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El masaje terapéutico

El masaje terapéutico es aquel que se utiliza para combatir contracturas y


problemas musculo-articulares derivados de ciertas patologías humanas
que habitualmente desembocan en molestias y dolores corporales de
menor o mayor índole.

Este tipo de masaje se suele localizar por zonas, puesto que es un masaje
específico. Lo más habitual es su aplicación en la espalda o las piernas,
aunque también se puede aplicar en brazos o pies.
El masaje terapéutico que se suele emplear en balnearios y spas es el
QUIROMASAJE, basado en las manipulaciones descritas en el capítulo
anterior, aunque con algunas variaciones: antes de comenzar con el masaje,
haremos una serie de estiramientos y presiones para preparar la
musculatura, así como para ayudar a aliviar cualquier contractura que
pudiera tener.

Estiramientos (se detallan todos los estiramientos del cuerpo en el


capítulo 5)
Emplearemos estiramientos contrarresistidos (son aquellos en los que
mientras que el terapeuta estira, el paciente hace fuerza hacia el lado
contrario). Con éstos estiramientos conseguimos un mayor y mejor
estiramiento.
Empezamos estirando el cuello: el cliente se colocará boca arriba en la
camilla. Le pedimos que deje la cabeza floja, como si le pesara, para que
así la podamos mover sin resistencia. Llevamos la cabeza del cliente hacia
un lado, como si la arrastráramos por la camilla, sujetando el hombro
contrario al lado que la movemos. Le pedimos al cliente que haga fuerza
hacia el lado contrario al que arrastramos y la mantenemos así unos 10
segundos. Luego la movemos igual hacia el otro lado, haciendo el cliente
fuerza hacia el otro lado.
Posteriormente, tiramos de la barbilla hacia atrás, mientras el cliente
intenta despegar la cabeza de la camilla. Mantenemos otros 10 segundos.
Colocando nuestros brazos uno encima del otro, y apoyando las manos
sobre los hombros del cliente, tiramos de la cabeza hacia delante. El
cliente intentará llevar la cabeza hacia la camilla (mantenemos unos 10
segundos).
Luego rotamos la cabeza hacia un lado, aguantando la cara del cliente
para poner resistencia, y hacia el otro, de la misma forma, forzando el
cliente la postura hacia el lado contrario que estemos estirando.
Mantenemos otros 10 segundos y terminamos.

Ahora colocaremos a la persona boca abajo para empezar a estirar la


espalda.
Para estirar la espalda, siempre comenzamos desde el cuello hacia las
lumbares: lo primero que debemos hacer son estiramientos contrariados.
Para ello, estiramos los brazos hacia delante con las palmas de las manos
abiertas y hacia abajo. Movemos los brazos hacia dentro, como si los
fuéramos a cruzar, hasta que las manos queden una al lado de la otra en
direcciones opuestas. Con las manos en esta posición, las colocamos sobre
la espada, y empezamos a tirar con cada mano, desde los paravertebrales
hacia la dirección de cada mano (cada mano tira hacia su dirección). Y
vamos estirando desde el cuello hasta las lumbares.
Una vez terminado, con las manos en la misma posición (aunque ahora
una mano mira hacia arriba y la otra hacia abajo), las colocamos ahora a la
altura de uno de los hombros del cliente, y estiramos así también la
espalda. Repetimos lo mismo en el otro lado y en el centro de la espalda.
Posteriormente, utilizando sólo los dedos pulgares de cada mano,
recorremos los paravertebrales haciendo pequeños círculos, examinando
esta zona para detectar cualquier tipo de contractura.

Puntos Gatillo (se detallan todas las presiones pulgares de los puntos
gatillo en el capítulo 6)
Ahora empezamos a presionar los puntos gatillo (son puntos de dolor del
cuerpo que, al presionarlos de forma suave y tratarlos, disminuye el dolor,
aunque si que es cierto que al presionarlos duele un poquito al principio, se
siente como un pequeño pinchazo, pero que luego es bastante
beneficioso).Estos puntos se presionarán con la yema del dedo pulgar de la
mano derecha (o izquierda si eres zurdo) o en su defecto con el codo.
Encontramos puntos gatillo a lo largo de toda la espalda. Como siempre,
empezamos presionando desde el cuello hacia las lumbares.
El primer punto de presión se encuentra en el cuello. Lo localizamos en la
parte alta, cerca de la base del cráneo, y muy cerca de la columna
vertebral. Presionamos aquí durante 7 segundos con muchísimo cuidado
porque estamos tratando una zona muy delicada. Vamos soltando la
presión poco a poco y relajando la zona haciendo pequeños circulitos.
El siguiente punto que presionaremos se encuentra entre el cuello y el
hombro, mucho mas cerca del cuello en realidad que del hombro. Es un
punto fácil de detectar porque casi siempre suele estar duro y
contracturado, ya que es el lugar donde se acumula la tensión y el estrés.
Presionamos durante 7 segundos suavemente, sin presionar muy fuerte
pero que el cliente note ese pequeño pinchazo del que antes hablábamos.
Al terminar, soltamos lentamente y relajamos.
Otro punto gatillo a tener en cuenta, es el que se encuentra en el omóplato.
Este se localiza en el centro del omóplato (tienes que notar una pequeña
endidura en la piel, bueno para este punto y para todos). Aquí presionamos
7 segundos y soltamos suavemente. Relajamos.
Continuamos hacia abajo y, donde acaba la cintura y empieza la cadera,
encontramos el siguiente punto de presión. Hacemos lo mismo que con los
otros puntos, 7 segundos de presión, soltar y relajar.
Ya el último de estos puntos localizados en la espalda, se encuentra en el
glúteo (aunque no forme parte de la espalda propiamente dicho, este punto
se trabaja en el quiromasaje de espalda). Presionamos en mitad del glúteo
7 segundos con la yema del dedo pulgar o el codo, soltamos despacito y
relajamos.
Repetimos todos estos puntos ahora en el otro lado de la espalda, aunque si
le es más cómodo, puede ir haciendo un lado y otro alternativamente (por
ejemplo, cuando haga el primer punto de presión en el lado derecho, puede
hacerlo luego en el izquierdo, y así ir bajando por la espalda.

Masaje
Una vez terminados los estiramientos y las presiones, la musculatura ya
está preparada para empezar a recibir el masaje. Aplicaremos las
manipulaciones estudiadas en el capítulo 3, aunque las haremos muy
despacio y aplicando una fuerza mayor (tenga en cuenta que es un masaje
terapéutico - descontracturante), empleando sobre todo los amasamientos.

Para realizar un masaje terapéutico en las piernas, lo haremos una a una,


empleando los mismos estiramientos que para la espalda, y haciendo
puntos de presión en: el primero se localiza en en músculo psoas, un poco
más arriba del tobillo (si con el dedo pulgar va recorriendo la pierna por el
centro, encontrará los 3 puntos localizados en esta zona). Presionamos 7
segundos, soltamos y relajamos. El 2º punto está en el centro del gemelo, y
el 3º se encuentra en el centro también del isquiotibial (músculo que se
encuentra en la parte de atrás del muslo). Presionamos, soltamos y
relajamos estos puntos también.
Damos el masaje igual que en la espalda, aplicando las mismas
manipulaciones e insistiendo en las zonas más contracturadas o cargadas
de las piernas.

Tendremos especial cuidado con...


Las zonas muy afectadas de dolor. Para no hacer daño al paciente y que el
masaje sea por lo menos soportable, iremos poco a poco, tratando
suavemente las zonas de alrededor a la zona dañada, hasta donde la
persona aguante. Es mejor citarlo en varias ocasiones para terminar con el
problema que tenga que intentar solucionar todo en una sola sesión y sea
tan dolorosa e insoportable que se vaya dolorido, con agujetas y molesto
por el trato brutal al que se le a sometido. Además, al tratar una zona
afectada así, no estaremos mejorando el dolor, sino que podemos hasta
aumentarlo.

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