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Análisis de la relación de los Enfoques de Prevención del consumo de

Drogas y la Psicología de la Salud, Bioética, Psicología del Caos y Psicología


Positiva

La droga es toda sustancia que introducida en el organismo por cualquier vía de


administración puede alterar de algún modo el sistema nervioso central del
individuo y es además susceptible de crear dependencias, entendiendo esta como
como el conjunto de manifestaciones psicológicas y cognitivas, en el cual el
consumo de una sustancia o de un tipo de ella adquiere una prioridad máxima
para el individuo, caracterizada por el comportamiento y otras respuestas, que
siempre incluyen una compulsión a tomar droga de forma continua o periódica,
para experimentar sus efectos psíquicos y , algunas veces, para evitar el malestar
de su ausencia.
Sin embargo, existe un factor primordial que beneficia a las comunidades a evitar
o “no caer” en la drogodependencia, como lo es la prevención que significa evitar
que un daño aparezca. El objetivo de los distintos enfoques de prevención es
reducir el consumo de drogas en las comunidades. Los enfoques fundamentales
para la prevención integral del uso indebido de las drogas son: a) habilidades para
la vida, b) factores de riesgo y protección, c) resiliencia y d) promoción de estilos
de vida saludable. El primer enfoque (habilidades para la vida) les permite tener a
las personas una relación coherente y consistente entre valores, actitudes y
habilidades frente a diversas situaciones, dichas habilidades abarcan el
autoconocimiento, comunicación asertiva, relaciones interpersonales, empatía,
solución de problemas, toma de decisiones, pensamiento creativo, pensamiento
crítico, manejo de emociones y sentimientos, manejo de tensión y estrés.
Los factores de riesgo son las características o circunstancias de naturaleza
biológica, psicológica, ambiental, social o cultural, cuya presencia aumenta las
probabilidades de que se presente un problema que afecte la salud o el desarrollo
humano de un individuo o del colectivo. Mientras que los factores de protección
son circunstancias o eventos de naturaleza biológica, psicológica, social o cultural,
cuya presencia disminuye la posibilidad de que se presente el problema.
Asimismo, la resiliencia es la capacidad que tienen las personas, que a pesar de
enfrentarse a circunstancias desagradables y ambientes de alto riesgo, se
desarrollan y se mantienen psicológicamente sanas y exitosas. Además, el
enfoque de estilos de vida saludables se centra en la promoción de estilos o
modos de vida saludables como eje de la prevención de la droga, entendiendo que
un estilo de vida saludable es aquel que genera pocos comportamientos de riesgo.
Ahora bien, ¿cuál es la relación existente entre los cuatro enfoques de prevención
mencionados anteriormente y la psicología de la salud, bioética, psicología del
caos y psicología positiva?
De acuerdo con Oblitas la psicología de la salud es la suma de las contribuciones
profesionales, científicas y educativas específicas de la psicología como disciplina,
para la promoción y mantenimiento de la salud, la prevención y tratamiento de la
enfermedad, la identificación de los correlatos etiológicos y diagnósticos de la
salud, la enfermedad y la disfunción asociada, además del mejoramiento del
sistema sanitario y la formulación de una política de la salud. Entendiendo el
consumo de drogas como un problema o enfermedad, la psicología de salud se
relaciona con todos enfoques debido a que uno de sus objetivos es prevención y
tratamiento de las enfermedades, así como la promoción de estilos de vida
saludables, mediante la una mejor nutrición, práctica de ejercicio, desarrollo de
habilidades sociales, entre otras. Por lo que, desde esta rama en conjunto con los
enfoques de prevención se pueden modificar actitudes (promoviendo y mejorando
la salud), implementar campañas de educación dirigidas a las familias, escuelas y
comunidades sobre los mitos, causas y consecuencias del consumo de drogas
con la finalidad de disminuir los factores de riesgo.

Por otra parte, la bioética es el estudio sistemático de la conducta humana en el


ámbito de las ciencias de la vida y del cuidado de la salud, examinada a la luz de
los valores y de los principios morales. Es decir, independiente de la situación en
la que se encuentre la persona, esta tiene derecho al apoyo, al respeto, a no ser
discriminada y a no ser lesionada. Un ejemplo de ello sería en las instituciones
que se dedican a la prevención y el tratamiento del consumo de drogas, donde
una persona no puede ser vulnerada por el hecho de tener una
drogodependencia, pues los métodos utilizados deben ir de acuerdo a las
necesidades del paciente, sin violar sus derechos como ser humano, así como
debe tomarse en consideración que cada persona es diferente y no todas
responden a las circunstancias y al tratamiento de la misma forma.
Al mismo tiempo, la psicología del caos basada en la teoría del caos explica las
variaciones e incertidumbres que se producen en cualquier individuo, y que a su
vez, condicionan en sentido holístico la estructura del mismo, no sabiendo
exactamente lo que puede pasar en el futuro. Ello influye en los hechos que se
van a producir, ya que al no poder estar seguros de que nuestras hipótesis y
supuestos explicativos de probabilidad se cumplan, debemos rechazarlos y
esperar con ciertas dudas e inseguridad lo que podemos saber y controlar con
respecto a aquello que va a ocurrir, lo que produce caos. La relación de esta área
de la psicología con los diversos enfoques de la prevención del consumo de
drogas es la inseguridad o el desconocimiento de los factores positivos o
negativos en el entorno social como cultural, religioso o familiar del individuo que
influirán en un futuro de manera inesperada sin poder saber el efecto de estos con
las drogas sabiendo que las probabilidades son altas o bajas. Podría explicarse
con un ejemplo: imaginemos un niño que ha nacido en un entorno complejo. Sus
padres están separados, tienen problemas con las drogas y rasgos de conducta
alterada por las circunstancias de su vida. Ese niño, vive como puede y tiene
grandes probabilidades de adoptar las adicciones de sus padres.
Con los años, desarrolla su supervivencia en lo que va conociendo de la calle y sin
modelos a seguir que puedan ayudarle a identificarse.

¿Quiere eso decir que dicho niño tiene numerosas posibilidades de consumir
drogas, de ser adicto, con una conducta desadaptativa e incluso ser rechazado
por esto?

Pues no tiene que ser así ni puede presuponerse. Que todo apunte a que una
persona por ciertos motivos llegue a ser un adicto no implica necesariamente que
deba ser así. Multitud de variables que no pueden ser controladas tienen un claro
efecto particular y único en nuestra vida.

Por otro lado cuando estos enfoques de la prevención se relacionan con la


psicología positiva se produce un cambio radical en donde se reduce lo negativo
de la adicción y se aumentan tanto las habilidades sociales, los estilos de vida de
fortifican dando nuevas oportunidades, la resiliencia se enfoca más que todo en
las capacidades de la persona para afrontar la situación y los actores de
protección aumentan. Con la psicología positiva se trata de llevar a la persona a
un bienestar mayor y preventivo fortaleciendo sus virtudes humanas. En los
enfoques de vida saludable aporta la estimulación de la creatividad, la inteligencia
emocional, el humor la felicidad en si para que la persona tenga más ámbitos en
los que enfocarse. El Autoconcepto y la autoestima lo trata como pilares
fundamentales en la seguridad para afrontar situaciones de prevenciones, Aporta
herramientas adecuadas para favorecer los factores de protección. Profundiza en
los intereses y motivaciones individuales de cara a la vida personal y social.

La Bioética puede definirse como "el estudio sistemático de la conducta humana en el


ámbito de las ciencias de la vida y del cuidado de la salud, examinada a la luz de los
valores y de los principios morales". La Bioética se ha convertido en uno de los temas de
obligada referencia en la medicina y la investigación actual, una nueva disciplina que ha
ido adquiriendo a lo largo de los últimos treinta años un importante cuerpo doctrinal,
convirtiéndose en una de las ramas de estudio más desarrolladas de la ética. Esto ha
dado lugar a un relanzamiento de la ética médica, enriquecida con nuevas formulaciones
y principios de argumentación, en los que la competencia profesional y los datos
obtenidos de la evidencia científica se convierten en requisitos básicos para la toma de
decisiones morales. Precisamente esta confrontación y armonización de datos científicos
y dilemas éticos distinguirá a la nueva Bioética de la clásica Deontología médica
enunciada por Hipócrates ya en el siglo V a.C. Surge, por tanto, esta nueva área de
conocimiento y de discusión, partiendo del legítimo pluralismo ideológico, como una
necesidad de logros de acuerdos a nivel de la comunidad científica internacional, para
asegurar el respeto a la vida humana y la dignidad personal en el ámbito de la
investigación científica y el trabajo biomédico.
La nueva ética biomédica intenta recuperar el sentido de dignidad del ser humano, como
paciente o sujeto de investigación, en todas las fases de su vida, reconociéndolo en todo
momento como sujeto de derechos, lo que implica necesariamente el respeto a su
libertad y el acceso a la información útil en cada caso, integrando estos derechos con los
deberes de conciencia del propio médico, que no debe quedar en ningún momento
despojado de su propia responsabilidad ni de sus propias convicciones, ya que cada uno
somos responsables de nuestros propios actos sin que podamos delegar en nadie nuestra
responsabilidad moral.
La bioética, como disciplina autónoma, surge en los años setenta del pasado siglo
XX y es definida “el estudio sistemático de la conducta humana en el campo de las
ciencias biológicas y la atención de la salud, en tanto dicha conducta es
examinada a la luz de los principios y valores morales”. Su aparición se debe
principalmente a:
• Los vertiginosos adelantos en biotecnología.
• El creciente reconocimiento del derecho de las personas a tomar decisiones
autónomas respecto a su salud.
• Los movimientos sociales que propugnan erradicar la discriminación de sectores
de la población con elecciones de vida que se apartan de los rígidos estamentos
legitimados durante los últimos siglos.

En tanto saber esencialmente multidisciplinario, y teniendo como objetivo “el


estudio sistemático de la conducta humana” no cabe duda de que uno de sus
pilares fundamentales está constituido por la perspectiva psicológica de temas tan
dilemáticos como lo son los los referidos a la salud mental de los seres humanos.

Algunos bioeticistas consideran tan importante la presencia de la reflexión ética en


el campo de la psicología y la psiquiatría, que proponen el término psicoética,
entendiendo por tal : “el estudio metódico y sistemático de los problemas bioéticos
que surgen en el ámbito de la práctica de la salud mental específicamente”

Principios bioéticos aplicados al campo de la psicología


La bioética – en tanto ética aplicada – tiene como tarea primordial, ofrecer un
marco reflexivo de principios morales que sirvan de instrumento para la toma de
decisiones y fundamento de las mismas en los casos concretos que se le
presentan en la práctica cotidiana a un equipo de salud.
A partir del surgimiento de la bioética se establecieron cuatro principios que sirven
de guía en los lugares habituales a los que llegan este tipo de problemas: los
comités y las comisiones de bioética institucionales. Es aquí donde se discuten
interdisciplinariamente los casos conflictivos. Los principios son:

- Principio de No Maleficencia
- Principio de Justicia
- Principio de Beneficencia
- Principio de Justicia

Aplicados al campo de la psicología en cada uno de ellos debemos atender a:

- No Maleficencia: Ética de la no – lesión.


Relacionada con la extrema vulnerabilidad que caracteriza al enfermo mental. Por
ejemplo evitar internaciones por razones que clínicamente no están bien definidas.
Superar definitivamente la nefasta relación cárcel – manicomio en la que el
ingreso a una institución sanitaria no responde a un objetivo terapéutico sino a un
castigo y exclusión social.

- Justicia: Ética de la no – discriminación.


Promover la eliminación del estigma social relacionado con la enfermedad mental.
Impulsar el acceso equitativo a una atención integral y de calidad tan relegado por
las políticas de salud.

- Beneficencia: Ética del apoyo.


El paciente con disfunción mental ha sido históricamente el más afectado por la
tradición paternalista. Precisamente su enfermedad – en mayor o menor medida –
interfiere en su capacidad cognitiva y volitiva, predisponiendo al profesional
tratante a tomarlo como sujeto pasivo. Lo éticamente correcto es valorar su grado
de competencia y acorde a éste, integrarlo al proceso terapéutico.

- Autonomía: Ética del respeto.


Prioritariamente cumplir con la obligación de confidencialidad. Más que ningún otro
profesional, el psicólogo es depositario de información extremadamente sensible.
El paciente tiene derecho a una información veraz, comprensible y adecuada
sobre su proceso de salud y su evolución. En todo lo concerniente a la esfera de
su intimidad, se deben reforzar las medidas que conciernen al secreto profesional,
especialmente cuando se trabaja dentro de una Red o equipo terapéutico, al
evaluar diagnósticos, intercambiar informes o comunicar resultados.

Las obligaciones morales derivadas de los cuatro principios no son exclusivas de


cada uno de ellos.
Todos tienen como objetivo considerar al paciente con trastorno mental con la
dignidad propia de cualquier ser humano, desterrando para siempre los prejuicios
discriminatorios instalados en la sociedad respecto a estas patologías.
Se debe reforzar la alianza terapéutica evitando el quiebre o fragmentación entre
lo clínico y lo social. Teniendo siempre presente que de la dimensión psicológica
dependen fundamentalmente la calidad de vida y la libertad existencial de los
seres humanos.

PSICOLOGIA DE LA SALUD
La psicología de la salud es una rama de la psicología que nace a finales de los años 70
dentro de un modelo biopsicosocial según el cual la enfermedad física es el resultado no
sólo de factores médicos, sino también de factores psicológicos (emociones,
pensamientos, conductas, estilo de vida, estrés) y factores sociales (influencias culturales,
relaciones familiares, apoyo social, etc.). Todos estos factores interactúan entre sí para dar
lugar a la enfermedad.
La psicología de la salud se centra fundamentalmente en las enfermedades crónicas, y las
investigaciones y desarrollo de planes de intervención se han centrado en enfermedades
tan diversas como la hipertensión, dolor crónico, artritis, asma, diabetes, cáncer,
trastornos cardiovasculares, enfermedades reumáticas, diabetes, SIDA, intestino irritable,
dolor de cabeza, úlcera, dismenorrea, enfermedad inflamatoria intestinal, etc.

POSIBILIDADES DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD.


- Apoyo institucional y consideraciones pragmáticas respecto a más puestos de trabajo y
más recursos.
- Esto diferencia a la psicología de la salud con la medicina comportamental.
- La psicología de la salud, ha sido sustentada sobre soportes económicos.
CARACTERÍSTICAS DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD.
1. - La psicología de la salud, surge desde la psicología y es una aplicación más dentro de la
psicología.
2. - La psicología de la salud se nutre por lo tanto de cualquier aspecto de la psicología que
sea de interés en/para el área de la salud.
3. - La psicología de la salud estudia primordialmente el comportamiento en su significado
más ambivalente de la persona sana o enferma. Sin embargo, su eje vertebrador se trata
desde un posicionamiento de salud positiva, es decir, desde la promoción y
comportamientos de salud y de las conductas o control de riesgo.
4. - La psicología de la salud se ocupa prioritariamente, del comportamiento normal de la
persona en el proceso de salud.
5. - Dentro del proceso de la salud, la psicología de la salud también se ocupa del
comportamiento de los profesionales de la salud.

 Relacionar los enfoques de la prevención con la psicología del caos y la psicología positiva

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