Vous êtes sur la page 1sur 12

lOMoARcPSD|707957

Comentario - "El precio de la Desigualdad", de Joseph


Stiglitz. Prof: Leizeaga.

Facenda Pública (Universidade de Santiago de Compostela)

Su distribución está prohibida | Descargado por Héctor Landis (landis_hector@hotmail.com)


lOMoARcPSD|707957

EL PRECIO DE LA DESIGUALDAD
JOSEPH E. STIGLITZ

COMENTARIO CRÍTICO

Facultade de Ciencias Políticas e Sociais


Grao en Ciencia Política e da Administración

Gonzalo Arévalo Iglesias

Su distribución está prohibida | Descargado por Héctor Landis (landis_hector@hotmail.com)


lOMoARcPSD|707957

Introducción:
El presente texto es un comentario crítico del ensayo de Joseph E. Stiglitz, “El precio de
la desigualdad”. La obra trata de manera crítica los supuestos problemas del sistema
de mercado actual, que tienen como principal consecuencia la desigualdad de recursos
y posibilidades entre los ciudadanos, y explora nuevas soluciones para resolver este
problema así como la crisis económica mundial.

A pesar de que el autor realiza diversas comparaciones y análisis de la situación de


países como China, Japón o la Unión Europea, el centro del análisis es su país natal,
Estados Unidos, y el sistema económico de éste.

Con respecto a Estados Unidos, el autor comienza el análisis con esta reflexión:

“A los estadounidenses les gusta pensar en su país como una tierra de oportunidades, pero lo
que en verdad cuentan son las estadísticas: ¿Hasta qué punto las oportunidades que tendrá
una persona a lo largo de su vida dependen de los ingresos y la educación de sus padres? En la
actualidad, estas cifras muestran que el sueño americano es un mito”.

Por lo tanto, el autor tratará en el presente libro de desmontar la eterna idea de que
América es la tierra de las oportunidades en la que cualquier individuo puede llegar a
Presidente del Gobierno sin importar su extracción social. Es así como el autor
pretende demostrar que el sistema económico mundial no es igualitario, ni en materia
de recursos, ni en materia de oportunidades, ni en materia de resultados. La tesis que
podemos extraer es que nuestra situación en el momento de nacer nos predetermina
para alcanzar una situación u otra en nuestra vida adulta, y es esto lo que Stiglitz critica
e intenta resolver en “El precio de la desigualdad”.

Comenzamos pues, sin más demora, con el análisis del libro, que abordaremos capítulo
a capítulo, intentando después establecer una serie de conclusiones finales.

Capítulo 1: El problema de los Estados Unidos con el 1 por


ciento.
El primer capítulo comienza exponiendo lo que Stiglitz considera la verdadera situación
de Norteamérica: Los ricos se están haciendo más ricos, los pobres se están haciendo
más pobres.

Stiglitz busca una serie de “por qués” a este fenómeno: La disparidad de patrimonio y
salarios, la polarización de la población activa respecto a su cualificación, la ausencia
de red de seguridad en el mercado de trabajo, que fuerza a los jóvenes sin una
seguridad económica propia a emigrar, etc.

Para Stiglitz, sin embargo, el mayor problema se encuentra en la educación: Las élites
económicas estadounidenses han recibido una educación al más alto nivel mundial,

Su distribución está prohibida | Descargado por Héctor Landis (landis_hector@hotmail.com)


lOMoARcPSD|707957

mientras que las clases medias y bajas han recibido una educación mediocre y
deficiente. Esto, por lógica, predispone las condiciones para que los ricos se hagan más
ricos y los pobres más pobres.

Otro dato que apoya la tesis de Stiglitz acerca de la desigualdad que existe en la
sociedad norteamericana son los coeficientes del Índice de Ginni: Mientras que las
sociedades más igualitarias del mundo tienen un índice de Ginni de 0’3, y las menos
igualitarias lo tienen de un 0’5 o más, la de EEUU es del 0’47, un dato alarmantemente
alto y que supera con creces a todos los países de la Unión Europea.

Stiglitz expone toda una serie de indicadores de la desigualdad económica presente en


la sociedad americana, que concluye diciendo que Estados Unidos tiene una sociedad
más desigual que ningún otro país del mundo y sin embargo es el que menos hace por
corregirlo.

Además, el autor dedica una pequeña parte del capítulo a la Unión Europea, afirmando
que Europa también tiene serios problemas económicos que afrontar, consecuencia de
convertirse en una unión monetaria sin haber tomado antes las medidas pertinentes.

En conclusión, es este capítulo el autor ha demostrado, mediante datos estadísticos


objetivos, que la desigualdad es un problema real y grave en la sociedad americana, y
que no se toma medida alguna para intentar corregirlo.

Capítulo 2: La búsqueda de rentas y la creación de una sociedad


desigual.
Este capítulo está dedicado a la observación de una serie de principios generales de la
economía y cómo estos intervienen y determinan la situación del mercado y el
funcionamiento del sistema económico americano.

En primer lugar se examinan los principios de la mano invisible y la teoría de la


productividad marginal, según los cuales el correcto funcionamiento del mercado daría
lugar a beneficios para todas las partes. Sin embargo, estos principios no pueden
cumplirse en la realidad debido a la falta de transparencia de los mercados, lo que
provoca que los recursos se destinen a un mayor enriquecimiento de la banca sin que
se dé el máximo rendimiento para los ciudadanos.

El autor también explora el tema de los monopolios, ya sean estatales o dados por
otros factores (patentes), y cómo las grandes empresas pueden cerrar al mercado a la
competencia, lo cual perjudica al consumidor y contribuye al mayor enriquecimiento
de los ricos y mayor empobrecimiento de los pobres.

Para Stiglitz, hay 3 factores que han contribuido al aumento de la monopolización en


los mercados: diferencias sobre el papel que debería tener el gobierno a la hora de

Su distribución está prohibida | Descargado por Héctor Landis (landis_hector@hotmail.com)


lOMoARcPSD|707957

garantizar la competencia, nuevas formas que han encontrado las empresas de


disfrutar la entrada de los competidores y los cambios en la economía (se pone el
ejemplo de la monopolización de los sistemas operativos de la que disfrutó Windows
en la década de los 90, dado que era más útil para las empresas adquirir todas el
mismo sistema operativo). Sobre esto cabe observar que, cuando los monopolios son
generados por el libre comportamiento del consumidor y no por la acción estatal o la
restricción de entrada al mercado, no hay nada que se pueda hacer para evitar esta
situación, salvo esperar a que el mercado produzca alternativas preferibles para los
consumidores. Por lo tanto, debemos asumir que la existencia de este tipo de
monopolios no es perjudicial para los consumidores en la medida en que ellos mismos
los provocan.

Para finalizar el capítulo, el autor critica lo que él llama la “magnanimidad” del


Gobierno hacia las grandes empresas, siendo la acción de éste proclive a aumentar los
beneficios de las grandes corporaciones en detrimento del consumidor, con el
consiguiente aumento de la desigualdad.

Capítulo 3: Los mercados y la desigualdad.


En este capítulo Stiglitz llama la atención sobre el hecho de que existen muchos países
con una posición económica relativa similar a la de Estados Unidos (renta per cápita,
avance tecnológico y otros indicadores de carácter socioeconómico alcanzan niveles
similares) que, sin embargo, disfrutan de niveles muchísimo más bajos de desigualdad.
¿Por qué alcanza la desigualdad un impacto tan significativo en Estados Unidos?

El autor hace referencia a tres factores explicativos fundamentales para esta situación:

- En primer lugar, el Gobierno que condiciona las fuerzas del mercado, pero
también sus normas e instituciones sociales. Stiglitz hace especial hincapié en
que se pide un gran esfuerzo fiscal a las capas bajas de la sociedad, mientras
que a los de arriba no se les pide nada.

- En segundo lugar, la evasión fiscal. Los más ricos utilizan sus propias empresas
para proteger su dinero de la recaudación, aprovechándose de la Ley según la
cual los beneficios de una empresa que actúa en el extranjero no han de ser
declarados hasta que el dinero regresa a América. Esto provoca que muchos
grandes empresarios protejan su dinero en paraísos fiscales en el extranjero.

- Por último, Stiglitz señala el papel de la globalización como variable


independiente de la desigualdad. Según el autor, el aumento de la globalización
tanto en el comercio como en la transferencia de capitales ha contribuido al
aumento de la desigualdad en todos los países de Occidente.

Su distribución está prohibida | Descargado por Héctor Landis (landis_hector@hotmail.com)


lOMoARcPSD|707957

Capítulo 4: Por qué es importante.


La tesis de este capítulo es que una economía como la norteamericana no tiene
posibilidades de sobrevivir a largo plazo (uno puede fácilmente sorprenderse cuando
se hace esta afirmación acerca de la economía más poderosa del mundo).

¿En qué argumentos se basa el autor para sostener esta hipótesis?

En primer lugar, Stiglitz afirma que la mayoría de los ciudadanos ubicados en la parte
baja del estrato social se han empobrecido más y más cada año. Sumando esto a que
los ciudadanos más ricos necesitan que la base de la sociedad funcione para obtener
beneficios, pero son reacios a invertir en el bienestar de las clases bajas, puede
deducirse que semejante sociedad se dirige inevitablemente al colapso.

Para el autor, esta crisis no es casual, sino que viene precedida por décadas de un gran
aumento de la desigualdad, encubierta por el boom inmobiliario. Además, debido a
que las clases bajas suelen gastar todo lo que ingresan, mientras los ricos suelen
ahorrar un porcentaje de sus ingresos, la riqueza se ha ido acumulando cada vez más
en los sectores altos de la población, provocando esto un descenso alarmante de la
demanda. Es este el origen de la crisis económica y el colapso del sistema económico
americano.

Sin embargo, podemos poner entre paréntesis lo afirmado en este capítulo, ya que los
datos no nos animan a hablar de un colapso de la economía estadounidense. Si bien es
cierto que el sistema americano es un sistema profundamente desigual, su dato de
desempleo (principal aval del colapso del que Stiglitz nos habla) se sitúa en torno a un
6%, mucho menor que otros países más igualitarios de la UE como España, donde el
dato está en torno a un 25%.

Capítulo 5: Una democracia en peligro.


En este capítulo el autor conecta la noción de desigualdad con la noción de desafección
política, con el propósito de advertirnos del peligro de que la desigualdad conlleve la
caída del sistema democrático en Estados Unidos.

¿En qué se basa Stiglitz para llegar a semejante conclusión? Parte del siguiente
razonamiento: La política refuerza las desigualdades en la medida en que se ocupa,
recurriendo a una metáfora algo manida, de repartir la tarta. Teniendo en cuenta que
la política ha contribuido de manera más que significativa a aumentar- o al menos
mantener- las desigualdades en Norteamérica, existe la posibilidad de que esto
desemboque en un grave problema de desafección política en la base de la sociedad,
de manera que los ciudadanos sientan que los costes de participar no compensan al no
obtener los resultados esperados. De esta manera, los únicos que asumirán los costes
serán los de arriba, ya que pueden permitírselo, y al ser los únicos que los asuman, los

Su distribución está prohibida | Descargado por Héctor Landis (landis_hector@hotmail.com)


lOMoARcPSD|707957

resultados les beneficiarán directamente. La democracia puede convertirse más que


nunca en un asunto de élites, y una democracia de élites no es una democracia.

Además de minar la democracia, el deterioro de la cohesión social puede redundar en


un descenso de la productividad, afectando de esa manera también a la economía
nacional.

Los medios de comunicación juegan un papel importante a la hora de agravar esta


situación, así como la corrupción y la globalización. Esta última actúa deslegitimando
las democracias, ya que los gobiernos nacionales tienen cada vez menos margen de
decisión en un escenario internacional, en el cual la soberanía de los Estados se ve
coartada por actores que no han sido elegidos de manera democrática.

Según Stiglitz, la única manera de frenar los efectos de la globalización en Estados


Unidos es preservar la democracia y recuperar la influencia que tradicionalmente ha
tenido el país sobre el resto del mundo. Por supuesto, lo que Stiglitz no nos dice es que
la influencia de Estados Unidos sobre el resto del mundo puede ayudar a la democracia
nacional americana, pero desde luego tiene efectos negativos para las democracias
sobre las que ejerza su influencia, minando su legitimidad en la medida en que Estados
Unidos impone o condicionas decisiones a los Gobiernos de otros Estados, sin derecho
alguno a hacerlo. Lo que Stiglitz propone es entonces una suerte de “mejor tú que yo”,
en la que América debe defender su propia soberanía a costa del resto de países del
mundo, una actuación de ningún modo justificable, pero que ha caracterizado la
política exterior norteamericana de manera histórica.

Capítulo 6: 1984 está al caer.


Este capítulo se centra en el modo en que los integrantes del 1% superior del estrato
social condicionan y modelan las ideas imperantes en la sociedad de la forma que más
les conviene.

Según Stiglitz, éstos moldean las ideas sobre lo que es justo y eficiente, los puntos
fuertes y flacos del Gobierno y el mercado e incluso el alcance de la desigualdad en
EEUU. El autor nos ofrece el siguiente dato para ilustrarnos: Tan sólo el 42% de los
estadounidenses opina que la desigualdad ha aumentado en los últimos 10 años. El
mundo subestima el aumento de desigualdad que ha venido produciéndose en la
última década, nos dice Stiglitz.

En resumen, aquellos a quienes beneficia la desigualdad modelan la percepción que la


ciudadanía tiene sobre este fenómeno para hacerlo menos grave y más aceptable. Para
ilustrarnos mejor, se pide a la ciudadanía que acepte las medidas de austeridad como
algo necesario, un esfuerzo para superar la crisis económica, porque no se pueden
presentar estas políticas como una manera de aumentar la desigualdad en beneficio de
aquellos que las dictan.

Su distribución está prohibida | Descargado por Héctor Landis (landis_hector@hotmail.com)


lOMoARcPSD|707957

Esta manipulación conceptual se realiza mediante la educación, los medios de


comunicación y otros canales menos visibles.

A este proceso lo bautiza Stiglitz como “batalla de ideas”, y le atribuye dos objetivos:
movilizar a los creyentes y convertir a los indecisos. El autor identifica una gran batalla
concreta dentro del proceso general: La batalla entre los que creen en el correcto
funcionamiento del libre mercado y aquellos que creen en el papel del Gobierno como
regulador. Para Stiglitz, la conclusión que debe sacarse es que un término medio entre
mercado y regulación gubernamental es la mejor solución y puede ser beneficioso para
todos.

Capítulo 7: ¿Justicia para todos? Cómo la desigualdad está


erosionando el imperio de la ley.
En este capítulo Stiglitz hace referencia a cómo las clases altas utilizan su poder para
condicionar y manipular el poder judicial con el fin de obtener beneficios en
detrimento de las clases bajas. Como nos dice el autor, los ricos utilizan su poder para
crear un marco hecho a su medida en el que puedan explotar a los demás.

Un ejemplo de esta situación es el tema de los desahucios. Las leyes de vivienda


americanas dictan que si una persona debe dinero a un banco el banco debe presentar
pruebas concluyentes de esta deuda antes de proceder al desahucio. Sin embargo, en
la época previa a la crisis los bancos americanos suscribieron tantas hipotecas y
créditos de alto riesgo que pasaron por alto esta clase de salvaguardas, y procedieron a
desahuciar a miles de personas sin presentar ninguna clase de pruebas de la deuda,
atentando contras los derechos de los propietarios. Los bancos utilizaron en este caso
su poder económico y de influencia política para atentar impunemente contra
derechos básicos recogidos en el código penal.

Este ejemplo es ilustrativo de cómo el aumento de la desigualdad está dejando


progresivamente a las clases bajas sin las más elementales garantías frente al poder
que la lucha obrera y el progreso social habían conquistado para la ciudadanía.

Capítulo 8: La batalla de los presupuestos.


En este capítulo el autor propone una serie de medidas para solucionar el aumento de
la desigualdad y la crisis económica en Estados Unidos.

En primer lugar, Stiglitz se posiciona en contra de las políticas de austeridad, afirmando


que sólo pueden empeorar la crisis. Para él, el principal objetivo que hay que buscar de
cara a salir de la crisis es restablecer el pleno empleo.

Stiglitz se muestra partidario de llevar a cabo una serie de reformas en el sistema:


Principalmente una reforma fiscal, aumentando los tipos impositivos a las grandes

Su distribución está prohibida | Descargado por Héctor Landis (landis_hector@hotmail.com)


lOMoARcPSD|707957

fortunas y a las rentas más altas, consiguiendo así un sistema fiscal más igualitario. El
autor se muestra partidario también de gravar la contaminación, así como el sector
financiero, que según él también contamina, en este caso la economía nacional, con
activos tóxicos. Además, establecería medidas más duras para perseguir y castigar el
fraude fiscal de las grandes empresas. Por último, el Gobierno debería incentivar el
gasto para estimular la economía, reduciendo los impuestos a las clases medias y bajas.

En resumen: Para Stiglitz las políticas de austeridad son un error, la acción del Gobierno
debe centrarse en reducir el desempleo y aumentar la proporcionalidad del sistema
fiscal.

Capítulo 9: Una política macroeconómica y un banco central por


y para el 1 por ciento.
Este capítulo se ocupa principalmente de las funciones de los órganos el Estado utiliza
para regular la economía, principalmente la política monetaria y fiscal, y haciendo
especial hincapié en la regulación de la inflación mediante los tipos de interés.

Para una mejor estructuración del resumen, lo dividiremos en dos apartados: Política
monetaria en EEUU y en Europa.

En lo referente a Estados Unidos, Stiligtz critica que se sobreestima la importancia de la


inflación como elemento desestabilizador de la economía. Los datos no muestran que
un mínimo aumento de la inflación pueda tener consecuencias de magnitud
considerable en la economía.

Sin embargo, unos cuantos países han adoptado políticas económicas orientadas a
alcanzar objetivos de inflación (coordinados con objetivos de empleo y de crecimiento
económico). Es el caso de Israel, R. Checa, Brasil, Corea del Sur, Nueva Zelanda, Canadá,
UK, Suecia, Noruega, Islandia, Australia y otros muchos.

La consecuencia de esta política anti-inflación es que, en momentos de crisis, sea


sumamente difícil escapar de la deflación, con el consecuente empobrecimiento de la
economía nacional. Los datos nos muestran que, entre 1980 y 2005, los salarios en
EEUU aumentaron por la inflación un 0’33% anual, mientras que la productividad de la
mano de obra aumentó un 1’73% anual, por lo que el aumento de la inflación no sólo
no desborda el mercado, sino que no da una respuesta real a la productividad.

Se ha intentado controlar la inflación, tradicionalmente, mediante políticas de tipo de


interés. Según el autor, las bajadas de los tipos de interés a niveles muy bajos han
demostrado no dar resultado para salir de la recesión. Para Stiglitz es de igual o mayor
importancia la disponibilidad del crédito y las condiciones en que se pone a disposición
de las empresas.

Su distribución está prohibida | Descargado por Héctor Landis (landis_hector@hotmail.com)


lOMoARcPSD|707957

Aún cuando se pretenda controlar la inflación, hay otras herramientas políticas además
de los tipos de interés: La política fiscal o, en el ámbito monetario, elevar los requisitos
de reservas. En todo caso, la mejor forma de combatir la inflación dependerá del origen
de ésta.

La derogación de la Ley Glass-Steagall de 1933, que permitió la fusión de los bancos de


inversión con los bancos comerciales, trajo consigo tres problemas: La creación de
bancos demasiado grandes como para quebrar, un conflicto de interés entre el papel
de inversor y el comercial, y, sobretodo, la asunción de la cultura del riesgo de los
bancos de inversión por parte de los bancos comerciales.

Tras los rescates, el tipo de interés a los que los bancos demasiado grandes para
quebrar podían captar capital aumentó del 0’29% al 0’78%. Esto significa que los
bancos habían pasado a formar parte de la política oficial del Gobierno, e implica una
subvención de 34100 millones de dólares al año para los 18 bancos más grandes. La
Reserva Federal ayudó incluso a salvar algunos bancos europeos inyectando dinero en
sus filiales americanas. Esto extralimitaba las funciones de la Reserva Federal, que
consisten en prestar liquidez como último recurso a bancos nacionales que son
solventes.

Existe una doctrina de la política económica que defiende la creación de instituciones


diferenciadas que persigan distintos objetivos mediante distintos instrumentos. Así el
Banco Central se ocuparía únicamente de la inflación mediante los tipos de interés, las
autoridades fiscales del empleo mediante políticas de impuestos y gastos, etc. La idea
de que el Banco Central debe ocuparse sólo de la inflación no significa que no existan
otras cuestiones significativas, sino que otras instituciones deberían ocuparse de ellas,
centrándose el Banco Central únicamente en la inflación.

Esta doctrina se ha criticado argumentando que. Aunque en modelos teóricos simples


funciona, en la práctica es necesaria la coordinación.

En lo tocante al caso europeo, Stiglitz critica al Banco Central Europeo por no haber
insistido más en la transparencia y haber permitido que los bancos especulasen de tal
manera. Además opina que los bancos deberían haber contratado seguros.

Por otra parte afirma que el Euro, si bien no fue el origen de la crisis, sí provocó cierta
rigidez en las economías de los Estados de la UE, dificultando así su salida de la crisis.

Capítulo 10: El camino a seguir: Otro mundo es posible.


En el capítulo final del libro Stiglitz aporta una serie de orientaciones para alcanzar un
sistema económico mundial más igualitario, justo y eficiente.

En lo tocante a los mercados, según el autor, los bancos opinan que comerciar con
derivados de los mercados expone a mayores riesgos al sistema financiero, debido a la

Su distribución está prohibida | Descargado por Héctor Landis (landis_hector@hotmail.com)


lOMoARcPSD|707957

posibilidad de que estos mercados implosionen. Para Stiglitz, la solución es la adecuada


capitalización de los mercados, respaldándolos con fondos de garantía conjunta por
parte de los inversores. El riesgo no debe trasladarse a terceros.

Además, señala el papel de EEUU como divisa de reserva como uno de los motivos del
desequilibrio comercial mundial. Los Estados quieren dólares que respalden su país y
su divisa, lo que hace que Estados Unidos exporte Bonos en lugar de coches u otros
productos. Estados Unidos se resiste a cambiar esto, ya que ser la divisa de reserva
significa recibir préstamos de dinero barato.

En materia fiscal, según Stiglitz, los impuestos sobre el ingreso derivado de la renta
deberían ser más altos, ya que los impuestos sobre la renta no producen distorsiones y
son más justos. De esta manera, el público recibirá una mayor compensación por los
costes impuestos por los monopolios de renta (rentas más altas).

Las plusvalías de capital derivadas, por ejemplo, de las herencias –dice el autor- sí
distorsionan el sistema tributario. Por lo tanto, eliminar esta disposición crearía un
sistema tributario más eficiente e igualitario.

Por último, respecto al fraude fiscal, Stiglitz dice textualmente “como en todas las áreas
de política tributarias y normativas, la posibilidad de que se burlen las normas es un
problema, y un importante reto del Gobierno es anticiparse a ese tipo de intentos por
parte de las grandes empresas”.

Como último apunte al capítulo, con respecto al dilema de los Bienes Públicos, el autor
opina que es el Estado el que debe ofrecer esos bienes para garantizar un suministro
adecuado.

Conclusiones:
A lo largo de su ensayo, J. E. Stiglitz ha demostrado que el aumento de la desigualdad
es un problema real, no sólo en Estados Unidos, sino en todo el mundo. Cabe
preguntarse, eso sí, sobre si es un problema derivado de la crisis económica y que se
corregirá con el fin de la misma o sobre si es una tendencia que no cambiará hasta que
le pongamos fin.

Podemos preguntarnos también sobre el papel de las clases medias en todo este
asunto. Sin duda el aumento de la desigualdad condena a la floreciente clase media a
la desaparición y amenaza con establecer un mundo polarizado similar al de la
revolución industrial pero, ¿Puede sobrevivir el sistema económico mundial, tal y como
lo concebimos hoy en día, sin la clase media? La economía no es la que era en el siglo
XVIII, hoy en día el sector servicios es esencial, y este sector no parece poder sobrevivir
en ausencia de una clase media que lo sustente.

Su distribución está prohibida | Descargado por Héctor Landis (landis_hector@hotmail.com)


lOMoARcPSD|707957

En resumen, ¿Nos hallamos ante un nuevo ciclo económico?, y, de ser así, ¿Puede este
nuevo modelo sobrevivir en el Siglo XXI? Lo que es seguro es que este modelo no es
deseable más que para la minoría dominante, y sería lamentable que en plena era de la
información la mayoría a la que se amenaza con oprimir no hubiese aprendido nada de
la historia de la humanidad y de todos los procesos emancipadores de las mayorías
oprimidas por la minoría.

Su distribución está prohibida | Descargado por Héctor Landis (landis_hector@hotmail.com)

Vous aimerez peut-être aussi