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¿Cuándo nace el género policial? Nace a mediados del año 1800 con aquel que es
considerado el padre del relato policial: Edgar Allan Poe. Este escritor estadounidense
publicó en el año 1841 el cuento “Los crímenes de la calle Morgue”. En este relato, una
mujer y su hija han sido asesinadas y se descarta el robo, porque los ahorros de las
mujeres aparecen intactos. Nadie sabe cómo se ha podido cometer el acto, ya que todos
los accesos a la casa se encontraban cerrados. El caso será resuelto por un caballero
francés, Auguste Dupin,
Dupin culto, inteligente, observador, sagaz y un poco extravagante. Éste
será el primer detective de la historia de la literatura. Dupin puede ver lo que otros no
ven, rastrear los indicios que le permitirán descifrar el misterio; no cobra por sus servicios
y su investigación está motivada por el placer del reconocimiento. Entre Dupin y la
institución policial no hay enemistad, pero sí cierta competencia.
Este personaje es acompañado por un amigo (al que lo identifican como el mismo Poe),
que es quien cuenta su historia.
Luego de “Los crímenes de la calle Morgue” Poe publica otros cuentos con características
similares como “El misterio de Marie Roget” y “ La carta robada”.
Poe no fue el único ni el último en crear este tipo de personaje. En 1887, el escritor
escocés Arthur Conan Doyle publica su novela Estudio en escarlata, donde aparece la
dupla de Sherlock Holmes y John Watson.
Watson
En esta misma época, el escritor inglés Gilbert Keith Chesterton da origen a su personaje
del padre Brown,
Brown un sacerdote que tiene como segunda profesión resolver crímenes. Éste
está dotado de una extraordinaria agudeza para conocer la naturaleza humana. Esta
aptitud le permite resolver los enigmas con simpleza. Es ayudado por un criminal
reformado llamado Flambeau que le brinda su punto de vista sobre los hechos.
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Los métodos del Padre Brown son intuitivos, el sacerdote resuelve sus casos desde una
lógica racional. Este detective apareció por primera vez en el relato “ La Cruz azul” y
continuó a lo largo de cuentos publicados entre los años 1910 y 1935.
Con el tiempo, surge Agatha Christie quien es conocida por sus relatos protagonizados
por Hércules Poirot y Miss Marple.
Marple Es contemporánea de Arthur Conan Doyle.
Miss Marple es descripta como una anciana simpática. Su capacidad para la observación
y el análisis hace que esta mujer se adentre en los misterios y enigmas que suscitan los
casos criminales.
La aparición de la literatura policial se da entre la mitad del siglo XIX y el principio del XX,
época en la que se creía que la inteligencia humana era capaz de alcanzar cualquier
verdad. Pero el avance de la ciencia puesta al servicio del hombre traía aparejado el
surgimiento de las grandes ciudades modernas, un aumento del delito, la pobreza, la
exclusión y la marginalidad. La presencia del crimen era moneda corriente en todos los
diarios y ponía en peligro la tranquilidad de la propiedad privada.
Los detectives suelen estar acompañados por un ayudante quien muchas veces es el
narrador de la historia. El lector suele identificarse con estos personajes porque intenta
descubrir el enigma a partir de las pistas e informaciones que le brinda el detective. Esto
genera curiosidad y suspenso al lector, quien permanece desorientado hasta que el
detective reúne las pistas y explica cómo resolvió el enigma.
El lugar que el género tiene reservado para estos personajes es bastante desdeñoso,
pareciera que ellos son una carga innecesaria que deben soportar los héroes de la
investigación.
Algunos ayudantes, como Watson o el amigo de Dupin, son inteligentes, pero bastante
ingenuos al momento de investigar un enigma. Sin sus compañeros, los detectives no
serían lo mismo, porque son ellos quienes dan a conocer sus historias y los ayudan a salir
de alguna situación complicada.
En el año 1929 se produce en los Estados Unidos la caída de la bolsa de Wall Street, lo
que generó un colapso en el sistema financiero y una crisis socio-económica sin
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precedentes: pobreza, desempleo, marginalidad y un avance del mundo del delito sobre
la política y las instituciones.
En estos años, se da el auge al género policial negro: relatos más realistas, historias más
violentas y con mayor acción. Algunos de los escritores más conocidos son Dashiell
Hammett, quién creó al detective Sam Spade y Raymond Chandler, inventor del
investigador Philip Marlowe.
Esos nuevos héroes se lanzan a la acción, no son ajenos a los peligros, circulan por la
ciudad enfrentando los riesgos y esperando el ataque de los criminales. Casi siempre son
policías retirados, luchan contra criminales utilizando sus mismos métodos y no vacilan
en apretar el gatillo. El lector no sabe qué ocurrirá con ellos en el próximo capítulo. En
un mundo violento y sin orden, rige la ley del más fuerte. Los investigadores son
profesionales que cobran por su trabajo y que necesitan ese empleo para subsistir, pero
son incorruptibles. Ellos cobran un dinero para realizar su investigación y eso es
suficiente para realizar su trabajo con decencia y honestidad.
Este tipo de relatos suele estar ambientado en una ciudad peligrosa, de ahí su nombre
novela negra. En este mundo violento los detectives tratarán de hacer su trabajo lo
mejor posible y buscarán la verdad aunque en ello se jueguen la vida.
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX aparecen Luis V. Varela, Eduardo L.
Holmberg, Paul Groussac y Horacio Quiroga cuyos textos abordan de manera dispersa
algunos elementos del relato policial al estilo Poe.
El verdadero comienzo del policial en la Argentina fue en 1930, época en la cual se editan
las novelas como la mítica
Desde la década de 1940, los relatos policiales argentinos comienzan a crear una propia
identidad. Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares escriben juntos los relatos de Isidro
Parodi.
Los comisarios argentinos van desplazando a la figura arquetípica del detective clásico, al
estilo de Sherlock Holmes. Tal es el caso de Laurenzi o el telúrico Don Frutos Gómez,
Gómez de
Velmiro Ayala Gauna.
Entre las décadas de 1940 y 1950 comienzan a publicarse antologías de relatos policiales.
Además aparecen colecciones dedicadas exclusivamente al género de El séptimo Círculo
dirigida por Borges y Bioy Casares.
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ocultan los que tienen el poder. Estos relatos se convierten en una estrategia de
supervivencia para aquellos que desean “hablar” en una época y en un país en que la
palabra estaba policialmente dirigida hacia el silencio.
Cada género, sea realista, policial, fantástico o maravilloso posee su propio verosímil.
Muchos críticos plantean el relato policial como una competencia de sagacidad entre el
autor y el lector para ver quién llega primero a descubrir la verdad. Este juego debe ser
sin trampas, hay algunas reglas aceptadas por el verosímil del género y otras que no
pueden ser utilizadas.
Las que sí
sí …
Estas leyes son cambiantes y dinámicas. Cada autor busca crear un texto original y , para
eso, debe intentar romper las normas rígidas.
El crítico Tzvetan Todorov sostiene que los relatos policiales de enigma contienen dos
historias: La primera es la historia de lo que verdaderamente ocurrió, mientras que la
segunda explica cómo el lector va adquiriendo el conocimiento de los hechos. El lector
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solo conoce la verdad de lo que ocurrió a través de la investigación que realiza el
detective,
En el caso del policial negro estas dos historias suelen aparecen fusionadas
simultáneamente, a medida que el texto avanza van ocurriendo crímenes cuyas
revelaciones se irán presentando en forma gradual.
Esta manera de organizar el trama del texto genera diferentes expectativas de lectura. Si
el interés esta centrado en lo que va a suceder, decimos que el texto genera suspenso.
Entonces en el policial clásico predomina el enigma, mientras que en la corriente negra
prevalece el suspenso.
Cuadros síntesis del género policial (Elaborado por el alumno Ezequiel Romero de 2º “A”)
Género Policial
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Buen Compañero
El Policial Negro
1920 (tras varios años de crecimiento económico), en los EE.UU., cae la bolsa de
Wall Street en 1929. Esto generó un colapso en lo financiero y lo socio-
económico.
Los Investigadores no son aficionados sino que resuelven un crimen con el fin de
obtener una paga, casi siempre policías retirados.
Nuestros Detectives
Llega a nuestro país, y a afines del siglo XIX y principios del siglo XX , aparecen
algunos autores, por ejemplo (Horacio Quiroga)
Verdaderamente Comienza en nuestro país el policial, durante la década de 1930.
En la década de 1940, los relatos policiales argentinos comienzan a transgredir las
reglas de juego y a crear una propia identidad. Al Principio de la década de 1960,
el policial negro se va desplazando lentamente al policial clásico.
Enigma y suspenso