La Terapia Centrada en el Cliente es un enfoque humanista que se ocupa de
las formas en que las personas se perciben a sí mismas conscientemente en lugar de como un terapeuta puede interpretar sus pensamientos o ideas inconscientes.
Creada en 1950 por el psicólogo estadounidense, Carl Rogers (1902 – 1987),
el enfoque centrado en la persona, en última instancia afirma que los seres humanos que tienen una tendencia innata a desarrollarse hacia su máximo potencial. Sin embargo, esta capacidad puede ser bloqueada o distorsionada por nuestras experiencias de vida, en particular las que afectan a nuestro sentido de valor.
El psicoterapeuta en este enfoque funciona para entender la experiencia de un
individuo desde su punto de vista. El terapeuta tiene que valorar positivamente el cliente como persona en todos los aspectos de su humanidad mostrándose abierto y genuino. Esto es vital para ayudar a un individuo a que se sienta aceptado y entender mejor sus propios sentimientos, esencialmente para ayudarles a volver a conectar con sus valores internos y el sentido de la propia valía. Esta reconexión con sus recursos internos les permite encontrar su propio camino para seguir adelante.
El propósito de la Terapia Centrada en el Cliente
El propósito central de este enfoque es facilitar la tendencia hacia la auto-
realización del cliente, la auto-realización es la creencia de que todos los seres humanos persiguen lo que es mejor para ellos. Este tipo de terapia facilita el crecimiento personal y las relaciones de un individuo, por lo que les permite explorar y utilizar sus propias fortalezas y la identidad personal. Un terapeuta centrado en la persona va a ayudar a este proceso y proporcionar un apoyo vital.
Según Rogers, hay seis condiciones necesarias para que un cambio real. Estas son:
- El contacto psicológico entre el cliente y el terapeuta.
- El cliente sufre un trastorno emocional, pues se encuentra en un estado de incongruencia. - El terapeuta es auténtico y consciente de sus propios sentimientos (congruencia). - El terapeuta tiene la consideración positiva incondicional hacia el cliente. - El terapeuta tiene la comprensión empática del cliente y su marco interno de referencia, y sabe comunicar esta experiencia con el cliente. - El cliente reconoce que el terapeuta tiene la consideración positiva e incondicional hacia él y una comprensión de sus dificultades.
De estos, los tres siguientes son conocidos como las condiciones principales o núcleos:
La congruencia – el terapeuta debe ser completamente genuino.
Consideración positiva incondicional – el terapeuta no debe ser crítico
frente a la valoración del cliente.
Empatía – el terapeuta debe esforzarse por comprender la experiencia del
cliente.
Teoría cognitivo conductual.
Las terapias cognitivo-conductuales son orientaciones de la terapia
cognitiva enfocadas en la vinculación del pensamiento y la conducta, y que recogen los aportes de distintas corrientes dentro de la psicología científica; siendo más que una mera fusión, como aplicación clínica, de la psicología cognitiva y la psicología conductista. Suelen combinar técnicas de reestructuración cognitiva, de entrenamiento en relajación y otras estrategias de afrontamiento y de exposición.
Este modelo acepta la tesis conductista de que la conducta humana es
aprendida, pero este aprendizaje no consiste en un vínculo asociativo entre estímulos y respuestas sino en la formación de relaciones de significado personales, esquemas cognitivos o reglas. Igualmente los aspectos cognitivos, afectivos y conductuales están interrelacionados, de modo que un cambio en uno de ellos afecta a los otros dos componentes. En esa relación mutua las estructuras de significado (esquemas cognitivos) tendrían un peso fundamental, pues ellas representan la organización idiosincrática que tiene cada persona sobre lo que significa su experiencia, los otros y el sí mismo.
Durante el proceso terapéutico el clínico se vale de diversas estrategias que
tienen por objeto la flexibilización y modificación de los esquemas disfuncionales y los pensamientos automáticos que se desprenden de estos. Dicho proceso está guiado por tres principios técnicos básicos: el empirismo colaborativo, el descubrimiento guiado y el diálogo socrático.
Los resultados de investigaciones clínicas controladas dan fuerte apoyo a la
eficacia de las terapias cognitivo-conductuales en general. Los resultados no deben confundirse entre sí, puesto que el grado de eficacia es variable y resulta dependiente del tipo de problema conductual, de tal manera que unas técnicas son mejores que otras y la integración de tecnología cognitiva y conductual parece rendir mejores resultados. Sin embargo, se ha encontrado útil tratando algunos trastornos y padecimientos como la ansiedad, la depresión, los ataques de pánico, las fobias, bulimia, esquizofrenia, entre otras.
2. Presenta un Cuadro Comparativo resaltando las similitudes y
diferencias con los enfoques terapéuticos antes mencionados.
Enfoques Diferencias Similitudes
Terapia centrada en el Se ocupa de las formas cliente en que las personas se perciben a sí mismas.