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Symploké revista filosófica ISSN 2468-9777

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Symploké revista filosófica diciembre 2017

Índice
Kant. El legado de un maestro
Silvia del Luján Di Sanza 4 a 13

Merleau-Ponty y la encrucijada maquiaveliana


Maximiliano Basilio Cladakis 14 a 22

Ser juego: representación y sacralización


Lucas Gonzalo Aldonati 23 a 34

Una lectura crítica de la recepción hermeneútica de la Crítica del Juicio (1790)


Erika Whitney 35 a 43

La medicina como estrategia biopolítica


Agustina Alejandra Andrada 44 a 50

Entrevista: Antonio Quijano 51 a 60

Reseñas
Mario Caimi - Valeria Sonna - Mariana Gardella 61 a 67

Reseña
Leandro Turco 68 a 69

Mujeres, Maternidad y Profesión


Graciela Reid 71 a 81

Cuidados y descuidos
Autores varios 82 a 89

Entrevista a Débora Tajer 90 a 92

Entrevista a Vanesa Vázquez Laba 93 a 99

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Symploké revista filosófica
Integrantes de la Revista: Fernández Vázquez, Sandra S. :: Lic. en Cs.
Pol. y de la Adm. (USC)
Calomino, Hernán E. :: Director
Gutiérrez, Alejandro M. :: Director Marantes, Maximiliano :: Lic. en Sociología
Valle, Lucas :: Jefe de correctores (UNSAM)
Marasso, Fernando :: Jefe de editores
Amaya, Matías E. :: Editor Rugna, Cecilia :: Lic. en Historia
Martinetti, Paula :: Comunicación (UNL)
Fernández Romeral, Juliana :: Directora E.G.
Saavedra, Lucía D. :: Directora E.G. Saavedra, Lucía D. :: Lic. en Psicología
Forni, Javier V. :: Corrector E.G. (UBA)
 
Comité evaluador:
 
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(UBA)

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(UNSAM)

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(UBA)

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(UBA)

La Revista
Cladakis, Maximiliano :: Dr. en Filosofía
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(UNSAM, UNIPE) Nos enorgullece presentar
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(UBA) vista Symploké una nueva sección
que tratará sobre Estudios de Gé-
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cer a Juliana Fernández Romeral
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CP 1431 Alejandro M. Gutiérrez
Fernández Romeral, Juliana :: Lic. en Psico- Ciudad Autónoma de Buenos Aires Directores de la Revista
logía (UBA) Argentina
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

Kant
El legado de un maestro
La facultad de juzgar reflexionante
estética: una revolución dentro
de la revolución
Prof. Dra. Silvia del Luján Di Sanza
UNSAM

En el presente artículo queremos reunir de juzgar como facultad crítica por excelencia y
dos aspectos de Kant, el maestro, desde el testi- 3. La facultad de juzgar reflexionante estética: la
monio de Schelling, y, el filósofo, desde el último revolución dentro de la revolución.
de sus descubrimientos testimoniado por el mis-
mo Kant en una carta a Reinhold de diciembre 1. La transmisión de la filosofía: el legado de
de 1787, como un hallazgo que le daría material un maestro
al pensamiento por el resto de su vida: El descu-
brimiento de la facultad de juzgar reflexionante Kant vivirá eternamente como uno
estética. de los pocos individuos intelectual
y moralmente grandes
La vida del maestro y la del pensador, Schelling
despliegan la misma inquietud y el mismo com-
promiso con el pensamiento1 y, aunque constitu-
yen ámbitos diferentes, sin embargo se reflejan La transmisión de la filosofía requiere
en una filosofía que se va ahondando y reformu- tiempos de silencio y tiempos de exposición, en
lando en sus conceptos, con todas las transforma- esa dinámica Kant fraguó su obra. El retiro silen-
ciones que eso implica para el todo del sistema. cioso, junto a la edición y a la cátedra, signaron
Presentaremos la dinámica de magisterio y filo- su vida y le imprimieron a su obra el sello de un
sofía en dos momentos: 1. La transmisión de la maestro. Magisterio reconocido por los jóvenes
filosofía: el legado de un maestro y 2. La facultad estudiantes de Königsberg que participaban de
sus clases, así como también por los lectores de
sus textos2. A la vez que exponía a los distintos
1. Hay una discusión instalada respecto a la relación entre
el Kant maestro y el Kant filósofo centrada en la diferencia
que presentan las Lecciones (Vorlesungen), distinción que 2. En las distintas biografías canónicas escritas sobre Kant,
llevó a hablar de la “doble vida de Kant” y también condujo las de Borowski, Jachmann y Wasianski, se da testimonio
a la defensa de la tesis contraria. Las Lecciones, que co- de la vida y del pensamiento del filósofo, así como también
rresponden a las clases que ha dictado Kant a lo largo de su del carácter de su magisterio. En otras más cercanas en el
vida académica, se basaron en la interpretación de un autor tiempo, como la de Manfred Kuehn (2003) se busca inte-
canónico de la historia de la filosofía. El sistema crítico no grar esos testimonios al desarrollo de la filosofía de Kant.
fue objeto de la enseñanza en la universidad. María Jesús Este autor recoge, entre muchos otros, el testimonio de
Vazquez Lobeiras (2007:129) comprende esta diferencia Herder respecto a las clases de Kant. El estímulo a la inves-
como aplicación de la distinción, entre razón privada razón tigación individual, la recomendación de lectura de autores
práctica realizada en Respuesta a la pregunta ¿Qué es la y obras formaban parte de la transmisión de la filosofía en
ilustración? su carácter de maestro.
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Symploké revista filosófica Kant. El legado de un maestro...

filósofos, Kant exponía y desarrollaba su propia entrega. Para esa enseñanza están los maestros.
filosofía. No buscaba sólo entender el texto sino Schelling, lector de Kant, evoca en esas
pensarlo y conducir las ideas más allá de esa pre- páginas la presencia de un maestro y lo hace
sentación determinada, siempre valorando el im- como quien ha sido tocado por una personali-
pulso a la verdad que está encerrado en cada una dad que, tanto intelectual como moralmente, ha
de ellas: “Kant no dejó de probar ni de examinar dejado una marca decisiva en su vida y en la de
ninguna contribución de los buenos escritores muchos jóvenes de la época que escucharon, o
que enriqueciera el acervo del conocimiento hu- mantuvieron correspondencia, o simplemente le-
mano”.3 Herder decía con respecto a las clases yeron la obra de Kant. Ellos fueron: Beck, Fichte,
de Kant que: “Se presentaba en el aula lleno de Hegel, Schelling, Goethe, Hölderlin, entre otros.
entusiasmo diciendo: Aquí fue donde nos queda- Tres notas revelan esa atracción que ejer-
mos la última vez. Había asumido sus principales cía el maestro Kant: una propuesta de pensamien-
ideas con tal profundidad y vigor que ahora vivía to filosófico riguroso, una forma de transmisión y
en ellas y de acuerdo con ellas”.4 un placer ligado a ambas. La primera de ellas se
El 12 de febrero de 1804 muere Immanuel refiere a la existencia de un contenido seriamente
Kant. Schelling escribe unas páginas de homena- elaborado, en el que se plantean problemas que,
je al filósofo de Königsberg: o bien pasaron desapercibidos, o bien genera-
ban disputas interminables; en síntesis, una pro-
Aunque ha muerto a edad avanzada, Kant no ha vivido en puesta académicamente rigurosa, honesta, fruto
vano. Ha sobrevivido a su encarnizado adversario, en par- de una investigación austera y apasionada. Dice
te físicamente pero, ante todo, moralmente y el fuego del Schelling:
continuo progreso sólo ha servido para separar el oro puro
de su filosofía de los añadidos del tiempo y exponerla en su Después de un período que sólo conoció un filosofar ecléc-
pura magnificencia.5 tico e inconexo, en el que sobre los objetos de la especu-
lación, tan sólo se había juzgado mediante el círculo de la
Admiración, profundo reconocimiento y tradición según el entendimiento humano común, la unidad
un gran respeto se anuncian en este comienzo y interna del filosofar debía retornar a las fuentes de todo
recorren todo el texto. La vida del maestro se hace conocimiento y servir a la estricta relación [con] un valor
obra y el tiempo, en vez de devorarla, la realza; ofrecido como unidad de medida y, así, [debía servir] a la
porque el progreso, cuando la obra es “una veta seriedad del proyecto y a su fortalecimiento.7
de oro puro”, no mejora por suma por agregados
de “más”, sino que se comporta negativamente La unidad interna del filosofar, para Kant,
con respecto a los añadidos. Esa negatividad del se plantea cuando la filosofía logra su objeto:
avance continuo produce la separación (a modo la unidad de la razón en sus principios teóricos
de decantado químico) que permite descartar lo y prácticos. Para ello, Kant funda el sistema de
superfluo y mantener ante la vista el oro puro de la filosofía en el sistema de las facultades y en
una filosofía: “en una época desintegrada y des- la búsqueda de los principios legislativos que
truida espiritual y moralmente podría producirse, las habilitan. De este modo, el conocimiento de
por la rigurosidad de un espíritu magnánimo, no la naturaleza no resulta de añadidos azarosos o
otra cosa que un efecto benéfico, [el de] elevarse más o menos pensados, sino que se adquiere se-
nuevamente a su cohesión”.6 La obra del filósofo gún principios racionales y se ordena sistemáti-
es un condensado de tiempo significado; ella [la camente. El obrar humano no se determina por
obra] somete al tiempo a la fuerza moral de su es- reglas empíricas ni por una casuística más o me-
píritu y lo transforma de padre devorador en lega- nos ingeniosa, sino por principios inherentes a la
do, entonces habrá que saber recibir lo que se nos razón en su uso práctico. La relación del pensar
con un objeto único de la especulación: la razón
3. Manfred Kuehn (2003:197). misma, se plasmó, en Kant, en la propuesta de
4. Manfred Kuehn (2003:196-7): “Herder insistía en que la filosofía como un saber eminentemente siste-
el único interés de Kant era la verdad, que no era amigo de
sectas y partidos, y que no buscaba meros seguidores. ´La
mático fundado en el carácter sistemático de la
filosofía de Kant despertaba el pensar propio´”. Esta frase razón humana. Y, por ende, se impuso pensar su
final es una cita de Herder que realiza Kuehn. articulación, sus límites, su finitud: los principios
5. F.W.J. Schelling (1985:13).
6. Ibid. 7. Ibid.
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según los cuales determinar lo que se puede y lo sus límites, determinar su alcance, eliminar las
que no se puede conocer, lo que se debe hacer y, aspiraciones infundadas. Es el juicio a la razón y,
lo que se está autorizado a esperar desde lo que se con ella, a sus realizaciones, la ciencia y la moral.
puede saber y lo que se debe hacer. La transfor- No es el Kant que todo lo destruye, como decía
mación que efectuó la filosofía transcendental de Mendelsohnn; sin embargo, el camino negativo
Kant, destacada por Schelling, con respecto a la de la crítica es necesario para fundar el carácter
tradición moderna, consistió en desplazar su cen- positivo de la razón y el de la metafísica que pro-
tro desde entendimiento humano común, o sano cede de ella.
entendimiento o sentido común natural, hacia la La resolución de la crisis de la metafísi-
unidad cualitativa de la autoconciencia. La filo- ca mediante la crítica depende de un cambio en
sofía transcendental expondrá ese fundamento, el punto de vista, de una revolución en el modo
desarrollará el lenguaje y el método propio de la de pensar. En lugar de buscar las condiciones de
filosofía. El filosofar es así reflexión transcenden- posibilidad de nuestro saber acerca de los objetos
tal. El filósofo transcendental piensa los princi- en los objetos como dados independientemente
pios desde donde se articula con sentido lo dado de las condiciones de la conciencia, ensayemos
a la conciencia, principios mediante los cuales la buscar las condiciones de la objetividad del ob-
conciencia reconoce a esa representación como jeto en la conciencia que piensa. Kant está si-
suya, porque se reconoce como una e idéntica a tuando la objetividad en el interior de la trama
sí misma, en la acción que realiza sobre ella. El sujeto-mundo, la conciencia no está separada del
estudio que Kant realiza de las facultades, sensi- mundo, pero las condiciones de posibilidad del
bilidad, entendimiento y razón, tiene por fin escu- conocimiento del objeto y del objeto en cuanto
driñar esos principios. Pero de ninguna manera es tal residen en el sujeto. Habrá que volver a pensar
un estudio fisiológico ni psicológico. El proyecto la noción de objeto y, sobre todo, la de experien-
crítico se plantea desde un punto de vista jurídi- cia. La revolución en el modo de pensar será la
co: es la pregunta por validez objetiva de nuestras hipótesis y el sostén del desarrollo expositivo de
representaciones, es una investigación acerca de la crítica. Este ejercicio crítico de la razón es el
las condiciones subjetivas de la objetividad que producto de la “madura facultad de juzgar” que
permitan determinar qué es objeto y qué sólo una ya no se contenta con saberes ilusorios.
apariencia ilusoria de objeto. Es necesario des- El segundo aspecto que atraía a la juven-
malezar el terreno, porque ese filosofar ecléctico tud era el modo de filosofar de Kant, el modo de
e inconexo del que habla Schelling es la manifes- ser introducidos en la filosofía. Cito a Schelling:
tación de una multiplicación de principios, pro-
venientes de distintas fuentes, en parte empíricos, En especial, la juventud, debió sentirse, respecto a ese fin
en parte racionales, sin atender a esa diferencia [la unidad del filosofar], irresistiblemente atraída y por la
forma con la que ella [la juventud] fue puesta en condicio-
y de un desconocimiento acerca de los alcances nes de tratar, mejor que antes, con sencillez y, sin embar-
propios de la razón humana, especialmente en go, con profundidad, no sólo los asuntos de la ciencia sino,
cierta especie de conocimientos: la metafísica. El además, los de la vida, como [también] de alegrarse por el
proyecto crítico de la filosofía de Kant está im- feliz hallazgo.8
pulsado por la pregunta acerca de la posibilidad
de la metafísica como ciencia, puesto que, junto Se trata de la forma en que eran conduci-
a la crisis de la metafísica, se levanta la ciencia dos a penetrar en la vida interna de la filosofía.
como un coloso. La crisis de la metafísica ha sa- Ser introducidos en la filosofía por el maestro
lido a la luz y fue denunciada por distintos filó- Kant, aprender a tratar estas cuestiones de mane-
sofos modernos, como por ejemplo: Hume, en el ra sencilla, no es de ninguna manera, en la apre-
prefacio del Tratado de la Naturaleza Humana; ciación de Schelling, sinónimo de simplificación.
también por Berkeley en los Principios de la fi- En este sentido, el maestro no es quien le hace las
losofía, y otros tantos con distintas apreciaciones cosas fáciles al discípulo. Se trata más bien de la
y actitudes ante esta situación. La propuesta de sencillez del despojamiento de todo lo superfluo,
Kant consiste en responder a esa crisis con críti- de todo lo que distrae e impide ver el “oro puro”
ca: establecer un tribunal de justicia desde donde de lo que se ofrece al pensar. El maestro muestra
se decida acerca de la legitimidad o no de las pre- cómo tensar el arco para dar con el núcleo del
tensiones de la razón; examinarla para establecer
8. Schelling (1985:13-4).
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Symploké revista filosófica Kant. El legado de un maestro...

problema y despojarlo de añadidos exteriores, fuerza de separación y cohesión que articula la


de modo que se exponga aquello que merece ser teoría y la praxis: la facultad de juzgar reflexio-
pensado. Este ejercicio ascético del pensar con- nante. Recién estamos comenzando a desentrañar
duce a la rigurosidad y solidez del tratamiento de el sentido de esta facultad, cuya incorporación al
los problemas tanto teóricos como prácticos de la sistema de las facultades amplía el concepto de
filosofía. naturaleza mecánica para pensarla como sistema
En tercer lugar, les atraía el entusiasmo de fines y transforma el concepto de moralidad al
y el placer por los descubrimientos realizados; proponerlo, al final de esa obra, como determina-
entusiasmo y placer que acompañan a toda in- ción-destino (Bestimmung) del género humano y
vestigación auténtica, que los jóvenes veían en el de una naturaleza cuya determinación-destino es
maestro, sentían en el texto y experimentaban en tornarse cultura, a causa de la existencia del ser
sí mismos por su mediación. humano en ella.
El entusiasmo que Kant transmitía a
sus alumnos es el mismo que él experimentaba 2. La facultad de juzgar como facultad crítica
ante los hallazgos de su filosofar. En 1770 fue por excelencia
el descubrimiento de la dualidad de las facul-
tades, que significó el punto de partida del de- a) El término Urteilskraft
sarrollo de las principales tesis de la filosofía
crítica. Posteriormente, en una conocida carta a La traducción del término Urteilskraft
Reinhold9 del 27 de diciembre de 1787, el entu- en la tercera Crítica10 no es algo de fácil deci-
siasmo estaba vinculado al descubrimiento de la sión. La dificultad se presenta no sólo con res-
clave de unidad del sistema de la filosofía, por pecto al castellano. Juicio, facultad de juzgar y
el hallazgo de un último principio legislativo – discernimiento son los términos elegidos por los
el principio transcendental de conformidad a fin distintos traductores11(también en otros idiomas
(Zweckmäβigkeit)–, que ha dado lugar a la tercera poder de juicio, ejercicio de juicio, en catalán).
Crítica y le ha brindado, en palabras del filósofo, El término Urteilskraft es tomado por Kant de
material de investigación para el resto de su vida. la tradición escolástica alemana para traducir el
Según ese principio –que pertenece a una facul- término latino iudicium. Este es homologado a
tad: la Urteilskraft o facultad de juzgar–, las dos facultas diiudicandi y volcado al alemán como
esferas legislativas, la teoría y la praxis, se enlazan Beurteilungskraft y luego, también, Urteilskraft.
sin perder su peculiaridad propia. Teoría y praxis, Este indica la fuerza (Kraft) de distinguir y man-
ciencia y ética constituyen de suyo ámbitos hete- tener enlazado lo diferenciado, como una habili-
rogéneos: naturaleza y libertad, respectivamente. dad para establecer distinciones allí donde parece
Cada uno de ellos está fundado en una facultad no haberlas, donde todo se presenta aparentemen-
cuyo ejercicio y límites son diferentes: entendi- te homogéneo y, a la inversa, como capacidad de
miento, la primera y razón, la segunda. Ambos componer lo diverso, una vez discriminados los
están constituidas por principios transcendentales elementos12.
propios que, sin embargo, deben ser articulados,
porque como dice Kant en la Introducción a esa 10. En este artículo citaremos la Edición Académica de
obra: “la libertad tiene que hacer efectivo, en el las obras de Kant: Kant´s gesammelte Schriften. Hrsg. von
mundo sensible, el fin dado mediante sus leyes” der Königlich Preußischen Akademie der Wissenschaften,
Walter der Gruyter, Berlín und Leipzig, desde 1902. En lo
(Ak.V,176). De este enlace depende el destino de sucesivo esta edición se citará con la sigla AA seguida del
la razón y, con ella, el de la filosofía. ¿Cómo hacer número de tomo y del número de página, con excepción
posible el despliegue de fines en una naturaleza de la Crítica de la razón pura, que se citará como es usual,
que se comporta mecánicamente? Dicho de otro según A y B, primera y segunda edición respectivamente.
modo ¿por qué no fueron suficientes la Crítica de 11. La traducción del término Urteilskraft, tiene en español,
la razón pura y la Crítica de la razón práctica una tradición que fue consagrando diferentes opciones he-
chas por los traductores. Las tres que han sido reconocidas
para terminar el sistema crítico? ¿Qué le faltaba son: Juicio (G. Morente), facultad de juzgar (P. Oyarzun y
al sistema? Kant mismo responde: continuidad J. Rovira Armengol) y, más recientemente, discernimiento
de las partes, continuidad sostenida en la hetero- (R. Aramayo y S. Mas). En este trabajo emplearemos esta
geneidad. Su último descubrimiento es el de una última traducción: Crítica del Discernimiento.
12. Este tema lo he tratado en mi artículo: Di Sanza, S.
9. AA 10:514-5. (2012) El discernimiento: talento, capacidad crítica y sen
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

Con el término Urteilskraft, Kant pien- la Crítica de la facultad de juzgar centrada en


sa un poder (Kraft), que algunos comentadores el descubrimiento de la función de reflexión, que
vinculan al pensamiento de Leibniz en la idea de tiene como fin la unidad del sistema de la filoso-
fuerza activa. Esta “contiene una cierta actividad fía, mediante la articulación de sus dos esferas:
o entelequia, que es el término medio entre la fa- lo sensible y lo inteligible, el entendimiento y la
cultad para actuar y la acción misma e implica un razón. Si este es el fin que persigue, la facultad de
esfuerzo (conatus). De este modo, se ve llevada juzgar reflexionante se mostrará como una facul-
por sí misma a actuar y para esto no requiere ayu- tad sin objeto, porque no está dirigida a la expe-
da”.13 La facultad de juzgar crea las condiciones riencia objetiva, sino hacia la unidad interna de la
para la actividad judicativa del entendimiento: razón: se profundiza la revolución.
“Se trata de un término que indica la capacidad
del sujeto de “poner en obra” una acción judica- b) La Urteilskraft como talento natural: el
tiva concreta (determinante o reflexiva, reflexiva abordaje empírico
estética o teleológica)”.14 La Urteilskraft indica
poder o fuerza efectivamente actuante desde sí Discriminar elementos, distinguirlos y
misma, en dos direcciones: determinante y re- conducir esas diferencias hacia una unidad es
flexionante. En el primer caso, Kant la presen- producto de esta fuerza activa o poder fundamen-
ta como facultad de subsumir al singular bajo tal que hace posible la operación lógica del juicio,
leyes dadas y, en el segundo, como facultad de puesto que debe indicar el concepto o regla bajo
encontrar el universal, cuando sólo el singular el cual colocar al singular. La subsunción es, así,
está dado, procedimiento para el cual ella se au- la tarea propia de la facultad de juzgar por la que
toriza mediante un principio legislativo propio: conecta extremos de suyo separados y diferentes:
el principio de conformidad a fin. Lo sugestivo lo uno y lo múltiple; lo universal y el singular; la
de la nueva propuesta de Kant con respecto a esta ley y el caso.
facultad es que toda acción de enjuiciamiento su- En el capítulo dedicado a la Facultad de
pone la reflexión como constitutivo propio. juzgar en la Crítica de la razón pura, cuando
La investigación de la facultad de juzgar Kant quiere introducir la idea de una facultad
tiene un aspecto empírico considerado, especial- transcendental de juzgar, comienza con una re-
mente, en la Antropología en sentido pragmático ferencia a dicha facultad “en general”, y la pre-
y otro transcendental, en la Crítica de la razón senta como un talento peculiar, que consiste en
pura orientada a las condiciones de posibilidad saber hallar en los singulares siempre diferentes,
del conocimiento y del objeto de conocimiento, la identidad de la ley. Como se trata de un talento,
en la Crítica de la razón práctica orientada a la la lógica general no tiene reglas para prescribir su
determinación de las máximas de la acción y en uso correcto; sólo requiere ejercitación, esto es,
práctica de subsunción y aplicación, cuya ense-
tido de humanidad. Anuario de Filosofía Jurídica, nro. 31, ñanza se lleva a cabo por medio de ejemplos bien
pp.109-142. elegidos. Desde este punto de vista, la diferen-
13. G.W. Leibniz. “La reforma de la Filosofía primera y cia entre el entendimiento y la facultad de juzgar
la noción de sustancia”. En: Escritos Filosóficos editados
por Ezequiel de Olazo, Buenos Aires, Editorial Charcas,
está en se puede tener una inteligencia bien equi-
p. 457. pada con reglas universales y, sin embargo, ser
14. En esta línea de reflexión, algunos comentadores y/o desatinado15. El mismo enfoque se retoma en la
traductores ingleses traducen Urteilskraft como Power of Antropología en sentido pragmático. En ese tex-
Judgment. El mismo problema de traducción fue notifica- to, cuando Kant menciona a la Urteilskraft, co-
do al traducirlo al catalán. En un trabajo de Jèssica Jaques
Pi (2004:138) propone traducirlo por “ejercicio de juicio”,
loca entre paréntesis iudicium discretivum. Dice
extrayendo la consecuencia que el término Kraft, fuerza, así: “Aquí hay un talento de la elección de lo que
tiene en Kant a partir de la relectura que hace Leibniz de es precisamente acertado en un cierto caso (iudi-
este concepto. Con respecto a la raíz Kraft del término Ur-
teilskraft, esta autora señala: “Se trata de un término que
indica la capacidad del sujeto de “poner en obra” una ac- 15. Albizu (2006:466) llama la atención sobre esta pecu-
ción judicativa concreta (reflexiva o determinante, estéti- liaridad de la Urteilskraft . En su artículo (Albizu (1991:3)
ca o teleológica); (…) La traducción de base de Kraft por elige, para traducir Urteilskraft, la denominación “facul-
“ejercicio” se revela fructífera, en el sentido de que connota tad discretiva”. Esta traducción está en consonancia con la
la posibilidad de una acción, la posesión de las condiciones aclaración que hace Kant en los §§54 y 59 de la Antropolo-
requeridas y la pretensión de obrar”. gía, AA 07: 220 y AA 07: 228 respectivamente.
8
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cium discretivum), talento que es muy buscado, 3. La facultad de juzgar reflexionante: la revo-
pero también muy poco frecuente.” lución dentro de la revolución
Entender un asunto requiere de la facul-
tad de juzgar para distinguir los elementos parti- Una vez deslindado el significado de una
culares que lo componen, para saber acerca “de “facultad de juzgar en general”, Kant introduce a
qué trata ese asunto”, porque de ello depende la la facultad transcendental de juzgar, donde la ló-
resolución del mismo. Este saber “de qué se tra- gica transcendental tiene por tarea propia “el dar
ta una cuestión” es un arte que tiene como base firmeza y corregir, mediante reglas determinadas,
un talento natural, conocimientos adquiridos y a la facultad de juzgar en el uso del entendimien-
ejercitación. La facultad discretiva pertenece a la to puro.” (A135). Para esto es necesaria la filoso-
índole del buen juez, cuya perspicacia demuestra fía como crítica, para prevenir los errores en los
la capacidad que tiene de distinguir los elementos que puede caer la facultad de juzgar al hacer uso
que componen un conjunto cuando la asimilación de las categorías. Ya no se trata de un talento que
excesiva condujo a la eliminación o al disimu- se tiene o no, sino de la facultad de juzgar en su
lo de las diferencias. La facultad de juzgar reúne función determinante de objeto. Para el ejercicio
los elementos luego de haberlos separado cuida- de esta función, la imaginación brinda, en el es-
dosamente. De este modo previene del engaño y quema (como la condición sensible según la cual
de los artilugios a los que puede ser llevado el deben ser empleadas las categorías), la señal que
entendimiento en el conocimiento, a causa del indica la forma de la subsunción, porque mues-
ingenio. El carácter propio de su actividad es tra la condición de su aplicación a objetos de la
una atención aguda y penetrante que traza lími- experiencia y, con ella, le otorga a los concep-
tes, cercena pretensiones infundadas, esclarece lo tos del entendimiento, realidad objetiva: “Pero la
que engaña por semejanza; es, sin duda, la facul- filosofía transcendental tiene la peculiaridad de
tad crítica en sentido eminente. Kant la presenta que, además de la regla (o más bien) [además]
como un fruto que se alcanza con la madurez de de la condición universal para reglas) dada en el
la edad y, también, de la época: “Nuestra época es concepto puro del entendimiento, puede mostrar
propiamente la época de la crítica, a la que todo a priori, a la vez, el caso al que han de ser aplica-
debe someterse. La religión por su santidad, y das”.17 Por este motivo, aquí puede haber un ca-
la legislación por su majestad, pretenden, por lo non de la facultad de juzgar para el uso correcto
común, sustraerse a ella. Pero entonces suscitan del entendimiento.
una justificada sospecha contra ellas, y no pueden El último descubrimiento de la filosofía
pretender un respecto sincero que la razón sólo le transcendental de Kant es el de la función re-
brinda a quien ha podido sostener su examen li- flexionante de la facultad de juzgar. Una función
bre y público” (A XI-XII). Someter los juicios al para la que está en posesión de un principio legis-
examen público es la exigencia de la crítica y es lativo propio, cuya legislación va dirigida hacia
la piedra de toque de la facultad de juzgar, si falta el sujeto, sin objeto, o bien sin otro objeto más
ese examen, una teoría o un texto puede ser fruto que el mismo sujeto.
de un desvarío privado: “La única señal universal Sabemos que la reflexión ha sido siempre
de la locura es la pérdida del sentido común (sen- la tarea de la filosofía pero con la modernidad se
sus communis) y la aparición, en cambio, de un ha se ha vuelto ella objeto de reflexión, en cuanto
sentido privado lógico (sensus privatus)”.16 se trata del propio movimiento interno de la con-
ciencia que se sabe una y la misma en todas sus
operaciones, puesto que se sabe una y la misma en
su desdoblamiento de sujeto y objeto de sí: pen-
16. Anth. AA 07: 219, 6-7. Esta afirmación de la Antropo-
logía está en conexión con las tres máximas del modo de sar que piensa y que se piensa pensando. El poder
pensar que expone en la Crítica de la facultad de juzgar: de pensarse en lo pensado, llamada autoconcien-
Pensar por sí mismo, pensar poniéndose en el lugar de cada cia o apercepción, será la condición fundamental
uno de los otros, pensar siempre de acuerdo consigo mis- del saber y de sus consecuencias: la ciencia, la
mo, llamadas, respectivamente, máxima del modo de pen-
moral, la cultura, la historia. Como señalamos al
sar libre de prejuicios, del modo de pensar ampliado y del
modo de pensar consecuente (KU §40). La primera rige comienzo, aquí reside la revolución copernicana
para el entendimiento, la tercera para la razón y la segunda en el horizonte del pensamiento efectuada por la
es la máxima de la facultad de juzgar. Es el momento en
que se ponen en juego las otras razones. 17. A 135/B174.
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

filosofía transcendental. El despliegue del pensa- belleza de la naturaleza y de la obra de arte, la


miento de Kant, en la búsqueda de la articulación imaginación le abre el camino al entendimiento.
interna del sistema de la filosofía le fue impo- La “legalidad sin ley” o libertad con la que ella
niendo una vuelta más dentro de la revolución. procede indica que la ley no está preparada de
La función reflexionante de la facultad de juzgar antemano, pero la hay y hay que encontrarla. Esta
encierra un ajuste más hacia el sujeto. En esta di- es la confianza en la que se basa el acto de discer-
rección se orientará la tercera Crítica. nir: que aquello que se nos presenta no responda
La facultad de juzgar resuelve cómo debe a un universal dado previamente, no significa la
ser enjuiciada una situación, según tenga como renuncia a la universalidad, sino más bien abre a
fin la determinación del objeto en cuanto tal para pensar otro tipo de universalidad, la universali-
el conocimiento, o bien la determinación de sí dad subjetiva.
misma, ya sea para la estimación de la propia ac- El juicio estético tiene como base el acuer-
tividad de las facultades involucradas en el cono- do de la actividad de las facultades involucradas,
cimiento, estimación para la que no hay un con- a saber la imaginación y el entendimiento, cuan-
cepto del entendimiento como regla (la reflexión do buscan conocer sin que el conocimiento lle-
estética); o bien para poder juzgar según otra cau- gue a producirse, hasta el punto de que si no se
salidad distinta a la mecánica, enjuiciamiento que produjese ese acuerdo, no habría conocimiento.
toma como regla de la reflexión, la idea de fin de Esa concordancia se expresa en el sentimiento de
la razón (la teleología). placer y displacer, que en tanto sentimiento de
En la primera parte de la tercera Crítica reflexión no depende del objeto (como lo agra-
se expone la índole de la facultad de juzgar esté- dable, o lo lindo) ni de un concepto del objeto
tica. El modelo para esta forma de discernir es la (como lo bueno), sino que es producido por la
belleza de la naturaleza y, a partir de ella, la de la conciencia de la propia actividad interna de las
obra de arte. La reflexión estética revela un nue- facultades. Al estar en la base de la actividad de
vo aspecto del hacerse consciente de sí, pues ella conocimiento, actividad común a todos los seres
–la reflexión– revela ese núcleo de interioridad humanos, se vuelve un sentimiento comunicable
que determina el saberse existente, o también el universalmente y es la raíz de la universalidad
sentirse vivir, mencionado por Kant en esa obra subjetiva antes mencionada. La reflexión estética
con el término Lebensgefühl, sentimiento de la hace retornar la fuerza de representación hacia el
vida del sujeto. Con esta función reflexionante sujeto y le informa de esta actividad bajo la forma
estética de la facultad de juzgar, Kant va a mos- de un sentimiento, no de un concepto ni de una
trar otro lado de la subjetividad, un aspecto no regla o ley ya dada. La expresión de “Estética”
intelectual o, más precisamente, no puramente adquiere este sentido de sensibilización de lo que
intelectual, sino una forma de la conciencia de acontece en el espíritu producto de su propia ac-
sí que se manifiesta en un sentimiento peculiar: tividad.
el sentimiento de placer y displacer como senti- La fundamentación estética del conoci-
miento de reflexión. miento, insinuada por Kant en el texto, reside en
Vamos a mencionar sólo dos aspectos de esta la capacidad propia de la facultad de juzgar esté-
función reflexionante estética: tica, de detectar diferencias a todo nivel y vincu-
a) juzgar sin regla predeterminada y b) juzgar larlas. El concepto de “juego de las facultades”
desde una instancia común a todos los hombres: es de central importancia, puesto que indica un
la idea de un “sentido común”. acuerdo pre-categorial que es decisivo por su ca-
rácter pre-configurador de la actividad categorial
a) Juzgar sin regla prefijada del conocimiento. En este sentido Fiona Hughes
sostiene que:
La facultad de juzgar estética se aplica a
la estimación de la belleza para la cual no hay le-
yes establecidas de antemano, lo que no significa El discernimiento es el poder para conectar, pero no sólo
que no haya una legalidad, sino más bien que el con respecto a un caso en particular, sino también y más
singular presente, sigue una regla que descono- fundamentalmente, a nivel de procesos de pensamiento. Si
cemos. Dicho de otra manera, no se puede juzgar no fuésemos capaces de coordinar la receptividad senso-
la belleza desde un canon preestablecido. En la rial con la capacidad intelectual para unificar e identificar
qué es lo que tenemos en el seno de nuestros sentidos, no
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Symploké revista filosófica Kant. El legado de un maestro...

podríamos experimentar absolutamente nada. Ni siquiera de cada uno de los otros” o “máxima del pensa-
podríamos pensar nada, [puesto que] por nuestra capacidad miento ampliado”. Dice Kant:
de pensamiento siempre estamos en relación con la recep-
tividad. El juicio estético revela la condición humana de Por muy pequeños que sean la extensión y el grado adonde
encontrarnos a nosotros mismos en un mundo en el que alcance el don natural del hombre, este muestra, sin em-
damos sentido en el seno de una combinación de orienta- bargo, un modo de pensar amplio cuando puede apartarse
ciones.18 de la condiciones privadas subjetivas del juicio, dentro de
las cuales tantos otros están como encerrados, y reflexiona
Que la facultad de juzgar en la reflexión estética sobre su propio juicio desde un punto de vista universal,
distinga y enlace elementos de suyo contrapues- que no puede determinar más que poniéndose en el punto
tos o heterogéneos lo vuelve una facultad impres- de vista de los demás.21
cindible para el desarrollo de la vida humana, por
ser inherente a nuestro modo de estar en el mun- No se trata de un sentimiento psicológico
do. De aquí que, “la relación en la cual el juicio de empatía sino del sentimiento que resulta de la
estético esta con el objeto estético es ejemplar reflexión y nos desvincula de los aspectos intere-
para la apertura de pensamiento que es requerida sados (individuales, privados) de nuestro juicio
en el pensamiento cognitivo, moral y político”.19 para abrirnos a orientaciones y puntos de vista di-
vergentes. Es una toma de distancia con respecto
b) La facultad de juzgar estética como “senti-
a uno mismo, necesaria para efectuar una crítica
do común”
al propio juicio, a las condiciones desde donde
se juzga. Tampoco se trata de una dispersión que
En el cuarto momento de la Analítica,
reemplace la arbitrariedad de uno por la de los
Kant identifica a la facultad de juzgar estética
otros. La fineza del discernir está en la capaci-
con el “sentido común”. Común no significa vul-
dad de pensar desde puntos de vista diversos. Su
gar, sino comunitario. Común es la conciencia de
universalidad resulta de la capacidad de recorrer
participación de todos los hombres en el género
y enlazar las diversas perspectivas que se presen-
humano, conciencia estética alcanzada en el sen-
tan, para descentrar el juicio de una subjetividad
timiento de reflexión (Teilnehmmungsgefühl). La
arbitraria. Por eso, Kant, al señalar que la máxi-
palabra latina sensus comunis acompaña al térmi-
ma del discernimiento es el modo de pensar am-
no alemán Gemeinsinn para significar este aspec-
plio, lo contrapone a un modo de pensar estrecho,
to.20 La segunda máxima del modo de pensar, que
limitado a un único punto de vista, que puede de-
Kant presenta en el §40, la propia de la facultad
berse a necedad o sujeción. Un modo amplio de
de juzgar, es la de “pensar poniéndose en el lugar
pensar es necesario para ejercer la capacidad de
18. Fiona Hughes (2007:278).
juzgar en una situación que siempre es singular y
19. Fiona Hughes (2007:277) “No obstante, yo quiero es- distinta de otras y, para poder emitir un juicio que
tablecer que la consideración de Kant del Juicio estético no sea producto de la ligereza pero, además, para
revela un conocimiento existencial dentro de la profunda poder emitirlo, o sea para no quedar paralizados
estructura del Juicio en general y nos permite reflexionar en en la imposibilidad de estimar una situación, de
la dirección en la cual nuestra experiencia depende de una
combinación de una pluralidad de diferentes orientacio-
evaluarla y de resolverse.
nes”. Otra consecuencia es la posibilidad de pensar al jui- Que la facultad de juzgar sea pensada
cio estético como matriz de otras formas de enjuiciamiento, como “sentido común” significa que la universa-
en la que hay que pensar una singularidad para la cual es lidad se extiende a la esfera compuesta por los
necesario encontrar en el caso la regla, porque el caso dicta sujetos juzgantes. En este sentido es subjetiva, no
la regla. Hannah Arendt.
20. Georg Kohler (2008:143) sostiene que: “La historia del
está basada en un concepto del objeto que funcio-
concepto de “sensus comunnis” es antigua y complicada. ne como regla. Por eso la indicación de la máxi-
Comienza con Aristóteles y Cicerón y en Kant está presen- ma es ponerse en el lugar de cada otro.
te, especialmente, por medio de Shaftesbury. (…) Metódica Este “sentido común” o “sentimiento de
y sistemáticamente es importante la diferencia que separa participar de la humanidad” nos permite sentir
a Cicerón de Aristóteles, [diferencia] que también juega un
rol en el análisis kantiano, a saber la oposición en el modo
como seres humanos, para poder juzgar desde el
de considerar el “sensus comunis” como una capacidad in- sentido de humanidad, como instancia común a
ter-subjetiva (repartida por igual entre los hombres) y como todos los seres humanos. A él remitimos la dis-
una [capacidad] intrasubjetiva (que se encuentra dentro de
los individuos)”. 21. AA 05, 295.
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

tinción entre lo humano y lo inhumano, entre lo dad de un “deber” (sollen) no es producto de la


que es digno o no de un ser humano. En el desa- experiencia ni se obtiene por consenso25 sino que
rrollo de la conciencia de este sentimiento reside se reclama a cada cual sobre esta base común. Es
el valor formativo que Kant le otorga a las hu- la llamada por Kant, universalidad ejemplar, un
manidades22, a esos conocimientos que se llaman singular que vale universalmente. El modelo de
“Humaniora”, un valor con proyecciones en la esta universalidad reside en el carácter ejemplar
vida social, ética y política: de la obra de arte. El juicio individual se emite,
así, como un ejemplo (Beispiel) de esa norma y
Probablemente porque humanidad significa, por tiene, por ello, validez ejemplar (Exempel). En
una parte, “sentimiento universal de participación” ella se invoca a todos y cada uno, y esa invoca-
(Teilnehmungsgefühl), por otra parte, [significa] la facultad ción conforma un universal que compromete a
de poder comunicarse íntima y universalmente, propieda- cada sujeto singular. Por eso, esta “norma inde-
des ambas que unidas constituyen la sociabilidad propia de terminada de un sentido común”,26 es una norma
la humanidad, por la que esta se distingue de la limitación ideal que la facultad de juzgar se prescribe a sí
de los animales.23 misma, siguiendo su principio de heautonomía,
para orientar, en cuanto regla, su acto de subsun-
A las humanidades les compete el desa- ción.
rrollo de la conciencia estética y de la capacidad Para Kant, la facultad de juzgar pone de
de comunicación como formación de la capacidad manifiesto distintas facetas de la subjetividad, y
de juicio. Las humanidades tienen para Kant este con ella distintas formas de pensar la universali-
carácter formativo de la sociabilidad humana, de dad. Kant no piensa sólo la universalidad obje-
la conciencia de un sentido de humanidad, jus- tiva fundada en la unidad de apercepción, cuyo
tamente porque no olvida el carácter insociable modelo es la ciencia sino también la universa-
de esa sociabilidad. En este sentido afirma Birgit lidad subjetiva fundada en la conciencia estética
Recki: “En tanto los “Humaniora” promueven la (sentido interno y reflexión) cuyo modelo es el
humanidad, sirven, por ende, en ese sentido al arte.
cultivo de una deseable capacidad humana uni- Estos son sólo dos aspectos de la capa-
versal para la orientación de aquella constitución cidad de juicio, que indican una profundización
racional del mundo, en la que la misma libertad de la hipótesis de la revolución copernicana de
estaría garantizada para cada uno”.24 la primera crítica en esta vuelta hacia la subje-
El sentido común es así, la idea de un sen- tividad llamada reflexión y, particularmente re-
timiento universal subjetivo (no arbitrario) sino flexión estética, la que desde una perspectiva no
reflexivo como género humano, que actúa a modo lógica se revela como fundante de otro modo de
de norma ideal del juicio. Precisamente, leído en juzgar requerido por los acontecimientos en su
clave transcendental el “sentido común” es una carácter singular y en los que está en juego la li-
norma ideal. Al tratarse de un sentimiento común bertad humana, esto es la historia, la política, la
(gemeinschaftliche Gefühl) a todos y cada uno de sociedad y, fundamentalmente, la ética en cuanto
los seres humanos, indica un punto de concordan- constituye, para Kant, nuestra destinación de es-
cia del juicio individual con el juicio de los otros. pecie o la determinación de los hombres.
Esa concordancia que se exige con la peculiari-
Bibliografía
22. Ver el §60 en la Metodología del Gusto.
Kant´s gesammelte Schriften. Hrsg. von der
23. AA 05:355. Las humanidades tienen para Kant este ca-
rácter formativo de la sociabilidad humana, de conciencia
Königlich Preußischen Akademie der
de un sentido de humanidad, justamente porque no olvida Wissenschaften, Walter der Gruyter, Berlín
el carácter insociable de esa sociabilidad. Así lo presenta und Leipzig, desde 1902.
en “La historia universal en sentido cosmopolita” como un G.W. Leibniz. Leibniz et la dynamique en 1692.
antagonismo de tendencias, tal como lo manifiesta la ex- P. COSTABEL (ed.), Textes et commentai-
presión: “insociable sociabilidad” (AA 08:20). Birgit Recki
(2008:208) señala: “También la reflexión moral acerca de
res, Hermann, París, 1969; Vrin, París, 1981,
la idoneidad legislativa de nuestras máximas de acción está 97–106. En castellano: Escritos Filosóficos
pensada en la “Máxima del Discernimiento” conjuntamen-
te: poder ponerse en el lugar de cada uno de los otros. 25. Ver: AA 05: 281.
24. Ibid. 26. AA 05:239-0.
12
Symploké revista filosófica Kant. El legado de un maestro...

editados por Ezequiel de Olazo, Buenos


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F.W.J. Schelling, Ausgewählte Schriften, Band 3,
1804-1806, Frankfurt am Main, Suhrkamp
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

Merlau-Ponty
y la encrucijada
maquiaveliana
Maximiliano Basilio Cladakis
UNSAM-CONICET

Resumen efectiva del hombre en el mundo. En este sentido,


la reflexión merleau-pontyana acerca del Floren-
El objetivo del siguiente trabajo es abor- tino tiene una doble relevancia. Por un lado, nos
dar la manera en que Merleau-Ponty comprende abre al pensamiento político de Merleau-Ponty,
el pensamiento de Maquiavelo como un pensa- que aún hoy posee relevancia dentro de los de-
miento que intenta dar cuenta del mundo histó- bates de la filosofía contemporánea. Por el otro,
rico y, al mismo tiempo, incidir sobre él. En este brinda una alternativa para replantear el pensa-
sentido, es fundamental la comprensión mer- miento de Maquiavelo, más allá de reduccionis-
leau-pontyana de Maquiavelo como exponente mos que se asemejan a una caricatura.
del “humanismo real”. Con esta finalidad, el presente trabajo se
centra alrededor de tres puntos: el carácter am-
Introducción biguo y paradojal del mundo histórico, la com-
prensión de la intersubjetividad a partir del juego
Sin lugar a dudas, la figura y la obra de reconocimiento/conflicto y la forma en que Mer-
Nicolás de Maquiavelo han sido el centro de in- leau-Ponty ve en Maquiavelo un antecesor de su
contables polémicas a lo largo de la historia. Se propia posición, la relación entre política y moral
trata de polémicas que atraviesan distintas dimen- más allá del moralismo ingenuo y del cinismo
siones: políticas, morales, filosóficas, religiosas, político.
etc. No han sido pocos los filósofos que se han
enfrentado, de una forma u otra, a la “encrucijada Maquiavelo y la ambigüedad del mundo his-
maquiaveliana”, viéndose muchas veces obliga- tórico
dos a tomar partido: desde Descartes a Hegel, de
Marx a Althusser, pasando por pensadores tan di- En la “Nota a Maquiavelo”, Merleau-Pon-
símiles como Adorno y Maritain. Merleau-Ponty ty no duda en señalar el sentimiento contradicto-
no es la excepción. rio que produce la obra de Maquiavelo. Frente
En su “Nota a Maquiavelo”, el filósofo a las dos posiciones que suelen tomarse sobre la
francés se enfrenta a la obra del florentino e in- obra del florentino, el filósofo francés trasciende
daga en las profundas sinuosidades de su pensa- los reduccionismos habituales y se sumerge en
miento. Como se verá en las siguientes páginas, la ambigua profundidad del pensador y político
Merleau-Ponty descubre en Maquiavelo un pen- renacentista. En líneas generales, existen dos tra-
samiento que se atreve a dar cuenta de la realidad diciones: una que vitupera a Maquiavelo a causa
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Symploké revista filosófica Merlau-Ponty y la encrucijada...

de su supuesta inmoralidad; otra que lo elogia que el propio Maquiavelo confesó sentirse tenta-
por haber separado la política de la moral y de do por el cinismo. Sin embargo, hay una finalidad
la ética. Ambas posiciones, si bien son contrarias detrás de estas obras que el autor expresa explíci-
a la hora de elogiar o condenar, coinciden en la tamente. En el prólogo a los Discursos, Maquia-
comprensión de la escisión entre moral y políti- velo confiesa lo siguiente:
ca como uno de los núcleos fundamentales del
pensamiento maquiaveliano. Esta comprensión Aunque por naturaleza envidiosa de los hombres encontrar
cercena el pensamiento de Maquiavelo y Mer- nuevos métodos y ordenamientos haya sido siempre tan pe-
leau-Ponty se percata de ello. ligroso como la búsqueda de aguas y tierras desconocidas,
La contradicción que generan obras como en cuanto ellos están más dispuestos a denostar que a elo-
El príncipe o los Discursos sobre la primera dé- giar las acciones de los otros, sin embargo, empujado por
cada de Tito Livio, más aún, la contradicción que ese natural deseo que siempre ha existido en mí de obrar sin
genera la lectura de las dos obras y el debate acer- temor alguna en aquellas cosas que creo acarrean común
ca de si Maquiavelo es monárquico o republica- beneficio para todos, he decidido tomar un camino que,
no, es consecuencia de una ambigüedad presen- por no haber sido recorrido todavía por nadie, si me puede
te en el propio Maquiavelo. Sin embargo, Mer- provocar fastidios y dificultades, también puede darme el
leau-Ponty sostiene que dicha ambigüedad no es premio de quienes consideren humanamente la finalidad de
otra cosa que la ambigüedad del mundo histórico, mis trabajos (Maquiavelo, 2004, p. 49).
del mundo concreto.
En el conocido epílogo de El príncipe, de-
¿Cómo podemos comprenderle? Escribe contra los buenos dicado a Lorenzo de Médici, donde exalta las vir-
sentimientos en política, y sin embargo está también en tudes de este y los clamores del pueblo italiano,
contra de la violencia. Desconcierta a quienes creen en el incluso realizando una lectura mesiánica de los
Derecho como a los que creen en la Razón de Estado, pues- tiempos, cuestión bastante extraña en Maquiave-
to que tiene la audacia de hablar de virtud en el momento lo, guarda un objetivo similar al del párrafo antes
que ofende duramente la moral ordinaria. Y es que describe citado. El pensamiento del florentino se inscribe
este nudo de la vida colectiva en el que la moral puede ser en un momento y espacio histórico determinados.
cruel y en el que la política pura exige algo como moral La división de Italia en cinco Estados, la cons-
(Merleau-Ponty, 1960, p. 271). tante y amenazante presencia de potencias como
España y Francia, la ocupación de la que fuera
Inmoralidad y virtud, Derecho y Razón la “Capital del Mundo” por parte de la Iglesia,
de Estado, monarquía absolutista y república: sin son algunos de los elementos que constituyen el
lugar a dudas se trata de elementos opuestos. Sin mundo histórico de Maquiavelo. La invocación a
embargo, se trata de una oposición que es tal en Lorenzo de Médici debe ser comprendida a partir
virtud del entendimiento abstracto o de una mi- de la posibilidad del advenimiento de un hombre
rada de sobrevuelo. En el mundo histórico son que, con la fuerza e inteligencia del centauro (cfr.
elementos que se articulan dialécticamente. El Maquiavelo, 2012, p. 92), unifique a una Italia
mundo histórico es un mundo ambiguo donde acosada por las guerras internas y externas.
los límites entre la virtud y su negación no se en- El debate acerca de si Maquiavelo es re-
cuentran delineados de manera determinante. La publicano o monárquico es superado si se com-
grandeza y originalidad de Maquiavelo se funda- prende que se trata de un pensamiento en situa-
menta en pensar radicalmente ese nudo que es la ción. En los Discursos, el florentino hace una
vida colectiva. apología de la república; en El príncipe, invoca
En sus Cuadernos de Cárcel, Antonio la emergencia de una figura casi mesiánica que
Gramsci negaba que Maquiavelo fuera un inves- aúne audacia, fuerza e inteligencia. La contradic-
tigador en el sentido contemporáneo del término. ción es sólo aparente. Monarquía o república no
Por el contrario, sostenía que el florentino era un deben ser planteados como sistemas abstractos de
hombre de acción, un partisano (cfr. Gramsci, organización política, sino que, deben ser pensa-
1975, p. 50). En las frases más duras de El prín- dos en relación a la posibilidad de su realización
cipe, se deja entrever atisbos de una lógica que concreta.
trasciende el cinismo o la inmoralidad en el senti- Merleau-Ponty reconoce en Maquiave-
do corriente del término. Merleau-Ponty observa lo un pensamiento de la contingencia. “En los
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

asuntos humanos no hay reglas infalibles” (Ma- Esta filosofía optimista, que reducía la sociedad humana
quiavelo, 2004, p. 50). La frase da por tierra las a una suma de conciencias siempre dispuestas para la paz
interpretaciones de la obra maquiavelina como y la felicidad, era de hecho la filosofía de una nación difí-
expositora de una techné relativa a lo político al cilmente victoriosa, una compensación en lo imaginario de
estilo de las ciencias de la naturaleza modernas. los recuerdos de 1914. Sabíamos que existían campos de
Maquiavelo no es el correlato de Newton en la concentración, que los judíos eran perseguidos, pero estas
política. En su obra es posible vislumbrar un sen- certezas pertenecían al universo del pensamiento. No vi-
tido de tragicidad inherente a la acción humana víamos todavía en presencia de la crueldad y de la muerte,
que excede y contradice a la razón instrumental1. nunca se nos había puesto en la alternativa de sufrirlas y de
Los ejemplos históricos que atraviesan El prínci- afrontarlas (Merleau-Ponty, 1963, p. 245).
pe y los Discursos son ensayos de comprensión,
guías auxiliares, no la comprobación empírica de La contingencia del mundo no puede ser
una hipótesis al estilo de las ciencias de la natu- exorcizada a partir de un sistema abstracto de
raleza. La razón que se despliega en la obra ma- ideas. Por el contrario: dicho sistema de ideas
quiaveliana no es la razón instrumental, sino una no sólo no exorciza esa contingencia originaria,
racionalidad de la contingencia. Sin embargo, en- sino que la vela, la oculta; en términos hegelia-
tre la contingencia y la conciencia hay una rela- no-marxistas, podría decirse que se trata de un
ción dialéctica. Merleau-Ponty dice lo siguiente: fenómeno de alienación. En los escritos políticos
de Merleau-Ponty, sobre todo en los de los años
Lo que hace que no comprendamos a Maquiavelo es que 40, la relación entre acción y contingencia es un
une el sentimiento más agudo de la contingencia o de lo problema nodal. La cuestión en torno a la moral,
irracional en el mundo con el gusto de la conciencia o de a la intención y a las consecuencias de un acto,
la libertad en el hombre. Al considerar esta historia en la a la responsabilidad, es visibilizada desde una
que hay tantos desordenes, tantas opresiones, tantas cosas perspectiva que evade toda simplificación. En
inesperadas y tantos cambios, no ve nada que la predestine Humanismo y terror todo esto se ve claramente.
a una consonancia final. Evoca la idea de un azar funda- A partir de la publicación de El cero y el infinito
mental, de una adversidad que la sustrajera a los intentos de Arthur Koestler, Merleau-Ponty expone el ca-
de los más inteligentes y más fuertes. Y si al final conjura rácter dilemático de la acción donde ni las buenas
a este genio maligno, no es en nombre de ningún principio intenciones ni la concordación un sistema abs-
trascendental, sino porque recurre a los simples supuestos tracto de valores justifican la acción misma. Por
de nuestra condición. Aparta con el mismo gesto la espe- el contrario, los actos trascienden la intención
ranza y la desesperación. del sujeto, se depositan en un mundo histórico en
el cual encuentran su sentido y, a partir de ello,
Cuando Merleau-Ponty habla acerca de la quedan librados a una contingencia que excede lo
articulación del sentimiento de contingencia con que esperaba quien actuaba.
la forma de conjurar ese azar fundamental sin Volviendo a Maquiavelo, la articulación
acudir a ningún principio trascendental, está lle- entre contingencia y acción que ve Merleau-Pon-
vando a cabo un correlato entre su pensamiento ty en el pensamiento del florentino se instituye en
y el de Maquiavelo. En “La guerra tuvo lugar”, relación a su propio pensamiento. Un obrar que,
Merleau-Ponty observa la forma en que la inmi- más allá de la esperanza y de la desesperación,
nencia de la Segunda Guerra Mundial significó despliegue su sentido a partir de un entrecruza-
un resquebrajamiento de los principios y valores miento de acciones recíprocas. Se trata de no ne-
sostenidos por gran parte de la intelectualidad gar la contingencia, que Maquiavelo llama For-
francesa de ese momento. Los acontecimientos tuna, ni tampoco el poder de la acción sobre ella,
anunciaban la irrupción de la Guerra. Sin embar- en el caso de Maquiavelo, si así fuera, no habría
go, la mayoría de los intelectuales estaban cerra- “virtud”.
dos ideológicamente a dicha posibilidad. Com-
prometidos con una filosofía optimista y con un Conflicto y reconocimiento
pacifismo abstracto, se movían en un mundo de
ideas y valores escindidos de la historia concreta. La problematización acerca del conflicto
es una cuestión central en la filosofía francesa de
1 Esta es, por ejemplo la posición de Horkheimer (cfr. posguerra. Dentro de ella, la reflexión en torno a la
Horkheimer, 1982, pp.18-45).
16
Symploké revista filosófica Merlau-Ponty y la encrucijada...

violencia y a su legitimidad o falta de legitimidad Pero es original en esto: habiendo postulado el principio
es un tema crucial. Desde el ámbito estrictamente de la lucha va más allá sin olvidarlo jamás. En la lucha
filosófico, la introducción de Hegel por medio de misma encuentra algo más que el antagonismo. “Mientras
Kojève en los años 30 y la centralidad que este los hombres se esfuerzan por no temer, se dedican a aterro-
le ha dado a la dialéctica del amo y del esclavo rizar a los demás, y la agresión que rechazan por sí mismos,
han sido fundamentales2. Frente al neokantismo la arrojan sobre otros, como si, necesariamente, se tuviera
dominante en la Academia Francesa, la compren- que atacar o ser atacado”. En el momento en que voy a te-
sión del surgimiento de la humanidad a partir de ner miedo es cuando empiezo a atemorizar, la agresión que
la “lucha a muerte” ha significado un giro radical. aparto de mí es la misma que envío a los otros, el terror que
Por otro lado, la Segunda Guerra Mundial, como me amenaza y el que inspiro son los mismos, vivo mi temor
así la Resistencia y la emergencia del comunis- en el que inspiro” (Merleau-Ponty, 1960, p. 268).
mo como realidad histórica, han supuesto que el
conflicto se visibilice como uno de los temas más Tanto en El príncipe como en los Discur-
concomitantes del mundo histórico, tema que la sos, el ejercicio de la violencia aparece determi-
filosofía no puede obviar, ni tampoco relegar sin nado por la necesidad de defenderse. Sin lugar
más al terreno de la irracionalidad. En el caso de a dudas, el pensamiento maquiaveliano guarda
Merleau-Ponty, como también en el de Sartre y un hondo sentido de tragicidad, ya que no hay
Simone de Beauvoir, cualquiera de las dos op- más alternativas que ser atacado o atacar. El ca-
ciones representaría hacer de la filosofía un mero pítulo XVIII de El príncipe como el XXXX de
sistema de abstracto de ideas. los Discursos representan claramente el carác-
Merleau-Ponty pensaba que lo propio de ter ineluctable de la alternativa: el príncipe debe
la filosofía era volver al dato sensible. En el mun- hacerse temer para no temer; una de las virtudes
do histórico, el conflicto es un factum incuestio- de Roma era atacar antes de que la ataquen. En
nable, por lo que este debe ser pensado, no ne- cierta medida, hay un correlato con lo que sos-
gado. En este punto, Merleau-Ponty vuelve a tiene Sartre en la Crítica de la razón dialéctica
observar en Maquiavelo un pensamiento de agu- acerca de que toda violencia es contraviolencia
da profundidad. No caben dudas que el florenti- (cfr. Sartre 1985, p. 245). El otro es la amenaza
no ha abordado el problema del conflicto y de la constante, un potencial peligro de eliminación, lo
violencia de manera radical. A diferencia de los que hace que toda violencia se lleve a cabo como
idealismos ingenuos, Maquiavelo no trata a las una contraviolencia frente a la violencia, en acto
comunidades humanas como una totalidad que se o en potencia, del otro hacia mí. Merleau-Ponty
articula pacífica y armoniosamente. Como dice observa que la violencia se instituye en un circui-
Merleau-Ponty, hablando sobre el pensamiento to de reciprocidades, en el mismo conflicto el yo
del florentino: “La vida colectiva es el infierno” se reconoce a partir del otro y “(...) al luchar con-
(Merleau-Ponty, 1960, p. 271). Así también, el fi- tra otro lucho contra mí mismo” (Merleau-Ponty,
lósofo francés habla del fenómeno intersubjetivo 1960, p. 268).
como una “Comunidad de Santos negra” (Mer- En Maquiavelo, la necesidad ocupa un lu-
leau-Ponty, 1960, p. 268). gar central dentro de la vida de los hombres. Sin
La construcción semántica realizada por embargo, no se trata de una necesidad en el sen-
Merleau-Ponty se despliega sobre un horizonte tido causalista del término, sino que se presenta
donde el conflicto y el reconocimiento se entre- como una especie de maldición que recae sobre
lazan dialécticamente. Hablar de “Comunidad la humanidad pero que, al mismo tiempo, a par-
de Santos negra” implica hablar de un reconoci- tir de la virtú, esta puede emplear a su favor. Al
miento originario. La comunidad se da a partir mismo tiempo esto implica que, cuando se habla
de lazos de reconocimiento y reciprocidad. Sin de “emplear a su favor”, se habla también de un
embargo, ella no es idealizada, ya que posee una “emplear en contra”. Cuando Roma empleaba a
dimensión infernal. La vida colectiva se desarro- su favor la necesidad por medio de la previsión,
lla en medio del conflicto y de la violencia. Aun la empleaba en contra de Cartago. Roma y Carta-
así, se dan relaciones de reciprocidad. go estaban atravesadas por la misma condición y
el favor hacia una implicaba la ruina sobre otra.
Hay, por lo tanto, una unificación de los pueblos,
2 Sobre este temaecomdable la lectura de Lo mismo y lo aún en medio de la guerra.
otro de Vincent Descombes.
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

En varios textos, Merleau-Ponty suele mismo de Maquiavelo no es cerrado (…) ya que


hablar de la intersubjetividad como la verda- indicó una política que no sea injusta: la que con-
dera subjetividad trascendental. En el texto de tente al pueblo” (Merleau-Ponty, 1960, p. 271).
1949, reconoce en Maquiavelo un pensamiento Cuando en El príncipe se recomienda
que sostiene “un comienzo de la humanidad que la ejecución de una o más personas en el tiem-
emerge de la vida colectiva a espaldas del poder” po propicio, se lo hace con el fin de evitar más
(Merleau-Ponty, 1960, p. 271). Merleau-Ponty muertes a futuro. Incluso la mano de hierro que
ve, por lo tanto, a Maquiavelo, en cierta medi- se recomienda emplear al príncipe se da en un
da, como un antecesor a su propia teoría en torno contexto de caos y desorden. En todo caso, la vio-
al carácter originario de la intersubjetividad. La lencia del príncipe es un medio para terminar con
comprensión del inicio de la humanidad a par- la violencia instaurada. Asimismo, como señala
tir de la vida colectiva se resignifica como una Merleau-Ponty, hay un criterio de justicia en la
intersubjetividad originaria. Sin embargo, eso no política propuesta por Maquiavelo: el príncipe
equivale a una homogeneidad en el origen. Por el debe contentar al pueblo que busca no ser opri-
contrario, se trata de una unidad que se da a partir mido por los poderosos.
de la heterogeneidad, de la diversidad, de las dis- La posición de Merleau-Ponty en Hu-
putas y conflictos. manismo y terror, transita un sentido similar.
Merleau-Ponty suele emplear una serie Al enfrentarse al problema del comunismo en
de figuras para referirse a una unidad en la di- la URSS, el filósofo francés critica a quienes se
versidad: “entrelazo”, “quiasmo”, “empiètemen- oponen al comunismo amparándose en el discur-
t”3. Se trata de figuras que atraviesan las distintas so de la no-violencia. Como se dijo unos párrafos
dimensiones del pensamiento de Merleau-Ponty atrás, la violencia es un factum del mundo his-
y que constituyen rasgos inherentes de su filoso- tórico. Ahora bien, Merleau-Ponty señala que en
fía. Desde esta perspectiva, la comprensión de la un mundo atravesado por la violencia existentes
vida colectiva bajo la figura de “nudo” que utili- dos formas de está: una que tiene por finalidad
za en las Nota a Maquiavelo hace referencia a la perpetuar la violencia; otra, cuyo objetivo es ter-
inexpugnable relación de reciprocidad entre los minar con la violencia. La violencia del comunis-
seres humanos, una reciprocidad que, vale acla- mo, por lo tanto, no puede ser medida a partir de
rar, nunca implica una identidad absoluta entre el ideas abstractas sino a partir de sus objetivos de
“yo” y los “otros”4. eliminar toda violencia.
Sin embargo, la problematización en tor-
no a la violencia no se limita, ni en Maquiavelo ni Humanismo abstracto y humanismo real
en Merleau-Ponty, a una simple descripción que
pueda derivar en un pesimismo extremo. El filó- A diferencia de las tradiciones que hacen
sofo francés dice sobre florentino que “el pesi- de Maquiavelo la encarnación de Satán (cfr. Ma-
ritain, 1959, p. 232), Merleau-Ponty ve en el pen-
3 Emmanuel de Saint Aubert, en su libro Du êtres aux élé- samiento del florentino un sentido profundamen-
ments de l´être, (Paris: Vrin, 2004) habla del empiètement te humanista. Sin embargo, el filósofo francés
como noción fundamental en la filosofía merleau-pontya-
na. La palabra empiètement dentro del pensamiento mer-
aclara que dicho sentido humanista sólo puede
leau-pontyano es hoy mismo tema de debate. Puede signifi- entreverse desde una forma determinada de com-
car tanto “invasión” como “usurpación”. José María Brech prender el humanismo.
en su libro Merleau-Ponty. Una aproximación a su pensa-
miento (Antropos, Barcelona, 2003). En esta obra, el autor Si llamamos humanismo a una filosofía del hombre interior
traduce la palabra empiètement por “intrusión recíproca”.
que no encuentre dificultad de principio en sus relaciones
4 Merleau-Ponty recoge, en otros textos, a su vez, el con-
cepto husserliano de ineindender, de ser uno en el otro. con los demás, ninguna opacidad en el funcionamiento so-
Cabe destacar que, en “Filosofía y no-filosofía después de cial, y que sustituya la cultura política por la exhortación
Hegel”, Merleau-Ponty relaciona el pensamiento de Hegel moral, Maquiavelo no es un humanista. Pero si llamamos
con un concepto característico de la fenomenología husser- humanismo a una filosofía que afronte como problema las
liana: el de “uno-en-el-otro” (Ineinander). “La conciencia,
relaciones entre los hombres y la constitución entre ellos
el verdadero progreso de un saber consiste, no en una com-
paración exterior de dos términos, sino en el Ineinander de una situación y de una historia que le sean comunes, hay
objeto-saber, noesis-noema que se entrecruzan” (Merleau- que reconocer entonces que Maquiavelo formuló algunas
Ponty, Notes des tours au Collège de France 1958-1959 et de las condiciones de todo humanismo serio (Merleau-Pon-
1960-1961, p. 301).
18
Symploké revista filosófica Merlau-Ponty y la encrucijada...

ty, 1960, p. 279). en la comprensión del hombre como ser situado


e histórico, rodeado e interpelado por los otros.
En las palabras de Merleau-Ponty se en- La posición del filósofo francés en este tema se
cuentra una problematización fundamental en encuentra profundamente anudada con las críti-
torno a la cuestión del humanismo. Habría, a cas hacia las “filosofías pacifistas y optimistas”.
grandes rasgos, dos formas de humanismo: uno No se trata de negar los valores del humanismo,
que parte de una idea abstracta del hombre; otro como tampoco de negar la moral, sino de no re-
que, por el contrario, parte de la idea del hombre ducirlos a meros discursos o ideas sin una corres-
a partir de su concretitud existencial. Maquiavelo pondencia en el mundo histórico.
sería un humanista en el segundo sentido del tér-
mino. No estábamos equivocados en 1939 al querer la libertad, la
En este punto, cabe destacar que la dis- verdad, la felicidad, las relaciones transparentes entre los
cusión en torno al humanismo es central, tanto hombres, y no renunciar al humanismo. La guerra y la ocu-
dentro de la filosofía moderna como dentro de pación nos han enseñado solamente que los valores siguen
la filosofía contemporánea. La posición de Mer- siendo nominales y que no tienen ningún peso sin una in-
leau-Ponty, en torno a esta cuestión, es semejante fraestructura económica y política; es más: los valores no
a la de Sartre, es decir, Merleau-Ponty reivindi- son nada, en la historia concreta, sino una manera distinta
ca un pensamiento humanista5. Sin embargo, el de designar las relaciones entre los hombres según estas se
humanismo merleau-pontyano, al igual que el de establezcan por el modo de su trabajo, de sus amores, de sus
Sartre, no debe ser considerado bajo el modo de esperanzas y, en una palabra, de su coexistencia (….). En la
un “humanismo abstracto”, lo que significa que coexistencia de los hombres, a la cual estos años, nos han
se trata de un humanismo que no se fundamen- despertado, las morales, las doctrinas, los pensamientos y
ta en una especie de idea universal de Hombre. las costumbres, las leyes, los trabajos, las palabras se ex-
Tanto Sartre como Merleau-Ponty critican el hu- presan unos con otros, todo lo significa todo. No hay nada
manismo esencialista que toma como punto de fuera de esta fulguración de la existencia (Merleau-Ponty,
apoyo la idea universal de hombre6. 1963, p. 268).
Frente al “humanismo abstracto”, Mer-
leau-Ponty propone un humanismo que se funda- Merleau-Ponty apuesta por un humanis-
menta en las condiciones reales de la existencia mo “hecho carne”. Esto significa que si el reco-
intersubjetiva. El “humanismo real” no es un dis- nocimiento entre los hombres no se da sobre un
curso moralista, ni una serie de premisas filosó- suelo concreto, donde converjan las relaciones
ficas que partirían de una conceptualización me- económicas, el sistema legal, las instituciones
tafísica del hombre. Por el contrario, se asienta políticas, sólo se trata de una mera abstracción.
La idea de “dignidad humana” si no se realiza
en la coexistencia concreta de los hombres queda
5 Etienne Bimbenet sostiene que Merleau-Ponty no re- reducida a un mero lema de una liturgia vacía.
duce al hombre a las categorías de “inacabado” o de “li-
bre”, al modo del existencialismo sartreano, sino que Maquiavelo se presenta, por tanto, como un pen-
aborda el problema de lo humano como algo misterioso y sador que comprende al humanismo desde esta
desconcertante. A partir de esto, realiza la afirmación de perspectiva. El príncipe y los Discursos hablan
que Merleau-Ponty no es humanista ni antihumanista. No acerca de la posibilidad real de un humanismo.
es la intención de este trabajo discutir la posición de Bim-
benet, sino tan sólo atenernos a los escritos merleau-pon-
tyanos de la década del 40. Bimbenet señala un giro entre Pero ¿dónde está el beneficio para el humanismo? En pri-
el pensamiento del fenomenólogo francés en los años ´50 mer lugar está en que Maquiavelo nos introduce en el me-
(cfr. Bimbenet, Etienne, Nature et humanité. Le probléme dio propio de la política y nos permite medir de cerca el
anthropologique dans l´oeuvre de Merleau-Ponty, Paris : trabajo a realizar si es que queremos poner en ella alguna
Vrin, 2004, p. 11.) verdad. Además, en esto otro: se nos muestra un comienzo
6 En el caso de Sartre las críticas a este tipo de humanis-
mo se encuentran tanto El existencialismo es un humanis- de humanidad que emerge de la vida colectiva a espaldas
mo como en Reflexiones acerca de la cuestión judía. En del poder, por el solo hecho de que busca seducir las con-
este último texto, Sartre crítica duramente el humanismo
liberal y la forma en que defiende los derechos del Hombre ciencias (Merleau-Ponty, 1960, p. 268).
Universal, en vez de defender los derechos de los hombres
concretos. El planteo realizado en este último texto es muy El humanismo de Maquiavelo es esen-
semejante al que Merleau-Ponty lleva a cabo en Humanis-
mo y terror, al criticar el humanismo abstracto del libera- cialmente un humanismo político y, a partir de
lismo.
19
Symploké revista filosófica diciembre 2017

ello, Merleau-Ponty lo considera un antecesor a Frente al “humanismo abstracto”, Mer-


su propio posicionamiento. En Maquiavelo, el leau-Ponty propone un humanismo que se funda-
humanismo no es un elogio ni una caricaturiza- menta en las condiciones reales de la existencia
ción del hombre. Por el contrario, se trata, por un intersubjetiva. El “humanismo real” no es un dis-
lado, de comprender lo concreto de la existencia curso moralista, ni una serie de premisas filosó-
humana a partir de la experiencia histórica en un ficas que partirían de una conceptualización me-
mundo social y cultural; por el otro, se trata de tafísica del hombre. Por el contrario, se asienta
apostar por una realización del humanismo como en la comprensión del hombre como ser situado
reconocimiento recíproco entre los hombres, e histórico, rodeado e interpelado por los otros.
cuestión que sólo puede llevarse a cabo política- Desde esta perspectiva, Merleau-Ponty hablará
mente. Es, por lo tanto, en esta esfera donde se de la preocupación de Marx en torno a un huma-
juega la “verdad del humanismo”. No existe más nismo real.
humanismo serio que el que espera, a través del Precisamente, en el artículo “Marxismo y
mundo, el reconocimiento efectivo del hombre filosofía”, Merleau-Ponty crítica la variante ob-
por el hombre; no puede proceder pues al mo- jetivista del marxismo y sostiene que ni el me-
mento en el que la humanidad alcanza sus medios canicismo ni el cientificismo son categorías apli-
de comunicación y de comunión (Merleau-Ponty, cables al pensamiento de Marx. En debate con
1960, p. 268). Naville y con Garaudy, Merleau-Ponty sostiene
En este aspecto, Merleau-Ponty reivindi- lo siguiente:
ca de Maquiavelo la forma en que el pensador
florentino comprende existencia humana como Todo el mundo tiene el derecho de adoptar la filosofía que
imbricación recíproca entre los hombres. Mer- más le guste, por el ejemplo, el cientismo y el mecanicismo
leau-Ponty sostiene que el florentino “indica que durante mucho tiempo han sido el pensamiento de los
como único recurso este tener presentes a los de- medios radicales socialistas. Pero hay que saber decir que
más en el momento en que renunciamos a opri- este género de ideología nada tiene en común con el mar-
mirles y encontrar el éxito en el momento que xismo (Merleau-Ponty, 1963, p. 222).
renunciamos a la aventura y escapara al destino
en el momento en que comprendemos nuestro Para Merleau-Ponty, Marx abordó, preci-
tiempo” (Merleau-Ponty, 1960, p. 276). Por eso, samente, dos frentes de lucha: el idealismo y el
Merleau-Ponty ve en Maquiavelo a un pensador mecanicismo. Así como Maquiavelo se encontra-
donde el humanismo sólo tiene sentido si se en- ba en una dimensión que no era ni el cinismo ni
cuentra encarnado en la verdad efectiva (veri- la ingenuidad, el pensamiento de Marx se con-
tà efetualle) de la vida de los hombres. trapone tanto al idealismo como al mecanicismo.
En este sentido, Merleau-Ponty vincula En términos del propio Merleau-Ponty, ambas
el pensamiento de Maquiavelo con el de Marx. tendencias, tanto el idealismo como el mecani-
En la “Nota sobre Maquiavelo”, el fenomenólogo cismo, son posiciones extremas que, o bien redu-
francés relaciona explícitamente a ambos autores cen al hombre a un mero resultado de relaciones
a partir de una problemática común: el humanis- causales externas, o bien, hacen del hombre una
mo real. En este escrito, Merleau-Ponty, realiza pura espontaneidad, desligada de todo condicio-
la siguiente afirmación: “Podemos concluir que, namiento. Lo propio del pensamiento de Marx,
cien años después de Marx, el problema de un aquello que Merleau-Ponty reivindica de él, es,
humanismo real sigue siendo el mismo, y mos- precisamente, no incurrir en ninguna de estas po-
trar un poco de indulgencia para con Maquia- siciones.
velo, que no podía más que entreverlo” (Mer- Merleau-Ponty retoma varias de las tesis
leau-Ponty, 1960, p. 282). Si bien las palabras explícitas de Marx para señalar una comprensión
de Merleau-Ponty surgen a partir de una crítica del problema en torno a lo humano que hace de
que podría hacérsele a Maquiavelo, lo que cabe lo social una dimensión constituyente de su ser,
resaltar es que, desde la problemática del huma- pero no algo externo. “El individuo es un ser so-
nismo real, el filósofo francés vislumbra un hilo cial. El hombre es un ser existente para sí mismo,
conductor entre Maquiavelo, Marx y su propio por tanto, un ser genérico. El hombre no está en
pensamiento, un problema que, según el autor, la sociedad como un objeto en una caja, la asu-
atraviesa los siglos. me por aquello que posee de más interior” (Mer-
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Symploké revista filosófica Merlau-Ponty y la encrucijada...

leau-Ponty, 1963, p. 228). Queda claro, entonces, (verità efetualle) de la vida de los hombres. Pre-
que la comprensión marxiana del hombre como cisamente: El aporte de Maquiavelo al humanis-
ser genérico, que remite a su vez al universal par- mo es semejante al de Marx: no partir de ninguna
ticular hegeliano, hace del hombre un complejo esencia humana apriorística, ni llevar a cabo una
sistema de relaciones en donde lo interior se ar- abstracción de las determinaciones socio-histó-
ticula con lo exterior en una relación dialéctica ricas del hombre para constituir una reducción
en donde ninguna de las dos dimensiones queda metafísica que defina al hombre a partir de cier-
anulada. ta noción de interioridad. Si se entiende al “hu-
En este sentido, la posición de Mer- manismo” desde esta perspectiva, es decir, si se
leau-Ponty frente al pensamiento de Marx es muy reduce el humanismo al “humanismo abstracto”,
clara y se evidencia al responder la pregunta en Merleau-Ponty señala que Maquiavelo no es, en
torno al “motor de la historia”. forma alguna, un humanista.
El humanismo de Maquiavelo es esen-
Si no existe ni una naturaleza social dada fuera de nosotros, cialmente un humanismo político y, a partir de
ni el Espíritu del mundo, ni el movimiento propio de las ello, Merleau-Ponty lo considera, en parte, un an-
ideas, ni la conciencia colectiva, ¿Cuál es pues para Marx tecesor a su propio posicionamiento. Ni en Ma-
el conductor de la historia y el motor de la dialéctica? Es quiavelo, ni en Marx, ni en Merleau-Ponty, el hu-
el hombre comprometido en un cierto modo de apropiación manismo es un elogio ni una caricaturización del
de la naturaleza en la que se dibuja el modo de sus relacio- hombre. Por el contrario, se trata, por un lado, de
nes con los demás, es la intersubjetividad humana concreta, comprender lo concreto de la existencia humana
la comunidad sucesiva y simultanea de existencias en vías a partir de la experiencia histórica en un mundo
de realización en un tipo de propiedad que ellas sufren y social y cultural, por otro, se trata de apostar por
que ellas transforman, cada una creada por otro y creándolo una realización del humanismo como reconoci-
(Merleau-Ponty, 1963, p. 228). miento recíproco entre los hombres, cuestión que
sólo puede llevarse a cabo políticamente. Es, por
Para Merleau-Ponty, hay un humanismo lo tanto, en esta esfera donde se juega la verdad
dentro del pensamiento de Marx7, un humanis- del humanismo. “No existe más humanismo serio
mo que parte de la comprensión de la condición que el que espera, a través del mundo, el reco-
humana como una dialéctica abierta en donde el nocimiento efectivo del hombre por el hombre;
hombre se constituye y es constituido por el mun- no puede proceder pues al momento en el que la
do natural y cultural. La figura de empiètement humanidad alcanza sus medios de comunicación
y la de Ineinander, por tanto, se presentan como y de comunión” (Merleau-Ponty, 1960, p. 276).
fundamentos de un humanismo real.
El humanismo, para Merleau-Ponty, si no Conclusión
se encuentra encarnado en infraestructuras polí-
ticas y económicas, si no se trata de relaciones En la interpretación del pensamiento de
concretas entre los hombres, no es más que un Maquiavelo, realizada por Merleau-Ponty, con-
simple nominalismo. En el caso de Maquiave- vergen en un entramado dialéctico la exégesis
lo, Merleau-Ponty sostiene que el florentino “in- de la obra del florentino con problemáticas que
dica como único recurso este tener presentes a se dan dentro del campo histórico de mediados
los demás en el momento en que renunciamos del siglo XX. Hay, por lo tanto, en el abordaje
a oprimirles y encontrar el éxito en el momen- de Merleau-Ponty sobre el Florentino, un doble
to que renunciamos a la aventura y escapara al interés: por un lado, cierta rehabilitación de Ma-
destino en el momento en que comprendemos quiavelo por fuera de la vulgata moralista y de
nuestro tiempo” (Merleau-Ponty, 1960, p. 276). la comprensión positivista de la ciencia política;
Por eso, Merleau-Ponty ve en Maquiavelo a un por otro, existe el interés, siempre presente por
pensador donde el humanismo sólo tiene sentido parte de Merleau-Ponty, de comprender el pro-
si se encuentra encarnado en la verdad efectiva pio tiempo, con sus dilemas y cuestiones abiertas,
por fuera de todo dogmatismo y de toda respuesta
7 En este punto, son notorias las diferencias entre Mer- sencilla.
leau-Ponty y las reinterpretaciones del pensamiento de El mundo de la experiencia es el mundo
Marx como “antihumanismo” sugidas, principalmente, a de lo incierto, el mundo donde el hombre se ve
partir de Althusser.
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

interpelado ineludiblemente a la acción en me-


dio delos otros hombres, siendo libre y responsa- Bibliografía
ble de sus actos más allá de que haya o no haya
concordancia entre intenciones y resultados. En Bimbenet, Étienne, Nature et humanité. Le pro-
el pensamiento de Maquiavelo habita un carácter bléme anthropologique dans l´oeuvre de
ambiguo, paradojal, trágico, que es lo que Mer- Merleau-Ponty, Paris : Vrin 2004.
leau-Ponty recupera y reinterpreta a la luz de su De Saint Aubert, Emmanuel d, Du êtres aux élé-
propia filosofía. Precisamente, el concepto de hu- ments de l´être, Paris: Vrin, 2004.
manismo real tiene como correlato el carácter in- Gramsci Antonio, Notas sobre Maquiavelo, sobre
expugnable de la experiencia concreta en el mun- la política y el Estado moderno: Buenos Ai-
do, una experiencia que retrotrae ineludiblemente res: Nueva  Visión, 1975.
a la idea de “Comunión de Santos negra”. Horkheimer, Max, Historia, metafísica y escepti-
Frente al humanismo abstracto, Mer- cismo, Madrid: Alianza, 1982
leau-Ponty ve en Maquiavelo un antecesor de Maquiavelo, Nicolás, Discursos sobre la primera
sus propias tesis acerca del carácter situado de la década de Tito Livio, Buenos Aires: Losada,
existencia. Como se ha señalado a lo largo del 2004.
trabajo, Merleau-Ponty es un pensador crítico de Maquiavelo, Nicolás, El príncipe, Buenos Aires:
los sistemas de valores que no se realizan en el Colihue, 2013.
terreno de la praxis y de un “humanismo” que no Maritain, Jacques, El alcance de la razón, Bue-
se encuentre arraigado en las relaciones concretas nos Aires: EMECÉ, 1959.
con los hombres. En este aspecto, Merleau-Ponty Marx, Karl, Manuscritos de 1844, Buenos Ai-
apuesta por un humanismo real, del cual conside- res:Arandú, 1968.
ra como antecesores no sólo a Maquiavelo sino Merleau-Ponty, Maurice, Humanisme et terrouer,
también a Marx. En este sentido, la intersubje- Paris: Gallimard, 1947.
tividad es la única dimensión en donde es posi- Merleau-Ponty, Maurice, Notes des cours au Co-
ble pensar un humanismo concreto, que tenga en llège de France. 1958-1959 et1960-1961,
cuenta las condiciones históricas que atraviesan Gallimard, Paris, 1996.
las relaciones entre los hombres, relaciones que Merleau-Ponty, Maurice, Phénoménologie de la
no se definen por contrato sino a partir de un ha- perception, Paris: Gallimard, 1945.
cer activo. Merleau-Ponty, Maurice, Parcours deux 1951-
Esto hace que, a diferencia de Benedet- 1961, Lagrasse, Verdier, 2000.
to Crocce, Merleau-Ponty no vea a Maquiavelo Merleau-Ponty, Maurice, Sens et non-sens, Paris:
como aquel que ha separado la ética de la políti- Gallimard, 1963,
ca, sino que vea en el pensamiento del florentino Merleau-Ponty, Maurice, Signes, Paris: Galli-
un entrecruzamiento entre moral y política que mard, 1960.
se encuentra fundado en una comprensión del Sartre, Jean Paul, Critique de la raison dialecti-
mundo que trasvasa el dualismo entre un mundo que. Tome II (inachevé). L´intgelligilibite de
de valores eternos, verdaderos e inmutables y un l. Historie, París: Gallimard, 1985.
mundo terrenal, efímero, axiológicamente infe-
rior y carente de verdad. En este sentido, el rea-
lismo de Maquiavelo tiene, según Merleau-Pon-
ty, como finalidad la superación de las relaciones
sociales existentes para la conformación de una
nueva sociedad en donde el humanismo no sea
una mera idea, sino la encarnación concreta de
los valores fundados en el reconocimiento verda-
dero entre los hombres verdaderamente existen-
tes. Para Merleau-Ponty, Maquiavelo propone, al
igual que Marx, que la moral debe estar fundada
en condiciones reales de existencia y no perma-
necer como un ídolo sobre un altar, más allá de
nuestro mundo, más allá de los hombres.
22
Symploké revista filosófica Ser juego: representación y...

Ser juego:
representación y sacralización
Una introducción al concepto de
juego desde Huizinga y Nietzsche*

Lic. Lucas Gonzalo Aldonati


UNSAM

Resumen baucador y el bufón, aumentan el riesgo de una


consolidación moral única y suman mayor incer-
El presente trabajo se propone realizar un tidumbre a la vorágine existencial.
análisis filosófico sobre el concepto de juego des-
de la obra de Johan Huizinga y Hans-Georg Ga-
damer, con el fin de allanar el camino para lograr I. Ser ↔ juego: la preparación para un análi-
una comprensión más clara y significativa del rol sis ontológico.
que cumple el juego en la filosofía propositiva
del espíritu libre que aborda Friedrich Nietzsche Pensar al ser no es una tarea sencilla. Pues
en su obra Zaratustra. El juego, según afirman el simple hecho de pensar no lo es. Sin embar-
los autores mencionados, es cosa seria y, además, go, la complejidad que requiere pensar algo y,
anterior a la formación de toda cultura. El juego por sobre todo, el querer pensar al ser, no debe
remite al hombre a recuperar su estado y senti- anteponer las conductas serias. El espíritu de la
miento animal, instintivo y pasional. Al involu- pesadez no se debe justificar nunca. El tiempo
crarse en el juego, el jugador despierta el deseo de la tragedia y de las caras largas ha perdura-
y pone en movimiento la presentación y autore- do demasiado. Quien se toma en serio el juego,
presentación de su ser, por lo tanto, el jugar da pierde. Pero quien no se involucra con el juego y
cuenta del modo en el que el jugador se asume no lo toma en serio pierde mucho más. Entonces
como tal. Es válida la pregunta: ¿soy verdadera- ¿cómo reaccionar ante la tarea del pensar? Pen-
mente un jugador autentico, es decir, alguien que sar puede ser comprendido como un ejercicio lú-
se asume propiamente? A sabiendas que no que- dico. Pensar es un juego de alto impacto. Es un
rer jugar es un estar-ya-jugando. La vida misma jugar que influye directamente en el ser del que
es un tablero y un ámbito de juego en todas sus juega a pensarse. El juego es juego que apasiona
dimensiones que exige constantemente la tirada y atrapa siempre que deviene juego de niño. Por
de dados y la puesta en riesgo del azar. El jue- la inocencia y ligereza que el niño pone al jugar.
go transforma el espacio en un espacio sagrado, El niño, en su jugar, se lanza de manera plena al
ceremonioso y hace vivenciar al tiempo de una juego. En este caso, en el juego del pensar, puede
manera distinta en el que no importa más nada, tratarse de un juego propio de niños que juegan a
sino tan sólo jugar. Las máscaras de los jugadores ser científicos, especialistas, sabios. Por ende, no
sirven de apoyo para contrarrestar el abismo, sin se trata de un pensar que se limita a poner en jue-
embargo, figuras como el loco, el poeta, el em- go a la razón con la imaginación, sino más bien
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

de un juego que trasciende el orden intelectual y principalmente, según Huizinga, en el juego del
que busca sintonizarse con el movimiento corpo- animal y del niño. Esto indica que el juego abar-
ral. El juego, entre cuerpo y espíritu, convoca al ca los distintos ámbitos de la vida. Sobre todo,
juego del ser. El ser se descubre y se oculta jugan- las personas juegan en sus actividades cotidianas
do. Ese es el movimiento en el que se advierte el sin ser consciente de que lo que están llevando a
tiempo del ser. Y, en tanto no hay ser sin tiempo, cabo constituye un juego. Lo curioso del juego
no hay tampoco ser que no juegue. Ser, es pues, yace en el hecho de que los jugadores, al estar
un estar-ya-jugando. en juego, son llevados a un espacio-tiempo que
Johan Huizinga, en su obra Homo Ludens, traspasa los límites de la ocupación meramente
presenta una serie de descripciones y de maneras biológica o fisiológica. Que traspasa también el
de abordar el juego que invitan a hacer jugar al tiempo ordinario de trabajo. “En el juego «entra
pensar. Presenta caminos a partir de los cuales es en juego» algo que rebasa el instinto inmediato
posible analizar el concepto de juego de manera de conservación y que da un sentido a la ocupa-
filosófica. Al mismo tiempo abre puertas desde ción vital. Todo juego significa algo”1. Cuando el
las cuales es posible introducirse al pensamiento jugador se sumerge por completo en la intensidad
lúdico de Nietzsche. En la citada obra, el autor del juego, el espíritu de éste, queda abierto.
comienza afirmando que el juego es anterior a El espíritu se entrega a la posibilidad de
toda cultura; que los animales no han esperado al que algo se le revele. El movimiento propio del
hombre para aprender a jugar y que el juego no juego, las formas, los colores, los actores, etc.,
excluye la seriedad como generalmente se cree. abren un campo de matices al ojo del jugador que
Ahora bien, las problemáticas integradas en estas le permiten encontrarse o encontrar algo que per-
afirmaciones que, vale la aclaración, no son las manecía oculto. De todos modos, el jugador no
únicas que asume Huizinga en su obra, son abor- entra en juego precisamente para que algo se le
dadas también por Nietzsche. Pero ¿por qué in- revele. Mucho menos se predispone siempre de
gresar entonces al análisis del concepto de juego manera consciente para jugar. Por lo tanto, el por
en Nietzsche desde Huizinga? En parte porque su qué y el para qué del juego no son las preguntas
obra desarrolla de manera clara y argumentativa más adecuadas en el camino hacia una interpreta-
elementos que en la obra nietzscheana se hayan ción de lo que el juego es. Pues, desde el por qué
descritas poética y aforísticamente. Por otro lado, y el para qué, el análisis se inclina hacia una in-
sería imperdonable no abordar la reconocida obra terpretación utilitaria o materialista del juego. Lo
de Huizinga cuando de lo que se trata de estudiar importante hasta el momento es reconocer que
es el concepto de juego. cualquier jugador –ya sea animal, niño u hombre
Para comenzar a abordar el concepto de adulto– entra en juego porque el jugar un juego es
juego es preciso comprender ciertas cuestiones algo natural que lo constituye desde su nacimien-
generales. El juego, al convertirse en objeto de to mismo. Se sobreentenderá entonces que tanto
análisis, termina siendo conceptualmente indefi- los niveles de complejidad de cada juego como la
nible. El Juego escapa en cierta forma al lengua- infinidad de estilos que pueden encontrarse son
je. Pues sólo es posible rondar lo que el juego características derivadas. Los cambios que se in-
es. Esto se debe a que el juego no permite desde troducen en cada juego son el rostro mutado de
sí mismo ser ubicado bajo una sola definición. una actividad de la que es imposible escapar. Ju-
Justamente porque el juego juega. En su jugar, gar es una actividad inevitable.
el juego exige desbordar, corromper o falsear los El juego expresa y libera tensión como
límites para no aburrir ni aburrirse. El juego evita uno de sus elementos centrales. Él ofrece alegría
desde su movimiento caer en lo absurdo. En el y broma, pero también su contra cara, es decir,
jugar se presentan comportamientos que son pro- seriedad y preocupación. Tiene reglas porque las
pios del estar jugando. Allí, acaece la actitud y el necesita. Pero también permite que surja el caos.
rol del jugador. El jugador debe, para que el juego Se muestra como constituido por probabilidades
no devenga algo tedioso, estar dispuesto a jugar. seguras. Presenta un margen de cosas que pueden
Pero el jugar no es un simple estar ocupado en ocurrir. Sin embargo, es, al mismo tiempo, azaro-
algo. En el jugador que está involucrado con su so. Se abre, se libera y se corrompe a sí mismo y
juego hay gestos ceremoniosos, reglas, aparien-
cias, pasión y goce. Estos elementos se descubren 1. Huizinga, Johan, Homo Ludens, tr. Emilio Imaz,
(2014), Madrid, Alianza, p. 14.
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Symploké revista filosófica Ser juego: representación y...

a quienes están involucrados en él. El mundo del Huizinga recupera la formación y el uso
juego es en su totalidad un círculo inaprensible. del lenguaje como juego. Según Huizinga, el jue-
En él, la razón por sí sola no alcanza a compren- go se expresa en un sentido medio (der mediale
der lo que acontece. Por ello, los sentimientos, Sinn). Cuando se suele decir que “algo juega”,
la imaginación y el abandonarse del jugador re- “algo se juega” o “algo está en juego”, no se pone
sultan simpáticamente inseparables e imposibles de relieve al jugador. Bajo estas expresiones si
de ausentarse en el estar jugando. Cuando el ju- quisiera hablarse en términos de sujeto, el sujeto
gador se sumerge por completo en la ocupación es el juego mismo. ¿A qué refiere esta medianía?
del jugar, éste le revela algo. Jugar comprometi- A la toma de posición del jugador en el jugar. El
damente revela algo nuevo. Trae a la presencia nombrar las cosas no debe resultar un modo de
algo que antes yacía oculto. En primera instan- imposición y dominación del espíritu sobre los
cia, el jugar presenta al jugador como jugador. En entes. El nombrar, por ejemplo, debe tomarse
segunda instancia, el jugador, se representa a sí como una relación en la que juego y lenguaje
mismo como un ser que está inmerso en un ám- fluyen hacia la afirmación y ligereza de la vida.
bito de juego. Jugar permite dar a conocer, desde Un vínculo en el que ninguna parte se impone
su expresión práctico-material, el espíritu del ju- ni domina, sino que invita a recrearse cada una a
gador. “La existencia del juego corrobora cons- partir de la otra. “Jugando fluye el espíritu crea-
tantemente, y en el sentido más alto, el carácter dor del lenguaje constantemente de lo material a
supralógico de nuestra situación en el cosmos”2. lo pensado. Tras cada expresión de algo abstracto
En pocas palabras, en este juego de presentacio- hay una metáfora, y tras ella, un juego de pala-
nes y representaciones, el jugar revela el modo de bras. Así, la humanidad se crea constantemente
ser del que juega. su expresión de la existencia, un segundo mun-
Como en el juego cabe algo que va mucho do inventado, junto al mundo de la naturaleza”3.
más allá de lo explicable mediante la razón, es Este ejemplo dado por Huizinga permite pensar
preciso brindarle importancia a la parte irracio- el juego lingüístico empleado por Nietzsche a lo
nal e inexplicable que pertenece a todo juego. A largo de sus obras. Nietzsche ha llevado a cabo
saber, lo que se presenta en el jugar puede ser un juego de estilos: su escritura fragmentaria,
familiar o extraño. Sin embargo, lo familiar no aforística, poética, metafórica. El uso de los sím-
implica seguridad ni lo extraño algo hostil. La bolos para otorgarle mayor expresión al texto y
vertiginosidad del juego puede llevar a que lo ex- brindarle calidez. Ha sabido en su juego compro-
traño resulte ser algo cercano y lo familiar algo meter e interrogar al lector. Un modo de escribir
pavoroso. En otros casos, lo revelado simple- que a su vez se adapta, en ciertas ocasiones, a su
mente aparece con un nivel conceptual o simbó- salud. La lucidez relampagueante de Nietzsche
lico inaprensible. Cuando esto sucede, la magia se refleja en esas síntesis monstruosas pensadas
termina ocultándose en un nivel inconsciente o quizás durante una caminata o bajo el efecto de
siendo simplemente olvidado. En este juego de un acontecimiento “casual”.
revelación y ocultación del ser, la interpretación La posibilidad de jugar con el lengua-
hermenéutica que realiza Gadamer en Wahrheit je está presente en Nietzsche a lo largo de toda
und Methode resulta de gran ayuda. En la men- su obra. Pero su juego ha sabido tomar distintos
cionada obra, el juego es un camino privilegiado tintes. Según el momento se presenta como me-
en el que se expresa el ser. Teniendo en cuenta tafísico, existencial, literario o fisiológico. Y, en
que las grandes ocupaciones primordiales de la la mayor parte de los casos, como un juego que
vida humana están constituidas por el juego. entremezcla estilos y maneras de pensar que de-
rivan al juego, por medio de la imposición de su
II. El lenguaje y sus estilos como juego voluntad, a alturas nunca antes alcanzadas. Esto
ocurrió porque Nietzsche se prestó al juego de de-
jar volar su imaginación. De este modo, su pluma
2. Ibid., p. 17. Se recordará entonces a Nietzsche afirmando lograba deslizarse ligeramente en sintonía con
que no tiene dudas que los dioses ríen de manera sobrehu-
mana. En este caso, los dioses también juegan como dioses
sus experiencias y pensamientos. Pero, también,
y su modo de jugar da cuenta del modo en que este concibe ha sabido aportar al juego su toque personal. Ha
al mundo. Lo mismo pasa en otra medida con el hombre en utilizado al juego para advertir a sus lectores de
tanto ríe y juega. En su reír y jugar da cuenta de la concep-
ción del mundo y de sí mismo que alberga. 3. Ibid., p. 19.
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

la innumerable cantidad de peligros que se ocul- ción directa con lo sacro. Debido a esto, los con-
tan detrás de los convencionalismos. ¿Qué ma- ceptos y el modo de interpretarlos se han fijado y
yor juego de convenciones que el lenguaje? La mantenido a lo largo del tiempo. Cuando el nivel
palabra que muestra es la que oculta. Detrás de de seriedad en el juego es excedente, las posibi-
la palabra que para muchos canta una verdad, en lidades de confundir lo sagrado con lo originario
definitiva, puede haber nada. Todo mirar es mirary verdadero absoluto son más frecuentes. De esta
abismo y Nietzsche lo sabe. Al saberlo, Nietzscheseriedad y perduración en el tiempo se deriva que
juega, ríe y danza sobre el abismo. Juega enton- algunos conceptos hayan quedado para ciertas
ces a aniquilar y crear como un artista. En este culturas fuera de discusión o hayan sido afecta-
caso, como un artista del lenguaje. La crítica aldos por algún movimiento de cambio. Esto ocu-
uso del lenguaje en Nietzsche es un punto fuer- rre desde que hay lenguaje y sobre todo cultura.
te que busca producir quiebres, aniquilamientos. La necesidad del hombre primitivo por explicar
Por ello, Nietzsche se detiene en gran parte de su
lo terreno lo condujo, según Huizinga, a fundir
obra a tratar la cuestión4. Como dice Huizinga, la
las cosas materiales con una dimensión divina.
humanidad crea y se recrea a través del lengua- El espíritu inventivo, jugando entre la seriedad y
je. Esto Nietzsche lo advirtió y, lejos de quedar-
la broma, encuentra bajo la necesidad apremiante
se con una actitud pasiva frente al nihilismo lin-
de encontrar explicaciones a su existencia sig-
güístico de su tiempo, se condujo precisamente a nos y señales de carácter sagrado que le brindan
proponer soluciones. Atacó fuertemente la falta cobijo5. Esa conformación de elementos que lo
de recreación y la aceptación impropia de ciertosayudan a sustentarse se fue trasmitiendo y fijando
significados que se erigen desde antaño como in- como máscara a la piel hasta instaurarse en cier-
tocables. Bien, Dios, bello, etc. Todos conceptostos casos como verdad absoluta e indiscutible.
que están vinculados desde la filosofía platónicaUn ejemplo de esta trasmisión se da a través del
con lo perfecto y lo divino inmutable. El juego mito y del culto. En él, “la comunidad primitiva
en Nietzsche consistió entonces en llevar a cabo realiza sus prácticas sagradas, que le sirven para
una transvaloración de los valores. El filósofo-ar-
asegurar la salud del mundo, sus consagraciones,
tista, el espíritu libre, el niño o el bufón, sólo por
sus sacrificios y sus misterios, en un puro juego,
nombrar algunos de los personajes de la filosofíaen el sentido más verdadero del vocablo”6. Tanto
nietzscheana, toman entre manos la posibilidad del mito como del culto parten las grandes fuer-
de crear y recrear los conceptos. Estas figuras zas impulsivas de la vida cultural. Por ello, no
fuera de esquema se permiten y se adjudican el será ajena la crítica de Nietzsche que divide entre
derecho de dar un nuevo valor y un nuevo orden a moral de esclavos y de señores; el análisis ge-
las cosas. Precisamente porque han sabido captar nealógico de la culpa (Schuld); la intencionalidad
que en el movimiento circular del juego pueden escondida entre lo bueno y lo malo; la invención
desencadenar con pies de palomas su propia tem- de la promesa y el ocultamiento del olvido, etc.
pestad. Parten, así, de una nueva forma de valo- En fin, en muchos casos la crítica de Nietzsche se
rar. Queda claro entonces que uno de los modos dirige a la formación de reglas que al instaurarse
en los que expresan su juego se da por medio del como verdades absolutas torturan la existencia y
lenguaje. tornan al espíritu en algo pesado.
En el juego se juega la constitución de la
III. Cultura, concepto y seriedad moral. Si recuperamos la mirada de Nietzsche
sobre la fijación de la culpa en la consciencia
Huizinga analiza la constitución del mito del hombre Occidental, encontramos también la
y la puesta en escena del acto cultual. Descubre ausencia de la risa y del juego durante los actos
que por medio de estas representaciones se lleva sagrados. El respeto se vinculó estrechamente a
a cabo la instauración de conceptos o términos.
Tanto el culto como el mito mantienen una rela- 5. Los griegos vieron el abismo y no lo negaron, dirá Niet-
zsche. Sin embargo, este no es el caso del cristianismo que
fundó sus bases sobre el abismo para olvidarlo y alejarlo
4. En obras como Sobre verdad y mentira en sentido extra- lo máximo posible. Así, negó la vida, la tierra y la ausen-
moral, Humano demasiado humano, Así habló Zaratustra, cia total de fundamento por otra vida, un lugar más allá de
La genealogía de la moral, sólo por nombrar algunos ejem- mundo y un fundamento último en el que todo se explica y
plos, el tema no sólo está presente, sino que se encuentra del que parte el sentido de todas las cosas.
abordado desde diversas perspectivas. 6. Ibid., p. 19.
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Symploké revista filosófica Ser juego: representación y...

lo serio. Sin embargo, y en esto se basa la tarea La seriedad del juego conduce al jugador a po-
nietzscheana que busca superar la situación ni- ner en suspenso las actividades diarias. Si bien
hilista y decadente de Occidente, no siempre se es un juego en lo que se introduce, el juego no es
ha tomado al chiste, la risa o el juego como algo más que juego. Puede decirse que el jugador ol-
contrario a lo serio. El sentido de irrespetuosidad vida que sabe que eso es un juego. Incluso, sería
fue inyectado posteriormente por el hombre, por propicio pensar que el jugador se olvida del he-
un grupo de hombres con una intencionalidad cho mismo de que es jugador. Los jugadores son
premeditada. Platón, y posteriormente el cristia- simplemente el medio por el cual el juego se ex-
nismo, tendrán mucho que ver en esta división hibe9. Por lo tanto, la importancia no recae en la
metafísica que impacta ante todo en el modo de finalidad que los jugadores quieran alcanzar, sino
relacionarse del hombre con el mundo. La tarea más bien en el movimiento que realizan. Se trata
genealógica de Nietzsche consiste en parte, no en de un movimiento de vaivén que el juego mismo
ir al origen, sino en buscar los puntos de inflexión lleva a cabo como danza (Tanz). Esta circularidad
o de quiebre que ha sufrido un concepto en un le permite renovarse de manera constante en cada
momento determinado de la historia. Elimina, de repetición.
este modo, falsos supuestos y allana el camino
para comenzar a buscar puntos de vista distintos. IV. El niño, el loco y la soledad del jugador
Pues esto sucede claramente con el juego. Ejem-
plos de concepciones que se repiten en lo con- La figura del juglar (Spielmann) expresa
cerniente al juego: “el juego es lo no serio”, “el la libertad propia del movimiento del juego. El
juego es cosa de niños”, “jugar es una pérdida bufón, el loco y el niño son figuras que se aban-
de tiempo”, “hay un tiempo de juego, el recreo”, donan a un movimiento de juego propio. En ellos,
“no corresponde jugar en cualquier lado”. Sin por ejemplo, no hay división entre lo normal y lo
embargo, Huizinga, tiene la necesidad inmediata anormal o entre la realidad y el sueño. Lo que
de afirmar que el juego puede ser algo profunda- para otros es juego y mero azar, para el loco es
mente serio. Nietzsche propone al niño como la el estar en correspondencia con la libertad. Esto
etapa de superación del último hombre. Y ambos, significa que su estar en consonancia con el juego
Huizinga y Nietzsche, conciben al espacio-tiem- se da de tal manera que elimina la tensión entre
po del juego creacional como un salto cualitativo libertad y necesidad. Por lo tanto, en la configu-
en el que hay que aprender a adentrarse. En todo ración del mundo en la que se de-mora se haya
caso, de lo que aquí se trata, entre otras cosas, es como un jugador de carácter auténtico y pleno.
de repensar el concepto de seriedad. Una serie- Su abandonarse coincide con el movimiento lú-
dad que incluya la risa, incluya la ligereza y sea dico que sabe por sí mismo cómo sostenerse. Así
entonces una seriedad juguetona7. es como lo hace la obra de arte por medio de su
Que el juego puede diferenciarse del com- movimiento interno de lucha. Martin Heidegger
portamiento del jugador y que el juego no es cosa en El origen de la obra de arte presenta de ma-
seria quedará, para Gadamer, como una suerte de nera implícita la lucha como juego en torno al
prejuicio histórico. El problema que conduce a movimiento de reposo de la obra de arte. Tenien-
los interpretes a caer en la afirmación de que el do en cuenta esto, Gadamer dirá que “El juego es
juego no es algo serio se debe al hecho que “[el] la realización del movimiento como tal”10. Pues
jugar está en una referencia muy peculiar con la el movimiento del juego libra, como continúa di-
seriedad”8. Esta manera de estar en relación tan ciendo el autor, al jugador de tener que tomar el
peculiar torna difícil percibir lo serio del juego. trabajo de la iniciativa, es decir, de fundar mo-
Una seriedad incluso sagrada (heiliger Ernst). vimiento. El movimiento mismo del juego se da
como natural. Se confunde con la naturaleza. Es
7. De todas formas es notable la relevancia que le da al natural y el loco lo vive así. Sin embargo, su au-
animal ridens aristotélico como una exclusividad fisiológica
del hombre de la cual el juego no puede jactarse debido a
que los demás animales también juegan. 9. Se considera oportuna la traducción que propone el
8. Gadamer, Hans-Georg, Wahrheit und Methode, (1990), Dr. Alejandro Vigo con respecto a la palabra alemana
Tübingen, J. C. B. Mohr (Paul Siebeck). Ed. cast: Verdad Darstellung como exhibición en la obra de Gadamer
y método, tr. Ana Agud Aparicio y Rafael Agapito, (2012), Verdad y método.
Salamanca, Sígueme, p. 144. „Das Spielen hat einen eige- 10. Gadamer, H-G., WM, ed. Cit., p. 109. “Das Spiel ist
nen Wesenbezug zum Ernsten.” Vollzug der Bewegung als solcher“.
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

tenticidad proviene de la voluntad de poder que está implicado el nivel de riesgo que requiere el
ejerce al introducirse en el vendaval dado por el juego. El juego debe implicar un nivel conside-
juego. El niño, el loco o el bufón viven sin perci- rado de riesgo para el jugador. En el juego fácil
birse jugando. En cambio, en los otros, en el es- es menos factible que se produzcan cambios. El
píritu de la pesadez, en el jugador impropio, hay juego fácil es el juego del rebaño que le cede el
una reticencia, una negación que no comprende y mando al pastor. La oveja se entrega a lo segu-
que, generalmente, tampoco quiere comprender. ro, a la comodidad y a la pereza. Una nivelación
Este es el caso del jugador que no quiere asumir- mediocre que lleva a la voluntad hacia un llano.
se como lo que es. Es decir, un ser que esta ya En la facilidad del juego la voluntad se adorme-
jugando. ce y esto atenta contra el cuerpo y el espíritu del
Según Gadamer, no hay juego en solita- jugador. La voluntad que no se expande genera
rio. Tampoco hay jugador que juegue plenamente resentimiento. Por ello, el juego precisa riesgo.
solo. Siempre hay algo “otro” que juega con el El juego que requiere superación es el que ama
jugador. Donde pareciera que el gato juega solo la vida. Cuando lo que se arriesga en el juego es
con el ovillo de lana, el ovillo juega con el gato. la vida, ahí, se exige todo del jugador. Se exige
Donde el jugador lanza los dados, los dados jue- voluntad de poder, superación, enseñoramiento y
gan con el jugador. En este ejemplo, la tentación arrojo. Si lo que está en juego es el ser que cada
del azar que produce el juego hace jugar a ambos. uno es, entonces, no se puede pedir menos. Sólo
El movimiento del ovillo y el de los dados intro- se puede tener actitud de jugador cuando las po-
duce y guía a los jugadores hacia su posibilidad sibilidades se corresponden con algo serio. Con
más propia. Les presenta un camino para que se actitud, el jugador puede alcanzar a ser lo que tie-
extravíen en él. Así es como naturalmente juega ne que ser. No importa en él si hay abismo o si la
el bosque (Wald) con el caminante (Wanderer). posibilidad de huir del juego está siempre latente.
El bosque juega con sus profundidades; con el Lo que el jugador propio quiere es ganar-se.
contraste de luces y sombras; con la intensidad Tener que jugarse la posibilidad existen-
de su clima; con los sonidos y los silencios. El cial de llegar a ser lo que se es genera un riesgo
bosque juega a mostrar y ocultar. A través de él, que fascina al jugador hasta la última célula de
el viento susurra y comunica. Alerta las presen- su cuerpo. Lo impulsa a querer elevarse. Desde
cias y se anticipa. De esto modo, el bosque cuida, su pantano busca entonces la altura. Aquí el jue-
protege y resguarda. El caminante es jugado en go se impone a uno como jugador y el jugador
su caminar por el bosque. El pensar que emerge se impone al juego. “La atracción del juego, la
en dicha caminata es producto de la interacción fascinación que ejerce, consiste precisamente en
del caminante con el bosque y de ambos con el que el juego se hace señor de los jugadores”11. En
ser. En la tríada jugador–juego–objeto lo que sale el juego, quien tienta es tentado. El hechizo del
a relucir es el ser. juego radica en la posibilidad de que pueda surgir
Para Huizinga, la risa no aparece necesa- de allí lo esperado o lo contrario a eso querido.
riamente en todo lugar en el que se desarrolla un En la medida en que la suerte está echada y la vo-
juego. El jugador, al estar sumergido por comple- luntad es propositiva puede aparecer algo nuevo
to en el juego, puede generar una seriedad tal que e inesperado. La necesidad o el azar derivan del
ni él ni el espectador, si lo hubiere, encuentren juego mismo, es decir, del ámbito que este crea y
algo cómico. La presión o lo abismático que pue- recrea. El ser es en la instancia más decisiva ese
de llegar a revelar el juego abre la posibilidad de algo (etwas) que se juega sin importar las condi-
hacer emerger el sentimiento de soledad. Cuando ciones en las que se haya el jugador en relación
el juego deviene tierra hostil, el jugador no quie- con la libertad o la necesidad.
re morar, sino más bien huir. En su huida busca
desvanecer su soledad y autenticidad en la segu-
ridad del rebaño. Sin embargo, muchas veces tal V. Representación y máscara
seriedad y tensión del juego, cuando es vista en
retrospectiva, causa risa. O también, si el juego es El modo de ser del juego es la represen-
percibido por alguien que no está incluido en el
jugar puede reírse de tal seriedad expresada por 11. Gadamer, H-G., WM, ed. cit., p. 112. “Der Reiz des
los otros. Entre el querer huir y el intentar morar Spieles, die Faszination, die es ausübt, besteht eben darin,
dass das Spiel über den Spielenden Herr wird.“
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tación. El juego, en su representar, presenta algo. El jugar a ser algo, lo que se representa
En principio, presenta a la vida como una gran o se presenta, no tiene que ser verdadero. Justa-
obra de teatro. Actores, escenografías, telones, mente, el actuar permite y exige la libertad de la
música y demás yacen metamorfoseados en el ficción. El actor no tiene un rostro último. En el
mundo. El juego, en tanto transcurre esta gran fondo, no hay fondo. No hay piel, no hay ros-
obra, se presenta algo a sí mismo y presenta algo tro, no hay verdad. Y, ante el abismo que acecha,
al jugador. Los jugadores-actores son un medio la posibilidad de representar y de crear mundos
para traer a la presencia. El jugador pone en evi- aparentes que tiene en tanto jugador “espíritu li-
dencia que hay, que hay algo en donde podría no bre” está abierto. El jugador que comprende la
haber nada. Esto quiere decir que el jugador pone posibilidad que abre la buena voluntad de más-
en evidencia al ser. Su traer a la presencia es un cara deviene jugador-artista. “El juego está fuera
poner al descubierto. Pero cuando lo que viene a de la disyunción sensatez y necedad; pero fuera
la presencia en el jugar es una autorepresentación también del contraste verdad y falsedad, bondad
el juego se torna aún más interesante. Hablar de y maldad. Aunque el jugar es actividad espiritual,
autorepresentación es hablar de uno de los acce- no es, por sí, una función moral, ni se dan en él
sos más profundos que el movimiento del juego virtud o pecado”14. La función moral es lo deriva-
puede generar o donar. Cuando el jugador-actor do del juego que se juega en el plano del ser. Es
representa algo deja accesible su modo de ver y lo que desprenden los jugadores como elemento
comprender el mundo. Pero lo importante en la revelado por el jugar bajo una intencionalidad.
representación no es el objeto que se representa, Del juego se deriva la posibilidad de valorar. Lo
sino el modo en el que se hace. El modo en el bueno y lo malo, lo verdadero y lo falso, lo bello
que algo es representado desoculta la forma en y lo feo, son juicios que se derivan del modo en
la que el actor, representante, se habita y se vive. cómo cada jugador se toma entre manos.
En pocas palabras, uno comprende según como Lo que viene a la presencia por medio de
se juega. El jugador-actor, representando, se pre- la representación puede generar distintos senti-
sencia a sí mismo como si se encontrase frente a mientos y estados anímicos tanto en el jugador
un espejo en el cual tiene la posibilidad de elegir que se encuentra involucrado como en los espec-
verse o no. tadores. La belleza, en la medida en que pertene-
Al representar algo mediante el juego, el ce al dominio estético, acompaña al juego otor-
actor se autorepresenta a sí mismo desde aquello gándole diversos elementos. El juego que atrapa
que le viene a la presencia. Pues, entregarse de es el juego bello. Pues, si el juego es feo o revela
manera total a la tarea del juego es llevar a cabo algo siniestro genera entonces rechazo.
la expansión de uno mismo. Gadamer lo define
diciendo “jugar es siempre ya un representar” Ya en las formas más primitivas del juego se engarzan, des-
para alguien12. En el más intenso de los casos se de un principio, la alegría y la gracia. La belleza del cuerpo
trata de representar lo que uno es justamente para humano en movimiento encuentra su expresión más bella
uno mismo. De esta manera, uno deviene actor y en el juego. En sus formas más desarrolladas éste se halla
espectador de sí mismo. El juego supera en toda impregnado de ritmo y armonía, que son los dones más no-
su dimensión al jugador. La complejidad del jue- bles de la facultad de percepción estética con que el hombre
go de la vida lo ha visto Nietzsche en su primera está agraciado. Múltiples y estrechos vínculos enlazan el
obra publicada bajo el nombre de El nacimiento juego a la belleza.15
de la tragedia. Si bien Nietzsche está pensando
en otros términos a los presentados tras la eman- Ritmo y armonía son modos de expresión
cipación de Humano, demasiado humano, los de la belleza. A través de ambos, es posible per-
conceptos de máscara, actor, espectador y coro cibir la extrañeza y lo inaprensible del concepto
en el sentido griego, contienen una fuente de sig- de juego, dado que éste, en su fluir lúdico busca
nificaciones inagotables13. tal fascinación.

12. Gadamer, H-G., WM, ed. cit., p. 114. “Nur weil


VI. La libertad del niño y del animal
Spielen immer schon ein Darstellen ist, (...)“
13. Nietzsche en El nacimiento de la tragedia realiza una griega.
inversión de la función del espectador y del actor, dejando 14. Huizinga, J., Homo Ludens, tr. cit., p. 22.
en un lugar privilegiado y activo al espectador de la tragedia 15. Ibid., pp. 22-23.
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De lo desarrollado hasta el momento es mundo y late en consonancia con la energía de la


posible observar algunas características genera- tierra.
les del juego: a) Todo juego es, antes que nada,
una actividad libre. b) El juego de ninguna mane- VII. El recreo como tiempo de juego
ra excluye la seriedad. c) El espacio-tiempo en el
que se desarrolla el juego son extraordinarios. d) No se trata en el juego simplemente de
El juego re-presenta. La libertad se relaciona con fingir “como si…” uno asumiera el rol de juga-
lo instintivo del juego efectuado por el animal y dor, sino de asumir el papel con una seriedad que
el niño. Dado que en el hombre adulto se tienen se aleje de momento de la pura broma. Hay que
prejuicios, vergüenza, obligaciones y poco sen- creer, creerse y hacer creer que el tiempo de jue-
tido del humor, entrar en juego deja de ser con- go lo es todo. Sin tiempo de juego no hay crea-
siderado como un ejercicio natural. En algunos ción, no hay cambio, no hay vida. Involucrar la
adultos, la necesidad de entrar en juego se toma seriedad con el juego ayuda a impedir que el jue-
como una actividad forzada. Esto sucede al me- go sea abandonado antes de que finalice. El juego
nos por dos motivos: o porque nunca aprendieron se abre y se cierra desde sí mismo. Sin embargo,
a jugar, o porque por ciertos motivos olvidaron este puede ser interrumpido desde fuera. La obli-
como se juega. En cambio, el animal y el niño se gación de los quehaceres cotidianos puede asal-
dejan llevar, se sueltan y se lanzan al juego por- tar al juego en cualquier momento. “Cualquier
que su inocencia los hace libres. Se comportan juego puede absorber por completo, en cualquier
como jugadores que liberan una pulsión interna, momento, al jugador. La oposición «en broma»
generalmente incomprensible. En esta actividad y «en serio» oscila constantemente. El valor in-
actúa implícitamente el desarrollo de las capa- ferior del juego encuentra su límite en el valor
cidades fisiológicas y cognitivas. El animal y el superior de lo serio. El juego se cambia en cosa
niño se descubren mediante el juego. Descubren seria, y lo serio, en juego”16. Del estado de angus-
su cuerpo y sus capacidades motrices. Buscan su- tia, del aburrimiento y de la nostalgia es posible
perarse e intentar ir por más. En ellos el límite también que surja el juego. Esto quiere decir que
y la regla es algo difuso. Por medio de su liber- no hay juego sólo donde se encuentra la alegría y
tad se vislumbra el goce, el gusto, la danza y la la felicidad. Estado de ánimo y juego se influyen
risa. El placer por el juego deja en segundo plano mutuamente. El juego interviene entonces en la
toda imposición que el juego mismo proponga vida cotidiana como intermezzo. Tiempo inter-
por medio de reglas. Sin embargo, las reglas no medio de recreo para recrear y recrearse. Esto
se imponen como un deber ser moral que hos- es, sin ir más lejos, la función del niño que re-
tiga, sino como una invitación seductora en la cupera Nietzsche en su discurso titulado “De las
cual se busca perfeccionar el todo. Perfeccionar tres transformaciones” de Zaratustra. Es posible
el estado físico, las capacidades intelectuales, la dilucidar una doble interrupción; por un lado, el
mirada sobre el mundo y lo que se encuentra en juego irrumpiendo en lo cotidiano; por otro, lo
él. Lo grandioso es que en el plano del animal y cotidiano irrumpiendo al juego.
del niño no se juega porque sea una tarea. Ellos La recreación, el tiempo de recreo del jue-
juegan por el simple hecho de jugar. Juegan más go no constituye un adorno o complemento de la
bien por ocio y porque el movimiento mismo del vida cotidiana. El tiempo de recreo puede ser la
juego los atrapa. En su inocencia se dejan atrapar. vida misma dependiendo de la voluntad de poder
No habita en ellos ni la necesidad ni la culpa. El del jugador. En el tiempo de juego pleno se lleva
jugar con culpa nace de una intención cultural. a cabo la re-significación del sentido y de la com-
La culpa impide que el jugador se adentre en su prensión de la existencia. Es juego con el caos y
totalidad al juego. El juego que arriesga al ser y el orden de las estructuras. El juego de fuerzas
tiene al jugador involucrado plenamente produce entre Dioniso y Apolo. Ser exige jugar por el he-
un salto cualitativo en el jugador y lo desprende cho mismo que hay que jugar para ser. Y, tanto el
de su vida cotidiana. El juego, en tanto es juego ser como el juego necesitan su tiempo como ho-
de la vida, lo que busca en definitiva, es purificar rizonte de proyección. ¿Cómo dispone y se dis-
el vínculo del jugador con el mundo. Vislumbra pone el jugador en relación con aquel tiempo que
el deseo de que todos devengan niños artistas. Ni-
ños que juegan un juego que introduce sentido al
16. Ibid., p. 25.
30
Symploké revista filosófica Ser juego: representación y...

todavía no es propiamente juego? Hay al menos árido y desolado del que nada puede florecer por-
dos alternativas: o se asume de manera propia, que los dioses han huido o se los ha expulsado
o se abandona a un estado impropio. Es decir, el de ella. Sin divinidades, el jugador impropio ve
jugador se asume o se niega. Esto lo ve también al templo como algo insignificante. Por ello, ex-
claramente el filósofo argentino Carlos Astrada clama al viento que hay que derribarlo; vender o
en sus obras El juego metafísico y El juego exis- tomar lo material que sea útil; en pocas palabras,
tencial17. profanarlo. Ni la tierra ni el templo le despiertan
En el jugador que se niega, el tiempo de nada porque él está profundamente inmerso en un
juego es tiempo de penuria, de huida y de recha- tiempo de sueño que le niega el abismo. En el
zo. Un tiempo sin dioses y sin divinidades. Es el juego oscuro toda ofrenda es por una deuda. Una
tiempo del hastío, de la ausencia total de sentido. deuda infinita e impagable.
Tiempo de nihilismo y negación. El juego es una En cambio, en el jugador que se asume,
tortura, una carga pesada ante la que el jugador la tierra es campo de juego. El jugador héroe
no se resuelve nunca. Se es indiferente ante sí y hace de su tiempo de juego un tiempo sagrado.
apático ante el mundo. El juego deviene un no a Se pone metas. Se sabe, se conoce, se quiere y se
la vitalidad. El tiempo se vive como una espera desea. Su ponerse en juego abre mundo, invita y
que carcome la fe y las esperanzas. Para el ju- dona. En la medida en que avanza con su jugar
gador impropio la esperanza es una falsa aliada. esparce sentido, ilumina y hace sacar a la luz lo
¿Acaso no recuerda a Pandora? La esperanza trae que permanecía velado por sombras. La realiza-
consigo la ilusión de un tiempo lineal que con- ción de sus cultos es regalo. El tiempo de juego es
tiene en su futuro promesas que lo reparan todo. una primavera que quiere vida y da frutos. Culto,
Todo lo recto miente, afirmó el gnomo a Zaratus- ofrenda y ante todo celebración. Gracias al sí a la
tra en el discurso titulado “De la visión y el enig- vida que da el héroe, las cosas del mundo vuelven
ma”. Un tiempo que corroe desde las entrañas. a morar la tierra. El bosque, el prado y la montaña
Lo lineal no cumple nunca con lo que promete. recuperan su magia. Con el sí de “la gran salud”
La concepción lineal del tiempo es en el fondo un el mundo no necesita templos porque toda la tie-
modo de concebir el tiempo que lo devora todo. rra es ya lugar sagrado.
Y mientras el jugador espera concibe al tiempo “El juego se aparta de la vida corriente
como si fuese un ladrón. Pero cuando la ilusión por su lugar y por su duración. Si «estar ence-
maligna de la linealidad acaba, ya es demasiado rrado en sí mismo» y su limitación constituye la
tarde. Pues también este tiempo cronológico se tercera característica. Se juega dentro de determi-
ha devorado hasta la última esperanza. No hay nados límites de tiempo y de espacio. Agota su
complicidad con lo lineal que se sostenga o per- curso y su sentido dentro de sí mismo”18. El tiem-
dure. El tiempo recto es una condena que lo enca- po exige un descanso. En el detenerse se muestra
dena todo. La tierra, en tanto tablero en el que se la posibilidad de ser recordado. Se recuerda lo
desarrolla el juego, es inhabitable. Ella es campo que se jugó. Qué se jugó, cómo se jugó, quiénes
jugaron. Queda abierta así la dimensión pasada
17. En el desvelo del jugador, el jugador va a tentar fortuna; del tiempo. El recuerdo revela la nostalgia de al-
es decir, en el apostar de su juego, va a poner todo lo que
tiene, todo lo que es. Arriesgando todo en el azar –hasta
gún instante de esplendor generado en el jugar. El
su propio ser– es la muestra de cómo se decide ir por lo recuerdo puede generar el anhelo en el jugador de
absoluto. Pero para ganar el jugador debe estar atento, en querer volver a recuperar esa gloria o puede des-
vigilia. “Es en la calma de la noche, frecuentemente voragi- moralizarlo totalmente. Cómo reacciona el juga-
nosa, cuando suelen amanecer inesperadas claridades”. En dor en el descanso, en ese tiempo “entre”. Entre
la calma, algo puede sorprender. Pero para eso, es necesario
esperar con calma, tratando de penetrar en la inadvertida
lo pasado y lo venidero. En el descanso, el juga-
oscuridad de lo cotidiano que con frecuencia rehúye de dor auténtico percibe que no para de jugar nunca.
nuestro mirar. Aquel que se deja atrapar por lo inesperado y El campo de lo posible y las probabilidades le
se adentra de un sobresalto al nuevo espacio-abismo que ha exigen respuesta. El tiempo de espera y prepara-
creado el juego, “se decide por el juego metafísico, se pone ción para arrojarse de nuevo al juego en definitiva
en el acontecer inasible e indescriptible de la trascenden-
cia”. Pero para que esto sea posible, como se ha mencio-
no da tregua. El futuro deviniente requiere tener
nado, es necesario captar esa claridad y dejarse atrapar por entre manos el pasado y el presente. Pasado, pre-
ese acontecer inesperado. Estos jugadores, ciertamente son sente y futuro, los tres momentos del tiempo, se
los menos; además, no solamente “luchan” por encontrar
claridad, sino también tienen que superar a su antagonista. 18. Huizinga, J., Homo Ludens, tr. cit., p. 27.
31
Symploké revista filosófica diciembre 2017

entremezclan y luchan de manera incesante. En la miento del juego crea su propio orden. Impone y
medida en que constituyen un círculo, expresan se autoimpone. El juego no podría no estar jugan-
también la posibilidad de repetición del juego. do. Por lo tanto, los límites espacio-temporales se
Lo pasado no pasó. Más bien retorna al jugador recrean a partir de esta necesidad interna de estar
de una manera renovada, ya que, en definitiva, el siempre en juego. El juego utiliza a los jugado-
jugador tampoco es el mismo que era. Caracterís- res como un medio para regenerarse. Los juga-
tica esencial del juego, da revanchas continuas. dores que promueven el sin sentido o el absurdo
Hay algo de orden cíclico en su repetición. Sin acechan a la vitalidad y la salud del juego. Estos
embargo, la repetición no implica una instancia hombres pertenecen a la seguridad de la vida co-
idéntica a la otra. En cada una de las repeticiones tidiana. Lo cotidiano estropea al juego. Los que
surge y se percibe algo como novedoso o distin- se mueven en el plano de lo cotidiano consideran
to. En el concepto de eterno retorno de lo mismo al juego justamente como una pérdida de tiem-
de Nietzsche sucede algo similar. Se recordará, po. Habitan un plano que anula la falta de sen-
dicho burda y rápidamente, que la aceptación del tido del juego. Sin embargo, el juego interactúa
eterno retorno no implica la mera sucesión de las todo el tiempo con ambos planos, es decir, con
cosas en un orden idéntico, sino en todo caso, la el plano de lo cotidiano y con el de juego propio.
necesidad de aceptar las experiencias joviales y En definitiva, donde hay ser, hay juego. Debido
aquellas que implican sufrimiento. Lo importan- a esta interacción que realiza el juego sus impul-
te para Nietzsche está concentrado en la fórmula sos actúan tanto hacia dentro como hacia fuera.
amor fati. No querer que nada sea distinto de lo El juego tiene su espacio delimitado. Impone su
que es, no querer ser uno mismo distinto, sino frontera. La frontera del círculo mágico no sólo
más bien aceptar la vida y amarla con todo lo que intenta resistir frente a la opacidad externa, sino
ello implica. que quiere expandirse y conquistarla. Desde su
frontera, el juego quiere atraer hacia si lo opaco
VIII. El ámbito del juego, un campo mágico del mundo para transformarlo en juego propio.
Pero, ante todo, debe resguardar y cuidar lo que
Ahora bien, el tiempo del juego se expre- yace dentro de su círculo. Tiene la tarea de hacer
sa en un campo de juego. que lo que mora en su interior no deje de fluir y
dar luz. ¿Acaso puede agotarse? Si no sabe ense-
Todo juego se desenvuelve dentro de su campo, que, ma- ñorearse, puede ser conquistado. He aquí, nueva-
terial o tan sólo idealmente, de modo expreso o tácito, está mente, la tensión expresada como incertidumbre
marcado de antemano. Así como por la forma no existe y azar.
diferencia alguna entre juego y una acción sagrada, es de-
cir, que ésta se desarrolla en las mismas formas que aquél, Este elemento de tensión presta a la actividad lúdica, que
tampoco el lugar sagrado se puede diferenciar formalmente por sí misma está más allá del bien y del mal, cierto conte-
del campo de juego. El estadio, la mesa de juego, el círculo nido ético. En esta tensión se ponen a prueba las facultades
mágico, el templo, la escena, la pantalla, el estrado judicial, del jugador: su fuerza corporal, su resistencia, su inventi-
son todos ellos, por la forma y la función, campos o luga- va, su arrojo, su aguante y también sus fuerzas espirituales,
res de juego; es decir, terreno consagrado, dominio santo, porque, en medio de su ardor para ganar el juego, tiene que
cercado, separado, en los que rigen determinadas reglas. mantenerse dentro de las reglas, de los límites de lo permi-
Son mundos temporarios dentro del mundo habitual, que tido en él.20
sirven para la ejecución de una acción que se consuma en
sí misma.19 En el juego que implica la totalidad de la
existencia, la tentativa de suicidio y la visión pe-
El juego no sólo necesita de un tiempo, simista acerca del mundo aparece como una sa-
sino también de un espacio propicio para poder lida fácil. Lejos está Nietzsche de optar por una
liberarse. Desde esa exigencia constitutiva del escapatoria de este tipo. No hay nada peor para el
juego, el juego desde su jugar lo crea y lo gene- juego que el aguafiestas, en alemán Spielverder-
ra. El espacio propicio para el juego nace desde ber, literalmente: estropeajuegos. El jugador que
el juego mismo. Así como el juego no excluye se suicida o abandona el juego en mitad de este
la seriedad, tampoco excluye el orden. El movi- deja debilitado el espacio abierto. Sin embargo,

19. Ibid., p. 28. 20. Ibid., p. 29.


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Symploké revista filosófica Ser juego: representación y...

cuando de lo que se trata es de suicidio, el de- que nadie. El tramposo es como la carta del loco
bilitamiento que sufre el juego es generalmente en el tarot. No tiene un lugar propio pero se lo ge-
insignificante a gran escala. Ya que, suele suceder nera según la circunstancia. Tiene una lectura lle-
que el suicidio es llevado a cabo por un jugador na de matices con respecto al espacio. Se lanza y
impropio. Si es impropio, no hay ni hubo aportes su acción fluye e impacta de manera directa en lo
importantes. Por lo tanto, de lo que se trata es de que se juega. El tramposo se divierte, incluso más
un jugador reemplazable. En cambio, el jugador que ningún otro jugador. El loco no tiene miedo
que decide no jugar más, lo corrompe desde den- a perder nada y por ello lo apuesta todo. Su ju-
tro y lo libra al acecho de lo opaco. Es preferi- garse inhibe a los demás. Es espontáneo, versátil,
ble un tramposo a un aguafiestas. El aguafiestas imprevisible, alegre, libre, falto de compromiso,
irrumpe contra la frontera del espacio de juego. ingenioso, innovador, etc. En pocas palabras, el
Busca arruinar la ilusión que genera el juego. Y juego lo necesita.
generalmente lo logra porque su daño es difícil En el ocultar del juego, en su traslación,
de reparar rápidamente. Desde que el aguafiestas queda manifiesta la posibilidad de representar
decide no entrar en juego, su no entrar en juego algo profundo. Sin duda alguna, la máscara per-
acecha peligrosamente el ámbito de juego de los mite encarnar diversos roles con mayor fuerza y
que juegan. Corre riesgo de no poder concentrar- seriedad. El niño que juega asume a flor de piel el
se, de no sostener el clima, la predisposición, la personaje que representa. Lo importante será res-
calma, la entrega. El que no entra en juego debe catar que la representación y la figuración en mu-
ser expulsado. Debe ser alejado de las fronteras chas ocasiones no acaban con la finalización del
que protegen al juego. Es preferible lidiar con un juego, sino que sus fronteras se extienden y “su
tramposo que contra un aguafiestas. El tramposo esplendor ilumina el mundo de todos los días”22.
lleva al límite las reglas del juego porque cono- Como la tarea del espíritu libre nietzscheano que
ce el juego y sus reglas. Se otorga el derecho de está inmerso, según G. Vattimo en su obra titula-
mezclarlas, de confundir, atrapar e innovar. Pien- da El sujeto y la máscara, en la lógica metafísica
sa sólo en él y se atreve a romper la regla y a in- del platonismo y que en su labor práctica debe
troducir cambios. Lo meritorio del jugador tram- comenzar a jugar, reírse y danzar por sobre la
poso es que sostiene la ilusión. Deja permanecer moral. Por sobre los valores en general, con el fin
el misterio. No rompe ni atenta contra el ámbito de buscar convertirlos. De alcanzar la transvalo-
del juego. El único hecho consiste en que no se ración de todos los valores. La lucha del espíritu
abandona a la simple aceptación de las reglas libre es una lucha a favor de la jovialidad y de la
como lo hace un mero jugador más. El trampo- alegría. Su combate quiere librar la tierra de las
so busca sacar un provecho distinto. En su hacer sombras del nihilismo y del espíritu de la pesa-
trampa hay intenciones particulares que quieren dez. El espíritu libre alza sus estandartes contra
imponerse. la decadencia. Representa la lucha como juego
El misterio y el secreto rodean al espacio del mundo. El espíritu libre observa y percibe el
de juego. Hay algo iniciático en él. Cuando el orden de la naturaleza de un modo activo. Ama la
juego se abre los quehaceres cotidianos o el plano naturaleza e intenta escucharla. Luego, devuelve
del mundo normal quedan suspendidos21. En el a ella lo recolectado en la donación como amor
misterio y en la suspensión de lo normal, el juego que dice si a la vida. La tierra no habla, canta.
habilita un cierto desorden y alboroto frente a la Por medio de su canto amoroso sacraliza y en-
disciplina y a la autoridad. Se comprenderá que vuelve sus paisajes con divinidades que quieren
el tramposo conoce en todo caso gran parte de primordialmente fluir. Los dioses retornan y ríen
la esencia del juego. Él puede, incluso, saber las nuevamente junto a los hombres. Su risa invita a
reglas mejor que cualquier otro jugador. Este per- amar la vida. Tienen un instinto lúdico, poético,
sonaje utiliza las máscaras y los disfraces mejor artístico. Al retornar a la tierra son niños otra vez.
La trasmutación espiritual del espíritu libre niet-
21. Un claro ejemplo es la procesión a Delos en la que se zscheano utiliza el factor emocional. La fantasía
recordaba la victoria de Teseo sobre el Minotauro. Desde
que el barco zarpaba, hasta su regreso, no se podía eje-
actúa como proceso creacional que danza ima-
cutar ninguna sentencia de muerte. Este hecho aparece al ginando e intentando plasmar un nuevo orden.
comienzo del diálogo platónico Critón en el cual Sócrates Mediante el espíritu libre Nietzsche expresa su
deduce por la visita de aquel que el barco ha arribado. (Cfr.
Platón, Critón, 43 c y ss.). 22. Huizinga, J., Homo Ludens, tr. cit., p. 34.
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

idea de la vida, del amor y de la voluntad. Ad- Bibliografía:


vierte a su vez de los otros. Señala las sombras y
todo aquello que acecha. Pues o se juega en favor Astrada, Carlos, El juego existencial, “Introduc­
de la vida o en su contra. Lo que no es posible ción”, (1993), Bs. As., Babel.
es no jugar. Creer elegir no jugar, o escapar al Astrada, Carlos, El juego metafísico: para una
juego, demuestra el modo de asumirse frente a la filo­sofía de la finitud, (2013), Bs. As., Institu-
vida. Decir no al juego muestra la impropiedad to Lucchelli Bonadeo.
y carencia de expansión de la voluntad frente al Gadamer, Hans-Georg, Wahrheit und Methode,
propio poder ser. Heideggerianamente, negarse al (1990), Tübingen, J. C. B. Mohr (Paul Sie-
juego sería querer evitar tener acceso a un sentido beck). Ed. cast: Verdad y método, tr. Ana
más originario. Desde Nietzsche sería querer im- Agud Aparicio y Rafael Agapito, (2012), Sa-
pedirse llegar a ser lo que se tiene que ser. lamanca, Sígueme.
Hay que celebrar incluso el sacrificio. El Huizinga, Johan, Homo Ludens, tr. Emilio Imaz,
abandono y el desprendimiento son cruciales. Es (2014), Madrid, Alianza.
necesario comprender que algunas cosas deben Nietzsche, Friedrich, Así habló Zaratustra, tr.
morir para que otras puedan crecer. Bajo este Andrés Sánchez Pascual, (2014), Bs. As.,
movimiento se expresa la voluntad sobre la tie- Alianza.
rra. Por lo tanto, es necesario enseñorearse a un Nietzsche, Friedrich, Más allá del bien y del mal,
nuevo nivel. En ese nuevo nivel, en el nivel del tr. Andrés Sánchez Pascual, (2013), Bs. As.,
ultrahombre, la vida cotidiana queda suspendida Alianza.
con mayor facilidad. Para el ultrahombre no hay
diferencia entre cotidianidad y juego. En él todo
es juego. Con el gozo el deseo y el placer, las
desilusiones y los desencantos son mucho más * El presente trabajo fue presentado en el marco de las IV
fáciles de sobrepasar. La multiplicidad de senti- Jornadas de Alumnos de Filosofía Cristiana en torno a la
mientos que invaden al jugador es inagotable. El temática “Filosofía cristiana y pensamiento contemporáneo
jugador que engaña es a la vez que es engaña- en el contexto de los 500 años de la Reforma” en la Ponti-
do. Por eso lo vivencia todo. La máscara, en su ficia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Viña del
rol fundamental, aporta a la unidad mística, a la Mar, Chile. Un profundo agradecimiento a los alumnos y
posesión de aquello que representa hasta lo más colegas, en especial al Dr. César Lambert Ortíz por su pre-
profundo de su ser. Pues lo misterioso del juego disposición.
no es en definitiva otra cosa que la relación con
el ser. De este modo, entre ser y jugar termina
siendo difícil de hallar una diferenciación con-
ceptual. O mejor dicho, una definición válida y
sustentable para cada uno. Ambos son conceptos
a los cuales el niño, el poeta, el loco, el filósofo,
le brindan celebraciones y fiestas. Realizan jue-
gos expiatorios que otorgan nueva vitalidad al
mundo. Acompañan con alegría e inocencia los
ciclos de regeneración. Ellos, los que sueñan con
ser artistas entre crepúsculo y aurora, no tiem-
blan ante la necesidad de aniquilar y crear. Pues
su meta es la de donar sentido al mundo y amar
la vida.

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Symploké revista filosófica Una lectura crítica de la ...

Una lectura crítica de la


recepción hermeneútica
de la Crítica del Juicio
(1790)

Erika Whitney
Lic. Filsofía - UNC

Resumen de sería una concepción estética del arte. Dicha


interpretación ha contribuido no sólo con la difu-
En las últimas décadas se ha detectado el sión, sino con la sedimentación de una determi-
valor filosófico de la Crítica del Juicio (1790) tras nada interpretación de la Crítica del Juicio que
los esfuerzos por alcanzar una comprensión más podríamos caracterizar como estetizante. Con el
acabada de la filosofía trascendental de I. Kant. término estetizante hacemos referencia a una fun-
La interpretación de las nuevas lecturas enfatiza damentación de la estética como ámbito autóno-
el rol de la tercera crítica con vistas a desentrañar mo que se ocupa del gusto y de lo bello, y, en este
el significado último del criticismo kantiano. sentido, lo distinguimos del término estético que
Los debates contemporáneos en torno a la refiere más bien al aspecto subjetivo del conoci-
teoría criticista de la racionalidad suelen plantear miento. Entonces: ¿hace justicia la interpretación
sin más sus valoraciones u objeciones a partir de de Gadamer a la Crítica del Juicio? La propuesta
una lectura dicotómica de estos momentos, es de- aquí es, primero, hacer una breve reconstrucción
cir, hacen hincapié en una u otra crítica, dejando de las ideas principales que aparecen en Verdad
en segundo plano el rol de la tercera crítica y, con y Método sobre este tema, para luego, considerar
ello, la articulación sistemática que era exigida dicha lectura a la luz de las recientes investiga-
por Kant como condición de posibilidad de una ciones que hacen hincapié en la integridad del
comprensión última de la razón. Semejante inter- pensamiento de Kant.
pretación conduce a pensar que Kant se habría
ocupado de lo bello no sólo de forma marginal, La revitalización de la Crítica del Juicio
sino que, y sobre todo, habría relegado la discu-
sión en torno a las funciones de la facultad de En las últimas décadas se ha detectado
juicio a la tercera crítica. el valor filosófico de la Crítica del Juicio (1790)
El presente trabajo tiene como objetivo tras los esfuerzos por alcanzar una comprensión
una primera aproximación crítica a la lectura ga- más acabada de la filosofía trascendental de I.
dameriana de la filosofía de Kant. H.-G. Gadamer Kant. Autores como W. Wieland –discípulo de
desarrolla en la primera parte de Verdad y Método Gadamer–, M. Kugelstadt y B. Longuenesse1,
(1960) una crítica de la conciencia estética, en la
cual, y aunque con ciertos reparos, también Kant 1 Wieland, W.,Urteil und Gefühl. Kants Theorie der Ur-
es criticado. Pues Gadamer encuentra en la terce- teilskraft,  Vandenhoeck und Ruprecht, Gotinga, 2001.
ra crítica los primeros síntomas de lo que más tar- Kugelstadt, M., Synthetische Reflexion. Zur Stellung einer
nach Kategorien reflektierenden Urteilskraft in Kants
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

pensaron la posibilidad de una extensión y pro- en 1790. En este sentido, los resultados de las dos
yección de la problemática del juicio reflexio- primeras constituyen diferentes momentos dentro
nante –tal como está elaborada en la tercera crí- de esta línea argumental5.
tica– sobre la concepción de la constitución de En la Crítica del Juicio, Kant no sólo se
la experiencia y la posibilidad del conocimiento. ocupó de temas ajenos a la filosofía –o que por lo
Estos filósofos concuerdan al sostener que una menos solían serlo hasta esa época–, sino que se
profundización en la Crítica del Juicio no signi- propuso resolver lo que las dos primeras críticas
fica ni una revisión de los fundamentos estable- parecían ya haber disipado. Pudo ser la perple-
cidos en las dos primeras críticas, ni una prueba jidad de la obra, en principio, la que alentó un
de la desvinculación entre las críticas, sino, por punto de vista erróneo en la valoración y com-
el contrario, la asunción de que la cuestión plan- prensión de ésta en relación al planteamiento filo-
teada por Kant en la tercera crítica tiene que ver sófico general del criticismo. Puesto que mientras
con una concepción sistemática de la razón que Kant sostiene en Crítica de la razón pura (1781)
es propuesta, pero no fundada en los desarrollos y Crítica de la razón práctica (1788) que ha sa-
de Crítica de la razón pura y Crítica de la razón tisfecho plenamente una fundamentación de la
práctica. validez de la razón en sus únicos dos ámbitos de
Semejante tarea encuentra su fundamento objetividad y aplicación, i. e., el conocimiento de
en la argumentación que I. Kant desarrolla, prin- la naturaleza y la determinación moral de la ac-
cipalmente, en el prólogo y la introducción2 de la ción, en la Crítica del Juicio no llega a fundar
Crítica del Juicio sobre el sentido general de la un tercer ámbito de la razón. De modo que esta
obra. No obstante, tal pretensión se topa, en prin- última ni siquiera ocupa un lugar en el sistema
cipio, con dos dificultades. En primer lugar, Kant doctrinal de la filosofía trascendental6.
anuncia en el prólogo y la introducción la nece- Los debates contemporáneos7 más actua-
sidad de una crítica del gusto en el sistema tras- les en torno a la teoría criticista de la racionali-
cendental de la razón; sin embargo, en el cuerpo dad, como es sabido, suelen plantear sin más sus
de la obra no se explicita en qué sentido lo bello valoraciones u objeciones a partir de una lectura
cumple las funciones que el prólogo y la intro- dicotómica de estos momentos, es decir, hacen
ducción le atribuyen3. En segundo lugar, cada una hincapié en una u otra crítica, dejando en segun-
de las partes de la tercera crítica presenta tal di- do plano el rol de la tercera crítica y, con ello, la
vergencia y desvinculación a nivel terminológico articulación sistemática que era exigida por Kant
y sistemático que resulta difícil entender en qué como condición de posibilidad de una compren-
sentido conforman una obra unitaria4. Con todo, sión última de la razón. Esto condujo a pensar no
el desafío está, para estos autores, en ver este es- sólo que Kant se ocupó de lo bello sólo de forma
crito como un punto de partida para desentrañar
el significado último del criticismo kantiano. En 5 Cfr. Óp. Cit. 2010, p. XVI.
otros términos: consideran que la línea argumen- 6 Cfr. Ibíd., p. XV.
tal por la que el criticismo aporta una fundamen- 7 En términos generales, podemos decir que las inves-
tación de la razón concluye, en sentido estricto, tigaciones sobre ética, que tienen como hilo conductor
nociones como deber, voluntad o la idea de una universa-
lidad relacionada al imperativo categórico enfatizan la im-
theoretischer Philosophie, Walter de Gruyter, Berlín/Nue- portancia de la lectura de la Crítica de la Razón práctica.
va York, 1998. Longuenesse, B., Kant and the Capacity to Pero aquellas que tratan de epistemología privilegian, por
Judge. Sensibility and Discursivity in the Transcendental el contrario, la primera crítica. Como sostiene O. Market,
Analytic of the ‘Critique of Pure Reason’, Princeton Uni- durante años se canonizó un enfoque del pensamiento de
versity Press, Princeton/Oxford, 2000. Kant absolutamente parcial, a saber, el de que la filosofía
2 Kant redactó dos versiones de la Introducción de la KU de Kant está la contenida en la Crítica de la Razón pura,
aunque sólo publicó la segunda, más breve y ordenada. La desatendiendo todo aquello que no sea su dimensión gno-
primera permaneció inédita hasta 1914 cuando uno de sus seológica y epistemológica. Para un estudio más detallado
discípulos, Jacob Sigismund Beck, publicó una parte de sugiero ver el artículo completo: Market, O. “Kant y la re-
ella. cepción de su obra hasta los albores del siglo XX”. Ana-
3 Cfr. Sánchez Rodríguez M., Sentimiento y Reflexión en les del Seminario de Historia de la Filosofía. 7 Ed. Univ.
la filosofía del Kant. Estudio histórico sobre el problema Complutense. Madrid. Por supuesto, no faltan las lecturas
estético, Georg Olms, Hildesheim-Zürich -New York, p. que consideran La Crítica del Juicio como obra marginal.
XIX, 2010. Ver el trabajo de Escalante, E. (2007). “Problemas de la
4 Cfr. García Norro J. J. y Rovira R., “Introducción” de la recepción de la tercera Crítica de Kant” Theoría. Revista
Crítica del Juicio, Tecnos, España, p. 29 y ss., 2011. del Colegio de Filosofía. 18. México: UNAM.
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Symploké revista filosófica Una lectura crítica de la ...

marginal, sino que relegó la discusión en torno a y a pesar de los malentendidos que la crítica de la
las funciones de la facultad de juicio a la última conciencia estética generó, en última instancia, el
crítica. filósofo de Marburgo posibilita desde su perspec-
El presente trabajo tiene como objetivo tiva una nueva lectura de Kant. No es mi inten-
una primera aproximación crítica a la lectura ga- ción ahora circunscribir a Gadamer ni en una ni
dameriana de la filosofía de Kant. H.-G. Gadamer en otra postura. Y no porque su referencia a Kant
desarrolla en la primera parte de Verdad y Método no sea siempre análoga, sino porque aquí sólo
(1960) una crítica de la conciencia estética, en me interesa analizar la lectura de Gadamer de la
la cual, y aunque con ciertos reparos, también tercera crítica como una lectura sesgada en tanto
Kant es criticado. Pues Gadamer encuentra en que considera la función del juicio reflexionante
la tercera crítica los primeros síntomas de lo que exclusivamente en relación a los juicios estéticos
más tarde sería una concepción estética del arte. y desconoce la primordial función de aquel para
Dicha interpretación ha contribuido no sólo con la fundamentación de toda la filosofía trascen-
la difusión, sino con la sedimentación, de una dental.
determinada lectura de la Crítica del Juicio que Como es sabido, el autor de Verdad y
podríamos caracterizar como estetizante. Con el Método orientó su crítica de la conciencia esté-
término estetizante hacemos referencia a una fun- tica en respuesta al primer estudio que planteó
damentación de la estética como ámbito autóno- la necesidad de una revisión general de los pos-
mo que se ocupa del gusto y de lo bello, y, en este tulados del neokantismo. Revisión que sería lle-
sentido, lo distinguimos del término estético que vada a cabo mediante una profundización en la
refiere más bien al aspecto subjetivo del conoci- investigación histórica de la estética kantiana10.
miento. Entonces: ¿hace justicia la interpretación Dice Gadamer en una nota al pié: “El magnífico
de Gadamer a la Crítica del Juicio? La propuesta libro Kants Kritik der Urteilskraft, que tenemos
aquí es, primero, hacer una breve reconstrucción que agradecer a Alfred Baeumler, se orienta hacia
de las ideas principales que aparecen en Verdad el aspecto positivo del nexo entre la estética de
y Método sobre este tema, para luego, considerar Kant y el problema de la historia de una manera
dicha lectura a la luz de las recientes investiga- muy rica en sugerencias. Sin embargo ya va sien-
ciones que hacen hincapié en un pensamiento in- do hora de abrir también la cuenta de las pérdi-
tegral de Kant. das”11. En este texto, de principios del siglo XX,
Baeumler puso de manifiesto la necesidad, ante
La recepción hermenéutica de la tercera crí- una comunidad académica que privilegiaba una
tica visión estrictamente epistemológica del sistema
kantiano, de considerar la filosofía de Kant más
La interpretación que Gadamer desarro- allá de su teoría del conocimiento12.
lla de la filosofía de Kant en Verdad y Método Desde la perspectiva hermenéutica la
(1960) ha tenido en general un eco dispar en Crítica del Juicio es responsable de haber esta-
diversos pensadores contemporáneos. Para dar blecido la estética como ámbito autónomo fren-
cuenta de esto me gustaría mencionar brevemen- te al ámbito del conocimiento teórico y prácti-
te que, por un lado, están quienes lo critican por- co13. Como afirma Gabás (1990): “Gadamer, en
que sostienen que es insatisfactoria e incompleta
la relevancia que Gadamer concede a la tercera 10 Cfr. Óp. cit., 2010, p. XVIII.
crítica. Entre ellos se encuentran R. Makkreel y 11 Gadamer H.-G., Verdad y Método. Fundamentos de
P. Bürger8. Por otro lado, sus lectores más fieles, una hermenéutica filosófica, Sígueme Salamanca, España,
p. 74, trad. Ana Agud Aparicio y Rafael Agapito, 13º ed.
G. Grondin G. Vattimo9, sostienen que si bien la 2012.
aproximación de Gadamer a Kant no está resulta, 12 “Baeumler juzgaba la tercera crítica como la culmina-
ción filosófica y sistemática de la Ilustración estética, que
8 Grondin, J., Introducción a Gadamer, Herder, Barcelo- se había desarrollado en Alemania durante el siglo XVIII
na, 2003. Vattimo, G., El fin de la Modernidad. Nihilismo como respuesta epocal a una problemática fundamental: el
y hermenéutica en la cultura posmoderna, Gedisa, Barce- riesgo del irracionalismo, como posible consecuencia his-
lona, 1987 2ª. tórica del reconocimiento de la categoría individuo” (Sán-
9 Makkreel, R., Imagination and Interpretation in Kant: chez Rodríguez, 2010: XVIII).
The Hermeneutical Import of the Critique of Judgment, 13 Sobre esto dice Gadamer: “La justificación trascenden-
University of Chicago Press, 1990. Bürger, P., Crítica a la tal de la capacidad de juicio estética fundó la autonomía de
estética idealista, Antonio Machado, Madrid, 1996. la conciencia estética, de la que también debería derivar su
37
Symploké revista filosófica diciembre 2017

Verdad y Método, critica a Kant porque reduce el fundamentales para el humanismo: la noción de
concepto de conocimiento a la razón teórica y a gusto y de sensus communis17, favoreciendo así
la práctica, y lo excluye de la estética. Con ello, un sentido comunitario subordinado al ámbito de
dice Gadamer, Kant subjetiva la estética, pues el lo sensible y contrapuesto a lo racional.
juicio de gusto no se refiere a algo conocido en Pero además, posibilitó la comprensión
el objeto, sino a un sentimiento subjetivo”14. La de la capacidad de juicio estético como inferior
justificación trascendental del gusto posibilitó a los juicios cognoscitivos en tanto que juicio de
la ruptura entre las ciencias de espíritu y el hu- lo particular. En el siglo XVIII el sensus commu-
manismo, la cual habría de repercutir indudable- nis estaba ligado al concepto de la capacidad de
mente de un modo negativo en la autoconciencia juzgar, ya que el sentido común determinaba la
de las ciencias del espíritu. capacidad de juzgar y viceversa. Por ello, tanto
Kant es el responsable, según Gadamer, el gusto como la capacidad de juzgar habían sido
de despojar al concepto de gusto de todo signifi- considerados modos de juzgar lo individual pero
cado cognitivo tras reducirlo a principio subjeti- con referencia a un todo. Estas capacidades no
vo trascendental. Al desvincular la determinación se podían demostrar ni imitar, sino sólo formar.
de contenido del gusto a partir del sentimiento Bajo esta perspectiva, la capacidad de juzgar se
moral comunitario, dio lugar a una consideración imponía como una exigencia al hombre y se la
formal y abstracta, que ya nada tendría que ver consideraba una virtud espiritual fundamental.
con una verdad y un conocimiento heredado de a Sin embargo, pronto se advirtió que esta capaci-
tradición humanista: dad de juzgar no podía enseñarse porque no hay
un principio que diga cómo debe aplicarse, es
Frente a los intentos de salvaguardar un relativo valor cog- decir, no hay un principio que demuestre cómo
noscitivo en la cognitio sensitiva, como un grado previo subsumir algo individual bajo una regla general,
a la congnitio rationalis, la fundamentación kantiana del sino que debe ejercerse una y otra vez18. La fi-
juicio de gusto a priori renunció por completo, como es sa- losofía ilustrada alemana vio en esta imposibi-
bido, a que haya algún conocimiento del objeto cuando se lidad de enseñanza un aspecto negativo y no la
dice de él que es bello. Antes bien, un enunciado semejante consideró entre las capacidades superiores, sino
atañe sólo a la relación del objeto con nuestras facultades que la rebajó a una capacidad inferior de conoci-
cognoscitivas en general15. miento. Esto hizo que se apartara la capacidad de
juzgar del sentido originario de sensus communis
Esta concepción que entiende el gusto y se siguiera el curso de la interpretación de la
como resultado del libre juego de las facultades tradición escolástica que sostiene que lo que se
del conocimiento (sensibilidad-entendimiento) conoce a través de la capacidad de juicio es lo
reduce el carácter comunitario al eliminar to- individual-sensible
das las condiciones subjetivas particulares –que La transformación del sentido originario
determinan el contenido de la representación que sufren las nociones de sensus communis, de
(materia)– para prestar exclusiva atención a las gusto y capacidad de juicio son muestra, para
características formales de aquella16. A partir de Gadamer, de cómo Kant, al seguir las pretensio-
este giro, que hace hincapié en lo trascendental, nes científicas de la época, posibilitó pensar el
la perspectiva kantiana desvinculó dos nociones gusto y la estética como ámbito abstracto y au-
tónomo que encuentra su legitimación, en última
legitimación la conciencia histórica” (Gadamer, 2012: 74). instancia, en la capacidad reflexiva del juicio. Tal
14 Gabás R., “El libre juego de las facultades: belleza como plantea Sánchez Rodríguez:
y conocimiento en Kant” en: Enrahonar. An International
Journal of Theoretical and Practical Reason, nº 16, p. 54,
1990.
15 Gadamer H.-G. “Sobre el cuestionable carácter de la 17 Gadamer afirma: “El sentido común no desempeña en
conciencia estética” en: Estética y Hermenéutica, Tecnos, Kant tampoco el menor papel en el sentido lógico de la
Madrid, p. 63, trad. Antonio Gómez Ramos, 2º ed., 1996. palabra. Lo que trata Kant en la doctrina trascendental de
16 Para Kant el juicio es una facultad material, y por lo la capacidad de juicio, la teoría del esquematismo y de los
tanto no solamente formal, en la medida que contiene los fundamentos, no tiene nada que ver con el sentido común.
principios de placer y dolor. Sin embargo, este problema […] Este sano entendimiento no tiene otro significado que
excede en este punto a la investigación y sólo me limito ser una primera etapa previa del entendimiento desarrolla-
aquí a la interpretación que Gadamer expone en la primera do e ilustrado” (Gadamer, 2012: 65).
parte de Verdad y Método. 18 Cfr. Óp. cit., 2012, p. 61y ss.
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Symploké revista filosófica Una lectura crítica de la ...

[…] en la Kritik der Urteilskraft Kant no sólo habría pre- una doctrina sobre la belleza, una teoría sobre la
tendido una demarcación tajante entre Juicio determinante facultad del juicio sensible.
y Juicio reflexionante, sino que habría restringido el ámbito
del último al terreno de la experiencia estética, no apre- Crítica de la lectura gadameriana
ciando así su importancia para el conocimiento y la moral.
Gadamer parece suponer que la distinción entre Juicio de- Es sabido que no hay en la obra de Kant
terminante y Juicio reflexionante se destina a fundar dos una teoría general y unitaria sobre la facultad del
tipos diferentes de juicios [Urteil], y no dos actividades di- juicio21. Sin embargo, la más reciente investiga-
versas del Juicio, las cuales se ven igualmente implicadas ción kantiana ha mostrado que se puede tomar la
en la posibilitación de todo juicio efectivo19. reflexión como el hilo conductor que une las di-
versas modalidades de la facultad del juicio. La
Esta cita nos deja ver que Gadamer sos- reflexión sería la actividad primordial, aunque no
tiene, por lo menos en Verdad y Método, que la siempre explícita, de cualquier actividad judica-
capacidad reflexiva del juicio, asociada sin más tiva22.
al juicio de gusto y desvinculada de todo conte- En la Crítica del Juicio, Kant lleva a cabo
nido moral, no juega ningún papel ni en el co- un análisis de las condiciones de la reflexión e
nocimiento ni en la moral, es decir, no tienen intenta una posible conciliación entre la razón
aplicación ni en los juicios objetivos ni en los teórica y la razón práctica. El problema de la me-
juicios prácticos, sino únicamente en el ámbito diación, y que la Crítica del Juicio vendría a zan-
autónomo de la estética y los casos específicos de jar, adquiere en Kant una relevancia sin igual, en
juicio del gusto y juicio teleológico. En este sen- la medida en que coincide con el problema de la
tido, Verdad y Método ha contribuido a la relati- fundamentación última de la racionalidad huma-
vización de la importancia de la función el juicio na. Por esta razón, el término medio que posibi-
reflexionante en relación al marco más amplio de lite la determinación de nuestro modo de pensar
la teoría kantiana. Por este motivo, quienes pre- no puede provenir ni de la razón teórica ni de la
tenden una revalorización de la tercera crítica ven razón práctica, pero sí debe ser presupuesto por
en la lectura gadameriana un blanco fácil. Dicho ambas. Semejante tarea le asigna Kant a la facul-
en otros términos: tad del juicio.
La función del juicio en general consiste
Wahrheit und Methode puede ser considerada como la básicamente en pensar lo particular como conte-
obra más influyente de las últimas décadas de la difu- nido bajo lo universal. En la introducción Kant
sión del significado filosófico de la tercera Crítica de afirma que hay dos procedimientos diferentes
Kant. Lamentablemente, la Wirkungsgeschichte en la que mediante los cuales se puede subsumir particula-
Gadamer decide enmarcar la Kritik der Urteilskraft sigue res bajo universales. En un caso: lo universal (la
presentándonos esta obra desde la ya desgastada lectura regla, el principio, la ley) es dado y la función del
neokantiana, según la cual el objetivo de Kant radicaría en juicio es subsumir en él lo particular. Esta capaci-
fundamentar los juicios estéticos en tanto que un tercer tipo dad, que predomina en las críticas anteriores, se
de juicios sintéticos a priori, cuya validez sería en este caso denomina juicio determinante. Por el contrario,
meramente subjetiva20. si lo dado es lo particular y para éste debe encon-
trarse lo universal, entonces el juicio es reflexivo.
Una genuina lectura de la Crítica del Un claro ejemplo de juicio reflexionante es el jui-
Juicio debe mostrar que: en su orientación bá-
sica y objetivos fundamentales, esta obra no se
limita meramente a la cuestión estética. La carac-
21 “Giorgio Tonelli en su estudio histórico-evolutivo, “La
terización que en ella se hace del juicio de gus- formazione del testo della “Kritik der Urteilskraft” (1954),
to como un juicio estético debe interpretarse en demostró que la tercera crítica fue redactada por Kant en
su significado literal, pues estético significa –en diferentes etapas y que la posición sobre el significado sis-
primer lugar– lo que pertenece al ámbito de la temático de su obra se desarrolló y concretó paulatinamen-
sensibilidad. En este sentido, la teoría kantiana te durante el proceso de redacción” (Sánchez Rodríguez,
2010: XIX).
de la facultad del juicio estético sería, antes que 22 Cfr. Torralba J. M., “Facultad del juicio y aplicación
de la ley moral en la filosofía de Kant” en: Methodus. Re-
19 Óp. cit., 2010, p. 234. vista Internacional de Filosofía Moderna/ An International
20 Ibíd., p. 234. Journal for Modern Philosohy, II, p. 3, 2007.
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

cio de gusto23 (bello-sublime)24. El análisis del juicio puro del gusto, que
En el parágrafo primero de Crítica del Kant esboza en la primera parte de la Crítica del
Juicio, bajo el título “El juicio de gusto es estéti- Juicio, nos permite comprender el modo de ope-
co”, Kant dice: rar del juicio reflexionante. En primer lugar, el
juicio del gusto en tanto que desinteresado y libre
Para decidir si algo es bello o no, referimos la representa- es independiente de toda determinación objetiva
ción, no mediante el entendimiento al objeto para el cono- proporcionada por el concepto. Segundo, no tra-
cimiento, sino mediante la imaginación (unida quizá con ta de la propiedad de un objeto determinado, no
el entendimiento), al sujeto y al sentimiento de placer o de atiende a la existencia, sino al sentimiento que la
dolor mismo. El juicio de gusto no es, pues, un juicio de co- representación de determinado objeto provoca en
nocimiento; por lo tanto, no es lógico sino estético, enten- el sujeto y, por ello, expresa lo que se puede saber
diendo por esto aquel cuya base determinante no puede ser de la naturaleza a partir del placer y del dolor.
más que subjetiva. Toda relación de las representaciones, Este carácter formal de los juicios estéticos deja
incluso la de las sensaciones, puede, empero, ser objetiva entrever la función reflexiva en la medida en que
(y ello significa entonces lo real de una representación em- el juicio vuelve sobre sí, es decir, vuelve sobre
pírica); mas no la relación con el sentimiento de placer y su propia operación. Dicho de otro modo: “Los
dolor, mediante la cual nada es designado en el objeto, sino juicios del gusto son los únicos juicios en los que
que en ella el sujeto siente de qué modo es afectado por la se presenta en su especificidad y autonomía la es-
representación25. tructura de la reflexión, que es presupuesta en el
proceso de conocimiento y permanece oculta en
R. Gabás sostiene que la tercera crítica el juicio en general”28. En este sentido, el juicio
puede considerarse un comentario a este párrafo. de gusto es tomado como modelo representati-
Aquí Kant da por supuesto que en el ámbito del vo29 de juicio reflexivo porque describe adecua-
conocimiento y de lo bello tenemos que habér- damente la interrelación entre juicio y sentimien-
noslas con un “algo” ante nosotros (Vorstellung). to. No siendo así el único juicio donde se presen-
Pero esto que está puesto delante, la represen- ta y opera la función reflexiva como pretendiera
tación, puede referir a un objeto por medio del Gadamer.
entendimiento y ser lógica o referir al sujeto –al En la medida en que los juicios del gusto
sentimiento de gusto– por medio de la imagina- carecen de toda referencia a un concepto, no es
ción y ser estética26. El juicio de gusto no es cau- posible establecer un criterio previo que pueda
sado por la existencia de alguna propiedad que determinar a priori qué objetos serán considera-
pertenezca al objeto, sino por la existencia de un dos por el sujeto como bellos. Sin embargo, tan-
estado en el sujeto. Por lo tanto, es estético27. to los juicios reflexionantes como los juicios del
gusto parecen reclamar una pretensión de validez
23 Las discusiones en torno a la función del juicio reflexio- universal30 que no se funda en las reglas discur-
nante son bien diversas: “El juicio de lo bello es aparente-
mente el menos compatible con la caracterización inicial de siguiendo las funciones lógicas del juzgar que coinciden
Kant del juicio reflexivo, puesto que él dice explícitamente con los títulos de la primera crítica, cantidad, cualidad, re-
que “es bello aquello que place universalmente sin concep- lación y modalidad. Sobre esto se puede consultar el tex-
to” (CJ, § 9, 219), y a la luz de esta afirmación no es nada to completo de Gabás R. “El libre juego de las facultades:
obvio por qué habríamos de buscar cualquier concepto, y belleza y conocimiento en Kant” (1990), donde expone
menos aún qué concepto podríamos buscar para un objeto un análisis sencillo y claro de estos momentos, al mismo
bello. Pero tampoco es obvio qué conceptos se supone que tiempo que platea una interesante reflexión sobre el alcan-
han de buscarse en los casos del juicio reflexivo” (Guyer P., ce que podrían llegar a tener los juicios de gusto, en tanto
“Los principios del juicio reflexivo” en: Diánoia. Revista reflexivos, sobre la manera de concebir el conocimiento y
de Filosofía, vol. XLII, nº 42, p. 3, 1996). la moral que dice.
24 El juicio del gusto se considera juicio estético porque 28 Óp. cit., 2010, p. 234.
refiere al objeto sólo en cuanto éste es percibido por un su- 29 Kant describe al menos cinco formas distintas de juicio
jeto. Kant establece una distinción entre el juicio estético, reflexivo en la introducción y en las dos partes principales
que atiende a la finalidad subjetiva de la naturaleza, y el de la obra: el uso del juicio reflexivo para buscar un siste-
juicio teleológico, que se ocupa de la finalidad objetiva de ma de conceptos y leyes científicas, que se describe en el
la naturaleza. juicio de la organización final; el juicio estético (bello-su-
25 Kant I., Crítica del Juicio, Tecnos, España, p. 113 y ss., blime) y el juicio teleológico (juicio de organización final,
trad. Manuel García Morente, 2011. juicio con un fin determinado) (Cfr. Guyer, 1996: 3).
26 Cfr. Óp. cit., 1990, p. 41. 30 “Al sostener que nuestros juicios de gusto, o juicios
27 En lo que sigue, Kant, analiza los juicios del gusto estéticos, tienen pretensiones de universalidad que van más
40
Symploké revista filosófica Una lectura crítica de la ...

sivas de validez objetiva. Y he aquí la cuestión, de la razón y el entendimiento y permite pensar la


pues esta facultad se da a sí misma la ley para posibilidad de la naturaleza. Es decir, en los jui-
la reflexión, por lo que su validez sólo puede ser
cios de gusto se comprende cierta finalidad de la
entendida como subjetiva y reflexiva. La facultad
del juicio es legisladora a priori, porque el juicio naturaleza dada gracias a la forma que tienen los
no puede sacar este principio de la experiencia, objetos que se muestran ante nosotros. La finali-
porque es un principio necesario, pero tampoco dad es un concepto que opera como principio a
lo puede prescribir a priori de la naturaleza, por
priori en tanto supone un orden previo a nuestro
lo tanto, se lo da a sí mismo31.
entendimiento y pretende, al juzgar sobre lo par-
La relevancia que el juicio de gusto tiene para una teoría ticular, un juicio universal. Kant advierte, de este
general de la facultad del juicio reside en que en él se pone modo, que tal presunción –de un orden aparente–
de manifiesto el déficit de manifestación propio del juicio.
si bien no nos permite generar conocimiento so-
Este déficit procede de la [p. 7] carencia de un principio ob-
jetivo, cuyo lugar ocupa el principio subjetivo de la heau- bre la naturaleza, sí nos permite reflexionar sobre
tonomía, que establece una legalidad subjetiva como fruto ella33.
de la tarea reflexionante de la facultad del juicio. La heau- Los autores que plantean una reivindi-
tonomía es el principio fundamental que gobierna toda la
cación de la Crítica del Juicio sostienen, contra
actividad –determinante y reflexionante– de la facultad de
juicio, incluso meramente determinante (cfr. EE, Ak. XX toda una tradición que leyó el principio subjetivo
211). En este sentido, se puede afirmar que la facultad de como una debilidad de esta fundamentación, que
juicio es la facultad de la reflexión, cuyo principal modelo
es el juicio de gusto (cfr. KU, Ak. V169)32. es justamente en esta falta de principio objetivo,
constitutiva de la función reflexiva, donde radi-
De aquí que lo percibido en el sentimiento ca el potencial sistemático de esta crítica, en la
de gusto, y posteriormente expresado, no es una medida en que permite comprender ciertos pro-
mera sensación singular, sino más bien la confor- cesos de aplicación34. En otros términos: si bien
midad subjetiva entre las facultades del conocer, es cierto que la distinción básica entre juicio de-
es decir, entre la imaginación y el entendimien- terminante y juicio reflexionante no fue temati-
to. Un sentimiento puede tener su origen en un zada explícitamente antes de Crítica del Juicio
principio a priori por más que tal sentimiento se y si bien es cierto también que en ninguna de las
exprese en la sensibilidad del sujeto. Quizá aquí críticas previas la función reflexiva de la facul-
radique el meollo de toda esta cuestión: a pesar tad del juicio recibe un tratamiento comparable al
de que el juicio de gusto carece que un principio que se dedica, en cada caso, a la función determi-
objetivo, Kant ofrece una solución alternativa al nante, hay razones para sostener que determina-
sostener que los juicios de gusto se fundan en un dos procesos de mediación reflexiva (que tienen
principio a priori de índole subjetiva. lugar en el juicio reflexivo) resultan imprescindi-
Este principio que Kant le atribuye a la facul- ble para comprender adecuadamente el modo en
tad de juzgar es independiente de las operaciones que Kant explica las particularidades del juicio
de determinación, que corresponden tanto al uso
allá del capricho individual, Kant se opone al empirismo teórico-cognitivo como al uso práctico-moral de
de los cultivadores ingleses de la crítica del gusto […] y
al afirmar que la universalidad de los juicios estéticos, a
diferencia de la universalidad de los juicios científicos, no 33 Cfr. Rodríguez S. S., “El problema de la finalidad de la
encuentra su apoyo en concepto alguno, sino en el gusto, se naturaleza en los Juicios estéticos según Kant en la Crítica
opone a la concepción racionalista de sus contemporáneos del Juicio” en: Claridades. Revista de filosofía, 6, p. 106 y
alemanas, como Baumgarten” (Garrido, M., “La tercera ss., 2014.
aventura crítica de Kant”, en: Crítica del Juicio. Tecnos, 34 Es importante recordar que para Kant la imaginación
España, p. 17, 2011). forma parte de la espontaneidad característica del entendi-
31 Cfr. Óp. cit., 2011, p. 46. miento y desempeña un papel fundamental en las síntesis
32 Óp. cit., 2007, p. 4. cognoscitivas.
41
Symploké revista filosófica diciembre 2017

la razón35. te en general, las posturas más radicales ponen


A. Vigo36 menciona como ejemplos de directamente en tela de juicio la distinción entre
mediación, en el caso de la Crítica de la Razón juicio determinante y juicio reflexionante al inda-
Pura, el esquematismo de los conceptos pu- gar la incidencia que tiene el juicio reflexionante
ros del entendimiento y, en Crítica de la Razón sobre toda posibilidad de conocimiento. Jyh-Jong
Práctica, la típica de la facultad de juicio puro Jeng, en Natur und Freiheit: Eine Untersuchung
práctico, subsunción de las posibles acciones par- zu Kants Theorie Der Urteilskraft (2004), afirma:
ticulares. Lo que merece nuestra atención aquí es
De cara a la distinción entre juicio determinante y juicio
que todo juicio sólo es posible a partir de la in- reflexionante no existe en ambas introducciones ninguna
tervención conjunta de la actividad reflexiva y de diferencia esencial, excepto en la diferencia general del
diseño del texto. La presentación de Kant de esa impor-
la actividad determinante del juicio37. Esta última tante distinción no es tan clara, sino más bien engañosa.
tiene su origen en el entendimiento mientras que Así háganse las siguientes preguntas: ¿puede esa distinción
exigir validez? ¿Dónde yace el fundamento de la diferen-
la primera es la que define la especificidad del cia? ¿Cómo está conectado el juicio reflexionante con el
juicio en tanto que facultad autónoma. Juntas es- determinado? ¿Es el juicio reflexionante idéntico al uso
hipotético de la razón? ¿No está este asunto ya implícita-
tas actividades “legislan sobre la relación entre mente incluido en la “Analítica Trascendental de la Crítica
las facultades que debe ser presupuesta para que de la Razón Pura” en consideración del juicio empírico?39
sea posible en general la formación de un juicio
determinado por parte del sujeto”38. Las interpretaciones que surgen a partir de
Sobre la función del juicio reflexionan- esta profundización y revitalización de la Crítica
del Juicio no sólo son numerosas y heterogéneas,
35 Cfr. Vigo A., “Reflexión y Juicio” en: Diánoia. Revis-
ta de filosofía, vol. LI, nº 57, p. 29 y ss., 2006. sino que plantean, por un lado, una revisión del
36 Existen dos tipos de reflexión que subyacen al pro- papel del juicio reflexionante en todo el sistema
ceso de formación de todo juicio: la reflexión trascenden-
tal y la reflexión lógica. Todo juicio presupone tanto una kantiano y, por otro, la necesidad de una revisión
como otra. La reflexión lógica se trata simplemente de de la recepción hermenéutica de esta obra.
una comparación entre representaciones dadas. Mientras
que la reflexión trascendental constituye una comparación
de segundo orden, que sin dejar de lado aquella, añade la Conclusión
referencia de todas y cada una de las representaciones así
comparadas a las correspondientes facultades cognitivas
involucradas (Cfr. Vigo, 2006). A modo de cierre provisorio: no resulta
37 Cuando Kant habla del juicio reflexionante en la Crí-
tica del Juicio hace referencia a “una suerte de paso previo sorprendente que los malentendidos suscitados
en la formación de un juicio genuinamente objetivo, en el por la complejidad de la obra, sumado a una in-
cual nos limitamos a considerar las representaciones que
se habrán de vincular en el juicio, en atención tan sólo a
su contenido, por medio del recurso a los correspondientes 39 Jeng, J. J, Natur und Freiheit: Eine Untersuchung zu
conceptos de reflexión. En este empleo todavía preliminar Kants Theorie Der Urteilskraft, Rodolpi, Países Bajos, p.
y preparatorio del acto genuino de determinación a través 35, 2004. Incluyo la cita original porque es una traducción
del juicio, dichos conceptos proveen meras reglas para es- aproximada y probablemente tiene errores: “Im Hinblick
tablecer relaciones que mantienen entre sí los conceptos, en auf die Unterscheidung von bestimmender und reflektie-
cierto estado interior del sujeto que juzga y no todavía en render Urteilskraft besteht in beiden Einleitungen kein we-
referencia al objeto que ha de ser determinado a través de sentlicher Unterschied, auβer in der generellen Differenz
tales conceptos” (Vigo, 2006: 37). der Textgestaltung. Kants Darstellung dieser wichtigen
38 Óp. cit., 2010, p. 233. Me parece importante y necesario Unterscheidung ist nicht ohne weiteres klar, sondern eher
aclarar que hubiese sido interesante ver cómo se da este tra- irreführend. So stellen sich folgende Frage: kann diese
bajo conjunto en los juicios reflexivos. Sin embargo, adver- Unterscheidung Gültigkeit beanspruchen? Worin liegt der
tí esta posibilidad cuando el trabajo estaba casi terminado. Unterscheidungsgrund? Wie hängt die reflektierende Ur-
De todos modos, me parece que como la tesis del trabajo es teilskraft mit der bestimmenden zusammen? Ist die reflek-
poner en cuestión el alcance del juicio reflexionante, y no tierende Urteilskraft mit dem hypothetischen Gebrauch
mostrar que a todo juicio subyace una actividad conjunta der Vernunft identisch? Oder ist sie der Sache nach nicht
sería suficiente, en principio, señalar que hay incluso en los schon implizit in der transzendentalen “Analytik der KrV”
juicios determinantes cierta mediación reflexiva. in Ansehung der empirischen Urteilskraft enthalten?”.
42
Symploké revista filosófica Una lectura crítica de la ...

suficiente comprensión, hayan jugado un rol de- Una adecuada y unitaria comprensión de
terminante en la recepción contemporánea de la la fundamentación trascendental del gusto nos
tercera crítica de Kant. Sí resulta interesante, sin dejaría ver que la conclusión del estadio crítico
embargo, analizar qué encubrió tal historia efec- del sistema filosófico kantiano se lleva a cabo
tual. Kant dice en el prólogo: “La investigación mediante una crítica del juicio estético justamen-
de la facultad de juicio como facultad del juicio te porque el juicio de gusto refiere a la posibilidad
estético se expone aquí no para la formación y de la experiencia no sólo en relación a la natura-
cultivo del gusto […], sino con una intención leza en general (entendimiento), sino también en
trascendental”40. Esta intención, el genuino al- relación a la diversidad de ésta. Tal problemática
cance e importancia que posee la investigación dota de sentido y de interés a la necesaria relectu-
sobre cómo el juicio puede poseer conocimiento ra de la filosofía de Kant.
a priori, ha sido excluida, hasta hace muy poco,
de toda teoría del conocimiento.
El desarrollo del proyecto estético en Kant
fue motivado por la necesidad de afrontar –a pe-
sar de la tan cuestionada unidad de la tercera crí-
tica– una misma problemática filosófica, a saber,
la fundamentación última del conocimiento hu-
mano. La Crítica del Juicio parece sostener una
concepción unitaria de la subjetividad necesaria
para la realización de las funciones cognitivas y
morales. No obstante, como bien mencionamos,
la recepción de esta obra ha sido tan dispar que
tanto la propuesta metodológica como el objetivo
epistemológico quedaron en segundo plano. Una
de las lecturas que favoreció esta interpretación,
y no precisamente por hacer caso omiso de ella
o privilegiar alguna de las primeras críticas, ha
sido la lectura de Gadamer. En Verdad y Método,
el autor subordinó la función del juicio reflexio-
nante a los juicios estéticos y, de este modo,
descuidó el planteo fundamental de la ya citada
obra. En vez de ver el juicio reflexionante como
un proceso de la facultad de juzgar, Gadamer, lo
determinó como juicio del gusto y de este modo
lo contrapuso a los juicios objetivos (determinan-
tes). Por esta razón, si se quiere hacer justicia al
análisis que Kant hace de la facultad del juicio
es menester, entre otras cuestiones, plantear una
superación de la lectura hermenéutica.

40 Óp. cit., 2011, p. 76.


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Symploké revista filosófica diciembre 2017

La medicina
como estrategia biopolítica
Un análisis de las prácticas normalizadoras
del saber médico en Michel Foucault

Agustina Alejandra Andrada


Estudiante Lic. Filsofía - UNSAM

Introducción momentos de la elaboración teórica de Foucault.


El nacimiento de la clínica puede ser circunscrip-
Esta exposición estará centrada en análi- to al momento arqueológico de la obra foucault-
sis de El nacimiento de la medicina social1 y eana, donde el autor indaga la procedencia y el
del capítulo “Una conciencia política” de El na- estatuto del saber médico. La conferencia en Río
cimiento de la clínica2 de Michel Foucault. A su de Janeiro puede ubicarse dentro del período ge-
vez, nos serviremos de algunos elementos teóri- nealógico, instancia en donde ya analiza las rela-
cos aportados por este autor en los cursos titu- ciones de poder e intenta hacer una suerte de his-
lados Defender la Sociedad3 y Seguridad, Ter- toria de la medicalización en Occidente. En esta
ritorio, Población4. El primer texto mencionado exposición, Foucault enuncia por primera vez la
corresponde a una conferencia dictada en 1974 palabra biopolítica. En cambio, los cursos del 76
en la Universidad de Rio de Janeiro, mientras su y 78 se encuentran hacia finales del periodo ge-
arqueología de la mirada médica es publicada nealógico con una elaboración del concepto de
en 1963. Los cursos, en cambio, pertenecen a las biopoder mucho más madura, ya que le antecede
clases dadas en el Collège de France en los años el capítulo final de la Voluntad de Saber5, lugar en
1976 y 1978. el que se dedica a estudiar esta nueva tecnología.
Nos permitimos señalar la fecha de cada Ahora bien: ¿qué es lo que une a estas obras tan
obra con el propósito de mostrar que no pert- diversas?, ¿qué rasgo comparten?, ¿cómo realizar
enecen a un mismo periodo de la vida del autor. un análisis unitario de las mismas sin cometer
Por consiguiente, se corresponden con diferentes cierto anacronismo? Si nos detenemos a pensar en
el título del segundo capítulo de El nacimiento de
1 Foucault, M.; “La naissance de la médicine sociale” la clínica, podremos intuir una posible respuesta.
conferencia pronunciada en el marco del curso de medici- Foucault titula a este segundo eje de análisis con
na social de la Universidad Estadual de Río de Janeiro en el nombre “Una conciencia política”. Hacer una
octubre de 1974, publicada en Dits et écrits Vol. III, Paris, arqueología de la mirada médica implica inevi-
Gallimard, 1994, pp. 207-228.
tablemente analizar el momento en el que la sa-
2 Foucault, M.; “Una conciencia política” en El nacimien-
to de la clínica, Buenos Aires, Siglo XXI, 2008. lud se vuelve un problema político y, entonces, el
3 Foucault, M.; “Clase del 17 de marzo de 1976” en De- médico se transforma en un funcionario estatal.
fender la sociedad, Buenos Aires, Siglo XXI, 2014.
4 Foucault, M.; “Clase del 25 de enero de 1978” en Se- 5 Foucault, M.; “Derecho de muerte, poder sobre la vida”
guridad, Territorio, Población, Buenos Aires, Siglo XXI, en Historia de la sexualidad. La voluntad de saber, Buenos
2016. Aires, Siglo Veintiuno, 2008.
44
Symploké revista filosófica La medicina como estrategia...

Acá vemos cómo a pesar de ser un análisis ar- ejercer el poder asimétrica. El soberano es quien
queológico se inmiscuye la cuestión del poder. tiene en su poder el derecho de vida y de muerte,
Claramente, las otras obras mencionadas ya están pero entendiendo a ambos no desde el punto de
inmersas en pleno despliegue del abordaje ge- vista biológico sino jurídico. El ejercicio de este
nealógico de Foucault y por ello cuentan con un dispositivo se activa cada vez que, desde el ampa-
vocabulario mucho más vasto en torno al análisis ro del derecho, se hace morir y, ocasionalmente,
de las relaciones de poder. Lo que no nos impide se deja vivir. Tal como puede verse, este poder se
establecer ciertas vinculaciones. inclina del lado de la muerte y la vida sólo tiene
Consideramos que lo que une a todos valor como excepción al derecho de hacer morir.
estos trabajos foucaulteanos es la cuestión de la En cambio, como veremos, en la biopolítica el
medicina porque se trata de un saber que produce poder se inclina del lado de la vida.
determinados efectos de poder pero, también, En esta exposición nos interesa detener-
ella misma está imbricada con las relaciones de nos justamente en esta última cuestión, esto es,
poder de su época. Por esto mismo, en este tra- en el “hacer vivir” biopolítico. En el biopoder,
bajo pretendemos encontrar las afirmaciones de la vida no es pensada en términos jurídicos, sino
Foucault que nos permitan concebir a la medici- que se trata de la vida biológica misma, de la vida
na como una práctica de poder y, al mismo tiem- del hombre como ser viviente, de la vida de la
po, como un saber que produce un determinado especie. La vida como fenómeno natural se con-
tipo de sujeto y de verdad. Por lo tanto, creemos vierte en el objeto de la biopolítica. El propósito
que se puede establecer una relación entre estas de esta nueva tecnología de poder no es reprim-
obras porque saber y poder poseen una relación irla, sino maximizarla explorando sus potencial-
de solidaridad en Foucault. Tal como lo dice en idades naturales. Cabe señalar que cuando Fou-
su clase: “La medicina va a ser [en el siglo XIX] cault habla de potenciar la vida se está refiriendo
una técnica política de intervención, con efectos a la vida de la población. Esta es la forma que ella
de poder propios. La medicina es un saber/poder adopta a fines del siglo XVIII, entendida como
que se aplica, a la vez, sobre el cuerpo y sobre la una masa global7 en donde no se distinguen las
población…”6 individualidades y que es objeto de las prácticas
Ahora bien, siguiendo esta cita es válido gubernamentales de normalización.
preguntarnos: ¿cómo es que interviene la medici- Mediante las prácticas normalizadoras,
na en la vida de la población?, ¿cuál es su ámbito el biopoder intentará cumplir con su cometido.
de intervención?, ¿cuáles son sus efectos de pod- Se trata entonces de una regulación positiva y
er?, ¿por qué se convierte en el siglo XIX en una no represiva de la vida. Las estrategias biopolíti-
técnica política? Antes de intentar dar una posible cas de normalización consideran a la población
respuesta a estos cuestionamientos es necesario como un fenómeno de la naturaleza que no
tener en cuenta que Foucault introduce esta afir- puede ser modificado mediante un decreto sino
mación en el marco del abordaje de la biopolítica. mediante agentes y técnicas de transformación
Es decir, necesitamos tener en claro los conceptos analíticas, meditadas, calculadas. La gestión de
claves que constituyen a la biopolítica para luego esa masa anónima en constante movimiento que
retomar la cuestión de la medicina como práctica es la población será posible mediante diferentes
de poder. Según lo expuesto en el curso de 1976, estrategias que no ejercen una prohibición o co-
biopolítica es una forma de ejercicio del poder erción sobre los individuos, sino que se ejercen
que había aparecido en la segunda mitad del siglo a distancia intentando intervenir su naturalidad
XVIII y que se extiende hasta nuestros días. Aquí permeable. En este momento aparecen determi-
la define como un poder que “hace vivir y deja nados mecanismos como las tasas de natalidad,
morir”, a diferencia del dispositivo soberano que enfermedad, morbilidad y longevidad que inten-
“hace morir y deja vivir”. tan intervenir en las determinaciones globales de
Por lo tanto, Foucault utiliza como herra- la vida. Tal como dice Foucault: “La biopolítica
mienta para explicitar la peculiaridad del ejerci- va a extraer su saber y definir el campo de in-
cio biopolítico un contrapunto con la soberanía. tervención de su poder en la natalidad, la morb-
Entendiendo a esta última como una forma de ilidad, las diversas incapacidades biológicas, los

6 Foucault, M.; “Clase del 17 de marzo de 1976” en De-


fender la sociedad, Óp. Cit., p. 228. 7 Cfr. Ibídem, p. 220.
45
Symploké revista filosófica diciembre 2017

efectos del medio.” 8 Inscripta en esta red de conocimiento, la


Ahora bien, volviendo a nuestro eje de la mirada médica se abre, se vuelve una totalidad
investigación, nosotros consideramos que la me- abierta porque su saber no termina en la percep-
dicina es una de las estrategias biopolíticas por ción del enfermo en particular, sino que se vuelve
excelencia porque su objeto es tanto el cuerpo de una conciencia colectiva que alberga en sí todos
los individuos como esta masa global que es la los acontecimientos clínicos. En este contexto:
población9. La normalización que pretende ob- “Se comienza a concebir una presencia general-
tener estados generales de equilibrio y regular- izada de médicos cuyas miradas cruzadas forman
idad necesita de la medicina como mecanismo una red y ejercen en cualquier punto del espacio,
de acción. Por esto mismo, hacia fines del siglo en todo momento del tiempo, una vigilancia con-
XVIII la medicina va a tener “…la función crucial stante, móvil y diferenciada”12.
de la higiene pública, con organismos de coordi- Bajo esta nueva mirada médica, la enfer-
nación de cuidados médicos, de centralización de medad se vuelve factible de mesura y se comienza
la información, de normalización del saber, y que a individualizar el fenómeno global de la enfer-
adopta también el aspecto de una campaña de la medad. Toda esta explicación hecha por Foucault
higiene y de la medicalización de la población”10. en El nacimiento de la clínica podemos vincular-
Por esto mismo, lo que pretendemos llevar la con el análisis de la noción de “caso” esboza-
a cabo en esta exposición es dilucidar el carácter da en Seguridad, Territorio, Población. Aquí, el
normalizador del saber médico, entendiéndolo filósofo francés sostiene que la enfermedad deja
como una de las prácticas inherentes al dispos- de concebirse como “enfermedad reinante”13,
itivo biopolítico. Intentaremos captar la relación para ser pensada bajo el concepto de “caso”. Esta
entre el “hacer vivir” y la medicina. Mostrando noción no refiere al enfermo en concreto, al caso
cómo esta nueva tecnología de poder se sirve del individual, sino que lo integra al campo colectivo
saber médico como estrategia para maximizar la de la enfermedad. Por esto mismo, la enferme-
vida de la población. dad se vuelve accesible a nivel de grupo y de ese
modo se logra hacer un control estadístico de la
El estatuto político de la medicina salud llevando un registro de los nacimientos, las
patologías, los decesos. Bajo este ordenamiento
Al respecto, en el segundo capítulo de de la enfermedad teniendo en cuenta el medio en
El nacimiento de la clínica, Foucault intenta el que se produce, la edad, la profesión y otras
mostrarnos el cambio producido en la medicina variables la medicina podrá empezar a hablar de
hacia fines del siglo XVIII. Este es el momento “riesgo”.
en el que la medicina adquiere un estatuto políti- Por consiguiente, las patologías no serán
co y se constituye “a escala de un Estado, una tratadas en el enfermo mismo; ya no se trata de
conciencia médica, encargada de una tarea con- “distinguir entre enfermos y no enfermos, sino
stante de información, de control y de sujeción en tomar en cuenta el conjunto, sin discontinui-
[…]”11. dad, sin ruptura, de unos y otros –la población, en
En 1776 el gobierno francés decide crear suma– y ver en esa población cuáles son los co-
la llamada “Real Sociedad de Medicina”. Esta eficientes de morbilidad o de mortalidad proba-
comisión posee tres roles: investigar los movi- bles”14. Habría algo así, entonces, como una mor-
mientos epidémicos, elaborar un registro de los talidad normal y la medicina tendría la función
medicamentos empleados y controlar a los médi- de analizar estas normalidades y de reducir las
cos para que realicen los tratamientos más perti- desfavorables a la curva estadística considerada
nentes de la enfermedad en cuestión. De acuerdo como favorable. La normalización medica con-
con esto, no sólo está encargada de estudiar los siste en “hacer interactuar esas diferentes atri-
fenómenos epidémicos, sino que centraliza sobre buciones de la normalidad y procurar que las
sí todo el saber médico. más desfavorables se asimilen a las más favor-

8 Ibídem, p. 223.
9 Cfr. Ibídem, p. 222. 12 Ibídem, p. 56.
10 Ibídem, p. 221. 13 Cfr. Foucault, M.; “Clase del 25 de enero de 1978” en
11 Foucault, M.; “Una conciencia política” en El naci- Seguridad, Territorio, Población, Op. Cit., p. 80.
miento de la clínica, óp. Cit., p. 51. 14 Ibídem, p. 82.
46
Symploké revista filosófica La medicina como estrategia...

ables.”15 Aquí vemos cómo la medicina adquiere tologías provienen de los males sociales, como
un carácter positivo al intentar producir un cam- las guerras, las hambrunas, la pobreza, las pa-
bio en la salud de la población en general y no en siones violentas, etc. Entonces, si eliminaríamos
el enfermo en particular. las desigualdades “el médico no tendrá ya que
A partir de lo expuesto, podemos em- desempeñar sino un papel transitorio: dar al leg-
pezar a captar que la medicina es una estrategia islador y al ciudadanos consejos para el equilib-
biopolítica porque intenta transformar a la vida rio del corazón y del cuerpo. No habrá necesidad
tomada en términos generales como vida de la de academias ni de hospitales”17.
población. Desde el momento en que asume el Con estos dos mitos logra verse con suma
dominio de la enfermedad como fenómeno col- claridad que el accionar médico es un accionar
ectivo sus incidencias tendrán un resultado a político. Tal como sostiene Foucault: “La primera
nivel de la especie. Aquí la medicina adopta una tarea del médico es, por consiguiente, política”18.
actitud normativa tratando de reducir a la enfer- Esto le da un sesgo positivo, a su vez que norma-
medad a los parámetros establecidos estadística- tivo, porque deja de ser un mero relato sobre las
mente como normales. miserias humanas para volverse una práctica reg-
Sin embargo, consideramos que, para ularizadora de la sociedad. Es decir que se vuelve
entender aún más el rol estratégico que ocupa la un saber que tiene efectos disciplinarios y regula-
medicina a partir del siglo XVIII, es necesario dores ya que influye en la organización de la vida
continuar con un punto central del capítulo “Una misma de los individuos y de la población. Y más
conciencia política”. Según Foucault, bajo esta aún, en cómo se conciben a ellos mismos, al pro-
transformación de la mirada médica surgen dos mover una conciencia que esté medicamente en
grandes mitos: el de la profesión médica nacio- alerta. Es decir que el saber médico, como activ-
nalizada y el de la desaparición social de la enfer- idad pública, intenta eliminar la enfermedad bajo
medad. una actitud normativa que impone un modelo de
En primer lugar, con la nacionalización hombre como saludable y que introduce una bi-
de la actividad médica, Foucault se está refirien- polaridad entre lo normal y lo patológico.
do al control dogmatico de la sociedad mediante A modo conclusión de esta primera parte,
la medicalización. Así como los sacerdotes cur- podemos entender el carácter normalizador del
aban los males de las almas, lo médicos debían saber médico, que se corresponde con el cometido
aliviar los sufrimientos corpóreos. Por lo tanto, del poder biopolítico basado en la maximización
la medicina se transformaría en el calco laico de la vida. Según esta tecnología de poder, vivir
de la Iglesia, mitigando las dolencias y miserias significa responder biológicamente a la media.
físicas. Al convertirse en una actividad pública Esta media es establecida por la medicina bajo la
cambia, también, el rol médico-paciente porque postulación de un modelo de hombre saludable y
este último no deberá pagarle por su atención, en contraposición al hombre enfermo. El médico,
sino que ello quedará en manos de la nación. Por transformado en un funcionario estatal, debe gen-
esto, “la asistencia de los enfermos será gratuita y erar en la población una conciencia medicamente
obligatoria: servicio que la nación asegura como alertada, que es en el fondo una conciencia políti-
una de sus tareas sagradas; el médico no es más ca. De este modo, la medicina podrá intervenir en
que un instrumento de ellas”16. la naturalidad permeable de la población y regu-
El segundo mito, aunque parezca con- larla no desde la prohibición sino a distancia.
tradecir al primero, funciona en reciprocidad.
Pensar que la enfermedad podría desaparecer La medicina como estrategia biopolítica
de la sociedad es afirmar indirectamente que la
medicina estaría pronta a desaparecer. Si desapa- En esta segunda parte de la exposición
rece su condición de posibilidad, el médico úni- nos detendremos a analizar la conferencia dictada
camente tendría un rol provisional. Ahora bien por Foucault en la universidad de Río de Janeiro,
¿cómo es posible pensar una sociedad exenta de en la cual hace uso del concepto de biopolítica.
enfermedades? Bajo el supuesto de que las pa- Este texto es presentado por Foucault como un
intento de hacer una historia de la medicalización
15 Ibídem, p. 83.
16 Foucault, M.; “Una conciencia política” en El naci- 17 Ibídem, p. 61.
miento de la clínica, Óp. Cit., p. 59. 18 Ídem.
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

en occidente, impugnando el supuesto de que la dice que “la biopolítica va a extraer su saber y
medicina moderna es una medicina individualis- definir el campo de intervención de su poder en
ta. Para nuestro filósofo, esta medicina, ligada a la natalidad, la morbilidad, las diversas incapaci-
la economía capitalista, es una medicina social dades biológicas, los efectos del medio”20. Por lo
y no individual. Esta es la hipótesis sobre la que tanto, intentaremos ver tanto en estos ejemplos
se basa todo su análisis ya que sostiene que el cómo la medicina interviene en cada uno de estos
capitalismo transforma a la medicina en una tec- aspectos que constituyen la naturalidad perme-
nología del cuerpo social. able de la población.
Hacia finales del siglo XVIII y principios En primer lugar, introduce la medicina
del siglo XIX la economía capitalista socializó al de Estado desarrollada en Alemania a comienzos
cuerpo como fuerza productiva. Según Foucault: del siglo XVIII. Aquí aparece la cuestión de Es-
“Para la sociedad capitalista lo más importante tado como un objeto de saber, bajo un contex-
era lo biopolítico, lo somático, lo corporal. El cu- to histórico de crisis económica y de bajo poder
erpo es una realidad biopolítica; la medicina es político. Mientras en Francia, Inglaterra y Austria
una estrategia biopolítica”19. Su interés en esta aparecía el problema de la población, entendi-
exposición estará centrado, entonces, en mostrar da como fuerza productiva y las estadísticas de
la evolución de la medicina occidental, mostrar natalidad y mortalidad, en Alemania la práctica
las etapas de formación de la medicina social. médica se desarrolla bajo el propósito de mejorar
Momento en el que la medicina se vuelve una es- la salud pública. Para ello se implementa la lla-
trategia biopolítica. mada policía médica que lleva a cabo diferentes
Ahora bien ¿qué quiere decir el autor prácticas: “La organización de un saber médico
al sostener que el cuerpo ha sido socializado?, estatal, la normalización de la profesión médica,
¿cómo interpretar el concepto de biopolítica aquí la subordinación de los médicos a una adminis-
expuesto?, ¿cuál es la relación entre la medicina tración general y, por último, la integración de los
social y la biopolítica? Es necesario antes de re- diferentes médicos en una organización médica
sponder a estas cuestiones advertir que Foucault, de Estado”21.
en 1974, aún no había elaborado una definición Por consiguiente, la medicina de Esta-
del biopoder. De hecho, esta es la primera y la do alemana surge como una administración de
única vez que lo enuncia en su discurso. No ob- la salud pública con el fin de potenciar la fuerza
stante, consideramos que existía en el autor una del Estado en un época de conflictos económi-
cierta intuición en torno a la biopolítica como una cos y políticos. A Alemania no le interesaba la
forma de ejercicio de poder que regula la vida. vida de la población entendida como fuerza de
Prueba de ello es que, al comenzar su disertación, trabajo, sino como el conjunto de los individuos
nos habla de la medicina como una tecnología que constituían el Estado. Este modelo estatista y
del cuerpo social que tiene como instrumento la administrativo que instaura la medicina alemana
medicalización, entendida como una red extensa muestra cómo el poder utiliza al saber médico
de control. A su vez, para explicar la formación para obtener un determinado rédito, en este caso
de este saber, el filósofo utiliza tres ejemplos con- perfeccionar y desarrollar la fuerza estatal.
cretos: la medicina de Estado, la medicina urbana En segundo lugar, Foucault expone la
y la medicina de la fuerza de trabajo. Estos tres constitución de una medicina urbana en Francia.
casos pueden interpretarse como una muestra de El cuerpo urbano se había expandido debido al
las prácticas y los ámbitos de intervención de la aumento de las actividades comerciales y de pro-
biopolítica. De manera que en este apartado nos ducción. Estas cuestiones económicas llevaron a
encargaremos de describir cada uno de estos plantear la necesidad de organizar la ciudad de
casos de socialización de la medicina porque con- un modo coherente y homogéneo, que permitiera
sideramos que en ellos puede observarse algunos gobernarlo bajo un poder único. Además, con el
de los espacios de intervención del biopoder y, a desarrollo de las ciudades aparece, también, una
su vez, entender cómo funcionan estas estrategias población pobre, un proletariado que convive en
que regulan la vida. los mismos espacios que la burguesía. Los con-
En Defender la sociedad, Foucault, nos
20 Foucault, M.; Defender la sociedad, Óp. Cit., p.222.
19 Foucault, M.; El nacimiento de la medicina social, Óp. 21 Foucault, M.; El nacimiento de la medicina social, Óp.
Cit., p. 366. Cit., p. 370.
48
Symploké revista filosófica La medicina como estrategia...

flictos urbanos se vuelven una cuestión cotid- pública como método de producción una verdad
iana y aparece, entonces, el miedo a la ciudad. sanitaria.
Tal como lo dice el autor: “Nació entonces lo que Por último, el filósofo francés introduce
se puede denominar el miedo urbano, un miedo la medicina como fuerza de trabajo en Inglaterra.
a la ciudad, la angustia antes la ciudad tan car- Esta aparece en el segundo tercio del siglo XIX,
acterística de la época: miedo a los talleres y a cuando la pobreza se convierte en un problema.
las fábricas que se están construyendo, el hacina- Anteriormente, los pobres tenían diferentes tar-
miento de la población, a la excesiva altura de los eas urbanas que se fueron sustituyendo mediante
edificios y también de las epidemias urbanas”22. diferentes reformas tales como el establecimiento
En relación a esta inquietud político-san- de un sistema postal y de un sistema de trans-
itaria surge la medicina urbana como una es- porte. Esto provocó ciertos disturbios y convirtió
trategia de organización de la ciudad bajo presu- al proletariado en una fuerza política capaz de
puestos médicos. Este saber nace en la segunda revelarse. Además, la aparición de la epidemia
mitad del siglo XVIII, tomando como modelo las del cólera en 1832 hizo aparecer ciertos miedos
estrategias del método de la cuarentena de fina- políticos y sanitarios.
les de la edad media. Bajo el presupuesto de la Bajo esta situación histórica se instaura
higiene pública logra establecer un control sobre la medicina social inglesa mediante la llamada
el espacio urbano. Por esto mismo, sus objetivos “ley de pobres”, que permite un control médico
fueron: controlar los espacios de acumulación de del indigente. Tal como sostiene Foucault, bajo
desechos que podían llegar a generar enferme- esta nueva forma de ejercicio de la medicina: “Se
dades (de allí la reubicación de los cementerios a estableció un cordón sanitario autoritario en el
las afueras de la ciudad), controlar la circulación interior de las ciudades entre ricos y pobres; con
de elementos tales como el agua y el aire, organi- este fin se les ofreció a los pobres la posibilidad
zar las distribuciones de la ciudad de acuerdo con de recibir cuidados gratuitos al menor coste, así
las necesidades de sus habitantes. En resumen, los ricos se libraron del riesgo de ser víctimas de
sus objetivos muestran que lo que interesaba a fenómenos epidémicos surgidos en las clases fa-
esta forma de la medicina social era la relación vorecidas”24. Esta medicina aparece como el con-
entre el organismo y el medio. trol de la salud y del cuerpo de las clases más
En este contexto aparecen las nociones necesitadas con el fin de volverlas aptas como
de salubridad y de higiene pública. La primera fuerza de trabajo y, a su vez, como un modo de
se refería al estado del medio en lo concerniente volverlas “menos peligrosas para las clases ri-
a la salud, mientras que la segunda representaba cas”25. Aquí también podemos observar cómo la
las técnicas de control y de modificación del me- medicina adquiere un estatuto político al interve-
dio social para favorecer la salud de la población. nir médicamente en la vida de la población para
Por esto mismo Foucault sostiene que “la medici- aumentar la fuerza de trabajo.
na urbana no fue una medicina del hombre, del Tal como dijimos al comienzo, tanto en el
cuerpo, del organismo, sino una medicina de las ejemplo alemán, como el francés y el inglés, ve-
cosas, del aire, del agua, de las descomposiciones mos cómo opera la medicalización. Lo que difer-
y de las fermentaciones; fue una medicina de las encia a cada uno de ellos es el objeto que es med-
condiciones de vida del medio de existencia”23. icalizado: en un caso se trata del Estado, en otro
Aquí también podemos ver a la medicina la ciudad y, en el último, los pobres y los traba-
como una práctica de maximización de la vida jadores. En ellos vemos cómo opera la medicina
mediante el control y la modificación de los efec- social. Ahora bien: aunque las estrategias y los
tos del medio. Creemos que Foucault se refería a modos de intervención son distintos, el propósito
esta cuestión al hablar del saber médico como una que tienen los tres es potenciar la vida de la po-
estrategia biopolítica porque de forma indirecta y blación de acuerdo a sus necesidades políticas.
a distancia, interviniendo en el medio ambiente, En estos casos, observamos cómo el biopoder
genera modificaciones en las conductas y en las interviene en la vida de la población bajo estrate-
formas de vida de la población. Para la medicina gias médicas que la modifican según sus intere-
urbana, hacer vivir implicaba recurrir a la higiene ses, intentando obtener determinados réditos.

22 Ibídem, p. 373. 24 Ibídem, p. 382.


23 Ibídem, p.378. 25 Ibídem, p. 384.
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

Conclusión la fuerza del estado, en Francia reorganizar el es-


pacio urbano y en Inglaterra potenciar la fuerza
A lo largo de este trabajo pudimos llegar de trabajo. Sin embargo, en ellos pudimos cap-
a diversas conclusiones que confluyen en afirmar tar cómo opera la biopolítica mediante diferentes
que la medicina es una de las prácticas normal- prácticas, tales como la modificación del medio,
izadoras utilizadas por el biopoder para potenciar las campañas de higiene pública, la estadística,
la vida de la población. etc. Todas estas prácticas comparten un objetivo,
En primer lugar, mediante el análisis de volver permeable la naturalidad de la población
El nacimiento de la clínica pudimos captar que, para potenciar sus capacidades en dirección de
a pesar de ser una obra arqueológica, la cuestión sus finalidades.
del poder está presente. El hecho de pensar que En conclusión, en este trabajo pudimos
el médico adquiere un rol político, que promueve comprender qué significa que la medicina sea
en la población una conciencia medicamente en una actividad normalizadora y, a su vez, pudimos
alerta, muestra que estamos en presencia de un observar sus modos de intervención en la natali-
saber que posee efectos de verdad y que es pro- dad, la mortalidad y los efectos del medio. Resta
ducto de las necesidades del poder de una deter- indagar, entonces, otros saberes que operan tam-
minada época. La medicina postula un modelo bién como tecnologías biopolíticas, tales como la
de hombre saludable en confrontación con el del economía y la biología.
hombre enfermo. Es aquí en donde aparece su ac-
titud normativa porque pretende intervenir en la
vida de la especie ajustándola a ese modelo con- Bibliografía
cebido como normal. De este modo, se intenta in-
fluir en la naturalidad permeable de la población Foucault, M.; “Clase del 17 de marzo de 1976”
pero no coercitivamente sino desde la distancia, en Defender la sociedad, Buenos Aires, Sig-
promoviendo las conductas que llevarían a los lo XXI, 2014.
sujetos a habitar la curva estadística de la nor- Foucault, M.; “Una conciencia política” en El na-
malidad. cimiento de la clínica, Buenos Aires, Siglo
En relación a esto, pudimos captar que el XXI, 2008.
saber médico ejerce una regulación positiva so- Foucault, M.; “Derecho de muerte, poder sobre la
bre la vida y esa regulación está estrechamente vida” en Historia de la sexualidad. La volun-
ligada al “hacer vivir” biopolítico. La nueva mi- tad de saber, Buenos Aires, Siglo Veintiuno,
rada médica surgida hacia fines del siglo XVIII es 2008.
producto de un poder que necesita de la medicina Foucault, M.; “La naissance de la médicine so-
para potenciar la vida de la población. ciale” conferencia pronunciada en el marco
En segundo lugar, mediante el estudio de del curso de medicina social de la Universi-
El nacimiento de la Medicina Social vimos cómo dad Estadual de Río de Janeiro en octubre de
la medicalización es una práctica de poder que 1974, publicada en Dits et écrits Vol. III, Par-
permite transformar la vida de la sociedad de ac- is, Gallimard, 1994, pp. 207-228.
uerdo a diferentes necesidades políticas. Intenta- Foucault, M.; “Clase del 25 de enero de 1978”
mos echar luz sobre la afirmación que da inicio a en Seguridad, Territorio, Población, Buenos
su coloquio, aquella que sostiene que la medicina Aires, Siglo XXI, 2016.
es una estrategia biopolítica. Mediante el análisis
de las tres formas de medicina social, la medicina
de estado, la medicina urbana y la medicina como
fuerza de trabajo, pudimos observar los espacios
de intervención del biopoder y, a su vez, entend-
er cómo funcionan sus estrategias que regulan la
vida de la población. Tanto el ejemplo alemán,
como el francés y el inglés, son una muestra de
cómo la biopolítica maximiza la vida. La fina-
lidad de la medicalización en cada caso es dis-
tinta, ya que en Alemania se pretende fortalecer
50
Symploké revista filosófica Entrevista

Antonio Quijano
Entrevista

Lic. Ernestina Godoy - Lic. Franco Puricelli

En el mes de Octubre de 2016, el Profe- tigación ha consistido justamente en buscar en la


sor Dr. Antonio Zirión Quijano ofreció una con- obra de Husserl algún concepto equivalente, o
ferencia en la ciudad de Córdoba, Argentina. En algunos textos en que se describiera o se analiza-
el marco de esta actividad, accedió a ser entre- ra, y por lo tanto se nombrara de alguna manera,
vistado por miembros del grupo de investigación ese “fenómeno” o algo parecido a él. Pero en un
“Proyecto de reactualización contemporánea de principio esa noción o esa expresión de “colorido
la fenomenología: fenomenología de la corporei- de la vida” quería referirse a algo que, si bien me
dad”. En esta entrevista, el profesor se pronunció resultaba a mí claramente existente y mostrable,
sobre inquietudes académicas personales, sobre tenía también cierto carácter enigmático, pues
el valor de la fenomenología en la actualidad, so- no parece fácil encontrar referencias precisas a
bre la vigencia del pensamiento de Edmund Hus- él en la literatura fenomenológica o psicológi-
serl y sobre su visión de la labor filosófica. Estas ca. Es más, al principio para mí no era un tema
declaraciones resultan especialmente atendibles, científicamente abordable, sino algo así como
dado el peso y la importancia del trabajo de es- una experiencia sólo susceptible de tratamiento
tudio y traducción de las obras de Husserl que literario. Sencillamente, no se me había ocurrido
Zirión Quijano realiza desde hace décadas. que la fenomenología fuera la disciplina idónea
para ocuparse de él, y eso que llevaba ya algunos
Sus investigaciones actuales se orientan al es- años estudiando fenomenología. Sin duda, no me
tudio de la vida en su concreción y al análi- había percatado de las capacidades de la fenome-
sis del concepto husserliano de “lo colorido”. nología. Pero una vez que vi esa posibilidad de
¿Podría explicitar qué fue aquello de la feno- describirlo, o abordarlo, fenomenológicamente,
menología que lo motivó a dirigir sus investi- ya no me pareció un tema apto para ninguna otra
gaciones en este camino? ¿Qué posición ocupa disciplina. O el colorido lo describe y lo analiza
este estudio en el marco de una filosofía que se la fenomenología, o no puede exponerse y expli-
pretende científica trascendental? carse de ninguna manera. Lo cual no quiere de-
cir que haya sido o que sea fácil situarlo dentro
La identificación o el descubrimiento de del esquema arquitectónico de la fenomenología,
lo que llamo “colorido de la vida” fue anterior, o dentro del cuadro general de sus distintas disci-
al menos independiente, de mi estudio de la fe- plinas o labores o tareas. Ahora me parece que su
nomenología. No se trata, en realidad, de un con- ubicación es la fenomenología de la conciencia
cepto husserliano. Una parte del trabajo de inves- de sí, de la autoconciencia, la cual en la fenome-
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

nología —al menos en la husserliana— es a la demás. Pero el alcance real que puede tener esta
vez la fenomenología de la conciencia interna investigación, es decir, su real significación filo-
del tiempo. Pero durante mucho tiempo creí que sófica, ética —o hasta estética—, y por otro lado
su ubicación adecuada era la fenomenología de científica —antropológica, psicológica, socio-
la afectividad o de la vida afectiva; que el colo- lógica, lingüística, etc.—, es algo que no puedo
rido tenía una gran analogía, por lo menos, por prever en este momento. En mi idea, está ligada
no decir una identidad, con lo que Husserl llama a lo que llamo fenomenología de la vida en su
(siguiendo, naturalmente, usos presentes en la concreción, pero esta misma fenomenología no
lengua vulgar) “coloración”, “resplandor”, “bri- tiene bien definidos todavía sus propios alcances
llo”, “luz”... El deslinde del colorido respecto de y limitaciones.
la coloración afectiva o emotiva, la coloración o
el resplandor que es obra de los sentimientos, se Usted manifestó en varios de sus trabajos la
gestó muy poco a poco, y sólo fue hasta hace po- exposición de la fenomenología un tanto torpe
cos años que me pareció definitivo. Y sin embar- por parte de Husserl, lo que lleva a que se con-
go, la afectividad y sus coloraciones, aunque sea fundan los verdaderos intereses de la misma
sólo uno de los factores que intervienen o partici- y a que se la haya considerado en ocasiones
pan en la formación del colorido, es un factor im- como un retorno a viejas ideas (platonismo,
portantísimo, tal como lo es ya en la vida misma idealismo, etc.). En este sentido, ¿cuáles con-
de cuyo colorido se trata. sidera que son los prejuicios actuales a los que
No puedo en verdad columbrar muy bien se enfrenta la fenomenología?
todavía ni la verdadera importancia del tema del
colorido dentro de la fenomenología trascenden- Me ha interesado desde hace años poder
tal, ni su significación para una mejor compren- establecer una noción de fenomenología acepta-
sión de la vida y del sentido del mundo de la vida, ble y que pueda dar lugar a un verdadero trabajo
que es la zona en la que creo entrever algo... Por de investigación, a un trabajo hacedero y en el
un lado, parece ser un tema de corte intimista, cual pueda —como decía Husserl— ponerse ma-
cuasi-místico, propio de un individualismo o una nos a la obra, un trabajo —como también decía
egolatría desatados. Yo no voy a negar que para Husserl— efectivamente realizado sobre las co-
fijarse y demorarse en él como lo he hecho se sas mismas. No he avanzado mucho en esta ta-
requiere cierto talante o temperamento especia- rea, pues la primera aclaración que quise hacer
les, cierto gusto o sensibilidad, cierta capacidad se enfrentó de entrada a una resistencia inespe-
de reflexión que están muy cerca de lo que me rada. Esa primera aclaración consistía en sentar
dijo Guillermo Hoyos Vásquez cuando escuchó la tesis, a mi juicio perfectamente obvia, de que
la primera exposición que hice del tema en el II el lema “Volver a las cosas mismas” no consti-
Coloquio Latinoamericano de Fenomenología; él tuye una definición de la fenomenología, como
me dijo: “Eso es fenomenología para ensimisma- se suponía en muchos textos y en la vox populi
dos”. Esa frase y su sentido me han dado mucho académica. Identificar la esencia de la fenome-
que pensar. Lo que he concluido, o lo que creo nología, o su intención principal, con lo que se
que puede concluirse, es que para hacer la feno- expresa en ese lema, constituye a mi modo de ver
menología del colorido se requiere, en efecto, una un prejuicio, y uno de los que más estorban para
buena dosis de ensimismamiento —pero, desde logar una comprensión correcta de la fenomeno-
luego, no mucho mayor que la que se requiere logía. Quiero decir: cuando se cree que la feno-
para hacer cualquier otro tipo de fenomenología, menología se caracteriza suficientemente por ese
que siempre implica una actitud y una disciplina “Ir a las cosas mismas” (“ir o “volver” es aquí lo
reflexiva a ultranza—; pero definitivamente no se mismo), es muy fácil caer en embrollos y en afir-
trata de una fenomenología que sólo pueda inte- maciones muy peregrinas. Lo cual, obviamente,
resar o concernir a “ensimismados”, pues de lo no significa que la fenomenología no deba guiar-
que se trata de describir es algo que todo el mun- se u orientarse por esa máxima, y en un sentido
do vive, y conocer ese aspecto —si es un aspec- particularmente enfático. Pero éste no es más que
to— de la vida de todos, no puede más que tener uno de los muchos malentendidos que merodean
consecuencias positivas en la manera como cada alrededor de la fenomenología. Se podría escri-
uno se comprende a sí mismo y comprende a los bir un libro bastante grueso sobre ellos, y quizá
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Symploké revista filosófica Entrevista

no sería de los libros con menor valor pedagógi- científica y filosófica. Tener una falsa concepción
co. Que la fenomenología es un platonismo, una de la naturaleza de la subjetividad trascendental,
mera investigación de esencias, un idealismo — y con ella de la misma fenomenología trascen-
en un sentido que se deja sin aclarar—, un logi- dental, es malentender una de las maneras más
cismo, un intelectualismo, un cartesianismo —en coherentes de encontrar la indispensable armonía
un sentido que se cree aclarado pero no lo está—, entre una ciencia cada vez más orgullosa de sí
un racionalismo —y a veces en el sentido de ra- misma y más dispuesta a desligarse por completo
cionalismo que la fenomenología misma comba- de la filosofía, y una filosofía que, en conjunto, se
te—, un... elijan ustedes la etiqueta: todas o casi siente hoy en día apocada y olvidada de su misión
todas le han cabido a la fenomenología. Cuando directora y racionalizadora.
la verdad es que la fenomenología —precisamen-
te por atenerse siempre a las cosas mismas— es ¿Considera que entender la fenomenología
un gran disolvente de etiquetas. Y esto lo hace como ciencia estricta es una pretensión anti-
porque es capaz de conceder su parte de verdad a cuada que responde sólo a un concepto históri-
cada posición de las que comúnmente se enfren- co-cultural puntual? ¿Podría decirse lo mismo
tan en oposiciones que parecen irreconciliables, de una lectura exclusivamente metodológica
pero a la vez de limitar sus aspiraciones a encar- de la fenomenología?
nar la verdad completa.
Hablando de los prejuicios actuales, de De ninguna manera es una pretensión an-
los que están imperando en nuestros días, quizá ticuada, por vieja que sea. La validez ideal de la
el más importante es el que considera que el tras- esencia científica de la fenomenología, e inclu-
cendentalismo de la fenomenología trascenden- so de la filosofía, si se entiende esta palabra en
tal es opuesto e incompatible con el naturalismo uno de sus sentidos genuinos posibles, no pue-
propio de las investigaciones empíricas de las de ser invalidada o contrarrestada por ningunos
ciencias de la naturaleza. Se piensa como si la hechos históricos que en apariencia la nieguen.
fenomenología, por el hecho de ser una filosofía Quiero decir: ninguna situación histórica puede
trascendental, trajera consigo la exigencia de que dar como tal un criterio para poner en cuestión
las ciencias naturales abandonen los presupuestos la posibilidad ideal de realizar la fenomenología
fundamentales que las conforman como ciencias de una manera estrictamente científica. Cuando
empíricas, como ciencias del mundo, de la natu- mucho, puede dar un criterio para cuestionar las
raleza, en el momento en que investigan al ser posibilidades reales, fácticas, de esa realización,
humano entendido como una especie biológica que no es lo mismo. Y también: pueden respon-
entre otras. Pero la fenomenología no tiene nada der, o corresponder, a un contexto histórico-cul-
que enseñarle a la biología, o a la ciencia neurofí- tural determinado las fuerzas o las energías que
sica, o neuroquímica, cuando estas estudian, por se requieren para llevar esa posibilidad a su reali-
ejemplo, los sistemas nerviosos de las especies zación, o incluso a decidirse a hacer el intento de
animales y el del hombre entre ellos. Sólo exige llevar a cabo esa realización. Puede correspon-
que en su construcción de conceptos, y en las te- der a un contexto de ese tipo la capacidad real
sis ya no propiamente científicas, sino filosóficas, para esforzarse en esa realización. Porque esas
enunciadas por algunos científicos, no se confun- energías, esta capacidad, son realidades, son fác-
da lo propio de la actitud naturalista, gestada so- ticas, y por tanto son variables, admiten diferen-
bre la base de la actitud natural, con lo propio de tes grados, niveles de convicción, de disposición,
la actitud personalista gestada dentro de la misma y son susceptibles de crisis, de debilitamientos,
actitud natural, y gestada en ella de una manera, de carencias. Pero nada de esto afecta o altera en
si se puede decir así, mucho más natural —y ori- lo más mínimo la posibilidad ideal, esencial, de
ginaria— que la naturalista, ni, sobre todo, con realizar o desarrollar la filosofía en el sentido de
lo propio de la actitud trascendental que la feno- una ciencia rigurosa. Naturalmente, sin embargo,
menología descubre en el subsuelo de la natural. una de las condiciones para que surjan las posi-
En el subsuelo, digo, porque la subjetividad que bilidades reales, para que en los hechos se quiera
la fenomenología toma por tema no está situa- luchar por aquella realización, para que la energía
da en un cielo de dudosa legitimidad, sino en la se genere, para que el entusiasmo brote, es en pri-
base misma de la legitimidad de toda afirmación mer lugar la clara percepción de aquella posibili-
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

dad ideal. Tener esta claridad, esta evidencia, es habrá que juzgarla según sus propios méritos, y
lo que vincula la posibilidad ideal con la real. Lo dentro de éstos, habrá que juzgar en particular lo
contrario se llama escepticismo. El escepticismo que llamaríamos la aptitud para llevar ese nom-
es peligroso, entonces, no sólo porque represente bre.
una posición filosófica equivocada, o incluso ab- Dicho esto, debo al mismo tiempo aclarar
surda (ni siquiera se percata de que su negación que lo que yo he buscado como una noción de
de la ciencia filosófica estricta tendría que ser vá- fenomenología unificada, o como una noción de
lida científicamente), sino por ser fuente de debi- fenomenología común, o como se quiera decir,
lidad, por ser capaz de engendrar una muy fáctica siempre ha sido, aunque quizá no lo haya enfati-
y muy real anemia espiritual. El escepticismo es zado bastante, una noción de fenomenología que
entonces una enfermedad o se convierte en ella está basada —y tal vez más que basada: estructu-
con mucha facilidad. rada, configurada— en la obra de Husserl, en su
Por otro lado, la lectura exclusivamente programa de investigación fenomenológica y en
metodológica de la fenomenología no encierra su afán de exigir una ciencia fenomenológica que
los mismos peligros. Es una concepción parcial, habría de fungir como disciplina filosófica funda-
incompleta de la fenomenología, una concepción mental. Así que, aquí de nuevo, de lo que se trata,
que puede ser más o menos urgente remediar, se- de lo que se ha tratado para mí, medularmente, es
gún como se entienda esa “metodología fenome- de evitar o contrarrestar malos entendidos. Ma-
nológica”, pero que en ningún caso significa una los entendidos, pues, respecto precisamente de la
merma real de las fuerzas para hacer filosofía —o noción “husserliana” de fenomenología. Lo que
fenomenología—. No estoy ya muy seguro de la ocurre es que poner el acento en este adjetivo de
extensión actual, en Latinoamérica y en el mun- “husserliana” corre ya el riesgo de que la noción
do, de este error (pues se trata en todo caso de un de fenomenología propuesta quede indebidamen-
serio error), de su persistencia y penetración. Si- te identificada con una figura, con una persona
gue siendo cierto que la fenomenología no se ha singular —el señor Edmund Husserl que vivió en
impuesto en el medio filosófico como la ciencia Halle, Gotinga y Friburgo durante tales y cuales
que en sentido estricto (también esencial) ella es. años—, y que no se vea que de lo que se trata
es de definir, determinar, una tarea científica que
¿Considera que debe buscarse una definición representa, que es, una posibilidad esencial, una
unificada de la fenomenología? ¿Es esto posi- posibilidad esencial, ideal, y además, válida: vá-
ble y saludable para su desarrollo? lida como ciencia posible. Es esta ciencia, cuyos
fundamentos estableció Husserl, la que me ha in-
Definición unificada de la fenomenolo- teresado y me interesa poner a salvo de algunos
gía... Esta cuestión tiene muchas aristas. En un de los malentendidos que la han acosado desde
sentido muy claro y completamente formal, hay casi su mismo nacimiento. El malentendido de
que decir que no. ¿Por qué no? Porque todo el que ella consiste solamente en una metodología,
mundo tiene derecho de proponer su noción de o en un método, es uno de ellos, por cierto. Otro
fenomenología, de corregir o rectificar o rechazar consiste en pensar —ya me referí a esto— que su
las nociones ajenas o anteriores, etc. ¿Se cons- esencia está expresada en el lema “Volver a las
truye con esto una sola noción? Por supuesto que cosas mismas”, que es la manera como Heidegger
no. O al menos, no se hace consciente, delibe- la pretendió definir, en una forma enteramente ar-
radamente. Aunque quizá en el fondo sí, pues, tificial y gratuita. Otro malentendido muy común
salvo casos extremos, no habría un fenomenólo- y que dio lugar a la fundación de toda la tradición
go que no mirara como un ideal el acuerdo o la o la disciplina denominada “fenomenología rea-
confirmación de los demás. Es un hecho que el lista”, es la tesis de que lo propio de la fenome-
nombre de “fenomenología” se ha usado en filo- nología es la investigación de esencias, sin más.
sofía para cosas muy distintas, y yo no quisiera Pero esto no es propiamente fenomenología, sino
cuestionar en absoluto el derecho a la existencia ciencia eidética (de esencias), o, en nivel supe-
de ninguna de las disciplinas, tesis, actitudes, mé- rior, ontología. La fenomenología es también
todos, proposiciones, etc., que lo han llevado o ciencia eidética, pero no toda ciencia eidética es
que lo hayan de llevar en el futuro. A cada una fenomenología. Y no es que piense que los “feno-
de estas distintas nociones de “fenomenología” menólogos realistas” (que se dicen realistas para
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Symploké revista filosófica Entrevista

distinguirse de los “trascendentales”) no hagan es ciencia parece hacer de ella un quehacer que,
investigaciones serias, posibles, válidas. Sólo por ser exclusivamente teórico, se desentiende
pienso que las hacen bajo un nombre inadecuado. de la vida real, de la vida humana que está, toda
Este es aquí el malentendido. Y hay varios otros ella, trenzada en y con intereses prácticos. Y este
que aún aguardan aclaración. Pero dejaré aquí aparente divorcio de la fenomenología, o de la fi-
este tema. Sólo para concluir y responder a la pre- losofía fenomenológica, respecto de los intereses
gunta completa, diré que la definición unificada vitales, prácticos, humanos, morales, o respecto
de la fenomenología es bien posible, y en cierto de las preocupaciones espirituales más hondas o
sentido está ya hecha y perfilada —si bien siem- más arraigadas de la humanidad, ha servido, por
pre será posible ahondar en ella, complementar- cierto, como un muy buen pretexto para criticar
la, limar asperezas, matices, etc.— por el propio y denostar a la fenomenología. Pero digo “apa-
Husserl; pero aunque también es muy saludable rente divorcio” porque en realidad lo que en él se
para su desarrollo, y sobre todo para el desarro- refleja es una visión muy superficial de las cosas.
llo del conocimiento que ella misma debe tener Para Husserl, eran precisamente los intereses vi-
de sí misma, no es esta definición estrictamente tales más hondos, y la situación crítica en que se
indispensable para ese desarrollo, ya que, como encontraban en la cultura de su tiempo, los que
toda práctica, esta de la fenomenología tampoco reclamaban que la filosofía retomara la senda de
exige el conocimiento teórico de su propia índole la rigurosa cientificidad. Otra cosa que no fuera
y de sus propias reglas y normas. Así como para eso, cualquier cúmulo de opiniones organizadas
hablar no es indispensable el conocimiento de la con cualquiera finalidad política o ética, podía
definición del lenguaje, ni de sus reglas, gramati- ser sólo un paliativo momentáneo; sólo la cien-
cales y de toda índole —y digo, claro, para hablar cia puede construir el suelo firme sobre el cual
correctamente, en obediencia de todas las reglas pudiera erigirse no sólo el conocimiento técnico
aplicables—. Supongo que esto es bastante obvio requerido para cualquier aspiración a transformar
y no necesita mayor aclaración. Claro que, desde las condiciones de vida de los hombres, sino tam-
otro punto de vista, es también muy obvio que bién el conocimiento de sí mismo indispensable
un fenomenólogo tendría que interesarse por los para que el ser humano pueda renovarse a sí mis-
fundamentos y la justificación, y la correcta con- mo, superarse y mejorarse a sí mismo, individual
ceptuación, de su propia disciplina, sobre todo si y comunitariamente. No hay una tarea práctica
la ve como destinada a ser en algún sentido una más importante y más urgente que ésta, según
ciencia fundamental para la filosofía. En cierto creo entender. Hoy lo podemos apreciar de mane-
nivel fenomenológico, pues, el conocimiento re- ra muy concreta al vernos enfrentados al enorme
flexivo de sí misma es ya necesario, y no se diga reto de modificar, no unas cuantas prácticas que
en la filosofía misma, una de cuyas cuestiones nos permitan llevar una vida más acorde con las
centrales es ella misma. prescripciones de una sociedad preocupada por
la ecología, el cuidado del planeta, sino verda-
¿Qué visión tiene usted acerca de la distinción/ deramente todo nuestro estilo de vida de manera
relación entre teoría y práctica, que tan recu- radical. Porque sin ese cambio en la práctica de
rrentemente se plantea y que no deja de ser un nuestra vida, no sobrevivirá el planeta y por lo
tema complejo? tanto no sobreviviremos nosotros como especie.
Pero aunque no pesara sobre nosotros esa ame-
Teoría y práctica en el contexto de la fi- naza de extinción —que es muy real, como us-
losofía —o de la fenomenología, que es, como la tedes saben—, seguiría siendo urgente el reto de
venimos considerando, la disciplina fundamental combatir toda la serie innumerable de los males
de la filosofía—... Esta no es una cuestión sencilla. que plagan, aunque vivamos en la constante ten-
Se puede ver o entender en distintos niveles. Pero tación de ignorarlos, nuestra vida actual, y no ex-
ante todo está la aparente denegación del sentido clusivamente en nuestras sociedades capitalistas,
práctico de la filosofía que hace Husserl en Fi- mercantilistas, materialistas, individualistas, todo
losofía como ciencia estricta, donde defiende la lo cual es casi sinónimo de “inhumanas”. Pero
concepción de la filosofía que enuncia este título hablemos sólo de estas nuestras sociedades, que
frente a la que la considera como concepción del son las que tenemos más cerca. La desigualdad
mundo o como sabiduría. Pensar que la filosofía en todos los órdenes de la vida, la falta casi total
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

de oportunidades en que vive una buena parte de ¿Cómo revertir esta situación? Ojalá tu-
la población, las dramáticas deficiencias de una viera alguna fórmula. Por lo pronto, dar a cono-
educación, si no inexistente, concebida como un cer esta situación con la mayor claridad posible
instrumento más del mercado, la tolerancia o la no es un mal paso. Hay que reivindicar en todo
ceguera ante la degradación moral, ante la pros- momento, en primer lugar, las prerrogativas del
titución, muchas veces forzada, de los cuerpos y espíritu humano —su libertad, su dignidad, sus
de las costumbres en todos los niveles de la con- derechos, valores, metas— frente a toda corriente
vivencia humana... ¿No está todo eso, toda esa de pensamiento, surgida de donde sea, que tien-
situación que es la vida que nos rodea en este da a darle a la vida del hombre el mero carácter
mismo momento, no está pidiendo a gritos una de un hecho, sin mayor significación que la caída
salvación, una reforma, una renovación ética de la lluvia o el paso de las nubes por el cielo.
(para usar el término de Husserl)? ¿Y en dónde Hay que impedir que lleguen a convertirse en es-
puede esa renovación apoyarse, en dónde puede cepticismo filosófico y ético (y a la larga moral
encontrar medios y herramientas, si no en el ar- y político) las insinuaciones que están surgiendo
senal de verdades de la ciencia? No sólo, claro, la en diversos ámbitos científicos y que, con la idea
ciencia natural o naturalista, ni la ciencia social o de reivindicar para el hombre una naturalización
humana, sino la ciencia integral, completa, la que o una animalización que nunca debió haber per-
nos permita comprender el sentido y el valor de dido, apuntan, a sabiendas o no, a una nivelación
nuestras metas. sin la menor matización, y por ende a una cegue-
Naturalmente, debe decirse que estas re- ra moral de consecuencias poco previsibles pero
laciones, y en general la motivación ética de la de muy mal augurio. Pero hay que preguntarse
fenomenología, no tienen mucha visibilidad en también, por otro lado, si no es una especie de
la situación actual de la filosofía (y por desgra- locura ese afán humano de considerarse capaz no
cia también de la fenomenología) tal como se sólo de dominar y controlar su condición natural
desarrolla en las instituciones académicas y ante y animal, sino de separarse efectivamente de ella,
todo en las universidades. Porque parecería, en del cual son un clarísimo reflejo algunos exce-
efecto, que en su actual hundimiento en el vérti- sos filosóficos y otros excesos arquitectónicos o
go de sus actividades, los filósofos han perdido urbanísticos que han perdido de vista la dimen-
su vocación de “funcionarios de la humanidad”, sión humana. Junto con esto, hay que preguntar-
su papel como líderes de una sociedad que no ha se, como ya dije, si no resulta urgente suscitar
adquirido suficiente conciencia de la gravedad de la duda sobre la viabilidad y la sustentabilidad
la situación. Y lo más grave, quizá, es que entre de las formas de vida en las que nos movemos
los sectores de la sociedad que mantienen o han actualmente. Ya me referí a esto. En todo caso,
recuperado esa conciencia y lo que se puede lla- creo que en estas reflexiones y en estos cuestio-
mar un sano estado de alerta ante las múltiples namientos —que no veo mejor forma de ahondar
amenazas, no se piensa (hablo en términos ge- y de desarrollar que la filosófica, y especialmente
nerales: por lo regular no se piensa) en recurrir la fenomenológica— es donde mejor se aprecia
a la filosofía, porque ésta en su retraimiento no la auténtica vinculación esencial entre teoría y
se levanta a señalar, ya no los peligros futuros, práctica, a fin de cuentas entre pensamiento y vo-
sino ni siquiera las desdichadas realidades actua- luntad.
les, ni a ofrecer caminos de reflexión y de crítica La verdad, lo verdadero, y su búsqueda
ante ellos. Los líderes son, en nuestros días, los honesta, diré para terminar, nunca estarán de más
periodistas. No está mal tener un periodismo des- en ninguna coyuntura humana imaginable, en
pierto. Pero ni siquiera a este periodismo se le ningún predicamento humano imaginable. Por el
ocurre que la filosofía pudiera representar una vía contrario, en cualquiera será siempre la primera
de solución. Hasta la religión tiene en nuestros necesidad.
días mucho mayor capacidad de asumir un papel
de guía que la filosofía. Esto a mí me parece un ¿Considera que existe una fenomenología de
enorme fracaso. Tal vez una parte del fracaso se corte latinoamericano, ya sea en la pregunta
explica por el arrinconamiento en que la fenome- o en el problema inicial que abre el camino fe-
nología se encuentra dentro de la filosofía institu- nomenológico?
cional de nuestros días.
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Symploké revista filosófica Entrevista

La fenomenología, y la filosofía en gene- la medida en que la fenomenología, o la filoso-


ral —en esto no tiene mucho sentido hacer di- fía, tomen como tema aspectos históricos reales,
ferencias—, no tiene, en mi opinión, un motivo nacionales o regionales, que siempre son parti-
justo para preocuparse por su nacionalidad o su culares, depende justamente de los intereses del
carácter local, regional, continental. No es que investigador. La fenomenología da herramientas
esta nacionalidad o este carácter no puedan o no para comprender situaciones de todo tipo, mo-
deban ser, en ciertos desarrollos que al menos en tivaciones de todo tipo, formaciones de sentido
cierto sentido pueden seguir siendo fenomeno- de todo tipo, y por ello puede ser muy útil para
lógicos (o filosóficos), tema, objeto de estudio; entender un carácter nacional, una época, o, más
pero ni siquiera eso hace que estos mismos desa- en general, una historia determinada. Pero todo
rrollos o estudios deban cobrar un carácter nacio- esto no debe entenderse como la ciencia o la dis-
nal o regional. El carácter nacional de la filosofía ciplina fenomenológica propiamente dicha, sino
mexicana, por ejemplo, o el carácter mexicano de como una aplicación de ella, o un desarrollo de
la fenomenología (el que la fenomenología ha co- ella en un terreno particular —porque el terreno
brado en México), puede muy bien ser estudiado propio de la fenomenología es el terreno de las
en los Estados Unidos o en Argentina o donde se máximas generalidades.
quiera. Quiero decir que esto que llamo el carác- En cuanto a la segunda pregunta en que
ter nacional, regional o continental, es algo que la desdoblamos la pregunta planteada, es decir, la
fenomenología o la filosofía puede adquirir sólo pregunta por el posible carácter nacional o lati-
por el hecho de desarrollarse o ejercerse en deter- noamericano que pudiera haber adquirido la feno-
minada nación, región o continente, y nunca por menología al desarrollarse dentro de una nación
el hecho de incluir entre sus temas o sus preocu- determinada o dentro de América Latina, esto es
paciones algo que tenga relación con esa nación, en cierto sentido inevitable, ya que, como expre-
esa región o ese continente. Entonces, si esto es sión humana y de un grupo humano, la fenome-
así, la pregunta interesante en realidad se desdo- nología no es ajena o refractaria a esa peculiar
bla en dos preguntas: por un lado, la de saber si conformación o modelación que da lugar a un ca-
la fenomenología, en cualquier lugar en que se rácter, un estilo, una personalidad. Pero esto ocu-
desarrolle, ha tomado entre sus temas el carácter rre, ya se entiende, sin que intervenga en ningún
latinoamericano, o el carácter propio de alguno caso la voluntad o los propósitos de los autores,
de nuestros países latinoamericanos. Y por otro de los fenomenólogos mismos. No ocurre por-
lado, la pregunta de saber si la fenomenología que alguien lo busque o porque alguien lo quiera,
que se desarrolla en América Latina o en algún sino con independencia de lo que se busca y lo
país latinoamericano, ha tomado cierto carácter que se quiere. Y ni siquiera la elección del tema,
latinoamericano o nacional. un tema, digamos, nacional, le da carácter nacio-
En cuanto a la primera pregunta, eso ha nal a ninguna disciplina (como ya quedó claro al
ocurrido, en efecto, en cierta medida, en forma principio). Pero en ciertos países o ciertas zonas,
muy limitada, y no con resultados (o ya antes, con suelen desarrollarse con preferencia ciertas temá-
metodologías y principios) propiamente fenome- ticas en ciertos grupos, surgen inclinaciones doc-
nológicos. Es el caso de la llamada filosofía de lo trinales, quizá, o metodológicas, y cierto tema o
mexicano, que floreció en México a mediados del cierta “solución” concentra los esfuerzos intelec-
siglo pasado, y que, en medio de confusiones me- tuales de una comunidad durante un tiempo, se
todológicas y algunas exageraciones de carácter forman movimientos con repercusiones fuera de
político y culturalmente reivindicatorio, produjo la estricta esfera filosófica, etc. Un caso de este
algunos textos muy meritorios, que elucidaron al- tipo es, por ejemplo, el del llamado giro teológico
gunos aspectos de la realidad del “carácter” (no en la fenomenología francesa, o en algunos feno-
diré, obviamente, como decían algunos de ellos, menólogos franceses, mejor dicho, desde finales
de la esencia o del ser) del mexicano. Eso fue del siglo pasado. En México, o en Latinoamérica,
un movimiento culturalmente importante, en el no ha habido, hasta donde puedo juzgar por lo
que tomaron parte varias de las principales figu- que conozco, ningún movimiento que se distinga
ras de la filosofía en México en esos años: des- de esta manera. Así que una “fenomenología de
de Alfonso Reyes hasta Emilio Uranga, por dar corte latinoamericano” no la hay, precisamente,
sólo dos nombres. En general, puede decirse que en este sentido. Hay intereses temáticos en deter-
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

minados autores o estudiosos, como la concen- Alfred Schütz, por irme algo lejos; o en el racio-
tración intensísima del profesor Roberto Walton, vitalismo de Ortega, o en las reflexiones ontoló-
gran figura de la fenomenología en su país (digo, gicas o noológicas de Zubiri; o en algo así como
el país de ustedes), en el tema del horizonte. Este la reducción hiperbólica de Marc Richir, o en las
tipo de preferencias se dan de modo natural y ob- propuestas, a veces extremas o extremadas de
vio; pero no llegan, o no han llegado, a conformar aquellos fenomenólogos y teólogos franceses que
un estilo, un carácter o un movimiento. mencioné antes. No hay ninguna Academia de la
Ortodoxia Husserliana, ni tendría sentido que la
Los abordajes post-husserlianos a menudo pa- hubiera. Pero una cosa es esto, que no es más que
recen suponer una superación de la fenome- reconocimiento de la libertad de investigación y
nología de Husserl. ¿Considera que ésta se ha de pensamiento —y de la vinculación del pensa-
agotado o, por el contrario, que los renovados miento a la personalidad del pensador, la cual se
intereses aún pueden enriquecerla? muestra y se demuestra ya en el mismo lengua-
je usado—, y otra cosa es el desconocimiento de
He dicho en otras ocasiones que en la cul- unas investigaciones francamente geniales que
tura filosófica no son infrecuentes las sentencias abarcan prácticamente todos los campos de la ex-
de muerte apresuradas, y con la fenomenología periencia y de la vida de conciencia, y encierran y
husserliana ha ocurrido eso en varios casos, tan- suponen un programa científico y filosófico de tal
to en forma expresa como en forma tácita, y en envergadura que difícilmente puede aspirar nadie
estos, debido a una ignorancia que es casi culpa- a estar a su altura, o siquiera ser capaz de abar-
ble, dada la magnitud de la figura de Husserl y la carlo con la mirada. Ese desconocimiento, y las
de su obra. Debe decirse que el mismo Husserl muy fáciles desconsideraciones, deformaciones,
proponía su proyecto filosófico, o, más acotada- tergiversaciones, que se hacen para tener un buen
mente, el proyecto de su fenomenología trascen- pretexto para no sentirnos obligados al estudio
dental, como una empresa de generaciones, para de esa obra enorme en todo respecto, no son más
un trabajo de siglos. Pero esto tampoco ha sido que ligereza, irresponsabilidad, cuando no torpe-
cabalmente comprendido. El nombre de Husserl, za y estupidez. Dada la grandísima producción
o el apellido de “husserliana” para la fenomeno- editorial de nuestros días, unida a la que se ha
logía que fundó, no tiene ninguna importancia ido acumulando desde los años en que Husserl
fuera de la de servir de identificación. Lo que vivía, resulta una tarea ímproba, quizá en los he-
cuenta es el proyecto mismo, su solidez, su co- chos imposible, la de discriminar, no ya entre la
herencia y justificación, así como las perspecti- ortodoxia y la heterodoxia, sino incluso entre las
vas que tiene de realización, y de una realización aportaciones positivas al programa de la fenome-
continua y sostenida a lo largo de generaciones. nología, sean o no críticas, y las tesis que en rea-
Las correcciones y rectificaciones de todo tipo no lidad van por otro camino, sea porque se muevan
son sólo inevitables; son esperables y son desea- deliberadamente en otras rutas del pensamiento,
bles. Sólo hay que medir, calibrar con extremo sea porque debido a sus errores o sus ineptitudes
cuidado qué representa una auténtica corrección, van realmente desencaminadas.
y gracias a ella una efectiva superación, y qué re-
presenta un cambio de proyecto, o sea, un explí- En la actualidad existe una lectura dirigida a
cito o implícito rechazo del proyecto husserliano. mostrar la concepción de un “nuevo Husserl”.
En realidad, todo tipo de cosas pueden ocurrir: ¿Considera necesaria esta suerte de renova-
desde las modificaciones de detalle, por así decir, ción o recuperación de la fenomenología?
en las descripciones husserlianas, hasta las pro-
puestas de sustitución de un proyecto por otro, Ese “nuevo” Husserl es una mala denomi-
lo que equivale a rechazarlo. Y yo diría que todo nación para una buena idea: la idea de hacer ver
ello ha ocurrido de hecho. Pero no es en absoluto al verdadero Husserl detrás de las múltiples de-
sencillo establecer, por ejemplo, en qué medida el formaciones que se han hecho de él en la historia
proyecto de Husserl está vigente en la ontología de la recepción de la fenomenología en los distin-
fundamental de Heidegger o en su hermenéuti- tos países. No hay más que un Husserl, cuyo pen-
ca de la facticidad, o en el pensar del ser; o bien samiento pasó ciertamente por numerosas evolu-
en las investigaciones socio-fenomenológicas de ciones motivadas por una autocrítica muy intran-
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Symploké revista filosófica Entrevista

sigente. Pero el problema al que se remite con ciales, intencionales, y luego las que siguen, las
aquella denominación no tiene que ver con nada que sigan, las que estén más allá, en un horizonte
de esto, sino con el hecho de que, en las obras que de investigación que Husserl consideró infinito.
Husserl publicó en vida, no todos eran capaces de En otro aspecto de la pregunta, me gusta-
ver el auténtico rostro de Husserl, y lo que en mu- ría remitirme a lo que he dicho antes, al respon-
cha gente pasaba y sigue pasando por Husserl no der a la pregunta sobre la relación entre teoría y
es más que su nombre: “Yo no soy ése. Ése es sólo práctica.
mi nombre” —escribió él mismo en una carta de
1934 que utilicé como epígrafe en mi libro sobre ¿Cuál es su opinión acerca de la manera en
la historia de la fenomenología en México—. Y que se ejerce hoy la filosofía y como está insti-
lo que ahora ocurre o ha estado ocurriendo es que tucionalizada?
con la publicación en la colección Husserliana de
tantos manuscritos de investigación que dejó in- Tengo sobre este punto, quizá ya lo he in-
éditos, y la de los textos de muchos de sus cursos sinuado, ideas bastante sombrías, y me llevaría
y lecciones, etc., resulta más difícil ignorar quién mucho tiempo desarrollarlas en detalle. Baste que
era, quién es, el verdadero Husserl, y tener así, en mencione, de modo un poco abstracto, los tres o
palabras de Javier San Martín, no del todo exen- cuatro factores que más negativamente inciden
tas de peligros, una “nueva imagen de Husserl”. en la situación actual de la filosofía. Me refiero
Yo prefiero simplemente hablar del Husserl real, al sometimiento de la academia a los dictados
o del verdadero programa de la fenomenología de una burocracia institucionalizada y globaliza-
trascendental, frente a las falsedades y equívo- da cada vez más férrea y más inexpugnable. Ese
cos más o menos inocentes y frente a las cari- sometimiento significa una pérdida de autono-
caturas y los fantoches construidos para hacerlos mía práctica y teórica en grados muy alarmantes.
fácil objeto de burlas y pedradas. Pero a fin de Cualquiera sabe que hoy la filosofía se hace cada
cuentas, cada quien seguirá viendo en Husserl o vez menos por mor de la verdad y cada vez más
en su fenomenología lo que quiera, lo que le den por mor del éxito en la carrera personal. Otro fac-
sus entendederas, y su buena o mala voluntad de tor de primer orden es el furor —propiciado en
aprender. A pesar de lo cual, nunca estará de más parte por aquella burocratización— por publicar,
señalar cuál es el verdadero Husserl, sus ideas ge- un ansia propiciada precisamente por el valor que
nuinas, sus tesis originales, y el sentido correcto se le da a las publicaciones (a ciertas publicacio-
de su marcha filosófica. Pues también siempre nes, por cierto, y no a todas, y no en atención a
habrá alguien que escuche. ellas mismas, sino a factores formales: género de
publicación, tipo de revista, etc.) dentro de la bu-
En su opinión, ¿cuáles deberían ser los objeti- rocracia académica, y que conduce a un notable
vos actuales de la fenomenología? decremento de la calidad promedio de las publi-
caciones; y si a esto se le suma la masificación
Algunos de los objetivos actuales más creciente de la población escolar y académica, en
importantes de la fenomenología están ya implí- parte fomentada por la facilidad de publicar en la
citamente enunciados en lo que acabo de decir. era de los medios y ambientes electrónicos, o in-
Pero esos —el trabajo de revisión, de fijación cluso de la tipografía computarizada, que ha ve-
conceptual, de exégesis pura— son trabajos pro- nido a caer en las manos de cualquier persona no
pios de la divulgación, la difusión y la didáctica entrenada en el arte de la tipografía o en el de la
de la fenomenología, no trabajos o tareas propia- escritura gramaticalmente correcta, se tiene el re-
mente fenomenológicos. Las tareas de la fenome- sultado de un maremágnum prácticamente infini-
nología son en cierto sentido siempre las mismas to de publicaciones filosóficas, cuya cantidad las
—dejando sin considerar la casi necesidad de un hace ya imposibles de ser abarcadas con la vista
progreso en esas tareas, lo cual las va haciendo, al —ya no digamos leídas o estudiadas—, y cuya
menos en principio, modificarse en el tiempo—, calidad es también imposible de discriminar. A la
las tareas del análisis, la reflexión, la descripción, situación de las publicaciones se suma la de los
la intelección (intuición intelectual), la captación congresos y reuniones de filosofía, que no son or-
y el deslinde de las situaciones y las relaciones ganizados con el espíritu de que las filosofías (las
esenciales de estas y aquellas estructuras viven- diferentes tendencias y tradiciones filosóficas)
59
Symploké revista filosófica diciembre 2017

debieran poder eventualmente reunirse, unificar-


se —y ya casi ni siquiera los filósofos mismos,
divididos en una serie de mesas paralelas simul-
táneas que impiden efectivamente un verdadero
diálogo—, sino en el espíritu de propiciar la par-
ticipación igualitaria de todos —como si todos
fueran iguales, desde el maestro consagrado has-
ta el estudiante que comienza—, pues todos tie-
nen el mismo derecho a llenar su curriculum con
constancias de participación como ponente. Nos
enteramos también de que en el mundo entero
pululan las iniciativas y los proyectos, y la gente
activa que se esfuerza por nutrir su carrera, y las
reuniones, coloquios, simposios, jornadas, etc.,
cunden o abundan; y no hay en general nada que
se pueda decir contra cada uno de ellos; pero es
que el solo panorama de esa vida académica tan
segregada, tan atomizada, tan poco conjuntada y
armonizada en torno de proyectos, programas y
tareas comunes, no deja otra conclusión que la
constatación de que se vive una especie de caos.
El mundo académico hoy en día es una imagen
muy adecuada del ápeiron. En eso estamos.
Ustedes hacen esta entrevista con muy buena fe,
y con la misma buena fe yo la contesto. Pero se
dan bien cuenta, supongo, de que este esfuerzo
nuestro no es más que una sola palabra escrita en
una página de los cientos de miles de millones
de volúmenes que giran a nuestro alrededor en la
inconmensurable Biblioteca de Babel —para re-
cordar el cuento de Borges— en la cual vivimos
de hecho en nuestros días. ¿Quién la pondrá en
su adecuado contexto? ¿Quién, para empezar, la
leerá al hojear ese volumen perdido en el que se
situará en algún rincón de esa biblioteca? Puede
ser que este sea el panorama de una gran riqueza,
y la fehaciente demostración de la creatividad hu-
mana. Pero ¿no sienten ustedes ante él, en ciertos
momentos, una sensación de vértigo, de mareo,
de algo parecido a la náusea?

60
Symploké revista filosófica Reseña

Reseñas

Mario Caimi - Valeria Sonna - Mariana Gardella


UBA

El 5 de mayo de 2017 en la Escuela de sonaje al que conoce en una cervecería de París,


Humanidades de la Universidad Nacional de San que lo llevan a identificarse con quienes estudia,
Martín, el profesor Néstor L. Cordero dictó la especialmente, con Sócrates, cuya rebeldía ante
conferencia “La traducción, un mal necesario a una sociedad injusta Luis asimila a la actitud que
utilizar con moderación: el caso de lógos”. Asi- un intelectual debió asumir durante la dictadura
mismo, el profesor Mario Caimi, Valeria Sonna y de los años 70 en Argentina. Como se sabe, Só-
Mariana Gardella comentaron y reseñaron algu- crates pagó su rebeldía con su vida…
nos libros publicados recientemente por el pro-
fesor Cordero. La actividad fue auspiciada por Reseña y comentario de Mario Caimi
Interpres, programa de práctica y estudio de la
traducción que depende de la Universidad Nacio- Si uno, siendo miembro de la Academia
nal de San Martín. platónica, tuviera que tratar personalmente con
Antístenes, más le valdría estar al tanto del áspe-
A. ro nominalismo de este, para no ser arrollado por
CORDERO, Néstor L., También la verdad se su personalidad difícil. Ese conocimiento, junto
inventa, o de cómo la filosofía puede enloque- con el de las críticas de Antístenes a Platón, se
cer, Buenos Aires, Biblos, 2014. obtiene en un pasaje de esta novela (p. 157 y ss.).
El lector se sorprenderá al comprobar que ese
Presentación de Néstor L. Cordero adversario de Platón es capaz de citar a Borges.
Si alguien quisiera saber cómo hay que entender
Suele definirse a la filosofía como la bús- la sentencia de Parménides, que lo mismo es el
queda de la verdad –o de una verdad–. Pero cuan- pensar y el ser, nada parecería mejor que pre-
do una auténtica pasión se apodera del investiga- guntárselo a Néstor, el mayor especialista en el
dor, este se identifica a tal punto con los filósofos asunto. Pero, en verdad, hay algo mejor que eso:
del pasado que tanto admira, que los límites entre preguntarle a Parménides mismo. Este nos dirá
la verdad que busca y la verdad que inventa des- que no pretendió exponer una tesis idealista, sino
aparecen. Es lo que le ocurre a Luis, el protago- que su afirmación es apenas la comprobación de
nista de la novela que he escrito. La insólita aven- un hecho: todo pensar se refiere a algo. Es impo-
tura que lo lleva a proyectarse en el tiempo no sible pensar en nada. Ni siquiera se puede decir
surge de manera voluntaria. Consiste en la lectura “nada”, porque incluso ese decir dice algo; dice
de las notas escritas por Alberto, un extraño per- una palabra: la palabra “nada”; dice, al menos,
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

ondas sonoras. “Por eso –le ha dicho Parméni- hoy. No se trata de recuerdos, de apariciones, ni
des al estudioso Néstor Cordero– yo digo que lo de espiritismo; es un fenómeno que forma par-
que no es no se puede ni pensar ni decir” (pág. te de la filosofía, cuando alguien se la toma en
134). Después de esa explicación verdaderamen- serio” (p. 11). Ahí está la clave del libro. Néstor
te esclarecedora, suena raro que Parménides se se tomó en serio la filosofía que estudió y a la
lamente de que Néstor no tenga a mano una cá- que dedicó su vida. Dialogó –lo digo sin metáfo-
mara fotográfica: “me hubiese gustado –le dice– ra– con sus personajes. Creció y se formó en ese
fotografiarme con usted”. Si, en cambio, uno se diálogo. Son esos personajes los habitantes de su
interesara más por la filosofía contemporánea, le mundo. Y es verdad, textualmente, que eso acon-
convendrá saber que “a la gente de hoy sólo le tece cuando se toma en serio la filosofía. Spinoza
interesan los números [...] y el análisis del discur- dijo que eso del tiempo, de la temporalidad de
so”, como dijo (según Néstor) el propio Platón en las cosas y del orden cronológico son fantasías
una conversación que sostuvo con él (p. 79). de una imaginación confusa y descarriada; que lo
Estas y otras muchas rarezas se explican propio de la verdad es conocer las cosas según su
cuando uno se entera de que el protagonista de aspecto eterno. Eso les da legitimidad –si hiciera
esta novela ha adquirido, sin quererlo, la capaci- falta– a las experiencias relatadas en este libro. El
dad de trasladarse en el tiempo. Figuras del pa- autor se ha independizado del tiempo, aunque no
sado lo visitan en la base que ha establecido en de la historia.
un café de París, donde escribe una tesis. Él les Basándose en un conocimiento de primera
devuelve la visita, se integra en el mundo de esos mano (en sentido literal y figurado), Néstor ense-
personajes, aprovecha para interrogar a quienes ña. Comparte su conocimiento y narra los hechos
son el tema de su investigación, aunque después y las teorías con la intensidad y vivacidad con
no pueda hacer uso de todo lo que le revelan que solo puede referirlos quien ha estado allí y
porque le resulta imposible justificar el origen ha tomado parte en esos hechos personalmente.
de sus afirmaciones. Solo se las puede presentar Y es literalmente verdad que él ha tomado par-
disfrazadas de ficción, escondidas en las páginas te en esos hechos y en esas conversaciones por-
de una novela. Néstor hace amistad con Platón, que les ha dedicado gran parte de su vida. Por
conversa con él a la sombra del plátano citado eso son tan creíbles sus diálogos con Platón y con
en el Fedro. Conoce personalmente a Tales y a Parménides; sus relatos de las aventuras que él
Aristóteles. Ayuda a Aldo Manuzio a hacerse de mismo corrió; sus relaciones de hechos que for-
un códice de la Biblioteca Laurentiana y hace maron parte de su vida, hechos que interpretó con
posible así la edición de las obras completas de mayor exactitud que la que pudieron tener otros
Platón, aparecidas en Venecia en la imprenta de testigos presenciales porque estos no gozaron de
Manuzio en febrero de 1513. Presencia en las la perspectiva que le permite a Néstor apreciar
arenas de Lutecia la representación de un com- con justeza el verdadero significado de lo vivido.
bate naval que no le interesa mucho, pero que le Claro que para quien ha vivido con tanta
da ocasión de conversar con unos espectadores, intensidad la filosofía, para quien se la ha tomado
conocedores de Demócrito. Y, para que no falte tan en serio, resulta difícil explicar la intensidad
nada, comparte una mesa de cabaret con Gardel de su experiencia. Por eso, el autor recurre a un
en París. Mientras tanto, el tiempo paralelo sigue artificio que le permite mostrar, como a través de
su curso, o será que sigue su curso el tiempo úni- una analogía o de una alegoría, la realidad vivi-
co pluridimensional. En la Argentina, “nuevas da. De ese modo, puede hacernos partícipes de la
elecciones habían puesto en el poder a un león realidad efectiva de los diálogos que ha sostenido
herbívoro que seguramente había elegido mal las con los pensadores griegos en años de estudio y
hierbas con las que se alimentaba” (pp. 134-135). de meditación. Ese artificio le permite transmi-
Todo eso no pasaría de ser un juego litera- tir la vivacidad y certidumbre con que ha perci-
rio simpático, situado entre la ciencia ficción y la bido las circunstancias históricas, el grado o la
pura fantasía, si no fuera porque pronto se descu- profundidad en que se ha internado en las teo-
bre un sentido profundo mucho más rico. En las rías. Todo eso fue cierto, sin artificio ni metáfora.
primeras páginas de esta preciosa novela se dice: Creo firmemente que todo lo relatado aquí tuvo
“Personajes y situaciones que cronológicamente lugar. Sólo fue necesario el artificio de la ucronía
deberían pertenecer al pasado están presentes aún para poder relatarlo con mayor veracidad; es de-
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Symploké revista filosófica Reseña

cir, con el grado de realidad que efectivamente le por ejemplo aquellas formidables acerca de la
corresponde. Esto, creo yo, explica el título del globalización explicada por Diógenes el cínico,
libro. Este es una invención y una fantasía, pero quien dice que “este siglo IV es un despliegue de
es la invención de la verdad. Por eso la novela se maldad insolente”, y a quien responde Néstor de
llama También la verdad se inventa. una manera no menos sorprendente. En fin, esta
No se trata solamente de la verdad de las novela de Néstor Cordero es un libro de esos que
teorías, sino que se inventa y se presenta aquí la uno se alegra de haber leído. Si puedo decir algo
verdad de la experiencia personal del trato con personal aquí, diré que lo agradezco, tanto como
ellas. De verdad ha tenido lugar esa discusión si- experiencia literaria, cuanto como enseñanza fi-
lenciosa sostenida en la intimidad con los pensa- losófica. Aprendí mucho y aprendí cosas maravi-
dores estudiados. A propósito de esto decía Que- llosas. Y –salvo el triste final ya mencionado– me
vedo algo que describe bien el temple de ánimo resultó extraordinariamente divertido.
de Néstor: “Retirado en la paz de estos desiertos
/ con pocos, pero doctos libros juntos / vivo en B.
conversación con los difuntos / y escucho con los CORDERO, Néstor L., Platón contra Platón.
ojos a los muertos.” Néstor le agrega a esa ex- La autocrítica del Parménides y la ontología del
periencia algo más, algo característico de él: el Sofista, Buenos Aires, Biblos, 2015.
humor. Cuando Platón quiere, por ejemplo, sabo-
tear una representación teatral de Las nubes para Presentación de Néstor L. Cordero
defender la memoria de Sócrates (p. 145), pre-
sentado en esa obra de Aristófanes como alguien No es habitual que un filósofo se critique a
ridículo, nada mejor que recurrir a un argentino sí mismo: otros colegas se encargarán de hacerlo.
experto en rechiflas y conocedor de cantos popu- Y es menos habitual aún que, en función de su
lares. En la augusta asamblea de los atenienses autocrítica, un filósofo modifique algunos puntos
irrumpe entonces un grupo que entona, entre otras de su teoría. Platón es una excepción. Después
cosas, “Los muchachos socratistas”. Sólo el final de haber expuesto en numerosos diálogos una fi-
del libro es tristísimo, en él se nota que el autor losofía sólida y coherente, no sabemos por qué
no se ha alejado de la realidad en ningún momen- razón escribe un diálogo, el Parménides, en el
to. La realidad relatada en los últimos momentos que exhibe abiertamente algunos defectos esen-
de la narración es una realidad argentina de las ciales de su teoría, y luego otro diálogo, el So-
peores que se han vivido en los últimos tiempos. fista, donde corrige esos errores y “mejora” su
Por suerte, un toque de esperanza la atempera. Y sistema. Para llevar a cabo esta tarea, Platón, no
eso también es característico de la personalidad solo filósofo, sino también artista consumado, se
del autor. vale de una mise en scène perfecta: rejuvenece a
La estructura misma del libro se origina, Sócrates en el Parménides y cambia de portavoz
evidentemente, en la experiencia de la investiga- en el Sofista.
ción filológica. Los textos en los que se estudia la
filosofía clásica nos han llegado solo como copias Reseña y comentario de Valeria Sonna
de copias; a veces son fragmentos que conoce-
mos gracias a los resúmenes que hizo alguien que En el presente texto Néstor Cordero aborda
es citado por un tercero, cita a su vez preservada un tema controversial: el de la epistemología y
en alguna copia renacentista. Así también el texto la ontología del Platón tardío. En general hay un
de la novela se construye mediante la reconstruc- acuerdo acerca del hecho de que Platón inaugura
ción de resúmenes y de cuadernos manuscritos una crítica contra la base de su propia filosofía en
transmitidos de mano en mano. Hay que desta- el Parménides que luego es continuada en el Tee-
car aquí la amabilidad y la sencillez del tono con teto y que vendría a resolverse en el Sofista. Aho-
que el autor y los protagonistas de la crónica se ra bien, en qué consiste la solución del Sofista es
dirigen al lector para explicarle las rarezas de la lo que ha generado polémica entre los comenta-
narración. También en eso se delata a sí mismo el ristas. Tanto, que es fácil perderse en las diversas
autor del libro. dóxai y quedar a la deriva en un mar de tintas.
Lamento que, por razones de tiempo, no En este panorama, Platón contra Platón
pueda yo leerles algunas páginas de la obra, como constituye una suerte de hilo de Ariadna, un ver-
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

dadero lógos sobre la obra platónica. Propone cuarto de la tercera sección, a la luz de la defi-
un recorrido que recolecta, elige y selecciona nición del ser como la “posibilidad (dýnamis)
los pasajes a analizar con un criterio claro que de afectar y ser afectado” (Sofista, 247d8). Esta
es la evolución de las Formas a lo largo del pen- definición, que es desechada por la mayoría de
samiento platónico. Una evolución que, según el los comentarios sobre el diálogo,1 es tomada por
Dr. Cordero, consiste en un rejuvenecimiento de Cordero como la auténtica definición del con-
su ontología, una suerte de pasaje a través del cepto de “ser” por parte de Platón y constituye la
cual las Formas dejan de ser “inmóviles piezas base fundamental sobre la cual despliega su hi-
de museo” para pasar a ser entidades dinámicas. pótesis de que la nueva ontología que Platón pro-
Pero no solo las Formas cobran vida en pone es dinámica. Según la lectura de Cordero, la
este libro. Platón mismo deja de ser una pieza “Forma del Ser”, una Forma cuya especificidad
de museo: se desdobla y dirige toda su potencia es la de comunicar existencia, comunicará, jus-
agónica contra sí mismo. Platón I, joven y toda- tamente, la posibilidad de afectar y ser afectado.
vía algo inexperto en materia de ese “arte de la A la luz de dicha definición, la nueva ontología
charlatanería que ningún filósofo serio debería platónica cobra un carácter vital del que carecen
descartar como inútil”, es confrontado y cues- sus diálogos anteriores, ya que el movimiento se
tionado por Platón II, un Platón más sabio, más incorpora como parte constitutiva de las Formas,
experimentado (no olvidemos que ya ha sufrido de lo que realmente es.
el desencanto de la experiencia con Dionisio II En segundo lugar, cabe destacar el gran
en Sicilia). Irónicamente, el Platón más viejo aporte que significa para los estudios sobre el So-
sostendrá un pensamiento mucho más joven, más fista el análisis filológico que el Dr. Cordero lleva
dinámico. a cabo sobre la sección 240b7-9. En ella se define
El libro se divide en tres secciones. Las el status ontológico de las imágenes, lo cual cons-
dos primeras retratan a Platón I y la tercera, a tituye un nodo central del problema metafísico
Platón II. La primera sección, compuesta de dos del diálogo. Mediante un trabajo de investigación
capítulos, está dedicada a la posición de Platón detallada de los manuscritos, el Dr. Cordero ha
con respecto al relativismo de la época. Allí se descubierto que esta parte fundamental del texto
expone la respuesta platónica al problema de qué platónico ha sido tergiversada en la mayoría de
es lo real en el plexo de las cosas que componen las ediciones2 con el fin de preservar a Platón de
“lo que hay”. Dicha sección contiene un análi- afirmar que exista algo intermedio entre el ser y
sis del significado de las Formas en los diálogos el no-Ser. El análisis que lleva adelante en el pri-
llamados “socráticos”, que pertenecen al primer mer capítulo de la tercera sección es altamente
período de la obra de Platón. La segunda sección, esclarecedor con relación al problema del no-Ser.
compuesta también de dos capítulos, contiene un A la luz de la restauración de la edición en fun-
análisis del concepto platónico de “Forma” a la ción de lo que aparece en los manuscritos y de la
luz de la autocrítica del Parménides a la noción
de “participación”. La tercera sección, mucho 1 Suele considerarse esta definición, que se da en el mar-
más extensa que las anteriores, entra de lleno co de la posición de los materialistas, como una definición
provisional. Tal es el caso, por ejemplo, de DIÈS, Auguste,
en un análisis pormenorizado de la nueva onto- Définition de l´être et nature des Idées dans le Sophiste de
logía que Platón presenta en el Sofista. Contiene Platon, Paris, Vrin, 1909, p. 17 y MIÉ, Fabián, Dialéctica,
una investigación apasionante que, combinando predicación y metafísica en Platón. Investigaciones sobre
herramientas filológicas y filosóficas, nos lleva el Sofista y los diálogos tardíos, Córdoba, Ediciones del
a ver que lo que sucede en este diálogo es que Copista, 2004, pp. 271-276. CORNFORD, Francis M., La
teoría platónica del conocimiento, traducción de Néstor
Platón reinventa la noción de “participación” y el Luis Cordero y María Dolores del Carmen Ligatto, Ma-
concepto mismo de “Forma” gracias a una defi- drid, Paidós, 1991, sostiene que es un argumento que Pla-
nición dinámica del ser. Esta da por tierra con la tón pone en boca de los materialistas. También hay quienes,
división entre el ser y el devenir tan característica como BLUCK, Richard S., Plato´s Sophist, Manchester,
de los diálogos medios. Manchester University Press, 1975, matizan el peso que
tiene el término horízein en el pasaje, negando que se trate
La apuesta más valiosa del libro del Dr. de una verdadera definición.
Cordero radica en el análisis del concepto de 2 Me remito especialmente a la edición de BURNET, John,
“Forma” y de la manera en que estas se combi- Platonis opera, Oxford, Clarendon Press, 1900, que es la
nan. Este análisis se lleva a cabo en el capítulo más divulgada y que puede consultarse on-line en el Pro-
yecto Perseus: http://www.perseus.tufts.edu/hopper/
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Symploké revista filosófica Reseña

respectiva traducción que se propone, podemos miento introducido por Parménides, son los dos
comprender en qué sentido Platón sostiene más matices que monopolizará lógos a partir de Pla-
adelante, en un momento de auge en el diálo- tón, surgidos naturalmente de su raíz (el discur-
go, que “realmente existe lo que no es” (Sofista so une palabras; el razonamiento, argumentos).
258d). Parte fundamental del problema es la in- Aristóteles hará del lógos, con el significado de
auguración de la noción de “no-Ser” mediante el “habla”, la esencia del ser humano, y finalmente,
concepto del eídolon (la imagen) como algo que con el estoicismo, la irresistible ascensión de la
existe, pero que no es (en el sentido de que no es noción culminará con su significado de “razón”.
verdaderamente aquello que se propone ser).
Finalmente, se vuelve necesario dedicar Reseña y comentario de Mariana Gardella
un momento a la reflexión sobre la vitalidad y
el movimiento. En algún giro de la historia, la En estos últimos años el profesor Cordero
filosofía transformó el ser en algo estático, en una ha escrito una serie de libros que, como ocurre
noción esclerosada. Néstor Cordero, en un cami- con las virtudes aristotélicas, expresan el justo
no que invierte esta intención, se ha ocupado de medio entre dos extremos: el de la exposición de
devolver su vitalidad al pensamiento griego. Ha los resultados de una investigación erudita y el de
devuelto el movimiento al ser parmenídeo en su la divulgación científica. Volúmenes como La in-
traducción del poema3 y, mediante su análisis del vención de la filosofía o Cuando la realidad pal-
Sofista, ha devuelto el movimiento a la Forma del pitaba constituyen, tanto para lectoras y lectores
ser del Platón tardío. Si la vida no es otra cosa nóveles como especializados, una irresistible in-
sino movimiento, podemos decir entonces, que vitación a pensar por primera vez o repensar una
estos pensadores griegos viven, palpitan, cuando vez más las ideas que alumbraron los griegos.4
los leemos a través de su mirada. El descubrimiento de la realidad en la filo-
sofía griega tiene por objetivo analizar el origen
C. y las transfiguraciones de la noción de lógos. El
CORDERO, Néstor L., El descubrimiento de libro se compone de trece capítulos dedicados al
la realidad en la filosofía griega: el origen y las estudio de este concepto en los textos conserva-
transfiguraciones de la noción de lógos, Buenos dos de Homero (capítulo 1); Hesíodo, los poetas
Aires, Colihue, 2017. líricos y Jenófanes (capítulo 2); Heráclito (ca-
pítulo 3); Parménides (capítulo 4); Meliso, los
Presentación de Néstor L. Cordero atomistas e Hipócrates (capítulo 5); los sofistas
(capítulos 6 y 7); Antístenes (capítulo 8); Platón
La filosofía nace cuando se descubre la es- (capítulos 9 y 10); Aristóteles (capítulo 11); los
tructura que hace que un conjunto de elementos estoicos (capítulo 12) y Plotino (capítulo 13).
se convierta en un “objeto” que, recién entonces, Asimismo, la obra cuenta con una introducción,
puede investigarse. Los filósofos griegos encon- un epílogo, una lista completa de la bibliografía
traron en la lengua cotidiana un término ideal citada y un apéndice dedicado a discutir la noción
para expresar esta idea, lógos, cuya raíz significa de “lógos henológico” en Plotino.
“unión de una multiplicidad según un criterio”. Uno de los aspectos más interesantes del
El término, atestado sólo en dos ocasiones en los trabajo es la inclusión de fuentes juzgadas tradi-
poemas homéricos, no ofrece mayores dificulta- cionalmente como “no filosóficas”, e. g. Home-
des de traducción, pero sin duda ha de haber sido ro, Hesíodo, los poetas líricos, Tucídides y los
manipulado y enriquecido por los primeros filó- dramaturgos clásicos. Las razones son eviden-
sofos porque ya en Heráclito su significación es tes: por una parte, como aclara el autor, lógos no
múltiple, y, un siglo después, Platón lo utiliza dos es un término forjado por los filósofos, sino una
mil cuatrocientas ochenta y tres veces. Este cre- palabra de uso corriente que los filósofos dotan
cimiento desmesurado se explica: tanto la expre- de nuevas y variadas significaciones. Lo mismo
sión escrita u oral del pensamiento, que es el dis-
curso, presente ya en Heráclito, como la relación 4 CORDERO, Néstor L., La invención de la filosofía. Una
entre nociones, que es el razonamiento, procedi- introducción a la filosofía antigua, Buenos Aires, Biblos,
2008 y CORDERO, Néstor L., Cuando la realidad palpita-
3 Cfr. CORDERO, Néstor L., Siendo se es. La tesis de Par- ba. La concepción dinámica del ser en la filosofía griega,
ménides, Buenos Aires, Biblos, 2005. Buenos Aires, Biblos, 2014.
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

ocurre con otras joyas del vocabulario filosófico, son una cosa” (Hipólito, Refutatio omnium hae-
como ousía (“propiedad”) o eîdos (“aspecto visi- resium IX. 10; DK B 57).9 Hesíodo no sólo em-
ble”).5 Por otra parte, la distinción entre filósofos plea el término lógos en varios versos de su poe-
y no filósofos es anacrónica, especialmente cuan- ma, sino que indica su versatilidad y capacidad
do se aplica a quienes reflexionaron antes de la para expresar tanto la verdad como la falsedad.
invención del concepto de “filosofía”, que tuvo En el prólogo de la Teogonía, las musas del He-
lugar recién a fines del siglo V a. C., en el marco licón se dirigen al poeta, diciéndole: “Sabemos
de la disputa entre Platón e Isócrates por su de- decir muchas mentiras semejantes a verdades / y
finición.6 Por eso, como afirma el precepto que sabemos, cuando queremos, cantar cosas verda-
hace años el profesor ha instituido como máxi- deras” (Hesíodo, Teogonía vv. 27-28).10 Hesíodo
ma, es preciso que seamos esclavas y esclavos de no justifica este poder del lógos ni explica cómo
los textos conservados, independientemente de si es posible diferenciar los lógoi verdaderos de los
estos textos son actualmente clasificados como falsos. Esta tarea es la que emprenderán los lla-
poéticos o como filosóficos. Quienes nos dedi- mados “filósofos”, especialmente Platón, quien
camos al estudio de la filosofía antigua solemos en el Sofista justifica que tanto el lógos verdadero
concentrarnos más en Platón que en Hesíodo. No como el falso se refieren a lo que es: el verdadero
hay justificación para ello. En efecto, los textos dice de lo que es lo que es, el falso dice de lo que
poéticos –épicos, líricos y dramáticos– eran el es lo que no es (Sofista 261c-264a).
vehículo de la educación de los ciudadanos, y Por otra parte, Hesíodo indica que los dis-
transmitían valores y sentidos que los filósofos cursos falsos son parte de la descendencia de
repitieron, discutieron o transformaron. Eris, la discordia. Eris pare a distintas potencias
Comentaré dos usos del término lógos en negativas que representan aspectos conflictivos
textos que, clasificados actualmente como “poéti- del mundo: Dolor, Olvido, Hambre, Sufrimien-
cos”, son relevantes para el tratamiento filosófico tos, Batallas, Guerras, Asesinatos, Homicidios,
de la noción de lógos. Mi intención será reivindi- Rivalidades, Caos y Ruina. Asimismo, entre
car, como hace el trabajo del profesor, la consulta sus descendientes se cuentan algunas fuerzas
de fuentes literarias para las investigaciones filo- que representan el conflicto en el ámbito de la
sóficas. Me ocuparé, en primer lugar, de Hesíodo. palabra: Mentiras, Discursos, Discursos dobles
Con justicia este podría ser calificado, utilizando y Juramento (Teogonía vv. 225-232). En su in-
la expresión que Aristóteles aplica a Tales de Mi- terpretación del verso 229 (Neíkeá te Pseúdeá te
leto, como uno de los primeros que filosofó.7 En Lógous t’ Amphillogías te), el profesor Cordero
efecto, en la Teogonía Hesíodo aporta una expli- considera que Pseúdea (“mentiras”) es atributo
cación sobre la génesis del kósmos que combi- de Lógous (“discursos”). Sin embargo, la presen-
na recursos mítico-narrativos con recursos argu- cia de la conjunción te permite interpretar que se
mentativos.8 Por esta razón, Hesíodo se transfor- trata de dos núcleos independientes coordinados,
mó en uno de los principales interlocutores de los de modo que Hesíodo distinguiría, como hijos e
filósofos, que se vieron obligados a discutir sus hijas de la discordia, a las mentiras, i. e. a los dis-
ideas. Esto se ve de forma paradigmática en las cursos falsos, y a los discursos sin más, i. e. a los
críticas que le dirige Heráclito: “Hesíodo, maes- discursos verdaderos.
tro de la mayoría. Todos creen que muchas cosas En segundo lugar, en el capítulo 7 el pro-
sabe este, quien no conoce el día y la noche, pues fesor analiza usos relevantes del término lógos
en la poesía dramática, que prefiguran o expre-
5 Cfr. CASSIN, Barbara (dir.), Vocabulaire européen des san ideas que sistematizan los filósofos. Uno de
philosophies. Dictionnaire des intraduisibles, Paris, Seuil,
pp. 727-741, s. v. lógos.
los ejemplos más interesantes es el de las Nubes
6 Como propone NIGHTINGALE, Andrea, Genres in Dia- de Aristófanes. Por medio de la construcción del
logue. Plato and the Construct of Philosophy, Cambridge, personaje Sócrates, Aristófanes parodia en esta
Cambridge University Press, 1995, pp. 13-59.
7 Aristóteles, Metafísica I 983b20. Cfr. ROWE, Christo-
pher, “‘Archaic Thought’ in Hesiod”, The Journal of Hel- 9 Mi traducción. Cfr. Diógenes Laercio, IX 1 (DK B 40):
lenic Studies, vol. 103, 1983, pp. 124-135. “La polymathía a tener inteligencia no enseña. Pues a He-
8 Mársico, Claudia, “Ejes para pensar lo griego”, En C. síodo habría enseñado y a Pitágoras, también a Jenófanes
Mársico (ed.), Polythrýleta. Sistemas explicativos y muta- y a Hecateo”.
ción conceptual en el pensamiento griego, Buenos Aires, 10 Mi traducción. Cfr. Hesíodo, Teogonía v. 890 y Traba-
Rhesis, 2011, pp. 2-30. jos y días v. 78.
66
Symploké revista filosófica Reseña

comedia a los intelectuales del siglo V a. C. Los rior. Es llamativo que el discurso fuerte y el débil
saberes que se enseñan en el Pensadero –astro- sean caracterizados en la comedia como “justo”
nomía, meteorología, historia natural, geometría, e “injusto” respectivamente: “que va a aprender
geología, gramática y retórica– representan la aquellos dos discursos, el más fuerte, tal cual es,
síntesis de la nueva cultura intelectual, tal como y el más débil que, al decir cosas injustas, voltea
era vista por el común de los atenienses.11 Aun- al más fuerte. Y si no, por lo menos aprenda el in-
que Protágoras no es mencionado expresamente justo con toda habilidad” (Nubes vv. 882-885).14
en la comedia, dos de sus tesis son allí parodia- Esta asociación permitiría a Aristófanes criticar la
das: (a) la tesis de la antilogía, según la cual “so- práctica del sofista, al mostrar que sus estrategias
bre cualquier cosa existen dos discursos opuestos argumentativas pueden ser puestas al servicio de
uno a otro”;12 (b) la posibilidad de volver más la defensa de una posición que atenta contra los
fuerte el argumento más débil, que caracteriza la valores de la ciudad. En línea con las críticas que
profesión del sofista de Abdera.13 dirigirá Platón a los sofistas, se muestra en la co-
Recordemos la trama de la comedia. El an- media de qué modo el lógos puede actuar de for-
ciano Estrepsíades pretende evadir el pago de las ma independiente de la realidad: no se busca, por
deudas generadas por su hijo Fidípides, volvién- medio del discurso, enunciar y conocer cómo son
dose un buen orador y aprendiendo el discurso las cosas, sino más bien persuadir a la audiencia,
injusto que le permita “tergiversar la justicia” a atacar una posición, imponer una opinión, vencer
su favor (Nubes v. 434). Dado que Sócrates se re- en un debate argumentativo.
húsa a enseñar, en el agón de la obra los mismos El libro del profesor Cordero realiza un
discursos, que aparecen personificados, se ocu- análisis mucho más fino y detallado de las cues-
pan de la instrucción del joven: el discurso fuer- tiones que he presentado aquí de forma somera.
te, caracterizado también como justo, y el débil, Su valiosa lectura aportará no solo información
caracterizado como injusto. El primero encarna sobre los filósofos antiguos, sino también precio-
un modelo educativo tradicional centrado en la sas enseñanzas sobre qué valor tienen los textos
sophrosýne que manda instruir a los jóvenes en antiguos y qué podemos hacer con ellos hoy.
música y gimnasia, fomentando actitudes deco-
rosas (Nubes vv. 961–1025). El segundo presenta Sobre los autores y autoras
su contenido en abierta oposición al primero. No
solo cuestiona este tipo de educación, sino que Néstor Luis Cordero es Doctor en Filoso-
defiende la enseñanza de la retórica para poder fía por la Université Paris–Sorbonne, Profesor Emérito de
ganar cualquier proceso legal (Nubes vv. 1047– la Université de Rennes I, Decano del Collegio dei Cittadi-
1084). De hecho, este discurso explica que ha ni Onorari dell’Antica Città di Elea y miembro correspon-
recibido el nombre de hétton por contradecir (ta- diente de la Academia Nacional del Tango y la Porteña del
nantí’ antiléxai) las leyes y los procesos judicia- Lunfardo.
les, logrando la victoria con los argumentos más Mario Caimi es Doctor en Filosofía por
débiles (Nubes vv. 1036–1042). Se contraponen la Johannes Gutenberg–Universität Mainz, Investigador
la fortaleza y debilidad retóricas con el conteni- Superior del Consejo Nacional de Investigaciones Cientí-
do o intenciones morales que caracterizan a cada ficas y Técnicas (Conicet-Argentina), y Profesor Consulto
discurso, de modo tal que un argumento que por de la Universidad de Buenos Aires.
su contenido injusto sea débil, gracias a los arti- Valeria Sonna es Doctora en Filosofía
lugios de un sofista, puede volverse dominante. por la Universidad de Buenos Aires, becaria posdoctoral
El vencedor del agón es el discurso débil del Conicet y docente de la Escuela de Humanidades de la
cuya victoria lo transforma en el discurso supe- Universidad Nacional de San Martín.
Mariana Gardella es Licenciada en Filo-
11 Dover, Kenneth J., Aristophanes. Clouds. Edited with sofía por la Universidad de Buenos Aires, becaria doctoral
introduction and commentary, London, Clarendon Press, del Conicet y docente de la Escuela de Humanidades de la
1968, pp. XXXV- XXXVI y Guidorizzi, Giulio y Del Cor- Universidad Nacional de San Martín.
no, Dario, Aristofane. Le nuvole. Introduzione et traduzio-
ne, Milano, Mondadori, 2002 [1º ed. 1996], p. XXVI.
12 Diógenes Laercio, IX 51. 1–2 (DK 80 B 6a): “dúo ló- 14 La traducción es de Cavallero, Pablo; Frenkel, Diana et
gous eînai perì pantòs prágmatos antikeiménous allélois”. alii, Nubes de Aristófanes. Edición bilingüe, introducción y
13 Aristóteles, Retórica 1402a24 (DK 80 B 6b): “tòn hétto notas, Buenos Aires, Editorial de la Facultad de Filosofía y
dè lógon kreítto poieîn”. Letras de la Universidad de Buenos Aires, 2008.
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

Reseña

Leandro Turco
Estudiante Lic. Filosofía - UNSAM

Han, Byung-Chul. Shanzhai: El arte de la producto del optimismo desplegado por la una-
falsificación y la deconstrucción en China. nimidad masiva y el discurso homogéneo, en el
Han, Byung-Chul. Shanzhai: The art of borramiento y la neutralización de toda negativi-
counterfeiting and deconstruction in China. dad y oposición, impidiendo así toda experiencia
Traducción de Paula Kuffer. Buenos Aires: Caja negativa. En este infierno de lo igual donde se
Negra Editora, 2016, pp. 86. ISBN 978-987- exacerba el narcicismo propio de la mismidad, no
1622-50-4 hay lugar para la diferencia, para la delimitación
negativa del otro. Esta violencia positiva, invisi-
Caja Negra Editora nos presenta en su ble y totalizante conlleva a una autoexplotación
“Colección Futuros Próximos” el libro Shanzhai: asfixiante, una interiorización del explotador por
el arte de la falsificación y la deconstrucción parte del explotado, una incorporación del amo
en China, del filósofo y teórico cultural Byung- por parte del esclavo, que hace del rendimiento
Chul Han (Seúl, Corea del Sur, 1959). El titulo óptimo un fin productivo, un enajenamiento tipi-
original de la obra Shanzhai. Dekonstruktion auf ficado por la psiquiatría como lo son el Síndrome
Chinesisch (Merve, Berlin, 2011) llega a noso- de Burnout, los trastornos por déficit de atención,
tros con la traducción de Paula Kuffer, doctora la hiperactividad, depresiones nerviosas, y un lar-
en filosofía por la Universidad de Buenos Aires. go etcétera, que concluyen con la implosión del
Radicado en Alemania, el autor desarrolló organismo, con el infarto masivo.
sus estudios en filosofía por la Universidad de Sus textos son elaborados en una constan-
Friburgo, como también literatura alemana y teo- te conversación y confrontación con pensadores
logía en la Universidad de Múnich. Con más de como Sigmund Freud, Walter Benjamin, Giorgio
una decena de publicaciones, encontramos entre Agamben,   Michel Foucault, Jean Baudrillard,
sus obras más destacadas: La sociedad del can- Martin Heidegger. Dentro de un ambiente de
sancio (Müdigkeitsgesellschaft. Matthes & Seitz, profundo pesimismo romántico, el autor advier-
Berlin 2010), La agonía del Eros (Agonie des te las consecuencias sintomáticas que confronta
Eros. Matthes & Seitz, Berlin 2012), y Topología la Modernidad tardía, que, entre otras cosas, se
de la violencia (Topologie der Gewalt. Matthes & enfrenta con la mercantilización del amor, con-
Seitz, Berlin 2011). vertido en simple pornografía. Se clausura toda
Reconocido como uno de los críticos con- experiencia erótica en la erosión del otro, del
temporáneos más prolíferos del neoliberalismo, átopos amado. Lo inclasificable e incesante con
Han centra sus tópicos teóricos en la alienación que se presencia al ser amado, su negatividad y
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Symploké revista filosófica Reseña

extrañeza, quedan eliminadas; dando por resulta- fijación esencialista” (p.21). Se ahondan las de-
do una imposibilidad de la experiencia negativa. terminaciones conceptuales y temporales, las téc-
El análisis también aborda con hondas críticas nicas y trasmisiones de enseñanza entre maestro
el imperio técnico, internet y las redes sociales, y alumno sobre el lienzo, la copia como creación
que se imponen como medios de cohesión social y su estima o condenación.
a través de arquetipos brindados por la informa- En las siguientes secciones (Xian Zhang:
ción, el Big Data como progresivo remplazo del Sello del ocio, y Fuzhi: Copia), se reflexiona en-
Big Brother, desarrollado en las teorías sobre el tre las diferentes técnicas de producción cultural,
control social. la restauración de monumentos y templos, la mu-
Por otra parte, Shanzhai se concentra en la seificación del pasado y la sustitución de valor
relación conceptual del arte oriental y occidental, cultural por el expositivo como atracciones turís-
en sus oposiciones, similitudes y efectos. El arte ticas, como valor de conocimiento que rechaza
como técnica cultural creadora de la verdad en toda modificación.
Occidente, bajo la idea de “original” y, a través Se finaliza la obra con el capítulo que otor-
de la transcendencia y la exclusión, produce un ga nombre a ésta, Shanzhai: Fake. Neologismo
fenómeno que vulnera e inmoviliza todo posible chino que destaca el fenómeno cultural de la fal-
cambio. sificación creativa y singular, que abre espacios
La edición de este ensayo se organiza en para la novedad, en una suerte de juego dadaísta
cinco capítulos –cada uno presentado con su res- y subversivo ante los monopolios y el poder eco-
pectivo ideograma chino– y con un índice de las nómico. Se resaltan las posibilidades transfor-
ilustraciones que lo componen. Aunque las mis- madoras del pensamiento chino, antiesencialista,
mas se encuentren en blanco y negro, esto no res- que no da lugar a fijaciones ideológicas y –según
ta mérito a la funcionalidad en que se disponen. el autor– permite la liberación de “las energías
Desde representativos ejemplos de copias he- antiautoritarias y subversivas” (p.81).
chas por autores como Van Gogh, Paul Cézanne, Este breve ensayo redactado con destre-
Édouard Manet, Paul Gauguin, pasando por Han za hermenéutica, brinda al lector, avezado o no,
van Meegeren, uno de los falsificadores más fa- claves interpretativas para la problematización
mosos de Occidente, hasta la técnica china en la de fenómenos con gran vigencia filosófica. Así
creación de módulos para la producción de figu- como también abre un amplio margen para las
ras en cantidad, o la clonación de templos con propias reflexiones en el orden cotidiano de la
la renovación de sus tesoros. Todo este recorrido experiencia cultural, la identidad colectiva y la
nos guía a través de la tensión, pocas veces ad- creación artística.
vertida, entre dos polos excluyentes, la falsifica-
ción y el original.
Desde su primer capítulo (Quan: Derecho),
se expone la contraposición entre la idea de ser
(ousía), permanencia, sustrato o esencia como
principio absoluto, origen que presupone el co-
mienzo de un sentido estricto, que se opone a
toda transformación; idea enfrentada a la decons-
trucción negativa que conlleva el pensamiento
chino, contrafigura presentada en las ideas de va-
cío (ausencia de permanencia) en el budismo, o la
de “camino” infinito en el Tao, “proceso continuo
sin comienzo ni final, sin nacimiento ni muerte”
(p.13).
En el siguiente capítulo (Zhenji: Original),
toma relevancia la imagen de “huella mnémica”
elaborada por Sigmund Freud sobre los mecanis-
mos psíquicos. Huella “que está sometida a un re-
ordenamiento y transcripción constantes” (p.20).
Transformación incesante “que no admite una
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

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Symploké revista filosófica Mujeres, Maternidad y Profesión

Mujeres, Maternidad y
Profesión
Políticas de la(s) maternidad(es),
Tradiciones y Desafíos

Reid Graciela**

Resumen de la maternidad4, los efectos de la separación de


la sexualidad del acto de procreación y su impac-
El trabajo se centra en el análisis de las to en el deseo de hija-hijo. Se analizará la particu-
subjetividades de mujeres que consultan en el lar relación entre deseo de hijo-hija y el ejercicio
dispositivo psicoanalítico. Para ello tomaré las de la maternidad en articulación con el desarro-
categorías conceptuales de los modelos de subje- llo profesional, ya que ambos anhelos si quieren
tivación tradicional, transicional e innovador1;2, ser alcanzados con estándares de éxito entran en
identificando las transformaciones registradas en tensión debido a que comparten el momento más
las últimas décadas en lo que respecta al deseo de “fértil” de realización en la treintena del ciclo vi-
hijo-hija y el ejercicio de la maternidad en mu- tal femenino.
jeres profesionales de clase media y media alta
urbana de la Ciudad de Buenos Aires.
Se analizan los efectos del desanudamien- Palabras clave: Deseo de hija-hijo - maternidad
to de los tres pilares de la sociedad patriarcal: el – profesión – género
mito de una única heterosexualidad posible (de
dominio); el mito de la mujer=madre3; y el mito
de la mujer=sostén no remunerado del sistema fa- Introducción
miliar moderno. Bajo la premisa de que las muje-
res ya no viven el deseo de hijo-hija como único ¿Cuál es la hazaña monumental que las mujeres
desenlace posible al laberinto de la femineidad realizan para erigir en Ideal […] a la madre
lograda, la indagación se orienta a construir un y a la mujer de nuestra cultura?
aporte acerca de los nuevos modos del ejercicio Emilce Dio Bleichmar

El escenario actual del feminismo se en-


cuentra en un momento de alta eficacia en la vi-
1. Meler, Irene (1994). Parejas en transición: entre la
psicopatología y la respuesta creativa. Actualidad psicoló- sibilización del capital simbólico que posee para
gica. Recuperado de www.scielo.org.ar dar cuenta de los efectos que el sistema patriar-
2. Tajer, D. (2009), Heridos Corazones. Vulnerabilidad cal–capitalista ejerce sobre los cuerpos y las sub-
coronaria en varones y mujeres, caps. 2 y 3, Paidós, Bue- jetividades femeninas. Cabe aclarar que si bien
nos Aires.
3. Fernández, Ana María (1993). La mujer de la ilusión:
pactos y contratos entre hombres y mujeres. Buenos Aires: 4. Chodorow, Nancy. (1984), El ejercicio de la materni
Paidós. dad, Barcelona: Gedisa
71
Symploké revista filosófica diciembre 2017

las subjetividades masculinas también padecen tal como refieren las autoras citadas.
efectos del sistema, me centraré, dados los fines En este acontecer, también nos llegan las
de este trabajo, en mostrar cómo las diferencias ficciones, las obras de arte y las narrativas que
de género impactan específicamente en las sub- abren múltiples sentidos sobre las modalidades
jetividades femeninas. Los colectivos de mujeres deseantes. Así pues, tomaré una obra que nos ser-
a través de sus trayectorias, conquistas y rebelio- virá como disparador que abre un mapa de las
nes asumieron –y asumen– riesgos de connota- posibles figuraciones de las maternidades en es-
ciones inéditas; tal como lo hicieron las Madres cenarios futuristas; mapa que no está tan alejado
de Plaza de Mayo5 en su momento, hoy el movi- de las problemáticas actuales con respecto a los
miento NUM: ni una menos6 pone nuevamente en cambios producidos en el campo de la reproduc-
marcha los cuerpos que toman el espacio público, ción humana.
como territorio que permite problematizar las re- Sólo como punto de reflexión posible en-
laciones de poder y de saber entre los espacios tre las fronteras de la creación artística y produc-
subjetivos y colectivos que permiten agencia- ción epistémica, la narración distópica y feminis-
mientos y libertades situadas. “Desposesión” es ta de Margaret Atwood “El cuento de la criada”8
la palabra que viene al encuentro para ubicar el —que hoy devino serie— propone un escenario
tiempo de estas experiencias. La “desposesión” ficcional de una sociedad teocrática, liderada por
de Butler y Athanasiou (2013, citado por Moretti varones. Las esposas de los jerarcas de este régi-
Basso)7 es entendida como aquella que abre una men tienen como misión lograr que sus maridos
condición performativa de ser cuando las subje- fecunden a las pocas mujeres que aún son fértiles
tividades se ven afectadas por la injusticia y son para así poder asegurar el crecimiento de su cas-
incitadas a la acción. Sitúa una resistencia y, a su ta. En esta sociedad ideada por Atwood hay dos
vez, una paradoja: los cuerpos de las mujeres en tipos de población femenina: las mujeres y las no
la calle están en una situación precaria, expuestas mujeres. Así aparece la voz de una criada en parti-
a fuerzas represivas y grupos conservadores, pero cular que se resiste a esta esclavitud, un personaje
también están –estamos– de pie enfrentando las que lucha contra los excesos de un mundo que
formas de opresión. Cuerpos que insisten en su degrada a las mujeres. La protagonista no deja
posición relacional colectiva que se agencia para de preguntarse sobre “cómo empezó todo, cómo
organizarse sin y contra las jerarquías; cuerpos no fue capaz de darse cuenta de lo que estaba
que se niegan –nos negamos– a ser desechables o sucediendo”. Se trata de un relato perturbador ya
invisibles. En este sentido, estamos en presencia que toma la condición femenina como territorio
del establecimiento de formas de resistencias a donde se juega el poder, la opresión, la pérdida
los poderes instituidos. La subversión propuesta de derechos y la desigualdad con respecto a los
en los movimientos que toman el espacio públi- hombres. Proyecta una frontera porosa de con-
co conlleva la promesa política de crear espacios flictos y tensiones que organizan la trama. Surgen
donde los marcos de desposesión se convierten estos interrogantes ¿Sólo las verdaderas ficciones
en una ocasión para acciones de disenso político, ofrecen la llave para romper el status quo de la
dominación patriarcal? ¿Y hasta qué punto pode-
5 Las Madres de Plaza de Mayo es una asociación argenti- mos innovar sin ellas? Si incorporamos la dimen-
na formada durante la dictadura de Jorge Rafael Videla con sión jerárquica de lo intersubjetivo en el marco
el fin de recuperar con vida a los detenidos desaparecidos,
inicialmente, y luego establecer quiénes fueron los respon-
social que lo sustenta, podremos pensar las asi-
sables de los crímenes de lesa humanidad y promover su metrías entre los géneros; podremos pensar cómo
enjuiciamiento estas jerarquías se encuentran fantasmatizadas
6. NUM, “Ni Una Menos” es un grito colectivo contra la ordenando el deseo al poder, Foucault (1976)9.
violencia machista. Surgió de la necesidad de decir “basta Desandar e indagar desde una epistemología fe-
de femicidios”, porque en Argentina cada 30 horas asesi- minista la relación entre sujeción y agencia, entre
nan a una mujer sólo por ser mujer. La convocatoria nació
de un grupo de periodistas, activistas, artistas, pero creció
lo establecido y lo innovador en las trayectorias
cuando la sociedad la hizo suya y la convirtió en una cam- subjetivas de las prácticas de las maternidades
paña colectiva actuales es la propuesta con la idea de un porve-
7. Moretti Basso, Ianina (2014) Reseña bibliográfica Dis-
possession: The Performative in the Political. Judith But- 8. Atwood Margaret (1985) El cuento de la Criada.
ler,Athena Athanasiou.Cambridge:Polity Press,2013. http://salamandra.info/sites/default/files/books/pre-
http://publicaciones.sociales.uba.ar/index.php/anacronis- views/cuento_de_la_criada-1os_capitulos.pdf
mo/article/view/1071/959 9. Foucault, Michel (1976). Historia de la sexualidad: la
voluntad del saber, 1. Buenos Aires: Siglo XXI
72
Symploké revista filosófica Mujeres, Maternidad y Profesión

nir diferente. aspirar una mujer adulta. Para aquellas mujeres


que desean tener hijos-hijas biológicos, el deseo
Todas y ninguna quiere(n) ser madre(s) hoy de maternidad y el desarrollo profesional mantie-
nen una tensión temporal. Dicha tensión se juega
Retomaré algunos de los aportes que sus- en que si se elige uno de estos deseos con “están-
tentaron mi tesis de maestría (Reid, 2016). Me in- dares de éxito” va en detrimento del otro, dado
teresa resaltar lo que insiste en la relación trabajo que ambos desarrollos –por razones biológicas
y maternidad como una tensión indivisible. Estos y de trayectorias laborales– comparten el mayor
aportes provienen de mi experiencia en la clínica momento de “fertilidad” dentro del ciclo vital de
psicoanalítica, experiencia que nos expone y que la treintena. Lo cual es una especificidad de gé-
nos exige sostener una ética que haga foco en lo nero femenino. Las complejidades y los tiempos
singular, para escuchar lo original de cada caso; de realización del desarrollo profesional y la ma-
y ejercer una escucha sostenida como plataforma ternidad (para las mujeres estudiadas)11 son muy
para reflexionar sobre las nuevas prácticas. Esto diferentes a las posibilidades y exigencias que
conlleva analizar, por un lado, el motor pulsio- tienen los varones con las mismas categorías en
nal y deseante de la producción de subjetividades el mundo laboral y de la misma franja etaria. Por
contemporáneas y, por otra parte, implica visibi- lo tanto, el malestar en la cultura conlleva marca
lizar cómo se utilizan las diferencias biológicas genérica, y para las mujeres es un malestar en
para configurar roles para cada género; roles –no plus. 
naturales– que se sostienen en relaciones de po- Dicha especificidad y los imaginarios so-
der y modelan los deseos (conscientes e incons- ciales (Castoriadis, 2007) ligados a los modelos
cientes) que impactan en los cuerpos sexuados. tradicionales de género femenino expone a las
Esto es lo que muestra la historia sobre las identi- mujeres del modelo transicional a experiencias
dades genéricas, que no son fijas ni determinadas, antagónicas que dan lugar al desarrollo de una
por ello, vale la propuesta de revisión. estructura “sincrética” de la condición de ser
En el plano de nuestro trabajo como pro- mujer. Dicha estructura fomenta modalidades
fesionales “psi” podemos monitorear las transfor- deseantes que resultan opuestas. Por un lado, fo-
maciones que vienen surgiendo desde mitad del menta la satisfacción del deber de cuidar; la cual
siglo XX y dar cuenta de los efectos e impactos fue convertida en un deber ser ahistórico natu-
en los modos deseantes que no son naturales ni ral de las mujeres, que las llevó a considerarlo
dados; son producidos en el marco de la cultura como un deseo propio; y por otra parte, fomenta
y la historia, pues cada socio-histórico produce la necesidad social y económica de participación
subjetividades “femeninas” y “masculinas” –con en los procesos educativos, laborales y políticos
sus ilusiones y sus fugas, claro– que mantienen y para sobrevivir en la sociedad patriarcal capita-
que re-producen las relaciones de poder social- lista (Lagarde, 2004)12. Entonces, ¿cómo se or-
mente determinadas dentro del sistema patriarcal ganizan los espacios público y privado en la vida
capitalista que las regula. Se naturalizan así, roles de las mujeres? El impacto de la episteme de la
y funciones, deseos y mandatos que crean espa- modernidad con la lógica binaria, jerárquica y
cios subjetivos regulados para un fin determinado atributiva permitió visibilizar la desigualdad so-
y que darán lugar a ciertas formas de vivir, amar, cial y política de las diferencias en las subjetivi-
trabajar, tener hijos-hijas y morir, como efecto de dades sexuadas; y en particular, permitió revisar
lo que Butler (2009)10 nombró como la “norma- los saberes históricos y las transformaciones en
tivización” que es impuesta por cada sociedad a los posicionamientos del ejercicio de la(s) mater-
los y las sujetos de una época.
Los diferentes modos de presentación 11. El grupo de mujeres que se tomaron para el estudio fue-
del deseo de hijo-hija y su necesaria posibilidad ron mujeres de 25 a 40 años, profesionales, de clase media
y media alta, que se analizan en la Ciudad de Buenos Aires.
de no deseo que puede presentarse en toda mujer Esto es no significa ni pretende ser representativo de todo
no es exclusivo de estos tiempos; lo que hoy ha el universo femenino.
cambiado es que este deseo ha dejado de ser el 12. Lagarde y de los Ríos, Marcela (2004). Mujeres cuida-
único destino de realización al que puede y debe doras: entre la obligación y la satisfacción. En Rincón, A.
(Coord.). Congreso Internacional Sare 2003: Cuidar cues-
ta: costes y beneficios del cuidado. Simposio llevado a cabo
10. Butler, Judith (2009). Performatividad, precariedad en Emakunde/ Instituto vasco de la mujer. Vitoria- Gasteiz
y políticas sexuales. AIBR. Revista de Antropología Ibe- (Araba/Álava). Recuperado de www.emakunde.euskadi.
roamericana, 4(3), 321-336. Recuperado de www.aibr.org eus/
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

nidad(es) con sus trayectos singulares en pugna se vale el sistema heteronormativo para mante-
para realizarse, en escenarios de desventaja con ner el orden social que legitima la esencia feme-
respecto a los pares varones. nina en un rasgo: ser madre. Otra autora que en
La clínica psicoanalítica como dispositi- su momento cuestionó el instinto materno fue S.
vo recoge los efectos que producen los cambios de Beauvoir advirtiendo que “abandonamos el
sociales, culturales, políticos y económicos so- instinto por el amor, pero seguimos atribuyéndo-
bre las subjetividades que están ancladas de for- le a éste las características de aquél […] en nues-
ma singular, quienes nos consultan despliegan tro corazón, seguimos concibiendo el amor ma-
los malestares y sufrimientos propios, buscando ternal en términos de necesidad”. Por ello, es im-
alivio a sus experiencias y demandas de vivir y portante escuchar las voces de las mujeres reales,
hacer en la cultura actual. Al mismo tiempo, la ver los efectos de la desligadura que se vienen
clínica nos aporta material para la producción dando en las últimas décadas entre femineidad
teórica interdisciplinaria que cuestiona el corpus y maternidad, y entre sexualidad y procreación.
mismo de la teoría psicoanalítica en sus zonas de La(s) maternidad(es) están constituidas a lo largo
revisión. Se produce así una epistemología crí- de la historia y son producto de una cultura. La
tica que, con los nuevos aportes de los estudios anatomía ya no es destino; por lo tanto, la carga
de género, repercute positivamente en la actuali- biológica que conlleva portar un útero si bien es
zación de la metapsicología en sus fundamentos necesaria no es suficiente para desear un hijo-hi-
para sostenerla vitalizada y fecunda. ja biológico. En cuanto al deseo de hijo-hija que
Una de las críticas hechas a los desarro- daría lugar a la construcción de una madre –su-
llos teóricos del psicoanálisis tradicional sobre la ficientemente buena en el decir de Winnicott– es
feminidad son los supuestos “biologicistas”; los necesario contemplar otras “políticas” de reali-
cuales fueron revisados por Dio Bleichmar a lo zación de dicho deseo. Tal es el caso de las adop-
largo de su obra El feminismo espontáneo de la ciones de niños y niñas que resultan de configura-
histeria (1997)13, donde destaca que muchas de ciones familiares de la diversidad familiar actual.
las críticas a la teoría de Freud sobre la construc- Estas modalidades estudiadas por Salvo Agolia
ción de lo masculino y lo femenino en la infancia (2015)15 ponen de relieve que la asociación entre
se han concentrado, en primer lugar, en dichos la infertilidad y la falta de interés por gestar no es
supuestos biologicistas del maestro. Así también, unívoca. Hay mujeres donde el deseo de mater-
la controversia sobre el conocimiento tempra- nar y de formar familia se da a través de la adop-
no (o “tardío”) de la vagina por parte de la niña ción monoparental. Romper con esto nos permite
presupone que es en los órganos genitales que se salir del modelo hegemónico moderno y permite
asienta la identidad sexual; lo cual deja en un se- analizar algunas insistencias que permanecen en
gundo plano el lugar de los otros –adultos– en la los imaginarios sobre aquellas mujeres que no
conformación de las representaciones acerca del desean tener hijos-hijas; decisión que, muchas
propio sexo y la constitución de la identidad de veces, las inscribe en alguna causal patológica o
género. Esta discusión debe ser enmarcada en la el “ser rara”; y que las conmina a tener que dar
época de los desarrollos de Freud y ha sido –po- explicaciones sobre situaciones que pertenecen a
dríamos decir– saldada al interior de las teorías su fuero íntimo.
feministas y las teorías con perspectiva de géne- Otra crítica que se ha formulado a la teo-
ro. Pero lo que no ha sido saldado dentro de las ría freudiana es que si bien ha logrado superar
teorías hegemónicas es el uso de la diferencia el biologismo mediante el reconocimiento de que
anatómica y binaria para la dominación e inte- la elección de objeto es una construcción que se
riorización de las mujeres del lugar asignado en desarrolla en la infancia a través del complejo de
la cultura. edipo y castración, su lectura queda desactuali-
Debemos desnaturalizar y desesencializar zada con relación a las nuevas corrientes que tra-
la idea de la(s) maternidad(es) apoyada(s) en el bajan con la perspectiva de género. Hoy sabemos
“instinto materno” como algo siempre presente que las construcciones que se dan en las niñas no
en toda mujer (Badinter, 1991)14, porque de ello son negatividades de un binarismo complementa-

13. Dio Bleichmar, Emilce (1991). El feminismo espontá-


neo de la histeria: estudio de los trastornos narcisistas de celona: Paidós.
la feminidad. Buenos Aires: Fontamara. 15. Salvo Agolia, Irene (2015) Mujeres que adoptaron in-
14. Badinter, Elizabeth (1991). ¿Existe el instinto mater- dividualmente en Chile: tensiones, desafios y perspectivas.
nal? Historia del amor maternal. Siglos XVII al XX. Bar Tesis doctoral Facultad de Psicologia, UBA.
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Symploké revista filosófica Mujeres, Maternidad y Profesión

rio, apoyado en el biologicismo. De esta manera, de narcisismo socialmente avaladas o permitidas.


Freud identificó las especificidades de la cons- Las mujeres tienen que “ser más pasivas que ac-
trucción de la sexualidad femenina en nuestra tivas, más objeto que sujeto de deseo, más parte-
cultura, pero lo hizo en clave “masculinizante” naires que protagonistas”. Se trata del narcisismo
y no en sus características más específicas. Es así de ser para otros, posicionamiento que limita la
que la mujer es para Freud un enigma, pues quedó posibilidad de despliegue pulsional hacia otros
atado a la descripción desde una óptica binaria no objetos de deseos valorados socialmente.
reversible. Es decir, no pensó las masculinidades El ejercicio de la maternidad ha sido una
desde las femenidades. Lo femenino, más allá de estrategia identitaria cuyo mecanismo de cons-
la simetría y el espejo –la episteme de lo mismo– trucción de la subjetividad de género femenino
para usar la expresión de Fernández (1993)16, fue tradicional ha estado al servicio de no ver ame-
para el padre del psicoanálisis “un continente ne- nazada la estabilidad personal, ya que anclaba
gro”. Si tensamos lo político y lo académico, en- en el ser madre. Y mediante el reforzamiento
tre la genealogía psicoanalítica y los estudios de del mito del instinto materno aseguraban un sen-
género, podremos ver las discontinuidades y las tido universal al ser femenino. Dicho ejercicio,
trayectorias de las subjetividades sexuadas; cuá- por la valoración que tenía el ser madre, ha sido
les fueron sus mutaciones y modificaciones con uno de los blasones de la constitución del narci-
respecto a la organización social dominante; esto sismo de género que favoreció la estabilidad del
nos invitará a revisar las prácticas y la vigencia sí-mismo, pero reprodujo ordenamientos sociales
de las teorías. de subordinación de género. De esta manera, la
Así, el primer problema que debemos re- maternidad como eje implicó la confinación al
plantear desde el aparato teórico psicoanalítico es ámbito privado; la ternura y el altruismo fueron
el de la identidad de género femenina y su valori- los pilares de la subjetividad femenina. Por ello,
zación subjetiva; esto es, la cuestión de la narcisi- el ideal de maternidad fue tan efectivo en esta
zación de género en las mujeres. Dio Bleichmar construcción de la subjetividad femenina y tan
(2002)17 se interroga cómo la niña se las arregla eficaz para el sistema de dominación patriarcal
para desear ser una mujer en un mundo pater- en la distribución de poderes entre el mundo de lo
nalista, masculino y fálico, que no la reconoce privado doméstico sentimentalizado –no remune-
como par. No podemos hoy pensar la identidad rado para las mujeres– y el mundo público, va-
de género como determinada biológicamente, lorado, racional y económicamente rentable para
sino como algo que se construye en la sociedad los varones. Estas distribuciones de poder siguen
y la cultura; no es un proceso fijo, sino variable conviviendo con posiciones transicionales dado
y multideterminado marcado por los dispositivos el mayor acceso al mundo público de las muje-
de poder que configuran realidades, atraviesan res. Las subjetividades femeninas transicionales,
los cuerpos y legitiman identidades sexuadas. a diferencia de las tradicionales, son aquellas que
Deconstruyendo el carácter androcéntrico de la tienen que convertirse en estrategas para compa-
episteme del orden sexual moderno, Fernández tibilizar el espacio público y privado; y presentan
(1993) realiza una genealogía sobre cómo se con- ellas mismas dificultades para ceder espacio a la
forma la feminidad tradicional a través de una re- crianza compartida, dado que persiste la culpa de
cuperación de las prácticas médicas, y también ceder responsabilidades. Desde la perspectiva de
de prácticas psicoanalíticas más recientes; y lo género, en las mujeres es importante que hagan
que esta genealogía nos devuelve es la historia de prevalecer sus deseos e intereses por sobre los de
la conformación de una identidad femenina hete- otros; esto les causa una profunda angustia que
ronormada. Es decir, una identidad cuyo centro se halla íntimamente ligada al sentimiento de ser
está en los otros. El ideal de la mujer se resume egoístas; priorizarse a sí-misma es una represen-
paradigmáticamente en la madre que vive para su tación intolerable por el valor negativo asocia-
familia y no vive para sí misma. En relación con do a ser malas madres, malas esposas, Garriga,
este ideal identitario se forjan también las formas (2015)18. Para equilibrar internamente la percep-
ción del sentimiento de culpa por desafiar o faltar
16. Fernández, Ana María (1993). La mujer de la ilusión:
pactos y contratos entre hombres y mujeres. Buenos Aires: 18. Garriga, C. (2015), “Chicas buenas, chicas malas”, Psi-
Paidós. cología. “Ética del cuidado” y sufrimiento femenino, Su-
17. Dio Bleichmar, Emilce (2002). Sexualidad y género: plemento Psicología, Página 12, 12 de febrero [en línea],
nuevas perspectivas en el psicoanálisis contemporáneo. dirección url: http://www.pagina12.com.ar/diario/psicolo-
Aperturas Psicoanalíticas, N° 11. gia/9-265941-2015-02-12.html
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

a los mandatos morales que el contexto cultural (2007)20 considera un hecho que el mercado del
impone, la represión recae sobre el cumplimiento trabajo actual presenta inequidades entre los gé-
de deseos, por medio de una acción inhibitoria neros y esto es responsabilidad de la sociedad en
que proviene del yo. Esto se ha observado en mu- su conjunto. Para el logro de la equidad se debe
jeres que se desempeñan en cargos que les exige tener en cuenta “el ámbito de la vida personal y
viajar porque están en puestos de dirección de doméstica, como las políticas y los temas macro-
grandes corporaciones; también se ha observado sociales”, ya que la equidad no debe depender de
que las mujeres académicas y científicas cuando ser mujeres o varones. Equidad de género remite
se ausentan de sus tareas asignadas genéricamen- al logro de iguales derechos, responsabilidades y
te, emprenden una organización maratónica del oportunidades para que la diferencia genérica no
mundo doméstico. Son la generación de muje- se convierta en desventaja para las mujeres.
res-madres multitasking que sufren el estrés –es- En las organizaciones, una referencia a
pecíficamente femenino– de sostener la organi- tener en cuenta es la segregación ocupacional por
zación doméstica, puesto que se sigue pensando género que explica la distribución desigual en la
que los varones sólo “ayudan”; lo que redunda en estructura ocupacional o en los distintos sectores
un costo en la calidad de vida o la renuncia al as- productivos. El concepto de segregación refiere a
censo en sus carreras profesionales. Si bien el in- que la división del trabajo no es un hecho natural,
greso al mundo del trabajo posee indudablemente sino que necesita de una explicación, sobre todo
importancia económica, simbólica y de derechos, porque dicha segregación genera inequidades.
para los imaginarios generizados el salario de las Esta puede estar dada por una segregación ocu-
mujeres sigue siendo considerado un mero “apor- pacional de género vertical que describe el des-
te” (Coria, 2014)19. Por lo tanto, al momento don- igual reparto de mujeres y varones en la escala
de la pareja debe tomar decisiones de cuidado y jerárquica, donde ellos suelen ocupar los puestos
crianza son las mujeres las que mayoritariamente más altos; lo que produce un patrón generizado
renuncian a sus puestos o cargan con la doble jor- de división de trabajos, salarios, jerarquías, po-
nada laboral. der y subordinación, donde las mujeres son su-
brepresentadas en cargos de decisión y poder.
Cuidado no remunerado. Núcleo duro de la La otra es la segregación horizontal. Este tipo de
división sexual del trabajo segregación se refiere a que varones y mujeres
se concentran principalmente en ocupaciones y
¿Qué consecuencias tienen las distribu- ramas de actividad diferentes. Y estos rubros son
ciones desiguales de tareas en la salud de las mu- generalmente establecidos como “masculinos”
jeres? Freud durante a lo largo de su obra habla o “femeninos”; los puestos “masculinos” tienen
de la capacidad de amar y trabajar como fundan- mayor valor social y económico; y los puestos
tes de la salud mental. Sabemos que para las mu- “femeninos” no generan las mismas oportunida-
jeres es un destino diferente al de los varones. En des y posibilidades de crecimiento. En este sen-
el campo laboral las mujeres se encuentran por tido, es importante resaltar que la matriz andro-
un lado con las desventajas competitivas a la hora céntrica de las organizaciones laborales oculta
de la selección, dado que los requerimientos del la división sexual del trabajo (mundo público y
mercado laboral contemporáneo exigen mujeres mundo privado) bajo el discurso de una supuesta
sin hijos-hijas; lo que conlleva dificultades a la equidad. Los mecanismos de selección del “capi-
hora de planificar un embarazo. Las consecuen- tal humano” suelen representarnos la idea de un
cias que dicha decisión representa producen una trabajador abstracto donde el puesto a ocupar es
tensión difícil de resolver entre maternidad y pro- de género neutral. Pero por los requisitos y las
fesión. características del puesto a cubrir los que termi-
La dimensión política de la maternidad nan de acceder son los varones con privilegios de
está dada en que se tienen hijos-hijas para la so- género. Un ejemplo de esto es la disponibilidad
ciedad, por ello en campo del trabajo es necesa- full-life, pues los varones pueden desplazar las
rio los desarrollos que incluyen la perspectiva de responsabilidades de la vida familiar y esto es
género. Especialistas en el tema entre ellas López
20. López, Mercedes (2007): “Trabajo y Género: la
producción de inequidades”. Libro: Precariedad laboral
y crisis de la masculinidad. Impacto sobre las relaciones
19. Coria, Clara. (2014), El sexo oculto del dinero: formas de género Mabel Burin, María Lucero Jiménez Guzmán,
de dependencia femenina, Paidós, Buenos Aires. Irene Meler (compiladoras)UCES
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Symploké revista filosófica Mujeres, Maternidad y Profesión

una desventaja para las mujeres cuando desean


competir en un mismo puesto, Gaba (2012)21. Maternidades desde la dominación simbólica
Por lo tanto, el objetivo de visibilizar fa- del lugar otorgado al padre
vorece el conocimiento y provee herramientas
para implementar posibles cambios que se ins- Las mujeres frente a la maternidad expe-
criban en un proyecto que no es sólo epistémico rimentan diferentes situaciones, pueden desear
sino político y ético en el campo de las organiza- tener hijos-hijas, pero no siempre quieren y pue-
ciones, como refiere (Gaba, 2012). Hay muchas den llevar adelante el ejercicio de maternar. Un
razones para que el mercado laboral funcione de ejemplo de ello es cuando se enfrentan al deseo
esta manera, pero no hay nada que justifique la de un segundo hijo-hija, la ambivalencia entre
brecha salarial entre los géneros sexuales que no desearlo y tenerlo se juega en sí están dadas las
sea el de los imaginarios constituidos. Un ejem- condiciones materiales para la crianza cuando sus
plo de esto son las mujeres en las ciencias, uno de parejas no asumen de manera equitativa las ta-
los lugares más conservadores y patriarcales don- reas de cuidado y crianza. Esto viene de la mano
de las mujeres no son representadas como pares de la construcción simbólica del lugar del padre
y son desestimadas en sus capacidades o invisibi- en la sociedad patriarcal. Es en este orden donde
lizadas en sus descubrimientos. Las estadísticas asistimos a lo más profundo de la dominación.
demuestran que aún hoy las mujeres ganamos ¿Qué tenemos para decir desde el psicoanálisis
en promedio 27,4 % menos que los varones. Si con perspectiva de género? Las subjetividades
bien las mujeres estudiadas ingresaron al mun- son efectos de la constitución del psiquismo; y su
do laboral con altas posibilidades de ascenso, clivaje entre lo interno y lo externo, lo micro y lo
la maternidad se les vuelve un obstáculo para la macro, dará lugar a las singularidades genéricas.
realización por la carga del rol en la crianza. La Las tareas de cuidado y crianza sigan siendo no
importancia de la llamada crisis de los cuidados masculinas. Esta deuda social es con las mujeres,
analizados por Esquivel (2011)22 está dada en lo pero también debemos pensar las masculinidades
que llamó “economía del cuidado”. Al respecto en sus modos de ejercer roles y funciones. Los
ella dijo: “contribuye a abrir el debate sobre las varones mayoritariamente no comparten el apego
políticas sociales, laborales y económicas des- con los hijos y las hijas en la temprana infancia.
de una perspectiva que es complementaria tanto Fue –y sigue siendo– una tarea delegada en las
desde la mirada de la protección social como de madres. Esto promovió una lectura acotada a un
los análisis sobre los impactos de género de las modelo teórico hegemónico-heteronormativiza-
políticas económicas”. De esta manera, las con- dor en clave binaria. Este fue el nexo central que
cepciones tradicionales binarias de la sexuación les otorgó poder social y privilegios para legiti-
que se fundan en el orden patriarcal construyen mar la filiación y el orden simbólico del “nombre
masculinidades y feminidades de tal modo que del padre”.
no podemos perder de vista que toda teoría tiene ¿Qué reproduce esta manera de pensar
su horizonte. Los cambios en las subjetividades y las funciones parentales? Los discursos sobre
en las diversas configuraciones familiares proble- la “cuestión del padre” ponen sobre las tablas no
matizan la división sexual del trabajo que sostie- sólo las teorías psicoanalíticas, sino también las
ne una fuerte desigualdad, ya que como bien lo discusiones actuales sobre la declinación del pa-
explica Esquivel el trabajo de cuidado “aunque dre; dicha declinación genera mucha resistencia a
invisible, nunca es “privado”, sino que está fuer- la hora de pensar los efectos de la función paterna,
temente atravesado por lo “social” –en términos que se considera culturalmente como universal,
de género y clase– y por lo “público” de las po- Tort (2014)23. Ante esto, cabe la pregunta ¿cómo
líticas que impactan directa e indirectamente en se produjo este anclaje? El Edipo de “solución
su provisión”. paterna” Tort (2008)24 que asegura a los varones
el monopolio del orden simbólico y la función de
21. Gaba, Mariana (2012). Las organizaciones generizadas. “corte” producido por el padre, como condición
La perspectiva de género en acción en el mundo de las or- de producción subjetivizante, debe ponerse en re-
ganizaciones. En Tajer, D. (Comp.). Género y salud: Las
políticas en acción. Buenos Aires: Lugar Editorial. 23. Tort, Michel. (2014), “La subjetivación patriarcal y la
22. Esquivel, V. (2010), “Trabajadores del cuidado en la función paterna de rechazo de lo femenino”, Topía, nº 70.
Argentina. En el cruce entre el orden laboral y los servicios Recuperado de: www.topia.com.ar
de cuidado”, Revista Internacional del trabajo, vol 129, n° 24. Tort, Michel (2008). El fin del dogma paterno. Barce-
4. lona: Paidós.
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

visión. La atribución de ese poder al padre hace heterosexuales– que están solas en la etapa re-
eco directamente a la figura social transmitida del productiva de los 30 a los 40 años y que anhelan
padre y al discurso del padre, con la consecuente encontrarse con los varones que “no llegan”. Esto
subordinación de la función materna y de lo fe- se debe a prácticas que llevan adelante los va-
menino que se ve así justificada por el funciona- rones de los sectores medios que Meler (2015)25
miento psíquico temprano. El padre fue tomado define como “los corporativos”. Este colectivo
como el único proveedor de la ley y el único ga- de varones, –según la autora con la cual coincido
rante de la organización psíquica normal del niño avalada por mi práctica clínica– no hacen pareja
o niña. Tal es el impacto que genera el modelo estable hasta los 40-50 años, ya que no se les re-
de la familia tradicional, cuyo único fin pareciera quiere –ni necesitan– como en otros tiempos de
estar sólo al servicio de la procreación y conser- dicha socialización para el logro profesional. Se
vación de la especie. Pero la visión teleológica se ocupan de la acumulación de bienes y acceden
ha vuelto contingente, pues la diferencia sexual a experiencias eróticas-sexuales sin necesidad de
es contingente; lo que se mantiene como fundan- parejas estables, condición de privilegio de este
te del concepto de edipo es la regulación del goce sector de varones en el sistema patriarcal posmo-
intergeneracional como eje de la pautación de la derno. Cuando forman pareja, lo hacen con mu-
cultura. jeres más jóvenes. Son los varones “que faltan a
la cita” con las mujeres de su misma edad. Irán
Maternidades en tiempo de descuento con las mujeres de 10 o 20 años menos, con las
cuales tendrán hijos-hijas cuando lo deseen. Para
Para compatibilizar el desarrollo profe- las mujeres, el hecho de que la sexualidad no se
sional y el deseo de hijo-hija, en algunas mujeres apoye exclusivamente en la procreación ha cam-
se observan diferentes estrategias. Una de ellas biado la relación entre el cuerpo y el placer, pero
es congelar los óvulos con la idea de postergar no ha sorteado las tensiones y desencuentro en
la maternidad para un momento donde la reali- las relaciones heterosexuales. Escenarios de la
zación profesional no se vea amenazada. La es- vida cotidiana en las cuales la ilusión de encuen-
trategia de postergación no siempre es exitosa, tro y las ficciones del amor hacen de Eros una
dado que se puede convertir en un problema de particular utopía posmoderna.
infertilidad por la desventaja del reloj biológico
femenino. Los varones en la misma franja eta- A modo de cierre: interrogando las utopías fe-
ria corren con la ventaja biológica de poder ser meninas
padres genéticos más tardíamente. Sobre las
maternidades en tiempo de descuento aparecen Si abrimos el diálogo entre los aportes que
múltiples y diversos modos de expresión de los realizan los estudios de género y el psicoanálisis
deseos, conflictos y posibilidades para la concep- podremos comprender en clave epistémica crítica
ción de hijos-hijas biológicos. Las experiencias la dimensión política de la subjetividad, ya que
singulares por las cuales estas mujeres postergan dicha dimensión opera en las subjetividades de
la llegada del primer hijo-hija son varias: por re- varones y mujeres con hilos invisibles; y desnuda
sistencias conscientes e inconscientes ligadas a los dispositivos de poder que está representado
la historia personal e identificatoria de la mater- en las prácticas sociales que llevan implícita la
nidad normativa; por la amenaza que representa división sexual como dispositivo regulatorio, bi-
para el logro profesional; por el aporte de las tec- nario y jerárquico; lo que afecta diferencialmen-
nologías reproductivas que alargan el reloj bioló- te el cumplimiento de deseos en los devenires
gico para alcanzar la concepción; por sentir una singulares de las femenidades y masculinidades
carga el concebir en soledad o por la espera de contemporáneas.
consolidar una pareja estable. Este último punto La desoldadura entre maternidad/feminidad
nos lleva a la pregunta: ¿Y dónde están los varo- y sexualidad/procreación da lugar a relaciones
nes? Las mujeres de este segmento no se encuen- eróticas-amorosas-afectivas diversas que crean
tran en paridad con los varones para el armado experiencias “performativas” entre los géneros.
del lazo amoroso y el cumplimiento del deseo Para muchas mujeres, la pasividad erótica feme-
de hijo-hija; no logran la permanencia –ya no la
conyugalidad– de un proyecto de “a dos” en el
25. Meler, Irene (2015). Las huellas eróticas de la domi-
mismo ciclo vital. Hoy nos habita el desencuen- nación. En Barzani C. (Comp.). Actualidad de erotismo y
tro. Hablo de mujeres –hago hincapié en mujeres pornografía. Buenos Aires: Topía
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Symploké revista filosófica Mujeres, Maternidad y Profesión

nina ha perdido consistencia y el amor romántico En las mujeres “innovadoras” los obje-
está en declinación como ideal. Esto posibilita tos de la ciencia pueden aparecer como apaci-
otras maneras de sentir, desear y vincularse en guadores para evitar la angustia; esto da lugar a
la vida cotidiana con diferentes “partenaires”. fantasías de “experiencias a la carta” o “hijos de
La herencia tradicional y el imaginario amoroso diseño”, que sitúan los efectos de los objetos de
hegemónico están en crisis, sobre todo para las consumo del mercado actual y que afectan sus
mujeres innovadoras de la población analizada; y representaciones –y la función que cumplen en
fugan a laberintos deseantes y prácticas de auto- los psiquismos y en las subjetividades– tanto de
nomía que deslindan la dependencia con un otro mujeres como de varones. Como analistas, estos
en “exclusividad” para la realización personal. escenarios nos convocan a no realizar “diagnós-
Las trayectorias de las mujeres que anali- ticos expréss”; a desescencializar los lugares de
cé permiten ubicarlas como mujeres en la “tran- género; y a tomar las insistencias y resistencias
sición”. Por un lado, las NTR aportan la posibili- de las experiencias singulares (y relacionales) en
dad de fecundación, pero no el deseo de hija-hijo. contexto. Es importante ubicar cómo se presen-
Aquí aparece la ilusión de un “cuerpo predeci- tan los Ideales del Yo, los contenidos del Super-
ble” (Alkolombre, 2008) 26 para aquellas que Yo para cada género y las derivaciones de una
desean tener hijos-hijas biológicos. Aparecen las escucha clínica pospatriarcal y posheteronor-
maternidades en tiempo de descuento. mativa propuesta por Tajer (2012)27 que permita
Así, la donación de gametos abre una ilu- intervenciones que singularice el deseo de cada
sión que no siempre responde a una posibilidad analizante con una mirada ética sobre los modos
real de tener hijos e hijas biológicos. particulares de relacionarse con el semejante y
La conciliación del trabajo, la vida fa- sus efectos en cada género. Estos escenarios mo-
miliar y el tiempo libre requiere que las mujeres difican las condiciones prácticas y materiales, las
utilicen estrategias de cumplimiento que les pro- representaciones y el ejercicio tanto de las mater-
duce un plus de malestar; esto está asociado a la nidades como también la de las paternidades, ya
multiplicidad de tareas que suelen realizar. Las que se despegan, en muchos casos, de las formas
complejidades y los tiempos de realización de los hegemónicas de constitución.
trabajos son muy diferentes a las posibilidades Las maternidades y paternidades actua-
y exigencias que tienen los varones en el cam- les demandan una reorganización profundamen-
po profesional; a esto se suma otra cuestión que te política: la división sexual del trabajo en la
complejiza la compatibilización de los tiempos crianza. Si bien hoy día hay padres que están más
femeninos, pues el reloj biológico de la procrea- implicados en la crianza (fundamentalmente en
ción se encuentra con un claro límite. el primer año de vida de los niños y niñas), la
El contexto actual les exige elegir cuándo incidencia aún es baja. Sigue instalada la idea de
es el momento más “fértil” para desarrollar uno que los varones “ayudan”. La necesidad del do-
u otro de los deseos con sus respectivos costos. ble salario en las familias actuales y el deseo de
Así, si eligen una maternidad a edad más tem- las mujeres de desarrollarse en lo laboral vienen
prana, probablemente no tendrán que recurrir al produciendo innovaciones y nuevos desafíos;
uso de tecnologías de reproducción asistida; y si pero persiste la brecha de género: tanto en el área
eligen apostar a un desarrollo profesional, luego de la organización doméstico-familiar (a cargo
tendrán que decidir en qué condiciones traerán de las mujeres) como en el momento de tomar
un hijo o hija al mundo. La identificación de las decisiones de traslado o migraciones por mejoras
mujeres con los ideales de éxito profesional suele laborales (a favor de los varones). En el ámbi-
ir en detrimento del deseo de hijo-hija. Veamos to organizacional, los sueldos siguen siendo más
los costos. Por otro lado, persiste una diferencia bajos para mujeres que tienen el mismo puesto
de género significativa, ya que en los varones la ejecutivo que los varones en las corporaciones.
paternidad no detiene el ascenso y desarrollo pro- Hay licencias acotadas por maternidad (tres me-
fesional. Por otra parte, las propuestas identifica- ses) y casi nula (de dos a quince días) para varo-
torias de género masculino están en ventaja con nes en nuestro país. Con respecto a las licencias
respecto al deseo de hijo-hija cuando se presenta. por paternidad, las complejidades están dadas

26. Alkolombre, Patricia (2008). Deseo de hijo. Pasión de 27. Tajer, Débora (2012). Notas para una práctica psicoa-
hijo: esterilidad y técnicas reproductivas a la luz del psi- nalítica pospatriarcal y posheteronormativa. En Hazaki, C.
coanálisis. Buenos Aires: Letra Viva. (Comp.). La crisis del patriarcado. Buenos Aires: Topía.
79
Symploké revista filosófica diciembre 2017

porque los varones temen tomarlas, aunque sea pues retratan el poder performativo del lengua-
un período breve y legalmente otorgado. Por un je, algo allí fuga constantemente. La creación de
lado, este temor se da porque les puede implicar Freud estuvo apoyada en grandes obras del arte
una pérdida de competitividad en sus profesio- y la literatura. Las obras pueden interpelarnos
nes; y por parte, se da porque, tal como algunas y conmover muchas de nuestras certidumbres.
autoras han registrado, los varones deben lidiar Atwood con su distopía narrativa fue fuente de
con la mirada desaprobatoria de sus pares si son inspiración al inicio del este artículo con el ob-
ellos los que quedan al cuidado de sus hijos-hijas. jetivo de mantener un alerta epistémico y una
Quedan interrogantes a indagar sobre las dificul- posición ética y política feminista que se apoye
tades que presentan los varones para asumir las en estos pilares: los desarrollos de los estudios
licencias como corresponsabilidad en la crianza. de género, la práctica clínica psicoanalítica y la
Incluso en países europeos donde podemos ob- investigación como horizonte emancipatorio.
servar “mayor” equidad de género persiste esta
dificultad en la corresponsabilidad por los cuida-
dos primarios. Bibliografía consultada
El desafío feminista actual consiste en
tomar nota del avance hacia formas de materni- Alkolombre, Patricia (2008). Deseo de hijo.
dad y crianza menos solitarias y más hospitala- Pasión de hijo: esterilidad y técnicas repro-
rias, menos jerarquizadas y más igualitarias; esto ductivas a la luz del psicoanálisis. Buenos
sólo podrá darse con un cambio profundo en la Aires: Letra Viva.
organización patriarcal-capitalista de las relacio- Badinter, Elizabeth. (1991), ¿Existe el instinto
nes entre los géneros. Por un lado, será necesario maternal? Historia del amor maternal, si-
profundizar en la redefinición de lo que significa glos XVII-XX. Barcelona: Paidós.
para una mujer actual ser madre hoy; pero tam- Benjamín, Jessica (1996). Los lazos de amor:
bién tendremos que apostar a una redefinición de psicoanálisis, feminismo y el problema de la
lo familiar en sus relaciones de alianza, con sus dominación. Barcelona: Paidós.
nuevas redes y configuraciones de los lazos so- Burin, Mabel. y col. (1987), Estudios sobre
ciales que les otorgan legitimidad a lo nuevo; y la subjetividad femenina. Mujeres y sa-
deberemos tomar nuevos parámetros que inclu- lud mental, Buenos Aires: Grupo Editor
yan una redefinición de las masculinidades en sus Latinoamericano.
más diversas configuraciones. Burin, Mabel. y Meler, Irene. (1998), Género y
Lo central será contribuir y visibilizar es- familia. Poder, amor y sexualidad en la cons-
tas problemáticas para que las intervenciones en trucción de la subjetividad, Paidós, Buenos
el campo de la clínica sean más contemporáneas y Aires.
menos foráneas a las experiencias y devenires de Coria, Clara. (2014), El sexo oculto del dinero:
las y los sujetos. El uso estratégico de la categoría formas de dependencia femenina, Paidós,
de género debe estar al servicio de visibilizar las Buenos Aires.
construcciones de época que subsisten en la for- Chodorow, Nancy. (1984), El ejercicio de la ma-
mación profesional “psi” que reproducen todavía ternidad, Barcelona: Gedisa
fuertemente los estereotipos genéricos del orden Dio Bleichmar, Emilce (1991). El feminismo es-
sexual moderno. Algunas concepciones caen y pontáneo de la histeria: estudio de los tras-
otras siguen vigentes, la tarea en nuestro campo tornos narcisistas de la feminidad. Buenos
implica hacer en lo político, teórico y epistémico Aires: Fontamara.
para generar nuevos contenidos. Dio Bleichmar, Emilce (2002). Sexualidad y gé-
Retomado el hilo de las artes y las letras, nero: nuevas perspectivas en el psicoanálisis
la obra freudiana contiene en sí misma senderos contemporáneo. Aperturas Psicoanalíticas,
que se bifurcan. Es borgeana en su trayectoria y N° 11.
está sostenida esencialmente por la metapsicolo- Esquivel, Valeria (2010). Trabajadores del cuida-
gía que la rige. Tal vez, ésta sea su infinito, pues do en la Argentina. En el cruce entre el orden
fue concebida por su creador para que el lector la laboral y los servicios de cuidado. Revista
asuma críticamente y la intervenga creativamen- Internacional del trabajo, 129(4)
te. Esquivel, Valeria (2011). La economía de los cui-
Los relatos ficcionales y expresiones artísticas dados en América Latina. Poniendo a los cui-
nos permiten participar de múltiples realidades, dados en el centro de la agenda. Serie Atando
80
Symploké revista filosófica Mujeres, Maternidad y Profesión

cabos, deshaciendo nudos. Área Práctica de Nuevas Representaciones”. Directora de


Género. PNUD (Programa de las Naciones Tesis Dra. Débora Tajer.
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81
Symploké revista filosófica diciembre 2017

Cuidados y descuidos
Percepciones sobre el auto-cuidado
de la salud de dos generaciones
de mujeres del gran Buenos Aires*

Lehner María Paula - Findling Liliana - Encinas Lara - Champalbert Laura

Resumen participación en el mercado de trabajo remunera-


do.
La crisis del modelo de familia tradicional A partir de un diseño exploratorio y cua-
cuestiona las posibilidades de brindar cuidado y, litativo, se realizaron 25 entrevistas en profundi-
afecta particularmente a las mujeres en tanto pro- dad a mujeres de estratos medio bajos y medios,
veedoras. Ellas continúan siendo, históricamente, en base a una muestra no probabilística, intencio-
las principales cuidadoras del hogar y de la fami- nal, por cuotas según edad y nivel socioeconómi-
lia, sobre las cuales recae la responsabilidad casi co.
exclusiva de cuidar a sus integrantes. Las dimensiones tenidas en cuenta para
Los estudios que analizan la complejidad ambas generaciones de mujeres fueron la auto
del cuidado, principalmente desde la mirada de percepción de su salud física y mental relacionada
las cuidadoras, permiten conocer que la dedica- con las prácticas de cuidado, tiempo transcurrido
ción a esas tareas tiene consecuencias en la vida y desde la última consulta clínica y ginecológica, y
la salud física, y psíquica (de quienes ejercen esta motivo de consulta; consumo de medicamentos,
labor). Se puede observar cierta ambivalencia en actividad física, hábitos alimenticios y de descan-
la actitud de las mujeres que posponen el cuidado so, y la percepción de cambios en los controles
de la propia salud, anteponiendo la de sus hijos, de salud a partir de la llegada de los hijos y el
cónyuges u otros familiares. Pero también se su- cuidado de familiares dependientes.
braya que las mujeres intentan cuidarse a sí mis-
mas más que los varones y que las motivaciones Palabras clave: cuidados, mujeres, auto-cuida-
para su autocuidado remiten al deseo de mantener do, salud, generaciones
una mayor autonomía para evitar convertirse en
una carga para los demás. Paralelamente cuidar a Introducción
otras personas (niñas/niños o personas mayores)
supone un gran impacto emocional tanto positivo El cuidado abarca la provisión cotidiana
como negativo. del bienestar físico, afectivo y emocional a lo lar-
Este artículo se propone analizar y com- go de la vida (CEPAL, 2012)1. Las actividades de
parar las prácticas de auto-cuidado encaradas
por mujeres de dos generaciones residentes en * Una versión preliminar se presentó en las XIII Jornadas
el Gran Buenos Aires nacidas entre 1940-55 y Nacionales de Historia de las Mujeres y VIII Congreso
1970-85, que hayan tenido hijos nacidos vivos y iberoamericano de Estudios de Género “Horizontes revolu-
cionarios. Voces y cuerpos en conflicto”. Buenos Aires, 24
82
Symploké revista filosófica Cuidados y descuidos

cuidado de las personas cobraron mayor relevan- da con el sacrificio, abnegación y privación de
cia en las últimas décadas a raíz de las profundas sí, atribuyéndole un deber ser moral y afectivo
transformaciones sociodemográficas que afectan (Tobío Soler et al., 2010)7.
a las familias y a la división tradicional por géne- Cuidar a otras personas supone un fuerte
ros (Findling y López y, 2015)2. impacto emocional. Delicado Useros (2006)8 alu-
La crisis del modelo de familia tradicional de al concepto de ambivalencia emocional como
cuestiona las posibilidades de brindar cuidado y el sentimiento que mejor define los dilemas de la
afecta particularmente a las mujeres como pro- conciencia que experimentan las mujeres al asu-
veedoras. Ellas continúan siendo las principales mir el cuidado. También aparece cuando las mu-
cuidadoras de las familias, sobre quienes recae jeres cuidadoras posponen el cuidado de su pro-
la responsabilidad de cuidar la salud de sus inte- pia salud, anteponiendo la de sus hijos, cónyuges
grantes (Gómez Gómez, 2002)3. u otros familiares. Así, las mujeres priorizan re-
La mirada de las cuidadoras informales solver otro tipo de demandas más urgentes por las
permite detectar que la dedicación a esas tareas que tienen un mayor control que sobre su salud
tiene consecuencias en la salud física y psíquica (Caleffi et al., 2010)9. Otras perspectivas desta-
(Tobío Soler et al., 2010)4. Mediante la sociali- can que las mujeres intentan cuidarse más que
zación de género las mujeres incorporan no sólo los varones. Las motivaciones para el autocui-
las normas y prescripciones sociales y culturales, dado expresan una mayor autonomía para evitar
sino también los códigos referidos a las desigual- convertirse en una carga para los demás (Tobío
dades de género y la división sexual del trabajo. Soler et al., 2010)10. Asimismo se afirma que las
En ese proceso las mujeres internalizan la pos- mujeres tienden a exigirse más cuando de ellas
tergación del cuidado personal, lo que puede depende el cuidado de otros. Al respecto, revelan
ocasionar el retraso o abandono de prácticas de las diferencias de género que existen en el propio
cuidado de su salud para cuidar a otras personas. cuidado o en las prácticas preventivas de la salud
Algunos trabajos destacan los costos invisibles (Rücker-John y John, 2009)11.
del cuidado que revelan vínculos entre las lealta- El autocuidado comprende las diferentes
des del parentesco y las necesidades personales, actividades de la vida cotidiana que las personas,
manifestados en reducción del tiempo libre y de realizan para cuidar la salud, prevenir enferme-
la vida social, estrés, sensaciones de cansancio, dades y limitar daños (Arenas-Monreal et al.,
percepción global de mala salud y desgaste físico 2011)12. Se trata de una práctica social que in-
(Durán Heras, 20025; Julve Negro, 20066). Existe volucra actividades diarias, íntimas y personales
una concepción de la mujer cuidadora asocia- que tienen como fin mantener el funcionamiento
íntegro de forma independiente, potenciar su sa-
al 27 de julio de 2017.
1 CEPAL/CELADE (2011) Observatorio demográfico:
envejecimiento poblacional Nº12. Disponible en internet 7 Tobío Soler, C.; T. Silveria Agulló, V. Gómez y T. Martín
http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/2/46772/OD12_ Palomo. (2010) Op. cit.
WEB.pdf 8 Delicado Useros, M. V. (2006) “Características
2 Findling, L. y E. López (2015) De cuidados y cuidadoras. sociodemográficas y motivación de las cuidadoras de
Acciones públicas y privadas. Buenos Aires, Biblos. personas dependientes. ¿Perfiles en transición?”, Praxis
3 Gómez Gómez, E. (2002) Género, equidad y acceso a Sociológica, Nº. 10 , pp. 200-234.
los servicios de salud: una aproximación empírica. Revista 9 Caleffi, M., R.A. Ribeiro, A.J. Bedin, J.M.P. Viegas-
Panamericana de Salud Pública 11 (5/6), pp 327-334. Butzke, F.D.G. Baldisserotto, G. Skonieski, y J. Giacomazzi
4 Tobío Soler, C.; T. Silveria Agulló, V. Gómez y T. (2010) “Adherence to a Breast Cancer Screening Program
Martín Palomo. (2010) “El cuidado de las personas. Un and Its Predictors in Underserved Women in Southern
reto para el siglo XXI”. Colección Estudios Sociales, Brazil”. Cancer Epidemiology Biomarkers & Prevention,
Núm. 28. Barcelona. Fundación La Caixa. Disponible en: 19 (10), pp 2673 –2679
https://obrasociallacaixa.org/documents/10280/240906/ 10 Tobío Soler, C.; T. Silveria Agulló, V. Gómez y T. Martín
vol28_completo_es.pdf/7426cd8e-d537-439e-b51d- Palomo. (2010) Op. cit.
1fdfe41493a1 11 Rücker-John, J. y R. John (2009) «Gender made by
5 Durán Heras, M. A. (2002) Los costes invisibles de la nutrition. Forms of social reproduction of a difference», 9th
enfermedad, Bilbao, Fundación BBVA. Conference of European Sociological Association, Lisboa,
6 Julve Negro, M. (2006). “Dependencia y cuidado: 2-5 de septiembre
implicaciones y repercusiones en la mujer cuidadora”, 12 Arenas-Monreal, L.; J. Jasso-Arenas y R. Campos-
Acciones e Investigaciones Sociales Nº 22, Extra pp. Navarro (2011) Autocuidado: elementos para sus bases
260-282. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/ conceptuales. - Global Heatlh Promotion Vol. 18, N˚ 4 pp.
ejemplar/134907 42: 48.
83
Symploké revista filosófica diciembre 2017

lud y prevenir riesgos (Muñoz Franco, 2009)13. Metodología


Abarca el conjunto de actos médicos y no mé-
dicos incluyendo actividades físicas y recreati- Los resultados que se presentan forman
vas, vida social, ocio y tiempo libre que difieren parte de un proyecto UBACyT16 que analiza y
según el nivel socioeconómico, la ocupación, el compara las prácticas de cuidado hacia niños y
género, la edad, las experiencias de enfermedad niñas y adultos mayores encarados por mujeres
y muerte de personas cercanas (Arenas Monreal de dos generaciones residentes en el Gran Buenos
et al., 2011)14. Estos autores analizan las prácti- Aires nacidas entre 1940-55 y 1970-85 que hayan
cas de autocuidado a partir de las categorías de tenido hijos nacidos vivos y que trabajen o hayan
Giddens sobre la acción: i) acciones intenciona- trabajado de manera remunerada. A partir de un
les -conductas rutinarias de la vida cotidiana- que diseño exploratorio y cualitativo, se realizaron 25
efectúan las personas sin reflexión previa ni cues- entrevistas en profundidad a mujeres de estratos
tionamientos, y ii) acciones deliberadas que se medio bajos y medios, en base a una muestra no
realizan con previo conocimiento y con las que se probabilística, intencional, por cuotas según edad
espera un resultado determinado. En las primeras y nivel socioeconómico. Teniendo en cuenta este
la familia de origen y el grupo social influyen de tipo de muestra, los resultados tienen un carácter
manera decisiva para la conformación de hábitos acotado que no tienen la pretensión de generali-
cotidianos; las segundas se realizan con un fin de- zar al resto de las mujeres del Gran Buenos Aires.
terminado y, teniendo conocimiento previo sobre Las dimensiones tenidas en cuenta para ambas
el resultado que se pretende alcanzar. Por con- generaciones de mujeres fueron la auto- percep-
siguiente, las acciones deliberadas se relacionan ción de su salud física y mental relacionada con
con la pretensión normativa. Se acatan determi- las prácticas de cuidado, tiempo transcurrido des-
nadas normas para evitar riesgos y consecuencias de la última consulta clínica y ginecológica, y
que afecten la salud. Además se tiene en cuenta la motivo de consulta; consumo de medicamentos,
influencia de los determinantes sociales sobre las actividad física, hábitos alimenticios y de descan-
acciones de autocuidado (sean intencionales o de- so, y la percepción de cambios en los controles
liberadas). La posibilidad de desarrollar compor- de salud a partir de la llegada de los hijos y el
tamientos preventivos crece entre las personas de cuidado de familiares dependientes.
mayor nivel socioeconómico y educativo lo que El trabajo de campo se desarrolló entre
conlleva al desarrollo de la capacidad médica del septiembre de 2015 a octubre de 2016. Las en-
sujeto: cuanto menor es la distancia social entre trevistas fueron grabadas con el consentimiento
el médico y el paciente, menor es la asimetría de de las mujeres. El material registrado se desgrabó
la relación y mayor la capacidad del paciente para para luego codificarlo mediante el uso del progra-
adquirir conocimientos y desarrollar acciones an- ma Atlas Ti. Se interpretaron los principales con-
ticipatorias de la enfermedad (Boltanski, 1975)15. tenidos temáticos en función del sentido que las
En este artículo nos proponemos analizar y com- mujeres otorgan a sus acciones (Castro, 199617;
parar cómo cuidan su salud las mujeres de dos De Souza Minayo, 2003)18. En la redacción se
generaciones que tienen a cargo el cuidado de hi- optó por recuperar verbatims de las entrevistas
jos y de familiares adultos en base a los siguien-
tes interrogantes: ¿Cómo perciben las mujeres 16 “Mujeres, cuidados y familias: los senderos de la
su estado de salud? ¿Qué acciones realizan para solidaridad intergeneracional”. Programación 2014/17 -
cuidar su salud? ¿Cómo incide el cuidar a otras (Secretaría de Ciencia y Técnica - Universidad de Buenos
personas sobre el autocuidado? ¿Cuáles son de- Aires). Directora: Elsa López, Co-Directora: Liliana
Findling. Investigadoras: María Paula Lehner, María Pía
terminantes sociales que dificultan o promueven Venturiello, Marisa Ponce, Silvia Mario, Becarias: Estefanía
el cuidado de la salud? Cirino y Lara Encinas. Asistente de Investigación: Laura
Champalbert.
17 Castro, R. (1996) “En busca del significado: supues-
13 Muñoz Franco, N. E. (2009) Reflexiones sobre le tos, alcances y limitaciones del análisis cualitativo”. En
cuidado de sí como categoría de análisis en salud. Salud Szasz, I. y S. Lerner (comp.) (1996) Para comprender la
Colectiva Vol. 5, N˚ 3 pp. 391:401. subjetividad. Investigación cualitativa en salud sexual y
14 Arenas-Monreal, L.; J. Jasso-Arenas y R. Campos- reproductiva. México, El colegio de México.
Navarro (2011) Op. Cit. 18 De Souza Minayo, M. C. (organizadora) (2003)
15 Boltanski, L. (1975) Los usos sociales del cuerpo, Investigación Social. Teoría, método y creatividad. Buenos
Buenos Aires, Ediciones Periferia. Aires, Lugar Editorial.
84
Symploké revista filosófica Cuidados y descuidos

para ilustrar los temas que se analizan. Para pre- Principales resultados
servar la identidad de las mujeres sus nombres
han sido cambiados y figuran acompañados de la Autopercepción del estado de salud
edad y el nivel socioeconómico.
La autopercepción del estado de salud se
Características de la muestra utiliza como un indicador válido del estado de
salud de las personas, porque relaciona el esta-
Las entrevistadas conforman dos grupos do físico con el mental, está poco condicionada
que pertenecen a generaciones sucesivas: la pri- por las interpretaciones médicas de los síntomas
mera generación (PG) está representada por once y resulta un buen predictor de mortalidad (Rohlfs
mujeres que promedian los 64 años (nacidas en- et al., 2000)19. De manera automática casi todas
tre 1940/1955) y la segunda generación (SG) por las entrevistadas manifiestan que se sienten bien:
catorce cuyo promedio de edad es de 38 años “yo estoy bien, muy bien, de salud no tengo nin-
(1970/1985). Catorce se ubican en el estrato so- gún problema” (Nina, 72, MM), “creo que mi
cial medio (MM) y once en estrato medio bajo salud es muy buena. Las dos: física y mental”
(MB). (Malena, 44, MM). Las diferencias surgen según
Todas han tenido hijos y trabajan o tra- determinantes sociales como la edad y nivel so-
bajaron en forma remunerada. Entre las de más cioeconómico. Las mujeres de la PG de estratos
edad, siete están jubiladas, y las demás tienen bajos asocian la salud con el buen funcionamien-
ocupaciones diversas (empleada doméstica, ad- to del cuerpo y lo miden por su respuesta a los
ministrativa, docente o encargada de edificio). requerimientos del trabajo. En estos niveles el
Las entrevistadas de la cohorte joven trabajan de cuerpo se concibe como una máquina que per-
manera remunerada dentro y fuera del hogar. mite la subsistencia (Boltanski, 197520; Castro,
La mayoría mantiene en la actualidad un 2000)21 y que se repara cuando se presenta un
vínculo conyugal. La viudez sólo aparece en la malestar: “cuando tengo algo voy” (Gloria, 61,
primera generación. El nivel educativo de las en- MB); “hago acupuntura cuando estoy muy dolo-
trevistadas supera en general el secundario com- rida” (Bárbara, 57, MB). La concepción fatalista
pleto; en las mujeres de niveles más bajos el nivel de la enfermedad también subyace en la percep-
educativo disminuye y está asociado a la edad. ción de la salud, como expresa Lucia (60, MB)
Son propietarias de su vivienda casi la mitad de “casi nunca me enfermo, por suerte” o Elena
las entrevistadas (cinco de la PG y siete de la SG) (71, MB) que fue la única que incluyó el cuidado
y el resto alquila o habita en viviendas prestadas. de la dieta y la actividad física afirmaba “cuando
Viven en su mayoría en barrios del GBA cerca- llegue [la enfermedad] va a llegar, pero no por-
nos a CABA y siete residen en Capital. La mayo- que no me haya cuidado”. En la SG también pre-
ría posee algún tipo de cobertura de salud. domina la concepción de la salud como ausencia
En cuanto al cuidado de familiares, la mi- de enfermedad; solo una mujer justifica su buen
tad de las entrevistadas atendieron directa o in- estado de salud apoyándose en acciones biomé-
directamente a sus madres y recuerdan haberse dicas: “porque me hago todos los chequeos y no
involucrado en el cuidado de sus abuelas. Sus re- tengo nada” (Gimena, 44, MB).
latos recorren la historia de cuatro generaciones En cambio, las mujeres de sectores me-
de mujeres en las que se destaca la permanente dios relacionan la salud con el cuidado personal
presencia femenina en el cuidado: abuelas, ma- tanto físico como mental y con el control médico.
dres, hijas y nietas pero también tías, hermanas, En la PG son prácticas que forman parte de su
amigas y vecinas. trayectoria vital; así aclaran: “porque siempre me
Las experiencias de vida de estas dos ge-
neraciones de mujeres reflejan cómo y por qué 19 Rohlfs, I., C., Anitúa, C. y Artacoz, I. (2000) “La
cuidan, cuidaron y cuidarán y, también la angus- importancia de la perspectiva de género en las encuestas
tia y el conflicto que muchas soportan o tuvieron de salud”, Gaceta Sanitaria 14 (2), 2000, pp.146-155.
20 Boltanski, L. (1975) Op. Cit.
que soportar cuando las obligaciones de cuidado 21 Castro, R. (2000) “La experiencia subjetiva de la
las demandan en forma simultánea: hijos peque- salud y la enfermedad”, en La vida en la adversidad: el
ños versus padres dependientes. significado de la salud y la reproducción en la pobreza.
Cuernavaca, Morelos, UNAM. CRIM.

85
Symploké revista filosófica diciembre 2017

cuidé” (Marita, 61, MM), “hace veinte años que Para las mujeres de sectores MM los con-
hago yoga” (Nina, 72, MM) y Rosana (61, MM) troles médicos son acciones intencionales, rutina-
suma el aspecto psicológico “Hago terapia”. La rias, convertidas en hábitos de la vida cotidiana
SG confirma las prácticas de las mayores: la sa- que han sido aprendidas tempranamente y que
lud abarca la prevención bajo control médico, la pueden realizarlas gracias a tener cobertura de
comida, el descanso y el ejercicio y, se reparte salud. Han incorporado la noción de prevención
entre lo físico y lo mental. Marina (42, MM) afir- que contrasta con una mirada más fatalista de los
ma “Me cuido en ciertos aspectos, me hago lo sectores medios bajos, a la vez que cuentan con
chequeos, intento llevar una vida saludable”. recursos para hacer frente al efecto disruptivo de
la enfermedad.
Controles médicos
Dieta, actividad física y descanso
Las palabras de Aurora (62, MB) revelan
nociones aprendidas sobre los controles médicos La alimentación saludable, el buen des-
y una concepción fatalista del proceso salud-en- canso nocturno y la actividad física regular son
fermedad: “Hace muchos años que no me hago principios que manifiestan sustentar todas las en-
ningún control de ninguna clase (…) mi papá trevistadas. Ellas saben lo que “deberían” hacer
decía que si vos ibas al médico siempre algo te para resguardar su bienestar aunque sea para evi-
encontraba, entonces como una negación viste, tar preocupaciones a sus familiares: “me cuido
de que no me encuentren algo”. Este juicio in- para no darles trabajo a los míos, quizá cuidó mi
hibe las prácticas preventivas ya que se acude al salud al cuidarlos a ellos” (Elena, 71, MB).
médico ante algún síntoma: “me estoy haciendo Las mujeres de la PG son quienes se cui-
control porque encontré un bultito” (Elena, 71, dan con mayor esmero sin distinción de perte-
MB). Un grupo minoritario afirma realizar con- nencia socioeconómica. Entre las de estratos me-
troles periódicos: “Una vez por año me hago los dios se trata de hábitos saludables incorporados
estudios” (Lucia, 60, MB) “Cada seis meses me tempranamente en su ciclo vital; y entre las de
controlo” (Susana, 77, MB). En la SG se obser- estratos medios bajos, fueron adquiridos tal vez
van comportamientos similares que oscilan entre cuando peligraba la autonomía y el buen funcio-
los chequeos ginecológicos anuales y la omisión namiento de sus cuerpos. Todas tienen una clara
de la consulta médica aunque sí la practican con conciencia de lo que constituye el autocuidado
sus hijos: “No me hago controles (...) No me gus- y realizan acciones intencionales y deliberadas
ta ir a hospitales, a mi hijo sí lo llevo, pero yo para mantenerse saludables. Respecto de la die-
no” (Sara, 30, MB). ta y la actividad física mencionan hábitos apren-
Para las mujeres de sectores medios los didos en el entorno familiar y otros que parecen
controles médicos son generalmente anuales, sin incorporados más recientemente: “saber comer,
distinciones por edad. Las de la PG revelan que sin harinas, una alimentación sana, mucho líqui-
es un conducta aprendida en su juventud: “Voy do, muchas verduras, fruta, lácteos” (Elena, 71,
al médico toda la vida, de por vida (…) me hago MB). Algo similar sucede con la actividad física
controles ginecológicos, gastroenterología…” ya que a las caminatas se suma natación, Yoga,
(Gladys, 60, MM); “Cumplo con los controles Pilates, Tai Chi Chuan o estiramiento muscular.
ginecológicos una vez por año, ya hace años, Las dificultades para mantener una acti-
también los clínicos. Como tengo obra social eso vidad física regular, que en ocasiones se asume
me permite organizar como un control básico como una prescripción médica de autocuidado,
anual” (Marita, 61, MM). La mayoría de las mu- son constantes en casi todas las mujeres de sec-
jeres de la PG también señalan que se trata de una tores medios bajos. Al respecto aparecen las omi-
práctica incorporada desde hace mucho tiempo: siones culposas que se expresan como una deu-
“Yo el chequeo anual siempre me lo hice, desde da consigo mismas: “Tengo que empezar, ando
hace muchos años voy a la misma ginecóloga” con ganas de hacer natación por mis huesos, mi
(Lorena, 39, MM). Pero también existen quienes columna” (Bárbara, 57, MB). Entre las mujeres
no los hacen y lo viven con culpa: “Soy un de- de sectores medios el ejercicio físico es una ac-
sastre con los controles médicos. Le dedico poco ción intencional aprendida en su historia personal
tiempo a eso en mi vida” (Camila, 36 MM). “ahora estoy haciendo cinta, todos los días voy
86
Symploké revista filosófica Cuidados y descuidos

al gimnasio, lo hago desde hace más o menos podido verificar un resultado tangible y positivo
veinte años” (Marita, 61, MM). como es el caso de “yuyos”, el “Reiki”, “la me-
Las dificultades para dormir aparecen dicina china” y “la acupuntura”. La convicción
como un tema recurrente, lo consideran propio de producto de la experiencia durante años también
la etapa de la vida y cada cual lo sobrelleva a su confirma sus acciones deliberadas hacia las con-
manera: “duermo tres o cuatro horas y después sultas con médicos holísticos, la homeopatía y las
me despierto, depende los problemas que tenga flores de Bach. En ocasiones combinan diferentes
en la mente, seis, ocho horas corridas hace años medicinas de acuerdo a las necesidades y los re-
que no duermo” (Gloria, 61 MB); “a veces duer- sultados que obtienen: “me hago todos los che-
mo como un tronco y otras, no me duermo…” queos de la medicina tradicional y si me enfermo
(Gladys, 60, MM). voy al médico pero practico homeopatía desde
Las diferencias más marcadas se obser- hace seis años, tomo una medicación como para
van entre los grupos generacionales sin diferen- equilibrar la energía vital (…) cada tanto voy a
cias por nivel socioeconómico, ya que las mu- un médico chino, me hago acupuntura” (Marina,
jeres más jóvenes descuidan la dieta, no hacen 42, MM). Finalmente, quienes nunca incursio-
actividad física y duermen mal. Las exigencias naron en este tipo de terapias la consideran una
del trabajo, la vida familiar y los cuidados de hi- opción llegado el caso, como Anabella (36, MM)
jos pequeños y padres dependientes las lleva a que afirma: “no, nunca probé, siempre usé medi-
postergar esos cuidados. Dice Lorena (39, MM): cina tradicional pero no es que estoy cerrada, si
“Tendría que estar haciendo dieta pero la rea- en algún momento lo necesito lo hago”.
lidad es que como lo que puedo que, por lo ge- Las terapias psicológicas también son
neral es delivery, empanadas o sangüichitos de una práctica que se extiende a la mayoría de las
miga, porque es más cómodo y hago más rápido. mujeres entrevistadas sobre todo entre las de más
Te diría que tengo sobrepeso. Actividad física, edad, aunque presenta diferentes modalidades
no. Duermo muy poco, seis horas, como mucho. según la pertenencia socioeconómica. En estra-
Ahora con esto de mi papá no estoy durmiendo to medio se trata de acciones intencionales que
nada, si tengo algún momento libre voy a ver- abarcan gran parte de su itinerario vital: “Hice
lo”; Pamela (33, MB) corrobora: “Arranqué con terapia un montón de años. Distintas…, me hizo
dieta porque me veía gorda, fui a la nutricionis- bien” (Nina, 72, MM) y ayuda a transitar cada
ta, a principio de año bajé ocho kilos, no hacía etapa: “Hago terapia, empecé a fines de julio
gimnasia porque no podía, tenía las actividades pasado (…) La psicóloga, gracias a Dios voy
de mis hijos, no tenía tiempo, (…) duermo poco, una vez por semana, me ayuda a ver dónde es-
no soy de dormir mucho. Me acuesto tarde y me toy parada…” (Rosana, 61, MM); “No hago te-
despierto a las siete y me voy a trabajar”. rapia ahora pero voy a retomar” (Bárbara, 57,
A través de los relatos se desprende que MB). Entre las mujeres de sectores medio bajos
no comen bien, no descansan lo suficiente, están la consulta terapéutica son acciones deliberadas,
estresadas; y aunque tengan o no enfermedades se realizan para superar situaciones puntuales y
declaradas, postergan el autocuidado que aparece extremas: fallecimientos, separaciones, ataques
como una cuenta pendiente expresada en verbos de pánico. Limitadas económicamente recurren a
en potencial “debería”, “tendría”. Las mujeres terapias focalizadas, cortas, en el sistema público
cuentan con información sobre cuáles deberían de salud o en instituciones con tarifas bonifica-
ser las acciones deliberadas para su bienestar, das.
pero por diferentes motivos no logran encararlas.
Se trata de un “deber hacer” que se incorpora a lo ¿Cómo incide el cuidar a otras personas sobre
largo de la vida y genera omisiones que se viven el autocuidado?
con culpa por no poder cumplirlas.
La mayoría de las entrevistadas establece
Terapias alternativas y terapias psi conexiones entre el autocuidado y el cuidado de
sus familiares sea en forma directa o indirecta,
En general, las mujeres entrevistadas no consciente o no; y sus percepciones están condi-
desdeñan las terapias alternativas. Sin distinción cionadas por el género, la generación y experien-
de edades se inclinan por aquellas en las que han cias de asistencia.
87
Symploké revista filosófica diciembre 2017

Las mujeres de sectores medios bajos el recuerdo que conservan las entrevistadas de la
consideran que cuidar a otros no alteró sus prác- primera cohorte en cuanto al esfuerzo y el can-
ticas de autocuidado. Surge un argumento para la sancio que sufrieron sus propias madres al cuidar
postergación del propio cuidado de la salud que a sus abuelas/os. En ese entonces, desde esa pers-
se basa en el temor a ser diagnosticada con una pectiva infantil o adolescente aún pueden evo-
enfermedad que altere el normal desarrollo de la carse, entre líneas, demandas implícitas y tal vez
vida cotidiana. Sara (30, MB) confiesa “la ver- insatisfechas: “…también vivía mi abuela con
dad que fue más por miedo a que me digan que nosotros, (...) la tenía que cuidar mi mamá, yo
me tengo que operar y dejar a mi hijo varios días en esa época estaba en la Facultad y veía que mi
solo”. mamá estaba muy agobiada” (Rosana, 61 MM).
En cambio, las entrevistadas de estratos “…mi abuelita que vivió unos años más. (…)
medios medios revelan una noción del bienestar quedó hemipléjica así que vivió cuatro años sen-
que no se limita al control clínico de la salud e tada en un sillón. Yo para esto tendría 12 años, y
incluye la idea del descuido en el arreglo per- mi mamá estaba siempre para ella, atendiéndola
sonal: “No sé si descuido la salud, pero es un hasta que falleció” (Susana, 77, MB).
poco como no estar tan pendiente… no me hago
muchas cosa (...) me siento como abandonada… A modo de cierre
y quizás requiera que me dé un poquito más de
tiempo” (Anabella, 31, MM). Los estudios sobre la organización de los
Las mujeres de la PG acusan en su estado cuidados permitieron echar luz sobre las necesi-
físico y mental las consecuencias de la respon- dades de quienes cuidan como un nuevo proble-
sabilidad del trabajo doméstico de décadas: “yo ma social.
me acelero, corriendo de aquí para allá y todo En mayor o menor grado, las mujeres
me fue perjudicando. Yo soy nerviosa de por sí entrevistadas cuidan de sí mismas con matices
y todo eso me fue perjudicando para la presión” según la pertenencia social. Para las mujeres de
(Gladys, 60, MM). No obstante, son quienes más sectores medios la prevención es una acción in-
justifican el cuidado basado en la noción de retri- tencional (Arenas Monreal et al., 2011)22 y cuen-
bución como dice Marita (61, MM) “no fue para tan con recursos para llevarla a cabo. En sectores
mí ninguna carga, para nada, era mi mamá, la medios bajos, las mujeres disponen de menor
que hizo mucho también por nosotros”. capital social para hacer frente al autocuidado y
Sólo algunas de las más jóvenes se ani- perciben la enfermedad como una fatalidad que
man a expresar muestras de cansancio y agobio altera el normal desarrollo de la vida cotidiana.
por las tareas de cuidado, como Yenny (43, MM) No obstante, tienden a realizar controles periódi-
que cuida a su mamá y cuenta: “me vive pelean- cos pese a reticencias y miedos.
do, me agota (…) está como muy agresiva o me El cuidado de la salud psicológica se ex-
tira del pelo”; y Pamela (33, MB) reconoce: “no tiende y trasciende la edad, y la procedencia so-
tengo paciencia”. Lorena (39, MM) al asumir el cioeconómica. En los sectores medios se trata de
cuidado de su padre dice: “A mí me pesa mucho. una acción intencional incorporada a lo largo de
Lo veo como una obligación”. los años; en las de sectores medios bajos es una
Estas mujeres que tienen que asumir cui- acción deliberada ante un acontecimiento pun-
dados de hijos pequeños y de padres dependien- tual.
tes se hallan sometidas a un tironeo constante de En general no se desdeñan los tratamien-
demandas; y hacen notar los contornos abruma- tos alternativos. Las de más edad demandan
doramente parecidos que supone cuidar de los eficacia, las más jóvenes se inclinan hacia me-
progenitores y de la descendencia: “…de repente dicinas no tradicionales por convicciones sobre
yo me vi comprando pañales para mi hijo y para lo que consideran saludable o mantienen en pa-
mi papá, poniéndole nombre a la ropa para am- ralelo prácticas de diversa índole (alopatía más
bos, yendo a turnos médicos con ellos” (Lorena, homeopatía por ejemplo).
39, MM). Todas tienen conciencia de lo que signifi-
La experiencia de estas jóvenes mujeres, ca llevar una vida saludable en lo que concierne a
zarandeadas entre el cuidado de hijos y de ma-
yores y con obligaciones laborales, coincide con 22 Arenas-Monreal, L.; J. Jasso-Arenas y R. Campos-
Navarro (2011) Op. Cit.
88
Symploké revista filosófica Cuidados y descuidos

la alimentación, el descanso y el ejercicio. Las de


más edad están habituadas a una buena nutrición
y ejercicio físico. Pero el bienestar de la segunda
generación está muy comprometido. Se advier-
ten déficits que no ocultan tensiones por transitar
una etapa de demandas de cuidado simultáneas
y de alto contenido emocional y moral a las que
se suma la exigencia laboral fuera del hogar. En
este contexto, más de una admite que no se cuida
y muestra signos de abandono. La ayuda remu-
nerada con que cuentan las mujeres de mayores
recursos económicos no representa una diferen-
cia cualitativa. Para la segunda generación son
demasiados los frentes abiertos que superan sus
fuerzas más allá de lo que puedan aportarle las
asistentes pagas o sus redes sociales. Respecto
del autocuidado saben lo que deben hacer, pero
no logran cumplir con los controles. Son estas
mujeres quienes muestran con más énfasis la am-
bivalencia emocional (Delicado Useros, 2006)23
y se animan a expresar su cansancio, ya que tal
vez lo que fue aceptable para una generación an-
terior ya no lo es para otra.

Sobre las autoras

María Paula Lehner – Doctora en Ciencias Sociales


(UBA) – Licenciada en Sociología (UBA) –
Investigadora - Instituto de Investigaciones Gino
Germani – Facultad de Ciencias Sociales – UBA.
mariapaulalehner@gmail.com
Liliana Findling – Doctora en Ciencias Sociales
(UBA) – Licenciada en Sociología (UBA)
Investigadora - Instituto de Investigaciones Gino
Germani – Facultad de Ciencias Sociales UBA.
findling.liliana@gmail.com
Lara Encinas – Licenciada en Sociología (UBA)
– Becaria CIN – Instituto de Investigaciones Gino
Germani – Facultad de Ciencias Sociales – UBA.
lara.aencinas@gmail.com
Laura Champalbert - Licenciada en Sociología
(UBA) – Asistente de Investigación - Instituto
de Investigaciones Gino Germani – Facultad de
Ciencias Sociales – UBA. lauratcha@yahoo.
com.ar

23 Delicado Useros, M. V. (2006). Op.cit.


89
Symploké revista filosófica diciembre 2017

Débora Tajer
Entrevista

¿Qué te motivó a dedicarte a los Estudios de cosas porque era mujer y eso era un tema para mí
Género? importante. Además que, si bien yo me quería ca-
sar, por ejemplo, era para mí más importante re-
A mí me motivaron los Estudios de la cibirme y hacer una carrera, cosa que en mi épo-
Mujer, cuando yo ingresé a este campo se llama- ca y en el grupo en el cual me movía no se veía
ba así y además era lo que me motivaba. Me mo- de esa manera, el casamiento o tener hijos era lo
tivaba por qué las mujeres tenían menos derechos más importante, cosa que para mí no lo era en ese
que los varones. Yo me había dado cuenta muy momento. Entonces, me daba cuenta de que ahí
tempranamente que ser mujer era tener más obs- había un tema y, en ese sentido, había escuchado
táculos con respecto a muchas cosas que a mí me que Ana María Fernández tenía una Cátedra so-
interesaban y me había dado cuenta de eso, era bre ésta temática y pedí entrar y me quedé acá.
claro para mí.
En ese sentido ¿Cómo fueron tus primeros
¿Cuáles eran esas cuestiones que te interesa- acercamientos a los Estudios de Género?
ban?
Como docente en la Cátedra de Estudios
Por ejemplo, manejar. A mí me interesaba de la Mujer a partir del año 1989.
manejar, yo quería hacerlo, me parecía que era
algo genial cuando tenía 18 años. Me di cuenta ¿Cuáles son tus referentes en el campo?
que mi papá siempre había dicho que yo iba a te-
ner acceso a todo pero que no tenía ningún apuro. Bueno, yo he trabajado treinta años con
Después, cuando empecé a manejar me di cuenta, Ana María Fernández, que es una de mis refe-
que fue la primer observación de género que hice, rentes; Irene Meler también, he trabajado mucho
que los varones manejaban distinto a las mujeres con ella; Mabel Burin, porque yo también trabajo
y además que cuando iba a un estacionamiento Género y Salud y ella es una pionera en ese cam-
siempre me querían enseñar a estacionar, siempre po, fue la primera que abrió algunas cuestiones
me miraban, lo que hoy llamaríamos mansplai- que a mí me permitieron pensar cómo nos enfer-
ning que es esto de que los varones te explican la mamos diferente, cómo consultamos diferente
vida. Eso me empezó a llamar la atención, que te en el campo de la salud mental. Diría que funda-
traten de estúpida por el sólo hecho de ser mujer, mentalmente ellas tres fueron mis maestras, las
que supusieran que no sabía hacer un montón de personas que más leía, que más me interesaron.
90
Symploké revista filosófica Entrevista

Con Irene estudié Psicoanálisis y Género, a partir como psicóloga y la lista de ad honorem era lar-
de eso le propuse armar el Foro de Psicoanálisis guísima. Ya trabajaba en la Cátedra de Estudios
y Género porque yo estaba trabajando con ella. de la Mujer hacía cuatro o cinco años y quien
También la perspectiva de Ana María Fernández, era mi pareja en ese momento me dijo que había
tengo estudiada su obra y aparte trabajo con ella, un aviso en el diario de un concurso para Jefa
por lo cual estoy altamente influida por ellas. de Trabajos Prácticos de dedicación exclusiva en
el área de los Estudios de la Mujer para investi-
¿Crees que es posible una práctica psicoanalí- gación y docencia en la UBA. Nadie me había
tica con perspectiva de género? ¿Cómo? dicho nada, me enteré por el diario, en la Cátedra
ni se hablaba de ese tema. En realidad, después
Supongo que sí porque es lo que hago me enteré que eran unos nombramientos que no
hace muchos años, entonces obviamente que me acuerdo si se llamaban 105 o 125 que era un
creo. Y cómo... haciéndola, está en mis escritos, artículo para pasar a planta a la gente que había
no tengo mucho más que decir que lo que he es- sido becaria de investigación. Había dos becarias
crito muchas veces, no tengo ninguna novedad al en la Cátedra de Estudios de la Mujer, concursé
respecto. y gané. En ese momento, en el año 1995, gané
por concurso una dedicación exclusiva como
¿En qué pensas que se diferencia un profesio- Jefa de Trabajos Prácticos y tenía que hacer in-
nal de la psicología sin perspectiva de género vestigación y ya había terminado mi Maestría en
de uno con perspectiva de género? FLACSO en Salud, con lo cual tenía que hacer la
tesis. Entonces dije: “Bueno, si me pagan para ser
Alguien que tiene perspectiva de género investigadora, voy a investigar, voy a utilizar esa
puede leer muchos malestares tanto de los varones renta”, entonces como autodidacta empecé a for-
como de las mujeres y de la población LGTBI, en marme como investigadora, le empecé a pregun-
términos de cuál es el impacto de las condiciones tar a todo el mundo cómo armar lo metodológico.
desiguales o cuál es el impacto de los mandatos. No te imaginás la cantidad de puertas que toqué,
Entonces, muchos de los malestares se pueden nadie sabía cómo. Entonces empecé a investigar.
leer como malestares en la cultura, como corset En el año 1998 estuve en un Congreso en Brasil
de género, como que te hacen hacer algo que no con Roxana Ynoub, que ahora es la titular de la
tiene que ver con lo que vos querés pero tiene Cátedra de Metodología de la Investigación y
que ver con lo que se espera de vos. Obviamente que, en ese momento, era Adjunta y el titular era
la diferencia entre el ideal y el proyecto personal Samaja, su compañero. Yo hacía cosas con ella
lo trabajaría cualquier analista, pero la diferencia porque las dos perteneciamos al ALAMES, a la
cuando trabajás con perspectiva de género es que Asociación Latinoamericana de Medicina Social
le podés poner nombre y apellido a esos ideales y habíamos hecho un taller en el año 97 y una pu-
colectivos. blicación sobre género y salud. Entonces ella me
dijo “Débora, se están abriendo proyectos para
¿Cómo fueron tus inicios en docencia e inves- directores jóvenes y tu tema es genial para una
tigación en la UBA? investigación como directora” y yo ni me veía en
eso; ella me vió y me ayudó con la metodología,
En realidad empecé en la Cátedra de me ayudó a diseñarla, me presenté y gané y desde
Orientación Vocacional de Diana Aisenson y des- el año 1998 soy directora de proyectos UBACyT,
pués me enteré que existía la Cátedra de Estudios así me convertí en investigadora.
de la Mujer y, entonces, cuando me admitieron,
me pasé a la Cátedra de Estudios de la Mujer. ¿Cómo ves el estado actual de la formación
Mis inicios en investigación fueron de ca- universitaria en relación a los Estudios de
sualidad, porque yo fui residente en el Hospital Género?
Moyano y siempre pensé que iba a ser una per-
sona que trabaje en Hospital, siempre me vi des- Creo que parte de lo que hemos visto en
de esa perspectiva, por eso hice esa residencia. los últimos diez años es, primero, que han nacido
Cuando la terminé en el año 1994, plenos 90, muchas universidades nuevas; no nos olvidemos
era mucho más difícil que ahora tener una renta que hay una universidad pública en cada provin-
91
Symploké revista filosófica diciembre 2017

cia cosa que antes no existía, y además casi todas


las universidades en este momento tienen algún Sobre la entrevistada
núcleo de género. Con lo cual estamos hablando
de un panorama muy diferente, les menciono algo Débora Tajer es Doctora en Psicología. Cofunda-
que probablemente no sepan y es que la Cátedra dora del Foro Psicoanálisis y Género. Profesora
nuestra, que está cumpliendo 30 años, fue pionera Adjunta a cargo de la Cátedra Introducción a los
de grado en América Latina, con lo cual nosotros Estudios de Género. Profesora Adjunta regular,
enseñábamos género en grado cuando nadie tenía cátedra Salud Pública/Salud Mental II. Facultad
nada en ningún lado. A mí me parece que ha cam- de Psicología, UBA.
biado, que hay muchas investigadoras e investi-
gadores que trabajan la temática, que hay un área
del CONICET para el tema, que hay proyectos, o
sea que es un panorama mucho más interesante
que el que conocí cuando empecé en la temática.
Me parece que el crecimiento ha sido muy intere-
sante, vamos a ver qué pasa ahora con el impacto
que va a tener la Ciencia y la Tecnología. Pero
hasta ahora, creo que es un momento muy vital
de la temática.

¿Por qué crees que la perspectiva de género


debería estar incluída en los planes de estudios
de Psicología?

¿Por qué tendría que ser obligatoria?


Porque es un tema nuevo en el campo de la
Psicología. Bueno, no es nuevo porque hace
muchos años que trabajamos, pero es una nove-
dad porque es un tema central en este momento
como hace veinte años lo fueron los Derechos
Humanos. En ese sentido, hasta ese momento las
cátedras eran de Deontología y hablaban más que
nada de cuestiones legales, y me parece que el
paradigma de los Derechos Humanos abrió todo
un campo en nuestra temática, en nuestra profe-
sión, y creo que hoy ese lugar lo ocupa como no-
vedad los Estudios de Género, por lo tanto debe
ser incorporado en todas las formaciones.

¿Sentís que tuviste que sortear obstáculos en


plus por tu condición de género?

Todo el tiempo desde que nací y todos los


días lo sigo haciendo. Además, algo que el otro
día hablaba con Ana María Fernández, es que
el feminismo nos salvó la vida a quienes somos
hijas de padres muy patriarcales, realmente po-
der darle dignidad a lo que en un momento fue
opresión ha hecho que nuestras vidas sean más
dignas, así que le debo mucho a esta perspectiva.

92
Symploké revista filosófica Entrevista

Vanesa
Vázquez Laba
Entrevista

¿Cuál es el posicionamiento teórico y políti- cuestión jurídica siempre se nos dificultó porque
co para el abordaje de la Violencia de Género no hay patrocinio jurídico gratuito. Hasta que
que el Programa Contra la Violencia de Géne- empezaron a llegar casos internos. Es decir, las
ro de UNSAM sustenta o explicita? dos personas en conflicto: la persona que perpetra
violencia y la víctima tienen un vínculo con la
Gran pregunta. Es permanente el vínculo Universidad. Ambos son estudiantes, docentes,
que tenemos entre la investigación y la interven- no docentes. Entonces ahí tuvimos que reacomo-
ción. Cuento un poco la historia… Hay que hacer dar nuestro posicionamiento y empezar a pensar
una genealogía de la posición que hoy estamos otras cuestiones sobre cómo intervenir en situa-
tomando; y también un poco qué hacemos para ciones dentro del ámbito universitario con la nor-
situar el contenido de lo que hoy estamos trans- mativa que ya tenemos –educativa y laboral– más
mitiendo política y teóricamente. El programa la ley que protege a las mujeres: la 26.485. Se
nace en el año 2014, con un grupo muy chiquito, abrió todo un proceso de trabajo importante, pro-
donde empezamos a intervenir sobre situaciones fundo, teórico y político que ahora te voy a sepa-
de violencia externas. Aplicábamos un modelo rar analíticamente para entenderlo, pero estuvo
estandarizado de atención a víctimas de violencia mezclado todo el tiempo: deconstrucción de un
de género y hacíamos las derivaciones al servicio procedimiento que es el protocolo que se aprobó
de salud. Las situaciones que tienen que ver con finalmente en noviembre del año 2015. Pero an-
lo jurídico siempre las resolvimos con gran difi- tes tuvimos que construir y estandarizar un pro-
cultad. Muy a pulmón fuimos armando un dispo- cedimiento. Viene una piba, estudiante, a denun-
sitivo dentro de un espacio universitario que no ciar ¿Qué hacemos? Todo eso nos llevó a discutir
existía. No había un modelo para copiar. Comen- con un paradigma –que es el paradigma instaura-
zamos publicando y promocionando que éramos do que concibe a un sujeto que vive una situación
un programa que atendía situaciones de violencia de violencia dentro de una institución como un
[de género]; abrimos una ventanilla en la Univer- sujeto víctima– y concebirlo en cambio como un
sidad y se empezaron a acercar jóvenes y mujeres sujeto de derechos. En ese sentido, nuestros suje-
del conurbano, de la zona de San Martín y aleda- tos posibles denunciantes pueden ser mujeres y
ños, a consultar sobre situaciones de violencia pueden ser otras identidades; porque el conflicto,
doméstica. Entonces ahí empezamos a hacer o en términos más generales, la violencia –y acá
nuestras articulaciones y armamos una agenda me estoy metiendo con una cuestión más teórica–
con los dispositivos locales; y como te decía, la puede ser no solamente intraclaustro e interclaus-
93
Symploké revista filosófica diciembre 2017

tro (en términos más institucionales y educativos gía conceptual, explicando que esta es una situa-
de lo que es un sistema universitario), sino en tér- ción de violencia de género. Tiene una connota-
minos más de identidad de género que puede ser ción psicológica, pero está dentro de las catego-
entre dos mujeres con connotación sexual. La rías de las leyes. Es ir sensibilizando y concienti-
connotación sexual es muy importante en esa zando a las autoridades y a los distintos claustros
conflictividad que se da entre dos sujetos. Por su- que las situaciones de violencia de género en la
puesto que el patrón es un varón perpetrando vio- Universidad se dan y ahora se atienden. Se atien-
lencia simbólica, psicológica, física y sexual a den y tenemos que resolverlas, porque no es
una mujer, pero también hubo situaciones por “tomo la denuncia y ya está”. Tomo la denuncia
discriminación por orientación sexual. Hemos te- y además hay que generar un procedimiento san-
nido situaciones con personas con una orienta- cionatorio –que eso está muy pegado a la norma-
ción sexual disidente. Por eso nuestro posiciona- tiva porque nosotras no podemos inventar san-
miento no fue un posicionamiento de un progra- ciones–. Las sanciones ya están para los docen-
ma que solamente va a atender situaciones de tes, no docentes y los estudiantes. Nosotras lo
violencia contra las mujeres sino abrirlo a situa- que inventamos… A ver… La gran pelea política
ciones de violencia en relación al género. Ahí ya que decimos nosotras que hemos instaurado den-
nos paramos en un lugar distinto. Nosotras apli- tro del ámbito universitario es que la violencia
camos la Ley 26.485 y también la ley de identi- contra las mujeres y la violencia de género es una
dad de género que tiene que ver con amenazas, falta grave. Para el sistema universitario una falta
discriminaciones, lesiones a personas con otra grave era un plagio o una situación violenta para
identidad no hegemónica. En cuanto a lo político, los estudiantes; una situación violenta física, pero
fue poder desarrollar un procedimiento que luego no con connotación de género. Ejemplo, uno le
lo llamamos protocolo. Eso que dice el protoco- pegó una trompada a otro. Es decir, la violencia
lo: materializarlo, hacerlo carne en la institución. de género entra como una falta grave, una falta
Es decir que no cajoneen una denuncia que noso- que hay que atender y donde hay que aplicar un
tras consideramos que es una situación de violen- procedimiento; y donde hay que sancionar si la
cia de género. ¿Qué significa esto? Que se eleve investigación devela que ha habido un conflicto
a una autoridad, que la autoridad llame a consejo de esas características. Con solo el testimonio de
de escuela, que se debata –no en el sentido de la mujer –pegada a la Ley 26.485– ya se hace una
“violencia sí – violencia no”–; porque al pasar denuncia aquí en el programa. Por eso te decía, el
por el programa ya se está diciendo que esa situa- posicionamiento teórico es un posicionamiento
ción que está describiendo esa persona es una si- que va mutando, se va transformando. La misma
tuación de violencia de género. Eso ya no se práctica nos hizo conocer muchas cosas, nos hizo
vuelve a discutir. Eso se eleva y las autoridades entender tantas otras. Nosotras estamos paradas
lo que hacen es aplicar la normativa: “Bueno, en el lugar de la justicia social, en la justicia de
como el Programa Contra las Violencias está di- género. Acá vienen jóvenes de distintas clases
ciendo que esta es una situación que hay que sociales, del conurbano – de la zona de José León
atender, entonces nosotros Consejo considera- Suárez, de San Martín– y también de Capital Fe-
mos que hay que abrir un sumario; en el caso de deral. Tenemos estudiantes… Bueno, esta es una
un estudiante o un no docente, una investigación Universidad relativamente joven porque tiene 25
sumaria; o un tribunal académico para un docen- años; pero ha crecido exponencialmente en los
te”. Entonces, como te decía, es aplicar la norma- últimos años, tanto en grado como en posgrado.
tiva frente a una situación y por supuesto notifi- Y se dan las conflictividades que se dan en mu-
car a las autoridades de ese Consejo. Esto fue chos ámbitos académicos, universitarios. Pero
todo un trabajo político –y lo sigue siendo– por- quizás la particularidad que nosotros podemos
que no es que ya está todo: protocolo, programa, llegar a tener como Universidad –pienso por
las compañeras trabajadoras del Programa. Este ejemplo en alguien que se formó en la UBA en
es un trabajo cotidiano permanente donde tene- grado y posgrado– es que es muy “cara a cara”.
mos que lidiar a veces con cuestiones que una Es una Universidad donde el Campus genera que
creería que ya están saldadas pero no. Entonces nos crucemos y nos encontremos, que no pase
por eso el posicionamiento conceptual; y en ese cualquiera desapercibido. Nos encontramos; mu-
trabajo político nosotras hacemos mucha pedago- chos somos docentes, investigadores, estamos
94
Symploké revista filosófica Entrevista

trabajando en la gestión. Hay una cosa como de se sienten descalificadas, porque sienten que no
comunidad que lo genera un mismo espacio y, a hay un lugar de igualdad en la escucha o en la
su vez, somos muy diversos. Porque está ciencia interacción en un aula porque hay varones docen-
y tecnología, super innovadora. Hay carreras ra- tes, incluso mujeres docentes, que descalifican;
rísimas. Tenés arquitectura, después está nano- subestiman la condición de ser mujer. Y de orien-
tecnología. Hay cosas muy diferentes entre sí. tación sexual también, pero es más explícito. Ya
Por lo tanto, subjetividades muy distintas; y, se- hay una connotación más sexual en el sentido de
guramente, clases sociales muy diferentes. En- discriminación. En el caso de las mujeres tam-
tonces hay que convivir en esa heterogeneidad, bién es discriminación pero bueno, esto es como
en esa comunidad. Pero creo que hemos logrado más histórico, esa sensación que les puede gene-
hasta ahora –que ya estamos terminando nuestro rar “vos no tendrías que estar acá, tendrías que
cuarto año de existencia– entender lo que estába- estar lavando los platos, cuidando los pibes”. Un
mos haciendo y pararnos en un lugar más sólido. poco es ahí donde nos paramos.
Nuestro posicionamiento es un posicionamiento
desde la teoría de género, desde estos lugares de ¿Cuáles son los desafíos para este trabajo en
la diversidad sexual. Creemos que hay situacio- un marco de reclamo de justicia e igualdad se-
nes –yo escribí algunas cosas sobre esto– donde xual por parte de diferentes colectivos y sec-
sí hay un patrón donde a las mujeres se las mata tores, así como de visibilización pública de la
por el hecho de ser mujer, pero hay otras situacio- problemática?
nes que no. Creemos que es un fenómeno muy
complejo, que tiene distintas aristas, que falta Creo que nosotras –con esto que te decía que tra-
mucha investigación, que no podemos generali- bajamos por la justicia social, la justicia de gé-
zar, no podemos ontologizar: todo varón es vio- nero, la justicia de la diversidad– estamos muy
lento por el hecho de ser varón. Creo que todavía emparentadas con las demandas colectivas de los
ahí falta investigar más sobre los patrones, sobre movimientos sociales, feministas, de las diversi-
las regularidades que se dan en este tipo de situa- dades sexuales, LGTB. Un desafío es, tenemos
ciones. Entonces nuestro posicionamiento tiene un montón, que las trasvestis y trans vengan a la
que ver con las conflictividades, con la violencia Universidad y no se sientan discriminadas. Un
contra las mujeres, la discriminación por orienta- desafío es que las jóvenes, chicas, madres, pue-
ción sexual, el acoso sexual –entendido en esos dan venir a la Universidad y puedan tener dónde
términos y mirando más cómo esto se da en el dejar a sus hijos y puedan estudiar. Nosotras te-
ámbito universitario, que a su vez es muy rele- nemos desafíos que tienen que ver con lo simbó-
vante la cuestión simbólica–. Se habla poco de lico, con respetar la diferencia. Y tenemos desa-
esto. Nosotras trabajamos fuertemente en la vio- fíos que tienen que ver con lo material, con res-
lencia simbólica y psicológica. Porque acá se da petar la condición social; y de alguna manera ge-
el chiste misógino, la descalificación de lo feme- nerar las condiciones para que por su condición
nino. Hay una cosa muy sutil y muy implícita que socioeconómica no sea inaccesible. Es decir, que
se da en el espacio áulico, que se da en los víncu- pueda acceder a la Universidad, con becas, guar-
los entre los estudiantes o entre estudiantes muje- derías, un espacio maternal; es muy importante
res y varones que no tienen la connotación se- esta cuestión. Y cómo se materializa eso, porque
xual. Es decir, varones docentes levantándose a para mí no tiene que quedar en lo declamativo.
estudiantes mujeres, que también se da, pero lo Los movimientos sociales actúan desde lo decla-
que más pasa es la descalificación del discurso de mativo y me parece muy bien, de hecho formé
la mujer por el hecho de ser mujer. La descalifi- parte muchos años en ese lugar de pedir justi-
cación de lo femenino para pensar en el ámbito cia, de pedir igualdad. Me parece que está muy
científico, eso se da. Entonces ahí trabajamos no- bien y que debería ser así y que existan. Ahora, a
sotras, en un marco de lo que son las reglas de nosotras nos toca otra cosa, no nos toca trabajar
juego institucionales, donde muchas estudiantes en lo declamativo sino trabajar eso que se está
abandonan por cuestiones de clase social, porque demandando, reclamando al Estado, y materiali-
no hay infraestructura. Vienen pibas acá con los zarlo en una Universidad que es nuestro espacio
hijos, no tienen dónde dejarlos, y eso es un pro- de acción. Convertir eso que se está pidiendo en
blema. Pero también muchas abandonan porque algo que actúe, es decir, atender la situación. No
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Symploké revista filosófica diciembre 2017

sólo decir “las mujeres pueden denunciar”, ya Las mujeres que sufren, nuestras estudiantes que
que ahí estaríamos en lo declamativo. Si las mu- sufren una situación de violencia en el ámbito do-
jeres pueden denunciar, pueden hacerlo en una méstico pero sostienen el estudio porque es muy
Universidad y la Universidad puede colaborar en importante para ellas, también hay que tratar de
ver cómo se puede proteger frente a situaciones hacer un acompañamiento. Por eso nosotras tene-
de violencia. No nos quedamos en el lugar de lo mos un servicio psicológico gratuito y hacemos
declamativo, materializamos esas demandas del acompañamiento. En este sentido digo que ahí
movimiento feminista de mujeres y de la diversi- vos hacés justicia de género y justicia social. Y
dad sexual. Es muy chiquito lo que hacemos en no ponés en frente de ese alumnado una Univer-
el sentido que es una Universidad que está tratan- sidad dura, estricta. Ponés una Universidad que
do de transformar su percepción, su cosmovisión está contemplando todas estas diferencias. Ese es
respecto del sujeto estudiante. La Universidad se un gran desafío, porque nosotras hemos empren-
creó con un sujeto estudiante varón, clase media, dido ese viaje… no está del todo, no hemos con-
que puede venir acá, pagarse el boleto, entrar a la cretado eso, nos falta muchísimo, mucho. Pero
Universidad, tomarse un café, pagarse los apun- bueno, yo doy un seminario una vez por año en el
tes. El lenguaje de la transmisión del conoci- primer cuatrimestre sobre teorías feministas, he-
miento es un lenguaje letrado, donde se supone mos hecho un montón de actividades, hemos traí-
que ese estudiante aprobó la primaria, aprobó la do para participar activistas travestis, trans, he-
secundaria y tiene una construcción cognitiva, un mos metido el tema en los estudiantes. Hay cada
conocimiento, y entonces puede entender. Hay vez más estudiantes que quieren venir a cursar la
una aprehensión de lo que transmite el docente. materia, en el voluntariado del Programa. Hemos
Ahora bien, eso es un abstracto. Lo más cercano crecido mucho, nos están llamando de distintas
a eso puede ser en la UBA. Y a mí, que soy de escuelas para poder ir a dar charlas, contenido.
la UBA, me costó mucho estudiar sociología, no Bueno, vamos creciendo de a poquito.
entendía nada al principio, porque en las escue- Es muy costoso, parece tonto pero es muy
las que fui nunca había visto materias de ciencias costoso, porque tenés muchos embates. Pero he-
sociales, tenía unos agujeros conceptuales que no mos consolidado eso en cuatro años. Desafíos
entendía. Ese estudiante es un abstracto, y entre tenemos muchos, en un contexto donde ya no
él y un sujeto estudiante en el aula, real y concre- tenemos acompañamiento por parte del Estado
to, hay una brecha enorme. Entonces, a mí me Nacional, en el Programa. Antes con la gestión
interpela como docente, si yo sigo una pedagogía anterior articulábamos con el Programa Provin-
iluminista, lo expulso. Si yo entiendo que ese su- cial de Salud Sexual y el de Violencia del Minis-
jeto es una piba o un pibe, que tiene que cuidar a terio de Salud de Provincia de Buenos Aires. Ahí
sus hijos, que se tiene que ir antes, que trabaja ca- teníamos capacitaciones, insumos, folletería, una
torce horas, que sufre violencia en su espacio do- política institucional a nivel provincial pero que
méstico, yo como docente, como institución, me incluía a las Universidades como dispositivos
paro en un lugar diferente de escucha. Es decir, para dar información sobre salud sexual. Enton-
no vino al parcial porque esta chica tiene esta si- ces ahí abrimos nuestra consejería donde damos
tuación, entonces le puedo volver a tomar el par- información sobre sexualidades; una diplomatu-
cial. Estoy tratando de poner un ejemplo gráfico ra que forma efectores de salud en términos de
de cómo una institución debe, sin perder excelen- salud sexual, derechos humanos y género. Em-
cia académica –porque creo que ahí uno puede prendimos un montón de cosas que hoy las sos-
seguir transmitiendo y exigiendo para que sea un tienen la Universidad de San Martín, sin acompa-
buen profesional en términos académicos–, con- ñamiento del Gobierno ni Nacional ni Provincial.
templar que hay un montón de situaciones de la Hemos podido armar lo que se llama Red Interu-
vida de las personas, que a todos nos ha pasado. niversitaria por la Igualdad de Género y Contra
Y no hay que contemplar en lo individual, es de- las Violencias en la que somos más de cuarenta,
cir, la profesora copada que contempla, la profe- entre Universidades, Institutos y Facultades que
sora feminista; sino como una política institucio- se lanzó en el año 2015.
nal. Es decir, para nuestras estudiantes que tienen
hijos a cargo y son muy jóvenes, hay que generar ¿Cómo describirías el momento presente en el
las condiciones para que puedan venir a estudiar. que se encuentra el trabajo de las Universida-
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Symploké revista filosófica Entrevista

des en torno a la violencia de género y el de la vuelo hacia adentro, todo un movimiento super
Red Interuniversitaria por la Igualdad y Con- interesante. Por otro lado, la creación de espacios
tra las Violencias? que garanticen el protocolo, porque por ejemplo
pasaba en Universidades que se creaba el proto-
El momento presente es de mucha sole- colo y se lo enchufaban a Bienestar Estudiantil, y
dad en términos, como te decía, de acompaña- no iban a hacer nada, o poco por ahí, con buena
miento por parte del Estado. No tenemos vínculo intención. Entonces generar espacios como pro-
con el Consejo Nacional de las Mujeres. Hemos gramas, secretarías, dispositivos que garanticen
tenido un acercamiento pero luego eso se cortó. ese derecho. Y hoy somos un montón de compa-
Ni con ningún programa que esté vinculado con ñeras, compañeros también. Más de 40 Universi-
los temas de sexualidad y violencia contra las dades, somos 56 la población de Universidades,
mujeres. No hay ningún tipo de vínculo institu- bueno, hoy en la Red somos más de 40. Nos están
cional con este espacio. Esto fue antes del cambio faltando algunas poquitas, y casi la mitad tiene
de gestión, del cambio de gobierno, nosotras nos protocolo y las demás están en ese trabajo de dis-
juntamos –feministas que trabajamos en las Uni- cusión así que seguramente en breve se aprueben
versidades como docentes, investigadoras, algu- esos protocolos. Otra de las cosas que hemos
nas en gestión– y empezamos a consolidar un es- conquistado –y esto es muy nuevito, fue este
pacio de intercambio. ¿Por qué? Empezamos a año–: entramos al CIN, el Consejo Interuniversi-
ver que se venían transformando un montón de tario Nacional. Eso es muy importante porque ahí
instituciones y que las Universidades no habían se discute la política del sistema universitario. La
sido tocadas ni atravesadas por los derechos hu- gestión política la hizo Gabriela Diker que es la
manos de las mujeres. Si lees las estructuras de rectora de la UNGS, ella llevó la discusión. En
las Universidades ves que en los lugares de poder ese sentido estamos garantizando de alguna ma-
y decisión hay solo varones; que las cuestiones nera que esto no sea voluntad política de las auto-
más vinculadas al enfoque de género siempre es- ridades de turno de cada Universidad –“si, no,
tán ubicadas en extensión universitaria. Entonces bueno, más o menos”–; sino que esto sea una po-
ahí nos empezamos a encontrar y a debatir un lítica Universitaria y la verdad es que estamos
proceso de creación de protocolos y de lugares, muy contentas con ese gran paso. También ayudó
de espacios de gestión como este Programa, en a que el CONICET apruebe este año su protoco-
las Universidades. Y empezaron muchas a dar la lo, un protocolo contra la violencia laboral y con-
discusión y la pelea hacia adentro, como la dimos tra la violencia de género. Esto también es muy
nosotras, otras empezaron a darla. En septiembre importante porque vos sabrás que en el ámbito
de 2015 se lanzó. Hasta ese momento teníamos universitario hay investigadores puros, que no
dos o tres protocolos: el de Comahue, el de la tienen un vínculo laboral con la Universidad. Hay
Universidad Nacional de Córdoba. Después del algunos que no son docentes o trabajan en ges-
lanzamiento de la Red Interuniversitaria, 2015, tión, sino que tienen su sede como investigadores
2016, aparecieron todos los demás. Hoy tenemos en la Universidad entonces vienen, investigan y
más de 20 universidades con protocolo: La Plata, se van. Y tienen sus becarios. Entonces ahí el vín-
UNDAV, San Martín, UBA, hace poquito La culo es académico en el marco del CONICET. Si
Pampa, hace poquito UNGS, Sarmiento. Bueno, un investigador comete una falta en ese vínculo
fue un proceso. Y esto fue gracias a nuestro... que tiene con su becario, ahí la institución que
gracias a todo el trabajo político que venían ha- debe intervenir es CONICET, no la Universidad,
ciendo las compañeras, que veníamos haciendo entonces también CONICET aprueba esto. Es
todas nosotras desde las Universidades. Y fue muy importante todo este panorama que se fue
como efecto dominó, porque nos fuimos juntan- dando. Esto es gracias, de nuevo, a la acción co-
do durante 2015, 2016, y ahora en 2017 también lectiva de las compañeras, las mujeres feminis-
hemos tenido varios encuentros –ahora antes de tas, que venimos trabajando hace muchos años en
fin de año tenemos nuestro último encuentro–, y las instituciones universitarias, que las entende-
hemos logrado algunas cosas. Punto número 1, mos, entendemos la lógica, reglas de juego, las
hemos logrado protocolizar: generar protocolos entendemos. Y por supuesto que forma parte de
de actuación frente a situaciones de violencia lo que acompañó y aconteció en el último tiem-
dentro de las Universidades. Eso generó un re- po: un movimiento de mujeres y feministas más
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fuerte en la calle. Esto lo acompañó y lo fortale- Quizás lo que no podemos… digo quizás porque
ció, entonces creo que el desafío que tenemos de una nunca sabe, las épocas de mayor conflicto
ahora en adelante es trabajar en un panorama de son las épocas más auspiciosas para crecer, no lo
un Estado que va a ser cada vez más restrictivo, sé, pero no sé qué pasará con el Programa. Quizás
que recorta presupuesto de todos lados. Nosotras no podemos expandirnos mucho más, tenemos
tenemos todo lo que hemos construido durante que quedarnos acá y seguir fortaleciendo esto.
todos los años anteriores, eso no te lo quita nadie: Como te decía, tenemos todavía mucho trabajo
el saber, la credibilidad que generamos en nues- por hacer hacia adentro pero bueno, con el opti-
tra comunidad académica. Por supuesto que van mismo de siempre. Para mí es todo muy tremen-
a haber faltantes: si no tengo preservativos, si no do lo que está pasando pero no me inhibe, no me
tengo test de embarazo, si no tengo la pastilla del detiene, no me para en un lugar de inacción. Hay
día después, es un problema en la consejería de que estar en la calle reclamando por los derechos
salud sexual. Pero la información que damos, el que hemos conquistado y que son nuestros, pero
conocimiento que hemos adquirido, los vínculos también hay que estar en las instituciones para
y los contactos que nos garantizan, por ejemplo, cuidar todo lo que hemos construido. Así que ese
en las consejerías la derivación de una situación va a ser nuestro panorama, que fue lo que hemos
de un aborto no punible, eso no te lo quita nadie. hecho durante estos dos años de desguace de to-
Trabajaremos en la austeridad, nosotras somos das las políticas de derechos de las mujeres y de
bastante austeras también. Y también se nos vie- la diversidad. Pero nosotras sostenemos esto y
nen unos años de mucha investigación. Yo soy con mucha calidad, no hemos bajado nuestra ca-
investigadora del CONICET, entonces ya lleva- lidad de atención. Nosotras venimos todos los
mos adelante una investigación hace un año en días a trabajar, escuchamos, atendemos, con el
nuestra comunidad estudiantil, hemos presentado mismo compromiso de siempre.
proyectos para hacer investigaciones porque fal-
tan investigaciones serias sobre este tema. Falta ¿Querés agregar algo más?
investigar cuestiones fundamentales sobre la vio-
lencia, no sólo en términos cuantitativos sino
también en términos cualitativos. Entonces creo Quizás podría ampliar un poco lo que ha-
que es un momento para profundizar esa parte de cemos. Tenemos una consejería integral donde
producir datos, datos serios, y de colaborar; por- atendemos demandas sobre sexualidades, sobre
que nos están pidiendo de muchos lados, colabo- salud sexual; y la consejería que atiende situacio-
rar en otras construcciones, prestar nuestro saber nes de violencia de género. Tenemos una línea
y nuestra experiencia para otras construcciones de sensibilización que es a través de la cual ha-
en ámbitos Universitarios o fuera del ámbito Uni- cemos actividades para poner en agenda y seguir
versitario. Nuestro Programa es bastante conoci- sensibilizando los distintos claustros, que se sale
do y bastante respetado por el trabajo que hace- un poco de esa estética de la mujer golpeada, de
mos, entonces nos convocan de distintos lugares la cosa morbosa de la situación de violencia y le
para contar nuestra experiencia, para transmitirla. buscamos una vuelta de tuerca desde el arte, el
Por eso escribimos bastante, escribimos muchas teatro, desde otra iniciativa para llegar desde otro
cosas para que la gente pueda leer porque no po- lugar: con más sensibilidad y no tanto desde el
demos estar en todos lados. Y seguir formando, impacto visual. Tenemos un área de investiga-
seguir formando a nuestras estudiantes, seguir ción y de formación muy fuerte, complementa-
sensibilizando, seguir haciendo crecer esto en un mos todo eso, está todo cruzado, todo abona todo
marco donde vamos a estar más solas, en este y eso nos ha hecho muy fuertes. Intervenimos,
sentido, en que el Estado Nacional no está acom- formamos, investigamos y sensibilizamos. Este
pañando, pero que nuestra Universidad si acom- último año hemos emprendido una tarea de tra-
paña y esto lo considera una política institucio- bajo con organizaciones sociales del Partido de
nal. Pero está la fortaleza del movimiento, de no- San Martín, entonces ahí acompañamos procesos
sotras feministas, de fortalecernos en ese espacio, de formación de políticas dentro de las organi-
con lo cual seguiremos en este marco sabiendo zaciones políticas de género, y atendemos situa-
que lo que hacemos lo hacemos muy bien. Y es- ciones de violencia de compañeras del conurbano
peraremos tiempos mejores para poder crecer. que con algunos conflictos vienen y piden ase-
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Symploké revista filosófica Entrevista

soramiento acá. Entonces tenemos todo ese pa- la vuelta para que no nos expulse el patriarcado.
norama de trabajo que es un montón. Este año Porque si me hago la loca a los dos minutos me
armamos un dispositivo de búsqueda de jóvenes, sacan y ponen a otra, o a otro, entonces tengo que
de mujeres desaparecidas, que se llama “Entrela- buscar la manera –a partir de la creación de estos
zadas”. Es un dispositivo que busca a jóvenes, a mecanismos que te fui contando–, que si alguien
mujeres de la zona de San Martín y algunos par- comete una falta en términos de violencia de gé-
tidos más porque no podemos ampliarlo, a través nero se haga justicia, se lo investigue y se lo juz-
de información certera, del vínculo que tenemos gue. Si hay que expulsarlo se expulsará, si hay
con la familia o con alguien que nos diga real- que sancionarlo con una suspensión se hará eso,
mente que esa persona está desaparecida, que la ese es nuestro trabajo político e institucional, y
familia la está buscando. Entonces armamos todo esa es nuestra perspectiva teórica y política. En
un protocolo de trabajo y hacemos las búsquedas términos más feministas, creo que hemos inven-
por redes sociales; cuando esa persona se encuen- tado algo. No somos unas feministas radicales de
tra se baja automáticamente. Estamos trabajando los años ´60, porque no son los años ´60, porque
también en eso que es una práctica feminista: si ha pasado mucha agua debajo del puente y hay
el Estado no nos busca nos buscamos entre no- muchos feminismos en todas partes por suerte.
sotras. Pero de nuevo con un criterio de trabajo, Leemos políticamente lo que está pasando y ape-
respetando mucho a la familia, respetando mu- lamos a la literatura feminista para poder garan-
cho a las personas que están implicadas. Nosotras tizar los derechos de las mujeres y de la diver-
trabajamos muy hacia adentro, damos notas todo sidad sexual y escuchando mucho a la otra; no
el tiempo: entras a la página y tengo notas desde parándome en un lugar de feminista que sé cómo
que iniciamos, pero no hacemos alarde de los ca- te tenés que emancipar, sino escuchando mucho
sos. Trabajamos con un vínculo con los medios qué quiere esa mujer o qué quiere esa persona. Si
de comunicación muy respetuoso. Nosotros te- quiere denunciar, denuncia. No quiere denunciar
nemos casos muy complicados, de los cuales al- porque considera que no puede sostener subjeti-
gunos han tomado dimensión mediática y somos vamente esa denuncia, porque implica esto, esto
muy precavidas, en eso somos muy instituciona- y esto, entonces no. Vemos otra posibilidad. Usa-
les; es decir, respondemos a un espacio institucio- mos mucho la escucha, qué es lo que quiere esa
nal que lo queremos conservar. Nosotras quere- otra mujer: ahora no, después sí. Y es mucho más
mos conservar una Universidad democrática, una laborioso y mucho más trabajoso pero es como
Universidad que trabaje desde la justicia social y para nosotras debería ser.
de género, pero queremos conservar un espacio
Universitario porque es importante que existan Gracias.
las Universidades con estas características. Por
eso te decía que nuestras modalidades se fueron
moldeando y transformando en los términos Uni- Sobre la entrevistada
versitarios y en términos de la lógica de una or-
ganización tan compleja como es la Universidad: Vanesa Vazquez Laba es Doctora en Ciencias
tenemos limitaciones. No puedo ir a escrachar a Sociales. Docente-Investigadora CONICET/
un Decano, eso te estoy diciendo, tengo otras for- IDAES-UNSAM. Directora del Programa contra
mas de hacer justicia, pero no a través del escra- la Violencia de Género de la Universidad Nacio-
che, no es la política institucional. Ahí activamos nal de San Martín.
todos los mecanismos para que se haga justicia.
Esa es la diferencia entre trabajar en el afuera y
trabajar dentro de un ámbito normativo. A veces
no se entiende, entonces somos señaladas, juzga-
das. Pero creo que le hemos pegado la vuelta a lo
que hacemos sin necesidad de utilizar estrategias
que no son apropiadas, efectivas, políticamen-
te dentro de los espacios académicos Universi-
tarios, que son otras lógicas, otras formas. Y no
es que transamos con el patriarcado, le buscamos
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