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Ana Tijoux: “La lucha feminista en Argentina es fuente de inspiración para toda

América Latina”
La cantante y compositora chilena estuvo presente este 8 de agosto en las calles de Buenos
Aires, para acompañar la lucha en favor del derecho al aborto junto a más de un millón de
personas, que se congregaron en los alrededores del Congreso. Luego de convidar sus
canciones en el escenario Dora Coledesky, dialogamos con ella acerca de esta jornada
histórica protagonizada por el movimiento de mujeres.
Por Antonella Álvarez y Hernán Ouviña
¿Por qué te parece importante estar acá participando en este día con tanta gente en
las calles?
Porque este es un proceso que, si bien se está generando en Argentina, es una antesala para
el resto de América Latina. Estamos todos y todas muy pendientes de lo que está pasando
acá, y definitivamente es un empuje para nosotros en el resto de los otros países. Es
innegable la fuerza que ha tenido Argentina como fuente de inspiración. Es difícil articular
con palabras…es pura emoción. Quizás hay que quitarle un poco la academia y la palubria.
Es un tema de emocionalidades. Ese es el contexto: la emoción nos hace estar acá.
¿Cuál es la situación actual en Chile de la lucha en favor del derecho al aborto?
Esta complicado porque también el Estado y la Iglesia son muy fuertes. Por eso las compas
están muy atentas de lo que está pasando acá. Hoy en día ha habido marchas
multitudinarias. Hay una nueva generación de recambio, que viene sin miedo, y eso está
muy interesante. Son muy jóvenes, muy politizadas y no tienen miedo de decirlo.
Verbalizan de otra manera políticamente. Yo tengo 41 años y veo cabras de 13 que vienen
con otro discurso, y creo que eso ya es una fuerza política que viene distinta, que viene
articulándose y armándose. A una le hace preguntarse: “¡porque no nací ahora!”.
¿Por qué la cultura y el arte resultan fundamentales en América Latina para
acompañar e incluso impulsar este tipo de luchas?
Porque la cultura y el arte somos acompañantes históricos. Siempre hemos sido
acompañantes de procesos políticos y sociales. Creo que ese ha sido el rol del arte en
general, no del arte publicitario por supuesto. Digo nosotros porque somos muchos, y de
distintas plataformas. Finalmente, en este proceso de acompañamiento, testimonial y con
distintas perspectivas, vamos a la par de los procesos, contando de forma natural lo que va
pasando.
¿Qué es el feminismo para vos y cómo te atraviesa?
Les voy ser muy honesta: no puedo pensar en un feminismo sin un anticapitalismo y sin
una lucha de clases. Son luchas muy cruzadas. Tiene que ver con libertad, buen vivir y
emancipación. Tiro palabras al aire, pero para mí son luchas entrecruzadas, luchas de
liberación de un cuerpo político que ha sido vejado y colonizado por tantos siglos. Por eso
sería a la vez una descolonización.
En Chile, Brasil y Argentina nos gobierna la derecha, y en América Latina también se
vive una derechización muy grande. ¿Crees que el feminismo puede ser una punta de
lanza frente a este contexto?
Totalmente. Creo que es una punta de lanza y una ventana a la apertura de muchos
cuestionamientos que están ahí, metidos en el inconsciente social. Si bien hay una derecha
muy fuerte, es una antesala de muchas cosas que se van a abrir y expandir. Estamos en un
supercapitalismo, algo superior, donde la velocidad del mercado está muy violenta, pero
también la respuesta está siendo veloz y eso está interesante. Hay una contra repuesta y una
polarización política muy fuerte, que no está en los parlamentos, sino que se siente y está en
las calles.
¿Cómo te sentiste aquí en las calles de Argentina? ¿Cómo viviste este encuentro con
miles de mujeres, sobre todo jóvenes, poniendo el cuerpo?
Muy bonito. Es muy difícil articular palabras sin que sea desde la emoción. La emoción es
política, el cuerpo es político. Mi cuerpo se sintió como en un orgasmo infernal y hermoso.
Es una cosa muy sublime lo que está pasando. Cuando me dijeron que estaba la actividad,
me embalé y me vine. Me parecía importante venir, más allá de cantar o, aunque no hubiera
cantado, venir a oler y “cachar”, como decimos en Chile, de respirar un poco la lucha que
se está viviendo acá.

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