Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Hasta 1.5 millones de estadounidenses pueden verse afectados por el autismo. Es de interés
el hecho de que el número de personas que se diagnostican con autismo u otro TEA es mayor
que nunca. Las estadísticas gubernamentales indican que la tasa de autismo está aumentando
entre 10 y 17 por ciento cada año. De acuerdo con el CDC, de los aproximadamente cuatro
millones de bebés que nacen cada año, 24,000 de ellos se les diagnosticará autismo. ¿A qué
se debe este aumento alarmante? Podría ser que gran parte de este aumento se deba a
definiciones más nuevas (y más amplias) de los TEA, además de esfuerzos más específicos
de diagnóstico. Por ejemplo, un niño/a al que hoy en día se le diagnostica autismo, hace 20
o 30 años sólo se lo hubiera considerado “raro”. Pero también puede ser que haya un aumento
verdadero en el número de personas con TEA. Muchos expertos creen que la explicación
probablemente se encuentra en una combinación de estos factores.
Existen razones para creer que los genes juegan un papel fundamental en el desarrollo del
autismo. Se ha encontrado que los gemelos idénticos tienen más probabilidades de verse
ambos afectados que los gemelos fraternales (aquellos que no son idénticos genéticamente).
En una familia con un niño/a autista, la probabilidad de tener otro hijo/a con autismo es
alrededor de 5 por ciento, o 1 de cada 20, más alta que en la población normal.
A veces, los padres u otros familiares de un niño/a autista tienen deficiencias sociales leves
(como comportamientos repetitivos y problemas sociales o de comunicación) que se parecen
mucho al autismo. La investigación también ha descubierto que algunos trastornos
emocionales (como la psicosis maníaco-depresiva) ocurren más a menudo en familias con
una persona con autismo.
Otras causas potenciales del autismo son toxinas ambientales, que incluyen pesticidas y
metales pesados como el mercurio. No hay duda de que los metales pesados se encuentran
más comúnmente en el ambiente hoy que en el pasado. Puede ser que las personas con
autismo, o aquellos con mayor riesgo de desarrollarlo, sean más sensibles a estas toxinas que
otras.
Luego del parto, hay ciertas medidas que pueden ser de ayuda para prevenir el autismo. Una
es el diagnóstico y tratamiento temprano de la fenilcetonuria (PKU, por sus siglas en inglés).
Esta es una enfermedad hereditaria causada por la falta de una enzima hepática que se
requiere para digerir la enzima fenilalanina. De forma similar, el diagnóstico y tratamiento
tempranos de la celiaquía puede reducir el riesgo de tener autismo.
Cada niño/a con autismo tiene diferentes reacciones y problemas en niveles distintos. Aquí
hay algunos de los problemas que acompañan frecuentemente al autismo.
Problemas sensoriales
Un gran número de niños con autismo es muy consciente de, e incluso dolorosamente
sensible a, ciertos sonidos, texturas, sabores y olores. Algunos niños no soportan el roce de
la ropa en su piel. Algunos sonidos, una aspiradora, un teléfono sonando, una tormenta
repentina, incluso el sonido de las olas rompiendo en la costa, harán que estos niños cubran
sus oídos y griten.
Retraso mental
Muchos niños con autismo tienen alguna disfunción mental. Al realizar pruebas, algunas
áreas de capacidad pueden ser normales, mientras otras pueden ser especialmente débiles.
Por ejemplo, un niño/a con autismo puede tener buenos resultados en las partes de la prueba
que miden las habilidades visuales, pero obtener puntajes más bajos en la parte del lenguaje.
Convulsiones
Uno de cada cuatro niños con autismo desarrollará convulsiones, que a menudo comienzan
en la infancia temprana o cuando se convierten en adolescentes. Convulsiones, causadas por
actividad anormal en el cerebro, pueden producir pérdida de conciencia temporal
(desvanecimiento), una convulsión corporal, movimientos inusuales o ausencia. A veces, un
factor que contribuye es la falta de sueño o una fiebre alta. Un EEG (electroencefalograma,
un registro de las corrientes eléctricas desarrolladas en el cerebro por medio de electrodos
que se aplican en el cuero cabelludo) puede ayudar a confirmar la presencia de la convulsión.
En la mayoría de los casos, las convulsiones se pueden controlar con algunos medicamentos
llamados “anticonvulsivos”. La dosis del medicamento se ajusta cuidadosamente, de manera
que se utilice la mínima cantidad posible que sea eficaz.
Síndrome de X frágil
El síndrome de X frágil es la forma más común de retraso mental hereditario. Ocurre porque
una parte del cromosoma X tiene una porción defectuosa que parece pinzada y frágil cuando
se lo observa en el microscopio. El síndrome de X frágil afecta a alrededor de dos a cinco
por ciento de las personas con autismo.
Es importante que se realicen pruebas de detección de X frágil a los niños con TEA,
especialmente si los padres están considerando tener otro hijo/a. Por una razón desconocida,
si un niño/a con TEA también tiene X frágil, existe una probabilidad de uno de cada dos de
que los niños nacidos de los mismos padres tengan el síndrome. Otros miembros de la familia
que puedan estar pensando en tener un hijo/a quizás también quieran realizarse pruebas de
detección del síndrome.
Esclerosis tuberosa
La esclerosis tuberosa es un raro problema genético que causa tumores benignos (no
cancerosos) que crecen en el cerebro, así como en otros órganos importantes. Entre el uno y
el cuatro por ciento de las personas con autismo también tiene esclerosis tuberosa
Aun asi, no existe una cura conocida para el autismo. En algunos casos, los niños parecen
recuperarse, tanto que se retira el diagnóstico de TEA. A veces, esto sucede luego de un
tratamiento intensivo, pero no siempre. En algunos casos, los niños de cinco años o más que
aún no han hablado, adquieren el habla. Para la mayoría de los niños, los síntomas
frecuentemente se vuelven más leves a medida que crecen. Sin embargo, los problemas
fundamentales, como las dificultades en la interacción social, generalmente se mantienen.
Según algunos expertos, los siguientes factores sugieren un mejor pronóstico:
Algunos adultos con autismo, especialmente aquellos que son muy funcionales o que tienen
síndrome de Asperger, son capaces de trabajar con éxito en puestos de trabajo general. Sin
embargo, los problemas de comunicación y sociales a menudo causan dificultades en muchas
área de la vida. Estas personas continuarán necesitando aliento y apoyo moral en su lucha
por una vida independiente.
Muchas otras personas con autismo son capaces de trabajar en entornos especiales,
especialmente si son supervisados por gerentes capacitados en el trabajo con personas con
discapacidades. Un entorno enriquecedor en el hogar, la escuela y luego en la capacitación
para un puesto de trabajo y en él, ayuda a las personas con autismo a seguir a aprender y
desarrollarse a lo largo de sus vidas.
La responsabilidad de las escuelas públicas de proporcionar servicios finaliza cuando la
persona con autismo alcanza los 22 años de edad. La familia enfrenta entonces el desafío de
encontrar formas de vida y empleo que satisfagan las necesidades particulares de su hijo/a
adulto, así como los programas y centros que puedan proporcionar servicios de apoyo para
alcanzar estos objetivos