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MINISTEKIO DE EDUCACION DE LA NACION UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA CIUDAD BVA PENGN FACULTAD DE CIENCIAS NATURALES ¥ MUSED NOTAS DEL MUSEO DE LA CIUDAD EVA PERON Antropotogia, Ne 68 LA ARAUCANIZACION DE LOS INDIOS PEHUENCHE MILCIADES ALEJO VIGNATI EVA PERON (Prov. Burxos Atnes) NEPOBLICA ANGENTHNA 1953 MINISTERIO DE EDUCAGION DE LA NACION UNIVBRSIDAD NACIONAL DE LA CIUDAD BVA PERON WACULTAD DE CIENCIAS NaTORALES Y MUSEO NOTAS DEL MUSEO DE LA CIUDAD EVA PERON ‘YoMO XVI “Antropelogia, N+ 60 LA ARAUCANIZAGION DE LOS INDIOS PENUENCHE Pow MILCIADES ALEJO VIGNATL AM decir de nuestros etndgratos, los indios Pehuenche ya habian asimilado integramente la cultura araucana en el ultimo tercio del siglo xvi, aduciendo que el alcalde ‘de Goncepoidn (Chile) Luis de la Cruz —tinica y suprema antoridad invocada — consignd como resultado de su trato con aquéllos un conjunto de costum- bees de indudable origen araucano. Y eso les ha bastado. Lamento tener que eliminar la obra como documento testimo- nial : de la Cruz no existe, no es mits que una transcripcidn literal de Jos capitulos pertinentes de la versién espaiiola del abate Molina en su descripeién de los Araucanos de Chile. j Como no estarian de aculturados los Pehuenche que hasta los textos descriptivos de su vida material y espiritual son los mismos ! No obstante la igualdad de textos no mé siento autorizado a afirmar haya habido de parte de de la Gruz una accién dolosa. No es motivo de esta aparente benevolencia su posterior actuacion de pairiota revolucionario, sino una circunstancia singular que me obliga a ser precavido antes de sindicar al verdadero culpable. Como se sabe, el Tratado importante para el perfecto conoci- miento de los indios Pegiienches, fué publicado por de Angelis en su famosa coleccién, a wianera de. complemento al ‘diario’ de la lravesfa desde fuerte Ballenar a Buenos Aires. Pues bien : sin que de Angelis explique en parte alguna su origen, hay un conjunto de notas infrapaginales — 12 en total — correspondientes al primer capitulo, que constitayen verdaderas apostillas contradictorias a lo queen cl texto se manifiesta. ¢ Quién es su autor? ¢ De la Gruz ode Angelis? En verdad, sélo es posible, por cl momento, enunciar simples suposiciones a cuya parpadeante luz procuraré fijar si- tuaciones. Una posibilidad a contemplar es que: sobre una copia del texto de Molina, de la Cruz indicara las diferencias mas evidentes obser- vadas entre los Peltienche, como para que un tercero refundiera 4 aquél sobre la base de esas anotaciones. Queda a la vista que tal refundicion no se hizo y, si realmente hubo tal proposito, no pasd del capitulo primero. De una u otra manera no cabria la menor duda de la intencidn de sofisticar, dando como cosecha propia Ja labor ajena. 7 La otra disyuntiva, haria caer el sambenito en de Angelis qué pudo haber suprimido — para no desperdiciar el material que tenia entre manos — Ja declaracién de de la Cruz de corresponder el texto del Zratado a Molina. Gomo se ve, las'suposiciones no tienen fundamento real alguno‘ tanto mas que nos debemos constrefir al texto de de Angelis cuya honestidad de editor se ha puesto en duda repetidas veces. Y Ilegamos asi a la parte més ardua de este proceso : Ia calidad del manuscrito utilizado por de Angelis. El texto ‘oficial’ del Viaje y Tratado, presentados al Consulado de Buenos Aires cl 16 de septiembre de 1806, fué remitido a Espatia en 1810 y luego Nevado a Francia, ingresando al fondo documental dela Biblioteca de Paris, pocos afios después (Torre Revello, El original, 85) Con estos antecedentes no es arriesgado colegir que de Angelis solo la podido usar una copia en el mejor de los casos, cuando no el propio borrador j no seria de‘extraiar que la versién ‘oficial’ nos reserve mis de una sorpresa. Por cllo es que he cousiderado imprescindible el cotejo con esa pieza cuya folocopia ya ha sido pedida. : Por de pronto sabemos que cualquiera sean las modificaciones Aparentes que pueda presentar el 7ralado, su cafiamazo es el texto de Molina, el cual por corresponder a los indios Araucanos de Chile no puede admitirse como descriptivo de las costumbres de los Pehuenche cisandinos.

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