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donde la matriz G depende de N de susderivadas respecto a las coordenadas ÓN; z Ooy A| aN, ÓN;
globales. Como ejemplo de esto, tenemos la matriz de rigidez
óm
"
_|de 0y
d
a|/am|
l 0z
,)a
ó
/ B"DB dV (8.6) 0n lón ón m y [T 8y E-10)
/ Nb dV (8.7) Los términos del primer miembro de la expresión anterior pueden ser
v evaluados, ya que las funciones N; vienen definidas en coordenadas locales.
Para cada clase particular de problemas de elasticidad, las matrices de B Además, puesto que z, y, z vienen expresadas en forma explícita por
vienen dadas explícitamente por sus componentes [ véase la forma general de la relación que define a las coordenadas curvilíneas [Ec. (8.2)), se puede
las Ecs. (3.10), (4.6) y (5.11)). Refiriéndonos a la primera de ellas, Ec. (3.10), encontrar explícitamente la matriz J en función de las coordenadas locales..
válida para problemas planos, se tiene Esta matriz se conoce como matriz jacobiana.
Para encontrar ahora las derivadas globales basta con invertir J y escribir
ÓN;
Oz — Ú?V ÓN; aN;
B.=| 0.., 5yl (8.8) Or %
N dy
ON
* Oz
aNi _ y-1 ÓN: (8.11)
Este tipo de transformación es válido independientemente del número de vector orientado en dirección normal a la superficie (ver Apéndice 5). Para
coordenadas utilizado. Para su justificación referimos al lector a los textos de problemas tridimensionales, formamos un producto vectorial
matemáticas generales. Una explicación especialmente clara de esto puede
encontrarse en Murnaghan.*t (ver también Apéndice 5).
Suponiendo que puede encontrarse la inversa de J, hemos reducido yael
a) (a
problema de la evaluación de las propiedades del elemento al de encontrar
% Ón
dy 0y
integrales del tipo de las que aparecen en la Ec. (8.5). de
dA= — 0n
»x4— »d£éd dn
Más explicitamente, si las coordenadas curvilíneas están normalizadas
segúnel tipo de prisma recto, podemos escribir dichas integrales como Óz 6_z
% ón
y sustituyendo, integramos en el interior de un dominio 1 < £, 7 <1.
En dos dimensiones aparece una longitud dS y en este caso es
Además, la integración se lleva a cabo en el interior de dicho prisma sencillamente
y no en la complicada forma distorsionada, resultando unos limites de
integración mucho más sencillos. De forma similar, en problemas de una r
o dos dimensiones, las integrales resultantes serán de una o dos variables con
límites de integración más sencillos. "
Mientras que en el caso anterior los límites de integración son sencillos,
ds —= %
5e de
por desgracia la forma explícita de G no lo es. Exceptuando los elementos
más simples, el proceso de efectuar la integración algebraicamente suele az
sobrepasar nuestras posibilidades matemáticas y ha de recurrirse a la 7d
integración numérica. Esto, como se verá en secciones siguientes, no es una
dificultad grave y tiene la ventaja de que evita más fácilmente los errores en superficies de 77 constante.
algebraicos, pudiéndose escribir programas generales, no ligados a ningún
elemento particular, para diversas clases de problemas. De hecho, en tales
cálculos numéricos nunca se calcula explicitamente la inversa de J. 8.6 Matrices del elemento. Coordenadas de área y volumen
8.5.1 Integrales de superficie. En elasticidad y en otras aplicaciones aparecen Las relaciones generales [Ec. (8.2)) de transformación de coordenadas
con frecuencia integrales de superficie. Son típicas de estos casos las y, por supuesto, todos los teoremas siguientes son igualmente válidos para
expresiones para calcular la contribución delas fuerzasde superficie al vector cualquier sistema de coordenadas locales y podrían relacionar las coordenadas
de fuerzas nodales equivalentes [véase Capítulo 2, Ec. (2.24 b)]: locales Li, L>,.., que aparecían con relación a triángulos y tetraedros en el
capítulo anterior, con las coordenadas cartesianas globales.
f:—/NTHA Ciertamente, la mayor parte de lo expuesto en el anterior capítulo es
A rálido, si simplemente nos limidamos a combiar convenientemente el nombre
de las coordenadas. Sin embargo, surgen dos diferencias importantes.
El elemento dA se encontrará generalmente en una superficie donde una de
La primera se refiere al hecho de que las coordenadas locales no son
las coordenadas (por ejemplo £) sea constante.
independientes y en realidad son una más que las del sistema cartesiano. La
La forma más conveniente de proceder es considerar que dA es un
matriz J tendría evidentemente forma rectangular y no poseería inversa. La
| El determinante de la matriz jacobiana se conoce sencillamente en la literatura como segunda es simplemente la diferencia en los límites de integración, que tienen
“jacobiano” y suele escribirse que corresponder con un elemento “generatriz” triangular o tetraédrico.
La manera más sencilla, aunque quizás no la más elegante, de sortear
a(z, y, z)
la primera dificultad es considerar la última variable como dependiente de
de
*J =
a(n0) las otras. Así, por ejemplo, podemos introducir formalmente en el caso del
tetraedro