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+ CUARESMA 2012 +

Miércoles de Ceniza

“Este es el misterio de la fe: anunciamos tu


muerte, proclamamos tu resurrección; ¡Ven
Señor Jesús!”
+ Miércoles de Ceniza – Cuaresma 2012 + ~2~

CON MARÍA, EN EL NOMBRE DEL PADRE , DEL HIJO, Y DEL ESPÍRITU SANTO

+PRESENCIA+

Señor, la luz del día ya se apaga,


la noche va extendiendo sus tinieblas;
alumbra lo más hondo de las almas
en este santo tiempo de Cuaresma.

Conoces nuestra vida y nuestra historia


y sabes que también hemos pecado,
por eso hacia ti nos dirigimos
confiando que seremos perdonados.

Unidos con la Iglesia recorremos


la senda que nos lleva hasta el Calvario,
llevando en nuestro cuerpo tus dolores,
sufriendo lo que aún no has completado.

Escucha nuestra voz, amado Padre,


que, junto con tu Hijo Jesucristo,
enviaste tu Espíritu a los hombres,
sellando con tu gracia sus destinos. Amén.

+ESCUCHA +

Desgarren su corazón y no sus vestiduras

Lectura de la profecía de Joel 2, 12-18

Ahora dice el Señor: Vuelvan a mí de todo corazón, con ayuno, llantos y lamentos.
~3~ Con María, En el Nombre del Padre , del Hijo, y del Espíritu Santo

Desgarren su corazón y no sus vestiduras, y vuelvan al Señor, su Dios, porque él es


bondadoso y compasivo, lento para la ira y rico en fidelidad, y se arrepiente de sus
amenazas. ¡Quién sabe si él no se volverá atrás y se arrepentirá, y dejará detrás de sí
una bendición: la ofrenda y la libación para el Señor, su Dios!
¡Toquen la trompeta en Sión, prescriban un ayuno, convoquen a una reunión solemne,
reúnan al pueblo, convoquen a la asamblea, congreguen a los ancianos, reúnan a los
pequeños y a los niños de pecho! ¡Que el recién casado salga de su alcoba y la recién
casada de su lecho nupcial!
Entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, los ministros del Señor, y digan:
«¡Perdona, Señor, a tu pueblo, no entregues tu herencia al oprobio, y que las naciones
no se burlen de ella! ¿Por qué se ha de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?»
El Señor se llenó de celos por su tierra y se compadeció de su pueblo.

Palabra de Dios.

SALMO 50, 3-6a. 12-14. 17

R. ¡Ten piedad, Señor, porque hemos pecado!

¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad,


por tu gran compasión, borra mis faltas!
¡Lávame totalmente de mi culpa
y purifícame de mi pecado! R.

Porque yo reconozco mis faltas


y mi pecado está siempre ante mí.
Contra ti, contra ti solo pequé
e hice lo que es malo a tus ojos. R.

Crea en mí, Dios mío, un corazón puro,


y renueva la firmeza de mi espíritu.
No me arrojes lejos de tu presencia
ni retires de mí tu santo espíritu. R.

Devuélveme la alegría de tu salvación,


que tu espíritu generoso me sostenga:
Abre mis labios, Señor,
y mi boca proclamará tu alabanza. R.

Déjense reconciliar con Dios. Éste es el tiempo favorable


+ Miércoles de Ceniza – Cuaresma 2012 + ~4~

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 5,
20-6, 2

Hermanos:
Nosotros somos, entonces, embajadores de Cristo, y es Dios el que exhorta a los
hombres por intermedio nuestro. Por eso, les suplicamos en nombre de Cristo: Déjense
reconciliar con Dios. A aquel que no conoció el pecado, Dios lo identificó con el pecado
en favor nuestro, a fin de que nosotros seamos justificados por él.
Y porque somos sus colaboradores, los exhortamos a no recibir en vano la gracia de
Dios. Porque él nos dice en la Escritura: En el momento favorable te escuché, y en el día
de la salvación te socorrí. Este es el tiempo favorable, este es el día de la salvación.

Palabra de Dios.

VERSÍCULO ANTES DEL EVANGELIO Cf. Sal 94, 7c. 8a

No endurezcan su corazón,
sino escuchen la voz del Señor:

EVANGELIO

Tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 6, 1-6. 16-18

Jesús dijo a sus discípulos:


Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por
ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo.
Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los
hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les
aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que
tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las
sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen
su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre
que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que
desfiguran su rostro para que se note que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han
recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no
~5~ Con María, En el Nombre del Padre , del Hijo, y del Espíritu Santo

sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que
ve en lo secreto, te recompensará.

Palabra del Señor.

+Homilía del Cardenal Francisco Pironio - 12 de


febrero de 1975 +
¡Qué gracia de Dios tan inmensa poder celebrar
otra vez este comienzo de la Cuaresma, vivir en la
intimidad con Jesús en el desierto
configurándonos cada vez más con el Cristo
muerto y resucitado, caminar durante cuarenta
días hacia la luz de la Pascua!

El señor nos dará la gracia de vivir otra vez este


año la Vigilia Pascual; será la gran noche, la
noche más luminosa que el día, la noche que une
lo divino con lo humano, el cielo con la tierra.
Será la gran noche en que nos sentiremos
definitivamente nuevos: una nueva creación en
Jesucristo por la acción del Espíritu.

Pero todo eso supone un trabajo muy lento, muy


hondo, muy transformador, de Cuaresma
auténticamente vivida.

Yo quisiera que comprendiéramos sobre todo qué significa entrar en la Cuaresma,


vivir en la Cuaresma; y qué significa hoy marcar nuestra frente con la ceniza para
caminar hacia la pascua.

Toda la Cuaresma es tiempo de conversión. Es el profeta Joel el que en la primera


carta nos grita invitándonos a la conversión. “Conviértanse a mí de todo corazón,
dice el señor, con ayuno, con llanto, con luto; rasguen los corazones, no las
vestiduras, conviértanse al Señor Dios”. Hay dos aspectos en esta conversión. Un
primer aspecto es la conciencia muy honda, muy clara, muy dolorosa, pero al mismo
tiempo muy serena, de todos nuestros pecados. Hemos fallado al Señor tantas veces,
no hemos realizado con fidelidad su plan. El Señor nos ha hablado cada mañana y no
hemos recibido adentro la Palabra, no hemos sido profundos en la oración, no
+ Miércoles de Ceniza – Cuaresma 2012 + ~6~

hemos sido serenos en la cruz, no hemos sido alegres en la caridad fraterna, no


hemos descubierto a cada rato el rostro de Jesús y no nos hemos entregado por eso a
la realización de su plan. ¡Cuántas fallas en nosotros!, ¡cómo nos ha tocado y
ensuciado el mundo!, el mundo con todo lo que tiene de superficialidad, de
sensualidad, de división, de egoísmo… Todo eso se nos ha metido demasiado
adentro. Hoy es el día y es el tiempo que se inicia de gracia y de salvación: para
limpiar, para purificar, para unir lo que estaba dividido, para reencontrar al Padre.
¿Qué es la conversión? Volver al Padre.

Tenemos que meditar mucho la parábola del hijo pródigo. La conocemos mucho y la
hemos explicado muchísimas veces; pero volvamos a aplicárnosla otra vez a nosotros
mismos. No es tanto la parábola del hijo pródigo, cuanto la parábola del Padre de las
misericordias. Lo que se destaca más allí y lo que quiso subrayar el Señor es la
actitud del Padre. Del Padre a quien le duele la ausencia y la partida del hijo, pero lo
busca. Del Padre que sale a la puerta y contempla en la lejanía cuándo regresa. Del
Padre que no lo deja hablar al chico, sino que alarga sus brazos, lo abraza y le dice:
“No contemos más con el pasado, basta, lo que importa ahora es que has regresado”.
El Padre que manda hacer la fiesta porque todo es nuevo. En el hijo hay esta
reflexión: en la casa de mi padre se vive tan bien, hay tanta paz, tanto pan, tanta
alegría, tanta esperanza; me volveré e iré a la casa de mi padre”. Pero todo esto
supone en nosotros una clara conciencia de nuestro pecado, y al mismo tiempo una
conciencia muy clara del Padre de la misericordia. Yo decía que la conversión estaba
hecha de dos elementos, o, que tenemos que volver al Padre por dos motivos.

En primer lugar, la conciencia de que nosotros nos hemos apartado, o de que hay
algo en nosotros que no ha caminado bien, que no camina bien. Hay algo de
infidelidad en nuestra respuesta al plan del Padre, hay algo de alejamiento y de
encerramiento en nosotros mismos; y eso nos hizo sentir muy solos y muy tristes. La
tristeza y la soledad del hijo pródigo, del vacío de su vida y de que no tiene aquello
que en la casa del Padre tenían los servidores.

Pero hay otro aspecto que es el que quiero señalar y es éste que marca el profeta
Joel: “Conviértanse al Señor Dios porque es compasivo y misericordioso, lento a la
cólera, rico en piedad y se arrepiente de las amenazas.”

¿Por qué tenemos que volver a Dios? Porque es Padre, porque es padre de
misericordias; y el alegrón más grande que podemos darle es volver; porque Él es
compasivo y misericordioso. Ésta es la definición que aparece ya en el Éxodo dada a
Moisés por el mismo Señor que atraviesa toda la Biblia. El Dios que se muestra es el
Dios amor, el Dios compasivo, el Dios misericordioso. No es el Dios de la venganza,
no es el Dios del castigo. Sí es el padre de la corrección, que deja crucificar para que
los hijos despierten y vuelvan; pero no es el Dios de la destrucción, sino el Dios de la
vida. Es el Padre compasivo y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad.
~7~ Con María, En el Nombre del Padre , del Hijo, y del Espíritu Santo

Qué bueno es acercarnos al Señor sabiendo de veras que el Padre tiene más gusto en
recibirnos que el que experimentamos nosotros en regresar. Pero esta conversión
supone un encuentro muy hondo con el Padre en el silencio de la oración, y un
encuentro con el hermano en la alegría de la caridad. Una conversión auténtica
supone ahondar mucho estos dos aspectos. Encontrar al Padre en el silencio de la
oración, el Padre está allí y Él que está adentro te escuchará.

¡Qué hermoso todo el evangelio de hoy! Es que el padre está allí, está adentro: es el
Padre bondadoso, compasivo, rico en misericordia. Él está allí. La conversión es un
encuentro con Él. Eso supone entonces una vida de oración muy honda, muy
personal, muy viva, muy transformadora. Y supone, en el Señor, un encuentro con
los hermanos. Por eso toda conversión es reconciliación. “Si al tiempo de presentar
tu ofrenda ante el altar te acuerdas que un hermano tuyo tiene algo contra ti, deja
la ofrenda, vete a reconciliar con tu hermano y después presenta la ofrenda.”
Piensen si no hay muchos hermanos, no sólo aquí sino afuera, dejados en la ciudad o
en el campo, en la escuela, en la casa, en el pueblo. ¡Cuántos hermanos que tienen
algo contra nosotros! Porque hemos pasado al lado de ellos y no nos hemos
preocupado de su tristeza, de su soledad, de su desaliento. La conversión supone un
encuentro, una reconciliación con nuestros hermanos. Entonces hoy, al mismo
tiempo que deseamos una oración más profunda porque es el encuentro sabroso con
el Padre, comprometemos nuestro encuentro con el hermano, en un servicio muy
amplio, muy generoso, muy leal, muy alegre. Muy alegre. La cuaresma tiene que ser
tiempo de alegría.

Pero ¿cuáles son los elementos esenciales de la Cuaresma? Es un tiempo de


conversión. ¿Cuáles son los elementos esenciales de la Cuaresma de conversión? El
evangelio nos pinta tres elementos que son la conversión, el ayuno y la penitencia,
que en sentido total, en sentido muy profundo, es la oración y es la caridad. Son tres
elementos.

Primero la penitencia. La penitencia en sentido muy hondo de transformación, de


cambio. Algo tiene que transformarse; lo que el evangelio llama la metanoia: cambio
de mentalidad, cambio de corazón, cambio de actitudes. Penitencia en el sentido
muy hondo de la palabra y en el sentido de privación, de austeridad. Nos hemos
olvidado un poco de este aspecto de austeridad de nuestro cristianismo. El Señor nos
está pidiendo que vivamos más en austeridad, en la pobreza, en el renunciamiento,
en la muerte; sobre todo en la alegría de aceptar todo aquello que adorablemente Él
nos va dando.

Un primer elemento para vivir con autenticidad la Cuaresma es el espíritu de


mortificación. Espíritu de mortificación que lo podemos concretar en tantas
pequeñas cosas: lecturas, fiestas, salidas. En fin: un poco más de austeridad.
Segundo aspecto, la oración. Realmente la Cuaresma es un tiempo de oración.
“Busquen al Señor ahora que puede ser encontrado, llamen ahora que está cerca”,
+ Miércoles de Ceniza – Cuaresma 2012 + ~8~

dice la sagrada Escritura. El Señor está y se nos muestra, se nos comunica y se nos
entrega. Es el tiempo de la oración. Yo les insisto mucho en que sean almas muy
hondas, muy profundas, muy contemplativas. Pero la oración sobre todo en este
tiempo de Cuaresma, tiene que ser una oración con lágrimas; es decir una oración
muy serena, pero al mismo tiempo de mucho arrepentimiento. Una oración que
sirve para rumiar la Palabra del Señor, para meditar mucho la escritura… Meditar
cada día las lecturas tan ricas, tan sabrosas de la cuaresma. Oren, oren, oren
personalmente; oren en grupos, oren comunitariamente, multipliquen los grupos de
oración. El tercer elemento es la caridad. Es el elemento cumbre de la cuaresma. No
se trata simplemente de dar una limosna: se trata de vivir uno en función de entrega,
de donación, de servicio a los demás. La limosna es nada más que una expresión de
nuestra entrega mucho más profunda. Pero todo esto lo tenemos que hacer en
silencio, en lo secreto, con alegría: que no sepa tu mano izquierda lo que hace la
derecha. Sin tocar las trompetas; pero vivir en una actitud muy serena, muy gozosa
de caridad.

Tres elementos. Penitencia que es cambio y es mortificación. Oración que es buscar


al Señor y rumiar su palabra, meditarla con lágrimas, es decir, con arrepentimiento.
Y finalmente la caridad que es donación, que es servicio, que no es simplemente dar
cosas. Podemos dar mucho dinero, podemos dar muchas cosas que nos sobren.
Hasta que no nos hayamos dado nosotros mismos en la ininterrumpida y gozosa
donación de cada día, no habremos amado bien.

Pero la Cuaresma finalmente tiene que ser tiempo de serenidad y de gozo. No es


tiempo de angustia. Entramos en un tiempo penitencial, en un tiempo muy serio y
muy hondo; es un tiempo muy sereno. Sereno porque el Señor está. Sereno porque el
Señor nos busca; sereno porque el Señor está más cerca de nosotros que nunca y nos
hace experimentar que es misericordioso y compasivo, lento para la cólera y rico en
gracia y en fidelidad.

Y es un tiempo alegre. La Cuaresma tiene que ser un tiempo alegre, no un tiempo


triste. ¿Por qué? Tiempo alegre por tres motivos: en primer lugar porque vamos
hacia la Pascua: ya llega la Pascua y la Pascua es explosión de alegría. La Cuaresma
es preparación para la Pascua; tiene que anticipar la alegría, una alegría muy de
adentro, muy honda, una alegría que nace del silencio y de la Cruz, pero una alegría
verdadera. En segundo lugar el tiempo de Cuaresma es alegre porque es el tiempo de
la conversión, y la conversión engendra alegría. Ustedes han experimentado en su
vida siempre esto. Luego de una confesión bien hecha ¡qué alegría se siente…! Uno
experimenta necesidad de gritarla a los hermanos. Es la alegría del reencuentro con
el Padre, es la alegría de la reconciliación con el hermano. Tiempo de Cuaresma,
tiempo de conversión, por consiguiente, de alegría. Tercero: el tiempo de Cuaresma
es tiempo de caridad, tiempo de plenitud en la caridad; y la caridad engendra como
primer fruto, la alegría. Es que los frutos del Espíritu son caridad, alegría y paz. El
fruto interno, inmediato de la caridad es la alegría. Si uno vive en plenitud de amor
~9~ Con María, En el Nombre del Padre , del Hijo, y del Espíritu Santo

durante la Cuaresma, tiene que estar necesariamente alegre. Todo en un ambiente


de sencillez cotidiana, de serenidad.

Les recomiendo mucho que relean el texto del evangelio. Como el Señor pide que
tanto la limosna, o sea la caridad, como la oración, como el ayuno, o sea la
penitencia, la mortificación, todo se haga en un clima muy de normalidad, muy en lo
secreto, sin trompetear nada. “Cuando ayunen perfumen su cabeza – dice el Señor-
no pongan el rostro triste y amargado”.

Que el Señor nos haga vivir hoy esas realidades. Marcaremos ahora las frentes con
las cenizas indicando que comenzamos el tiempo solemne de la penitencia; pero
como camino hacia la Pascua. Que vivamos este día con un agradecimiento muy
hondo al Señor, que nos concede vivirlo así: juntos, comunitariamente. Y vayamos
comunitariamente también hacia la gran Vigilia Pascual. Esa noche estaremos cada
uno en su lugar, en su puesto, en su parroquia, en su pueblo, en su casa; pero nos
sentiremos misteriosamente unidos. Todos cantaremos a la luz del Cristo que ha
resucitado, y experimentaremos el agua viva que salta hasta la vida eterna: el agua
de nuestro Bautismo, porque esa noche comprometeremos otra vez al Señor nuestra
entrega renovando las promesas bautismales.

Y ahora vamos caminando con María, la Virgen de la cuaresma, la Virgen de la


oración, la Virgen de la penitencia y de la Cruz, la Virgen de la donación y del
servicio. Vamos caminando con ella hacia la Pascua con sencillez y con alegría de
corazón, viviendo intensamente estos tres elementos: una austeridad serena y
gozosa; una oración contemplativa muy honda de encuentro con el Señor; una
caridad festiva y gozosa que sea donación y que sea servicio.

Que la Virgen de la Cuaresma nos acompañe.

+ BENDICIÓN E IMPOSICIÓN DE LA CENIZA +

El signo de la imposición de cenizas marca la liturgia


de este día. La importancia de este gesto se
encuentra en recordar que somos sólo polvo pero por
su muerte y resurrección Cristo nos abre las puertas
de su reino. Aquel que obtuvo la victoria nos asiste en
nuestro combate “contra el espíritu del mal" para
que podamos vivir una "nueva vida". El signo de la
+ Miércoles de Ceniza – Cuaresma 2012 + ~ 10 ~

muerte (las cenizas proceden de los ramos del año anterior) da lugar la vida. Eso es por
qué, en la bendición de las cenizas, el celebrante dice: " Señor y Dios nuestro, que no
quieres la muerte del pecador sino que se arrepienta, escucha con bondad nuestra oración
y bendice estas cenizas que vamos a imponer sobre nuestras cabezas, reconociendo que
somos polvo y al polvo hemos de volver, y concédenos, por medio de las prácticas
cuaresmales, el perdón de nuestros pecados y la vida nueva a imagen de tu Hijo
resucitado.

Después de la homilía el sacerdote, de pie, con las manos juntas dice:


Queridos hermanos:
Oremos a Dios, nuestro Padre,
para que se digne bendecir con su gracia estas cenizas
que vamos a imponer sobre nuestras cabezas en señal de penitencia.

Y después de una breve oración en silencio, prosigue con las manos extendidas:
Dios nuestro,
que te conmueves ante quienes se humillan y hacen penitencia,
escucha con bondad nuestra súplica
y derrama la gracia + de tu bendición
sobre estos hijos tuyos que van a recibir las cenizas,
para que sean fieles a las prácticas cuaresmales
y así lleguen a celebrar, con un corazón puro,
el misterio pascual de tu Hijo.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.

O bien:
Señor y Dios nuestro,
que no quieres la muerte del pecador sino que se arrepienta,
escucha con bondad nuestra oración
y bendice + estas cenizas
que vamos a imponer sobre nuestras cabezas,
reconociendo que somos polvo y al polvo hemos de volver,
y concédenos, por medio de las prácticas cuaresmales,
el perdón de nuestros pecados
y la vida nueva a imagen de tu Hijo resucitado.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.
~ 11 ~ Con María, En el Nombre del Padre , del Hijo, y del Espíritu Santo

R. Amén.

Y rocía con agua bendita las cenizas, sin decir nada.

Seguidamente, todos los fieles se acercan al sacerdote que impone la ceniza sobre ellos;
a cada uno le dice:
Conviértete y cree en el Evangelio. Cf. Mc 1, 15

O bien:
Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás. Cf. Gn 3, 19
+ Miércoles de Ceniza – Cuaresma 2012 + ~ 12 ~

+ADMIREMOS +

El descenso de Cristo al Ingierno, donde toma a Adan y a Eva de la mano para


conducirlos a la vida, Chiesa della Santissima Trinità, Monte Argentario, Italia – Centro
Aletti.
~ 13 ~ Con María, En el Nombre del Padre , del Hijo, y del Espíritu Santo

La escena central del mosaico es la resurrección de Cristo, según la interpretación figurativa


de los himnos de San Efrén el Sirio, uno de los grandes Padres y teólogos de la Iglesia
primitiva. Cristo desciende al (el lugar de los muertos), y rescata de las tumbas de nuestros
antepasados, a Adán y a Eva, para llevarlos al Padre.

El mosaico no representa a Cristo saliendo de la tumba, sino rompiendo las ataduras de la


muerte, las puertas del infierno. De hecho, el Señor, no ganó la muerte para sí mismo,
como un Superhéroe: la grandeza de la resurrección de Cristo consiste en el hecho de que
entra en el Imperio del Príncipe de las tinieblas que lleva a Adán y Eva en la esclavitud, es
decir, a toda la humanidad, y los libera de la muerte..

Cristo desciende, vivo en las entrañas de la tierra al imperio de la muerte. El reino de la


muerte queda ganado, iluminado, porque ha recibido la vida. Descendió la luz verdadera, el
sol de justicia que ilumina "a aquellos que viven en tinieblas y en sombra de muerte" (Lucas
1,79).

Cristo llega en el esplendor de su gloria, Él es la luz que viene para iluminar el vínculo del
amor de Dios que siempre cumple con todos; los llama a la vida a tal punto que se hunde en
las profundidades de la tierra, para volver a Dios toda la creación. Toda la materia está
envuelta y transformada por la luz del Resucitado. La oscuridad es irrumpida y sometida,
incapaz de soportar la luz absoluta de Cristo.

Él extiende su mano a Adán y a Eva. Cristo, segunda Persona de la Trinidad, se hizo hombre
para entrar en el escondite de la humanidad encerrada en sí misma, incapaz de amar, por lo
tanto, privada de la vida eterna, porque sólo el amor es eterno. Trató de decirle al hombre
que Dios es Padre, y que el hombre puede salir de las tierras áridas del desierto y volver a
su casa, donde el Padre lo está esperando.

El Cristo resucitado lleva a Adán por la muñeca - el lugar donde se mide la vida - y lo lleva a
la existencia; Eva - la madre de los vivientes - se deja acariciar y restaura la amistad de los
orígenes de la humanidad. Así comienza el retorno al Padre. Cristo toma a Adán y Eva para
llevarlos a la dignidad de hijos de Dios por toda la humanidad redimida por Cristo, y Cristo
va a regresar al corazón de la Trinidad, Allí donde el hombre encuentra su verdadero lugar.
+ Miércoles de Ceniza – Cuaresma 2012 + ~ 14 ~

+RECEMOS +

Que sea la Virgen quien nos guíe por este camino que Ella misma recorrió junto a Jesús.

CON MARÍA, EN EL NOMBRE DEL PADRE , DEL HIJO, Y DEL ESPÍRITU SANTO

***

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