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RESUMEN
En este artículo se pretende, de forma resumida, analizar teóricamente la relación que existe entre el
consumo de drogas y la percepción de inseguridad en los habitantes del suroccidente de
Barranquilla, con la finalidad de conocer a ciencia cierta qué variable determina la génesis de la otra
ABSTRACT
This article presents, in a summarized way, theoretically analyzes the relationship that exists
between drug consumption and the perception of insecurity in the inhabitants of the southwest of
Barranquilla, with the purpose of knowing a certain science that the variable determines the genesis
of the other
Existen numerosos estudios, locales e internacionales que consideran el delito como una
conducta correspondiente a una situación o ambiente social determinado, por ejemplo, el
consumo de drogas, en donde el delincuente obra impulsado por el medio en donde se
desenvuelve y factores relacionados con la pobreza, la poca educación, influencias, entre
otros.
Este artículo no solo quiere ver la relación droga-delito como un fenómeno individual, sino
que se percata de otros aspectos socioeconómicos y socioculturales que juegan un papel
fundamental en la construcción de la percepción de inseguridad de parte de la ciudadanía.
El consumo de drogas y el delito en la ciudad está catalogado como un gran problema de
salud pública, y estudiar este tema puede llegar a ser parte fundamental a la hora de
estipularse políticas públicas y medidas de prevención que contribuyan a la disminución de
los índices de consumo y delito.
Poder explicar cómo se producen estos factores es algo complejo, por eso que este articulo
pretende ahondar en dicha identificación y compleja explicación del fenómeno que pueda
generar material eficaz y asertivo, no solo a la administración local y al gobierno nacional,
sino que sea fuente académica para las bases teóricas de las disciplinas interesadas en
estudiar dicho fenómeno como lo son la sociología y la psicología.
Según Becker, el estereotipo del drogadicto es el retrato de alguien que viola los
imperativos morales básicos en donde el resultado suele ser el libertinaje y la sexualidad,
gracias a la inestabilidad mental inherente; a esto se le suma la noción de que el
consumidor se vuelve esclavo de la droga, y en jóvenes consumidores de escasos recursos
como los de los barrios del sur-occidente de Barranquilla , la falta de dinero y las
influencias negativas hacen que se presenten conductas delictivas, patrón que se repite con
fuerza, generando sensación de inseguridad en los habitantes que residen en estos barrios,
que vendría siendo la preocupación central de este artículo.
Los principales planes de control del consumo de drogas y conductas delictivas en la ciudad
por parte de las autoridades locales se “quedan cortos” al solucionar un problema de salud
Estudiosos del tema afirman que la delincuencia y la violencia relacionada con el consumo
de drogas adoptan formas diferentes en distintos estratos sociales. Se han dado
explicaciones de factores tanto sociales como psicológicos, demarcando la diferencia en el
enfoque de cada uno, tanto como actúa la droga en el cuerpo, así como también las
repercusiones sociales que el consumo trae.
El avance teórico más detallado sobre la relación droga – delito es el llamado modelo
tripartito de Paul Goldstein, el cual fue realizado para estudiar el consumo de crack en los
habitantes neoyorquinos en relación a la tasa de homicidio de ese entonces, 1985, clasifica
tres tipos de delitos relacionados con el consumo (sistémica, económica y
psicofarmacológica):
Violencia sistémica: es un delito derivado del mismo sistema de mercado ilegal, podría
incluirse dentro de esta categoría la presencia de armas, las disputas por territorios, los
ajustes de cuentas y todos aquellos delitos relacionados con la operación del mercado
de la droga, Goldstein afirma que el consumo predominante es el de cocaína y crack.
(Goldstein, 1985)
“La mujer de caminar pausado se hizo a un costado de la vía, sin dejar de sostener la
vela. Entre las más de 400 personas que participaron de la marcha nocturna
‘Antorchas por la Vida y la Paz’, del barrio El Bosque, suroccidente de
Barranquilla, transitaba con una cautela evidente, como expuesta al ataque de un
extraño entre la multitud.”
“-Ojo que más abajo van a quedar sin bolsos-, advertía un niño de sonrisa hinchada
a unas marchantes de El Bosque, en la puerta de una casa”
Es de gran importancia ahondar en estos dos problemas visto como tomados de la mano, ya
que no se ha podido establecer a ciencia cierta qué tipo de relación existe entre ambas
conductas, ni se ha establecido como una conducta influye en la generación de la siguiente.
Esta preocupación por el abuso de drogas a temprana edad, la creación de pandillas, delitos
está bien instaurada en el conocimiento popular, los datos estadísticos son una advertencia
para que las autoridades y grupos focales actúen prontamente sobre este fenómeno, que
perjudica principalmente a las familias de escasos recursos de la ciudad.
Es de interés, que el estado sepa cómo responder a la delincuencia relacionada con la droga,
que no es solo la criminalización de estas conductas sino el fortalecimiento de instituciones
primarias como son la familia y la escuela.
Expertos dicen que el abuso de drogas en jóvenes altera el normal desarrollo de sus
relaciones sociales y esto a su vez puede llevar al joven a tomar decisiones inadecuadas y
en ocasiones violentas. Existen factores relacionados con el abuso de drogas tales como son
la edad, trastornos parentales, influencia de los pares, y el contexto de la residencia donde
viven, esta dependencia además está asociada con trastornos psicológicos como ansiedad y
problemas de personalidad, afirman los autores del Estudio de consumo de adolescentes en
conflicto con la ley
Pablo Barbirotto, afirma que “todos sabemos que los efectos del consumo de alcohol,
marihuana, psicofármacos y otras sustancias en todos los niveles, impactan con más fuerza
en los sectores más frágiles de la población. La ausencia de un contexto familiar y social
que los contenga, provoca en estos jóvenes un estado de vulnerabilidad tal, que los hace
más permeables a las adicciones y su correlato con el delito. Esta falta de contención, de
afecto hace que los chicos se refugien en las drogas y éstas terminan convirtiéndose en la
familia ortopédica de estos niños”.
Al ser Barranquilla una de las ciudades con más índice de consumo de sustancias
psicoactivas y conductas delictivas, los ciudadanos y el gobierno realizan planes de control
social para sostener sus nociones de moral convencional, convirtiendo a la población
consumidora en una subcultura que a futuro presentará conductas delictivas gracias a la
interacción con su entorno, compuesto, por tutores y amigos delincuentes, que tienden a
modificar la cultura del consumidor y generar mayor propensión al delito, que tiende a
describir una tendencia en la vida de los delincuentes, que implicaría una situación en
donde las formas de socialización son de naturaleza criminal, esto hace que se cree una
desconfianza colectiva hacia la población consumidora de parte de los ciudadanos y las
instituciones.
Barbirotto realiza un artículo muy interesante, clasifica los delitos cometidos por jóvenes
relacionados con el consumo de drogas en 3 grupos, uno de ellos son los delitos
compulsivos con fines económicos, en donde asegura que anteriormente existían unos
códigos conductuales no escritos, era impensado que los jóvenes robaran en su propio
barrio, o los trueques como medio de pago para conseguir la droga, dentro de ese trueque
están los electrodomésticos de la casa del joven que, como señala Barbirotto, con tanto
sacrificio logro adquirir, así como los zapatos y la ropa del joven. Aunque el autor del
artículo se muestre en un contexto geográfico que está lejos de la población a estudiar,
podemos observar muchas similitudes en este problema, que, al parecer, tiene un patrón de
conducta en países latinoamericanos, siendo las familias de escasos recursos las más
azotadas por esta problemática.
Las variables consumo de droga y percepción de inseguridad pueden ser estudiadas desde
diversos enfoques, ya sea social, político, cultural y psicológico, donde es menester conocer
cómo se presentan estos factores y las causas por las que se genera este tipo de conducta
como fenómeno social o conducta desviada. Uno de los principales interrogantes que
precedieron a realizar el presente articulo son conocer cuales son los factores para que se
origine la relación, cual es el transito que hay en el consumidor a cometer actos delictivos,
cual es la percepción de los habitantes que en este caso serían el ente acusador, con el fin de
que los datos obtenidos puedan ser de utilidad para futuras investigaciones.
En el año 2014, Sandra Gonzales y Audrey Granados, por medio de la Secretaría de salud
de Barranquilla presentan un análisis sobre la situación del consumo de drogas en el
distrito, cuyo objetivo es estudiar indicadores sobre el consumo de Sustancias Psicoactivas
para mejorar el conocimiento acerca de la situación del consumo de sustancias psicoactivas
en el Distrito de Barranquilla, estimar la magnitud sus consecuencias sociales y de la
respuesta institucional y comunitaria ante este evento. Todo esto con el fin de promover
información que permita planear programas de prevención e identificar problemas en
específico que ameritan una investigación para así en un futuro poder medir cambios en el
consumo de estas sustancias psicoactivas en términos de magnitud .Si bien es común
asumir que estos actos delictivos son relacionados a sustancias ilegales, no es del todo
cierto, el estudio realizado por Gonzales Sandra y Audrey Granados demostró por medio de
tablas y gráficos que el alcohol era la sustancia más consumida en el distrito de
Barranquilla en el año 2008, sustancia a la cual se le ameritan el mayor número de actos
delictivos violentos, la cual es de fácil acceso para los habitantes, incluso para los menores
de edad. Un trabajo realizado en la Cárcel Distrital en el 2005 revelo que lo internos
reconocieron que el consumo de alcohol estuvo asociado al delito por el cual estaban
sindicados; el 64% manifestó haber consumido marihuana alguna vez en la vida. Se hace
más evidente la relación del consumo de drogas y los actos delictivos gracias a los estudios
realizados presentes en esta investigación. Numerosas son las sustancias psicoactivas que
circulan las calles, aparte del alcohol hay otras sustancias que tienen una relación estrecha
con la violencia como; la cocaína, el crack, el bazuco y las anfetaminas, han presentado
también fuertes asociaciones respecto con actos delictivos violentos
En 1995 Gallo Liliana, Orozco Lucy y Pinilla Marta, realizaron una tesis para aspirar al
título de magister en desarrollo social cuyo objetivo fue identificar las potencialidades que
tienen las familias de escasos recursos económicos para el desarrollo de los procesos
comunitarios de socio gestión y educación popular.
Pero, aun con tantas investigaciones, ¿se puede determinar a ciencia cierta cuales son los
acontecimientos que producen una sensación de inseguridad y estigmatización social hacia
los consumidores de droga en la ciudad? Las personas que pretenden estudiar estas dos
variables deben tener en cuenta las premisas de que existen personas que son consumidoras
frecuentes de alguna droga y no presentan delitos, así como existen personas que presentan
actos delictivos sin consumir droga, es por esto que este trabajo brinda material
significativo que aporta a la construcción de prácticas para el control de este problema. En
el caso del suroccidente de Barranquilla, aun se necesita saber cuales son los factores
psicológicos y sociales que influyen tanto en la comisión de delitos como en la
estigmatización social hacia los consumidores, también es necesario examinar cuales son
los aspectos que determinan el transito del consumo de drogas hasta la percepción de
inseguridad en los habitantes y el delito principalmente los que son generados con fines
económicos como los atracos son los detonantes que crean la percepción de inseguridad
entre los residentes.
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