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INTRODUCCIÓN
Dado su impacto social y económico, la innovación tecnológica es algo que, además de a las
empresas y los individuos, le debe de importar mucho a los gobiernos. No sólo es que la tecnología
contribuya a la productividad de los empleados estatales, así como a los empleados del sector
privado. También está estrechamente vinculada con las actividades relacionadas con la defensa y la
seguridad nacional, así como otros intereses del estado. El avance tecnológico genera crecimiento
económico, pero también puede producir contaminación y otros riesgos para los ciudadanos, por lo
que debe ser promovido en ciertas instancias y regulado en otras.
En este capítulo, se describirán los aspectos principales relacionados con la innovación tecnológica
(así como otras formas de innovación) que cualquier ciudadano comprometido con su comunidad
debiera conocer. También se presentarán cuestiones que todo servidor público que toma decisiones
relevantes para el desarrollo social, económico e industrial de su región o país debiera considerar.
Se analizará la relación entre la innovación tecnológica y el interés público. ¿Puede la tecnología
convertirse en un adversario de la democracia o las libertades personales? ¿En qué condiciones es
necesaria la intervención del estado para regular los aspectos potencialmente negativos de la
tecnología? Se estudiarán las diferentes formas en que se promueve la innovación tecnológica en
Estados Unidos, Europa y algunas naciones de Asia, enfatizando a Japón, China y la India, pero
también a los llamados tigres asiáticos (Corea del Sur, Taiwán y Singapur). Las últimas décadas han
estado marcadas por cambios importantes en la distribución mundial de las capacidades
innovadoras, por lo que es conveniente saber qué se está haciendo, particularmente en las regiones
tecnológicamente más avanzadas del planeta, pero también en aquéllas que han logrado mayores
tasas de crecimiento en sus capacidades industriales. El desarrollo de parques tecnológicos y la
promoción de clusters como herramientas para para acelerar el crecimiento económico también
serán discutidos.
El caso mexicano se estudia en dos niveles diferentes: por un lado, las normativas legales vigentes
sobre propiedad intelectual y derechos de autor y, por otro lado, la promoción de la ciencia y la
tecnología realizadas por diversas entidades gubernamentales y, especialmente, por el Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT). Este contexto permite evaluar la pertinencia y
competencia de las actuales instituciones para promover el avance tecnológico, así como las áreas de
oportunidad que prevalecen.
Por estos efectos, el gobierno tiene un interés en regular la forma en que avanza la tecnología, así
como su uso por parte de los particulares y las empresas. Los votantes, al elegir a los gobiernos,
tienen la responsabilidad de conocer el impacto social (y económico, político, etc.) de la ciencia y la
tecnología. Aquéllos que la ignoran lo hacen bajo su propio riesgo.
Para que la gente esté dispuesta a dedicar tiempo, dinero y esfuerzo a efectuar innovaciones (que,
presumiblemente, eventualmente benefician a la sociedad), el gobierno genera incentivos en la
forma de protección a la propiedad intelectual, que le otorga a la gente el derecho a un monopolio
temporal en las actividades relacionadas con sus propias innovaciones, por ejemplo a través de
patentes y otras formas de protección a la propiedad intelectual.
Las patentes en México, como en muchos otros países, tienen una vigencia de veinte años.
Cada país en el que la protección de la propiedad intelectual sea promovida por el gobierno cuenta
por lo general con al menos una agencia responsable de llevar a cabo las actividades administrativas
y jurídicas relacionadas.
El Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) ha sido designado como el “organismo público
descentralizado con personalidad jurídica y patrimonio propio y con la autoridad legal para
administrar el sistema de propiedad industrial” de la República Mexicana. Es responsable también
de recabar indicadores y publicaciones, así como proporcionar servicios de comunicación social.
El gobierno de cada país con un mínimo de desarrollo cuenta con un ministerio o secretaría que
regula los aspectos económicos relacionados con la innovación. En México, la Secretaría de
Economía tiene el rol de promover la formación de empresas innovadoras que contribuyan al
desarrollo tecnológico. Por su parte, el CONACYT (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología) es
responsable directo de promover el avance en ciencia y tecnología.
Algunos ejemplos:
Políticas fiscales (bajar los impuestos de las empresas tecnológicas)
Políticas arancelarias (bajar o subir los costos de importar ciertas tecnologías, para promover
su uso local o para incentivar a la industria nacional)
Subsidios (transferencias directas de recuross)
Los parques tecnológicos, polos de tecnología y tecnopolos llevan la idea de clusters al campo de las
tecnologías emergentes.
Un polo de tecnología es un lugar donde se concentran pequeñas y medianas empresas (PYMES), así
como universidades y centros de investigación públicos y privados, y en donde se desarrolla
tecnología avanzada para su eventual comercialización. Por su naturaleza, son lugares donde las
principales actividades que se desarrollan son investigación, desarrollo y producción.
Una descripción razonablemente actualizada de los retos que enfrenta actualmente el gobierno
estadounidense en la promoción de la innovación (así como sus fortalezas) se encuentra en el
documento “The Competitiveness and Innovative Capacity of the United States”, preparado en enero
de 2012 por el Departamento de Comercio de los Estados Unidos en colaboración con el Concejo
Nacional Económico. Este documento se puede consultar libremente en la siguiente página:
http://www.commerce.gov/sites/default/files/documents/2012/january/competes_010511_0.pdf
Durante varios siglos, Europa fue el centro de la investigación científica y tecnológica mundial, así
como el lugar donde se originó la Revolución Industrial. En la primera mitad del siglo XX, los
desórdenes causados por las guerras mundiales y los regímenes totalitarios dañaron
significativamente la infraestructura científica, tecnológica e industrial de las naciones europeas. Sin
embargo,
Eurostat, la oficina estadística de la Comisión Europea, publica con regularidad la situación de las
naciones que conforman la Unión Europea en lo concerniente a ciencia, tecnología e innovación. El
reporte “Science, technology and innovation in Europe”, en su edición del año 2013, se puede
consultar en la siguiente página web:
http://epp.eurostat.ec.europa.eu/cache/ITY_OFFPUB/KS-GN-13-001/EN/KS-GN-13-001-EN.PDF
Potencias principales: Japón, la República Popular China, la India y los “cuatro tigres” (Corea del Sur,
Taiwán, Singapur y Hong Kong), aunque realmente sólo se deberían contar tres tras la incorporación
de Hong Kong a la República Popular China en 1997.
http://www.conacyt.gob.mx