Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
El Amor consuela al Arte de la pintura de salón, despre torias. La interpretación negativa es un fenómeno eu-
ciado por los defensores de la estilística estético-clasicista, ropeo generalizado, y la novela es considerada como
como simple representación de escenas cotidianas. Cuadro un género carente de arte bajo el aspecto estético y
de Jean Louis FranEois Lagrenée, 1781 París, Musée Na- como algo peligroso desde el punto de vista moral, re-
tional du Loua,re. bajándola al nivel de divertimento inútil y pasatiem-
po peligroso, teniendo como referencia muchas veces
formas literarias triviales. Esta concreta inhavaloru-
ral. Pero incluso la descripción de la vida diaria de ción aún mueve aBalzac en 1810 a rechazar la deno-
los estratos sociales medios es considerada como es- minación de <<novela» para sus «Scénes de la vie pri-
tilo inferior. Es significativo de esta situación el que, vée». En la literatura alemana esta misma postura
por ejemplo, Henry Fielding escriba sr novela Tom asignará, hasta bien entrada la mitad del siglo y fren-
lones 1749) en un tono cómico-humorístico, afirman- te a la meciente importancia de la novela y el relato
do: «that kind of novel which, like this I am writing, corto, un lugar cardinal en Ia jerarquía de los géneros
is of the comic class». a la épica, pues la novela, como puede verse en el
Las novelas quedan, pues, relegadas ala categoria caso de Robert Prutz, sigue siendo infravalorada en
de estilo in{erior y con frecuencia son consideradas to- cuanto expresión literaria y prosaica de una situación,
davía como algo fantástico-novelesco, como mero pa- mientras la épica posterior es aún considerada como
satiempo. Así queda reflejado, en 1742, en el[Jniuer- expresión literaria de «situaciones poéticas», Así la
sallexikon (Diccionario UniuersaD de Zedler: «Novelas novela queda claramente asignada a una presente e in-
[...]: así se llama a aquellos libros en los que está con- ferior realidad mienras la épica se vincula a una rea-
tenido todo género de narraciones heroicas o amato- lidad venidera y mejor.
rias, totalmente noveladas o presentadas en situacio- Por otro lado, ya en el mismo siglo XVIII el discur-
nes noveladas» (vol. 32, pág. 700 ) . Tampo co la avan- so poetológico comienza a rcparar el anterior descré-
zada Encyclopédte (Enctclopedia) rccoge una valoración dito del género, preparando el cami¡o a una relaja-
progresista del género: «recit fictiv des díverses aven- ción de la preceptiva estética clásica. Con ello, el prin-
tures merveilleuses ou vraisemblage les de la vie hu- cipio imitativo sufre un decisivo desplazamiento: la
maine» (Louis de Jaucourt). ficción novelada pierde eI carácter fantástico-noveles-
El rechazo poetológico se ve reforzado por muchos co, debiendo convertirse en reflejo del mundo histó-
autodenominados educadores del pueblo, que lanzan rico-cotidiano. Así 1o pone de manifiesto, por ejem-
improperios contra los lectores de novelas, refirién- plo, Diderot en st Eloge du Richardson (Ehgio de Ri-
dose a las novelas de caballería, de bandidos o am¿- chardson, 1162). Con elránsito de 1o imaginario no-
110 Georg Bollenbeck
nes de
velesco a 1o imitativo verídico, el género se abre a nue- tales. t
vos campos temáticos, en concreto, a los banales acon- v LIittt
tecimientos de la totalidad de los estatos sociales' De cho ar¡
este modo, su carácter estático y predominantemente Pu-shki¡
moralista comienza se exige una y otra vez
-según
en numerosos textos poéticos- a perder su función
de imagen guía. Con su creciente orientación haciala
vída díarialla novela, libre del héroe clasicista sobre-
dimensionado y fantástico-novelesco, devíene- intere- Presul
sante incluso parala áidáctica ilustrada. La difundi de la'
da educación iel género humano lleva así en la poé-
tica a la exigencia" de un carácter autodidacta y a .7a
)'exEI
representacién de sus acciones, sentimientos y cir-
cunstancias concretas. Des(
La mencionada rclajaci1n de la preceptiva estética er-oluci
clasicista sólo puede ser entendida como una concre- prende
ta modalidad áe h amplia contradicción entre su cla- e§ta ¡e
sicismo tradicionalista y el conocimiento de la auto- ción d
valoración y autonomía de las distintas épocas histó- tente (
ricas. Así, johrnt Gottfried Herder, frente a Johann el los t
Toachim Úinckelmann , rechazará la simple copia e indirid
imitación del arte clásico, siendo uno de los primeros <<Le neueu de Rameauo, de Denis Diderot. Frontisptcio
pr_oble
en preguntarse en qué consiste la-ley histórica del de la t¡rimera edtción publicada en París, en 1821, retra'
pienre
.uorbíJ"ttt. unas y otras épocas. La incipiente his- ducid) de la uersión hicha por Goahe en 1805. París, Bi
puesto
torización del momento viene también a remover la bliotéque Nationale.
Cilm€fr
jerurqtía tradicional ente los géneros.. Del mismo
\I¿s. ¿
vida cotidiana como tema, liberándose del personaje oereirinaie, l82l-29),será considerado como el paru-
clásico sobredimensionado o fantástico-novelesco, y iigñ, d. la novela de formación, al,cual también se
delineando caracteres psicológicamente, diferenciados reñ,ite la más importante de las novelas de educación
con sus acciones, sentimientos y circunstancias, el gé- de un caráctrr, bn grüne Heinrbh (Enrique el uerde,
nero se conviette crecientemente, con esta forma 1854-5511879-80), d¿ Gotdried Keller. En el mismo
«ampliada» de narración, en medio de autorrepresen- sentido, sin el influjo de los románticos E'T'A. Hoff-
tación y autoconfiguración de la conciencia burguesa' rnunn y Lord Byron serían impensables las produc-
Surgira así una acumulación intraliteraria, con cam- ciones'de Gogoi. Y es significátivo de estas relacio-
La noaela conto panorama socia/ de la época bttrguesa, Not'ela psicológica y burguesía 11 1
nes de continuidad el que para sus obras fundamen- Igualmente, eI establecimiento de la novela como
tales, como Reuizor (El reuisor, 1836, comedia) généro específico de la época en el seno de la litera-
y Mértaye duii (Las almas muertas, 1842, novela), di- i.rru .urop"u sólo puede analizarse desde la relación
tho uuior tome sus temas del romántico Alexander funcional entr. pró..tos económicos, políticos y cul-
Pushkin. turales, De estaiorma, la <<coexistencia>> rcemplaza a
las relaciones causales entre evolución social y evolu-
ción del género, sin olvidar, como condicionamiento
social glolal, la continuidad y totalidad de la evolu-
ción histórica. En este sentido, una situación social
Presupuestos generales: la prosa determinada permite el desarrollo de distintas formas
artístícas, pero no actúa como causa defínitiva de su
de la burguesía como familiaridad
diferenciaiión. Así, en el seno de la literatura realista
y extrañamiento v su característico ensamblaje de géneros surgen for-
-u, aaaot.t en 1a prosa, como el cuento, el relato
breve y el diario, y textos semiliterarios, como e1 re-
Desde la perspectiva del discurso teórico y de la
portajé de guerra o el relato de viajes, el libro de no-
evolución ptáctícapuede describirse, aunque no com-
ias e incluso el folletín. De igual modo, en la tantas
prenderse, la revalorización de éste género; y es que
veces mencionada época del realismo casi todas 1as li-
ésta se encuentra en relación funcional con la disolu-
teraturas nacionales aún producen textos de orienta-
ción de la sociedad estamental y e1 surgimiento, la-
ción clásica o romántíca. En condiciones sociales idén-
tente en un príncipio, del orden social burgués. En
ticas pueden darse en efecto formas artísticas y ten-
é1 los hombrés disponen de mayores posibilidades de
denciás estilísticas claramente diferenciadas. Esto es
individualización, pero, al mísmo tiempo, se tornan
también válido para el desarrollo de la novela. Así, a
problemátícos, De esta forma, 1os estratos de la inci
partir de 1830, predominan cualitativamente las gran-
piente sociedad de clases burguesas serán un presu-
des novelas realistas, mientras impera cuantitativa-
pr.rto parala configuración del individuo psicológi-
mente en el mercado una literatura trivial, con cuyas
iu-.nté modvado en un aquí y ahora ficcionales. tiradas só1o pueden compararse algunos autores <(se-
Mas, aun así, las novelas no sufgen como resultado
rios>>, como Dickens. La mayor parte de los autores
de unos presupuestos económico-socíales singulares,
importantes de novelas se benefician de hecho de la
sino que aparecen junto con ellos, impulsadas y po-
apárición de un mercado literario y de un público ma-
sibilitádas por aquella acumulación intraliteruúa, a
riuo; p.ro sólo participan de forma relativamente 1i-
partir de la cual los autores concretos van creando sus
mitada de ese gran contingente de público lector. Las
obras,
más altas tiradas las consigue en realidad una litera-
tura amena y útil para la vida, que presenta variadas
Tarjeta de usuario de la Biblioteca del balnearitt de \Xlies ofertas sensibles a un público aficionado y sin ningu-
baden, 1849. \f,/iesbaden, Museum. na preparación intelectual. En Francia, por ejemplo,
1r 2 Gtorg Brtllutbtck
aparecerá une muY fuerte «1ittérature industríelle», Este enfrentamiento se torna ahora más agudo e -r'
que produce nor-elas como churros, .v bajo la firma trincado, pues las relaciones enffe los hombres n-
de Alerandre Dumas se publican más libros de 1os aparecen ya claramente, como ocurría en 1a sociedrt¡
que e1 auior hubiera podido escribir trabaiando inin- estamental, como una relación de poder .u- sen id,-r-:-.
rerrumpidamente noche .v día. bre, sino que son percibidas como un movimien:
De este modo. la nol,ela realista no surge de 1a so- propio, objetivado, que no tiene en cuenta 1as '-:-
creclad burguesa establecida) pero aparece con e11a, v cunstancias humanas v personales, sino obedece mr,.
cc,n dicha nor,ela e1 género elabora una nueva v com- bien palmariamente a imperativos objetivos, orienr¡-
p.lera realidad, muy por encima de 1a singular apro- do hacia 1a competitividad v prosperidad de las en-r-
piación de 1o real por parte de 1os autores indir,idua- presas y pro--rrs6¡.r. La tendencia hacia la obietir,,ación
1es l con una compleiidad notablemente elevada. sólo puede ser aqr-rí apr-rntada. Lo definitivo es qLle,
La rdea de una realidad compleia significa aquí r-rn para la experiencia indir,idual de la cotidianeidad, 1a
cambio económico y político; 1a situación de los hom- sociedad pierde en tansparencia, al desaparecer las
bres v 1a relación recíproca entre el1os cambian, en relaciones estamentales de respeto, obligación .v ser-
efecto, decisivamente. Sobre todo a partir de 1810 vidumbre. Así se vuelve más compleja v extraña para
1os individuos, de forma que éstos no pueden seguir
-primero en Inglaterra, Francia -v Bélgica, y más tar-
de también en Alemania v Holanda-, la técnica -v 1a usando 1as etiquetas heredadas como referentes para
industria, el comercio .v el intercambio. las ciencias na- sus experiencias cotidianas. Reinhard Kosellek se ha
turales -v la escuela, experimentan un auge sin paran- referido así a esta importante característica socio-his-
gón en la historia anterior de la humanidad. En este tórica: «La pérdida de referentes concretos v durade-
momento, ia forma de producción capitalista, con 1a ros de denominación. dotados de un contenido social
introducción de1 mecanismo de 1a industria, adquiere o político, que ya fue recogida por 1a historiografía
r-in carácter revolucionario. Con el1a se eliminan, cada moderna, caracteriza la l,ida diaria cada vez más in-
vez más, el trabalo artesanal v la manufactura, ,v el es- tensamente. Las condiciones tecno-industriales esca-
tático corporativismo se pone en movimiento. «La pan sobre todo a esta erperiencia. Por e1lo aumenta
continua transformación de 1a producción, la ininte- el grado de abstacción de numerosos conceptos, ,ve
rrumpida conmoción de1 sistema social, 1a eterna in- que de esta forma puede abarcarse la creciente com-
seguridad y agitación, diferencian a la época burgue- plejidad de 1as estructutas económícas ,v técnicas, so-
sa de tiempos anteriores. Todas 1as relaciones socia- ciales y políticas» (Studten zum Beginn der modernen
les radicionales, con su séquito de conceptos e ideas Welt: Estudios sobre el coutienzo del mundr,, tnoderno,
antiguas y ,,,enerables, se disuelven; todas las que 1es pág. 298).
sustituven, enr,,ejecen, antes incluso de que puedan Junto a la tenclencia a la objetivación, con la cual
osificarse. Todo 1o só1ido v permanente se desvane- 1a sociedad se r,ueh,e extraña al individuo, apunta una
ce, todo 1o sagrado es profanado, -v 1os hombres son tendencia a la socialización, con 1a que 1a realidad pue-
forzados finalmente a dirigir la mirada a sus condi- de presentarse de forma más coherente v transparen-
ciones de vida y sus recíprocas relaciones, (F. Engels te. Gracias a 1a gran indusria, 1a socialización del tra-
,v Karl Marx, Mantfest der Kommmistischen Partei: Ma-
bajo adquiere, en efecto, forma nueva. La gran ma-
ntfiesto del Patido Comunista, en: -i\{Elfl", r,o1. 4, nufactura preindustrial 1, e1 capital comercial ,va abri-
pág, 465). La nueva dinámica social se manifiesta, gan una tendencia a unificar 1a sociedad por encima
pues, no sólo en una alta producción industrial v en de la economia de <,,Ia casa». Por este motivo, 1os mer-
una agricultura floreciente. Con ella r¡an ligados un cantilistas propugnan el desarrollo de1 mercado nacio-
fuerte crecimiento de la población, un éxodo nacio- na1, al que impulsan interiormente y pretenden pro-
nal e internacional a 1os correspondientes centros in- teger exteriormente por medio de aduanas. Pero sólo
dustriales ,v una creciente urbanización con nuevas Ia granindustria hará posible la lbrma cooperativa del
aglomeraciones ¡, suburbios infames. De dicho desa- proceso de trabajo (con escalas jerárquicas cada vez
rro11o sacarán provecho los rentistas y empresarios, v más rígidas) gracias a la aplicación racional de 1a cien-
con é1 caen a menudo en una nueva forma de mise- cia y la explotación planificada de Ia naturaleza. Es
ria los trabaladores asalariados, los agricultores em- ahora cuando el mundo aparece como unidad) con su
pobrecidos, los artesanos y comerciantes. Pero esta mercado mundial -v sus crisis económicas -como 1a
dinámica dará lugar además a mentalidades competi- baja de 7857-, que afectan a todos 1os países indus-
tir,as, viéndose acelerada por ellas. Los antagonismos trializados y que ,va no dependen de dificultades en
sociales entre pobres y ricos, también tendencialmen- Ia agricultura. Los ferrocarriles, 1os barcos de vapor.
re entre clase trabajadora ,rr [u¡gr.sía, se mostrarán 1a construcción de canales y 1os telégrafos aumentan
ahora especialmente tensos. Así lo expresa 1,a el jo- la movilidad y rapidez de comunicaciones. La forma-
i-en Balzac: «Mais cet argent, source de tous les plai- ción de aquella «commetcial society» en la que Adam
sirs. est aussi le but de toutes les tentatives». Y de Smith descubre ya «a rer,olution of the greatest im-
e1lo se deduce para é1 una lucha de clases incesante. portance>>, da lugar a una coherencia que desconocen
La nouela carul pdnlrtflta.rocial de /a ipoca lturgaesa. lloaela psicológica
1 burguesia L13
'i+ir-.
Jüisd r
I
ffi&
..:{.{+:*.ñ,
; .''"' 1 -.:"';,*
Un «Versailles» del socialismo primitiuo: colonia colecti- 1os acontecimientos) e igualmente respecto a los indi-
ua segírn el modelo del «falansterio» ideado por Charles viduos y su destino, que eran propios de 1a poesía,
Fowrier. Liografía de Jean Arnoux, posterior a 1840. Pa- en 1a medida que ahora ello es posible con talés pre-
rís. Búliotbéque Nat ionole. supuestos. Así uno de los conflictos más comunes y
apropiados a la novela será el conflicto entre la poá-
sía del corazón y 1a prosa contrapuesta de Ia situa-
1as sociedades estamentales con sus formas específi- ción social efectiva, más el concreto acontecer de las
cas y casos particulares diferenciados. circunstancías externas» (Snmtliche Werke: Obras com-
La tendencia a la objetivación y a la socialización pletas, vol. 13, págs. 215 y ss., y vol. 14, pág.39r.
apaÍece en la apropiación individual de Ia realidad No es, pues, casual que el cambio y la evolución
dada a Ia vez como familiarídad v como extrañamien- sean categorías centrales del siglo XIX. Es entonces
to. A_esta irrterdependencia entrá realidad dada y de- cuando aparece la ciencia de la sociedad, la sociolo-
sarrollo del género que nos.ocupa ya se refiere Hegel gia, y la psicología se convierte en una ciencia autó-
en sus Vorlesungen i)ber dte Astbetik (Lecciones sobreis- noma. El ritmo del desarrollo socioeconómico debili-
téticd, publicadas en 1835-1818: «Las conringencias ta y trastorna los antiguos ordenamientos, que con
de la existencia externa se han convertido .r rn or- sus jerarquías y estamentos sociales ofrecían orienta-
den fijo y estable de la sociedad burguesa y del Es- ción y explicación coherentes. Ante los individuos la
tado, de modo que ahorala policía, los tribunales, e1 realidad en movimiento, exigiendo adapta-
-aparece
ejército y el Gobierno de la nación ocupan el lugar ción y dificultando una orientación dotada de sentido.
de las quiméricas metas que movían al caba[ero. C"on La compleja realidad preexistente pierde su carác-
ello también se transforman la caballerosidad de los ter unif.orme cuando es objeto de apropiación indivi-
héroes que actúan en las nuevas novelas. Ésto. ,pa- dual. Ésta incluye dos difárentes &p.riencius de lo
recen como individuos con sus ideales de perfecclo- real, que se resumen en los mencionados familiaridad
namiento en un orden
-y una prosa- dados, frente
a una realidad que por todas partes pone obstáculos
y extrañamiento. Ya Hans Blumenberg ha apuntado
con justeza que la edad moderna ha dejado de ser la
en su camino [...]. La novela en sentido moderno pre- época de Ia concepción homogénea de lo real. Por un
supone una realidad ordenada a Ia prosa, en cuyo re- lado, la realidad aparece <<como resultado de una rea-
rreno aquélla recupera sus perdidas prerrogativas tan- lización de los sujetos individuales», como su realidad
to en su propio ámbito como respecto alaviveza de provisional, sólo subjetivamente contingente. Pero
111 Georg Bollenbeck
ca. sin [¡ac
tiples argumentos y temas se manifiestan en el seno r mukiplic
de las conductas individuales. La motivación psicoló- la importa
gica de los héroes de las novelas y la desoipción de la época hr
sus circunstancias, que se ptetende panorámica, se en- cida-u en d
cuenffan imbricadas mutamente en una totalidad que fá5. por ÍrI
resulta narrada con intensidad superadora de la rígi- Xizada r Lir
da contraposición entre documentación social y psi- tn cac¿
cologismo. De este modo, la realidad fingida -y ello determic¿.r
catacteriza a los autores de1 período, a pesar de la di- r er-otrud&
írnl
versidad de sus intenciones ante el hecho de escri- nál r llJ-z
bir- no se presenta ya con pretensiones normativas, rafieres ü1
pues el siglo XIX, en oposición al xvm, ha dejado de soci¿l .Se¡
entender el mundo como ínmóvil escenario de reali- rolución d
dades sensoriales regladas y de normas morales de nómicr r ¡
comportamiento. Ahora, sin las barreras de una pre- ¡on el r¡';
tensión a la norma, aparece una forma de relación Ce do;:ini
muy íntima, y todavía por determinar) entre la rea\- .-\[oc-gl¿¡
dad extraliterariay elcorrespondiente modelo de rea- rr.-4!jriLu_L-
,.]&¡-ud
la rcouela, en H. R. Jauf, ed., Nachahruung und lllu- tivos, con su nueva temática, y con sistemas de ex- nct.¿lr*co
sion: Imiación e ilusión, págs.2 y ss.). Este concepto presión también nuevos. ür<fl;:¡r
no homogéneo de 1o real surge de la creciente com- ;-:e e. ¿¡
plejidad social y sirve de presupuesto mental básico !:ro&ei
para el desarrollo de las novelas realistas, ya que, en i*u:,ar u
.-
cuanto modo de apropiación de la realidad extralite-
raria, compone y estructura los contenidos y sistemas
ry
3a P:-opr
de expresión en los modelos fingidos de realidad. Y Evolución del género en las literaturas s Liror
es que las novelas viven de ia tensión entre ia reali- nacionales y producción individual
zación objetiva de 1o real, con los deseos y exigencias de novelas
-,+affi
pc *tq
individuales, y una exterior objetividad que se impo-
ne a los hombres, dotada de sus propias leyes fijas.
{-Í s+---------------
-L.l¡{: ¡ ,
Pero, aun así, en 1a ficcíón novelesca, la realidad no Los presupuestos anteriores resultan de general va- *-r":;: É
homogénea conduce, sin embargo, ala unídad a tta- lidez paru la evolución de 1a novela, por encima de n¡¡ 5et¿
vés de la totalidad: en la novela realista la sociedad las literaturas nacionales. La perspectiva general per- ¿kaoc
dibujada se remite a los hombres actuantes, sus múl- mite, sin embargo, destacar la especificidad de la épo-
La noaela como panorama social de la época barguesa. llouela psicológica y burguuía 115
cuanto naturaleza enérgica v con su gran ambición e Parma,1839); o aparecer, v éste es e1 caso de Luc:.'
inmoralidad, Julien encarna rromentos esenciales de Leuu,en (en e1 fragmento de novela del mismo nr. '
1a concepción stendhaliana de la vída, lo que el autor bre, 1814 1819/1894), como heredero de un patrinr
designa como «Be.vlismo», según el cual «la persecu- nio millonario. Mas todos ellos son compañeros de r. '
ción de la felicidad» («chase au bonheur») es para los fortunio, viviendo a contratiempo de la época Ct
hombres fuertes una vía 1egítima de autoconocimien- Restauración y de la Monarquía de julio, que se slc.'
to. Iulien Sorel constitul,e así un contraste con 1as me- ten extraños y aislados en un mundo prosaico r ;--.
dioues figuras de la época de la Restauración. Como fracasan sin ercepción en la vida.
plebevo, con su odio a la burguesía 1, la aristocracia, Todo e1lo tiene como presupuesto indir,idual .i :
contiene inequír,ocamente rasgos característicos de 1a obras de Stendhal un descontento, política ,v cr-r1t: .,.
lucha de clases; pero su origen, que permanece en mente acentuado, respecto a la época posnapole'::- '
todo momento en su conciencia, determina su ambi- ca, en 1a que el autor, tras haber hecho carrere ¡:-- ..
ción, aunque no caracteriza su comportamiento. Tras administración bajo Napoleón, desempl.uds 2L1o:-,
ser encarcelado) reconoce, sin embargo, su proceden- sobreviviendo con escasos medios en su amada I¡:,--,
cia: así. en su discurso de defensa, se dirige a1 tribu- se siente ya un extraño. La queja stendhaliana . r-
na1 adopt:rndo 1a pose de un lacobino contra los con- triste xlx" siéclel» también resuena con un eccr : :.
iur¿dos. Ilas Julien no pretende ascender con su cla- lancólico de 1a Francia ilustrada del xvIu, de ¡-
se. sir-lc, iuera de su clase, ,v a su autor no le interesa modo de vida v filosofía se sentirá deudor. Po¡ -.
1-,, ilescripción de una lucha de clases colectiva, sino a Stendhal se Ie ha calificado con justicia de ojaco':,'
¡1 '-.:..ceso de autoafirmación de un héroe concreto no aristocrático», indicando con ello 1a tensión en. .
-:r -nir le¿lídad necesitada de mejora. Y esto es apli- su modo de vivir ), la concepción de su vida. St¡r:-
¡ ,1. . r lr rot¿lidad de 1as novelas de Stendhal. Por hal en efecto, de acuerdo con el espíritu de 1a I--.-
La aaaela conto panorama ¡ocia/ de la ápoca ltarguela. Nouela psicolígica 1 burgruia r7l
tración, desea 1o mejor para su pueblo y, consecuen- igual que Stendhal, también Balzac rcIatala dinámica
temente, no 1o quiere ver en el poder. historia de 1a sociedad francesa en su conjunto, y hace
El ateo ilustrado, claro enemigo de1 Romanticismo, que sus novelas se desarrollen, como «historiador de
muestra, sin embargo, rasgos románticos en su con- las diversas clases socialesr>, en e1 lmperio, en la Res-
cepción de los personajes. En efecto, su exaltación de tauración y durante la Monarquía de julio Sin em-
1as enérgicas naturalezas individuales se nutre de1 en- bargo, Balzac se mostrará políticamente conseruador
tusiasmo rusoniano por el «estado natural» y por las y artísticamente moderno. En cuanto a forma de vida
grandes pasiones inmorales. EI autor, sin embargo, y concepción filosófica, el «Ancien régime» y 1a Ilus-
«se diferencia claramente de todos los románticos en tración en sus obras carecen de interés. Frente a1 aris-
que, por un lado, es totalmente consciente de la ex- tocrático estilo de vida de Stendhal, Balzac
trema singularidad de sus creaciones, dibujando con -que al
trabajar como escritor, interrumpe sus estudios, pu-
magistrales trazos realistas esta misma singularidad a blíca anónimamente novelas poi entregas, especula
través de la atmósfera de aislamiento que envuelve a como editor y acaba en quiebra- aparece como un
sus personajes, y en que, por otro lado, encarna con burgués infatigable. En 1o que hace a s., filosofía, se
realismo igualmente magistral e1 ineludible hundi- encuentfa troquelada pof un místico monismo que
miento de estos tipos, su ineludible derrota ante los busca superar el antagonismo entre espíritu y mate-
poderes del presente, su ineludible apartamiento ria. Así, basándose enla Fisonomía de Lavater, cree
o, mejor dicho, su definitiva eliminación de Ia vida» en 1a exterioúzación del alma a través del rosro hu-
(G. Lukács, Balzac ah Kritiker Stercdhals; Balzac. cr,¡tno mano, 1o cual será importante para la descripción de
critico de Stendhal, en V/erl<e: Obras, tomo 6, los p-e-rsonajes de sus novelas. Influido por ei biólogo
pág.507). Geoffroy Saint-Hilaire, según cuya doclrina sobre la
Como estilista, Stendhal es antirromántico. Repu- evolución del mundo éste procede de una única sus-
diando el estilo enfático de Chateubriand v de Mais- tancia creadapor Dios, Balzac piensa en política como
tre, escribe frases cortas y precisas, oponiéndor. , ccnservador, Para é1, religíón y monarquía son ver-
todo tipo de retórica y con tendencia iIa expresión dades eternas, 1, el catolicismo y 1a coroÁa, los pilares
más escueta. Sus novelas no están, como las de Bal institucionales de 1a sociedad.
zac o Flaubert, cuidadosamente construidas, pare- Por otro lado, Ios personajes de las novelas de Bal-
ciendo dispuestas secuencia por secuencia, de fórma zac resultan más modernos. htro son ya presentados
improvisada y como episodios añadidos sín conside- simplemente como seres excepcionales y aislados, sino
raciones dramatúrgicas. E1 autor presta poca atención más bien como típicos representantes (1o que no equi-
a la forma de 1o narrado y, sin embargo, hace pro- vale a «medios») de 1os grupos sociales, verdadeias
gresar enormemente e1 sistema de expresión del gé- personi{icaciones de 1os conflictos de clase. Las rela-
nero. La técnica de Ios «petit faits vrais» no implica ciones sociales adquieren en Balzac unos contornos
que la vida interior de los personajes de sus novelas llenos de matices, pues quedan referidas no ya a 1a
se nos aparezca a modo de mosaico, ayudándole en biogralía de un i¡dividuo aislado. sino a un conjunro
cambio a la caracterización psicológica de sus héroes de figuras cuyos integrantes aparecen una y otra vez.
veleidosos, que no son situados simplemente, como La idea del autor de escribir como «doctor en las cien-
seres inocentes, frente a situaciones sociales injustas. cias sociales», estimula una concepción cíclica de la
De estos «breves deta11es,, debe emanar, por 1o de- composición que pretende enlazar todas sus novelas
más, para el lector una fuerza sugestiva que 1e anima- para convertidas en un cuadfo representativo de la so-
rá a la contemplación. En estas obras se narra, como ciedad francesa en su conjunto. De tales pensamien-
observa Georges Blin en Stendhal et les problemes du tos surge el monstruoso plan de la Cofitedia bunzana,
rr¡man (Stendhaly los problemas de la nouela,1954), des- en la que diferentes personajes, e1 banquero Nucin-
de la perspectiva interior de los personajes de la no- gen, el dilincuente Vautrin, o el aventureio Rastignac,
ve1a, desde su subjetiva rcalización de 1o real. Junto reaparecen en novelas sucesivas. El cíclo condene
a la técnica nanativa elaborada en perspectiva perso-
-según las cuentas rcalizadas hasu ahora- más de
na1 aparece, sin embargo, otra autorial, orieniadora cuatrocientos de esos amplios retratos. En su famoso
del lector, con la que de nuevo se rompe la «limita- catálogo de la obra, del año 1815, Balzac desamolla
ción en el punto de vista». El autor puede así intro- un plan general de La Comedia hutnana, dividiéndola
ducir en la ficción ideas propias y representar la rea- erl "Etudes de moeures>>, ,,Études philosophiques» y
lidad más ampliamente, como rebeldi al sujeto. «Études analytiques». Bajo estos tíiulos généricos se
También Balzac entiende su presente como un pre- citan las novelas. El primer grupo, el más amplio, se sub-
sente histórico. Así, cuando en el prolopo de su-Co- divide a su vez en distintos apartados: «Siénes de la
media humana callfica de historia sus"uÉtudes de vie privée, Scénes de 1a vie de provínce, Scénes de la
moeurs au dix-neuviéme siécle», no se refiere al tra- vie parisienne, Scénes de la vie politique, Scénes de
tamiento científico de hechos fidedignos, sino a la mo- la vie militaire y Scénes de la vie de cámpagne». En
delación artísticamente elaborada del presente. Al e1 catá1ogo estaban prevístas ciento treintá yiiete no-
1'8 Gtt,¡':, B,,ff,t¡l¡r¡l:
mo título de 1857), una joven que, casada con un in- concatenación de situaciones, mientras 1o narra asin-
significante médico rural, quíere evadirse de Ia diaría déticamente por medio de oraciones coordinadas in-
monotonía, se enffega a devaneos amorosos y al final conexas: como suma de datos. El mundo de ficción
se suícida. La novela, minuciosamente compuesta y se muestra así como una asistemática adición de par-
dividida en tres partes, natrala historia de una mujer tes aisladas, sin coherencia ni modificación. No se
que frente a la realidad cotidíana se crea un mundo descubre ninguna estructura lógica intersubjetiva que
romántico imaginario, pues sólo puede llevar a cabo resulte comunicable. La realidad objetiva queda rela-
sus anhelos de emancipación en las relaciones amo- tada como una rigida e impuesta realidad ante 1a que
rosas. Su comprensíón subjetiva de 1o real crea un im- lracasan los deseos de los proragonistas.
perio sentimental de los deseos que se quiebra, entre En 1a novela victoríana es impensable una figura
otras cosas, ante la apatia de sus amantes. En Flau- como la Bovary. ¿Por qué? Frente al Flaubert políti-
bert, el narrudor ya no aparece como el juez que co- camente nihilísta, cuyos personajes novelescos chocan
menta los sucesos, pero sí toma partido contra Ia «bé- con una tígtda rcalidad, los novelistas victoríanos se
tise», La opinión del autor de que el pensamiento se muestran políticamente más comprometidos y litera-
transparenta en el estilo del lenguaje, le conduce a ca- riamente más complacientes. Están en conÚa alavez
racterizar a los personajes por 1os clichés exteriorizá- de la aparición de la industria moderna, con su nue-
dos por ellos. Así, las <,opinions générales» emitidas va forma de pobreza, y a favor de la justicia social y
por el farmacéutico Homais son 1a firme expresión la filanÍopía. Sus novelas también nacen con la nue-
de su conformismo intelectual. La misma heroína va problematización de 1a sociedad, y pueden ser con-
Emma, con su banal mundo de ensueños, es también sideradas como el género literario más importante
parte de la medíocre realidad. Pero ella tiene capaci- surgido entre 1a burguesía, pero 1as concepciones fí-
dad de amar, y con ello se muestra por encima de su 1osóficas de estos autores son menos rebeldes e inde-
indolente marido y sus insensibles amantes. El dicho pendientes, y e1 mundo imaginado en sus novelas si-
atribuido a Flaubert, «Madame Bovary, c'est moi>>, gue estando marcado más intensamente por las con-
indica la romántica insatisfacción con 1o real existen- venciones mentales tadicionales. El concepto proble-
te, que puede constituir un difuso autoengaño o una mático del «víctorianismo» no puede ser glosado
mentira de la propia vida y que, sin embargo, va más aquí. Para la evolución del géneto en las literaturas
all,á del horizonte del autosatisfecho conformísmo. nacionales resultará decisivo el hecho de que los con-
También se ha considerado a Frédéric Moreau, e1 dicionantes mentales de la época inffoducen en el
rentista y estudiante de derecho, como el «hijo» de mundo de la novela, al tiempo que una moral econó-
Emma Bovary. Y también éste, protagonista de L'edu mica individualista, una sobriedad y seriedad forzada
cation sentimentale (.1869), se halla desorientado e in- hacia el exterior y una sentimentalidad y filantropía Uu [e,,:-; -
deciso, soñando una vida plena sin poder configurar- volcadas hacia e1 ínterior. Así, la novela victoriana sado ', :,
la. También é1 ve en el amor el sentido de su vida y muestra también Ia tendencia a evítar lo escandaloso, de ¡r'it ¡o
también él fracasa. Frédéric vive al margen de 1o real, a personalizar a veces la miseria y la injusticia de for- Gallr,.
y muy significativamente, durante Ia Revolución de ma sentiment al, a idealizar el ámbito privado de 1o fa-
Febrero, se va a pasear al bosque con una amiga, La miliar burgués, y a comentar el acontecer desde el
novela describe la progresiva desilusión de unas ex- punto de vista de «la moralr. En la apropiación de Iliil o el
pectativas de vida muy intensas, su desmotonamien- 1o real existente y en la producción de una realidad píriru prc
to en una vida cotidiana que carece de historia y en fingida, los citados condicionantes victorianos actúan diriduos
una época que sólo sirve como espacio de desarrollo como filtros, incluso cuando los autores aseguran una mienrr¿. i
individual; al {ínal, el viejo Moreau y su antiguo com- y otta vez que simplemente reflejan la realidad y dan se alza¡r .
pañero de estudios reconocen que su vivencia más un fiel reflejo de la misma. Parala <<inmoral» Bovary üiqlizacró
hermosa qurzá haya sido una visita al burdel rcaliza- y su narrador no hay allí espacio alguno. da por el
da el año 18J0, en sus primeros años. Inglaterra, pues, como cuna del capitalismo moder- rtszadas.
En las dos novelas más importantes de Flaubert, no, es en el siglo XIX el país del cambio económico y lismo. e¡r
la vida dtaúa aparece como un flujo uniforme, siem- social, contando con grandes fábricas y un creciente no libera
pre namado desde la perspectiva de los personajes de proletariado industial. El desarrollo económico ori- de la soc
ficción, cuyo horizonte no ensandra un narrador auto- gina precisamente aquí contradiccíones sociales de mente, ¿
rial. Por ello, sus ideales subjetivos sienten la realidad nuevo tipo. No es casual que el incipiente socialismo enire d¡-i
objetiva como dura oposición, como rígida fatalidad. científico de Marx y Engels deduzca su material em- te: fábric
Esta interpretación de la realidad no homogénea en pírico de la situación de la clase obrera en Inglaterra. tima rei;¡.
el modelo literario se corresponde con los menciona- A este proceso bifronte, con riqueza y pobreza rela- el senri-m
dos presupuestos (nihilismo político, fatalismo histó- cionadas en una nueva jerarquía, se refieren los de- los de -{,
rico-filosófico, etc.), y Ilega, como ha puesto de ma- fensores y los críticos coetáneos de las descritas rela- el anrica¡
nifiesto Hugo Friedrich, hasta los detalles del estilo, cíones económicas. Liberales y utilitarios como Tho- gresista:
que pfesenta prácticamente el acontecer como una mas Babington Macaulay, Jqremy Bentham, James normenr
Lt urne/a c0t)tt) ptlttlrrlilt¿.rr¡¡itt/ de la ipoca lirrgrrestt. Nrittl¿ p.rico/igicd 1 lirrrgrtesid 181
Un tetaa de nouela utctoutna; «Past ¡nd present» ("Pa- pitalista, mientras que 1os críticos románticos conr,ier-
sado 1, presente»). Cuadro de AugtLstus Leopold Egg, ten su reaccion itlea]ista en un asunto inrerno sin re-
de una serie homónhna, posferior a 1$0. Lr¡ndres, Tate levancia exrerna. Er-r Inglaterra
Gallery
-v esto constitu\re
diferencia importante respecto a Francia- 1a
una
-evolu-
quiere decir esto? En primer lugar, ilama la- atención bre la da¡
que la novela siga siendo el género propio de la é-po- tipo decic
ia. Observadorés coetáneos ya pusieron de manifies- .,: rono. El
to que .,The novel is now 1848 what the drama was inherente
;i
in the reigns Elizabeth I and James I>>, «the vital off ya que al
¿
spring oi modern wants and tendencies» (cit. en mente cal
pecialmer
K. Tillitro.r, Nouek of tbe 784Aies: Noaelas de la dhada
de 1840, pág. 37). Las condiciones previas rle-este fe- con frecu
nómeno no sólo son la exlstencia de un público lec- afecm de
tor ampliado y unas publicaciones abarutadas -lama- con base
yo. puit. de las novelas de Dickens se publican en en- po se pef
i..eut -.rtrrales, y otras, como Oliuer Twist 0830, simpleme
Hatrd t¡mes Utempás dtficlles,lB54) o Old cutiosity shop
queren ¡
(La tienda de antigi.)edades, 1840-41), en revistas-, les persor
sino tambiénr.rn modelo simplificado de tealidad que del géner
presenta el cambio social de forma clara y atr.activa. dad bu4
^ Dickens ¡
En comparacíón con la novela victoriana de los pri-
meros años, en las obras de Dickens el modelo lite- plo, hace
rario de realidad gana en amplitud y transparencia. tos indivi
Sus novelas ffatan de situaciones cotidianas e indivi- introduct
duos cotidianos, de sus relaciones con la familia, el do. fuí. q
cruel mundo de los adultos, el duro trabaio enla fá- suales: esta novela, que tuvo un gran éxito, consta de erDáoán i
brica v numerosas dificultades, e incluso al fin se casa numerosos episodios aislados, hilvanados, al modo de el lestor.
.o^ ,ú amiga de infancia. De acuerdo con la concep- la novela picaresca, por Mr. Pickwick. La rcalidaá Iá socied
ción sinecdóquica del relato, con su progresivo ensan- descrita aparece ya aqui, como en todas las obras de ter at-abl
chamiento a través de la sistemática asociacíón de Dickens, bastante estilizada. Por un lado, .,ennegre- ción im¡
ideas, las numerosas figuras secundarias conducen a cida>> hasta 1o horrendo y 1o grotesco, en ella se des- coeslsie¡
secuencias que son nariadas con densidad atmosféri- tacan \a pobreza, el miedo y la depravación; y por ta p€§0
ca y con uná extraordinaúafantasia de imágenes. Por otro, el urrtor sacu a piena luz aspectos prohibidos de los lemo
eso mismo, las novelas de Dickens inspiran una y otra la sociedad victoriana, como la prostitución, aunque En Ia
vez a los ilustradores. generalmente los suaviza: de ahí que los criminales \'win'fi
La primera obra de este autor, de carácter perio- áparezcan frecuentemente como tipos melodramáti- como Tl
dístico, los Skaches by Boz 0833/1835-36), contiene, cós. Se ha obser.¿ado con toda propiedad que de esta Ltadaa.
junto con la descripción del entorno pequeñoburgués forma se han mantenido en la r.z;trufiva realista algu- de Hew.
de ia capital londinense, una acentuación del catácfer nos elementos de la novela de horror. Pero el medio wll81
social, tipica de Dickens y de toda la novela victoria- social no aparece en Dickens como lugar de unos con- ¡d¿cion
na. El subtitulo de la obra, «Ilustrative of Every-Day flictos sociales irreconciliables, ni siquiera cuando, rces pc
lite and Every-Day-People,, («Vida coddiana y gente como en su tardía Tiempos dtfíctla, la ciudad indus- medio d
coddiana») tétt it. y, a un conjunto de temas que has- trial y el proletariado amplían mucho el ámbito de su p"bT r
É entonces habíanestado reiegados en la literatura in- temática. En dicha novela, el autor caricafutiza, enla fltonaü
persona del fabricante Gardgring, la doctrina general tF¡nrn-r1
glea. En cuanto a su estilo narrativo característico,
p,rede 1-" apreciarse en Tbe pothumous papers of the de los utilitaristas, pero sus simpatías no recaen so- rda no¡
La nouela como panorama ¡ocial de la épaca burguesa. l,loae/a psicolígica y burguuía 1g3
bre la clase obrera, sino sobre Stephen Blackpool, un no predominan, como en Dickens, Ios pequeñobur-
tipo decidido y esquirol, que se mántiene fiel a su pa- gueses, sino la burguesía y la alta y baji aristocracia.
ffono. El tema de las nuevas contradicciones sociales, El auror_no. escribe para o tontm uá deíerminado gru-
inherentes al argumento, no se desarrolla de hecho, po social, sino relata y sentencia en nombre de la áo-
ya que al autor 1o que le interesa es concihar mutua- rul y la razón, al tiempo que extiende sus comperen-
mente capital y trabajo. En las novelas de Dickens, es- cias como autor-namador. Su comentario, irónica-
pecialmente en las últimas, la realidad social aparece mente_ distanciado, valorativo y comparativo, crea
con frecuencía como algo amenazante, pero apenas gran distancia entre el nanadoi y la perspectiva de
afecta definitivamente a sus héroes. Y ásto se^logra los personajes. De las figuras
priniipalei no emana in-
con base en que la cútica se amplía y al mismo tielm- citación_alguna ala identificación, ni siquiera en el
p.o se personaliza, pues el panorama social constituye caso de la picara Becky, que siendo institútriz se casa
simplemente el trasfondo de unos conflictos, q.t" uá- con el hijo de un grosero teffateniente, se granjea la
quieten intensidad a partir de contradicciones mora- simpatía de Lord Steyne y rermina vagandó poi Eu-
ies personales. La íntima correspondencia. específica ropa tras romper con su marido. El subtítulo de Ia
del género, enre el individuo y lu proru de É socie- obra, «A Novel without a Hero», tiene un doble sen-
dad. burguesa, entre carácrer y médio, da lugar en tido. Por un lado, la novela se desarrolia sin héroes
lickens al humor y a 1o previsto. Si Balzac, poiejem- ni acciones heroicas, ffatando, en efecto, de hechos
plo, hace Íracasat a sus héroes, junto con sus proyec- cotidianos, quiebras, querellas hereditarias e intrigas
tos individuales, ante una realidad impuesta, Dickens amorosas en un medio sofisticado. Los acontecimién-
introduce_para salvarlos 1o maravillosó y 1o inespera- tos se entrelazan sin cohesión, pues La feria de las ua-
do. Así, el huérfano Oliver Twist encuentfa a su <<án- nidades también se publicó poientregai mensuales, y
gel _dg ]a guarda» en Mr. Brownlow, y David Cop- por otro lado, con sus continuos cambios de oosición
perfield no deja de ser el niño mimado por la forru- y de enfoque, el autor dificulta la identificación del
na incluso en medio de situaciones apurádas. Luego, lector con un posible héroe. El narrador, en efecto,
en las novelas de la última época, como Bleak hoLse tan pronto critica la necedad y el egoísmo de forma
(Casa daolada, 1852-53), Little Dorrut (La pequeña Do- casi-brutal, como lo hace irónicamente, o muestra
rri, tB55-57), y Our mutual friend (Nuestro amigo co- conformidad con cosas contra las que precisamente
wún, 7864-65), el panorama crítico,social, más rcal- se espera que tome postufa el lector, cuyas expecta-
zado, sólo rcaliza \a limitada función de caructerízar tivas lógicas no se desmontan, pues, de manerá dog-
los personajes de la novela. Así se asegura un final fe- mática, ya que esto podría provocar su rechazo. Thaó-
hz alas figuras principales, y a sus deEilidades corres- keray no pretende herir directamente los <<fine fee-
ponde una narración rebosante de humor. No sin mo- lings» (cap. 64) de sus lectores. Con el cambio de en-
tivo es Dickens el escritor más popular entre los lla- foque del autor se facilita al lector la farca de descu-
mados novelistas serios. Sus descripciones de ambien- brir la verdad escueta más a17á de las ilusiones y fa-
tes, densas y fantásticas en ocasioñes, rebosan en po- tuidades de los personajes. E1 narador juega, pues,
der de sugestión, y de sus encantadores p.rco.rá;.t con un horizonte ffadicional de expectativur,-pum po-
emanan constantes incitaciones a la identificación con ner en claro su radical insuficienciá. E indica á lo, L.-
el lector. En estas novelas el bien no determina ya a tores que podria conrar la misma historia de modo di
la sociedad, pero consigue éxitos privados. El carác- ferente: <<in a genteel, romantic, sentimental, facetious
ter afable del populista liberal hacé así que en la fic- (ver caps. 6, 71, (Karl Ludwig
ción intervenga activamente la caridad privada: esta Ilangj, gtc. 12)»>
Pfeiffer).
coexistencia de situaciones sociales injustas y conduc- Sus figuras son movídas por un supremo nanadot
ta personal recta y bondadosa entretiene y edtfica a que hace su aparición en el prólogo como director de
los lecrores de su tiempo. un teatro de marionetas, presentando a su Becky
En la más conocida de las novelas de Thackeray, como marioneta famosa y asegurando sin cesar su
Vanity fair (La feria de las aanidades, 1848; entre otras condición de novelista omnisciente. A1 conrario que
como The luck o,f Barryt Lydon: La fortuna de Barry Dickens, Thackeray renuncia a cualquier descripcón
Lyndon. 1844: The bistory ol Henry Esmond: La historia crítico-social del entorno, pero, como en é1, la recí-
de Henry Esmnnd, 1852; The Viiginiarus: Los uirgiaia- proca interdependencia entre entorno y carácter no
nos, 1859),1os caracteres y su entorno se encuentran queda difuminada por lo inesperado y él humor: las
relacionados de nuevo, pues el autor rehúye los hé- relaciones humanas objetivas se presentan como una
roes_ positivos y no práctica el embellecimiento por búsqueda de dinero y reputación en una atmósfera
medio del humor. La acción, dispuesta en torno á h de inseguridad y competitividad. Cuando sus figuras
pobre y decidida Rebeca Scharp (Becky) y alatran- aún parecen encarnar el amor y la cordialidad, como
sitoriamente adinerada y sensible Amelia Sedley Emmy y su futuro marido, el mayor Dobbin, todo se
(Emmy), se traslada a principios del siglo XtX. La no- presenta como una vaga ilusión, pero no como alter-
vela nos muestra un amplio éspectro sócial, en el que nativa de caráctü moral ala <<feria de las vanidades>>.
18.1 Ge,trg Blllelbect
Maggie, hasta convertirse en un respetado hombre de una economía desarollada y un Estado nacional uni-
negocios en St. Oggs, se evidencia una intención eco- ficado, sirve como punto de partida para modelos no-
nómico-moral, basada en la iniciativa personal y la velescos de realidad. Frente a ellas, desde una pers-
constante laboriosidad. pectiva europea occidental, la dividida Alemania se
George Eliot no describe, sin embargo, un medio mantiene rezagada hasta bien entrada la mitad del si-
social, ni propaga unas tesis sociopolíticas. En sus no- glo. Thackeray caticaturíza magistralmente esta situa-
velas se detecta una significativa evolución que ya se ción en La feria de las uanidades creando «Pumpernic-
transparenta en el Dickens tardío y en el aclamado kel», un pequeño Estado alemán, pobre y de opere-
Anthony Trollope (The warden: El gwarda,1855). En ta, con un ejército compuesto por una banda de mú-
ellas, las crisis y pruebas personales ocuparán un lu- sica que al mismo tiempo tiene que actuar en el tea-
gar central, mientras los caracteres, psicológicamente tro. Tras lafuacasada Revolución del 48, y sobre todo
diferenciados, siguen aún referidos a la sociedad, ya tras la unificación del Reich, realizada «desde aniba>>
que su existencia se desenvuelve en la recíproca de- en 1871, una burguesía políticamente pasíva y muy
pendencia de los individuos. Por ello se habla, en el activa económicamente selanza a recupefarse de este
caso de George Eliot, de una <<novela social y psico- atraso con una industrializactón a marchas forzadas.
lógica» (Horst Oppel). Y por ello también tiene una Parula evolución de li novela alemana dentro de
vigencia bastante más actual que Dickens o que Thac- la literatura nacional hay dos factores fundamentales
keray, al nanarla problematización de la sociedad en como punto de partida. Por un lado falta la unidad
el «ámbito interior de los individuos». objetivamente económica de una sociedad organiza-
Si bien en la evolución de las literaturas nacionales da en términos capitalistas. Dicho crudamente: los di-
y en la producción individual de sus novelas Francia ferentes «Pumpernickels>> no permiten la existencia
e Inglaterra muestan diferencias acusadas, en uno y de un panorama socíal moderno. Por otro lado, el cli-
otro país la prosa de la sociedad burguesa, junto con ma político posterior a la Revolución de 1B4B genera
en la mayoría de los novelistas moderadamente libe-
Friedrich Cbrisnph Dahlmarun creanda nueaos «Pum?er- rales un rcchazo de la novela contemporánea y üna
nickels, para una monarquía absoluta y una monarquia dedicación a la simple observación de la realidad. Por
canstitucional, para una república y una democracia, para ello, en la historia de la literatura alemana, el «realis-
una aligarquia y una aristocracia, Litografía de la serie mo burgués»> (Fritz Martini) queda encasillado entre
publicacla ett Hamburga oSatyrische Zeitbilder,, 1848. la Revolución de 1848 y los últimos decenios del si-
Hamburgo, Abonaer Museum, glo XIX.
186 Georg Bollenbeck
El anacronismo alemán ya aparcce en el retraso imagen falseada y enmascarada del verdadeto ingenio también e
temporal respecto a la evolución del género en los paí- de la burguesía: el narrador no nos presenta albaio helm, con
ses europeos occidentales, y es muy significativo que pueblo alemán en el trabajo, sino a un industrioso dad social
desde los años sesenta, con la creación e incremento burgués en su ascenso social. A la articulacíón tectó- versal de r
en las ti¡adas de revistas familiares y periódicos de- nica de la novela, mituciosamen te compuesta, co- rich por l
dicados a la publicación de novelas, se produzca en rresponde una cerrada concepción del mundo, que en versión ad
el país un aumento de lectores potenciales. No es de cuanto programa político de la burguesía liberal se mente má
extrañar tampoco que el modo de apropiación y de transforma literariamente en la novela. menta la r
configuración literaria de la realidad esté influencia- En la singular situación alemana,la novela corta se elia se -r,
do todavía por las repercusiones de la teoría del arte convierte en la forma dominante dentro de la evolu- tre deseos
c1ásico-idea]ista. Enla teoría de Ia novela se mantie- ción de la prosa. Como modalidad narcativa concisa la formacir
ne así una curiosa coexistencia de postulados enmas- y aguda, está menos centrada en la recíproca interde- ciales burl
caradores y una visión objetiva de Ia realidad; así sur- pendencia entre individuo y sociedad, pudiendo des- fried Kelle
ge la formulación del «realismo idealista» (Friedrich velar un acontecimiento inesperado como situación da en real
Theodor Vischer, Otto Ludwig) como expresión poe- problemática importante, sin tener que tomar en con- más bien r
tológica de un liberalismo político que propugna un sideración toda una serie de complejas determinacio- de su res¡
desarrollo evolucionista en cada Estado nacional, nes sociales. Esta concentruciín y focalización tnten- frente a l¡
manteniéndose el orden imperante, sa se diferencia claramente de la novela, permitiendo con su m,
La prosa alemana rcalua en esta época una doble elaborar literariamente en Alemania los problemas del vado, una
función de apropiación de la realidad y reconciliación indiüduo burgués, aun cuando Io real existente no lado, Heir
con 1o real existente, muchas veces en un estilo na- presente todavia una socialización y objetivación de- la crítica r
rrativo irónico o humorístico. El humor enmascara- samoiladas. La novela corta puede, pues, tematízar el rialismo r
dor de Dickens servírá de modelo al «realismo idea- extrañamiento de los individuos, la pérdida de carac- hubiera si
lista>>; aunque algunas novelas tardías del inglés den terización y de evidencia sociales, sin poner de mani- hablado. t
una visión distanciada de su sociedad, descrita en to- fiesto, en una descripción más amplia del entorno, su ta dirigidr
nos claramente amenazadores. La configuración crí- relación específica con la sociedad. desto fina
tica de la realidad contenida en las novelas europeas En defínitiva, la novela educativa y la novela de for- cíón en ne
occidentales es aquí considerada como algo tosco y mación, con su clásica idealización de la armónica y tesanos, e
sin arte: <<Este burdo realismo crece más y más en la efectiva concordancia entre individuo y sociedad, se ción, con I
literatura novelística de Inglaterra y Francia, y es po- nutre de relaciones sociales burguesas menos evolu- cunstanciz
sible que acarree consigo la ruina del arte, debido cionadas, y su perspectiva psicológica individual se sarrollo dr
iustamente a los grandes talentos que trabajan en sustenta en la tradición de la teoría del arte clásico- en el caso
esta dirección" (Grenzboten; Los mensajeros de la fron- idealista. Der grilne Heinrich, de Gottfried Keller, por mera refle
tera, 1854,I, pág. 158). ejemplo, dibuja, en comparación con la desilusionada gen del hr
La tipica tendencia alemana hacia la novela educa- novela francesa, un mundo más optimista, al que a6n Luego,
tiva y la novela de formación (Gustav Freytag, Soll son ajenos la soledad y el aislamiento. Allí la historia prosa elat
und baben: Debe y haber, 7855; \X/ilhelm Raabe, Der del pintor Heinrich Lee se encuentra dividida en dos temporán
Hungerpastor: El pastor del bambre, 1864; Adalbert partes. La primera nama sus peripecias de juventud, permite c
Stifter, Der Nachsomrner, El veranillo de San Miguel, con el entorno artesano, las vivencias escolares y el in- orientació
1857) se nutre de la teoria clásico-idealista, fuerte- tento de hacerse pintor paisajista.La segunda nos 11e- educativa
mente afincada en la tradición, con el \Í/'iJhelm Meis- va a la ciudad artística de Munich, donde Heinrich se ttazaÍ )
¿er de Goethe como modelo. Esta tradición intralite- se propone rcalizar sus estudios de pintura y donde de la ciuc
ruria podtia aún mantenerse activa debido a que, des- espera triunfar. El regreso a Suiza coincide con la Aquí se t
de la perspectiva enmascaradora de estos autores, el muerte de su madre, que costeaba sus estudios a base <<burguésr
individuo y la sociedad se encuentan enfrentados de de privaciones. Así, mientras la primera edición hace por un lar
forma poco agresiva, y que la sociedad parece permi- morir a Heinrích, la segunda prolonga su modesta autor utiü
tir un pleno desarrollo individual. Pero esto sólo se existencia, convirtiéndole en empleado en un pueblo gaáa y la
podía configurar de modo convincente excluyendo rural. La acción está situada en un ambiente prein- caracteúst
formas de vida que eran esenciales. Así se entiende dusrial de clase media, o en un casdllo ducal, que, como Kel
por qué Raabe muestras preferencia por los tipos es- alejado de la sociedad, sirve de sede a una serie de cia suiza. ,
mafalarios y situaciones marginales, o por qué Stifter discusiones filosóficas. El mundo de Heinrich Lee se dadano «
sirúa su Nachsommer en un mundo utópico e idflico. encuentra en un estrato social más bajo que el de su duo priva
Por el mismo motivo, la obra de Freytag Soll und ha- modelo, losWilhelm Meisters Lehryahre (Años de apren- to grado c
ben, co¡cebida como novela social, educativa contem- dizaje de Wilhelm Meisteil, pero en comparación con vela sea n
poránea, con su relato del ascenso del avispado co- la novela de Goethe, las condiciones materiales del Todar-í
merciante alemán Anton \flohJfart, curiosamente con- desarrollo individual aparecen destacadas con mayoÍ tane la inr
trapuesto al uadinerado judío» Veitel Itzig, ofrece una fuerza. Por eso Heinrich no sólo ftacasa en arte, sino como I-a
La nrrue/a como panorama social de la ápoca bargaesa. Noaela psicológica y burguuía t87
también en el mercado del arte. Mientras que Wil- Iación a Londres, dibujara la vida general, con todas
he1m, con su disposición acepfar una respónsabili- las clases sociales incluidas. Este fuicio, que puede
^ una forma utépica uni-
dad social, realiza plenamente aplicarse a la evolución del género en la literatura na-
versal de determinación humana, la opción áe Hein- cional, se ve precisamente matizado por las novelas es-
rich por la actividad socioproductiva en 1a segunda critas por Fontane en su vejez. Novelas como Cécile
versión adopta una orientación más decidida y iocial- (1887), lwungm, Wirrungm (Enna y turbationa, lgBB)
mente más concfeta. Esta renuncia a la utopía incre- o Der Stechlin (El aguión,1899), cónstituyen una sín-
menta la determinación social de la ficción, pero en tesis antinómica de 1o individual v 1o social. El des-
e1Ia se manifiesrá, con todo, una distinta relaiión en- cubrimiento de una namación soció-analítica no se ex-
tre- deseos subjetivos y posibilidades objetivas, entre plica en el Fontane anciano por el desamollo de los
la formación individual y la prosa de las ielaciones so- talentos individuales. Só1o ral Ia unificación del Reich
ciales burguesas. La «robinionada espiritual» (Gott- las contradicciones políticas y económicas aparecen
fried Keller) del talentudo Heinrich no está concebi- a¡te los qjos del autor con una tal evidencia, q,r. prr.-
da en realidad como una novela artística. Su tema es de fructificar en modelos literarios Ia apuntada iela-
más bien el desarrollo de la actividad del individuo v ...1 d. exffafieza y famtliaúdad. Pero én sus obras,
de su responsabilidad social. Y en ella se evidencii dicha relación
frente a las relaciones sociales autoritarias alemanas, -situada con frecuencia en un medió
social noble y burgués- se configura como anrago-
con su marcada separación entre 1o público y lo pri- nismo entre el deseo individual y la moral convencio-
vado, una mentalidad civil típica de-Suiza. Éo. otro nal. Su naración no tiende a lo-inmoral o repugnan-
Iado. Heinrich recibe precisamente en Alemania, con te, como el naturalismo- de su época. y en las-rjacio-
Ia crítica de Feuerbach a Hegel y la critica al mate- nes amorosas muestra lrecuentemente que los indivi
rialismo mecanicista, una formacibn filosófica que no duos sólo pueden obrar como miembrás aislados de
]rqblqu sido posible en la Suiza provinciana.'Se ha una clase o de un estrato social (véase lrrungen Wi-
hablado, en el caso de Der gri)ne Heinricb, con la vis- ,!!!ge( o lrau Jenny Treúel, 1892). Con nffl Briev
ta dkigida ante todo al fraóaso de Munich v al mo- (1895) se logra ya una sínresis entre el
analiiis indi-
desto final del personaje, de una «novela dá forma- vidual y social, conseguida en diálogos, disposición de
ción en negativo». Sin duda alguna Keller, hiio de ar- escenas, presentimientos y comentarios, que nos pre-
tesanos, enfatiza la interdependencia social en la fic- sentan una realidad no homogénea .omo la ouoi d.l
ción, con 1o que pone en péligro en determinadas cir- cotazón>> frente al <<dictamen social». El fracaso de la
cunstancias el programa racionalísta basado en el de- desp.reocupada Effi, su boda con Instetten, de mayor
sarrollo del ser humano, y en este sentido, sobre todo edad^y_consciente de su deber, su amor y iernura'il-
en el caso de la ..egunda versión, se apunta una pri- satisfechos, su alejamiento de Ia sociedaá tras el des-
mera reflexión sobre el carácter ilusorio de esta ima- cubrimiento de su adulterio, todo ello está narrado
gen del hombre. sin sentimentalismo ni agresividad. La novela no des-
Luego, en la última de las obras más extensas y en cribe contradicciones sociales, y sin embargo Ia histo-
prosa elaboradas por Keller, la novela social y con- ria de un matrimonio_ y su quiebra ineludi6le adquie-
temporánea Martin Salander (1886), la misma fábula re una enorme virtualidad, ya que los personajes sin-
permite constatar que el autor se desmarca de la guiares, con.el deseo de autoriealiruri, y el iracaro
orientación psicológica individualista de la novela antela realidad de las convenciones que íe imponen,
educativa y de la novela de formación, proponiéndo- son _algo más que la media sociológióa res,rltante dá
\e L.razar una imagen global de la Suiza capitalista y su clase. De esta forma, la novela {unu u, alto grado
de la ciudad de Münsrerburg (s5 decir, dá Zürichí. de universalidad gracias a la contr"aposición ent"re las
{Ouí se trata de la- oposición entre «ciudadano,> y ansias de vivir de Effi y el distanciádo convenciona-
«burgués». encarnada por Martin Salander y su hijó, lismo de Instetten. En'E/fi Briest, como en otras de
por un iado, y unos cuantos impostores poi ot.o. ú sus novelas, reina por 1o demás una atmósfera apaci-
autot l)tliza técnicas estilísticas iomo la forma dialo- ble, pero no enmascaradora, pues Fontane es un no-
gada y la síntesis
.de elementos épicos y dramáticos, velista irónico y escéptico quá pretende «hacer la vis-
características de la novela social desde Balzac. pero ta gorda». Así le son ajenoi tanto el virtuoso carácter
como Keller se mantiene fiel al ideal de la democra- democrático de Keller, como el odio irreconciliable
cia suiza, con Ia polaridad ético-filosófica entre el ciu- frente al burgués propio de Flaubert.
dadano consciente de su responsabfidad y el indivi- En Fontane, pues, todavía se notan las repercusio-
duo privado y egoísta, .m.rgé enla naruacíón un cier- nes del <<realismo idealista», en la atmósfera concilia-
to.grado de tipología e inmovilidad. De ahí que la no- dora y la ocultación de lo repugnanre, y desde esta
vela sea más bien doctrinal, y no resulte saitica. perspectiva la <raguda observación» y el «arte escue-
Todavia a finales de siglo iamentará Theodor Fon- to» de Turgueniei ie parece oilimitádamente prosai-
tane la inexistencia de una gran novela bedinesa que, co, absolutamente empobrecido», Sobre el estilo del
como La fuia de las uanidades de Thackerav con re- novelista ruso puede ieerse en Fontane: <<El artista
188 Gearg Bollenbeck
,,Der Std
cipin del c
La ciudad medieual encantada, gráfira idea del «Der ria consigue, con Belinski, Chernichevski y Droboliu- qae será )
Grüne Heinricb» fundida con la imagen de la ciudad de bov, un destacado puesto en el pensamiento estético del aao¡.
Zunch. Dibujo inacabado de Gottfrted Keller, 1843. Zu- europeo. Mientras Belinski cultiva la critica literuria
rtcb, Zent r alb tb liot h ek. siguiendo fielmente los pasos de la ruzón hegeliana,
los dos más jóvenes serán deudores del materialismo
propio de Ludwig Feuerbach. Su relación con la his- karli, I su
que hay en mí admira todas estas cosas. Aprendo de toria y la sociedad es menos ideológica, al no estar cuslones (
ellas, me reafirmo en mis convicciones y estudio la centrada en la progresiva victotia áelarazón,ylafi- tas del m,r
vida rusa. Pero el poeta y el hombre que hay en mí iosofla materiaiista marca su impronta en el discurso sias sobn
se aparta de el1as encogiéndose de hombros. Es la estético. La obra teórica de Chernichevski (redacta- personaie
musa revestida de saco y de ceniza, es un Apolo con da en 1851) Éstaióakte otnoíeni'a iskussiua k dejstui- chos coet
dolor de muelas,> (carta a Emilíe Fontane, 9 de sep- tel'nosti (Las relaciones eyéticas del arte con lo reaD ofre- quierda r
tiembre de 1881). En cambio, sobre la novela corta ce más ampliabase que el «realismo idealista» alemán A pri,
de Theodor Storm Aquis submersus (1876) escribirá para la elaboración argumental y temáfica de 1o real novela ru
Turgueniev: «Dos faltas cometen siempre los alema- existente, al sostener que la realidad está por encima puesto§ ei
nes cuando nattan:la fastidiosa argumentación y la del arte y es más perfecta que la fantasía. El progreso nero. F,n
nunca suficientemente maldecida iáealización de la conseguido en la teoría servirá de sostén a la amplia dental esi
verdad,> (carta en alemán a Ludrvig Pietsch, 28 de di- representación social y la gran autenticidad que ca- bajo el dr
ciembre de 1876). racferiza a la novela rusa) que abarca tanto a la ciu- mista Ale
Estos juicios revelan ejemplarmente las diferencias dad como el campo, la aristocracia, los comerciantes, campesin<
entre estas dos literaturas nacionales en la evolución los artesanos y siwientes, hasta llegar «por abajo» al Rusia es, I
de su prosa. En comparación con la alemana, ia no- proletariado. Las novelas de Turgueniev (entre offas, ción y, so
vela rusa desarrolla una mayor representación social Rudin, 1856, y Daorjanskoe gnezdo: Nido de bidalgos, ( 1B5l-18i
e histórica del momento, emanando de una apropia- 1858), por ejemplo, contienen toda una serie de per- El grueso
ción y elaboración más radicales de 1o real, En ella ya files filosóficos y sociales, mientras que la literatura damente I
no operan como filtro condicionantes mentales (como alemana no cuenta con un cronista semejante de las y,ensut
los victorianos en Inglaterra) ni convenciones poeto- tendencias de la época. Así, su noveTa ücy i deti Qa guesía de
lógicas (como el «realismo idealista» de Alemania), ni dres e h|fos; 1862) tematiza el conflicto generacional dotadas d
siquiera cuando sus autores escriben como modera- entre la generación, más vieja, de corte estético-hu- te en mecl
dos o radicales, como «occidentales>> o <<eslavófilos>>, manista, representada por dos miembros de la noble- industríal.
con diferentes concepciones filosóficas. za rural, Nikolai y Pavel Kirsanov, y la joven genera- puede qur
En Rusia, la cittica cultural democrático-revoluciona- ción más radicoJ., encarnada por el hijo de Nikolai, Ar- de la literz
['o ¡toteld cam() prtl¡0rdtild.¡ocidl de la lpoco burgresa. l{rtt'ela psicoligica 1, burgrcsíd 189
En el escritorto. Acuarela de P. P. Sokolou para las nllo- ,v ss.). De esta forma, 1a nor,ela se apresta a tomar po-
trts de un cazadorr, de Iu-án Sergetleuitch'lurguentleu, tut- sición ante cuestiones políticas v sociales, convirtién-
fenor a 1891. Moscú, Museo Literario Nacional. dose en una forma esencial de la conciencia crítica.
La perspectiva psicológica individual de 1a novela
educatir,a le venía estrecha, teniendo en cuenta las
condiciones de partida de 1a literatura nacional antes
Ios ¿lutores se sienten educadores de su pueblo, v en mencionadas. En el Eugentl Oneght (Eugenio Onegin,
sus novelas se deja traslucir una referencia racionali- 1825-1833) de Pushkin el género ya se abre a la rea-
zadora \,.exigente respecto a las cuestiones políticas ¡, lidad, a1 aparecer Onegin como representante de la
sociales de actualidad. Todo ello origina una censura, sociedad aristocrática de San Petersburgo y quedar
qlle con frecuencia no permite Ia crítica social en for- caracterizado por su entorno.
n'ra periodística) pero sí en la ficción. De esta forma, La íntima interacción que se produce entre indivi-
1¿ noi-ela aclquiere una importante influencia en e1 ám- duo y sssisdad no pr-rede va narrarse en una compo-
biro de la literatura nacional. sición variada v entrelazada de gran formato con las
Bajo estos presupuestos, el retraso, en cuanto im- «bellas palabras, del relato .,-, ,i.rro. No es fortuito
pcrrtante desventaja desde el punto de vista de la his- que Tolstoi edifique un amplio mundo épico con un
toria social, se convierte en beneficio histórico-litera- estilo sencillo y no romántico que opera en términos
¡i¡ pera 1a evolución del género. E1 cambio hace que simples v con una elementai sintaxis. <,Las novelas de
:e rLrrne problemática la relación entre caracteres sin- Tolstoi eran lentos ríos que arrastraban pesadas mo-
c,-J¿res l situación social en general, ,v Ia unidad so- 1es de palabras. A esta característica estilístico-sintác-
¡r:1 hace posible ttazat üñ amplio panorama socio- tica corresponde una temática resultante: 1as novelas
:is:ó¡ico del n-romento. «La antigua Rusia pudo ser de Tolstoi eran lentos ríos que arrastraban pesadas
,-.':'¡ro cle elaboración intelectual de acuerdo con su moles de descripciones. No existía una acción con-
c:-::,.:i-icación social r, sus hábitos culturales radicio- centrada que condujese a1 lector a su través [...] En
-:.,,¡., ¡in oh-idal s, trutal contrapaftida: era preciso el1as parecía no haber ninguna fuerua dramáticamen-
.-.-r -;rire 1as manos la vida de los oprimidos v así te activa. Los numerosos acontecimientos menores di-
--.¡:-':.-:l¡ También era favorable la tolerancia inte- seminados en sus nor.,elas eran tan insignificantes, tan
-.¡: -.:. .le un Esrado que permitía entablar un diálo- inconexos v aparentemente tan banales en su mulri-
:,-- r ,r - :unque só1o fuera al nivel de lo literario. plicidad, que más bien producían 1a ímpresión de que
- j-j-:l¡i
,, losró arrancárseia a 1os poderosos [...i. nada ocurría. Es imposibie contar la acción de Gut-
- - .-- .. ;-t-ig,r.t Rusia constituía e1 terreno que rra I pdz, si por acción se entiende una secuencia de
. --.: - ,: --.¡:,,::-t'i necesita. La agitación de1 Impe- acontecimientos relatada con 1ógica, (A. Stender Pe
r -: -, :-.:.:.1-, :¡-1is¡á en ella, (H. Nlann.Ein Zei- tersen, Geschichte der russischen Literatur: Historn de !,,
: . -. ..'.... l.'.a.',,,..,.-;,,,; ,i, t,,t,t rpr.tcrt, pags.,16 llteratura rusa, 2." parte, pág. 386).
La noaela como panorama social de la época burguesa, Noaela psicológica 1 burguuía l9l
así de estar delimitado por el marco social de donde
se conversa.
Volna i mir (Guerra y paz, tB6B-1869) es una colo-
sal representación de la época que discurre entre 1805
y 1820, en la que se entremezclan los destinos perso-
nales del conde Rostow, el príncipe Bolkonski y el
príncipe Kuragin. Los individuos y la historia coetá-
nea aparecen mutuamente entrelazados de forma aún
más íntima que en Stendhal, de quien toma Tolstoi
la perspectiva interior de los personajes novelescos
parula desmipción de las batailas. Guerra y paz no es
una novela histórica, sino una novela social que da
sentido a 1o privado y a 1o público, a los problemas
familiares y a los acontecimientos nacionales. En la
novela aparcce además un optimismo panteísta, una
conciencia de que la historia es la vida inconsciente y
meadora de los seres humanos. Con la visión global
del mundo y el sentimiento panteísta de la vída, la no-
vela adquiere un carácter épico, rozando los límites
de la epopeya. Tolstoi mismo se compara con Home-
ro, y una y ottavez se ensalza como homérico el am-
piio y no dramático desarrollo de la acción. En Gue-
rra y paz se mantienen todavia una fe en el mundo y
una confianza en el futuro que recuerdan a la Ilustra-
ción, y la dicotomía entre individuo y sociedad se con-
sidera equilibrada. Tolstoi, como <<escritor prerrevolucio-
nario>> (George Lukács), describe un mundo prebur-
León Nikolayzuitcb Tolstoi trabaJando. Dibujo de llia Re- gués, que, aun siendo transpafente, ya se encuentra
pin, 1891. Leningrado, Museo Rwso I'lacional. plagado de tensiones. Por ello mismo, el medio, en
cuanto realidad que se impone como tal, aparece me-
nos rígidamente enfrentado a los personajes. Y esto
constituye una diferencia fundamental con la evolu-
El arístócrata Tolstoi se acerca al cambio social con ción contemporánea de la novela en occidente.
la nostalgia de las relaciones patriarcales aldeanas y En Annq Karenu,ta ¡875-1877), en cambio, aquel
con un rusoniano <<malestar en Ia cultura>>. Aun sien- viejo optimismo queda quebrantado. Esto se mani-
do un crítico despiadado de la Rusia zarista, guiado fiesta en una unidad temática <<más dtamática>>, que
por unas metas morales y religiosas, no aspira a ac- produce un efecto «más novelesco)> que en Guerua y
ciones políticas, sino más bien ala sahación interior. paz. De todas formas, esta novela de familia, dotada
El ímpetu moral y social de Tolstoi le reporta el re- ion gran elenco de personajes, tambiéir ofrece un am-
conocimiento mundial como reformista; se admira plio p anoram a. La fábula permite descubrir una apro -
como a un santo al viejo conde vestido de campesi- ximación temática a la novela europea occidental:
no, pero no irrumpe en los mundos de la novela como Anna, al enamorarse del conde Wronski tras una lar-
tendencia dominante. Y es que éstos surgen de una ga etapa de maffimonio infeliz, intenta conseguir la
atenta observacíón de 1o real existente, ofreciendo separación de su insensible marido, comprende mien-
una representación de 1o social exenta de preiuicios. tras tanto que su amor por el conde §üronski se ha
Sus novelas ffatan, casi siempre en el entorno íntimo enfriado, y se suicida. También aquila sociedad con-
de la aristocracia, de carreras de caballos, bailes, fies- denará su amor como un pecado. Mas la novela no
ms de familia y paseos en trineo. La atmósfera domi termina con la muerte de la heroína. Un segundo hilo
nante de lavída social feudal no queda, sin embargo, de la acción muestra, en contraste, el itinerario de
reducida a la problemática de la aristocracia como cas- Konstantin Levin hasta una feliz vida de familia, jun-
ta, sino que está impregnada por los problemas pun- to a una armonía de la vida campestre que resulta des-
tuales de Ia época,la abolición de la esclavitud, la oita mediante rasgos utópicos. La pregunta por la
emancipación de la mujer, las cuestiones filosóficas. <<vida recta>> no recibe, pues, una respuesta más con-
De ahí que el diálogo juegue un papel fundamental ciliadora, pero sí más abierta, que la que en Madame
en sus novelas. Este permite no sólo una psicologiza- Bouary nos da Flaubert.
ción de los personajes, sino tambiénuna actualización Dostoievski, por su parte, cali[ica a las novelas so-
y ampliación temáfica del mundo del relato, que deja ciales de Turgueniev y Tolstoi <diteratura de hacen-
192 Georg Bollenbeck
dadosrr. De esta forma polemiza contra el medio aris- muertos, 1860 -1862; lgrok : El j u gador, 1866; Pre stuple - y catásrofi
tocrático en ellas dominante, y en sus propias nove- nie i nakazanie: Crimeru y castigo, 1866; ldiot, El idiota, están aquí
las i¡troduce la miseria de las clases bajas. El elenco 1868-1869; Veónyi muí: El eterno marido, lB71; Besy: cada cual
de personajes de las mismas se halla integrado por Demonios, L871-1872; Prodostok: Eljoaen, 1875; Brat'ja ceso interi
marginados, oprimidos, criminales y borrachos. Su Karamazouy: Los hermanos Karamazou, 1879-1880). el narrado
entorno 1o constituyen con frecuencia las ciudades Tampoco en é1 1a concepción de la vida se convierte está eúlerE
más iúgubres. Dostoievski entronca, pues, con Ia am- en tendencia dominante en el universo de 1a novela, to psicolop
pliación temática de la <,escuela naturalista», siendo aunque imprime su impronta en la apropiación indi- pués de ot
Bednye ljudi Los pobres, 1846) el título significativo vidual de la realidad. Las novelas de Dostoievski, que por dir-exi
de su primera novela. Contra la ,,literatura de hacen- rebosan hedor y miseria, actian de forma enérgica y i¡strucor l
dados» polemiza un hombre que se denomina a sí melodramática, conteniendo elementos de la novela sino Raskc
mismo un «proletario literario»>, alguien que debe vi de horror y de la de aventuras: doncellas seducidas y gía h,rmen,
vir de la escritura, debiéndola entegar a Íecha fija. abandonadas, casamientos secretos, bofetadas sensa- dependenc
E1 joven autor se afiLia a los círculos socialistas radi- cionales. EnHumillados y ofendidos,la pobre y solita- 1ares.
cales, viéndose obligado a pasar diez años de prisión ria Nelly Petrowitch resulta ser la hija del príncipe Pe- Las norr
en Siberia, ras los cuales termina convirtiéndose pro- dro Walkowski. Y en El ldiota, el depauperado y epi- tos escénicr
gresivamente en un moralistal un místico reacciona- léptico príncipe Mychkin se convierte en millonario traposición
río. Durante esta fase surgirán sus novelas más im- gracias a una herencia repentina. Las obras de Dos- también se
portantes, que le granjean reconocimiento universal toievski son novelas que abordan temas sociales como realidad en
(Uniiennye ioskoxlinnye: Humillados y afendidu, 186l; el alcoholismo. Sus héroes están marcados socialmente transforma
Zapiski iz mit'taago doma: Ruuados de la casa de k¡ por un medio determinado, pero se muestran menos acción de l
como representantes de un grupo que como carácte- limita en n
res escindidos y dotados de rasgos contradictorios en na¡rados e
La isla Vasilieuski en Petersburgo,
escenario de las noue- medio de situaciones diferenciadas, Así aparecen en seis. T¡
las «Humillados y ofendidos» y «Crimen ycasfigo», de como figuras atípicas, elevando \a maesfría psicológi- túan mo,r-ii
Fiodor M/ailowtch Dovoieuski Litografía en color de ca de Dostoievski la complejidad de su vida interior queda dd
Jean Lemercier, segltn úbujo de Ferdinand Perrot, poste- gracias a una acumulación de elementos de la acción se cenra €
rior a 1850. Moscú, Museo Literario Nacional. y de conflictos dramáticos concretos. Los escándalos empieza pr
mismo Fiot
ta de rario
comeddo g
proceso Nrx
historia &
te como la
desenirenar
demonio ru
I,a coesise
independie
psicológica-
io complejc
cedentes dt
cia tempon
ce a una ao
la trayecror
jes en dir-er
de u¡a real
así, en el u
continua te
tienen una
que ree-pl
teres ), acor
tiple, «polil
no se r,e dr
Con el rech
dio de un¿s
:i.;, _r-. '- irjt#;*$3rrÉ F t**'i ; '. tacterístic*s
'.,I '¡!-*,,
-i+r.¡:;; ''
.$;_:.ts4,:¡": '*!+-!'i¡:'6 ,- rd- rrealista ¡"e
La nouela como panorama social de la épour burguesa, l'{ouela psicológica y burguuia 193