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Universidad Nacional del Comahue

Facultad de Humanidades
Departamento de Historia

El comportamiento de los sectores dominantes en


la argentina moderna y su expresión en la
fragmentación espacial
de la provincia de Río Negro.
Un estudio de caso: el “plan Castello” (1958-1964)

Tesis de licenciatura

Prof. Silvio Winderbaum

Directora: Dra. Susana Bandieri

1
Introducción

Hay una característica de la provincia de Río Negro que la diferencia de la mayor

parte de las provincias argentinas: mientras cada una de éstas tiene, con pocas

excepciones, un claro y único centro político y económico, o, planteado en otros términos,

una fracción capitalista dominante a la que se vinculan con distinto tipo de relaciones los

demás sectores que componen el entramado social provincial, en Río Negro se

desarrollaron, en distintos espacios, entramados económico sociales que se vincularon

por separado al poder político y económico nacional e internacional y que funcionan con

una importante autonomía relativa. No estamos hablando aquí de desarrollos desiguales,

fenómeno característico del sistema capitalista, sino de la existencia de por lo menos

cuatro formas de articulación económico social claramente diferenciadas al interior del

mismo espacio provincial.

Este fenómeno se manifiesta en muchos terrenos de la realidad social y política de

la provincia de Río Negro. Entre otros:

• Existencia de cuatro grandes centros urbanos (Viedma, General Roca, Bariloche y

Cipolletti) de los cuales el más importante de ellos, Bariloche, funciona en forma

totalmente aislada del resto de la provincia. La capital provincial, Viedma, conserva las

funciones político-administrativas pero sin un hinterland productivo de importancia en sus

cercanías. Al mismo tiempo, permanece relativamente aislada de los otros tres grandes

centros urbanos. General Roca y Cipolletti forman parte del núcleo poblacional y

productivo más importante de la provincia, el Alto Valle, cuyas ciudades están fuertemente

vinculadas entre sí pero aisladas, a su vez, del resto de la provincia. Algunas de éstas,

asimismo -en especial Cipolletti y cercanas- funcionan, en muchos aspectos, más

vinculadas a la ciudad de Neuquén. Al mismo tiempo, una parte muy importante del

2
territorio al sur del Río Negro -la “línea Sur”- permanece despoblado e incomunicado,

entre sí y con el resto de la provincia, el país y el mundo.

• Aunque es claro que el sector que ejerció la hegemonía, a lo largo de la historia del

territorio, resultó ser el vinculado al Alto Valle -en especial, a la ciudad de General Roca-,

la historia de la provincia de Río Negro es rica en conflictos que aparecieron a la luz

pública como "entre ciudades" (Roca contra Viedma por la capitalidad, Cipolletti contra

Roca en la década de 1960), teñidos por un fuerte localismo. Nuestra hipótesis es que

estos conflictos expresaron disputas por el rol hegemónico en el territorio provincial entre

distintos sectores capitalistas.

• La propia Constitución de la provincia parte de aceptar esta realidad afirmando que

“el territorio provincial se organiza en regiones” (Art. 106), dispone la regionalización de la

administración pública provincial (Art. 107), crea los Consejos Regionales (Art. 108) y

entes de desarrollo de la Línea Sur y de la zona de General Conesa “en función del

objetivo de igualar el progreso social, cultural y económico de todas las regiones de la

Provincia para su definitiva integración” (Art. 110). Incluso el régimen de elección de los

diputados provinciales está organizado “asegurando representación regional con un

número fijo e igualitario de legisladores por circuito electoral” (Art. 123).

• En el campo de lo mental, cada zona de la provincia "se piensa" históricamente

separada de (o en competencia con) las demás. Un claro ejemplo de esto es la existencia

de numerosa bibliografía referida a cuestiones históricas locales, mientras que es muy

escasa la referida a cuestiones provinciales.

• Esta característica de Río Negro se manifiesta hasta en la conformación de su red

ferroviaria y vial: mientras que históricamente en la mayor parte del país las redes

ferroviarias vincularon la Capital Federal con las zonas productivas atravesando las

capitales provinciales, en Río Negro el primer ramal ferroviario llegó directamente al Alto

3
Valle (línea ferroviaria que actualmente llega hasta Zapala, en la provincia de Neuquén, y

pasa por las actuales ciudades de General Roca y Cipolletti) mientras que la capital

política, Viedma, y su espacio productivo inmediato, el Valle Inferior del Río Negro,

quedaron desvinculados de Buenos Aires hasta muchos años después. La desvinculación

entre el Alto Valle y el Valle Inferior se mantiene, entretanto, hasta la actualidad.

¿Por qué la fragmentación espacial es un problema? Fundamentalmente porque

es la expresión de una estructura productiva y territorial en la que casi todo el excedente

producido en la provincia termina en el exterior o en los grandes centros urbanos del país,

y ese es uno de los factores determinantes de que, a pesar de la enorme riqueza que se

genera en el territorio de Río Negro, una parte muy importante de la población

permanezca, en algunos casos, en situación de pobreza, y en muchos otros, muy por

debajo de ella y completamente aislada de lo que los hombres del siglo XIX y gran parte

del XX llamaban “civilización”. Además, la fragmentación espacial desaprovecha enormes

potencialidades de puesta en valor de recursos que la provincia posee.

Río Negro: gigantescas potencialidades, una dura realidad

Poseedora de los oasis bajo riego más importantes del país, del único puerto de

aguas profundas, de la segunda ciudad turística de la Argentina, de una riqueza ictícola

considerable, de recursos minerales que se estiman importantes aunque permanezcan

mayoritariamente inexplotados, de una variada e importantísima riqueza ganadera, de

enormes espacios aptos para el desarrollo del turismo, cruzado su territorio de este a

oeste por dos líneas ferroviarias, la provincia de Río Negro es una buena muestra de

aquello que cualquier viajero no avisado y muchos cientistas sociales no alcanzan aún a

comprender: cómo es posible que, con tantas riquezas naturales, la Argentina no esté, por

4
su producción y por el nivel de vida de su población, entre los países más importantes del

mundo.

Se podría pensar, sin embargo, teniendo en cuenta semejante variedad de

riquezas, que en el concierto de las demás provincias argentinas la población de Río

Negro es de las que se encuentra en mejor situación. Lamentablemente, las estadísticas

desmienten con dureza tal presunción. Según los datos que aporta el Censo Nacional del

año 2001, calculando el índice de Necesidades Básicas Insatisfechas por provincia, Río

Negro ocupa el lugar número 15, el más alto de la Patagonia y algo por encima del

promedio nacional, con un 17,9% de su población en esa situación. Según la misma

fuente, sobre una población mayor de 15 años de 381.379 habitantes, 87.739 de ellos

permanecen sin haber completado el nivel primario de instrucción y 190.431 el nivel

secundario. Pero estos datos no son homogéneos en toda la provincia: mientras en el

Departamento General Roca, por ejemplo, el índice de NBI es del 17,2%, en el de 9 de

Julio es del 34%, y en El Cuy del 39,5%

Es por ello que creemos relevante comenzar a indagar, desde la historia, la

problemática planteada.

Fundamentación teórica

Este es un trabajo histórico que se refiere a cuestiones espaciales. Y es por ello que

no puede tener sino un enfoque transdisciplinario, totalizador. Compartimos, en este

sentido, las reflexiones de Gerardo de Jong:

“(…) Insensiblemente, la ciencia empírica se ha estado proponiendo problemas


que podía solucionar desde el campo disciplinario, en una total coherencia
ideológica con el sistema de poder y dominación. Mientras tanto, los principales

5
conflictos de la sociedad actual han sido marginados, en la medida en que
pertenecen a las amplias zonas grises entre disciplinas y sólo pueden ser
abordados mediante el trabajo interdisciplinario. La fragmentación que emerge de
la división del campo del conocimiento científico en áreas de incumbencia, es la
evidencia material de la perduración de los efectos paralizantes del positivismo. El
trabajo interdisciplinario encuentra su mayor escollo en el empirismo
fragmentador de los campos disciplinarios, el cual se encuentra institucionalizado
en la mayor parte del mundo académico que ha transformado los campos
disciplinarios en cotos de caza exclusivos, donde no se admiten opiniones desde
afuera de los mismos. El conocimiento comprensivo, que mantiene la unidad de
observación de los conflictos mediante el trabajo interdisciplinario, logra el
abordaje de aquellos problemas que se encuentran en las zonas grises ubicadas
entre disciplinas, mediante la práctica de la producción de conocimiento
transdisciplinario. (…) ¿Con qué objetivo? Aquel irrenunciable por el cual el
conocimiento sirve a la toma de decisiones para la transformación social (…) 1

Entendemos el espacio geográfico como una construcción social determinada

históricamente (Rofman y Romero, 1974 y Vapnarsky, 1987). Y entendemos que en esta

construcción histórica del espacio intervienen factores de distinto orden: económicos,

sociales, políticos, y también ideológicos o vinculados a las mentalidades de los sujetos

sociales. Por ello, estableceremos en todo momento una estrecha relación entre los

intereses económicos de cada sector social involucrado y sus intereses e intervenciones

políticas. Para nosotros, lo político y lo ideológico no pueden ser separados, en ningún

momento, de los intereses materiales de quienes proponen a la sociedad un determinado

discurso y un determinado curso de acción. En todo caso, entendemos que existe una

relación dialéctica entre ambos planos. Nuevamente con De Jong:

“(…) por alguna extraña razón, basada probablemente en razones de ideología


dominante, los científicos sociales han renegado de la base material de la

1
De Jong, Gerardo. “Introducción al método regional”, Neuquén, LIPAT – UNCo, 2001, p. 44-45.

6
superestructura para volcarse con mucha fuerza a la posibilidad de objetivar los
fenómenos sociales en el comportamiento de las instituciones sociales e incluso
de los individuos dentro del contexto social. (…) Paradójicamente, si el análisis de
la superestructura no se acompaña del estudio comprensivo de las relaciones de
producción, entendidas éstas por sí mismas, relación por relación como afirma
Marx, la comprensión aludida no es factible. (…) Por otra parte, por más cerca
que se encuentre el análisis superestructural de las relaciones de poder, dado que
se trata del estudio de las formas que adoptan las relaciones entre actores
sociales, ninguna explicación sobre el poder es factible por la sencilla razón de
que éste tiene sus raíces en la estructura. Es extraordinariamente llamativo que
en general las referencias al funcionamiento de la base material de la sociedad
sean interpretadas por buena parte de los científicos sociales como desvíos o
reduccionismos economicistas. Cabe entonces la pregunta acerca del
reduccionismo que está involucrado en la ignorancia de la existencia de esa base
2
material (…)”

Esta mirada sobre los procesos sociales nos aleja de las concepciones que entienden al

relato histórico despegado del presente, es decir, de su función de ayudar a hacer

inteligible nuestra realidad. Y en ellas incluimos tanto a las que entienden la historiografía

como el relato de la vida y obra de los próceres (ya sean estos nacionales o locales) como

aquellas que, puro empirismo, sólo acumulan datos sin buscar explicaciones.

Como dice el documento del grupo “Historia a debate” (2001):

“(…) Nuestro objeto de estudio (hombres, mujeres y medio natural humanizado)


está evidentemente en el pasado, pero nosotros estamos en el presente, y estos
presentes están preñados de futuros. El historiador no puede escribir con rigor la
historia al margen del tiempo vivido, y de su fluir permanente. Contemplamos
varios niveles en la relación del historiador con la inmediatez histórica:
compromiso social y político, tema de investigación, historiografía de intervención
o criterio metodológico general para la investigación. Hace medio siglo que los
fundadores de la escuela de Annales lo formularon: "comprender el pasado por el

2
Op. Cit., pp. 54-55.

7
presente, comprender el presente por el pasado". Hoy es preciso, además, poner
el mismo énfasis en la interrelación pasado/futuro. (…)” 3

En este mismo sentido, no compartimos tampoco aquel relato histórico cuyo objetivo es,

simplemente, legitimar los poderes establecidos, naturalizar “la realidad tal cual es”,

detrás de la aparente “objetividad” de la información sin interpretación.

Como dijo E. H. Carr:

“(…) sólo podemos captar el pasado y lograr comprenderlo a través del cristal del
presente. El historiador pertenece a su época y está vinculado a ella por las
condiciones de la existencia humana. (…) El deber de respeto a los hechos que
recae sobre el historiador no termina en la obligación de verificar su exactitud. (…)
el historiador es parte del presente, en tanto que sus hechos pertenecen al
pasado. El historiador y los hechos de la historia se son mutuamente necesarios.
Sin sus hechos, el historiador carece de raíces y es huero; y los hechos, sin el
4
historiador, muertos y faltos de sentido. (…)”

Tampoco entendemos la historia como el producto de las intenciones (por buenas que

aparenten ser) de un hombre, o de un pequeño grupo. Para el caso que nos ocupa, del

gobernador Castello a nivel de Río Negro o de Carlos Wiederhold en Bariloche.

“Lo que ha de investigar el historiador es lo que subyace al acto, y aquí el


pensamiento o el motivo conscientes del actor individual pueden resultar del todo
irrelevantes” 5

3
Manifiesto del “Grupo Historia a Debate”, Carlos Barros y otros, 2001.
4
Edward H. Carr. “¿Qué es la historia?”, Barcelona, Seix Barral, 1966, pp. 33, 37 y 40.
5
Op. Cit., p. 69

8
Estos son, descriptos brevemente, nuestros posicionamientos teóricos, entendidos

éstos no simplemente como un “marco” (que decora una investigación sin guardar

relación alguna con ella), sino como verdaderas herramientas que nos permitan penetrar

en los hechos investigados para encontrar, una y otra vez, explicaciones que nos

permitan producir conocimiento para transformar nuestro presente.

9
PRIMERA PARTE: LA FRAGMENTACIÓN ESPACIAL EN LA PROVINCIA DE RÍO

NEGRO Y SU RELACIÓN CON EL COMPORTAMIENTO DE LOS SECTORES

HISTÓRICAMENTE DOMINANTES EN LA ARGENTINA

Para comprender el origen y las características de la implantación de distintos

sectores capitalistas en la provincia de Río Negro en distintas zonas con importantes

rasgos de autonomía, creemos imprescindible remontarnos a los momentos

inmediatamente posteriores, -en términos históricos-, a la ocupación militar del espacio

por parte del Ejército, y profundizar en los principales rasgos de ese Estado que ocupó el

territorio de los pueblos originarios, y de la clase dominante que se benefició con ello.

-El decisivo papel del Estado

Creemos que es muy sugerente para aplicar a la cuestión que nos ocupa el

planteo que varios autores realizan respecto de la preexistencia del aparato estatal a la

sociedad que terminó de configurarse en el último cuarto del siglo XIX. Aceptar esta tesis

no deja de tener en cuenta que el Estado nacional argentino no se constituyó sobre el

vacío social, y que en última instancia fue la alianza de algunos de los protagonistas del

largo proceso iniciado en 1810 la que definió su definitiva constitución como tal.

En el sentido antes mencionado, Jorge Sábato plantea que la construcción del Estado

nacional argentino, entre los años 1861 y 1880, “precedió a la sociedad que se quería

construir”, y que, por ello, “es más un elemento de una sociedad futura que el producto de

una sociedad existente” 6. Oscar Oslak sostiene que el Estado nacional participó

6
SÁBATO, Jorge F., La clase dominante en la Argentina moderna. Formación y características, Bs. As., CISEA - Imago
Mundi, 1991.

10
fuertemente en la formación de sectores económicos y sociales, aunque esto sea

difícilmente medible en términos cuantitativos:

“(…)por ejemplo, la construcción de ferrocarriles y otras obras de infraestructura


física con el patrocinio y/o la garantía estatal, permitieron dinamizar los circuitos
de producción y circulación, abrieron nuevas oportunidades de actividad
económica, generando a la vez una intensa valorización de tierras y propiedades
(...) estas diversas formas de intervención del Estado contribuyeron a la
configuración estructural de la sociedad argentina (...)” 7

Si esto puede decirse para todo el territorio de la Argentina, se puede inferir sin

mayor margen de error que esto ocurrió aún con más fuerza en territorios que el propio

Estado nacional ocupó militarmente y donde, sin limitaciones de ningún tipo, impuso las

reglas de juego. En este sentido, podríamos decir que el Estado nacional sí fue

preexistente a la formación de los grupos dominantes locales, y sus modalidades de

acción (o de omisión) en muchos sentidos determinaron las características de éstos.

Creemos estar en condiciones de demostrar en este trabajo que el papel del Estado

(nacional y después también provincial) fue -y es- doblemente decisivo: por una parte, en

la formación y en la supervivencia de los sectores dominantes que dan vida a las distintas

“islas” que componen Río Negro, y por otra, en la legitimación y consolidación a través de

su accionar y de sus omisiones de este funcionamiento en forma de “islas” de la

economía y aún de la política provincial.

7
OSZLAK, Oscar, La formación del Estado argentino, Bs. As., Planeta. , 1999. pp. 271-272

11
-Una clase dominante esencialmente especuladora y parasitaria

Pero el Estado, como ya dijimos, no surge de la nada ni se desarrolla en el vacío

social. La sociedad y la relación de fuerzas al interior de la misma determinan, siempre,

sus características y modalidades de intervención. Los particulares rasgos del Estado

nacional argentino en el período que nos ocupa derivaron, en buena medida, de las

características y los intereses del grupo social que se constituyó como dominante en el

período habitualmente llamado de la “organización nacional” (1861-1880).

¿Cuáles eran esos rasgos? Refutando anteriores interpretaciones que definían a

los sectores dominantes como exclusivamente terratenientes, Jorge Sábato propone que

“(…)esta clase, si bien poseía buena parte de la tierra, actuaba en una


variada gama de actividades y su principal base de poder económico y social
residía, sobre todo, en el control del comercio y las finanzas (...) sería
precisamente el control del comercio y las finanzas el que al abrir un conjunto de
oportunidades y otorgar una alta flexibilidad, le habría permitido implantarse
simultáneamente en una amplia serie de actividades productivas y especulativas
(desde la producción agropecuaria hasta la industrial, pasando por la provisión de
servicios, la cooperación en la construcción de infraestructura, la especulación
urbana y rural, etc) (...) la presencia y la forma de actuar de la clase dominante
llevó a difundir, en todos los grupos propietarios, pautas de comportamiento que
estimulaban a los empresarios a diversificar sus actividades en distintos sectores
económicos y a proceder de manera flexible para ajustarlas entre sí.
Recíprocamente, al actuar de ese modo, favorecían tendencias a provocar una
alta concentración económica en manos de la clase dominante, que constituía un
8
núcleo reducido de ese conjunto.”

8
SÁBATO, Jorge F., La clase dominante en la Argentina moderna. Formación y características, Bs. As., CISEA - Imago
Mundi, 1991. p. 110

12
El mismo Sábato cita la impresión que un visitante extranjero, Jules Huret, se lleva

de este sector social:

“Ahí está una elite de hombres, entre el Jockey Club y el Club del
Progreso, entre Florida y la Plaza de Mayo, radiándose hacia todos los centros de
la actividad nacional, como un Argos de cien ojos y un Briareo de cien brazos.
Esta elite tiene los ojos puestos sobre las buenas ocasiones de compra y venta
de tierras, los datos confidenciales de la Bolsa y los precios que le llegan. Ella
conoce las grandes empresas que se van a crear, las concesiones forestales que
restan por otorgar, los proyectos de construcciones de fábricas, de molinos, los
ingenios, las concesiones de ferrocarriles, de puertos, los contratos proyectados
para proveer máquinas y herramientas, las grandes obras públicas a
emprender(...) Esta elite sabe todo eso y cuenta con los medios más seguros -y a
veces los más ocultos y torcidos- para adelantarse a sus competidores, bajo el ojo
vigilante del capitalismo inglés(...)” 9

Para comprender la pertinencia de este análisis para nuestra problemática, sólo

deberíamos reemplazar en la cita de arriba algunas pocas enunciaciones por “venta de

tierras a bajísimo costo en el Alto Valle”, por “asociación con el capital inglés para la

construcción del ferrocarril y del sistema integral de riego” o por “concesiones para la

explotación turística en Bariloche” y comenzaríamos a ubicarnos en la interpretación que

intentamos sugerir.

Hipótesis general

Nuestra hipótesis general es que la desarticulación territorial y productiva de

la provincia de Río Negro tuvo (si se quiere, contradictoriamente) una “matriz

9 9
SÁBATO, Jorge F., La clase dominante en la Argentina moderna. Formación y características, Bs. As., CISEA - Imago
Mundi, 1991, p. 111.

13
organizativa”: el aprovechamiento de oportunidades de alta rentabilidad por parte

de diferentes sectores capitalistas, nacionales y extranjeros, en distintos momentos

históricos. Y que las acciones del Estado (nacional primero, nacional y provincial

después), a pesar muchas veces de sus propios discursos, casi siempre terminaron

siendo funcionales a las necesidades de estos sectores.

Este aprovechamiento de oportunidades tuvo diferentes rasgos según se trate del

capital inglés o del capital nacional, de rentabilidad productiva o especulativa. Y tuvo

distintas características según los distintos modos de acumulación que se fueron

imponiendo en el país. Pero en ningún caso requirió de la articulación entre las distintas

zonas de la provincia, ya que sus principales productos, la fruta y la lana, fueron y son

exportados o enviados a los principales centros urbanos del país.

Intentemos desgranar esta explicación. Afirmamos más arriba que adherimos a la

proposición de Jorge Sábato respecto de las características con que se conformó -y que

mantiene hasta hoy- la clase dominante argentina, esencialmente especulativas y

basadas en la tenencia de capital líquido, es decir, de capital en forma de dinero. Ese

“Argos de cien brazos” del que habla Huret más arriba, estos sectores dominantes se

apropiaron de las mejores tierras del Valle del río Negro con objetivos meramente

especulativos, y cuando el Estado Nacional y la empresa británica del Ferrocarril Sur

realizaron las obras de infraestructura imprescindibles para ponerlas en producción, las

vendieron por un valor muchas veces multiplicado. El capital inglés a través del Ferrocarril

Sur, por su parte, utilizó su carácter de transporte monopólico para convertir en altamente

rentable la inversión realizada, promoviendo la subdivisión de las propiedades y la

aparición de un nuevo sujeto social -el pequeño productor frutícola- que le permitió captar,

sin producir directamente, una parte importante del excedente que generaba la actividad.

Aquellos sectores que no resultaron beneficiados por las obras de infraestructura –como

los del Valle Inferior- terminaron, en buena medida, parasitando como proveedores de

14
servicios del territorio nacional primero y del Estado provincial después. Incluso cuando

llegaron al poder político provincial en 1958, como veremos después, mantuvieron ese

comportamiento especulativo.

La ocupación del territorio de Río Negro

despues de la expulsión de los pueblos originarios

-Viedma, Patagones y el Valle Inferior: un predominio que no fue 10

El Fuerte del Río Negro, del Carmen o de Patagones (recibió indistintamente estos

nombres), fue fundado por Francisco de Viedma el 22 de abril de 1776 como parte del

intento de la Corona española -entonces en manos de los Borbones- por ejercer un mayor

control sobre sus posesiones americanas e impedir el avance de Inglaterra, entonces

convertida –Revolución Industrial mediante- en la potencia dominante a nivel mundial. Fue

el único que sobrevivió de los cuatro que se construyeron en esa coyuntura en la costa

patagónica (los otros fueron San José, San Julián y Deseado), y fue, por mucho tiempo, el

único poblado habitado por “huincas” desde la frontera bonaerense hasta el Cabo de

Hornos.

Las claves de la supervivencia de este núcleo aislado de otras ciudades o pueblos

a lo largo del siglo XIX fueron, por una parte, su participación en el comercio -liberado

después de 1810- con productos ganaderos y sal; y por la otra, su capacidad para convivir

de manera relativamente armónica con los grupos de pueblos originarios que habitaban la

región, intercambiando alimentos, entregando raciones y ejerciendo una influencia cultural

que derivó, entre otras consecuencias, en el establecimiento de grupos de “indios amigos”

en las cercanías que oficiaban de algún modo como transición entre ambos mundos.
10
La información referente a Viedma – Patagones y el Valle Inferior proviene de Fulvi (1983), Entraigas (1986), Vapnarsky
(1983) y otros autores citados en la bibliografía general.

15
Las actividades comerciales, ganaderas, agrícolas y mineras que habían avanzado

en este período sufrieron duros golpes al realizarse las campañas militares. El papel de

frontera que el actual centro urbano Viedma-Patagones, o su inmediato hinterland, el

Valle Inferior del río Negro, habían cumplido a lo largo de un siglo, desaparecería en

forma definitiva al ocupar el Ejército la Patagonia. El traslado de millones de cabezas de

ganado ovino desde la provincia de Buenos Aires hacia el sur y el establecimiento en

Viedma de la capital de la recién creada Gobernación de la Patagonia, serían los motivos

fundamentales de este cambio e iniciarían una nueva etapa de desarrollo.

Digamos, respecto de lo primero, que fue precisamente el Valle Inferior el punto

inicial de la expansión del ovino. El puerto de Patagones era centro de transferencia de la

producción ovina hacia otros puntos del país, y las “comparsas de esquila” brindaban este

servicio desde el Valle Inferior a una amplia zona patagónica. Pero no sólo eso: la dilatada

experiencia de los comerciantes locales les permitió capitalizar, en este período, las

ventajas del modelo agroexportador vigente. En sólo cuatro años,

“(…) entre 1893 y 1897, 22 barcos trajeron unos 6000 pasajeros y más de
100.000 toneladas de productos (hierro, materiales de construcción,
manufacturas, etc.) y se llevaron más de 4000 pasajeros y 93.616 tn de productos
locales: animales en pie, cueros, pieles, grasas, plumas, sal. ¿Cómo se distribuía
y acumulaba esta mercadería en el Puerto de Patagones? Era ésta la tarea de
130 carros y 1000 mulas que, sistemáticamente, recorrían el Río Negro, por el
camino del norte, hasta la confluencia. Y de la escuadrilla que lo navegaba en
11
invierno”

El establecimiento de la capital en Viedma, primero de la Gobernación de la

Patagonia y luego del Territorio Nacional de Río Negro, provocó el asentamiento de una

11
Rey, Héctor: “El valle inferior 1880-1990”, en: AA.VV, Historia Social y Económica del Valle Inferior del Río Negro,
Fundación Proyecto Sur, Buenos Aires, 1996. p. 124.

16
gran cantidad de funcionarios, militares, profesionales (abogados, escribanos, etc.) y

también comerciantes alentados por la posibilidad de contrataciones. Hasta 1934, por

ejemplo, cualquier trámite judicial en el Territorio de Río Negro debía realizarse en

Viedma. La orden de los padres salesianos también eligió a la nueva capital como la sede

y el punto de partida de todas sus actividades en la Patagonia. Si consideramos el efecto

multiplicador que la necesidad de abastecimiento y servicios para esta población

generaba, tenemos una importante actividad económica alrededor de las burocracias

estatal y eclesiástica.

Sin embargo, ambos aspectos (la actividad comercial portuaria y la vinculada a lo

político, administrativo y religioso) no siempre funcionaban separadamente: de hecho,

varios abogados del foro local eran al mismo tiempo terratenientes y tuvieron actuación

política, como es el caso de Edgardo Castello, quien fuera posteriormente primer

gobernador de la provincia de Río Negro.

¿Por qué este predominio inicial de Viedma–Patagones y el Valle Inferior no se

mantuvo, y sus actividades económicas se fueron reduciendo hasta terminar

predominando allí las vinculadas a lo político administrativo? Dos factores parecen tener,

en este sentido, una fuerte potencia explicativa: las características especulativas de

quienes se apropiaron tempranamente de la mayor parte de las tierras del Valle Inferior

sin impulsar en ellas ningún proceso de colonización agrícola, y la desarticulación entre el

Valle Inferior y el Alto Valle que provocó la traza del ferrocarril que construyó -por encargo

del Estado nacional- la empresa inglesa del Ferrocarril del Sur.

Respecto del primer factor, varios autores señalan que la sanción, en 1884, de la

ley 1552 de Derechos Posesorios, se prestó a una gran cantidad de fraudes. Al respecto,

dice Fulvi (1979), citado por Vapnasrsky (1982):

17
“Quizá este caso constituya la mayor operación ilegal de tierras que
registre la historia rionegrina. Trescientas mil hectáreas pasaron a manos
privadas por este medio fraudulento. La mayor parte de esta cifra corresponde a
la actual zona de Viedma. Así fue como muchos de aquellos antiguos pequeños
propietarios (los que efectivamente se habían afincado con anterioridad a la
Campaña del Desierto, pero no poseían título de propiedad) fueron desplazados
por modernos apellidos, que pasaron a ser latifundios, o, por lo menos (ya que el
término puede resultar equívoco), a acaparadores y usurpadores, que poco y
nada hicieron producir a sus campos y residían en Buenos Aires y otros centros
poblados de importancia”. 12

Aunque todavía requiera de una mayor corroboración empírica, parece certera la

hipótesis de un importante entrecruzamiento de intereses entre la burocracia gobernante

“local” (en realidad, la burocracia trasladada desde Buenos Aires para gobernar y

administrar el Territorio) y los terratenientes “locales” (en realidad, quienes tuvieron el

poder y las conexiones como para apropiarse de las tierras, muchos de ellos residentes

también en Buenos Aires) que dio como resultado una clase dominante “local”

fuertemente parasitaria del estado territoriano primero y provincial después.

Respecto del segundo factor, la llegada de la línea ferroviaria desde Buenos Aires

a la Estación Limay (actual Cipolletti) en 1899, en 1902 a la Estación Neuquén y en 1914

a Zapala, atravesando todo el Alto Valle del Río Negro, fue sin duda un elemento que

desarticuló el naciente circuito terrestre y marítimo que se comenzaba a gestar entre el

Alto Valle y el Valle Inferior, conduciendo toda la producción del primero directamente al

puerto de Buenos Aires. El factor dinamizador -como veremos después- que

representaron los capitales ingleses en el Alto Valle no operó en el Valle Inferior, y no

porque no se lo haya intentado. De hecho, la empresa ferroviaria solicitó al gobierno

nacional la autorización para construir un ramal entre Darwin y Carmen de Patagones,

12
VAPÑARSKY, César A., Pueblos del Norte de la Patagonia 1779-1957, General Roca, Edit. de la Patagonia, 1982, p. 61.

18
que estuvo a punto de realizarse, pero finalmente no se concretó. El ferrocarril tardaría

todavía muchos años en llegar a Patagones-Viedma desde Bahía Blanca, y ya desde la

década de 1910 el puerto de San Antonio había comenzado a tomar relevancia,

reemplazando en gran medida al de Patagones en su anterior función exportadora de la

producción ovina. Después de dos décadas de crecimiento, la crisis mundial de 1930 y su

incidencia en la baja del precio de la lana, entre otros factores, llevarían también al Puerto

de San Antonio Oeste a la crisis y paralización.

Luego de la provincialización en 1958, y en el contexto de las políticas

planificadoras y desarrollistas de esos años, fue el gobernador Castello quien planteó -

como veremos después- un proyecto que apuntó al desarrollo de la zona atlántica de la

provincia, invirtiendo la importancia de los fondos asignados en el presupuesto provincial

a cada región para priorizar esta zona. Así, propuso la construcción de la planta de Soda

Solvay en San Antonio Oeste (que fue autorizada a producir... ¡en marzo de 2005!), la

construcción del puerto de aguas profundas de San Antonio Este (desde donde hoy se

exporta la producción del Alto Valle), creó el I.DE.V.I. (Instituto para el Desarrollo del Valle

Inferior), la mayor parte de cuyas parcelas permanecen improductivas o muy por debajo

de su capacidad. La ciudad de Viedma duplicó su población cada diez años entre 1960 y

1990. Sin embargo, esta decisión estatal no encontró en los sectores capitalistas locales

ni nacionales quienes estuvieran dispuestos a correr el imprescindible riesgo empresario,

y quienes lo intentaron en buena medida fracasaron. De hecho, el crecimiento

demográfico y de infraestructura no se tradujo en el aspecto productivo. Hoy, el propio

gobierno de la provincia reconoce que de las 18.000 hectáreas bajo riego, 4000

permanecen completamente improductivas, y el resto en situación de “subproducción”. 13

El anunciado y fracasado intento de trasladar la Capital Federal a Viedma-Carmen

de Patagones por parte del gobierno de Raúl Alfonsín (creando enormes expectativas y

13
Diario “Río Negro”, 17 de abril de 2005

19
especulaciones de distinto tipo que terminarían en la nada) y, luego, las políticas

neoliberales de la década de 1990 acabarían por descalabrar los proyectos de desarrollo

económico y transformarían al eje Viedma-Patagones en el centro urbano con más

desocupación y necesidades básicas insatisfechas de la Provincia.

-Bariloche: de región tributaria de los puertos chilenos

a centro turístico nacional e internacional

La zona que ocupa la actual ciudad de Bariloche 14, al igual que toda la zona

cordillerana de la actual provincia de Neuquén, continuó funcionando, después de la

ocupación militar del espacio patagónico (como lo venía haciendo desde hacía siglos)

como una región productiva tributaria de los puertos chilenos. Un conjunto de motivos

operaron en este sentido: la escasa presencia del Estado nacional en esos parajes, la

poca influencia que tuvo en esta zona la política de entrega de tierras a quienes

financiaron y llevaron adelante las campañas militares, las enormes distancias y las

dificultades para la comunicación con los centros de abastecimiento argentinos, la

necesidad de espacio para pasturas de los empresarios chilenos, la facilidad de acceso

hacia Chile que representan la gran cantidad de pasos cordilleranos en esas latitudes,

entre otras.

Así, los primeros habitantes “huincas” de la zona fueron colonos alemanes y

suizos que venían de Chile. Su ocupación inicial fue la ganadería y el comercio, aunque

con el tiempo fueron diversificando sus actividades hacia los transportes, la actividad

forestal y otras. La primera casa comercial -primero “La alemana” y luego “San Carlos”-

14
La información referente a la ciudad de Bariloche proviene de Vapnarsky, César, Pueblos del Norte de la Patagonia 1779-
1957, General Roca, Edit. de la Patagonia, 1983, Mendez–Iwanow, “Bariloche, las caras del pasado”, Neuquén,
Manuscritos, 2001 y BANDIERI, Susana, BLANCO, Graciela y VARELA, Gladys, Hecho en Patagonia. La historia en
perspectiva regional. EDUCO, UNCo, Neuquén, 2006.

20
fue fundada por el alemán Carlos Wiederhold, quien se estableció en 1895, y es

considerado el fundador de San Carlos de Bariloche. Los tres días que se demoraban en

llegar con el ganado a Valdivia, comparados con el mes de penosa travesía por la meseta

que representaba llegar a la zona atlántica, hicieron que los débiles intentos del Estado

nacional por “argentinizar” la zona fracasaran y que esta modalidad de funcionamiento

económico vinculada a Chile continuara aproximadamente hasta 1920. Aunque el turismo

aún no representaba en absoluto una actividad de importancia, los primeros de sus

propiciantes, miembros de la “alta sociedad” porteña, se hicieron tempranamente

presentes: entre ellos Aarón Anchorena, quien, encantado con las bellezas de la zona,

solicitó y obtuvo un permiso para la explotación de la Isla Victoria, ubicada en el lago

Nahuel Huapi y pertenenciente al territorio de Neuquén.

El gobierno nacional creó una Aduana en el lugar en 1920, como parte de una

política de controles e impuestos fronterizos que los Estados argentino y chileno

comenzaron a imponer a partir de esa década (y profundizaron en la siguiente). Esta

medida estranguló el circuito económico que funcionaba entre el ya pueblo de Bariloche y

los puertos chilenos. Transcurriría a partir de ese momento una década de crisis, durante

la cual, sin embargo, el empresario Primo Capraro, heredero de la “Chile Argentina”,

comenzaría a apostar a la actividad turística y el número de visitantes se iría

incrementando lentamente. Dos hechos casi simultáneos, cuyo protagonista fue el

gobierno nacional, darían definitivamente el perfil económico y las características a la

actual ciudad de Bariloche: la creación de la Dirección de Parques Nacionales (el Parque

Nacional del Sud ya había sido creado -en los papeles- en 1922) y la llegada del

ferrocarril, ambos en el año 1934.

Fueron los gobiernos conservadores de la década del 30, en particular uno de sus

representantes a cargo de la Dirección de Parques Nacionales, Exequiel Bustillo, quienes

terminarían de dotar de su perfil turístico a la ciudad. Con el doble objetivo de convertirla

21
en un paraíso para el turismo de elite y, al mismo tiempo, “argentinizar” definitivamente la

zona fronteriza con Chile, los gobiernos de la “década infame” dieron impulso al desarrollo

de la ciudad a través de una gran cantidad de obras de infraestructura que permitieron

una enorme expansión de la actividad turística, hasta convertirla, como lo es hoy, en la

base de sustentación de la ciudad, por su número de habitantes sin dudas la más

importante de la Provincia.

Bustillo renunció en forma definitiva en el año 1944, y con él se terminó la etapa en

la que primó la homogeneidad de proyectos entre el gobierno nacional y el municipal

respecto de las características del desarrollo que debía tener la ciudad. El primer

peronismo abandonó la perspectiva de centrarlo en un turismo de elite y lo orientó hacia el

turismo social, acorde con las políticas que impulsó en todo el país. De allí en adelante, ya

caído el peronismo, Bariloche sufriría los vaivenes de las políticas económicas y sociales

de los distintos gobiernos nacionales, y el desconocimiento en la práctica del Estado

provincial.

La provincialización, en 1958, puso a Bariloche en una situación particular: si bien

políticamente pertenecía a la nueva provincia de Río Negro, gran parte de sus recursos

fundamentales estaban en manos de un organismo nacional, Parques Nacionales, en el

cual la provincia no tenía la menor ingerencia. La superposición de jurisdicciones se

convirtió, muchas veces, en una traba para el desarrollo de la actividad turística, y

determinó, en buena medida, el funcionamiento de la ciudad como una “isla” dentro de la

provincia. Al mismo tiempo, fue así considerada desde el poder provincial, sin políticas

que, atendiendo a sus particularidades, contribuyeran a su integración. Un ejemplo de

esto es la sanción, en el año 1964, de una ley de turismo provincial que consideraba a

todo el territorio de la provincia como ámbito de esta actividad, sin reconocer la

22
importancia especial de Bariloche como centro turístico (a esa altura, de nivel nacional e

internacional), y sin siquiera consultar a sus autoridades sobre su texto. 15

Todos estos conflictos jurisdiccionales y legales no obstaron, sin embargo, para

que en el último tercio del siglo XX la ciudad haya tenido un enorme crecimiento de su

actividad, con características de enclave: es decir, que la mayor parte de las ganancias

generadas allí se trasladaban a otros puntos y no se reinvertían en el lugar. Las

características arquitectónicas de la nueva urbanización de la ciudad, completamente

cosmopolitas, son expresión de esta última etapa de crecimiento, en la cual ninguno de

los niveles del Estado quiso, pudo o supo establecer límites ni reglas al capital, en general

proveniente de la Capital Federal o directamente del extranjero.

Tenemos entonces, en definitiva, a la ciudad más importante de la provincia

completamente desintegrada de ella, funcionando como una isla, a pesar de ser desde el

punto de vista político-institucional parte de Río Negro. Funcionamiento que,

evidentemente, perjudica tanto a la provincia como a la ciudad y a sus habitantes, en

particular a los más desprotegidos de ellos. Una investigación detallada sobre el pago de

impuestos municipales y provinciales de las empresas radicadas en Bariloche

seguramente echaría una nueva luz sobre estas cuestiones, sobre todo si se intentara

dilucidar la sostenida crisis de las cuentas públicas municipales en una ciudad que es el

segundo centro turístico del país.

-Línea Sur: pequeños productores rurales, grandes estancieros...

y enormes necesidades insatisfechas

15
El director municipal de turismo de San Carlos de Bariloche, Sr. Fanjul, se queja por los aspectos impositivos y
por el carácter inconsulto de su sanción en una entrevista que “Río Negro” le hace el 10 de enero de 1964 (en Paula Nuñez
, “La integración del municipio de San Carlos de Bariloche a la Provincia de Río Negro a partir de las políticas turísticas del
orden nacional, provincial y municipal”, ponencia presentada a las VII Jornadas Interescuelas- Departamentos de Historia”,
Neuquén, UNCo., 1999).

23
La zona de meseta al sur del valle del Río Negro -popularmente conocida como la

“línea sur”- 16 ocupa dos tercios de la superficie de la Provincia y se encuentra

prácticamente aislada de los más importantes centros poblados. La ruta 23, que atraviesa

esta zona, recién hoy está comenzando a ser asfaltada a pesar de los reiterados reclamos

de los pobladores y sus autoridades, y la comunicación ferroviaria cesó cuando el ramal a

Bariloche dejó de circular. Su población es, de lejos, la que tiene mayor cantidad de

necesidades básicas insatisfechas. Y estas características, más allá de algunas

oscilaciones vinculadas al precio internacional de su principal producto, la lana, no han

sufrido mayores variaciones desde las primeras décadas del siglo XX.

Finalizadas las campañas militares por medio de las cuales el Estado nacional

expropió y expulsó a los pueblos originarios, muy pocos tehuelches del norte -sus

habitantes durante milenios, ya muy mestizados para entonces- permanecieron en esta

zona. En cambio, mapuches provenientes de la provincia de Buenos Aires, de La Pampa

y también de Chile se asentaron allí a principios del siglo XX, población a la que se

sumaron criollos e inmigrantes europeos, algunos de los cuales -titulo de propiedad en

mano- expulsaron a los primeros de las tierras que ocupaban y los obligaron a correrse a

tierras menos receptivas. Entre ellos, debemos contabilizar a las empresas inglesas que

establecieron importantes estancias para la explotación ovina. Un caso característico en

este sentido fue el de la Argentine Southern Land Co., que instaló su estancia

“Maquinchao” (entre otras en la Patagonia) y se dedicó, en primera instancia, a la

exportación ganadera hacia los mercados del Pacífico, y una vez que el ferrocarril llegó a

la zona, en 1912, cambió su orientación hacia el Atlántico.

La ley 4167 de 1903, uno de cuyos propósitos declarados fue ordenar y regularizar

la propiedad de las tierras en los Territorios Nacionales, provocó, contradictoriamente con

sus objetivos, una fiebre especulativa que llevó a la apropiación privada de la mayor parte
16
La información referida a la línea sur proviene de Rey (1996 y 1997), Vapnarsky (1983), Vapnarsky (2001), de Jong
(1976), Chalde (1988) y otros autores citados en la bibliografía general.

24
de las tierras que aún quedaban en manos del Estado nacional, entre ellas muchas de la

“línea sur” rionegrina. Pero, como ya vimos en otros casos, esto no implicó

necesariamente su poblamiento ni puesta en producción.

La construcción de la línea ferroviaria desde San Antonio hasta el Nahuel Huapi

por parte del Estado nacional (como parte de las disposiciones de la Ley de Fomento de

los Territorios Nacionales de 1908) comenzó en 1909, y tuvo un papel central en el

desarrollo de esta zona. En 1910 se creó el pueblo en el puerto de San Antonio, el que

vería rápidamente crecer su población. A medida que los rieles avanzaban por la meseta

surgían nuevas localidades, y las casas comerciales con sede en el puerto establecían

sucursales allí. Dice un informe del diario “La Nación” sobre el puerto de San Antonio:

“El aspecto es el de una ciudad marítima, de una gran sala de juego en la que se
reúnen todos los hombres, ávidos de dinero, de actividad, de ansias de empresas
y especulaciones. Son rusos, tártaros, polacos, egipcios y alemanes que forman
en la gran colectividad humana la reciprocidad que reclama el peligro en las
primeras sociedades. La población está diseminada, mal alineada, llena de
boliches y de bares, de cinematógrafos servidos por camareras, mujeres turcas,
chilenas (...) El ferrocarril nacional en construcción al Nahuel Huapi ha consumido
a la empresa constructora por concepto de víveres, 2.503.700 pesos en 1909,
que evolucionan en ese pueblo nómade. Estas cifras solamente dan que pensar y
puede deducirse la importancia que representan para el nuevo puerto comercial
atlántico” 17

El mayor desarrollo de la “línea sur” se produjo, sin dudas, entre 1909 y 1914. La

construcción del ferrocarril, que en 1909 empleó a más de 1000 personas, tuvo

importantes altibajos y recién fue concluída en 1934, pero a medida que los rieles

avanzaron fueron surgiendo los pueblos: Valcheta (pequeño valle irrigado donde aún hoy

17
Guerreño, Ramón. “Antecedentes e investigaciones históricas de la fundación de San Antonio Oeste”. En: Revista de la
Junta de Investigaciones y Estudios Históricos de Río Negro, Nº 2 ,pp. 28-50, citado por Fulvi, Inédito, “El Territorio Nacional
de Río Negro durante la generación del 80 (1880-1914)”, Viedma, Tesis de licenciatura, 1983, p. 23 .

25
se practica la agricultura), Maquinchao, Ing. Jacobacci, Pilcaniyeu... La población de la

zona crecía en la medida en que los trabajos de construcción del ferrocarril avanzaban, y

se estancaba o retrocedía durante los muchos años en que los trabajos permanecieron

paralizados.

El cierre del auge lanero en 1914 por el inicio de la primera guerra mundial y luego

la crisis mundial de 1930, que provocó, entre otras muchas consecuencias, el desplome

del precio internacional de la lana, llevaron a la crisis y al despoblamiento de la zona. Así

lo explicaba el Gobernador del Territorio Nacional de Río Negro en 1933:

“El 80% de estos pobladores se dedicaba a la cría de ganado ovino -de gran
rendimiento en el territorio- y debido a la enorme desvalorización de los productos
desde hace varios años, no les permitió solventar su subsistencia, endeudándose
cada vez más, hasta tener que entregar los rebaños a sus acreedores;... donde
seis años atrás existían cerca de 1.000.000 de ovinos hoy tenemos solamente
37.800; casi 30 veces menos”. 18

Desde entonces la “Línea Sur” permanece, con muy pocas variaciones, en la

misma situación de estancamiento. A pesar de ocupar gran parte del territorio de la

provincia, su población se encuentra en general dispersa -la densidad demográfica en

promedio no alcanza los 0,4 habitantes por kilómetro cuadrado- o agrupada en los

pequeños pueblos antes mencionados, que proveen de servicios al área rural circundante.

La mayor parte de su población -como vimos, muchos de ellos descendientes de

pueblos originarios- se dedica a la pequeña producción ovina empleando mano de obra

familiar y ocupando tierras fiscales en condiciones de gran atraso tecnológico. Esto les

impide hacer un manejo adecuado de las majadas y del suelo disponible, gran parte del

18
Adalberto T. Pagano, Memoria presentada al Superior Gobierno de la Nación, Viedma, 1933. En: Bellini Curzio y otros:
“Historia de Río Negro en documentos”. Viedma, Centro de Investigaciones Científicas de Río Negro, Secretaría de
Planeamiento, 1977.

26
cual se encuentra en acelerado proceso de desertificación 19. La cantidad y la calidad de la

producción dependen generalmente de la existencia o no de aguadas naturales y de la

posibilidad -muy escasa- de rotar los campos de invernada y de veranada, como es

característico entre los productores de la vecina provincia de Neuquén. El rendimiento de

su producción es bajo por diversos factores, entre los cuales sobresalen la mala nutrición

de los animales -por un mal uso de las pasturas naturales-, y el insuficiente control

sanitario.

En general venden su producción -la lana sucia- a acopiadores locales, quienes

son el primer eslabón de la -a veces larga- cadena de comercialización, quienes suelen

pagarles un precio mucho menor al de mercado, aprovechando la incapacidad del

productor para realizar la comercialización en mejores condiciones, por la falta, por

ejemplo, de medios de transporte. Este primer acopiador local vende, a su vez, la

producción a un acopiador mayor quien recién la vende a la empresa exportadora, lo que

da una idea de los márgenes de ganancia que se manejan y de los bajísimos precios que

recibe el productor que se encuentra en mayor situación de aislamiento. Por su baja

rentabilidad -en los casos más extremos, insuficiente hasta para la subsistencia-, éste no

está en condiciones de realizar mejoras en los campos ni en la calidad de sus majadas,

contra lo cual conspira, también, su situación precaria de ocupante de tierras fiscales.

Quienes poseen las majadas más chicas viven en ranchos de adobe y encuentran

serias dificultades para acceder a los servicios de salud y educación, no tienen luz

19
Hace casi un siglo, en 1914, recomendaba Bailey Willis: “A fin de que la región pueda mantener el mayor número posible
de animales, y de que la industria pastoril florezca como debe, es preciso dividir la región en grandes cuadras cada una de
las cuales contenga una proporción adecuada de dehesas de invierno y de verano e incluya una proporción razonable de
las aguas. Para alcanzar este objeto, la región debe ser inspeccionada primeramente, y estudiada cuidadosamente la
distribución de los terrenos de pasto y de las aguas. Se verá entonces, indudablemente, que hay dehesas que abarcan
dentro de límites naturales, tales como vertientes entre cuencas de desagüe, todos los elementos esenciales para pastos de
invierno y de verano; en otros sitios se encontrarán vastas dehesas de verano con inadecuados pastos invernales, o bien
dehesas de invierno que no estén próximas a pastos de verano para los ganados que soporten. El ajuste de estas áreas
para igualar la capacidad de las dehesas de invierno y las de verano llevará consigo la trashumanación de ganados por
distancias moderadas de la sección oriental más calurosa, o de los abrigados valles del oeste, a los llanos o mesetas, en
estaciones en que éstos últimos sean accesibles. Tal es actualmente hasta cierto punto la práctica que la lógica de las
condiciones naturales ha impuesto hasta en los ganaderos irresponsables, pero no existe administración directiva ni
racional división de las tierras, ni derecho de un propietario sobre otro; no hay orden ni adaptación de la capacidad a las
necesidades. La industria debe ser sistematizada” (Willis, Bayley (jefe): El norte de la Patagonia: naturaleza y riquezas, Bs.
As., Ministerio de Obras Públicas, Dirección General de Ferrocarriles, 1911-1914.)

27
eléctrica y se calefaccionan a leña en una zona con temperaturas invernales

extremadamente bajas. Muchos de ellos (mayoritariamente mapuches), en los últimos

años, han formado cooperativas para vender su producción en mejores condiciones

directamente a los exportadores. Pero estas cooperativas cumplen además una

diversidad de funciones: desde la provisión de insumos y productos de consumo hasta

créditos, e incluso la reivindicación de la propiedad de las tierras que los productores

ocupan.

Entre estos pequeños productores y los grandes estancieros se encuentran toda

una serie de situaciones intermedias que combinan las distintas variables según la

cantidad de animales de la majada, la ubicación y la calidad del campo y las posibilidades

de comercialización directa de la producción.

Los grandes productores (menos del 5% del total), con majadas de más de 8.000

animales, ocupan aproximadamente el 30% de la superficie de la “línea sur” con estancias

de su propiedad que tienen un promedio de 20.000 hectáreas. La mayor parte de estos

campos, ubicados en la zona centro-sur, son los de mejor receptividad ganadera de la

zona, por poseer aguadas naturales y zonas para invernada y veranada que permiten un

mejor manejo del recurso suelo. Gran parte de estos establecimientos son manejados por

administradores y su propietario reside en grandes centros urbanos del país o del exterior,

como es el caso de las estancias antes propiedad de empresas inglesas, hoy en manos

del grupo italiano Benetton. En general, aplican las tecnologías más actualizadas y tienen

personal especializado (además de los puesteros y del personal temporario que se

emplea para la esquila) lo que les permite un rendimiento mucho mayor. La venta de la

lana producida se realiza directamente en la estancia al exportador. También acopian la

producción de sus vecinos, quienes muchas veces son, al mismo tiempo, trabajadores de

las mismas estancias, y allí se proveen de artículos de primera necesidad.

28
Como la casi totalidad de la lana se exporta, toda la producción de la “línea sur”

depende de variables externas que suelen ser muy inestables, como el precio

internacional de la lana y el nivel de la demanda internacional. Y esto empeora la

situación del pequeño productor, que no está en condiciones de soportar bruscas

variaciones. Por ello los sectores sociales que, sin duda, han resultado favorecidos, son

los grandes productores y los acopiadores, mientras la mayor parte de la población ha

visto deteriorarse su calidad de vida y la capacidad de sus campos, más allá de mejoras

circunstanciales como la que se produjo a partir de la salida de la convertibilidad.

Incomunicada tanto con el resto de las zonas de la provincia como del país, la

“línea sur” es, desde hace varias décadas, expulsora de población hacia los más

importantes centros urbanos de la provincia, adonde sus habitantes van en busca de

mejores ingresos y condiciones de vida. Sin embargo, su riqueza ganadera (que hoy

recibe un manejo depredatorio por la falta de una política de desarrollo para la pequeña

producción ovina) sigue siendo muy importante. Y no sólo eso: la zona posee, según las

prospecciones incompletas que se han realizado, importantes recursos mineros, la mayor

parte de los cuales permanecen sin explotar. En este sentido, el caso de Sierra Grande,

cuya mina de hierro estuvo en producción durante muchos años hasta que en la década

de 1990 la política de privatizaciones de las acerías nacionales la dejó sin mercado y fue

cerrada por el gobierno nacional, para proyectarse su reapertura por capitales chinos

recién diez años después (cuando la mayor parte de la población ya había emigrado de

allí) es todo un ejemplo: por una parte, de la necesidad de poner en valor semejante

riqueza; por la otra, de la necesidad de hacerlo en el marco de una política económica

que privilegie la diversificación, los encadenamientos productivos y la industrialización

local - ya sea zonal, provincial o nacional- de la producción primaria. Y esto también es

aplicable a la producción lanera, ya que si la producción primaria se industrializara

localmente seguramente las oscilaciones de demanda y de precios serían menores y las

29
condiciones de vida de los habitantes de esta zona tan castigada mejorarían

notablemente.

-El Alto Valle: dos grandes procesos de concentración y un intervalo “feliz” 20

Las tierras públicas del Alto Valle, al igual que muchas otras en la Patagonia y en

otros territorios nacionales, fueron distribuidas luego de la ocupación militar del espacio,

por una parte a quienes financiaron la expedición militar (Ley de Empréstito de 1878) y,

por otra, a quienes la llevaron efectivamente adelante (Ley de Premios Militares de 1885).

Entre estos últimos, fueron en general los altos oficiales quienes se apropiaron de

grandes extensiones 21. Ambas formas de apropiación de la tierra derivaron en procesos

de concentración de la propiedad: en General Roca, por ejemplo, datos de 1888 indican

que de las 30.000 ha ya adjudicadas hasta ese momento, el 80% pertenecían a sólo 4 de

los 56 adjudicatarios (Bandieri y Blanco, 1998).

Esta apropiación de la mayor parte de las tierras tuvo fines meramente

especulativos: en los primeros años del siglo XX, apenas minúsculas fracciones de las

primeras colonias agrícolas se encontraban en producción y la mayor parte de sus

propietarios eran ausentistas. Aquellos que sí ocuparon sus lotes desde un primer

momento debieron enfrentar enormes dificultades para colonizarlos efectivamente,

20
La información sobre el Alto Valle procede de Bandieri y Blanco , “Pequeña explotación, cambio productivo y capital
británico en el Alto Valle del Río Negro”, en Meridiano, revista de Geografía, Bs. As., Centro de Estudios Alexander von
Humboldt, 1998; de Jong, Tiscornia y otros, “El minifundio en el Alto Valle del Río Negro”, Neuquén, UNCo, 1994; de Jong
Gerardo, Introducción al método regional, Neuquén, LIPAT, UNCo, 2001.
(2001) y otros autores que se indican en la bibliografía general.
21
Un ejemplo de lo que decimos es el siguiente relato de un Inspector de Tierras: “Al marchar un regimiento de (Fuerte
General) Roca para otro punto, todos los soldados de él tenían que abandonar forzosamente sus casas. Al tiempo el
Regimiento volvía a Roca, o el soldado que salía de baja. Entonces se dirigía a su casa, pero en vez de encontrar lo que
había dejado, solo encontraba el terreno porque la casa había desaparecido; o más comunmente de que estaba ocupada
por otro. Entonces hacía su reclamo pero era en vano Ud. ha perdido sus derechos se le decía, i con esto terminaba todo. I
muchos que se presentaron a hacer sus reclamos munidos de sus correspondientes documentos, se les tomaba a estos, y
después de hacerlos pedazos se les decía: esto no vale nada, retírese, i el infeliz se retiraba, y ciertamente que muy triste
(...) En conclusión de lo dicho tenemos que una gran mayoría de los primitivos fundadores y pobladores de Roca, tanto
soldados como particulares y mujeres, actualmente no tienen nada de lo que se les dio; y que muchos de los que fueron
mucho más tarde, se encuentran en posesión de lo que a aquellos les perteneció (...)”· Archivo Histórico Provincial de Río
Negro. Sección Dirección de Tierras. Inspección del Pueblo de General Roca, 1898, pp. 1 a 63 (en Bellini Curzio y otros, op.
cit., 1977).

30
derivadas tanto de las dificultades para el riego como de la falta de comunicaciones y de

los frecuentes desbordes del Río Negro.

La llegada del ferrocarril no modificó la situación de concentración de la propiedad

de la tierra y manejo especulativo de la misma, sino que la profundizó: nuevos pedidos de

adjudicación de tierras por parte de empresarios porteños derivaron en el Decreto de

1907 por el que se les concedió a éstos expresa preferencia en la adjudicación y se

redujo el valor de los lotes a un mínimo de $ 2,50 la ha a cambio de que los adjudicatarios

realizaran algunas mejoras y formaran Cooperativas de Irrigación. Así, se formaron, entre

1910 y 1912, la Cooperativa de Irrigación Colonia Roca, la Cooperativa Ltda. de Irrigación

Colonia Cervantes y la Cooperativa del Este o “Cooperativa Francesa”. En ninguno de

estos casos de produjo una subdivisión de las grandes propiedades sino más bien lo

contrario. No obstante, en el caso de la Colonia Roca, en manos de importantes

empresarios capitalistas como los Piñeiro Sorondo y Manuel Cordiviola, entre otros, se dio

un importante desarrollo productivo a partir del cultivo de alfalfa.

Se pueden considerar dos excepciones a esta situación de concentración de la

propiedad de la tierra: el de la zona de la actual ciudad de Allen, donde Patricio Piñeiro

Sorondo, importante socio de la Cooperativa Roca, fraccionó 700 ha en 58 lotes a

antiguos colonos de la región con muy buenos resultados, y el de la “Colonia rusa”,

creada directamente por el Estado nacional, donde se asentaron escasos colonos judíos

provenientes de Rusia que, a pesar de las enormes dificultades (entre otras, el decreto de

1907 que daba preferencia a los empresarios con mayor capital) lograron poner sus

tierras en producción.

La subdivisión de las grandes propiedades llegaría, en forma desigual, de la mano

de la ejecución de las obras de riego (y la subsiguiente valorización de las tierras) en las

distintas zonas, en primer lugar hacia el oeste de la colonia Roca, en las colonias Lucinda

y La Picasa (actual Cinco Saltos). Algunas de estas obras estuvieron a cargo de los

31
particulares propietarios -como fue el caso de Fernández Oro en la Colonia Lucinda,

actual Cipolletti-, pero en casi todos los casos fue el Estado nacional –a través de la

compañía inglesa del Ferrocarril Sud- quien realizó la inversión para completar la red

integral de riego que los propietarios, luego, aprovecharían.

En las primeras décadas del siglo XX la parte que ya estaba en producción del Alto

Valle se destinaba básicamente a la ganadería y a una agricultura para el autoconsumo,

básicamente de cereales. Lentamente, fueron cobrando importancia las forrajeras –sobre

todo alfalfa- y luego la vitivinicultura.

Sería el capital inglés el que cumpliría un papel decisivo en la transformación del

Alto Valle. Fue la empresa Ferrocarril Sud la que financió al Estado Nacional más de la

mitad del costo inicial de las obras del dique sobre el río Neuquén y la que construiría,

también por contrato con el gobierno nacional, la red de canales que completarían el

sistema integral de riego. Estas dos obras serían la infraestructura básica sobre la que se

extendería y consolidaría la producción de toda la zona, al proveerla de agua en forma

permanente y protegerla, en buena medida, de los desbordes de los ríos Neuquén y

Negro.

Fue esta misma empresa la que instaló una Estación Experimental en la zona de

Cinco Saltos, dedicada al ensayo de cultivos y a la reproducción en sus viveros de

variedades elegidas para su posterior venta a los productores a precio de fomento. Al

mismo tiempo, realizaba publicaciones a las que los productores accedían gratuitamente,

donde recomendaba la explotación familiar en unidades no mayores de 10 hectáreas -

extensión que en la época se consideraba óptima para un cultivo de tipo intensivo-,

promoviendo así la subdivisión de la tierra que la misma empresa iniciara en tierras de su

propiedad, constituyendo a esos fines la Compañía de Tierras del Sud y estableciendo la

colonia La Picaza en el área de Cinco Saltos. Los primeros propietarios, que habían

32
adquirido -recordemos- sus tierras a $ 2,50 la ha, las vendieron, por ejemplo en el caso de

la actual Villa Regina, a un promedio de $ 1200.-

Hacia mediados de la década de 1920, ya la alfalfa estaba siendo desalojada por

los viñedos y los frutales en toda la zona al oeste de la Colonia Roca, y hacia 1930 ya la

fruta predominaba como cultivo, aunque en las zonas menos subdivididas todavía podían

encontrarse importantes cultivos de alfalfa.

El objetivo del capital inglés a cargo del Ferrocarril Sud era claro: promover un

cultivo que convirtiera al transporte en un buen negocio. Para ello crearon la Argentine

Fruit Distributors (A.F.D.) que comenzó a instalar galpones de empaque en las estaciones

ferroviarias del Alto Valle (que se sumarían a los ya organizados por Cooperativas de

productores) donde recibían en consignación, clasificaban y embalaban la fruta para

despacharla a Buenos Aires. Luego de la venta, el productor recibía el precio obtenido

previo descuento de los fletes y otros gastos. Mediante el monopolio de transporte y de la

comercialización la empresa captaba una parte más que significativa de los excedentes

que generaba la actividad sin participar directamente en la producción. Los productores,

por su parte, no tenían otras alternativas a la vista, a pesar de los continuos reclamos por

los altísimos costos de estos rubros: un cajón de peras puesto en el puerto de Buenos

Aires valía en 1935 $ 4,75.-, de los cuales $ 3,40.- eran gastos de flete y comercialización.

A pesar de esto, un conjunto de factores hacía que la actividad fuera todavía rentable

para el pequeño productor: los altos precios internacionales, la falta de competidores en el

hemisferio y la demanda creciente, entre otros.

En toda una primera etapa el capital inglés mostró interés en mejorar la calidad y

la cantidad de la fruta producida, para lo cual a las actividades ya mencionadas de la

Estación Experimental de Cinco Saltos se sumaron la venta de frutales a crédito, el

asesoramiento por parte de expertos que recorrían las chacras sobre las prácticas

culturales más adecuadas y la provisión de equipos de pulverización, todo lo cual brinda

33
una idea de los márgenes de rentabilidad que brindaban el transporte y la

comercialización. Cuando la actividad frutícola se consolidó, la AFD fue lentamente

abandonando estos aspectos para dedicarse esencialmente al empaque y la

comercialización.

Este esquema, en el que el capital inglés captaba una parte significativa del

excedente dejando, sin embargo, un importante margen de rentabilidad al pequeño

productor se terminó con el inicio de la Segunda Guerra Mundial en 1945, y luego, con la

nacionalización de los ferrocarriles y de la A.F.D., en 1948. Sin embargo, los altos

márgenes de ganancia para la pequeña producción familiar se prolongaron hasta la

década de 1970. Las ciudades del Alto Valle fueron conformando un denso entramado

económico social por el efecto multiplicador de la aceptable rentabilidad que recibían los

pequeños productores, y también por algunos encadenamientos productivos que llevaron

a una cierta “industrialización” de la actividad: sidreras, jugueras, aserraderos para la

fabricación de bins.

Un conjunto de empresas de capital nacional vinculadas a la distribución se hizo

cargo del papel que hasta ese momento había cumplido el capital inglés, incorporando al

empaque y la distribución la conservación frigorífica. La política de créditos subsidiados

del gobierno de Frondizi y los buenos precios internacionales permitieron a los pequeños

productores incorporar innovaciones tecnológicas y mayores niveles de mecanización, y

al sector del capital más concentrado comenzar la integración del empaque y las plantas

frigoríficas con el objetivo de enfrentar la creciente competencia de Sudáfrica y, más tarde

de Chile, en los mercados europeos.

La relación entre los productores y quienes, en forma cada vez más concentrada,

manejaban el empaque, el frío y la comercialización, comenzó a ser diferente respecto de

la que mantenían en el período 1930-48 con el capital inglés. Sin bien la fruta continuaba

siendo recibida “en consignación”, ya nadie de ocupaba de financiar ni de asesorar a los

34
productores en las tareas culturales entre el momento de la cosecha y el pago de lo

producido. Por otra parte, los plazos de pago comenzaron a extenderse cada vez más y a

producirse en cuotas, lo que reducía cada vez más los márgenes de rentabilidad del

pequeño productor.

Hacia fines de la década de 1960 las empresas de capital concentrado

comenzaron, lentamente, a integrar también la producción a sus actividades mediante la

compra o alquiler de grandes extensiones, donde comenzaron a cosechar fruta de óptima

calidad que pudiera competir en buenas condiciones con la creciente competencia

externa. De este modo, comenzaron a competir en este terreno con los pequeños

productores, exigiéndoles fruta de la misma calidad que la propia y, en caso contrario,


22
bajando su precio.

Al mismo tiempo, se fue produciendo un proceso de incorporación de nuevas

tecnologías por parte de aquellas empresas en mejor situación, que aumentó la

desigualdad respecto de aquellos que no estaban en condiciones de hacerlo y, por ello,

cosechaban fruta de menor calidad.

Se podría afirmar que, hasta 1973, los ingresos del conjunto del subsistema

frutícola mejoraron en conjunto. A pesar de esto, los pequeños productores ya venían

cediendo cada vez mayores márgenes de ganancia por el aumento de los costos de

producción. Pero a partir de mediados de esta década, la combinación de la baja del

precio internacional del producto con la menor demanda, la competencia externa y las

políticas económicas neoliberales determinarían una dinámica de concentración del

capital que dejaría fuera de la actividad, o en condiciones prácticamente de subsistencia,

a una gran parte de los pequeños productores independientes. Hoy la actividad se

encuentra absolutamente concentrada en manos de un pequeño grupo de empresas

verticalmente integradas (es decir que producen, empacan, conservan en frío, transportan
22
Blanco, Graciela. “El capital nacional y la fruticultura regional en la segunda posguerra”. Susana Bandieri (Dir.). Neuquén,
Tesis de Licenciatura, Inédita, 1992, p.

35
y exportan) que controlan completamente la actividad y los nuevos emprendimientos que

se desarrollan tienen, también (como en el Valle Medio o en El Chañar, provincia de

Neuquén) a grandes empresas como protagonistas. Muchos pequeños productores,

empujados fuera de la actividad, decidieron lotear sus chacras para uso urbano y la mayor

parte de ellos se encuentra en situación de pobreza.

De este modo, el entramado social, urbano y productivo más importante de la

provincia, consolidado durante las tres décadas en que el pequeño productor tuvo

márgenes de rentabilidad, entró en crisis, trasladando al conjunto de la sociedad valletana

el proceso de concentración de la riqueza y de extensión de la pobreza y la marginalidad

que comenzó en su principal actividad productiva. Y aunque la salida de la convertibilidad,

en el año 2001, haya mejorado el tipo de cambio para quienes están en condiciones de

exportar, esto se produjo sobre una estructura productiva ya concentrada, y sin variantes

que apunten en absoluto a modificar las relaciones a su interior.

36
SEGUNDA PARTE: UN ESTUDIO DE CASO. EL PLAN CASTELLO (1958-1964)

Intentaremos demostrar nuestra hipótesis general sobre el comportamiento de la clase

dominante argentina y los sectores que de ella actúan en las distintas zonas de Río Negro

en un caso concreto: el denominado “Plan Castello”, que intentó hacer realidad el primer

gobernador de esta provincia, el Dr. Edgardo Castello, a partir de 1958.

Si hay una circunstancia histórica en las mejores condiciones para contradecir y

demostrar errónea nuestra hipótesis general, se trata de ésta, porque a lo largo de la

breve historia institucional de Río Negro, fue la única en que se propuso

explícitamente producir un cambio estructural en la configuración socioeconómica

provincial. Fue propósito declarado del “Plan Castello” la integración de la distintas zonas

de la provincia. Ya su mensaje ante la legislatura provincial, apenas asumido el gobierno

de la recién creada Provincia, decía:

“Río Negro presenta características naturales y sociales que tornan muy complejo

el cometido del Gobierno. Con una superficie que excede los 201.000 kilómetros

cuadrados, dispone de una población que apenas alcanza a 195.000 almas. Su

densidad es de sólo 0,9 habitantes por kilómetro cuadrado. Si a esto se agrega la

circunstancia de que las mayores concentraciones demográficas ocurren en el

Alto Valle, San Carlos de Bariloche y Viedma, resaltará el enorme contraste que

ofrecen sectores donde la población aumenta con ritmo ágil y zonas estacionarias

y aún semidesiertas. (…) La constante preocupación gubernamental tiene que

abarcar a toda la Provincia, cubriendo sin distingos todas y cada una de sus

zonas, tanto las que se encuentran en la vanguardia, como las que están

rezagadas en su proceso de desarrollo (…) es mi vehemente aspiración el

afianzamiento de la unidad espiritual de los rionegrinos, como un medio para

37
alcanzar la verdadera integración social y económica de la Provincia, superando

los graves inconvenientes de su geografía.” 23

Dejando a un lado la muy discutible interpretación de que las desigualdades regionales

en Río Negro obedecen a “los graves inconvenientes de su geografía”, es claro el

discurso de Castello, desde el momento mismo en que asume la gobernación, en el

sentido que su gobierno se propone la integración de las distintas zonas de la provincia.

Por otra parte, esta propuesta fundacional marcó el accionar de varios gobiernos

posteriores, que no sólo no formularon planes distintos, sino que aplicaron el mismo con

algunas modificaciones (gobierno del Comodoro Luis Lanari, 1966-1969, y del General de

Brigada Roberto Vicente Requeijo, 1969-1972). La excepción a esto fue el gobierno de

Carlos Nielsen (1963-1966), que se limitó a realizar críticas al mismo sin producir ninguna

propuesta diferenciada. Tomamos como período de estudio hasta el año 1964, porque,

aunque Frondizi y Castello fueron desalojados de sus respectivos cargos en 1962, la

presencia de José María Guido (socio profesional y político de Castello) en la Presidencia

de la Nación garantizó, hasta octubre de 1963, la continuidad de algunas iniciativas.

Desde el primer discurso de Castello -recién citado- es posible seguir los ejes centrales

de su plan. El proyecto no incluía una planificación integrada de las distintas obras, sino

que se trató de un conjunto de iniciativas sólo articuladas por la idea de que deberían

formar parte de una totalidad. Lo afirmamos, porque en ninguna fuente pudimos hallar el

modo en que cada una de estas obras iba a encajar en el “plan general”, que,

entendiendo la planificación como un instrumento al servicio de un propósito, nunca

existió en el sentido de dejar en claro cómo se proponía lograr, concretamente, la

23
Castello, Edgardo. Mensaje leído en la Legislatura Provincial el 1º de mayo de 1958. Viedma, Provincia de Río Negro,
Secretaría general de la Gobernación, 1958.

38
integración de las distintas zonas de la provincia. Esto es así, incluso, en el documento

más completo y explícito, el PRO 5 24

El conjunto de iniciativas que se conocieron como “Plan Castello” fueron, en lo

fundamental:

- Plan de colonización a partir de la realización de obras de riego. “La

transformación social de Río Negro (…) requiere al hombre como elemento

esencial. Necesitamos una mayor población y sabemos que el conseguirla no es

tarea realizable íntegramente de inmediato. (…) Se impone, para ese fin, un plan

colonizador, conformado a las posibilidades agrícolas y ganaderas, basado en la

ejecución de obras hidráulicas (…)” 25

- Obras de riego en los valles aún no irrigados del Río Negro y del Colorado. “El

prodigio que el hombre ha realizado en el Alto Valle, facilitado por las obras que al

ser proyectadas no faltó quien las calificase de faraónicas, se repetirá en los otros

valles del río Negro y en los adyacentes al río Colorado. Hay obras hidráulicas

concluidas, otras en construcción, en estudio o en proyecto, que deben entrar en

pleno servicio, ser activadas o concluidas” 26

- Construcción de una red de caminos. “Necesitamos caminos que permitan la

intercomunicación de los centros de producción y de trabajo (…) Para el productor

rural lo importante es que sus cosechas puedan llegar en el instante debido a los

centros de consumo, a las estaciones ferroviarias o a los puertos de embarques.

24
Provincia de Río Negro, Ministerio de Economía, Dirección General de Política Económica, PRO 5, Programa de
Desarrollo Económico de Río Negro, 1960-1964, Viedma, 20 de junio de 1960.
25
Provincia de Río negro. Secretaría General de la Gobernación. “Mensaje del Sr. Gobernador Dr. Edgardo N. Castello,
leído en la Legislatura Provincial el 1º de mayo de 1958”, Viedma, 1958, p. 7-8.
26
Op. Cit, p. 8.

39
Esa no es sólo una necesidad del ganadero, el chacarero o el minero: es una
27
conveniencia de orden público”. .

- Construcción de un puerto. “No tenemos puertos propiamente dichos. El de San

Antonio Oeste, que surgió como una promesa de muchas y positivas ventajas para

todo el Sur de la Provincia, cayó en desuso. El de Viedma no llegó a alcanzar en

momento alguno los caracteres previstos. Esto porque no se puso la

determinación indispensable para hacer efectivo el uso de esa gran vía fluvial que

es nuestro río epónimo.” 28

- Aprovechamiento del potencial hidroeléctrico. “Los grandes aprovechamientos

hidroeléctricos no se han iniciado, pero constituyen un compromiso que se ha

tomado la Nación para solucionar, correlativamente con nuestros problemas, muy

graves problemas nacionales. (…) Nuestra provincia está a la espera de la

definitiva licitación, adjudicación y comienzo de las obras de embalse y generación


29
de energía del Chocón, como asimismo de sus grandes líneas de transmisión…”

- Aprovechamiento de la riqueza minera. “[La obra del Chocón será un primer

paso], y esto tiene un sentido excepcional por lo que habrá de representar, para

que se inicie la explotación del mineral de hierro en Sierra Grande, otra magnífica

contribución rionegrina a la grandeza nacional. (…)” 30

Así planteaba Castello su proyecto. Veamos ahora el contexto internacional, nacional y

local en que éste se desarrolló en la realidad, y si su acción de gobierno fue coherente

con este discurso o por el contrario, los sectores dominantes del Valle Inferior y la zona

atlántica aprovecharon las oportunidades que brindaba la coyuntura de los primeros 60

para -en la pequeña escala de la Viedma de aquel período- actuar siguiendo la matriz que

27
Op. Cit. p. 9.
28
Op. Cit., p. 9.
29
Op. Cit., pp. 10-11
30
Op. Cit., p. 11.

40
describiera Jorge Sábato: diversificando sus negocios y utilizando al Estado, directa o

indirectamente, en su beneficio, asegurando la construcción de grandes obras de

infraestructura que pusieran en valor las tierras de su zona de influencia, entre otras

modalidades de acción.

No estamos planteando, de modo alguno, juicios de valor, sino intentando establecer lo

más objetivamente posible el comportamiento de los sectores dominantes del Valle

Inferior del río Negro, representados, entre los años 1958 y 1962 por Edgardo Castello

(Gobernador) y José María Guido (Vicepresidente de la Nación), en el orden provincial y

nacional respectivamente.

Hipótesis de trabajo

Nuestra hipótesis para el caso estudiado es que no existió una estrategia de

desarrollo provincial de mediano y largo plazo, sino que los sectores dominantes

del valle inferior, de modesta escala pero antiguo arraigo en la zona, aprovecharon

la coyuntura internacional, nacional y local (y la particular coincidencia de intereses

que se dio en este período entre la política de Estados Unidos con el gobierno de

Frondizi y su expresión local en el gobierno de Río Negro a su cargo) para favorecer

sus propios intereses locales con el argumento de propender a la “integración

provincial” o de intentar equilibrar las históricas desigualdades entre las distintas

regiones de la provincia. Y que este comportamiento va en el sentido de confirmar

(en un espacio periférico en términos de país, y en la pequeña escala de un grupo

dominante sólo de alcance local) la hipótesis de Jorge Sábato cuando define el

comportamiento de la clase dominante argentina como esencialmente especulativo.

41
El contexto internacional

Escuchemos, por un momento, las voces de los diputados provinciales rionegrinos en el

debate en el que se aprobó la creación de IDEVI (Instituto para el Desarrollo del Valle

Inferior), en agosto de 1961, para establecer hasta qué punto el escenario internacional

era tenido en cuenta por quienes tomaban las decisiones políticas provinciales, y

determinaba, muchas veces, el sentido de esas decisiones. Decía el diputado Herberto S.

Castello (hermano del entonces gobernador) al presentar el proyecto de ley el 4 de agosto

de 1961:

“Esta ley es una nueva concepción y una nueva esperanza (…) no sólo para

Argentina sino para los hombres americanos, porque la financiación se va a hacer

por medio de una institución internacional que es el Banco Interamericano. 31 Digo

que esto es una nueva concepción y una nueva esperanza porque pareciera que

en estos momentos hubiera un despertar de la conciencia en los pueblos

americanos de querer vivir con dignidad, de querer vivir una vida decente, de

querer vivir en la abundancia a que tiene derecho el ser humano. Y parece que

esa conciencia, ese despertar de los pueblos americanos está golpeando fuerte

en las puertas del coloso del norte, que pareciera por esta vez iniciar una nueva

política, no la política imperialista, la política desgarradora, la política hiriente y

prepotente del dólar, sino la política de buena vecindad de la que ya hizo ensayo

ese gran republicano que fuera Franklin Delano Roosvelt” 32

31
Se refiere al BID, Banco Interamericano de Desarrollo.
32
Discurso del diputado Herberto S. Castello en la Legislatura Provincial el 4 de agosto de 1961, Diario de Sesiones, folios
86 y 87.

42
¿A qué se refiere el Diputado Castello con el “despertar de los pueblos americanos” sino

a la revolución cubana (que había llegado al poder en 1959, y pocos meses antes

declarara su carácter marxista leninista) y a sus repercusiones en toda América Latina?

¿De qué habla cuando se refiere a la “política de buena vecindad” sino a la Alianza para

el Progreso lanzada por el presidente John F. Kennedy el 13 de marzo de ese mismo año

para frenar la expansión de la Revolución Cubana, y que al día siguiente de estas

palabras, el 5 de agosto, fuera aprobada en Punta del Este por todos los países miembros

de la OEA menos Cuba?

Tanta importancia tuvo el contexto internacional para esta ley y, en general, para las

distintas obras que formaron parte del “Plan Castello” que su tratamiento se realizó en

apenas cuatro días, para facilitar, en forma inmediata, la firma de la Carta de Intención

para el otorgamiento del crédito del BID con el que se financiaría la iniciativa del IDEVI

con los funcionarios que se encontraban, en ese mismo momento, en Punta del Este. 33

Veamos el mismo contexto internacional desde la perspectiva de un diputado de la

Democracia Cristiana, Oscar A. Abbate:

“Consideramos que ha llegado el momento en que los nuevos conceptos de

solidaridad internacional empiezan a ser realidad. El mundo no es una barca que

navega en un tranquilo lago de aceite; es una barca que navega en un mar

proceloso de grandes intereses, donde los pueblos débiles por la miseria y el

atraso, ciegos por la incultura y la ignorancia son pasto fácil para teorías

desarticulantes de sistemas democráticos de vida. El pan es una cosa muy

necesaria para mantener despierta la cabeza. El organismo débil también tiene la

cabeza débil. Los pueblos débiles son pasto, como dije, tierra fértil para el cultivo

33
Al respecto, véase la intervención del diputado Julio R. Rajneri en el mismo debate parlamentario.

43
de ideas disolventes; ideas que se oponen a nuestra concepción de vida en

libertad, igualdad, fraternidad.

Por eso consideramos que el apoyo económico que prestan a estos planes de

desarrollo las naciones económicamente poderosas, aparte de conseguir el

beneficio para las naciones subdesarrolladas que puedan ir adquiriendo

desarrollo, sirven también de garantía para mantener nuestro régimen de vida,

nuestras instituciones democráticas y nuestro sentido de libertad del individuo”. 34

La tibia simpatía de Castello por el “despertar de los pueblos americanos” se ha

transformado en boca del diputado demócrata cristiano en horror por el “cultivo de ideas

disolventes”. La “nueva política (…) no imperialista y (…) de buena vecindad” de los

Estados Unidos es, en boca del diputado Abbate, no una concesión sino una “garantía

para mantener nuestro régimen de vida”, es decir, una barrera al avance del comunismo.

Distintas miradas para un mismo contexto, caracterizado por el enfrentamiento entre los

bloques norteamericano y soviético, y por la sorpresiva novedad de una revolución de

signo socialista a pocos kilómetros de las costas de los Estados Unidos. Novedad que

Estados Unidos enfrenta sumando, a la tradicional carrera armamentista, la política de

realizar inversiones en América Latina a través de la Alianza para el Progreso para evitar

la expansión del bloque socialista. Esta era la lectura que realizaba, en el mismo debate,

el diputado Julio R. Rajneri, de la Unión Cívica Radical del Pueblo:

“(…) no son suficientes fuerzas militares discernidas por el mundo para contener

el fenómeno del comunismo, sino que la competencia que realizan actualmente

los dos colosos en que se divide nuestro hemisferio se va a traducir en el futuro

tanto en fuerzas militares como en competencia técnica y el desarrollo de los

34
Discurso del diputado Oscar A. Abbate en la Legislatura Provincial el 4 de agosto de 1961, Diario de Sesiones, folio 103.

44
países de áreas independientes para adherirlos a determinada política

internacional. Dicho en otras palabras: significa que el proceso internacional no se

va a definir por la fabricación de bombas atómicas, sino por la capacidad que

tengan los países más desarrollados industrialmente para hacer la competencia

en el plano técnico y así obtener el apoyo de los pueblos de los países menos

desarrollados a los grandes lineamientos de su política.

Mientras Estados Unidos no comprenda que el fenómeno de la expansión de

doctrinas y tendencias totalitarias en el mundo se realizan sobre la base del

subdesarrollo; mientras los países capaces de exportar capitales, de asistir

técnicamente, de facilitar los procesos de evolución de los pueblos no estén

contestes (sic) en reconocer que la defensa del mundo libre no puede realizarse

con armas, sino con niveles de vida, es evidente que la expansión de doctrinas

inspiradas en la desesperación de los pueblos seguirá proliferando

indefectiblemente en nuestro hemisferio.” 35

Esta política norteamericana de inversiones en América Latina para contrarrestar el

fenómeno de la revolución cubana se dio, a su vez, en el marco de un período que fue

denominado “boom económico de posguerra”, caracterizado por el gran crecimiento de la

economía mundial, uno de cuyos rasgos centrales fue, por parte de los países centrales,

la exportación de capitales bajo la forma de instalación de plantas industriales -sucursales

de sus plantas matrices- en países de la periferia capitalista.

Así definíó Eric Hobsbawn el contexto económico mundial a que nos referimos:

35
Discurso del diputado Julio R. Rajneri en la Legislatura Provincial el 4 de agosto de 1961, Diario de Sesiones, folios 115 y
116.

45
“La economía mundial crecía, pues, a un ritmo explosivo. Al llegar los años

sesenta, era evidente que nunca había existido algo semejante. La producción

mundial de manufacturas se cuadruplicó entre principios de los cincuenta y

principios de los setenta, y algo todavía más impresionante, el comercio mundial

de productos elaborados se multiplicó por diez” 36

En el plano intelectual, durante los años 60 y 70 se desarrollarían dos grandes teorías

enfrentadas: una, la Teoría de las Etapas del Desarrollo, de W. Rostow, planteaba que

cada espacio debía pasar necesariamente por determinadas etapas del desarrollo, las

que no podían ser salteadas: la preindustrial, la industrial y la posindustrial. Enfrentada

con ésta, la Teoría de la Dependencia, sostenida en Europa entre otros por Benko y

Lipietz 37, y en América Latina por Fernando Enrique Cardoso, proclamaba que el

subdesarrollo de la periferia era, precisamente, la condición para el desarrollo de las

áreas centrales. Es en este contexto que el francés Francois Perroux (asesor del

presidente francés Charles De Gaulle) revisa y amplía en 1958 su teoría de los Polos de

Desarrollo, formulada diez años antes en el contexto del proceso de descolonización de

las colonias francesas en Africa.

La Teoría de los Polos de Desarrollo, en líneas generales, sostenía que si en un

subsistema regional se inserta una nueva actividad económica motriz con capacidad para

dinamizarlo, esta actividad funcionaría como un polo que arrastraría tras de sí el resto e

las actividades económicas regionales.

La política del desarrollismo argentino de estos años, bajo el gobierno de Arturo

Frondizi, fundamentó fuertemente su accionar en estos marcos teóricos, dándoles a su

vez, en la acción política, su particular interpretación.

36
Hobsbawn, Eric: “Historia del siglo XX”. Buenos Aires, Crítica, 2002, p. 264.
37
Benko, Georges, y Lipietz, Alan, “Las regiones que ganan”, Valencia, España, Ediciones Alfons el Magnànim. 1994, pag
26-27.

46
El contexto nacional

El 1º de mayo de 1958, con los votos del peronismo proscripto, asumió la presidencia

Arturo Frondizi. El mismo día, ante la Legislatura de Río Negro, juraba el primer

gobernador constitucional, el Dr. Edgardo Castello. Los cuatro años que transcurrieron

hasta que las Fuerzas Armadas los forzaron a renunciar, en 1962, fueron años de

constante inestabilidad política, marcada permanentemente por la presiones de las

Fuerzas Armadas al gobierno nacional. Tanto fue así que, ya ganadas las elecciones por

Frondizi, eran muchas las dudas sobre si las Fuerzas Armadas le entregarían el poder. A

una semana de asumir, el Wall Street Journal de Nueva York se preguntaba: “¿Cuánto

durará Frondizi?”. 38

En ese contexto el desarrollismo intentó llevar adelante su programa. Sus postulados

teóricos partían de algunos supuestos básicos:

- Claramente enfrentados a la teoría de la dependencia, sostenían: “No hay una

política de los países subdesarrollados enfrentada e incompatible con la política de

los países desarrollados. Del mismo modo que el esquema de la división

internacional del trabajo del siglo XIX definía una estructura mundial indivisible, las

tendencias universales de esta segunda mitad del siglo XX son válidas e imperativas

para el sector adelantado y el sector rezagado por igual. (…) es errónea toda política

que arranque de la noción de enfrentamiento irreductible de los intereses de uno y

38
Nosiglia, Julio E., “El desarrollismo”, Bs. As., Centro Editor de América Latina, 1983, p. 85.

47
otro mundo y es acertada, en cambio, toda política que parta de la noción de la

integración y unidad de intereses entre ellos” 39

- Según su opinión, el enfrentamiento entre los bloques encabezados por los EEUU y

la Unión Soviética pasaría, del plano militar, al plano de la competencia económica y

técnica, en el marco de la coexistencia pacífica, lo que abriría enormes

oportunidades a los países subdesarrollados. Recordaría Rogelio Frigerio años

después: “Lo que se planteaba era la coexistencia competitiva: es decir, una

competición en la que podía aspirar al triunfo quien estuviera en condiciones de

producir más y a más bajo costo. Una de las contradicciones fundamentales de este

tiempo, o sea la lucha a favor o en contra del comunismo, a favor o en contra de

Occidente, se transformaba y abría otras perspectivas para la lucha históricamente

concreta de los pueblos subdesarrollados por alcanzar el desarrollo y la afirmación

de su condición nacional. “ 40

- Para aprovechar la oportunidad que abría el contexto internacional, la apertura del

país al capital extranjero jugaba un papel fundamental. “Es una falsa antinomia la

que quiere establecerse entre capital externo y nacionalismo económico. Este

último, si quiere realizarse en los hechos, si quiere superar la retórica, tiene que

atraer al capital extranjero. En el subdesarrollo, no hay condiciones suficientes de

acumulación e inversión y no las hay especialmente para aportar la gran masa de

capital fijo inicial que requiere la instalación de las industrias básicas y la

construcción de las obras de infraestructura. (…) Lo que determina el signo positivo

o negativo de un capital no es su origen sino su destino. (…) si vienen capitales

extranjeros a fabricar acero o etileno, están cumpliendo una función que libera y

39
Frigerio, Rogelio: “El camino del desarrollo”, en “Clarín”, 20/9/64. Citado en Altamirano Carlos, “Bajo el signo de las
masas”, Bs. As., Ariel Historia, 2001, p. 309.
40
Diaz, Fanor. “Conversaciones con Rogelio Frigerio”, p. 23 y sgtes. Citado por Nosiglia, Julio E., “El desarrollismo”, Bs. As.,
Centro Editor de América Latina, 1983, pp. 13-14.

48
nacionaliza a nuestra economía, en cuanto rompe los lazos de dependencia con

respecto al abasto externo de esos productos básicos.” 41

- El desarrollismo entendía que el aporte del capital extranjero, que complementaría el

ahorro interno, debía ser dirigido a cuatro sectores básicos: la energía, el acero, la

química pesada y la industria de maquinarias. Y debía establecerse una clara escala

de prioridades: “La política de inversiones debe por eso programarse con el criterio

de establecer una escala de prelaciones que conduzca al desarrollo vertical -una

estructura industrial integrada entre los rubros básicos hasta los de la industria

liviana y soporte de una agricultura tecnificada- y al desarrollo horizontal -que,

mediante la intercomunicación física de regiones y la radicación de polos fabriles en

el interior integre la Nación y extienda y unifique el mercado-“ 42

- Los desarrollistas sostenían que la macrocefalia alrededor del puerto de Buenos

Aires era una deformación que debía ser corregida estableciendo en el interior otros

centros (¿polos?) alrededor de los cuales se concentrara la producción y el

consumo. Así se avanzaría hacia lo que ellos llamaban la integración nacional,

unificando al mercado interno como condición para el despegue económico. Dice

Frigerio: “(…) la política del crecimiento nacional se asienta en la noción de la

integración neoeconómica (sic), de la distribución armónica de los ingresos entre las

diversas regiones del país, de la comunicación fluida entre ellas, de la formación de

un mercado nacional único (…) 43

- El desarrollo no sería posible si el Estado no utilizaba como herramienta la

planificación, para enfrentar las tendencias al subdesarrollo. Eran contrarios a dejar

librado el proceso económico al libre juego de las fuerzas del mercado, aunque

41
Diaz, Fanor. “Conversaciones con Rogelio Frigerio”, p. 111 y sgtes. Citado por Nosiglia, Julio E., “El desarrollismo”, Bs.
As., Centro Editor de América Latina, 1983, pp. 22-23.
42
Frondizi, Arturo. “El movimiento Nacional”, Bs. As., Ed. Losada, 1975, p. 116 y siguientes. Citado en: Nosiglia, Julio E., “El
desarrollismo”, Bs. As., Centro Editor de América Latina, 1983, p. 31.
43
Frigerio, Rogelio: “El camino del desarrollo”, en “Clarín”, 20/9/64. Citado en Altamirano Carlos, “Bajo el signo de las
masas”, Bs. As., Ariel Historia, 2001, p. 310.

49
defensores de la iniciativa empresaria privada. “(…) el Estado no debe sustituir ni

ahogar la iniciativa privada, pero tampoco debe dejarla a la “buena de Dios”. Debe

orientarla conscientemente, usando los elementos de estímulo e inhibición de que


44
dispone (…)”

Aunque, como veremos, no siempre estos principios teóricos fueron sostenidos con

coherencia, esta breve enumeración permite ubicarnos en las ideas básicas que sostenía

el gobierno desarrollista de Frondizi.

El contexto provincial

La proscripción del peronismo, a partir del golpe de 1955, dejó a los dos sectores en

que se había dividido la UCR (Unión Cívica Radical del Pueblo, y Unión Cívica Radical

Intransigente) como las opciones políticas con posibilidades de llegar al poder por vía

electoral. En Río Negro, la UCRP quedó como el sector dominante en la ciudad de

General Roca, mientras que la UCRI lo era en la zona de Viedma y la zona atlántica en

general.

Castello ganó las elecciones el 23 de febrero de 1958, con 16.487 votos contra 13.290

de José Enrique Gadano, de la UCRP, incluso con un sector de su propio grupo político

que se presentó por separado (Justo Epifanio de la UCRI - Lista Verde, que obtuvo casi

6000 votos). Como en casi todo el país, en la división del tronco radical el sector

Intransigente había quedado como mayoritario.

44
Frondizi, Arturo. “El movimiento Nacional”, Bs. As., Ed. Losada, 1975, p. 109 y siguientes. Citado en: Nosiglia, Julio E., “El
desarrollismo”, Bs. As., Centro Editor de América Latina, 1983, p. 40.

50
¿A quien representaba Edgardo Castello?

Más allá del partido al que pertenecía y de los votos que obtuvo, alejados de cualquier

interpretación funcionalista que pretenda que el Estado “defiende el interés general”, nos

preguntamos los intereses de qué sector social representó Castello en el gobierno. Y para

ello es necesario remontarse a sus actividades económicas y a sus vínculos familiares y

sociales.

Al respecto, es necesario recordar que la actual Viedma tiene existencia desde la

fundación del Fuerte del Río Negro, en 1776. Fue la primera población blanca de la

patagonia, cuando era aún territorio de los pueblos originarios. Con épocas de esplendor

y de depresión económica, sus sectores dominantes tuvieron más de un siglo y medio

para consolidarse y establecer redes familiares y sociales, que les permitieron ocupar los

lugares de poder durante largos años. Quienes han investigado en detalle la trama del

poder local llegan a estas conclusiones: “(…) resulta relevante señalar la presencia de un

sector social representativo (…) que durante gran parte de la etapa territorial cooptó

prácticamente sin oposición el municipio y juzgado electivo de Viedma (…) En el Concejo

de Viedma advertimos el desfile incesante del mismo elenco de familias dominantes

ocupando los cargos locales entre 1886 y 1938: Nazario, Nazario (h), Silvestre, Felipe y

José María Contín (…)” 45

Edgardo Castello, nacido el 31 de diciembre de 1904, era hijo de Elvira Ema Contín y

Arturo Miguel Luis Castello. Su abuelo materno era Nazario Contín, prominente figura en

el escenario económico y político de Viedma desde 1870. Conviene reproducir in extenso,

para comprender cabalmente el origen social del Dr. Castello, más datos biográficos

sobre su abuelo:

45
Ruffini, Martha. “Un territorio patagónico peculiar: Río Negro, espacio de antiguo doblamiento y temprana experiencia
política”, en: Ruffini M. y Massera F. (Coord.): “Horizontes en prespectiva. Contribuciones para la historia de Río Negro
1884-1955”, Viedma, Fundación Ameghino y Legislatura de Río Negro, 2007, pp. 176-177.

51
Contín, Nazario (1846-1922). Español, procedente de Jaurrieta, provincia de

Navarra, en la que nació en 1846. Llegó a la Argentina en 1862 y a Viedma en

1869. En ese mismo año se estableció en Viedma junto a otros primos de apellido

Harriet y Faguaga. Su madre era Esandi. Casado con María Hasquet en Buenos

Aires en 1870. Tuvieron siete hijos algunos de ellos casados con figuras

relevantes: Felipe Santiago se casó con Anatilde Berreaute, hija de Napoleón

Berreaute, gobernador de Río Negro; María Micaela se casó en 1900 con el ex

juez letrado de Río Negro Abraham Arce; Elvira Ema con el comerciante Arturo

Castello, María Eloísa con el periodista de Río Negro y Neuquén José Cámpora y

María Mercedes con David Cogan, importante figura política porteña. Fundó

establecimientos ganaderos en Río Negro: San Nazario, Punta Bermeja, San

Felipe, San Diego, Pozo Salado, Tragua Tragua, Sauce Blanco, y trambién

establecimientos comerciales en Viedma y San Antonio Oeste desde 1899, en

sociedad con los hermanos Peirano de Buenos Aires. Tuvo también barraca de

lanas, cueros, y un saladero. Junto con Arturo Castello, tenían un corralón y

proveían de raciones diarias a los presos de la cárcel de Viedma. En 1911

adquirió casi 8000 hectáreas en la sección IAI de río Negro. Integró la Comisión

Municipal de Viedma en 1879-1880 y 1882 y el Concejo Municipal en 1886, 1890,

1892, 1895 a 1899. Presidente del Concejo Municipal de Viedma desde el 10 de

marzo de 1887 al 11 de febrero de 1892. Integró el Consejo Escolar de Viedma

entre 1898 y 1902, siendo nombrado como su presidente a partir de 1903.

Miembro del Partido Popular (1888) y el Partido Cívico (1908-1910). Consejero de

la Gobernación (1898), Presidente de la Comisión de auxilio a los inundados del

sur en 1899. Integrante Comisión Auxiliar de Inmigración en 1901. Presidente del

Directorio del Banco Agrícola y Comercial de Río Negro (1889-1890). Accionista

52
del vapor Pueyrredón en 1901. Vicepresidente de la Compañía de Transportes

del Río Negro (1907). Fundador y Presidente de la Sociedad Española de

Socorros Mutuos y la Sociedad Obrera de Socorros Mutuos y del Club Social en

1923. Vocal Biblioteca y Hospital de Viedma en 1888. Tesorero Liga Patrótica de

Viedma en 1901(…)” 46

Como se puede observar, “don Nazario”, en la modesta escala de un “bolichero”

de fines del siglo XIX en un área marginal al modelo agroexportador, tenía

múltiples actividades: era comerciante, terrateniente, financista…su

comportamiento coincide, a nivel local, con el que Jorge Sábato describe para la

clase dominante nacional en el texto antes citado: “sería precisamente el control

del comercio y las finanzas el que al abrir un conjunto de oportunidades y otorgar

una alta flexibilidad, le habría permitido implantarse simultáneamente en una

amplia serie de actividades productivas y especulativas”. Claro que don Nazario

era un inmigrante español, y no iba al Jockey Club, porque en Viedma no existía.

En los Territorios Nacionales algunas modalidades (y, obviamente, la escala de

las operaciones) variaban, pero la matriz principal de comportamiento es la

misma. Algunos extractos de “El imparcial” de Viedma, del año 1929, nos ofrecen

una mirada respecto de don Nazario y de la importancia -a escala del Valle

Inferior- de la “Casa Contín” a fines del siglo XIX:

“En aquellos años la “Casa Contín” era sumamente importante, tanto en lo

comercial como en lo monetario. Gozaba de un prestigio enorme y de una

confianza ilimitada. Al franquear sus umbrales se respiraba una atmósfera de

46
Ruffini Martha y Massera Fredy. (Coord.): “Horizontes en prespectiva. Contribuciones para la historia de Río Negro 1884-
1955”, Viedma, Fundación Ameghino y Legislatura de Río Negro, 2007, p. 415.

53
simpatía, y la franqueza hispana flotaba por el ambiente, tanto que muchos

connacionales volteaban sobre el mostrador su dinero, sin contarlo, dándolo a

don Nazario a guardar. Esta excesiva confianza que depositaban en don Nazario

no eximía a éste, sin embargo, a que procediese a su recuento dándole entrada

en sus voluminosos libracos del escritorio, en el cual se movía un escogido

personal de tenedores de libros atareado de la mañana a la noche. La “Casa

Contín” en aquel entonces abastecía a medio territorio, y las clásicas tropas de

carros iban a cargar en sus almacenes la mercadería para luego, desparramarla a

centenares de leguas en todas direcciones” 47

Tres de los hijos de Nazario Contín fueron intendentes de Viedma con posterioridad:

Felipe (1915-1923 y 1924-1927), Nazario (1927-1930) y José María Diego (1941-1945).

Edgardo Castello se había casado en 1933 con Amelia Entraigas, descendiente de uno

de los fundadores del Fuerte de Río Negro en el siglo XVIII. Recibido de abogado en la

Universidad Nacional de La Plata, había instalado su estudio en Viedma pocos años

antes. Ferviente yrigoyenista, participó junto con los tres hijos de don Nazario y sus tres

hermanos, Heriberto, Elvio y Ovidio, de la organización del radicalismo rionegrino y fue

Secretario de su Convención Nacional cuando la presidió Moisés Lebenhson. En la

década del 50 fue presidente del radicalismo rionegrino y, producida la división en 1956,

se transformó en el principal referente de la UCRI.

No nos quedan dudas: el Dr. Edgardo Castello era un prominente miembro de la elite

política y económica de Viedma y su zona de influencia. Resta saber si, en el ejercicio del

poder político provincial, actuó en consecuencia favoreciendo, prioritariamente, los

intereses de la zona donde estaban sus intereses económicos y los del sector social del

que formaba parte.

47
Reproducidos por la revista “La galera” de Viedma, en su número XXIV del año 1998, p. 5 y 7.

54
La relación Castello-Guido-Frondizi: un vínculo decisivo

José María Guido llegó y se estableció en Viedma de la mano de la Herberto Castello,

mientras estudiaba derecho en la Universidad Nacional de La Plata. Así relata un biógrafo

de Guido esta parte de su vida:

“(…) Durante esta experiencia universitaria en La Plata conoce a Herberto


Castello, que era oriundo de Viedma (Río Negro), y con quien entró en sintonía
política, ya que era también radical yrigoyenista. Esta amistad con Castello,
generada a través de los claustros universitarios, marcaría la vida de Guido
definitivamente. (…) Herberto Castello, que conocía las condiciones para el
trabajo político de Guido, lo invita a radicarse en Viedma y le propone que se
asocie al estudio jurídico de su hermano, el Dr. Edgardo Castello, quien también
tendría gran actividad pública y política. Edgardo Castello, tiempo después, fue
electo como el primer gobernador constitucional de la provincia de Río Negro, y
José María Guido, senador nacional por Río Negro. La familia Castello, en
Viedma, contaba con mucho prestigio político. Un tío de Edgardo Castello –Felipe
Contín– había sido un destacado caudillo popular radical yrigoyenista de Viedma,
cuando aún vivía Hipólito Yrigoyen, al que lo unía una amistad directa. Luego de
la muerte de Contín, los Castello fueron sus herederos políticos, y Guido, que
estaba con ellos, se benefició de igual manera.
La organización del sistema judicial federal jugó un papel favorable para el
desarrollo de la actividad política del Dr. Guido. En ese sentido, en la ciudad de
Viedma, capital del por entonces Territorio Nacional, estaba radicado el juzgado
federal, y por allí pasaban asuntos jurídicos de buena parte del Territorio. Esta
cuestión fue de vital importancia para el desarrollo posterior de su carrera política,
a la que sumó su seriedad y responsabilidad. Guido sabía que la mejor manera
de hacer política consistía en viajar y ver a sus correligionarios. Por ello recorría
de manera permanente el Territorio Nacional y colaboraba junto a otros en la
organización del radicalismo, tanto a nivel local como a nivel regional y provincial.
Al viejo estilo de Yrigoyen, pueblo por pueblo, casa por casa, fue trabajando y

55
haciéndose conocer. Cuando se produjo la caída del peronismo, en 1955, ya era
un referente de la política provincial, y sumaba a ello sus fuertes vinculaciones
con el radicalismo a nivel nacional.
En 1957 fue elegido convencional constituyente por la provincial de Río Negro y
sus pares lo designaron presidente del bloque de la UCRI (Unión Cívica Radical
Intransigente). En 1958 fue electo diputado provincial, y a pedido del Dr. Arturo
Frondizi y del Comité Nacional de la UCRI 48, fue ungido senador nacional por
Río Negro. Se desempeñó como presidente provisional desde 1958 hasta
1962.” 49

Socios comerciales y políticos desde hacía muchos años, tanto Castello como Guido

tenían una estrecha relación con el Dr. Frondizi, relación que hacen pesar a favor de los

intereses ¿de la provincia en general, y, en particular, del Valle Inferior? Así se refiere a

esta relación una publicación del propio gobierno de Castello.

“(…) dada la circunstancia de mantenerse con el Poder Ejecutivo Nacional una


afinidad política auspiciosa para la realización de los objetivos rionegrinos, se
enfocarían con sentido federalista imbuido de lo nacional, los grandes problemas
yacentes (…)”. 50
No se trataba, simplemente, de que el Presidente pertenecía al mismo partido y existía

afinidad ideológica. En la misma situación se encontraban otras provincias gobernadas

por la UCRI. Cuando Alejandro Gomez renuncia a la vicepresidencia de la Nación, Guido

ocupa ese lugar. Un hombre de Viedma se encontraba en el vértice mismo del poder

nacional, y, luego de derrocado Frondizi, permanecería en la presidencia hasta 1964.

48
Destacado nuestro.
49
Dr. Edgardo H. Cardone: “Dr. José María Guido: el primer presidente patagónico”. Revista Abogados Nº 82, Marzo 2005,
Colegio Público de Abogados de la Capital Federal.
50
Provincia de Río Negro, “Tres años de gobierno”, Viedma, 1961, p. 40.

56
¿Qué actitud adoptó el Alto Valle frente al “Plan Castello”?

Como ya vimos en la primera parte, el enfrentamiento entre General Roca y Viedma por

el tema de la capitalidad se remonta a principios del siglo XX, y se repitió en la Asamblea

Constituyente de 1957. Estas discusiones fueron apenas una parte de la permanente

disputa, desde los años del Territorio Nacional, por la captación de recursos del Estado

para el beneficio de las respectivas zonas de influencia.

Castello era perfectamente consciente de esta situación, y es por eso que el discurso de

su gobierno recalca permanentemente que los funcionarios de su gobierno “debían

sentirse inspirados por un profundo sentido localista que abarcara toda la extensión de la

provincia, sin distingos entre sus diversas zonas, que muestran diferentes posibilidades

naturales de `progreso. Aquellas zonas que alcanzaron un visible desarrollo y las que

permanecieron rezagadas en su proceso, debían ser objeto de un trato equitativo” 51

Como iremos demostrando, entre el discurso y la realidad medió una considerable

distancia. Sin embargo, los representantes del Alto Valle en la legislatura rionegina

acompañaron las iniciativas fundamentales del “Plan Castello”.

En el debate de la ley que daría origen al IDEVI, el diputado Alberto Rionegro, de la

UCRP, decía: “Es necesario impulsarlo [al proyecto IDEVI] para que las desigualdades de

las distintas regiones no sigan creciendo, para que no se acentúen cada vez más como se

acentúan, debido a los fenómenos económicos, las desigualdades entre los países ricos y

los países pobres. (…) La Unión Cívica Radical del Pueblo lo avala, porque entiende que

no deben fomentarse distorsiones en la economía o desigualdades económicas de

51
Provincia de Río Negro, “Tres años de gobierno”, Viedma, 1961, p. 36.

57
regiones cuando existen zonas con posibiliddes como ésta para desarrollar en el lugar

una radicación de capitales y una colonización efectiva, cierta y real (…). 52

A su vez, el diputado Rajneri, también de la UCRP, agregaba: “Yo afirmo que este es un

buen proyecto del gobierno de la provincia; en mi calidad de diputado del Radicalismo del

Pueblo afirmo incluso que es un proyecto excelente”. 53

¿Por qué el Alto Valle tuvo esta actitud, aparentemente contradictoria con la historia de

enfrentamientos respecto de los sectores dominantes del Valle Inferior?

En primer lugar, los intereses del conglomerado frutícola del Alto Valle estaban más

vinculados a medidas de orden nacional que a decisiones del gobierno de la provincia y a

su presupuesto. Así lo sugiere Graciela Blanco:

“(…) En cuanto al Alto Valle, de algún modo excluido de este plan de desarrollo,

no se sintió seriamente afectado por ello, en virtud de que los intereses de sus

sectores económicos más fuertes tenían mayor conexión con las medidas

económicas emanadas del orden nacional que del provincial. Las soluciones al

problema del transporte –dependencia del ferrocarril como único medio- y a la

carencia de cámaras frigoríficas –que permitieran distribuir en el tiempo las tareas

de empaque y comercialización de la fruta-, dependían fundamentalmente de que

el gobierno nacional destinara recursos a la construcción de la ruta nacional 22 -

paralela al ferrocarril- y de que las políticas nacionales condujeran a favorecer el

desarrollo del frío y la concentración económica.

Efectivamente, diferentes medidas del gobierno de Frondizi (…) como la Ley de

Radicación de Capitales, la promoción de la tecnificación agraria, etc, condujeron

a favorecer la concentración económica iniciada en la década de 1950 mediante


52
Legislatura de Río Negro, Diario de sesiones. Sesión del 4 de agosto de 1961, folios 91 y 100.
53
Op. Cit., folios 105-106.

58
un proceso de integración vertical de las actividades. Se inició en esa etapa la

consolidación y capitalización de las grandes empresas integradas del Alto Valle a


54
través de la modernización técnica y racionalización operativa (…)” .

Carecía verdaderamente de sentido entrar en cortocircuito con un gobierno nacional

cuya política los beneficiaba abiertamente, por un plan que, no sólo no les traía ningún

perjuicio, sino que estratégicamente les podía llegar a ser funcional en varios sentidos: el

proyectado puerto, por ejemplo, podía ser una vía de salida a su producción (como

efectivamente ocurrió), el valle inferior colonizado podía ser una oportunidad para aquella

mano de obra que se viera desalojada del Alto Valle por el proceso de tecnificación en

curso en esos años .

En segundo lugar, si los productores frutícolas del Alto Valle agrupados alrededor de la

UCRP se hubieran propuesto oponerse, seguramente no hubieran tenido la fuerza política

suficiente para hacerlo. En su propia zona, la de más densa población de la provincia, era

mayoría electoral el peronismo, como quedaría demostrado al ganar, como Partido

Justicialista, las elecciones municipales realizadas el 12 de setiembre de 1965. Una parte

de esa población, en 1957 había votado a la UCRI, y la base obrera peronista tenía como

su interés fundamental mejorar sus condiciones de vida y de trabajo luchando contra

empresarios frutícolas y galpones de empaque más que sumarse a ellos en una lucha de

una zona de la provincia contra otra.

Sin embargo, los roces históricos entre los sectores dominantes del Alto Valle y los del

Valle Inferior no desaparecieron completamente. De ello da cuenta la `prensa de la época:

“Dio un comunicado el Ministerio de Gobierno de Río Negro sobre la distribución de

fondos del Plan de Trabajos Públicos. Se rebaten apreciaciones del Presidente del

54
Blanco, Graciela (Bandieri Susana, Directora): “El capital nacional y la fruticultura regional en la segunda postguerra”,
Tesis de Licenciatura (inédita), Neuquén, 1992, pp 53-54.

59
Concejo Municipal de General Roca” titula en tapa el diario “La Nueva Era” de Viedma, el

7 de enero de 1961. Dice el artículo:

“(…) el Presidente del Concejo Municipal de General Roca, José Enrique Gadano,
se ha referido nuevamente a la distribución de fondos provinciales en el Plan de
Trabajos Públicos proyectado por el Poder Ejecutivo (…) ha afirmado en la
referida publicación que sobre 116.000.000 pesos adjudicados a municipios para
obras públicas ni General Roca ni Cipolletti reciben “ni un solo centavo”. (…)”

Y sigue el Ministro de Gobierno de Castello, José Basail, en defensa de la distribución

presupuestaria decidida por el ejecutivo provincial:

“(…)Conviene señalar que en la distribución de las partidas para los municipios, el


gobierno ha tenido en cuenta al establecer las prioridades, a aquellas comunas
que se hallan desprovistas de servicios esenciales que hacen a la salud y al
bienestar de las poblaciones. En este sentido, las municipalidades que se citan
como excluidas tienen cubiertas esas necesidades públicas en gran proporción
(…).” 55

Del mismo modo, el diputado Rajneri, en el debate ya citado, también advertía que su

apoyo no era sin críticas. Entre otras, que el préstamo del BID a través del cual se

iniciarían las obras del Valle Inferior no incluía otras zonas que podrían haber sido

beneficiadas:

“(…)no nos satisface, en cambio, el olvido que en la planificación y desde luego


en la financiación se ha hecho de otras zonas de la provincia; es decir,
entendemos conveniente y útil prescindiendo de otras razones, que se desarrolle
ésta área en particular. Creemos que en la magnitud de las inversiones
significaba una mínima preocupación el desarrollo de las zonas de Conesa,
55
“ La Nueva Era”, Viedma, 7 de enero de 1961.

60
Choele Choel y Rio Colorado, e incluso nos parece que era razonable esperar
también que en las inversiones calculadas hubiera algún mínimo aporte para la
terminación de las obras de riego en esas zonas. (…)”. 56

Estas críticas públicas, en el contexto del apoyo al plan, creemos que tienen más el

sentido de una diferenciación política entre partidos, con objetivos esencialmente

electorales, que una verdadera oposición de los productores frutícolas del Alto Valle, la

que no aparece (más que bajo la forma de estos roces menores) en la documentación

relevada.

¿Plan de desarrollo provincial o del Valle Inferior y la zona Atlántica?

Vayamos ahora al núcleo de nuestra hipótesis. ¿Se trató efectivamente de un plan de

desarrollo provincial? ¿O, más allá de los discursos, la zona esencialmente beneficiada

fue el Valle Inferior, la zona atlántica, y los sectores socialmente dominantes en ese

espacio?

Una primera dificultad, no casual, que tenemos para avanzar en dilucidar este

interrogante, es que, de la documentación existente, la única que sistematizó el conjunto

de obras de lo que fue conocido como “Plan Castello” es el PRO 5, “Programa de

Desarrollo de Río Negro 1960-1964”. El resto de la documentación primaria con la que

contamos son las asignaciones presupuestarias de cada año, llamadas “Plan de Trabajos

Públicos”, los discursos y documentos oficiales, y el debate parlamentario de la única

iniciativa que fue aprobada por ley provincial: IDEVI.

El PRO 5 se limitó a señalar las obras que se llevarían adelante y su costo aproximado.

Es decir, no se realizaron estudios previos que establecieran prioridades, cronogramas,


56
Legislatura de Río Negro, Diario de sesiones. Sesión del 4 de agosto de 1961, folios 121 y 122.

61
relación de unas obras con otras respecto a la satisfacción de determinadas necesidades.

Las dos obras que sí contaron con estudios previos fueron IDEVI (era un requisito del BID

para otorgar la financiación, y estuvo a cargo de la empresa Italconsult) y el puerto de San

Antonio, a cargo de la francesa SOGREAH. Pero en ningún momento hubo una

planificación integral, que tuviera en cuenta los aspectos técnicos junto a los

económicos, sociales y demográficos.

El objetivo explícito de este programa de obras públicas era la “integración de las

distintas zonas de la provincia”, frase que, como ya vimos más arriba, está inscripta como

mandato en la misma Constitución Provincial. Ahora bien, jamás se hizo explícito el modo

en que se produciría esta “integración”, ni de qué tipo de “integración” se hablaba. Si de

mejorar el nivel de los sectores con mayores carencias se trataba, era claro que la

prioridad debió haber sido la Línea Sur. Y no lo fue: en el PRO 5 recibe apenas el 6% de

la inversión. ¿Se trataba en cambio de establecer un polo de desarrollo y arrastrar tras él

a toda la economía provincial? Ya existía en Río Negro tal polo, y era el Alto Valle. Allí se

concentraba casi la mitad de los habitantes de la provincia, 97.658 según el censo de

1960. ¿Para qué crear otro? ¿O tal vez se intentaba crear en las distintas zonas

pequeños polos que dinamizaran cada una de ellas? La distribución de fondos no parece

indicarlo: de otro modo, el Valle Medio, Río Colorado, la minería en la línea sur, el Valle

de Valcheta, por ejemplo, hubieran recibido impulsos similares. ¿O acaso se pensó en la

integración en sentido territorial, de establecer fluídas comunicaciones entre zonas, y

entonces la red de caminos interiores de Río Negro debió haber sido prioridad. Y no lo

fue, ya que la obra vial más importante del período fue el asfalto de la ruta 22 entre el Alto

Valle y Bahía Blanca, realizada por el gobierno nacional y que benefició en forma directa

al Alto Valle.

En todo caso, la ciudad de Viedma, con 6.009 habitantes, en 1959 era sólo la sexta

ciudad de la provincia por su población, detrás de Bariloche (17.685), General Roca

62
(17.109), Cipolletti (10.613), Villa Regina (7916) y Cinco Saltos (6.229) y el departamento

Adolfo Alsina, con 9.565 habitantes en 1960, estaba menos poblado, por ejemplo, que el

departamento Avellaneda -Valle Medio- que el mismo año tenía 12.943 habitantes. 57

Sin embargo, en Viedma residía -y reside- la más antigua fracción capitalista local, que

entonces tenía históricos reclamos insatisfechos como el riego en el Valle Inferior o la

recuperación de su carácter de zona portuaria. Para el período del que nos estamos

ocupando, se trataba de una zona económicamente deprimida respecto del Alto Valle,

que era -y hoy continúa siendo- el motor de la economía provincial. Y así como sus

comerciantes, profesionales y empresarios habían resistido con éxito los históricos

embates de General Roca para arrebatarles la capitalidad, no desaprovecharían la

histórica oportunidad que se les presentaba para intentar equilibrar esta desigualdad.

La asignación presupuestaria

Un elemento central que nos puede permitir avanzar es el análisis de la asignación

presupuestaria por ciudades o zonas, porque si de lo que se trató fue de equilibrar el

desarrollo de las zonas “más rezagadas”, esto debería haber dado como resultado un

sustancial aumento de la inversión en la que siempre fue, como ya vimos más arriba, la

zona con más necesidades insatisfechas de la provincia, la Línea Sur.

Sin embargo, las cifras no nos dicen esto. Al revisar la distribución de fondos del Plan de

Trabajos Públicos de 1961 a que hace referencia el artículo periodístico citado más arriba

y que publica el propio gobierno de Castello, salta a la vista una distribución nada

equitativa: Bariloche recibe, para ese año, 19.670.000 pesos en total, General Roca

30.150.000 pesos, Ingeniero Jacobacci 16.360.000 pesos, y Viedma…109.800.000 pesos,

es decir, más el triple que Roca y más de seis veces el presupuesto destinado a

57
Datos extraídos de Provincia de Río Negro. “Tres años de gobierno”, tomo I, Viedma, 1961, pp. 75, 79 y 80.

63
Jacobacci, paradigma de “zona rezagada en su proceso” en el vocabulario del gobierno

de entonces. 58

Analicemos, por otra parte, las obras incluidas en el documento PRO 5 (Plan de

Desarrollo Económico de Río Negro). El PRO 5 dividía la provincia en cinco zonas, como

puede observarse en el mapa adjunto. Mabel Manzanal, en un trabajo referido a este

tema 59, analiza el gasto por zonas y llega a la conclusión de que casi el 60% del

presupuesto total estuvo destinado a la zona III (Valle Inferior, San Antonio y Valcheta),

mientras a la zona V, la línea sur, sin duda la más “rezagada” de la provincia, le

corresponde apenas el 6% del total, y a obras que benefician por igual a todas las zonas

(edificios para escuelas, policía, redes de agua, electricidad, etc.) sólo el 5% (ver cuadro

adjunto).

58
Cálculos propios realizados sobre la base a las cifras publicadas por el propio gobierno de Castello en Provincia de Río
Negro, “Tres años de gobierno”, Viedma, 1961, pp. 52 a 61.
59
Manzanal, Mabel. “Lo aparente y lo real en la estrategia de desarrollo económico de la provincia de Río Negro: 1958-
1964”, Documento de Trabajo 6, Buenos Aires, CEUR, 1980.

64
Fuente: Manzanal, Mabel. “Lo aparente y lo real en la estrategia de desarrollo económico de la provincia de
Río Negro: 1958-1964”, Documento de Trabajo 6, Buenos Aires, CEUR, 1980.

65
Manzanal, Mabel. “Lo aparente y lo real en la estrategia de desarrollo económico de la provincia de Río
Negro: 1958-1964”, Documento de Trabajo 6, Buenos Aires, CEUR, 1980.

66
Las cifras hablan por sí solas, pero analicemos ahora el accionar del gobierno provincial

siguiéndolo a través a uno de los periódicos más antiguos de Viedma, fundado en 1903:

“La Nueva Era”:

La acción de gobierno según “La Nueva Era”

Apenas dos días después del discurso de asunción, el 3 de mayo de 1958, “La Nueva

Era” expresaba con claridad qué esperaba del nuevo gobernador.

“Existe en Viedma una gran expectativa sobre la labor que desarrollará el nuevo
gobierno. Ello se advierte en cualquier conversación de sus habitantes, que están
ansiosos para que se terminen, en esos cuatro años, que ya llaman “de la labor
de Castello” las obras que impulsarán en forma extraordinaria esta región 60,
como ser los canales, en su último tramo y que por misteriosas razones, tardaron
tanto en concluirse, y que una vez finalizados, traerá como consecuencia la
radicación de enormes masas del orbe entero a radicarse en nuestras zonas,
aspirándose a igualar en potencia económica a la Provincia de Mendoza y al Alto
Valle. Son tierras feraces, ubérrimas, superiores a la de los sitios descriptos y
llamadas a dar a la Provincia un extraordinario impulso económico.
La terminación de ese ya famoso Hotel de Turismo de que tanto se ha
conversado y su estudio para que hagan escala en ésta los turistas que desde
Buenos Aires se dirigen a Bariloche, a los efectos de que también puedan
apreciar las bellezas comprendidas en la Boca, la Lobería, Bahía San Blas, donde
pueden pasar días esplendorosos de vacaciones y dedicarse a la pesca,
incrementándose al efecto la propaganda para que se desplacen hacia esos sitios
el turismo; instalación de servicios de lanchas para hacer conocer todas las islas;
disponer la prosecución del asfalto a toda la ciudad y abrir caminos asfaltados
junto al río. (…) 61.

60
Subrayado nuestro.
61
“La nueva era”, 3 de mayo de 1958, p. 3.

67
La lista de expectativas (¿exigencias?) es larga, y luego sigue otra para el conjunto de la

provincia. Pero el columnista es transparente: ante todo, se espera de Castello “obras que

impulsarán en forma extraordinaria esta región”.

El nuevo gobernador responde rápidamente a la expectativa-demanda: apenas pasado

el mes de gestión, el 14 de junio, leemos, bajo el título:

“Se iniciaron los trabajos del segundo tramo de las obras de riego en el Valle de
Viedma”: “El sábado 7 fue un día trascendental para Viedma y su zona porque
marcó la iniciación de la segunda etapa de las obras de riego en el Valle Inferior
del Río Negro”· 62

Cabe recordar, como desarrollaremos más adelante, que el reclamo de realización de

las obras de riego en el Valle Inferior, así como de provisión de agua potable a San

Antonio, venía desde principios de siglo. Incluso se llegaron a aprobar, en 1909, por ley

del Congreso Nacional, los estudios correspondientes:

“Ley Nº 6699. Autorizando al Poder Ejecutivo para proceder a realizar los


estudios completos para la construcción de un canal derivado del Río Negro que
termine en el puerto de San Antonio o en sus inmediaciones. Artículo 1º. El Poder
Ejecutivo procederá a realizar los estudios completos para la construcción de un
canal derivado del Río Negro que termine en puerto San Antonio o en sus
inmediaciones. Art. 2º. Realizará igualmente los estudios de máxima de uncanal
que arrancando del río Limay o de los lagos andinos termine en la costa del
Atlántico. Art. 3º En estos estudios se tendrá en cuenta el uso de los canales para
la irrigación y provisión de agua potable (…)” 63

Tras muchas gestiones, los propietarios de tierras locales habían logrado que se

terminara, en 1957, la primera etapa. Sin embargo, por motivos desconocidos, no se

62
“La Nueva Era”, Viedma, 14 de junio de 1958, tapa.
63
Congreso Nacional.- Cámara de Senadores, diario de sesiones. Setiembre 17 de 1909.

68
había abierto el riego en estos nuevos canales, y el viento depositaba nuevamente tierra

que volvía a cubrirlos. Pocos días de gestión en manos de uno de “los suyos” bastaron

para que las obras volvieran a comenzar. Sin embargo, sólo la concreción del proyecto

IDEVI, pocos años después, concretaría las aspiraciones locales de una obra integral de

riego. El estudio previo de la empresa Italconsult fue encargado inmediatamente de

iniciada la gestión.

En nuestro relevamiento de “La Nueva Era” entre los años 1958 a 1962, encontramos

un solo artículo importante dando cuenta de la actividad del Poder Ejecutivo con relación

al Alto Valle… en la que no estuvo presente el Gobernador.

18 de octubre de 1958:

“(…)Durante tres días se instaló el P.E. en diversas localidades del Valle (…) el
gobernador de la provincia de Río Negro, Dr. Edgardo Castello, hallándose en la
Capital Federal en misión oficial, designó al Ministro de Gobierno, señor José
Basail (…) para que lo represente en la jira (sic) oficial que se realizó a diversas
localidades del Alto Valle. (…) el señor Basail (…) en una elocuente alocución,
explicó los motivos por los cuales no pudo concurrir el gobernador de la provincia
(…) retenido en Buenos Aires donde, conjuntamente con los primeros
mandatarios de Neuquén y Chubut, debió tratar, en conferencia con el presidente
de la República, Dr. Arturo Frondizi, asuntos de fundamental importancia, entre
ellos los relacionados con el aprovechamiento hidroeléctrico de la bajada de El
Chocón y la explotación del yacimiento de hierro de Sierra Grande (…).” 64

Hacia 1960, tras dos años de gestión, muchas de las iniciativas ya habían sido lanzadas

y se iniciaron los estudios técnicos para la construcción de un puerto. El panorama para

toda la zona atlántica se presentaba verdaderamente promisorio:

64
“La Nueva Era”, 18 de octubre de 1958.

69
“Son indudables las necesidades presentes y futuras de la provincia de Río
Negro, de disponer de un puerto adecuado en el frente atlántico, que permita la
salida por esa económica vía de transporte, con destino a mercados nacionales y
extranjeros, de su producción agrícola, granjera, minera, maderera, ganadera,
etc., lo que implicaría un factor importante para el verdadero desarrollo de su
economía. Tal precisión es acrecentada ante el tráfico previsible para un futuro
próximo, a la luz de las enormes posibilidades que se abren para la provincia y
especialmente, ante las perspectivas de éxito en explotación petrolífera, la
inmediata explotación de los ricos yacimientos ferríferos de Sierra Grande, la
inminencia de la radicación de una industria de interés nacional, como es la de la
soda Solvay, la explotación intensiva y racional de los valles medio e inferior del
río Negro (…) el programa de reactivación minera y ganadera a desarrollar por el
gobierno de la provincia; la mejor comercialización de la fruta y demás productos
65
del Alto Valle al poder abaratar los costos de transporte, etc.”

La “batalla del petróleo”, tan mentada por Frondizi y Frigerio, consistente en la apertura

a las empresas extranjeras para que participen de la explotación, también se libró en Río

Negro. Desde hacía tiempo, YPF venía avanzando con sus trabajos en la zona de Catriel.

¿Dónde introducir las empresas privadas? Una vez más, en la zona atlántica:

“El día sábado 23 a las 12 horas, de acuerdo al programa confeccionado al


efecto por la Shell Production of Argentina LTDA., se cumplió el acto de
inauguración de sus actividades de perforación petrolera en la provincia de Río
Negro, dentro del área fijada a esa empresa por Yacimientos Petrolíferos
Fiscales. La ceremonia, que se llevó a cabo en el pozo “Oyola 1”, ubicado en el
kilómetro 1014 de la ruta nacional número 3, consistió en la puesta en marcha del
equipo perforador, que estuvo a cargo del gobernador de la provincia, Dr.
Edgardo S. N. Castello (…). 66

65
“La Nueva Era”, 21 de mayo de 1960, p. 2.
66
“La Nueva Era”, 30 de julio de 1960, tapa.

70
El momento simbólicamente más importante con relación al conjunto de obras

proyectadas… en el Valle Inferior y la zona atlántica, insistimos, es, sin duda, la visita del

presidente Arturo Frondizi a Sierra Grande, para poner en marcha la explotación de las

minas de hierro. Allí, diría Castello, en línea con las ideas del desarrollismo y en defensa

de la política del presidente presente en el acto:

“En verdad, la independencia es la verdadera condición de la libertad, y


estamos aquí para promulgar un acto decisivo para la conducta libre del país. La
explotación del yacimiento ferrífero de Sierra Grande, siendo por sí mismo de
gran significación, adquiere un contenido trascendente al vincularlo a otros
hechos reales como al autoabastecimiento de petróleo, que señala el reencuentro
argentino con sus propias riquezas. Sierra Grande, Río Turbio y El Chocón se
integran con un magnífico triángulo de prosperidad, que ha de contribuir
progresiva y decididamente al aumento de los niveles de renta de la economía del
país.” 67

“La Nueva Era” nos muestra a un Castello viajando permanentemente, a Buenos Aires y

al exterior, para realizar gestiones casi siempre vinculadas con las grandes obras a

realizarse… en el valle inferior y la zona atlántica. Sus anuncios en conferencias de

prensa siempre tienen que ver con estas obras.

29 de abril de 1961: “El martes de la corriente semana se trasladó, por vía aérea,
a Buenos Aires, el Gobernador de Río Negro, doctor Edgardo S. N. Castello `para
realizar gestiones ante el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo,
relacionadas con la promoción del desarrollo integral del Valle Inferior del Río
Negro (…) “ 68

17 de junio de 1961: “Con la firma del contrato concertado entre la provincia de


Río Negro y la empresa SOGREAH (…) se ha dado un paso concreto para el
67
“La Nueva Era”, 4 de febrero de 1961.
68
“La Nueva Era”, 29 de abril de 1961, p. 8.

71
cumplimiento de una de las más viejas y caras aspiraciones de San Antonio
Oeste: la que se refiere a la provisión de agua potable en forma que consulte sus
necesidades actuales y los justos reclamos de su vecindario. Sabido es que la
falta del precioso líquido, que es suministrado hoy, en forma precaria, tomándolo
del arroyo Valcheta, en vagones tanque, ha retardado el progreso de ese puerto
rionegrino llamado a ser, por su situación geográfica, uno de los centros
principales de Río Negro”. 69

19 de agosto de 1961: “El Gobernador de Río Negro, doctor Edgardo S. N.


Castello, permaneció doce horas en Punta del Este (Uruguay) donde con motivo
de la celebración de la Conferencia Interamericana Económica y Social, se
encuentran altas autoridades del Banco Interamericano de Desarrollo (…) las
gestiones realizadas en todos sus aspectos, han obtenido favorables resultados
(…) circunstancia que permite alentar las mejores esperanzas para la inmediata
puesta en marcha del Plan de desarrollo del Valle Inferior del río Negro (…). 70

25 de noviembre de 1961: “Viajó a EEUU el Gobernador de Río Negro, Dr.


Castello (…) El viaje del titular del Poder Ejecutivo tiene por objeto finiquitar, con
directivos del BID, las tratativas que hacen a la financiación de las actividades de
IDEVI, Instituto de Desarrollo del Valle Inferior, de reciente creación en la
provincia”. 71

Unos días antes, había brindado información, en conferencia de prensa, sobre su viaje :

“(…) se realizó en Viedma la conferencia de prensa convocada por el titular del


P. Ejecutivo, Dr. Edgardo S. N. Castello acerca de las gestiones cumplidas en la
ciudad de Grenoble (Francia), sede de la SOGREAH, firma de Ingenieros
Consultores, adjudicataria de los estudios relativos a la implantación de un puerto
en la bahía de San Antonio (…) Informó seguidamente sobre el proyecto de
provisión de agua potable a las localidades de General Conesa y San Antonio
Oeste (…) Por último, el Dr. Castello anticipó su viaje a Washington para ultimar

69
“La Nueva Era”, 17 de junio de 1961.
70
“La Nueva Era”, 19 de agosto de 1961, tapa.
71
“La Nueva Era”, 25 de noviembre de 1961., tapa.

72
con dirigentes del Banco Interamericano de Desarrollo los detalles referentes al
72
IDEVI..”

Poco después, presentaba el resultado del último viaje a Estados Unidos:

“En conferencia de prensa hablaron en Viedma el Gobernador Castello y un


técnico y consultor de las Naciones Unidas. (…) El Doctor Castello expresó que
de las conclusiones arribadas por el estudio preliminar realizado por Italconsult
para la promoción de las tierras del Valle de Viedma, se desprendió la necesidad
de ahondar la investigación (…) sobre el clima, suelo y su corrección, riego y
drenaje, etc. e hidráulicos, en cuanto se refiere al comportamiento del nivel del río
Negro. Agregó que en tal sentido había interesado al gobierno nacional acerca de
las posibilidades de obtener la asistencia técnica de las Naciones Unidas para la
realización de esos estudios complementarios. De resultas de tal iniciativa, fue
gestionada -dijo- de las Naciones Unidas la inversión “a fondo perdido” -es decir,
sin obligación de reintegro- de 722 mil dólares estadounidenses (…)” 73

Ya en 1962, habiendo caído tanto Frondizi como Castello (Guido era presidente),

durante la intervención federal, siguen las visitas de empresarios extranjeros, en este

caso relacionadas con la posibilidad de instalación de la planta de Soda Solvay en San

Antonio Oeste:

“Visitaron días atrás la ciudad de Viedma representantes de Pittsburg CIDASA


Productos Químicos S.A. (en formación) (…) quienes fueron recibidos por el
Comisionado Federal D. Francisco Muñoz, haciéndole la presentación formal de
una nota por la que la empresa de referencia solicita del gobierno de Río Negro
diversas disposiciones y medidas que hacen fundamentalmente a la radicación de
un complejo industrial de álcalis en San Antonio Oeste (…).” 74

72
“La Nueva Era”, 25 de noviembre de 1961.
73
“La Nueva Era”, 27 de enero de 1962, tapa.
74
“La “Nueva Era”, 1962 (¿fecha?)

73
Creemos que este relevamiento complementa y confirma, a través del material

periodístico, lo que dicen las cifras expuestas más arriba: la prioridad del “Plan Castello”

no fue, como diría en su discurso inaugural, “la verdadera integración social y económica

de la Provincia “ sino aprovechar la excepcional coincidencia de intereses entre su

gobierno, el de Frondizi y la política de los países centrales, en especial de EEUU, para

favorecer prioritariamente los intereses del sector que él representaba en forma directa:

los sectores dominantes del Valle Inferior y la zona atlántica.

La acción de gobierno comunicada por él mismo

Los discursos y publicaciones oficiales deberían ser la mejor desmentida a nuestra

hipótesis. Ellos dan cuenta de una serie de iniciativas que abarcan a localidades de las

distintas zonas de la provincia, como la provisión de agua, energía eléctrica, construcción

de escuelas, destacamentos policiales. En este sentido, sí se puede decir que su accionar

abarcó toda la provincia. Sin embargo, una lectura atenta termina confirmando que las

grandes obras fueron para el valle inferior y la zona atlántica, y que, más allá de las

frases, en la práctica no se llevó adelante ningún plan de integración provincial, ni siquiera

en el particular sentido que los desarrollistas daban al término “integración”.

Ya el discurso inaugural de 1958, que reproducimos más arriba, plantea con claridad que

el plan de desarrollo provincial pasaba centralmente por las obras de riego en el Valle

Inferior del Río Negro y sobre el Colorado (se avanzó sólo con las primeras), la puesta en

marcha de la mina de Sierra Grande, el nuevo puerto de San Antonio, y la puesta el

marcha de la represa de El Chocón. Y vimos más arriba que el presupuesto del “Plan de

trabajos públicos” de 1961 publicado por el propio gobierno 75, era para Viedma

cualitativamente superior al de cualquier otra localidad. Los discursos que Castello fue

75
Provincia de Río Negro, “Tres años de gobierno”, Viedma, Tomo I, 1961.

74
pronunciando año a año en la legislatura no hacen más que confirmar que las prioridades

más generales se mantuvieron con firmeza en el Valle Inferior y la zona atlántica, mientras

que al resto de la provincia le correspondieron obras cualitativamente menores. Hay una

sola excepción: en su discurso del año 1959 Castello anuncia la posibilidad de tomar un

empréstito por 750 millones de pesos (el equivalente a un presupuesto anual de la

provincia en la época) con destinos más variados. Dice Castello:

“El carácter de la índole de la propuesta, cuyo estudio está próximo a finalizar,


tendría como aplicación auspiciosa una serie de iniciativas, que siendo propias
del concepto que técnicamente se incluye en los términos de desarrollo
económico, traen consigo la posibilidad de ser retributivas y autofinanciables en
su casi totalidad.
Los capítulos fundamentales serían los siguientes:
1º Creación del Banco de la Provincia de Río Negro (…)
2º Cumplimiento de un plan de colonización para incrementar la riqueza
productiva y arraigar nuevos grupos de población (…)
3º Colaborar (…) a la solución del problema de la vivienda.
4º Establecer las bases de colaboración del Estado y actividad privada para la
construcción de frigoríficos regionales (…)
5º Encarar una política energética precautoria hasta que lleguen las grandes
realizaciones (…) con el objeto de radicar industrias básicas o de transformación
de materias primas.
6º Incluir las obras de defensa contra los aluviones en General Roca (…)”

Era, (o podría haber sido) otro plan, porque incluía fondos para el Alto Valle (frigoríficos

para la fruta, defensa contra aluviones), una política de viviendas que no aparece en

ninguna otra documentación más que en el rubro de construcción de viviendas para

funcionarios, una política energética que permitiera, por ejemplo, bajo el concepto de

“transformación de materias primas”, instalar industrias como lavaderos de lana en la

línea sur, textiles, curtiembres…, un plan de colonización que podría haber incluido,

75
además del Valle Inferior, el Valle Medio y la zona de Río Colorado. Estamos imaginando,

nada de esto ocurrió efectivamente. Porque…

Un año después, dice Castello:

“El Poder Ejecutivo había recibido propuestas financieras, que en plazos


medianos y en aceptables condiciones de amortización e intereses crearían las
condiciones necesarias para acometer o impulsar, según los casos, ciertas obras
de gran envergadura capaces de incrementar la riqueza general (…) Entre las
cláusulas previsibles de la mencionada operación, se encontraba una “fórmula de
garantía” tendiente a salvaguardarla respecto de las oscilaciones en el valor
monetario. Otorgar responsablemente dicha “cláusula de garantía” excedía de la
esfera provincial y era propio del sistema bancario nacional, según las
disposiciones conocidas. Por entonces se iniciaban las primeras tratativas del
Gobierno Nacional destinadas a estabilizar el poder adquisitivo del signo
monetario, y equilibrar, al mismo tiempo, la balanza de pagos del país. En tales
circunstancias, y estando en plena gestión una nueva política económica, solicitar
al Poder Ejecutivo Nacional el otorgamiento de garantías complementarias
hubiera dificultado una solución satisfactoria. Éramos conscientes que
postergando la iniciativa por un tiempo prudencial se facilitarían las
posibilidades de la provincia.” 76

El gobierno provincial decidía así postergar “por un tiempo prudencial” la toma de un

crédito con múltiples destinos, pero, sólo un año y medio después, el 4 de agosto de

1961, hizo aprobar la ley que da origen al IDEVI para poder tomar un crédito no de 750

sino de más de 602 millones 77, comprometiendo en su totalidad finanzas provinciales y no

nacionales, con destino único: la colonización del Valle Inferior, zona de influencia del

propio Castello y de los sectores que representaba.

76
Provincia de Río Negro, Secretaría General de la Gobernación. “Mensaje del señor Gobernador Dr. Edgardo S.N. Castello
leído en la legislatura provincial el 1º de mayo de 1960”.
77
Dato extraído de la carta de presentación del gobernador Castello a la legislatura proponiendo la aprobación de la ley
que daba origen al IDEVI. Nota Nº 46 “SG”, Gobernación de la Provincia de Río Negro, 31 de julio de 1961, folio 2.

76
¿Qué ocurrió con el IDEVI?

Lo que ocurrió en años posteriores con el proyecto de colonización IDEVI no entra

dentro del período que nos propusimos investigar, ni de ello puede responsabilizarse a

quienes elaboraron dicho proyecto. Un análisis en profundidad del desarrollo de dicha

colonización hasta el presente es una deuda que los investigadores, en algún momento,

deberemos saldar. Sin embargo, el análisis de algunos materiales nos puede permitir

acercarnos a algunas cuestiones que, creemos, tienden a confirmar nuestra hipótesis.

Un folleto propagandístico de IDEVI, escrito en castellano y en inglés, titulado “Valle de

Viedma: para producir”, explica a quienes desconocen el tema:

“En este valle a orillas del Río Negro, se ha ejecutado el primer tramo de un
ambicioso programa: la transformación del Desierto Patagónico en un Valle
productivo. Este programa, el Puerto de San Antonio Este, el desarrollo turístico
del litoral Atlántico y la actividad estatal en Viedma constituyen las bases del
desarrollo de la región del Este rionegrino.” 78

Y, en letras destacadas, advierte:

“El Proyecto del Este Rionegrino es sinónimo de integración provincial y


desarrollo económico y social” 79

Estas pocas frases, escritas para un público que desconoce la región y su historia,

creemos que terminan de sincerar varias cuestiones. En primer lugar, la decantación del

paso del tiempo sinceró que no había ningún proyecto de integración provincial, sino, en

todo caso, un proyecto de desarrollo del Este rionegrino que, precisamente, no es

78
Recordemos que, a partir de 1966, comenzó a hablarse, en esferas gubernamentales, del “Complejo del Este”, incluyendo
en tal demoninación a los departamentos de Adolfo Alsina, San Antonio y Conesa.
79
Instituto de Desarrollo del Valle Inferior. Comunicación e imagen. “Valle de Viedma: para producir”, sin fecha de edición.
Impreso en Sapenza impresiones, Bahía Blanca.

77
sinónimo de integración provincial, aunque el folleto pretenda lo contrario para

mantener el discurso que históricamente se quiso imponer. En segundo lugar, que el

proyecto del Este rionegrino, es decir, el proyecto de los sectores dominantes del Valle

Inferior y la zona atlántica, era de múltiple implantación: desarrollo turístico en el litoral (El

Cóndor, Las Grutas), contratos con el Estado provincial, producción agrícola en IDEVI (o

especulación inmobiliaria, como veremos después). La misma matriz de acumulación que

tenía, 100 años antes, Nazario Contín: era proveedor del Estado (en este entonces del

Territorio Nacional), propietario de tierras ganaderas, socio de un banco, de una empresa

de transportes, y otras múltiples actividades.

Esta idea del “proyecto del Este rionegrino” se reitera en otra documentación del IDEVI,

del año 1969. Acompañando una nota del presidente del IDEVI, Julio Lopez Mañan, al

Secretario de Desarrollo Roberto Massacane, fechada el 22 de diciembre de 1969, la

documentación titulada “Marcos de referencia para la determinación de los objetivos,

políticas y estrategias del proceso de desarrollo del Valle Inferior del Río Negro”, en

su apartado “Marco provincial de Río Negro”, dice:

“Este programa [IDEVI] está relacionado con el objetivo provincial de movilizar


los recursos naturales del litoral marítimo de Río Negro creando un polo de
desarrollo en el este de la provincia, mediante la realización de las obras de
infraestructura que el mismo requiere (…)” 80

Apenas siete años después de dejar el gobierno el Dr. Castello, y en los primeros de

efectiva implementación del proyecto de colonización, éste ya se definía como parte del

objetivo provincial de crear un “polo de desarrollo en el este de la provincia”. Como ya

80
Programa de Desarrollo del Valle Inferior del Río Negro. “Marcos de referencia para la determinación de los objetivos,
políticas y estrategias del proceso de desarrollo del Valle Inferior del Río Negro”. Documentación que acompaña nota del 22
de diciembre de 1969 del presidente del IDEVI al Señor Secretario de Desarrollo Roberto Massacane. Destacados en el
original.

78
vimos extensamente, el objetivo provincial explícito que motivó su creación no fue ese,

sino el de “la verdadera integración social y económica de la provincia” (Castello, 1958).

El diario “Río Negro” ya decía sobre IDEVI el 22 de julio de 1969:

“(…) el pueblo de la provincia de Río Negro necesita saber cómo se han


invertido los fondos destinados al IDEVI, a cuánto ascienden por todo concepto y
cuál es la obra efectiva realizada en cumplimiento de los fines de la ley. Este
informe debe proporcionarlo el gobierno de la provincia, sin eufemismos de
ninguna naturaleza y con la mayor urgencia posible. 81”

Si por una parte algunos documentos de IDEVI sinceran cuál era el verdadero “plan

Castello” más allá de los discursos, otros nos dicen de que los objetivos productivos y de

colonización estaban muy lejos de haberse cumplido. Luego a reivindicar el proyecto

IDEVI como un proyecto integral, un trabajo del Ingeniero Carlos Larregy, del año 1976,

dice:

“En una primera aproximación sobre la producción total y actual del proyecto y
su relación con lo previsto se observa que existen (…) menor incorporación de
colonos que los previstos, menos superficie cultivada que la prevista y menores
rendimientos en esa superficie cultivada, con lo cual se observa que los niveles
de producción actuales están por debajo de lo previsto”

¿Por qué ocurrió esto? Larregy no nos puede responder a esta pregunta:

“En cierta medida, obtener conclusiones sobre los factores que expliquen las
diferencias entre los resultados previstos y reales, era un tema de principal interés
en este trabajo. En ese sentido los resultados son deficitarios dada la falta de

81
“Río Negro. Diario de 85 años”. General Roca, Editorial Río Negro, 1997, p.115

79
información existente en el Proyecto por ausencia de adecuadas previsiones para
su evaluación” 82

Es decir, no es posible entender por qué no se han cumplido los objetivos del proyecto

porque en el propio IDEVI no hay información que permita evaluar su desarrollo.

Otros trabajos posteriores profundizan en la descripción de lo que allí ocurre. El

Licenciado Ricardo J. J. Massera, en octubre de 1983, dice:

“El proyecto tiene ya un importante número de adjudicatarios que no viven en su


parcela y cuentan con medieros, encargados, habilitados. Otros tienen
administradores (al estilo del mayordomo de la Pampa húmeda) que contratan a
su vez puesteros (también en ese estilo). (…) Existe un avance de la compra-
venta tipo inmobiliaria de chacras que resulta elocuente dado el carácter de los
colonos que venden. (…) Hay un segmento de dirigentes permanentes que se
superponen en las comisiones de las diversas entidades de la colonia (…) El
proyecto está también distorsionado, por cuanto resulta incompatible ser agente
de IDEVI y ser propietario explícito o implícito o administrador de una o varias
parcelas. En el caso de que el agente sea funcionario de nivel ejecutivo esto se
transforma en una inmoralidad. Máxime en un organismo que en relación al
Proyecto forma Sistema (sic), ejerciéndose dentro de éste adjudicaciones,
otorgamiento de créditos de diverso tipo, controles varios y hasta policía de
aguas.” 83

Reiteramos que es necesaria una investigación específica respecto de este tema, pero

las referencias a funcionarios del Estado propietarios o administradores de tierras, a

especulación inmobiliaria, a propietarios ausentistas, se parecen tanto a los

comportamientos especulativos que describe Jorge Sábato en la clase dominante

82
Ing. Agr. Larregy Carlos. “Primera Evaluación de marcha de la colonización del Valle Inferior del río Negro”. IDEVI,
Viedma, 1976.
83
Lic. Massera, Ricardo J. J.: “Contribución a una descripción valorativa del estadio actual del proyecto IDEVI”. Policopiado,
Viedma, Octubre 1983.

80
argentina y que transcribimos al inicio de este trabajo como para dejarlos pasar sin

mencionarlos. ¡Qué lejos está esta descripción del discurso del gobierno de Castello!

Refiriéndose a los inicios de su gobierno, decía una publicación oficial en 1961:

“La perspectiva [al iniciar la gestión] era dilatada y promisoria. No podía sino
inspirar grandes ideas, en las que lo bello se ensamblaba a lo útil. Haciendo de
fondo al miraje, se vislumbraba un constante hacer de masas humanas,
laboriosas en clima de esperanzas; de fábricas irguiéndose en sus estructuras
airosas; de anchas rutas pavimentadas y vías férreas, cruzando llanuras. En un
ritmo creador, el canto al trabajo había de ser entonado por los 200 mil
rionegrinos; y vendrían otros brazos a sumarse, de todas las latitudes de la tierra,
para contribuir a forjar el bienestar común (…).” 84

La historia del plan Castello escrita desde Viedma

En el libro “Historia del Valle Inferior de Río Negro” 85, escrito por autores locales,

Edgardo Cardone dice, refiriéndose a las disputas entre Roca y Viedma por la capitalidad

en la Convención Constituyente de 1957:

“(…) el trámite en la Constituyente había sido agitado. (…) Obviamente el tema


central para los vecinos de Viedma fue el tratamiento de la definitiva Capital de la
naciente Provincia. Viedma venía siéndolo desde la época de la Gobernación de
la Patagonia y luego del Territorio Rionegrino, y en 1957 el pueblo viedmense
debió nuevamente ponerse de pie para mantener su secular derecho a la
capitalidad. Se forma una comisión, se organizan mítines públicos, se volantea la
ciudad, el comercio adhiere, se extreman las medidas de seguridad; naturalmente
el pueblo puso el marco, pero los que decidieron la cuestión fueron los
Constituyentes. De entre todos ellos, se destacó la figura del Radical
84
Provincia de Río negro. “Tres años de gobierno”, Tomo I, Viedma, 1961.
85
Rey, Héctor; Quiroga, Jorge O. ; Entraigas, Beatriz Moldes de; Peronja, Antonia, Suarez, Graciela N.; Bustos, Jorge A.;
Cardone, Edgardo. “Historia del Valle Inferior de Río negro. El nuevo distrito federal”. Buenos Aires, Plus Ultra, 1987.

81
Intransigente y Jefe del Bloque de la UCRI, el Dr. José María Guido. Guido
magistralmente comenzó a conseguir compromisos concretos de apoyo al
momento de la votación, los convencionales que se negaron fueron obligados a
renunciar, y suplidos por quienes ya habían adquirido el compromiso del voto
favorable. Un año más tarde, por esta causa, se divide la UCRI, y se llega a las
elecciones del 58 con la UCRI, que le dio el triunfo a Castello y la UCRI -Lista
Verde- acaudillada por el Dr. Justo Epifanio de Gral. Roca. La idea del tratamiento
del traslado de la Capital Provincial, de acuerdo con el testimonio del Dr. Enrique
Viglione, había tenido su origen en el bloque de la UCR del Pueblo, cuyo
epicentro estaba radicado en el Alto Valle. Allí se concentraba - y se concentra- el
mayor poder económico y la mayor densidad de la población; a ello se le quería
sumar el poder político. A esto se opusieron los dirigentes de la UCRI de Viedma.
Se quería negociar (en caso de ser aprobada la localización de Viedma como
Capital) la candidatura futura a gobernador. Como ya dijimos, se rompió la UCRI,
los dirigentes de Viedma consolidaron la Capital en Viedma, y llevaron como
candidato a ocupar el cargo de Gobernador al Dr. Edgardo Castello, un hijo
mimado y distinguido de la sociedad viedmense.” 86

Este párrafo permite aclarar varias cuestiones. En primer lugar, que el acceso al

gobierno del Dr. Castello estuvo precedido por momentos de extrema tensión para los

intereses del Valle Inferior, en los que Viedma estuvo a punto de perder la capitalidad de

la nueva provincia. Guido llegó a ofrecerles la futura candidatura a gobernador a sus

correligionarios de la UCRI de Roca a cambio de que apoyen la capitalidad de Viedma. Al

no aceptar éstos el ofrecimiento, los forzó a renunciar como Constituyentes. Provocó así

una ruptura en la misma UCRI, cuando ambos sectores antepusieron sus intereses

locales a la propia unidad del partido. Castello -“hijo mimado y distinguido de la sociedad

viedmense”- terminaría siendo el candidato y ganando la gobernación, debido a esta

ruptura, por estrecho margen (16.985 votos contra 13.383 de la UCRP y 5.785 de la Lista

Verde, ruptura de la UCRI).


86
Cardone, Edgardo. “Viedma y el Valle Inferior desde 1955”, en: Rey, Héctor; Quiroga, Jorge O.; Entraigas, Beatriz Moldes
de; Peronja, Antonia, Suarez, Graciela N.; Bustos, Jorge A. y Cardone, Edgardo. “Historia del Valle Inferior de Río negro. El
nuevo distrito federal”. Buenos Aires, Plus Ultra, 1987, p. 227-228.

82
Sigue relatando Cardone:

“Acertadamente, luego de que la pasión, el localismo y la rivalidad entre los


ciudades hermanas de Río Negro, como son Viedma y general Roca, habían
llegado al “rojo vivo”, Castello levanta las banderas de la Integración Provincial, y
gobierna para todos los rionegrinos. Hoy, a más de 20 años, sus cuatro años de
gobierno son tomados como ejemplo de organización, integración y progreso, por
la mayoría de los dirigentes políticos de cualquier signo, incluso los de la
izquierda.” 87

Aquí se nos aclara por qué Castello pone tanto el acento en la “integración provincial”.

Hacerlo era una imperiosa necesidad política para recomponer relaciones con General

Roca, lo que fue acompañado por el respaldo provincial y las gestiones ante el gobierno

de Frondizi para que se concretara rápidamente el asfalto de la ruta nacional 22, para

entonces una necesidad urgente de los productores frutícolas, dada la crisis del transporte

ferroviario por el aumento de la producción y el envejecimiento del material rodante.

Pero la “integración”, según el propio Cardone, tenía un eje claro: las obras del

“Complejo del Este:

“Humble en la Intendencia de Viedma, Castello en la Gobernación, Guido


Senador Nacional y Frondizi Presidente conformaron una coincidencia nada
común. (…) El llamado “Proyecto Castello” se caracterizó por tener dos ejes
centrales: uno político y otro económico. El primero fue la necesidad de plantear
políticas adecuadas e imaginativas frente a las heridas de la Constituyente y la
rivalidad entre el Alto Valle (y su centro en la ciudad de General Roca) con el
Valle Inferior (ciudad de Viedma). Un San Carlos de Bariloche distante; una Línea
Sur aislada y despoblada; Río Colorado con gran influencia de Bahía Blanca. La
provincia mostraba un cuadro difícil de unir. Una manera de hacerlo era llevar a
cabo una rigurosa política de desarrollo económico para balancear y sostener el

87
Op. Cit., p. 228.

83
equilibrio demográfico, político y económico de la Provincia. Eso se planteó
Castello, y para resolverlo lleva adelante las obras del denominado “Complejo del
Este”, todas en el área de influencia de San Antonio Oeste. Puerto, agua,
explotación del hierro con su siderurgia integrada, soda solvay, viabilizaban un
camino cierto de integración y equilibrio económico y político en la Provincia. (…)
[Guido], desde su alta responsabilidad de Presidente de la Nación, nunca olvidó
su patria chica y desde allí siguió potenciando las obras del Proyecto Castello,
para beneficio de la Provincia en general y de Viedma en particular. Por ejemplo,
la construcción del Colegio Nacional, las obras del Aeropuerto, el Instituto de
Desarrollo del Valle Inferior, de la Usina de Viedma y el frigorífico, con el lavadero
de lanas. Así la ciudad se fue transformando rápidamente. (…) el balneario El
Cóndor, distante 30 km de Viedma sobre las playas del Atlántico, se consolida
88
paulatinamente.”

Más claro imposible: la “integración y el equilibrio económico y político de la provincia”

se resolvían esencialmente con las obras del “Complejo del Este”. Aunque no lo explicite,

es claro que el “equilibrio” es entre Viedma y Roca, desarrollando la primera para

“equilibrar” el peso de la segunda. ¿Y la “integración”? ¿Entenderá el autor por

“integración” el acuerdo entre Viedma y Roca para desarrollar este plan en el Este

mientras desde el gobierno nacional se adoptaban medidas favorables a los intereses

frutícolas del Alto Valle?

88
Op. Cit. pp. 230 y 232.

84
TERCERA PARTE: RESUMEN Y CONCLUSIONES

Entendemos que nuestra hipótesis ha quedado ampliamente demostrada en el curso de

esta investigación.

Nuestras conclusiones están en línea con las que formuló, en un trabajo publicado en

1980, la investigadora Mabel Manzanal para el caso estudiado:

“… ni las desigualdades, ni la necesidad por el desarrollo o por el funcionamiento


del sistema de una planificación regional constituyeron el centro de la cuestión
que condujo al programa. Fueron sectores vinculados a la provincia los que
instrumentaron el programa de inversiones centrado en el área porque allí tenían
radicados sus intereses económicos y en esa coyuntura contaban a priori para su
programa con el aval del gobierno nacional -que estaba interesado en ciertos
recursos del área para la consecución de la política económica nacional- y con el
apoyo de otros sectores con intereses de orden internacional y nacional -que
obtenían ventajas económicas directas e indirectas con la realización de ciertas
obras y su participación en otras” 89.

Podemos concluir, en síntesis:

- El llamado “Plan Castello” fue en realidad un plan de obras públicas centrado en

beneficiar al Valle Inferior y la zona atlántica para intentar “equilibrar” su desarrollo

con relación al del Alto Valle, aunque haya sido presentado como un proyecto de

integración provincial. A través del mismo, los sectores dominantes de esta zona, los

más antiguos de la provincia (y de los que Castello formaba parte indisociable),

lograron, indirectamente -en general gracias a la realización de obras de

89
Manzanal, Mabel. “Lo aparente y lo real en la estrategia de desarrollo económico de la provincia de Río Negro: 1958-
1964”, Documento de Trabajo 6, Buenos Aires, CEUR, 1980, p. .

85
infraestructura que pusieron en valor las tierras de su zona de influencia- dar un

impulso importante a sus negocios.

- Pudo ser llevado adelante gracias a la particular coincidencia de intereses entre la

política de los países centrales, particularmente Estados Unidos, centrada en

realizar inversiones en América Latina para evitar la extensión a otros países de la

revolución cubana, la del gobierno nacional de Frondizi, cuya propuesta desarrollista

abría el país a la inversión extranjera (en un contexto de inversiones de las

empresas multinacionales en países del tercer mundo), y, a su vez, estaba

interesado en desarrollar iniciativas como la mina de Sierra Grande y la represa de

El Chocón, en la región patagónica.

- Fue muy importante, para su avance, la estrecha relación que mantenía el

gobernador Castello con el vicepresidente José María Guido, con el que era socio

comercial y político, y de ambos con el presidente Frondizi.

- El “plan” no tuvo oposición de los sectores dominantes en otras zonas de Río Negro,

particularmente de los del Alto Valle, quienes se beneficiaron en forma directa por la

política del gobierno nacional (asfalto en la ruta 22, medidas promocionales para la

tecnificación de la actividad y otras), lo que también explica que haya avanzado sin

contratiempos.

- La matriz de comportamiento de los sectores dominantes del Valle Inferior fue

esencialmente especulativa, sirviéndose de la obra pública para valorizar sus

propias tierras y diversificar sus oportunidades comerciales. En este sentido, existe

coincidencia de conductas (en la modesta escala local) con la hipótesis formulada

para los sectores dominantes a nivel nacional por Jorge Sábato en su libro “La clase

dominante en la Argentina moderna. Formación y características”.

86
La integración del territorio provincial, la puesta en valor de sus recursos, la

industrialización de sus materias primas, la mejora del nivel de vida de sus pobladores

excluidos siguen siendo, mientras tanto, objetivos tan urgentes como entonces.

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