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"EL CANON BÍBLICO"

(Cómo se formó la Biblia)

Por: Salvador Gómez Yánez Editado por: Enrique Sánchez

La Palabra Canon viene de la palabra Caña, era una vara que se usaba para medir y pasó
a formar parte del vocabulario bíblico. Cuando se dice Canon Bíblico, se refiere a la medida
de los libros inspirados. Hay Libros Protocanónicos que entraron a la medida, al canon, sin
ninguna discusión. Y hay otros que se llaman Deuterocanónicos que entraron después de
una discusión. En estos últimos hay libros del Antiguo Testamento como: El libro de Judith,
no se tiene una fecha histórica para este libro pero entre los años 700 al 300 a C. El libro de
Judith habla de los acontecimientos de ese tiempo. Tobías, aproximadamente en el mismo
tiempo. Eclesiástico, se escribió es su versión hebrea en el año 180 a. C. Pero su traducción
al griego fue en el 130 a. C. El libro de Sabiduría, fue el último que se escribió alrededor del
año 80 ó 50 a. C. Los libros Deuterocanónicos del Antiguo Testamento (A. T.) son escritos
antes de Cristo, por lo que cuando viene Jesús y los apóstoles ya encuentran que entre los
judíos y la comunidad hebrea se usaban dos listas, es decir dos cánones:

El primero era el Canon Palestinence, que usaban los judíos que se habían quedado en
Jerusalén, con todos los libros en hebreo, conocido también como el canon largo.

El segundo era el Canon Alejandrino, que usaban los judíos que se habían ido a la
dispersión, escrito en griego. Este último tenía libros traducidos del hebreo al griego y
otros escritos originalmente en griego, llamado también canon largo. Cuando los
discípulos de Jesús comienzan a escribir, sólo Mateo escribe su evangelio en arameo, el
resto lo hace en griego citando más bien la versión larga. De las 357 veces que el Nuevo
Testamento cita al Antiguo Testamento, 300 aluden a la versión larga, que se conoció como
la versión de los SETENTAS (LXX) o versión griega de la Biblia, del Canon Alejandrino,
(Canon largo). Al comienzo de la fe cristiana indistintamente se usaban los dos, aunque se
prefería el griego, porque toda la gente hablaba griego y casi no se hablaba el hebreo. El
hebreo era exclusivo en el Templo. ¿Quién fue el primer discípulo de Jesús en escribir?
Probablemente San Mateo en el año 50, y San Pablo en el año 51 escribieron las cartas a
Los Tesalonicenses, después empezaron a surgir otras narraciones con las que se les dio
cuerpo a lo que ahora conocemos como los evangelio y fueron recopilándose todo eso
escrito en griego. Empezaron a circular en rollos o pergaminos que eran pieles de animales
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o papiros que eran corteza de árboles; entonces los rabinos judíos pusieron la voz de alerta
por que los cristianos leían igual a los profetas, que esos otros rollos y papiros que andaban
por ahí (cf. 2 Pedro 3, 15-16). Alrededor del año 200 y 300 los judíos firmaron su canon
tradicionalmente, se dice que hicieron un concilio en Yadnia, (Joope, ciudad portuaria de
Palestina), y ahí decidieron ellos aceptar sólo los libros hebreos. Ningún libro que esté en
griego y con eso se sacó los Deuterocanónicos, osea los siete libros que estaban en griego,
y por supuesto eliminaron todos los libros del Nuevo Testamento (N.T.), porque estaban
escritos en griego. La discusión se vuelve a acalorar en el contexto de los reformadores,
así llamados o a los que fundaron las iglesias no católicas, cuando Lutero empieza a
alejarse un poco del magisterio católico y despierta el problema del canon. ¿Cómo fue que
los hermanos no católicos separaron esos libros? Fue mediante un proceso, Lutero los
ponía en su Biblia al comienzo y se fueron quitando poco a poco. Los reformadores en
general expresaron sus dudas acerca de los libros Deuterocanónicos, pero sólo los
rechazaron en el curso de las polémicas con los católicos. En el 1520 Andreas Bondentein
puso en duda la canocidad de tales libros; la traducción de Lutero en 1534, los agrupaba
al final del A. T. con una nota aclaratoria: Apócrifos, estos son los libros que no se igualan
con la Sagrada Escritura pero cuya lectura es útil y buena. Las declaraciones
confesionales luteranas no contienen una lista obligatoria de libros, pero la practica
teológica de esta Confesión presta cada vez menos atención a los libros Deuterocanónicos,
en cuanto a la Iglesia de Inglaterra, "La Biblia de Wiclef" en 1382, por la influencia de San
Jerónimo, reprodujo únicamente los libros del canon hebreo, "La Biblia de Coverdale" en
1535 en cambio incluyó los Deuterocanónicos. El artículo VI de 39 artículos en 1571, dice
de ellos que pueden leerse para ejemplo de vida e instrucción de las costumbres, pero que
no deben emplearse para fundamentar ninguna doctrina; la AV (King James Versión), de
1611 imprimió los Deuterocanónicos en ambos testamentos, John Ligthfoot en 1643,
famoso investigador se pronunció en contra de esta disposición temiendo que "Los
miserables apócrifos", como él los llamaba, pudieran introducir al error haciendo pensar
que constituían una especie de nexo en el A.T. y el N.T. La confesión presbiteriana de
Westminster en 1647, declaró que estos libros no siendo de inspiración divina, no forman
parte del canon de la Escritura y por consiguiente carecen de autoridad en la Iglesia de
Dios, ni han de aprobarse por cualquier otro motivo ni utilizarse, sino a título de escritos
puramente humanos, es evidente que en Inglaterra fue creciendo la oposición a estos

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libros, después de muchas discusiones la Britih and Foreign Bible Society, se decidió en
1827 a excluir los libros controvertidos de sus futuras publicaciones, excepción hecha en
algunas publicaciones destinadas al uso en púlpitos. La sociedad se expresó así: "Los
principios de la sociedad excluyen la circulación de aquellos libros parte de libros que
usualmente se designan con nombre de apócrifos". (cf. Comentario Bíblico "San Jerónimo"
TOMO v # 44 Y 45).

¿Por qué los hermanos no católicos decidieron quitar los libro Deuterocanónicos? Tenían
que buscar algún argumento, justificando su acción en que se había dudado de ellos.
Aunque más se se dudó de otros libros y aun los conservan en las versiones de sus biblias.
Entre los lobros de los que se había dudado están algunos del Nuevo Testamento como la
Carta a los Hebreos, Judas, Apocalipsis y la Carta de Santiago, que fueron de las últimas
en ser aceptadas. Por lo tanto el argumento de "Se dudó de esos libros", no es es tan
conveniente, porque de se así deberían haberse eliminado estos últimos también. (cf.
Comentario Bíblico "San Jerónimo "TOMO v # 86).

Otros argumentos es que Jesús y los apóstoles no citaron esos libros, y como no hablaron
de ellos "No los consideran verdaderos", y por eso hay que quitarlos. Este argumento no
debe ser aceptado por dos razones:

1. Otros libros del A.T. no fueron citados, Esdras, Nehemías, Eclesiastés, Cantar de los
cantares y Esther, que son libros protocanónicos, y no hay ninguna cita de ellos en el N.T.
no están citados y sin embargo están en la biblias de los hermanos no católicos. Por lo tanto
ese argumento no es válido.

2. Hay libros citado en el N.T. por los apóstoles que se quedaron fuera del canon bíblico. Si
dijeran: "Los libros citados son los verdaderos", se meterían en un problema mayor, porque
la Carta de Judas en el versículos 9 cita un libro llamado "la Asunción de Moisés", que no
aparece en la Biblia. En Judas 13 y 14 se cita el libro de Enoc, San Pablo en sus discursos
de Hechos de los Apóstoles 17, 20 cita el libro Los Fenómenos del Arato, que es un poeta
griego, y en verdad no podemos creer que por qué San Pablo citó un poeta griego, los
poemas de este griego eran inspirados por Dios. El argumento se revierte totalmente al
constatar que la mayoría de los libros Deuterocanónicos sí se citan en el N.T. Tal es el caso
de Eclesiástico, que se llama así, precisamente por el uso que le daba la Iglesia, como lo
confirma la siguiente lectura:
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Ejemplo 1:

"Que sí ustedes perdonan a los hombres sus ofensas, les perdonará también a ustedes su
Padre Celestial; pero si no perdonan a los hombres, tampoco su Padre perdonara sus
ofensas" (Mateo 6, 14-15). "Perdona la ofensa a tu prójimo, y, cuando reces, tus pecados
te serán perdonados. Si un hombre alimenta la ira contra otro, ¿Cómo puede esperar la
curación del Señor?, Si no se compadece de su semejante, ¿Cómo pide perdón por su
propios pecados? (Eclo. 28, 2-4). Son similares textualmente estas citas, así como también
la que hace Jesús en el N.T. en Mateo 7, 12, expresando positivamente lo que se llamaba la
"Regla de Oro", ya conocida por los judíos, en el A.T. en el libro de Tobías 4, 15,
conociéndola de memoria hasta los judíos que no aceptan los Libro Deuterocanónicos,
popularizando este consejo "No le hagas a nadie, lo que no quieres que te hagan a tí". Jesús
enseñó de forma positiva "Lo que quieres para, tí deséalo para tu prójimo".

Ejemplo 2:

"Supongan un árbol bueno, y su fruto será bueno; supongan un árbol malo, y su fruto será
malo; porque por el fruto se conoce el árbol. Raza de víboras, ¿Cómo pueden ustedes
hablar de cosas buenas siendo malos? Porque de lo que rebosa el corazón habla la boca.
El hombre bueno, del buen tesoro saca cosas buenas y el hombre malo, del tesoro malo
saca cosas malas". (Mateo 12, 33-35). "El fruto demuestra el cultivo del árbol, así la palabra
del hombr revela su mentalidad. No elogies a nadie, antes de oírle hablar, porque esa es la
prueba del hombre". (Eclo. 27, 6-7). En el A.T. ya se conocía esta enseñanza que Jesús
predicaba, si bien el mencionaba el libro, si el contenido.

Ejemplo 3:

"Y diré a mi alma: Alma tienes muchos bienes, en reserva para muchos años. Descasa.
como, bebe, banquetea". Pero Dios le dijo: "¡Necio esta misma noche te reclamarán el
lama; las cosas que preparaste!, ¿Para quién serán?" (Lucas 12, 19-20). "Cuando dice:
"Ahora ya puedo descansar, y disfrutar de todos mis bienes", y no sabe cuánto tiempo
pasará, hasta que muera y tenga que dejarlo todo a otros". (Eclo. 11, 19). Y así entre otros
ejemplos las palabras que en Lucas 1, 42, pone en los labios de Isabel que son un Cántico
del Libro de Judith 13, 18, cuando dice a la Virgen María: "Exclamando gritó: ¡Bendita seas
tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno!" era un cántico que en Israel hacían a las
mujeres célebres de su tierra. Si deseas continuar encontrando similitudes entre los libro
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del N.T. y del A.T. puedes seguir confrontando las siguientes lecturas: Hebreos 1, 3 -
Sabiduría 7, 26 Juan 1, 9 y colosenses 1, 15 - Sabiduría 7, 29 Hechos 2, 4 - Sabiduría 1, 7
Romanos 9, 21 - Sabiduría 15, 7 Santiago 1, 19 - Eclesiástico 6, 11 Santiago 1, 13-15 -
Eclesiástico 15, 11-13 Apocalipsis 8, 2 - Tobías 12, 15 apocalipsis 21, 9-21 - Tobías 13, 16-
18 1° Corintios 2, 11 - Judith 8, 14 Juan 1, 14 - Baruk 3, 38 Romanos 15, 4 - 1° Macabeos 12,
9.

Otro argumento para no aceptar como inspirado al menos el segundo libro de Macabeos
son las palabras con la que termina el libro: "Así pasaron los acontecimientos relacionados
con Nicanor. Como desde aquella época la ciudad quedó en poder de los hebreos, yo
también terminaré aquí mismo mi relato. Si ha quedado bello y logrado en su composición,
eso es lo que yo pretendía; si imperfecto y mediocre, he hecho cuanto me era posible. Como
el beber vino solo a sola agua es dañoso, y en cambio, el vino mezclado con agua es
agradable y de un gusto delicioso, igualmente la disposición grata del relato encanta los
oídos de los que dan en leer la obra. Y aquí pongamos fin". (2 Macabeos 15, 37-39). Aquí el
autor refleja dudas de lo que escribe y si el autor duda no puede estar inspirado.

La respuesta es que aquí el autor no está dudando de lo que dice sino del estilo con el que
escribe. Si la duda del autor desautoriza un libro deberíamos quitar las cartas dee San
Pablo. Refleja dudas no sólo de su estilo sino de la inspiración: "En cuanto a los demás,
digo yo no el Señor...A Cerca de la virginidad no tengo precepto del Señor. Doy, no obstante
un consejo, como quien, por la misericordia de Dios es digno de crédito". (1 Corintios 7, 12.
25). "Ojala pudieran soportar un poco mi locura.... Lo que les voy a decir no lo diré según
el Señor sino como en un acceso de locura". (2 Corintios 11, 1.17).

San Pablo no refleja dudas de su estilo, él está seguro que lo que está escibiendo no viene
de Dios. Sin embargo, está en la Biblia porque no es el autor quien determina la inspiración
sino la comunidad que acoge esa palabra.

Otro argumento es:

El libro de Tobías no puede ser inspirado por Dios porque habla de supersticiones porque
dice que el olor de hígado y el corazón del pez quemado expulsó al demonio. (cf. Tobías 8,
1-5). Entonces no es inspirado: "El espíritu de Yahvé se había apartado de Saúl y un espíritu
malo que venía de Yahvé le infundía espanto. Le dijeron, pues, los servidores de Saúl: Mira,
un espíritu mal de Dios te infunde espanto; permítenos, Señor, que tus siervos que están
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en tu presencia te busquen un hombre que sepa tocarla cítara, y cuando te salte el espíritu
malo de Dios tocará y te hará bien. Dijo Saúl a sus servidores: Búsquenme, pues, un hombre
que sepa tocar bien y tráiganmelo. Llegó David y lo hizo su escudero. Cuando el espíritu de
Dios asaltaba a Saúl tomaba David la cítara, la tocaba, Saúl encontraba calma y bienestar
y el espíritu malo se apartaba de él. (1 S. 16, 14-17. 21-23).

Este libro no puede ser inspirado, en primer lugar dice que el espíritu malo venía de Yahvé.
"El espíritu malo de infundía espanto" y dice también que al tocar la cítara y al oír música
el espíritu mal se alejaba. Un hermano me dijo: Ya leíste Tobías 8, ¿Qué estaba haciendo
Tobías cuando quemó el hígado y el corazón del pez?; Entonces Tobías se levantó del lecho
y le dijo: levántate hermana oremos, y pidamos a nuestro Señor que nos salve". (Tobías 8,
4). El espíritu malo no huye por el olor del pez sino por la ORACIÓN. Otro argumento: El
libro de Macabeos no puede ser inspirado porque en el capítulo 12, 38-46 dice que es bueno
rezar por lo muertos.

Respuesta:

La Biblia no prohíbe orar por lo muertos lo que prohíbe es "Hablar con los muertos" La
Iglesia Católica también lo prohíbe. "Todas las formas de adivinación deben rechazarse: el
recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que
equivocadamente se supone "Desvelan" el porvenir (cf. Dt. 18, 10; Jr. 29, 8). La consulta
de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios y de suertes,
los fenómenos de visión, el recurso a "Médiums" encierran una voluntad de poder sobre el
tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de grajearse la
protección de poderes ocultos. Está en contradicción con el honor y el respeto, mezclados
de temor amoroso, que debemos solamente a Dio. (Catecismo de la Iglesia Católica # 2116).

Con respeto a la oración por los difuntos diremos: Los hermanos separados no oran por los
difuntos porque para la mayoría de ellos, los muertos o están dormidos esperando la
resurrección o están en la presencia de Jesús en un estado intermedio que no tienen muy
claro cuál es. Para nosotros los Católicos el que muere pasa a la presencia de Jesús al
juicio personal. "Y del mismo modo que el destino de los hombres es que mueran una sóla
vez, y luego ser juzgados". (Hebreos 9, 27). "Estamos, pues, llenos de buen ánimo y
preferimos salir de este cuerpo para vivir con el Señor. Por eso, bien en nuestro cuerpo,
bien fuera de él, nos afanamos por agradarle" (2 Co. 5, 8-9).
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"La muerte pone fin a la vida del hombre como tiempo abierto a la aceptación o rechazo de
la gracia divina manifestada en Cristo (cf. 2 Tm. 1, 9-10). El Nuevo Testamento habla del
juicio principalmente en la perspectiva del encuentro final con Cristo en su segunda venida;
pero también asegura reiteradamente la existencia dela retribución inmediata después de
la muerte de cada uno como consecuencia de sus obras y de su fe. La parábola del pobre
Lázaro (cf. Lc. 16, 22) y la parábola de Cristo en la Cruz, al buen ladrón, (cf. Lc. 23, 43), así
como otros textos en el Nuevo Testamento (cf. 2 Co. 5, 8; Flp. 1, 23; Hb. 9,27; 12, 23) hablan
de un último destino del alma (cf. Mt. 16, 26), que puede ser diferente para unos y para
otros". (Catecismo de la Iglesia Católica # 1021).

"Cada hombre, después de morir, recibe en su alma inmortal su retribución en un juicio


particular que refiere su vida a Cristo, bien a través de una PURIFICACIÓN (cf. Cc. De Lyón:
DS 857-858; Cc. De Florencia: DS 1304-1306; Cc. De Trento: DS 1820), bien para entrar
inmediatamente en la bienaventuranza del cielo (cf. Benedicto XII: DS 1000-1001; Juan XXII;
DS 990), bien condenarse inmediatamente para siempre (cf.Benedicto XII: DS 1002). A la
tarde te examinaré en el amor (San Juan de la Cruz, dichos 64)". (Catecismo de la Iglesia
Católica # 1022).

Y cuando oramos por los difuntos pedimos lo que San Pablo pidió por su amigo Onesíforo
que había muerto. "Concédale el Señor encontrar misericordia ante el Señor aquel Día.
Además, cuántos buenos servicios me prestó en Éfeso, tú lo sabes mejor". (2 Timoteo 1,
18). Esto está basado en la comunión de los santos, es decir que todos formamos un solo
cuerpo del cual Cristo es la cabeza y nosotros somos miembros los unos de los otros. (cf.
Romanos 12, 4-5). En ese cuerpo, los miembros se preocupan los unos por los otros. "Para
que no hubieran división alguna en el cuerpo, sino que todos los miembros se preocuparan
lo mismo los unos de los otros. Si sufre un miembro, todos los demás toman parte en su
gozo". (1 Co. 12, 25-26).

Cuando oramos por los difuntos lo único que hacemos es mostrar la unidad que tenemos
en Cristo la cual no s pierde ni con la muerte. ¿Quién nos separará del amor de Cristo?, ¿La
tribulación?, ¿La angustia?, ¿La persecución?, ¿El hambre?, ¿La desnudez?, ¿Los
peligros?, ¿La espada?, como dice la Escritura: Por tu causa somos muertos todo el día;
tratados como ovejas destinadas al matadero. Pero en todo esto salimos más que
vencedores gracias a aquel que nos amó. Pues estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida,

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ni los ángeles, ni los principados, ni lo presente, ni lo futuro, ni las potestades, ni la altura,
ni la profundidad, ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado
en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 8, 35-39).

"La unión de los miembros de la Iglesia peregrina con los hermanos que durmieron en la
paz de Cristo de ninguna manera se interrumpe. Más aún, según la constante fe de la
Iglesia, se refuerza con la comunicación de los bienes espirituales". (LG49). (Catecismo de
la Iglesia Católica # 955). "La comunión con los difuntos".

La Iglesia peregrina perfectamente consciente de esta comunicación de todo el Cuerpo


místico de Jesucristo, desde los primeros tiempos del cristianismo honró con gran piedad
el recuerdo de los difuntos y también ofreció por ellos oraciones ´pues es una idea santa y
provechosa orar por los difuntos para que se vean libres de sus pecados´ (2 M. 12, 45)".
(LG50). Nuestra oración por ellos puede no sólo ayudarles, sino también hacer que eficaz
su intercesión en nuestro favor". (Catecismo de la Iglesia Católica # 958).

Los primeros cristianos tenías ritos fúnebres para honrar a los difuntos "Unos hombres
piadosos sepultaron a Esteban e hicieron gran duelo por él". (cf. Hechos 8, 2).

"Podríamos continuar con los argumentos y veríamos que son sólo intentos de justificar la
razón por la que los libros deuterocanónicos no son incluidos en sus biblias y la única y
verdadera razón es porque la British and Foreign Bible Society en 1827, decidió no
incluirlos en la Biblias no católicas".

"46 Libros del Antiguo Testamento, 27 Libros del Nuevo Testamento total 73 Libros" "Es
interesante saber que los 73 libros de la Biblia que tenemos entre manos son frutos de un
discernimiento, inspirado por Dios".

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