Fundamentos de la Educación 16 julio, 2015 Principales factores incidentes en el caso.
En el siguiente caso se pueden apreciar los siguientes factores que inciden
en el problema y el caso:
La evaluación docente es un proceso legal del sistema educativo.
Requiere designar tiempos para preparar la evaluación, tomando los que restan del de la familia o el laboral. Se ve el no hacer esta evaluación como un alivio, una descanso que los libra de una gran carga innecesaria. Los alumnos no comprenden el proceso, no tiene una participación activa dentro de este, y puede resultar además perjudicado suponiendo que el profesor intentara evadir la evaluación. Los apoderados prácticamente no se enteran de la existencia de esta evaluación. Exposición del Problema.
Cada cierto tiempo a los profesores de los establecimientos educacionales
públicos se les realiza una evaluación para saber que tan bien están realizando su gestión aula. Si bien esta evaluación puede ser necesaria, muchos profesores consideran que está mal planteada la forma de evaluar, y además esta evaluación quita mucho tiempo extra laboral, el cual además no es remunerado.
Se supone que un docente bien organizado lograría ordenar su tiempo para
lograr preparar su evaluación en aquellos momentos donde no tiene nada que hacer, pero es una realidad que finalmente la evaluación termina tomando el tiempo que debiera corresponder a la familia o a el relajo diario.
Por supuesto todo esto genera además un estrés adicional en el docente, lo
que dificulta lograr su trabajo de manera óptima, y desembocando también en días más agotadores. Es este mismo estrés el que puede incluso afectar a los alumnos, pues el profesor podría tomarse una licencia en pos de mejorar su salud, dejando a todo un curso sin la clase.
Entonces, la evaluación docente si bien pretende mejorar la educación,
presenta muchas falencias que terminan afectando no solo a los docentes en sí, sino también a los estudiantes, que son al fin y al cabo lo más importante de todo esto. Explicación de la naturaleza del problema presentado por el caso.
La evaluación docente ha sido para los profesores siempre motivo de estrés.
De por si el trabajo de un profesor ya es duro y de largas jornadas, las cuales se alargan preparándose para ser evaluados.
Es sabido que los profesores consideran que la evaluación no está bien
enfocada respecto a los objetivos que pretende, y aluden que lo único que logran es fingir un trabajo que durante el resto del año no es tal, lo que ayuda a entender que esta evaluación se haga de manera tan desmotivada, al fin y al cabo es trabajo extra que se hace con una sensación de hacer algo inútil.
Esta evaluación no mejora realmente la calidad de la educación, al fin y al
cabo lo que logra es profesores simulando clases perfectas, pero que en su práctica diaria pueden ser un desastre, y es justo preguntarse si debiera hacerse cambios a la forma de evaluar, y si es así, cuales.
Y como de mejorar la calidad de la educación se trata, es bueno
preguntarse también porque solo se evalúa a los profesores de colegios municipales solamente, siendo que el gran porcentaje de los alumnos se encuentra en colegios particulares subvencionados. Relación con el módulo de Fundamentos de la Educación.
Si bien la evaluación docente tiene sus antecedentes en el sistema de
calificaciones de la Ley 19.070, no fue sino hasta los 90´s que se creó la asignación de Excelencia Pedagógica (AEP), la que beneficiaba a profesores de alto rendimiento. Junto con esto se buscaba también potenciar la profesión docente. Luego de negociar largamente, ya en el nuevo milenio se crearon dos subcomisiones para mejorar la evaluación, y de estas surgió el Marco para la Buena Enseñanza (MBE), el cual dio a conocer mejor lo que se esperaba en la evaluación docente, pues presentaba un modelo a lograr por el profesor.
Por supuesto que todo esto aplica solo a profesores de colegios
municipales, excluyendo de estas evaluaciones a aquellos pertenecientes a colegios particulares subvencionados, los cual ciertamente no es lo que debiera corresponder a una democracia como es la que se pretende tener en Chile. Claro es que esto responde a lo que es nuestro actual modelo de escuela de mercado, modelo creado durante la dictadura militar y que ve a los establecimientos educacionales como negocios, dejando a los dueños administrar a sus empleados de la forma que les parezca, y por supuesto ellos verán como evalúan a quienes contratan (en caso de evaluarlos), pues ellos solo esperan que sus productos (los alumnos) logren generar las ganancias esperadas. Propuesta de solución.
Mi propuesta frente al tema de la evaluación docente es que entre los
mismos docentes del país logren a través de su experiencia una evaluación que realmente logre sus objetivos y que pueda también aportar de manera significativa al mejoramiento de lo que es la educación en Chile. Debiera tomar en cuenta el hecho de que él se evaluara no solo una vez durante un par de días, sino que evaluara también un proceso real durante el cual se observara una clase planificada con la normalidad del resto del año, lo que lograría que el docente no se estresara intentando montar una farsa perfecta, si no que solo seguiría cumpliendo con su trabajo regular. Esto permitiría además identificar las verdaderas virtudes y defectos que pueda tener un docente, y se podría buscar nuevas formas de lograr avances en la educación.