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Antecedentes de la investigación: el programa nuclear norcoreano.

La Península de Corea fue una unidad administrativa independiente entre


1392 y 1910, hasta que fue invadida por los japoneses. La soberanía de Japón
perduró hasta 1945 una vez culminada la segunda guerra mundial, Estados
Unidos y la Unión Soviética fraccionaron la península coreana en dos zonas de
ocupación dividiendo a la población en dos regímenes políticos completamente
opuestos. En la Conferencia de Potsdam (julio de 1945), se acordó que los
soviéticos aceptarían la rendición de las fuerzas japonesas de guarnición al norte
del Paralelo 38 y los estadounidenses la de las guarniciones niponas situadas al
sur de aquella línea imaginaria.

En 1947, EEUU llevó el caso de Corea a la recién creada ONU, que


decidió la formación de un gobierno provisional después de la celebración de
unas elecciones en todo el territorio. En 1948 se realizaron elecciones, pero sólo
en la zona Sur. Syngman Rhee resultó ganador e instaló su gobierno en Seúl.
En la zona del norte, los soviéticos crearon la República Democrática Popular,
con una Constitución y bajo la presidencia de Kim II Sung -Kim Sun Chu-. A
finales de año (1948) evacuaron Corea, pero antes adiestraron y armaron el
Ejército Popular. el 25 de junio de 1950, las tropas de Kim Il Sung atravesaron el
paralelo 38º y avanzaron triunfalmente hacia el sur. EEUU convocó el consejo
de seguridad y este le concedió el mandato de hacer frente a la agresión
norcoreana.

Estados Unidos inició la invasión desembarcando en Inchon bajo el


mando del General MacArthur. Las tropas de la ONU y el ejército estadounidense
al mando del general MacArthur, conquistaron PyongYang la capital de Corea
del norte el 19 de octubre de 1950. China entraría en la guerra apoyando a
Norcorea sin embargo en 1951 los estadounidenses recuperan Seúl. Desde este
hecho, la guerra se limitó a conquistar pequeños territorios en medio de
gestiones diplomáticas que buscaban frenar la escalada militar.

Afirma Federico Martin (2006)

“La U.R.S.S. manifestó su intención de no intervenir en el conflicto y su deseo de que


coexistieran dos sistemas diferentes en la península. La propuesta llevó a la apertura
de negociaciones que concluyeron en julio de 1953, con la firma del Armisticio en
Panmunjong. En él se acordó una nueva línea de demarcación que serpentea en torno
al paralelo 38º.” (p.5)

Mientras que Corea del Sur contó con el apoyo de Estados Unidos
generando una organización económica y social influenciada por los valores de
una economía de mercado, Corea del norte consolidó su estructura política,
social y económica en torno a los principios del comunismo.

Afirma Elena Araya (2014)

“Corea del Norte logró sobrevivir a partir de la ayuda de la Unión Soviética y


China, optando por desarrollar sus capacidades militares convencionales así
como también no convencionales (llegando a poseer un pequeño arsenal
nuclear).” (p. 3).

Con la caída del muro de Berlín, la URSS y la era de la globalización


liderada por EEUU se produce un punto de inflexión que afectó el orden mundial.
El nuevo orden mundial hizo que Corea del Norte, casi sin recursos, tuviera que
buscar estrategias para sostener su supervivencia. Esto forjó que las leves
alteraciones económicas y apertura al mundo retrocedieran porque Corea del
Norte se estaba quedando atrás en el andar global.

Rusia reconoció al gobierno de Corea del Sur, estableciendo relaciones


oficiales desde 1990, asestando otro duro golpe a la RPDC, a quien siempre
había admitido como la única administración legítima de Corea, rechazando la
dirección instaurada por Syngman Rhee. Sin la ayuda de sus principales aliados
y frente a la incerteza de cooperación futura con aquellos (China y Rusia), corea
del norte entra en un aislamiento cada vez mayor en un mundo globalizado. Esto
configuraba un panorama desfavorable para Corea del Norte con la pérdida del
apoyo por parte de sus aliados tradicionales, en ausencia de la dinámica de
confrontación Este- Oeste; ahora sus aliados tenían nuevos intereses. Mientras
Rusia enfrentaba una crisis económica interna que debilitaba su papel en la
región, China presentaba un ascenso económico y una revitalización de
relaciones con otros países de toda índole que provocó una redefinición de su
estrategia respecto al vínculo que unía a Beijing con el norte de la península
coreana.
Era atómica

La era atómica se inicia con el primer ensayo nuclear en Álamo Gordo,


Nuevo México, el 16 de julio de 1945. La primera arma nuclear utilizada en un
enfrentamiento bélico fue la tristemente recordada bomba de Hiroshima, en
agosto de 1945, a la que se le sumó, días después, la de Nagasaki, llevando a
Japón a firmar la rendición incondicional ante los Estados Unidos. Las
implicancias del uso de la bomba hacia fines de la guerra del 39 no eran
puramente militares. Que los Estados Unidos tuviesen esta bomba alteraba
drásticamente el equilibrio del poder de la postguerra, porque ahora se veía
como mucho más factible el hecho de que los Estados Unidos pudieran imponer
su voluntad sobre el resto del mundo. Cuatro años después, la entonces Unión
Soviética pone fin al monopolio estadounidense con un ensayo.

La historia de la no proliferación ha estado estrechamente entremezclada


con la historia de eventos como los mencionados precedentemente, que
motivaron sumar esfuerzos en la formulación de acuerdos y concluir
negociaciones, con variados resultados, tendientes a buscarle una solución a
este flagelo mundial. En tal sentido, han podido concretar acuerdos de carácter
limitado como: el Tratado de Prohibición Parcial de Ensayos de 1963, en el que
se prohibían los ensayos nucleares en la atmósfera, en el espacio ultraterrestre
y debajo del mar; el Tratado sobre limitación de los ensayos subterráneos de
armas nucleares de 1974, denominado Tratado del Umbral, en el que se
prohibían los ensayos de más de 150 kilotones; y el Tratado sobre las
explosiones nucleares con fines pacíficos de 1976.

En 1965, la Asamblea General de las Naciones Unidas adopta la


Resolución que pide a la Comisión de Desarme del mismo organismo
internacional la negociación de un tratado internacional contra la proliferación de
las armas nucleares que se cristalizó en el llamado Tratado de No Proliferación
Nuclear TNP, que entró en vigor el 5 de mayo de 1970, cuando EE.UU. y la ex
Unión Soviética depositaron sus instrumentos de ratificación. En 1974, luego de
realizarse la detonación de la primera bomba atómica hindú, Canadá y EE.UU.
procuraron establecer mayor rigidez en las salvaguardias y en la transferencia
de tecnología. En 1975, los Estados Proveedores de Material Nuclear se
agruparon y conformaron el club de Londres con el propósito de establecer un
cúmulo de normas comunes sobre salvaguardias y controles conexos para las
exportaciones de materiales nucleares.

El 26 de enero de 1994 en sesión Plenaria de la Conferencia de Desarme


se adoptó formalmente el mandato del Comité Ad Hoc encargado de la
negociación de un Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares,
comúnmente conocido por su sigla en inglés, CTBT. Hoy este 30 tratado cuenta
con 160 Estados signatarios, 90 ratificaciones y entre ellos a los 31 de los 44
Estados necesarios para su entrada en vigor.

Tratado de No proliferación (TNP)

En 1968, se firmó el Tratado de No Proliferación (TNP), la piedra angular


que establece el régimen internacional de no proliferación y desarme nuclear. El
TNP reconoce la existencia de cinco países nucleares: Estados Unidos, Rusia,
Reino Unido, Francia y China, las cinco potencias que habían realizado ensayos
explosiones nucleares antes de 1967. Otros cuatro países, la India, Pakistán,
Israel y la República Popular Democrática de Corea (RPDC) pasaron a ser
poseedores de armas nucleares, situándose fuera del TNP. Son los únicos que
no se someten a las salvaguardas y obligaciones que prescribe el tratado. Los
nueve países han llevado a cabo ensayos nucleares. El TNP ha sido firmado por
188 países, entró en vigor en 1970, y se apoya en tres pilares: el desarme
nuclear, la no proliferación y el derecho al uso pacífico de la energía nuclear.
Cada cinco años tiene lugar una Conferencia de Revisión del TNP.

Programa nuclear norcoreano. Inicios (1983)

La República Democrática de Corea del Norte inició su programa nuclear en


los años setenta. A finales de la década de los años 70, el gobierno norcoreano
decidió desarrollar un pequeño arsenal de bombas atómicas para sus misiles,
contando para ello inicialmente con las minas de uranio y las fábricas de
concentrados de Pyongsan y Pakchon. Los orígenes del programa nuclear
norcoreano pueden hallarse en los años cincuenta, cuando Estados Unidos
desplegó armas atómicas en la península coreana. Desde aquel momento Corea
del Norte percibió la presencia nuclear americana como una amenaza y dio
comienzo a un lento desarrollo de su propio programa nuclear con asistencia
técnica soviética. A finales de los años setenta Corea del Norte inició una
segunda fase en la que los medios técnicos propios desempeñaban un papel
más importante.
En 1984 satélites de reconocimiento de Estados Unidos detectaron la
construcción de un reactor de tecnología soviética apto para la producción de
plutonio. Bajo presión de la URSS en connivencia con Estados Unidos,
intentando ambos países frenar el desarrollo de un programa de armas nucleares
autónomo norcoreano, Corea del Norte firmó el TNP en 1985 y firmó un Acuerdo
de Salvaguardias. Sin embargo, a fines de los años ochenta se detectó la
construcción de una planta de reprocesamiento de plutonio y un tercer reactor.

Desarrollo del programa nuclear norcoreano

En 1959 se firmó el primer acuerdo de cooperación científica con la URSS


en este ámbito, y poco después se dotó de un reactor subcrítico al Departamento
de Investigación Nuclear de la Universidad Kim Il Sung, se construyó un
laboratorio subterráneo en Pakchon y se creó la unidad de I+D del Departamento
de Física Nuclear en el Instituto Industrial Kim Chaek con asistencia soviética.
En 1965 la URSS suministró un reactor de investigación de 1 Mw, situado en
Yongbyon. En la misma fecha la URSS también suministró un reactor de
investigación de sólo 800 kw y posteriormente se incrementó su potencia hasta
4 Mw.

En 1980-1987 la URSS cooperó con Corea del Norte en un proyecto de


ampliación del Complejo Nuclear de Yongbyon, en el que se instaló otro reactor
de 30 Mw. Este reactor moderado por grafito es el que fue cerrado en 1996 tras
alcanzar el acuerdo por el que se creó KEDO. En una inspección del OIEA se
comprobó que faltaban barras de combustible inventariadas previamente, y las
autoridades norcoreanas respondieron que el número total de barras estaba
completo, pero luego admitieron haber retirado una parte de las barras hacia
1990 por razones técnicas. Como bien afirma Pinacho (2014)

“A principios de la década de los años 80 en el Centro de Investigaciones Científicas de


Yongbyon se hallaban ubicados las siguientes instalaciones: un reactor nuclear
moderado por grafito y refrigerado por gas, de unos 15 megavatios térmicos alimentado
con uranio natural; una fábrica de elementos combustibles, y una planta de
reelaboración o reproceso del combustible extraído de este reactor con objeto de
obtener el plutonio necesario para sus bombas nucleares.” (p.6).

Con todo ello, Corea del Norte disponía del ciclo completo del combustible
nuclear que le permitía obtener el plutonio necesario para fabricar una bomba
atómica al año. A partir de entonces, el gobierno siguió el proceso habitual de
los países que no habiendo firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear
(TNP), desean desarrollar armamento nuclear. Primeramente, firmó el 12 de
diciembre de 1985, el TNP como muestra de que Corea del Norte renunciaba al
desarrollo de armamento nuclear.

Cuando el 12 de diciembre de 1985 Corea del Norte firmó el TNP no


declaró el Centro Nuclear de Yongbyon. Sin embargo, en 1989 los satélites
norteamericanos detectaron la existencia de un reactor nuclear de unos pocos
megavatios térmicos y las fábricas de elementos combustibles y de
reelaboración o reproceso del combustible extraído del reactor nuclear. Como
bien sostiene Pinacho:

“El gobierno quiso justificar la existencia de estas fábricas para producir


radioisótopos para medicina, para la esterilización de alimentos y de material
sanitario, y para la formación de sus físicos e ingenieros nucleares. No obstante,
para cumplir estos objetivos bastaría con un rector nuclear de una potencia del
orden de la décima parte de la del de Yongbyon.” (p.6)

Crisis de 1993

En la década de los 90, había preocupación por parte de la comunidad


internacional a causa de la posible existencia de un plan nuclear norcoreano. La
posibilidad de que Norcorea tuviera más plutonio del declarado, se sumó la
amenaza de abandonar el Tratado de No Proliferación Nuclear, al que el país
había adherido en 1985. Los estragos iniciaron en 1993, como parte de la
respuesta del gobierno de Pyongyang de retirarse ese mismo año del Tratado
de No Proliferación nuclear. A este factor se le añadió la actuación fuera de la
ley internacional vendiendo misiles balísticos, y negándose a firmar la
Convención sobre la Guerra con Armamentos Químicos y Biológicos, y a cumplir
con los términos de las inspecciones nucleares. Virginia Iribarme (2010) señala
“El objeto principal de la Administración Clinton era desmantelar la producción de
plutonio adicional para la fabricación de bombas, lo que se denominó “plutonium first”.
La primera preocupación de Estados Unidos era evitar la amenaza que una Corea del
Norte nuclearizada significaría en Asia. También se proponía mantener a dicha
dictadura dentro del TNP y, prevenir la transferencia de material nuclear a otros Estados
o grupos terroristas.” (p.11).

EEUU desarrolló dos estrategias que buscaban reposicionar las fuerzas


militares en corea del sur, ejercicios militares y nuevas sanciones a través de la
ONU. No obstante, en 1994 la administración Clinton daría un viraje y se
concentró en las negociaciones para llegar a un consenso que permitiera mejorar
sus relaciones con corea del norte, disminuir las tensiones tras la guerra de
corea.

El proceso culminó en junio de 1994 con la firma del Acuerdo Marco con
Corea del Norte y creó la Organización para el Desarrollo en la Península
Coreana (KEDO), que tenía como objetivo crear un consorcio internacional para
cumplir lo acordado en las negociaciones, principalmente asociadas con proveer
de ayuda y energéticos al régimen norcoreano, con el fin de mantener congelado
su programa nuclear.

Bustelo (2003) sostiene al respecto

“En virtud de ese acuerdo, Corea del Norte se comprometió a abandonar ese programa
nuclear a cambio del levantamiento progresivo de las sanciones económicas
estadounidenses, así como de la construcción de dos reactores nucleares de agua ligera
(“resistentes” a la proliferación) para generar electricidad y de la recepción de medio
millón de toneladas de petróleo al año hasta que estuviera terminado el primer reactor.
La construcción de los reactores y el envío de petróleo se encomendaron a un consorcio
internacional creado en 1995 y denominado KEDO, formado trece países. El acuerdo
marco abrió expectativas de acercamientos sin precedentes, particularmente entre las
dos Coreas”. (p. 12).

El levantamiento de las sanciones se enfocaba en el área de


telecomunicaciones, transacciones financieras, la importación de ciertos
bienes, la construcción de dos reactores nucleares de agua ligera y de la
recepción de medio millón de toneladas de petróleo al año hasta que
estuviera terminado el primer reactor. A finales de los noventa y principios de
siglo, la colaboración norcoreana suavizó las relaciones tanto con Estados
Unidos como con la Comunidad Internacional en general.

Aun cuando el acuerdo Marco logró interrumpir el programa nuclear basado


en el plutonio de Corea del Norte, no consiguió resolver las discrepancias
generadas por sus actividades pasadas, ni tampoco eliminar las cantidades de
combustible gastado que se sabía que había en el país. De este modo, Corea
del Norte fue capaz de reiniciar su programa nuclear.

Crisis del 2002

En octubre de 2002, las acusaciones de que el país iniciaba un segundo


programa nuclear, esta vez basado en el uranio, llevó al colapso del acuerdo
suscrito en 1994. La controversia por las inspecciones no aceptadas por
Norcorea y las sospechas de venta de material atómico y misiles a otros países
fueron argumentos para que EEUU la incluyera en su “eje del mal”, dando lugar,
en diciembre de 2002, a la expulsión de los supervisores de IAEA por parte de
Pyongyang, la ruptura de los sellos de seguridad, la reactivación del programa
de enriquecimiento de plutonio en la planta de Yongbyon y a su retiro del Tratado
de No Proliferación. La tensión en la península siguió subiendo en los meses
siguientes, por diversos motivos, como, por ejemplo, la captura de un avión espía
estadounidense por Norcorea en marzo de 2003. Sin embargo, con el apoyo de
China, ese mismo año surgió el encuentro de los tres países en Beijing, que le
abrió paso al Diálogo de seis partes.

El agotamiento que para Estados Unidos supuso la media unilateral de la


toma de Iraq abrió un espacio importante para la búsqueda de consenso con sus
aliados y sus rivales en otros escenarios, como el coreano. En agosto de 2003
empezó el ciclo del Diálogo de seis partes, con Estados Unidos, las dos Coreas,
Rusia, Japón y China. El objetivo del encuentro volvió a ser el mismo del Acuerdo
Marco bilateral con Estados Unidos de 1994: la destrucción del material atómico
norcoreano que pudiera servirle a ese gobierno para construir la bomba y que,
dado el avance en la tecnología de cohetes, pudiera diezmar la seguridad del
entorno. A cambio se le ofrecería el apoyo económico y suministro de energía.
Negociaciones 2003-2005

Con la colaboración de China, en Beijing se lleva a cabo la sexta ronda de


conversaciones, cuyo resultado fue plasmado en el Acuerdo de 2005, por el cual
Pyongyang abandonaría sus pretensiones de país con capacidad nuclear,
volvería al NPT y recibiría a los inspectores de IAEA, a cambio de los envíos de
energía y alimentos por los otros cinco países. De igual modo, el acuerdo
despejaba la vía para la normalización de relaciones con Estados Unidos y
Japón. Pero, tres meses después, en noviembre, cuando el Departamento del
Tesoro restringe las operaciones con el Banco Delta en Macao, al que acusa de
lavar US$25 millones para Norcorea, el banco congela 50 cuentas de ese país,
y Pyongyang acelera su desarrollo armamentista con el lanzamiento de misiles
sobre el Pacífico en julio de 2006 y la explosión atómica en octubre.

Las conversaciones a seis bandas habían llegado el 19 de septiembre de


ese año, al final de su cuarta ronda, a una declaración conjunta que presagiaba
una solución a la crisis. Esa declaración incluía la obligación de Corea del Norte
de volver al TNP y al acuerdo de salvaguardias con el Organismo Internacional
de la Energía Atómica (OIEA) y su derecho a obtener, “en un momento
apropiado”, un reactor de agua ligera (un tipo de reactor más resistente a la
proliferación que los reactores nucleares convencionales).

Sin embargo, el acuerdo de septiembre de 2005, que en su momento


despertó muchas expectativas, se quedó en agua de borrajas por dos razones
principales: la distinta interpretación del acuerdo que hicieron Pyongyang y
Washington y las sanciones financieras que en ese mismo mes el Departamento
del Tesoro de EEUU impuso a Corea del Norte. En primer lugar, Corea del Norte
exigió que le fuese entregado el reactor de agua ligera antes de congelar sus
programas nucleares mientras que EEUU dio a la declaración una interpretación
totalmente opuesta: primero congelación y desmantelamiento y sólo después
entrega del reactor.

En septiembre de 2005 el Departamento del Tesoro de EEUU impuso


sanciones financieras contra Corea del Norte. Esas sanciones consistieron en
amenazar al Banco Delta Asia (BDA), de Macao, en suspender su acceso a los
mercados financieros de EEUU. El BDA fue acusado de colaborar con Corea del
Norte en la falsificación de moneda, el tráfico de drogas y el contrabando de
tabaco. El resultado fue que el BDA congeló varias cuentas norcoreanas, por un
valor total de 24 millones de dólares. Otros bancos de la región, presionados por
EEUU, cancelaron sus negocios con Corea del Norte. La quinta ronda de las
conversaciones a seis bandas se reunió brevemente a principios de noviembre,
sin avanzar en lo más mínimo, y fue aplazada de manera indefinida.

A finales de 2005 y principios de 2006 muchos analistas criticaron que la


declaración de septiembre de 2005 no hubiese resuelto la cuestión esencial, que
era el asunto de las medidas simultáneas, y sobre todo que EEUU, justo en el
momento en el que parecía que podía llegarse a una solución, empezase a
aplicar unas sanciones financieras.

Prueba de misiles 2006

Corea del Norte inició una prueba de varios misiles, incluyendo uno de
largo alcance (Taepodong 2). El Taepodong 2, con un alcance de 6.700 km, falló
40 segundos después de su despegue, estrellándose en un área deshabitada de
Corea del Norte, pero los otros seis misiles tuvieron éxito. Fueron lanzados en
dirección del Mar del Este (Mar de Japón para los japoneses) y demostraron la
capacidad norcoreana de llegar, con un misil cargado de explosivos, a cualquier
punto de Corea del Sur y Japón. Fue la primera prueba de misiles desde la
realizada en 1998, cuando un Taepodong 1 sobrevoló Japón para estrellarse en
el Pacífico. Poco después de ese lanzamiento, Pyongyang declaró una moratoria
indefinida de pruebas de misiles, que teóricamente seguía en vigor en julio de
2006. La reacción, sobre todo en Japón y en EEUU, fue de temor, pese a que se
trataba de una prueba (es decir, los misiles no llevaban explosivos) y al fracaso
del misil de largo alcance, capaz de llegar, en teoría, a territorio estadounidense
(Guam, Hawai o Alaska).

Primer ensayo nuclear

El colapso del Acuerdo Marco entre EEUU y Corea del Norte a finales de
2002 marcó el punto de inflexión en las relaciones entre ambos países y desde
ese momento, quedó claro que Corea del Norte estaba decidida a lograr
armamento nuclear.

El 9 de octubre de 2006, Corea del Norte realizó su primer ensayo nuclear


luego de que el 3 de octubre del mismo año, anunciara las intenciones de su
realización debido a las sanciones tomadas por Estados Unidos hacia el país. La
prueba nuclear se realizó el 9 de octubre en unas instalaciones (un túnel
horizontal en una montaña) cerca de Punggye, una localidad situada a 350 km
al noreste de Pyongyang. La prueba consistió en la detonación de un artefacto
nuclear que, puesto que la explosión fue de menos de un kilotón, tuvo un fallo
parcial (o bien era de pequeño tamaño).

Sanciones de la ONU

El 14 de octubre el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó,


por unanimidad, la Resolución 1.718. La Resolución condenó la prueba, instó a
Pyongyang a que se abstuviera de hacer demostraciones adicionales de fuerza,
a volver a las conversaciones a seis bandas y a abandonar sus programas
nucleares y, sobre todo, impuso una serie de sanciones. Entre éstas figuraban
un embargo de armas (de destrucción masiva y de cierto tamaño) y la
confiscación de activos financieros a personas o instituciones relacionadas con
los programas de armas, así como la prohibición a altos cargos del régimen de
viajar al extranjero, y de las exportaciones de bienes de lujo. Para la aplicación
de las sanciones, el Consejo pidió a los miembros de Naciones Unidas que
inspeccionaran barcos, aviones y camiones con origen o destino en Corea del
Norte.

En suma, las sanciones del Consejo de Seguridad, junto con las


adicionales anunciadas por varios países, no parecían especialmente nocivas
para Pyongyang, porque no afectaban al soporte vital de la economía y del
régimen norcoreano. Ese soporte consistía básicamente en la ayuda energética
de China (que algunas fuentes estimaban que cubría nada menos que el 70% o
el 80% de las necesidades de Corea del Norte) y al comercio con China y Corea
del Sur. Los datos disponibles indicaban que en 2005 Corea del Norte había
exportado bienes por una cantidad total de 1.713 millones de dólares, de los que
unos 500 a China y unos 340 a Corea del Sur (y apenas 130 a Japón).
Las importaciones en ese año ascendieron a 2.340 millones, de los que
unos 1.000 procedentes de China, 750 de Corea del Sur y apenas 60 de Japón.
Resulta interesante observar la evolución del comercio exterior de Corea del
Norte durante la vigencia de la crisis nuclear, con arreglo a los últimos datos
disponibles en el Ministerio de Unificación y en la agencia KOTRA, de Corea del
Sur. Entre 2001 y 2005 la parte de Japón en ese comercio pasó del 47% al 5%,
mientras que la proporción conjunta de China y Corea del Sur aumentó del 43%
al 65%. Puesto que las sanciones del Consejo de Seguridad no afectaban ni a la
ayuda energética de China ni al comercio de Corea del Norte con China y Corea
del Sur, y a la vista de que Beijing y Seúl no parecían dispuestos a reducir esas
actividades, muchos analistas consideraban a finales de octubre de 2006 que las
sanciones del Consejo de Seguridad iban a ser incapaces de forzar la mano a
Pyongyang.

En términos generales, consideraban que eran necesarias medidas


adicionales por parte de China y Corea del Sur (reducción de la ayuda energética
y del intercambio comercial), así como, naturalmente, un cambio de estrategia
por parte de EEUU. Durante la segunda quincena de octubre corrieron rumores
de que Corea del Norte se preparaba para una segunda prueba nuclear (para
corregir el aparente fallo de la primera) e incluso de que el régimen podría
empezar a transferir (o a amenazar con hacerlo) material nuclear a otro Estado
y a un “actor no estatal”, lo que obviamente fue motivo de enorme preocupación.

Segunda ronda de negociaciones

En febrero de 2007 Corea del Norte ofrece cerrar totalmente su programa


nuclear a cambio de 400 millones de dólares. Se mantuvo un encuentro con
Estados Unidos al respecto y se acuerda en las conversaciones del G-6 liberar
unos 25 millones de dólares congelados al gobierno norcoreano. Tras ello se
reiteró la intención de inutilizar totalmente el programa por parte norcoreana
antes de finales del 2007. A tal fin se firmó en septiembre un acuerdo constaba
de 12 medidas enfocadas a inhabilitar el programa nuclear, así como permitir la
inspección de un equipo de expertos en este campo, compuesto por técnicos de
Estados Unidos. Cuatro de estas medidas estaban enfocadas al reactor de 5
MWe de Yongbyon. Este reactor era el que permitía tener la “materia prima” del
programa nuclear. Inhabilitando este reactor desaparecería la capacidad de
obtener plutonio.

Tercer ensayo nuclear

Tan solo tres meses más tarde del acuerdo, un representante de defensa
de Corea del Sur indicó que imágenes de satélites mostraban que el
emplazamiento de ensayos nucleares de Corea del Norte estaba preparado para
llevar a cabo un nuevo ensayo nuclear en cualquier momento. La cual tuvo lugar
el 12 de febrero de 2013, con una potencia estimada de entre 2´5 y 3 veces
superior al anterior18. Este ensayo nuclear parece indicar que ya tenían todos
los problemas solucionados en relación a un dispositivo nuclear de plutonio.
En respuesta a ello el UNSC aprueba la resolución 2094, en la que impone
sanciones financieras específicas; amplía la lista de artículos prohibidos en
relación con actividades nucleares, misiles balísticos y otras armas de
destrucción masiva artículos relacionados; proporciona una lista de productos de
lujo prohibidas.

4to y 5to ensayo nuclear

El 6 de enero del 2016 en Corea, el Servicio Geológico de Estados


Unidos detectó una perturbación sísmica de magnitud 5.1, informó de que se
trataba de una cuarta prueba nuclear subterránea. Corea del Norte afirmó que
esta prueba implicó una bomba de hidrógeno. Esta afirmación no ha sido
verificada. En cuestión de horas, muchas naciones y organizaciones habían
condenado la prueba. Los analistas expertos estadounidenses no creen que
una bomba de hidrógeno fuera detonada. Los datos sísmicos r ecogidos hasta
la fecha sugieren un rendimiento entre los 6 y 9 kilotones y que la magnitud no
está relacionada con la potencia que se genera una explosión dada por una
bomba de hidrógeno.

El 7 de febrero del 2016, aproximadamente un mes después de la


supuesta prueba de la bomba de hidrógeno, Corea del Norte afirmó haber puesto
un satélite en órbita alrededor de la Tierra. El primer ministro japonés, Shinzo
Abe, había advertido a Corea del Norte de no lanzar el cohete, en caso de
hacerlo y el cohete entrara en territorio japonés, sería derribado. Sin embargo,
Corea del Norte hizo caso omiso y lanzó el cohete, afirmando que el satélite
estaba destinado exclusivamente para fines pacíficos y científicos. Varios
países, entre ellos Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, han criticado el
lanzamiento, y a pesar de que Corea del Norte afirma que el cohete fue con fines
pacíficos, ha sido fuertemente criticada ya que fue visto como un intento de
realizar una prueba de misil balístico intercontinental con el pretexto de que fue
un lanzamiento pacífico.

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