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15-08-2018
Custodia & Machismos
Custodia a la custodia
Miguel Lorente Acosta
https://miguelorenteautopsia.wordpress.com
Cuando las mujeres salen a la calle y gritan hasta escribir en el aire "JUANA SOMOS TODAS", es porque cada

No entender la realidad no sólo lleva a la confusión y al conflicto, sino que conduce a la injusticia. Y
una sociedad entretenida en la injustica no puede encontrar el futuro, como mucho logrará un
mañana perecedero con aroma a naftalina, pero no un tiempo diferente al actual. Al machismo le
gusta el argumento del "todo o nada" porque se sabe con la ventaja del todo, por eso lo utiliza
tanto para imponer su posición.

Por ejemplo, cuando se habla de violencia de género, desde el machismo la cuestionan y dicen que
"las mujeres también maltratan", de manera que como no todo el maltrato es llevado a cabo por los
hombres, no existe la violencia de género con sus raíces culturales y una normalidad que lleva a
que las mujeres digan lo de "mi marido me pega lo normal",a que las instituciones no den una
respuesta proporcional cuando denuncian, a que mucha gente hable de denuncias falsas, o a que el
homicidio sistemático de 60 mujeres al año por parte de los hombres con quienes compartían una
relación sólo sea un problema grave para el 1% de la población (Barómetros del CIS).

Nada de eso ocurre en otros tipos de maltrato, pero es válido para el argumento del "todo o nada"
y hacer así que toda la realidad machista de la violencia sea nada. A nadie se le ocurriría decir que
no existen bandas de narcotráfico porque ha habido policías implicados en algunas de ellas, o
porque en ocasiones también trafican con armas o personas, y que por tanto habría que hablar de
"personas que trafican".

Sería absurda una afirmación de ese tipo, pero lo que es absurdo para otras situaciones, tiene
mucho sentido bajo la estrategia machista. Con Juana Rivas ocurre lo mismo, y como ha llevado a
cabo conductas sancionadas por la ley, ya es culpable de todo. Por eso, nada que no encaje en esa
construcción que se ha hecho de ella como la "mala madre que le quita los hijos al padre" tiene
cabida. Juana se trajo los hijos de Italia huyendo de la violencia, y luego retrasó la entrega a la
Justicia para no volver a la violencia de la que huyó al entender que los recursos que había
interpuesto aclararían la situación.

Pero en lugar de acercarse a su posición e investigar todos sus elementos, el significado bajo la "ley
del todo o nada machista" quedó sometido a una doble posibilidad: o el "todo" gira alrededor de la
violencia, o lo hace sobre la sustracción de menores; un dilema trampa porque la interpretación de
lo ocurrido se realiza a partir de los estereotipos sociales y mitos que dan sentido a la realidad,
entre ellos el de la perversidad y la maldad de las mujeres. La solución al dilema bajo las propias
referencias machistas es sencilla, y presenta a Juana como una mujer malvada que le "quita" los
hijos a su padre y luego lo "denuncia falsamente" para conseguir su objetivo.

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Como se puede ver, la construcción machista y su "ley del todo o nada" lo tiene fácil: el "todo" es
la maldad de las mujeres y la "nada" la violencia que sufren por parte de los hombres. Las
consecuencias son objetivas. Juana Rivas es una mujer víctima de violencia de género, como ha
reconocido la Justicia en la única ocasión que investigó una denuncia a través del sistema
especializado que tiene para hacerlo. Las denuncias que ha interpuesto después, por diferentes
motivos, nunca han sido investigadas en profundidad, pero ella ha seguido sufriendo la violencia
hasta el punto de tener que salir huyendo de ella con sus hijos.

La situación podría haber finalizado ahí, como en muchos de los casos de violencia de género, pero
las circunstancias han llevado a un escenario tan surrealista que al final ha sido Juana quien ha
terminado condenada a 5 años de presión y a 6 sin poder ejercer la patria potestad, como le ocurrió
a María Salmerón y a otras muchas mujeres maltratadas. Y estos hechos suceden en un contexto
social en el que el "todo" es la idea machista de la realidad que lleva a decir y a defender que "un
maltratador no tiene por qué ser un mal padre", y a que la violencia de género, con más de
800.000 niños y niñas sufriéndola cada año (Macroencuesta, 2011), no sea una causa para limitar
la custodia ni la patria potestad en la práctica.

La situación es tan grave, que en el último informe del CGPJ sobre las sentencias emitidas por
homicidios en violencia de género, correspondiente al año 2016, se recoge que la pena accesoria
de inhabilitación o suspensión de la patria potestad sólo se ha aplicado en el 25% de los homicidios,
a pesar de que muchos de ellos se trataban de hombres que habían asesinado a las mujeres con
quienes compartían una relación familiar.

Puede parecer simplista, pero los estudios arrojan resultados objetivos, y mientras que muchas
mujeres que denuncian violencia y no encuentran respuesta a la realidad que viven, sufren
consecuencias terribles por las decisiones que se ven obligadas a tomar al no ser analizadas dentro
de sus circunstancias vitales, a los hombres violentos y asesinos no se les cuestiona la paternidad a
pesar de lo terrible de su conducta y de su significado y consecuencias. Es la "ley del todo o
nada" adaptada al machismo: los hombres lo son todo en su masculinidad, y las mujeres no son
nada fuera del rol y del espacio que la cultura (machista) les ha dado junto a un hombre. Cuando
están al lado de él lo son todo como parte suya, pero nada más.

Y el machismo que es consciente de esta situación, ahora busca atacar en las mujeres aquello que
les ha dado reconocimiento y poder dentro de las funciones y los espacios que la propia cultura les
había asignado, y sin duda el elemento más trascendente es el de la maternidad. No es
casualidad que los grupos machistas se estructuren alrededor de la custodia, especialmente
exigiendo la "custodia compartida impuesta", que hablen del "Síndrome de Alienación Parental"
(SAP), y que sean esos mismos grupos quienes cuestionan la realidad de la violencia de género y se
organicen contra la ley que lucha para erradicarla (Ley de Medidas de Protección Integral contra la
Violencia de Género).

Es parte de la estrategia machista para demostrar su poder, para reconquistar los espacios
perdidos que se han logrado para la Igualdad, y para continuar con sus mensajes amenazantes,
intimidatorios y disuasorios con el objetivo de que las mujeres no se separen aunque sean víctimas
de la violencia, como de hecho ocurre en la actualidad, pues sólo la denuncian un 25% de las

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mujeres que la sufren. Pedir la custodia compartida sin pedir la Igualdad es una trampa; la
trampa del machismo y los machistas que quieren imponerla para continuar con su control sobre
las mujeres a través de los hijos e hijas.

La lectura que están haciendo desde esas posiciones del caso de Juana Rivas y de otras
situaciones relacionadas con la violencia de género y su impacto en los niños y en las niñas,
muestran cómo entre sus nuevas tácticas el machismo quiere poner custodia a la custodia para
seguir con el sometimiento de las mujeres.

Fuente:https://miguelorenteautopsia.wordpress.com/2018/08/04/custodia-a-la-custodia/

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