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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO PODER POPULAR PARA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA SEGURIDAD
CENTRO DE FORMACIÓN ARAGUA-CARABOBO

La Criminalidad desde la complejidad Sociopolítica en Venezuela.

Autores:
Camilo Velázquez civ.- 9687003
Luis Guevara civ.-
José González civ.-
Franklin castillo civ.-
Yoan delgado civ.-
Gerardo Benítez civ.-

Maracay, MARZO de 2015

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Índice

Introducción
1.- Enfoque sociológico y político del crimen
2.- Estado y criminalidad
3.- Los escenarios de la política criminológica
4.- La actualidad en contexto Venezolano
5.- Poder Ejecutivo y Política Criminal
6.- Política criminal en Venezuela
7.- Conclusiones
Bibliografía

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INTRODUCCIÓN

La historia contemporánea de Venezuela registra diversas prácticas


policiales inadecuadas que han dejado en evidencia una profunda carencia de
valores, de principios morales, y un fuerte desapego al respeto de los derechos
humanos por parte del funcionariado policial.

Dichos modos operandi se derivaron, en parte, del modelo de formación


policial con enfoque militarista impartido a los integrantes de los cuerpos
policiales. Entre ellos, destacan: el uso indebido o excesivo de la fuerza, la
aplicación de técnicas y procedimientos sin diferenciar los casos en los que se
producían daños y perjuicios a la población, y un alto grado de corrupción
policial.

Con la intención de corregir tales desviaciones, y en concordancia con el


modelo de sociedad democrática, participativa, protagónica y corresponsable
expresado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el
gobierno del presidente Hugo Chávez Frías creó la Universidad Nacional
Experimental de la Seguridad (UNES). La finalidad de esta institución
académica especializada es, pues, encargarse de la profesionalización y del
desarrollo integral de las funcionarias y los funcionarios de la seguridad
ciudadana venezolana; por ello, se ha propuesto como una de sus principales
tareas formar el nuevo modelo policial, en el que las y los oficiales desarrollen
habilidades y destrezas para aproximarse a sus semejantes.

La inseguridad ciudadana constituye uno de los problemas principales


de los venezolanos y por ende es uno de los temas prioritarios del actual
Gobierno. Los niveles delictivos se han ido elevando en los últimos años no
solo en nuestro país, sino también en muchos de los países de la región y, en
consecuencia, la inmediata solución de este problema es uno de los objetivos
del Estado

El servicio de vigilancia y patrullaje supone que los funcionarios y


funcionarias de los cuerpos de policía recorren un territorio previamente
determinado para garantizar la convivencia, la seguridad y obstaculizar la

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ocurrencia de hechos delictivos. Son muy diferentes las situaciones que deben
ser atendidas durante el servicio de vigilancia y patrullaje, desde facilitar
información a la ciudadanía cuando lo solicitan hasta actuar sobre el control de
un hecho delictivo.

Además se actúa supervisando localidades cuya amplitud complejidad


geográfica varía significativamente. En el presente estudio demostraremos que
será mucho más efectivo un patrullaje bien planificado que la colocación de
alcabalas que atan a los funcionarios a un punto y radio de acción más
reducido. El servicio de vigilancia y patrullaje no puede ser una actividad
aislada dado que conlleva una interacción constante con individuos,
comunidades y diversas instituciones. En muchos casos, la colaboración con la
sociedad civil es esencial para prevenir y reducir la delincuencia y la violencia.

Actualmente, en la Republica Bolivariana de Venezuela vivimos en un


estado en el cual no existe gran diferencia con respecto a la sociedad en la
cual vivían los pioneros de la criminología como César Beccaria, quien describe
en su libro las penas a las que eran sometidas las personas que se atrevían a
delinquir, si bien es cierto que hoy en día se han matizado muchas de estas
conductas aún tenemos un largo camino que recorrer para cambiar el sistema
político-criminal de nuestro país. El cual tiene gran repercusión en la sociedad
en la cual vivimos, principal receptor de los delitos que se cometen. Cada
cambio de gobernantes implica un nuevo plan de “desarrollo” el cual debe
basarse principalmente en mejorar el estilo de vida de los mexicanos,
brindándoles más seguridad y oportunidades de crecimiento.

Empero, es necesario tomar aún más en cuenta los aspectos sociológicos que
enmarcan al Estado Venezolano y que se ven implicados en la comisión de
delitos, para cambiar realmente nuestro país y por ende lograr cabalmente que
la sociedad se sienta segura con la administración del gobierno.

1.- ENFOQUE SOCIOLÓGICO Y POLÍTICO DEL CRIMEN


La política criminológica, es para Franz von Liszt, la disciplina que se
ocupa de las formas o medios a poner en práctica por el Estado para una
eficaz lucha contra el delito, auxiliándose por la criminología y penología.

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Desde los inicios de este siglo se ha concebido a la Política
Criminológica, como un conjunto pragmático y bien sistematizado de normas,
procedimientos, objetivos, metas, estrategias y medidas de diversa naturaleza,
que asume el estado fundado en requerimientos y demandas sociales para
prevenir, perseguir y en su caso, reprimir la actividad delincuencial.

Esto es, el Estado Venezolano comprende que la actividad antisocial


proviene de innumerables causas, pero todas de índole social, económica o
cultural y que su tratamiento relega al último lugar a la represión, en una bien
entendida aplicación del principio rector de las ciencias penales: el de mínima
intervención; de ninguna manera se posterga al jus puniendi del Estado, pero
se le dimensiona con precisión, para darle privilegio a las tareas preventivas.

Se ha denunciado una y otra vez, el desfase dramático que suele darse


entre política y norma vigente, entre norma y realidad, entre lo que se dice o
pretende y lo que se hace o resulta, entre el método que ofrece el Estado
Venezolano y el modelo que se aplica cotidianamente.

El Estado Venezolano no puede permanecer ajeno a las


manifestaciones del delito en el seno mismo del desarrollo. Lo que resulta
indispensable es la adopción de una política criminológica que oriente los
trabajos y evite medidas desesperadas, equivocas o contradictorias que lo
único que logran es beneficiar al delincuente, desesperanzar a la sociedad y
poner en evidencia a un aparato publico de atención al delito, como ineficiente
o incapaz de enfrentar las conductas antisociales que comprenden actos
netamente antijurídicos que llevan a la sociedad en general a un estado de
anarquía e impunidad bajo el pretexto político de la protección de los que se
consideran grupos sociales vulnerables y que se hacen ver como victimas de
abuso de poder.

Se habla de un Plan de la patria, que precisa las orientaciones a las que


deben sujetarse los Programas de la Administración Publica Federal, busca
encauzar eficazmente las acciones de la sociedad en la solución de sus
problemas y en la satisfacción de sus aspiraciones. Nuestra sociedad presenta
una realidad compleja, las estrategias de la planeación deben partir de ese

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reconocimiento, dejar de creer en el ideal y meterse de lleno a la realidad en la
que nos encontramos.

2.- ESTADO Y CRIMINALIDAD


La criminalidad es el conjunto de todos los hechos antisociales
cometidos contra la colectividad. Jurídicamente es el conjunto de infracciones
de fuerte incidencia social cometidas contra el orden público. El estudio de todo
este conjunto de conductas antisociales corresponde a la Criminología Social,
primeramente conocida como Sociología Criminal. También se dice que es la
manifestación de la actividad criminal en la sociedad.

Cuando se escucha que la criminalidad ha aumentado o disminuido, o


que la criminalidad debe combatirse en tal o cual forma, se suceden en lugar y
en un tiempo determinado, y que dañan no sólo a los ofendidos, sino también a
la colectividad.

Para el jurista mexicano González de la Vega, “la criminalidad es la


forma más grave de la desorganización social y señala que la inseguridad
y la criminalidad han ido en aumento, tanto en la organización delictiva,
como en la forma más sofisticada atentatoria del orden social.” Es así que
Debemos considerar a la criminalidad como un fenómeno netamente
“sociopolítico” y no como un conjunto de actos individuales.

Los factores que determinan la criminalidad, es decir, las circunstancias


que contribuyen al desarrollo de este fenómeno social, son muy variados, entre
ellos, se encuentra la ignorancia, la enfermedad, el consumo de drogas, la
miseria, el fanatismo político y las injusticias de las autoridades, así como la
falta de atención a este problema.

La sociedad tiene derecho a que se le proteja de los delitos


convencionales pero también de los no convencionales, es decir, los
económicos, los de poder, el abuso criminal del poder es más extenso y grave
que la criminalidad convencional, dentro de esta se encuentra la corrupción.
Hay distintos tipos, formas o ámbitos de corrupción, como la administrativa, la
política, la policial, la de los jueces, la sindical, la periodística, etc.

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Esto nos lleva a razonar que estamos viviendo en un mundo donde la
corrupción nos toca de la mano, la vemos y la experimentamos en cada acto
que realizamos por más insignificante que este parezca, y que se ha vuelto tan
común que ya la adoptamos así.

3.- LOS ESCENARIOS DE LA POLÍTICA CRIMINOLOGICA


La justicia y la seguridad pública son funciones, que por su naturaleza
jurídica viven y conviven con el pueblo y a lo que dicho pueblo aspira e s a
u8na justicia transparente y una seguridad pública eficaz; Pero encauzar esta
tarea originaria del gobierno con el apoyo del pueblo, implica trabajo mayúsculo
y lleno de picos y pliegues que ha de abordarse con enorme pasión e infinita
paciencia. Proponemos tan solo para acercarnos al tema, analizar varios
escenarios

Primer escenario.- La delincuencia ha crecido y se ha sofisticado.

En efecto los componentes de la sociedad, ya no hablan de la


delincuencia como algo ajeno o distante. Hoy los distintos miembros de la
sociedad han tenido que sufrir en ellos mismos los embates de los
delincuentes, ya que la delincuencia ha perpetrado con violencia inusitada en la
vida misma de los ciudadanos. Al mismo tiempo que la delincuencia
convencional se ha ampliado y sofisticado, ha surgido en paralelo una eficaz
delincuencia organizada. Sus manifestaciones nos llevan a encontrar un crimen
organizado en el robo de vehículos, asaltos en comercios, secuestros o en
ventas de protección.

Ahora bien es cierto que se debe de revisar nuestros ordenamientos


jurídicos para hacerlos más eficaces, habrá que endurecer el sistema penal,
en algunos casos la peligrosidad extrema, así como también hacer más
eficientes los servicios de policía preventiva e investigadora y lograr que las
sanciones sean en verdad disuasivas del crimen y ejemplarizantes.

Segundo escenario.- es necesario un sistema integral de justicia y


seguridad pública.

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Se debe reconocer que hasta la fecha, los distintos integrantes de las
tareas públicas dedicadas a la justicia y a la seguridad pública han venido
actuando en forma inconexa e inordinada.

Las nuevas circunstancias del Estado Venezolano, entre ellas su


esquema delincuencial ya descrito, exige supera rezagos añejos y también
optimizar recursos, alcanzar buenos niveles de interrelación, aceptables
aptitudes y actitudes organizativas y operativas, con énfasis especial en el
sector de nuestro interés.

Tercer escenario.- la participación de la comunidad resulta de capital


importancia.

Una justicia para el pueblo, exige que los integrantes de la comunidad


se conviertan en entusiastas protagonistas de esas tareas y en severos y
eficaces contralores o supervisores de la autoridad.

La víctima del delito como el delincuente son miembros de la sociedad,


también como en el delincuente hay reincidencia en la participación en
comisiones delictuosas; hay personas más proclives a ser víctimas de los
delincuentes, el rescate o rehabilitación de la victima requiere del aliento de la
ciudadanía.

Cuarto escenario.- es preciso establecer estrategias definidas y viables en


las tareas de justicia y seguridad pública.

Para que los dispositivos tácticos o sistemas operativos cotidianos que


puedan encontrar adecuada resolución y eficacia, es necesario pertrecharlos
con una bien definida conjunción de estrategias del sistema de justicia y
seguridad pública.

Quinto escenario.- sin objetivos definidos se desvira el sistema de justicia


penal y seguridad pública.

Todo sistema de gobierno debe tener asignados objetivos generales que


permitan conformar una política adecuada, en este caso de carácter
criminológico; así como instituciones jurídicas y de administración suficientes
para enfrentar su encomienda con posibilidad de buen éxito.

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La Republica Bolivariana de Venezuela tiene grandes ambiciones; en
esta materia abatimiento y control de la actividad criminal, gozar de
instituciones de seguridad y justicia verdaderamente eficientes y a partir de ello
rescatar la credibilidad de estas.

Por ello los objetivos gubernamentales en esta materia, no pueden ser


otros que la disminución drástica de los índices delictivos, el incremento de los
servicios de seguridad y justicia y por supuesto la generación y fortalecimiento
de la confianza de la ciudadanía en esta actividad pública.

Sexto escenario.- se han agudizado los males y errores de los aparatos de


justicia y de seguridad pública.

En todo el país, la confianza ciudadana en estas organizaciones públicas


se ha nulificado hasta perderse prácticamente. El temor a la policía, en vez de
ver en ella a servidores públicos confiables; la imagen deteriorada del
ministerio público y de la justicia, a la luz de prácticas corruptas o de
incapacidad técnica; las practicas de extorción, venta de protección, tortura;
los altos índices de impunidad, que arrojan datos realmente escalofriantes. La
justicia y seguridad pública, atreves de sus instituciones, no son feudos de
nadie; son, en rigor, servicios de todos.

Séptimo escenario.- el país carece de tecnología moderna, de estadística


criminal confiable y de información criminológica para un trabajo racional
y una toma de decisiones pertinente, en materia de justicia y seguridad
pública.

Se ha reconocido la dependencia tecnológica de la Republica


Bolivariana de Venezuela en diversas ramas de nuestro desarrollo, pero en la
materia que nos interesa, ni siquiera esta circunstancia se presenta, ya que no
se ha adoptado tecnología alguna, sobre todo desde la perspectiva integral del
país. Las tareas, en este sector del gobierno, son aun empíricas intuitivas o
arcaicas. De continuar este mismo panorama, realmente desolador, la
criminalidad crecerá en número y calidad ofensiva, poniendo a instituciones y
sociedad en un severo dilema.

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4.- LA ACTUALIDAD EN EL CONTEXTO VENEZOLANO
Mucho se ha especulado sobre la realidad actual de la actividad criminal
en la Republica Bolivariana de Venezuela y la respuestas de las autoridades
responsables de contener el delito y combatirlo, son que el crimen organizado
es una lamentable realidad en Nuestra VENEZUELA y que la actividad de los
delincuentes comunes y organizados se ha vuelto más cruel y dañina hacia la
ciudadanía, también que el narcotráfico se manifiesta con toda su potencialidad
en el territorio nacional; sin embargo, también hay que reconocer que su
combate es lucido y enérgico y que no se le ha permitido a la delincuencia,
rebasar la fuerza pública y que el Estado Venezolano y los Gobiernos locales,
en su inmensa mayoría, emprende diariamente medidas conducentes y viables
para controlar la situación de la contracultura de la violencia.

Existe un estado paralelo e ilegal, escondido dentro del que se ve, vive
del Estado oficial, lo corrompe, lo parasita, lo pervierte y se aprovecha de el
para traficar drogas, armas, materias primas y seres humanos, para robar,
estafar, secuestrar, extorsionar y asesinar, es un estado secreto que es mas
fuerte y probablemente mas rico, el cual es muy eficiente en sus
procedimientos, con tecnología de punta y con conexiones con la delincuencia
organizada de todo el mundo conocido.

5.- PODER EJECUTIVO Y POLÍTICA CRIMINAL


Existe un estudio crítico, acerca de las facultades del poder ejecutivo en
la política criminal, vinculado con la mecánica social; analizando la influencia y
la interrelación del individuo y el medio ambiente. Dicho estudio es
constitucional y legal, pues la constitución política de los Estados Unidos
mexicanos le otorga facultades al ejecutivo; los Estados Unidos mexicanos
adoptan para su gobierno, la forma de una república, representativa y
democrática, la cual toma en el territorio nacional, con un sistema federal. La
constitución establece postulados y suponen la existencia de elementos
relevantes que son el humano o población, el cual da el concepto de
democracia como determinante si de su práctica se trata. Por otra parte opera
en el ámbito territorial de la república el federalismo, que lo define como una
forma de gobierno que al hacer coexistir varios centros de poder, evitando el
autoritarismo permitiendo la relación de coordinación y no de subordinación.

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La constitución aborda, la división de poderes, básica en un estado de
derecho, citando el artículo 49 que establece la división de poderes en
legislativo, ejecutivo y judicial. Los componentes del congreso de la unión se
legitiman las acciones gubernamentales destinadas a ser elevadas al rango de
leyes, y del presidente de la república, titular del poder ejecutivo. La naturaleza
del poder judicial como controlador constitucional del ejercicio de las funciones
legislativas y administrativas, pero le compete la supremacía constitucional el
orden federal y la legalidad de los actos y leyes en los que se concretiza el
ejercicio de los poderes federales y estatales, de tal manera que la acción.
Gubernamental pueda ser neutralizada por el juicio de amparo, interpuesto por
cualquier persona física o moral o incluso por entidades federativas.
Toda organización política del estado mexicano no descansa en la idea de la
supremacía constitucional, esto quiere decir que todos los actos de los
responsables del poder público, a nivel federal y estatal deben ajustarse a ella,
que es la norma suprema del país. La lectura cita a varios autores uno de ellos
Schmitti el cual menciona que la constitución aparece como norma de normas,
esto quiere decir la normacion total de la vida del estado.

El autor Hans Kelsen menciona que la constitución es la base y unidad


de la validez de todo un orden jurídico, esto quiere decir que la validez de una
norma era a su vez determinada por otra norma y así sucesivamente. Lasalle,
decía que la ley fundamental de un país que la constituye es una fuerza activa
que hace un imperio de necesidad, también hace la distinción que son las
reales y las meramente escritas haciendo ver que la constitución reside
siempre en los factores reales de la sociedad organizada. El sistema adoptado
en nuestro país para la fijación de competencia es el norteamericano, en el que
la competencia corresponde a los estados la delegada y la federación. Existen
dos órdenes legales que deben ajustarse a los principios siguientes que son:

1.- Actividad de los poderes federales


2.- poderes de entidades federativas o estados que dotan la autonomía

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3.- el gobierno federal Está facultado para realizar atribuciones abarcando el
territorio nacional dividido en circunscripciones estatales.
El orden jerárquico normativo del derecho mexicano se encuentra señalado en
el artículo 133.

El estudio del Estado Social de Derecho de la República Bolivariana de


Venezuela, como sistema político, reviste especial importancia en el análisis de
la problemática que enfrenta la planeación de una real y efectiva política
criminal. Para Tocqueville los estados federados son Soberanos ya que dentro
de su competencia crean la instancia decisoria suprema haciendo una división
de la soberanía en donde una arte le corresponde a la federación y la otra a
entidades federativas. Dicho autor menciona la distribución de la competencia

1.- enumerando la competencia de la federación y de las entidades federativas


2. Indicar la competencia de la federación
3.- la federación señala cuáles son sus atribuciones y las demás competencias
recaen en el estado.

6.-POLÍTICA CRIMINAL EN VENEZUELA

La política criminal, leyes y medidas pragmáticas momentáneamente


puestas en vigor y rectificar a poco de ser aplicadas constantemente hacer
para deshacer.

En virtud de su trascendencia e importancia para el tema tratado, vale


resaltar de estos principios, el que se consagra en el artículo 2º de la
Constitución Nacional de 1999 en el que se define al Estado Venezolano
como democrático, social, de Derecho y de justicia, expresiones en las que
se concentran las expresiones definitorias de su naturaleza. Esta fórmula ha
sido denominada por el Profesor Mir Puig (1994) como una “concepción
sintética del estado, producto de la unión de los principios propios del
estado liberal y del estado social” a lo cual agregaríamos dentro de un
marco democrático. Estas expresiones que podemos lingüísticamente aceptar
como adjetivos calificativos pueden entenderse como recipientes vacíos cuyo

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contenido en mayor o en menor medida vendrá determinado por “la visión
política de que se parta.”

En tal sentido, si la política criminal se ocupa del fenómeno criminal debe


entonces procurar atender no sólo sus distintas versiones sino también sus
diferentes fases o etapas, razón por la cual estimo que una verdadera política
criminal debe orientarse al “antes”, “durante” y “después” de la producción de
dicho fenómeno. Al mismo tiempo estas fases precisan de ser abordadas tanto
a nivel teórico como a nivel práctico según corresponda.

en la solución de de problemas como lo es el crimen. La adaptación del


proceso de planeación del desarrollo económico y social en México y su
ejercicio como una actividad normal de los órganos responsables del mismo,
encuentra su base jurídica en el orden constitucional de que se deriva el
sistema normativo de las actividades públicas y privadas. Vivimos en un estado
de derecho, en el que la actuación de sus órganos y las restricciones a las
libertades individuales se encuentran establecidas en su ley fundamentalmente
sustentando dos principios básicos a saber:

 La libertad del individuo es ilimitada por la regla general


 el poder del estado en consecuencia se circunscribe y encierra en un
sistema de competencia.

Los fines de que se trata, a los que debe adecuarse todo intento de
programación económica y social son:

Asegurar Regular
Proteger Financia
Perseguir
Ejercer
Tutelar
Institucionalizar
Tutelar y promover
Prestar servicios
Conservar

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CONCLUSIONES

El simple repaso de estos siete escenarios resulta abrumador; sin


embargo existen alternativas y soluciones que, con verdadera pasión y bien
calibrada paciencia, se deben continuar adoptando, mejorando o impulsando,
según sea el caso, a partir de una bien definida y firme política criminológica,
Sin embargo, el concepto de seguridad ciudadana abarca, de acuerdo al
Texto Constitucional de 1999, el derecho de protección que tiene el pueblo
venezolano frente a todas las situaciones de amenaza, vulnerabilidad y riesgo,
tanto de su integridad física como de sus propiedades; también, incluye el
disfrute de las garantías y los derechos constitucionales. Por ello, se ha erigido
como una de las principales responsabilidades y competencias del Estado
venezolano.

Por ello, es menester que la estructura del gobierno responsable de esta


política pública cuente con funcionarias y funcionarios técnico-políticos
formados en las distintas profesiones relacionadas con la seguridad ciudadana,
quienes deben estar debidamente capacitados para:

 Acudir al llamado que se le haga ante situaciones peligrosas para la


colectividad.

 Precisar y decidir sobre las áreas relacionadas con la seguridad


ciudadana.

 Realizar un control político eficaz sobre las medidas que se implementen


para la protección de la integridad física y propiedades de las personas o
grupos que integran la sociedad venezolana.

 Habilitar y facilitar el funcionamiento de mecanismos de participación de


las comunidades que hagan efectivas las acciones de control para
favorecer la transparencia y rendición de cuentas por parte de los
responsables de las instituciones a cargo de la política pública de
seguridad ciudadana.

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