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DE MÉXICO
FACULTAD DE CIENCIAS
T E S I S
P R E S E N T A:
DIRECTOR DE TESIS:
DR. ÁNGEL MORENO FUENTES
2013
Hoja de datos del jurado
1.- Datos del alumno
Apellido paterno: Bautista
Apellido materno: González
Nombres: Joshua Anthuan
Teléfono: 5525323129
Universidad Nacional Autónoma de México
Facultad de Ciencias
Biología
Número de cuenta: 304258329
A familiares y amigos
Mamá, Papá: muchas gracias por todo, gracias a ustedes vivo, gracias a ustedes pude estudiar,
gracias a ustedes soy quien soy; disculpen pero nunca tendré las palabras para decirles cuan
agradecido estoy con ustedes y cuanto los amo.
Manolo, Jamy: carnalitos gracias por su apoyo, gracias por compartir su infancia conmigo, tantos
momentos inolvidables, los quiero mucho.
Tío Lalo, tía Blanca, les agradezco su valioso apoyo económico y moral.
A todas mis tías, es especial a mi tía Blanca, a mi tía Jazmín, a mi tía Lucha y a mi tío Lalo: gracias
por alentarme a continuar mis estudios, gracias por ofrecerme siempre su apoyo incondicional.
Agradezco infinitamente a todas las personas que me brindaron su apoyo en los sitios de estudio.
En particular a las familias que, sin conocerme, me abrieron las puertas de su casa, me alimentaron,
me dejaron pasar la noche bajo su techo. A ustedes, que sin esperar nada a cambio y dejando a un
lado sus actividades, me hacían el favor de guiarme en sus bosques, me compartían sus saberes y
despejaban mis dudas. De todo corazón muchas gracias por su valioso tiempo, por su cariño y por
sonreír cuando me veían llegar. Nunca olvidaré como me hicieron sentir parte de su familia.
A Don Bartolo Pérez y toda su familia, así como a Pedro Gómez su hermana Juana y su esposo
Feliciano hocolawal.
Agradezco a toda la bandita que me ayudo durante este trabajo. Ari, Viri, Lalo, gracias por todo su
apoyo, sobre todo gracias por acompañarme a las salidas de campo, sin ustedes las salidas no
hubieran sido tan divertidas y me hubiera desvelado mucho describiendo yo solo los hongos.
Gracias por ayudarme en las recolectas y en las entrevistitas.
Ariaana, gracias por todo tu apoyo, tu cariño, tu tiempo, tus comentarios, tu ayuda en el trabajo de
campo y en el trabajo de gabinete.
Amaranta, gracias por dejar anexarme en los recorridos etnomicológicos que organizabas en San
Isidro Buensuceso, gracias por ayudarme con las entrevistas, con la descripción de los ejemplares y
con el análisis comparativo.
A Rodrigo, Marlene y Juan Carlos, carnalitos académicos, gracias por sus observaciones en este
trabajo y por haber compartido esas enseñanzas en los seminarios.
A los sabios y maestros
Agradezco de todo corazón a los custodios del conocimiento médico tradicional, que
desinteresadamente compartieron parte de su valioso conocimiento conmigo. Gracias a ustedes se
mantienen vivas muchas tradiciones y gracias a ustedes se pudo elaborar esta tesis.
A Doña Francisca y su hermana Dolores, a Doña Cándida Manzano y a Don Salomón de San
Isidro Buensuceso.
Durante toda mi trayectoria escolar tuve el agrado de conocer a profesores muy buenos, los cuales
me transmitieron conocimientos y experiencias muy valiosas; me incitaron a razonar, a reflexionar,
me han brindado las herramientas para desarrollar conocimientos, han despertado mi interés en
diversos temas, me han formado. Los admiro, los respeto y los quiero mucho. Por ello, les
agradezco, en el orden en que aparecieron en mi vida, todas sus enseñanzas.
Maestro Efraín Morales, usted marco mi vida como estudiante, despertó por primera vez mi interés
y gusto por el estudio, en particular por la fascinante historia de México y motivar mi desarrollo
académico en una etapa clave en mi vida.
Felipe, junto con Ángel, me abriste las puertas al este maravilloso mundo de la etnomicología.
Contigo nació este proyecto, lo viste desarrollarse, me ayudaste con el diseño de las entrevistas, con
la literatura y hasta en la revisión, me poyaste en todo lo que pudiste. Gracias por tu hospitalidad, te
agradezco el haberme llevado a Chiapas y enseñarme tantas cosas, pero sobre todo te agradezco por
haber sido el profe que se convirtió en mi amigo.
Ángel, gracias por todo, por haberme aceptado como tu alumno, por transmitirme esa pasión por la
etnobiología, por tus recomendaciones, por el apoyo económico, por haberme llevado a Chimalapa,
por todos los buenos momentos dentro y fuera de clases. Ha sido todo un honor tenerte como mi
papá académico.
Adriana, gracias por haberme abierto las puertas en San Isidro Buensuceso, gracias por la literatura,
por seguir todo el desarrollo de mi tesis, por tus valiosas observaciones y recomendaciones, gracias
por presentarme con Doña Francisca, gracias por todas tus enseñanzas en campo y en clases.
Se agradece a los profesores del Taller de Etnobiología: la Dra. Graciela Gómez, el Mtro. Juan
Manuel y el Dr. Raúl Valadez, por sus enseñanzas en esta disciplina y por todas sus observaciones y
recomendaciones, las cuales fueron determinantes en el diseño de la tesis.
Roberto, gracias por facilitarme literatura, por tus recomendaciones en planteamiento de esta tesis y
por todas tus enseñanzas sobre etnomicología.
Lilia, gracias por tu infinita paciencia al momento de enseñarme, gracias por ayudarme con la
determinación taxonómica de los ejemplares, no sé qué hubiera hecho sin ti. Gracias por la
literatura y por dejarme hacer gran parte de mi tesis en tu lugar de trabajo, donde me la pasé muy
bien. Gracias por acompañarme a campo y por las valiosas observaciones de la tesis.
Maestro Carlos Zolla, gracias por todas sus atenciones, por todas sus enseñanzas, por haberme
ayudado a construir el formulario de entrevista, por facilitarme literatura, por darme tantos consejos
para desarrollar la investigación con los médicos tradicionales y por brindarme las bases para
comenzar a entender como es la medicina tradicional mexicana.
Maestra Abigail, agradezco mucho todo su apoyo, el haberme facilitado literatura, su guía en
durante todo el proceso de la tesis, desde el diseño de la entrevista hasta las revisiones del escrito.
Le agradezco el haberme dado un espacio para redactar la tesis y el apoyo económico. Le agradezco
a la vida el haberme permitido conocerla, usted es un ejemplo a seguir.
Maestro Santiago, le agradezco todo su apoyo, en especial le agradezco haberme ayudado a resolver
tantas dudas surgidas en el análisis de los resultados. Me la pase muy bien en compañía de usted, y
de la Maestra Abigail, les agradezco todos esos buenos momentos, las comidas y el trato que me
brindaron. Mi estancia en el Herbario fue una experiencia muy rica en múltiples aspectos, aprendí
mucho.
Agradezco a la Dra. María de los Ángeles Campos Herrera y a su equipo de trabajo, por ayudarme
con la determinación de los líquenes, tarea sumamente complica. Gracias a usted ya no tengo
pesadillas con los líquenes.
Finalmente agradezco a la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, al Instituto Mexicano del
Seguro Social y por supuesto, a la Universidad Nacional Autónoma de México, ya que dentro de
sus instalaciones se produjo esta tesis.
Contenido
Índice de cuadros….………………………………………………………………………....... iv
Índice de figuras………………………………………………………………………………. v
Índice de anexos………………………………………………………………………………. v
Resumen………………………………………………………………………………………. vi
I.-Introducción
5.- La Etnobiología………………………………………………………………………. 5
6.- La Etnomicología………………………………………………………………….…. 6
II.- Antecedentes…………..………………………………………………………………… 16
III.- Justificación……………..……………………………………………………………… 18
IV.- Preguntas de investigación……………………………………………………………… 19
V.- Hipótesis………………………………………………………………………………… 19
VI.- Objetivos………………………………..……………………………………………… 19
i
VII.- Método
1.- Observación indirecta……………………………………………………………….... 20
1.1.-Consulta a investigadores…………………………………………………………. 20
1.2.- Investigación bibliográfica……………………………………………………….. 20
1.2.1- Sistematización de la información…………………………………………..
20
2.- Selección de los sitios de estudio…………………………………………………….... 21
IX.- Resultados
ii
X.- Discusión
5.- Sobre los principios activos de las especies reportadas como medicinales………........... 81
XI.- Conclusiones………………………………………………………………...………….. 83
iii
Índice de cuadros
Cuadro 9. Hongos reportados como medicinales en San Isidro Buensuceso que no pudieron
ser recolectados……………………………………………………………………………… 44
Cuadro 12. Hongos reportados como medicinales en Amatenango del Valle que no pudieron
ser recolectados……………………………………………………………………………… 48
Cuadro 13. Especies consideradas comestibles y medicinales en Tenejapa…………………… 50
Cuadro 14. Hongos reportados como medicinales en Tenejapa que no pudieron ser
recolectados…………………………………………………………………………………. 50
Cuadro 15. Especies medicinales cuyo conocimiento no es tradicional en Tenejapa…………. 51
Cuadro 16. Hongos considerados comestibles en La Cañada………………………………... 54
Cuadro 17. Hongos reportados como medicinales en La Cañada que no pudieron ser
recolectados…………………………………………………………………………………. 55
Cuadro 18. Hongos medicinales cuyo conocimiento no es tradicional en La Cañada……......... 55
Cuadro 19. Hongos considerados comestibles y medicinales en el Ejido de Detiña……............ 56
Cuadro 20. Hongos reportados como medicinales en el Ejido Detiña que no pudieron ser
recolectados…………………………………………………………………………………. 58
iv
Índice de figuras
Índice de anexos
Anexo 1. Hongos utilizados en la medicina tradicional mexica, registrados en la literatura…… 100
Anexo 2. Hongos medicinales de Chimalapa…………………………………………………. 117
Anexo 3. Hongos medicinales de San Isidro Buensuceso…………………………………….. 121
Anexo 4. Hongos medicinales de Amatenango del Valle……………………………………... 129
Anexo 5. Hongos medicinales de Tenejapa…………………………………………………... 131
Anexo 6. Hongos medicinales de La Cañada…………………………………………………. 135
Anexo 7. Hongos medicinales del Ejido de Detiña………………………………………….... 137
Anexo 8. Lista de hongos mostrados en los estímulos fotográficos…………………………... 139
Anexo 9. Formato de entrevista……………………………………………………………… 140
Anexo 10. Matriz de datos obtenida a partir de los resultados del trabajo de campo………….. 144
Anexo 11. Matriz de datos obtenida de los resultados del trabajo de campo más los resultados
de otras investigaciones etnomicológicas……………………………………………………... 148
Anexo 12. Datos de la matriz de cargas………………………………………………………. 153
Anexo 13. Listado con las autoridades taxonómicas de los hongos utilizados en la medicina
tradicional mexicana………………………………………………………………………….. 155
v
Resumen
Desde la antigüedad, alrededor del mundo personas de diversas culturas han utilizado hongos con
fines terapéuticos. Se tienen evidencias prehistóricas de ello, así como algunos documentos que
datan de hace más de 4000 años. En México se tiene el registro del uso de hongos en la medicina
tradicional desde tiempos prehispánicos; sin embargo, el estudio histórico y el actual sobre este
tema han sido poco abordados en nuestro país. La mayoría de investigaciones sobre los recursos
fúngicos con atributos medicinales son producidas en países asiáticos y europeos. Dichos estudio se
han enfocado principalmente en la determinación y caracterización de metabolitos con actividad
terapéutica, sobre todo con efectos antitumorales y antibióticos. En sí, son pocas las investigaciones
donde se aborda exclusivamente el uso tradicional de los hongos medicinales; pese a que, a partir
del conocimiento ancestral sobre estos organismos, se ha desarrollado gran parte del conocimiento
occidental sobre las propiedades terapéuticas de diversas especies fúngicas. Con la intención de
contribuir al conocimiento sobre la diversidad y uso de las especies fúngicas empleadas en la
medicina tradicional mexicana se realizó el presente estudio; el cual consta de una exploración
bibliográfica en la cual se registraron 121 taxones de hongos empleados de manera tradicional en el
país, con fines terapéuticos, incluyendo su uso específico, la fórmula de preparación y aplicación de
cada caso. La otra parte de la investigación trata sobre el conocimiento tradicional vigente de
hongos medicinales en seis sitios de estudio, en dos de ellos habitan grupos originarios de
ascendencia otomí (Ejido de Detiña, Mpio de Acambay y La Cañada, Mpio. de Morelos, Estado de
México), dos son comunidades nahuas (Chimalapa, Mpio de Acaxochitlán, Hidalgo y San Isidro
Buensuceso, Mpio. de San Pablo del Monte, Tlaxcala) y los otros dos se ubican en la zona tseltal de
Los Altos de Chiapas (Amatenango del Valle y Tenejapa). A partir de instrumentos y técnicas
etnográficas y biológicas, se documentó el uso tradicional de 129 taxones fúngicos con atributos
medicinales; los cuales se emplean frente a diversos padecimientos de los diferentes órganos,
aparatos, sistemas del organismo, así como ciertos signos, síntomas y síndromes de filiación
cultural. La suma de las especies reportadas como medicinales en la literatura, más los nuevos
registros obtenidos en el trabajo de campo, arroja una cifra de más de 200 especies de hongos
utilizados en la medicina tradicional mexicana. En otro apartado, se aborda el fenómeno de la
convergencia intercultural cognitiva y se realizó un análisis comparativo, a partir de una
aproximación cualitativa y herramientas estadísticas, para explorar la similitud entre el conocimiento
tradicional de los hongos medicinales por parte de las personas de los sitios de estudio,
encontrando que el grado de convergencia intercultural cognitiva es mayor entre los otomíes y los
nahuas que entre los tseltales con respecto a los otros dos grupos culturales. Más adelante, se
discute sobre las posibles implicaciones de la convergencia intercultural cognitiva y diversos
aspectos sobresalientes en torno al uso de los hongos medicinales, tal como: los recursos
alternativos que se emplean cuando no se logra conseguir hongos, la transmisión y generación del
conocimiento médico tradicional, así como la persistencia y pérdida de dicho conocimiento.
Finalmente se proponen algunas acciones en pro de la conservación y el estudio de los hongos
medicinales y su conocimiento tradicional, como la apertura de una colección científica de hongos
medicinales, la generación de un equipo de trabajo enfocado en el estudio de este tema, la difusión
del conocimiento micológico en las comunidades donde existan estos recursos, así como el impulso
de proyectos productivos para el aprovechamiento local de las especies fúngicas con actividad
terapéutica. Además, se pronostica un alentador porvenir en torno a este tema, siempre y cuando
exista apoyo por parte de las instituciones académicas, gubernamentales y sanitarias, así como de los
propios custodios del conocimiento micológico local; ya que sus saberes le han otorgado a México
un lugar entre los países con mayor diversidad de hongos medicinales en el mundo.
vi
I.- Introducción
1
2.- Medicina tradicional
La medicina es una manifestación de la cultura de un pueblo y existen tantas medicinas como cultu-
ras se puedan reconocer (Lozoya, 1989). El término medicina tradicional ha sido ampliamente
utilizado debido a la difusión que le dio la OMS, quien la definió como: “la suma de todos los co-
nocimientos y prácticas, explicables o no, usados en el diagnóstico, prevención o eliminación del
desequilibrio físico, mental o social y basados exclusivamente en la observación y experiencia prác-
tica, transmitidos de generación en generación oralmente o por escrito”. No obstante, han surgido
otras definiciones, una de ellas nació en México y dice que: “la medicina tradicional es el conjunto
de conocimientos, creencias, prácticas y recursos provenientes de la cultura popular, de los que hace
uso la población del país para resolver, en forma empírica algunos de sus problemas de salud, al
margen o a pesar de la existencia de una medicina oficial e institucionalizada por el Estado” (Lozo-
ya, 1989).
Este modelo médico es característico de las áreas rurales, en donde coexiste con los servicios insti-
tucionales de salud, ocasionando que se manifiesten formas mixtas de atención que es preciso co-
nocer y evaluar (Zolla et al., 1988). Investigaciones del Instituto Mexicano del Seguro Social y la
Coordinación General del Plan Nacional de Zonas Deprimidas y Grupos Marginados (IMSS-
COPLAMAR) en la década de los ochentas, revelaron las principales causas de demanda de aten-
ción de la medicina tradicional en México: mal de ojo, empacho, susto-espanto, caída de mollera,
disentería, aires, entre otras. Enfermedades que son percibidas y vividas como tales por varios mi-
llones de mexicanos y latinoamericanos habitantes del campo, la ciudad y sobre todo en los últimos
tiempos, de los cinturones suburbanos (Zolla et al., 1988). En estas investigaciones se tomaron en
cuenta a los recursos humanos de los sistemas de salud propios de las comunidades (curanderos,
parteras, hierberos, rezanderos y hueseros), es decir, a los médicos tradicionales, ya que son ellos
quienes producen, mantienen, renuevan, exponen, analizan y transmiten conocimientos empíricos,
así como los componentes espirituales y materiales del ritual de curación; además, ponen al alcance
de toda la sociedad en la que se encuentran, su saber, que en muchos casos, es parte fundamental
del equilibrio de la comunidad a la que pertenecen (Navarro-Rodríguez et al., 2007). En dichas in-
vestigaciones del IMSS-COPLAMAR, se observó la distribución regular de ciertos padecimientos,
lo que permitió inferir su alta incidencia y corroborar la persistencia de cuadros nosotáxicos tradi-
cionales, así como la irrupción de recursos médicos modernos, tanto en el ámbito de la atención
doméstica como en el de los terapeutas. Los nombres de ciertas enfermedades se repetían tan insis-
tentemente que hacían suponer la existencia, en México, de un sistema médico tradicional unifor-
memente distribuido (Zolla et al., 1988).
Con el desarrollo de la civilización moderna (occidental) las tradiciones de los pueblos originarios
se ven afectadas por la introducción de medicamentos ajenos a su cultura y por los adelantos quí-
mico-farmacéuticos de la medicina académica (Guzmán, 2008a). En América, desde el momento
mismo de la conquista española, la intervención institucional (médica, religiosa y gubernamental) ha
producido intensas transformaciones en los sistemas de salud tradicional, modificando la configu-
ración del perfil de los terapeutas, los cuadros de morbilidad y los recursos bioculturales empleados,
pero sobre todo, ha dado lugar a la aparición de formas complejas de relación entre el modelo mé-
dico hegemónico y las expresiones médicas populares o tradicionales (Zolla et al., 1988). A pesar de
todo esto, en la actualidad numerosas etnias continúan manifestando sus tradiciones y transmitien-
do sus conocimientos a las nuevas generaciones. Dentro de este maravilloso repertorio de conoci-
mientos está el del uso de los hongos como agentes terapéuticos (Estrada-Torres, 1989), el cual se
puede observar entre los diversos grupos étnicos de México (Guzmán, 1994a), así como en muchas
sociedades alrededor del mundo.
2
3.- Conocimiento tradicional
El conocimiento, entendido como la aprensión mental de ciertas regularidades del universo, es
generado a partir de la memoria, conjugación, comunicación, capacidad para elaborar implementos,
organización social, curiosidad y otras habilidades, junto con las necesidades primarias de subsis-
tencia (Luna-Morales, 2002). El conocimiento tradicional es el conjunto de saberes (creencias, le-
yendas, mitos, canciones, clasificaciones, etc.) y prácticas (religiosas, agrícolas, médicas, etc.) gene-
radas, seleccionadas y acumuladas colectivamente durante milenios mediante las distintas capacida-
des de la mente humana; es almacenado en la memoria y las actividades de las personas; se transmi-
te de generación en generación por vía oral, práctica y en algunos casos escrita (Luna-Morales,
2002). Cabe señalar que la lengua, además de ser un instrumento de comunicación, funciona como
un extenso depósito de conocimientos. Este conocimiento es el resultado de la experiencia acumu-
lada durante siglos de interacciones entre las sociedades y la naturaleza (Calderón-Cisneros, 2001),
su origen se remonta a los mismos orígenes de Homo, quien ha subsistido la mayor parte del tiempo
mediante la caza y recolecta, sin embargo, en los últimos 10 mil años lo hace mediante la agricultura
(Luna-Morales, 2002).
Se debe considerar que los sistemas tradicionales y locales de conocimiento, como expresiones
dinámicas de la percepción y la comprensión del mundo, pueden aportar, y lo han hecho en el cur-
so de la historia, una valiosa contribución a la ciencia y la tecnología, y que es menester preservar,
proteger, investigar y promover ese patrimonio cultural y ese saber empírico (ICSU-UNESCO,
1999).
Bunge (1983), da una explicación de cómo a partir del conocimiento tradicional se ha desarrollado
el conocimiento científico, considerado la forma de conocimiento más reciente; sin embargo, am-
bos conocimientos son complementarios y las deficiencias de uno pueden ser riquezas en el otro,
por lo que se ha planteado la importancia y la necesidad de buscar una integración entre ambos
(Luna-Morales, 2002). Dicha integración se puede encontrar en la etnobiología, quien representa un
puente entre el conocimiento tradicional y el científico; dicho puente es fundamental para preservar
el patrimonio biocultural.1
1 Para mayor información consultar las investigaciones de Luna-Morales (2002) y Pérez-Ruiz y Argueta-
3
El CMT se expresa principalmente en comunidades indígenas y mestizas del medio rural (Ruan-
Soto et al., 2004), dicho conocimiento es muy completo y profundo, pero poco estudiado (Guzmán,
1997). Esta situación no es exclusiva del país, sucede en diversas partes del mundo; por ejemplo,
Lee et al. (2009) mencionan que en comunidades rurales de Malasia utilizan algunos hongos silves-
tres locales con fines alimentarios, medicinales y espirituales, pero que este conocimiento indíge-
na no está bien documentado y no se registra sistemáticamente.
4.1.- La prohibición
La micofagia de los indígenas de México fue desalentada por los españoles, desde la conquista y
durante la época de la colonia (Reyes-García et al., 2009). Los hongos, al estar relacionados con lo
sagrado, en el cosmos mesoamericano, estaban estrictamente prohibidos por el Tribunal del Santo
Oficio (Guzmán, 1997). Entre los eclesiásticos, el hecho de comerlos era considerado un pecado
(Dubovoy, 1968). Actualmente en algunos lugares del país, como Hidalgo, Puebla y Chiapas, las
autoridades gubernamentales y sanitarias, junto con los medios de comunicación, dan mala publici-
dad, prohíben y castigan el uso y aprovechamiento de los hongos psicotrópicos, así como la comer-
cialización de hongos silvestres comestibles, como una medida para evitar micetismos (Ruan-Soto et
al., 2012). Incluso se han presentado casos donde las autoridades decomisan violentamente los
hongos que se venden en los mercados y tianguis, ignorando el valor y los beneficios de éstos. Di-
chas acciones han entorpecido de manera significativa las investigaciones científicas, etnomicológi-
cas y médicas (Guzmán, 2011). A diferencia de esto, en muchos países asiáticos, distintas especies
de macromicetos con propiedades medicinales se expenden inclusive en salas médicas (Chang y
Lee, 2004).
4
Conscientes de la importancia de esta problemática, investigadores del campo de la etnobiología
proponen que para hacer frente a dicha situación es necesario:
Descubrir y conocer los recursos biológicos del país, evaluarlos y aprovecharlos inteligen-
temente (Moreno-Fuentes et al., 1994).
Buscar mecanismos para que las comunidades encuentren los medios de subsistencia que
revaloren sus conocimientos y formas de vida, y al mismo tiempo les den razones para
conservar y aprovechar sustentablemente su ambiente (Garibay-Orijel et al., 2010).
Registrar, monitorear y difundir el conocimiento tradicional y su transmisión dentro de la
comunidad por medio de talleres, trabajos de investigación y documentos, ya sean impresos
o en digital (Valencia-Flores, 2006).
5.- La Etnobiología
En sus inicios la etnobiología era entendida como “el estudio de la utilización de las plantas y ani-
males, en una región cualquiera, por un grupo humano definido, que habita o viene a ella para ob-
tenerlos” (Maldonado-Koerdell, 1940). En dicha definición se destaca que la etnobiología debía
enfocarse en el uso de los recursos, pero conforme se ha ido desarrollando, delimita mejor su cam-
po de estudio y ahora ya no estudia solo el uso, sino en general el manejo, el sistema de creencias y
conocimientos en torno a los recursos bióticos. En 2003 la Natural Science Foundation (NSF) re-
conoció a la etnobiología como el estudio científico de las relaciones dinámicas entre los seres hu-
manos, la biota y el ambiente.
El conjunto de intenciones de la etnobiología se transforma conforme se redefinen sus fundamen-
tos teóricos y se desarrollan y enriquecen sus métodos. En el pasado los estudios etnobiológicos
tenían la intención de “identificar, describir y clasificar a los organismos que tengan o hayan tenido
un valor cultural para un grupo humano, conocer su distribución, precisar ese valor y modos de
utilización, fijándolo en el complejo cultural correspondiente, describir la secuela histórica de su
conocimiento y uso y abstenerse de formular conclusiones o leyes que no interesan a la Antropolo-
gía” (Maldonado-Koerdell, 1940). Recientemente los objetivos se han orientado al conocimiento de
procesos; por ejemplo, de cultivo, de domesticación y de transmisión de conocimientos tradiciona-
les (NSF, 2003), lo cual implica realizar análisis y propuestas teóricas que conduzcan al entendi-
miento, así como a la interpretación de cuerpos de conocimientos diferentes a los de la ciencia oc-
cidental (Alvarado-Rodríguez, 2010). Sin embargo, está iniciando una etapa donde la etnobiología
más allá de estudiar los sistemas de creencias, conocimientos y prácticas, busca generar conocimien-
tos y plantear alternativas que permitan resolver diversas problemáticas; como la pérdida de la ri-
queza biocultural, tomando en cuenta el conocimiento y las prácticas locales.
La etnobiología es una ciencia inter y transdisciplinaria que se enriquece de integrar métodos y téc-
nicas de las ciencias naturales y sociales. Las ciencias naturales buscan explicar y controlar (Erklären)
las leyes del mundo físico mediante procesos estructurados en forma rígida, normativa o como un
canon llamado “métodos cuantitativos” que tiene su fundamento en la filosofía positivista, mientras
que las ciencias sociales buscan interpretar y comprender (Verstehen) los motivos internos de la ac-
ción humana, mediante procesos libres, no estructurados, sino sistematizados, a los que inapropia-
damente se les llama “métodos cualitativos” (Nava-Ortiz, 2009).
5
De acuerdo con la NSF (2003), la etnobiología es cada vez más experimental, tecnológica y partici-
pativa; además, se menciona que la multidisciplinariedad, la cual conlleva una gran diversidad de
métodos, es la mayor fortaleza de esta ciencia.
Las investigaciones etnobiológicas son de gran importancia y trascendencia, ya que permiten entre
otras cosas, rescatar el conocimiento tradicional de la diversidad biológica, incluyendo el uso, mane-
jo y conservación de esta última (Moreno-Fuentes, 2002). Entre las líneas de investigación de la
etnobiología se ubican diversos campos. A continuación se citan algunos mencionados en Escobar
(2002) y NSF (2003).
Catalogación o inventario de especies con usos.
Percepción cultural de los fenómenos biológicos.
Conocimiento y adaptación a los ciclos productivos de los diversos ecosistemas y desarro-
llo de técnicas de subsistencia.
Sistemas de clasificación y jerarquización taxonómica local.
Procesos de acumulación y transmisión de conocimientos y/o información sobre las posi-
bilidades de aprovechamiento y manejo de la biodiversidad y el ambiente, entre generacio-
nes (herencia e intercambio cultural).
Consecuencias bioculturales de los procesos de intervención del ser humano en el uso y
manejo de los recursos biológicos.
Procesos de autonomía frente a los recursos biológicos mediante la manipulación, manejo y
uso de los recursos básicos para su subsistencia y protección.
Procesos de evolución y cambio de las interacciones pueblos-naturaleza.
Procesos de revaloración de conocimientos e importancia cultural relativa de los recursos
biológicos.
Análisis de los patrones de variación biológica y cultural.
Profundización de las relaciones entre biodiversidad y grupos locales o tradicionales.
6.- La Etnomicología
La etnomicología está definida como el estudio del saber tradicional, las manifestaciones e implica-
ciones culturales y/o ambientales que se derivan de las relaciones establecidas entre los hongos y las
culturas a través del tiempo y el espacio (Moreno-Fuentes et al., 2001). Estudia los mecanismos
mediante los cuales se generan, transmiten y evolucionan los conocimientos micológicos en un
ambiente y tiempo determinados, lo que permite brindar elementos para la modificación y perfec-
cionamiento de las formas de manejo de los hongos a partir de estos saberes (Tovar-Velasco y Ga-
ribay-Orijel, 2000).
Estrada-Torres (1989) señaló que la etnomicología no es solo la recopilación de información curio-
sa o interesante sobre los hongos, sino que forma parte del acervo cultural del país, y entender di-
cho acervo nos ayuda a buscar la forma más apropiada de resolver algunos de los problemas de
alimentación, salud, ingresos económicos y conservación de recursos naturales atendiendo, entre
otras cosas, a nuestras raíces culturales. Sin embargo, se encuentra en una fase de definición de
marcos teóricos y metodológicos adecuados al estudio de la relación entre las sociedades locales y
los hongos (Alvarado-Rodríguez, 2010).
Es necesario comprender los procesos sociales en los cuales están involucrados los hongos; para
ello, conviene visualizar la relación sociedad-hongos como un complejo donde el contexto socio-
histórico-cultural juega un papel determinante en la construcción de los conocimientos y las practi-
cas que se generan en torno a estos organismos. De acuerdo con este fundamento, Alvarado-
Rodríguez (2010) señala que se debe partir de un enfoque que tenga como paradigma central el
estudio integrado de la sociedad y la naturaleza como elementos complementarios que se conjugan
en una relación dialéctica.
6
La investigación etnomicológica tiene como principal fuente de información el conocimiento mico-
lógico local, definido como el cuerpo acumulativo de conocimientos, creencias, concepciones, per-
cepciones y prácticas, acerca de la relación existente entre los hongos, un grupo humano definido y
su entorno, el cual se reconfigura en el tiempo-espacio a través de procesos adaptativos, transmi-
tiéndose de forma oral y a través de la práctica entre generaciones (Alvarado-Rodríguez, 2010).
El principal objetivo de la etnomicología es profundizar en el estudio de los conocimientos fúngi-
cos locales, analizarlos y procurar la comprensión de la importancia cultural de los hongos, teniendo
como referencia el contexto socio-cultural-ambiental (Alvarado-Rodríguez, 2010).
Esta ciencia ha pasado de la etapa de recopilar, describir saberes locales y enlistar las especies fúngi-
cas utilizadas por diferentes culturas, a una fase de generación de preguntas mucho más complejas,
enfocadas a comprender mejor la dinámica entre los vínculos establecidos entre las sociedades y los
hongos, lo mismo que orientadas a la resolución de problemas específicos (Alvarado-Rodríguez,
2010).
Las investigaciones etnomicológicas nos permiten conocer las especies fúngicas, fuente de recursos
alimenticios, medicinales y de otros caracteres antropológicos; además, la información obtenida
puede ser utilizada en la reconstrucción de la historia cultural y en el diseño y ejecución de progra-
mas y procesos alternativos de desarrollo (Moreno-Fuentes, 2002). Sin embargo, a menudo los
hongos no son considerados en los planes de manejo y conservación de los bosques, a pesar de su
evidente importancia ecológica y cultural (Montoya, 2005).
En América se han desarrollado cerca del 21.18% de todas las investigaciones etnomicológicas en el
mundo, los temas etnomicológicos más estudiados son aquellos relacionados con los alimentos y
bebidas fermentadas (36.9%), seguidos por los hongos comestibles (21.18%), mientras que los me-
dicinales han sido los menos investigados, representando tan solo el 6.5 % (Garibay-Orijel, 2000).
En dicha investigación se concluye que la mayoría de los estudios se concentran en las zonas tem-
pladas y semifrías del planeta, coincidiendo con la apreciación de que en áreas con vegetación tem-
plada habitan pueblos micófilos, mientras que en regiones tropicales residen culturas micófobas; sin
embargo, investigaciones más recientes han reportado la existencia de micofilia en ciertos sectores
de la población tropical de México, la cual ha sido estudiada insuficientemente (Ruan-Soto et al.,
2006); pese a que, en las regiones tropicales es donde se encuentran los índices de diversidad más
altos (Guzmán, 2008b).
Las investigaciones etnomicológicas realizadas en el país se han enfocado principalmente en el es-
tudio de los hongos comestibles, seguidas en orden decreciente por las que tratan acerca de los
hongos sagrados o mágicos, bebidas fermentadas y en menor proporción hongos medicinales (Mo-
reno-Fuentes et al., 2001; Moreno-Fuentes, 2002). Sin embargo, Garibay-Orijel (2000) menciona
que el futuro desarrollo de la etnomicología estará muy relacionado a la actual preocupación por el
descubrimiento de nuevas drogas y medicinas, así como la búsqueda de alternativas alimentarias.
En México, a pesar de la falta de especialistas en etnomicología (Guzmán, 2008b), Moreno-Fuentes
et al. (2001) mencionan que hasta ese momento existían alrededor de 220 documentos de investiga-
ciones etnomicológicas, las cuales se habían realizado principalmente en la región centro y sur,
siendo escasos los estudios en el noroeste y sureste del país. Dichos trabajos indican que más de 12
etnias habitantes de zonas templadas han mostrado una tendencia micofílica y un profundo cono-
cimiento micológico tradicional; sin embargo, las zonas tropicales han sido poco estudiadas (Ruan-
Soto et al, 2004; 2009). Las relaciones entre los grupos humanos y los hongos han sido mayormente
estudiadas en los nahuas, mazatecos, mixtecos, zapotecos, mayas, mazahuas, otomíes, matlatzincas,
purépechas, huicholes, tepehuanos, rarámuris, totonacos y wirráritaris, así como en diversos grupos
mestizos (Moreno-Fuentes et al, 2001; Moreno-Fuentes, 2002). En resumen, falta mucho por hacer
para conocer diversos aspectos sobre los hongos de México, en particular las zonas tropicales
(Guzmán, 2008b); no obstante, Moreno-Fuentes (2002) menciona que las investigaciones etnomi-
cológicas han permitido vislumbrar un patrón que muestra hasta el momento, cuatro regiones et-
nomicófilas, dando lugar a una etnomicofilia regional diferencial, haciendo evidente un gradiente
etnomicófilo que alcanza su máximo en la región centro del país.
7
7.- Cohesión cultural cognitiva
Hersch-Martínez y González-Chávez (1996) mencionan que a partir de la investigación etnobotáni-
ca se pueden observar ciertos casos específicos en donde se presenta un paralelismo en el uso po-
pular de especies para zonas geográficas diferentes, a este fenómeno lo denominaron coincidencia
de usos; ellos presentan el ejemplo del albahacar (Ocimum basilicum), el cual es utilizado en diferen-
tes sitios para hacer “limpias”. En el caso de los hongos, Moreno-Fuentes (2002) acuña el concepto
de cohesión cultural cognitiva, el cual plantea que dos poblaciones de un mismo grupo cultural,
con un acervo de especies etnomicológicas, comparten en términos generales el conocimiento y uso
de tales recursos, a pesar de que se encuentren separadas por grandes distancias o barreras geográfi-
cas. Sin embargo, esto se puede presentar entre poblaciones de diferentes grupos culturales. Exper-
tos mencionan que los saberes tradicionales sobre algunos hongos medicinales parecen universales
o están ampliamente difundidos en una o varias regiones, tal es el caso del uso hemostático de los
hongos licoperdoides (Estrada-Torres, 1989). En México, un claro ejemplo es el uso de Ustilago
maydis para tratar quemaduras y otras afecciones de la piel; este uso ha sido registrado entre los pu-
répechas (Mapes et al., 1981), otomíes (Estrada-Torres y Aroche, 1987), nahuas (Montoya et al.,
2003) y tseltales (Lampman, 2007a); a este fenómeno se le puede llamar convergencia intercultu-
ral cognitiva. Por otra parte, se tiene el registro de algunas especies de hongos que son utilizadas
con fines medicinales por diversos grupos humanos de diferentes partes del mundo, tal es el caso
de Pycnoporus sanguineus, utilizado en el tratamiento de diversos padecimientos por personas de Mé-
xico, Argentina, Brasil, Congo, Benín, Malasia, China y Java, estos datos han sido registraos por:
Martínez-Alfaro et al. (1983), Pérez-Silva et al. (1988), Hobbs (1996), Guzmán (2003a), Góes-Neto y
Bandeira (2003), Chang y Lee (2004), entre otros; este caso demuestra la existencia de una conver-
gencia intercultural cognitiva a nivel intercontinental.
8
8.1.- Líquenes y micorrizas
Los hongos cumplen funciones esenciales en diversos ecosistemas. Cuando se asocian de forma
mutualista con las algas o cianobacterias forman líquenes, mientras que al hacerlo con las raíces de
las plantas dan lugar a las micorrizas, uno de los elementos más importantes de la rizósfera (Chami-
zo et al., 1998). En estas simbiosis se lleva a cabo un intercambio bidireccional de nutrimentos en el
que los autótrofos aportan compuestos carbonatados y los hongos a su vez los proveen de agua,
nutrimentos y fósforo, entre otros elementos (Chamizo et al., 1998; Dighton, 2003). Estas simbiosis
además de ser sumamente importantes ecológicamente, presentan importancia cultural, ya que mu-
chas de las especies que se asocian son comestibles y medicinales, entre otros rubros (Illana-
Esteban, 2009; 2012; Garibay-Orijel et al., 2009).
9
Sus características nutracéuticas y la importancia cultural que poseen los HCS, ha dado pauta para
que se considere su aprovechamiento como una alternativa para el desarrollo regional, con el fin de
enriquecer la dieta de pobladores que habitan en zonas rurales y urbanas, e integrar las comunidades
a mercados regionales, nacionales e internacionales (Garibay-Orijel et al., 2009). Esta alternativa de
desarrollo depende en gran medida de que los conocimientos fúngicos locales se mantengan en el
tiempo, al igual que la cultura del consumo de hongos silvestres. Sin embargo, considerando que la
cultura influye sobre el comportamiento relacionado con el consumo de alimentos, las transforma-
ciones en las prácticas alimentarias colocan a los hongos como un elemento frágil dentro de éstas, al
dejar de formar parte de la cotidianidad el conocimiento micológico local tiende a perder importan-
cia y deja de transmitirse o ya no se transmite del mismo modo; como resultado, dicho conocimien-
to se desvanece en el tiempo (Alvarado-Rodríguez, 2010).
Los hongos comestibles están considerados como genuinos nutracéuticos o alimentos funcionales
(alimentos que además de su contenido nutrimental, mejoran la salud y reducen el riesgo de con-
traer enfermedades) (Piqueras, 2004; Reyes-García et al., 2009). Los alimentos funcionales están
desempeñando un papel cada vez más importante en los esfuerzos nacionales de los países occiden-
tales para reducir los gastos médicos y también para mejorar los hábitos alimenticios de su pobla-
ción (Smith y Sullivan, 2004). Sin embargo, los pobladores de México no aprovechan en su totali-
dad las especies susceptibles de ser consumidas por falta de tradición o por el temor a sufrir intoxi-
caciones (Moreno-Fuentes et al., 1994).
10
9.3.- Hongos tóxicos
Es inevitable que los recolectores de hongos comestibles encuentren en su camino hongos tóxicos,
pero precisamente el ejercicio de esta práctica ha generado un profundo conocimiento sobre este
tipo de organismos, permitiéndoles aprender a reconocer una gran cantidad de criterios que utilizan
de manera tradicional para diferenciar los comestibles de los tóxicos (Ramírez-Terrazo y Montoya,
2012). Aunque estos hongos no son tan valorados como los comestibles, tienen cierta importancia
cultural, ya que reciben una nomenclatura local, hay historias, mitos o cuentos sobre ellos, los po-
bladores conocen la sintomatología provocada por su ingesta e incluso prescriben diversos reme-
dios tradicionales para contrarrestar sus efectos nocivos (Ramírez-Terrazo y Montoya, 2012). Es
interesante que los hongos tóxicos reconocidos por los pobladores locales están relacionados con
los hongos que sí se comen; en otras palabras, se dice que cada hongo comestible tiene su contrario
o su doble venenoso y son diferenciados principalmente por características morfológicas que los
agrupan en géneros tradicionales (Ramírez-Terrazo et al., 2012). Otras estrategias que se utilizan
para diferenciar este tipo de hongos es el análisis de características organolépticas como el color y el
sabor, el sustrato y la presencia de larvas de insectos (Alvarado-Rodríguez, 2010). Estos conoci-
mientos les han permitido aprovechar los hongos silvestres comestibles sin riesgo a intoxicarse
(Ramírez-Terrazo et al., 2012).
Pese a que siempre está la posibilidad de que se pueda confundir una especie comestible con una
tóxica, solo se han reportado intoxicaciones por hongos en siete Estados de la República (Ramírez-
Terrazo y Montoya, 2012). Es importante mencionar que no se han reportado micetismos provoca-
dos por ingesta de hongos comprados a los hongueros1 (Estrada-Martínez, 2012); por ello, adquirir
hongos silvestres en mercados y tianguis, no representa ningún riesgo para el consumidor, ya que
quienes venden estos hongos son expertos locales que han dedicado parte de su vida a aprender a
distinguir hongos comestibles de hongos que no lo son. Al parecer solo los confunden los niños,
algunos adultos mayores que han perdido su agudeza visual y principalmente aficionados que no
han sido instruidos por los expertos locales (Hernández-Rico, 2011), así como personas que sin
tener experiencia y necesidad económica los recolectan y/o venden esporádicamente (Montoya,
com. pers.).
Las investigaciones epidemiológicas sobre los micetismos son escasas, por lo que existe un desco-
nocimiento universal sobre las tasas de morbi-mortalidad (Ruiz-Sánchez et al., 1999). Esto coincide
con lo mencionado por Ramírez-Terrazo y Montoya (2012), quienes señalan que la falta de infor-
mación sobre el tema es una constante en todos los casos y que esto provoca que las medidas to-
madas por las instancias gubernamentales no sean las más adecuadas, ya que promueven el temor y
la desinformación entre los pobladores locales, así como la prohibición del consumo y comerciali-
zación de hongos comestibles. Las autoras de este trabajo plantean la necesidad de profundizar en
el estudio del conocimiento micológico local sobre este tipo de hongos, además señalan que para
prevenir y tratar intoxicaciones es prioritario generar y difundir información precisa sobre el tema al
público en general y al sector salud.
Los micetismos o intoxicaciones por hongos se deben a la presencia de compuestos tóxicos en los
esporomas; por ello, muchas veces se recomienda hervir bien los hongos, ya que aunque sean co-
mestibles si no se preparan bien pueden llegar a ocasionar reacciones adversas en la salud de quien
los ingiera (Montoya et al., 2007). Los daños ocasionados por el consumo de hongos tóxicos pueden
ir desde irritaciones gastrointestinales hasta la muerte; para los casos más graves los trasplantes
hepáticos y renales son alternativas útiles para que sobrevivan los pacientes, pero su costo es eleva-
do y su práctica es difícil (Ruiz-Sánchez et al., 1999).
Las micotoxinas causantes de los principales tipos de intoxicaciones se dividen en cuatro o cinco
categorías de acuerdo con los efectos que producen y el momento de inicio de los síntomas; otros
autores clasifican a los micetismos en cinco síndromes: faloidiano, parafaloidiano, muscarínico,
gastrointestinal y cerebral.2
1 Término es utilizado en la parte central del país para designar a las personas con gran conocimiento tradi-
cional de los hongos (Vanegas-Enríquez et al., 2011). 2 Para mayor información consultar a Ruiz-Sánchez et al.
(1999), Montoya et al. (2007) y Alvarado-Rodríguez (2010), quienes profundiza en el tema.
11
Ante este tipo de problemáticas se han desarrollado remedios tradicionales para hacer frente a los
micetismos. Por ejemplo, en las comunidades de Ajusco y Topilejo los remedios para tratar las in-
toxicaciones causadas por hongos coinciden con los utilizados en Acambay, Estado de México: se
recomienda tomar leche, café bien cargado y/o chupar medio limón, provocar vómito y beber el
nejaiyo; para ello, es necesario moler una caña de maíz tierna y exprimirle medio limón, se cuela y se
bebe aproximadamente un cuarto de litro (Estrada-Torres y Aroche 1987; Reygadas et al., 1995).
Resulta interesante que en Acaxochitlán, Hidalgo, para aliviar las intoxicaciones por hongos, tam-
bién se recomiendan ingerir nijayote (“caldo” de nixtamal con calhidra), entre otros remecidos como
comer tierra o algún alimento picoso (Hernández-Rico, 2011).
Es muy importante recordar que la dosis diferencia un veneno de una medicina y precisamente en
la investigación de Estrada-Torres y Aroche (1987) se registró el uso medicinal de Amanita muscaria
como purgante. Para ello se macera y se toma con agua o leche, pero solo en pequeñas cantidades,
ya que de acuerdo con los otomíes de Acambay, “es muy fuerte”. Otro ejemplo de un hongo tóxico
que puede ser utilizado con fines medicinales es Ampulloclitocybe clavipes (Hygrophoraceae), hongo
comestible que se debe usar con precaución, ya que contiene una toxina que solo actúa en combi-
nación con alcohol; por ello, se plantea que puede ser utilizado como tratamiento contra el alcoho-
lismo. La reacción que provoca es de tipo similar al disulfiram (Antabuse®), el cual se utiliza como
coadyuvante en el tratamiento del alcoholismo, previniendo la descomposición normal de alcohol al
dióxido de carbono y agua (Cochran y Cochran, 1978).
12
9.4.1.- En la medicina tradicional
Antiguas escrituras religiosas, como los Vedas, han mencionado la importancia medicinal de los
hongos, los romanos los consideraban alimento de los dioses y los chinos declararon que eran el
elixir de la vida (Mattila et al., 2000). Las investigaciones concluyen que la importancia de los hongos
medicinales es superlativa en la medicina oriental y actualmente en la medicina holística (Alatorre,
1996); sin embargo, desde hace algunas décadas las investigaciones etnomicológicas realizadas en el
país proyectan la creencia de que los hongos son poco utilizados como remedios para combatir
enfermedades (Mapes et al., 1981). Garibay-Orijel et al. (2007) señalan que el uso de los hongos
medicinales en México no es muy común, en comparación con los países asiáticos, principalmente
China, Japón y Corea, donde se han registrado alrededor de 300 especies utilizadas con fines tera-
péuticos. No obstante, Guzmán (1994a; 1994b; 2008a) ha demostrado que en diversos sitios del
país existen personas que poseen un conocimiento muy profundo de las propiedades terapéuticas
de los hongos silvestres y ha registrado el uso de más de 73 especies fúngicas utilizadas en la medi-
cina tradicional mexicana. Incluso se menciona que el uso de los hongos medicinales en México ha
tenido una importancia medular en la relación de los pueblos mesoamericanos con su entorno natu-
ral (Alatorre, 1996).
13
9.4.4.- Bioquímica de los hongos medicinales
Los hongos presentan una gran capacidad de producir metabolitos con propiedades terapéuticas, la
cual ha sido escasamente investigada (Brizuela et al., 1998). No obstante, se conocen 651 especies y
siete taxones intraespecíficos de 182 géneros de basidiomicetos que contienen principios activos
(Piqueras, 2004). Estos principios activos comprenden: flavonoides, alcaloides, polisacáridos, este-
roles, triterpenos, saponinas, lignanos, entre otros; pero se debe tomar en cuenta que muchas veces
los efectos farmacológicos de los hongos no se deben a uno solo de sus compuestos, sino a la acti-
vidad sinérgica de todos los compuestos presentes (Smith y Sullivan, 2004).
Los efectos atribuidos a los hongos medicinales han sido principalmente: antimicrobianos, antifún-
gicos, antivirales, antiinflamatorios, antioxidantes, antihipertensivos, antitumorales, citostáticos,
cardiotónicos, reductores de los niveles de colesterol y estimulantes del sistema inmunitario (Brizue-
la et al., 1998; Pérez-Moreno et al., 2010). Entre sus diversas propiedades medicinales, su actividad
antitumoral ha sido la más investigada. La mayoría de dichas investigaciones provienen de Japón
(Mattila et al., 2000). Esta actividad se debe a la presencia de polisacáridos, glicoproteínas y ácidos
nucleídos (Brizuela et al., 1998); aunque recientemente diversas lectinas y terpenoides están siendo
investigados como prometedores agentes antitumorales (Piqueras, 2004). Hasta 2002 se tenía el
registro de alrededor de 650 especies de basidiomicetos con actividad antitumoral, ocasionada prin-
cipalmente por la activación de la respuesta inmune del organismo huésped, a esto se le conoce
como inmunomodulación (Wasser, 2002).
Sus efectos antibióticos están relacionados con la presencia de compuestos fenólicos, ácidos fenil-
glicoxídicos sustituidos, purinas, quinonas y derivados terpénicos (Brizuela et al., 1998). La actividad
antibiótica de algunos hongos es tan importante que incluso se menciona que una de las razones del
incremento del tiempo promedio de vida humana está vinculada con el descubrimiento de hongos
microscópicos del género Penicillium (Pérez-Moreno et al., 2010). Sin embargo, el registro más anti-
guo sobre el uso de antibióticos de origen fúngico data del 2000 a. C.; Imhokep, destacado médico
egipcio, sabía aliviar infecciones superficiales con pan enmohecido (Wainwright, 1989); de manera
similar, los antiguos mexicanos utilizaban tortillas enmohecidas para curar sus heridas (Dubovoy,
1968).
Dentro de los compuestos con actividad antagonista en hongos, se han aislado más de 50 poliaceti-
lenos a partir de especies de Clitocybe, Coprinus, Cortinellus, Daedalea, Marasmius, Merulius, Pleurotus,
Polyporus y Poria (Brizuela et al., 1998).
Numerosas enfermedades están asociadas a una excesiva o no regulada actividad enzimática. Mu-
chos hongos poseen la capacidad de producción de inhibidores de enzimas, por lo que pueden
aportar numerosas actividades farmacológicas beneficiosas para la salud (Brizuela et al., 1998).
Una característica que une a todos los miembros del reino Fungí es la presencia de ergosterol, meta-
bolito con múltiples efectos benéficos demostrados en la salud humana (Trigos y Suárez-Medellín,
2010).
También contienen sustancias con acción de fibra dietética; del 10 al 50% de peso seco de los hon-
gos está constituido por β-glucanos de alto peso molecular, sustancias tipo quitina, heteropolisacá-
ridos, pectinas, hemicelulosas y poliurónidos. Como acciones funcionales se les atribuyen: incre-
mento del bolo fecal, estímulo de la motilidad intestinal, aumento de excreción de ácidos biliares,
propiedades antioxidantes e hipocolesterolemiantes, disminución de los niveles de triglicéridos y de
colesterol de baja densidad, además de contribuir a la prevención de cáncer colorectal (Piqueras,
2004).
14
9.4.5.- Comercio de hongos medicinales
A nivel mundial, cerca de 35 especies de hongos han sido cultivadas con fines comerciales, y de
éstas, alrededor de 20 se aprovechan a escala industrial, entre las que destacan: Agaricus bisporus,
Lentinus edodes, Auricularia auricula y varias especies de Pleurotus (Sánchez, 2004); estos taxones, ade-
más de ser una rica fuente alimenticia, han sido utilizados en la medicina tradicional. Los hongos
medicinales han sido y son de gran importancia para diversas culturas a nivel mundial, aunque eco-
nómicamente no representan una valiosa fuente de ingresos, excepto en el mercado asiático (Sán-
chez, 2004; Smith y Sullivan, 2004; Boa, 2005); en Occidente las ventas son relativamente pequeñas
pero están incrementándose (Smith y Sullivan, 2004). Los extractos de los hongos medicinales se
comercializan, principalmente, como suplementos dietéticos, cápsulas, pastillas y tónicos; pero a
pesar de que estos nuevos productos tienen un potencial económico bastante claro, su importancia
para los países en desarrollo todavía es marginal (Boa, 2005). Los países asiáticos, particularmente
China y Japón, son quienes han demostrado tener un mayor desarrollo y difusión del conocimiento
micológico tradicional (CMT), en especial sobre los hongos medicinales (Garibay-Orijel, 2000).
Desde hace milenios este conocimiento ha sido la base de la medicina asiática (Cappello-García,
2003), es por tal motivo que ningún estudio sobre hongos medicinales puede escapar de la mención
de los famosos “hongos del emperador”, los cuales son bien conocidos y altamente aprovechados
por diversas culturas orientales: Ganoderma lucidum, Lentinus edodes y Grifola frondosa. Estos tres hon-
gos han sido considerados como una auténtica panacea y gracias a su actividad adaptógena son
explotados intensamente a nivel mundial. Sin embargo, en Occidente donde hay gran riqueza al
respecto de las plantas medicinales, incluyendo un increíble acervo oral y escrito sobre ellas, se care-
ce del mismo bagaje en lo referente a los hongos, considerados bajo una visión pobre y dicotómica:
comestibles o tóxicos (de Uña, 2006).
En México la recolección de hongos está destinada esencialmente al autoconsumo (Garibay-Orijel
et al., 2009), principalmente en comunidades indígenas; tal es el caso de los otomíes, mientras que
en comunidades no indígenas existe una mayor tendencia a la recolección de hongos con fines de
comercio (Estrada-Torres y Aroche, 1987), en algunos casos para su venta en mercados y tianguis,
o entre los mismos vecinos y familiares del recolector. Los expertos mencionan que esta actividad
genera beneficios monetarios importantes para los recolectores (Hernández-Rico y Moreno-
Fuentes, 2010). Sin embargo, en el país son pocos los ejemplos de aprovechamiento intensivo de
hongos, pues estos recursos se limitan a la exportación de Tricholoma magnivelare, Amanita caesarea s. l.
y Morchella spp. a Europa y Asia, a través de compañías extranjeras (Martínez-Carrera et al., 2005).
Siendo México un país megadiverso se espera encontrar una amplia variedad de hongos utilizados
por las culturas que habitan en este territorio.
15
II.- Antecedentes
El primer documento donde se describe el uso de los hongos en la medicina tradicional mexicana
es el Códice Florentino, también conocido como Historia general de las cosas de la Nueva España; obra
escrita por fray Bernardino de Sahagún entre 1558 y 1569. En el Libro undécimo, Capítulo séptimo,
Párrafo primero, en el apartado de ciertas hierbas que emborrachan, se menciona a unos hongos
que reciben el nombre de teonanacatl, los cuales fueron descritos como medicinales contra la calentu-
ra y la gota. Además, se mencionan otros hongos como el tzontecomananacatl, el xelhuaznanacatl, el
chilmalnanacatl, el menanacatl y el çacananacatl, indicando que son comestibles, sabrosos y que son re-
medio (Figuras 1 y 2) (Sahagún, 1979; Dibble y Anderson, 1975).
Otro de los primeros documentos donde se refiere el uso de los hongos medicinales en el país es el
de Sessé y Mociño (1893). Entre las más de 20 especies fúngicas recolectadas por dichos autores en
la Real Expedición Botánica a la Nueva España entre los años 1793 y 1794, sobresale la mención de
Peziza auricula (ahora Auricularia auricula-judae) (Pérez-Silva et al., 2011), señalando que refresca y
astringe, que acaba con las oftalmias, anginas y otras inflamaciones. Otro hongo que mencionan es
Agaricus muscarius (ahora Amanita muscaria), indicando que sirve para destruir a las chinches. Además
de estos hongos, aparecen algunas especies de los géneros Agaricus, Amanita, Lycoperdon, Lactarius,
Boletus y Trametes (Sessé y Mociño 1893; Mociño y Sessé, 2010; Pérez-Silva et al., 2011).
Cuando los pioneros de la etnomicología, Valentina Pavlovna y Robert Gordon Wasson junto con
su equipo de trabajo, realizaron sus exploraciones en la década de los 50, se enfocaron en el uso de
los hongos enteógenos, pero también recogieron datos sobre el uso medicinal de dichos hongos,
consultando a varios curanderos, entre ellos a María Sabina, quien empleaba hongos del género
Psilocybe para diagnosticar y curar a sus pacientes (Wasson y Wasson 1957). Lo mismo sucedió en
otras investigaciones realizadas principalmente en la región mazateca de Oaxaca; las cuales, pese a
que se concentraban en las propiedades psicotrópicas de los hongos, documentaron elementos
materiales y simbólicos de las ceremonias de curación en las que éstos se empleaban (Heim y Was-
son, 1958; Shultes y Hoffman, 1982).
16
Por su parte Galván et al. (1997) realizaron una investigación bibliográfica sobre el uso de los ma-
cromicetos medicinales en el mundo, refiriendo 14 para México. Sin embargo, los primeros trabajos
donde se aborda el uso tradicional de los hongos medicinales en el país, fueron realizados por
Guzmán; quien en 1994a presentó la recopilación y descripción de 95 especies fúngicas utilizadas
con dichos fines. El estudio se ubica en la obra titulada Atlas de las Plantas de la Medicina Tradicional
Mexicana III. En ese mismo año Guzmán (1994b) aborda el uso de los hongos medicinales en Méxi-
co y Mesoamérica, presentando un listado de 37 especies medicinales, incluyendo basidiomicetos,
ascomicetos, varios líquenes y una levadura, con 36 usos específicos en la medicina tradicional. En
2008a publicó otro artículo donde hace mención de 73 especies de macromicetos que son utilizados
en el país de manera tradicional por sus propiedades terapéuticas, los cuales tratan 46 tipos de pade-
cimientos, incluidos algunos síndromes de filiación cultural, también llamados psicosomáticos; por
ejemplo, mal de ojo y susto. Los estudios de Guzmán fueron realizados a partir de exploraciones
bibliográficas, pero también incluyó notas de campo que él elaboró a través de sus años de investi-
gación. En 2007, se digitalizó el Atlas de las Plantas de la Medicina Tradicional Mexicana, en la Biblioteca
Digital de la Medicina Tradicional Mexicana; ahí se describen 41 especies fúngicas con atributos
medicinales. La información presente en este trabajo es hasta ahora la más accesible en lo que refie-
re a los hongos utilizados en la medicina tradicional mexicana (Zolla y Argueta, 2009).
Otro trabajo actual que sobresale es el de Lampman (2007a), quien aborda el uso comestible y me-
dicinal de los hongos entre los tseltales de Chiapas; en esta investigación se registró el uso medicinal
de 18 especies fúngicas.
17
III.- Justificación
Dentro de los temas etnomicológicos, los hongos medicinales han sido los menos investigados
(Garibay-Orijel, 2000; Moreno-Fuentes et al., 2001; Moreno-Fuentes, 2002). En particular, el cono-
cimiento tradicional vinculado con este tipo de organismos ha sido un campo escasamente explora-
do a pesar de que el potencial medicinal de los hongos es enorme (Raymundo et al., inédito) y de
que han tenido una importancia medular en la relación de los pueblos mesoamericanos con su en-
torno natural (Alatorre, 1996). Debido a esto, la información que se tiene documentada sobre el
conocimiento de estos organismos y su empleo en este campo es exigua, muchos de estos reportes
no mencionan el uso específico, los procedimientos para aprovecharlos y/o la comunidad donde
fue localizado dicho conocimiento; además, esta información se encuentra sumamente dispersa en
numerosas fuentes bibliográficas, muchas de ellas poco accesibles (Guzmán, 1994a; 2008a), debido
a que la mayoría de estudios y reportes científicos del uso de hongos medicinales provienen princi-
palmente de China, Japón, Estados Unidos, Alemania y otros países europeos (Hobbs, 1996; Chang
y Lee, 2004); lo cual limita su comprensión y disponibilidad para los investigadores en los países
occidentales (Mattila et al., 2000). Otro inconveniente en torno a este tema, es la carencia de un
método diseñado para investigar los hongos utilizados en la medicina tradicional; esto es de suma
importancia, ya que el conocimiento occidental de las especies con potencial medicinal y alucinó-
geno, así como la reciente incorporación de los macromicetos al desarrollo biotecnológico y farma-
céutico se deben a la validación científica del conocimiento ancestral (Garibay-Orijel, 2010). Este
tipo de estudios deberían tener prioridad, urge que se desarrollen lo antes posible, ya que Guzmán
(1994a) menciona que a pesar de la relevancia de los hongos en la medicina tradicional, son pocas
las especies que se mantienen en tal posición, debido a los adelantos farmacéuticos, los cuales oca-
sionan que estos organismos se utilicen principal e indirectamente como productos extraídos de
ellos o en el peor de los casos, se sustituyan por medicamentos sintéticos. Esto coincide con lo
observado por Chang y Lee (2004), quienes señalan que el conocimiento tradicional sobre los hon-
gos medicinales se está perdiendo cada vez más, debido a la urbanización de las comunidades indí-
genas, la falta de interés por parte de las generaciones más jóvenes de esas comunidades y la dismi-
nución de las áreas forestales. En la actualidad se vive el problema más grave en el que se ha visto la
humanidad; la pérdida de la biodiversidad, incluida en ésta la diversidad cultural. Las actividades
humanas están provocando la extinción de diversas especies y a la vez de diversas culturas, las cua-
les se llevan consigo una invaluable gama de conocimientos, prácticas y formas de percibir el cos-
mos. Por tal motivo apremia conservar y documentar las manifestaciones culturales que hoy en día
siguen vivas, incluyendo el conocimiento de los hongos utilizados con fines medicinales, antes de
que se pierda definitivamente con el avance de la transculturación (Guzmán, 1994a).
18
IV.- Preguntas de investigación
1. ¿Cuáles y cuántos hongos macroscópicos con atributos medicinales presentes en México
han sido reportados en la literatura y cuáles son los procedimientos requeridos para el em-
pleo de cada uno de ellos?
2. ¿Cuál es el conocimiento tradicional que se tiene sobre los hongos medicinales en los sitios
de estudio?
3. ¿Existe convergencia intercultural cognitiva en cuanto al uso de los hongos en la medicina
tradicional entre comunidades otomíes, nahuas y tseltales que habitan en zonas con clima
templado?
4. Si lo anterior es afirmativo, ¿en qué grado se presenta esta convergencia intercultural cogni-
tiva?
V.- Hipótesis
1. Sin hipótesis
2. Sin hipótesis
3. Si diferentes grupos humanos que habitan en sitios distintos, comparten cierto conocimien-
to en cuanto al uso de los hongos en la medicina tradicional, entonces existe convergencia
intercultural cognitiva.
4. La convergencia intercultural cognitiva vinculada al uso de los hongos en la medicina tradi-
cional es mayor entre los nahuas y otomíes que entre estos grupos con los mayenses, debi-
do a la distancia geográfica que se presenta entre ellos.
VI.- Objetivos
General
Registrar y analizar el conocimiento tradicional sobre los hongos medicinales en México, en
particular en los sitios de estudio, a partir de una revisión bibliográfica e investigaciones de
campo para contribuir al conocimiento de la etnomicología médica.
Particulares
Registrar los macromicetos presentes en México reportados en la literatura como poseedo-
res de atributos medicinales, incluyendo su fórmula de preparación, a partir de un análisis
bibliográfico, para conocer el número de especies fúngicas utilizadas de manera tradicional
con fines terapéuticos.
Diseñar e implementar un método de investigación basado en estudios etnobiológicos para
obtener información sobre el conocimiento tradicional acerca de los hongos medicinales.
Registrar y analizar la información sobre los hongos medicinales utilizados en los sitios de
estudio, empleando técnicas etnográficas y micológicas con el fin de reconocer a las espe-
cies fúngicas utilizadas en la medicina tradicional, así como su uso específico y fórmula de
preparación.
Comparar el conocimiento tradicional de los hongos medicinales entre estas comunidades a
través de un análisis cualitativo para distinguir el grado de convergencia intercultural cogni-
tiva.
19
VII.- Método
20
2.- Selección de los sitios de estudio
Para los fines de la presente investigación, se seleccionaron seis sitios de estudio: Chimalapa, Mpio.
de Acaxochitlán, Hidalgo, y San Isidro Buensuceso, Mpio. de San Pablo del Monte, Tlaxcala
(nahuas); la cabecera municipal y comunidades aledañas de Tenejapa y Amatenango del Valle,
Chiapas (tseltales) (Figura 6); y La Cañada, Mpio. de Morelos, y el Ejido Detiña, Mpio. de Acambay,
Estado de México (otomíes). Estas localidades con clima templado, del medio rural, descendientes
de grupos originarios (Cuadro 3), se seleccionaron debido a que en este tipo de lugares es caracterís-
tica la presencia de la medicina tradicional (Zolla et al., 1988) y también es donde existe un arraigado
conocimiento micológico procedente de la época prehispánica (Ruan-Soto et al., 2004); por lo tanto
reconocen un mayor número y formas de uso para los hongos, en particular el medicinal (Mariaca-
Méndez et al., 2001).
1 En el escrito se le llama sabedores a las personas de los sitios de estudio que conocen sobre el tema en
cuestión; no se les denomina informante ni colaborador porque estos adjetivos pueden resultar peyorativos o
tienen connotaciones no apropiadas para lo que aquí se quiere referir.
21
3.3.2.- Observación Participante (OP)
Ésta técnica es considerada el ingrediente principal de la metodología cualitativa (Taylor y Bogdan,
1987), la principal herramienta de trabajo de la etnografía (Sandoval, 2002), necesaria para obtener
información empírica deseada y útil para adquirir datos sobre cualquier realidad social (Guasch,
1997). De acuerdo con Taylor y Bogdan, (1987) toda investigación social se basa en la capacidad
humana de realizar OP; siendo así, la etnografía es el resultado de la OP, por tal motivo más que
una técnica, es el método base de la investigación antropológica (Robledo, 2009). Consiste en parti-
cipar de manera abierta o encubierta, en la vida de las personas vinculadas con el fenómeno a estu-
diar (observando, escuchando, preguntando, colaborando, etc.). Ruan-Soto et al., (2007) mencionan
que mediante la OP es posible generar confianza entre los sabedores, adentrarse en el sentido local
que tienen las acciones observadas, pudiendo generar así preguntas más acordes con las perspecti-
vas locales, y sobre todo, estar presente en el momento en que los fenómenos se desarrollan. La OP
tiene su primer reto en lo que se denomina “ganar la entrada al escenario” u “obtener el acceso”; el
éxito en lograr este cometido depende de las habilidades interpersonales del investigador, su creati-
vidad y sentido común, para tomar decisiones apropiadas y oportunas, de acuerdo con las circuns-
tancias particulares de la situación en que se encuentre (Sandoval, 2002), así como de las condicio-
nes de la interacción y de las características culturales y personales del sabedor (Zolla com. pers.).
La OP se utilizó con la intención de obtener elementos que me permitieran una buena entrada al
escenario cultural, generar confianza, compartir experiencias y presenciar los procedimientos y re-
sultados del uso y manejo de los hongos medicinales. Entre las actividades realizadas, se les llevo
hongos en fresco a los médicos tradicionales para que los prepararan y utilizaran con fines terapéu-
ticos; además, el autor y algunos colaboradores que participaron en el trabajo de campo, recibieron
atención médica por parte de los sabedores, quienes emplearon hogos para aliviar ciertas afecciones
como la gastritis y diferentes tipos de heridas (Figura 3).
Figura 3. Bud’ bak’et (Pisolithus tinctorius) empleado para curar una herida en la piel.
En la imagen se observa cómo Doña Juana, terapeuta tradicional de Amatenango del Valle,
aplica esporas de este hongo para sanar una herdida de Viridiana Ortíz, estudiante de biología
que colaboró en el trabajo de campo.
22
3.4.- Entrevistas
Durante el trabajo de campo se realizaron 210 entrevistas, 90 grupales y 120 personales. La mayoría
fue con adultos mayores y adultos maduros, solo 20 se realizaron con jóvenes y niños. De las per-
sonas entrevistadas 21 son terapeutas tradicionales reconocidos; la mayoría de los demás, trabajan
en el campo, son comerciantes o amas de casa, aunque ocasionalmente se entrevistó a estudiantes,
taxistas, panaderos, tlachiqueros, albañiles, artesanos y empleados del gobierno. En Chimalapa se
llevaron a cabo 39 entrevistas y dos en la cabecera municipal de Acaxochitlán; en San Isidro Buen-
suceso 25; en la Cañada 39, cerca de este sitio de estudio se realizó una entrevista adicional a Don
Felipe Chimal de San Andrés Timilpan; en el Ejido Detiña 31; en la cabecera municipal de Amate-
nango del Valle 14, en comunidades aledañas 20, diez de éstas en La Grandeza, cinco en Pie de
Cerro, tres en La Cañada, una en El Madronal y una a un sabedor procedente de San Vicente; en la
cabecera municipal de Tenejapa 27 y 13 a personas de comunidades aledañas, nueve de Navil, una
de Tzajalchén, una de Tsakibil jok'e, otra de Villaflores y otra más de Matsam (Cuadro 4).
Primera fase
El primer paso de la entrevista consistió en pedirle a los sabedores que mencionaran los nombres
de los hongos que conocen, a partir ello se obtuvieron listados libres, con los cuales fue posible
analizar la frecuencia y el orden de mención.
23
Segunda fase
De acuerdo con los resultados de las investigaciones etnomicológicas, son pocas personas las que
saben sobre hongos medicinales; sin embargo, quizá sea porque estas personas no consideran hon-
gos a algunos organismos de este reino, debido a su forma, por ejemplo los líquenes o el caso del
huitlacoche en San Isidro Buensuceso, Tlaxcala. En otros casos algunas personas reconocen con el
nombre de “hongos” solamente a los que son enteógenos; por ejemplo, en los alrededores de Cas-
cadas de Agua Azul, Tumbalá, Chiapas. Para resolver esta problemática se les mostró estímulos
fotográficos, 32 láminas de algunos hongos representativos de cada grupo (agaricales, boletoides,
poliporoides, licoperdoides, tremeloides, nidulariales, pezizoides, líquenes, entre otros) (Anexo 8), la
mayoría de las especies mostradas han sido reportadas como medicinales en la literatura y muchos
de ellos gozan de bastante popularidad como comestibles. Se les pedía a los sabedores que dijeran el
nombre de cada hongo mostrado y su uso, explorando la posibilidad de que alguno de ellos fuera
utilizado como medicinal por la persona entrevistada.
Esta técnica de mostrar una guía ilustrada de hongos funciona como una herramienta extraordina-
ria, además de mostrar diversas formas de hongos, facilita el flujo de información y favorece la
creación y permanencia de una atmósfera adecuada para la realización de la entrevista. Dicha técni-
ca ha sido utilizada en otras investigaciones etnomicológicas que abordan el uso de los hongos me-
dicinales, por ejemplo, Chang et al. (2005), quienes obtuvieron muy buenos resultados en torno al
tema de los hongos utilizados en la medicina tradicional de Malasia.
Tercera fase
Esta fase consistió de en una serie de preguntas; la primera fue: ¿cómo le llama a éstos?, después de
mostrarles los estímulos fotográficos. Una vez que se sabía cómo nombran a los hongos en general,
se realizaron preguntas con el objetivo de obtener información sobre los hongos utilizados en la
medicina tradicional de cada localidad. En caso de que a los hongos se les conociera con otro nom-
bre, se sustituía la palabra “hongo” de las preguntas por la palabra que utilizan localmente para
referirse a estos organismos. Dichas preguntas tenían la finalidad de explorar sobre los nombres
locales de los hongos, el uso específico que se la da frente a los padecimientos, así como los sínto-
mas y las causas de éstos, la fórmula de preparación, el mecanismo de acción percibido, las indica-
ciones extras o contraindicaciones, sus características morfológicas y organolépticas, sus otros usos
como comestible o lúdico, la forma y el lugar donde se obtiene, su asociación con las plantas y
otros organismos, la abundancia percibida, la temporada en que se desarrolla. El cuestionario tam-
bién incluyó preguntas sobre los recursos alternativos que se emplean en caso de no encontrar los
hongos, la preferencia y eficacia en cada caso y la manera tradicional en la que los almacenan; tam-
bién se abordaba el origen del conocimiento médico, la transmisión de éste y su relación con lo
sobrenatural.
Para la traducción y análisis de los nombres en náhuatl se contó con la colaboración de Francisco
Moreno, un joven que habita en Chimalapa y del M. en C. Victoriano Hernández Martínez, proce-
dente de la Huasteca Hidalguense. Para el caso de los nombres en tseltal, se recibió orientación del
Lic. Agustín López Girón, originario de Tenejapa.
24
En muchos casos el conocimiento del uso de los hongos medicinales puede estar concentrado en
un grupo de personas bien identificadas por sus comunidades: curanderos, hierberos, parteras, hue-
seros y rezanderos, personas íntimamente ligadas al sistema de salud tradicional y por lo tanto sus-
ceptibles de ser sabedores de calidad. Por lo que al final de cada entrevista se realizaron las siguien-
tes preguntas.
¿Conoce alguien que sepa mucho de hongos?, ¿Sabe de alguien que sepa curar? Acompañan-
do a la pregunta de una breve explicación: “ya sea con hierbas, con palabras o rezos, que sa-
ne de algún “mal”, que cure huesos o músculos”.
¿Conoce alguna partera? Ya que las mujeres que desempeñan esta labor, además de ser po-
seedoras de conocimiento médico tradicional, nos puede conducir con otros médicos tradi-
cionales.
25
Figura 4. Líquenes obtenidos mediante la técnica de encargos especiales. En la imagen se
muestran ejemplares de tsul’ te’ (Usnea spp.), los cuales fueron recolectados por Francisco Girón
López, habitante de Tenejapa.
26
Figura 5. Entrevista donde se llevo s cabo el cotejo de datos con material de colección.
Fotografía de Ramírez-Terrazo, A.
Cabe señalar que una técnica similar se ha utilizado en investigaciones sobre plantas medicinales, el
recurso es conocido como cuaderno miniherbario (Hersch-Martínez y González-Chávez 1996);
por ejemplo, en sus entrevistas Hurtado-Rico et al. (2006) emplearon un miniherbario elaborado
con especies vegetales deshidratadas, con el objetivo de alcanzar el consenso de sabedores y deter-
minar el rango de prioridad. Por su parte, Canales-Martínez et al. (2006) utilizaron durante su se-
gunda fase de entrevistas un catálogo de ejemplares deshidratados y prensados de cada una de las
especies reconocidas como medicinales en la primera fase de entrevistas, así como imágenes de las
plantas vivas en una computadora portátil, con el objetivo de confirmar y ampliar la información
obtenida en la primera fase de entrevistas. En este caso, una desventaja es que los hongos pierden
muchas de sus características en fresco, mientras que las plantas no tanto; no obstante, en algunos
grupos como los gasteromicetos de gleba pulverulenta, poliporoides lignícolas de repisa y líquenes,
sus características permanecen a diferencia de los agaricales y los gelatinosos.
27
3.9.- Registro de la información
Durante el registro de la información se trató de reproducir íntegramente lo explicado por los sabe-
dores; además de los formularios de entrevista, se empleó la libreta de campo, ya que instrumentos
de grabación de audio y video podían afectar la atmosfera de confianza, alterando sus respuestas y
su comodidad, sobre todo en algunos temas de la investigación que involucran el uso de hongos
para tratar enfermedades de filiación cultural (dichos temas fueron abordados con diligencia y res-
peto). Sin embargo, durante la investigación se tomaron algunos videos (con las personas que se
logró tener mayor confianza), los cuales graban momentos de los recorridos en donde los sabedores
mencionan o explican con hongos frescos cómo los utilizan para hacer frente a ciertos padecimien-
tos, otros fueron tomados dentro de las casas de algunos conocedores de hongos medicinales; di-
chos videos son fracciones de entrevistas donde médicos tradicionales mencionan y reconocen
algunos hongos que utilizan para curar; incluso algunas grabaciones capturan el momento donde
curan afecciones de la piel utilizando hongos.
28
Además, para tener mayor precisión en la descripción de los ejemplares, se consultó el Glosario
ilustrado de los caracteres macroscópicos en Basidiomycetes con himenio laminar de Delgado-
Fuentes et al. (2004) y el manual de Cifuentes et al. (1990). Finalmente, considerando las característi-
cas perecederas al deshidratarse, se procedió a tomar fotografías de los ejemplares con luz de día
indirecta, sobre un fondo antireflejante y de color estándar, con el fin de alterar lo menos posible
los colores originales; cada foto fue rotulada con un número de registro propio.
4.2.- En laboratorio
29
5.- Análisis comparativo
Para explorar la semejanza entre el conocimiento tradicional de los hongos medicinales por parte de
las personas de los sitios de estudio, se analizaron y examinaron cada uno de los casos, buscando
similitudes entre los hongos empleados en las diferentes comunidades, su fórmula de preparación y
los padecimientos específicos contra los que se usan. A partir de este análisis se identificaron los
estoxones1 medicinales reconocidos en las comunidades, los cuales corresponden con ciertos orga-
nismos que comparten características. Con base en estos etnotaxones se construyeron 2 matrices
básicas de datos cualitativos (presencia ausencia): la primeria incluye las comunidades en las colum-
nas (unidades a comparar), contra los taxones o etnotaxones y su uso específico combinados en las
filas (variables), pero solo se consideraron aquellos casos que se registraron al menos en dos comu-
nidades, ya que los datos únicos separan a las unidades de comparación y el objetivo era observar el
grado de similitud; la segunda mantiene la combinación, pero en lugar de comparar por comunida-
des, se unieron y se comparó por grupo cultural, incluyendo la información, sobre el uso de hongos
medicinales, registrada en investigaciones realizadas en comunidades otomíes, tseltales y nahuas
(Martínez-Alfaro et al., 1983; Mora y Guzmán, 1983; Estrada-Torres y Aroche, 1987; Alatorre, 1996;
Montoya, 1997; Montoya et al., 2002; 2003; Robles, 2004; Robles et al., 2007; Navarro-Rodríguez et
al., 2007; Lampman, 2007a; Shepard et al., 2008; García-Ibarra, 2009; Zolla y Argueta, 2009; Pérez-
Moreno et al., 2010; Valadez-Azúa et al., 2011) (Anexo 10 y 11). A partir de estas bases de datos
binarios se realizó un análisis de conglomerados con el programa Numerical Taxonomy and Multi-
variate Analysis System (NTSyS) calculando la distancia entre pares de OTUs por medio del índice
de similitud de Jaccard. Para realizar el análisis de agrupaciones se aplicó la técnica de Sequential
Agglomerative Hierarchical Nested Cluster Analysis (SAHN) (Sneath y Sokal, 1973), a partir de la
opción de promedios aritméticos no ponderados (UPGMA).
Con estos mismos datos, empleando el programa NTSyS, se realizó un Análisis de Coordenadas
Principales (PCO) para determinar las variables que determinan el arreglo de los sitios de estudio en
términos de similitud; la similitud entre las comunidades se determinó adicionalmente con el coefi-
ciente de Jaccard. Posteriormente se realizó un análisis de Eigen, en donde se obtuvieron las matri-
ces Eigenvalores y Eigenvectores que ayudaron a identificar los etnotaxones que más influyen en el
arreglo de los sitios de estudio.
30
VIII.- Sitios de estudio
Tenejapa
En lengua náhuatl Tenejapa significa “río calcáreo”. De acuerdo con su contexto histórico, un gru-
po de tseltales se instaló en el actual territorio de este municipio; tiempo después los aztecas ejercie-
ron su influencia en la región. Posteriormente aparecieron los españoles y a partir de la segunda
mitad del siglo XVI, los frailes dominicos se esforzaron por implantar en la región de Tenejapa las
bases de la organización colonial. En 1712 los habitantes de la zona participaron en la sublevación
de las comunidades tseltales de Los Altos de Chiapas (Diagnóstico Municipal, 1994; EMDM, 2010).
Territorio: se sitúa en la parte central del Estado de Chiapas, en un área montañosa que presenta
una altitud que varía entre 800 y 2700 msnm, teniendo como media 1800 msnm. Se ubica entre los
paralelos 16°45' y 16°56' de latitud norte y los meridianos 92°22' y 92°33' de longitud oeste. Colinda
al norte con los municipios Chenalhó, San Juan Cancuc y Oxchuc; al este con el municipio de Ox-
chuc; al sur con los municipios de Oxchuc, Huixtán, San Cristóbal de las Casas y Chamula; al oeste
con los municipios de Chamula, Mitontic y Chenalhó. El municipio de Tenejapa ocupa el 0.26% de
la superficie del Estado, con una superficie continental de 192.45 km2, de la cual más del 50% es
ocupada por la agricultura, mientras que la superficie de bosque se extiende poco más de 10 km2 y
la zona urbana representa el 1.01% del territorio (INEGI, 2011). Cuenta con 61 localidades, siendo
las principales: Tenejapa, Matzam, Tzajalchen, Chacomac, Tzaquivil, Chixtontic y Jomanitzin
(Diagnóstico Municipal, 1994). Los principales ríos son: Yoshib, Tzontehuitz, Matzam, Crushpilar,
Cañada y Chaná; además se encuentran las lagunas del Coch y de Banabil (EMDM, 2010; INEGI,
2011). La cabecera municipal está situada a 16°49'02''N y 92°30'26''O, su altitud es de 2006 msnm
(INEGI, 2010). Navil, localidad en donde se realizaron entrevistas y recorridos etnomicológicos, se
localiza entre las coordenadas 16° 50' 30"N y 92° 30' 39"O, a una altitud de 2197 msnm. Caracterís-
ticas meteorológicas: presenta varios tipos de climas, pero predomina el templado húmedo con
abundantes lluvias en verano (Diagnóstico Municipal, 1994; INEGI, 2011). El intervalo de tempe-
ratura es de 12 a 22°C, la precipitación oscila entre 1000 y 2500 mm (INEGI, 2011). Vegetación:
bosque de Pinus-Quercus; sin embargo, hay 85.28 km2 de vegetación secundaria (EMDM, 2010;
INEGI, 2011). Población: en el municipio hay alto grado de marginación, tiene una población total
de 40268 habitantes de los cuales 40068 son tseltales; en la cabecera municipal viven cerca de 1998
personas, de las cuales 1935 son tseltales; en Navil hay 473 habitantes, todos ellos tseltales (CDI,
2010). Toda la población municipal es rural y el grupo cultural predominante es el tseltal. En la
cabecera municipal la principal actividad económica es el comercio al por menor, y los principales
problemas sociales declarados son la falta de empleo y la emigración; en Navil la principal actividad
es la agricultura y el problema principal es la falta de carretera y transporte (INEGI, 2010). Variante
lingüística: tseltal del occidente; autodenominación: bats’il k’op (INALI, 2008). Salud: hasta el 2008
el municipio contaba con cinco unidades médicas y 11 elementos del personal médico, mientras que
del total de la población, tan sólo el 1.5% son derechohabientes (INEGI, 2011). Esto deriva en una
deficiente atención a los problemas de salud. Las personas solo acuden en casos de emergencia a un
hospital o cuando la enfermedad está muy avanzada. Las principales causas de muerte son los pade-
cimientos agudos infecciosos (como infecciones respiratorias en la población infantil), seguidas de
las infecciones intestinales agudas, las amibiasis y otras helmintiasis; las neumonías, bronconeumo-
nía y desnutrición también ocupan lugares importantes. También se presentan enfermedades cróni-
co-degenerativas como cáncer, diabetes mellitus, cardiopatías, cirrosis hepática y enfermedades
cerebro vasculares (Jurisdicción Sanitaria No. 2, 2007, citado en Alvarado-Rodríguez, 2010). Cabe
señalar que en la cabecera municipal se reconoce la presencia de parteras pero no de curanderos y
en Navil no hay registros de servicios de salud (INEGI, 2010). Las principales celebraciones muni-
cipales son: el carnaval 15 días antes del miércoles de ceniza, la Fiesta de Santiago (25 de julio), San
Idelfonso (21 de Enero), Jesús de los desagravios (variable), María Magdalena (del 22 al 24 de agos-
to), Colochin (8 de septiembre) y Natividad (8 de octubre) (Diagnóstico Municipal, 1994).
31
Antecedentes etnomicológicos: la región tseltal de los Altos de Chiapas era una región inexplorada
hasta hace algunos años, pero en la última década se han desarrollado varias investigaciones que han
arrojado una vasta información sobre los hongos comestibles, medicinales y tóxicos, destacándose
el trabajo de Lampman (2007a), quien evidenció el amplio conocimiento micológico tradicional que
los tseltales poseen, y tan sólo en Tenejapa y Oxchuc registró el uso medicinal de dieciocho espe-
cies fúngicas. A continuación se enlistan algunas referencias de los estudios etnomicológicos en la
región.
32
bosques de Pinus en las zonas altas, esta área cuenta con 18.88 km2 representando el 52.28% del
territorio municipal, mientras que en las tierras bajas y los valles dominan pastizales inducidos con-
tando con 23.40 km2 correspondiente con el 15.13% del territorio; también están presentes cultivos
anuales y frutales caducifolios (Calderón-Cisneros, 2001; EMDM, 2010; INEGI, 2011). Población:
en el municipio hay un alto grado de marginación, habitan un total de 8728 personas, de las cuales
6828 son tseltales; en la cabecera municipal viven cerca de 4661, 4427 de ellas son tseltales. En Pie
de Cerro y en La Cañada, habitan 12 y cuatro personas respectivamente, todas ellas tseltales (CDI,
2010); sin embargo, estas últimas localidades evidentemente presentan un mayor número de pobla-
ción que el proporcionado por la CDI (2010). La alfarería y la agricultura son las bases de la eco-
nomía local, la agricultura la realizan principalmente los hombres y la alfarería las mujeres. En la
investigación de Calderón-Cisneros (2001), se documentó que en el 90% de las unidades encuesta-
das se elabora alfarería y que solo las mujeres que no son originarias de la localidad o que se criaron
fuera de Amatenango no la realizan. Actualmente se están viviendo cambios importantes debido al
incremento de la actividad alfarera y a la disminución de los recursos forestales por la apertura de
áreas agrícolas. La alfarería se ha integrado a los mercados regionales y nacionales, cambiando su
orientación de tradicional-utilitaria a decorativa-comercial (Calderón-Cisneros, 2001). Los principa-
les problemas sociales declarados son la pobreza y la marginación (INEGI, 2010). Variante lingüís-
tica: tseltal del occidente; autodenominación: bats’il k’op (INALI, 2008). Salud: en el municipio solo
25 personas son derechohabientes y en 2009 contaban con una unidad médica y cuatro personas
que conforman el personal médico (INEGI, 2011). Las principales causas de la mortalidad general
en el municipio son: tumores malignos, enfermedades del corazón, accidentes, diabetes mellitus,
enfermedades del hígado y enfermedades infecciosas intestinales (EMDM, 2010). Patrimonio cultu-
ral: en el municipio existen vestigios arqueológicos, así como una iglesia dedicada a San Francisco
de Asís construida en 1756 (EMDM, 2010). Las celebraciones más importantes que se llevan a cabo
en el municipio son: San Pedro Apóstol, Santiago Apóstol, San Francisco y Santa Lucía. El traje
tradicional de las mujeres consta de una falda azul, faja roja, huipil blanco bordado en colores rojo y
amarillo, y tocado. Los platillos típicos del municipio son: caldo de pollo, cocido de res y tamales
(EMDM, 2010); sin embargo, los alimentos que se cocinan diariamente en todas las viviendas son
tortillas, pozol y frijoles (Calderón-Cisneros, 2001). Sus artesanos realizan alfarería modelada a
mano, textiles, cerámica y artículos de palma (EMDM, 2010).
Ejido Detiña
La comunidad se localiza en el municipio de Acambay, Estado de México. En el actual territorio del
municipio habitaron tribus nómadas, de las cuales no se cuenta con un estudio profundo. Poste-
riormente los otomíes poblaron el área y fundaron el centro ceremonial Huamango, el cual estuvo
habitado por este pueblo entre los años 850 y 1350 de nuestra era. En la historia del municipio
estuvieron presentes los mexicas o tenochcas de cuya lengua proviene el vocablo Huamango o
Cuamango. También existió una relación con los tepanecas y los purépechas. Referente a los oríge-
nes del municipio de Acambay, algunas versiones señalan que un terremoto destruyó Huamango, lo
que obligó a la población a bajar a las laderas para después fundar Benguitú y posteriormente Ca-
bayé o Acambay. Concluida la conquista, Acambay fue encomendada en 1523 al capitán Juan Jara-
millo de Salvatierra de las tropas de Hernán Cortés y la evangelización de los habitantes estuvo a
cargo de los franciscanos. En 1810 el pueblo de Acambay se adhirió a la lucha por la independencia
y en 1824 se erige como municipio bajo el gobierno del General Melchor Múzquiz (EMDM, 2010).
Territorio: el municipio se localiza en la parte noroccidental del Estado de México. El área es bas-
tante irregular, tiene cerros, formaciones montañosas muy erectas, profundas barrancas y extensos
valles. Dentro del municipio sólo existe un río con caudal constante o agua continua denominado
Las Adjuntas, cuya capacidad llega hasta un metro cúbico en invierno y presenta una red de arroyos
de corriente ocasional que se forman durante la temporada de lluvias (EMDM, 2010). Característi-
cas meteorológicas: existen tres tipos de climas en el municipio, predomina el templado subhúmedo
con lluvias en verano C(w2)(w)a, pero también presenta un clima templado semifrío con verano
fresco, Cb(w2)(w) y templado subhúmedo con verano cálido C(w1)(w)a (Rosaliano, 2009). Vegeta-
ción: está representada por bosques de Quercus, Quercus-Pinus y Pinus-Quercus (Rosaliano, 2009).
33
Población: Acambay es uno de los municipios donde se asienta un número significativo de hablan-
tes de lengua otomí (Barrientos-López, G. 2004). Patrimonio cultural: el monumento arqueológico
más importante de la región es el centro ceremonial otomí de Huamango. Entre las celebraciones
más importantes están: San Sebastián (20 de enero), la fiesta de primavera (segundo viernes de cua-
resma), la fiesta de Corpus Christi (primer jueves de junio), la fiesta de nuestro Padre Jesús (primer
domingo de agosto), la fiesta patronal (29 de septiembre) en honor a San Miguel Arcángel, la fiesta
de la fraternidad acambayense (11 de octubre) (EMDM, 2010).
El Ejido Detiña se localiza a 2762 msnm y sus coordenadas geográficas son 20° 00' 03"N y 99° 54'
21"O (INEGI, 2010). En esta localidad se presenta un alto grado de marginación, hay 39 viviendas
particulares habitadas por 217 personas, de las cuales 94 son otomíes (CDI, 2010; INEGI, 2010).
La principal actividad económica es la agricultura y el principal problema declarado es la falta de
apoyo o deficiencia gubernamental (INEGI, 2010). Variante lingüística: otomí del centro; autode-
nominación: hñähñu (INALI, 2008). Salud: no se tienen registros de servicios de salud (INEGI,
2010).
Antecedentes etnomicológicos: solo se cuenta con un estudio realizado por Estrada-Torres (1986),
un año después Estrada-Torres y Aroche publicaron dicha investigación. Éstas son las únicas refe-
rencias etnomicológicas con las que se cuenta en la zona, pero en ellas se destaca un profundo co-
nocimiento tradicional de los hongos medicinales en el municipio. Los hongos de los que se hace
referencia son: Amanita muscaria, Lycoperdon candidum, Lycoperdon perlatum, Vascellum pratense, Xantho-
parmelia cumberlandia, Trametes versicolor y Lactarius indigo. En dicha investigación el Ejido Detiña resul-
tó ser la localidad con mayor riqueza en información etnomicológica, incluyendo el número más
alto de hongos medicinales, a pesar de ser la localidad con menor número de entrevistados. Este fue
uno de los criterios para elegir esta comunidad.
34
Antecedentes etnomicológicos: ninguno, pese a que en el Estado de México se ha realizado una
importante cantidad de estudios al respecto.
Chimalapa
En la época prehispánica Acaxochitlán pertenecía a la provincia de Atotonilco el Grande, siendo
esta provincia muy prontamente conquistada por el Estado mexica; dicho dominio duró hasta la
llegada de los españoles. El señorío de Atotonilco el Grande estaba situado entre dos tierras de
guerra, Metztitlán y Tlaxcala; funcionaba como paso y frontera hacia el señorío de Tuxpan (en el
Golfo de México) (Avilés-Torres, 2012). Otras fuentes mencionan que en la época prehispánica
Acaxochitlán era parte del Estado tolteca de Tula, pero en 1300 fue sometido por los otomíes y en
1400 llegaron los chichimecas, quienes introdujeron la lengua náhuatl. Más tarde, fue sometida por
el reino de Tenochtitlán y enseguida por el reino de Texcoco. Cuando llegaron los españoles, el
municipio de Acaxochitlán ya estaba habitado y tenía nombre, pero fue nuevamente fundado bajo
la normativa española. En 1575 el territorio del actual municipio quedó establecido como parte de
la jurisdicción de Tulancingo y en 1606 la encomienda se le otorga a Juan Andrada Moctezuma,
descendiente de Moctezuma. En 1639 se le concede legalmente su territorio a Acaxochitlán, lo que
se conoce como fundo legal (Stresser–Péan, 1998). Territorio: la localidad de Chimalapa se localiza
en el municipio de Acaxochitlán, en el Estado de Hidalgo; sus coordenadas geográficas son 20°11'
17"N y 98°09'36"O, su altitud es de 2026 msnm (INEGI, 2010). La región pertenece al Eje Neo-
volcánico, las principales elevaciones que presenta son el Cerro del Molino, el Cerro de Coyotera,
Calbuyo, la Loma de Huehuetzala y el Cerro del Zopilote. El municipio se encuentra posicionado
en la región del Pánuco, en la cuenca del Río Moctezuma, y en la región Tuxpan-Nautla en las
cuencas del Río Tecolutla y el Río Cazones (EMDM, 2010). Características meteorológicas: prevale-
ce un clima templado húmedo con abundantes lluvias en verano. Su temperatura media anual se
encuentra en los 15°C, y su precipitación pluvial está entre los 1000 y 2000 mm (EMDM, 2010).
Vegetación: predominan los bosques con Quercus y Pinus (EMDM, 2010). Población: en Chimalapa
habitan 2008 personas, 1999 de ellas hablan náhuatl. El grado de marginación es muy alto. La prin-
cipal actividad económica es el comercio al por menor y la agricultura, los principales problemas
declarados son la falta de empleo y la emigración (INEGI, 2010). Variante lingüística: náhuatl cen-
tral o del noreste central (INALI, 2008; Avilés-Torres, 2012); autodenominación: mexi’catl (INALI,
2008). Salud: existe un pequeño centro de salud, pero también se tiene el registro de curanderos y
parteras, aunque no se sabe cuántos hay (INEGI, 2010).
Antecedentes etnomicológicos: Hernández-Rico y Moreno-Fuentes publicaron en 2010 un estudio
titulado “Los hongos comestibles del género Amanita en el municipio de Acaxochitlán, Hidalgo,
México”. Un año después, Hernández-Rico presentó su tesis de Maestría donde aborda aspectos
sobre la taxonomía y etnomicología del género Amanita en el municipio antes señalado.
35
Vegetación: predominan los bosques con Quercus y Pinus (EMDM, 2010). La vegetación incluye
Abies religiosa, Pinus hartwegii, P. montezumae y algunas áreas presentan una mezcla de Alnus jorullen-
sis, Salix spp., Cupressus sp. y Quercus spp. (Montoya et al., 2003). Población: es urbana, cuenta con
8769 habitantes, de los cuales 6407 hablan náhuatl (INEGI, 2010). Desde un punto de vista cultural
es una comunidad importante, ya que sus habitantes conservan muchas de sus tradiciones, mantie-
nen un conjunto de valores típicos sociales y familiares, utilizan los productos forestales para su
subsistencia y siguen utilizando la lengua náhuatl para comunicarse (Montoya et al., 2003). Variante
lingüística: náhuatl del centro de Puebla; autodenominación: mexicano (INALI, 2008). Salud: cuen-
ta con distintos servicios de salud, incluyendo clínica, médicos privados y médicos tradicionales
como curanderos y parteras.
Antecedentes etnomicológicos: San Isidro Buensuceso es la comunidad más estudiada en términos
etnomicológicos, a nivel nacional; y en los alrededores del Volcán La Malinche, Tlaxcala, también se
han llevado a cabo varias investigaciones al respecto, entre las que destacan las siguientes.
36
Figura 6. Sitios de estudio. En la imagen se ubican las localidades donde se realizó el trabajo de campo. En
rojo se marcan las localidades otomíes, en amarillo las nahuas y en verde las tseltales. Tomado de INEGI
2012 y Google Earth.
Cuadro 3. Resumen de las principales características de los sitios de estudio. Basado en información
de Rosaliano (2009), EMDM (2010), INEGI (2010) y SEDESOL (2012).
37
IX.- Resultados
1.- Resultados de la revisión bibliográfica
Con base en la literatura consultada, se registraron 121 taxones, correspondientes con 118 especies,
dos variedades y una forma de hongos utilizados de manera tradicional en México para tratar múlti-
ples padecimientos del aparato digestivo, respiratorio, circulatorio, músculo esquelético y nervioso;
así como diversas afecciones de la piel, la nariz, los ojos y síndromes de filiación cultural como mal
de ojo y la pérdida del alma, entre otros (Anexo 1). De estas especies, 21 pertenecen a la división
Ascomycota (17.8%) y 97 a la división Basidiomycota (82.2%). Los Agaricomycetes, con 96 espe-
cies, son la Clase mejor representada, siguiéndoles los Lecanorales y Sordariomycetes, con diez y
nueve respectivamente; los Arthoniomycetes, Leotiomycetes y Ustilaginomycetes solo cuentan con
una especie. Los Órdenes con más especies son los Agaricales, los Boletales, los Polyporales y los
Lecanorales (Figura 7). Las Familias con mayor número de especies son Agaricaceae con 20, Strop-
hariaceae con diez, Amanitaceae con nueve, Polyporaceae con siete, Parmeliaceae y Pleurotaceae
con seis cada una. De las 118 especies, 12 son líquenes, 11 de la división Ascomycota y solo uno de
la división Basidiomycota; con ocho especies, el orden mejor representado es el de los Lecanorales
y la familia con más integrantes es Parmeliaceae, contando con seis especies.
6; 5%
8; 7%
9; 8%
14; 12%
Figura 7. Órdenes biológicos de los hongos utilizados en la medicina tradicional mexicana que han sido
registrados en la literatura. A un lado de los órdenes se muestra el número de especies que tiene cada
uno y los Órdenes que siguen después de los Xylariales solo cuentan con una especie, por lo que dichos
Órdenes representan menos del 1% cada uno.
38
2.- Resultados del trabajo de campo
Durante estas visitas se recolectaron 320 ejemplares de los cuales 260 tienen importancia cultural
como comestibles, medicinales, tóxicos, ornamentales y lúdicos. En total se registraron 129 taxones
fúngicos con uso en la medicina tradicional; de acuerdo con la investigación bibliográfica, 30 espe-
cies ya habían sido reportadas como medicinales (Anexo 1) y más de 100 son nuevos registros. Si a
las 118 especies reportadas como medicinales en la literatura les sumamos los nuevos registros, se
tendrían hasta el momento más de 200 especies de hongos utilizados en la medicina tradicional
mexicana (Anexo).
39
2.1.- Hongos medicinales en Chimalapa
En este sitio de estudio se registraron 51 especies fúngicas con uso en la medicina tradicional; 35 de
ellas también son comestibles (Cuadro 5). Dichos hongos se utilizan para tratar padecimientos de
las siguientes partes del organismo: aparato digestivo, circulatorio, respiratorio, urinario y reproduc-
tor masculino; también se emplean frente a enfermedades endócrino-metabólicas y afecciones de la
piel y de la nariz (Anexo 2). Además, se registraron cinco casos de hongos medicinales que no pu-
dieron ser recolectados (Cuadro 6) y tres casos de hongos medicinales cuyo conocimiento no es
tradicional en el sitio de estudio (Cuadro 7). En la comunidad el término que engloba a todos los
hongos es nanácatl, de nacatl = carne; de acuerdo con los nahua hablantes la forma más correcta de
traducir nanácatl es “carnitas”.
Los hongos como alimentos funcionales
Don Francisco, el médico tradicional más reconocido de la comunidad, mencionó en la primera
visita que todos los hongos comestibles son buenos para el cuerpo, que dan fuerza y son vitamina,
en especial el cocos (Amanita tullossii) (Figura 8) y el tlacuayel (Boletus spp. y Leccinum rugosiceps),
señalando que estos: “limpian desde el cerebro hasta las tripas” y que es bueno comerlos en caldo
con epazote cuando se sienten mal. En otra visita, durante un recorrido etnomicológico, volvió a
decir que todos los hongos comestibles, excepto el “solito” (Agaricus sp.), sirven para curar; particu-
larmente indicó que los utiliza para la gastritis, la diabetes, la presión (hipertensión arterial), proble-
mas de la próstata y malestares en general, añadiendo: que los hongos son vitamina, que dan fuerza
cuando se está débil o sufre cansancio, cortan la grasa, limpian de grasa las venas, que son buenos
para la sangre y para la circulación. Para todos estos usos específicos, Don Francisco mencionó que
los hongos se deben preparar bien cocidos en un caldo que solo lleva epazote, advierte que no debe
llevar chile ni ningún otro ingrediente; también dice que una sola “clase” de hongo sirve, pero que
si los mezclas de varias se obtienen mejores resultados.
Fugura 8. Cocos
(Amanita tullossii).
40
Cuadro 5. Hongos considerados comestibles y medicinales en Chimalapa.
Nombre científico Nombre local
Amanita muscaria var. flavivolvata* Citlalcocos
A. tullossii Cocos
Armillaria aff. gallica Xoguac
Boletus aff. luridiformis var. discolor Papansambueya (hace referencia a la panza de buey)
B. edulis Tlacuayel de encino
B. reticulatus Tlacuayel
Bobochemijke, buche del difunto, buche del muerto, hongo de
Bovista fusca
muerto, bola, bolas o bolitas
Rozites sp.1 Xinanácatl
Clitocybe sp. 12 Popollito
C. aff. gibba Sagualito
Aguacomoloche o molochito de encino (aguacuohutl = encino,
Crepidotus parvulus
moloche alude a que tiene muchos honguitos)
Daldinia fissa Chilimpó
Totolcoscatl (totol = guajolote, coscatl = collar; collar de
Gauteria sp.3
guajolote)
Gyroporus castaneus Guitarrita
Chichilnanácatl (chichitic = rojo, nanácatl= hongo; hongo rojo) u
Hypomyces lactifluorum
hongo rojo
H. luteovirens chichilnanácatl morado
Lactarius deliciosus var. olivaceosordidus Ocopetlananácatl (alude a su crecimiento cerca del ocote)
L. indigo Moradonanácatl u hongo morado
Leccinum rugosiceps Tlacuayel, aguacotlacuayel o tlacuayel negro
Itchcacuitlananácatl (itchacatl = borrego, cuitlatl= excremento;
Lepista nuda
hongo del excremento del borrego)
Lycoperdon sp. 14
Bobochemijke de piquitos Buche del difunto,
L. perlatum
buche del muerto,
L. peckii hongo de muerto,
Bobochemijke
L. pusillum Bobochemijke blanco bola, bolas o bolitas
L. umbrinum
Lyophyllum decastes Moloche (alude a que tiene muchos honguitos)
Moloche (aunque se considera comestible y medicinal, se dice
Polyporus umbellatus**
que si encuentras uno algún familiar muere)
Pseudoclitocybe cyathiformis Popollito
Nota: los nombres de las especies con las autoridades taxonómicas mencionadas en los resultados
aparecen en el Anexo 13.
41
Cuadro 5 (cont.). Hongos considerados comestibles y medicinales en Chimalapa.
Nombre científico Nombre local
Ramaria sp. 11
Xolguasnanácatl amarillo (xolguas = escobeta,
nancacatl = hongo; hongo escobeta. Francisco
Ramaria sp. 22
Moreno, joven originario de Chimalapa, traduce Escobetilla
xelguas como peine con muchas raíces)
Ramaria sp. 33
Ramaria sp.44 Xolguasnanácatl morado
Iztacnanácatl (iztac = blanco, nanácatl = hongo; hongo blanco) u
Russula brevipes
hongo blanco
Tricholoma magnivelare Oconanácatl (hongo de ocote)
Cuitlacoche o huitlacoche (huitlatl=excrecencia, cochi= dormido;
Ustilago maydis
excrecencia dormida)
*Solo Don Rogelio, reconocido médico tradicional, lo reportó como comestible, menciona que para ello le
quita el “pellejito” (epicutis) y se lo come con sal bien cocido; todas las demás personas entrevistadas lo clasi-
fican dentro de los loloco nanácatl (todos los hongos que ocasionan cuadros de intoxicación). **Aunque no se
recolectó, se le tomó foto en campo a un ejemplar en fresco mostrado por un sabedor.
Cuadro 6. Hongos reportados como medicinales en Chimalapa que no pudieron ser recolectados
ni observados, por lo que se desconoce su identidad taxonómica.
Nombre Estímulo Observaciones o
Descripción
local fotográfico posibles taxones
Un joven menciona que su abuelita lo ocupa
para curar pero no sabe qué padecimiento ni
Puede tratarse de al-
cómo se prepara; de acuerdo con la informa-
guna especie de los
Powapitzale Ninguno ción proporcionada es un hongo blanco que
géneros Hericium,
crece sobre la madera en el monte, con la
Tremella, o de algún
peculiaridad de que solo sale un día y al si-
mixomiceto.
guiente se pudre: es comestible.
Se informa que solo han escuchado que es Todo indica que se
Trametes
Desconocido bueno para los riñones y la gastritis, pero no refieren al mismo
versicolor
saben cómo preparar el remedio. etnotaxón, correspon-
Unos niños refieren que este hongo es utiliza- diente a los poliporoi-
do “para que no vas a la pipi a cada rato”, des lignícolas de repi-
Hongo de “mal de orín”, dolor de estómago y dolores de sa; pero si tiene pig-
Ninguno
palo cabeza. Para ello el hongo se hierve y se ingie- mentos rojizos pude
re en té, el cual se torna rojo. También señalan ser alguna especie del
que es duro como leña y que no es comestible. género Pycnoporus o
Las hongueras entrevistadas solo saben que algún otro con tonali-
Trametes
Desconocido crece sobre madera y que es medicinal, pero dades rojizas, tal como
versicolor
no saben qué cura ni cómo. Fomitopsis pinicola.
Don Rogelio, médico tradicional, menciona
Se trata de un etnota-
que un amigo suyo llamado Darío que vive en
No lo Xanthoparmelia xón que incluye a dife-
San Fernando, lo junta, lo hace en té y lo bebe
recordó cumberlandia rentes especies de
porque es bueno para todo el cuerpo, limpia
líquenes foliosos.
adentro del cuerpo.
42
Cuadro 7. Hongos medicinales cuyo conocimiento no es tradicional en Chimalapa.
Nombre Nombre
Descripción
científico local
Tres personas mencionan que solo han escuchado que es medicinal
Oconanácatl
Tricholoma pero no saben qué cura ni cómo se prepara. Muchos reportan que este
(hongo de
magnivelare hongo es muy apreciado por los japoneses y que lo compran a precios
ocote)
muy elevados, a veces por encima de mil pesos por kilogramo.
Una persona dijo que es para curar la diabetes y otras tres, que solo
Ganoderma Hongo
han escuchado que es medicinal porque lo vieron por televisión y que
gpo. lucidum michoacano
se da en Michoacán, pero nadie sabe qué cura ni cómo se prepara.
Citlalcocos (citlal
= estrella, cocos En la cabecera municipal un señor que no pertenece al grupo origina-
= nombre rio de la zona de estudio, se acercó durante una entrevista que se estaba
Amanita para referirse a realizando con una honguera y dijo que él utiliza a este hongo para
muscaria var. A. gpo. sanar infecciones internas o externas; para ello coloca un esporoma en
flavivolvata caesarea, de un frasco con alcohol y lo sella, el hongo se desintegra y solo queda
cocostic = ama- “como su fibra”, ésta se elimina y la solución que queda es la que se
rillo) o yema ingiere, pero en pequeñas cantidades (unas gotas).
de veneno
43
Cuadro 8. Hongos considerados comestibles y medicinales en San Isidro Buensuceso.
Nombre científico Nombre local
Amanita cf. caesarea Ayoxochitl
A. rubescens* Totoltenanácatl o huevonanácatl
Boletus pinophilus Xotoma
Cantharellus gpo. cibarius** Tecosa
Chroogomphus jamaicensis Tlapaltecoza o pito de burro
Clitocybe gibba Izquilon
Gomphus floccosus Tlapiztal, corneta o cornetitas
Helvella crispa
H. lacunosa Gachupín
H. sulcata
Hygrophorus chrysodon Xilonananácatl o xilonanácatl
Hypomyces lactifluorum Chilnanácatl
Laccaria bicolor Xoxocoyoli o xoxocoyole
Lactarius indigo Xilnanácatl morado, cacash ocuatecach azul
Oyamelxilnanácatl, xilnanácatl, xilnanácatzin, xilnanácatl de oyamel o
L. salmonicolor
cuatecach naranja
Lycoperdon sp. 21
Xiteburo, xitetl, xitenanácatl, xiteburotzin (xitetl = huevo o testículo,
L. caudatum
buro = burro; huevo de burro), totoltenanácatl (totol = huevo, naná-
L. perlatum
catl = hongo; hongo huevo), cefamile, huevo de burro o huevitos
L. umbrinum
Lyophyllum sp.*** Xolet
Morchella elata Olonanácatl u hongo de chipocle
Ramaria sp. 32 Xelguasnanácatl, xelguas morado o escobeta morada
Ramaria sp. 43 Xelguasnanácatl, xelguas amarillo o escobeta amarilla
Russula delica Cuatecash o cuatecach blanco
Suillus pseudobrevipes Poposo
Ustilago maydis Huitlacoche
*Aunque no se recolectó, se le tomó foto en campo a un ejemplar en fresco mostrado por un sabedor.
**Reconocido como medicinal bajo la técnica de cotejo con ejemplares de colección. *** Probablemente se
trate de L. decastes (Fr.) Singer o de varias especies, ya que el nombre local alude a varias especies de este géne-
ro, como se refiere en Montoya et al. (2003).
Cuadro 9. Hongos reportados como medicinales en San Isidro Buensuceso que no pudieron ser
recolectados ni observados, por lo que se desconoce su identidad taxonómica.
Estímulo Observaciones o
Nombre local Descripción
fotográfico posibles taxones
El color blanco lo distingue de los Es parte del etnotaxón
Xelguasnanácatl otros xelguas, pero se utiliza para tratar xelguas, el cual incluye
Ninguno
blanco los mismos padecimientos que las varias especies del género
otras especies de Ramaria (Anexo 3). Ramaria.
Xotoma blanco Ninguno Estos hongos son parte del etnotaxón
Se trata de etnotaxones
Xotoma xotoma, se distinguen por su color y se
Ninguno que pertenecen al grupo
morado utiliza para tratar los mismos padeci-
de los boletoides, como
mientos que Boletus pinophilus (Anexo
Tlapalxotoma Ninguno Boletus y Leccinum.
3).
44
Cuadro 9 (cont.). Hongos reportados como medicinales en San Isidro Buensuceso que no pudie-
ron ser recolectados ni observados, por lo que se desconoce su identidad taxonómica.
Estímulo Observaciones o posibles
Nombre local Descripción
fotográfico taxones
Se utiliza para sanar heridas,
incluyendo aquellas que se infec-
tan y no pueden sanar, rozadu-
Totoltenanácatl, ras, quemaduras y quemaduras
Calvatia
xiteburo o graves con agüita y sangre. Tiene
cyathiformis
huevitos forma de bolita, crece en el mon-
te, cerca del oyamel y de los
ocotes, de julio a agosto. Es Estos hongos forman parte
comestible y se comercializa. del etnotaxón que incluye a los
Se menciona que tiene forma de gasteromicetos de gleba pulve-
bolita, que es pequeño como una rulenta como las especies del
naranja; es terrícola, crece en el género Calvatia y Lycoperdon.
Xiteburo o
C. cyathiformis monte, en el mes de enero. Es
xiteburotzin
comestible. Cura las mismas
afecciones que Lycoperdon perlatum
(Anexo 3).
Tiene forma de bola, es blanqui-
Tortolito
C. cyathiformis to y cura las mismas afecciones
que L. perlatum (Anexo 3).
Se utiliza para tratar los mismos En la región, C. cyathiformis
Cefamile C. cyathiformis padecimientos que L. perlatum recibe nombres y usos seme-
(Anexo 3). jantes (Torres-García, 2009).
Se menciona que a diferencia del Todo indica que se refiere a
verdadero Xiteburo, éste no se un etnotaxa que incluye a los
Xiteburo que
C. cyathiformis come, pero se emplea para curar gasteromicetos de gleba pulve-
no se come
las mismas afecciones de la piel rulenta no comestibles, como
que L. perlatum (Anexo 3). hongos del género Scleroderma.
Un sabedor mencionó que pien-
sa que es medicinal, tal como
Fomitopsis pinicola, debido a su Este etnotaxón incluye a hon-
Trametes
Cuautenanácatl semejanza, pero no lo ha usado; gos poliporoides lignícolas de
versicolor
esto nos puede estar indicando repisa.
un conocimiento que apenas se
está generando.
El nombre local alude a que
estos hongos crecen en el
Crece cerca del ocote, y es reco- humus y en la región ya se
Ocoxalnanácatl Ninguno
nocido como alimento funcional. había registrado para Hebeloma
cf. mesophaeum (Montoya et al.,
2003).
En la región Armillaria mellea
Comestible en quesadillas, reco-
Tetecuitl Ninguno recibe este nombre local
nocido como alimento funcional.
(Montoya et al., 2003).
45
Cuadro 10. Hongos medicinales cuyo conocimiento no es tradicional en San Isidro Buensuceso.
Nombre Nombre
Descripción
científico local
Un señor mostró un jarabe conocido como Hongo Michoacano, de
Ganoderma
acuerdo con la etiqueta el tónico contiene estas tres especies de hongos
lucidum,
Hongo y algunas plantas medicinales de bastante prestigio. Esta persona lo
Grifola
michoacano emplea para tratar problemas en el hígado, provocados por ingerir
frondosa y
bebidas alcohólicas en exceso. La botella tiene un costo de mil pesos y
Lentinula edodes
se la traen del D. F.
Doña Francisca y su hermana Doña Dolores (conocedoras extraordi-
Ganoderma Hongo
narias de hongos medicinales), saben que este hongo es medicinal, pero
lucidum michoacano
desconocen qué cura y cómo prepararlo.
Figura 9. Citlalnanácatl
(Amanita muscaria var. flavivolvata).
46
2.3.- Hongos medicinales en Amatenango del Valle
En este sitio de estudio se registraron 31 especies fúngicas con atributos medicinales, 20 de ellas
también son comestibles (Cuadro 11). Dichos hongos se utilizan para tratar padecimientos del apa-
rato digestivo, circulatorio y respiratorio. También se emplean frente a enfermedades endócrino-
metabólicas y afecciones de la piel (Anexo 4). Además, se registraron nueve casos de hongos medi-
cinales que no pudieron ser recolectados (Cuadro 12).
47
Figura 10. K’analchay (Cantharellus aff. formosus).
Cuadro 12. Hongos reportados como medicinales en Amatenango del Valle que no pudieron ser
recolectados ni observados, por lo que se desconoce su identidad taxonómica.
Estímulo Observaciones o
Nombre local Descripción
fotográfico posibles taxones
Al ver la fotografía de
Esta dentro del etnotaxón kamusa, Boletus pinophilus, una per-
Sakilpansá o panza
Ninguno correspondiente a los boletoides. Es sona dijo que ese era el
blanca
reconocido como alimento funcional. colorado pero que había
otro blanco.
Refieren que es un hongo comestible,
Tomut o tomut lu’,
pero solo cuando está “tierno” y al
bud’ bak’et, tsi si kal, 20 personas al ver el estí-
igual que los otros gasteromicetos, es
chinam wakax, chi- mulo fotográfico lo reco-
medicinal: “el tomut se come cuando
namburú o seso de Calvatia nocieron, lo cual indica
tierno y después se transforma en bud’
burro, hongo hue- cyathiformis que puede ser alguna o
bak’et”. Mencionan que también tiene
vo, huevitos de la varias especies del género
forma de bola, que crece solitario o a
tierra, blanquillo o Calvatia.
veces en grupos y que tiene uso lúdi-
huevos de monte
co.
48
Cuadro 12 (cont). Hongos reportados como medicinales en Amatenango del Valle que no pudieron
ser recolectados ni observados, por lo que se desconoce su identidad taxonómica.
Nombre Estímulo Observaciones o
Descripción
local fotográfico posibles taxones
Solo una persona lo señaló y a
diferencia de los otros hongos
Este etnotaxón incluye diferentes especies
del etnotaxón, menciona que
Bud’ Langermannia de gasteromicetos de gleba pulverulenta
éste no se come. Dijo que es
bak’et gigantea que se aprovechan de manera similar para
difícil de encontrar, tiene forma
tratar principalmente afecciones de la piel.
de bola y que se da en junio,
alrededor de los montes.
Un señor dijo que estos hon-
gos emborrachan y que cuando
era niño su hermano sufría El uso de estos hongos para tratar los ata-
Chejchew Psilocybe sp. ataques epilépticos, fue tratado ques epilépticos ya ha sido reportado en
por un médico tradicional que otros lugares del país.
para curarlo utilizó este tipo de
hongos.
Todo indica que se trata de P. djamor y al
Un sabedor lo reconoció como
parecer se ubica dentro del mismo etnota-
un alimento funcional del
xón que S. commune o quizá el estímulo
mismo valor que S. commune y
Pleurotus fotográfico no bastó para que el entrevis-
Sakitaj con las mismas propiedades
djamor tado diferenciara estos hongos, ya que
terapéuticas frente a la “cruda”
muchas veces también toman en cuenta
provocada por ingerir bebidas
otras características organolépticas como el
alcohólicas en exceso.
sabor el olor y la textura.
El nombre del etnotaxa incluye hongos del
Lo reconocen como un género Cantharellus, pero no se puede des-
K’analchay Clitocybe gibba
alimento funcional. cartar que se trate de alguna especie del
género Clitocybe.
Se sugiere que el nombre local correspon-
Lo reconocen como un de con alguna especie del género Daldinia,
Daldinia
Tomut’ lu’ alimento funcional. El nombre tal como D. concentrica o D. fissa, ya que en
concentrica
alude a su forma globosa. otras comunidades ha registrado como
comestible y medicinal (Lampman, 2007a).
El nombre local corresponde con
Taxo o Mencionan que es caliente
Ninguno Neolentinus lepideus (Fr.) Redhead & Ginns
tajxux porque sale en cuaresma.
(Shepard et al., 2008).
Se plantea que es alguna especie de Suillus,
Lo reconocen como un
Birida Ninguno ya que el nombre local es parecido a bílula,
alimento funcional.
nombre asignado a Suillus sp.
49
2.4.- Hongos medicinales en Tenejapa
En este sitio de estudio se registraron 26 especies fúngicas con atributos medicinales, ocho de ellas
también son comestibles (Cuadro 13). Dichos hongos se utilizan para tratar padecimientos del apa-
rato digestivo, circulatorio, respiratorio y reproductor femenino. También se emplean frente a en-
fermedades propias de la cultura o también llamados síndromes de filiación cultural, enfermedades
de la mujer y afecciones de la piel y los ojos (Anexo 5). Además, se registraron seis casos de hongos
medicinales que no pudieron ser recolectados (Cuadro 14) y seis casos de hongos medicinales cuyo
conocimiento no es tradicional en el sitio de estudio (Cuadro 15).
Cuadro 14. Hongos reportados como medicinales en Tenejapa que no pudieron ser recolectados ni
observados, por lo que se desconoce su identidad taxonómica.
Estímulo Observaciones o
Nombre local Descripción
fotográfico posibles taxones
Este etnotaxón corres-
Boletus
T’onkos Al igual que los otros hongos comes- ponde a varias especies
pinophilus
tibles se consideran alimentos fun- de boletoides.
Lactarius cionales. Todo indica que se trata
Yaxal chejchew
indigo de L. indigo.
50
Cuadro 14 (cont.). Hongos reportados como medicinales en Tenejapa que no pudieron ser reco-
lectados ni observados, por lo que se desconoce su identidad taxonómica.
Estímulo Observaciones o
Nombre local Descripción
fotográfico posibles taxones
51
Cuadro 15 (cont.). Hongos medicinales cuyo conocimiento no es tradicional en Tenejapa.
Nombre
Nombre local Descripción
científico
Sirve para aliviar el dolor de los tendones y la espalda,
Chejchew ulk’alte’ o así como para tratar el tétanos, para ello se toma en
Boletus sp.
pancita caldo y se puede revolver con otros hongos de otras
especies, siempre y cuando sean comestibles.
Hombrecito o Para eliminar el hongo de los pies se revuelve con
Psilocybe sp.
soldadito azufre y se aplica sobre el área afectada.
Con excepción del “hongo michoacano”, todos los demás fueron señalados por un curandero bastante reco-
nocido; el señor ha participado en algunos programas regionales relacionados con la medicina tradicional y
por ello frecuentemente está en contacto con autoridades gubernamentales y sanitarias. Todo indica que la
información proporcionada sobre estos hongos la obtuvo de la obra de Guzmán (1994a), ya que el terapeuta
tradicional mostró una libreta con apuntes a mano donde venían estos reportes de hongos medicinales, en
dicho cuaderno los nombres y usos específicos de los hongos aparecen tal y como son descritos en la publi-
cación mencionada; sin embargo, el médico comienza a transformar o a enriquecer ese conocimiento, adap-
tándolo a su contexto biológico y cultural, basado en su experiencia y en su “don” para curar.
52
2.5.- Hongos medicinales en La Cañada
En este sitio de estudio se registraron cinco taxones fúngicos con atributos medicinales, pocas en
comparación con las comunidades tseltales y nahuas; entre éstos hongos, el kejtá (etnotaxón corres-
pondiente a boletoides), el buejaitá (Ustilago maydis) (Figura 12) y el kenkjua de llano (Calvatia cyathi-
formis) son comestibles. También se encontró con uso terapéutico al buejaitá blanco (Claviceps gigan-
tea) y a un etnotaxón de líquenes pertenecientes al género Usnea. A dichos hongos los han empleado
para tratar padecimientos del aparato digestivo, del aparato excretor y afecciones de piel y de la
nariz (Anexo 6). Además, se registraron seis casos de hongos medicinales que no pudieron ser reco-
lectados (Cuadro 17) y dos casos de hongos medicinales cuyo conocimiento no es tradicional en el
sitio de estudio (Cuadro 18).
Como producto de la entrevista adicional, se obtuvo que al igual que las personas de la Cañada, en
San Andrés Timilpan se refiere que el hongo de maíz (U. maydis) es utilizado para curar heridas,
raspones, cortaduras y quemaduras. Para ello lo desgrana, lo muele y lo pone en alcohol, cuando el
alcohol está negro éste se aplica sobre las heridas. El sabedor también mencionó al “hongo michoa-
cano” teniendo noción de que es medicinal por la publicidad televisiva, pero dice que en su comu-
nidad nadie lo corta, que nadie sabe qué cura ni cómo se prepara.
Figura 12. Buejaitá (Ustilago maydis). Ejemplar obsesequiado por Don Aurelio Mauro, quien lo guradaba
para para emplearlo con fines terapéuticos en caso de afecciones cutáneas.
53
Los hongos como alimentos funcionales
Solo una señora señaló que los hongos comestibles (Cuadro 16), ayudan a mejorar la salud, indicó
que todos los hongos comestibles son saludables porque no tienen químicos y tienen vitamina, tal
como lo han referido en otras comunidades. Sin embargo, no se especifica qué tipo de problemas
de la salud se pueden atender con los hongos y más que percibirlos como alimentos funcionales,
son considerados alimentos muy nutritivos. A continuación se enlistan algunos hongos comestibles
consumidos por los pobladores de La Cañada, mostrando su nombre local.
54
Cuadro 17. Hongos reportados como medicinales en La Cañada que no pudieron ser recolectados
ni observados, por lo que se desconoce su identidad taxonómica.
Estímulo Observaciones o posibles
Nombre local Descripción
fotográfico taxones
Kjetá de madroño o Boletus El hijo de la partera menciona
pancita roja pinophilus que su mamá utilizaba estos Todo indica que este etnota-
Kjetá o panza blanca Ninguno hongos para limpiar o lavar el xón incluye varias especie del
Kjetá o panza gris Ninguno estómago, como purgante o género Boletus, como:
desparasitante. El remedio B. pinophilus, B. aestivalis,
Kjetá o panza negra Ninguno consiste en tomar un caldo con B. reticulatus, B. piperatus y/o
dos esporomas de tamaño B. regius, así como algunas
Kjetá o panza amarilla Ninguno regular, sin sal, en ayunas, una especies de Leccinum.
vez por la mañana.
Se sugiere que varias especies
En té se utiliza para aliviar de líquenes del género Usnea
Bigote de árbol Usnea strigosa
dolores de estómago. se encuentran dentro de este
etnotaxón.
55
pulmón y calentura, ya que los hongos son fríos o frescos. Para ello se hierve uno o medio litro de
agua en una olla, de preferencia se le agrega medio litro de agua miel, después se le agrega el hongo,
sin limpiar, tantita sal (o si no hay con azúcar), el caldo se toma calientito mientras se pide en el
nombre del Señor que los ayude a sanar; se ingiere el preparado en un vasito cada 10 o 15 min y
enseguida se observa una respuesta favorable en los enfermos. Además, señala que los hongos se
pueden preparar con hierbas y así hacer un remedio, pero siempre y cuando el hongo: “congenie
con la hierba”. Este tipo de procedimiento para tratar diversos padecimientos se puede seguir con
diversos hongos, los cuales no deben hervir; sin embargo, hay algunos que sí deben hervirse, ya que
de lo contrario puede ocasionar malestares, ejemplo de esto es el kjogusti morado (Lactarius indigo) y
el kjodeñi (Amanita muscaria); de acuerdo con don Chabelo es peligroso comer estos hongos crudos y
si no se cocen bien provocan vómito.
Ejemplar: 1 Bautista-González 288; 2Bautista-González 102, 104, 116, 125 y 128; 3 Bautista-González 277;
4 Bautista-González 301; 5 Bautista-González 280, 281 y 291. ΘVer figura 13.
56
Cuadro 19 (cont.). Hongos considerados comestibles y medicinales en el Ejido Detiña.
57
Cuadro 20. Hongos reportados como medicinales en el Ejido Detiña que no pudieron ser recolec-
tados ni observados, por lo que se desconoce su identidad taxonómica.
Estímulo Observaciones o
Nombre local Descripción
fotográfico posibles taxones
Crece en los alrededores de la milpa, presenta
un “polvito”, tiene una “patota” (estípite) y
una “cabezota” (píleo); además, posee una
Chupereje Ninguno Ninguna
“telita” alrededor. Se utiliza para tratar enve-
nenamientos, por ejemplo aquellos causados
por hongos tóxicos.
Es blanco, en forma de bola, grande como un
casco, crece en grupo de dos a tres, terrícola,
crece cuando hay sereno o neblina y es muy
Las características
apreciado como comestible, incluso tienen
Kjoñein u descritas, indican
Langermannia técnicas para su preservación. El médico tra-
hongo de que puede tratarse
gigantea dicional indica que sirve para aliviar dolores de
sereno de Calvatia gigantea
cabeza, de pies, de estómago y la calentura. Su
o una especie afín.
hijo menciona que es bueno contra la diabetes
y que han llegado desde San Luis Potosí para
encontrar este hongo.
Se sugiere que
puede ser Lactarius
Kjogusti u oreja Muchas personas lo reconocen como comes- gpo. deliciosus, una
de Lactarius tible, otras indican que es tóxico, pero el mé- especie afín, o
puerco deliciosus dico tradicional lo considera medicinal y co- quizá lo estén
colorada mestible. confundiendo con
otra especie como
H. lactifluorum.
Dada la descrip-
Kjodeké o ción de sus estruc-
kjondeke, turas y los colores,
En la mayoría de entrevistas lo reconocen
carda o cardas, puede ser una o
como comestible, sus nombres están relacio-
hongo de car- algunas especies
nados con las proyecciones acicaladas que
da*, hongo de del género:
presentan este tipo de hongos en el himenio;
escarda, hongo Hydnum;
carda es un instrumento elaborado con una
de escardar, Hydnum el blanco poría ser
tabla de madera y muchos clavos salidos, se
hongo de cha- repandum H. albidum;.
emplea para extender o peinar la lana, después
rrasquita, len- también podrían
de ello la lana ya se puede hilar. Mencionan
gua de vaca, referirse a
que hay de color azul, negro y blanco. Don
lengua de gato, H. aff. imbricatum
Chabelo también lo reconoce como alimento
paladar de gato, L. ex Fr. citado
funcional.
clavo, clavito o por Estrada-
panza de res Torres y Aroche
(1987).
58
Cuadro 20 (cont.). Hongos reportados como medicinales en el Ejido Detiña que no pudieron ser
recolectados ni observados, por lo que se desconoce su identidad taxonómica.
Nombre Estímulo Observaciones o
Descripción
local fotográfico posibles taxones
Todo indica que se
trata D. concentrica o
No se
Daldinia una especie afín, ya
recuerda
concentrica que se ha encon-
el nombre
trado creciendo
cerca de la región.
Solo Don Chabelo reconoce a todos estos hon- Se sugiere que
Hongo del Auricularia gos como comestibles y medicinales. Los hon- puede ser una o
árbol fuscosuccinea gos del género Pleurotus y Morchella también varias especies del
fueron reconocidos como comestibles por los género Auricularia.
Cuashale u habitantes de la comunidad. Los nombres loca-
hongo de Pleurotus djamor les ya se habían
cazahuate registrado en otras
partes del país para
Mazorca,
Morchella especies del género
panal o
esculenta Pleurotus y Morchella
gachupín
(Guzmán, 1997).
*Nombre registrado anteriormente por Estrada-Torres y Aroche (1987).
59
3.- Resultados del análisis comparativo
Con base en el análisis del conocimiento tradicional de hongos medicinales y sus usos específicos
(variables), por parte de las personas de las comunidades de estudio (unidades a comparar), en la
figura 14 se observa cómo las comunidades nahuas se agrupan entre sí, al igual que las tseltales; sin
embargo, las otomíes no se agrupan entre sí y una de ellas, La Cañada, queda muy distante de las
demás, debido quizá a la carencia de información registrada en dicho sitio. En la figura 15 también
se observa que los otomíes y los nahuas se agrupan más entre sí, mientras que los tseltales quedan
más alejados. Los resultados obtenidos a partir del análisis del conocimiento tradicional de hongos
medicinales, indican que existe un mayor grado de convergencia intercultural cognitiva entre los
nahuas y los otomíes, que entre los tseltales con respecto a los otros dos grupos culturales; tal como
se planteó en la hipótesis.
Figura 14. Fenograma obtenido del análisis de conglomerados por comunidad. N = nahuas, O = otomíes y
T = tseltales.
60
Figura 16. Proyección de los sitios de estudio en el espacio de los dos primeros componentes
principales de acuerdo al conocimiento tradicional sobre los hongos medicinales.
En la figura 16 se observa que el primer componente forma dos grupos, el primero integrado por
Chimalapa, San Isidro Buensuceso y Ejido Detiña; el segundo por Tenejapa, Amatenango del Valle
y La Cañada. El segundo componente muestra que San Isidro Buensuceso y Ejido Detiña son muy
similares; mientras que La Cañada, Amatenango del Valle y Tenejapa son los que menos se parecen.
Los Eigenvalores obtenidos muestran que los dos primeros componentes explican el 55.11% de la
variación; mientras que el tercero explica solo el 18.81%. Los datos de la matriz de cargas (Anexo
12) muestran que los hongos que más influyen en el arreglo de los sitios de estudio en el primer
componente son: los poliporoides lignícolas de repisa, los cuales son usados como astringentes
frente a heridas sangrantes, “rajadura de piel” y erupciones cutáneas como verrugas y granos; Schi-
zophyllum commune, empleado para proporcionar fuerza a las embarazadas y estimular la lactancia, así
como para aliviar la “cruda” (resaca); los parásitos del maíz utilizados contra afecciones del aparato
digestivo como desórdenes gastrointestinales en general, infecciones, dolor e inflamación; y los
líquenes usados para aliviar desórdenes gastrointestinales como dolores, diarrea y disentería. En el
segundo componente los que tienen mayor incidencia son: los parásitos del maíz que se usan para
detener las hemorragias nasales; los alimentos funcionales empleados para tratar la hipertensión,
como tónico para la sangre y/o circulación, para limpiar de grasa las venas y la anemia, para los
resfriados, catarro, tos o “mal de pulmón”, problemas relacionados con los riñones o “mal de orín”,
malestares en general, dolores de cabeza, mareos, náuseas o asco y falta de apetito; Amanita gpo.
caesarea para aliviar malestares en general; y Lactarius indigo para tratar la gastritis. En el tercer com-
ponente los hongos sobresalientes son: los poliporoides lignícolas de repisa para atender desórde-
nes gastrointestinales en general, como el dolor; Lactarius gpo. deliciosos o L. salmonicolor para curar las
malas enfermedades o brujería; y los boletoides empleados como purgantes y desparasitantes, entre
otros desórdenes gastrointestinales en general, como las infecciones, el dolor, la inflamación, el
empacho y la gastritis.
61
X.- Discusión
1.- Sobre la investigación bibliográfica
En cuanto a la revisión bibliográfica, cabe señalar que no fue exhaustiva, ya que se tuvo cierta difi-
cultad para localizar y obtener las fuentes originales; debido a que muchas están en tesis y tesinas
que pertenecen a universidades donde se limita su acceso a quienes no pertenecen a la institución.
En otros casos porque las publicaciones son de años atrás en donde no había forma de digitalizarlas
y por ende se restringe bastante su acceso. En cuanto a la información publicada en revistas de talla
internacional, aunque existe cierta dificultad para obtener los artículos y acceder a dichas revistas, la
mayoría de los autores facilitaron, con mucha gentileza, el acceso a sus trabajos cuando se les solici-
taba a través del correo electrónico. A pesar de todas las dificultades, la mayoría de los registros
fueron obtenidos de fuentes documentales primarias, aunque en algunos casos solo se registraron
tal y como aparecen en las obras de Guzmán (1994a; 2008a). En esta última se extrapolan los usos
específicos de todos los líquenes, de la misma forma pasa con algunos gasteromicetos, los hongos
del género Pleurotus y Psilocybe, ya que para la gente son etnotaxones que sirven de la misma manera;
sin embargo, habría de esclarecer si efectivamente todos estos grupos de hongos se han utilizado
para lo que se señala o solo es una acertada conjetura. También habría que explorar para cada regis-
tro si efectivamente se trata de una sola especie medicinal, porque lo observado en campo indica
que muchas veces cuando se menciona el uso medicinal de un hongo, no se refieren a una sola
especie sino a un etnotaxón que pude incluir a varias de especies de uno o varios géneros.
En cuanto a los hongos psicotrópicos, particularmente los del género Psilocybe, se han reportado con
uso medicinal en diferentes partes de la república, pero existe cierta irregularidad en cuanto al regis-
tro de sus usos medicinales; Guzmán (1994a) incluye en su trabajo sobre hongos medicinales a
varias especies como Psilocybe aztecorum, P. caerulescens, P. cubensis, P. mexicana, entre otros; sin embar-
go, en la publicación de 2008a ya no aparecen en el listado, pese a que menciona que todas las espe-
cies alucinógenas de Psilocybe son utilizadas en ceremonias sagradas contra la ansiedad y otros pro-
blemas de salud. Al respecto de esto es preciso aclarar que todos estos hongos psicotrópicos son
susceptibles de ser utilizados como medicinales y probablemente la mayoría han sido empleados en
la medicina tradicional, pero sería deseable que en una futura investigación se esclareciera la situa-
ción para cada especie y entones discernir si se puede extrapolar o no el uso de todas estas especies.
Por otra parte se nota que hay reportes muy escuetos, donde se carece de información clave para
comprender cómo es que se utiliza el hongo. Particularmente faltan datos sobre la fórmula de pre-
paración, pues en algunos casos solo se menciona que es en caldo, té o sopa, pero no se indica qué
ingredientes extra lleva el preparado, las dosis que se deben administrar, las veces que se debe to-
mar, ni el tiempo de duración del tratamiento. En ocasiones tampoco señalan la ascendencia cultu-
ral de la gente que reporta dicho uso ni cómo es que adquirieron este conocimiento. En cuanto a
este tema de los grupos culturales originarios que emplean hongos medicinales, se encontraron solo
19, esto es alarmante ya que refleja el descuido y la falta de estudios etnomicológicos; si solo se
tiene registros por parte de 19 grupos étnicos quiere decir que faltan por explorar alrededor de 49
más, ya que de acuerdo con el INALI (2008) hay 68. Por ello nuevamente se subraya la necesidad y
la urgencia de llevar a cabo este tipo de investigaciones, antes de que la extraordinaria diversidad
biológica y cultural de México se siga erosionando.
De acuerdo con la exploración documental, pese a que los nahuas destacan entre los grupos huma-
nos más estudiados desde un enfoque etnomicológico (Moreno-Fuentes et al., 2001; Moreno-
Fuentes, 2002), los tseltales son hasta el momento el grupo cultural que más utiliza hongos medici-
nales en el país, contando con 28 especies, mientras que entre los nahuas solo se han registrado 13,
le siguen los otomíes con nueve y los purépecha con seis, los mayas, mixtecos, rarámuris y seris solo
tienen cuatro, los chujes, matlazincas, mazahuas y wirrárixas solo dos, mientras que los chinantecos,
lacandones, mames, popolocas, tepehuas, totonacos y triquis solo cuentan con una. Este orden es
un reflejo del número y calidad de estudios etnomicológicos realizados con los respectivos grupos
culturales ya que las etnias más estudiadas son las que más hongos medicinales tienen, pero dicho
orden seguramente irá cambiando conforme se realicen más investigaciones. En cuanto al por qué
los tseltales son el grupo cultural con más registros de especies medicinales, la respuesta pude estar
62
relacionada con el polémico proyecto “Bioprospección, Conservación de la Biodiversidad y Desa-
rrollo Sustentable en los Altos de Chiapas”, conocido como “ICBG-Maya”; ya que dicho proyecto
impulsó diversas investigaciones sobre el conocimiento tradicional de recursos naturales con pro-
piedades medicinales empleados por los mayas de Los Altos de Chiapas, con el objetivo de investi-
gar las bases científicas de la medicina tradicional y desarrollar usos alternativos y productos medi-
cinales (Liedo-Fernández, 2001).
Resulta interesante que al igual que en el trabajo de campo, la mayoría de hongos medicinales repor-
tados en la literatura son comestibles, con la excepción de los líquenes, poliporoides lignícolas de
repisa, algunos gasteromicetos y uno que otro hongo considerado tóxico como A. muscaria. Final-
mente, aunque el número de especies con atributos terapéuticos reportados en la medicina tradicio-
nal mexicana es relativamente inferior al de los comestibles, se debe tomar en cuenta que al igual
que ha ocurrido con éstos (Garibay-Orijel y Ruan-Soto., 2012), el número de especies medicinales
se irá incrementando conforme se desarrolle la etnomicología mexicana, en particular el número de
investigaciones, su calidad, cobertura geográfica y cultural, así como los progresos que se alcancen
en aspectos taxonómicos.
63
excelente instrumento, los entrevistados señalaron, en repetidas ocasiones, que hacían falta fotogra-
fías de algunos hongos; los cuales al parecer tienen una destacada importancia cultural, tal es el caso
de algunas especies pertenecientes a los géneros de Cantharellus, Russula y Gomphus. Otro problema
presentado fue que, en varias ocasiones, los entrevistados dudaron de la identidad de los hongos
mostrados por fotografía, mencionaban que eran parecidos a los que habían visto en la región, pero
que no eran los mismos. Por ello lo ideal sería elaborar guías de estímulos fotográficos con imáge-
nes de los propios hongos que crecen en los alrededores de los sitios de estudio.
Siguiendo la técnica de bola de nieve, se logró contactar a los médicos tradicionales más reconoci-
dos de cada comunidad, en donde todavía hay; a los adultos mayores que son expertos conocedores
de hongos y medicina tradicional, así como a experimentados hongueros locales; ellos fueron los
que exhibieron el conocimiento más amplio y profundo sobre hongos medicinales.
Los criterios para la selección de las personas a entrevitar fueron congruentes con la opinión de la
propia gente de las comunidades; decían que la información que se estaba buscando la tenían los
adultos mayores y los médicos tradicionales. Sin embargo, los niños, jóvenes y adultos maduros,
también poseen cierto conocimiento sobre las propiedades terapéuticas de los hongos. En particu-
lar es sorprendente que algunos niños conocen desde temprana edad cómo usar hongos medicina-
les, mientras que algunos adultos ni siquiera creen que existan; en Chimalapa esto quedó evidencia-
do cuando un grupo de niños refirieron el uso medicinal del “hongo de palo”, mientras que varios
señores extrañados y entre risas decían que ese tipo de hongos no hay en su bosque. El conoci-
miento infantil sobre hongos medicinales también ha sido registrado en otras investigaciones, en
donde señalan hongos que sirven para eliminar granos, dolor de huesos, dolor de estómago y hasta
para adivinar (Hernández-Estillado, 2005). Por ello aunque no se compara con la información que
exhiben los adultos mayores y los médicos tradicionales, no se debe dejar pasar la oportunidad de
entrevistar a niños y a jóvenes; ya que pueden llegar a proporcionar datos muy valiosos. Incluso si
no saben de ningún hongo medicinal, el registro de ésto resultaría importante; ya que podría ser
evidencia del rompimiento del eslabón cognitivo, fenómeno observado en otras investigaciones
(Alvarado-Rodríguez, 2010).
Ante la problemática de no lograr recolectar los hongos medicinales referidos en los sitios de estu-
dio, se destaca la incorporación de dos técnicas no previstas desde el inicio, los encargos especiales
y el cotejo con ejemplares de la colección micológica. La primera ayudó a obtener los materiales
biológicos que de otra forma no se hubieran podido conseguir y la segunda permitió el acercamien-
to más preciso a la identidad taxonómica de la especie en cuestión.
En cuanto a los encargos especiales, uno de los problemas es que como la gente reconoce con un
nombre a varias especies, pueden llegar a revolverlas; un caso particular sucedió en Tenejapa, donde
un sabedor depositó en la misma bolsa varios ejemplares de diversas especies de Usnea (Figura 4).
Para evitar este tipo de situaciones, habría que decirle a las personas que aunque sea la misma clase
de hongo cada uno lo coloque en bolsas diferentes y para mejorar la técnica se tendría que ir a cam-
po con estos sabedores y no solo mencionarles cómo recolectar, sino mostrarles en persona cómo
es que se recolecta, ya que esta es la forma natural de aprender y además es más fácil y didáctico
aprender lo práctico que lo teórico.
Los encargos especiales, al igual que los recorridos etnomicológicos, permitieron tener un acerca-
miento más estrecho con los sabedores, ya que ellos notaban que definitivamente necesitábamos su
ayuda porque se ignoraba cómo era el hongo y el lugar donde se da; de cierto modo los miembros
del equipo de trabajo eran vistos como niños curiosos, desamparados e ignorantes, y como en la
naturaleza humana está el ayudar al prójimo, esto fortaleció más el vínculo entre los sabedores y los
investigadores. En lo particular el autor sintió que lo ayudaban y cuidaban como si fuera parte de la
familia. Durante los recorridos la gente se mostró más abierta y colaboradora; al compartir el ca-
mino, el tiempo, la bebida y la comida, se fortalecen los vínculos personales de una manera extraor-
dinaria, lo cual en este caso resultaba sumamente provechoso para la investigación, ya que los sabe-
res de medicina tradicional son a veces secretos de familia que en ocasiones ni los propios hijos
conocen, y al fortalecer los vínculos se generó la suficiente confianza para que contaran esos secre-
tos; lo que lleva a conjeturar que en las investigaciones etnobiológicas es de vital importancia gene-
64
rar vínculos de amistad y confianza, ya que de ellos puede depender la calidad y confiabilidad de la
información obtenida, y por ende el conocimiento generado.
Cabe señalar que faltaron muchas especies de hongos considerados comestibles y medicinales en
cada una de las comunidades; lo presentado es solo una pequeña muestra del gran bagaje de hongos
considerados alimentos funcionales, por lo que aún falta mucho por hacer en los sitios de estudio.
Esto representa un llamado de atención para no abandonar una comunidad de estudio, sino darle
continuidad, ya que como se ve en San Isidro Buensuceso, a pesar de que es la comunidad más
estudiada en términos etnomicológicos, aún arroja mucha información nueva.
Entrando a la discusión sobre las cuestiones taxonómicas, es preciso señalar que esta parte fue la
que más se prolongó, debido a la falta de experiencia por parte del autor y las dificultades intrínse-
cas que presenta la micología a nivel mundial, ya que el conocimiento sobre la diversidad fúngica es
incompleto y hay pocos expertos en taxonomía (Mueller et al., 2007). Guzmán (2008b) ha señalado
que pese al importante desarrollo de la micología en México, sigue vigente la carencia de estudios
taxonómicos y apoyo para desarrollar dichos trabajos, así como la falta de especialistas. Éstos obs-
táculos ya han sido señalados para las investigaciones etnomicológicas y por ello se debe estimular
más y mejor el estudio de los macromicetos, ya que aún se desconoce mucho sobre ellos, inclusive
especies silvestres que se venden en los mercados populares (Guzmán, 2007). En particular hace
falta mucho trabajo en taxonomía de líquenes; determinarlos implica, además de la revisión de ma-
cro y microestructuras, análisis moleculares y químicos que solo unos cuantos investigadores en
México llevan a cabo. Debido a la falta de claves taxonómicas para especies de México, la determi-
nación de la identidad científica de algunos ejemplares se realizó con claves norteamericanas y eu-
ropeas, por lo que posiblemente algunas especies referidas en los listados no sean las mismas que
las que se desarrollan en dichas regiones, aunque sean muy semejantes; por ello hubo ejemplares
que no pudieron determinarse a nivel de especie o quedaron como afín.
65
Por ello la importancia de continuar desarrollando este tipo de investigaciones en dichas comunida-
des, sin dejar de seguir incursionando en nuevos sitios de estudio.
Aunque las especies pertenecen a muchos géneros taxonómicos distintos, los hongos reportados
como medicinales se pueden agrupar de la siguiente manera.
Boletoides.- Hongos con características morfológicas semejantes a Boletus y Leccinum. En la mayoría
de las comunidades fueron reconocidos como alimentos funcionales y en particular en La Cañada
mencionan que los hay en varios colores; sin embargo, la temporada no fue buena, dicen los sabe-
dores, y por lo tanto no se logró recolectar ninguno. En particular refirieron boletoides rojos, blan-
cos, grises, amarillos y negros, todos medicinales. Sería muy pertinente continuar una investigación
donde se recolecten todas estas especies pertenecientes a los etnotaxones medicinales kjetá como se
conoce en otomí, tlacuayel o xotoma como se conocen en náhuatl y kamusa o t’onkos en tseltal.
Parásitos del maíz.- En las comunidades nahuas y otomíes, uno de los hongos medicinales con
más popularidad es U. maydis, empleado principalmente para tratar afecciones de la piel; de igual
manera un hongo utilizado para los mismos fines es Claviceps gigantea y aunque no se pudo recolectar
debido a las sequías y heladas, se pudo corroborar que éste es el hongo conocido como huitlacoche
blanco u hongo blanco del maíz. El uso medicinal de C. gigantea ya se había reportado como medi-
cinal para tratar padecimientos de la piel en Puebla (Valadez-Azúa et al., 2011) y en una entrevista
realizada a Don Prisciliano Mendoza, de Tetela del Volcán, Morelos, se registró el uso astringente
de este hongo para curar heridas en humanos y en algunos animales como vacas y caballos. Cabe
señalar que a diferencia de las otras comunidades, en San Isidro Buensuceso el huitlacoche no es
considerado un hongo. En todas las comunidades donde se emplea para tratar afecciones de la piel,
lo dejan secar al sol durante dos semanas, evitando que se pudra; hay quienes lo dejan secarse en la
propia milpa. Una vez deshidratado lo guardan en hojas de totomochtle, en frascos o en bolsas que
colocan en alguna pared. En otomí le llaman buejaitha o kjotha (hongo del maíz), en tseltal slu’ ixim
(porquería o semen del maíz) y en náhuatl es muy conocido como huitlacoche (excrecencia dormida),
en todos los casos se alude a su relación con el maíz, aunque en la última de una manera implícita.
Gasteromicetos de gleba pulverulenta.- En todas las comunidades, excepto en el Ejido Detiña,
todos estos hongos fueron reconocidos como agentes astringentes y medicinales frente a diversas
afecciones de la piel. En San Isidro Buensuceso les dicen xiteburo y el etnotaxón corresponde solo a
las especies comestibles de Lycoperdon; sin embargo, en Chimalapa el etnotaxón boboche mihke corres-
ponde con varias especies de Lycoperdon, Bovista, Scleroderma y otros géneros. En las comunidades
tseltales le llaman bud' bak’et o tsis chauk, en Amatenango del Valle y Tenejapa respectivamente y
también corresponden con diversas especies de los géneros Lycoperdon, Scleroderma, Astraeus y Pisoli-
thus, entre otros. Resulta interesante que algunas personas muestran preferencia por alguna especie,
y en ocasiones hasta las separan tomando en cuenta diversas características como el estadio de desa-
rrollo o el tamaño; por ejemplo, en Amatenango del Valle, a Doña Juana y a Don Bartolo se les
mostraron ejemplares inmaduros de Lycoperdon y ambos coincidieron en que no eran bud' bak’et, que
son bud' bak’et solo los que tienen polvo; y es lógico, ya que solo los que tienen polvo sirven para
curar y el propio nombre lo dice, ya que bud' bak’et significa resanar la carne propia y mientras no
tengan polvito (esporas) no sirven para resanar la carne y no pueden ser bud' bak’et. Doña Juana,
también mencionó que entre los bud’ bak’et, prefiere al que corresponde a Pisolithus tinctorius, ya que
es el hombre y cura más; ella los separa en hombres a P. tinctorius y mujeres a Astraeus hygrometricus.
Esto concuerda con la opinión de otras personas, quienes señalan que entre los bud’ bak’et, el mejor
es P. tinctorius, ya que al ser más grande tiene más polvo y por ello es el mejor; sin embargo, otras
personas mencionaban que el mejor bud’ bak’et es A. hygrometricus porque es más “gruesecito”; esta
preferencia por A. hygrometricus también se documentó en otras entrevistas y por ejemplo Feliciano,
Pedro y su familia, mencionaron que es mejor porque tiene un poro donde sale el polvo y la aplica-
ción “es más fina”, no hay necesidad de untar el polvo (esporas), solo se aprieta el hongo y el polvo
sale solo, por lo que se aplica de manera más higiénica, sin tocar las esporas. En Tenejapa se realizó
el ejercicio de llevar ejemplares de gasteromicetos pulverulentos colectados en Amatenango del
Valle y hasta esos ejemplares también fueron ubicados dentro del etnotaxón tsis chauk (pedo de
rayo). Como se observa, se está cumpliendo la regla de que todos aquellos hongos con formas glo-
bosas que tienen polvo son medicinales para aliviar afecciones de la piel; por lo que sería importan-
66
te recolectar más gasteromicetos de gleba pulverulenta en los sitios de estudio para conocer la di-
versidad de especies que utilizan con dichos fines y que ubican dentro de estos etnotaxones.
Poliporoides lignícolas de repisa.- A los integrantes de este grupo se les conoce como “hongo de
tronco” y es un etnotaxón que incluye a diversos poliporoides lignícolas, pero solo algunos pueden
ser utilizados como medicinales. Por ejemplo, en Chimalapa solo Ganoderma applanatum y Fomitiporia
robusta son nanácatlcohitl (hongo de tronco) que sirven para tratar las hemorragias nasales constantes;
lamentablemente no se pudieron determinar las características que separan a los hongos de tronco
medicinales de los demás hongos de tronco. Es probable que haya más hongos de tronco medicina-
les en Chimalapa y en las otras comunidades; el reto es saber qué especies son y para ello habría que
colectar todos los poliporoides lignícolas de repisa y determinar qué características son tomadas en
cuenta para diferenciar a los medicinales de los que no lo son. Aunque se infiere que una de estas
características es el tamaño y la consistencia, ya que algunos más pequeños y suaves como Trametes
sp., a pesar de ser nanácatlcohuitl no se utilizan para curar dicha afección en Chimalapa. En San isidro
Buensuceso también les llaman nanácatlcohutil o cuahutenanácatl, en tseltal son parte del etnotaxón
chikin té (oreja de palo) y en otomí, aunque no se registró un nombre en su lengua propia, les llaman
“hongos de tronco”.
Líquenes.- Este grupo biológico corresponde con uno de los etnotaxones más utilizados en la
medicina tradicional, principalmente los que presentan un talo folioso o fruticoso; todos estos per-
tenecen a los etnotaxones coupachtli o ixochiltetl o ixochilcohuitl (su flor de la roca o del árbol) en
náhuatl, tsonté o tsotsilté (bello o bigote de árbol) en tseltal o kjoordo, “flor de pierda” o “bigote de
árbol” en las comunidades otomíes. En todos los casos, las personas no los reconocen como hon-
gos, sino como plantas, quizá por ello no han sido tan reportados en las investigaciones etnomico-
lógicas, además de que en muchas de éstas el uso de los líquenes no es tomado en cuenta; sin em-
bargo, la diversidad de líquenes es muy grande y es tanto el conocimiento que sobre ellos tiene la
gente, que ameritan por sí solos una línea de investigación, la etnoliquenología médica. Pero no será
nada sencillo desarrollarla, ya que aunque hay muchas especies utilizadas con fines medicinales,
determinar dichas especies es una labor sumamente complicada y en el país son muy pocos los
expertos en el tema. En todas las comunidades estos organismos son utilizados como medicinales,
principalmente para tratar afecciones de la piel como las heridas y enfermedades de las vías respira-
torias como la tos y la tosferina. Cabe destacar que Galván et al., (1997) ya habían señalado la im-
portancia de los líquenes por su uso tan común contra las enfermedades respiratorias. En Chimala-
pa todas las especies se consideran medicinales frente a padecimientos del sistema respiratorio, pero
solo Usnea aff. merrillii se reconoce como medicinal para “bajar la presión”. En San Isidro Buensu-
ceso todos los líquenes presentados a Doña Francisca y a su hermana Doña Dolores, fueron reco-
nocidos como medicinales, excepto uno blanquecino que se encontraba en el suelo, dicho ejemplar
fue desechado por ellas mismas porque dijeron que no era bueno. En Tenejapa el señor Francisco
Girón López solo considera medicinales a los líquenes fruticosos que se desarrollan en un árbol
llamado najk.
Alimentos funcionales.- En este grupo entran hongos de diversos géneros, incluyendo basidiomi-
cetos y ascomicetos; la característica que los une no tiene que ver con sus atributos morfológicos
como en los grupos anteriores, sino que son comestibles, que además de tener valor culinario son
considerados buenos para la salud e incluso se recomiendan frente a diversas enfermedades. Dentro
de este grupo sobresalen los agaricales, pero no se han clasificado como un grupo aparte porque su
uso se basa en que son comestibles y no en que tienen láminas; de la misma forma, hongos del
género Ramaria y algunos tremeloides son empleados como medicinales porque son comestibles y
no por sus formas tan características. Esta concepción de los hongos como alimentos funcionales
fue reportada por personas de los tres grupos culturales implicados en el estudio, todos coinciden
en que los hongos ayudan a aliviar diversas afecciones del aparato digestivo, del sistema respirato-
rio, urinario, entre otros. Esta concepción de los hongos comestibles como agentes terapéuticos es
muy antigua en México: como evidencia, en el Códice Florentino se mencionan algunos hongos como
el menanacatl y el çacananacatl, entre otros, indicando que son comestibles, sabrosos y que son reme-
dio (Dibble y Anderson, 1975).
67
Dicha concepción tradicional de los hongos como alimentos medicinales también está presente en
Asia, principalmente en China, Japón y Corea (Garibay-Orijel et al., 2007). Esta información se
respalda con datos publicados por expertos en el tema, quienes mencionan que los hongos comes-
tibles son considerados genuinos nutracéuticos o alimentos funcionales (Piqueras, 2004).
Otros.- Hay algunos hongos que no son comestibles y que no entran en alguna de las categorías ya
mencionadas, tal es el caso de Dacryopinax spathularia y Tremella mesenterica, hongos gelatinosos utili-
zados para desinflamar y aliviar quemaduras, debido a que se consideran muy fríos.
68
Figura 17. Aplicación del huitlacohe (Ustilago maydis) para sanar una herida en la piel en San Isidro
Buensuceso, Tlaxcala. Fotografía de Ramírez-Terrazo, A.
69
En cuanto a la dosis solo se observó un patrón: el tratamiento termina cuando el paciente ya se
siente mejor. Si es afección de la piel el tratamiento se detiene hasta que la herida sane, hasta que ya
no sangre, no haya pus o la cicatriz se cierre. Cuando los hongos se preparan en infusión se toman
como agua de tiempo y dependiendo de la afección será el número de días que durará el tratamien-
to, puede ser desde uno hasta una semana o más. En cuanto a los poliporoides que son quemados
la aplicación es una o dos veces. Al respecto de los hongos comestibles hay mucha variación de las
dosis; según algunos sabedores se toma el caldo una sola vez, algunos dicen que cuatro veces y
otros que es hasta que no quede rastro de la enfermedad. Para ilustrar esto se presenta el siguiente
fragmento de entrevista con la terapeuta tradicional Doña Francisca, de San Isidro Buensuceso,
Tlaxcala.
“Que coma, si le gusta a la criatura otro poquito…le sirvo de a poquito, pero si mañana quiere otro
poquito… una sola vez al día, no hay que darle mucho, ahora le doy, mañana le doy poquito si quiere,
si ya no quiere pus no le doy, pero pasado mañana a la mejor en tres días le doy de nuevo otra vez, pe-
ro otro hongo no es el mismo, pero que sea hongo, surtido de cualquiera pero que todo que sea él, sea
bueno vaya, le doy otro poquito, una quesadilla le hago y le doy de tomar agua y ya di su purgante, con
eso, ni modo que lo voy a cansar, no, hay que ponerse abusada también”.
70
3.5.- Sobre los recursos alternativos
Debido a las dificultades para obtener los hongos medicinales silvestres, es muy común que las
personas cuenten con recursos terapéuticos alternativos a los hongos para resolver sus problemas
de salud. Entre estos recursos se encontraron principalmente plantas, algunos animales, rocas, algas
y cianófitas gelatinosas; el tema de las plantas es tan extenso que se abordará a detalle más adelante.
En cuanto a los animales, sobresale el reporte en Tenejapa y Amatenango del Valle de un insecto al
que llaman “doctorcito” y lo emplean para cerrar heridas; mencionan que es más difícil de conse-
guir que los gasteromicetos de gleba pulverulenta, pero que es muy efectivo, lamentablemente no se
pudo colectar. Otro caso que sobresale es el uso de la mojarra, en lugar de líquenes, para tratar la
tosferina, lo interesante es que esto fue reportado en la comunidad tseltal de Tenejapa y en la co-
munidad náhuatl de Chimalapa, la única diferencia es que en Tenejapa señalaron que la mojarra
ayuda pero no cura como los líquenes; este caso es una muestra de la convergencia intercultural
cognitiva, pero aquí además de compartir el conocimiento sobre los líquenes para tratar la tosferina,
comparten el conocimiento del uso del mismo recurso alternativo, la mojarra. Este tipo de casos
también podrían respaldar la hipótesis de la existencia de un sistema médico tradicional uniforme-
mente distribuido (Zolla et al., 1988).
Otro recurso alternativo que se encontró fueron las cianófitas y algas; en Amatenango del Valle, el
médico tradicional Don Alberto Bautista refirió el uso de hongos gelatinosos para aliviar quemadu-
ras e hinchazones, debido a que estos hongos son considerados muy fríos; por la misma razón tam-
bién utiliza una cianófita gelatinosa del género Nostoc a la cual llama yamuxil balmilal (señal de la tie-
rra). En La Cañada, en lugar de utilizar al buejaitá (U. maydis o C. gigantea) para aliviar quemaduras,
utilizan la lama de agua verde, algas que recogen en las orillas de un pequeño lago que se encuentra
en la comunidad; mencionan que tanto el hongo como las algas son muy efectivos, con la diferencia
de que el hongo es de temporada y la lama hay diario. Cabe señalar que este campo perteneciente a
la etnobacteriología y la etnoficología está muy descuidado en México y sería deseable que para
comenzar a desarrollar dichas áreas se recolectaran e investigaran a profundidad estos organismos y
su aprovechamiento tradicional.
En Amatenango del Valle, en lugar de utilizar al bud’ bak’et (gasteromicetos de gleba pulverulenta) o
al tsotsilté (líquenes), para tratar ciertas afecciones de la piel como las heridas, infecciones y quema-
duras, emplean una roca llamada xucab (piedra de barro), pero que prefieren usar los hongos porque
están más limpios y la roca por estar en el suelo puede provocar una infección. Algunos menciona-
ron que también se puede utilizar gasolina, pero que el bud’ bak’et es mejor porque a diferencia de la
gasolina, éste no arde. En Tenejapa refieren que en lugar de este tipo de hongos y líquenes, se pue-
de utilizar periódico quemado para tratar afecciones de la piel, y que éste es mejor remedio que las
plantas y los hongos. En La Cañada para las quemaduras en lugar de utilizar al güejaitá (U. maydis)
también emplean pasta dental, pero ésta arde y por ello prefieren el hongo. En el Ejido Detiña tam-
bién se reportó el uso de una roca llamada “tepetate blanco” para tratar afecciones de la piel que
por lo regular atienden con el “hongo de maíz” (U. maydis), pero al igual que en Amatenango del
Valle, dicen que el hongo es mejor, ya que la roca al estar en el suelo puede infectar la herida; sin
embargo, mencionan que el hongo solo se da por temporada y la piedra está todo el tiempo, por lo
que es más fácil de hallar. El uso de otra roca medicinal fue documentado en Chimalapa, esta roca
llamada piedra mina, se emplea cuando no se logra obtener un nanácatlcohuitl (poliporoides lignícolas
como Ganoderma applanatum), para ello la roca es golpeada fuertemente con un marro, ésta despide
un “humito” con olor semejante a estiércol y al olerlo durante unos minutos se repara el daño de la
nariz que ocasiona las epistaxis constantes. Otro caso interesante se presenta en el Ejido Detiña,
donde para curar el “mal de tórzon” en animales como los borregos, caballos y vacas, además de
usar a la r´ deni pa´ tórzon (Usnea spp.), emplean otro producto derivado a partir de los hongos, la
cerveza. En esta comunidad para las afecciones de la piel, en lugar del hongo maíz (U. maydis) llegan
a utilizar pomadas o aceites comerciales; sin embargo, la mayoría prefiere el hongo porque es más
económico y porque sale en sus milpas, por lo que no tienen que transportarse muy lejos para con-
seguirlo.
71
Con la formación biológica que se ha recibido, al momento de ir al campo y explorar el uso de re-
cursos alternativos a los hongos se pensó en plantas y animales, no se esperaba el uso de cianófitas,
algas, rocas, periódico, cerveza y gasolina, por lo que se recomienda que para las futuras investiga-
ciones no se encasille la respuesta sobre recursos alternativos en solo animales y plantas, ya que
también podrían estar presentes este tipo de elementos terapéuticos que han sido tan poco investi-
gados como las algas y las rocas.
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la es mejor porque es más fría, es más fácil de conseguir y todo el tiempo hay, a diferencia del tsis
chauk o el tsonté. Para las heridas sangrantes varias personas mencionaron que también se puede
ocupar la crementina del palo de ocote y que utilizan más este recurso que a los hongos porque “es
más seguro de encontrar… se busca más fácil”. Algunos sabedores señalaron que un tipo de hele-
cho llamado tsib, también se usa para sanar heridas y es más fácil de conseguir que el hongo. Para
curar el chamel (enfermedad), además del tsa´jaltibal (L. deliciosus), también se puede utilizar el palo de
guayaba; de acuerdo con el sabedor, ambos curan igual, pero el palo de guayaba también sirve para
la tos y para la diarrea, no tiene preferencia por ninguno, pero menciona que usa más el palo de
guayaba porque es más fácil de encontrar que el tsa´jaltibal. Para estimular la lactancia en lugar del
tsul’ te’ (S. commune), utilizan también la raíz del chilacayote; mencionan que ambos recursos son igual
de efectivos pero que el tsul’ te’ solo lo utilizan en temporada de hongos. Para la diarrea en lugar de
utilizar este hongo, pueden emplear un té elaborado con planta llamada “zacate” y mencionan que
su uso es más frecuente porque es más fácil de encontrar en comparación con el hongo.
En Amatenango de Valle muchas personas mencionaron que para tratar las afecciones de la piel
como heridas y quemaduras, además de los hongos se puede utilizar la sábila (Aloe vera L.), la sosa
morada (Solanum aff. lanceifolium Jacq.), la sosa blanca (Solanum aff. verbascifolium), el shekol, también
conocido como verdolaga (Portulaca oleracea L.), la hoja lanudita de la raíz del mirasol, (probablemen-
te Helianthus annuus L.) o el xilitillo, y para los granos la cáscara de roble (Tabebuia rosea [Bertol.]
DC.). Al preguntar si preferían utilizar los hongos o las plantas una persona respondió que la sábila
la utilizan más “porque todo el tiempo hay”; Jerónimo López, curandero de La Grandeza, dijo que:
“el bud’ bak’et es mejor que las hierbas, más si es tiempo de lluvias porque se consigue más”, pero
que: “en tiempo de secas ninguno se encuentra”, estos casos aluden a su disponibilidad temporal.
Sin embargo, al preguntarles que cuál era más efectivo, hubo quien respondió que el bud’ bak’et, ya
que éste no deja cicatriz. Otras personas respondieron que las plantas y los hongos curan igual, pero
que prefieren usar la sábila porque ésta “todo el tiempo hay” y “es de cerquita” (muchos la tienen
en sus patios), mientras que “el hongo está lejos”; en otros testimonio se refiriere lo mismo: “usa-
mos más la sábila ya que hay donde sea y el bud’ bak’et en el monte lejos”. Una partera también dijo
algo similar: “la diferencia es que el bud’ bak’et no está todo el tiempo y la planta si”. Otra señora
dijo que: “el hongo y las hierbas curan igual”, pero que como los hongos están en el monte no pue-
de ir a buscarlos sola, prefiere usar las hierbas porque las consigue más cerca. Don Alberto, médico
tradicional de Amatenango del Valle, mencionó que para tratar la calentura, además de los hongos,
también se pueden utilizar las hojas de limón (Citrus aurantifolia [Christm.] Swingle), para el catarro
las puntas del ocote (Pinus spp.) y para la hinchazón y quemaduras la hierba xecolgumal, pero que a
diferencia de los hongos, el ocote y el xecolgumal “siempre hay, siempre cría”, mientras que el hongo
“no muy se halla, es difícil” (disponibilidad espacio-temporal). Sin embargo, señala que: “cuando
hay hongos mejor el hongo, cuando hay hierbas pues hierbas”, es decir que prefiriere los hongos,
aunque los utiliza menos que las plantas, por ejemplo; para los granos además de Trametes versicolor,
también puede emplear la hierba tsajalnichgusimal, lavando el grano con el agua de su cocimiento,
pero de acuerdo con el sabedor, ésta es mejor porque se consigue más fácil (disponibilidad espa-
cial).
Estos testimonios son prueba contundente que apoya la hipótesis que refiere que los hongos medi-
cinales no son tan utilizados como las plantas debido a sus limitantes fenológicas. Los casos presen-
tados nos están indicando que la disponibilidad espacio-temporal es un factor determinante en la
preferencia y recurrencia en cuanto al uso de los hongos y plantas para tratar las mismas afecciones.
Con esto se comprueba el cumplimiento de la hipótesis planteada.
A pesar de que se muestran ciertas preferencias por utilizar plantas u hongos, los curanderos hacen
uso de los recursos que estén disponibles, sin importar tanto si son hongos o plantas, lo importante
es atender al paciente con lo que se tenga a la mano. En ciertos casos mencionan que lo ideal sería
emplear ambos recursos, ya sea al mismo tiempo o en diferentes etapas del tratamiento. A conti-
nuación se ejemplifican algunos casos.
En Amatenango varias personas mencionaron que para tratar las afecciones de la piel, antes de
aplicar el bud’ bak’et (gasteromicetos de gleba pulverulenta), lo más recomendable es que primero se
lave la herida con la decocción de las puntas de ciprés, zapotillo o malva (Malva parviflora L.).
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Doña Francisca, terapeuta tradicional de San Isidro Buensuceso, menciona que para curar la calen-
tura, además de hongos, se pueden utilizar plantas como la malva y el nopal, pero que en tiempo de
hongos curan con hongos y en tiempo de secas con las hierbas o si es un padecimiento fuerte pri-
mero los curan con hongos y después con hierbas. Esto nos deja ver que no hay mucha preferencia
en usar hongos o plantas medicinales, sino más bien que se hace uso del recurso que esté disponible
en la época del año y si están presentes ambos utilizan ambos. En esta comunidad para curar diver-
sas afecciones de la piel con las esporas de los hongos, hay quienes primero lavan el área afectada
con árnica, marrobio (Marrubieum vulgare L.) o tonalacahuatl (planta no determinada, probablemente
Cochlospermum vitifolium [Willd.] Spreg., ya que concuerda con las características descritas en el nom-
bre náhuatl, las cuales aluden a una planta de crecimiento arbóreo con una flor intensamente amari-
lla; además, se ha registrado el uso de esta especie en la medicina tradicional mexicana, para tratar
afecciones de la piel como heridas sangrantes, quemaduras, granos y úlceras). El uso de las plantas
mencionadas para tratar afecciones de la piel, ya había sido registrado (Aguilar et al., 1994; Argueta et
al., 1994).
Otros factores que determinan las preferencias por utilizar hongos, líquenes o plantas, además de su
disponibilidad espacio temporal, influye la complejidad de la fórmula de preparación; por ejemplo,
en Amatenango del Valle, donde para las afecciones de la piel como las heridas, utilizan hojas de
kushpehual techiix, las cuales se deben moler hasta pulverizarlas, se aplican tal como las esporas de los
hongos, refieren que el bud’ bak’et es mejor porque ya está seco, es decir, no se necesita pulverizarlo
(lo mismo pasa con las hojas de durazno y los gasteromicetos de gleba pulverulenta en Chimalapa).
Una persona mencionó que también se puede usar el payel (planta no determinada), pero que es
mejor el hongo porque: “su polvito es más suave”. Otro factor es la eficacia o los resultados que se
obtienen con los recursos terapéuticos; para ejemplificar está el uso de la sábila y el bud’ bak’et para
tratar lesiones como heridas o quemaduras: en Amatenango del Valle un señor mencionó que el
hongo es mejor porque: “la sábila limpia y el bud’ bak’et rellena” (bud’ bak’et se traduce como rellena
o resana la carne propia). En cuanto a la preferencia por utilizar líquenes, plantas u hongos en Ama-
tenango del Valle, la gente mencionó que en caso de lastimarse en su casa lo más común es que
usen la sábila, o el bud’ bak’et en caso de que tengan alguno guardado, pero que si están en el monte
lo más utilizado son los líquenes, ya que en muchos árboles se da el tsotsilté. Esto deja ver que de-
pendiendo del lugar en donde tengan el accidente es el recurso que van a utilizar y los líquenes so-
bresalen como un recurso o elemento de emergencia que es abundante, a diferencia del bud’ bak’et
que es menos abundante y por ende más difícil de encontrar, aunque ambos son muy eficaces y se
hará uso del recurso que esté disponible en el momento requerido.
Como se puede observar, este tema sobre los hongos medicinales y los recursos alternativos, es
muy amplio e inexplorado, sería pertinente que más adelante se realizaran investigaciones al respec-
to, ya que hay mucha información y analizar los factores que influyen en la preferencia de las perso-
nas por utilizar uno u otro recurso, ayudarían a comprender mejor la cosmovisión, los conocimien-
tos, prácticas y necesidades que caracterizan a la medicina tradicional.
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para solicitarle una entrevista no se encontraba, cuando se hallaba decía que estaba ocupado o que
iba a salir, que en otro momento nos recibiría, pero a pesar de la insistencia nunca se pudo efectuar
la entrevista; esto evidencia que no siempre los curanderos van a estar dispuestos a proporcionar
información sobre los conocimientos que son tan valorados por ellos. En cuanto a la partera, aun-
que concedió una entrevista, siempre manifestó desconfianza, trataba de dirigirme lo menos posible
la palabra, esquivaba las preguntas y les decía, en náhuatl, a sus familiares presentes que me respon-
dieran ellos. Esto mismo sucedió con otras mujeres entrevistadas, tanto en ésta como en otras co-
munidades, quizá el contexto o los códigos culturales en cuanto a las relaciones mujer-hombre in-
fluyeron en su manera de responder ante la entrevista y no permitieron profundizar en sus conoci-
mientos.
Hubo otro caso de un señor que se autorreconoce como curandero, pero no mencionó ningún
hongo medicinal en la primer entrevista, indicando que para la próxima visita me acompañaría al
monte a recolectar hongos y mostraría cuales son medicinales; sin embargo, el día acordado no
llegó a la cita, por la tarde se encontraba en estado de ebriedad y dijo que diría todo lo que sabe
sobre hongos medicinales pero a cambio se le tenían que proporcionar cincuenta pesos, a lo cual no
se accedió. Días después algunos pobladores dijeron que él no sabía curar, que era mentiroso y que
tenía problemas de alcoholismo. Esta situación podría representar una constante en las investiga-
ciones sobre medicina tradicional y por ello cabe subrayar la importancia de acudir con los terapeu-
tas que son bien reconocidos por la comunidad y ser cuidadosos al momento de la selección de
personas expertas, para evitar a los famosos charlatanes.
Don Rogelio, un médico tradicional muy reconocido, accedió amablemente y proporcionó infor-
mación muy valiosa, desplegando una gran sabiduría sobre diversos temas de medicina tradicional,
recursos naturales y fenómenos sobrenaturales; Don Francisco, que también es un médico muy
reconocido fue quien proporcionó la mayor parte de la información sobre los hongos medicinales
en Chimalapa. Es importante mencionar que en las primeras entrevistas no se pudo obtener mucha
información, pero al igual que en otros casos, al realizar el recorrido etnomicológico fue cuando las
condiciones permitieron que compartiera una impresionante cantidad de información sobre hongos
medicinales y otros rubros de medicina tradicional. Esto permite ver que hay curanderos auténticos
que protegen su conocimiento ante desconocidos, pero al acercarse de una manera apropiada a
ellos, mostrándoles un interés sincero y sin fines de lucro, pueden compartir extraordinarios sabe-
res.
En San Isidro Buensuceso sobresalieron las entrevistas realizadas a Doña Francisca y su hermana
Doña Dolores, estas extraordinarias sabias demostraron ser hasta el momento las personas que más
conocen sobre las propiedades terapéuticas y los mecanismos de acción de los hongos medicinales
en las zonas de estudio. En particular Doña Francisca, reconocida terapeuta tradicional mencionó
más de 30 especies de líquenes y hongos medicinales. También mencionó el mecanismo de acción
de los hongos y múltiples aspectos en torno al tema, esta erudita amerita por sí sola una investiga-
ción, la cual es urgente, ya que es de avanzada edad, padece algunas enfermedades y no está here-
dando su vasto conocimiento a ninguno de sus familiares, esto puede ser por el desinterés de las
nuevas generaciones o porque como ella dice: “no cualquiera puede curar”, de acuerdo con su cos-
movisión se requiere de algo especial, tema que se abordará más adelante en el apartado sobre la
transmisión del conocimiento. Para estas sabias los hongos son muy benéficos para el organismo y
curan diversos padecimientos, además no representan ningún peligro a diferencia de algunas plantas
que no pueden ser administradas a los niños porque son consideradas muy fuertes; ellas mencionan
que con los hongos han curado a sus niños y niñas.
En Amatenango del Valle la mayoría de las personas entrevistadas conocen las propiedades medici-
nales del but' bak’et (gasteromicetos de gleba pulverulenta); sin embargo, los cinco terapeutas tradi-
cionales mostraron poseer un conocimiento más profundo sobre los usos específicos de ese etnota-
xón y varios hongos más. Destaca la participación de Doña Juana y Don Alberto, reconocidos mé-
dicos tradicionales que año con año utilizan hongos para aliviar a sus pacientes.
En ambas comunidades tseltales se entrevistó a cinco médicos tradicionales, pero cabe señalar que a
diferencia de los médicos y en general toda la gente de las comunidades nahuas y otomíes, en las
tseltales las personas se mostraban más abiertas desde un principio y compartían su conocimiento
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con mayor facilidad. En La Cañada varias señoras no quisieron proporcionar ni su nombre, mien-
tras en Amatenango un señor hasta mostró su acta de nacimiento para que se pudiera anotar bien
su nombre.
En Tenejapa sobresalió el caso de Don Juan Girón, afamado médico tradicional que incluso hasta
su propia farmacia administra y en la cual él mismo fabrica la mayoría de sus productos. También
destacó la participación de Don Sebastián Hernández, quien a pesar de no ser reconocido como
médico tradicional, es un experto conocedor de los recursos naturales empleados en la medicina
tradicional tseltal.
Como ya se mencionó, en La Cañada no se logró contactar con ningún médico tradicional, pero en
el Ejido Detiña, Don Isabel, mejor conocido como el Tío Chabelo, demostró ser el custodio de un
enorme y valioso conocimiento médico de la cultura otomí.
Recapitulando, se puede afirmar que como bien lo ha señalado Hernández-Martínez (2008), el papel
que los médicos tradicionales o curanderos es preponderante en sus comunidades, ya que son los
únicos capaces de remediar síndromes de filiación cultural que pueden llevar a la muerte a los en-
fermos. En general, ellos fueron los que aportaron la mayor cantidad y calidad de información, pero
los adultos maduros, jóvenes e incluso los niños también conocen sobre hongos medicinales, por lo
que no se deben dejar de lado en las futuras investigaciones que se quieran realizar al respecto, ya
que aunque los médicos son los expertos, los hongueros, campesinos, amas de casa, panaderos,
tlachiqueros, artesanos, comerciantes, políticos, boleros y taxistas, entre otros, demostraron ser
poseedores de un valioso conocimiento ancestral sobre las propiedades terapéuticas de los hongos.
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da muchos casos específicos y compartió algunos, los cuales requieren un análisis más profundo
que deberá ser abordado por expertos en el tema.
Por su parte Don Chabelo del Ejido Detiña, reveló que a partir de sus experiencias previas con
enfermos y utilizando los recursos fúngicos, botánicos o animales disponibles, él elabora la medici-
na adecuada en el momento que se requiere. Ésta es una labor muy importante, ya que los médicos
no solo aplican sus conocimientos empíricos para curar, sino que construyen y desarrollan nuevos
saberes que les permiten realizar con eficacia su trabajo. Los tratamientos recomendados por Don
Chabelo dependen de cómo se vaya sintiendo el enfermo, si éste, minutos después de ingerir el
medicamento, se siente mejor “ésa es la medicina” y la dosis va aumentando; en lugar de beber
medio vaso se toma un vaso entero y cada vez en un lapso menor de tiempo, “hasta que se te olvide
enfermedad”. En caso de que el enfermo no se sienta bien después de ingerir la medicina, quiere
decir que tiene otra cosa o ésa no es la medicina, el tratamiento se detiene inmediatamente: “¡páralo
mano!” y enseguida se hace un nuevo preparado con otras hierbas u hongos, hasta encontrar la
medicina, es ahí cuando recibe la sabiduría de Dios e inspirado en Él, más los conocimientos médi-
cos que posee inventa un nuevo remedio. Ésta es la base de su medicina, en sus palabras dice que
“Dios da la sabiduría… es la base de la sabiduría… aquí todo descubro yo y para curar lo único es
que se necesita que una persona que está enferma y qué es lo que padece, entonces se hace la mez-
cla para curarlo”. Durante el tratamiento le pide al paciente que tenga: “fe grande en Dios, fe en la
hierba o el hongo” y además “se le pide a Dios que te cure con oración de fe”. Este fenómeno se
manifestó con otros curanderos de diferentes culturas los cuales señalaron que nadie les enseñó a
curar, que es su don, que lo soñaron o que dios les da la sabiduría para curar; estos casos dan luz de
cómo son los procesos de origen o la generación del conocimiento médico tradicional.
En resumen, se documentó que los médicos tradicionales mencionan que su sabiduría es un “don”
concedido por Dios o que dicho conocimiento les es revelado en sueños, pero también bajo la in-
fluencia de una entidad divina. Este fenómeno donde los sueños son una revelación fue documen-
tado entre los tseltales y los nahuas, pero, en los tres grupos culturales estudiados coinciden en que
Dios es la fuente primordial de su conocimiento. Esto prueba que los conocimientos sobre medici-
na tradicional están íntimamente ligados con lo sagrado, la religión y en general con la cosmovisión,
hecho que ha influido de manera determinante en la forma en como son percibidos los terapeutas
tradicionales y siendo un aspecto tan delicado trae consigo ciertas limitantes en cuanto a la informa-
ción que ellos pueden proporcionarles a las personas ajenas a su comunidad. Este fenómeno sobre
revelaciones de conocimientos médicos a través de sueños ha sido registrado en diversos sitios, ha
estado presente desde la época prehispánica y en la actualidad continua vigente, particularmente
entre los huastecos (Hernández-Martínez, 2008), huaves (Jiménez-del Castillo, 2008), rarámuris,
wirrárixas, matlatzincas, otomíes, lacandones, tsotsiles (Zolla y Argueta, 2009), tepehuas (López-
Villafranco, 2009), nahuas (Pérez-Islas, 2010), mixtecos (Hernández-Perea, 2011) y mestizos (Ortiz-
Echániz, 2011), entre otros grupos culturales de Latinoamérica como los descendientes de los incas
(Bosbach-Regenberg, 2009) e incluso etnias de otras partes del mundo como los yakutos de Rusia
(Salinas-Beristáin, 2009). De acuerdo con Zolla y Argueta (2009), esta experiencia onírica es causada
porque “el alma se desprende del cuerpo durante el descanso nocturno y vaga por la Tierra. En sus
exploraciones, viaja a través del tiempo, por lo general hacia el futuro, y a los lugares habitados por
las deidades. Es así que los sueños presagian aconteceres venideros y constituyen la vía de comuni-
cación entre el sujeto y la divinidad. Su importancia para la práctica médica tradicional es crucial:
mediante ellos, muchos curanderos reciben la señal iniciática, definen sus diagnósticos y descubren
las posibilidades de recuperación que tiene el paciente”. Dicho fenómeno de las experiencias oníri-
cas amerita que se investigue a profundidad, ya que en los sueños se están generando nuevos cono-
cimientos médicos y se incorporan elementos culturales de suma importancia para las comunidades
descendientes de grupos originarios en diversas partes de México y el mundo.
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diversos factores, entre ellos: el deterioro ambiental, los cambios en los sistemas de atención a la
salud provocados por las autoridades sanitarias y las compañías farmacéuticas, la falta de interés por
parte de las nuevas generaciones por aprender estos conocimientos, así como el desánimo de los
adultos y adultos mayores por transmitirlos.
En Chimalapa la persona que más conoce sobre hongos medicinales es Don Francisco, de Hueya-
pan, él menciona que aprendió muchas cosas de su abuelo. Don Antonio Moreno, aunque no es
médico tradicional, exhibió un gran conocimiento sobre hongos medicinales, indicando que su
abuelo fue quien le enseñó; estos señores son primos y su abuelo es el mismo. Esta persona era al
parecer un gran experto sobre hongos medicinales, lamentablemente ya no es posible entrevistarlo;
no obstante, sus saberes viven en sus nietos, se espera que dichos conocimientos persistan en la
siguientes generaciones. Aunque esto representa un gran reto frente a las circunstancias que están
cambiando la configuración de muchos aspectos culturales en la comunidad y en la región en gene-
ral; los niños están cambiando sus hábitos de juego y en lugar de utilizar recursos naturales, buscan
entretenimiento en los videojuegos y productos que ofrecen las tiendas como los tazos de Sabri-
tas®. Muchos jóvenes ya no están interesados en aprender lo que saben sus abuelos, ya no quieren
practicar su lengua ni seguir desarrollando las actividades que sus antecesores habían venido reali-
zando desde hace mucho tiempo; ahora buscan mejorar su calidad de vida en función de lo que los
estereotipos occidentales dictan y para ello emigran a las ciudades en busca de trabajos que les retri-
buyan recursos económicos que en su comunidad no podrían obtener. Por su parte, muchos adul-
tos prefieren atenderse con médicos convencionales y comprar medicamentos en las farmacias que
consultar médicos tradicionales y emplear recursos naturales para curarse. Esto sucede porque en
los centros de salud hacen hincapié en que no deben consultar a médicos tradicionales, que su me-
dicina no es efectiva, implantando temor y amenazando con suspender la ayuda económica que se
les da a través de programas gubernamentales como Oportunidades. Además del sector salud, se
observó que en las comunidades tseltales algunos grupos religiosos están siendo aconsejados por
sus líderes espirituales para que ya no consulten a los médicos tradicionales, alegando que son char-
latanes, que su medicina no es buena ante los ojos de Dios y que solo buscan obtener dinero apro-
vechándose de las personas enfermas. Este tipo de circunstancias que se están viviendo en las co-
munidades indígenas del país, atentan contra la diversidad cultural de México y si no se actúa de
manera rápida e inteligente, seguirá mutilándose el patrimonio biocultural de la nación.
Como resultado de esta erosión cultural, se registraron en todas las comunidades estudiadas, repor-
tes de hongos medicinales, pero se desconoce su uso específico y/o su fórmula de preparación. En
Amatenango una señora de edad avanzada señaló que el “picante yuyo” (Amanita muscaria) es medi-
cinal, pero que no sabía qué cura ni cómo prepararlo. En Tenejapa un señor mencionó que el tson te’
(líquenes) es medicinal pero que no sabía qué cura ni cómo prepararlo. En La Cañada se realizó una
entrevista a una señora de la tercera edad y a sus hijas, en ésta dijeron que el “hongo de maíz” (U.
maydis) es medicinal, pero que no sabían qué cura ni cómo prepararlo. Durante otra entrevista un
joven de alrededor de 25 años se enteró de que este hongo se utiliza para tratar afecciones de la piel,
ya que aunque vive en la comunidad y su mamá guarda el hongo por si se necesita, el joven no sabía
nada sobre el remedio. Algo similar pasó al entrevistar a un señor en presencia de su nieta, ella se
sorprendió y mostró gran interés al escuchar por primera vez del uso de este hongo. Si esto ha ocu-
rrido en otras investigaciones, podría decirse que las entrevistas etnobiológicas están contribuyendo
a la transmisión del conocimiento tradicional, aunque sea en pocos casos. En el Ejido Detiña un
adulto mayor y un adulto maduro señalaron que la “flor de piedra” y “la flor de árbol” (líquenes)
son medicinales, pero que no recordaban para que servía, ya que desde hace mucho no ocupan esos
recursos; afortunadamente se pudo entrevistar a la madre de uno de ellos y se obtuvo el uso especí-
fico de los líquenes en la medicina tradicional.
Lo anterior es evidencia clara de que existe pérdida de conocimiento pero a la vez persiste en unas
cuantas personas, que resguardan un conocimiento en peligro de extinción.
Al respecto de los usos medicinales sujetos a discusión de A. muscaria, lo ocurrido en San Isidro
Buensuceso y Amatenango del Valle, junto con lo que se ha registrado en otras investigaciones
como la de Estrada-Torres y Aroche (1987), podrían estar indicando que este hongo gozaba de una
amplia popularidad e importancia como medicinal; además de su uso mágico religioso o incluso
78
hasta comestible, pero que desafortunadamente dicho conocimiento se ha ido desvaneciendo o está
resguardado y solo es accesible para los herederos de la cultura local.
1 Palabra que se traduce como enfermedad, pero no es cualquier enfermedad sino “la enfermedad”, que de
acuerdo con Doña Juana de Amatenango del Valle se relaciona con brujería ya que akbil chamel significa “estás
embrujado”.
79
menos usos medicinales de los hongos y a diferencia de las otras comunidades, en ésta no se encon-
traron terapeutas tradicionales; siendo ellos los que más conocen sobre hongos medicinales, su
ausencia pudo determinar la exclusión de La Cañada del resto de los grupos (Figura 14 y 16). Sin
embargo, los elementos que más están influyendo para que se sitúe más cerca de las comunidades
tseltales, en particular con Tenejapa son: el uso de los parásitos del maíz contra afecciones del apa-
rato digestivo como desórdenes gastrointestinales en general, infecciones, dolor e inflamación, y el
uso de los líquenes para para aliviar desórdenes gastrointestinales como dolores, diarrea o disente-
ría. Anque La Cañada queda muy distante de las localidades nahuas y de la otra comunidad otomí,
hay conocimientos que comparte con éstas, como el uso de los parásitos del maíz para detener
hemorragias nasales.
Para obtener las agrupaciones (Figura 14 y 16) se emplearon los datos de la matriz presentada en el
anexo 10, aunque no se tomaron en cuenta los datos únicos, es decir, los usos exclusivos que solo
se registraron en una comunidad; estos fueron eliminados, tomando en cuenta solo los conocimien-
tos que comparten. Cuando a la matriz presentada en el anexo 11 se le suprimen los datos únicos,
las agrupaciones quedan prácticamente igual que si no se le hubiesen quitado, lo cual implica que el
patrón de similitud es congruente con lo observado en campo y con lo registrado en otras investi-
gaciones.
De acuerdo con los resultados obtenidos, el grado de convergencia intercultural cognitiva no de-
pende de las condiciones ambientales, ya que todos los sitios de estudio presentan un clima y vege-
tación similar; por lo tanto, son otros factores los que están determinando estos patrones de agru-
pación; factores culturales que posiblemente tengan que ver con el contacto cultural y las barreras o
distancias geográficas. De ser así, los otomíes y los nahuas al estar geográficamente más cerca que
con los tseltales, han tenido mayor contacto y por ende comparten más conocimientos que con los
que están más alejados.
Es importante mencionar que para el análisis cualitativo, aunque incluyó a todos los sabedores, los
que más influyeron en los resultados fueron los médicos tradicionales, en particular sobresale la
participación de Don Chabelo, del Ejido Detiña, ya que fue el único curandero otomí entrevistado y
aportó información muy valiosa, la cual determinó el acomodo de las comunidades en las figuras 14
y 16, aclarando el panorama y dándole congruencia con la agrupación de la figura 15.
La presencia de la convergencia intercultural cognitiva, indica que sí los mismos tipos de hongos se
emplean para combatir los mismos padecimientos, en lugares y culturas diferentes, el uso de estos
hongos es efectivo y posiblemente contienen metabolitos con actividad terapéutica que sanan o
mitigan dichas afecciones, o está presente algún elemento inmaterial propio de las culturas que
permite esta efectividad, tal como la confianza y fe que se le tiene al médico tradicional; sería desea-
ble que se profundice en ambas situaciones, ya sea desde la etnofarmacología o desde la antropolo-
gía médica.
Otra cuestión relevante que implican estos saberes compartidos tiene que ver con su propio origen,
éste podría ser único, es decir, que el conocimiento se haya generado en algún sitio específico y fue
transmitido a otras regiones y a otras culturas, o que dicho conocimiento haya surgido en lugares y
tiempos diferentes; puede ser que algunos casos se ubiquen en la primer opción y otros en la se-
gunda, e incluso puede haber casos donde se presentaron ambas situaciones. De cualquier modo,
sería importante ahondar en este tema y escudriñar el origen u orígenes de este fenómeno.
Cabe destacar que este fenómeno de la convergencia intercultural cognitiva sobre los hongos medi-
cinales, coincide con lo descrito por Zolla et al. (1988), quienes mencionan que los nombres de
ciertas enfermedades en diversos sitios del país se repetían tan insistentemente que hacían suponer
la existencia de un sistema médico tradicional uniformemente distribuido. Sin embargo, medir o
cuantificar la distancia gradual de la convergencia intercultural cognitiva aún está lejos de poderse
realizar con exactitud, ya que hay muchos vacíos en cuando a la información obtenida y los resulta-
dos de un análisis cuantitativo no reflejarían lo que en realidad está sucediendo dentro de las comu-
nidades investigadas. Por lo tanto, si se quisiera realizar un análisis más preciso sería necesario in-
vestigar con mayor profundidad el conocimiento tradicional que se tiene sobre los hongos medici-
nales en los sitios de estudio y estandarizar las variables que permitan generar un índice que deter-
80
mine el grado de convergencia intercultural cognitiva, así como tomar en cuenta otras variables
como el nombre tradicional, el origen del conocimiento, género, edad y ocupación de los entrevis-
tados, entre otros.
5.- Sobre los principios activos de las especies reportadas como medicinales
Es importante señalar que algunas especies registradas como medicinales en este trabajo, han sido
investigadas química y farmacológicamente, por lo que se cuenta con información sobre sus princi-
pios activos; a continuación se citarán algunos ejemplos relevantes.
Los líquenes contienen una gran diversidad de metabolitos secundarios: entre los más importantes
están los ácidos liquénicos, compuestos químicamente complejos que tienen propiedades antibióti-
81
cas, por lo que son efectivos contra el ataque de microorganismos, incluyendo bacterias Gram + y
muchos hongos; esto explicaría por qué se han usado y su efectividad (Illiana-Esteban, 2012), parti-
cularmente en el caso de la candidiasis oral, las heridas y las enfermedades del aparato respiratorio.
El uso astringente de los gasteromicetos de gleba pulverulenta, dichas propiedades se deben a la
acción del polvo o masa de esporas y el capilicio, los cuales absorben el flujo sanguíneo, acelerando
la coagulación de la sangre y la cicatrización de las heridas, aunque al igual que en los líquenes, se
han encontrado compuestos con actividad antibiótica y hemostática (Burk y Fitzgerald, 1981; Saar,
1991; Rogers, 2011).
Por otra parte, el uso astringente del U. maydis se justifica porque a partir de este hongo se han ais-
lado metabolitos como la glucacina, antibiótico que inhibe micoplasmas y bacterias; además, con-
tiene ustilagotoxina, que corresponde con la ergotoxina de Claviceps gigantea, la cual es un potente
vasoconstrictor (Murguía-Figueroa, 1998).
En cuanto a las propiedades de los poliporoides como Ganoderma y Fomitopsis, han sido citados múl-
tiples principios activos que los hacen auténticas panaceas, entre sus metabolitos más estudiados
están los polisacáridos, triterpenos, esteroides, ácidos grasos insaturados y las glicoproteínas, entre
otros. Dichos compuestos les confieren propiedades antibióticas, inmunoestimulantes, anticancerí-
genas, hipoglucemiantes, antihipertensivas y cardiotónicas (Hobbs, 1996; Rogers, 2011).
Para finalizar con este punto, es pertinente mencionar que la concepción de los hongos comestibles
como recursos terapéuticos, se ratifica científicamente, ya que en la actualidad los hongos comesti-
bles son considerados genuinos nutracéuticos o alimentos funcionales, dado que además de su con-
tenido nutrimental, mejoran la salud y reducen el riesgo de contraer enfermedades; esto se debe a la
presencia de múltiples compuestos como los ya mencionados, entre los cuales sobresalen los β-
glucanos de alto peso molecular, los cuales ayudan al cuerpo a adaptarse a las múltiples tensiones
ambientales y psicológicas, tienen una acción no específica, por lo que apoyan a todos los sistemas
principales (nervioso, inmunitario y hormonal), ayudan a prevenir y reducir cánceres, infecciones
virales, así como muchas otras afecciones del aparato digestivo, respiratorio, excretor, urinario y del
sistema músculo esquelético (Hobbs, 1996; Piqueras, 2004; Agrahar-Murugkar y Subbulakshmi,
2005).
82
XI.- Conclusiones
Se sostiene que en comparación con las plantas, los hongos son menos utilizados debido a
que son más difíciles de obtener, tanto en tiempo como en espacio.
A muchas de las especies medicinales registradas en campo ya les habían atribuido propie-
dades terapéuticas, tanto en la medicina tradicional como en la académica; con ello se res-
palda y valida el conocimiento tradicional exhibido durante las entrevistas.
Los saberes tradicionales sobre los recursos fúngicos con actividad terapéutica siguen vi-
gentes; sin embargo, los propios sabedores reportan cierta pérdida de conocimiento y uso
de dichos organismos.
La mayor parte del conocimiento tradicional sobre los hongos medicinales se encuentra
concentrado en los médicos tradicionales, incluidas las parteras; son ellos quienes poseen y
generan el conocimiento más amplio y profundo sobre el tema.
Por lo anterior se puede afirmar que este conocimiento es más vulnerable que el de los
hongos comestibles, ya que cada vez hay menos médicos tradicionales y son ellos quienes
custodian la mayor parte de dicho conocimiento; esto se debe a la irrupción de las institu-
ciones sanitarias y religiosas, así como la introducción de productos farmacéuticos en las
comunidades habitadas por grupos originarios.
Existe convergencia intercultural cognitiva entre las comunidades de estudio y ésta es ma-
yor entre los otomíes y los nahuas que entre los tseltales con respecto a los otros dos gru-
pos culturales.
83
XII.- Consideraciones finales
Como se pudo observar, el conocimiento local sobre los hongos medicinales es muy extenso, pro-
fundo y complejo; en él se encuentran inmersas manifestaciones de la cosmovisión que son difíciles
de abordar.
Por otra parte, es muy triste que, al parecer, este conocimiento tradicional sobre los hongos medici-
nales se está perdiendo, incluso peligra más que el de los comestibles, ya que el de los medicinales es
más restringido; además, cada vez hay menos médicos tradicionales, son ellos quienes más saben
sobre este tema y desafortunadamente muchas veces no transmiten sus conocimientos ni a sus
propios hijos y cuando lo hacen, éstos los olvidan. Por ello se hace un llamado a los estudiantes e
investigadores para que sigan desarrollando este tipo de estudios, antes de que los sabios, como los
que fueron entrevistados en este trabajo, se lleven consigo para siempre sus valiosos e invaluables
conocimientos. También se hace un llamado a las instituciones gubernamentales, educativas y de
salud, para que apoyen este tipo de investigaciones y diseñen estrategias que permitan conservar y
aprovechar el conocimiento tradicional sobre los hongos medicinales, tal como se ha hecho con
rotundo éxito en los países asiáticos.
Al respecto de lo anterior, sería recomendable que los futuros estudios sobre etnomicología médica
se desarrollaran en sitios donde esté en peligro el conocimiento tradicional, es decir, donde la cultu-
ra esté muy erosionada, donde haya pocos integrantes de un grupo cultural, donde la lengua se esté
perdiendo y el ecosistema esté dañado; ya que estos sitios representan un foco rojo donde peligra el
patrimonio biocultulral y por ende la necesidad de desarrollar este tipo de investigaciones en esos
lugares es preponderante.
En cuanto a la cifra de especies fúngicas utilizadas en la medicina tradicional mexicana, ésta se in-
crementará conforme se desarrollen más estudios etnomicológicos, particularmente si se emplea un
método enfocado exclusivamente en este rubro, tal como se hizo en esta investigación.
El estudio presentado, aún con sus limitaciones, tributa un gran aporte para la etnomicología. Las
técnicas y el método empleado representan un punto de partida para futuras investigaciones etno-
micológicas y los resultados indican que, hasta el momento, es el trabajo de campo donde se ha
registrado la mayor cantidad de especies fúngicas utilizadas en la medicina tradicional, a nivel mun-
dial. Por ello es recomendable que las próximas investigaciones siguieran este esquema.
En general, sería prudente impulsar los estudios etnomicológicos, en particular aquellos sobre hon-
gos medicinales y generar grupos de trabajo que aborden esta área de la etnomicológica. Dichos
grupos deben trabajar en colaboración con taxónomos expertos y con especialistas que integren y
validen el conocimiento tradicional con el científico a partir de estudios farmacológicos y clínicos,
los cuales aporten información sobre los principios activos y la farmacodinámica de los hongos
utilizados en la medicina tradicional.
También sería pertinente la apertura de una colección científica de hongos medicinales, la cual tri-
butaría un extraordinario testimonio para la riqueza biocultural del país y además sería de gran ayu-
da para los interesados en el estudio de dichos organismos; ya que podrían contar con un acervo de
material biológico para desarrollar sus investigaciones.
En México se conjugan todos los elementos para que sea potencia mundial en hongos medicinales,
de hecho ya lo es, pero si existiera dicho apoyo por parte de las instituciones se pronosticaría un
alentador panorama en cuanto a este tema, ya que las personas de las comunidades están sumamen-
te interesadas en conocer las propiedades medicinales de sus hongos.
84
Por lo anterior, además de apoyar las investigaciones que verifiquen y robustezcan el conocimiento
tradicional sobre hongos medicinales, se deben fomentar proyectos productivos y hacer disponible
la información sobre el conocimiento y uso de estos organismos; pero no solo a la comunidad cien-
tífica, sino también a todas aquellas personas que viven cerca de donde crecen los hongos medicina-
les; ya que son ellos quienes están en contacto directo con estos organismos. El aprovechamiento
de dichos recursos sería de gran ayuda a su economía, pero principalmente se vería beneficiada su
salud. En consecuencia, sería indispensable promover la difusión del conocimiento micológico en
las clínicas de las comunidades, en las escuelas o en sitios públicos, en ferias y exposiciones donde
se exhiban posters y fotografías de los hongos comestibles, tóxicos y medicinales que crecen en la
región; además de la impartición de pláticas sobre estos rubros, entre otras actividades de interés
para las personas que quieran conocer más sobre los hongos, particularmente sobre los medicinales,
ya que muchas veces los pobladores conocen muchos hongos comestibles pero desconocen sus
propiedades medicinales. Se espera que este tipo de eventos se realicen y prosperen en diversas
partes del país, particularmente en comunidades donde la información les sea útil a los pobladores
locales y que les permita revalorar sus prácticas culturales, fomentando al mismo tiempo la conser-
vación de la biodiversidad, incluida en ésta la cultural.
85
XIII.- Literatura citada
86
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México, Naucalpan, Estado de México.
99
Anexo 1. Listado de los hongos utilizados en la medicina tradicional mexicana, registrados en la literatura.
Ascendencia
Nombre Uso específico cultural o
Fórmula de preparación Cita
científico (afecciones, acciones o síntomas) región donde
se emplea
Amanita basii Inflamaciones No registrada No registrada Guzmán, 2008a
A. caesarea Inflamaciones Se ingiere hervido o asado. Tseltal Lampman, 2007a
A. jacksonii Inflamaciones No registrada No registrada Guzmán, 2008a
A. laurae Inflamaciones No registrada No registrada Guzmán, 2008a
Epilepsia y otros
No registrada No registrada Guzmán, 1994a
trastornos nerviosos
A. muscaria Diurético No registrada No registrada Guzmán, 2008a
El hongo se hierve y el agua se bebe Montoya, 1992;
Disentería Náhuatl
a modo de infusión. Montoya et al., 2002
Se macera crudo y se toma con agua o leche, pero
A. muscaria Estrada-Torres y
Purgante solo en pequeñas cantidades, ya que de acuerdo con Otomí
var. flavivolvata Aroche, 1987
los sabedores: “es muy fuerte.”
A. rubescens Para desinflamar golpes Como cataplasma. Otomí García-Ibarra, 2009
A. tecomate Inflamaciones No registrada No registrada Guzmán, 2008a
A. tullossii Inflamaciones No registrada No registrada Guzmán, 2008a
A. yema Inflamaciones No registrada No registrada Guzmán, 2008a
Artomyces Dolores de cabeza, indigestión, debilidad, Se ingieren hervidos en sopa o se aplican
Tseltal Lampman, 2007a
pyxidatus inflamaciones y dolores en general externamente como cataplasma.
Astraeus Verrugas, heridas y otras
El polvo (esporas) se aplica sobre el área afectada. Tseltal Shepard et al., 2008
hygrometricus afecciones de la piel
Refresca y astringe, acaba con las
Auricularia No registrada No registrada Sessé y Mociño, 1893
oftalmias, anginas y otras inflamaciones
auricula-judae
Tristeza, ansiedad y miedo Puede ingerirse crudo o en sopa. Tseltal Lampman, 2007a
A. cornea
A. delicata Ansiedad y el miedo No registrada No registrada Guzmán, 2008a
A. fuscosuccinea
100
Anexo 1 (cont.). Listado de los hongos utilizados en la medicina tradicional mexicana, registrados en la literatura.
Ascendencia
Nombre Uso específico cultural o
Fórmula de preparación Cita
científico (afecciones, acciones o síntomas) región donde
se emplea
Battarreoides Quemaduras, cortaduras u otro Una vez que el hongo está deshidratado y negro, lo muelen
Seri Felger y Moser, 1974
diguetii tipo de heridas y el polvo (esporas) se aplica sobre el área afectada.
Dolor de cabeza, tristeza,
Se ingiere hervido en sopa. Tseltal Lampman, 2007a
Boletus edulis depresión, ansiedad y miedo
Reumatismo No registrada No registrada Guzmán, 2008a
El hongo es deshidratado, se pulveriza y el polvo se coloca
B. erythropus Cicatrizante y antiséptico (antibiótico) Mestiza Alavez-Vargas, 2006
sobre la herida para que cicatrice más rápido.
B. pinophilus
Dolor de cabeza, reumatismo y tristeza No registrada No registrada Guzmán, 2008a
B. variipes
Coagulador de sangre y
Bovista fusca El polvo (esporas) se aplica sobre el área afectada. Chiapas Medina-Arias, 2006
cicatrizante de heridas
Picaduras de avispas o abejas, cortaduras
B. pusilla No registrada No registrada Guzmán, 2008a
y en general para las heridas sangrantes
Calostoma Se tuesta en el comal, se pulveriza
Desórdenes gastrointestinales Popoloca Alatorre, 1996
cinnabarinum y se bebe con agua mineral.
Calvatia sp. 1 Flatulencias Las esporas se soplan en el ano. Tseltal Shepard et al., 2008
López-Villafranco,
Calvatia sp. 2 Quemaduras El polvo (esporas) se aplica sobre el área afectada. Tepehuas
2009
Cicatrizar heridas y coagular la sangre El polvo (esporas) se aplica sobre el área afectada. Purépecha Mapes et al., 1981
El hongo deshidratado se muele y se espolvorean sobre las Martínez-Alfaro et al.,
Heridas sangrantes Náhuatl
heridas. 1983
C. cyathiformis Como cataplasma. El hongo se parte y la carne (gleba) se
Golpes o heridas que se pone hacia la piel y la cáscara (peridio) hacia afuera. Se ven- Estrada-Torres y
Otomí
hinchan y se infectan da la herida durante cuatro o cinco días hasta que “madure” Aroche, 1987
(es decir, hasta que el tejido se ablande o suba el pus).
101
Anexo 1 (cont.). Listado de los hongos utilizados en la medicina tradicional mexicana, registrados en la literatura.
Ascendencia
Nombre Uso específico
Fórmula de preparación cultural o región Cita
científico (afecciones, acciones o síntomas)
donde se emplea
Hemostático El polvo (esporas) se aplica sobre el área afectada. Rarámuri Moreno-Fuentes, 2002
Pérez-Moreno et al.,
Hemostático No registrada Náhuatl
2010
Hemaglutinante y cicatrizante de heridas y
Con el peridio, capilicio y las esporas hacen un
úlceras varicosas, consecuencia de la
apósito que colocan sobre la herida y sujetan con una Navarro-Rodríguez
diabetes Mellitus y padecimientos Náhuatl
Calvatia venda, la cual se cambia cuántas veces sea necesario, et al., 2007
cardiovasculares tal como una
cyathiformis hasta que la herida haya cicatrizado.
deficiente circulación sanguínea
Cicatrizar y desinfectar heridas leves en la Grajales-Vásquez et al,
El polvo (esporas) se aplica sobre el área afectada. Chuj
piel y para las rozaduras de los niños 2008
Quemaduras, cortaduras, heridas sangran-
No registrada No registrada Guzmán, 2008a
tes y picaduras de avispas o abejas
Coagular la sangre y cicatrizar las heridas Casi todos los
El polvo (esporas) se aplica sobre el área afectada. Guzmán, 1994a
de la piel campesinos del
Coagular la sangre y cicatrizar las heridas país, principalmen-
El polvo (esporas) se aplica sobre el área afectada. Guzmán, 1994a
de la piel te los del sureste
C. gigantea
Heridas sangrantes,
El polvo (esporas) se aplica sobre el área afectada. No registrada Guzmán, 2008a
cortaduras y quemaduras
Cantharellus Valencia-del Toro
No se indica No se indica Región huasteca
aff. formosus et al., 2004
Clathrus Se exprime el hongo y se dejan caer las gotas que ex-
Conjuntivitis Wirrárixa Villaseñor-Ibarra, 1999
columnatus pulsa sobre los ojos.
Se exprime el hongo y se dejan caer las gotas que ex- Guzmán, 1994a; 2003a;
C. crispus Conjuntivitis Mayas de Yucatán
pulsa sobre los ojos. 2003b; 2008a
Claviceps No se Valadez-Azúa
Menorragia Se administran en forma de té.
gigantea especifica et al., 2011
Clavulina Dolores de cabeza, indigestión, debilidad, Se ingieren hervidos en sopa o se aplican
Tseltal Lampman, 2007a
cinerea inflamaciones y dolores en general externamente como cataplasma.
102
Anexo 1 (cont.). Listado de los hongos utilizados en la medicina tradicional mexicana, registrados en la literatura.
Ascendencia
Nombre Uso específico
Fórmula de preparación cultural o región Cita
científico (afecciones, acciones o síntomas)
donde se emplea
Se frota un fragmento del hongo sobre el área
Clavulinopsis Ruan-Soto, 2005; Ruan-
Verrugas afectada, después de ocho días las Lacandón
sp. Soto et al., 2007; 2009
verrugas desaparecen.
El hongo se hierve en bastante agua y Martínez-Alfaro
Clitocybe gibba Febrífugo Náhuatl
ésta se utiliza para baños. et al., 1983
Verrugas, dolores de espalda, proporcionar Para eliminar verrugas frotan el hongo sobre el área
fuerza, descongestionante frente los res- afectada, para todos los demás usos específicos se Tseltal Lampman, 2007a
Daldinia
friados, flemas y fluido nasal por el frío ingiere hervido en sopa.
concentrica
Dolores de espalda, resfriados, flemas,
No registrada No registrada Guzmán, 2008a
granos y verrugas
Dolores de espalda, resfriados, flemas
D. eschscholzii No registrada No registrada Guzmán, 2008a
granos y verrugas
Afecciones del pecho, resfriados, fiebre,
Dictyonema
indigestión, quemaduras, úlceras en la bo- No registrada No registrada Guzmán, 2008a
pavonium
ca, para limpiar los dientes y diurético
Se exprime el hongo y se dejan caer las
D. duplicata Conjuntivitis Wirrárixa Villaseñor-Ibarra, 1999
gotas que expulsa sobre los ojos.
Elaphomyces
Heridas sangrantes, baja producción de
granulatus
leche materna, estimulante, rejuvenecedor No registrada No registrada Guzmán, 1994a; 2008a
E. muricatus
y propiedades adivinatorias
E. reticulatus
E. muricatus Heridas, rejuvenecedor y
No registrada Triqui Guzmán 1994
f. muricatus propiedades adivinatorias
Bennett y Zingg, 1978
El hongo se deshidrata, se muele y es espolvoreado
Flavoparmelia Quemaduras Rarámuri (en Godínez y Ortega,
sobre el área afectada.
caperata 1989); Pennington 1963
Golpes de pecho El liquen se hierve con cal y sal. Purépecha Mapes et al., 1981
103
Anexo 1 (cont.). Listado de los hongos utilizados en la medicina tradicional mexicana, registrados en la literatura.
Ascendencia
Nombre Uso específico cultural o
Fórmula de preparación Cita
científico (afecciones, acciones o síntomas) región donde
se emplea
Afecciones del pecho, resfriados, fiebre,
Flavoparmelia Guzmán,
indigestión, quemaduras, úlceras en la boca, No registrada No registrada
caperata 2008a
para limpiar los dientes y como diurético
Tos, gripa, hemorragias internas y externas, Moreno-
menorragia, para inducir el parto, analgésico, Se prepara como infusión. Rarámuri Fuentes,
dolores del corazón y del pulmón 2002
Fomitiporia
El chamán toma cuatro piezas de yesca procedente de la corteza
robusta Epistaxis, mareos o malestar en la cabeza
del encino, tres monedas de plata y tres o cuatro clavos de Thord-Gray,
provocados por embrujo, ayuda a recuperar Rarámuri
hierro, hierve la mezcla en una olla con algo de agua y 1955
el alma robada
bastan un trago o dos.
En Chignahuapan, Puebla, hay una iglesia consagrada a la veneración de este hongo, el cual presenta un grabado
con elementos religiosos en el himenio. Los habitantes consideran que el hallazgo del “Honguito” constituye un
Ganoderma Guzmán
milagro y por eso es objeto de adoración; además, creen que favorece ayuda, curaciones y protección a quienes le Náhuatl
lobatum et al., 1975
rezan y veneran. Por tal motivo se puede considerar medicinal, pero sus cualidades se ubican dentro del cosmos
de la cultura.
El hongo se asa, se machaca y se hierve, Lampman,
G. lucidum Para calentar el cuerpo frío Tseltal
obteniendo un té. 2007a
Grajales-
Cicatrizar y desinfectar heridas leves en la piel
Geastrum sp. El polvo (esporas) se aplica sobre el área afectada. Chuj Vásquez
y para las rozaduras de los niños
et al, 2008
Asma, granos, mal de ojo, para suavizar la piel
Guzmán,
G. fimbriatum de bebe y acelerar la cicatrización de los No registrada No registrada
1994a; 2008a
ombligos de los recién nacidos
Para tratar el mal de ojo se ingiere sancochado, solo o con otras
plantas y en té; contra el asma se utiliza el polvo (esporas) com-
Geastrum Mal de ojo, asma, para cicatrizar el binado con otras plantas; y para cicatrizar el ombligo de los Mayas de Guzmán,
saccatum ombligo de los recién nacidos y “algo” bebés, espolvoreando el polvito sobre el ombligo. Además, se Yucatán 1994a; 2003b
menciona que colocando el poro de la parte apical del hongo
sobre el cuerpo o herida se usa para curar “algo”.
104
Anexo 1 (cont.). Listado de los hongos utilizados en la medicina tradicional mexicana, registrados en la literatura.
Ascendencia
Nombre Uso específico cultural o
Fórmula de preparación Cita
científico (afecciones, acciones o síntomas) región donde
se emplea
Geastrum Granos, diarrea y para suavizar
No registrada No registrada Guzmán, 2008a
saccatum la piel de bebé
Para la diarrea, el hongo es sancochado y se toma en
té; para el “mal de ojo” el hongo es sancochado y se
baña al niño con esa agua, algunas personas mencio-
nan que para tratar el mismo padecimiento se debe
Diarrea, mal de ojo, asma, “algo” y mezclar con muchas hierbas; para curar “algo” (el Mayas de
G. triplex Mata, 1987
para cicatrizar el ombligo de bebé autor no especifica a qué se refiere “algo”), en estado Yucatán
juvenil se coloca en el ombligo; para cicatrizar el om-
bligo de los recién nacidos se esparcen las esporas
sobre éste; mientras que para curar el asma, se usa el
“polvito” (esporas) combinado con otras plantas.
Granos y para suavizar la piel de bebe No registrada No registrada Guzmán, 2008a
Hexagonia Jiotes o tiñas en la piel Se froto la superficie del himenio en el área afectada. Náhuatl Martínez-Alfaro et al., 1983
hydnoides Granos y verrugas No registrada No registrada Guzmán, 2008a
Hydnum El hongo fresco se macera y se aplica
Granitos rojos en la piel Tseltal Robles, 2004; Robles et al., 2007
repandum sobre el área afectada.
Hypomyces
Dolores de cabeza Se ingiere hervido o asado. Tseltal Lampman, 2007a
lactifluorum
Lactarius
Fiebre y dolores intestinales Se ingiere hervido en sopa. Tseltal Lampman, 2007a
deliciosus
Purgante El hongo se macera crudo y se toma con agua o leche. Otomí Estrada-Torres y Aroche, 1987
L. indigo
Laxante No registrada No registrada Guzmán, 2008a
Dolores de cabeza, dolores
L. salmonicolor No registrada No registrada Guzmán, 2008a
intestinales, indigestión y fiebre
105
Anexo 1 (cont.). Listado de los hongos utilizados en la medicina tradicional mexicana, registrados en la literatura.
Ascendencia
Nombre Uso específico
Fórmula de preparación cultural o región Cita
científico (afecciones, acciones o síntomas)
donde se emplea
Indígenas de diver-
Lanopila wahlbergii Cicatrizar heridas No registrada sas zonas de tierra Ott et al., 1975
caliente en el país
Lentinus crinitus Proporciona fuerzas después del parto Se ingiere hervido en sopa. Tseltal Lampman, 2007a
Cicatrizar el ombligo de El apotecio fresco o asado es colocado Robles, 2004;
Leotia lubrica Tseltal
los recién nacidos sobre el ombligo. Robles et al., 2007
En dicho trabajo se menciona que ha sido referido Godínez y Ortega,
No registrado No registrada
como medicinal en México. 1989
Lobaria pulmonaria
Pulmonía y otras No se ha reportado para México, la información de
No registrada Guzmán, 1994a
afecciones respiratorias su uso proviene de otros países.
Picaduras de abeja y para Los hongos se cuecen, se deshacen y Estrada-Torres y
Otomí
desinfectar heridas se colocan sobre la herida. Aroche, 1987
Hemostático y cicatrizante En varias regiones
El polvo (esporas) se aplica sobre el área afectada. Guzmán, 1994a
en caso de heridas del país
En la Sierra de
Golpes Como cataplasma. Guzmán, 1994a
L. candidum Puebla
Como narcótico, para adivinar y
No registrada Mixteca Guzmán, 1994a
escuchar voces
Quemaduras, cortaduras, bocio, verrugas,
enuresis y la hinchazón y comezón No registrada No registrada Guzmán, 2008a
del pene en los niños
El polvo (esporas) se inhala en caso de hemorragias
Lycoperdon Hemostático en caso de heridas Isidoro-Reséndiz,
nasales o se espolvorea sobre la piel Náhuatl
excipuliforme sangrantes o epistaxis 2011
en caso de alguna herida.
Picaduras de abeja y para Los hongos se cuecen, se deshacen y Estrada-Torres y
L. perlatum Otomí
desinfectar heridas se colocan sobre la herida. Aroche, 1987
106
Anexo 1 (cont.). Listado de los hongos utilizados en la medicina tradicional mexicana, registrados en la literatura.
Ascendencia
Nombre Uso específico cultural o
Fórmula de preparación Cita
científico (afecciones, acciones o síntomas) región donde
se emplea
Para las heridas primero se desinfecta el área afectada con alcohol y a
continuación el polvo (esporas) es colocado sobre aquéllas; para las Náhuatl1
Emplean ésta y otras especies de quemaduras, el polvo se mezcla con crema fría o manteca y se unta Montoya, 1992;
Lycoperdon para curar heridas, sobre el área afectada para promover la cicatrización1; para los granos, Montoya et al.,
quemaduras y para secar granos se lava el área afectada se y se coloca sobre ésta el “algodoncito” (gle- 2002
Lycoperdon ba) o “humo” (esporas), este tratamiento se repite día a día hasta que Otomí2
perlatum el grano se seque2.
Granos, verrugas y como cicatrizante El polvo (esporas) se aplica sobre el área afectada. Tseltal Robles, 2004
Bocio, enuresis, quemaduras, llagas,
forúnculos, cortaduras, heridas Lampman,
El polvo (esporas) se aplica sobre el área afectada. Tseltal
sangrantes y la inflamación o 2007a
picazón del pene de los niños
Como narcótico, para adivinar y
No registrada Mixteca Guzmán, 1994a
escuchar voces
L. pratense
Coagulador de sangre y Medina-Arias,
El polvo (esporas) se aplica sobre el área afectada. Chiapas
cicatrizante de heridas 2006
Picaduras de abeja y para Los hongos se cuecen, se deshacen y Estrada-Torres y
L. pusillum Otomí
desinfectar heridas se colocan sobre la herida. Aroche, 1987
Bocio, enuresis, quemaduras, llagas,
forúnculos, cortaduras, heridas Lampman,
L. pyriforme El polvo (esporas) se aplica sobre el área afectada. Tseltal
sangrantes y la inflamación o 2007a
picazón del pene de los niños
Medina-Arias,
Se hierve el hongo y se hace un té o se aplican 2006; Medina-
L. umbrinum Lesiones en la piel Mam
directamente las esporas sobre el área afectada. Arias y Andrade-
Gallegos, 2007
107
Anexo 1 (cont.). Listado de los hongos utilizados en la medicina tradicional mexicana, registrados en la literatura.
Ascendencia
Nombre Uso específico cultural o
Fórmula de preparación Cita
científico (afecciones, acciones o síntomas) región donde
se emplea
Se ingiere en té, mezclado con pimienta, panela, chile de Cancuc y cla-
vo (Bumelia persimilis Hemsl.); en esta región es común que para prepa- Robles, 2004;
Panellus Dolor de vientre y
rar caldo de hongos medicinales les agreguen achiote (Bixa orellana L.), Tseltal Robles et al.,
pusillus como desinflamatorio
chile (Capsicum annum L.), epazote (Chenopodium ambrosioides L.), ajo 2007
(Allium sativum L.) y hierbabuena (Mentha piperita L.).
Se deshidrata, se pulveriza y después se ingiere con un poco de agua; el
curandero que bebe el preparado se relaja o desvanece de dos a tres
horas y después adquiere el poder de adivinar cosas o hechos. Aunque
Phallus Propiedades adivinatorias Chinanteco Guzmán, 1994a
dicho autor no aclara por qué lo considera dentro de los medicinales, se
indusiatus intuye que al igual que otros hongos con efectos psicotrópicos, puede
utilizarse para diagnosticar enfermedades y prever curas para éstas.
Se utiliza en prácticas de brujería No registrada No registrada Guzmán, 2008a
Villada, 1865 (en
Physcia sp. Enfermedades del pecho Tónico. No registrada Godínez y
Ortega, 1989)
Pleurotus
No registrada No registrada Guzmán, 2008a
albidus Hipertensión, tristeza, dolores de
Pleurotus cabeza y para reducir niveles altos
cornucopiae de colesterol; además, funciona
P. djamor como diurético, estimulante, No registrada No registrada Guzmán, 2008a
P. pulmonarius laxante y rejuvenecedor
P. smithii
Hipertensión, tristeza, dolores de
cabeza y para reducir niveles altos
de colesterol; además, funciona No registrada No registrada Guzmán, 2008a
P. ostreatus como diurético, estimulante,
laxante y rejuvenecedor
Dolores de cabeza, tristeza, Lampman,
Se ingiere hervido en sopa. Tseltal
depresión, ansiedad y miedo 2007a
108
Anexo 1 (cont.). Listado de los hongos utilizados en la medicina tradicional mexicana, registrados en la literatura.
Ascendencia
Nombre Uso específico cultural o
Fórmula de preparación Cita
científico (afecciones, acciones o síntomas) región donde
se emplea
Podaxis Quemaduras, cortaduras u Una vez que el hongo está deshidratado y negro, lo muelen y Felger y Moser,
Seri
pistillaris otro tipo de heridas aplican el polvo (esporas) sobre el área afectada. 1974
Se ingiere hervido en sopa con clavo (B. persimilis), achiote (B. orellana)
Desordenes gastrointestinales donde
y chile de Cancuc; en esta región es común que para preparar caldo
Polyporus varius se presenta dolor y “aire Tseltal Robles, 2004
de hongos medicinales les agreguen chile (C. annum), epazote
del estómago”
(C. ambrosioides), hierbabuena (M. piperita) y ajo (A. sativum).
Contra ataques, para el mal del Los líquenes se pulverizan y se mezclan con alcohol, después Náhuatl
Montoya, 1992
corazón y la neumonía. el preparado se unta en el pecho. Mestiza
Pseudevernia Afecciones del pecho, resfriados,
consocians fiebre, indigestión, quemaduras,
No registrada No registrada Guzmán, 2008a
úlceras en la boca, para limpiar los
dientes y diurético
Mapes et al.,
Golpes de pecho El liquen se debe hervir con cal y sal. Purépecha
1981
Pseudevernia Afecciones del pecho, resfriados,
intensa fiebre, indigestión, quemaduras,
No registrada No registrada Guzmán, 2008a
úlceras en la boca, para limpiar los
dientes y diurético
Mora y Guzmán,
Dolores de estómago y de muelas No registrada Náhuatl 1983; Guzmán,
1994a
Psilocybe
Guzmán (2008a) menciona que al parecer solo P. angustipleurocystidiata
angustipleurocys-
y probablemente P. barrerae se utilizan en la medicina tradicional para
tidiata Ansiedad y dolor
ayudar a luchar contra el dolor de muelas en Tetela del Volcán; sin No registrada Guzmán, 2008a
de muelas
embargo, en su listado señala que todas las especies de este género se
utilizan tradicionalmente para tratar el dolor de muelas
109
Anexo 1 (cont.). Listado de los hongos utilizados en la medicina tradicional mexicana, registrados en la literatura.
Ascendencia
Nombre Uso específico
Fórmula de preparación cultural o región Cita
científico (afecciones, acciones o síntomas)
donde se emplea
Parte central de
Psilocybe México, incluyendo
Pérez-Moreno
aztecorum Reumatismo Se mezclan con alcohol. la región del Parque
et al., 2010
var. aztecorum Nacional Izta-Popo y
Zoquiapan
Guzmán, 1994a;
P. barrerae Dolores de estómago y de muelas No registrada Náhuatl
Guzmán, 2008a
Ansiedad y otros problemas de salud Se ingieren en ceremonias sagradas. No registrada Guzmán, 2008a
Ansiedad y otros problemas de salud Se ingieren en ceremonias sagradas. No registrada Guzmán, 2008a
P. hoogshagenii
Dolor de muelas No registrada No registrada Guzmán, 2008a
Lo utilizan como elemento curativo en ceremonias religiosas;
de acuerdo con los sabedores, los hongos les hablan y les Guzmán y
No registrado muestran cosas buenas, les curan o les castigan. Su consumo es Matlatzinca López-
durante la noche, primero se ahúman con copal y se ingieren González, 1970
P. muliercula alternándolos con frutas o azúcar.
Solo se menciona que tiene uso como hongo sagrado y curati-
No registrado Matlatzinca Guzmán, 1994a
vo en Tenango del Valle.
Ansiedad y otros problemas de salud Se ingieren en ceremonias sagradas. No registrada Guzmán, 2008a
Dolor de muelas No registrada No registrada Guzmán, 2008a
Ansiedad y otros problemas de salud Se ingieren en ceremonias sagradas. No registrada Guzmán, 2008a
P. sanctorum
Dolor de muelas No registrada No registrada Guzmán, 2008a
P. aztecorum Guzmán (1994a) incluye a estas especies señalando que son
P. caerulescens alucinógenas y que pueden tener las mismas especificaciones
P. cubensis que P. zapotecorum; pero las excluye en su trabajo de 2008a; no Guzmán, 1994a;
Ansiedad y otros problemas de salud No registrada
obstante, en este último menciona que todas las especies Guzmán, 2008a
P. mexicana alucinógenas de Psilocybe se utilizan en ceremonias sagradas
P. zapotecorum contra la ansiedad y otros problemas de salud.
Pycnoporus Solo se menciona que al igual que P. sanguineus, este hongo se Pérez-Moreno
Enfermedades de la piel No registrada
cinnabarinus utiliza en México para tratar diversas enfermedades de la piel. et al., 2010
110
Anexo 1 (cont.). Listado de los hongos utilizados en la medicina tradicional mexicana, registrados en la literatura.
Ascendencia
Nombre Uso específico cultural o
Fórmula de preparación Cita
científico (afecciones, acciones o síntomas) región donde
se emplea
El hongo se hierve y con esa agua se lava Martínez-Alfaro
Granos y verrugas Náhuatl
Pycnoporus el área afectada. et al., 1983
sanguineus Deshidratado y en polvo sirve para eliminar granos o Martínez-Alfaro
Granos y pies inflamados Totonaca
hervido para desinflamar los pies. et al., 1983
Disentería, diarrea y la tiña del cuero cabelludo No registrada En Veracruz Guzmán, 1994a
Náhuatl Montoya, 1992;
Contra ataques, para el mal del corazón y Los líquenes se pulverizan y se mezclan con alcohol,
Ramalina sp. 1 Montoya et al.,
la neumonía después el preparado se unta en el pecho. Mestiza 2002
Mapes et al.,
Golpes de pecho El liquen se debe hervir con cal y sal. Purépecha
1981
R. celastri
Afecciones del pecho, resfriados, fiebre, indigestión,
subsp. celastri
quemaduras, úlceras en la boca, para limpiar los No registrada No registrada Guzmán, 2008a
dientes y diurético
Indigestión, inflamación, dolor, cansancio o Ingeridos en caldo (hervidos en sopa) o aplicados Lampman,
Ramaria sp. Tseltal
debilidad y dolores de cabeza externamente como cataplasma. 2007a
Se menciona que estos hongos se vendían Ometepec,
Rhizopogon sp. Cicatrizante Ott et al., 1975
como cicatrizantes. Guerrero
Felger y Moser,
Fiebre y problemas relacionados con la disnea En té Seri
1974
Los líquenes se muelen y ciernen a través una tela con
Llagas, quemaduras, Felger y Moser,
un poco de agua; el líquido resultante se aplica sobre el Seri
cortaduras y otro tipo de heridas 1974
área afectada.
Roccella Una persona mencionó que para estas afecciones se
babingtonii mezcla con tierra, arcilla kasíimme y agua; otra persona Felger y Moser,
Fiebre, diarrea o disentería Seri
dijo que los líquenes del suelo, mezclados con agua, se 1974
utilizan para bañar a los niños si tienen fiebre.
Afecciones del pecho, resfriados, fiebre, indigestión,
quemaduras, úlceras en la boca, para limpiar los No registrada No registrada Guzmán, 2008a
dientes y diurético
111
Anexo 1 (cont.). Listado de los hongos utilizados en la medicina tradicional mexicana, registrados en la literatura.
Ascendencia
Nombre Uso específico
Fórmula de preparación cultural o región Cita
científico (afecciones, acciones o síntomas)
donde se emplea
Se ingiere en atole o té, el cual comúnmente lleva clavo (B.
Robles et al.,
Antihelmíntico persimilis), achiote (B. orellana), chile (C. annum), epazote Tseltal
2007
(C. ambrosioides), ajo (A. sativum) y hierbabuena (M. piperita).
Indigestión, flatulencias, diarrea, cansancio
Schizophyllum o debilidad, obesidad, dolores de estóma-
Lampman,
commune go, de cabeza y dolores en general, Se ingiere hervido en sopa (caldo) o machacado en pozol. Tseltal
2007a
inflamaciones, reumatismo y baja
producción de leche materna
Tabasco y Veracruz Pérez-Moreno
Reumatismo No registrada
et al., 2010
Robles, 2004;
Scleroderma Cicatrizante y hemostático en caso de
El polvo (esporas) se aplica sobre el área afectada. Tseltal Robles et al.,
areolatum heridas y para eliminar granos y verrugas
2007
Valencia-del
Granos y cicatrizante frente a
S. citrinum No registrada No registrada Toro et al.,
heridas y cortaduras
2004
Cicatrizante y para escuchar voces y Se menciona que estos hongos
Ometepec, Guerrero Ott et al., 1975
adivinar el futuro se vendían como cicatrizantes.
S. verrucosum
Cicatrizante y hemostático en caso de
El polvo (esporas) se aplica sobre el área afectada. Tseltal
heridas y para eliminar granos y verrugas
Deshidratan el hongo y lo administran preparándolo en Robles 2004;
forma de té; en esta región es común que también se Robles et al.,
Antiinflamatorio en el tratamiento de la
Stereum ostrea agregue clavo (B. persimilis), achiote (B. orellana), chile Tseltal 2007
hinchazón en los recién nacidos
(C. annum), epazote (C. ambrosioides), ajo (A. sativum) y
hierbabuena (M. piperita).
Lampman,
Suillus sp. Dolores de cabeza y tristeza o depresión Se ingiere hervido en sopa. Tseltal
2007a
S. brevipes
Guzmán,
S. granulatus Dolores de cabeza y la tristeza No registrada No registrada
2008a
S. luteus
112
Anexo 1 (cont.). Listado de los hongos utilizados en la medicina tradicional mexicana, registrados en la literatura.
Ascendencia
Nombre Uso específico cultural o
Fórmula de preparación Cita
científico (afecciones, acciones o síntomas) región donde
se emplea
Mata, 1987 (corrección
Se unta directamente la “resina” del hongo sobre el área de la determinación
Thelephora afectada, aunque algunas personas mencionaron que el científica realizada por
Verrugas Maya
cervicornis hongo se debe poner en cenizas de candela y así se aplica Sánchez-Jácome y
caliente en las verrugas. Guzmán-Dávalos
en 1997)
Martínez-Alfaro et al.,
Pipinet (jiotes o tiñas en la piel ) Se frota la superficie del himenio sobre el área afectada Náhuatl
Trametes 1983
versicolor El hongo se deshidrata, es macerado y se ingiere Estrada-Torres y
Purgante Otomí
con agua o leche Aroche, 1987
Se ingiere en té junto con pimienta (Piper nigrum L.), clavo
(B. persimilis), achiote (B. orellana) y chile de Cancuc, aun-
Robles, 2004;
T. villosa Dolores y desordenes gastrointestinales que cuando los hongos son preparados en té es común Tseltal
Robles et al., 2007
que también se le agregue epazote (C. ambrosioides), ajo (A.
sativum), yerbabuena (M. piperita) y chile (C. annum).
Dolores de cabeza, indigestión, dolores
Se consume hervido en sopa, pero para tratar afecciones
en general, debilidad o cansancio e Tseltal Lampman, 2007a
externas se aplica como cataplasma.
Tremellodendron inflamaciones
schweinitzii En caldo con epazote (Chenopodium ambrosioides), ajo
Antihelmíntico Tseltal Robles et al., 2007
(Allium sativum) y yerbabuena (Mentha piperita)
Dolores intestinales No registrada No registrada Guzmán, 2008a
El hongo deshidratado es triturado y su polvo marrón
Tulostoma sp. Quemaduras, cortaduras y otras heridas Seri Felger y Moser, 1974
(esporas) se extiende sobre el área afectada de la piel.
Golpes de pecho El liquen se debe hervir con cal y sal. Purépecha Mapes et al., 1981
Afecciones del pecho, resfriados, fiebre,
Usnea strigosa indigestión, quemaduras, úlceras en la
No registrada No registrada Guzmán, 2008a
boca, para limpiar los dientes
y como diurético
113
Anexo 1 (cont.). Listado de los hongos utilizados en la medicina tradicional mexicana, registrados en la literatura.
Ascendencia
Nombre Uso específico cultural o
Fórmula de preparación Cita
científico (afecciones, acciones o síntomas) región donde
se emplea
Molestias en la garganta, dolor en el corazón, Para las afecciones de la piel se muele y con ese polvo se
Usnea Moreno-Fuentes,
granos, para cicatrizar el ombligo de los recién cubre el área afectada, para las molestias en la garganta se Rarámuri
subfloridana 2002
nacidos y heridas en general mastica y para el corazón se ingiere en forma de té.
Granos, rozaduras y quemaduras de los niños El polvo (esporas) se unta con aceite sobre el área afectada. Purépecha Mapes et al., 1981
Una vez seco, se le agrega agua hasta formar una masa Estrada-Torres y
Disípela Otomí
espesa, la cual se unta sobre el área afectada. Aroche, 1987
Una vez seco lo revuelven con manteca o aceite (algunas
Quemaduras, cortaduras, para cicatrizar el
personas recomiendan que sea con aceite rosado), dicha
ombligo de los recién nacidos, para refrescar la Náhuatl Montoya, 1997
mezcla se puede calentar y finalmente se unta sobre el área
piel y como antipirético
afectada de la piel o en la espalda para disminuir la fiebre.
Se tuesta con excremento de conejo, se bate con manteca y Náhuatl1
se aplica sobre el área afectada 1, 2 y 3. También se usa fresco
Para refrescar o cicatrizar zonas quemadas de la Mestiza2
o seco, revuelto con manteca o crema, aplicándose como Montoya, 1992;
piel y para calmar el dolor
pomada; algunas personas recomiendan revolverlo con Montoya et al.,
agua de cal 1 y 2. Otomí3 2002
Se mezclan las esporas de este hongo con jugo de limón y
Ustilago Refrescar la piel y darle suavidad Otomí
dicha mezcla se frota sobre el rostro a modo de mascarilla.
maydis Heridas, hemorragias, erupciones cutáneas en
bebés, secar los ombligos de los recién nacidos,
El polvo (esporas) se aplica sobre el área afectada. Náhuatl
hidratar los labios resecos y para ayudar a Montoya et al.,
curar mordeduras de animales 2003
Deshidratación causada por el consumo de
Se ingiere en té. Náhuatl
alcohol en exceso
Dolores de estómago, indigestión y diarrea Se ingiere hervido en sopa. Tseltal Lampman, 2007a
Diarreas, cólicos y otros problemas digestivos Se ingiere en té. Náhuatl
Comezón en medio de los dedos y otros Valadez-Azúa
El polvo (esporas) se aplica sobre el área afectada. Náhuatl
problemas en la piel et al., 2011
Problemas relacionados con los pulmones No registrada Mestiza
Desinflamatorio Como cataplasma. Náhuatl
114
Anexo 1 (cont.). Listado de los hongos utilizados en la medicina tradicional mexicana, registrados en la literatura.
Uso
Ascenden-
específico
Nombre cia
(afecciones, Fórmula de preparación Cita
científico cultural
acciones o
síntomas)
Se prepara en jarabe con borraja (Borago officinalis L.), eucalipto (Eucalyptus globulus Labill.), gordo-
lobo (Gnaphalium sp.), hoja de cedrón (Aloysia triphylla [L'Herit] Brett.), de capulín (Prunus serotina
Ehrenb subsp. capuli [Cav.] McVaugh), de tejocote (Crataegus pubescens [Kunth.] Steudel), de du-
razno (Prunus persica [L.] Batsch.), hinojo (Foeniculum vulgare [L.] Mill.), cenicilla (Helianthemum glo-
meratum Lag), flor de bugambilia morada (Bougainvillea glabra Choisy), de malvón rojo (Pelargonium
inquinans Ait.), chicalota (Argemone platyceras Link), manzanilla (Matricaria recutita L.), un pedacito
Zolla y
de ocote (Pinus sp.) y una rajita de “palo de Brasil” (Haematoxylum brasiletto Karst.); se mezcla con
Tos Mazahua Argueta,
alcohol, medio litro por tres de agua y 1 kilo de azúcar. Se toma dependiendo de la gravedad cada
2009
dos horas o al acostarse para que ya no “le pegue frío”. Si no se puede hacer el jarabe, se elabora
un té con todas las hierbas, una ramita de cada una en 1 litro de agua, y se toma calientito por las
tardes, endulzado con poca azúcar, se le puede poner tantito alcohol. Si no están disponibles
todas las hierbas, se usa una sola pero bien cargado, también se toma como agua de uso; entre
más cargada la medicina más rápido el efecto. Para los niños se hierve con el “palo Brasil” y apio
Ustilago (Apium grveolens L.).
maydis
Catarro, tos, El hongo se hierve junto con borraja, manzanilla, hinojo, tabachín (Caesalpinia pulcherrima [L.]
Zolla y
dolor de cabeza, Swartz), flor de tilia (Ternstroemia sylvatica Schldl. et Cham), pionía (Juncus effusus L.), “palo de Bra-
Mazahua Argueta,
pulmonía o dolor sil” y la “espina blanca” (Adelia barbinervis Cham. & Schlechtendal) o chicalota y se toma una
2009
de pulmón copita cada 6 horas; pero se advierte no tomar más de la dosis del remedio porque hace mal.
Se ingiere un té de “lentejuelilla” (Lepidium virginicum L.) administrado como agua de tiempo, du- Zolla y
Mal de orín rante varios días; el tratamiento va acompañado de la aplicación de un emplasto hecho con U. Otomí Argueta,
maydis y manteca, colocado en el vientre, con el objeto de quitar el calor encerrado en su interior. 2009
Verrugas y para
No Guzmán,
reblandecer la No registrada
registrada 2008a
piel de bebés
Diarrea, Pérez-
No
sangrados No registrada Moreno
registrada
y cólicos et al., 2010
115
Anexo 1 (cont.). Listado de los hongos utilizados en la medicina tradicional mexicana, registrados en la literatura.
Ascendencia
Uso específico Fórmula de
Nombre científico cultural o región Cita
(afecciones, acciones o síntomas) preparación
donde se emplea
Coagulador y cicatrizante de El polvo (esporas) se aplica
Chiapas Medina-Arias, 2006
heridas sangrantes sobre el área afectada.
Como narcótico, para adivinar
Vascellum intermedium No registrada Mixteca Guzmán, 1994a
y escuchar voces
Dolores de espalda, quemaduras, picaduras
El polvo (esporas) se aplica
de avispas o abejas y hemorragias en No registrada Guzmán, 2008a
sobre el área afectada.
cortaduras u otro tipo de heridas
Como narcótico, para adivinar
No registrada Mixteca Guzmán, 1994a
y escuchar voces
V. qudenii
Dolores de espalda, quemaduras, picaduras
de avispas o abejas y hemorragias en No registrada No registrada Guzmán, 2008a
cortaduras u otro tipo de heridas
Se utiliza en la limpieza de la boca Estrada-Torres y
No registrada Otomí
cuando se presentan fogazos o úlceras Aroche, 1987
Xanthoparmelia cumberlandia Afecciones del pecho, resfriados, fiebre,
indigestión, quemaduras, úlceras en la boca, No registrada No registrada Guzmán, 2008a
para limpiar los dientes y como diurético
Enfermedades relacionadas
Xylaria sp. No registrada Náhuatl Alatorre, 1996
con el corazón
116
Anexo 2. Hongos medicinales de Chimalapa, Acaxochitlán, Hidalgo (nahuas).
B Nombre Uso específico
l
o Aparatos, Fórmula de
q Científico Local sistemas u Enfermedad o afección Signos y síntomas preparación
u órganos
e
Granos Pueden tener pus
Quemaduras Sale agüita (pus) Para tratar las afec-
Pueden ser grandes o chicas, se rompen y ciones de la piel, se
Ronchas limpia cuidadosa-
Cuitlacoche o sale como agua o pus
Rozaduras No registrados mente el área afec-
huitlacoche tada y el polvo (es-
(huitlatl = Heridas sangrantes (cortaduras, raspones, etc.)
H Piel poras) se unta sobre
Ustilago excrecencia, Para curar o cicatrizar el ombligo de los recién Sale agüita (pus)
o ésta; el tratamiento
n maydis coche = nacidos debe aplicarse de
g dormido; ex- Para sanar la herida de la cesárea No registrados una a tres veces
o crecencia Hongos en los pies (tinea pedis) Comezón, piel gruesa y mal olor dependiendo de la
s dormida) gravedad de la afec-
Palachtili (infecciones de la piel) Las heridas se pudren, sale pus ción o hasta que ya
d no duela y la afec-
Nariz X Epistaxis constantes
e ción o las heridas se
l Granos Pueden tener pus sequen y sanen.
Quemaduras No registrados Para detener las
m hemorragias nasales
a Heridas sangrantes (cortaduras, raspones, etc.) Pueden tener pus constantes se hierve
í y se ingiere caliente
z Claviceps Huitlacoche Piel o frío como agua de
Rozaduras No registrados
gigantea blanco tiempo, además un
Hongos en los pies (tinea pedis) Comezón, piel gruesa y mal olor trapo se remoja con
ese caldo y después
Palachtili (infecciones de la piel) Las heridas se pudren, sale pus se unta en las fosas
Nariz X Epistaxis constantes nasales.
117
Anexo 2 (cont.). Hongos medicinales de Chimalapa, Acaxochitlán, Hidalgo (nahuas).
118
Anexo 2 (cont.). Hongos medicinales de Chimalapa, Acaxochitlán, Hidalgo (nahuas).
Aparatos, Fórmula de
Bloque Enfermedad Signos y
Científico Local sistemas u Preparación
o afección síntomas
órganos
Everniastrum sp., Coupachtli, cuopachtli, o buopachtli, (pelitos del Resfriados Tos
Parmotrema cetratum, palo, piel del palo, o bigote del palo; la Uno tose,
Peltigera sp. 1 y diferencia en las primeras palabras es difícil se pone Se prepara en té y se toma como
Usnea spp. (al menos 3 de distinguir, por ello se citan todas las Aparato negro de agua de tiempo, aunque el médico
especies distintas) variantes escuchadas) respiratorio Tosferina la cara y tradicional indica que se ingiera cada
puede ocho horas.
Hypotrachyna
Coupachtli de piedra llegar a
Líquenes cf. imbricatula
morir
Se prepara en té y se toma como
agua de tiempo. Todos los líquenes
Aparato Presión son usados para curar la tosferina y
Usnea aff. merrillii Coupachtli de encino Hipertensión
circulatorio alta los resfriados, pero solo
U. aff. merrillii se reconoce como
medicinal para “bajar la presión”.
Se necesita un esporoma entero o
una fracción de él (dependiendo de
su tamaño), se coloca en el fuego,
Hongos directo sobre las brasas, como si
Nanácatlcohuitl (nanácatl = hongo, cohuitl =
Epistaxis fuera un trozo de madera, cuando ya
tronco, palo o árbol; hongo de tronco),
de Ganoderma applanatum Nariz X constan- está encendido se saca de la lumbre,
hongo de tronco, hongo de palo u hongo
tes puede partirse o no y se inhala el
de madera
tronco humo que desprende durante media
hora o 20 minutos; este tratamiento
se realiza tres o cuatro veces distri-
buidas en un lapso de 15 días.
119
Anexo 2 (cont.). Hongos medicinales de Chimalapa, Acaxochitlán, Hidalgo (nahuas).
120
Anexo 3. Hongos medicinales de san Isidro Buensuceso, San Pablo del Monte, Tlaxcala (nahuas).
121
Anexo 3 (cont.). Hongos medicinales de san Isidro Buensuceso, San Pablo del Monte, Tlaxcala (nahuas).
122
Anexo 3 (cont.). Hongos medicinales de san Isidro Buensuceso, San Pablo del Monte, Tlaxcala (nahuas).
B
l Nombre Uso específico
o
Fórmula de preparación
q Aparatos,
u Enfermedad o
Científico Local sistemas u Signos y síntomas
e afección
órganos
Las ronchas pueden llegar a ser muy Se lava o se limpia muy bien el
Ronchas
grandes, como con agüita y dan comezón área afectada, algunos lo hacen
Rozaduras No registrados con agua tibia e incluso reco-
Granos Pueden tener pus miendan que sea con
Xiteburo, xitetl,
tonalacahuatl (probablemente
G xitenanácatl, Las quemaduras graves pueden tener agua y san-
Quemaduras leves y Cochlospermum vitifolium [Willd.]
a xiteburotzin gre; no se puede curar, no se alivia ni con medici-
quemaduras graves Spreng.), después se muele el
s (xite alude a na de farmacia
Piel polvo (esporas) con la mano y se
t los testículos Heridas sangrantes unta sobre la zona afectada. En
e y buro al burro) (cortaduras, raspones, No registrados
Lycoperdon sp. 2, el tratamiento varia el número
r etc.)
L. caudatum, de aplicaciones, dependiendo de
o totoltenanácatl Heridas infectadas Se infectan las heridas, no se pueden sanar
L. perlatum, la gravedad de la afección, puede
m (totol = huevo, Para curar o cicatrizar el
L. umbrinum, Los bebés no se alivian bien del ombligo, tienen constar de dos o tres aplicacio-
i nanácatl = ombligo de los recién
pus y/o sangre nes al día durante cuatro días o
c hongo) nacidos hasta que se sane la afección.
e
Aparato Problemas relacionados
t o No registrados
urinario con los riñones
o cefamile, huevo Se corta, se pela y se asa en el
Aparato
s de burro o Hipertensión No registrados sartén o hervido en caldo con
circulatorio
huevitos poca sal y epazote, ya que éste es
Para cualquier infección purgante; el remedio se debe
X No registrados
por dentro y por fuera tomar cuatro veces.
X X Punzadas de cabeza, mareos
123
Anexo 3 (cont.). Hongos medicinales de san Isidro Buensuceso, San Pablo del Monte, Tlaxcala (nahuas).
125
Anexo 3 (cont.). Hongos medicinales de san Isidro Buensuceso, San Pablo del Monte, Tlaxcala (nahuas).
127
Anexo 3 (cont.). Hongos medicinales de san Isidro Buensuceso, San Pablo del Monte, Tlaxcala (nahuas).
B
l
o Fórmula de
Nombre Uso específico Bloque Nombre Uso específico
q preparación
u
e
Aparatos,
Científico Local sistemas u Científico Local
órganos
Gastritis,
Nanácatl xelguastzin,
desórdenes
O xelguasnanácatl Se puede comer en quesadillas, pero es
gastrointestinales,
t (xelguas = escobeta), mejor guisarlo en caldo, para ello se
Ramaria sp. 1 y Aparato para limpiar el Dolor y ardor de estómago, falta
r por su color pude ser limpia, se raja, se lava y se hierve con
Ramaria sp. 2 digestivo organismo cuan- de apetito
o xelguas morada o amari- agua, ajo, cebolla y un cachito de
do se anda muy
s lla, o escobeta morada o epazote.
mal de la panza
amarilla
(purgante)
Infecciones
Cuatecash o cuatecach Aparato
Russula delica gastrointestinales Inflamación estomacal Hervido en caldo, sin picante
blanco digestivo
y gastritis
Nota: Las “X” indican que los signos y/o síntomas no corresponden o pueden estar involucrados varios aparatos, sistemas u órganos, o que tampoco corres-
ponden con ninguna enfermedad en particular.
128
Anexo 4. Hongos medicinales de Amatenango del Valle, Chiapas (tseltales).
Nombre Uso específico
Bloque Aparatos, Fórmula de preparación
Enfermedad o Signos y
Científico Local sistemas u
afección síntomas
órganos
Aparato
Kamusa, kamosa, tsajal- Catarro Flujo nasal
respiratorio
panzá (tsajal = colorada),
Mal de estómago, En caldo, con cilantro, epazote o hierbabuena,
Boletoi- pansá, pansul (ul = partí-
Boletus reticulatus limpian el estóma- con poquito limón y poco o de preferencia sin
des cula afectiva o diminuti- Aparato Dolor e inflama-
go (purgante) chile.
va; pancita), panza o digestivo ción estomacal
cuando se cómo
pancita
carne mal cocida
Heridas muy que-
Heridas con mu-
Astraeus madas (con mucho
cho calor
hygrometricus y Bud’ bak’et de roblar o calor)
Geastrum mirasol Quemaduras, gra- Primero se lava la herida, de preferencia con la
minimum nos, rozaduras y No registrados decocción de las puntas de ciprés, zapotillo o
verrugas malva, luego se aplica el polvo sobre el área
Golpes Inflamación afectada; el tratamiento consta de dos o tres
Gaste-
Lycoperdon sp. 3 aplicaciones o hasta que seque la herida o afec-
romice- Hemostático,
Tomutlu’ chico (el nom- ción, la sane y ya no le salga “agüita”. Para las
tos antiséptico y anal- Heridas con pus, rozaduras solo se espolvorean las esporas como
bre alude a los testícu-
Piel gésico frente a heridas infectadas,
los), huevito o si fuera talco.
heridas sangrantes que no se alivian
L. pyriforme huevito de toro
(cortaduras, fácilmente
lastimadas, etc.)
Chinamburú (chinam =
seso, burú = burro, seso
L. aff. acuminatum A todos estos hongos se les conoce como bud’ bak’et o bud’ bak’, (suena como but’ bak’et
de burro) o seso de
pero la forma correcta de escribir es con d’; bud’ = resanar o rellenar, bak’et = carne pro-
burro
pia; que resana la carne propia)
Pisolithus tinctorius Tsi si kal
129
Anexo 4 (cont.). Hongos medicinales de Amatenango del Valle, Chiapas (tseltales).
Nombre Uso específico
Bloque Aparatos, Fórmula de preparación
Enfermedad o Signos y
Científico Local sistemas u
afección síntomas
órganos
Tsotsilté (tsolsil = pelito, té Para su uso astringente se corta un pedazo de
= palo o árbol), pa' té algún liquen folioso, ligeramente más grande que
Parmotrema Heridas sangrantes
(pa' = cascarita, té = palo No registrados la herida y es colocado sobre ésta, con la super-
cf. dilatatum, (cortaduras)
Líque- o árbol) o yamoxil te' ficie inferior hacia la piel, a modo de parche o
P. tinctorum,
nes (cascarilla del palo), curita. Otra forma de empleo para tratar las
P. cf. mellissii y
cascara de palo, cascarita quemaduras y heridas sangrantes es dejar que los
Sticta sp. 2 Piel
de palo o cascarilla de líquenes, ya sean foliosos o fruticosos, se deshi-
palo draten, posteriormente se muelen y el polvo
Quemaduras No registrados obtenido se aplica sobre el área afectada; para las
Tsolsilté, itsu o pelito del quemaduras otra alternativa si están frescos, es
Usnea sp.
palo tostarlos y molerlos hasta que queden como
polvo y éste se aplica sobre el área afectada.
Nota: Las “X” indican que los signos y/o síntomas no corresponden o pueden estar involucrados varios aparatos, sistemas u órganos, o que tampoco corres-
ponden con ninguna enfermedad en particular.
130
Anexo 5. Hongos medicinales de Tenejapa, Chiapas (tseltales).
Nombre Uso específico
131
Anexo 5 (cont.). Hongos medicinales de Tenejapa, Chiapas (tseltales).
132
Anexo 5 (cont.). Hongos medicinales de Tenejapa, Chiapas (tseltales).
Nombre Uso específico
Bloque Aparatos, Fórmula de preparación
Enfermedad o
Científico Local sistemas u Signos y síntomas
afección
órganos
Chikinté (chikin = oreja;
Piel maltratada, se siente dura,
oreja de palo), mukul chi- El hongo se calienta en las brasas, a
esta rajada, reseca, rasposa, con
kinté (oreja de palo podri- fuego directo, cuando ya está bien
grietas, callosa, dan comezón,
Ganoderma do), xanabikal, tepikal (su caliente se unta sobre el área afecta-
Piel “Rajadura de piel” duele y arde; principalmente les
lobatum zapato del negrito [ser da de la piel con la parte lisita del
Hongos da en las manos y en los pies,
sobrenatural en su cos- hongo (himenio); se aplica dos o tres
de aunque se puede presentar en
movisión]), oreja de palo veces.
tronco otras partes del cuerpo
o zapato del negrito
Se muele y el polvo se aplica sobre el
Piel Heridas No registrados
Trametes área afectada de la piel.
K’o chikin (como oreja)
versicolor Aparato
Úlceras gástricas No registrados Se ingiere en té.
digestivo
Chamel (doña Juana,
Síndromes de Amatenango del Debilidad, cansancio, dolor de Se puede comer asado, pero reco-
Lactarius de filiación Valle menciona que cabeza, dolor de cuerpo, can- miendan es mejor en caldo, hervido
Tsa´jaltibal (tsa´jal = colo-
deliciosus cultural akbil chamel significa sancio y falta de apetito con epazote; puede llevar tomate,
rado, tibal = carne; carne
var. olivaceo- “te embrujaron”) jitomate, cebolla y chile (verde o
colorada)
sordidus seco) depende como se
Otros Aparato Es bueno para la quiera tomar.
No registrados
circulatorio sangre, la vitamina
Aparato
Para evitar el
Morchella sp.* Tsukum ti’bal reproductor No registrados En caldo con epazote.
embarazo
femenino
133
Anexo 5 (cont.). Hongos medicinales de Tenejapa, Chiapas (tseltales).
Nombre Uso específico
Bloque Aparatos, Fórmula de preparación
Enfermedad o
Científico Local sistemas u Signos y síntomas
afección
órganos
En caldo con epazote; se le puede
Para aliviar la cruda
Pleurotus sp.* Tsakitá X No registrados agregar tomate y chile, depende
(resaca)
como se quiera tomar.
Se aplica cuando las mujeres
Enfermeda- están delgadas y débiles, por lo En caldo con dos o tres hojas de
Baja producción de
Otros des de la que no pueden amamantar bien epazote y con poquito chile porque
leche materna
Schizophyllum mujer a sus bebés y este remedio dicen que le puede quitar la fuerza.
Tsul’ te’ o tsakita'
commune estimula la lactancia
En caldo con epazote; se le puede
Aparato
X Diarrea agregar tomate y chile, depende
digestivo
como se quiera tomar.
Nota: Las “X” indican que los signos y/o síntomas no corresponden o pueden estar involucrados varios aparatos, sistemas u órganos, o que tampoco corresponden con ninguna
enfermedad en particular. *Aunque no se recolectaron ejemplares, estos hongos fueron reconocidos por fotografía.
134
Anexo 6. Hongos medicinales de La Cañada, Morelos, Estado de México (otomíes).
Nombre Uso específico y número de menciones
135
Anexo 6 (cont.). Hongos medicinales de La Cañada, Morelos, Estado de México (otomíes).
136
Anexo 7. Hongos medicinales del Ejido Detiña, Acambay, Estado de México (otomíes).
137
Anexo 7 (cont.). Hongos medicinales del Ejido Detiña, Acambay, Estado de México (otomíes).
138
Anexo 8. Lista de hongos mostrados en los estímulos fotográficos
Lámina Taxones
1 Amanita jacksonii
2 Amanita muscaria
3 Boletus pinophilus
4 Clitocybe gibba
5 Hypomyces lactifluorum
6 Lactarius deliciosus
7 Lactarius indigo
8 Hydnum repandum
9 Hericium erinaceum
10 Daldinia concentrica
11 Trametes versicolor*
12 Ganoderma lucidum
13 Pycnoporus sanguineus
14 Schizophyllum commune
15 Pleurotus djamor
16 Auricularia fuscosuccinea
17 Tremella fuciformis
18 Sarcosphaera coronaria
19 Calvatia cyathiformis
20 Lycoperdon perlatum
21 Langermannia gigantea
22 Geastrum fimbriatum
23 Ustilago maydis*
24 Cyathus bulleri
25 Morchella esculenta
26 Dictyophora indusiata
27 Psilocybe cubensis
28 Psilocybe
29 Leotia lubrica
30 Ramaria botrytis
31 Xanthoparmelia cumberlandia
32 Usnea strigosa
139
Anexo 9. Formato de entrevista
Nombre_________________________________________________________________Edad_________
Domicilio_____________________________________________________________________________
Ocupación____________________________________________________________________________
Procedencia_____________________ Tr___________ Datos extras_______________________________
Enlistado libre
1____________________________________________________________________________________
2____________________________________________________________________________________
3____________________________________________________________________________________
4____________________________________________________________________________________
5____________________________________________________________________________________
6____________________________________________________________________________________
7____________________________________________________________________________________
8____________________________________________________________________________________
9____________________________________________________________________________________
10____________________________________________________________________________________
11____________________________________________________________________________________
12____________________________________________________________________________________
13____________________________________________________________________________________
14____________________________________________________________________________________
15____________________________________________________________________________________
16____________________________________________________________________________________
17____________________________________________________________________________________
18____________________________________________________________________________________
19____________________________________________________________________________________
20____________________________________________________________________________________
¿Sabe de algún “hongo” que sirva para tratar o curar alguna enfermedad? Si No
¿Conoce algún “hongo” que sirva para combatir o adivinar★ algún mal? Si No
¿Sabe de algún “hongo” que si se lo come, le ayuda para no enfermarse? Si No
140
Guía fotográfica
1____________________________________________________________________________________
2____________________________________________________________________________________
3____________________________________________________________________________________
4____________________________________________________________________________________
5____________________________________________________________________________________
6____________________________________________________________________________________
7____________________________________________________________________________________
8____________________________________________________________________________________
9____________________________________________________________________________________
10____________________________________________________________________________________
11____________________________________________________________________________________
12____________________________________________________________________________________
13____________________________________________________________________________________
14____________________________________________________________________________________
15____________________________________________________________________________________
16____________________________________________________________________________________
17____________________________________________________________________________________
18____________________________________________________________________________________
19____________________________________________________________________________________
20____________________________________________________________________________________
21____________________________________________________________________________________
22____________________________________________________________________________________
23____________________________________________________________________________________
24____________________________________________________________________________________
25____________________________________________________________________________________
26____________________________________________________________________________________
27____________________________________________________________________________________
28____________________________________________________________________________________
29____________________________________________________________________________________
30____________________________________________________________________________________
31____________________________________________________________________________________
32____________________________________________________________________________________
141
1. ¿Cómo le llama? ____________________________________________________________________________
2. ¿Tiene otros nombres? ¿Cuáles? _________________________________________________________________
____________________________________________________________________________________________
3. ¿Qué significa en español? _____________________________________________________________________
4. ¿Cómo es? Color: _________________________________Forma:_____________________________________
Tamaño: _______________________________ Crecimiento; So- Grupo _____________________________
Sustrato: Madera Tierra Hojarasca Estiércol
___________________________________________________________________________________
Otras características: ___________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________________________
5. ¿Se come? Si No 6. ¿Cómo lo prepara? ___________________________________________________
____________________________________________________________________________________________
____________________________________________________________________________________________
7. ¿Lo venden? Si No ¿en cuánto? ________________________________________________________
8. ¿Dónde lo consigue? _________________________________________________________________________
9. ¿Va por él al monte u otra persona lo trae? ________________________________________________________
10. ¿Se lo vende, se lo regala o lo cambia por algo? V R _________________________________________
11. Si va al monte y los ve: ¿los junta, o va a buscarlos sólo cuando los necesita? 1 2 ____________________
12. ¿Cuánto tiempo invierte en juntarlos? ___________________________________________________________
13. ¿Hay una hora particular para juntarlos? __________________________________________________________
14. ¿Lo tiene que recoger alguna persona en especial? Si No ¿por qué? _______________________________
____________________________________________________________________________________________
15. ¿Cómo debe ser esa persona? __________________________________________________________________
____________________________________________________________________________________________
16. ¿Crece cerca de algún árbol o planta? Si No
____ ¿cuál? ____________________________________________
17. ¿Prefiere recogerlo si está cerca de esta planta o si sale en otro lado? Si No ¿por qué? __________________
____________________________________________________________________________________________
18. ¿Cuántos salen en el monte? pocos mas o menos muchos
41. ★ ¿Este “hongo” o su fuerza para curar se relaciona con alguna fuerza, esencia, energía o ser “especial”? de ser así
¿cuál y por qué? _____________________________________________________________________________
____________________________________________________________________________________________
____________________________________________________________________________________________
Si No
42. ¿Sabe de otro? _____________________________________________________________________________
143
Anexo 10. Matriz de datos obtenidos en la investigación de campo con la que se realizó el
análisis comparativo.
Comunidades
Taxón o Aparato, sis-
Uso específico o función Clave C S A T L E
etnotaxón tema u órgano
Desórdenes gastrointestinales
Aparato en general, infecciones, dolor,
BoAdiDes 1 1 1 0 1 1
digestivo inflamación, empacho, gastritis,
purgante y desparasitante
Boletoides
Sistema múscu-
Dolor de pies BoSmeDol 0 1 0 0 0 0
lo-esquelético
Signos y
Resaca o “la cruda” BoSinLcr 0 1 0 0 0 0
síntomas
Aparato
Flatulencias GaAdiFlat 0 0 0 1 0 0
digestivo
Astringente frente a heridas
sangrantes, quemaduras, roza-
Gasteromi- duras, erupciones cutáneas
cetos de como granos, verrugas, “el
gleba Piel nacido” y ronchas, para sanar GaPieAst 1 1 1 1 1 0
pulverulenta el ombligo de los recién naci-
dos e infecciones en la piel
provocadas por hongos u otros
organismos
Nariz Epistaxis GaNarEpi 1 0 0 0 0 0
Desórdenes gastrointestinales
Aparato
en general, infecciones, dolor, PmAdiDes 0 0 0 1 1 0
digestivo
inflamación
Aparato
Sangrados al defecar PmAexSan 0 0 0 0 1 0
excretor
Bronconeumonía o “mal de
Aparato
pulmón” (dolor, ardor o pica- PmArePul 0 1 0 0 0 0
respiratorio
zón de pulmones)
Astringente frente a heridas
Parásitos sangrantes, quemaduras, fuego
del labial, rozaduras, erupciones
maíz cutáneas como granos, verru-
Piel gas, “el nacido” y ronchas, para PmPieAst 1 1 0 1 1 1
sanar el ombligo de los recién
nacidos e infecciones en la piel
provocadas por hongos u otros
organismos
Nariz Epistaxis o epistaxis constantes PmNarEpi 1 0 0 0 1 0
Ojos Carnosidad en los ojos PmOjoCar 0 0 0 1 0 0
Signos y
Falta de apetito PmSinFal 0 0 0 0 1 0
síntomas
Aparato
Algodoncillo (candidiasis oral) LqAdiCan 0 1 0 0 0 0
digestivo
Desórdenes gastrointestinales
Aparato
Líquenes como dolores, diarrea y LqAdiDes 0 0 0 1 1 0
digestivo
disentería
Aparato
“Mal de tórzon” LqAdiMal 0 0 0 0 0 1
digestivo
144
Anexo 10 (cont.). Matriz de datos obtenidos en la investigación de campo con la
que se realizó el análisis comparativo.
Comunidades
Taxón o Aparato, sis-
Uso específico o función Clave C S A T L E
etnotaxón tema u órgano
Resfriados, catarro, tos,
Aparato
tosferina, bronconeumonía LqAreRes 1 0 0 1 0 1
respiratorio
y dolor de garganta
Aparato
Hipertensión LqAciHip 1 0 0 0 0 0
circulatorio
Aparato Dolor de vejiga y problemas
LqAurDol 0 0 0 0 0 1
Líquenes urinario relacionados con los riñones
Astringente frente a heridas
Piel sangrantes, quemaduras e hin- LqPieAst 0 1 1 1 0 0
chazón provocada por golpes
Aparato
reproductor Anticonceptivo para mujeres LqArfAnt 0 0 0 1 0 0
femenino
Aparato digesti- Desórdenes gastrointestinales
PlAdiDes 0 1 0 1 0 0
vo en general, como dolor
Aparato
Problemas relacionados con la
reproductor PlArmPrp 0 1 0 0 0 0
próstata
masculino
Aparato Problemas relacionados con los
PlAurMal 0 1 0 0 0 0
urinario riñones o “mal de orín”
Poliporoides Astringente frente a heridas
lignícolas de sangrantes, “rajadura de piel” y
repisa Piel PlPieAst 0 0 1 1 0 0
erupciones cutáneas como
verrugas y granos
Nariz Epistaxis constantes PlNarEpc 1 0 0 0 0 0
Signos y
Cansancio y debilidad PlSinCan 0 1 0 0 0 0
síntomas
Signos y
Dolores de cabeza PlSinDca 0 1 0 0 0 0
síntomas
Desórdenes gastrointestinales
en general, infecciones, dolo-
Aparato
res, empacho, estreñimiento, AfAdiDes 1 1 1 0 0 1
digestivo
gastritis, purgante, mejoran la
digestión
Aparato
Hipertensión AfAciHip 1 1 0 0 0 0
circulatorio
Tónico para la sangre y/o
Aparato
circulación, limpia de grasa las AfAciTon 1 1 0 1 0 0
circulatorio
Alimentos venas, anemia
funcionales Aparato Resfriados, catarro, tos, “mal
AfAreRes 0 1 1 0 0 1
respiratorio de pulmón”
Aparato
Problemas relacionados con la
reproductor AfArmPrp 1 0 0 0 0 0
próstata
masculino
Aparato Problemas relacionados con los
AfAurPrr 1 1 0 0 0 0
urinario riñones o “mal de orín”
Enfermedades
La gota AfEmeGot 0 0 1 0 0 0
metabólicas
Enfermedades
Diabetes AfEmeDia 1 0 0 0 0 0
metabólicas
145
Anexo 10 (cont.). Matriz de datos obtenidos en la investigación de campo con la
que se realizó el análisis comparativo.
Comunidades
Taxón o Aparato, sis-
Uso específico o función Clave C S A T L E
etnotaxón tema u órgano
Signos y
Cansancio y debilidad AfSinCan 1 1 1 1 0 1
síntomas
Signos y Malestares en general /
AfSinPan 1 1 0 0 0 0
síntomas panacea
Signos y
Calentura AfSinCal 1 1 1 0 0 1
síntomas
Signos y Dolores de cabeza, mareos,
Alimentos AfSinDca 0 1 0 0 0 1
síntomas náuseas o asco
funcionales
Signos y
Falta de apetito AfSinFal 0 1 0 0 0 1
síntomas
Signos y Tónico para fortalecer, vitami-
AfSinTon 1 1 1 1 1 1
síntomas nar y/o energizar el cuerpo
Para curar enfermedades que
Signos y
los médicos académicos no AfSinEnf 0 1 0 0 0 0
síntomas
pueden aliviar con fármacos
Tremeloides Piel Quemaduras e hinchazón TrPieQue 0 0 1 0 0 0
Aparato
Candidiasis oral AcAdiCan 0 1 0 0 0 0
digestivo
Aparato
Tos, “mal de pulmón” AcAreTos 1 0 0 0 0 0
respiratorio
Piel Quemaduras AcPieQue 0 1 0 0 0 0
Amanita gpo.
Sistema múscu-
caesarea Dolores en general AcSmeDge 0 1 0 0 0 0
lo-esquelético
Signos y Malestares en general /
AcSinPan 1 1 0 0 0 0
síntomas panacea
Signos y
Calentura AcSinCal 1 1 0 0 0 1
síntomas
Aparato
Dolores estomacales AmAdiDes 0 0 0 0 0 1
digestivo
Amanita Sistema múscu-
Reumas AmSmeReu 0 1 0 0 0 0
muscaria lo-esquelético
Signos y
Dolores de cabeza AmSinDca 0 0 0 0 0 1
síntomas
Lactarius gpo. Enfermedades
Chamel o miztlanchihuatl (malas
deliciosus o propias de la LdEpcBru 0 1 0 1 0 0
enfermedades o brujería)
salmonicolor cultura
Aparato Gastritis LiAdiGas 0 1 0 0 0 1
Lactarius digestivo
indigo Intoxicaciones LiAdiInt 0 1 0 0 0 0
Piel Granos LiPieGra 0 1 0 0 0 0
Aparato
Diarrea ScAdiDia 0 0 0 1 0 0
digestivo
Proporcionar fuerza a las
Schizophyllum Enfermedades
embarazadas y estimular la ScEdmPfe 0 0 1 1 0 0
commune de la mujer
lactancia
Signos y
Resaca o “la cruda” ScSinLcr 0 0 1 1 0 0
síntomas
Aparato
Daldinia spp. Cálculos biliares DcAdiCal 1 0 0 0 0 0
digestivo
Aparato
Daldinia spp. Resfriados, catarro, tos DcAreRes 1 0 0 0 0 0
respiratorio
146
Anexo 10 (cont.). Matriz de datos obtenidos en la investigación de campo con la
que se realizó el análisis comparativo.
Comunidades
Taxón o Aparato, sis-
Uso específico o función Clave C S A T L E
etnotaxón tema u órgano
Lyophyllum Sistema múscu-
Dolor de pies y espalda LySmeDpi 0 1 0 0 0 0
spp. lo-esquelético
Erupciones cutáneas como
Piel MoPieEru 0 1 0 0 0 0
jiotes y granos
Morchella Aparato
reproductor Anticonceptivo para mujeres MoArfAnt 0 0 0 1 0 0
femenino
Tricholoma Signos y
Dolores de cabeza TmSinDca 1 0 0 0 0 0
magnivelare síntomas
Sistema múscu-
Clitocybe spp. Dolor de pies y huesos CgSmeDpi 0 1 0 0 0 0
lo-esquelético
Enfermedades
Hygrophorus
propias de la Miedo o espanto HcEpcMie 0 1 0 0 0 0
chrysodon
cultura
Hypomyces
Piel Quemaduras e infecciones HlPieQue 0 1 0 0 0 0
lactifluorum
Gomphus Signos y
Recaídas GfSinRec 0 1 0 0 0 0
floccosus síntomas
Signos y
Pleurotus spp. Resaca o “la cruda” PsSinLcr 0 0 0 1 0 0
síntomas
Notas. C = Chimalapa, S = San Isidro Buensuceso, A = Amatenango del Valle, T = Tenejapa, L = La Caña-
da, E = Ejido Detiña.
147
Anexo 11. Matriz de datos obtenida a partir de los resultados del trabajo de campo más los resultados de
otras investigaciones etnomicológicas, con la cual se realizó el análisis comparativo.
Grupo
cultural
148
Anexo 11 (cont.). Matriz de datos obtenida a partir de los resultados del trabajo de campo más los resul-
tados de otras investigaciones etnomicológicas, con la cual se realizó el análisis comparativo.
Grupo
cultural
149
Anexo 11 (cont.). Matriz de datos obtenida a partir de los resultados del trabajo de campo más los resul-
tados de otras investigaciones etnomicológicas, con la cual se realizó el análisis comparativo.
Grupo
cultural
150
Anexo 11 (cont.). Matriz de datos obtenida a partir de los resultados del trabajo de campo más los resul-
tados de otras investigaciones etnomicológicas, con la cual se realizó el análisis comparativo.
Grupo
cultural
Signos y síntomas o
A. muscaria Dolores de cabeza AmSinDca 0 0 1
función
Aparato digestivo Dolores intestinales LdAdiDes 0 1 0
Lactarius
gpo. Signos y síntomas o
Calentura LdSinCal 0 1 0
deliciosus /L. función
salmonicolor Enfermedades Chamel o miztlanchihuatl
LdEpcBru 1 1 0
propias de la cultura (malas enfermedades o brujería)
Aparato digestivo Gastritis LiAdiGas 1 0 1
Lactarius
Aparato digestivo Intoxicaciones y purgante LiAdiInt 1 0 1
indigo
Piel Granos LiPieGra 1 0 0
Chikin te′
(S. commune, Desórdenes gastrointestinales, diarrea,
Panellus dolor de vientre, desinflamatorio, anti-
Aparato digestivo ScAdiDia 0 1 0
pusillus, helmíntico, indigestión, flatulencias,
Polyporus diarrea y dolores
varius)
Chikin te′
(S. commune Enfermedades de la Proporcionar fuerza a las embarazadas
ScEdmPfe 0 1 0
y Lentinus mujer y estimular la lactancia
crinitus)
Signos y síntomas o Resaca o “la cruda”, dolores de cabeza
ScSinLcr 0 1 0
función y dolores en general
Enfermedades
S. commune Obesidad ScEmeObe 0 1 0
metabólicas
Sistema músculo-
Reumatismo ScSmeReu 0 1 0
esquelético
Daldinia Aparato digestivo Cálculos biliares DcAdiCal 1 0 0
spp. Aparato respiratorio Resfriados, catarro y tos DcAreRes 1 0 0
Lyophyllum Sistema músculo-
Dolor de pies y espalda LySmeDpi 1 0 0
sp. esquelético
Hydnum
Piel Granitos rojos en la piel HrPieGra 0 1 0
repandum
Piel Erupciones cutáneas (jiotes y granos) MoPieEru 1 0 0
Morchella
spp. Enfermedades de la
Anticonceptivo para mujeres MoEdmAnt 0 1 0
mujer
Tricholoma Signos y síntomas o
Dolores de cabeza TmSinDca 1 0 0
magnivelare función
Clitocybe Sistema músculo-
Dolor de pies y huesos CgSmeDpi 1 0 0
spp. esquelético
Hygrophorus Enfermedades
Miedo o espanto HcEpcMie 1 0 0
chrysodon propias de la cultura
Piel Quemaduras e infecciones en la piel HlPieQue 1 0 0
Hypomyces
lactifluorum Signos y síntomas o
Dolores de cabeza HlSinDca 0 1 0
función
Gomphus Signos y síntomas o
Recaídas GfSinRec 1 0 0
floccosus función
151
Anexo 11 (cont.). Matriz de datos obtenida a partir de los resultados del trabajo de campo más los resul-
tados de otras investigaciones etnomicológicas, con la cual se realizó el análisis comparativo.
Grupo
cultural
152
Anexo 12. Datos de la matriz de cargas.
Componentes
Taxón o Aparato, sistema u Clave 1 2 3
Uso específico o función
etnotaxón órgano
Desórdenes gastrointestinales en general, infecciones, dolor, BoAdiDes 0,1867 0,1772 0,5002
Boletoides Aparato digestivo
inflamación, empacho, gastritis, purgante y desparasitante
Astringente frente a heridas sangrantes, quemaduras, roza-duras, GaPieAst -0,2002 -0,1469 0,3206
Gasteromicetos de erupciones cutáneas como granos, verrugas, “el nacido” y ronchas,
Piel
gleba pulverulenta para sanar el ombligo de los recién naci-dos e infecciones en la piel
provocadas por hongos u otros organismos
Desórdenes gastrointestinales en general, infecciones, dolor, PmAdiDes -0,6003 -0,2426 0,1223
Parásitos del maíz Aparato digestivo
inflamación
Astringente frente a heridas sangrantes, quemaduras, fuego labial, PmPieAst 0,0383 -0,0586 0,314
rozaduras, erupciones cutáneas como granos, verrugas, “el nacido”
Parásitos del maíz Piel
y ronchas, para sanar el ombligo de los recién nacidos e infeccio-
nes en la piel provocadas por hongos u otros organismos
Parásitos del maíz Nariz Epistaxis o epistaxis constantes PmNarEpi -0,0125 -0,4283 0,4302
Líquenes Aparato digestivo Desórdenes gastrointestinales como dolores, diarrea y disentería LqAdiDes -0,6003 -0,2426 0,1223
Líquenes Aparato respiratorio Resfriados, catarro, tos, tosferina, bronconeumonía y dolor LqAreRes -0,0694 -0,0173 0,217
Astringente frente a heridas sangrantes, quemaduras e hinchazón LqPieAst -0,4078 0,1292 -0,2566
Líquenes Piel
provocada por golpes
Poliporoides PlAdiDes -0,2459 -0,1235 -0,5519
Aparato digestivo Desórdenes gastrointestinales en general, como dolor
lignícoplas de repisa
Poliporoides Astringente frente a heridas sangrantes, “rajadura de piel” y PlPieAst -0,7504 0,1432 -0,0994
Piel
lignícoplas de repisa erupciones cutáneas como verrugas y granos
Alimentos Desórdenes gastrointestinales en general, infecciones, dolores, AfAdiDes 0,3205 0,2882 0,2977
Aparato digestivo
funcionales empacho, estreñimiento, gastritis, purgante, mejoran la digestión
Aparato circulatorio Hipertensión AfAciHip 0,4747 -0,4977 -0,1483
Alimentos
funcionales Tónico para la sangre y/o circulación, limpia de grasa las venas, AfAciTon 0,0291 -0,4022 -0,1721
Aparato circulatorio
anemia
Alimentos AfAreRes 0,1718 0,5822 -0,0067
Aparato respiratorio Resfriados, catarro, tos, “mal de pulmón”
funcionales
Alimentos AfAurPrr 0,4747 -0,4977 -0,1483
Aparato urinario Problemas relacionados con los riñones o “mal de orín”
funcionales
153
Anexo 12 (cont.). Datos de la matriz de cargas.
Componentes
Taxón o Aparato, sistema u Clave 1 2 3
Uso específico o función
etnotaxón órgano
Alimentos AfSinCan 0,0122 0,2024 0,2535
Signos y síntomas Cansancio y debilidad
funcionales
Alimentos AfSinPan 0,4747 -0,4977 -0,1483
Signos y síntomas Malestares en general / panacea
funcionales
Alimentos AfSinCal 0,3205 0,2882 0,2977
Signos y síntomas Calentura
funcionales
Alimentos AfSinDca 0,3975 0,4968 -0,3189
Signos y síntomas Dolores de cabeza, mareos, náuseas, asco
funcionales
Alimentos AfSinFal 0,3975 0,4968 -0,3189
Signos y síntomas Falta de apetito
funcionales
Alimentos AfSinTon -0,0614 0,1119 0,4581
Signos y síntomas Tónico para fortalecer, vitaminar y/o energizar el cuerpo
funcionales
Amanita gpo. caesarea Signos y síntomas Malestares en general / panacea AcSinPan 0,4747 -0,4977 -0,1483
Amanita gpo. caesarea Signos y síntomas Calentura AcSinCal 0,5247 0,0771 0,054
Lactarius gpo. deli- Enfermedades propias LdEpcBru -0,2459 -0,1235 -0,5519
Chamel o miztlanchihuatl (malas enfermedades o brujería)
ciosus y L. salmonicolor de la cultura
Lactarius indigo Aparato digestivo Gastritis LiAdiGas 0,3975 0,4968 -0,3189
Schizophyllum Enfermedades de la ScEdmPfe -0,7504 0,1432 -0,0994
Proporcionar fuerza a las embarazadas y estimular la lactancia
commune mujer
Schizophyllum ScSinLcr -0,7504 0,1432 -0,0994
Signos y síntomas Resaca o “la cruda”
commune
154
Anexo 13. Listado con las autoridades taxonómicas de los hongos utilizados
en la medicina tradicional mexicana.
16
Armillaria aff. gallica
C 47 Clathrus crispus Turpin B
Marxmüller & Romagnesii Claviceps gigantea S.F. Fuentes,
Armillaria mellea 48 Isla, Ullstrup & A. E. Rodr.
C B
17 (Vahl) P. Kumm.
C
Clavulina cinerea
Artomyces pyxidatus 49 (Bull.) J. Schröt.
B
18 (Pers.) Jülich
B
Astraeus hygrometricus
50 Clavulinopsis sp. B
19 (Pers.) Morgan
C B
51 Clitocybe gibba (Pers.) P. Kumm. C B
Auricularia auricula-judae 52 Clitocybe aff. gibba C
20 (Bull.) Quél.
B
Clitocybe sp.1
21 Auricularia cornea Ehrenb. B 53 Bautista-González 141
C
Auricularia delicata 54 Cortinarius varius (Schaeff.) Fr. C
22 (Mont.) Henn.
B
Auricularia fuscosuccinea 55 Crepidotus parvulus Murrill C
23 (Mont.) Henn.
C B Dacryopinax spathularia
56 (Schwein.) G.W. Martin
C
Battarreoides diguetii (Pat. &
24 Har.) R. Heim & T. Herrera.
B Daldinia concentrica
57 (Bolton) Ces. & De Not.
B
Boletus sp.
25 (posiblemente varias especies)
C Daldinia eschscholzii
58 (Ehrenb.) Rehm
B
26 Boletus edulis Bull. C B
59 Daldinia fissa Loyd C
27 Boletus erythropus Kromh. B
Dictyonema pavonium
Boletus aff. luridiformis 60 B
28 var. discolor (Quél.) Krieglst.
C (Sw.) Parmasto
Dictyophora duplicata
Boletus pinophilus 61 B
29 Pilát & Dermek
C B (Bosc) E. Fisch.
62 Elaphomyces granulatus Fr. B
30 Boletus reticulatus Schaeff. C
63 Elaphomyces muricatus Fr. B
155
Anexo 13 (cont.). Listado con las autoridades taxonómicas de los hongos utilizados
en la medicina tradicional mexicana.
# Taxa Reporte # Taxa Reporte
Elaphomyces muricatus 98 Lactarius indigo (Schwein.) Fr. C B
64 f. muricatus Fr.
B
99 Lactarius pubescens Fr. C
65 Elaphomyces reticulatus Vittad. B
Lactarius salmonicolor
66 Everniastrum sp. C 100 R. Heim & Leclair C B
67 Flavoparmelia caperata (L.) Hale. C B 101 Lanopila wahlbergii Fr. B
Flavopunctelia cf. flaventior 102 Leccinum rugosiceps (Peck) Singer C
68 (Stirt.) Hale
C
Fomitiporia robusta 103 Lentinus crinitus (L.) Fr. B
69 (P. Karst.) Fiasson & Niemelä.
C B 104 Leotia lubrica (Scop.) Pers. B
Fomitopsis pinicola 105 Lepista nuda (Bull.) Cooke C
70 (Sw.) P. Karst.
C
Ganoderma applanatum 106 Lobaria pulmonaria (L.) Hoffm. B
71 (Pers.) Pat.
C Lycoperdon sp. 1
107 Bautista-González 149
C
Ganoderma lobatum
72 (Schwein.) G. F. Atk.
C B Lycoperdon sp. 2
108 Bautista-González 33
C
Ganoderma lucidum
73 (Curtis) P. Karst.
B Lycoperdon sp. 3
109 Bautista-González 236
C
Gauteria sp. Bautista-González
74 y Moreno-Fuentes 311
C Lycoperdon spp.
75 Geastrum sp. B (al menos 2 especies distintas)
110 Bautista-González 102, 104,
C
76 Geastrum fimbriatum Fr. B 116, 125 y 128
77 Geastrum minimum Schwein. C 111 Lycoperdon aff. acuminatum Bosc C
78 Geastrum saccatum Fr. B 112 Lycoperdon caudatum J. Schröt C
79 Geastrum triplex Jungh. B Lycoperdon excipuliforme
113 (Scop.) Pers. B
Gomphus floccosus
80 (Schwein.) Singer
C 114 Lycoperdon aff. glabellum Peck. C
81 Gyroporus castaneus (Bull.) Quél. C 115 Lycoperdon peckii J.B. Morgan C
82 Helvella crispa (Scop.) Fr. C 116 Lycoperdon perlatum Pers. C B
83 Helvella lacunosa Afzel. C Lycoperdon purpurascens
117 (Berk. & M. A. Curtis) Sacc. C
84 Helvella sulcata Willd. C
118 Lycoperdon pusillum Fr. C B
Hexagonia hydnoides
85 (Sw.) M. Fidalgo.
B 119 Lycoperdon pratense Pers. B
86 Hydnum albidum Peck C 120 Lycoperdon pyriforme Schaeff. C B
87 Hydnum repandum L. B 121 Lycoperdon umbrinum Pers. C B
88 Hydnum umbilicatum Peck C Lyophyllum sp.
122 Bautista-González 211 C
Hygrophoropsis aurantiaca
89 (Wulfen) Maire
C 123 Lyophyllum decastes (Fr.) Singer C
Hygrophorus chrysodon 124 Lyophyllum secc. Difformia C
90 (Batsch) Fr.
C
Macrolepiota procera
Hypomyces lactifluorum 125 (Scop.) Singer C
91 (Schwein.) Tul. & C. Tul.
C B
Hypomyces luteovirens 126 Morchella sp. C
92 C
(Fr.) Tul. & C. Tul. 127 Morchella elata Fr. C
Hypotrachyna cf. imbricatula Panellus pusillus (Pers. ex Lév.)
93 (Zahlbr.) Hale
C 128 B
Burds. & O.K. Mill.
Hypotrachyna cf. livida Parmotrema sp.
94 (Taylor) Hale
C 129 C
Bautista-González 77
Laccaria bicolor Parmotrema austrosinense
95 (Maire) P.D. Orton
C 130 C
(Zahlbr.) Hale
96 Lactarius deliciosus (L.) Gray. B 131 Parmotrema cetratum (Ach.) Hale C
Lactarius deliciosus Parmotrema cf. dilatatum
97 var. olivaceosordidus C 132 (Vain.) Hale
C
Hesler & A.H. Sm
156
Anexo 13 (cont.). Listado con las autoridades taxonómicas de los hongos utilizados
en la medicina tradicional mexicana.
# Taxa Reporte # Taxa Reporte
Parmotrema cf. mellissii 167 Pycnoporus sanguineus (L.) Murrill B
133 (C.W. Dodge) Hale
C
Parmotrema tinctorum 168 Ramalina sp. 1 B
134 (Despr. ex Nyl.) Hale
C Ramalina sp. 2
169 Bautista-González 229 C
Peltigera sp. 1
135 Bautista-González 187
C Ramalina celastri subsp. celastri
170 (Spreng.) Krog & Swinscow B
Peltigera sp. 2
136 C
Bautista-González 227 171 Ramaria sp. B
137 Phallus indusiatus Vent. B Ramaria spp.
(al menos 3 especies distintas)
138 Physcia sp. B 172 C
Bautista-González 158, 181,
Pisolithus tinctorius 182, 183. 195, 196, 277 y 301
139 (Mont.) E. Fisch. C
173 Roccella babingtonii Mont. B
140 Pleurotus sp. C
Russula spp.
141 Pleurotus albidus (Berk.) Pegler B (al parecer 2 especies distintas)
174 Bautista-González 280, 281 y
C
Pleurotus cornucopiae
142 (Paulet) Rolland B 291
Pleurotus djamor
143 (Rumph. ex Fr.) Boedijn B 175 Russula brevipes Peck C
157
Anexo 13 (cont.). Listado con las autoridades taxonómicas de los hongos utilizados
en la medicina tradicional mexicana.
# Taxa Reporte # Taxa Reporte
Usnea spp. 208 Usnea aff. merrillii Motyka C
(al menos 5 especies distintas)
Bautista-González 17, 21a, 209 Usnea ramillosa Motyka C
199 23a, 23b, 23c, 23d, 24, 27, C
210 Usnea cf. tenuis Motyka C
129a, 129b, 129c, 184a, 184b,
230, 245, 266, 310a y 310b 211 Ustilago maydis (DC.) Corda C B
158