas sociales,
caracterizados por la interdependencia percibida entre sus miembros, y otra las
categorías sociales o conjuntos de individuos que comparten algún atributo común;
éstas no podrían considerarse propiamente grupos a menos que esa semejanza lleve
aparejada una percepción por parte de los individuos de que también comparten un
mismo destino.
Los defensores de la categorización aclaran que el concepto de categoría social
implica mucho más que un mero conjunto de individuos semejantes a los ojos de un
observador externo. Supone una implicación emocional compartida por los miembros
ya que se perciben y definen a sí mismos como pertenecientes a una misma
categoría. Por otra parte, consideran fundamental distinguir entre procesos
interpersonales y procesos grupales: reducir la formación del grupo y lo que ocurre
dentro de él a procesos interpersonales como la interdependencia es caer en el
individualismo.
¿Por qué y para qué se forman los grupos?

Se pueden distinguir tres tipos de circunstancias que hacen que un grupo de


individuos llegue a constituir un grupo:
 Una o varias personas pueden crear deliberadamente un grupo para lograr
algún objetivo. Los individuos que deciden crearlo juzgan que por medio de él
conseguirán determinados propósitos que no serían posibles sin su existencia.
Este juicio no tiene por qué ser correcto para que se llegue a formar el grupo.
Los propósitos que se quieren lograr a través del grupo pueden ser muy
variados. Hay grupos que se crean para llevar a cabo una tarea de forma más
eficiente, otro para resolver problemas…
 Un grupo puede formarse espontáneamente porque las personas se asocian
para satisfacer alguna necesidad. Es el caso de los grupos informales dentro
de las organizaciones, los clubes sociales o las pandillas juveniles. La función
suele ser la satisfacción de alguna necesidad de sus miembros. Su formación
se basa en elecciones interpersonales voluntarias. Algunos determinantes de
este tipo de elecciones son la semejanza percibida en las personas, la
complementariedad, la reciprocidad, la proximidad o el balance positivo entre
ventajas e inconvenientes de pertenecer al grupo.
 Un conjunto de individuos puede convertirse en grupo porque otras personas
los traten de un modo homogéneo. En este caso está funcionando el proceso
de categorización social que consiste en clasificar a las personas en grupos en
función de alguna característica compartida. Hay atributos que son más
relevantes que otros como criterios de categorización. Dichos individuos se
consideran a sí mismos como miembros de ese grupo, y tanto su
comportamiento como el de los demás hacia ellos vendrá determinado en
muchos casos por esa pertenencia grupal designada desde fuera. No es
necesario que los individuos interactúen entre sí para ser miembros de este
tipo de grupos. Muchas veces ni siquiera se conocen. Que un grupo se haya
formado por designación externa no excluye la posibilidad de que cumpla
también las mismas funciones que los grupos espontáneos o los creados para
alcanzar un objetivo.

¿Cómo se forman los grupos?

Moreland define la formación de un grupo como un fenómeno continuo que implica un


desplazamiento de un conjunto de personas a lo largo de una dimensión de
"grupalidad" más que un fenómeno discontinuo que suponga la transformación de un
no-grupo en un grupo. La formación de un grupo (al menos de un grupo espontáneo)
es un proceso que lleva tiempo ya que implica un fortalecimiento progresivo de los
lazos entre las personas que serán miembros de ese grupo, es decir, debe producirse
una "integración social" de estos individuos.
Hay cuatro tipos integración social: ambiental, conductual, afectiva y cognitiva. No son
causas de la formación de los grupos sino variedades que puede adoptar el proceso
de formación. Se dice que un grupo se ha formado mediante la integración ambiental
de sus miembros cuando el ambiente ha proporcionado los recursos necesarios para
que se forme. El término "ambiente" abarca tanto el ambiente físico como el social y
cultural. Ej: cuando se forman grupos de personas que mantienen proximidad física o
comparten determinadas aficiones.
La integración conductual se produce cuando las personas se unen o se hacen
dependientes unas de otras para satisfacer sus necesidades. Esta integración ha sido
considerada por muchos autores como la clave de formación del grupo. El grupo
puede ser experimentado por el individuo como un medio para logar un objetivo o
como un modelo de comparación para valorar lo adecuado de sus actitudes o
conductas personales o como un medio para lograr una identidad social positiva. Este
último caso se diferencia de los dos anteriores en que lo importantes para la
satisfacción de la necesidad no es la interdependencia de los miembros, sino la simple
pertenencia grupal.
La integración afectiva se refiere a que un grupo puede formarse cuando las personas
desarrollan sentimientos compartidos. La experiencia psicológica del individuo es de
atracción hacia los demás miembros del grupo, hacia el grupo como un todo o hacia
sus objetivos. La integración cognitiva se refiere a que un grupo puede formarse
cuando las personas se dan cuenta de que comparten importantes características
personales. No se trata de que sean semejantes sino de que sean conscientes de esa
semejanza. El grupo se forma cuando los individuos empiezan a pensar en sí mismos
como grupo.
Lo más probable es que la integración ambiental proporcione el potencial para la
integración conductual, que llevará a su vez a la integración afectiva y a la cognitiva.
Según los psicólogos sociales la integración conductual es la clave para la formación
el grupo. Para Turner la integración cognitiva es la esencial, ya que se puede crear un
grupo por el mero hecho de que ellos se consideren como grupo.

El desarrollo del grupo

Los grupos no son estáticos. Se crean en un momento dado respondiendo a una serie
de necesidades, evolucionan a lo largo del tiempo y, en muchas ocasiones, acaban
desapareciendo o transformándose en grupos diferentes. Por esta razón, analizar los
procesos de evolución y cambio en los grupos es importante para comprender mejor
tanto los fenómenos intragrupales (que se dan dentro del grupo) corno intergrupales
(que tienen que ver con las relaciones existentes con otros grupos).

En 1992, Worchel, Coutant-Sassic y Grossman proponen un modelo cíclico del


desarrollo del grupo que está alcanzando gran relevancia en la actualidad. El modelo
de Worchel señala que existen seis estadios por los que pasan los grupos a lo largo de
su desarrollo. Dichos estadios son: fase de descontento, acontecimiento
desencadenante, identificación grupal, productividad, individuación y declive. A con-
tinuación pasarnos a describir estos estadios y los procesos predominantes en cada
uno de ellos.

Fase de descontento

Partimos de la existencia previa de un grupo. En dicho grupo, algunos de sus


miembros creen que sus intereses o sus ideas no están bien representados y
comienzan a mostrarse incómodos. Por ejemplo, imagine un partirlo político en el que
algunos de sus miembros no están de acuerdo con el proyecto de sociedad que
mantiene dicho partido.

Acontecimiento desencadenante

En ese contexto se produce un acontecimiento que agudiza las tensiones y provoca la


división del grupo (expulsión de los disidentes o abandono voluntario). En el ejemplo
del partido político ese acontecimiento podría ser la elaboración de un programa
electoral con el que una parte de los militantes no está de acuerdo.

Identificación grupal
Constituiría realmente la primera fase en la formación de un nuevo grupo. El objetivo
primero y principal del grupo (ya separado del grupo anterior) en este estadio sería
conseguir una identidad social compartida entre sus miembros y poder establecer
diferencias con otros grupos para poder así justificar su existencia. Por eso, en esta
fase, es muy probable que se produzca una agudización del conflicto con otros grupos
y se acentúe la semejanza y la cohesión entre los miembros del grupo. Asimismo, se
busca la unidad, existiendo una fuerte presión hacia la conformidad. En el ejemplo que
nos ocupa, cuando una parte del partido decirle escindirse, inmediatamente buscará
dotarse de unos rasgos distintivos ‘propios y resaltar las diferencias que le separan del
partido original. Ello dará lugar a unos procesos grupales tendentes a aumentar la
unidad y la identificación entre sus miembros.

Productividad grupal

Una vez conseguida su identidad, el grupo puede centrarse ya en la consecución de


sus objetivos. En esta fase, el conflicto con otros grupos se rebaja y se toleran en
alguna medida las discrepancias dentro del grupo: las minorías pueden influir en
cuestiones relacionadas con la tarea pero se las sigue rechazando si amenazan la
identidad grupal. Cuando ya tiene una identidad propia, tanto de cara a sí mismo como
de cara al exterior, el partido que venimos utilizando como ejemplo podría ya
dedicarse a desarrollar sus actividades con una cierta normalidad, tratando de llevar a
cabo su programa político. Si lo hace con acierto, el partido crecerá y se consolidará,
pasando a la siguiente fase.

Individuación

En esta fase la cohesión grupa! empieza a disminuir y comienzan a aparecer


subgrupos, primero en relación con habilidades y roles similares y después en función
de semejanzas en actitudes, intereses y otros aspectos no relacionados con la
productividad. En esta fase se estimula la participación de los miembros minoritarios y
se trabaja menos para las nietas grupales y más para las personales. Se ponen en
cuestión las normas del grupo y se exige una mayor libertad personal. En el ejemplo
que nos ocupa, si el partido crece y se consolida es probable que la cohesión
disminuya, se creen subgrupos y puedan empezar a aparecer diferencias ideológicas
entre dichos subgrupos.

Declive

Este desplazamiento hacia la individualidad hace que el grupo sea menos importante
para los individuos. Algunos miembros deciden marcharse mientras que otros exigen
cambios en el grupo. Si dichos cambios no son aceptados se pasaría al primer estadio
del modelo (descontento) y el ciclo volvería a comenzar.

Según Worchel, todos los grupos pasan por estos estadios pero el tiempo de
permanencia en cada uno de ellos puede variar mucho en función de las
características del grupo o del contexto. Ante determinadas circunstancias, por
ejemplo una amenaza externa, el grupo puede retroceder a la fase de identificación
para protegerse del peligro potencial. Una descripción más detallada de este modelo
puede verse en Gaviria (2004).

Cohesión grupal

El concepto de cohesión se utiliza en la Psicología de los grupos para describir


aquellos procesos que contribuyen a que los miembros de un grupo permanezcan
unidos. Otros conceptos similares utilizados en el lenguaje común para referirse a esta
característica de los grupos son solidaridad, camaradería o espíritu de equipo. Es
importante señalar que la vinculación de los miembros con el grupo puede pasar por
diferentes fases a lo largo del tiempo y, por lo tanto, la cohesión ha de ser
contemplada y estudiada como un proceso dinámico.

La cohesión corno atracción

Gran parte de los investigadores han equiparado cohesión y atracción grupal. Shaw
(1976) señala cinco posibles causas por las que las personas pueden sentirse atraídas
hacia los grupos de los que forman parte:

Atracción mutua entre los miembros del grupo. Parece claro que si los miembros que
componen un grupo se relacionan entre sí de forma positiva (amistad, compañerismo)
la pertenencia a dicho grupo será más atractiva que en caso contrario. Este tipo de
atracción ha sido el aspecto más utilizado por los investigadores a la hora de explicar
la cohesión.
Atracción hacia las actividades realizadas por el grupo. Otra posible vinculación entre
la persona y el grupo es la atracción hacia las actividades que éste realiza (por
ejemplo, salir al campo o jugar al fútbol),
Atracción hacia los objetivos del grupo. Está relacionada con la anterior pero es
conceptualmente diferente. Así, una persona puede formar parte de una ONG porque
está de acuerdo con la necesidad de conservar la naturaleza y no estar de acuerdo
con alguna actividad de las que se realizan para conseguir este objetivo (por ejemplo,
manifestarse).

Atracción hacia las recompensas que se consiguen formando parte del


grupo (atracción instrumental), Este tipo de atracción se daría cuando, por ejemplo,
nos hacernos socios de una organización de consumidores para obtener
asesoramiento jurídico en caso de tener algún problema.

Todas estas razones para sentirse atraído por un grupo (que no agotan todas las
posibilidades) pueden darse por separado o de forma simultánea. Lógicamente,
cuantas más de ellas coincidan mayor será la cohesión existente en un grupo.

Cohesión y categorización

Durante los últimos años una nueva perspectiva basada en las teorías de la Identidad
Social (Tajfel y Turner, 1979) y de la Categorización del Yo (Turner, 1990) se ha
convertido en predominante y ha revitalizado el estudio de la cohesión, tanto en el
plano teórico corno en el plano empírico. Desde la Teoría de la Categorización del Yo
(Turner y cols., 1987) se sostiene que las personas podemos considerarnos a nosotros
mismos, según las circunstancias, como personas individuales o como miembros de
un grupo. Cuando nos consideramos (nos categorizamos) como miembros de un
grupo se producen varios efectos importantes.

En primer lugar, tendernos a ver a los miembros de nuestro grupo parecidos a


nosotros y entre sí (semejanza endogrupal) y a su vez, tendernos a incrementar las
diferencias existentes con los miembros de otros grupos (diferenciación exogrupal).

En segundo lugar, tiende a producirse lo que se denomina «favoritismo endogrupal »,


que consiste en tener una actitud más positiva hacia los miembros del propio grupo y
una actitud más negativa, y en ocasiones, dependiendo del contexto, abiertamente
hostil hacia los miembros del exogrupo.

Finalmente, categorizarse como miembro de un grupo implica percibir el mundo en


términos «grupales». Esto significa que las personas que componen el endogrupo
(incluidos nosotros mismos) no son vistas ya como individuos sino como miembros del
grupo y, serían, en este sentido, intercambiables.

Desde esta perspectiva, la cohesión está relacionada no tanto con la atracción


interpersonal como con la atracción social que las personas experimentan hacia los
miembros de su propio grupo como un todo simplemente por el hecho de serlo.
Obviamente, en muchas ocasiones la atracción interpersonal y la atracción social
coinciden. Sin embargo, en otras ocasiones puede darse atracción social, y por tanto
cohesión, sin que exista conocimiento o relaciones interpersonales con la mayoría de
los miembros de nuestro grupo. En consecuencia, desde esta perspectiva, podemos
definir un grupo cohesivo como un grupo con el que sus miembros se identifican
fuertemente a través de un proceso de categorización del yo, y así manifiestan en
diversos grados atracción social, etnocentrismo, conductas normativas y diferenciación
intergrupal. Según esta perspectiva, la cohesión aumentaría en aquellas cir-
cunstancias en las que la pertenencia grupa) se torna importante, corno por ejemplo,
en una situación de conflicto con otro grupo. Líderes políticos y militares de todos los
tiempos han aplicado este principio: si hacemos que nuestro grupo se sienta
amenazado (la amenaza puede ser real o incrementada artificialmente) la cohesión
grupa] y el apoyo al líder aumentará. Así, por ejemplo, el presidente de los Estados
Unidos, George Bush, cuya capacidad de liderazgo fue ampliamente cuestionada al
comienzo de su primer mandato, alcanzó altos índices de popularidad en el clima
bélico desatado a raíz del ataque terrorista a las Torres Gemelas en Nueva York.

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