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EL PROBLEMA PEDAGÓGICO

TERCERMUNDISTA.

“la educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el
mundo” Nelson mándela

La tarea con la que empezare el siguiente ensayo, consistirá en identificar cual es el problema
pedagógico tercermundista. Por consiguiente estaré enfocado en responder, con la brevedad
que el tema lo permita, la pregunta: ¿Cómo se entiende la educación en el contexto del
denominado “tercer mundo”?. Así, podre hacer explícito el problema que sobre cae en
América latina y África. Escenarios, que aunque muy separados, se encuentran ligados por
un problema en común, el de ser el “tercer mundo”. Por otra parte, destacare las propuestas
pedagógicas que se hacen explicitas en los textos “el pensamiento pedagógico africano” y
“el pensamiento pedagógico latinoamericano” dando una breve noción del panorama al que
me enfrentó y paralelamente brindando una interpretación de los pensadores y pedagogos
que los textos destacan. En suma de todo lo anterior, encontraré una respuesta, de las muchas
posibles y tal vez ya dichas, al problema anteriormente planteado. La manera en que
procederé para abordar este problema será aclarando conceptos relevantes como lo son la
cultura, la sociedad y la alfabetización. En este sentido, aclararé como se relacionan con lo
dicho anteriormente.
A lo largo de la historia se ha hecho evidente la dominación de unas naciones hacia otras.

Ya sea económicamente, militarmente e incluso territorialmente; sin embargo, lo que me


interesa destacar de esto, es el legado que ha dejado esta práctica de subyugación por parte
de unas naciones hacia otras. Como es evidente las naciones subyugantes tienen un control
sobre las subyugadas y por consiguiente le heredan a estas, directa o indirectamente,
costumbres que son ajenas a la nación que está siendo sometida. Estas costumbres, practicas,
culturas o economías son totalmente ajenas a la nación subyugada; no obstante, esta debe
aceptarlas por su condición de “colonia” y aquí es donde radica el problema a tratar.

En continentes como África y América latina no solo es evidente, sino catastrófico el daño
que ha dejado, a lo largo de muchos siglos, este estado de subyugación ante las naciones
colonizadoras. Puesto que, la enajenación cultural y social impide un desarrollo propio de la
cultura africana o latino americana y por consiguiente impide una sociedad que deje de lado
su pasado de subyugación y más bien lo disfrace adoptando culturas, modos de vida e incluso
sistemas sociales ajenos a la región “La experiencia del dominio colonial demuestra que, en
el intento de perpetuar la explotación, el colonizador no sólo crea un perfecto sistema de
represión de la vida cultural del pueblo colonizado, sino que todavía provoca y desarrolla la
,enajenación cultural por parte de la población, ya sea por medio de la pretendida asimi-lación
de los indígenas, o por la creación de un abismo social entre las élites autóctonas y las masas
populares. Como resultado de ese proceso de división o de profundización de las divisiones
en el seno de la sociedad, sucede que parte considerable de la población, especialmente la
"pequeña burguesía", urbana o campesina, asimila la mentalidad del colonizador y se
considera culturalmente superior al pueblo al que pertenece y cuyos valores culturales ignora
o desprecia. Esa situación, característica de la mayoría de los intelectuales colonizados, se va
cristalizando a medida que aumentan los privilegios sociales del grupo asimilado o
enajenado, teniendo implicaciones directas en el comportamiento de los individuos de ese
grupo frente al movimiento de liberación.” (GADOTTI, 1998, págs. 222-223). Todo lo
anterior me deja ver claramente el problema del denominado “tercer mundo”. El problema
es la falta de cultura propia, la falta de una sociedad propia y la falta de un desligue de esta
enajenación propiciada por los subyugadoras y aquí es donde juega un papel importante la
pedagogía.
Habiendo identificado el problema puedo continuar con la respuesta a la pregunta ¿Cómo se
entiende la educación en el contexto del denominado “tercer mundo”? la respuesta, más que
un montón de palabreo, es sencilla, pues la educación en el tercer mundo es entendida como
una manera de poder liberarse del subyugador, aunque suene utópico, también puede
proporcionar una solución definitiva al problema que aqueja continentes como áfrica y
América latina ¿Qué problema se preguntara el lector? El problema de una falta de cultura
propia. Pero, ¿qué implicaciones tiene dar una respuesta como la anterior? Pues si digo que
la educación es entendida como una manera de liberarse ¿Qué tipo de educación es la que
proponen los pedagogos natos de estos lugares? “Nuestro pueblo en las áreas rurales, así
como su gobierno, debe organizarse cooperativa mente y trabajar para sí y al mismo tiempo
para la comunidad a la cual pertenece. La vida en nuestras aldeas, así como nuestra
organización estatal, debe estar basada en los principios del socialismo y de la igualdad en el
trabajo y en la remuneración que forman parte de él. Eso es lo que nuestro sistema educativo
debe estimular. Debe fomentar los objetivos sociales de vivir y trabajar en conjunto por el
bien común. Debe preparar a nuestros jóvenes para desempeñar un papel dinámico y
constructivo en el desarrollo de una sociedad en la cual todos los miembros compartan
imparcialmente la buena o mala suerte del grupo y en que el progreso sea medido en términos
de bienestar humano y no en construcciones, automóviles u otras cosas semejantes, ya sean
ellas de dominio público o privado. Nuestra educación debe por lo tanto proporcionar una
noción de compromiso con la comunidad total y ayudar a los alumnos a aceptar los valores
adecuados para nuestro futuro y no los adecuados para nuestro pasado colonial. De esa forma,
el sistema educativo de Tanzania debe realzar el empeño cooperativo y no el avance
individual, debe resaltar conceptos de calidad y la responsabilidad de dar servicio adecuado
en cualquier preparación especial, ya sea que ella esté dirigida a la carpintería, a la
agropecuaria o a la actividad académica.” (GADOTTI, 1998, pág. 226) Julius K. Nyerere,
propone no solo un sistema educativo revolucionario en su momento, sino que intenta dar
una solución, desde la educación, a el problema que sopesa por igual en África y América
latina, el de la desigualdad; sin embargo, el aporte que se da en cuanto a pedagogía no gira
en torno solamente de esta problemática pues, pensadoras latinoamericanas hacen propuestas
pedagógicas un poco más teóricas que vale la pena destacar como por ejemplo el
constructivismo de Emilia Ferreiro que ella explica que de manera breve en la siguiente cita
“Entre las propuestas metodológicas y las concepciones infantiles hay una distancia que
puede medirse en términos de lo que la escuela enseña y el niño aprende. Lo que la escuela
pretende .enseñar no siempre coincide con lo que el niño logra aprender. En los intentos de
revelar-los misterios del código alfabético, el docente procede paso a paso, de lo "sencillo a
lo complejo", según una definición propia que siempre es impuesta por él. Lo que es propio
de esa propuesta es atribuir simplicidad al sistema alfabético. Se parte del supuesto de que
todos los niños están preparados para aprender el código, con la condición de que el profesor
pueda ayudarlos en el proceso. La ayuda consiste, fundamentalmente, en transmitirles el
equivalente sonoro de las letras y ejercitarlos en la realización gráfica de la copia. Lo que el
niño aprende -nuestros datos así lo demuestran- es función del modo en que se va apropiando
del objeto, a través de una lenta construcción de criterios que le permitan comprenderlo. Los
criterios del niño solamente coinciden con los del profesor en el punto terminal del proceso.”
(GADOTTI, 1998, pág. 243).

En suma de todo lo anterior, puedo decir que hace falta un proceso de alfabetización moderno
y bien estructurado como lo propone Antonio Faundez en la siguiente cita “El concepto de
alfabetización ya no puede ser considerado como un simple proceso de aprendizaje de la
lectura y de la escritura de una determinada lengua. Sin duda sus límites se ampliaron por las
exigencias históricas -entre otras causas-- de los pueblos que tienen que incorporar grandes
masas en la participación activa de la creación y recreación permanente de la sociedad. Por
eso hoy se habla de pos alfabetización como momento superior del propio proceso de
alfabetización, donde el dominio de la lengua escrita y hablada se vincula necesariamente al
dominio de los instrumentos conceptuales y metodológicos para comprender y transformar
la realidad social y natural. La lengua, entonces, viene a ser considerada no como un mundo
separado de la realidad, pero sí como expresión e instrumento de comunicación con la
realidad, y, por ende, expresión de dominio, de liberación o de diálogo con la realidad,
considerada como totalidad. En todas esas expresiones la palabra es poder y su posesión
permitirá, según las circunstancias históricas, la hegemonía de una de esas expresiones sobre
las otras, en el proceso contradictorio de una sociedad determinada.” (GADOTTI, 1998, págs.
228-229) Pero ¿Cómo es que una pos alfabetización puede ayudar a resolver el problema de
falta de cultura y sociedad? La respuesta se pude tornar un poco sencilla porque teniendo un
proceso de pos alfabetización que permita al ciudadano no solo leer signos sino poder leer
contextos y situaciones que se le presenten podrá entender cuáles son los problemas que lo
aquejan y darles una solución.

Para concluir, el problema de la pedagogía tercermundista radica primero, en considerar su


lugar de origen o su territorio, si así se le puede llamar, un “tercer mundo” ¿acaso hay un
primer mundo y un segundo mundo? ¿No somos todos del mismo mundo? Debemos dejar
de lado esa concepción arcaica de que una cultura proveniente de X nación es mejor que otra
por el simple hecho de que esta fue la nación colonizadora, es hora de dejar a un lado todos
estos prejuicios coloniales para poder deslumbrar un progreso que atañe tanto a África como
a América latina, y esto solo se puede lograr de la mano de una pedagogía propia, encaminada
a servir a su lugar de origen y que no se base en influencias externas que solo quieren velar
por intereses ajenos. Por otra parte el segundo problema radica en la falta de pensadores que
den soluciones a estos problemas que nos competen a todos los pedagogos y futuros
pedagogos. Por consiguiente la solución a lo anterior es pensar que estamos haciendo con lo
que es nuestro, con este mal llamado tercer mundo que nos pertenece a todos los que en el
estamos.

Jorge Iván Garzón Pardo

Universidad Pedagógica Nacional.

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