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APUNTES: ANTROPOLOGÍA

José Agustín Muñiz Viu

Clase 3 – Concepto de persona


Unidad II: Concepto de persona / Facultades superiores: inteligencia y voluntad

Etimología
El concepto latino persona viene de personare, que significa “resonar, eco, sonar con
fuerza”. Y su raíz está en el griego prosopon (“aquello que se pone delante de los ojos”)
que era la máscara que se ponían los actores de teatro para que resonara la voz.
Una derivación latina es per se sonans, “que tiene voz por sí mismo”, que fue recogida por
el Derecho Romano, según el cual la persona es aquel individuo humano que, en virtud de
su nombre, es reconocido y puede desempeñar su papel en ella.
Tres observaciones:

 Desde su origen, persona está asociado a lo prominente, el reconocimiento.


 El reconocimiento de otro, la persona requiere de un alter. No se es persona aislado.
 La persona tiene un valor secundario o subordinado a algo mayor: la voluntad de
los dioses, la ciudad, el Estado, el destino.

Será el cristianismo el que le dará preminencia a la persona con la concepción de persona


como “imagen y semejanza de Dios”. Con el cristianismo, lo que se reconoce en la persona
es su dignidad. La dignidad es extensiva a todos los individuos humanos, se es digno, no
se adquiere ni se otorga, no se pierde ni se transfiere.

 La persona posee su propio ser, pero no se lo da a sí mismo. La persona es fundada,


no fundante. (En términos religiosos, es comunicado por Dios).
 La persona es “incomunicable”, esto es, que posee su ser de modo tan intenso que
no puede dar el ser a otro; puede cooperar en darle el ser a otro, pero no está en su
naturaleza “crear” otras personas. Un humano engendra a otro humano, pero no lo
crea.

Precisiones
Desde una perspectiva personalista, entonces, hay que distinguir dos planos de la persona:

 Ontológico: la persona es una substancia que recibe el ser y le es incomunicable;


se abre a través de sus potencias a todas las dimensiones de la realidad y es capaz
de actos libres. La persona permanece a través del tiempo. La persona es “la
misma”, pero no es siempre “lo mismo”.
 Dinámico: los actos libres de la persona también la determinan; la persona es lo que
es –lo que se le dio–, pero también es lo que va haciendo, lo que “puede llegar a
ser” o lo que “todavía no es”.

Unidad sustancial: alma y cuerpo. Soy ambas cosas. Soy mi alma y soy mi cuerpo. Vivo,
muero, me enamoro y me enfermo entero. Cuando se enferma mi cuerpo, estoy (completo)
enfermo; no se me enferma el pulmón. Y cuando me enamoro, mi cuerpo arde junto con mi
alma.

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Monismo  Unidad sustancial  Dualismo
El ser vivo tiene dos dimensiones. “Un cuerpo orgánico y material, y un principio vital que
organiza y vivifica esa materia” (García Cuadrado; 130). Una antropología que no tuviera
en cuenta estas dos dimensiones y el modo especial como se articulan, sería una
antropología desencarnada o desalmada; ambas inhumanas.
Mi cuerpo lo pose de un modo distinto a como poseo mi ropa; no soy mi ropa. Mi alma ama
a una persona, no a su cuerpo.

Primeros experimentos.
 El hombre se posee a sí mismo en la experiencia concreta de sentir que tiene un
cuerpo
 El hombre se gobierna a sí mismo en la experiencia concreta de sentir que controla
su cuerpo; el cuerpo hace lo que la persona quiere.

Por lo tanto, si hay algo en mí que está “por encima” de mi cuerpo, entonces soy algo más
que mi cuerpo. Es la ranura por donde uno se asoma a la libertad y a la trascendencia.
Al mismo tiempo, aparecen las primeras limitaciones. Yo no me di mi cuerpo ni puedo hacer
lo que quiera; mi cuerpo tiene limitaciones. No puedo modificarlo sustancialmente ni puedo
disponer de él como un objeto.

 No puedo vender o subcontratar mi cuerpo y retener mi alma


 No puedo acabar con mi cuerpo y retener mi alma; es más, el alma y el cuerpo se
defienden de estos intentos con dolor, angustia, sudor y temblores.

Dignidad: ontológica y moral


La dignidad de la persona humana exige que se le reconozca como un fin en sí misma,
nunca como un medio. (Tiene valor intrínseco, no precio extrínseco; no hay intercambio
posible). No es una conquista, un reconocimiento que nos hacemos en sociedad; sino que
tiene un fundamento ontológico. Desde una perspectiva ontológica, la libertad no afecta a
la dignidad. Nada de lo que yo haga o deje de hacer aumenta o disminuye mi dignidad. Ni
el crimen más horrendo que yo pueda cometer faculta a otro –Estado, Iglesia, Justicia,
cónyuge, etc.– a tratarme de modo inhumano (ej. tortura, condiciones de encarcelamiento
a condenados por crímenes de lesa humanidad, etc.).
Pero sí existe una dignidad moral, que es aquella que depende del uso que se haga de la
libertad (“Ud. no es digno de ocupar este cargo”). Las acciones u omisiones de la persona
inciden en el crédito, reconocimiento, honra, buen nombre, reputación, etc. de las personas.
Es el campo de la ética, no de la antropología.

Notas definitorias de la persona


Aquí sigo a Yepes & Stork (cap.3).
Intimidad: un “adentro” que sólo conoce uno mismo; se abre a su propio interior en la
medida que se atreve a conocerse a sí mismo, a introducirse en la profundidad de su
alma.
Manifestación de esa intimidad: Una capacidad sorprendente es la de sacar de sí lo que
hay en su intimidad. Puede comunicar lo que es suyo, comunicar-se.

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Libertad: Es la suma de las dos anteriores. Es una de sus características más radicales:
el hombre es el animal que tiene dominio sobre sus actos; no le ocurren.
Capacidad de dar: donar, regalar, amar. El don de sí mismo es el más grande de los
dones. Dimensión gratuita.
Capacidad de recibir: Correlativa de la anterior. Recepción igualmente gratuita (no se
puede pagar el don, sólo dar las gracias, recibirlo “agradecidamente”).
Diálogo con otra intimidad: Sumatoria de todo lo anterior. Si no existe esta posibilidad,
se frustra la persona completa; no existe. Personajes como Tarzán o Mowgli son ficción y
no pueden existir; existen solamente porque en la ficción, los animales hablan; están
personificados. (67).

Fines de la naturaleza humana: inteligencia y voluntad


Aquí sigo a Yepes & Stork (cap. 3.5.3.) ¿Qué es lo natural en el hombre? Lo que le es
propio: ejercer sus facultades. Lo natural en el hombre es, por tanto, el desarrollo de sus
capacidades; y éstas se dirigen a conseguir el objeto de sus facultades. Lo natural y
propio del hombre es conseguir su fin, perfeccionar al máximo sus capacidades, en
especial las superiores. La inteligencia y la voluntad.
La inteligencia  conoce y busca la verdad.
La voluntad  busca el bien.

Distorsiones
Las dos primeras “distorsiones” del concepto de persona tienen su origen en una valoración
exagerada de las dos principales potencias de la persona: la inteligencia y la razón.

 Racionalismo: reconoce la individualidad, pero funda la dignidad en el acto de


razonar, no en el ser. (Descartes: cogito ergo sum). En esta vertiente, la persona es
autoconsciente.
 Voluntarismo: reconoce la individualidad, pero la funda en la voluntad, en el acto de
desear algo. (Nietzsche, Schopenhauer). Se trata de una voluntad autónoma,
desligada del bien y del mal. No es un ser fundado (por Dios), sino que su voluntad
crea el bien y el mal; se crea a sí mismo.
 Materialismos: desconocen o terminan por anular a la persona, que no es más que
la versión más avanzada de un mundo que se explica en términos materiales.
Niegan la versión trascendente.
 Colectivismos: desconocen o terminan por anular la persona, que está al servicio de
algo mayor –el Estado, el partido, una religión.

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