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Rubén Chacón Barón Cod 25231420

En la antropología, uno de los temas más debatidos, especialmente en tiempos


poscoloniales ha sido el de la etnicidad, recurso que desde las intenciones
coloniales ha desbocado la jerarquía racial que en pro de la supremacía de unos
conduce a formas erróneas de categorización como ha sido el racismo. La
corriente clásica de comprender la etnicidad se fundamenta en el esencialismo,
que toma tanto manifestaciones biológicas (sociobiología) como manifestaciones
culturales (Antropología) para estudiar los matices que tienen las comunidades
humanas y sus expresiones, tradiciones, usos y formas de vida.

Pero viendo las nocivas consecuencias que genera esta forma de categorización
(el racismo, sexismo, homofobia y demás formas de segregación social), se forjan
nuevas formas de etnicidad que busquen representar de manera más imparcial y
globalizada. Acá surge una contra postura que se conoce como Constructivismo,
la cual promulga que la etnicidad más allá de sr un ejercicio prístino de identidad
social es una construcción identitaria que se hace desde la comunidad como
ejercicio de individualización y caracterización.

Bajo este concepto Hall indica que la etnicidad no es algo exclusivamente de las
minorías, sino que “todo el mundo tiene una etnicidad porque todo el mundo
viene de una tradición cultural, un contexto cultural e histórico; esta es la fuente
de la producción de sí mismo, por lo que todos poseen una etnicidad.” (Restrepo,
2004, pág. 40), esto permite entrever la etnicidad como una forma de
invención/producción de la identidad étnica como un proceso sincrónico y
comparado con la otredad, Hall no dice con esto que se debe caer en la
categorización jerárquica e impositiva que se desprende del esencialismo, sino
que se debe comprender que más allá de una etnicidad global y diferenciada,
debemos hablar de un sinnúmero de etnicidades cada una con su desarrollo
histórico y cultural propio que problematizan la diferenciación/mismidad, que
también implica que la etnicidad es un proceso de identidad, por lo cual es un
proceso de continua trasformación, yuxtaposición e interacción con otras
identidades que desvirtúan el carácter ahistórico y radical de la etnicidad
esencialista.

También desde una tendencia constructivista podemos encontrar la postura


Arqueológico-Genealógica de la etnicidad, en la cual se valora un trabajo
“archivístico” de construir la identidad étnica como un ejercicio de construcción
de la identidad individual desde pautas heredadas como son las tradiciones,
costumbres y expresiones folclóricas que forjan tanto al individuo como al
tramado social de su comunidad en el espectro de la caracterización respecto a
las otras. El trabajo arqueológico va más allá de una búsqueda de la cultura
material de su pasado para ser la curiosidad innata del individuo por estudiar su

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procedencia y la de su entorno familia y comunal que acentúa tanto identidad
individual como etnicidad.

Estos criterios contemporáneos que dan una validación académica, pero también
resistiva y hegemónica nos muestran que la etnicidad antes de ser una idea
categórica impuesta y avaluada por occidente, resulta ser un proceso de
reconocimiento diferenciado de las formas identitarias propias de la comunidad
desde la misma comunidad y que es ella quien debe validar sus expresiones
étnicas desde la tradición y la memoria y que se expresan desde lo discursivo y
performativo como un acto de resistencia y pluralidad del grueso de etnicidades.

Hall, Stuart. «Parte III. Raza y etnicidad. CAPÍTULO 14. Antiguas y nuevas identidades y etnicidades.» En Sin
Garantías, de Stuart Hall, 315-336. Popayán: Envión Editores, 2010.

Restrepo, Eduardo. Teorías contemporáneas de la Etnicidad "Stuart Hall y Michel Foucault". Popayán:
Universidad del Cauca, 2004.

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