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INTRODUCCIÓN
En la segunda mitad del siglo XX, América Latina y el Caribe (ALC) transitó de las
dictaduras militares al neoliberalismo. La revolución cubana fue la única sobreviviente de
los diversos intentos de construir – en Panamá con Torrijos, en Perú con Velasco Alvarado,
en Bolivia con Juan José Torres, en Nicaragua con la revolución sandinista de los Ortega, y
en Granada con Bishop una alternativa al capitalismo dependiente. Pero a fines del siglo
XX, tras la victoria electoral de Hugo Chávez en Venezuela, se produjo un proceso de
emergencia y consolidación de proyectos pos neoliberales en un importante número de
países de la región y el surgimiento de nuevas formas de integración regional no sometidas
a actores extra-regionales como EE.UU. Por otra parte, un cierto número de países de
Centroamérica y el área del Pacífico mantuvieron proyectos neoliberales y siguieron
privilegiando la relación con EE.UU. Tras el fracaso del ALCA en Mar de Plata en 2005, la
Alianza del Pacífico agrupó algunos de estos países: México, Colombia, Perú y Chile. En el
año 2014, junto al des-censo de los precios del petróleo y de las materias primas, comenzó
a observarse una cierta crisis de los gobiernos pos neoliberales y el ascenso de una “nueva
derecha” en ellos con características específicas, y con algunas diferencias de las nuevas
derechas en el poder en los países con gobiernos neoliberales.
De acuerdo a su desarrollo industrial, la región tiene países que lograron un cierto grado de
industrialización antes de 1945: Argentina, México, Brasil, Chile, Uruguay y Colombia.
Otros, con una débil industrialización, después de la posguerra, producto de la integración
monopólica: Perú, Venezuela, Ecuador, Costa Rica, Guatemala, Bolivia, El Salvador,
Panamá, Nicaragua, Honduras, y República dominicana.Y finalmente, países con estructura
agrario-ex-portadora sin diversificación industrial: Paraguay, Haití y Panamá.
Pero lo esencial es que todos estos países, aun los que mayor industrialización alcanzaron,
como Argentina, México y Brasil, no han podido escapar al “commodities consensus”. Esto
es, a la dependencia de la exportación de las materias primas, que constituyen un elevado
por ciento del monto de sus exportaciones.
Ninguno de estos países dado el carácter dependiente de bienes de capital obsoleto que tuvo
la industrialización en todos ellos, incluso en aquellos que alcanzaron un mayor desarrollo
industrial, ha podido escapar al extractivismo. Es decir, a una organización de la economía
basada en una alta dependencia de la extracción intensiva de recursos naturales, con muy
bajo procesamiento (valor agregado) y destinados para la exportación. Son países
productores de hidrocarburos (petróleo y gas); de minerales; de productos agrícolas (soya,
madera, azúcar); y en un por ciento mínimo de manufacturas o bien de productos de
industrias innovadoras. Algunos de estos países son muy dependientes de un solo producto,
como es el caso de Venezuela con el petróleo, o bien de una “economía de servicios”
financieros, turísticos y logísticos, como es el caso de Panamá. El 76% de su PIB proviene
del sector de servicios.
Una tipología en términos políticos los dividiría entre: por un lado, gobiernos nacional-
populares ensayando formas populistas revolucionarias Venezuela, Ecuador, Bolivia,
Nicaragua, El Salvador o bien modelos nacional-populares moderados: Uruguay, Brasil
hasta el golpe de estado a Dilma, y Argentina hasta la elección de Macri; y, por otro lado,
modelos neoliberales: México, Colombia, Perú y Chile. Otra forma tipológica es entre los
países de la Alianza del Pacífico y los del Mercosur.
Otra tipología política, integrada por 3 tendencias principales, podría ser la siguiente: