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MUNICIPALIDAD DISTRITAL DE PALCA

GERENCIA DE DESARROLLO SOCIAL

PROYECTO “MEJORAMIENTO, RECUPERACION, REVALORACION Y


PROMOCION DE LA IDENTIDAD SOCIAL CULTURAL Y
MANIFESTACIONES FOLKLORICAS DEL DISTRITO DE PALCA-TACNA-
TACNA”

PALCA
DURANTE LA GUERRA CON CHILE. 1880-
1884

2018
MUNICIPALIDAD DISTRITAL DE PALCA

PALCA
DURANTE LA GUERRA CON CHILE. 1880-1884

@ Municipalidad Distrital de Palca

Impreso en el Perú

Primera edición
Enero de 2018

Informe elaborado por Efrain Justo Choque Alanoca

Diseño, diagramación e Impresión

Imprenta

Domicilio

PALCA
DURANTE LA GUERRA CON CHILE. 1880.- /Municipalidad Distrital de Palca-
Tacna. 2018
HISTORIA / GEOGRAFIA / TACNA / PERU /
/ REPUBLICA / GUERRA CON CHILE / PERIODO CONTEMPORANEO/
CONTENIDO

INTRODUCCION

I. CARACTERIZACIÓN GEOGRÁFICA

II. PALCA EN LA PREGUERRA

III. LA GUERRA EN TACNA

IV. LA GUERRA EN PALCA

4.1.El primer combate.

4.2. El segundo combate

V. LA OCUPACIÓN CHILENA
IV. EPÍLOGO
BIBLIOGRAFÍA
ANEXOS
INTRODUCCION

Desde el instante inicial de la declaratoria de guerra por el Estado chileno, la


ciudad de Tacna y los pueblos del interior reaccionaron en forma entusiasta y
resuelta a favor de la Patria en peligro. Luego las corporaciones edilicias hicieron
lo propio.

Cuando la guerra llegó a Tacna, Palca fue escenario tanto desde sus inicios,
cuando las tropas bolivianas atravesaban el valle interandino para ascender a la
ciudad y luego prestar combate, y cuando después de la batalla del campo de la
Alianza, fue vía obligada de la retirada de las tropas aliadas hacia La Paz. En
sus suelos, se desarrollaron, además, dos combates frente al enemigo del sur.

Luego de la batalla del campo de la alianza (26 de mayo de 1880), se inició la


etapa de la resistencia al ejército invasor chileno.

Las acciones guerrilleras se desarrollaron temporalmente durante la primera fase


de la ocupación chilena en Tacna, que va del 26 de mayo de 1880 hasta
mediados de 1884. Esta fase se caracteriza por ser de ocupación provisoria de
los territorios cautivos y al mismo tiempo por una continua resistencia político-
militar. Dirigían las partidas guerrilleras los coroneles Gregorio Albarracín,
Leoncio Prado y el teniente coronel Juan Luis Pacheco de Céspedes.

Se ha dividido el presente informe en tres partes: la caracterización geográfica,


palca en la preguerra, la guerra en Tacna y Palca, en esta se desarrollaron los
dos combates victoriosos, el primero en julio de 1880 y el último en noviembre
de 1883. Se anotan también el final los aspectos de la ocupación chilena en el
sector, que por cierto era muy extenso hasta con linderos internacionales con la
república de Bolivia.

Tacna, febrero de 2018.


I. CARACTERIZACIÓN GEOGRÁFICA
1.1. Ubicación geográfica
El distrito de Palca, ocupa un espacio conformado por la zona interandina
y la zona altoandina del departamento de Tacna; su capital es el pueblo del
mismo nombre y se ubica a los 17°46′41″de Latitud Sur y 69°57′35″de Longitud
Oeste. De acuerdo al Instituto Geográfico Nacional dicho territorio distrital se
ubica en la hoja N° 36-x. Su capital es el pueblo de Palca y se asienta sobre los
2,935 msnm. Fue creado por Ley 13238 del 8 de junio de 1959. (Información del
INEI, 2014). Tiene una superficie de 1,418 km² y comprende como anexos a las
localidades de Ataspaca, Ancoma, Paucarani, El Airo, Senca, Ancomarca Chico,
Ancomarca Grande, Quiñavichinca, Pulume, Vilavilane y Charipujo.

Mapa político de Tacna, en cuyo territorio sureste se asienta el pueblo y distrito de


Palca.

Es uno de los distritos integrantes de la provincia de Tacna, comprensión de la


región Tacna en la república del Perú. Se ubica al sureste de dicha región y
colinda con las repúblicas de Bolivia y Chile respectivamente

El distrito de Palca limita:

- Por el Norte: Con provincia de Tarata


- Por Sur con el distrito de Tacna

- Por el Este y Sureste con la República de Chile y Bolivia

- Por el Oeste: Con los distritos de Pachía, Pocollay, y la provincia de Tarata.

El mapa político adminsitrativo del distrito de Palca

1.2. Relieve físico


La Cuenca alta del Caplina presenta un relieve muy accidentado, está constituido
por quebradas donde aflora roca volcánica del Jurásico inferior, rocas
sedimentarias del jurásico inferior. No obstante lo accidentado del terreno las
poblaciones de la parte alta han establecido su residencia y desarrollado cultivos
en suelos.

Localidades como Ataspaca (3,600 msnm), Caplina (3400 m), Challaviento


(3350 m) desarrollan cultivos de alfalfa, papa, maíz, orégano, habas; la crianza
de ovinos, caprinos, camélidos y vacunos se da en pequeña proporción, así
como la crianza de cuyes.

Este tramo recorre a través de pisos ecológicos como la Puna a más de 4,000
MSNM, la zona Quechua, desde climas fríos y secos y por quebradas
interandinas hasta el valle alto del Caplina, donde la quebrada de Palca con su
recurso hídrico es uno de los afluentes de la cuenca del Caplina, se registra
camino inca entre los 4,000 hasta los 1,500 metros luego el camino desaparece
por efecto de la expansión urbana y por la expansión de zonas agrícolas. Los
sectores de Magollo y Para (parte de media del valle del Caplina) se encuentran
a una altitud promedio de 480 metros sobre el nivel del mar, la configuración de
estos terrenos es una pampa formada entre los cerros Caramolle (1.100
m.s.n.m.) y los cerros Molles y Chastudal (400 y 600 m.s.n.m. respectivamente),
estos terrenos se asientan sobre depósitos aluviales, producto de la acción
erosiva, originando depósitos riolíticos. La mencionada pampa se asienta sobre
materiales de la Formación Huaylilla.

Los suelos y las quebradas de los Valles Altos de la cuenca del río Caplina
comprenden altitudes superiores a los 2300 m, y debajo de los 3800 m y en ellos
se ubican las quebradas de Palca y Vilavilani, por donde discurre el río
Uchusuma. Se caracterizan por ser muy accidentados debido a la presencia de
quebradas, en donde afloran rocas volcánicas y rocas sedimentarias e intrusivas
ígneas. Los geólogos distinguen las formaciones rocosas tales como la
formación Yura y el Barroso.

En este lugar también se encuentran rellenos aluviales, en donde el río Caplina


discurre en un cauce muy estrecho.

No obstante esta accidentada geografía, se desarrollan actividades


agropecuarias en las laderas cernas a los ríos, como en Palca y Vilavilani.

La zona altoandina se eleva por sobre los 3800 m hasta los 4600 m y presenta
suelos pedregosos y residuales, configurando áreas de altiplanicies y bofedales
propios para la ganadería de camélidos. Las altipampas propician áreas
aluviales con maleza subarbustiva, tolares, yaretales y pajonales, muy útiles para
la alimentación de los camélidos.

Vida vegetal propia de la altiplanicie de Alto Perú-Palca.

En este sector se ubican las pampas de Huillane y Pampa Venada, al Oeste del
Centro poblado Menor de Alto Perú, cerca al rio Uchusuma. Asimismo las
pampas Salamanque; el Ayro, cerca al Tacora; Vilacollo y Humapalca, en la
margen derecho del río Uchusuma.

El distrito de Palca presenta un relieve y una topografía variada con niveles de


altura que van desde los 2900 msnm hasta los 5000 metros de altitud. Su relieve
es típicamente interandino y altoandino.

En la zona interandina, por doquier destacan sus terrazas agrícolas, ya en


laderas y quebradas, a través de la tecnología andina de los andenes, y el uso
colectivista del agua en canales. Sobre esta telúrica base sus pobladores se han
especializado en la crianza de finos ejemplares de ovinos y vacunos, y han
desarrollado estas típicas actividades con identidad propia del hombre y la mujer
del ande. Y en la parte altoandina con singular dedicación se desarrolla la crianza
de camélidos andinos propiciados por el ecosistema de bofedales, a pesar delas
serias dificultades por la presencia de factores antrópicos y el calentamiento
global.

La zona Altoandina o Puna, en el lado oriental y occidental de la Cordillera del


Barroso, y establecida entre los 4000 y 4600 metros sobre el nivel del mar,
presenta una cubierta de pastos naturales preferidos por los camélidos
domésticos y silvestres, dominada por la familia de las gramíneas como el ichu
(Stipa ichu), el iro (Fetusca orthophylla), y la chilligua (Fetusca dollichophylla).
Por la altitud y la temperatura que llega a -22º en invierno, no permite la práctica
de la agricultura, sólo la ganadería y otras prácticas productivas como la minería.

Dentro de la amplitud de los altiplanos también se observa manantiales, litorales


de lagunas, ríos nacientes (Maule y Uchusuma) y bofedales con vegetación
hidrófila que se renueva permanentemente. Estas condiciones naturales, hacen
de estas áreas, favorables para la actividad ganadera, principal sustento de las
poblaciones altoandinas; como es la cría de camélidos sudamericanos como la
llama y la alpaca, cuya carne fresca o deshidratada (charqui) se expende en los
mercados de la región. Ambas constituyen insumos importantes en la cocina
tacneña, esencialmente el charqui; aunque últimamente la primera se viene
cobrando importancia en la cocina nova andina.

1.3. Zonas de vida o eco regiones

La Puna se encuentra en la zona de Huaylillas que es donde el camino se está


cerca de los nevados Takora y Barroso, zona de comunidades de alpaqueros, la
zona Quechua se encuentra en quebradas donde el camino conecta con Tambos
incas y tambos coloniales hasta la zona de Palca valle interandino muy estrecho
y luego se prolonga el camino hasta la zona Yunga en el valle del Caplina.

En síntesis, podemos señalar que estas características geográficas son las que
contribuyen a la configuración agroeconómica y social y también cultural del
suelo y sus pobladores. El conjunto de creencias y costumbres de los habitantes
hacen referencia a una vida rural, agrícola, pecuaria, a lo largo de centurias en
el devenir de su existencia. Le dan el contenido material para las referencias o
imágenes de la cultura popular, el folclore y su propia cosmovisión.
II. PALCA EN LA PREGUERRA
2.1. El censo de 1876

El Censo Nacional de población del Perú de 1876, ofrece también una idea
consolidada de los volúmenes de población que por entonces tenían los pueblos
y comunidades del actual distrito de Palca –creado en 1959- pero que en ese
año 1876, pertenencias al antiguo distrito de Pachía. En este registro censal el
distrito abarcaba a los siguientes centros poblados:

Año 1876: Distrito de Pachía, provincia de Tacna

Lugar Clasificación Población


Pachía Pueblo 223
Palca Caserío 265
Cosapilla Caserío 230
Pachía Caserío 226
Miculla Caserío 175
Ancomarca Caserío 173
Calientes Caserío 162
Yungani Caserío 150
Ataspaca Caserío 132
Palcota Caserío 100
Challata Caserío 95
Tacora Caserío 48
Achocane Caserío 31
Total población rural 1787
Total población Urbana 223
Pachía Pueblo 223
Total población rural 1787
Total del Distrito 2010

Como puede evidenciarse, en el Censo Nacional de Población de 1876 1, Palca


fue catalogada como caserío o un pequeño poblado rural. Este caserío albergaba
a una población total de 265 habitantes de ambos sexos y formaba parte del
distrito de Pachía, en la provincia de Tacna y departamento de Tacna. Según
sexo este distrito contenía a 1113 hombres y 897 mujeres.

2.2. Arrieraje y vías de comunicación

Todos los intercambios mercantiles desarrollados en la etapa de preguerra


requerían de una infraestructura vial adecuada y medios de trasporte acordes
con las necesidades del comercio local- regional.

Los caminos eran de herradura, y las acémilas fueron el principal medio de


trasporte; estas se agrupaban en recuas y piaras. La ruta principal, más trajinada

1
Dirección de Estadística. Dirección de Estadística. Censo general de habitantes del Perú. Imp. Del estado. Lima, 1878.
fue la que unía con la frontera de Bolivia. Esta vía se extendía a través de 160
kilómetros aproximadamente, a partir de la ciudad de Tacna. Una interesante y
escueta descripción de los caminos de Tacna, la ofrece José María Barreto, de
la forma como sigue:

“Este camino (se refiere al principal) parte de Tacna y pasa por los pueblos de
Calana, Pachía, Palca y La Portada. En una extensión a 30 Km. Tiene a sus
costados sólo pampas y todo el resto sigue por angostas quebradas que cruzan
la cordillera de los andes. En el centro de esta cordillera se divide en dos ramales:
el uno en dirección a La Paz y el otro a Oruro y Corocoro.

Los pasos más transitados de la cordillera que sirven de comunicación con


Bolivia, son el de Guailillas (4.476m.) en el camino de la quebrada de Azapa a
Bolivia.

El camino de Tacna a Tarata tiene una longitud de 110 Km. Y por él transitan
los indígenas de la sierra que traen a la costa: lanas, pieles, carnes saladas y
quesos.

El camino de Tacna a Sama tiene 45km. y por él se introduce los aguardientes y


uvas de Locumba, el alcohol y los azúcares, del ingenio de Tomasiri.

El camino de Tacna a Arica es de 50 Km. pero el ferrocarril que une a ambas


ciudades -construida en año 1856- recorre una longitud de 63 Km., a causa de
algunas curvas muy pronunciadas, que hace en el trayecto”.

Otras rutas menos transitadas eran las que unían Tacna con Puno y Arequipa.
El camino a Moquegua, se hizo más intenso a razón de la explotación salitrera
en Iquique y Tarapacá. La vía que unía el Norte de Argentina con Arica y Tacna,
permitía, entre otras cosas, el ingreso de mulas de carga.

Se estimaba en 16, 000 mulas, las que se empleaban en el transporte de


mercadería a los distintos centros de comercialización de la región. 810 arrieros
fueron consignados en el departamento de Tacna, según el censo de 1876. En
Tarata los arrieros fueron registrados en Tala, Ticaco y el propio pueblo de
Tarata.”

El camino a los altos de Tacna y ahí hasta Bolivia tenía el paso obligado del
control aduanero de personas y mercaderías por la aduanilla de Palca
establecido en 1831.

Por estos años, según cálculos de la época (Bravo, 1894), el itinerario de Tacna
a La Paz alcanzaba 389 Km, y sus tramos fueron:

Tramo Km
Tacna - Calana 11.2
Calana -Pachía 2
Pachía – San Francisco 12.5
San Francisco-Palca 22.5
Palca - Portada de Huaylillas 17.5
Portada -Tambo de Ancara 42.3
Ancara –Uchusuma 44
Uchusuma - Ancomarca 11
Ancomarca – Tambo de Maure 12.3
Maure - Chuyuncallani 29
Chuyuncallani – Tambo del Abra 10.6
Tambo del Abra - Santiago 12.3
Santiago – San Andrés 19.4
San Andrés - Nazacara 21.6
Nazacara – Alto de Pojsana 17.5
Pojsana - Contuyo 33.5
Contuyo-Conire 10.7
Conire -Viacha 17.6
Viacha – La Paz 33.5
Total 389

Por esos días la crisis monetaria nacional y local se agudizaba más aún. El
diario citado, describía la situación como sigue: “… sabido es que a las causas
generales que produjeron la depreciación de los billetes de Lima, se agregó en
Tacna, el hecho particular de rehusarse recibir dichos billetes como moneda
circulante tal como sucede en la capital de la república y demás plazas
mercantiles”.

Esta vez en Tacna la depreciación monetaria no era ya del 25% como ocurrió
en 1875, si no que había sobrepasado el 50%. En las demás regiones del país,
los estragos debieron ser mayores. El gran comercio de Tacna, en relación a la
crisis de 1879, parecía una flor en el desierto; pues se mantenía en pie, gracias
a la savia y los nutrientes que le reportaba el tráfico con Bolivia y Europa. Sin
embargo debe registrase que en la ciudad, existían sectores fuertemente
golpeados por la crisis. A estas capas se referían el artículo de fondo de la
Revista del Sur del 11 de febrero del año que historiamos, titulado
macizamente: “La crisis”. En él se lee: “… Hablamos de los militares,
empleados, periodistas, que desde 1875 viene sufriendo la reducción casi a la
mitad de su sueldo…”.

Así en estas circunstancias sorprendió la guerra a Palca, a Tacna y al Perú.


Una profunda crisis monetaria, fiscal, económica, campeaba en el país. La
quiebra del estado civilista, el desgobierno, la creciente corrupción que corroía
las instituciones estatales habían coronado un clima de conflictos y frustración
nacional, que se decía “… No hay Ministro, no hay representantes, no hay
ciudadanos, no hay hombres honrados, ¡Pobre Patria!”.
III. LA GUERRA EN TACNA
La participación de todos los pueblos que conforman la actual región de Tacna
fue constante y heroica durante el proceso de guerra por la defensa nacional.
Sus suelos, por la preciada existencia de excelentes recursos para el
sostenimiento de la guerra, fueron objeto de múltiples ocupaciones y
exacciones por el ejército chileno. También a mediados de 1882, un movimiento
prochileno llamado el “partido de la paz”, había sentado sus reales, el mismo
que en Cajamarca y otros lugares del país y obedecían a Miguel Iglesias.

Después de la batalla de Tarapacá, del 27 de noviembre de 1879, a pesar del


triunfo nacional, el teatro de operaciones se trasladó a la zona Arica-Tacna-
Moquegua. Las tropas victoriosas fueron conducidas hacia Arica por el temor
de un reagrupamiento del enemigo.

Después de esta batalla, se produjo una irremediable crisis política en Perú y


Bolivia. El presidente Hilarión Daza fue destituido por su defección y
reemplazado por Eleodoro Camacho en La Paz. Y en Lima, luego de la
subrepticia salida del Presidente Prado, se produjo el golpe de Estado
encabezado por Nicolás de Piérola, el 23 de diciembre.

Desde principios de enero de 1880, las distintas columnas guerrilleras


conformadas por los más hábiles y audaces jefes del ejército del Sur,
custodiaban los puntos posibles de desembarco enemigo en el litoral. El coronel
Cáceres resguardaba desde Ite hasta El Conde (estación ferroviaria, en
Moquegua). Por su parte, el coronel Albarracín, hacía lo propio con su
escuadrón “Flanqueadores de Tacna”, desde Sama a Ite. Al joven coronel
Leoncio Prado le correspondió guarecer la costa Norte de Arica, y al coronel
Juan Luís Pacheco de Céspedes, en la quebrada de camarones, al sur de
Arica. En estas bases de operaciones se habían establecido pequeños cuerpos
militares para resistir el desembarco enemigo, sobre todo en la boca de los ríos
de Sama, Locumba e Ite.

El 5 de enero se produjo el Bombardeo chileno sobre Boca del río de Sama. El


día anterior los chilenos castigaron a los pueblos del litoral de Ite con un
cañoneo desde sus buques de reconocimiento. Un documento chileno dice
sobre el ataque a la boca del rio de Sama que pasó de Ite “el mismo dia (5 de
enero) la Chacabuco a Sama, i pareciendo hallarse abandonada la caleta,
despachó el comandante Viel como parlamentario en un bote a su valiente
segundo don Carlos Moraga. Fué este recibido a balazos, i en castigo de tan
marcada alevosía el buque chileno bombardeó sin piedad aquella pobre caleta”.

Mientras ocurrían estos aprestos, el alto mando aliado, tenía conocimiento de


los temerarios recorridos de reconocimiento que efectuaban los buques de
guerra chilenos.

A mediados de marzo de 1880, las fuerzas expedicionarias chilenas en número


de 14,000 mil hombres aproximadamente ya habiánse posesionado entre
Pachocha, Ilo y Alto de la Villa (Moquegua). El 22 de ese mes, un grupo de
defensores peruanos sucumbió en la batalla de Los Angeles, ante la enorme
superioridad numérica y logística de las fuerzas chilenas.

Cuando las primeras fuerzas invasoras chilenas hicieron su presencia en suelo


tacneño, la resistencia nacional brotó en diferentes puntos y se manifestó de
diversas formas, entre abril y mayo de 1880. Por entonces operó una
resistencia ligada el ejército aliado acantonado en el Campo de la Alianza, al
mando de los coroneles Gregorio Albarracín y Leoncio Prado. Pero también
actuó, paralelamente, la resistencia popular, desligada del enfrentamiento de
los ejércitos, de composición social pequeño campesina, como es el caso del
comandante guerrillero Daniel Hijinio Chiri, y tantos otros que la historia oficial
olvidó sistemáticamente. Otras veces, ambos sectores de la resistencia
nacional actuaron combinadamente contra el enemigo común, como sucedió
efectivamente en el combate de Buenavista (Sama).

La batalla de Tacna fue la más grande, encarnizada, violenta, de las que


protagonizaron los ejércitos regulares beligerantes en todo el proceso de
guerra. Esta memorable jornada se produjo en la mañana del miércoles 26 de
mayo de 1880, en las inmediaciones del cerro Intiorco, a 6 Km de la heroica
ciudad de Tacna.

Producida la irremediable debacle, los jefes aliados organizaron la ineludible


retirada de sus fuerzas. Los combatientes peruanos lo hicieron por el camino
de Palca-Tarata, los bolivianos por la antigua vía hacia La Paz. Un parte oficial
suscrito por Montero asegura que este jefe buscó organizar la resistencia con
el resto de fuerzas que le quedaban en las fuerzas de Tacna, sin embargo, al
final, esta acción fue considerada inconveniente por la falta de recursos.

IV. LA GUERRA EN PALCA


4.1. EL PRIMER COMBATE DE PALCA.

Desde el instante inicial de la declaratoria de guerra por el Estado chileno, la


ciudad de Tacna y los pueblos del interior reaccionaron en forma entusiasta y
resuelta a favor de la Patria en peligro. Luego las corporaciones edilicias hicieron
lo propio.

Cuando la guerra llegó a Tacna, Palca fue escenario tanto desde sus inicios,
cuando las tropas bolivianas atravesaban el valle interandino para ascender a la
ciudad y luego prestar combate, y cuando después de la batalla del campo de la
Alianza, fue vía obligada de la retirada de las tropas aliadas hacia La Paz.

Luego de la batalla del campo de la alianza (26 de mayo de 1880), se inició la


etapa de la resistencia al ejército invasor chileno.

Las acciones guerrilleras se desarrollaron temporalmente durante la primera fase


de la ocupación chilena en Tacna, que va del 26 de mayo de 1880 hasta
mediados de 1884. Esta fase se caracteriza por ser de ocupación provisoria de
los territorios cautivos y al mismo tiempo por una continua resistencia político-
militar. Dirigían las partidas guerrilleras los coroneles Gregorio Albarracín,
Leoncio Prado y el teniente coronel Juan Luis Pacheco de Céspedes.

De los valles de Pocollay, Calana, Pachía y calientes, luego de la persecución


practicada entre el 26 y 31 de mayo de 1880 el coronel Lagos trajo a 132
prisioneros. En San Francisco en el camino a Palca, una partida de 100
bolivianos, resistió fieramente a la expedición chilena.

A inicios de julio de 1880, se encontraba la 4ta división, -que había peleado en


el ala izquierda del Campo de la Alianza al mando del coronel Orozimbo Barboza
– ocupando entre Calana, Pachía y Calientes, en el camino hacia Palca, Puno y
La Paz. Esta División estaba compuesta de los regimientos Zapadores, Lautaro
y Cazadores del Desierto. El regimiento Lautaro a cargo de la ocupación de
Pachía y Palca y tenía por jefe al capitán Bernabé Chacón.

Por entonces el ejército chileno al mando en Tacna del general Baquedano se


encontraba ajetreado con los preparativos para ejecutar un plan de operaciones
sobre Lima.

Benjamín Vicuña (1884) dice que los cuerpos chilenos en Tacna estaban
distribuidos más o menos así entre el invierno y primavera de 1880:

“Alto de Lima. - Regimientos Buin 1.° de línea, Esmeralda i Chillan i batallón


Navales.
Pocollay.—Regimientos 2.° de línea, Santiago i Atacama.
Calana.—Regimientos 4.° de línea, Chacabuco i Coquimbo.
Pachía.—Regimientos 3.° de línea i Lautaro.
Calientes.—Regimiento Zapadores.
Arica.—Parte de la artillería, regimientos Granaderos i Cazadores a caballo i
Carabineros de Yungay núm. 2.
Tacna.—El resto de la artillería i batallón Bulnes”.

El primer combate de Palca.

Es muy probable que esta sea la primera acción de la guerrilla. La protagonizaron


las fuerzas del teniente coronel Juan Luis Pacheco de Céspedes y un
contingente de oficiales chilenos del Regimiento Lautaro, el 16 de julio de 1880.
El escenario de aquél acto primigenio fue la quebrada interandina de Palca.
Luego del fuego sostenido por ambas partes, los chilenos llevaron lo peor del
combate teniendo que huir hacia al cuartel de Pachía, siendo tomados
prisioneros los oficiales chilenos Bernabé Chacón y Ramón Luis Álvarez, capitán
y teniente, respectivamente del temible regimiento Lautaro.

Estos oficiales y tropa según fuentes chilenas habrían ascendido para cazar
camélidos, sin embargo por estas propias fuentes se sabe que el capitán Moisés
Pedraza, quien logró escapar hacia Pachía, para alertar a los suyos, “Había
notado éste que al llegar al rancho en que se albergaban, (que) un niño había
salido hacia el campo; i receloso, montaba a caballo cuando fueron asaltados”
(Vicuña Mackenna), lo que prueba que esta partida del Lautaro se albergó en un
rancho de Palca horas o días antes. Por tanto no podían haber sido fácilmente
“asaltados” en una “colación frugal” como escribe Vicuña Mackenna, sabiendo
que en la zona activaban los cuerpos guerrilleros peruanos. Por tanto no se
trataba, al parecer de una acción de caza, sino una de rutina y merodeo contra
la guerrilla asentada entre Tarata y Palca.

Conocida la noticia del ataque peruano, esa misma noche el coronel Barbosa
ordenó la persecución con la caballería de su división, al mando del alférez de
Granaderos Juan Valenzuela, sin resultados favorables, sino más bien
confirmando que los oficiales prisioneros estaban en poder del jefe patriota Juan
Luis Pacheco de Céspedes.

Esta es una hermosa lección de amor al terruño protagonizado por los hombres
y mujeres y niños que cooperaron decididamente por la causa Patria, cuando las
fuerzas invasoras ocuparon de facto la ciudad de Tacna y los pueblos del interior.

4.2. La segunda acción


Luego del revés sufrido por la guarnición chilena acantonada en Pachía, las
fuerzas de auxilio al mando del mayor Subercauseaux, deciden ir en
persecución de Pacheco de Céspedes y sus hombres. A las 12 horas del mismo
día del combate de Pachía, (11 de noviembre de 1883), expedicionaron sobre
Palca, 400 hombres entre infantes montados y el resto del escuadrón "Las
Heras" y parte del batallón "Angeles".

"Eran las 5:00 p.m. aproximadamente. Situados casi frente a frente, sostuvimos
un fuego graneado de cerca de dos horas. A las 7 continué mi retirada,
habiendo rechazado a toda la fuerza que me perseguía", dijo Pacheco
Céspedes en un escueto reportaje que dio al diario "El Deber" de la Paz, Bolivia.

La refriega resultó infructuosa y perjudicial para los chilenos porque perdieron


el doble de los efectivos peruanos lo que sumó a 25 hombres más o menos.

CRL. JUAN LUIS PACHECO DE CÉSPEDES


Oleo del autor Oscar Allain La Cotera. Se difunde en la pinacoteca del
Centro de Estudios Histórico- Militares del Perú.
V. LA OCUPACIÓN CHILENA
La ocupación inicial de Tacna y Palca discurrió luego de la debacle de la batalla
del campo de la Alianza del 26 de mayo de 1880 hasta el 31 de octubre de 1884,
cuando por ley del congreso de Chile se dispuso la organización de los territorios
ocupados merced al tratado de Ancón. De acuerdo a ello, el país del sur se
dividía en provincias, estos en departamentos y a su vez estos últimos en
subdelegaciones. El nuevo departamento de Tacna, bajo la administración
chilena, tenía diez subdelegaciones, denominadas: Callao, San Ramón,
Mercado, Alto Lima, Pocollay, Pachía, Palca, Tarata, Sama y Calana.

El Jefe Político-Militar de Tacna Eusebio Lillo, de agosto de 1880 hasta agosto


de 1882, estableció los primeros mecanismos económicos, sociales, políticos y
administrativos, necesarios para la futura "chilenización" planificada.

En materia económica, fiscal y judicial, Lillo continuó inicialmente las


disposiciones de Baquedano. Una de sus atribuciones fue nombrar a los
gobernadores de los distritos y caseríos de la jurisdicción. Por ello, en febrero de
1882, invistió en el cargo de Gobernador de Palca, a don Salvador Jiménez,
quien a su vez tenía atribuciones de Juez de Paz. En marzo del mismo año,
decretó el uso de formularios chilenos para las transacciones mercantiles del
puerto y la aduana de Arica; al tiempo que recargó los derechos de internación
y almacenaje por dicho puerto, como los de la Aduanilla de Palca.

Con posterioridad a la ley del 31 de octubre de 1884, se procedió por Decreto


Supremo del 20 de enero de 1885 a dividir el departamento de Tacna en
subdelegaciones y distritos con sus límites, nombres y números
respectivos.(Pizarro y Díaz, 2010)

Por su parte, también el departamento de Tacna fue subdividido en


subdelegaciones y distritos con sus límites, nombres y números respectivos por
Decreto Supremo del 9 de mayo de 1885.

La provincia de Tacna fue dotada por las autoridades chilenas de una serie de
funcionarios públicos que llevaron a cabo una importante labor que implicó la
nueva administración que se ponía en marcha en esta región.

El Ministerio de Justicia creó cargos como el de Notario para los departamentos


de Tarapacá, Pisagua y Arica y tres plazas de procurador en el departamento
de Tacna, por decreto del 9 de diciembre de 1884.(Pizarro y Díaz, 2010)
El año 1885 se continuó implementando el Poder Judicial en las provincias,
creándose por decreto, una plaza de martillero para los departamentos de Tacna
y Arica, con residencia en Tacna. En toda esta idea de eficiencia administrativa
las autoridades chilenas enviaron a Tacna y Arica selectos ciudadanos para el
buen cumplimiento de sus objetivos.

Y el mayor de los objetivos fue la chilenización, el mismo que mereció muchos


debates en la clase política chilena para ver la manera más correcta de llevarla
a cabo.

Subdelegaciones del Departamento de Tacna. La Séptima Subdelegación


de Palca.

Como se anotó líneas arriba por decreto supremo de 1885 se dividió el nuevo
departamento de Tacna en subdelegaciones y distritos. Veamos cómo quedaron
organizados políticamente las provincias y distritos de Tacna durante la
ocupación chilena.

Subdelegación 1a., del Callao.-

Comprende la parte de la ciudad de Tacna, valles y terrenos despoblados


adyacentes, entre la línea del ferrocarril de Arica y Tacna, prolongada
imaginariamente hacia el Norte, hasta tocar en la quebrada Honda, por el
Oriente, y en el Océano Pacífico, por el Poniente; limitando al N. por dicha
quebrada Honda, y al S. por la quebrada de Camuñani.

Subdelegación núm. 2, de San Ramón.- Comprende la parte encerrada entre la


línea del ferrocarril citada, por el Oeste, y la calle de Miller, prolongada
imaginariamente hasta tocar en la quebrada Honda y la de Camuñani; por el E.,
las quebradas que respectivamente sirven de límite Norte y Sur a esta
subdelegación.

Subdelegación núm. 3, del Mercado. Se extenderá desde la línea anterior, que


pasa por la calle de Miller, hasta la calle de Abtao, prolongada del mismo modo,
hasta tocar en la quebrada Honda y la de Camuñani, que sirven de límite N. y
S., respectivamente.

Subdelegación 4a., del Alto de Lima.- Comprenderá la parte de la ciudad, valles


y terrenos despoblados adyacentes, entre la línea que pasa por la calle de Abtao
y otra imaginaria que toque en la parte posterior de los estanques de la ciudad,
prolongada hasta la quebrada Honda y la de Camuñani, que son los límites N. y
S. de esta subdelegación.

Subdelegación 5a., de Pocollay.- Abrazará la parte comprendida en la línea de


los estanques, por el Poniente, y por una línea imaginaria que pase por el callejón
del Sauce, prolongada imaginariamente hasta tocar en la quebrada Honda y la
de Camuñani, por el Oriente, siendo dichas quebradas los términos Norte y Sur
de esta subdelegación.

Subdelegación 6a., de Pachía.- Comprenderá desde el límite Este de la


subdelegación de Calana, hasta sus antiguos linderos.

Subdelegación 7a., de Palca.- Limitará al N. por la cumbre de los cerros que la


separan de la quebrada de Caplina, en la subdelegación de Pachía; al S. por la
quebrada de Camuñani, a la altura de San Francisco; al E., por la frontera de la
República de Bolivia; y al O., por una línea que, partiendo de San Francisco hacia
el Sur, llegue hasta la quebrada de Camuñani. Abraza todos los caseríos que
existen en la quebrada de Palca, Higuerani, Viñani, Cobani y Camuñani, desde
las cumbres de las cadenas de Guaililla, hasta la línea de San Francisco, así
como también el caserío de La Portada, y en la altiplanicie, los pueblos indígenas
de Cosapilla, Tacora y Ancomarca, que ocupan el territorio que se extiende
desde las cumbres de Guaililla y las fronteras de Bolivia.

Se subdivide en tres distritos:


Núm. 1, de Palca.- Comprende a Caplina, Atascapa, Yungani y La Portada.
Núm. 2, de Pascota.- Se extenderá a Cobani, Chocan y Camuñani.
Núm. 3, de Tacora.- Comprende a Cosapilla, Ancomarca y Putani.

Continuaban las Subdelegación 8a., de Tarata; 9a de Sama y 10a de Calana.

En este periodo se establecieron los retenes en Palca y Ataspaca; de triste


recordación para los peruanos de la zona. Igualmente durante el plebiscito
muchos apoyaron resueltamente al Perú y algunos malos peruanos apoyaron la
causa del enemigo.

El servicio aduanero estaría radicado en la Aduanilla de Palca con dependencias


de la Tesorería chilena de Tacna contaba con: a) Un teniente administrador, b)
Un oficial de pluma c) Tres guardianes. Había un presupuesto para los gastos
de Forraje para ocho cabalgaduras y de oficina i escritorio

Los aspectos socioeconómicos

A principios de 1880, las principales casas importadoras y exportadoras que


operaban en el Puerto de Arica, la ciudad de Tacna y el noroeste boliviano
estaban representadas por Campbell y Cía., Richter Irribery y Cía., Zizold
Brieger, Farfán y Cía., Cánepa Hnos., Guillermo Hellman, Deves Freves,
Buchard y Cía., Juchter y Cía., entre otros. Como es sabido en la preguerra - y
mucho antes aún - estas firmas comerciales se habían especializado en el
intercambio mercantil de bienes de consumo de manufactura inglesa, alemana,
francesa, por productos de origen minero (cobre, estaño) y extractivo (lana de
camélidos) provenientes de Bolivia y el sur peruano. Todas estas empresas para
sus intercambios utilizaban la vía de Palca para la internación de sus productos
a los mercados bolivianos y viceversa.

Desde tiempos coloniales se explotaba en Palca, el cobre, azufre y plata en


asentamientos pequeños y medianos.

Durante la ocupación chilena, habían algunas empresas dedicadas a la


explotación del azufre, como la compañía chilena Espada y Donoso en el sector
La Portada. Luego la empresa en 1911 se trasladó a la zona Villa Industrial cerca
a la vía férrea del tren que unía Arica y La Paz.

Había también en la zona, una pequeña mina de cobre, llamada "La


Descubridora", de la referida Espada y Donoso.

El valle andino de Palca, registraba un predominio absoluto de la pequeña


propiedad campesina. Se trataba de pequeñas extensiones de terrenos
comunales, correspondientes a las antiquísimas reducciones y ayllus
prehispánicos. Esta propiedad agrícola, desde los inicios de la república, fue
adjudicada por la legislación liberal como provenientes de “reparto”, con las leyes
de 1828 y 1833. La estructura de la propiedad del valle se mantuvo también de
la forma antes descrita, es decir con una obsoluta propiedad comunal, que
coexistía con la propiedad privada asignada a los comuneros campesinos.

La producción de los pequeños propietarios y comuneros estuvo centrada en el


cultivo del maíz, papa y alfalfa para el autoconsumo y el intercambio local. En la
zona altoandina de Ancomarca fue la ganadería de camélidos andinos la que se
desarrolló por esos años.

Para los propios investigadores chilenos de la zona ocupada en Arica y Tacna,”


la repercusión más fuerte de estas medidas fue que se declararon como terrenos
fiscales todas las propiedades que no estaban inscritas en los registros
conservatarios chilenos. Con ello se rompió el control o régimen comunitario
tradicional de los terrenos, utilizados para el uso agrícola, pastoreo y el forraje
ganadero. El Estado chileno estableció arriendos por el uso de terrenos
considerados anteriormente como comunitarios. “ (Diaz, y otros, 2004) De esta
forma, en los registros de archivo de la subdelegación aparece una multitud de
peticiones de arriendo de pastizales destinados al pastoreo, así como permisos
para la extracción de leña, los cuales eran administrados anteriormente por
normas comunitarias o por arreglos informales.

La comunidad de Ancomarca (junto con los de Tacora y Cosapilla) formaba parte


del distrito de Tacora, correspondiente a la subdelegación de Palca del
departamento de Tacna. Fueron obligadas estas comunidades en dichos
registros chilenos, a pesar de muchas resistencias.
En 1911 se inscribe en Tacna el dominio de un predio que correspondía al
territorio de esta antigua comunidad. Hicieron esta inscripción los líderes
comunales Luis Tapia, Manuel Calisaya, Pedro Querquesana, Florentino
Lanchipa, Santos Alave y Florentino Cruz, por ellos y en representación de todos
los propietarios y comuneros del “distrito y del pueblo de Ancomarca,
correspondiente a la séptima subdelegación de Palca”, señalando las estancias
que lo componen y sus deslindes generales con Bolivia por el este, con el distrito
de Tacora por el oeste, con el distrito de Estique por el norte y con el “pueblo”
(distrito) de Cosapilla por el sur. De acuerdo con esta inscripción, este “distrito”
estaba compuesto por las estancias de Ancomarca, Palpujo, Chijlia, Puquilla,
Mococomone, Challamoco, Challacagua, Colpa, Churicujo, Challajaque, Canka,
Ceuka, Quilapulaca, Uchusuma, Copapujio, Calapalaque, Viluyo, Quescra,
Vidrenca, Patalaca y Calanasa.

En este periodo, un pequeño sector de comerciantes y arrieros constituía el


grupo de poder económico local, intermediario del mercado de Tacna con Bolivia,
a inicios de la ocupación chilena. Debió captar los excedentes de los productos
el valle para servir en las actividades mercantiles con el exterior, es decir con
Bolivia y Tacna y Arica ocupadas por Chile.

La campaña plebiscitaria y el aporte de Palca

En marzo de 1926, cuando la delegación plebiscitaria peruana se instaló en


Arica, se inició la fase de directa hostilidad de la población chilena.

En esos días, Tacna y Arica fueron escenario de constantes batallas callejeras y


además de golpes, llovieron piedras, barro, orines sobre los peruanos, escribe el
historiador Antonio Zapata. En medio de ese clima, los delegados
norteamericanos plantearon condiciones democráticas para elaborar un padrón
de votantes y desarrollar el plebiscito. “El Perú apoyó a Pershing y Chile se
opuso. Por ello, poco después, el representante de los EEUU se retiró dándole
la razón al Perú, en el sentido de que el plebiscito era impracticable por la actitud
de Chile. “

En Palca se agregó el hecho de que la oficina de inscripción y lugar de votación


del distrito era el Cuartel de Carabineros. Deba votar los ciudadanos con
domicilio en pueblos y anexos de Palca, Tacora, Cosapilla, hasta los ubicados
en la línea fronteriza con Bolivia.

En medio de ambiente enrarecido por las bandas prochilenas, alentadas por las
autoridades chilenas, hubo connacionales que se destacaron por su entrega y
amor por el Perú. Muchos de ellos ofrendaron su vida por ver el retorno inmediato
del suelo cautivo, otros fueron perseguidos, otros desaparecidos; en fin, tenían
el alto los valores nacionales por sobre el abuso y el poder. Los hay unos nacidos
en Tarapacà, otros de Arica y también los oriundos de Tacna y Tarata; no faltaron
los patriotas de Palca en estos aciagos días de difícil prueba cívica.

El Informe del jefe de propaganda plebiscitaria de la delegación peruana, Gral.


José Ramón Pizarro, da cuenta de los siguientes paisanos palqueños víctimas
de la política de terror por parte del Estado chileno en la zona ocupada de Tacna
y Arica, durante los años 1925-1926 de la campaña plebiscitaria:

Denuncias ante la Comisión Plebiscitaria

Feb. 25, 1926.


José Yufra.- Se queja por varios crímenes cometidos por los carabineros en las
montañas que rodean a Tacna, nombrando entre ellos al sargento primero.
Segundo Montecinos y a los carabineros Morales y Salinas y contra la
persecución de su padre, José Mariano Yufra, residente en Palca.

—Asencio Cohaila
Asencio Cohaila dice que el 27 de febrero que habiéndose incorporado como
arriero de la Comisión de Límites hace seis meses, don Filomeno Cerda y el
subdelegado de Palca le exigieron que debía entregar los títulos de las
propiedades que tenía, y como se negara a ello y a votar por Chile, lo
amenazaron con darle la muerte para obtener los documentos que le pedían, y
ante esta amenaza se hizo chileno y entregó los seis títulos de propiedad que
tenía.

El que firma esta declaración lo hace con el nombre de Cuaguila, y no Cohaila.


Ningún empleado de la llamada Oficina del Censo ha visto a Cohaila; y Cerda
dice que es completamente falso lo que declara Cohaila. Por lo demás, los títulos
de propiedad constan de escrituras públicas y de ellos se pueden sacar cuantas
copias se quiera, siendo completamente inútil quitar las que tenga su dueño.

—José Luis Monasterio.


José Luis Monasterio dice el 10 de marzo que fué notificado el día 6 por un nativo
para que concurriera a un desfile, bajo amenaza; que el lunes 8 encontrándose
en compañía de dos paisanos en el camino de Pocollay, varios chilenos los
atacaron por no haber ido al desfile. Monasterio, que vivía en una pequeña
localidad donde todos se conocen, no puede dar el nombre de ninguno de los
que lo intimidaron o pegaron; las averiguaciones hechas han comprobado que
nadie se mezcló con este individuo.

Jorge Basadre en su libro La historia y la vida dice que el personaje más


importante en todo el proceso plebiscitario fue el pueblo tacneño y el ariqueño.
Indica que una lista incompleta de la gente buena y humilde que murió en 1925
y en 1926 es la que sigue:
En Tacna: Juan Berríos Espinoza, José Carlos Guisa, Manuel Albarracín García,
José Gambetta Correa y su hijita de ocho años Clara Gambetta, José Pastor
Hidalgo Carrasco, Juan Carlos Lanchipa Cáceres, Pedro Rodolfo Rejas, Raúl
Liendo, Alfredo Llangato, Manuel Machicado y Manuel Espinoza Cuéllar. En
Pachía: Víctor Hume, en Calana: Santiago Vildoso y los hermanos Aquilino y
Juan Gonzales Rejas. En Calientes: Nicolás Cornejo y José Ale Berríos. En
Azufrera Aguas Calientes: Juan Vargas Barreda. En Palca. Aurelio Flores,
José Melchor y Manuel Quispe, y el niño Juan Yufra. En la quebrada del
Caplina: José Rosa, Juan y Mariano Lanchipa. En Villa Industrial: Mateo Luque,
Humberto Colque y Eufemia Ponce. En Huanune.- Doroteo y Elisa Cárdenas,
Gregorio Cache. En Paucarani: Miguel Romero e hijo. En Challaviento:
Florentino Apaza. En Tarata antes del retorno de esta provincia al Perú: Silvestre
López y Manuel Primero Franco. En Putre: Antonio Mollo, a consecuencia de
feroces maltratos.

Ya en el periodo pre-plebiscitario de 1922, se había desatado una fuerte


represión contra los tacneños con consecuente muerte, los que siguen son los
caídos en dicha campaña cívica:

En Tacna: Pascual Davis, Pedro Quina Castañón, Juan de la Cruz Quea, Juan
Espinoza Cuéllar, Julio Gil Lanchipa, Carlos Lanchipa Cáceres, Manuel Villa,
Manuel Calisaya, Ángel Gil, José Manuel Carpió, Manuel Llanque, Filomena
Liendo de Gandolfo, Pedro López, Pascual García, Bernardo Terán, Pedro Siles,
Ambrosio Arias. En Pocollay: Miguel Reynoso, José Puente Arnao, Manuel
Godínez, Miguel Soto Yufra. En Palca. Vicenta Flores, José Luis Vicente,
Dámaso Vicente, Andrea Mamani, Bartolomé Cárdenas. En Caplina: José
Rosa, y Juan Casimiro Lanchipa. En Uchusuma: 20 obreros cuyos nombres se
ignora y cuyos cadáveres fueron arrojados a un pozo de la mina. En Maure y
Mamuta Pascual Mamani, Paulino Mamani, su esposa y 6 hijos, Marcelino Flores
y 2 hijas, Miguel Romero, Manuel Coaquera. En Palquilla: Manuel Lina. En
Tarata: Máximo Ticona, Juan Sánchez, Pascual Mamani, Pablo Mamani, Donato
Mamani, José Flores, Miguel Gonzales, Rufino Galea, Eusebio Flores, Santos
Marín y Fermín Cohaila.

La entrega y sacrificio de muchos tacneños por ver la patria libre de la


dominación extranjera, y que constituye un claro ejemplo de integridad para las
nuevas generaciones; se contrasta con la participación infausta de algunos
malos peruanos como se les llamó por entonces a quienes apoyaron de manera
resuelta o disimulada la causa chilena. La posteridad no los olvida, los palqueños
actuales los recuerdan con nombres propios y los métodos que utilizaron contra
los peruanos de Tacna.
VI. EPILOGO

Junto a su pueblo, Juan Luis Pacheco de Céspedes, el valiente y pertinaz jefe


guerrillero, protagonizó en Palca el último combate de la resistencia nacional, en
la zona, luego de haberla iniciado en julio de 1880, en el mismo lugar, junto a los
bravos y intrépidos, comandantes guerrilleros Leoncio Prado (fusilado en
Huamachuco en julio de 1883) y Gregorio Albarracín (muerto en Saucini en
octubre de 1882).

Las grandes epopeyas y las acciones heroicas de la guerrilla, durante la


resistencia a la invasión chilena, constituyen una lección hermosa de la
capacidad combativa del pueblo de Tacna en el marco general de su liberación
y de su singular historia.

BIBLIOGRAFÍA
AYCA, Oscar.(2000). Historia regional. Tacna, Moquegua, Puno. Policrom.
Arequipa.
CONTRERAS, Carlos y Marina ZULOAGA. (2014).Historia mínima del Perú.
México D.F.:El Colegio de México.
KLAREN, Peter. (2004).Nación y sociedad en la historia del Perú. IEP. Lima.
PORRAS, Raúl. (1926).Historia de los límites del Perú. Casa editorial Rosay.
Lima.

AYCA, Oscar. Cavagnaro – Choque - Panty - Hualpa - Vela y otros. Historia


general de Tacna, Ministerio de Educación. Tacna, 1994

CHOQUE, Efraín. La burguesía comercial en Tacna, Pako Yunque. Editores,


Tacna, 1988.
___ , El impacto de la guerra con Chile en Tacna. Ediciones Nuevo Curso,
volumen I y II, Tacna, 1997 y 1998.

PANTY, Oscar (1999).Espacio y conciencia geográfica en Tacna. Tacna.

AHUMADA MORENO, Pascual. “Guerra del Pacífico”. Recopilación completa de


todos los documentos oficiales, correspondencia y demás publicaciones
relacionadas con la Guerra del Pacífico, publicadas por la prensa de Chile, Perú
y Bolivia. Este compendio, contiene documentos inéditos de importancia, para el
estudio y la comprensión de este fenómeno social. Tomos VII y VIII “Imprenta y
librería Americana de Federico T. Lathrop.” Valparaíso, Chile, 1890.
Vicuña Mackenna, Benjamín (1884). Campaña de Lima.

ANEXOS
1. Una entrevista a Juan Luis Pacheco de Céspedes.

Luis Guzmán Palomino2 (1990) en las pp. 319-324 de la Campaña de la Breña:


Colección de Documentos Inéditos presenta una entrevista al intrépido

2
Luis Guzmán Palomino (1990). Campaña de la Breña: Colección de Documentos Inéditos. Lima:
Centro de Estudios Histórico-Militares del Perú. pp. 314-319
guerrillero cubano, coronel Juan Luis Pacheco de Céspedes, que fue publicada
en el periódico EL DEBER de La Paz, Bolivia, el 27 de Noviembre de 1883:
“Juan Luis Pacheco de Céspedes es un hombre de mediana estatura y enjuta,
de cabellos y barba rubia, ojos de un azul muy pronunciado, presencia simpática,
pero muy poco interesante.
Había nacido en Bayamo, isla de Cuba, a mediados del año 1851. Militó en su
país desde la edad de 16 años, en casi todas las jornadas dirigidas por el célebre
general Céspedes, el desgraciado luchador por la independencia de las Antillas
en 1868 y 1869.
A la iniciación de la guerra de Chile contra el Perú y Bolivia, entró a prestar
servicios en la clase de coronel, bajo las órdenes del general peruano Buendía.
Concurrió al desastre de San Francisco, libró dos refriegas de vanguardia en
Camarones y Sama; se batió con bastante valor en el Alto de Tacna y
posteriormente concurrió a varias escaramuzas habidas antes y después de la
Toma de Arica.
Guerrillero insigne y de incontrastable perseverancia, parece que no dejó
descansar un solo día a las fuerzas que habían invadido el Perú. La crónica de
los últimos tres años refiere hechos de audacia a cuál más admirable; así como
se resiente del manejo de su autoridad en algunas comarcas y pueblos por la
severidad con que la ejercitaba y los sufrimientos que ese ejercicio traía consigo
a aquéllos.
Pacheco de Céspedes ha llegado a esta ciudad (La Paz) el día jueves después
del meridiano, en compañía de cuatro soldados. Está alojado en la habitación N°
16 del Gran Hotel. Muchos lo visitan, sea por tomarle datos verídicos sobre los
últimos sucesos de Tacna, sea por conocerlo, aunque él refiere que estuvo ya
otra vez en La Paz.He aquí la síntesis de su relación de campaña.
Comenzamos por preguntarle cuándo había salido de su cuartel principal, qué
intenciones llevaba sobre Tacna y con qué fuerzas contaba. Nos contestó:
-El 8 de noviembre salí de Tarata con la intención de marchar sobre Tacna, y
sorprender su guarnición en una hora conveniente, para reivindicar ea provincia
en nombre del Perú. Contaba para ello con 180 hombres, de los cuales 100 eran
de caballería, compuestos en su mayoría de jovencitos que apenas podían
contar 17 a 18 años. Se distinguían entre ellos cuatro muchachos bolivianos,
enteramente valientes.
-¿Cuál es el camino que siguió usted?, ¿Cuáles los contrastes que ha sufrido y
cuáles los detalles de las dos refriegas libradas con los soldados chilenos?
-La noche del 8 llegué al pueblo de Estique. El día 9 salí de él a las 3 de la tarde
con dirección a Tacna; dormí en esa noche en un lugar llamado Palquía. El 10
me levanté muy tarde. Anduve toda la noche, no obstante la neblina que podía
burlar mi derrotero. Situado en el panteón a las 4 a. m. del día siguiente 11,
preparé mis soldados para entrar a la ciudad al rayar el alba. Uno de mis
observadores me informó que las fuerzas existentes en la ciudad alcanzaban el
cuádruplo de las mías, es decir que habían más de 800 hombres perfectamente
armados. Entonces me retracté de la sorpresa que había concebido hacer; y
enderecé mi marcha hacia el camino de Pocollay.
Seguí esta vía con alguna brevedad y a las 6 menos 5 minutos rompi ya los
fuegos sobre el cuartel de Pachía. Allí existían más de 200 hombres bien
armados y municionados. Mis soldados abrieron a balazos las puertas del
cuartel, penetraron en él muchos de ellos y pelearon heroicamente hasta las 8 y
40 a. m. en que emprendí la retirada para Palca. Los chilenos se batieron, verdad
es, con valor, pero llenos de municiones y detrás de las murallas del edificio,
inexpugnables por cierto para mis pocos fusileros, tanto porque el número no era
competente para el caso, cuanto porque no disponían de grandes elementos.
Sin embargo, hubo momentos en que no pudiendo hacer una salida fuera del
cuartel, se sentían estrechados por el empuje de los míos que no tenían perdón
ni tregua para todo soldado que avanzase un pie fuera de los umbrales. De esta
manera, los míos han dado lugar a la resistencia de Pachía, pues si acaso les
hubieran abierto campo a los enemigos para que pudiesen abandonar el cuartel
y fugar, no me habría retirado tan pronto para Palca.
-¿Cuánta gente perdió usted en el combate de Pachía y cuánta calcula que
hayan perdido los chilenos?
- De los míos quedaron veinte valientes tendidos en el campo; heridos recogí 16;
perdí más de 80 mulas por la indiscreción de un subalterno que no las puso a
salvo en su oportunidad. Creo que de las fuerzas del enemigo haya habido una
baja de por lo menos de 70 individuos. Mis soldados tomaron, no recuerdo bien,
15 ó 20 caballos, inclusive monturas, pertenecientes a los chilenos.
-Y después de este suceso, ¿qué rumbo tomó usted?
-Me fuí lentamente por la quebrada de Palca. A la legua de Pachía se curaron
los heridos de la manera posible; municioné con los últimos restos la tropa y
seguí mi camino sin gran temor, por cierto, no obstante que bien suponía que
podrían seguirme con mayores refuerzos.
-¿Dónde trabó usted el segundo combate?
- A poca distancia del villorrio llamado Palca. Allí apareció a las 3 p.m. la división
completa de los soldados residentes en Pachía, de los Celadores de Tacna y
una parte del batallón Ángeles. Probablemente, según me han asegurado,
venían en número de cuatrocientos de las dos armas, haciéndome descarga
sobre descarga. Pararon en una especie de otero dominante sobre una
explanada que ocupaban mis soldados, divididos en dos alas desde el acto que
se presentaron los chilenos a fin de responder en lo posible a sus ataques
conjuntos. Eran las 5 p. m.; aproximadamente. Situados casi frente a frente,
sostuvimos un fuego graneado de cerca de dos horas. A las 7 continué mi
retirada, habiendo rechazado a toda la fuerza que me perseguía.
-¿Qué pérdidas sufrieron sus fuerzas y las de Chile en este último hecho?
-Veintiocho hombres, por lo menos, fuera de trece o catorce que pude hacerlos
recoger (tales fueron mis bajas). La refriega fue cruda y por un tiempo no
pequeño para una reducida fuerza como la que comandaba. Respecto a los
chilenos entiendo que sus bajas siquiera habrán ascendido al duplo de las mías,
en razón de que los soldados de mi mando combatían de una manera
desesperada, leónica por decirlo así. Tenían la seguridad de ser vencidos y por
eso mismo se sacrificaron sin temor ni reparo alguno.
-Rechazados los chilenos, ¿no lo persiguieron a usted y a sus buenos soldados?
-Sé que por lo menos pensaron hacerlo; pero desde que cesaron los fuegos al
anochecer del domingo 11, no he vuelto a ver un solo chileno en toda la travesía
hasta esta ciudad.
-Las noticias dicen que se mandó tras de sus huellas una fuerza suficiente para
aprisionarlo.

-Pudiera ser. La noche del 11 acampé fatigado por todo el trabajo del día, falto
de recursos y ya sin municiones, en una ranchería situada a la izquierda de la
quebrada de Palca. El 12 salí de ese punto después del meridiano, sin tomar la
menor precaución y me dirigí por el camino público que conduce a Tarata, donde
arribé al amanecer del día 13. Agrupados en el cuartel mis soldados, me
requerían llenar las bajas para emprender nuevas hostilidades. Una fiebre de
entusiasmo reinaba en todos. Mas, previendo un nuevo sacrificio sin éxito
alguno, pues el destino esaba echado para las armas de la alianza, resolví
licenciarlos y los licencié el mismo día, casi por la fuerza. Al día siguiente, 14,
salí de Tarata y me vine para esta ciudad, acompañado de mis ordenanzas.
-¿Cómo era el reparto de mando en sus fuerzas?
-El capitán Núñez mandaba una columna de infantería; el mayor Juan Herrera
mandaba otra compuesta de infantería y caballería; yo dirigía la última columna
de caballería.
-¿Qué oficiales se han distinguido en los dos encuentros que ha tenido usted?
-Todos sin excepción alguna. Basta decir que ha muerto el oficial Iturrizaga y
otros dos más que no recuerdo, cubiertos de heridas y en la mitad del campo de
Pachía.

-¿Cree usted hallarse satisfecho de sus escaramuzas?


-Sí, bastante. He peleado hasta la última hora. Quizá he cerrado el cuadro de la
guerra del Pacífico; pero lo he cerrado como se abrió: resistiendo al mayor
número, provocando la justicia de Dios sobre la causa de dos pueblos
desgraciados. No tengo la pretensión de símiles, mas la actitud de mis huestes
en Pachía bien puede aclararse examinando la valiente protesta de sangre
formulada en Calama. “
2. El parte oficial del mayor Subercaseaux sobre la segunda
acción de Palca.

“En cumplimiento a lo ordenado por US., salí de Pachía a las 12,30 P.M.,
llegando a las 4 P.M. a la entrada de Palca; ahí parte del enemigo se parapeto
en un desfiladero que enfrentaba al camino, mientras otro grupo coronaba una
altura; hice subir tras de estos a algunos soldados del Ángeles a cargo de los
oficiales Calvo y Castro; después de media hora de fuego los dispersaron,
matando a 18 soldados y dos oficiales; con el resto seguí tras de Pacheco
durando la persecución, hasta las ocho de la noche, haciendo treinta y tantas
bajas; durante todo el trayecto hemos batido, pues no han dejado de hacernos
fuego.

Como ya la caballada no daba un paso y se oscurecía, cesé la persecución, pues


solo acompañaban ocho hombres al teniente Sánchez que iba a la vanguardia.
Pacheco va para Tarata, pues en esa dirección lo hemos seguido siete leguas.
Armamento, municiones y muchos animales han caído en nuestro poder, en este
momento, 8,30 P.M., vuelvo a Palca para reponer la caballada, en donde
aguardo órdenes, por si desea ocupemos a Tarata, lo que no he tratado de hacer,
por tener órdenes de US. para no hacerlo.

Tenemos un soldado herido; jefes, oficiales y tropa han marchado infatigables


en la persecución.

Pacheco completamente deshecho, con treinta a cuarenta hombres, se nos


desapareció en dirección a Tarata, entrada la noche; mañana a la diana haré
recoger el armamento y munición del enemigo.

Se ha rescatado un soldado de la policía de Tacna que tenía Pacheco como


prisionero”.

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