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REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS
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ISSN 0719475
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HAROLD ROSENBERG. "LOS PINTORES DE ACCIÓN AMERICANOS" (1952). PRESENTACIÓN Y
TRADUCCIÓN.
Lun, 05/09/2011 06:05 | Invitado
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Escáner etapa 1.0 (1999
2006) Elaine y Willem de Kooning en East Hampton, Long Island, 1953.
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AnIllo Sur Harold Rosenberg. "Los pintores de acción americanos" (1952). Presentación y traducción.
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por Carolina Benavente Morales
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Al finalizar el ensayo que estoy presentando, su autor, Harold Rosenberg, denuncia que “hasta ahora, el silencio que
literatura estadounidense ha mantenido sobre la nueva pintura no puede ser más que escandaloso”. Si bien a los poc
años esta situación cambiaría, la crítica latinoamericana sigue reticente a mirar en dirección a los Estados Unidos, aunqu
de hecho, incluso un actual crítico norteamericano especula que “tal vez la historia ha sido injusta con Rosenberg” (Hab
2008). La traducción realizada del texto “The American Action Painters”, originalmente publicado en 1952, pretende aporta
la constitución de un corpus de fuentes teóricas relevantes para la comprensión de las actuales dinámicas estétic
latinoamericanas, en el entendido de que éstas se constituyen no sólo en relación o respecto al país del Norte, sino tamb
Suscríbete! a partir de su omnipresente cultura. Para bien y/o para mal, compartimos numerosas experiencias estéticas con los Estad
Unidos. Conocer los modos en que estas experiencias se han enfrentado desde su campo artístico nos permite ocupar
Formulario para dentro de una batería de recursos estéticos infinitamente ampliable y renovable en la cual ellos debiesen ser referen
suscribirse importantes.
*Pinche y complete los datos El texto clásico de Rosenberg ha sido traducido al castellano en forma previa, pero circula entre nosotros de mane
para recibir en su email cada
número nuevo de nuestra revista. marginal o incompleta. Su traducción específica, integral y digital permite focalizar, destacar y al mismo tiempo disemin
mejor el haz de situaciones y consideraciones que convergen en él. En efecto, se trata de un texto crucial en el sentido lite
y figurado de estar situado en la intersección de algunos hechos, actores e historias altamente relevantes en lo que cabe
los dilemas estéticos de hoy, sobre todo en cuanto a perfilar la genealogía de un arte de acción que obtiene de él
denominación, a partir del concepto de “pintura de acción”. Por ello, dentro de las múltiples posibilidades que se abren
momento de abordar un texto, me inclino por dar cuenta de o sugerir algunos lazos que conectan el discurso de Rosenbe
a ciertas realidades, especialmente en lo que cabe a las actividades de la crítica o los críticos y su relación con otr
prácticas y actores estéticos. Varios nexos me parecen destacables en este sentido.
El primero de ellos es el existente entre el happening y la pintura de acción conceptualizada por Rosenberg. El arte
acción suele hacerse remontar al happening de los 1960, con la figura señera de Allan Kaprow realizando sus “
happenings in 6 parts” ya el año 1959, pero el propio Kaprow participa del actionpainting en sus inicios, como alumno
Hans Hoffman a fines de los 1940, y en una entrevista de 1969 señala: “Yo era un pintor de acción, y concebía la tela co
una arena (comparación de Harold Rosenberg), según una metáfora condenadamente bella que, sin embargo, sólo ser
para imaginarse con un látigo en mano y en medio de los leones” (Marchán Fiz, 395). Y, en el mismo sentido su compañe
de ruta, el teórico francés Jean Jacques Lebel, plantea que “en lo que a nosotros concierne, queremos profundizar
experiencia misma de la pintura… De la actionpainting sólo ha quedado la ‘acción’” (Marchán Fiz, 392). Ambas citas est
incluidas en el clásico libro de Simón Marchán Fiz titulado Del arte objetual al arte de concepto, cuya primera edición data
1972. El teórico español no deja de apuntar el influjo del action painting sobre Kaprow, pero sin incluir textos de Rosenberg
los pintores de acción en la antología de fuentes teóricas primarias compilados al final del volumen.
Probablemente, se trata para Marchán Fiz de no repetir lo realizado por Herschel B. Chipp en su libro Teorías del a
contemporáneo, publicado en 1968, ya que en éste se acopian numerosas fuentes relativas al arte de los Estados Unido
Europa desde principios del siglo XX hasta los 1960. De hecho, se incluye en este volumen el mencionado fragmento
texto de Rosenberg, pero su significación queda diluida al insertarse en una línea interpretativa que, estando más apega
al paradigma de la representación, no conecta de manera suficiente con el arte de acción. Por su parte, más allá de s
posibles motivaciones editoriales y generacionales, el recorte efectuado por Marchán Fiz se sustenta en una visión crítica
action painting. Para este autor, en efecto, su relevancia radicaría “no tanto en sus propuestas explícitas como en
implícitas” (2009: 194195), consistentes, según sugiere, en reducir y a la vez expandir los códigos de la pintura en benefi
del acontecimiento. Además, agrega el español, mientras el action painting suprime la capacidad reflexiva, el “happening y
arte de acción alimentan tanto la imaginación como la potencia crítica de reflexión”, y esto tanto en el artista como en
espectador.
Para entender esta línea de argumentación, es fundamental recordar que Marchán Fiz da inicio a su obra acusando
academización de la revuelta vital y romántica formalista en la que quedaría enmarcado el action painting (2009: 19). Pe
así como lo señala y ejerce Harold Rosenberg respecto de la crítica de su tiempo, es posible plantear que cierto tipo
academia puede aproximarse a estas rebeliones procurando actualizar sus poéticas en espacios de acción diferent
Desde este punto de vista, me parece fundamental adentrarme en el olvido histórico y teórico en el cual parece haber caí
el artículo de Harold Rosenberg, con el fin de seguir aproximándonos a las circunstancias críticas que lo atraviesan has
nuestros días y, por extensión, también hasta nuestros países.
Un segundo aspecto notable en este texto es que ocupa un lugar clave en la contraposición existente entre dos grand
perspectivas teóricas fundacionales para la crítica norteamericana en el siglo XX: una de ellas es la de Harold Rosenberg
otra es la de Clement Greenberg, responsable de difundir la noción de “expresionismo abstracto” mediante la cual
acostumbra clasificar la pintura norteamericana del período 19401950. Formalista y esteticista este último, existencialista
antiestético el primero, ambos, además de una ascendencia judía europea, comparten una inclinación trotskista qu
mientras se habría diluido o habría alcanzado un estatus ambiguo (Saccone, 2010) en Greenberg como consecuencia
estalinismo, la Guerra Fría y la Caza de Brujas, encuentra en Rosenberg un giro interesante. Este giro estético
implicaciones políticas se da a la manera "americana", siendo de tipo antiartístico, antiformal, individual
“contraconductual”, según la fórmula de Roberto Echavarren (Benavente, 2010), más que contracultural –todavía en e
momento, además de ser bastante intuitivo y poético o lírico. Es así como podemos entender la siguiente perspectiva
Rosenberg:
La revolución contra lo dado, contra el sujeto y contra el mundo que, a partir de Hegel, le ha proporcionado a la vanguardia artística europea diferen
teorías acerca de una Nueva Realidad, ha reingresado a los EEUU bajo la forma de una rebelión personal. El arte como acción descansa en
formidable supuesto según el cual el artista sólo acepta como realidad lo que él mismo es en su proceso de creación. “Todo excepto el alma se
despojado del amor por las cosas creadas”. El artista trabaja en una condición de posibilidad abierta, arriesgándose, de acuerdo con Kierkegaard
experimentar la angustia de lo estético que acompaña la ausencia de posibilidades en lo real. Para seguir teniendo la fuerza de refrenarse a asen
cualquier cosa, debe ejercitar en sí mismo un constante No.
Rosenberg, un ex abogado, habla de situaciones que él mismo ha experimentado. Él es parte de los llamados “intelectua
neoyorkinos”; es un bohemio, un poeta y se codea con los artistas sobre los cuales escribe, los que a su vez adoptan
texto como un manifiesto. Entre ellos se cuentan especialmente Willem y Elaine de Kooning, quien hace de él un retrato.
fundamental tener en cuenta este tercer aspecto al leer a Rosenberg, ya que difiere de los críticos que no corelacionan
obras con las vidas de los artistas. En gran medida, está implícita en las palabras de Rosenberg sobre los pintores de acc
americanos una reflexión sobre su propia existencia, así como sobre sus transformaciones en la edad madura. En poc
años más ingresará él mismo a la academia, a pesar de su reticencia inicial a hacerlo, y se convertirá en crítico de a
permanente del periódico The New Yorker. Es decir, se consagrará, y al hacerlo, según algunos, dejará de sintonizar con
nuevas evoluciones en el campo artístico. Pero el texto que estamos abordando pertenece a un período previo. Es,
hecho, un texto bisagra en su vida, pues en los 1950 será el crítico de arte más importante de los EEUU, aunque Greenbe
pronto lo destrone y, después de él, lo hagan sus discípulos que revisitarán el formalismo en base a múltiples otr
influencias estructuralistas, postestructuralistas, posmodernas, etc. Si bien Rosenberg no encajaría en esta genealog
greenberguiana dominante ulterior, cumplió el papel clave de haber abierto una brecha. De haber instalado una ruptura
base a la percepción de una diferencia radical respecto del arte europeo y de la relación entre arte y vida.
Elaine de Kooning, "Harold Rosenberg", óleo, 1953
Elaine de Kooning, "Harold Rosenberg", óleo sobre tela, 1953.
Lo anterior nos conduce a observar otro cruce. En el área del Atlántico Norte, los contactos entre los Estados Unidos
Europa son frecuentes, y este cuarto aspecto también es fundamental para entender mejor la teoría del action painting,
como en general la teoría norteamericana. Numerosos pintores de vanguardia se refugiaron en Nueva York durante
Primera Guerra Mundial –entre ellos Marcel Duchamp y, una vez finalizada la Segunda, en 1946, Jean Paul Sartre
Simone de Beauvoir visitan la ciudad. Antes, el propio Trotsky había estado allí y el conjunto serie de intelectuales europe
que se establecen en los EEUU durante la Segunda Guerra Mundial es vasto. Rosenberg conoce a la pareja de filósof
franceses, con quienes comparte el existencialismo. Ya en 1944, Sartre publica A puerta cerrada, la pieza teatral donde
mujer, Inès, le replica al desertor Garçin que “sólo los actos deciden acerca de lo que hemos querido”. Pero se sugiere q
este pensamiento acerca de la acción también podría haberse dado en sentido contrario, de Nueva York a París (Cotk
2003: 128), y la hipótesis es plausible considerando el tradicional arrastre cultural de Soren Kierkegaard en los Estad
Unidos. Por lo mismo, en “The American action painters” podrían tal vez detectarse huellas de La phénoménologie de
perception, obra publicada en 1948 por el filósofo Maurice MerleauPonty, precursor de la reflexión sobre el cuerpo co
instancia material perceptiva. En 1956, el propio filósofo francés invita a su par americano a publicar el artículo sobre Ma
en un volumen titulado Les philosophes célèbres.
Un quinto elemento que sobresale en el artículo de Harold Rosenberg es su preocupación socioantropológica respecto d
funcionamiento del mercado del arte, así como respecto de la relación entre estética, mercado y audiencia. La manera
que estas observaciones se aúnan a una constatación de la falta de conciencia histórica del artista, de su misticis
generalmente débil y de su fácil transformación en mercancía parece ser netamente americana, pues los fenómen
aludidos lo son. Lo interesante de este acercamiento es que excede un ámbito de preocupaciones estéticoforma
(“expresionismo abstracto” / “campos de color” / “informalismo”) para preguntarse por la cuestión políticoeconómica de
relación con el “Valor”, del cual los pintores de acción americanos estarían intentando escapar al autoafirmarse en
proceso transformador, antes que en una obra acabada destinada a la contemplación. Lejos de simplificar esta postu
Rosenberg percibe sus ambigüedades, dentro de una lectura que evita referirse a tal o cual artista para privilegiar una vis
de conjunto. En las últimas líneas del párrafo siguiente, ya casi podemos ver a Andy Warhol en aquel “fantasma habitando
Mundo del Arte” al que alude Rosenberg –aunque en el caso de Warhol se tratará de un fantasma con plena conciencia
serlo:
Una vez que las dificultades propias de un acto real han sido esquivadas mediante el misticismo, la experien
transformadora ha terminado. En este caso, ¿qué es lo que ha quedado? O, por plantearlo de otro modo, ¿qué es u
pintura que no es un objeto, ni la representación de un objeto, ni el análisis o la impresión de éste, ni cualquier otra co
que la pintura haya sido alguna vez –y que además dejó de ser el emblema de una lucha personal? Es el pintor mism
convertido en un fantasma habitando El Mundo del Arte. Aquí la frase típica “He comprado un O…” (en lugar de u
pintura de O…) se convierte en una verdad literal. El hombre que comenzó rehaciéndose a sí mismo terminó hacien
de sí mismo una mercancía de marca registrada.
El cuestionamiento siguiente versa sobre lo nuevo, la novedad, lo novedoso e incluso lo noticioso en relación a lo Modern
al Arte Moderno. Lo nuevo siempre lo es para alguien, y lo Moderno, la Novedad constante, es producido por el poder, que
orienta hacia ciertos sectores sociales para fines políticos y comerciales. Sutilezas de escritor, en contraposición al A
Moderno con mayúscula, el arte moderno con minúscula “es educativo, pero no en relación al arte, sino a la vida”, expl
Rosenberg. El problema, entonces, tiene que ver con lo que hoy llamaríamos la formación de una audiencia que sea cap
de entenderlo, dentro de un cuestionamiento sobre la relación con los medios que enfoca, en particular, el rol jugado por
críticos, es decir, por sus colegas.
Para Harold Rosenberg se trata de subrayar que la radical novedad de la pintura americana a la que hace referen
descansa en su orientación a la acción, más que a la representación, pues esto es lo que conlleva un cambio comple
respecto del arte practicado en Europa. De hecho, el centro del arte internacional se traslada, después de la Segun
Guerra Mundial, de París a Nueva York. Pero lo importante es que, en algún momento, durante el conflicto, mientras
Estados Unidos entraban en él para resurgir como superpotencia, algo hizo “click” en la gente sensible de ese país y to
cambió en adelante, con la entrada en el lienzo, y luego con la detención en su superficie, y luego con la salida fuera de
hacia el ambiente, el espacio, el mundo y el sí mismo, para intervenirlos y transformarlos sin intermediarios. Como apun
Simón Marchán Fiz, el arte se hizo pragmático o, como diríamos hoy, performático. Esta performance nada tiene que ver c
el rendimiento industrial y comercial, sino más bien con la ejecución de un pacto vital, mediante un acto de au
reapropiación que se ejerce contra la reducción mercantil del cuerpo y su biocontrol emocional.
Podemos percibir en la invocación que Harold Rosenberg hace de un misticismo profundo o “serio” la cercanía de
pintores de acción, especialmente de Kooning y Pollock, con la magia del ritual indígena como alternativa estéticocultu
contemplada por los artistas y teóricos de esa y otras regiones del continente americano para recuperar el valor, a despec
del Valor. Esta proximidad, en gran medida, es lo que me motivó a preservar el vocablo de “americano” utilizado p
Rosenberg, dentro de una traducción que procuré llevar a cabo de un modo bastante literal a fin de transmitir mejor
cavilaciones norteamericanas de su crítica poética. “The American Action Painters” es una bisagra y una frontera no sólo
su vida, sino también en la historia y la geografía del arte como campo de acción en las esferas entrecruzadas del sentido
del sentir. Otras bisagras se instalaron en ese período, por esa generación de artistas y críticos “partidos en dos”, y mient
algunas ventanas se han seguido cerrando, ellas nos permitirán abrir otras puertas.
Notas
1. El texto completo se incluye en: Rosenberg, Harold (1969). La tradición de lo nuevo. Trad. Celso Fasio. Caracas: Mo
Ávila. Un fragmento se incluye en: Herschel B. Chipp. Teorías del arte contemporáneo: fuentes artísticas y opiniones crítica
Madrid: Akal. 605607.
Bibliografía
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Cotkin, George (2003). Existential America. Baltimore: Johns Hopkins University Press.
Haber, John (2008). “A tale of two critics”. Haberarts. En Internet: http://www.haberarts.com/actionab.htm
Marchán Fiz, Simón (2009). Del arte objetual al arte de concepto. Madrid: Akal.
Saccone, Daria (2010). “Sobre La historia social del arte y la literatura de Arnold Hauser”. European Congress of Estheti
Europe and the concept of aesthetics: societies in crisis (Actas). Museo del Prado de Madrid, 1012 de noviembre.
Internet: http://www.uam.es/otros/estetica/DOCUMENTOS%20EN%20PDF/SEGUNDA%20TANDA/DARI%20SACCONE.p
Traducción
Los pintores de acción americanos (1952)
por Harold Rosenberg
J'ai fait des gestes blancs parmi les solitude
Apollina
La voluntad estadounidense se satisface fácilmente en sus esfuerzos de realizarse conociéndose a sí mism
Wallace Steve
Lo que hace que cualquier explicación acerca de un movimiento artístico sea tan poco confiable es que nunca logre calz
con sus artistas más penetrantes –o bien que, sin duda, de hacerlo, no lo logre en forma tan certera como con los dem
artistas. Aún así, de no contarse con tal definición, puede llegar a perderse algo medular en los mejores exponentes d
movimiento. El afán de definir es como un juego en el que no puedes alcanzar la meta desde el inicio de la partida, sino t
sólo acercarte a ella desde el lugar donde dejaste la última partida.
¿Arte moderno o un arte de lo moderno?
Desde la Guerra, han proliferado en América todos los estilos pictóricos del siglo XX; centenares de pintores “abstractos
cursos de arte moderno repletos de alumnos una dispersión de nuevos héroes; ambiciones estimuladas por galer
nuevas, exhibiciones masivas, reproducciones en revistas populares, festivales, apropiaciones.
¿Se trata aquí de la manera habitual en que América se pone al día con las formas europeas del arte o bien de la creac
de algo nuevo? Llegar a una definción respecto de esta cuestión de la novedad parece ser indispensable.
Algunas personas niegan que la pintura americana reciente tenga algún grado de originalidad, pues, afirman, cualquier co
que se esté haciendo ahora ya se hizo en París hace treinta años atrás. La caja de símbolos de tal pintor puede hace
remontar a Kandinski, las formas distraídas de tal otro a Miró o, incluso antes, a Cézanne.
En términos cuantitativos, ciertamente, la mayor parte de las sinfonías rectangulares en azul y rojo, de las divagaciones
formas pélvicas y puntiagudas, de las construcciones lineales y de las suspensiones de planos, y de las diseccion
virginales de áreas planas que abundan en los shows artísticos de hoy son acreciones de la “Escuela de París”.
emergencia responde a que, a estas alturas, el modo de producción de las obras maestras modernas ha sido el objeto
una racionalización demasiado evidente. En las exhibiciones actuales, existen estilos que el pintor podría haber aprend
poniendo bajo el microscopio un centímetro cuadrado de un Soutine o un Bonnard… Pero todo esto, más que un trab
original que manifieste aquello en lo cual está punto de convertirse el arte, es un entrenamiento basado en una nue
concepción del mismo.
En el corazón de este vasto conjunto de prácticas del pasado inmediato, sin embargo, la obra de algunos pintores se
distinguido de las demás mediante una conciencia de la función pictórica que difiere de la de los “abstraccionistas” previ
es decir, tanto de los mismos europeos como de los americanos que se les unieron en los años de la Gran Vanguardia.
Esta nueva pintura no constituye una Escuela, pues la formación de una Escuela en los tiempos modernos no sólo requie
de una nueva conciencia pictórica, sino también de una conciencia de esa conciencia –e, incluso, de una insistencia
determinadas fórmulas. Una Escuela es el resultado de una vinculación entre la práctica y la terminología –de manera q
pinturas diferentes se ven afectadas por la misma palabra. En la vanguardia americana, como veremos, las palabras no
pertenecen al arte, sino a artistas individuales. Sus pensamientos comunes sólo son representados por lo que llevan a ca
en forma separada.
Entrando en el lienzo
En un momento dado, para un pintor americano después del otro, el lienzo comenzó a parecer una arena en la cual actua
más que un espacio en el cual reproducir, rediseñar, analizar o “expresar” un objeto real o imaginario. Lo que iba a ocu
en él ya no era una pintura, sino un evento.
El pintor dejó de dirigirse a su caballete con una imagen en la mente; lo hizo llevando en sus manos un material que
permitiría hacer algo con la otra pieza de material que tenía al frente. La imagen sería el resultado de este encuentro.
No tiene sentido argumentar que Rembrandt o Miguel Ángel trabajaron de la misma manera. No se obtiene a Lucrecia c
un puñal coloreando un pedazo de tela o disponiendo espontáneamente sobre él algunas formas en movimiento. Antes
llegar al lienzo, ella tuvo que haber existido en algún otro lugar. La pintura fue el medio que tuvo Rembrandt para llevarla a
tela, aunque, por supuesto, este medio ya la habría transformado para cuando ella hubiese llegado allí. Ahora bien, to
debe haber estado en los tubos, en los músculos del pintor y en el mar cremoso y coloreado en el cual éste se sumergió.
Lucrecia llegara a salir de allí, estaría con nosotros por primera vez –sería una sorpresa. Para el pintor, ella debe ser u
sorpresa. Según esta predisposición, no tiene sentido pintar si ya se sabe cuál será el resultado.
“B… no es moderno”, me dijo uno de los líderes de este modo de trabajo. “Trabaja a partir de esbozos. Esto hace de él
renacentista”.
En este tipo de pintura, tanto el principio como la diferencia respecto de la pintura Antigua se han convertido en una fórmu
Un bosquejo es la forma preliminar de una imagen que la mente intenta captar. El trabajar en base a bosquejos ha
sospechar que el artista sigue considerando el lienzo como un lugar en el que la mente registra sus contenidos, antes q
como la misma “mente” mediante la cual piensa al momento de transformar una superficie utilizando pintura.
Si una pintura es una acción, el mismo bosquejo es una acción y la pintura que le sigue es otra. La segunda acción
puede ser “mejor” o más completa que la primera. Lo que le falta a la una es tan importante como lo que tiene la otra.
Por supuesto, el pintor que dijo lo señalado arriba no tiene el derecho de asumir que su amigo mantiene la antig
concepción del bosquejo. Nada impide que un acto pueda ser llevado desde un pedazo de papel a un lienzo. O repetido
otra escala y con un control mayor. Un bosquejo puede cumplir la función de ser una escaramuza.
Como sea que se designe esta pintura, “abstracta”, “expresionista” o “expresionistaabstracta”, lo decisivo es su espec
predisposición a suprimir el objeto, a diferencia de lo que ocurría en otras fases abstractas o expresionistas del a
moderno.
La nueva pintura americana no es arte “puro”, pues el objeto no fue expulsado de ella en beneficio de la estética. L
manzanas no fueron barridas de la mesa para que se dieran relaciones de espacio y color perfectas, sino para que nada
entrometiera en el acto de pintar. En esta actividad con los materiales, la estética también se ha visto subordinada. La form
el color, la composición, el dibujo, han pasado a ser elementos auxiliares, cada uno de ellos –o prácticamente todos,
como se ha intentado hacer en forma lógica, ya que los lienzos sin pintar pueden prescindir de ellos. Lo que impor
siempre, es la revelación contenida en el acto. Se asume que, en el efecto final, la imagen, esté o no presente, constitu
una tensión.
Jackson Pollock drippeando
Los dramas del “como si”
Una pintura que constituye un acto es inseparable de la biografía del artista. La pintura misma no es más que un “momen
en la mixtura adulterada de su vida –ya sea que “momento” signifique la cantidad de minutos ocupados para iluminar
lienzo o la duración completa de un drama desarrollado con lucidez en el lenguaje de los signos. La pinturaacto tiene
misma sustancia que la existencia del artista. Este nuevo tipo de pintura ha suprimido cualquier distinción entre arte y vida
Debido a lo anterior, cualquier cosa le es relevante. Cualquier cosa que tenga que ver con la acción –psicología, filosof
historia, mitología, culto a los héroes . Cualquier cosa, excepto la crítica de arte, pues mientras el pintor se aleja del a
mediante su acto de pintar, el crítico es incapaz de hacerlo. El crítico que sigue evaluando en términos de escuelas, estil
formas –como si al pintor todavía le importara producir cierto tipo de objeto (la obra de arte), en lugar de vivir en el lienz
está destinado a parecerle un extraño.
Algunos pintores se aprovechan de ese extraño. Habiendo insistido en el carácter acontecimental de su pintura, solicit
admiración artística para su acto, de manera que éste, en un círculo baladí, le es devuelto a la estética. Si la pintura es
acto, no se le puede entender como un acto genial al interior de un campo cuyo aparato de medición ha sido completamen
enviado al infierno. Su valor necesita encontrarse lejos del arte. De otro modo, el “acto” se convierte en el hecho de “hac
una pintura” a la velocidad suficiente como para ser exhibido en una fecha determinada.
El arte la relación de la pintura con las obras del pasado, la corrección del color, de la textura, del balance, etc. regresa a
pintura por la vía de la psicología. Tal como Stevens lo plantea en relación a la poesía, “es un proceso de la personalidad d
poeta”**. Pero la psicología es la psicología de la creación. No es la del así llamado criticismo psicológico que quiere “le
una pintura buscando claves acerca de la orientación sexual o las debilidades del artista. El trabajo, el acto, traduce
psicológicamente dado a lo intencional, a un “mundo” –y por ende lo trasciende.
En la medida en que los referentes estéticos tradicionales son descartados por irrelevantes, lo que le da sentido al lienzo
es el dato psicológico, sino el rol, la manera en que el artista organiza su energía emocional e intelectual como si estuvie
en una situación vital. El interés reside en el tipo de acto que está teniendo lugar en la arena de cuatro costados; un inter
dramático.
La crítica necesita comenzar por reconocer cuáles son los supuestos inherentes al modo de creación de esta pintura. Da
que el pintor se ha convertido en un actor, el espectador necesita pensar en un vocabulario relativo a la acción: su inicio,
duración, su estado psíquicamente orientado, su concentración y su relajación de la voluntad, su pasividad, su espera aler
Debe convertirse en un conocedor de las gradaciones entre lo automático, lo espontáneo, lo evocado.
“No es eso, no es eso, no es eso”
Con excepción de algunos pocos casos relevantes, la mayoría de los artistas de esta vanguardia se fueron encaminan
hacia su actual modo de trabajo después de ser partidos en dos. Ellos no se ajustan a la tipología del pintor joven, sino m
bien a la del pintor renacido. Si el hombre puede tener más de cuarenta, el pintor tiene cerca de siete. La diagonal de u
gran crisis lo separa de su pasado personal y artístico.
Muchos de los pintores eran “marxistas” (sindicatos de la WPA***, congresos de artistas); habían estado tratando de pintar
Sociedad. Otros habían estado tratando de pintar el Arte (cubismo, postimpresionismo) –lo que viene siendo lo mismo.
El gran momento llegó cuando decidieron pintar… tan sólo PINTAR. El gesto sobre el lienzo fue un gesto de liberación
Valor –político, estético, moral.
No existen evidencias en cuanto al influjo que tuvieron la Guerra y el declive del radicalismo en los EEUU sobre e
repentina impaciencia. Los americanos tienden a rechazar o a no asimilar los efectos que tienen los grandes asuntos sob
sus emociones. Mientras el artista francés se piensa a sí mismo como un campo de batalla de la historia, aquí sólo
escucha hablar de Noches Oscuras que se padecen privadamente. Aún así, resulta extraño que numerosos individu
hayan alcanzado por separado un mismo punto muerto en los últimos diez años, abandonando e, incluso, destruyen
físicamente la obra que habían estado realizando. Un espectador distante, incapaz de darse cuenta de que estos even
estaban teniendo lugar de manera silenciosa, podría haber pensado que estaban siendo dirigidos por una única voz.
En su núcleo, el movimiento consistía en un alejarse de, más que en un ir hacia. Las Grandes Obras del Pasado y la Bue
Vida del Futuro se volvieron igualmente insignificantes.
El rechazo de los valores no adoptó la forma de una condena de o un desafío hacia la sociedad, como sucedió después
la Primera Guerra Mundial, sino que se hizo más bien con timidez. El artista solitario no quería que el mundo fuese diferen
sino que su lienzo fuese un mundo. La liberación del objeto significó la liberación de la “naturaleza”, de la sociedad y del a
que ya estaban ahí. Fue un movimiento consistente en dejar atrás al sujeto que deseaba elegir su futuro, así como anu
sus contratos con el pasado.
Debido a que es el heredero del pionero y del inmigrante, el americano no experimentó la fundación del Arte y de
Sociedad como una pérdida. Por el contrario, el fin del Arte marcó el inicio de un optimismo respecto de sí mismo en ta
artista.
El pintor de vanguardia americano se adentró en la extensión blanca del lienzo como el Ismael de Melville se adentró en
mar.
Por un lado, el reconocimiento desesperado de un agotamiento moral e intelectual; por el otro, el regocijo de una aventu
sobre profundidades en las cuales podría encontrar reflejada la verdadera imagen de su identidad.
La pintura, ahora, podía quedar reducida al equipamiento que el artista necesitaba para realizar una actividad alternat
tanto a la utilidad como al ocio. Guiado por las memorias visuales y somáticas de las pinturas que había visto o hecho
memorias que procuró por todos los medios evitar que se inmiscuyeran en su conciencia, comenzó a gesticular sobre
lienzo, buscando aquello que cada novedad declararía que fuesen él y su arte.
Tomando en cuenta el fenómeno de la conversión, el nuevo movimiento es, para la mayoría de los pintores, esencialmen
un movimiento religioso. En casi todos los casos, sin embargo, la conversión se ha experimentado en términos seculares.
resultado ha sido la creación de mitos privados.
La tensión del mito privado es el contenido de cada una de las pinturas de esta vanguardia. El acto en el lienzo surge de
intento por hacer que renazca el momento de salvación en la “historia” del pintor, cuando éste se sintió liberado por prime
vez del Valor –mito del autoreconocimiento pasado. O bien intenta dar inicio a un nuevo momento en que el pintor realiza
totalmente su personalidad –mito del autoreconocimiento futuro.
Algunos formularon verbalmente sus mitos, conectando las obras individuales con los episodios de sus vidas. Para otr
generalmente más profundos, la pintura misma es la formulación exclusiva, un Signo.
La revolución contra lo dado, contra el sujeto y contra el mundo que, a partir de Hegel, le ha proporcionado a la vanguar
artística europea diferentes teorías acerca de una Nueva Realidad, ha reingresado a los EEUU bajo la forma de una rebel
personal. El arte como acción descansa en el formidable supuesto según el cual el artista sólo acepta como realidad lo q
él mismo es en su proceso de creación. “Todo excepto el alma se ha despojado del amor por las cosas creadas”. El arti
trabaja en una condición de posibilidad abierta, arriesgándose, de acuerdo con Kierkegaard, a experimentar la angustia de
estético que acompaña la ausencia de posibilidades en lo real. Para seguir teniendo la fuerza de refrenarse a asen
cualquier cosa, debe ejercitar en sí mismo un constante No.
Apocalipsis y papel mural
La relación más confortable con el vacío es el misticismo, sobre todo un misticismo que evita ritualizarse a sí mismo.
La filosofía no es popular entre los pintores americanos. En la mayor parte de los casos, su pensamiento es un conjun
diversificado de argumentos acerca de la diferencia entre PINTAR y, por decir algo, escribir o criticar: una mística de
actividad particular. Al carecer de flexibilidad verbal, los pintores hablan de lo que hacen en una jerga que sigue implicada
la metafísica de las cosas: “Mi pintura no es Arte; es un Es”. “No es una imagen de una cosa; es la cosa misma”. “
reproduce la Naturaleza; es la Naturaleza”. “El pintor no piensa; sabe”. Etc. etc. “El arte no es, no no no no”. Y en lo q
cabe al argumento contrario, una breve respuesta, el arte de hoy es el mismo que ha sido siempre.
El lenguaje sigue sin adaptarse a una situación en la cual el acto mismo es el “objeto”. Junto con la filosofía del PINTA
aparecen elementos de Vedanta y de panteísmo popular.
En términos de la tradición americana, los nuevos pintores están situados entre la Ciencia Cristiana y la “pandilla
cosmos” de Whitman. Es decir, entre una disciplina de la vaguedad que permite protegerse de las perturbaciones y,
mismo tiempo, mantenerse vigilante ante posibles beneficios; y la disciplina del Camino Abierto al riesgo que conduce
lado más lejano del objeto, así como a los espacios exteriores de la conciencia.
Lo que hizo del misticismo de Whitman algo tan serio es que dirigió su “‘Yo’ cósmico” hacia un “a toda costa” moral y polític
Él quería que lo inefable se diese en todos los comportamientos –quería que ello ganara las calles.
La prueba que debe pasar cualquiera de las nuevas pinturas es la de su seriedad –y la prueba de su seriedad es el grado
que el acto de pintar sobre el lienzo constituye una extensión del esfuerzo total del artista por actualizar su experiencia.
Una buena pintura de este tipo no deja dudas en cuanto a su carácter real, en tanto se trata de una acción, ni en cuanto a
relación con un proceso de transformación en el artista. El lienzo le ha “hablado de vuelta” al artista, pero no para acalla
con murmullos sibilinos o protestas dionisiacas, sino para implicarlo en un diálogo dramático. Cada pincelada debe ser u
decisión y ha sido interrogada por una nueva pregunta. Por su misma naturaleza, la pintura de acción es una pintura que
hace por medio de dificultades .
Puesto que se trata de un misticismo débil, el lado “Ciencia Cristiana” del nuevo movimiento tiende hacia la direcc
opuesta, hacia la pintura fácil –¡nunca tantas obras maestras han sido tan poco merecidas! Las obras de este tipo no tien
la tensión dialéctica de un acto genuino, es decir, de un acto que esté asociado al riesgo y a la voluntad. Cuando un tubo
pintura es exprimido por el Absoluto, el resultado sólo puede ser un Éxito. El pintor necesita mantenerse en equilibrio con
exclusivo fin de cosechar los beneficios de una serie infinita de golpes de suerte. Su gesto se completa sin que se levante
él ni un movimiento opuesto, ni el deseo de hacer de su acto algo más completamente suyo. Satisfecho con las maravil
que permanecen a resguardo dentro del lienzo, el artista acepta que perdure el lugar común, decorándolo con su pro
aniquilación cotidiana. El resultado es un papel mural apocalíptico.
El “yo” cósmico que se vuelca a pintar imágenes, pero que vibra y se distrae cuando alguien golpea a la puerta del tal
conduce al artista a una megalomanía que está en las antípodas de lo revolucionario. El estremecimiento producido por u
pocas expansiones de tono o por la yuxtaposición de colores y formas llevadas de adrede al límite del mal gusto, al modo
las vitrinas de Park Avenue, son cataclismos suficientes en muchos de estos alegres derroches de Arte. La disociac
mística de la pintura concebida como un evento inefable ha hecho muy común el equivocarse y considerar que la me
sensación de haber actuado –o de haber sido actuado constituye un acto. En la medida en que no hay nada q
“comunicar”, una única firma parece ser el equivalente a un nuevo lenguaje plástico. Mediante una simple pincelada,
pintor existe como un Alguien –al menos en la pared. El hecho de que este Alguien no sea él no parece ser lo decisivo.
Una vez que las dificultades propias de un acto real han sido esquivadas mediante el misticismo, la experien
transformadora ha terminado. En este caso, ¿qué es lo que ha quedado? O, por plantearlo de otro modo, ¿qué es u
pintura que no es un objeto, ni la representación de un objeto, ni el análisis o la impresión de éste, ni cualquier otra cosa q
la pintura haya sido alguna vez –y que además dejó de ser el emblema de una lucha personal? Es el pintor mism
convertido en un fantasma habitando El Mundo del Arte. Aquí la frase típica “He comprado un O…” (en lugar de una pintu
de O…) se convierte en una verdad literal. El hombre que comenzó rehaciéndose a sí mismo terminó haciendo de sí mis
una mercancía de marca registrada.
Peggy Guggenheim y Jackson Pollock
Peggy Guggenheim y Jackson Pollock
El medio: la noaudiencia ocupada
Hemos dicho que la nueva pintura necesita de un nuevo tipo de crítica, que sea capaz de distinguir las cualidad
específicas de cada acto del artista.
Desafortunadamente para un arte cuyo valor depende de la autenticidad de sus misterios, el nuevo movimiento apareció
el mismo momento en que el Arte Moderno en masse “llegó” a los EEUU: arquitectura Moderna no sólo para hogar
sofisticados, sino también para corporaciones, municipalidades, sinagogas; muebles y vajillas Modernos en catálogos
compra por correspondencia; aspiradoras y abrelatas Modernos; “móviles” con anuncios de cerveza –junto c
reproducciones y artículos sobre pintura de avanzada en revistas de gran tiraje. Enigmas para todo el mundo. Hoy en día
arte en los EEUU no sólo es nuevo, sino que también es noticia.
La nueva pintura emergió vinculada al Arte Moderno y sin aliados intelectuales –mientras que en literatura todo
encontrado su nicho.
De esa relación se han derivado algunas supersticiones comparables a las de una mujer que tiene un marido famoso. L
superioridades, incluso las supremacías, se dan por sentadas. Se alardea que la pintura moderna en los EEUU no sólo
original, sino que además constituiría un “avance” en el mundo del arte (mientras se dice al mismo tiempo “al infierno con
‘mundo del arte’”).
Todos saben que la etiqueta de Arte Moderno ya no guarda ninguna relación con las palabras que la componen. Para s
Arte Moderno, una obra no necesita ni ser arte, ni ser moderna; ni siquiera necesita ser una obra. Una máscara del Pacíf
Sur de trescientos años califica como Moderna y un palo de madera encontrado en una playa se convierte en Arte.
Al descubrir esto, algunas personas se vuelven extremadamente entusiastas e, incluso, lo que resulta bastante extra
orgullosas de sí mismas; otras se enfurecen.
Estas reacciones sugieren lo que el Arte Moderno realmente es. No es ni siquiera un Estilo. No tiene nada que ver ni con
período en que fue hecha una cosa, ni con la intención de quien la hizo. Es algo que alguien tuvo el poder social de design
como psicológica, estética o ideológicamente relevante para nuestra época. La pregunta sobre este madero a la deriva e
¿Quién lo encontró?
El Arte Moderno en EEUU constituye una revolución del gusto –y sirve para identificar la casta que conduce tal revolució
Las respuestas al Arte Moderno son, básicamente, respuestas a demandas por un liderazgo social. Debido a ello, el A
Moderno es periódicamente atacado por esnob, rojo, inmoral, etc., por los intereses establecidos en la sociedad, la políti
la iglesia. Es la comedia de una revolución que se restringe a sí misma a las herramientas del gusto –y que al mismo tiem
se dirige a las masas: tejidos de diseño moderno en las secciones de ofertas, ropa interior moderna para chicas oficinist
que viven solas, botellas de leche modernas.
El arte moderno es educativo, pero no en relación al arte, sino a la vida. No puede explicarse la pintura de Mondrian a gen
que no sabe nada de Vermeer, pero puede explicarse fácilmente la importancia de admirar a Mondrian y de olvida
Vermeer.
A través del Arte Moderno, la expansiva casta de los ilustradores profesionales de las masas –diseñadores, arquitect
gente de moda, directores de exhibición le informa al pueblo que un Valor supremo ha emergido en nuestro tiempo, el Va
de lo NUEVO, y que hay personas y cosas que encarnan tal Valor. Este Valor es completamente fluido. Como hemos vis
el Arte Moderno no necesita ser realmente nuevo; sólo necesita ser nuevo para alguien –para la última señora que encon
el madero a la deriva y ganar neófitos es el interés principal de la casta.
Dado que lo único que importa en el Arte Moderno es que la obra deba ser NUEVA, y dado que la cuestión de su noved
no viene determinada por un análisis, sino por el poder y la pedagogía social, el pintor de vanguardia funciona en un med
totalmente indiferente al contenido de su trabajo.
A diferencia del arte americano del siglo XIX, las pinturas de avanzada hoy en día no son compradas por la clase medi
Tampoco lo son por el pueblo. De hecho, considerando el grado en que se le publicita y se le celebra, la pintura
vanguardia difícilmente llega a ser comprada. Se le usa totalmente como material para empresas educativas y lucrativ
reproducciones a color, adaptaciones de diseño, historias de interés humano. Pese a que la gente ve y oye hablar de ob
de arte como nunca antes, el artista de vanguardia no tiene auditores. Tiene a individuos que se interesan por ella por aqu
por allá, pero no una audiencia. Crea en un entorno no de personas, sino de funciones. Sus pinturas son empleadas,
queridas. El público para cuya edificación es periódicamente sacado a relucir acepta las elecciones que se hacen en
nombre como fenómenos de La Era de las Cosas Raras.
Una acción no es una cuestión de gusto.
No se permite que sea el gusto el que decida si se dispara una pistola o se construye un laberinto.
Tal como lo entendió el Marqués de Sade, incluso los experimentos en sensaciones, si son repetidos de manera deliberad
presuponen una moralidad.
Para poder ver en la explosión de metralla sobre la Tierra de Nadie únicamente la apertura de una flor flameante, Marin
tuvo que borrar las premisas morales del acto de destrucción –así como Molotov lo hizo explícitamente cuando dijo que
fascismo era una cuestión de gusto. Ambas “emes”, por supuesto, estaban hablando el lenguaje extraviado del A
Moderno Internacional.
Al limitarse al plano estético, las burocracias del gusto del Arte Moderno no logran captar la experiencia humana que
encuentra implicada en las nuevas pinturas de acción. Si se toma como base de comparación el parecido de sus superficie
una obra es equivalente a otra, y el movimiento como un todo se suma a la moda de la producción de imágenes del si
veinte. Los ejemplos de cada estilo se agrupan uno al lado del otro en los shows anuales y viajeros, así como en la cabe
de los lectores de diarios, como si se tratase de carne enlatada en una marca estándar de cadena de supermercado.
Para contrarrestar la estupidez, la venalidad y el sin sentido del Mundo del Arte, el arte de vanguardia americana neces
una audiencia genuina –y no sólo un mercado. Necesita comprensión –no sólo publicidad.
En nuestra forma de sociedad, la audiencia y la comprensión de las pinturas de avanzada han sido producidas, tanto aq
como allá, primero que nada por el pequeño círculo de poetas, músicos, teóricos, hombres de letras, que sintieron en
propia obra la presencia del nuevo principio creativo.
Hasta ahora, el silencio que la literatura americana ha mantenido sobre la nueva pintura no puede ser más que escandalos
Notas
1. Este texto fue originalmente publicado el año 1952, pero la presente traducción se basa en: Rosenberg, Harold (195
The Tradition of the New. Nueva York: Horizon Press. 2439. Traducción al español de Carolina Benavente Morales.
** “Hice gestos blancos entre las soledades” [N. de la T.].
2. “En relación a las tensiones que es capaz de producir en nuestros cuerpos, el medio de cualquier arte es una extens
del mundo físico; una pincelada de pigmento, por ejemplo, “trabaja” en nuestro interior de la misma manera en que
puente cruza el río Hudson. Para el universo no visto que nos habita, una mancha o una salpicadura accidental de pintu
puede, por ende, ser un equivalente del acontecimiento más profundo…
Si la cuestión central de todo arte es el estado o la tensión psíquica del artista (lo que puede ser válido incluso en épocas
individualistas), este estado puede ser representado tanto por medio de la imagen de una cosa como mediante un sig
abstracto. La innovación de la Pintura de Acción fue la de prescindir de la representación del estado en favor de actua
mediante el movimiento físico. La acción en el lienzo se convirtió en su propia representación. Esto fue posible porque u
acción, al estar compuesta tanto de lo psíquico como de lo material, es, por su naturaleza, un signo –es la huella d
movimiento cuyo comienzo y carácter no es revelado en sí mismo (p.e., Freud señala que hacer el amor puede s
comprendido en la imaginación como un asalto); pero la acción también existe como una ‘cosa’, pues toca otras cosas y
afecta…”. Al convertirse en una acción, el arte abstracto abandona su alianza con la arquitectura, así como la pintura ha
roto antes con la música y la novela, y le da la mano a la pantomima y a la danza. Uno piensa en Rilke:
Baila la naranja. El paisaje tibio, arrójalo fuera de ti, ¡que lo maduro esté radiante en las brisas de la tierra natal!
En la pintura, el agenciamiento primario del movimiento físico (tan distinto de la representación ilusionista del movimien
como ocurre con los futuristas) es la línea, concebida no como el plano más delgado, ni tampoco como un filo, un contorno
una conexión, sino como una pincelada o una figura (en el sentido de “patinaje figurativo” [artístico]). En su paso por
lienzo, cada línea de este tipo puede establecer el movimiento real del cuerpo del artista como una declaración estética.
línea, desde la caligrafía enjuta hasta la ostentación del pincel del artista de la casa, ha liderado la técnica de la Pintura
Acción, pese a que existan otras maneras, junto a la línea, de desplegar la fuerza en el lienzo”.
H.R., de “Hans Hoffmann: La naturaleza en acción” [“Hans Hoffmann: Nature into Action”], Art News, Mayo 1957.
3. “La acción no puede ser perfeccionada sin perder su problemática humana y ser transformada por esa vía en la mecán
del hombre y la máquina”. La acción nunca se perfecciona a sí misma, pero tiende hacia la perfección y se aleja de
personal. Éste es el mejor argumento para desechar el término de “Expresionismo Abstracto", con su asociación de ego
Schmerz personal, utilizado para designar la actual pintura americana. La Pintura de Acción tiene que ver con la au
creación, con la autodefinición, o con la autotrascendencia, pero esto la disocia de la autoexpresión, la que asume
aceptación del ego tal como es, con sus heridas y sus magias. La Pintura de Acción no es “personal”, aunque su tema cla
sea el de las posibilidades individuales del artista”.
H. R., “Un diálogo con Thomas B. Hess”. Catálogo de la exhibicion: Pintura de Acción, 1958, The Dallas Museum F
Contemporary Arts [H. R., "A dialogue with Thomas B. Hess." Catalogue of the Exhibition: Action Painting, 1958. The Dal
Museum For Contemporary Arts].
** Cita al poeta modernista Wallace Stevens, alias T. S. Eliot [N. De la T.].
*** WPA son las siglas de la Works Progress Administration, después llamada Works Projects Administration, vigente en
los años 1935 y 1943. Ésta fue la principal iniciativa de creación de empleos implementada en el marco del New Dea
Nuevo Trato que se estableció para paliar los efectos de la Gran Depresión económica que afectó a los EEUU a partir d
año 1929. Incluyó un importante programa de apoyo a la creación artística que benefició a pintores como Mark Roth
William de Kooning y Jackson Pollock, así como al propio Harold Rosenberg [N. de la T.].
4. “Así como otros movimientos artísticos de nuestro tiempo han extraído de la pintura el elemento de la estructura o el d
tono, elevándolos a su esencia, la Pintura de Acción ha extraído el elemento de la decisión inherente a todo arte, en cuan
la obra no está acabada en su inicio, sino que debe ser realizada mediante una acumulación de gestos ‘correctos’. En u
palabra, la Pintura de Acción es la abstracción del elemento moral en el arte; marca su tensión moral desprendiéndose
las certidumbres morales o estéticas; y se juzga moralmente a sí misma al declarar que la imagen de la cual debem
preocuparnos no es la incorporación de una lucha genuina que podría haberse perdido en cada momento”.
H. R. Catálogo de la exhibición en el Museo de Dallas, op. cit.
5. La situación ha mejorado desde que este ensayo fue publicado en 1952. Han aparecido varios coleccionistas jóvenes q
se han especializado en la nueva pintura americana y, en alguna medida, el trabajo de los americanos ha ingresado
mercado mundial del arte.
Escáner Cultural nº: 136
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Escáner Cultural 19992014.