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Jaime Glaría
1. Presentación
2. El carácter de las técnicas
3. Selección y asociación
4. Elementos, relaciones y estructuras
5. Estructuras temporales, etapas, transiciones y secuencias
6. Estructuras espaciales, recintos, pasadas y viajes
7. Estructuras taxonómicas, parecidos, diferencias, especies y conversiones
8. Conjuntos y disyuntivas
9. Estructuras causales, variables, identidades, estados, dependencias y dominaciones
10. Tablas
11. Fórmulas
12. Gráficos cartesianos
13. Diagramas de bloques
14. Interpolaciones
15. Conjuntos de dependencias
16. Conjuntos de dependencias estrictas entre variables binarias
17. Conjuntos de dependencias estrictas entre variables graduales
18. Retardos y evoluciones
19. Conjuntos de dependencias estrictas, con retardos
20. Estructuras causales y resoluciones
21. Estructuras temporales y métodos de computación
22. Estructuras espaciales, viajeros eternos y acumulaciones
23. Estructuras temporales, espaciales, taxonómicas y causales, en acción
24. Ejercicios de adiestramiento
25. Conclusión
__________________________________________ __________________________________________
1. PRESENTACIÓN 2. EL CARÁCTER DE LAS TÉCNICAS
Las ingenierías son oficios centrados en las técnicas; y Cotidianamente vemos, oímos, olemos; percibimos; co-
el rasgo central en las técnicas es que apuntan a actuar nocemos. El conocimiento a veces va aparejado con una
voluntariamente en la realidad, prediciendo en lo posible sensación que llamamos desagrado y que nos mueve a
las variaciones resultantes. una acción que en primera instancia es inconsciente: lo
Este es un libro técnico que apunta a esa acción trasgre- que hacemos es querer que lo conocido sea diferente de
diendo el estilo de los textos estándares, porque no com- como es. En ocasiones la variación ocurre pronto; en
parte el gusto habitual por centrifugar esplendores frag- otras, no. En estas últimas, cuando lo desagradable se re-
mentarios y pretende una compensación centrípeta. siste a variar, reaccionamos de varias maneras:
Por eso, el libro elude premeditadamente las jergas y ° descubrimos nuestra acción primera, notamos que
celebraciones gremiales; prueba con el lenguaje domésti- queremos cosas, e ideamos o reforzamos el concepto
co, algunos diagramas y el pasado; y en varios pasajes de voluntad;
arriesga parecer una excentricidad literaria o erudita que ° descubrimos la oposición que algunas cosas presen-
no es. tan a la voluntad, nos damos cuenta de los porfiados
Celebra más algunos aspectos del lenguaje doméstico hechos, sospechamos que la voluntad no es lo único
que los primores de la literatura técnica y científica, por- que cuenta, e ideamos o reforzamos el concepto de
que confía en él la compensación centrípeta. Se dedica a realidad;
algunos diagramas, porque ellos le permiten aflojar las ° descubrimos que el mismo suelo que se niega a mos-
trabas de secuenciación del lenguaje doméstico. Y acoge trarse blando en una caída se presta de apoyo para la
retazos del pasado, porque pretende exorcizar la ansiedad reincorporación, que la realidad no es oposición pu-
frenética. ra, que la voluntad tiene acceso a algunas cosas re-
Con tales retazos no promociona ni un retorno a un ales, que otras cosas reales dependen de aquellas a
pretérito, ni una detención en un presente, ni una huida a las cuales tenemos acceso, y que, forcejeando, po-
un futuro, porque, en su ocupación por las variaciones, el demos variar directa o indirectamente lo real;
mismo libro repasa, callando, que lo nuestro es pasar. ° descubrimos que el forcejeo trae consigo otro des-
También dice que la predicción del futuro viene del agrado llamado cansancio, del que aprendemos a de-
presente y del pasado. Y dice esto apoyándose sobre todo jar de querer lo que queríamos, a variar nuestro de-
en el pasado del siglo 17 de la Europa occidental, que hoy signio, a resignarnos; y en nuestra resignación nos
nos rige por la razón y la fuerza. descubrimos a nosotros mismos como partes de la
En ese pasado fue propuesto abiertamente lo que pode- realidad, con cuerpos, conciencias y hasta voluntades
mos resumir así: la predicción mejor de las variaciones porfiados, que nos obligan a forcejear con nosotros
predecibles es, principalmente, una labor de animación mismos.
escena a escena, donde el realismo de cada escena depen- Las técnicas germinan en este terreno; presuponen la
de de la sensatez de las cuentas en las escenas anteriores. voluntad y la realidad, y están para la acción de la volun-
Casi todo lo que sigue es una explicación de esa pro- tad sobre la realidad.
puesta intentando devolverle la vida provinciana. Pero las técnicas no son las acciones. Hay actos técni-
Si no resulta fácil de leer, valga este consuelo: fue harto cos y actos no técnicos. Para dilucidar el asunto nos con-
más difícil de escribir. viene aventurar una narración, en caricatura, haciendo al-
gunos cortes y exagerando algunos rasgos hasta clasificar
en tres especies las técnicas surgidas con el afán humano
de variar la realidad: en técnicas fortuitas, artesanales e
industriales 1.
Primitivamente, no tenemos noción clara de nuestra ca-
pacidad para variar la realidad y, por tanto, no buscamos
técnicas con premeditación. En la realidad hallamos im-
previstamente circunstancias con visos de acción (un cor-
te hecho por una piedra filosa, por ejemplo) y quedamos
asombrados, sentimos que recibimos de improviso un po-
der mágico. Las técnicas fortuitas son eso: asombro y
magia. Y, ya que la magia invita a la ceremonia para re-
petirse, estas técnicas se transmiten volviéndose rituales.
Los ritos no transmiten sólo las técnicas (para cortar, si-
guiendo el ejemplo); también transmiten las partes de la
realidad que acompañan a las técnicas: los utensilios (las
piedras filosas, en el ejemplo). Estas técnicas y sus uten-
silios nos son tan simples, que se esparcen sin pedir mu-
cha noción de ellos.
1
Adaptación de: J. Ortega y Gasset, 1966, Meditación de la
técnica, Espasa-Calpe, Madrid.
Posteriormente, las técnicas se vuelven artesanales por humanas, la evolución personal, y aún el estado personal
la destilación lenta de tradiciones transmisible en forma en diferentes ámbitos de la vida.
de escuelas. Esta es la etapa de los maestros y los apren- A menudo calificamos de técnico a quien ejerce la in-
dices cogidos en el aprendizaje largo de la imitación. Lo geniería (o parte de ella); pero puede reclamar el califica-
que acompaña a las técnicas ya no son meras partes de la tivo quienquiera que se ha formado algún conocimiento
realidad halladas por fortuna, sino partes sobre las cuales para variar la realidad predeciblemente, y se dedica a va-
las mismas técnicas han hecho variaciones. Los utensilios riarla ocupándolo; cualquiera que sabe lo que hace.
dan paso a las herramientas (por ejemplo, a cuchillos ela- Cualquiera sabe técnicas y realiza actos técnicos. Las
borados según cánones). Estas técnicas y sus herramien- técnicas están en el contexto vital humano.
tas ya no nos son tan simples. Es preciso que algunos se Eso, que se dice tan rápidamente, ha tenido por lo me-
encarguen de algunas de ellas, que les dediquen sus vidas. nos una consecuencia: para someter la realidad a los de-
Esto crea conciencia de las técnicas como de algo espe- seos, la humanidad ha instaurado una fronda enorme de
cial y aparte; por lo pronto, como de destrezas que poseen técnicas, estudios, máquinas y especialistas; es decir, ha
quienes se han hecho cargo: los artesanos. instaurado sobre el mundo natural un mundo artificial.
Las técnicas industriales vienen después. Las técnicas Esta frondosidad exuberante le permite un dominio nunca
se han vuelto sobre sus acompañantes, las herramientas, alcanzado antes sobre la realidad primitiva de la naturale-
elaborándolas a voluntad. Ahora se vuelven sobre sí mis- za; pero se impone, a su vez, como una segunda realidad
mas: ya no son algo que se encuentre fortuitamente o se obstinada y, en ocasiones, desagradable.
transmita artesanalmente, sino algo que también se elabo-
ra. Surgen técnicas para hacer técnicas. La imitación de
un maestro ya no sirve. El discípulo debe estudiar para
aventajar al maestro. Con todo eso, las herramientas tam-
bién experimentan un vuelco: se complican y, en medida
creciente, se independizan de los seres humanos en su ac-
ción: se convierten en máquinas. Estas técnicas y sus má-
quinas son cada vez más inaccesibles; por lo tanto, quie-
nes les dedican sus vidas deben conformarse sólo con al-
gunas porciones. Unos saben estas técnicas, otros saben
aquéllas; unos usan tales máquinas, otros emplean tales
otras. Esa disparidad, exacerbada por el espectáculo de
las destrezas ajenas, demanda poderosamente una con-
ciencia de las técnicas: ¿qué es lo que divide así a los in-
dividuos? La respuesta, que se viste con la mera fortuna,
la suerte, el talento o la gracia divina en las técnicas for-
tuitas, se insinúa menos celeste en las artesanales, y se
muestra terrena en las industriales: las llamativas destre-
zas de los técnicos se forman con los ritos, aprendizajes y
estudios; además, se legan y reforman de unas mentes a
otras: las técnicas son conocimientos. Para variar dies-
tramente la realidad, hay que conocer qué cosas obedecen
a la voluntad y qué otras se someten a ellas, extendiendo
la acción. Acto técnico es el que se apoya consciente-
mente en un saber para predecir las variaciones resultan-
tes del acto mismo. Las técnicas son conocimientos for-
mados para actuar en la realidad con destreza, variándola
directa o indirectamente y prediciendo en lo posible lo
que va a ocurrir 2.
En buena medida, la narración terminada ahí esboza la
evolución colectiva de la humanidad que nos ha pre-
cedido, el estado actual de diferentes colectividades
2
“técnica (De técnico) f. Conjunto de procedimientos y re-
cursos de que se sirve una ciencia o un arte //2. Pericia o
habilidad para usar de esos procedimientos y recursos”;
“técnico, ca. (Del lat. technìcus, y este del gr. τεχνικóζ, de
τεχνη, arte)...”; “arte (Del lat. ars, artis) amb. Virtud,
disposición e industria para hacer alguna cosa... //3. Conjunto de
preceptos y reglas necesarios para hacer bien alguna cosa...”
[de: Real Academia Española, 1984, Diccionario de la lengua
española, Espasa-Calpe, Madrid]. “Técnica” habría aparecido
en el castellano escrito durante el siglo 18; “arte” habría
aparecido durante el 12 [de: J. Corominas, 1961, Breve
diccionario etimológico de la lengua castellana, Gredos,
Madrid.
___________________________________________ “aliar”, “acompañar”, “agrupar”, “desunir”, “divorciar”,
3. SELECCIÓN Y ASOCIACIÓN “hermanar”, “juntar”, “reunir”, “separar”, “unir”.
No se trata de una asociación torpe, que sólo hermana o
divorcia un par de percepciones: tiene muchas tonalida-
des entre lo unido, plural, y lo separado, también plural.
Ya que las técnicas son conocimientos, nos conviene Al juntar las letras de una palabra, no dejamos de reunir a
detenernos a conocer, aunque sea en caricatura otra vez, ésta con la siguiente.
un poco del conocimiento humano. Tampoco se trata de una asociación rígida: varía, jun-
El tema obliga a andar como el perro para morderse la tando y separando una y otra vez.
cola: dando vueltas en una cacería circular algo cómica, La selección y la asociación se parecen en graduación y
donde el perseguido se persigue a sí mismo. variabilidad
En vista de que el perro suele cumplir su tarea afirman- Además, dependen la una de la otra, de manera que ca-
do los cuartos traseros en tierra, hagamos una exploración be preguntarse, como en lo del huevo y la gallina, cuál va
terrena de la formación de conocimientos. primero. La figura 1 sirve para ilustrar el caso.
Mientras leemos, la conciencia no suele repartirse pare-
jamente por lo leído y por todo lo que advertimos, sino
atender disparejamente de modo que algunas cosas (como
los renglones leídos) nos resultan más patentes que otras.
En la formación de conocimientos es habitual que selec-
cionemos, que prefiramos algunas cosas entre las co- Fig. 1: Ilustración
nocidas (o, en contra, que las despreciemos). El lenguaje
En la figura 1 es bastante fácil seleccionar los cuatro
doméstico acusa esta actividad cognitiva, que, por uso de
círculos dándoles papeles de protagonistas, y dejando a
ella misma, percibimos replicada en nuestras demás ac-
las líneas rectas en la comparsa. Si hacemos eso, la aso-
ciones, con una multitud de verbos como “seleccionar” 3,
ciación puede apoyarse en esas líneas dejadas como se-
“atender”, “desatender”, “despreciar”, “elegir”, “esco-
ger”, “preferir”. cundarias entre los círculos protagónicos.
Pero puede ocurrir que entonces las líneas pasen de hil-
No se trata de una selección burda, que sólo prefiere o
vanes a soldaduras, variando la selección: los cuatro
desprecia algo: tiene una multitud de grados entre lo
círculos pueden convertírsenos en un círculo, arriba, y al-
atendido, que es plural, y lo desatendido, que también es
go como una V, abajo. Esto nos obliga a variar la asocia-
plural. Podemos mirar letras, como esta A y esta Z, sin
ción buscando otro apoyo, por ejemplo, en dichas nocio-
despreciar del todo la página, ni los sonidos circundantes,
nes de arriba y abajo.
ni la dureza del suelo en los pies, ni los ensueños.
En general, la selección es gradual y el conocimiento
Tampoco se trata de una selección quieta: desprecia lo
manifiesta diversos niveles de interés. La asociación no
considerado a medias antes, prefiere lo desatendido re-
se ocupa de los niveles preferenciales solamente, y parece
cién, varía insistentemente. Podemos mirar los trazos que
apoyarse en lo que la selección deja, de momento, en ni-
conforman la Z anterior, la coma que la sigue; podemos
escuchar los sonidos que ocurren a la izquierda, un poco veles de menor interés que las cosas reunidas.
La asociación también es gradual y el conocimiento ex-
más atrás, algo más adelante; podemos atender lo que to-
hibe grados diferentes de trabazón. La selección lidia con
camos con partes diferentes de la piel, algunas sensacio-
muchos de ellos y se agarra de lo que la asociación ha
nes en el estómago, algunos recuerdos.
usado de trabazón más sólida.
La selección no es la única actividad digna de consi-
Volvámonos. La definición de tres técnicas en el capí-
derar en la formación de conocimiento. Ante una palabra
tulo 2, denuncia la tendencia selectiva; y la narración de
como AZUL, que empieza con la A y la Z seleccionadas
esas técnicas en secuencia, delata la tendencia asociativa.
antes, podemos ver cuatro letras; pero, no las miramos
La mención de dos actividades (la selección y la asocia-
aisladas por mucho tiempo: las aliamos. Parecidamente,
ción) para explicar la conducta del conocimiento en este
podemos oír las pisadas de un andante, bípedo o cuadrú-
mismo capítulo 3, acusa la tendencia selectiva; y la li-
pedo, pero no solemos escucharlas mucho rato como so-
gazón de esas actividades por parecidos o dependencias
nidos divorciados; en vez, les buscamos cadencias jun-
tando unos sonidos con otros, y con las visiones de los mutuas, revela la tendencia asociativa. En nuestro intento
por formarnos un conocimiento de la formación de cono-
pies del andante. En la formación de conocimiento tam-
cimiento, hemos dado una vuelta y nos mordemos la cola
bién es habitual que asociemos, que hermanemos unas
obedeciendo a la presunta conducta de esa formación.
cosas conocidas con otras (o, en contra, que las divorcie-
Es una mordida complaciente. Pero hay otras molestas.
mos). El lenguaje doméstico revela esta otra actividad
Una de estas últimas consiste en que, según quedó es-
cognitiva, que percibimos repetida en nuestras demás ac-
crito, la selección y la asociación dependen de la voluntad
ciones, con otra multitud de verbos como “asociar” 4,
de quien conoce; por consiguiente, es arbitrario elegir y
reunir precisamente la selección y la asociación para ex-
plicar el conocimiento, y son arbitrarias las ideas sacadas
3
“seleccionar tr. Elegir, escoger por medio de una selección”; de ello.
“selección (del lat. selectìo, -onis) f. Acción y efecto de elegir a El tema es delicado porque la reputación de la arbitra-
una persona o cosa entre otras, como separándola de ellas y riedad no es buena.
prefiriéndola...”. Reconsideremos algo que también quedó escrito: algu-
4
“asociar (Del lat. associare, de ad, a, y socius, socio)... //2. nas cosas conocidas dan una sensación curiosa de no alte-
Juntar una cosa con otra, de suerte que se hermanen o concurran rarse por variar su papel ante la conciencia, ni por querer-
a un mismo fin...”.
las diferentes de como las conocemos. Esa sensación de ___________________________________________
porfía es, seguramente, la raíz del concepto de realidad. 4. ELEMENTOS, RELACIONES Y ESTRUCTURAS
Real es también lo externo y ajeno, pero ese carácter, que
no es idéntico al anterior, se añade a él porque la porfía
de las cosas resulta importante y no todas la ostentan
igualmente, lo que nos mueve a considerar las cosas re- Aparte de los verbos con que el lenguaje doméstico de-
ales de un lado y las dóciles de otro. Como las últimas nuncia las actividades selectivas y asociativas, hay tres
van asociadas a la voluntad propia, podemos elegir dos sustantivos vulgares que ratifican esas actividades, pues
mundos: uno propio, el del yo, y otro ajeno, el de la rea- sin duda les deben la existencia y la importancia. Se trata
lidad. Lo paradójico del caso es que a veces sentimos que de “elemento”, “relación” y “estructura” (u otros pareci-
no dominamos del todo el mundo propio (el cuerpo, la dos respectivamente).
conciencia y aún la voluntad, que se nos enferman), de Es notorio que “elemento” se debe a que la selección
manera que nos parecemos reales y ajenos a nosotros hace dispareja la conciencia que tenemos de las cosas, a
mismos. Con la selección y la asociación cognitivas ocu- que preferimos algunas. Llamamos “elemento” 5 (“com-
rre eso: ambas parecen ajenas a que, arbitrariamente, las ponente”, “pieza”, “unidad”) a lo que queremos como
seleccionemos (o no) y las asociemos (o no), y ambas pa- singular y protagónico en el conocimiento, con una selec-
recen ajenas a que las queramos o las dejemos de querer. ción. Los círculos fueron elementos al ser elegidos pro-
Parecen reales. La arbitrariedad que hay en elegir y reunir tagonistas tras la figura 1.
la selección y la asociación para explicar el conocimiento, Además es claro que “relación” se debe al afán de aso-
no es tan grave después de todo. ciar y de buscar motivos para ello. Pero motivos pareci-
Existe otra mordida fastidiosa, que surge con el argu- dos sirven para seleccionar. Llamamos “relación” 6 (“co-
mento reciente. Los motivos para definir el mundo del yo nexión”, “correspondencia”, “enlace”, “nexo”, “vínculo”)
y el de la realidad, no son del todo convincentes. Y me- a lo que queremos como pretexto para asociar y seleccio-
nos lo son si la realidad misma se desperfila a medida que nar en el conocimiento. Las líneas rectas de la figura 1
surgen técnicas y máquinas con las que se nos hace fácil fueron relaciones al dar pie para asociar círculos y variar
variar lo que se nos torna desagradable. Pero aún nos luego la selección.
quedan las desgracias, las enfermedades y las catástrofes Y también es manifiesto que “estructura” se debe a que
como antídotos: con ellas nos vuelven fervorosamente los la asociación junta las cosas seleccionadas. Llamamos
motivos para la definición, y el perfil de la realidad ajena “estructura” 7 (“organización”, “sistema”) a lo que que-
y la voluntad propia. remos como plural y enlazado en el conocimiento, con
una asociación de lo seleccionado. La figura 1, completa,
fue una estructura cuando la actividad asociativa terminó
de darle un aspecto compuesto.
“Elemento”, “relación” y “estructura” son sustantivos
viejos, al menos para nuestra avidez actual de novedades.
Además, tienen aspecto poco serio: como la selección y
la asociación obedecen a la voluntad de quien conoce, las
relaciones podrán ser elementos o estructuras cuando éste
lo decida, los elementos podrán ser estructuras o relacio-
nes, y las estructuras podrán ser relaciones o elementos.
Por otro lado, ninguno de esos sustantivos hace justicia
a quien conoce pues cada uno queda limitado a lo más
notorio: los elementos, al primer plano; las relaciones, al
segundo; y las estructuras, a ambos. Los tres sustantivos
son ineptos en los planos inferiores. Pero, pese a su limi-
5
“elemento (Del lat. elementum) m. Principio físico o químico
que entra en la composición de los cuerpos. //2. CUERPO
SIMPLE. //3. En la filosofía natural antigua, cada uno de los
cuatro principios fundamentales que se consideraban en la
constitución de los cuerpos y se simbolizaban en la tierra, el
agua, el aire y el fuego. //4. Fundamento, móvil o parte
integrante de una cosa... //10. pl. Fundamentos y primeros prin-
cipios de las ciencias y artes...”. “Elemento” habría aparecido en
el castellano escrito en el siglo 15.
6
“relación (Del lat. relatìo, -onis) f.... //3. Conexión, co-
rrespondencia de una cosa con otra. //4. Conexión, corres-
pondencia, trato, comunicación de una persona con otra. U. m.
en pl. ... ”. “Relación” habría aparecido en el castellano escrito a
principios del siglo 13.
7
“estructura (Del lat. structura) f. Distribución y orden de las
partes importantes de un edificio. //2. Distribución de las partes
del cuerpo o de otra cosa. //3. fig. Distribución y orden con que
está compuesta una obra de ingenio, como poema, historia, etc.
…”. “Estructura” habría aparecido en el castellano escrito en el
siglo 16.
tación, arbitrariedad y vejez, los tres son fecundos y re- jos, las representaciones naufragan. Para indicar transi-
presentarlos en diagramas tiene una utilidad técnica im- ciones o dependencias, por ejemplo, es mejor agregar
portante. puntas de flechas a las relaciones que confiar en las ubi-
Comúnmente, representamos a los elementos dibujando caciones. Pero si nos ponemos demasiado rigurosos, las
líneas cerradas, cuyo efecto principal, por la carencia de representaciones también acaban en naufragio: lo que lo-
extremos, es selectivo; por ejemplo, como en la figura 2. gramos es un rigor mortis. Como la voluntad exige viva-
cidad a la conciencia, hay que darse algunas libertades,
como la de dibujar unos diagramas delante de otros para
Fig. 2: Un elemento mostrar algunas etapas en las variaciones de punto de vis-
ta, según el ejemplo de la figura 6.
Así, extendiendo una frontera entre cada elemento y el
sinnúmero de cosas que lo rodean, es como empezamos a
hacer algunos dibujos o a destacar partes de ellos.
También comúnmente, representamos a las relaciones
mediante líneas simples, como la de la figura 3.
Fig. 6: Una variación de punto de vista
8
“etapa. (Del fr. étape, y este del germ. Stapel, emporio ) f... Fig. 9: Cuatro secuencias
fig. Época o avance en el desarrollo de una acción u obra”.
“Etapa” habría aparecido en el castellano escrito en el siglo 18 o
comienzos del 19.
9
“transición. (Del lat. transitio,-onis) f. Acción y efecto de
10
pasar de un modo de ser o estar a otro distinto. //2. Paso más o “secuencia. (Del lat. sequentia, continuación; de sequi, se-
menos rápido de una prueba, idea o materia a otra, en discursos guir)... //2. Continuidad, sucesión ordenada. //3. Serie o
o escritos. //3. Cambio repentino de tono y expresión...”. sucesión de cosas que guardan entre sí cierta relación...”.
“Transición” habría aparecido en el castellano escrito en el siglo “Secuencia” habría aparecido en el castellano escrito en el siglo
13, como “tránsito” entre vida y muerte. 17.
Obviamente, nos estamos acercando a la animación es- estructuras temporales de etapas y transiciones más am-
cena a escena, como la del caso fílmico insinuado por la plias. Pero el tema quedará pendiente hasta el capítulo 21
figura 10. porque necesitamos ensanchar el horizonte por otro lado.
De momento, advirtamos que los diagramas de este li-
bro pueden confundir en el espacio de las páginas cosas
diferentes. El diagrama con líneas más gruesas en la figu-
ra 8, es de una estructura de dos etapas, como elementos,
y una transición, como relación, que son asuntos del
tiempo; los diagramas con líneas más tenues son de es-
tructuras con elementos y relaciones que también podrían
ser asuntos del tiempo (refiriéndose a un punto de vista
más detallado, en cada etapa); pero podrían no ser asun-
tos del tiempo sino, por ejemplo, del espacio. Las páginas
Fig. 10: Animación escena a escena
y, mucho antes que éstas, la memoria permiten confundir-
El título de este libro sigue una secuencia; la narración lo todo. Tenemos todo lo que tenemos, presente en el pre-
de las técnicas en el capítulo 2, también; la redacción sente. Todo lo que tenemos se parece así, y eso tiene al-
principal, también. Nos volvemos a morder la cola, con gunas ventajas; pero no podemos dejar impunemente de
gusto, en el intento de formarnos un conocimiento de la percibir diferencias como las establecidas recién entre lo
formación de conocimiento. temporal y lo espacial.
Podemos variar el punto de vista considerando las que Para enfatizar, consideremos la figura 12, que se cons-
eran etapas (elementos) como transiciones (relaciones), y truye secuencialmente según el alfabeto y se puede rema-
viceversa; o las que eran secuencias (estructuras) como tar con una pregunta, como prueba de inteligencia.
etapas (elementos); y así sucesivamente. De hecho, di- A E F H I K L
ciendo “una secuencia” casi pedimos variar el punto de B C D G J .
vista para tomar en un elemento nuevo, singular, las eta- Fig. 12: Prueba
pas y transiciones percibidas antes pluralmente. Esta am-
La pregunta involucra un aspecto temporal y otro espa-
bigüedad afecta a muchas expresiones parecidas, inclu-
cial: ¿qué va después, y dónde?
yendo a “una estructura”; pero probablemente no es de-
La respuesta es: después va la M, arriba, a la derecha de
masiada si, cuando decimos “una estructura”, “una se-
la L.
cuencia” o algo parecido, hacemos explícitos los elemen-
Lo interesante está en esta explicación de la respuesta:
tos y relaciones percibidos antes de la eventual variación
estamos mostrando las letras mayúsculas del alfabeto;
en el punto de vista. Confiemos en ello. Así queda a
hemos llegado hasta la L; después va la M; estamos mos-
nuestro alcance presentar, por ejemplo, las cuatro secuen-
trando arriba las letras hechas sólo con trazos rectos, y
cias de la figura 9... en la secuencia de la figura 11.
abajo las que incluyen trazos curvos; la M, que es de pu-
ros trazos rectos, va arriba, a la derecha de la L.
No se trata, pues, de inteligencia en el sentido de una
capacidad misteriosa y excelsa, sino en el de una compli-
cidad que puede ser prosaica si el secreto resuena fácil-
mente en el oficio de quien pregunta (por ejemplo, un
tipógrafo). De hecho, aún si éste deja saber que el secreto
involucra al alfabeto y a la geometría, quien no se dedica
a la tipografía puede pensar que estamos punteando una
forma como la de la figura 13.
11
“recinto (Del lat. re y cinctus, cercado, rodeado.) m. Espacio
comprendido dentro de ciertos límites”. “Recinto” habría
aparecido en el castellano escrito en el siglo 17.
12
“pasada. f. ... //8. Sitio por donde se pasa...”. “Pasada” habría
aparecido en el castellano escrito a comienzos del siglo 15.
Entonces es sencillo trazar, por ejemplo, el plano de la
figura 18.
19
“conjunto (Del lat. coniunctus, de coniungere, unir, juntar)...
4. m. Agregado de varias personas o cosas...”; “agregado p. p.
de agregar...”; “agregar (Del lat aggregare, de ad, a, y grex,
gregis, rebaño)...”. “Conjunto” habría aparecido en el castellano
escrito a mediados del siglo 15.
20
“y (Del lat. et) conj. copulat. cuyo oficio es unir palabras o
cláusulas en concepto afirmativo. Cuando son varios los
vocablos o miembros del período que han de ir enlazados, sólo
se expresa, por regla general, antes del último... //2. Fórmanse
18
“conversión (Del lat. convertio, -onis) f. Acción y efecto de con esta conjunción grupos de dos o más palabras entre las
convertir o convertirse. //2. Mutación de una cosa en otra…”; cuales no se expresa... //3. Omítese a veces por la figura
“convertir (Del lat. convertère) tr. Mudar o volver una cosa en asíndeton... //4. Repítese otras veces por la figura
otra. U. t. c. prnl. ...”; “mudar2 (Del lat. mutare) tr. Dar o tomar polisíndeton...”. “Y” habría aparecido en el castellano escrito a
otro ser o naturaleza, otro estado, figura, lugar, etcétera…”; mediados del siglo 12; desde el 10 se habría usado “e”.
21
“transmutar (Del lat. transmutare) tr. Mudar o convertir una “o (Del lat. aut) conj. disyunt. que denota diferencia, separa-
cosa en otra. U. t. c. prnl.”; “transformar (Del lat. ción o alternativa entre dos o más personas, cosas o ideas...” La
transformare) tr. Hacer cambiar de forma a una persona o cosa. conjunción latina “aut” pedía un único elemento de los
U. t. c. prnl. //2. Transmutar una cosa en otra. U. t. c. prnl. …”. sugeridos y difería de la conjunción “vel”, que aceptaba varios.
“Conversión” habría aparecido en el castellano escrito durante “O” habría aparecido en el castellano escrito a fines del siglo
el siglo 12. 10.
torio, y ninguno ajeno a ese conjunto; otras veces nos pi-
de que haya al menos un elemento del conjunto transito-
rio, aceptando que haya más: hasta todos los del conjunto
pero ninguno ajeno; en otras ocasiones, nos pide que haya
a lo más uno de los elementos del conjunto transitorio,
aceptando que no haya ninguno. Muy mayoritariamente,
lo que nos pide es lo primero: que haya un elemento úni- Fig. 37: Un conjunto de dos disyuntivas: “1 o 2; y 3, 4 o 5”
co y que no sea ajeno al conjunto transitorio.
En particular, hay un sustantivo para lo planteado por la Lo interesante en este conjunto de dos disyuntivas de la
conjunción “o” en esa petición mayoritaria: “disyuntiva”. figura 37 es que, si en la primera disyuntiva elegimos 1 y
Llamamos “disyuntiva” 22 a una estructura que hemos en la segunda 3, el conjunto nos queda como el que pide
compuesto de elementos relacionados secretamente, de la “1 y 3”; además, que si en la primera disyuntiva elegimos
cual queremos elegir un elemento único como elemento 1 y en la segunda 4, el conjunto nos queda como el que
nuevo, descartando el resto, con una variación arbitraria pide “1 y 4”; y así sucesivamente, de modo que, al final,
de la selección. La figura 34 esboza una representación. el conjunto de dos disyuntivas “1 o 2; y 3, 4 o 5”, de la
figura 37, nos resulta muy parecido a la disyuntiva de seis
conjuntos “1 y 3; o 1 y 4; o 1 y 5; o 2 y 3; o 2 y 4; o 2 y
5”, de la figura 38. El parecido radica en que ambas ex-
presiones parten aludiendo a los mismos cinco elementos
Fig. 34: Una disyuntiva: “1 o 2” (Un único círculo punteado carentes de relaciones explícitas, plantean iguales canti-
debe completarse, mientras el otro se borra). dades de variaciones de punto de vista, y acaban even-
tualmente en la selección de un mismo elemento (un con-
Usando las conjunciones “y” y “o” combinadas con junto con dos de los elementos originales). Las diferen-
signos de puntuación domésticos, podemos plantear di- cias, por otro lado, son manifiestas; digna de mención es
versas situaciones y pedir variaciones de punto de vista una de uso: la disyuntiva de seis conjuntos es más larga
para ellas. Así queda a nuestro alcance presentar, por de expresar pero más corta de interpretar que el conjunto
ejemplo, un conjunto de dos conjuntos como “1 y 2; y 3, de dos disyuntivas, y así exige más esfuerzo a quien la
4 y 5”, que aparece esbozado en la figura 35. expone y menos a quien la contempla.
25
“Ser” y “estar” habrían aparecido en el castellano escrito du-
rante los siglos 10 y 12, respectivamente.
26
“variable (Del lat. variabìlis) adj. Que varía o puede variar
//2. Instable, inconstante o mudable...”; “variar (Del lat.
variare) Hacer que una cosa sea diferente en algo de lo que
antes era. //2. Dar variedad...”. Aunque la palabra “variable”
23
“no. (Del lat. non) adv. neg. que con este sentido se emplea aparece como adjetivo, nos queda el derecho a usarla también
principalmente respondiendo a pregunta...”; “negativo, va. (Del como sustantivo según se hace, por ejemplo, con “azul”.
lat. negativus) adj. ... //2. Perteneciente a la negación...”; “Variable” habría aparecido en el castellano escrito durante el
“negación. (Del lat. negatio, onis) f. Acción y efecto de siglo 13.
27
negar...”; “negar. (Del lat. negare) tr. Decir uno que no es “identidad (Del lat. identìtas, -atis, de ídem, lo mismo) f.
verdad, que no es cierta una cosa acerca de la cual se Calidad de idéntico...”; “idéntico, ca (de ídem) adj. Dícese de lo
preguntaba. //2. Dejar de reconocer alguna cosa, no admitir su que en substancia y accidentes es lo mismo que otra cosa con
existencia. //3. Decir que no a lo que se pretende o se pide, o no que se compara. U. t. c. s. //2. Muy parecido”. “Identidad”
concederlo. //4. Prohibir o vedar, impedir o estorbar...”. “No” habría aparecido en el castellano escrito durante el siglo 15.
28
habría aparecido en el castellano escrito durante el siglo 10. “estado (Del lat. stàtus) m. Situación en que está una persona
24
“ni. (Del lat. nec.) conj. copulat. que enlaza vocablos o frases o cosa, y en especial cada uno de los sucesivos modos de ser de
que denotan negación, precedida o seguida de otra u otras...”. una persona o cosa sujeta a cambios que influyen en su
“Ni” habría aparecido en el castellano escrito durante el siglo condición...”. “Estado” habría aparecido en el castellano en la
14. primera mitad del siglo 13.
Un problema es decidir hasta dónde pueden ralearse los
parecidos que sostienen la identidad de una variable, des-
baratando los polígonos con diagonales del capítulo 7, y
dónde empiezan las diferencias a centrifugar los estados,
desintegrando la variable.
No hay solución hecha para eso; pero hay algo que con-
Fig. 39: “Varíe x a 1 o a 2”
siderar en este diálogo presuntamente gracioso:
° “¡Luchito! ¡Cuántos años sin verte! ¡Casi no te reco-
La descripción es mejor si la variación de x pertenece a
nozco! Parece que has progresado en la vida. Cam-
la realidad ajena; pero la petición es mejor si la variación
biaste de facha con esa pelada, esos anteojos y ese
pertenece a la voluntad del interlocutor, y por ello resulta
traje de hombre importante. ¿Cómo estás, Luchito?”
más atrayente cuando se apunta a la acción voluntaria.
° “Perdón. No soy Luchito; soy José Andrés.”
Vamos a apegarnos un poco más a las peticiones y, si las
° “¡Ah! ¿También cambiaste de nombre?”
variaciones aludidas pertenecen a la realidad más que a la
En el caso de las especies, damos nombres comunes a
voluntad, vamos a considerar tales peticiones como libre-
sus elementos para acentuar las relaciones de parecido
tos para representar a las variables, poniéndolas en esce-
entre ellos (por ejemplo, los llamamos “humanos”), y
na. Así, “varíe x a 1 o a 2” pedirá al interlocutor que, en
esos nombres pueden originar otros para las especies mis-
su mundo propio y aunque sea en ficción, se encargue del
mas (por ejemplo, “la humanidad”). En el caso de las va-
alma de la variabilidad, que la anime, cumpliendo inquie-
riables, los nombres se funden con las identidades: el
tamente una de las peticiones elementales.
humano difunto y variable cuyos estados vimos en los re-
Parecidamente, una vez identificadas dos variables co-
tratos; Luchito (¿José Andrés?) variable con o sin su pe-
mo x e y, y distinguidos sus estados respectivos como 1 o
lada y demás accidentes.
2 y como 3, 4 o 5, por ejemplo, podemos revelar el carác-
En la Francia de fines del siglo 16, François Viète (Vie-
ter del conjunto de las dos variables pidiendo, con un
ta, 1540-1603) inició la costumbre de identificar variables
conjunto de dos disyuntivas de peticiones elementales es-
con letras solas, como las famosas x e y, en vez de expre-
bozado por la figura 40: “varíe x a 1 o a 2; e y a 3, a 4 o a
siones más largas, como “el humano de los retratos”,
5”.
“Luchito”, “José Andrés”, “Francia” o “Vieta”, en cuanto
varíen.
Pese a que en el capítulo 6 no hicimos caso de eso al
usar letras para nombrar recibidores y pasillos cuya va-
riabilidad no nos importaba, en lo que sigue vamos a
identificar las variables con letras (preferentemente cursi-
vas), en el estilo de Vieta y para abreviar.
Otro problema es decidir si la variación de una variable Fig. 40: “Varíe x a 1 o a 2; e y a 3, a 4 o a 5”
pertenece a la voluntad de quien se forma un conocimien-
to parando inquietamente la selección, o a la realidad que Esa última expresión se parece mucho, en el sentido
le es ajena. descrito por el capítulo 8, a una disyuntiva de seis conjun-
Tampoco hay solución hecha para ello. En el ejemplo tos de peticiones elementales esbozada por la figura 41:
de la página con retratos, podemos creer que la variación “varíe x a 1 e y a 3; o x a 1 e y a 4; o x a 1 e y a 5; o x a 2
pertenece a la voluntad de quien mira. Este sería también e y a 3; o x a 2 e y a 4; o x a 2 e y a 5”.
el caso de los recuerdos, porque tenerlos en la memoria es
como tener presentes los retratos en la página: podríamos
creer que la variación pertenece a la voluntad de quien
recuerda. Sin embargo, nuestros recuerdos colindan con
nuestras percepciones del mundo ajeno; con lo que ve-
mos, oímos, olemos en directo; con... ¿José Andrés? Los
parecidos y diferencias entre recuerdos, se extienden des-
de éstos hasta las percepciones; así, la variación de una
variable abarca tanto el mundo propio de quien se forma
el conocimiento, como el que le es porfiadamente ajeno.
Si las percepciones directas sobrepasan en preferencia a
los recuerdos, podemos creer que la variación de la varia-
ble pertenece a la realidad ajena más que a la voluntad
propia; si no, podemos creer lo contrario.
Abreviemos: una vez que los parecidos y diferencias Fig. 41: “Varíe x a 1 e y a 3; o x a 1 e y a 4; o x a 1 e y a 5; o x
subyacentes permiten identificar una variable como x y a 2 e y a 3; o x a 2 e y a 4; o x a 2 e y a 5”
distinguir sus estados como 1 o 2, por ejemplo, podemos
revelar el carácter de la variable describiendo, con una Estamos rozando otros conceptos.
disyuntiva de descripciones elementales, “x varía a 1 o x Con “varíe x a 1 o a 2; e y a 3, a 4 o a 5” o, parecida-
varía a 2” (donde “variar a un estado” no niega “perma- mente, “varíe x a 1 e y a 3; o x a 1 e y a 4; o x a 1 e y a 5;
necer en él”), o, abreviando suavemente, “x varía a 1 o a o x a 2 e y a 3; o x a 2 e y a 4; o x a 2 e y a 5”, se nos otor-
2”; en vez de ello, podemos revelar su carácter pidiendo, ga una independencia mutua entre las variaciones de x e
con una disyuntiva de peticiones elementales esbozada y: seleccionando “varíe x a 1” en la primera disyuntiva, la
por la figura 39: “varíe x a 1 o a 2”. segunda nos pide “varíe y a 3, a 4 o a 5”; seleccionando
“varíe x a 2” en la primera, la segunda nos sigue pidiendo e y a 8, x a 2 e y a 4, o x a 2 e y a 8”. Esa falta de inde-
“varíe y a 3, a 4 o a 5”; seleccionando “varíe y a 3” en la pendencia mutua entre x e y, nos lleva otra vez a una figu-
segunda disyuntiva, la primera nos pide “varíe x a 1 o a ra como la 42.
2”; seleccionando “varíe y a 4” en la segunda, la primera Pero imaginemos también que, después de la anotación
también nos pide “varíe x a 1 o a 2”; y, seleccionando del libreto en el muro y sin contravención de su validez,
“varíe y a 5” en la segunda, la primera nos sigue pidiendo la campanilla se silencia y la comida se ausenta demasia-
“varíe x a 1 o a 2”. do tiempo; que, hambrientos, forcejeamos hasta que lo-
Supongamos alguna negación en el libreto; por ejem- gramos escapar de la celda; y que, al salir, encontramos la
plo: “varíe x a 1 o a 2; e y a 3, a 4 o a 5; pero no varíe campanilla a nuestro alcance.
conjuntamente x a 2 e y a 5”, esto es, de manera parecida, ¿La hacemos sonar?
“varíe x a 1 e y a 3; o x a 1 e y a 4; o x a 1 e y a 5; o x a 2 La mera pregunta se aparta del carácter casi demente y
e y a 3; o x a 2 e y a 4”. Seleccionando “varíe x a 1” en la limpiamente científico manifestado por la anotación en el
primera disyuntiva, la segunda nos pide “varíe y a 3, a 4 o muro, y delata que tenemos varias sospechas de afán
a 5”; pero seleccionando “varíe x a 2” en la primera, la técnico:
segunda se nos reduce a “varíe y a 3 o a 4”. Entonces, fal- ° que la falta de independencia mutua entre la sonori-
ta la independencia mutua entre las variaciones. dad x y la oferta y pertenece a la realidad ajena más
Para un conjunto de v variables con e1, e2,... y ev estados que a la voluntad propia y, en vez de pedir “varíe x a
diferentes cada una, respectivamente, la frase “indepen- 1 e y a 4, o x a 2 e y a 8” a un interlocutor presunto,
dencia mutua” (“autonomía mutua”, “libertad mutua”) se- para que éste se encargue de la variabilidad, quizás
ñala que el conjunto puede ser planteado como un con- hubiéramos debido describir “x varía a 1 e y a 4; o x
junto de v disyuntivas con e1, e2,... y ev peticiones elemen- a 2 e y a 8”, porque la realidad se hace cargo;
tales cada una, respectivamente, en el estilo de la figura ° que podemos actuar en la campanilla voluntaria y re-
40, y también como una disyuntiva de e1·e2·...ev conjuntos almente, haciéndola que suene con tanta falta de in-
con v peticiones elementales cada uno, en el estilo de la dependencia mutua entre la voluntad propia (diga-
figura 41. mos, v) y la sonoridad x como la existente entre x e y,
La independencia mutua falta cuando la última disyun- y con una falta de independencia mutua que, como la
tiva es reducida con alguna negación a menos que existente entre x e y, pertenece a la realidad más que
e1·e2·...ev conjuntos con v peticiones elementales cada a la voluntad;
uno. ° y que la falta de independencia mutua entre la volun-
Podemos emplear las independencias mutuas como re- tad propia v y la sonoridad x incluye una diferencia
laciones entre variables; pero a menudo hacemos lo con- pues pone en v un supuesto de mando y en x uno de
trario: usamos las faltas de independencias mutuas en el obediencia.
estilo de la figura 42. Tales sospechas para la acción son fundamentadas,
ciencia aparte, al menos porque algunas parecidas a las
dos últimas tuvieron que estar presentes en el forcejeo pa-
ra salir de la celda, y salimos.
Fig. 42: Dos variables (x e y) y una falta de independencia En efecto, podemos hacer sonar la campanilla y encon-
mutua trarnos con lo siguiente:
° con que la comida no se nos ofrece y la falta de inde-
Más: en el ámbito técnico, las relaciones claves entre pendencia mutua entre x e y languidece ya que x var-
las variables son las faltas de independencias mutuas de ía a 1 e y no varía a 4, contrariando el libreto anota-
una especie... especial: las dependencias o, dicho inver- do;
samente, las dominaciones. Y aquí nos volvemos a mor- ° o con que la comida sí se nos ofrece y la falta de in-
der satisfechamente la cola, porque hemos invocado de- dependencia mutua entre x e y se adorna con dulces
pendencias desde el capítulo 1; porque “porque” es una promesas técnicas ya que y se muestra dependiente
conjunción causal; y porque hemos usado esta conjunción de x y x se muestra dependiente de v, todo lo cual nos
causal también desde el capítulo 1, aunque olvidamos da una clave para superar el hambre: hacer sonar la
añadirla en el 8. campanilla.
Imaginemos que estamos presos en una celda silencio- Como sea, se nos afirma la tercera sospecha: x obedece
sa; que una campanilla suena fuera y se nos ofrece comi- a v.
da enseguida; que la celda vuelve al silencio; que tiempo Las ideas de dependencia y dominación van con un
después la campanilla suena y se nos ofrece comida ense- cúmulo de sustantivos: “dependencia”, “obediencia”,
guida; que así van transcurriendo repetida y porfiadamen- “subordinación”, “sujeción”, “sometimiento”, “conten-
te nuestras vidas; que, acercándonos a la demencia, lla- ción”, “represión”, “subyugación”, “avasallamiento”,
mamos x a la sonoridad (variable) de la campanilla, 1 a su “dominación”, “dominio”, “señorío”, “autoridad”, “man-
sonido efectivo, 2 a su silencio, y a la oferta (variable) de do”, “imperio”, “potestad”, “poder”. Este cúmulo parte de
comida, 4 a su ofrecimiento efectivo y 8 a su ausencia; y la idea de falta de independencia mutua y exige algo más.
que, ya en el borde mismo de la locura, anotamos en el “Dependencia” 29 y “dominación” 30 nombran a una falta
muro de la celda lo siguiente como libreto para quien
quiera montar una representación póstuma de nuestras
29
existencias: “varíe x a 1 e y a 4, o x a 2 e y a 8”. “dependencia (De dependiente) f. Subordinación a un poder
Lo anotado delata que entre x (la sonoridad de la cam- mayor. //2. Relación de origen o conexión..”; “dependiente p.
panilla) e y (la oferta de comida) falta la independencia a. de depender...”; “depender (Del lat. dependere, colgar,
pender) intr. Estar subordinado a una autoridad o jurisdicción...
mutua que habría si se tratara de “varíe x a 1 e y a 4, x a 1 //2. Producirse o ser causado o condicionado por otro... //3.
de independencia mutua entre variables, aparejada con un go, postulando que la redacción es un poco antojadiza,
supuesto que añadimos al de reducción característica de podemos hacerla al revés: si seleccionamos “varíe y a 3”
esas faltas, y que hace diferentes a las variables relacio- en la segunda disyuntiva, la primera nos pide “varíe x a 1
nadas: con el supuesto de que unas variables dominan con o a 2”; si seleccionamos “varíe y a 4” en la segunda, la
la reducción, pero otras dependen con ella; que unas man- primera también nos pide “varíe x a 1 o a 2”; pero si se-
dan y las otras obedecen; que unas estimulan y las otras leccionamos “varíe y a 5” en la segunda, la primera se re-
responden; que unas son causas y las otras, efectos. duce a “varíe x a 1”. Entonces la redacción induce a ima-
La diferencia entre los que dominan y los que dependen ginar que x queda con sus estados reducidos y es depen-
se asocia desde tiempos remotos con una diferencia de al- diente por eso, al revés que en la figura 43. El criterio de
turas: suponemos encima al que manda y debajo al que que dependería quien resulta con sus estados más reduci-
obedece. Hay al menos dos motivos sicológicos para esto: dos, es equívoco.
la presencia más alta de los adultos mientras somos niños, En segunda instancia, podemos afirmarnos en una cre-
y las ventajas guerreras (por la gravitación terrestre y el encia: no son dominantes las variables cuyas variaciones
efecto psicológico anterior) de quien se ubica arriba. percibimos que ocurren después. Esa creencia hace pe-
Para insinuar mandatos y obediencias, podríamos poner rentoria la presencia de la realidad ajena pues, por sí
las variables dominantes arriba de las dependientes, como mismas, las peticiones como “varíe x a 1 e y a 3; o x a 1 e
se hace en algunos diagramas de organización de las em- y a 4; o x a 1 e y a 5; o x a 2 e y a 3; o x a 2 e y a 4” no
presas. Pero ya hemos pasado por un tema parecido ponen “después” ni retardos entre las variables. Además,
hablando de transiciones: también podríamos poner unas es algo suelta por sí sola: a veces no nos deja dictaminar
variables a la izquierda de otras según acostumbramos en qué variables que varían después son dependientes de qué
la lectura, o podríamos nombrar las variables con letras otras; por ejemplo, las dos estructuras de la figura 44 nos
según recitamos los alfabetos, o podríamos numerar las resultan indistinguibles si en la izquierda la variable x
variables según contamos; sin embargo, nos conviene obedece a la z con algún retardo y la y obedece a la x con
más agregar puntas de flechas a las relaciones, como en la un retardo parecido, mientras en la derecha la variable x
figura 43, apuntando a quien someten las flechas. obedece a la z con el mismo retardo y la y obedece a la z
con un retardo doble; y la confusión es peor si las varia-
ciones se hacen cíclicas o se detienen, porque entonces se
torna difícil notar qué ocurre después y qué, antes.
Fig. 43: Una estructura causal de dos variables (x e y) y una
dependencia (x dominando e y dependiendo)
32
“fórmula. (Del lat. formula). f. Medio práctico propuesto
para resolver un asunto controvertido o ejecutar una cosa difícil.
//2. Receta del médico o para confeccionar alguna cosa... //4.
Mat. Resultado de un cálculo, cuya expresión, reducida a sus
más simples términos, sirve de pauta y regla para resolución de
todos los casos análogos...”. “Fórmula” habría aparecido en el
castellano escrito a comienzos del siglo 17, precedida por
“horma”, a fines del 15, “forma”, a comienzos del 15, y
“formar”, en el 13.
fórmula para sumar es con una de las primeras a cada la-
do del símbolo “+”: x+z. Una justificación para este con- x z x:z
venio es que así se tiene una ventaja tipográfica porque se 1 1 1
respeta la secuenciación horizontal de la escritura; otra es 1 2 0,5
que se aprovecha el símbolo “+” para destacar por se- 1 3 0,333...
parado las variables x y z. Pero la tercera variable, y, cu-
yos estados se ubican dentro del rectángulo, se oculta. La 2 1 2
excusa es que queda tan restringida porque cada combi- 2 2 1
nación de estados de las otras le permite un estado único, 2 3 0,666...
que es como si no tuviera existencia propia y esas otras la
engendrasen cada vez. Esa excusa se ciñe a la conducta 3 1 3
empleada en el lenguaje doméstico cuando se da a un 3 2 1,5
efecto el nombre de la acción que lo provoca (por ejem- 3 3 1
plo, en “interpolación. (Del lat. interpolatio, -onis) f.
Acción y efecto de interpolar”), y también a la conducta Fig. 65: Una tabla parcial para dividir
usada con los esclavos a quienes se les reemplazaba sus
identidades por las de sus amos. Así se insinúa que la ter- La tabla de la figura 65 muestra 1 2 0,5 en su segundo
cera variable depende de las dos primeras. En verdad, an- renglón de estados, y no muestra 2 1 0,5 en ninguno;
te una expresión como “x+z” es el interlocutor quien tiene además, muestra 2 1 2 unos renglones más abajo, y no
que hacer todas las variaciones; pero la insinuación se 1 2 2 en ninguno. Para no olvidar eso, se da nombres di-
afirma porque, en el uso, la tercera variable, oculta, se
ferentes a las variables dominantes: “numerador” para
varía después que las dos primeras, explícitas, lo que nie-
cualquiera que vaya antes tanto en la tabla (a la izquierda)
ga a la tercera variable el carácter de dominante. Todo
eso introduce un par de ambigüedades primordiales: la como en las fórmulas “x:z” (a la izquierda) y “ ”(arriba);
secuenciación por la que llamamos “primeras” a las va-
y “denominador” para cualquiera que vaya después, tanto
riables x y z, y “tercera” a la y oculta tras x+z, es la exigi-
en la tabla (más a la derecha) como en las fórmulas “x:z”
da por el adverbio “respectivamente” para las abreviatu-
ras del capítulo 10, y afecta tanto a la tercera variable (a la derecha) y “ ”(abajo). Aunque en el uso x e y se
como a las dos primeras (esto es, a la primera y a la se-
varían sin respetar cuál fue puesta por el adverbio “res-
gunda, que, en el uso, se varían sin respetar cuál fue pues-
pectivamente” antes y cuál después, no podemos ignorar
ta por el adverbio antes y cuál fue puesta después); pero,
impunemente su secuenciación en las fórmulas, porque
por lo expuesto aquí, suele fingirse que x y z son domi-
ésta recuerda la secuenciación convenida para las colum-
nantes y que y es dependiente (y existe un convenio
nas de las tablas correspondientes.
según el cual, si se trata de representar a una dependencia
Para que los diagramas que corresponden tanto a las ta-
con orientación conocida mediante la fórmula, la variable
blas como a las fórmulas declaren la secuenciación nece-
oculta debe ser la dependiente); por otro lado, suele usar-
saria sin provocar confusiones de inteligencia ni coarta-
se “x+z” para representar igualmente tanto a la estructura
ciones inútiles de la soltura, podemos agregarles números
fingidamente causal de variables x, z e y relacionadas por
consecutivos cerca de las variables dominantes (más que
+, como a la variable fingidamente dependiente y. En lo
líneas de transición con puntas de flechas, porque éstas
que sigue, vamos a usar tales ambigüedades sin adverten-
tienden a confundírsenos con las de dependencia y se nos
cias.
enredan fácilmente). Pero, como sugiere la figura 66, si la
La fórmula para restar es parecida a la fórmula para su-
secuenciación ha originado apelativos diferentes para las
mar, con una variable dominante a cada lado del símbolo
variables dominantes, podemos agregar las letras iniciales
“-”, y sin la dependiente: x-z. La fórmula para multiplicar
de esos apelativos en vez de los números; y si la secuen-
a veces es con una variable dominante a cada lado del
ciación es fortuitamente irrelevante (como en la fórmula
símbolo “⋅”, y sin la dependiente: x⋅z; otras veces es con para multiplicar, a cuyas variables dominantes se da el
el símbolo “×” en vez del “⋅”: x×z; y muy a menudo es sin apelativo indiferente de “factores”), podemos abreviar
símbolo: xz. La fórmula para dividir a veces es con una evitando los agregados.
variable dominante a cada lado del símbolo “:”, sin la de-
pendiente: x:z; otras veces es con el símbolo “/” en vez
del “:”: x/z; y otras veces es con el símbolo “___” en vez
de los anteriores, cambiando la secuenciación horizontal
por una vertical ya que es con una variable dominante so-
bre ese símbolo y con la otra debajo: .
(“0,5⋅z± =A”).
1631, Thomas Harriot (¿1560?-1621; usó los símbolos
“<” y “>” para hacer menor y mayor; edición póstuma): Fig. 72: xz (“b” y “e” por “base” y “exponente”, respectiva-
“aaa-3⋅bba +2⋅ccc” mente)
3 2 3
(“a -3⋅b ⋅a=2⋅c ”).
La figura 72 se parece a la 50. Podemos regresar otra
1637, René Descartes (1596-1650):
vez al caso izquierdo de la figura 45, interpretando que
“yy cy-- y+ay-ac” estamos ante una dependencia variable y dependiente de
z. Además, como hicimos en la figura 60 al re-escribir
(“y2=c⋅y- ⋅y+a⋅y-a⋅c”) una tabla, podemos mantener fijo un estado de z; por
ejemplo, 3 para que surja x3 aludiendo a un par de varia-
1693: John Wallis (1616-1703): bles: a x y “x3”. Observemos la figura 73.
“x4+bx3+cxx+dx+e=0”
(“x4+b⋅x3+c⋅x2+d⋅x+e=0”).
1736: Isaac Newton (1643-1727):
“x3-ax2+axy-y3=0”
(“x3-a⋅x2+a⋅x⋅y-y3=0”). Fig. 73: Una secuencia de cuatro etapas y tres transiciones,
1748: Leonhard Euler (1707-1783; usó las expresiones para “x3”
simbólicas “sin” y “cos”):
“ev√ -1=cos.v+√-1⋅sin.v” De manera parecida surgen “1·x3”, “x1”, “800⋅x1” y
(“ev⋅i=cos(v)+i⋅sin(v)”). “800⋅x1-156751”, cada una aludiendo a un par de va-
“Trovame” (“encuéntrame”) y “sit” (“sea”), las formas riables como sugiere la figura 74.
verbales que aparecen entre las fórmulas repasadas, no
están en modo indicativo, sino imperativo. Originaria-
mente, “x=z” no describe “x es igual que z” sino pide
“iguale x a z” o, mejor, “varíe z y x (las variables) según
la tabla para igualar insinuada en la figura 70: a 1 y 1, a 2
y 2, a 3 y 3,... etcétera, respectivamente”. Fig. 74: Una secuencia de cuatro etapas y tres transiciones,
para “800⋅x2”
z =z
1 1
Ahora podemos poner la petición de Clavius en la figu-
2 2
ra 75.
3 3
36
con:
“interpolación. (Del lat. interpolatio, -onis)... f. Acción y
efecto de interpolar”; “interpolar. (Del lat. interpolare,
mejorar, rehacer, cambiar) tr. Poner una cosa entre otras. // 2.
Intercalar algunas palabras o frases en el texto de un manuscrito
antiguo, o en obras y escritos ajenos... // 4. Fís. Averiguar el
valor de una magnitud en un intervalo cuando se conocen
algunos de los valores que toma a uno y otro lado de dicho
intervalo”. “Interpolación” habría aparecido en el castellano
escrito durante el siglo 16.
En tablas más largas, tenemos que ubicar primero entre Ya está. En lo que era borrador tenemos la fórmula para
qué estados varían las variables dominantes, y entre qué interpolar.
estados obligan a variar a las dependientes; y, enseguida, Algebraicamente, podemos variarla sin afectar a la dis-
tenemos que plantear las fórmulas adecuándolas a esas yuntiva que la resuelve, hasta reformularla, encogida,
variaciones. como:
Volvamos a una variable dominante, x, y una depen-
diente, y, pero con una tabla más larga; por ejemplo, con
la de la figura 106.
x y
X0 Y0
X1 Y1
(No está demás terminar el asunto revisando que la
X2 Y2
fórmula encogida cumpla, por lo menos, lo expuesto en la
Fig. 106: Una tabla con una variable dominante y una depen-
diente tabla).
Para más variables dominantes, los tratamientos son
La primera fórmula de este capítulo sirve mientras x muy parecidos, con la salvedad de que se necesitan más
varía entre X0 y X1, obligando a que y varíe entre Y0 e Y1. factores fraccionarios. Como ejemplo, supongamos:
Si x varía entre X1 y X2, obligando a que y varíe entre Y1 4 6 7 x2
e Y2, tenemos que adecuarla de esta manera: 1 1 6 8
2 5 8 8
3 9 10 8
x1 y
Podemos efectuar todo de una manera bastante rutina-
ria, para cuya explicación basta un ejemplo de uso. Su- y supongamos también que x1 varía entre 2 y 3 y que x2
pongamos: varía entre 4 y 6, obligando a que y varíe entre 5, 8, 9 y
x y 10.
1 4 Escuetamente:
2 6 4 6 x2
3 4
2 5 8
Supongamos también que x varía entre 2 y 3, obligando 3 9 10
a que y varíe entre 6 y 4. x1 y
La última suposición nos exige concentrarnos en los
renglones inferiores de la tabla:
x y
2 6
3 4
En las condiciones sugeridas y con la disposición di- Lo que resulta evidente en la figura 124, es que gran
agonal de la figura 122, es fácil ubicar los gráficos inicia- parte de ella es inútil. Las figuras 122 a 124 son intere-
les enfrentando ejes a la manera de la figura 117. Y tam- santes y podrían ser útiles en varias ocasiones. Pero en
bién es fácil ubicar así un borrador listo para representar a ésta, donde sólo importa la dependencia entre w e y, de-
la dependencia entre w (como variable dominante) e y bimos haber empezado pensando en la estructura causal y
(como variable dependiente), según la figura 123. en la variación en el punto de vista involucrada; es decir,
debimos haber considerado la figura 125 (aunque no fue-
se de manera escrita).
Ya está.
También podemos hacer análisis y rediseños. Como
x y z x z y
ejemplo, consideremos la figura 151.
0 0 0 0 0 0
0 1 0 0 1 1
1 0 0 1 0 1
1 1 1 1 1 1
Fig. 157: Conjunto de dos tablas
x y z
0 0 0
1 1 1
Fig. 153: Tabla con tres variables binarias dominantes y una Fig. 160: Tabla final
dependiente, y agrupación rectangulares de unos, según el
método de Karnaugh
Fig. 165:
Fig. 166:
luego,
luego,
Fig. 168:
Repitámonos: en el ámbito técnico, las relaciones cla-
Obviamente, la causalidad se ha desdibujado de nuevo. ves entre las variables son las dependencias o, inversa-
Dejemos el tema una vez más, para comentar lo si- mente, las dominaciones. Se trata de faltas de in-
guiente: cuando las variables son graduales, igual que dependencias mutuas aparejadas con un supuesto añadido
cuando son binarias, cualquier tabla con varias variables al de reducción característica de esas faltas: con el su-
dependientes se puede interpretar como un conjunto de puesto de que unas variables dominan y otras dependen;
varias tablas más breves, con una variable dependiente que unas mandan y otras obedecen; que unas estimulan y
cada una; y cualquiera de esas tablas más breves con más otras responden; que unas son causas y otras, efectos.
que dos variables dominantes se puede interpretar, a su El criterio para decidir quién depende y quién domina,
vez, como un conjunto de varias tablas mínimas, con una no es evidente. Pero, pese a las ocasiones en que hemos
o dos variables dominantes cada una; pero, cuando las va- desdibujado la causalidad, desde el capítulo 9 suponemos
riables son graduales, a diferencia de cuando son binarias, que la orientación de las dependencias se va zanjando con
la formalización de las tablas mínimas es un problema el criterio de la imposición voluntaria de estados, com-
muy difícil. En efecto, si las variables tienen e estados plementado con que ninguna variable depende por dos o
con e suficientemente grande para hablar de gradualidad más dependencias diferentes, y con que ninguna variable
(por ejemplo, y muy conservadoramente, 1000), las tablas domina variando después.
alternativas posibles con una variable dominante y una Lo último nos pone frontalmente ante un tema que ini-
dependiente son (por ejemplo, 10001000: un número ciamos en el capítulo 9, y que hasta aquí hemos tratado
colosal), y con dos variables binarias dominantes y una con demasiada liviandad: la presencia de retardos.
dependiente son (por ejemplo, 10001000000: un número Como está puesto cerca de la figura 44, no cabe dicta-
más colosal aún). Así, cuando las variables son graduales minar sencillamente que las variables que varían después
es muy difícil hacer formalizaciones exhaustivas como son dependientes, porque, según ese dictamen, las dos es-
las que muestran las figuras 138, 140, 141 y 142, para va- tructuras de la figura nos resultan indistinguibles si en la
riables binarias; y no es cuerdo pensar en estructurar izquierda x obedece a z con algún retardo e y obedece a x
cualquier dependencia a base de algunas de las formali- con un retardo parecido, mientras en la derecha x obedece
zadas, mediante un método como el de Karnaugh. a z con el mismo retardo e y obedece a z con un retardo
Cuando las variables son graduales, las nociones pro- doble; y la confusión es peor si las variaciones se hacen
fundas son parecidas a las usadas cuando las variables cíclicas o se detienen, porque entonces se torna difícil no-
son binarias; pero, en realidad, la diversidad de casos es tar qué ocurre después y qué, antes.
entonces tan grande, que hay que lidiar con muchos de Pero ese argumento merece algunas explicaciones.
ellos según aparezcan, manteniendo alguna esperanza en Redibujemos la figura 44 según la 169.
las resoluciones algebraicas (que, si son sólo de inserción
de unas fórmulas en otras, no hacen más que insinuar las
estructuras ocultando variables dependientes y, si no, nos
desbordan con facilidad). Fig. 169: Dos estructuras causales de tres variables (x, y y z) y
Para aumentar la desazón, aún nos faltan las dependen- dos dependencias (z dominando, x dependiendo y dominando, o
cias que no son estrictas (y que también nos desbordan), y dependiendo, e y dependiendo), con retardos (desdibujados)
por lo menos un tema pendiente desde el capítulo 9.
Vamos a ese tema, ignorando los desbordantes. Lo que pretendemos insinuar mediocremente en el caso
izquierdo de la figura 169, es que x depende de z, e y de-
pende de x; esto es, que x e y son efectos de z y x, respec-
tivamente; pero son efectos retardados: x, y y z varían se-
cuencialmente (esto es, evolucionan escena a escena), y
en cualquier etapa (esto es, escena) x depende más de
cómo estaba z en la anterior, que de cómo está en la pre-
sente, e y depende más de cómo estaba x en la anterior,
que de cómo está en la presente. Parecidamente, lo que
pretendemos insinuar en el caso derecho de la figura 169,
es que x e y son efectos retardados de z: en cualquier eta-
pa (escena), x depende más de cómo estaba z en la ante-
rior, que de cómo está en la presente, e y depende más de
cómo estaba z en la anterior a la anterior, que de cómo
está en la presente o estaba en la anterior.
Podemos mejorar un poco las insinuaciones procurando
desmontar en las dependencias los retardos que pudieran
incluir, y lo demás. Para ello, formalicemos como “retar-
do Δt” a una igualación retardada en Δt; esto es, a una
dependencia según la cual una variable dependiente y
otra dominante evolucionan de manera que el estado de la
dependiente en cualquier escena iguala al que tenía la Desde ahora y hasta el fin de este libro, supongamos
dominante en la escena anterior (entendiendo que la sepa- que Δt es el retardo que media entre los estados consecu-
ración temporal entre ambas escenas es, precisamente, tivos de las secuencias representativas de todas las varia-
Δt); o, dicho al revés, el estado de la dominante en cual- bles que evolucionan temporalmente, que t es una varia-
quier escena presente será igualado por el de la depen- ble que evoluciona y sirve como medida oficial del tiem-
diente en la escena siguiente. po, y que Tk=k·Δt para cualquier k que es un número en-
Con esa formalización y como ejemplo, podemos vol- tero (de manera que, efectivamente, cualquier Tk y cual-
ver a dibujar la figura 169 según la 170 o, equivalente- quier Tm tienen negado parecerse para k≠m).
mente, según la 171, suponiendo que los retardos son los En tal circunstancia, podemos representar a la evolu-
señalados y que (1) se repite en ambos casos. Entonces x ción de t con la secuencia de la figura 173.
queda dependiendo de z por igual en ambos casos, incon-
dicionalmente, mientras y queda dependiendo de z por Fig. 173: Evolución de la variable t, en secuencia de estados
igual en ambos, con la condición de que la dependencia
(3) en el caso derecho equivalga al conjunto de las de- También podemos representar a la evolución de t y a,
pendencias (1) y (2) en el izquierdo. conjuntamente, con la secuencia de la figura 174.
Fig. 170: Dos estructuras causales de tres variables (x, y y z) y También podemos representar a esa evolución con la
dos dependencias (z dominando, x dependiendo y dominando, o lista vertical de la figura 175 (apelando a la manera occi-
dependiendo, e y dependiendo), con retardos (desdibujados) dental de leer hacia abajo).
T1 A1
T2 A2
... ...
Tk Ak
Fig. 171: Dos estructuras causales de tres variables (x, y y z) y ... ...
dos dependencias (z dominando, x dependiendo y dominando, o Fig. 175: Evolución de t y a, en lista vertical de estados
dependiendo, e y dependiendo), con retardos (dibujados)
También podemos representar a la evolución con la ta-
Pero, para mejorar en definitiva las insinuaciones, de- bla de la figura 176.
bemos hacernos cargo de que estamos ante variables que t a
evolucionan variando secuencialmente. Δt A1
Volvamos, pues, a las secuencias del capítulo 5 y to- 2⋅Δt A2
memos como ejemplo a una variable de la figura 170 o de ... ...
la 171; en particular, tomemos a la variable dominante en k⋅Δt Ak
el retardo cuya variable dependiente es x, y llamémosla a. ... ...
Si, con notación parecida a la del capítulo 14, llamamos Fig. 176: Evolución de t y a, en tabla
A1 al primer estado de a, A2 al segundo, y en general Ak
al k-ésimo (donde k es un número entero), podemos re- Y también podemos representar a la evolución con el
presentar a la evolución de a con la secuencia de la figura gráfico de la figura 177 (donde A2=Ak como ilustración
172 (que no es una estructura causal, sino temporal). de los parecidos posibles).
Vale decir, supongamos que la figura 171 es, más bien, Fig. 193: Variables graduales en una estructura causal con un
la 191. retardo
t x z
0 16 16 Eso significa que x se puede quedar quieta estando en 0,
Δt 8 8 lo cual se verifica fácilmente suponiendo X0=0 y compu-
2·Δt 4 4 tando la tabla correspondiente.
3·Δt 2 2 t x z
4·Δt 1 1 0 0 0
5·Δt 0,5 0,5 Δt 0 0
6·Δt 0,25 0,25 ...
7·Δt 0,125 0,125 Fig. 197: Otra tabla para el caso de la figura 193
8·Δt 0,0625 0,0625
... Según muestra la figura 197, si X0=0, el estado de z y x
Fig. 195: Tabla para el caso de la figura 193 cuando t=0 empieza a repetirse cuando t=Δt: estando en
0, z se queda quieta y x, también.
Lo que aporta, además, la resolución algebraica recien-
te, es que, en el caso tratado, no hay otro estado en el que
z y x se puedan quedar quietas. Y lo que muestra el gráfi-
co de la figura 196, es que, en el caso tratado, x tiende a
aquietarse en ese estado único.
Hay muchos casos donde una variable puede quedarse
quieta en un estado único; muchos casos donde una va-
riable puede quedarse quieta en cualquiera de varios esta-
dos; y muchos donde no puede quedarse quieta en ningu-
no. Todo eso se aclara con el Álgebra, si se anulan men-
talmente los retardos y se logran las resoluciones alge-
braicas correspondientes.
Por otro lado, hay muchos casos donde una variable
Fig. 196: Gráfico para el caso de la figura 193 puede quedarse quieta y tiende a aquietarse; muchos ca-
sos donde una variable puede quedarse quieta y no tiende
En las figuras 195 y 196, es notorio que x evoluciona a aquietarse; muchos donde una variable puede quedarse
tendiendo a 0; esto es, que, secuencialmente, sus estados quieta, está casi quieta y se intranquiliza; y muchos donde
se van pareciendo a 0 hasta que las diferencias entre los una variables puede quedarse quieta en cualquiera de va-
finales, y entre éstos y dicho 0, son insignificantes. rios estados, está casi quieta en alguno de ellos, se intran-
Hay en eso algo que merece ser destacado: cuando las quila y tiende a aquietarse en otro. Eso no se aclara con el
diferencias entre los estados de una variable son insigni- Álgebra que aprendimos mientras éramos niños y, en este
ficantes, su estado (k-1)-ésimo, su estado k-ésimo y su libro, queda por verse computando tablas como las de es-
estado (k+1)-ésimo son parecidos en todo (excepto en te capítulo, según el caso.
que uno es el (k-1)-ésimo, otro es el k-ésimo y otro es el Retomemos las variables binarias, recortemos otra parte
(k+1)-ésimo), y por ello podemos anular mentalmente los de la figura 180, y agreguémosle una complicación según
retardos reemplazando las igualaciones tras retardos por la figura 198.
igualaciones vulgares. En retorno, al anular así los retar-
dos quedamos ante el Álgebra de los capítulos 11 a 17 y,
si logramos una resolución algebraica, descubrimos cada
Fig. 198: Variables binarias en una estructura causal con un
estado en que la variable se puede quedar quieta o, dicho
retardo
más profusamente, se puede quedar evolucionando de
manera que las diferencias entre sus estados, y entre éstos Anulando el retardo:
y el aludido, son insignificantes.
Por ejemplo, si anulamos el retardo en el caso de las fi-
guras 193 a 196:
luego:
luego:
Eso significa que z no se puede quedar quieta en ningún
estado; y c, tampoco.
Sin anular el retardo:
Z k = C k -1
luego:
C k -1 = Z k -1
t c z
0 0 1
Δt 1 0
2·Δt 0 1
...
Fig. 201: Otra tabla para el caso de la figura 198
( )
Z k +1 = Z k ∧ X k ∨ ( X k ∧ Yk )
Fig. 205: Variables binarias en una estructura causal con dos y luego (ignorando y=x=z=±∞):
retardos
luego:
t x y
0 -10
Podemos reformularla algebraicamente de manera ru-
Δt -164751
dimentaria (apenas accesible para Clavius, gracias a la
2⋅Δt -55,820461394931...
notación de Vieta), según:
3⋅Δt -200607,369159449...
4⋅Δt -58,539493541773...
5⋅Δt -203582,594833418...
lo cual da el diagrama de bloques viciado de la figura
6⋅Δt -58,827457597867...
211. ...
Fig. 215: Tabla para el diagrama izquierdo de la figura 213
x tiende a -58,851508917837...
Así, podemos resolver la petición problemática de Cla-
vius con esta petición parcial, no problemática: “varíe x a
-58,851508917837...” (lo cual completa la resolución que
en el capítulo 11 prometimos explicar).
Fig. 211: La petición Por el otro lado, si X0=-10, podemos usar el esbozo de
la figura 214 para predecir, en el diagrama derecho de la
Podemos enmendarla causalmente despejando x en vez 213, las evoluciones que muestra la tabla de la 216.
de y en una de las dos fórmulas, según:
t x y
0 -10
o: Δt -1000
2⋅Δt 194,68875
3⋅Δt 7379425,79888...
4⋅Δt 9420,22099...
lo cual equivale a una inversión de flechas y bloques en
5⋅Δt 835955721242,82109...
uno de los dos lados de la figura 211, y da uno de los dos
...
diagramas de bloques no viciados de la 212. Fig. 216: Tabla para el diagrama derecho de la figura 211
x tiende a ∞.
Para entender mejor lo que ocurre, grafiquemos la re-
formulación rudimentaria de la petición en forma suelta
(e inaccesible para Clavius, antes de Descartes), según la
figura 217 (donde (i) y (d) se refieren a la fórmula iz-
Fig. 212: Dos estructuras causales quierda y a la fórmula derecha, respectivamente).
o:
Fig. 217: Gráficos
lo cual da uno de los dos diagramas de bloques de la figu- En el primer despeje, la fórmula izquierda se encarga de
ra 213, que se parecen a la 205 y a la 208. variar x según y: en la figura 217, pone el gráfico (i) co-
mo meta de transiciones horizontales; y la fórmula dere- Hablemos ahora de la predicción de evoluciones en es-
cha se encarga de variar y según x: pone el gráfico (d) tructuras, como las de este capítulo, donde hay más que
como meta de transiciones verticales. Así, lo que ocurre un retardo.
con el primer despeje es lo que ilustra sueltamente la fi-
gura 218: una tendencia al punto en que los dos gráficos
se superponen y, según el final del capítulo 15, resuelven.
37
“método (Del lat. methodus, y este del gr. µεθοδοζ) m.
Modo de decir o hacer con orden una cosa...”. “Método” habría
aparecido en el castellano escrito durante el siglo 16.
sólo para el final, cuando ya hayamos dado por resuelta la
petición de Clavius; pero, con las transiciones de retorno,
no sabemos cuándo finalizar. Para disipar tal desgracia,
los métodos de computación permiten plantear transicio-
nes condicionadas por descripciones que, estando válidas,
franquean dichas transiciones y, estando inválidas, las
niegan.
Con tranquilidad, podemos anotar las descripciones
condicionantes al lado de las transiciones condicionadas
por ellas; pero la notación misma merece algunas dudas:
tradicionalmente, se anota fórmulas como las habituales
desde el capítulo 11, cuyo carácter es más imperativo que
indicativo; vale decir, pese a que se trata más de peticio-
nes que de descripciones.
Aprovechando que en las etapas nos estamos descol-
gando de las peticiones habituales y estamos usando
fórmulas con flechas en lugar de símbolos para igualar,
donde podemos notar el descuelgue, hagamos el desagui-
sado tradicional: en las transiciones anotemos fórmulas
como las habituales interpretándolas, no como peticiones,
sino como descripciones de sus cumplimientos presuntos;
por ejemplo, no interpretemos “y=x” como “varíe x e y a
0 y 0, o a 1 y 1,… respectivamente, según la tabla para
igualar” ni, más brevemente, como “iguale y y x”, sino
como “y y x están iguales”, que puede considerarse como
válida o inválida según los estados de x e y tras las últi-
mas etapas del método en que variaron.
Este será otro secreto travieso que negará la inteligencia
a quienes no estén en la complicidad.
En la petición de Clavius, para dejar la escritura sólo
para el final, cuando ya hayamos dado por resuelta la pe-
tición, necesitamos describir el final; y podemos hacerlo,
por ejemplo, re-escribiendo la petición misma así:
luego, así:
Fig. 221: Método de computación
39 40
“eterno, na (Del lat. aeternus) adj. Que solo es aplicable “acumulación (Del lat. accumulatio, -onis) f. Acción y efecto
propiamente al Ser divino, que no tuvo principio ni tendrá fin. de acumular”. “acumular (Del lat. accumulare; de ad, a, y
//2. Que no tiene fin...”. “Eterno” habría aparecido en el caste- cumulare, amontonar) t. Juntar y amontonar...”. “Acumulación”
llano escrito durante el siglo 14. habría aparecido en el castellano escrito durante el siglo 16.
do positivo más parecido a 0, que no nos oculte las varia-
(2)
ciones. En general, tenemos que tolerar errores de predic-
ción y decidir Δt haciéndolo tender a 0 lo suficiente para
que dichos errores se mantengan en lo tolerado. Eso tam- (3)
bién es asunto del Cálculo y se anota con esta fórmula:
Fig. 245: Estructura espacial Fig. 246: Estructura causal (si ignoramos las variables que no
evolucionan y si, al despejar una variable en el lado izquierdo
de una fórmula, pretendemos decir que la variable aludida en
t es el tiempo, en [s]. ese lado depende de las aludidas en el derecho)
xi(t) es la posición del cuerpo izquierdo, en [m] hacia la
derecha de una referencia; x2(t) es la del derecho, en [m] La estructura causal es dudable pues, aunque (3), (5),
hacia la derecha de la referencia: (8), (10), (11), (13), (14) y (15) no contienen ninguna va-
(1) riable que evoluciona: (1), (2), (7) y (9) contienen 2 cada
una; (4), (6) y (12) contienen 3; y, por tanto, despejando
una de esas variables en el lado izquierdo de cada una de
(2)
las 7 ecuaciones donde aparecen, se puede plantear 24⋅33
(=432) sistemas de ecuaciones distintos pero equivalentes
algebraicamente a (1)-(15).
xi(0) es la posición del cuerpo izquierdo inicialmente, Pero no es cuerdo plantear que una fuerza a través de la
en [m] hacia la derecha de la referencia; vi(t) es la veloci- frontera de un recinto depende de las otras a través de la
dad del cuerpo izquierdo, en [m s-1] hacia la derecha; frontera y, por derivación, del momentum en el recinto,
xd(0) es la posición del derecho inicialmente, en [m] hacia sino que el momentum depende por integración de todas
la derecha de la referencia; vd(t) es la velocidad del dere- las fuerzas.
cho, en [m s-1] hacia la derecha: (7) y (9) tienen momenta despejados en sus lados iz-
(por ejemplo) (3) quierdos, como corresponde según ese argumento; por
(4) consiguiente, los 2 despejes imaginables en cada una de
(por ejemplo) (5) ellas se reducen al que está planteado y, de los 432 siste-
mas de ecuaciones equivalentes algebraicamente a (1)-
(6)
(15), los cuerdos causalmente son, a lo más, 22⋅33 (=108).
Pero no es cuerdo suponer que una variable depende de
pi(t) es el momentum en el cuerpo izquierdo, en [N s] otras por dos o más dependencias diferentes.
hacia la derecha; mi es la masa en el cuerpo izquierdo, en De los 108 sistemas de ecuaciones restantes, 107 tienen
[kg]; pd(t) es el momentum en el derecho, en [N s] hacia por lo menos una variable despejada en los lados izquier-
la derecha; md es la masa en el derecho, en [kg]: dos de dos ecuaciones, y no son cuerdos causalmente.
(7) Sólo hay 1 que sí es (y con retardos en todas las depen-
dencias mutuas): (1)-(15).
(por ejemplo) (8) Si nos interesan las evoluciones de xi y xd; si queremos
hacer predicciones usando la estructura causal y la
(9) aproximación de Euler con retardo Δt para las integracio-
nes en (1), (2), (7) y (9); si queremos estructurar tempo-
(por ejemplo) (10) ralmente un método de computación para hacer las pre-
dicciones; y si preferimos dejar xi inicial, xd inicial, pi ini-
cial, pd inicial, mi, md, K, L, Δt y t inicial a la voluntad del
pi(0) es el momentum en el cuerpo izquierdo inicial-
usuario; entonces, podemos plantear (1)-(15) como:
mente, en [N s] hacia la derecha; f(t) es la fuerza del
(8’)
(10’)
K = ... (14’)
L = ... (15’)
(3’)
(5’)
(11’)
(13’)
(4’)
(6’)
f k = K ⋅ ( x d ,k − x i,k − L) (12’)
x i,k +1 = x i,k + v i,k ⋅ Δt (1’)
x d ,k +1 = x d ,k + v d ,k ⋅ Δt (2’)
pi,k +1 = pi,k + f k ⋅ Δt (7’)
pd ,k +1 = pd ,k − f k ⋅ Δt (9’)
t es el tiempo, en [s].
xb(t) es la posición del barco, en [m] hacia la derecha de
una referencia:
(1)
(11’)
(10’)
(7’)
(8’)
(1’)
(4’)
(5’)
Ya está.
Intentemos un último avance de conocimiento.
Hasta aquí hemos supuesto viajeros limpiamente eter-
nos, viajando por estructuras espaciales y acumulándose
circunstancialmente en sus recintos.
Hay quienes son (casi) eternos en algunos aspectos y
efímeros en otros, lo cual permite clasificarlos efímera-
mente en especies, y acumularlos circunstancialmente en
recintos respectivos. Así, podemos imaginarlos viajando
por estructuras taxonómico-espaciales, y predecirles
comportamientos como en los párrafos anteriores de este
capítulo.
Son fáciles de hallar.
La expresión química más simple de una reacción que
Fig. 253: Estructura temporal (de método de computación)
involucra moléculas de especies diferentes, es como si-
gue:
y, enseguida, que en ese recinto:
43
Esto es válido para unas 6 o 7 cifras significativas en las reacciones
entre moléculas; más allá de esas cifras aparecen discrepancias, porque
las masas no son eternas estrictamente.
donde A es otro coeficiente, en [kg1-(εr1+...εrM) m3·(εr1+...εrM)
s-1], y εr1,... y εrM son exponentes adecuados.
Vamos a la reacción del ejemplo:
2NO+2H2→ N2+2H2O
Ya está.
Y ya basta.
{1.1} Diseñe una estructura espacial plana con el conector La explicación restante fue larga y amplia. Pero, para la
y los módulos como recintos, principales, y los caminos pregunta misma, se reduce a lo puesto en el capítulo 6
como pasadas, secundarias, sin que ninguno se traslape acerca del número de pasadas disponibles en cada recinto.
con otro.
{2.1} Determine cómo podría cruzar el viajero todos los
{1.2} Rediseñe la estructura agregando un conector de puentes, pero ninguno más que una vez; y cómo podría
alimentación (A) y un camino entre él y cada módulo. hacerlo terminando el viaje en el sector donde lo empezó.
{1.3} Rediseñe la estructura añadiendo, además, un co- {2.2} Determine cómo podría hacer lo pedido en {2.1} si
nector de “tierra” (T) y un camino entre él y cada módu- se demoliera los puentes a y g.
lo.
{2.3} Determine lo mismo si, en vez de demoler los puen-
Solución: tes a y g, se construyera otro puente, h, entre los sectores
{1.1} Por ejemplo, A y D, al lado del puente e.
Solución:
{2.1} En el sector A, en el B, en el C y en el D, el número
de puentes disponibles es impar. No podría.
{2.2} Podría, por ejemplo, según la secuencia
{1.2} La estructura no se deja aplanar o, por lo menos, se
resiste mucho.
{2.3} En el sector B y en el C, el número de puentes dis-
{1.3} La estructura no se deja aplanar.
ponibles es impar. Podría cruzar todos los puentes y nin-
guno más que una vez, pero empezando el viaje en uno
________________________________________
de esos dos sectores y terminándolo en el otro; por ejem-
{2}
plo, según la secuencia:
En la Prusia Oriental de comienzos del siglo 18, la ciu-
dad de Königsberg tenía cuatro sectores separados por el
río Pregel, y siete puentes tendidos sobre el río para unir ________________________________________
esos sectores. De ello había surgido una pregunta que no {3}
se dejaba responder: ¿cómo podría cruzar un viajero, en
singular, todos los puentes, pero ninguno más que una Imaginemos que la estructura espacial siguiente es de
vez?. siete pueblos (A, B, C, D, E, F, G), como recintos, y once
En 1736, Euler escribió su Solutio problematis ad geo- caminos simples entre ellos, como pasadas, y que los
metriam situs pertinentis, donde zanjó el tema usando números indican las longitudes de los caminos, en [km].
una figura parecida a ésta:
________________________________________
{5}
{7.1}
0 1 2 x
0 2 0 1
1 1 2 0
2 0 1 2 {8.1} Renombrando las distancias OX y OY como x e y,
z y respectivamente, formule cómo depende y de x, fingida-
mente al menos.
{7.2}
0 1 2 3 x {8.2} Grafique la dependencia.
0 2 3 0 1
1 1 2 3 0 Solución:
2 0 1 2 3 {8.1}
z y
Solución:
{7.1}
0 1 2 x
0 2 0 1
1 1 2 0
2 0 1 2
y z
(Es curioso: la tabla resultó igual) ________________________________________
{7.2} {9}
0 1 2 3 x
0 2 0 1 En 1637, Descartes escribió su Géometrie, de la que
1 1 2 0 provienen las citas y la figura 80 del capítulo 12. Allí di-
2 0 1 2 bujó también esta figura:
3 0 1 2
y z
(La tabla, que parecía completa, resultó con localidades
vacías)
y redactó lo siguiente: “Vea las líneas AB, AD, AF y
otras parecidas, que supongo haber sido descritas con la
ayuda del instrumento YZ, el cual está compuesto de va-
rias reglas de tal manera unidas, que al estar la señalada
YZ detenida sobre la línea AN, se puede abrir o cerrar el
ángulo XYZ; y que cuando está cerrado del todo, los pun-
tos B, C, D, E, F, G, H están todos reunidos en el punto
A; pero a medida que se lo abre, la regla BC, que está
unida en ángulo recto con XY en el punto B, repele hacia
Z la regla CD, que corre sobre YZ formando siempre
ángulos rectos con ella, y CD repele DE, que corre
igualmente sobre YX permaneciendo paralela a BC, DE
repele a EF, EF repele a FG, ésta repele GH. Y puede
concebirse una infinidad de otras, que se repelen consecu-
tivamente de la misma manera, y de las cuales unas for-
man siempre los mismos ángulos con YX y las otras con
YZ. Ahora, mientras se abre así el ángulo XYZ, el punto
B describe la línea AB, que es un círculo, y los otros pun-
tos D, F, H, donde se efectúan las intersecciones de las
{9.2}
otras reglas, describen otras líneas curvas AD, AF, AH,
las cuales son por orden más complicadas que la primera,
y ésta que el círculo”.
Solución:
{9.1}
________________________________________
{10}
Solución:
{11.1}
Solución:
{10.1} x y
0 1 2 3 y 4 2
2 2 1 0,5 0,25 8 6
3 3 1,5 0,75 0,375 10 ¿7,5?
4 4 2 1 0,5 11 8
x z ¿17? 12
20 14
{11.2}
x y
4 2
8 6
10
11 8
12
{10.2} 20 14
0 1 2 y
1 0 1 3
2 0 0,5 2
3 0 1
x z
{12.6} w=1, 0≤x≤1, 0≤y≤1 y:
w x y z
0 0 0 -2
0 0 1 -1
0 1 0 0
0 1 1 0
1 0 0 1
1 0 1 2
x y 1 1 0 3
4 2 1 1 1 0
8 6
10 {12.7} w=0, 0≤x≤1, 0≤y≤1 y la misma tabla que en
11 8 {12.6}.
12
20 14 {12.8} 0≤w≤1, x=1, 0≤y≤1 y la misma tabla que en
{12.6}.
0 0 1 1 w
0 1 0 1 x
{12.5} 0 -2 0 1 3
-1 0 1 x 1 -1 0 2 0
-1 1 1 -1 y z
0 1 0 0
1 0 0 1
y z
{12.10}
{12.6}
1− w 1− x 1− y w − 0 1− x 1− y
z= ⋅ ⋅ ⋅ (−2) + ⋅ ⋅ ⋅1
1− 0 1− 0 1− 0 1− 0 1− 0 1− 0
0 0 1 1 w 1− w x − 0 1− y w − 0 x − 0 1− y
+ ⋅ ⋅ ⋅0+ ⋅ ⋅ ⋅3
0 1 0 1 x 1− 0 1− 0 1− 0 1− 0 1− 0 1− 0
0 -2 0 1 3 1− w 1− x y − 0 w − 0 1− x y − 0
+ ⋅ ⋅ ⋅ (−1) + ⋅ ⋅ ⋅2
1 -1 0 2 0 1− 0 1− 0 1− 0 1− 0 1− 0 1− 0
y z 1− w x − 0 y − 0 w −0 x −0 y −0
+ ⋅ ⋅ ⋅0+ ⋅ ⋅ ⋅0
1− 0 1− 0 1− 0 1− 0 1− 0 1− 0
= −2 + 3⋅ w + 2 ⋅ x + y − x ⋅ y − 3⋅ w ⋅ x ⋅ y
________________________________________
{13}
{12.7}
En el capítulo 14 hay fórmulas para interpolar.
0 0 1 1 w
Demuestre algebraicamente que podemos variar dos de
0 1 0 1 x esas fórmulas sin afectar a las disyuntivas que las resuel-
0 -2 0 1 3 ven, hasta reformularlas, respectivamente, como:
1 -1 0 2 0
y z
e
X11 ⋅ X 21 ⋅ Y00 − X11 ⋅ X 20 ⋅ Y01 − X10 ⋅ X 21 ⋅ Y10 + X10 ⋅ X 20 ⋅ Y11
y=
(X11 − X10 ) ⋅ (X 21 − X 20 )
X 21 ⋅ Y10 − X 21 ⋅ Y00 − X 20 ⋅ Y11 + X 20 ⋅ Y01
+ ⋅ x1
{12.8} (X11 − X10 ) ⋅ (X 21 − X 20 )
X11 ⋅ Y01 − X11 ⋅ Y00 − X10 ⋅ Y11 + X10 ⋅ Y10
+ ⋅ x2
(X11 − X10 ) ⋅ (X 21 − X 20 )
Y00 − Y01 − Y10 + Y11
+ ⋅ x1 ⋅ x 2
(X11 − X10 ) ⋅ (X 21 − X 20 )
0 0 1 1 w
0 1 0 1 x ________________________________________
0 -2 0 1 3 {14}
1 -1 0 2 0
y z Consideremos algunos pares de dependencias para los
que vale la variación siguiente en el punto de vista:
(Para interpolar, hemos supuesto que la tabla original de
la derecha era parcial; si el supuesto no es válido, el
renglón intermedio de la tabla final, tampoco)
{14.3}
x y y z
1 3 3 8 c no queda dependiendo de f: ambas variables son inde-
2 4 5 9 pendientes mutuamente; pero c no es tan libre como pue-
5 6 6 7 de parecer.
d c y c d luego c d luego c luego f c
Solución: 0 1 0 0 1 2 1 2 1
{14.1} 1 1 1 2 3 3 3 2 3
x z 2 1 2 2 4 1
1 7 3 3 3 3 4 3
2 8 6 1
4 10 6 3
(De dos dependencias cuyos gráficos son líneas curvas, 8 1
resultó una dependencia cuyo gráfico es una línea recta) 8 3
{14.2}
x z ________________________________________
0 0 {16}
0 1
1 0 Grafique cómo queda dependiendo z de w en cada uno
1 1 de los conjuntos de dependencias graficadas a continua-
(¡De dos dependencias poco estrictas, resultó lo que pare- ción.
ce una independencia mutua!)
{14.3} {16.1}
x y y z
1 3 3 8
2 4 5 9
5 6 6 7
{16.2}
x y e y z
1 3 3 8
2 4 4 8,5
5 6 5 9
6 7
luego x z
1 8
2 8,5
5 7
{16.3}
{16.5}
w x z
0 0 0
0,5 0,5 0
1 1 0,5
1,5 0,5 0
2 0 0
3 -1 1
Solución: 4 0 0
{16.1} {16.4}
{16.5}
{16.2}
________________________________________
{18}
{18.1}
{18.2}
{18.3}
{18.8}
{18.9}
{18.10}
{18.11}
{18.12}
{17.2}
{18.13}
{18.14}
Solución:
{18.1}
(La figura tiene superpuestos el gráfico establecido en
{17.1} y el original inferior orientado al revés que la de-
pendencia, de la variable dependiente a la dominante, x y x˅y y˅x
aunque se nota poco) 0 0 0 0
x y 0 1 1 1
2 1 1 0 1 1
1 1 1 1
{18.2}
x y x˄y y˄x w x y x˅y w˅x w˅( x˅y) (w˅x)˅y
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
0 1 0 0 0 0 1 1 0 1 1
1 0 0 0 0 1 0 1 1 1 1
1 1 1 1 0 1 1 1 1 1 1
{18.3} 1 0 0 0 1 1 1
1 0 1 1 1 1 1
1 1 0 1 1 1 1
x 0 x˅0 1 1 1 1 1 1 1
0 0 0 {18.12}
1 0 1
{18.4}
x 1 x˄1
0 1 0
1 1 1 w x y w˅x w˅y x˄y (w˅x)˄( w˅y) w˅( x˄y)
{18.7} 0 0 0 0 0 0 0 0
0 0 1 0 1 0 0 0
0 1 0 1 0 0 0 0
0 1 1 1 1 1 1 1
x x x˅x
1 0 0 1 1 0 1 1
0 0 0
1 0 1 1 1 0 1 1
1 1 1
1 1 0 1 1 0 1 1
{18.8}
1 1 1 1 1 1 1 1
{18.14}
x x x˄x
0 0 0
1 1 1
{18.9}
w x y w˄x w˄y x˅y (w˄x)˅( w˄y) w˄( x˅y)
0 0 0 0 0 0 0 0
0 0 1 0 0 1 0 0
x x˅ 0 1 0 0 0 1 0 0
0 1 1 0 1 1 0 0 1 0 0
1 0 1 1 0 0 0 0 0 0 0
{18.10} 1 0 1 0 1 1 1 1
1 1 0 1 0 1 1 1
1 1 1 1 1 1 1 1
x x˄ ________________________________________
0 1 0 {19}
1 0 0
{18.11} En 1703, Leibniz escribió su Explication de l'arithméti-
que binaire, qui se sert des seuls caractères 0 et 1, avec
des remarques sur son utilité, et sur ce qu'elle donne le
sens des anciennes figures chinoises de Fohy, en la cual
puso la Aritmética binaria aludida en el capítulo 16 de es-
te libro.
Diseñe un diagrama de bloques parcial para restar en
Aritmética binaria, usando el método de Karnaugh ________________________________________
{20}
Solución:
En el caso de la suma, la reserva indica cuántos pares se
deben restar al coeficiente de la potencia de 2 en estudio
para que dicho coeficiente quede igual que 0 o 1, y se de-
ben sumar como unidad al coeficiente de la potencia in-
mediatamente superior, para que la suma global quede
correcta. En el caso de la resta, el préstamo indica cuántas
unidades se deben restar al coeficiente de la potencia in- {20.1} Formule cómo queda dependiendo z de v, w, x e y.
mediatamente superior y se deben sumar como pares al
coeficiente de la potencia en estudio. Obviamente, el {20.2} Complete la tabla siguiente:
préstamo final puede constituirse en un problema, impli- 0 0 1 1 v
cando una resta global negativa, fuera de los números na- 0 1 1 0 w
turales y con necesidad de un código más depurado; pero 0 0
este libro no alcanza para atenderlo. 0 1
1 1
1 0
x y z
0 0 1 1 v
0 1 1 0 w
0 0 0 0 1 1
0 1 0 0 1 1
1 1 0 0 1 1
1 0 0 0 1 1
x y z
{20.3}
________________________________________
{21}
{21.2}
{21.13}
{21.3}
{21.14}
{21.4}
{21.15}
{21.5}
{21.16}
{21.6}
Solución:
{21.1}
{21.7} x y
{21.2}
{21.8}
x y z
0 0 0
1 0 0
1 1 1
{21.9} {21.3}
x y z
0 1 1
{21.4}
x y z
{21.10} 0 0 0
0 1 1
1 1 1
{21.5}
x y z
{21.11} 1 0 0
{21.6}
x y z
0 0 0
0 1 1
{21.7}
x y z {22.6}
1 0 0
1 1 1 {22.7}
{21.8}
{22.8}
{22.9}
x y z
0 0 0 Solución:
1 1 1 {22.1}
{21.9} {22.2}
x y z {22.3}
0 0 0 {22.4}
{21.10} {22.5}
x y z {22.6}
{21.11} {22.7}
x y z {22.8}
0 0 0 {22.9}
1 1 1
{21.12} ________________________________________
x y z {23}
1 1 1
{21.13}
x y z
{21.14}
x y z
0 0 0
{21.15}
x y z Deduzca cómo quedan w e y cuando q está en 1/3 y r
1 1 1 está en 9/2.
{21.16}
Solución:
x y
0 1
1 0
________________________________________
{22}
{22.2}
{22.3}
{22.4}
{22.5}
{24.1} Formule cómo queda dependiendo z de x e y.
bla que resuelva esa petición, sin pretender una depen-
{24.2} Rediseñe el diagrama algebraicamente. dencia entre las constantes.
Solución: Solución:
{24.1}
________________________________________
{27}
{27.1}
________________________________________
{26} {27.2}
x y
1 -1
4 2
y x
{27.2}
-1 1
2 4
(Revise el ejercicio {27.1})
{28.2}
r x y e y x
-1 -1 1 -1 1
-1 1 -1 1 1
1 -1 3 3
1 1 1
luego r x y
-1 1 -1
1 1 1
________________________________________
{28} luego y = 1+ r − y 2
luego y 2 + y − (1+ r) = 0
Para cada uno de los diagramas de bloques que siguen,
−1± 1+ 4 ⋅ (1+ r) 3 + 2 ⋅ r 1+ 4 ⋅ (1+ r)
plantee una fórmula para interpolar la tabla, plantee otra luego y = y x=
fórmula para representar al gráfico, y tabule cómo quedan 2 2
x e y o grafique cómo quedan dependiendo de r.
{28.1}
{28.2}
________________________________________
{29}
Además:
{29.2}
{29.3}
________________________________________
Solución: {30}
{29.1}
La fórmula siguiente se refiere a dos variables binarias,
x e y, de las cuales la dependiente, y, delata las bajadas de
la dominante, x.
{29.2}
t x y
y = u + w, u = x 2 , w = 2 ⋅ v y v = u − y 0
Δt
2⋅Δt
3⋅Δt
4⋅Δt
5⋅Δt
{29.3} 6⋅Δt
7⋅Δt
...
Solución:
{30.1} Por ejemplo:
{30.2}
t x y ...
0 0
Δt 0 0 ________________________________________
2⋅Δt 1 0 {32}
3⋅Δt 1 0
La fórmula siguiente se refiere a dos variables gradua-
4⋅Δt 1 0
les, x e y, de las cuales la dependiente, y, es una aproxi-
5⋅Δt 1 0 mación de la derivada de la dominante, x.
6⋅Δt 0 1
7⋅Δt 0 0
...
{32.1} Plantee un diagrama de bloques correspondiente.
________________________________________
{31} {32.2} Si Δt=0,5 y si:
{31.1} Plantee un diagrama de bloques correspondiente. prediga la evolución de y completando esta tabla:
Solución:
{31.1} Por ejemplo:
{32.2}
{31.2}
t x y
0 0
t x y Δt 0 0
0 0 2⋅Δt 0,5 1
Δt 0 0 3⋅Δt 1 1
2⋅Δt 1 1 4⋅Δt 1,5 1
3⋅Δt 1 0 5⋅Δt 2 1
4⋅Δt 1 0 6⋅Δt 2 0
5⋅Δt 1 0 7⋅Δt 2 0
6⋅Δt 0 0 8⋅Δt 1,5 -1
7⋅Δt 0 0 9⋅Δt 1 -1
10⋅Δt 0,5 -1 2⋅Δt
11⋅Δt 0 -1 3⋅Δt
12⋅Δt 0 0 4⋅Δt
... ...
Prediga las evoluciones de las variables en los diagra- {34.1} Xk=0 si 0≤k, Z0=0 y:
mas de bloques que siguen, con las condiciones indicadas
en cada caso, completando tablas como esta:
t x y
0
Δt
{34.2} Xk=0 si 0≤k, Z0=1 y el mismo diagrama de blo-
2⋅Δt ques que en {34.1}.
3⋅Δt
4⋅Δt {34.3} Xk=1 si 0≤k, Z0=0 y el mismo diagrama de blo-
... ques que en {34.1}.
hasta que las evoluciones (excluyendo las de t) empiecen {34.4} Xk=1 si 0≤k, Z0=1 y el mismo diagrama de blo-
a repetirse. ques que en {34.1}.
{33.2} Y0=1 y el mismo diagrama de bloques que en {34.6} Xk=0 si 0≤k, Z0=1 y el mismo diagrama de blo-
{33.1}. ques que en {34.5}.
________________________________________
{34}
(z no quedaría dependiendo de y)
________________________________________
{37}
t y
0 3
Δt -2
{37.1} Y0=3 y: 2⋅Δt 1,5
3⋅Δt -1,25
4⋅Δt 1,125
5⋅Δt -1,0625
...
(y no tiende a 0)
{37.7} Y0=3 y:
{37.3}
t y
0 0,5
Δt -0,5
2⋅Δt 0,5
...
(y no tiende a 0; la secuencia de estados de y entre t=0 y
{37.8} Y0=1 y el mismo diagrama que en {37.7}.
t=Δt, inclusive, empieza a repetirse cuando t=2⋅Δt).
{37.9} Y0=0,5 y el mismo diagrama que en {37.7}.
{37.10} Y0=3 y:
{37.4}
{37.5}
t y
0 1 {37.9}
Δt -0,5 t y
2⋅Δt 0,25 0 0,5
3⋅Δt -0,125 Δt 0
4⋅Δt 0,0625 2⋅Δt 0
5⋅Δt - 0,03125 ...
... (El estado de y cuando t=Δt empieza a repetirse cuando
(y tiende a 0) t=2⋅Δt).
{37.6} {37.10}
t y
0 0,5
Δt -0,25
2⋅Δt 0,125
3⋅Δt -0,0625
4⋅Δt 0,003125
5⋅Δt - 0,0015625
... (Si se anulara el retardo, -1≤y≤1).
(y tiende a 0) t y
0 3
Δt 0
2⋅Δt 0
...
{37.7} (El estado de y cuando t=Δt empieza a repetirse cuando
t=2⋅Δt).
{37.11}
t y
0 1
(Si se anulara el retardo, y=0).
t y Δt 1
0 3 ...
(El estado de y cuando t=0 empieza a repetirse cuando
Δt -1
t=Δt).
2⋅Δt 0
3⋅Δt 0
...
(El estado de y cuando t=2⋅Δt empieza a repetirse cuando
t=3⋅Δt). {37.12}
t y
0 0,5
Δt 0,5
...
(El estado de y cuando t=0 empieza a repetirse cuando
t=Δt).
Solución:
{38.1} Y0=-2 {39.1}
1 2 Xk
{38.2} Y0=2 1 0 2
3 1 4
Solución: Yk Yk+1
{38.1}
{38.2}
t y
0 2
Δt 1
{39.3}
2⋅Δt 2
...
(La secuencia de estados de y entre t=0 y t=Δt, inclusive,
empieza a repetirse cuando t=2⋅Δt). (Si se anulara el retardo, y=1).
t y
0 2
Δt 1,75
2·Δt 1,5625
3·Δt 1,421875
________________________________________
4·Δt 1,31640625
{39}
5·Δt 1,2373046875
...
(y tiende a 1)
________________________________________
{41}
________________________________________
{40}
La fórmula siguiente se refiere a dos variables gradua- {41.1} Formule cómo quedaría dependiendo y de x si se
les, x e y, de las cuales la dependiente, y, es la aproxima- anulara el retardo.
ción de Euler de la integral de la dominante, x.
{41.2} Si Δt=0,5, si Y0=1 y si:
{40.1} Plantee un diagrama de bloques correspondiente.
t x y
0 t x y
Δt 0
2⋅Δt Δt
3⋅Δt 2·Δt
4⋅Δt 3·Δt
5⋅Δt 4·Δt
6⋅Δt 5·Δt
7⋅Δt ...
8⋅Δt
9⋅Δt Solución:
10⋅Δt {41.1} Si se anulara el retardo:
11⋅Δt
12⋅Δt
...
Solución:
{40.1} Por ejemplo: {41.2}
________________________________________
{43}
{42.3}
________________________________________
2
(En particular, si x=3 para 0<k⋅Δt, Yk=3+Yk-1-Yk-1 /3. {44}
Revise el ejercicio {29.3}: si se anulara el retardo, y=-3 o
y=3) Imaginemos que una variable, d, depende de otra, c, y
t x y ésta a su vez depende de otras dos, a y b, según:
0 3 4
Δt 3 1,666666666666...
2⋅Δt 3 3,740740740740... donde:
3⋅Δt 3 2,076360310928... 0 1 2 b y c d
4⋅Δt 3 3,639269597328... 0 1 3 4 1 0
... 2 2 3 5 2 1
(y tiende a 3). a c 3 2
4 1
5 0
________________________________________
{45}
Solución:
{45.4} X0=0, Z0=1 y el mismo diagrama de bloques que {45.1}
en {45.3}.
{45.2}
t x y z
{45.8} X0=0, Z0=1 y el mismo diagrama de bloques que 0 0 1 1
en {45.7}. Δt 1 0 0
2⋅Δt 0 0 0
{45.9} X0=0, Z0=0 y:
3⋅Δt 0 0 0
...
(El estado de x, y y z cuando t=2⋅Δt empieza a repetirse
cuando t=3⋅Δt).
{45.3}
{45.10} X0=0, Z0=1 y el mismo diagrama de bloques que
en {45.9}.
(Revise el ejercicio {21.9}: si se anularan los retardos,
{45.11} X0=0, Z0=0 y: x=0, y=0 y z=0).
t x y z
0 0 0 0
Δt 0 0 0
...
(El estado de x, y y z cuando t=0 empieza a repetirse
{45.12} X0=0, Z0=1 y el mismo diagrama de bloques que cuando t=Δt).
en {45.11}. {45.4}
t x y z
{45.13} X0=0, Z0=0 y: 0 0 1 1
Δt 1 0 0
2⋅Δt 0 1 1
...
(La secuencia de estados de x, y y z entre t=0 y t=Δt, in- 0 0 1 1
clusive, empieza a repetirse cuando t=2⋅Δt). Δt 1 1 1
{45.5} 2⋅Δt 1 1 1
...
(El estado de x, y y z cuando t=Δt empieza a repetirse
cuando t=2⋅Δt).
(Revise el ejercicio {21.10}).
t x y z {45.11}
0 0 0 0
Δt 0 1 1
2⋅Δt 1 1 1 (Revise el ejercicio {21.13}).
3⋅Δt 1 0 0 t x y z
4⋅Δt 0 1 1 0 0 0 0
... Δt 0 1 1
(La secuencia de estados de x, y y z entre t=Δt y t=3⋅Δt, 2⋅Δt 1 0 0
inclusive, empieza a repetirse cuando t=4⋅Δt.) 3⋅Δt 0 0 0
{45.6} ...
t x y z (La secuencia de estados de x, y y z entre t=0 y t=2⋅Δt, in-
0 0 1 1 clusive, empieza a repetirse cuando t=3⋅Δt.)
Δt 1 1 1 {45.12}
2⋅Δt 1 0 0 t x y z
3⋅Δt 0 1 1 0 0 1 1
... Δt 1 0 0
(La secuencia de estados de x, y y z entre t=Δt y t=2⋅Δt, 2⋅Δt 0 0 0
inclusive, empieza a repetirse cuando t=3⋅Δt). 3⋅Δt 0 1 1
{45.7} ...
(La secuencia de estados de x, y y z entre t=0 y t=2⋅Δt, in-
clusive, empieza a repetirse cuando t=3⋅Δt)
{45.13}
(Revise el ejercicio {21.11}: si se anularan los retardos,
x=0, y=0 y z=0; o x=1, y=1 y z=1)
t x y z
0 0 0 0 (Revise el ejercicio {21.14}: si se anularan los retardos,
Δt 0 0 0 x=0, y=0 y z=0).
...
(El estado de x, y y z cuando t=0 empieza a repetirse
cuando t=Δt).
{45.8} t x y z
t x y z 0 0 0 0
0 0 1 1 Δt 0 0 0
Δt 1 1 1 ...
2⋅Δt 1 1 1 (El estado de x, y y z cuando t=0 empieza a repetirse
... cuando t=Δt).
(El estado de x, y y z cuando t=Δt empieza a repetirse {45.14}
cuando t=2⋅Δt). t x y z
{45.9} 0 0 1 1
Δt 1 1 1
2⋅Δt 1 0 0
3⋅Δt 0 1 1
(Revise el ejercicio {21.12}: si se anularan los retardos, ...
x=1, y=1 y z=1).
(La secuencia de estados de x, y y z entre t=0 y t=2⋅Δt, in-
t x y z
0 0 0 0 clusive, empieza a repetirse cuando t=3⋅Δt).
{45.15}
Δt 0 1 1
2⋅Δt 1 1 1
3⋅Δt 1 1 1
... (Revise el ejercicio {21.15}: si se anularan los retardos,
(El estado de x, y y z cuando t=2⋅Δt empieza a repetirse x=1, y=1 y z=1).
cuando t=3⋅Δt) t x y z
{45.10} 0 0 0 0
t x y z Δt 0 1 1
2⋅Δt 1 0 0 2⋅Δt
3⋅Δt 0 0 0 3⋅Δt
... 4⋅Δt
(La secuencia de estados de x, y y z entre t=0 y t=2⋅Δt, in- ...
clusive, empieza a repetirse cuando t=3⋅Δt).
{45.16} hasta que las evoluciones (excluyendo las de t) empiecen
t x y z a repetirse.
0 0 1 1
Δt 1 0 0 {47.1} W0=0, X0=0 y:
2⋅Δt 0 0 0
3⋅Δt 0 1 1
...
(La secuencia de estados de x, y y z entre t=0 y t=2⋅Δt, in-
clusive, empieza a repetirse cuando t=3⋅Δt). {47.2} W0=0, X0=1 y el mismo diagrama de bloques que
en {47.1}.
________________________________________
{46} {47.3} W0=1, X0=1 y el mismo diagrama de bloques que
en {47.1}.
Consideremos el diagrama de bloques que sigue:
{47.4} W0=0, X0=0 y:
{50.3}
(x e y se mantienen)
{50.5}
x y
0,5 0,5
{50.6}
completando esta tabla:
t x y
0 0,49 0,55
Δt
2⋅Δt
3⋅Δt
4⋅Δt
...
t w x
0 0,49 0,55
Δt 0,25 0,55
2⋅Δt 0,25 1
3⋅Δt 0 1
4⋅Δt 0 1 (Si se anulara el retardo, x=0,333333333333... e
... y=0,666666666666... )
t x y
0 0,4
Δt 0,6
2⋅Δt 0,3
3⋅Δt 0,7
(x e y tienden a 0 y 1, respectivamente). 4⋅Δt 0,35
5⋅Δt 0,65
________________________________________ ...
{51} (x e y tienden 0,333333333333... y 0,666666666666...,
respectivamente).
Consideremos: {51.2}
t x y
0 0,4
donde (1) y (2) serían las fórmulas originales si se anula- Δt 0,2
ran los retardos: 2⋅Δt 0,8
(1) 3⋅Δt 0,4
(2) 4⋅Δt 0,6
5⋅Δt 0,3
En cada uno de los casos puestos a continuación, con ...
las condiciones indicadas, grafique (1) y (2) en un plano (x e y tienden 0,333333333333... y 0,666666666666...,
con eje horizontal x y eje vertical y, y prediga las evolu- respectivamente).
ciones de las variables completando tablas como esta: {51.3}
t x y
0
Δt
2⋅Δt
3⋅Δt
4⋅Δt
5⋅Δt
... (Si se anulara el retardo, x=0,5 e y=0,5)
t x y
{51.1} K=0,5 y X0=0,4 0 0,4
Δt 0,6
{51.2} K=0,5 e Y0=0,4 2⋅Δt 0,6
3⋅Δt 0,4 {52}
4⋅Δt 0,4
5⋅Δt 0,6 Según el capítulo 11, en 1494 Pacioli pedía: “Trovame.
... 1. no che gi to al suo drato facia. 12”; es decir,
(x e y oscilan sin tender a 0,5). “x+x2=12”. En ese tiempo, tal petición se dejaba resolver
{51.4} algebraicamente con alguna dificultad. En el nuestro, se
deja con facilidad. Al final: x=-4 o x=3.
Según el mismo capítulo, en 1525 Rudolff pedía: “Sit
1 aequatus 12 -36”; es decir, “1·x2=12⋅x-36”. En ese
tiempo, tal petición también se dejaba resolver algebrai-
camente con alguna dificultad. En el nuestro, se deja con
facilidad. Al final: x=6.
Y, en 1546 Tartaglia pedía: “Trovame uno numero che
azontoli la sua radice cuba venghi sei. cioè. 6”; es decir,
t x y
0 0,4 “x+ =6”. En ese tiempo, tal petición apenas se dejaba
Δt 0,4 resolver algebraicamente. En el nuestro, se deja con algu-
2⋅Δt 0,6 nas molestias.
3⋅Δt 0,6
4⋅Δt 0,4 Según lo puesto en el capítulo 20 de este libro, pode-
mos resolver cada una de las tres peticiones con este
5⋅Δt 0,4
método:
...
(x e y oscilan sin tender a 0,5).
1. reformule algebraicamente la petición en dos, mediante
{51.5}
igualaciones con otra variable (lo cual era inaccesible an-
tes de Vieta):
(1)
(2)
(1)
(Si se anulara el retardo, x=0,666666666666... e (2)
y=0,333333333333...)
t x y (1)
0 0,4 (2)
Δt 0,6
2⋅Δt 1,2
2. grafique sueltamente las fórmulas resultantes de la eta-
3⋅Δt -0,2 pa 1 (lo cual era inaccesible antes de Descartes):
4⋅Δt -0,4
5⋅Δt 1,4
...
(x e y tienden a ±∞).
{51.6}
t x y
0 0,4
Δt 0,8
2⋅Δt 0,2
3⋅Δt 0,4
4⋅Δt 0,6 3. y estructure las fórmulas en un diagrama de bloques
5⋅Δt 1,2 como el de la figura 220, despejándolas según convenga
... para las tendencias y transiciones deseadas en los gráficos
(x e y tienden a ±∞). de la etapa 2 (lo cual era inaccesible antes de los ingenie-
ros del siglo 20).
________________________________________
{52.1} Resuelva así la petición de Pacioli. Δt 84
2⋅Δt 9,165151389911...
{52.2} Resuelva también la de Rudolff. 3⋅Δt 73,981816678940...
4⋅Δt 8,601268318041...
{52.3} Y resuelva la de Tartaglia.
5⋅Δt 67,215219816495...
Solución: 6⋅Δt 8,198488873962...
{52.1} ...
x tiende a 6
Luego, x=6.
{52.3}
t x y
0 -5
Δt 17
- t x y
2⋅Δt 0 0
4,123105625617...
3⋅Δt 16,123105625617... Δt 0
- 2⋅Δt 6
4⋅Δt 3⋅Δt 1,817120592832...
4,015358716928...
5⋅Δt 16,015358716928... 4⋅Δt 4,182879407167...
- 5⋅Δt 1,611233370354...
6⋅Δt
4,001919379114... 6⋅Δt 4,388766629645...
... ...
x tiende a -4. x tiende a 4,365634706986...
Luego, x=4,365634706986...
________________________________________
{53}
t x y
0 0 Resuelva cada una de las fórmulas siguientes.
Δt 12
2⋅Δt 3,464101615137... {53.1} x3=6+7⋅x (que se deja resolver algebraicamente,
3⋅Δt 8,535898384862... aunque con algunas molestias: x=-2, x=-1 o x=3).
4⋅Δt 2,921625983055...
{53.2} x3=10-x (que se resiste a dejarse resolver algebrai-
5⋅Δt 9,078374016944...
camente).
6⋅Δt 3,013034021869...
... {53.3} log10(x)=10-x (que también se resiste a dejarse re-
x tiende a 3. solver algebraicamente)
Luego, x=-4 o x=3.
{52.2} {53.4} log10(x)=x3 (que también se resiste a dejarse resol-
ver algebraicamente)
Solución:
{53.1}
(1)
t x y (2)
0 0
Δt 0
2⋅Δt 3
3⋅Δt 9
4⋅Δt 3,75
5⋅Δt 14,0625
6⋅Δt 4,171875
...
x tiende a 6.
t x y
0 -10
Δt -64
t x y 2⋅Δt -4
0 10
3⋅Δt -22
-
4⋅Δt
2,802039330655...
-
5⋅Δt
13,614275314587...
-
6⋅Δt
2,387801255932...
...
x tiende a -2
t x y
0 0
t x y
Δt 1
0 -1
2⋅Δt 10
Δt -1
3⋅Δt 0,0000000001
2⋅Δt -1
... 4⋅Δt 1,000000000230...
Por fortuna, el estado de x cuando t=0 empieza a repetirse 5⋅Δt 0,099999999946...
cuando t=2⋅Δt: x se mantiene en -1. 6⋅Δt 1,258925411640...
...
x tiende a 1,168904543515...
Luego, x=1,168904543515...
{53.4}
(1)
t x y
0 0 (2)
Δt 6
2⋅Δt 1,817120592832...
3⋅Δt 18,719844149824...
4⋅Δt 2,655221419951...
5⋅Δt 24,586549939658...
6⋅Δt 2,907808915764... Por lo tanto, la disyuntiva que resolvería la fórmula es
... huera.
x tiende a 3
Luego, x=-2, x=-1 o x=3 ________________________________________
{53.2} {54}
(1)
Liste los seis primeros números que los métodos de
(2) computación siguientes piden escribir en secuencia.
t x y
0 0 {54.1}
Δt 1
2⋅Δt 1
3⋅Δt 0,1
4⋅Δt 0,464158883361...
5⋅Δt 0,343432282803...
6⋅Δt 0,700293946482...
...
x tiende a 0,620911302903...
Luego, x=0,620911302903...
{53.3}
(1)
(2)
{55.1}
{55.2}
{54.2}
{55.3}
Solución:
{54.1}
1
2
6
24
120
720
...
(El método pide escribir los números factoriales, secuen-
cialmente). Solución:
{54.2} {55.1}
1
2 (Es la fórmula del ejercicio {30}, donde la variable bina-
3 ria dependiente delata las bajadas de la binaria dominan-
5 te. Compare el método con el diagrama de bloques de ese
8 ejercicio)
13 {55.2}
...
(El método pide escribir los números de una secuencia (Es la fórmula del ejercicio {31}, donde la variable bina-
inventada por Leonardo Pisano Bigollo (“Fibonacci”; ria dependiente delata las subidas de la binaria dominan-
¿1170?-1250)). te. Compare el método con el diagrama de bloques de ese
ejercicio)
________________________________________ {55.3}
{55}
________________________________________
{56}
Solución:
{57.1} El método pide escribir los números que van sien-
do los mínimos entre los leídos, secuencialmente. (Revise
el ejercicio {3}: allí sería útil para averiguar el viaje más
corto; es decir, el de longitud total mínima).
{57.2} El método pide escribir los números que van sien-
do los máximos entre los leídos, secuencialmente. (Revi-
se el ejercicio {3}: allí sería útil para averiguar el camino
más largo; es decir, el de longitud total máxima).
________________________________________
{58} 44
Solución:
En 1947, Norbert Wiener (1894-1964) introdujo un
(Es la fórmula del ejercicio {40}, donde la variable gra- juego que supone un reticulado espacial (“tejido muscu-
dual dependiente es la aproximación de Euler de la inte- lar”) formado por rectángulos planos (“células”) según la
gral de la gradual dominante. Compare el método con el figura siguiente, y una variable ternaria xij cuyos estados
diagrama de bloques de aquel ejercicio y con el método son números iguales que -1 (“agotada”), 0 (“lista”) o 1
del ejercicio {55.3}. Se trata de dos métodos importan- (“activa”) en cada uno de los rectángulos (i según la posi-
tes). ción vertical y j según la posición horizontal):
x11 x12 x13
x21 x22 x23
________________________________________
x31 x32 x33
{57}
Cada variable xij evoluciona de acuerdo con la estructu-
Exprese lo que los métodos siguientes piden escribir.
ra temporal sugerida parcialmente a continuación, donde
Ni,j es el número de rectángulos vecinos, vertical u hori-
{57.1}
zontalmente (en diagonal, no), cuyas variables están en 1:
{57.2}
44
Ejercicio sugerido por Daniel Erraz L.
hasta que las evoluciones (excluyendo las de t) empiecen {58.2}
a repetirse. x11 x12 x13
t x21 x22 x23
{58.1} x31 x32 x33
X11,0 X12,0 X13,0 0 0 0
X21,0 X22,0 X23,0 = 0 0 0 1 0 0
X31,0 X32,0 X33,0 0 0 1 0 0 -1 0
0 1 0
{58.2}
X11,0 X12,0 X13,0 1 0 0 -1 1 0
X21,0 X22,0 X23,0 = 0 -1 0 Δt 1 0 0
X31,0 X32,0 X33,0 0 1 1 1 -1 1
0 -1 1
Solución: 2⋅Δt -1 1 1
{58.1} -1 0 -1
x11 x12 x13 0 0 -1
t x21 x22 x23 3⋅Δt 0 -1 -1
x31 x32 x33 0 1 0
0 0 0 0 0 0
0 0 0 0 4⋅Δt 0 0 0
0 0 1 1 -1 1
0 0 0 0 0 0
Δt 0 0 1 5⋅Δt 1 0 1
0 1 -1 -1 0 -1
0 0 1 1 0 1
2⋅Δt 0 1 -1 6⋅Δt -1 1 -1
1 -1 0 0 0 0
0 1 -1 -1 1 -1
3⋅Δt 1 -1 0 7⋅Δt 0 -1 0
-1 0 0 0 1 0
1 -1 0 0 -1 0
4⋅Δt -1 0 0 8⋅Δt 0 0 0
0 0 0 1 -1 1
-1 0 0 0 0 0
5⋅Δt 0 0 0 9⋅Δt 1 0 1
0 0 0 -1 0 -1
0 0 0 ...
6⋅Δt 0 0 0 La secuencia de estados de las variables entre t=5⋅Δt y
0 0 0 t=8⋅Δt, inclusive, empieza a repetirse cuando t=9⋅Δt.
0 0 0
7⋅Δt 0 0 0 ________________________________________
0 0 0 {59}
Estructura causal:
________________________________________
{61}
Estructura causal:
________________________________________
{62}
Solución:
luego,
Estructura causal: {63.2}
Estructura causal:
________________________________________
{63}
Solución:
{63.1}
t es el tiempo, en [s].
t d r c p(t) es el precio unitario de la mercadería, en [$ uni-
0 0 0 1.000.000 dad-1]:
Δt 0 10.000 1.005.000 (1)
2·Δt 0 10.000 999.975
3·Δt 10.000 0 994.925
P es un pedestal, en [$ unidad-1]; Kp es otro coeficiente,
4·Δt 10.000 0 1.009.949
en [$ unidad-2]; sm(t) es la existencia de la mercadería en
5·Δt 0 0 1.025.049
el mercado, en [unidad]:
6·Δt 0 0 1.030.174
(por ejemplo) (2)
...
(por ejemplo) (3)
(4) Sólo hay 1 que sí es (y con retardos en todas las depen-
dencias mutuas): (1)-(11)
Si nos interesa la evolución de p; si queremos hacer
sm(0) es la existencia inicialmente, en [unidad]; qpm(t) es predicciones usando la estructura causal y la aproxima-
el flujo de mercadería que viaja de los lugares de produc- ción de Euler con retardo Δt para la integral en (4); si
ción al mercado, en [unidad s-1]; qmc(t) es el flujo de mer- queremos estructurar temporalmente un método de com-
cadería que viaja del mercado a los lugares de consumo, putación para hacer las predicciones; y si preferimos de-
en [unidad s-1]: jar sm inicial, P, Kp, Qpm, Kpm, Qmc, Kmc, Δt y t inicial a la
(por ejemplo) (5) voluntad del usuario; entonces, podemos replantear (1)-
(6) (11) como:
(2’)
(3’)
(8’)
(7) (9’)
Qpm es otro pedestal, en [unidad s-1]; Kpm es otro coefi- (10’)
ciente, en [unidad2 s-1 $-1]; Qmc es otro pedestal, en [uni-
dad s-1]; Kmc es otro coeficiente, en [unidad2 s-1 $-1]: (11’)
(por ejemplo) (8) (5’)
(por ejemplo) (9) (1’)
(por ejemplo) (10)
(por ejemplo) (11) (6’)
Estructura causal (si ignoramos las variables que no
evolucionan y si, al despejar una variable en el lado iz-
quierdo de una fórmula, pretendemos decir que la varia-
ble aludida en ese lado depende de las aludidas en el de-
(7’)
recho):
(4’)
Estructura temporal (de método de computación):
(5)
m(0) es la masa en el agua inicialmente, en [kg]; qi(t) es
el caudal de agua que viaja del ambiente al estanque, por
arriba, en [kg s-1]; qo(t) es el caudal de agua que viaja del
estanque al ambiente, por abajo, en [kg s-1]:
(por ejemplo) (6)
(8)
K es un coeficiente de salida del agua, en [kg m-1/2 s-1]:
K = 0,505 (por ejemplo) (9)
Estructura causal (si ignoramos las variables que no
evolucionan y si, al despejar una variable en el lado iz-
quierdo de una fórmula, pretendemos decir que la varia-
ble aludida en ese lado depende de las aludidas en el de-
recho):
________________________________________
{65}
(2’)
(1’)
(8’)
mk +1 = mk + (qi,k − qo,k ) ⋅ Δt (4’) (Debimos haber tomado precauciones para que los cau-
Estructura temporal (de método de computación): dales no se hagan negativos, como en el ejercicio {64};
pero, afortunadamente, no hubo problemas sin ellas)
________________________________________
{66}
Solución:
Estructura espacial:
⎪
⎪ 3,3⋅10 si 0,27 ⋅10 ≤ t < 0,51⋅10
5 7 7
⎪⎩ 5,9 ⋅10 5 si 2,89 ⋅10 7 ≤ t < 3,15 ⋅10 7 recinto, sino que la masa depende por integración de to-
(por ejemplo, mes a mes) (6) dos los caudales.
(3) tiene la masa despejada en su lado izquierdo, como
corresponde según ese argumento; por consiguiente, los 4
despejes imaginables en ella se reducen al que está plan-
teado y, de los 64 sistemas de ecuaciones equivalentes al-
gebraicamente a (1)-(10), los cuerdos causalmente son, a
lo más, 12⋅24 (=16).
Pero no es cuerdo suponer que una variable depende de
otras por dos o más dependencias diferentes.
De los 16 sistemas de ecuaciones restantes, 15 tienen
por lo menos una variable despejada en los lados izquier-
dos de dos ecuaciones, y no son cuerdos causalmente.
Sólo hay 1 que sí es (y con retardos en todas las depen-
dencias mutuas): (1)-(10).
Si nos interesa la evolución de h; si queremos hacer
predicciones usando la estructura causal y la aproxima-
ción de Euler con retardo Δt para la integral en (3); si
queremos estructurar temporalmente un método de com-
(por ejemplo, ídem) (7)
putación para hacer las predicciones; y si preferimos de-
(8)45 jar m inicial, qi, ρ, K, HT, una referencia para qor, Δt y t
inicial a la voluntad del usuario; entonces, podemos plan-
K es un coeficiente de salida del agua por desborde, en tear (1)-(10) como:
[kg m-1/2 s-1]; HT es la altura total de la represa, en [m]: (4’)
(por ejemplo) (9) (9’)
HT = 20 (por ejemplo) (10) (10’)
Estructura causal (si ignoramos las variables que no (5´)
evolucionan y si, al despejar una variable en el lado iz-
(6’)
quierdo de una fórmula, pretendemos decir que la varia-
ble aludida en ese lado depende de las aludidas en el de- (2’)
recho):
(1’)
(8´)
45
Probablemente, sería mejor ⎧ 0 si hk < 1
qor,k = ⎨ (7’)
⎩qor,ref ,k si 1 ≤ hk
(3´)
porque el área de pasada para el desborde no es constante sino
proporcional a la altura del desborde mismo. Estructura temporal (de método de computación):
Pero estos resultados piden algunas precisiones; en par-
ticular, por la presencia de partes ennegrecidas en los
gráficos de qor(t) y de qod(t).
Tales partes son ennegrecidas por oscilaciones cuya
frecuencia es tan alta como permite Δt, que no es una ca-
racterística de (1)-(10) sino de la aproximación de Euler
para la integración en (3).
En el gráfico qor(t), la duración de la parte ennegrecida
(por oscilaciones) coincide con la de h(t) cerca de 1. Las
oscilaciones se entienden si el caudal para regadío es ex-
traído a esa altura mediante una bomba que se encuentra
alternativamente con agua por extraer y sin ella tras
Un método parecido (con los datos originales, Δt =1000
haberla extraído. Pero lo que no se entiende bien es que
y algunos detalles adicionales) graficó la figura que sigue.
haya un retardo Δt=1000 entre una alternativa y otra. Se-
Predicciones
guramente, el retardo debiese ser menor; por ejemplo,
Δt=20. El problema está en que un retardo así es dema-
siado oneroso cuando la computación se extiende hasta
t=3.2⋅107.
En el gráfico de qod(t), por su parte, la duración de la
parte ennegrecida coincide con la de h(t) cerca de 20. El
caso es que ahí las oscilaciones no se entienden bien si el
caudal es de desborde. Es posible que haya una fluctua-
ción en el desborde, pero no con la violencia mostrada en
el gráfico, que resulta de un retardo Δt=1000 con el cual
es difícil dilucidar cuándo empieza el desborde y cuándo
acaba. Seguramente, el retardo debiese ser menor; por
ejemplo, Δt=20. Otra vez, el problema está en que un re-
tardo así es demasiado oneroso.
La conveniencia de hacer corto el retardo en dos cir-
cunstancias y de mantenerlo largo en el resto, aconseja
variar Δt, por ejemplo, según sugiere la figura siguiente.
Fig. xxx: Estructura temporal (de método de computa-
ción)
________________________________________
{67}
Solución:
Estructura espacial:
Solución:
Estructura espacial:
t es el tiempo, en [s].
T es la temperatura del agua que sale y de la que está
dentro, en [K]:
e( t )
Un método parecido (con los datos originales, Δt=100 y T (t) = (1)
algunos detalles adicionales) graficó la figura que sigue. c
e(t) es la energía específica del agua que está dentro, en
Predicciones
[J kg-1]; c es el coeficiente de calor específico del agua,
en [J kg-1 K-1]:
E (t ) (2)
e( t ) =
m(t )
c = 4180 (3)
E(t) es la energía en el agua que está dentro, en [J]; m(t)
es la masa en el agua que está dentro, en [kg]:
t
E ( t ) = E (0) + ∫ (w (τ ) − w (τ ) − w (τ )) ⋅ dτ
1 2 3
(4)
0
t
m( t ) = m(0) + ∫ (q (τ ) − q (τ )) ⋅ dτ
i o
(5)
0
E(0) es la energía inicialmente, en [J]; w1(t) es la poten-
cia del ambiente al estanque, por arriba, con el agua en-
trante, en [W]; w2(t) es la potencia del estanque al am-
biente a través de la superficie superior del agua y de las
paredes, en [W]; w3(t) es la potencia del estanque al am-
biente, por abajo, con el agua saliente, en [W]; m(0) es la
masa inicialmente, en [kg]; qi(t) es el caudal de agua que
viaja del ambiente al estanque, por arriba, en [kg s-1];
qo(t) es el caudal que viaja del estanque al ambiente, por
abajo, en [kg s-1]:
E (0) = 3845683600 (por ejemplo) (6)
________________________________________
w1( t ) = qi (t ) ⋅ ei ( t ) (7)
{69}
⎛ π ⋅ R + 2 ⋅ π ⋅ R ⋅ h( t )
2 ⎞
w 2 ( t ) = ⎜ γ1 ⋅ π ⋅ R 2 + γ 2 ⋅ ⎟ ⋅ (T ( t ) − Tamb )
Volvamos a imaginar el estanque cilíndrico del ejerci- ⎝ ε ⎠
cio {65}, con eje de simetría vertical y con agua que entra (8)
sueltamente por arriba, reposa y sale por abajo, a través w 3 ( t ) = qo (t ) ⋅ e( t ) (9)
de un orificio; pero ahora el agua que entra está más ca-
m(0) = 3140 (por ejemplo) (10)
liente que el ambiente.
⎧0,500 si 0 ≤ t < 1800 las otras o los otros a través de la frontera y, por deriva-
⎪ (por ejemplo) (11)
qi ( t ) = ⎨0,733 si 1800 |≤ t < 19800 ción, de la energía o la masa en el recinto, sino que
⎪0,600 si 19800 ≤ t
energía o la masa depende por integración de todas las
⎩
potencias o todos los caudales.
qo ( t ) = K ⋅ h ( t ) (12) (4) tiene la energía despejada en su lado izquierdo y (5)
ei(t) es la energía específica del agua que viaja del am- tiene la masa, como corresponde según ese argumento;
biente al estanque, por arriba, en [J kg-1]; γ1 es el coefi- por consiguiente, los despejes imaginables en cada una de
ciente de conductividad térmica de la superficie entre el ellas se reducen a los que están planteados y, de los
agua y el aire, en [W m-2 ·K-1]; R es el radio del estanque, 10368 sistemas de ecuaciones equivalentes algebraica-
en [m]; γ2 es el coeficiente de conducción térmica a través mente a (1)-(22), los cuerdos causalmente son, a lo más,
de las paredes del estanque, en [W m-1 K-1); h(t) es la al- 14⋅25⋅33⋅40 (=864).
tura del agua, desde el extremo inferior del estanque, en Pero no es cuerdo suponer que una variable depende de
[m]; ε es el espesor de las paredes del estanque, en [m]; otras por dos o más dependencias diferentes.
Tamb es la temperatura del ambiente, en [K]; K es un co- De los 864 sistemas de ecuaciones restantes, 863 tienen
eficiente de salida del agua, en [kg m-1/2 s-1]: por lo menos una variable que evoluciona despejada en
⎧1224740 si 0 ≤ t < 3600 los lados izquierdos de dos ecuaciones, y no son cuerdos
ei ( t ) = ⎨ (por ejemplo) (13)
si 3600 ≤ t causalmente.
⎩1308340
Sólo hay 1 que sí es (y con retardos en todas las depen-
γ1 = 50 (por ejemplo) (14)
dencias mutuas): (1)-(22).
R = 1 (por ejemplo) (15) Si nos interesa la evolución de la temperatura T; si que-
γ 2 = 5 (por ejemplo) (16) remos hacer predicciones usando la estructura causal y la
V (t) aproximación de Euler con retardo Δt para las integracio-
h( t ) = (17)
π ⋅ R2 nes en (4) y (5); si queremos estructurar temporalmente
ε = 0,01 (por ejemplo) (18) un método de computación para hacer las predicciones; y
Tamb = 293 (por ejemplo) (19) si preferimos dejar E inicial, m inicial, qi, ei, c, γ1, R, γ2, ε,
K = 0,505 (por ejemplo) (20) Tamb, K, ρ, Δt y t inicial a la voluntad del usuario; enton-
V(t) es el volumen del agua, en [m3]: ces, podemos plantear (1)-(22) como:
m(t ) c = ... (3’)
V (t) = (21)
γ1 = ... (14’)
ρ
ρ es la densidad del agua, en [kg m-3]: R = ... (15’)
ρ = 1000 (22) γ 2 = ... (16’)
Estructura causal (si ignoramos las variables que no ε = ... (18’)
evolucionan y si, al despejar una variable en el lado iz- Tamb = ... (19’)
quierdo de una fórmula, pretendemos decir que la varia- K = ... (20’)
ble aludida en ese lado depende de las aludidas en el de- ρ = ... (22’)
recho) E 0 = ... (6’)
m0 = ... (10’)
qi,k = ... (11’)
ei,k = ... (13’)
E (2’)
ek = k
mk
m (21’)
Vk = k
ρ
V (17’)
hk = k 2
π⋅R
qo,k = K ⋅ hk (12’)
ek (1’)
Tk =
c
w1,k = qi,k ⋅ ei,k (7’)
⎛ π ⋅ R + 2 ⋅ π ⋅ R ⋅ hk
2 ⎞
La estructura causal es dudable pues, aunque (3), (6), w 2,k = ⎜ γ1 ⋅ π ⋅ R 2 + γ 2 ⋅ ⎟ ⋅ (Tk − Tamb ) (8’)
(10), (14), (15), (16), (18), (19), (20) y (22) no contienen ⎝ ε ⎠
ninguna variable que evoluciona: (11) y (13) contienen 1 w 3,k = qo,k ⋅ ek (9’)
cada una; (1), (8), (12), (17) y (21), 2 cada una; (2), (5),
E k +1 = E k + ( w1,k − w 2,k − w 3,k ) ⋅ Δt (4’)
(7) y (9), 3; (4), 4; y, por tanto, despejando una de esas
variables en el lado izquierdo de cada una de las 12 ecua- mk +1 = mk + (qi,k − qo,k ) ⋅ Δt (5’)
ciones donde aparecen, se puede plantear 12⋅25⋅34⋅41 Estructura temporal (de método de computación):
(=10368) sistemas de ecuaciones distintos pero equiva-
lentes algebraicamente a (1)-(22).
Pero no es cuerdo plantear que una potencia o un caudal
de masa a través de la frontera de un recinto depende de
________________________________________
{70}
Un método parecido (con los datos originales, Δt=100 y
algunos detalles adicionales) graficó la figura que sigue. En 1776, Alessandro Volta (1745-1827) investigó la
Predicciones: generación de gas inflamable (metano) en los barros de
pantanos y lagos. En 1806, Humprey Davy (1778-1829)
generó metano y anhídrido carbónico con desechos ani-
males fermentados en ambientes húmedos. En 1866, An-
toine Bechamp (1816-1908) demostró que la fermenta-
ción con que se genera el metano es un proceso biológico.
En 1881, Jean Louis Mouras desarrolló un estanque
séptico para limpiar por fermentación las aguas servidas,
en Vesoul. En 1895, Donald Cameron construyó un es-
tanque séptico en Exeter y usó el metano generado para
iluminación. En 1901, Nicolaas Louis Söhngen (1878-
1934) describió la actividad de los microorganismos que
generan metano. En 1904, Karl Imhoff (1876-1965) pa-
tentó un estanque séptico y William Owen Travis cons-
truyó uno parecido en Hampton. En 1916, Omelianski
aisló algunos microorganismos que generan metano y
que, en verdad, constituyen una mezcla de especies. En la masa en el agua con sustrato y microorganismos dentro
1941, G. Ducellier y M. Isman desarrollaron biodigesto- del biodigestor, en [kg]; ml(0) es la masa en los microor-
res para regiones rurales. En 1949, Jacques Monod ganismos inicialmente, en [kg]; qb(t) es el caudal de naci-
(1910-1976) propuso una fórmula para predecir la evolu- dos, en [kg s-1]; qd(t) es el caudal de muertos, en [kg s-1]:
ción de los microorganismos que digieren sustratos en (por ejemplo, ídem) (8)
biodigestores de funcionamiento por tandas. (por ejemplo) (9)
Imaginemos uno de esos biodigestores, con un sustrato
y microorganismos que reposan dentro bien mezclados. (por ejemplo) (10) 47
Los microorganismos digieren el sustrato y generan me- (por ejemplo) (11)
tano o más microorganismos como producto de la diges- (12)
tión, de manera que la fracción de sustrato que es digerida (13)
y no se convierte en metano, se convierte en nacimientos.
Rd es la tasa de mortalidad, en [kg (de microorganis-
Prediga la evolución de la masa de sustrato en el biodi- mos) kg-1 (de microorganismos) s-1]:
gestor y la evolución del caudal de metano que sale al (por ejemplo) (14)
ambiente con las condiciones y formalidades que estime Estructura causal (si ignoramos las variables que no
convenientes, suponiendo que las condiciones de vida de evolucionan y si, al despejar una variable en el lado iz-
los microorganismos varían poco (aparte de lo que con- quierdo de una fórmula, pretendemos decir que la varia-
cierne al sustrato del que se alimentan). ble aludida en ese lado depende de las aludidas en el de-
recho)
Solución:
Estructura taxonómico-espacial:
t es el tiempo, en [s].
ms(t) es la masa en el sustrato dentro del biodigestor, en La estructura causal es dudable pues, aunque (3), (5),
[kg]; qCH4 (t) es el caudal de metano del biodigestor al (8), (9), (10), (11) y (12) no contienen ninguna variable
ambiente, por arriba, en [kg s-1]: que evoluciona: (1), (2), (6), (12) y (13), contienen 2 cada
t
una; (4) y (7), 3 cada una; por tanto, despejando una de
ms ( t ) = ms (0) − ∫ q(τ ) ⋅ dτ (1)
esas variables en el lado izquierdo de cada una de las 7
0
(6’)
(4’)
(12’)
(2’)
(13’) (Al respecto: en las predicciones, la suma de las masas
(1’) en el soluto, los microorganismos y el metano no supera
el 0.5% de la masa en el agua).
(7’)
Estructura temporal (de método de computación): ________________________________________
{71}
________________________________________
{72}
________________________________________
{73}
t es el tiempo, en [s].
x(t) es la posición horizontal de la bala, en [m] hacia la
derecha de una referencia vertical; y(t) es su posición ver-
tical, en [m] hacia arriba del suelo (supuestamente hori- La estructura causal es dudable pues, aunque (3), (5),
zontal): (8), (10), (12), (14), (15) y (16) no contienen ninguna va-
t
riable que evoluciona: (1), (2), (4), (6), (7) y (9), contie-
x ( t ) = x (0) + ∫ v (τ ) ⋅ dτ (1)
0
x
nen 2 cada una; (11) y (13), 3 cada una; por tanto, despe-
t jando una de esas variables en el lado izquierdo de cada
y ( t ) = y (0) + ∫ v (τ ) ⋅ dτ
y
(2)
una de las 8 ecuaciones donde aparecen, podemos plante-
0
x(0) es la posición horizontal de la bala inicialmente, en ar 26⋅32 (=576) sistemas de ecuaciones distintos pero
[m] hacia la derecha de la referencia; vx(t) es su velocidad equivalentes algebraicamente a (1)-(16).
horizontal, en [m s-1] hacia la derecha; y(0) es su posición Pero no es cuerdo plantear que una fuerza a través de la
vertical inicialmente, en [m] hacia arriba del suelo; vy(t) frontera de un recinto depende de las otras a través de la
es su velocidad vertical, en [m s-1] hacia arriba: frontera y, por derivación, del momentum en el recinto,
x(0) = 0 (por ejemplo) (3) sino que el momentum depende por integración de todas
p (t ) las fuerzas.
v x (t) = x (4) (7) y (9) tienen momenta despejados en sus lados iz-
m quierdos, como corresponde según ese argumento; por
y(0) = 0 (por ejemplo) (5) consiguiente, los 2 despejes imaginables en cada una de
py ( t ) ellas se reducen al que está planteado y, de los 576 siste-
v y (t) = (6)
m mas de ecuaciones equivalentes algebraicamente a (1)-
px(t) es el momentum horizontal en la bala, en [N s] (16), los cuerdos causalmente son, a lo más, 12⋅24⋅32
hacia la derecha; m es la masa en la bala, en [kg]; py(t) es (=144).
el momentum vertical en la bala, en [N s] hacia arriba: Pero no es cuerdo suponer que una variable depende de
t
p ( t ) = p (0) + ∫ f (τ ) ⋅ dτ (7) otras por dos o más dependencias diferentes.
x x x
0 De los 144 sistemas de ecuaciones restantes, 143 tienen
m = 10 (por ejemplo) (8) por lo menos una variable que evoluciona despejada en
t
los lados izquierdos de dos ecuaciones, y no son cuerdos
py ( t ) = py (0) + ∫ ( f (τ ) + (−m ⋅ g)) ⋅ dτ
y
(9)
causalmente.
0
px(0) es el momentum horizontal en la bala inicialmen- Sólo hay 1 que sí es (y con retardos en todas las depen-
te, en [N s] hacia la derecha; fx(t) es la fuerza horizontal dencias mutuas): (1)-(16).
del ambiente a la bala por roce, en [N] hacia la derecha; Si nos interesan las evoluciones de x e y; si queremos
pz(0) es el momentum vertical en la bala inicialmente, en hacer predicciones usando la estructura causal y la
[N s] hacia arriba; fy(t) es la fuerza vertical del ambiente a aproximación de Euler con retardo Δt para las integracio-
la bala por roce, en [N] hacia arriba; g es la aceleración nes en (1), (2), (7) y (9); si queremos estructurar tempo-
de gravitación, en [m s-2]: ralmente un método de computación para hacer las pre-
px (0) = −2000 (por ejemplo) (10) dicciones; y si preferimos dejar x inicial, y inicial, px ini-
cial, py inicial, m, g, D1, D2, Δt y t inicial a la voluntad del
( 2 2
)
f x ( t ) = − D1 + D2 ⋅ v x ( t ) + v y ( t ) ⋅ v x ( t ) (11) usuario; entonces, podemos plantear (1)-(16) como:
m = ... (8’)
py (0) = 2000 (por ejemplo) (12)
g = ... (14’)
( 2 2
)
f y ( t ) = − D1 + D2 ⋅ v x ( t ) + v y ( t ) ⋅ v y ( t ) (13)
D1 = ... (15’)
g = 9,8 (por ejemplo) (14) D2 = ... (16’)
D1 es un coeficiente de roce entre la bala y el aire, en x 0 = ... (3’)
[N m-1 s]; D2 es otro coeficiente de roce entre la bala y el y 0 = ... (5’)
aire, en [N m-2 s2]: px,0 = ... (10’)
D1 = 0,1 (por ejemplo) (15) (12’)
py,0 = ...
D2 = 0,01 (por ejemplo) (16)
p (4’)
Estructura causal (si ignoramos las variables que no v x,k = x,k
evolucionan y si, al despejar una variable en el lado iz- m
p
quierdo de una fórmula, pretendemos decir que la varia- v y,k = y,k (6’)
ble aludida en ese lado depende de las aludidas en el de- m
recho): ( )
f x,k = − D1 + D2 ⋅ v x,k + v y,k ⋅ v x,k
2 2
(11’)
( )
f y,k = − D1 + D2 ⋅ v x,k + v y,k ⋅ v y,k
2 2
(13’)
x k +1 = x k + v x,k ⋅ Δt (1’)
y k +1 = y k + v y,k ⋅ Δt (2’)
px,k +1 = px,k + f x,k ⋅ Δt (7’)
py,k +1 = py,k + f y,k ⋅ Δt (9’)
Estructura temporal (de método de computación):
48
... cuya igualdad se debe a que el área de SAc es dos veces la
de SAB (porque son triángulos con la misma base, pero SAc
con el doble de altura que SAB), y el área de SBc es la de SAc
(dos veces la de SAB) menos la de SAP
49
... de manera que lo haría seguir a lo largo de la línea recta
BV si no existiera la fuerza innata que lo impulsa a proseguir a
lo largo de la línea recta Bc
50
... que resulta de combinar Bc con BV
51
... mejor dicho, el área de SBC será igual que la de SBc
(porque son triángulos con la misma base y la misma altura)
52
... mejor dicho, al área de SAB (porque ya está visto que es
igual que la de SBc)
53
... mejor dicho, serán iguales el área de SCD y la de SBC, el
área de SDE y la de SCD, y el área de SEF y la de SDE; en
resumen, las áreas de SEF, SDE, SCD y SBC serán iguales a la
de SAB
Newton usó sus explicaciones acerca de las fuerzas m1 ⋅ m2 (12)
f ( t ) = −G ⋅ ⋅ x(t)
centrípetas y la propuesta de animación explícita en esas x (t )
3
t es el tiempo, en [s].
es la posición del Sol, en [m]; es la de la Tie-
rra, en [m]:
t
x1 ( t ) = x1 (0) + ∫ v (τ ) ⋅ dτ
1
(1) La estructura causal es dudable pues, aunque (3), (5),
0
t
(8), (10), (11), (13) y (14) no contienen ninguna variable
x 2 ( t ) = x 2 (0) + ∫ v (τ ) ⋅ dτ
2
(2) que evoluciona: (1), (2), (4), (6), (7), (9) y (12), contienen
0 2 cada una; (15), 3; y, por tanto, despejando una de esas
variables en el lado izquierdo de cada una de las 8 ecua-
es la posición del Sol inicialmente, en [m]; es ciones donde aparecen, se puede plantear 27⋅31 (=384)
la velocidad del Sol, en [m s ]; -1
es la posición de la sistemas de ecuaciones distintos pero equivalentes alge-
braicamente a (1)-(15).
Tierra inicialmente, en [m]; es la velocidad de la
Pero no es cuerdo plantear que una fuerza a través de la
Tierra, en [m s-1]: frontera de un recinto depende de las otras a través de la
x1 (0) = (+4,50 ⋅10 5 , 0, 0) (por ejemplo) (3) frontera y, por derivación, del momentum en el recinto,
p1 ( t ) sino que el momentum depende por integración de todas
v1 ( t ) = (4)
m1
las fuerzas.
(7) y (9) tienen momenta despejados en sus lados iz-
x 2 (0) = (−1,49 ⋅1011, 0, 0) (por ejemplo) (5)
quierdos, como corresponde según ese argumento; por
p 2 (t ) (6) consiguiente, los 2 despejes imaginables en cada una de
v 2 (t) =
m2 ellas se reducen al que está planteado y, de los 384 siste-
mas de ecuaciones equivalentes algebraicamente a (1)-
es el momentum en el Sol, en [N s]; m1 es la masa (15), los cuerdos causalmente son, a lo más, 12⋅25⋅31
(=96).
en el Sol, en [kg]; es el momentum en la Tierra, en Pero no es cuerdo suponer que una variable depende de
[N s]; m2 es la masa en la Tierra, en [kg]: otras por dos o más dependencias diferentes.
t
De los 96 sistemas de ecuaciones restantes, 95 tienen
p1 ( t ) = p1 (0) − ∫ f (τ ) ⋅ dτ (7)
por lo menos una variable que evoluciona despejada en
0
m1 = 1,98 ⋅10 30 (8) los lados izquierdos de dos ecuaciones, y no son cuerdos
t causalmente.
p 2 ( t ) = p 2 (0) + ∫ f (τ ) ⋅ dτ (9) Sólo hay 1 que sí es (y con retardos en todas las depen-
0 dencias mutuas): (1)-(15).
m2 = 5,98 ⋅10 24 (10) Si nos interesan las evoluciones de y ; si queremos
hacer predicciones usando la estructura causal y la
es el momentum en el Sol inicialmente, en [N s]; aproximación de Euler con retardo Δt para las integracio-
es la fuerza neta del Sol a la Tierra por gravitación, nes en (1), (2), (7) y (9); si queremos estructurar tempo-
ralmente un método de computación para hacer las pre-
en [N] hacia el Sol; es el momentum en la Tierra
dicciones; y si preferimos dejar inicial, inicial,
inicialmente, en [N s]:
inicial, inicial, m1, m2, Δt y t inicial a la voluntad del
p1 (0) = (0, −1,7824 ⋅10 29 , 0) (por ejemplo) (11)
usuario; entonces, podemos plantear (1)-(15) como:
m1 = ... (8’) Un método parecido (con los datos originales,
m2 = ... (10’) Δt=10000 y algunos detalles adicionales) graficó la figura
x1,0 = ... (3’) que sigue.
(5’) Predicciones:
x 2,0 = ...
p1,0 = ... (11’)
p 2,0 = ... (13’)
G = 6,67 ⋅10−11 (14’)
p (4’)
v1,k = 1,k
m1
p (6’)
v 2,k = 2,k
m2
x k = x 2,k − x1,k (15’)
m ⋅m (12’)
f k = −G ⋅ 1 3 2 ⋅ x k
xk
x1,k +1 = x1,k − v1,k ⋅ Δt (1’)
x 2,k +1 = x 2,k + v 2,k ⋅ Δt (2’)
p1,k +1 = p1,k − f k ⋅ Δt (7’)
p 2,k +1 = p 2,k + f k ⋅ Δt (9’)
Estructura temporal (de método de computación):
Comentario:
En el dibujo de Newton:
En la aproximación de Euler:
________________________________________
{75}
lo cual da los dibujos siguientes:
Imaginemos que una variable, z, depende de otra, y, y
ésta depende de otra más, x, según:
(1)
(2)
(2’)
Formule cómo queda dependiendo z de x. Entre x y z hay un retardo y una suma de un número
inicial; pero, según el Cálculo, z(t) tiende a igualarse con
Solución: x(t)+Δ si se hace tender Δt a 0:
Estructura causal:
________________________________________
{76}
(2)
(2’)
Solución:
Estructura causal:
______________________________________________ RESTOS
25. CONCLUSIÓN
El libro presente incluye, de manera coherente, aspectos
de asignaturas como Física 100, Física 110, Física 130,
Química y sociedad, Matemática 1, Matemática 2, Análi-
Las ingenierías son oficios centrados en las técnicas; y sis numérico, Programación, Sistemas digitales, Análisis
el afán central en las técnicas es actuar voluntariamente de sistemas lineales, Dinámica de procesos industriales y
en la realidad, prediciendo en lo posible las variaciones Economía 1A, además de asignaturas ya fenecidas como
resultantes. Sistemas digitales 2, Computación analógica y Simula-
La predicción mejor es, principalmente, una labor de ción digital. También incluye trazas de disciplinas como
animación escena a escena, y el realismo de cada escena Epistemología, Etimología, Gramática, Lógica, Filosofía
depende de la sensatez de las cuentas en las escenas ante- e Historia.
riores. La coherencia se basa en la contención de las jergas de
Para la sensatez de las cuentas de una animación realis- tales asignaturas y disciplinas, y en el uso del lenguaje
ta, son decisivas las estructuras de cuatro especies: doméstico con las debilidades que se le conocen y las for-
taxonómicas (que deciden las especies), espaciales, cau- talezas que le desconocen los promotores de jergas.
sales y temporales.
Y para la acción voluntaria en la realidad son funda-
mentales, en particular, las estructuras causales, pues pre-
tenden exponer qué cosas obedecen a la voluntad y qué
otras se someten a ellas, extendiendo la acción.
La contribución mayor de este libro pudiera ser su me-
ditación acerca de la causalidad, preferentemente en los
capítulos 8, 9, 22 y 23.
Y su novedad pudiera consistir, chistosamente, en que
estructura conocimientos viejos... de nuevo.
Habiendo dejado sin tratar las causas y los efectos im-
previstos, las dependencias sueltas, los retardos diferentes
o variables, las pasadas a destajo por fronteras abiertas,
las dificultades en el mundo de lo muy rápido, lo muy
pequeño o lo muy grande, y muchos otros temas que con-
ciernen al afán mencionado arriba, el libro termina aquí
volviendo a reclamar prudencia suficiente para que lo tra-
tado sea corregible donde se necesite.