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LA REBELIÓN DEL CUZCO

La Rebelión del Cuzco de 1814 fue un


episodio de la guerra de Independencia
del Perú que implicó la sublevación de
gran parte de la provincia del Cuzco —
incluyendo la intendencia de ese
nombre y las
de Huamanga, Arequipa y Puno— y
parte de la provincia de Charcas.
Durante la misma fue proclamada la autonomía y autogobierno del Cuzco, tanto
de cualquier poder extranjero como del Virreinato del Perú, gobernado por el
virrey José Fernando de Abascal y Sousa.10 La junta de gobierno quería
secundar las acciones autonomistas de Buenos Aires. Tuvo lugar en los
años 1814 y 1815, y terminó sofocada por fuerzas realistas del virreinato
peruano.

LA REBELIÓN DE TACNA
La Rebelión de Tacna de 1813, conocida
también como la Segunda revuelta de
Tacna, fue una insurrección independentista
que estalló el 3 de octubre de 1813 en
Tacna, ciudad situada al sur del entonces
Virreinato del Perú. Fue acaudillada por los
hermanos Enrique y Juan Francisco
Paillardelli, el alcalde Manuel Calderón de la
Barca, entre otros patriotas, y contó con el
apoyo del cusqueño Julián Peñaranda. Esta rebelión, al igual que su
antecedente, la insurrección de Tacna de 1811, se puso en relación con los
revolucionarios argentinos, que en 1813 invadieron por segunda vez el Alto Perú,
esta vez bajo el mando del general Manuel Belgrano. Tras la toma de Tacna, los
patriotas marcharon a Moquegua con dirección a Arequipa, pero fueron
derrotados por los realistas en Camiara (31 de octubre de 1813).
LA REBELIÓN DE HUÁNUCO
La Rebelión de Huánuco fue una
insurrección inicialmente indígena contra el
régimen colonial y posteriormente gracias a
la conspiración de varios criollos y miembros
del clero relacionada a las expediciones
rioplatenses al Alto Perú producida a inicios
de 1812.
La rebelión de Huánuco llevó el miedo al
corazón de los españoles e inspiró a los opositores al régimen colonial. Volantes
encontrados en Huamanga alababan a los rebeldes de Huánuco y amenazaban
a las autoridades realistas. Si bien la rebelión de Cusco de 1814 ha oscurecido
la memoria de la rebelión de Huánuco, lo cierto es que ni Abascal ni muchos
otros olvidaron lo que ocurrió en esa región en 1812. A manera de revancha
póstuma señalemos que cuando San Martín desembarcó en el Perú, los realistas
huanuqueños se pasaron rápidamente al lado patriota.

REBELIÓN DE FRANCISCO DE ZELA, MANUEL UBALDE Y GABRIEL


AGUILAR
Gabriel Aguilar y Manuel Ubalde lideraron en 1805 un complot
para derrocar el gobierno virreinal y restaurar el Tahuantinsuyo
o Imperio de los Incas. El plan se preparó en el Cusco durante
el período del virrey Gabriel de Avilés. Pero poco antes del
levantamiento fueron delatados, capturados y ejecutados por
los españoles.
José Gabriel Aguilar (dueño de minas) y Manuel Ubalde
(abogado) tramaron un rebelión contra la dominación española,
para instaurar una monarquía independiente en el Perú. Su
plan incluía entregar la Corona a un descendiente de los Incas.
Todo se preparó en Cusco, en 1805. Pero, contaban con 4 mil indígenas
comprometidos y todo estaba listo para tomar el cuartel y apresar a las
autoridades realistas, los líderes patriotas fueron traicionado por Mariano
Lechuga. Este lo delató e hizo que los capturaran. Poco después Aguilar y
Ubalde fueron ahorcados en la Plaza de Armas del Cusco.

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