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Colegio Cristiano Cefas

La fiebre tifoidea y su incidencia


actual en El Salvador

Tesis
Para obtener el grado de:
Bachillerato
Presenta:
Juan Ángel Ramos Larios
Jorge Luis Hernández Galdámez
Fiebre tifoidea y su incidencia en El salvador

La fiebre tifoidea también conocida como fiebre entérica es definida según el


diccionario de la real academia española como: “Infección intestinal específica,
producida por un microbio que determina lesiones en las placas linfáticas del
intestino delgado.” La fiebre tifoidea o entérica en un punto de vista más medico
se conoce como una enfermedad aguda febril generalizada, que compromete el
sistema retículo endotelial, el tejido linfoide intestinal y que se presenta
únicamente en el humano, quien a la vez el único reservorio conocido. Esta
enfermedad a lo largo de la historia es difícil el ubicarla y afirmar su brote inicial
pero se tiene registros en los cuales dictan que el patógeno existió mucho antes de
su establecimiento ya tarde en el siglo XIX, también se puede observar que la
fiebre tifoidea se vio con más presencia en los ambientes de los Militares y de
guerra que se han sujetado a menudo a la presencia de fiebre tifoidea a lo largo de
la historia. Superior a 80.000 soldados murieron como resultado de fiebre tifoidea
o de disentería en la Guerra Civil Americana. Asimismo, la Guerra
Hispanoamericana llevó a las infecciones con tifoideo en el campo y en
campamentos de entrenamiento dado a sus condiciones lúgubres y de poca
higiene. Guillermo Budd era doctor Ingles responsable de tratar un brote de
tifoideo en 1838, cuando él observó que el veneno, como él entonces lo llamó,
estaba presente en las excreciones del haber infectado y podría ser transmitido a
la gente sana a través del consumo de agua contaminado. Sobre realizar esta
asociación, él sugirió el aislar del excremento para ayudar a brotes del futuro del
mando. Karl José Eberth era el primer para describir el bacilo que fue sospechado
para causar tifoideo en 1880. Cuatro años más adelante, Jorge Gaffky era un
patólogo que confirmó esta conexión, nombrando el bacilo tifus de Eberthella, que
se conoce hoy como entérica de las Salmonelas. La primera vacuna efectiva para
tifoideo fue desarrollada por Almroth Edward Wright e introducida para el uso de
los militares en 1896. Esto llevó a cabo una mejora importante a la salud de los
soldados en la guerra, que eran más probables ser matados por tifoideo que en
combate en aquel momento. Esta vacuna fue desarrollada más a fondo durante los
años siguientes en Londres. Actualmente se está viendo un incremento
exponencial y acelerado de los casos de fiebre tifoidea en El Salvador que son
caracterizados por sistemas como Fiebre prolongada, Bacteriemia sin extensión
endotelial o endocárdica, activación retículo-endotelial, afectando ganglios
mesentéricos, intestino, hígado y bazo, extensión metastásica, con depósitos
multiorgánicos de inmunocomplejos. Los sistemas que las personas infectadas
presentan son ocurre en una o dos semanas después de la ingestión, con febrícula
seguida de fiebre alta, malestar general, anorexia, mialgias y artralgias, tos,
sequedad de boca y cefalea. La fiebre tifoidea comprende de ciertos periodos en
los cuales abarcan los malestares y procesos que se dan en el organismo a la hora
de poseer dicho patógeno en el sistema, dichos periodos son: Período de
incubación por lo general es de 3 a 21 días (promedio de 10-12 días) de acuerdo al
inóculo ingerido. Período de invasión activa ocurre en una o dos semanas después
de la ingestión, con febrícula seguida de fiebre alta, malestar general, anorexia,
mialgias y artralgias, tos, sequedad de boca y cefalea. Período de estado, que
aparece de dos a cuatro semanas de la ingesta, con fiebre alta persistente, (38.8 –
40.5°C que puede durar hasta 4 semanas sin tratamiento), confusión, coriza, tos,
disfagia, dolor torácico, anorexia, dolor abdominal, náuseas y vómitos,
estreñimiento más que diarrea, olor corporal rancio o feculento, pudiendo
predominar síntomas de bronquitis. A la exploración aparece bradicardia con
respecto a la temperatura corporal existente, hepatoesplenomegalia y roséola en
cara anterior del tórax, con cultivo positivo de las lesiones en el 60% de ellas.
Período de convalecencia: cuatro o cinco semanas, mayor complicación son
enfermedades metastásicas tras bacteriemias y recaídas, como osteomielitis,
infección de tejidos blandos y colecistitis, que pueden aparecer años después. Las
recaídas ocurren en el 3-15% de los casos y no están influidas por el tratamiento.
En la fase precoz aparece leucopenia, pudiendo seguirse de leucocitosis al final y
anemia. Pueden presentarse alteraciones neurológicas en 2 -40% de los pacientes,
tales como meningitis, Guillan Barré, neuritis y síndromes neuropsiquiátricos.Hasta
el 10% de los pacientes sufren recurrencias leves (2 a 3 meses después de la caída
de la fiebre). La aparición de enfermedad grave (que ocurre en casi 10 a 15% de los
pacientes) depende de factores del hospedador (inmunodepresión, tratamiento
antiácido, exposición anterior y vacunación). En El Salvador se reportan en los
departamentos de San Salvador y La paz más de 100 casos positivos para fiebre
tifoidea. Según el Ministerio de Salud (MINSAL) un 87 % de los casos de fiebre
tifoidea se registran en personas entre las edades de 10 a 49 años, pero lo más
alarmante para la institución de salud es que el 81 % de los casos confirmados se
reportan en el departamento de San Salvador y el 9 % en La Libertad; sin embargo,
hasta el momento no se tienen registros de defunciones por la enfermedad.
“Nosotros tuvimos en la semana seis, tuvimos 14 casos, pero ya en la semana siete
tuvimos 27 casos; eso quiere decir que nos ha aumentado en la última semana y
llamamos a la población a que tome las medidas a lo que es el lavado de manos”,
señaló la ministra de Salud, quien hizo el llamado a los salvadoreños a seguir las
recomendaciones de las autoridades del sistema de salud, entre las cuales está
lavarse con frecuencia las manos, lavar y cocinar los alimentos, así como no beber
agua de dudosa procedencia. Con relación a la vacuna contra la fiebre tifoidea,
Menjívar dijo que en el sistema de vacunación no está disponible y que se tiene
que esperar la que está preparando la OPS, pues hay una en la actualidad que no
reúne las condiciones, y es por eso que no se ha incorporado al esquema de
vacunación, contrario a lo que han dicho algunos médicos, que han manifestado
que la actual vacuna sí es lo suficiente eficaz para poder prevenir la fiebre tifoidea.
Brizuela un médico reconocido explicó que la fiebre tifoidea se manifiesta como un
proceso infeccioso acompañado de fiebres altas, dolores abdominales y diarrea, y
que la transmisión de la enfermedad es fecal oral, es decir que se contagia al
comer alimentos o beber agua contaminados con heces fecales. “Por eso es
importante hacer visible y público este problema porque es prevenible, porque se
contagia la persona por descuidos en la higiene. Las personas que son portadores
asintomáticos no toman las medidas adecuadas de limpieza y transmiten por
contaminación la enfermedad a otros”, dijo Brizuela. El médico explicó que las
personas se pueden contaminar por medio de alimentos que han sido
manipulados por personas que son portadoras de las bacterias. Por esto es
necesario que los alimentos sean bien lavados antes de consumirlos y tener
principal cuidado de no consumir comidas que están a la venta en la calle, ya que
en estos lugares no pueden darle un adecuado manejo a los alimentos y es donde
frecuentemente se puede transmitir la enfermedad.
“La bacteria se puede volver sistémica. La vesícula es el reservorio y ahí queda la
bacteria como portadores asintomáticos, pero la infección puede causar
inflamaciones en cualquier parte del cuerpo, en el cerebro, de los pulmones,
inflamación del hígado. Puede llegar a dar septicemia y la persona hasta se puede
morir”, enfatizó Brizuela. Algunas de las recomendaciones que hacen los médicos
ante el alza de casos de la enfermedad, son que si las personas observan que hay
un lugar donde venden alimentos, y no tienen las condiciones adecuadas de
higiene, evitar comprarlos, y que en lugar de comprar alimentos de venta al aire
libre tratar de consumir comidas preparadas en casa, además de tener una
adecuada higiene de manos antes de alimentarse y después de ir al baño.
Agregaron que es importante que las personas que manipulan alimentos tengan
sus chequeos médicos adecuados. También hay legumbres que son cultivada a las
orillas de los ríos, que pueden ser contaminadas con heces fecales debido a que
son regadas con agua de ríos que pueden estar contaminados, es por esto
necesario lavarlos bien antes de consumirlos. Otras de las advertencias es cubrir
los alimentos y utensilios de cocina, ya que las cucarachas también son portadoras
de bacterias. El aumento repentino de casos de fiebre tifoidea en El Salvador da a
conocer la falta de concientización de parte de la población hacia esta enfermedad
junto con ella muchas otras que se dan debido a los malos hábitos higiénicos esto
da a resaltar muchos otros problemas como sociedad y grupo social en el cual
podemos observar que la clase social baja y media son las más afectadas debido a
su vida estilo y su modo cotidiano de vida donde el ideal deja bastante lejos la
higiene y da paso para la apertura de contagios de ciertos patógenos que en este
caso es el de la fiebre tifoidea pero no obstante deja ver el atraso en el sentido
salubre de las familias.
Objetivo

El objetivo principal de este texto es detallar lo que es la fiebre tifoidea,


como es que esta actúa en el organismo, como se contrae y como evitar su
contagio. La fiebre tifoidea es una enfermedad infecciosa sistémica que está
caracterizada porque el paciente presenta fiebre elevada y síntomas
abdominales causados por la infección de la bacteria Salmonella Typhi.
“Puede afectar a cualquier persona que no esté inmunizada frente a la
infección”, explica José María Marimón, microbiólogo y miembro de la junta
directiva de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y
Microbiología Clínica (Seimc), quien señala que la fiebre paratifoidea es
similar a la tifoidea pero, en general, tiene un curso más benigno y está
causada por la infección de la bacteria Salmonella Paratyphi. La fiebre
tifoidea actúa en el organismo de esta manera El período de incubación
medio es de 2 semanas aunque varía según la dosis de bacterias ingeridas.
Los síntomas pueden ser relativamente leves al principio, de nuevo
dependiendo del grado de exposición. En ausencia de tratamiento se da un
rápido deterioro en 2 semanas, durante las cuales el estado de la persona
puede agravarse considerablemente. Los síntomas habituales son: fiebre
alta, dolor de cabeza, dolor de estómago, debilidad, letargo, pérdida de
apetito, estreñimiento (aunque puede haber diarrea), tos y sordera. La fiebre
suele aumentar día tras día durante la primera semana, a menudo
empeorando por la noche. A veces aparecen manchas rosáceas en el tronco
durante la segunda semana. La diarrea suele surgir en la segunda semana y
puede provocar deshidratación extrema. En casos graves el sistema nervioso
central puede resultar afectado, causando una enfermedad parecida a la
meningitis y el coma. El riesgo de infección grave aumenta en el caso de
personas con inmunidad comprometida o que están tomando medicamentos
para suprimir la secreción de ácidos gástricos (omeprazol, remitidita...), que
actúan como primera línea de defensa del organismo. Las complicaciones de
la fiebre tifoidea pueden dañar el organismo de diversas formas, ya que
puede darse perforación del intestino, aumento de la tendencia
hemorrágica, neumonía, insuficiencia renal, trombosis venosa profunda,
meningitis, artritis e infección ósea. La transmisión de Salmonella typhi
(fiebre tifoidea) se produce exclusivamente de una persona a otra, sea como
portador o como enfermo; a partir de una persona infectada la enfermedad
puede pasar a una persona sana por contagio directo o bien a través de la
contaminación del agua o de los alimentos (contagio indirecto). Una de las
principales vías de contagio suele ser la ausencia de condiciones higiénicas
óptimas en el suministro, en la cloración o en el consumo de agua, el uso de
aguas residuales para el regadío de las huertas y la costumbre de consumir
alimentos, especialmente las ostras y otros moluscos (que filtran abundantes
cantidades de agua a veces contaminadas) sin previa cocción adecuada. Los
alimentos que han sufrido una cocción intensa y larga no son infectantes,
pero cuando la cocción ha sido insuficiente las salmonellas persisten en los
alimentos; el helado, el chocolate, las cremas... son fuentes de contagio. En
los países en los que se han generalizado los procesos de industrialización de
los alimentos, con el aumento de la manipulación de los mismos la infección
por salmonella se ha incrementado. Es habitual que la incidencia de la
infección por estas bacterias aumente durante los meses de verano. El
siguiente punto a tocar es el cómo evitar el contagio de tan infecciosa
enfermedad, según el microbiólogo José María Marimón, existen dos
maneras de prevenir la fiebre tifoidea: “Una, es no ingerir agua o alimentos
contaminados con la bacteria. Para ello hay que beber agua potable y
alimentos libres de la bacteria o bien cocinados, ya que el calor las destruye.
Esta medida, además, puede ayudar a prevenir otras infecciones
gastrointestinales”. Así, el control de la manipulación de alimentos y la
conservación de la comida y el tratamiento adecuado de las aguas residuales,
con el fin de evitar la contaminación de las aguas de consumo, junto con la
educación sanitaria de la población, pueden ser herramientas eficaces para
prevenir el contagio de la fiebre tifoidea. Podemos además agregar ciertas
medidas específicas a tomar las cuales son Higiene básica, como lavarse las
manos antes de comer, no comer alimentos preparados en puestos
callejeros, no tomar bebidas con hielo de dudosa procedencia, abstenerse de
tomar infusiones o té en lugares que no gocen de su confianza, a no ser que
se hayan tratado correctamente o se hayan preparado con agua mineral, no
ingerir productos lácteos, excepto si está completamente seguro de que han
sido pasteurizados, Las verduras y hortalizas han de consumirse cocidas y
cuando aún estén calientes. Si prefiere consumirlas crudas, debe sumergirlas
previamente, durante al menos cinco minutos, en una solución de agua
potable clorada con cuatro gotas de lejía de una concentración de 50 gramos
de cloro por litro, La fruta debe ser lavada antes de pelarla, los pescados y
mariscos no deben consumirse crudos; deben ser hervidos al menos durante
diez minutos antes de su consumo, la otra manera de prevenirlo es mediante
la vacunación. “Hay dos tipos de vacunas frente a la fiebre tifoidea, una oral y
otra inyectable. La protección que confieren no es permanente, por lo que se
recomienda revacunarse a los tres años si se va a países donde la
enfermedad aún es endémica”, aconseja Marimón. El objetivo específico del
archivo es el centrarse en la situación y porcentaje de casos que presenta El
Salvador de fiebre tifoidea en el año de 2018 y su incremento con respecto al
2017, El Ministerio de Salud (MINSAL) registra en lo que va del año un total
de 73 casos confirmados de personas con fiebre tifoidea en 12 municipios del
país. La situación alarma a las autoridades de Salud, ya que la cifra es mucho
mayor que el año pasado, cuando se registraron 56 personas con la
enfermedad, es decir que hasta la fecha hay 30 % más de casos. Ya son 12 los
municipios en seis departamentos donde se está registrando la mayor parte
de los casos de la enfermedad en país, los cuales son: Chalatenango (Dulce
Nombre de María, Chalatenango); La Libertad (Nuevo Cuscatlán); San
Salvador (Apopa, Ayutuxtepeque, Mejicanos, Soyapango, Panchimalco);
Cuscatlán (San José Guayabal, Oratorio de Concepción); San Miguel (Nuevo
Edén de San Juan) y Morazán (Guatajiagua).
Antecedentes

Las enfermedades como la fiebre tifoidea son ciertamente difíciles de ubicar


cuando se empezaron a dar pero se puede ubicar mediante sucesos y ciertos
síntomas que se vieron mediante la historia avanzaba en el caso de la fiebre
tifoidea tenemos que algunos historiadores creen que la fiebre tifoidea era
responsable de una plaga dispersa en Atenas en 430BC, que resultó fatal para una
mitad de la población, incluyendo el arranque de cinta en ese entonces, Pericles.
Su sucesor, Thucydides, también contrató la misma enfermedad, aunque no se le
resultó fatal. Jamestown, colonia Inglesa en Virginia, también es pensado por
algunos historiadores para que la fatalidad en dicha colonia fuera como resultado
de fiebre tifoidea. La fiebre resulto fatal para más de 6000 colonos entre 1607 y
1624, y pudo haber sido responsable de eliminar a la colonia entera. Los
ambientes de los Militares y de guerra se han sujetado a menudo a la presencia de
fiebre tifoidea a lo largo de la historia. Superior a 80.000 soldados murieron como
resultado de fiebre tifoidea o de disentería en la Guerra Civil Americana.
Asimismo, la Guerra Hispanoamericana llevó a las infecciones con tifoideo en el
campo y en campamentos de entrenamiento. María Mallon, también conocido
común como María Tifoidea, era el portador lo más extensamente posible
conocido de la fiebre tifoidea. Ella era la primera persona en los Estados Unidos
que se determinarán como portador del patógeno responsable de la enfermedad,
sin experimentar los síntomas relacionados con la condición, se le atribuye la
infección de 51 personas 3 de los cuales resultaron en la muerte. Guillermo Budd
era doctor Inglés responsable de tratar un brote de tifoideo en 1838, cuando él
observó que el veneno, como él entonces lo llamó, estaba presente en las
excreciones del haber infectado y podría ser transmitido a la gente sana a través
del consumo de agua contaminado. Sobre realizar esta asociación, él sugirió el
aislar del excremento para ayudar a brotes del futuro del mando. Karl José Eberth
era el primer para describir el bacilo que fue sospechado para causar tifoideo en
1880. Cuatro años más adelante, Jorge Gaffky era un patólogo que confirmó esta
conexión, nombrando el bacilo tifus de Eberthella, que se conoce hoy
como enterica de las Salmonelas. La primera vacuna efectiva para tifoideo fue
desarrollada por Almroth Edward Wright e introducida para el uso de los militares
en 1896. Esto llevó a cabo una mejora importante a la salud de los soldados en la
guerra, que eran más probables ser matados por tifoideo que en combate en
aquel momento. Esta vacuna fue desarrollada más a fondo durante los años
siguientes en Londres. En el siglo XX, la incidencia de la fiebre tifoidea disminuyó
constantemente, que era debido a la introducción de vacunaciones y de mejorías
en el saneamiento y la higiene públicos. Particularmente, la desinfección con cloro
del agua potable hizo un impacto importante en el número de individuos
afectados por la enfermedad. Hoy, la fiebre tifoidea se considera una condición
rara entre países desarrollados, con un índice de incidencia de aproximadamente
cinco casos por millón por año.

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