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TIC´s, Subjetividad y Cambio Social.

Una mirada a partir de algunos casos

colombianos1.

Por:
Jair Vega
Profesor Departamento de Comunicación Social
Grupo de Investigación en Comunicación y Cultura PBX
Universidad del Norte
jvega@uninorte.edu.co

Quisiera comenzar esta ponencia haciendo remembranza de algunas imágenes

presentadas en el vídeo “Ejercicios con las cámaras” realizado por niños y niñas

de la Escuela Audiovisual Infantil del municipio de Belén de los Andaquíes

ubicado en piedemonte amazónico al sur de Colombia, en el Departamento del

Caquetá, aledaño a la denominada “Zona de Distensión” que sirvió de base para

los diálogos entre el gobierno colombiano y las FARC durante el periodo del

Presidente Andrés Pastrana (1998 – 2002). En este video se muestra a un grupo

de niños y niñas jugando con una cámara de fotografía y una cámara de vídeo,

en el patio de una casa completamente rural, mientras en sus diálogos expresan

la forma como intentan ir construyendo la historia que quieren narrar con el

vídeo.

Aunque he tenido la oportunidad de visitar la sede de este interesante proyecto y

recibir materiales en fotografía y en video directamente de Alirio González, su

director, así como de los niños y niñas participantes en el proceso, en esta

oportunidad he podido acceder al vídeo directamente desde el Blog de la

1
Ponencia presentada en el Simposio de Tecnología, Comunicaciones y Movimientos Sociales: “Las
Sociedades ante el Reto Digital”. Cátedra Europa 2008 . Universidad del Norte. Marzo 3 al 7
1
Escuela (http://escuelaaudiovisualinfantil.blogspot.com), que por cierto se

mantiene permanentemente actualizado, y desde en el cual se han establecido

vínculos con las páginas de Youtube para situar los videos, como el caso que les

estoy presentando (http://www.youtube.com/watch?v=U0wkUhy82xM).

Si intentáramos ubicar esta experiencia en el marco del uso de las Tecnologías

de Información y Comunicación en procesos de desarrollo y cambio social, es

posible que para muchas personas este video pasara desapercibido pues no

presenta contenidos explícitos relacionados con algunas temáticas específicas

referidas a lo que regularmente se relaciona con desarrollo o cambio social, tales

como salud, educación, derechos, medio ambiente, entre otras.

Cuando se habla de Tecnologías de Información y Comunicación en procesos

de comunicación, desarrollo y cambio social, se puede hacer desde varias

perspectivas, sin embargo autores como Silvio Waisbord (2001) y Jan Servaes

(1996) clasifican tres paradigmas desde los cuáles se ha trabajado la

comunicación para el desarrollo y que de alguna manera ubican el uso de las

TIC´s en procesos de desarrollo y cambio social.

La primera de ellas, denominada paradigma dominante o de la información,

ubica el foco de la comunicación en la contribución a la difusión de información

desde una perspectiva “de arriba hacia abajo”, partiendo del supuesto de que en

el lado de los emisores se encuentran los actores (países, especialistas, sujetos)

desarrollados o expertos, quienes utilizan los medios, dentro de ellos las TIC´s

2
como herramientas de transmisión de información. Desde esta perspectiva, uno

de los aspectos en que se enfatiza es en la necesidad de universalizar el

“acceso” de las personas de los países denominados “sub-desarrollados” a las

Tecnologías de Información y Comunicación y su capacitación para su uso, en

un sentido meramente técnico. Esto es, en la medida en que las personas

tengan acceso a los medios y a las tecnologías y puedan “usarlas

adecuadamente” en el sentido meramente técnico, estarán aptos para recibir la

información necesaria que permitirá su desarrollo. Es así que dentro de los

indicadores de desarrollo se incluye el acceso a medios y TIC´s.

Como críticas a este paradigma se han planteado la naturaleza etnocéntrica que

se asigna al desarrollo, el fracaso del modelo vertical y jerarquizado de

comunicación, la escasa atención a los procesos de construcción de mensajes y

características de las audiencias, la consideración de la exposición a los medios

como falso indicador de desarrollo y la ausencia de proceso participativo en la

comunicación y el desarrollo.

Por otra parte, el paradigma denominado de la dependencia ubica a la

comunicación como un instrumento de dominación económica y cultural, los

medios son vistos como escenarios de concentración de poder desde los cuáles

se transmiten ideologías y valores, constituyéndose en escenarios que

posibilitan la dominación cultural. Desde esta perspectiva el “acceso” a las TIC´s

no se considera relevante pues por un lado la tecnología enajena y deshumaniza

3
y por el otro el “acceso” a estas tecnologías nunca compensará el desequilibrio

existente en los flujos de información.

Este paradigma ha tenido sus principales críticas en el sentido en que sobre-

concentra en factores externos las causas del subdesarrollo y finalmente tiene

diferencias mínimas con respecto al modelo modernista en cuanto sigue

considerando al desarrollo económico como elemento central. Así mismo, fue

contrarrestado con propuestas como el Nuevo Orden Mundial de la Información

y Comunicación, iniciativa lanzada en el inicio de los años 1970 por el

Movimiento de Países No Alineados la cual recibió en su momento apoyo de la

Unesco que culminó con el Informe MacBride, pero que no fue posible

implementar por la oposición de los conglomerados privados de medios y que ha

cambiado hacia nuevas agendas como democratización de la comunicación, la

sociedad de la información y la inclusión digital.

Finalmente, el paradigma alternativo, que surge a partir de movimientos sociales

pluralistas, el cual hace mayor énfasis en lo social que en lo económico al

pensar el desarrollo, y rechaza la concepción de una visión universal del mismo.

En tal sentido concibe la comunicación como un proceso horizontal, de doble vía

y que debe contribuir al empoderamiento de los sujetos que participan en los

procesos de comunicación.

En relación con esta perspectiva igualmente se dan críticas como el considerarlo

utópico, con poca relevancia para la toma de decisiones sobre lo público, que ha

4
privilegiado una concepción individualista del sujeto y que además la polisemia

del término participación hace que sea interpretado de múltiples maneras.

Sin embargo, estas aproximaciones a la comunicación y el desarrollo formuladas

todas a partir de la segunda guerra mundial, es decir de los años 50 del siglo

pasado, parten de la consideración de un mundo bipolar en el cual uno de sus

extremos está desarrollado y el otro es “subdesarrollado”, “en vía de desarrollo”

o “tercer mundo”, entre otras acepciones. Y en este sentido, si hay una sociedad

“subdesarrollada” o en “proceso de desarrollo” se supone siempre que existe

una sociedad desarrollada.

La idea es entonces ubicar en otro momento la mirada y remitirnos un poco atrás

hacia el periodo donde se dio el quiebre entre un mundo “subdesarrollado” hacia

un mundo “desarrollado” y preguntarnos entonces ¿Cómo contribuyó la

comunicación para los cambios que se dieron desde esa sociedad hacia la que

hoy consideramos “desarrollada”?

Para ello sugiero entonces remitirnos a un momento que muchos estudiosos

como el sociólogo Alfred Von Martin (1977) han considerado como punto de

quiebre, y podríamos marcar el origen de esos procesos de cambio en diferentes

transformaciones que se tuvieron lugar en El Renacimiento, esto es entre los

siglos XV y XVI.

5
¿Por qué ubicarnos en este momento? Sin desconocer acontecimientos

posteriores, el siglo XIV estuvo caracterizado por tres elementos que podríamos

considerar comunes a los países que hoy son considerados “subdesarrollados”:

la guerra de los 100 años, que implicaba la confrontación por los bloques de

poder y control territorial entre Francia e Inglaterra, la peste bubónica, que

generó millares de muertes a partir de una pandemia incontrolable, y la

hambruna, que ha sido ampliamente caracterizada en textos y películas sobre el

medioevo.

Tal vez para una generación joven es difícil imaginarse la pobreza en las

diferentes ciudades europeas en el siglo XIV. Sin embargo, hoy somos testigos

“visuales” y “on line” de estos sucesos ocurriendo en los países de la periferia

pues hoy podemos ver la guerra “en directo” como a manera de efectos

especiales, así como las figuras cadavéricas del hambre en estos países y los

estragos que están ocasionando aún enfermedades tropicales y epidemias como

el VIH-SIDA en el África.

¿Qué hizo entonces que cambiara esta situación? Y ¿cuál fue el rol de la que

podríamos llamar comunicación para el desarrollo de ese momento?

Una hipótesis interesante para comprender este periodo es que uno de los

elementos fundamentales fue la emergencia de la subjetividad o la noción del

sujeto y en esa perspectiva se dio una de las mayores contribuciones de lo que

podríamos llamar “comunicación para el desarrollo”.

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¿A qué tipo de comunicación hacemos referencia entonces? En ese momento,

cuando no existían los medios de comunicación de masas y las Tecnologías de

Comunicación e Información tal como los conocemos hoy, podemos encontrar al

menos cuatro ejes de actuación de esta comunicación para el desarrollo en una

élite que encarnaba la generación del cambio:

a) El arte, en que se considerarán básicamente las transformaciones de la

pintura, la escultura y la música.

b) La Religión emergente, contenida en la reforma protestante.

c) La ciencia encarnada principalmente en la figura de Descartes y su propuesta

metodológica de conocimiento y

d) La literatura que incorporaba la reflexión política desde el sujeto.

En cuanto al primer aspecto, comenzando por la pintura y la escultura, basta con

reconocer a Masaccio -de familia de ebanistas, quien a pesar de la brevedad de

su vida, tuvo una obra importancia decisiva en la historia de la pintura pues se

considera que fue el primero en aplicar a la pintura las leyes de la perspectiva

científica-, y a Piero Della Francesca. Ambos instauraban la perspectiva,

además de Donatello con el David (hombre desnudo). Por no mencionar a Da

Vinci, Rafael y Miguel Angel.

La perspectiva por su parte implicaba que por primera vez se pintaba

incorporando la mirada del sujeto que observaba la pintura, desde su punto de

7
vista, mientras que en el arte pre-renacentista las formas se situaban alrededor

de las figuras divinas, las cuáles le daban significado a la obra, ignorando

completamente la mirada de quien contempla, ignorando su existencia.

Estos cuadros fueron paulatinamente siendo ubicados en las paredes a la altura

de la visual del sujeto, y no como con anterioridad, cuando él quedaba como

hincado observando hacia arriba en una pose de inferioridad.

Adicionalmente, aparece la firma del pintor sobre las obras de arte, lo cual hace

que la obra se convierta en un objeto, tal como lo señala Baudrillar (1999).

Anteriormente la obra tenía validez por si misma independientemente del sujeto,

inclusive en el Siglo XIX una copia de una obra original tenía un valor propio, era

legítima, pues era la imagen pintada la que le daba su valor. Hoy una copia es

ilegítima por condición pues es la firma del sujeto que pinta la que le da ese

carácter.

Los tres casos señalados de transformaciones en la pintura “comunican” al

sujeto de manera vivencial su existencia y reconocimiento como individuos.

Por otra parte, aparece la música para la contemplación individual, para la gente

del común, el madrigal. En el caso de la música clásica, Cristopher Small (1989)

en su libro Música, Sociedad y Educación muestra cómo la denominada música

clásica post-renacentista está hecha para la contemplación individual, esto es,

está diseñada de manera matemática, tal como se registra en las partituras, de

8
manera que coloca al sujeto en una actitud de contemplación sonora hasta

llevarlo al éxtasis. Esta es otra situación de “comunicación” de su existencia

como sujeto.

En cuanto al segundo aspecto, el caso de la religión, durante este periodo

aparecen los postulados de la reforma protestante –Lutero- que al proponer la

posibilidad de salvación del alma del individuo en una relación directa con Dios,

reconoce y comunica la existencia del sujeto, pues no es ya la pertenencia a una

iglesia, ni la adherencia al culto de sus ídolos la garantía de su salvación.

Por su parte en la ciencia, el tercer aspecto en mención, aparece Descartes 2

(1993). “Pienso Luego existo” es también una manera de definir la existencia del

sujeto a partir de su condición de pensante, comunicando de esta manera al

sujeto su existencia en la medida de que a través de la razón puede construir su

propia verdad, sin necesidad de adherirse a las verdades definidas desde la

iglesia a partir de sus postulados.

Así mismo, en la literatura ha hecho carrera la obra de Boccaccio3 (1999) quién

encarnaba la personalización del individuo - El Decamerón es la primera obra

plenamente renacentista ya que se ocupa sólo de aspectos humanos y sin hacer

mención a temas religiosos y teológicos- y por su parte Maquiavelo (1985)

2
Su obra El Discurso del Método fue publicada originalmente en 1637
3
Su obra El Decamerón fue terminada en 1351
9
escribe El Príncipe4, dándole una connotación a la política a partir de las

características de los seres humanos.

Todo lo anterior implica como la comunicación –esta comunicación- contribuyó a

la construcción del sujeto. A la idea de un sujeto individual que mira, que pinta,

que contempla, que se salva, que conoce y que asume los espacios de poder.

Sin embargo, solo hasta tres siglos después se da el periodo conocido como el

siglo de las luces (precedido por el de la razón, XVII, la ilustración y la república

XVIII). Y solo hasta cuatro siglos más tarde se proclama la declaración universal

de los derechos del hombre el 10 de diciembre de 1948. Momentos que

constituyen la consolidación de la perspectiva de reconocimiento del sujeto

individual surgido en el renacimiento.

Ahora bien, ¿qué pasaba en el momento de la emergencia del sujeto en Europa,

en los territorios de América Latina? Se iniciaba un proceso de negación de

sujetos a partir de la conquista, desde una relación de “comunicación vertical”

que imponía una hegemonía y un desarrollo institucional. Además de

expresiones políticas de movimientos independentistas y luego de partidos y

movimientos sociales, la mayor expresión del sujeto se da entonces a partir de la

resistencia, expresada bien fuese como “malicia indígena", “resistencia negra” o

“sexto sentido femenino”, aunque este último con un carácter más universal.

Aunque en muchos casos este tipo de expresiones se quieren acuñar como

4
Publicada en 1532
10
referentes de identidad de las poblaciones indígenas, afro o de mujeres, las

asumo más como expresiones de resistencia en tanto considero han sido

desarrolladas por estas poblaciones como elementos que permiten asumir

posiciones desde lo cultural frente a lógicas de dominación.

Si bien es cierto, han existido diversas dinámicas desarrolladas en América

Latina no sólo desde el arte y la literatura, sino desde distintos procesos

culturales, que apuntan a la comprensión y estructuración de nuestras propias

subjetividades, quiero hacer referencia de manera específica a algunos

procesos que han intentado construir una noción de sujeto que la identifique

como región, sobretodo dentro del lo que se ha llamado el campo de la

comunicación social, emergente a partir de los desarrollos del siglo XX.

En esta dirección, cuando uno se detiene, no solo por sus textos sino por el

trabajo desarrollado en comunicación, en Paulo Freire -“La educación como

práctica de la libertad” (1967) y “Pedagogía del oprimido” (1969)-, Mario Kaplún -

“Comunicación entre grupos: El método del casete-foro” (1984), “El comunicador

popular” (1985), “A la educación por la comunicación. La práctica de la

comunicación educativa” (1992), entre otros-, Rosa María Alfaro -“Una

comunicación para otro desarrollo” (1993) -, Augusto Boal –“Teatro del oprimido”

(1985)-, Orlando Fals Borda –“ Ciencia propia y colonialismo intelectual” (1970)

“Conocimiento y poder popular” (1986)- y muchos otros autores y experiencias

desarrolladas que han generado reflexiones sobre comunicación en América

Latina, lo que se encuentra en común es una imperiosa búsqueda por la

11
comprensión de los procesos mediante los cuales se construyen los sujetos en

esta región. Esto es, enfatizan en la pregunta por ¿cómo la comunicación

contribuye a que las personas abandonen posiciones negadoras de su propia

condición subjetiva y puedan de alguna manera vivir la experiencia de ser

ordenadoras de su propio mundo?

Sin embargo, en estas perspectivas esta vez no enfatiza en sujetos

necesariamente individuales, se habla también de sujetos colectivos, no se trata

sólo de sujetos que se estructuran a partir de la negación y competencia con el

otro, sino de sujetos estructurados a partir del reconocimiento y en relación con

el otro, no se habla de sujetos necesariamente estructurados a partir de la razón,

sino de sujetos multidimensionales, sujetos que no solamente contemplan sino

que actúan con poder.

En América Latina entonces, hacer comunicación es pensar necesariamente en

la construcción de este tipo de sujetos, posición que da pie a la necesidad de

construir sujetos de Derechos.

Es entonces desde esta perspectiva desde donde retomo nuevamente el hilo

conductor del inicio de la conferencia, que hace referencia a la incorporación de

las TIC´s en procesos de cambio social, para ello, traigo a colación una idea de

Clemencia Rodríguez (2006) en su texto “Tres lecciones aprendidas sobre

medios ciudadanos en Colombia” cuando dice:

12
Las tecnologías de la información y la comunicación—las llamadas TICs—y aquí estoy
hablando de la tecnología misma—en este caso el video—son herramientas que
presionan, seducen, incitan a quien las usa a emprender procesos de creación
simbólica. Cuando se tiene un micrófono en la mano o se mira por una cámara de video,
la misma tecnología incita a apuntar el micrófono hacia el entorno, a mirar el mundo
propio a través del visor de la cámara. La tecnología misma nos convierte en artesanos
de sonidos e imágenes—de productos simbólicos—y es precisamente aquí donde
pueden surgir formas otras de ver el entorno e imaginar el futuro.

Es decir, es a través de la reconfiguración de los signos desde donde se generan


imaginarios colectivos diferentes, versiones alternativas de territorio, y nuevas utopías
para moldear el futuro.

Asumo este enunciado de la profesora Rodríguez para afirmar precisamente que

cuando se incorporan TIC´s en procesos de cambio social, no desde la

perspectiva “de arriba hacia abajo”, ni con una preocupación centrada en el

acceso y uso técnico como herramientas, sino por el contrario se incorporan de

tal manera que las personas, y principalmente los colectivos, las exploren, las

identifiquen, las resignifiquen y las apropien, esta incorporación de las TIC´s

genera escenarios de creación y expresión de los sujetos, que les permite

reflexionar y reconfigurar su mundo, esta vez desde su propia óptica y no

necesariamente desde los relatos de las ideologías dominantes. Estas TIC´s

colocan a los grupos humanos como sujetos capaces de construir su propio

relato sobre el mundo y de alguna manera si seguimos a Pearce (1994),

nombrar el mundo es construirlo. La incorporación de las TIC´s desde esta

perspectiva haría las veces de “comunicación” de una nueva noción de sujeto,

tal como sucedió en el escenario del Renacimiento, que asume su condición y

que puede convertirse en ciudadano, de acuerdo con la definición de Chantal

Mouffe (1992), en la medida en que construye pequeñas porciones de poder a

partir de sus diversas interrelaciones.

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Solo para ilustrar esta hipótesis me voy a referir brevemente a tres experiencias

para el caso colombiano, ubicadas en zonas de conflicto.

a) En la Región del Magdalena Medio, colectivos de comunicación de diferentes

municipios adquieren la conciencia de las potencialidades de las radios

comunitarias. Se relacionan con ellas, aprenden su funcionamiento a partir de

diferentes intereses que podían ir desde la admiración por el manejo de los

equipos, hasta la fascinación de saber que su voz era escuchada y que podía

generar sintonía.

De diferentes formas se fueron apropiando de estas TICs y comenzaron a tener

incidencia sobre problemáticas locales, hasta llegar a decisiones públicas. Se

han mantenido en medio del conflicto sólo con la consigna de que “no están en

contra de algún grupo armado legal o ilegal sino que están en contra de la

guerra”. Hoy en día han constituido la Red de Radios Comunitarias del

Magdalena Medio AREDMAG. Es así como narran su experiencia a partir de sus

propios testimonios:

“empieza uno a saber que uno puede prestarle un servicio a la comunidad, que uno es
importante a través de la radio, que la radio es muy importante en la región; entonces,
esa fue una de las cuestiones que más me impactó a mi y lo que más me impactó fue
escucharme yo mismo, eso es espectacular para uno”;

“Este micrófono quiere decir que soy un amante de la locución, de la radio, de la música.
Esta flechita quiere decir la forma como uno se interrelaciona con la comunidad,
llevándole la música, servicios sociales, alegría. Y esta grabadora representa la radio, la
unión que uno logra con la comunidad desde la emisora comunitaria”.

“Nosotros como personas que trabajamos en el medio de la radio tenemos la


oportunidad tan grande que no tienen las otras personas de poder crear, crear ventajas y
beneficios, lo estaba diciendo un compañero ayer: nosotros somos creadores pero
creadores de qué? qué podemos crear? no solamente crear para cambiar sino crear
para de pronto corregir, crear para de pronto formar, crear para hacer que las personas
14
tengan un poquito más de conciencia sobre lo que se está haciendo y que nosotros no
sólo estamos ahí por estar sino por ellos, para ellos y porque nos gusta, nos nace.”

b) En la Región de Montes de María, zona igualmente caracterizada por la fuerte

presencia del conflicto armado, en la cual, a partir de los toques de queda y la

intimidación se fue limitando el uso de noche y la presencia de las personas en

el espacio público, el Colectivo de Comunicación Línea 21 de Montes de María,

esta vez con el uso del cine en los parques y canchas del Carmen de Bolívar y

otros municipios de la región, contribuyó a la recuperación del espacio público y

sobretodo a establecer los tejidos de confianza que la guerra hace que se

pierdan.

A lo mejor se comienza a conversar de manera individual, o en parejas, o en pequeños


grupos, con o a partir de los personajes salidos de la pantalla, pero poco a poco esta
conversación se va convirtiendo en conversación colectiva, en conversación pública y va
pasando por temáticas que necesariamente tocan los diferentes aspectos que suceden
en la región, incluyendo los conflictos, el miedo y la guerra. Pero lo más importante es
que las conversaciones que se generan permiten ir construyendo nuevamente la
certidumbre del otro, del desconocido, del vecino, del amigo, del personaje aquel que
parecía sospechoso porque todas las mañanas ronda por mi casa, y que ayer estaba en
el cine, y con quien hoy conversé sobre la película, y de quien sé hoy, que todos los días
pasa por mi calle porque su hija estudia con mi hijo en la escuela de la otra cuadra y que
aunque llegó al Barrio Las Margaritas, desplazado por la violencia, no es mi enemigo.

No se qué hubiese pasado si él no va al cine de anoche o si yo no lo hago, siempre tuve


miedo de preguntarle de manera directa por qué pasaba todos los días por mi casa,
porque en un ambiente de guerra y de miedo esas preguntas no se hacen, porque de
repente el sospechoso podría ser yo. (Vega y Bayuelo, 2008, 59,60)

c) Y la tercera experiencia es la Escuela Audiovisual Infantil de Belén de los

Andaquíes con uno de cuyos videos comencé mi intervención. Habría muchos

ejemplos para mostrar sobre como un grupo de niños y niñas con la sola

instrucción de elaborar una historia, que sea de su vida cotidiana, que no tenga

nada que ver con la simple repetición de lo que ven en televisión, han tenido

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acceso a una pequeña cámara fotográfica y a dos viejos computadores y

recientemente una cámara de vídeo Panassonic minidv, donde con los

programas de Flash, Adobe Audition y Nero, construyen foto-historias y vídeos

en los cuáles pueden expresar su mundo cada vez más desde su punto de vista.

Vemos entonces el vídeo “Reportaje Maira”

(http://www.youtube.com/watch?v=Lmmm83Rs0aU), realizado por la niña Maira

Yuliana, acerca de su percepción del sobre el amor y cuidado de sus padres,

planteando una fuerte crítica, a partir del derecho que tiene como niña a tener

una propia mirada, así como la pueden tener las personas, sobre la manera

como los adultos de su población asumen la relación con sus hijos e hijas.

Sin embargo, es posible que un decisor, representante de un gobierno o de

alguna agencia de cooperación pueda objetar que es absurdo esperar a que

estas subjetividades emergentes puedan tener implicaciones políticas y sociales

de gran envergadura como lo logrado en Europa en la Ilustración y la República

a partir de la emergencia del sujeto en El Renacimiento, que esos no son los

tiempos de la planeación, que dos o tres siglos son un referente de locura. Sin

embargo frente a la pregunta por los retos de los cambios inmediatos sólo es

posible responder con otra pregunta: ¿Es posible imaginar la existencia del

mundo moderno sin la emergencia del sujeto que se dio en El Renacimiento?

¿Es posible imaginar la existencia del denominado “mundo desarrollado” sin la

concepción del individuo como un sujeto conciente de sí mismo?

16
Tal vez este parezca un planteamiento muy retórico, sin embargo, es importante

reconocer el amplio reconocimiento que están teniendo no solamente en

Estados Unidos sino también en Europa los postulados del gran legado de

América Latina en cuanto a comunicación, desarrollo y cambio social, gracias a

ellos es posible valorar proyectos como los que he mencionado anteriormente

los cuáles apuntan precisamente a constatar como las TIC´s cuando

efectivamente se incorporan en procesos de empoderamiento para cambio

social contribuyen a construir sujetos, quienes al hacer comunicación, al tomar la

habilidades para producir radio, cine, fotografía o vídeo, entienden que pueden

narrar el mundo a su manera, desde su punto de vista y desde su reflexión,

entienden que el ser niño o niña no se define necesariamente por el simple valor

de la “obediencia” como lo ha relatado la versión “adulta” dominante de la cultura

y pueden construir un relato propio con una apuesta desde su condición de

niñez expresada a partir de la reelaboración que se visualiza en sus videos.

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